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-.-.- Max Weber
Reinhard Bendix

.Amorrorcu editores
Buenos Aires

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nas siguientes solo pretendemos da.t, un somero esbozo de su ar-
s de la racionalidad gumentación v un examen de las perspectivas irrtelecruales que
abrió para él:
11 mica en Occidente

. A .. El esp ir it.u del capitalismo

Los primeros estudios de Weber enfocan una tendencia que '0"'.-


La ética protestante y el espíritu del capitalismo es el libro más rece típica de la sociedad moderna, .y un atributo de comporta-
famoso y también el más polémico de Weber. Rastreó en él la miento que parece u.niversal. Se advierte hoy, en efecto, una re-sis-
influencia de las ideas relígíosas sobre el comportamiento huma- tencia común contra la suborclinación personal, reflejo a su vez
no, y recusó la tesis marxista según la cual la conciencia del hom- de un quebrantamiento secular de los vínculos de sangre. Por
bre está determinada por su clase social. Publicado por primera lo demás, la conducta económica parece tener un contenido ético
vez en 1904 y 1905, como una serie' de ensayos, conserva su ca- propio, ya se trate de una calculada probidad, ya de las objetables
rácter fragmentario, aunque' ulteriormente se reediró en forma prácticas de los rraficanres de caballos. Dentro de su misma fa,
. ~e libro. En vez d~ completar su investigación sobre el protestan- rnília, '\Veber podía estudiar el tipo del hombre de negocios tra-
trsmo, Weber emprendió a corrtinuación un análisis comparativo dicional, que combinaba el individualismo con una ética del com-
de las có~unidades urbanas y la organización. política, al par que portamiento económico. Su tío, Karl David Weber, era el funda-
un ~studi? de las relaciones entre la religión y la sociedad+ Es- dor de una empresa basada en la industria local de la comarca á
tos estudios de vasto alcance apuntaban a una finalidad común: la que pertenecía su aldea. Una vida de duro trabajo y hábitos
definir y explicar las características distintivas de la civilización frugales, una modalidad benévola, pero reservada, lo presentaban
occidental. La ética protestante debía servir como introducción a como el arquetipo de los grandes hombres de empresa de la etapa
~ste gran ,tema, primordial en la obra de su vida; especificaba. la inicial del caprtalíamo." El contacto con la severa ética profesional
Irrter-relacióride las ideas religiosas y el comporramiento económi- de un respetado hornbze de negocios despertaba un eco simpático
11. el joven Weber, quien,~por su parte, se había impuesto un
co,,,señal~ndo así un foco a las investigaciones subsiguientes. La
~esls particular que en esa obra sostuvo -que las. ideas puritanas ritmo de trabajo abzumador en sus actividades universitarias, para
mfl,,:yeron sobre el desarrollo del capitalismo- se hizo objeto, a sublimar su ciego impulso a la acción enérgica, y rechazaba todas
p~:rt1r de entonces, de una voluminosa Iiteratura." En las pági- las advertencias con un solo argumento: que no merecía ser un
studioso si no lograba mantener ese ritmo de tr-abajo ," Andando
1· Weber declara explícitamente que abandonó e! tema de! protestantismo 1 tiempo, cuando se restableció de su enferrnedad, esta ética del
porque su arrugo Ernst Troe1tsch, teólogo profesional, había iniciado su obra trabajo le provocaba una intensa ansiedad, A sus ojos los deberes
acer~a de Las enseñanzas sociales de las iglesias y sectas cristianas, Otro de un profesor universitario no consentían ninguna tregua, y S'ü
motivo .que lo decidió fue SIue el ensayo sobre el protestantismo había vinculación ininte:t:tumpida con la universidad le recordaba ince-
pr<?p.<:.rclOnado y'a la pcrspectrva ~ara un vasto planteo comparativo de la
refígión y la sociedad; V: comerrtarros en Protestant Etbic, pág. 284, n9 119. santemente su .propia e imperdonable incapacidad de curnplizlos.
? Los ensayos .de Weber sobre e! protestantismo originaron una de las más Esta idea del trabajo duro corno un deber que lleva en sí su re-
llTIl:?0rtantesI=:~léniicas.de nuestro tiempo, en parte porque había desafiado COmpensa intrínseca es atributo típico del hombre en el mundo
la lnt~rl?retacI~n }~ar:xJ.stade la historia, mediante su «crítica positiva del industrial moderno, tal como Weber 10 concebía. Un hombre de-
materíalísmo histonco» (tal era el tfrulo de sus conferencias en la Universi-
dad de Viena. V, Marianne Weber: Max Weber, .Lemberr Schneider Hei- be desempeñar bien su ocupación rernunerative, no solo porque le
defberg, 1950, pág. 652). Lo paradójico de la controversia fue que l~s crí- mueva a ello la necesidad, sino porque su voluntad se lo imponga:
ticos se concentraron particularmente en la aignífícación causal de la ética la calidad de su trabajo es signo de virtud y fuente de· satisfac-
protestante ~n el nac~~ento del capit~lismo, a pesar de que Weber, según ción personal. «Se supone que el individuo siente esta obligación
sus de~araClones .exI?IIcltas, no se hal;>1a. propuesto explicar el origen ni la
expansion del capitalismo, Ver su Antileritiscbes Scblusswoi't zum «Geist des hacia lo que constituye su actividad vocacional, sea la que fuere,
Kapiratismus», Ar:hiv für Sozialwíssenschaft, vol. XXXI (1910), pág. 580 y
passsm, pero también Protestant Ethic, págs. 91-92, 183. Un resumen conciso 3 Más referencias sobre este clemento biográfico se encorrtrarán en Marian-
y esclarecedor de sus ,ar~entos «anricrftícos» y de toda la polémica puede ne Weber, op: cit., págs. 197-99, 404-05, 435-36.
cons.~t~se en .EphraunFlschoff, The Protestant Etbic and the Spirit 01 4 Cf, Essays, pág. 11.
Capisalism, SOCIalResearch, vol. XI (1944), págs. 62-68 y passim,

