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El proceso civilizatorio tiene una pinta arbitraria para los seres humanos, encasillando conceptos

en aceptables e inaceptables. Nos dice que los primeros que educaron de forma civilizada, no
tenían un plan a largo plazo, sino que, poco a poco, una serie de coacciones que se daban (de
forma no necesariamente violenta) entre amigos o enemigos, fueron los que se hicieron cargo del
proceso de civilización, hasta que llegara a la idiosincrasia colectiva de la gente, y hasta que todo
lo que por ese momento era libre, se volviera en instituciones o en (no) aceptado.

Los cambios más notorios de la época son los comportamentales, a los que el autor señala como
principales culpables de que hoy en día, podamos considerarnos “civilizados”. Esto se puede
decir, para explicar que el concepto de civilización no es ni racional ni irracional, sino que
obedece a su propio orden dinámico. Lo que hace pensar que al ser un proceso cambiante y
dirigido no por la cultura popular, recae en las manos de unos pocos educadores que podrían
llegar a tener el poder de hacer con la cultura civilizada lo que ellos quisieran conveniente.

En cuanto a su relación con lecturas anteriores, se puede decir que ésta explica la forma en la que
se llevó a cabo el desarrollo de la finalización de la vida carnavalesca, de la normalización de lo
grotesco y de las groserías, y de la aceptación de lo corpóreo y de las necesidades humanas; por
el lado de la caza de brujas, se explica, un poco, la razón a la no aceptación a lo nombrado
anteriormente. Por este motivo, por la no aceptación a los factores nombrados anteriormente y
por el interrelacionamiento de las personas, se da con el proceso civilizatorio y de creación de
instituciones para conceptos como el amor, la familia, la educación, la religión y lo legal.

El confinamiento del ser humano en sí mismo, es una consecuencia del proceso. El ser actuaría
como su propio juez y se encarga de cumplir todas sus necesidades básicas, este hecho hace que
los humanos sean incapaces de correlacionarse entre sí para la consecución de ideales comunes
de bienestar. En el texto se trata de una manera diferente, diciendo que se crean seres humanos
débiles e incapaces cosa que, en un juzgamiento propio, no puede ser completamente cierto, ya
que los seres civilizados, tienen ideales de castigo (no débiles) para los de su misma raza. En lo
que sí son débiles, es en el juzgamiento de las dinámicas de desarrollo de la civilización, por lo
cual, cada vez que avanza la civilización, los seres que hacen parte del proceso, normalizarán
cada vez más actos que en el pasado fuesen inconcebibles.

Finalmente, es destacable el hecho de que hoy en día, nadie concibe los orígenes de la
modernidad y nadie cuestiona las líneas de poder, las instituciones y los juzgamientos. El
panorama a futuro no es alentador, ya que, en cuanto a los ideales de modernización, no se ve
una proclividad al cambio, lo cual es preocupante por el hecho de que se tiene que dar una
coyuntura que dé origen a una serie de transformaciones en la equidad e igualdad de todos los
seres humanos y en el trato de los sistemas de producción al medio ambiente. Para lograr los
cambios es importante dejar de lado al Homo Clausus y unirnos todos como iguales. Gracias a
los textos de la unidad, se pudo trazar una ruta en los orígenes de los cambios psicológicos de la
humanidad moderna y en la necesidad de creación de instituciones y de seres humanos
individualistas.

Hoy en día, se necesita una sociedad que deje de lado los principios discriminatorios de líneas de
poder de la civilización para generar una lucha común que culmine en el derrocamiento de las
mismas. Solo de ésa manera, podremos salvar al mundo contemporáneo.

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