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IMPUGNACIÓN A LA CANDIDATURA DE
MARIA TERESA DAY COMO MINISTRA
DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
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Conforme los deberes asumidos por el Estado Argentino, de acuerdo al texto
constitucional y a las normas internacionales de derechos humanos, la perspectiva
de género de los magistrados es un requisito ineludible para los magistrados, a fin
de velar por el respeto de los derechos de las mujeres y evitar prácticas
discriminatorias y violentas. Debe tenerse en cuenta que el artículo 75 inciso 23 de
la carta magna nacional impone el deber de promover medidas de acción positivas
que garanticen la igualdad de oportunidades y de trato y el pleno goce de los
derechos constitucionales y los derechos humanos de las mujeres, entre las que
se encuentra el deber de adoptar medidas para que, en la designación de
magistrados, se garantice que éstos tengan adecuada formación teórica y
profesional para aplicar las normas con perspectiva de género.
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En relación con la violencia de género, debe recordarse que nuestro país ha
suscrito la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer “Convención De Belem Do Para”, que en su artículo 8
establece que: “Los Estados Partes convienen en adoptar, en forma progresiva,
medidas específicas, inclusive programas para: a. fomentar el conocimiento y la
observancia del derecho de la mujer a una vida libre de violencia, y el derecho de
la mujer a que se respeten y protejan sus derechos humanos; b. modificar los
patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, incluyendo el diseño
de programas de educación formales y no formales apropiados a todo nivel del
proceso educativo, para contrarrestar prejuicios y costumbres y todo otro tipo de
prácticas que se basen en la premisa de la inferioridad o superioridad de
cualquiera de los géneros o en los papeles estereotipados para el hombre y la
mujer que legitiman o exacerban la violencia contra la mujer; c. fomentar la
educación y capacitación del personal en la administración de justicia, policial y
demás funcionarios encargados de la aplicación de la ley, así como del personal a
cuyo cargo esté la aplicación de las políticas de prevención, sanción y eliminación
de la violencia contra la mujer…” (el subrayado me pertenece).
En este mismo sentido deben tenerse en cuenta las previsiones de la ley 26.485
de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las
mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, que en
su artículo 7 dispone que: “Los tres poderes del Estado, sean del ámbito nacional
o provincial, adoptarán las medidas necesarias y ratificarán en cada una de sus
actuaciones el respeto irrestricto del derecho constitucional a la igualdad entre
mujeres y varones. Para el cumplimiento de los fines de la presente ley deberán
garantizar los siguientes preceptos rectores: a) La eliminación de la discriminación
y las desiguales relaciones de poder sobre las mujeres; b) La adopción de
medidas tendientes a sensibilizar a la sociedad, promoviendo valores de igualdad
y deslegitimación de la violencia contra las mujeres; c) La asistencia en forma
integral y oportuna de las mujeres que padecen cualquier tipo de violencia,
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asegurándoles el acceso gratuito, rápido, transparente y eficaz en servicios
creados a tal fin, así como promover la sanción y reeducación de quienes ejercen
violencia; d) La adopción del principio de transversalidad estará presente en todas
las medidas así como en la ejecución de las disposiciones normativas, articulando
interinstitucionalmente y coordinando recursos presupuestarios; e) El incentivo a la
cooperación y participación de la sociedad civil, comprometiendo a entidades
privadas y actores públicos no estatales; f) El respeto del derecho a la
confidencialidad y a la intimidad, prohibiéndose la reproducción para uso particular
o difusión pública de la información relacionada con situaciones de violencia
contra la mujer, sin autorización de quien la padece; g) La garantía de la existencia
y disponibilidad de recursos económicos que permitan el cumplimiento de los
objetivos de la presente ley; h) Todas las acciones conducentes a efectivizar los
principios y derechos reconocidos por la Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres” (el subrayado me
pertenece).
Estas normas exigen, sin lugar a dudas, que los magistrados tengan perspectiva
de género y una capacitación profunda para aplicar las leyes contrarrestando
prejuicios y costumbres u otro tipo de prácticas basadas en roles estereotipados
para hombres y mujeres.
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respetuosa absoluta de la ley”. Si sale una ley del Congreso la respetaré como
corresponde” (https://twitter.com/mdz_radio/status/1268152282119655425?s=20).
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(ver entrevista de Noticiero 9 en https://www.youtube.com/watch?
time_continue=389&v=fZgCS2A7zvU&feature=emb_logo).
En virtud de lo expuesto considero que la señora María Teresa Day no puede ser
designada como miembro de la Suprema de Justicia de Mendoza, por no cumplir
con los requisitos exigidos por nuestra Constitución Nacional, al no haber
acreditado profundos conocimientos teóricos y prácticos de las herramientas
procedimentales que permiten la protección de los derechos de las mujeres, de las
diversidades e identidades sexo-genéricas y por no cumplir con los requisitos
exigidos por el artículo 152 inciso 3 de nuestra Constitución Provincial.