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(1

y en realidad la siente>." * Dice un conocido proverbio norteame-


lI:iCalO:'«T do lo que vale la pena hacer, vale la pena hacerla dencia absoluta de n id r 1 con •
bien». Esta máxima expresa «el espfri tu ciel capitalismo" contem- extranjeros; 'coincidenee a 11: .j \-1
,poráne en cuanto, carente de toda 'preocupación superior o tras- perfecto' tradicionalismo d ntr d.
I cendental, tuvo a pesar de ello en su origen una profunda signi- que el tradicionalismo se, d bílíto I
I ficación religiosa: .en este hecho fija Weber su atención. , Edad Media, la: falta de moral 111 íI
Co~t~aponía el .«espíritu del capitalismo» a Un tipo diferente de leraba como una desgracia inevitabl _ 1) olllhl
a~tlv1~ad econórníca, al que, llamó «tradicionalismo». Hay tradi- clespiadada ep las transacciones con xt 'onj tOI
cíonalismo cuando los trabajadores prefieren menos trabajo a de los abusos en el interior de la comunidad' n (111111' 1111
fY'~:rorpagar cuando en las horas de trabajo buscan Un máximo el «espíritu del capitalismo», según Web r 1 d flll! i,
de comodidad y lin mínimo de esfuerzo; cuando no pueden o no la avaricia, Di un código laxo moral, ni la adh NI 1'\ ti
quieren adaptarse a métodos de trabajo nuevos. También lo hay lismo, son compatibles con la idea del trabaj du l'
cuando los hombres de empresa comercian en mercancías de' ca- como virtud, y por ende como deber 'moral."
lidad variable, y no estandarizada; cuando. trabajan con un hora- Cabe completar las consideraciones aneeriores, xer rída
rio moderado y ritmo apacible, salvo en los períodos de apremio; ética protestante, con la referencia a una clasificación
cuando se conforman con las ganancias que aseguran una vida ricas Iucrativas, que estableci6 para definir el tipo d
c6moda; cuando sus relaciones con obreros, clientes y competido- económica originado en la civilizaci6n occidental. A su 1 d d
res son directas y extremadamente personales." Pero Ios ·hábitos ver, los hombres han perseguido las ganancias especulativam nt
de trabajo fundados en un criterio de comodidad, y el cálculo a través de la historia y en todas las civilizaciones, de las sígul n-
económico moderado, según el socorrido principio de «vivir y. tes maneras:
I dejar vivir», no constituyen sino un aspecto del tradicionalismo
"económico. Por otra parte, la avaricia y una rapacidad sin escrú- a. comerciando en moneda corriente y mediante la extensión del
pulos son fen6menos mundiales que difieren también del «espíri- crédito;
tu del capitalismo», y caracterizan, en todo caso, a las sociedades b. persiguiendo el rico botín que podría obtenerse con la finan-
precapitalisras. Los mandarines chinos, los nobles romanos y los ciaci6n de transacciones políticas, tales como revoluciones, guerras
i terratenientes del este del Elba, entre Ios :grupos privilegiados, y y luchas de partido, o.Bien de transacciones económicas con cuer-
,los changadores, 10s choferes de taxis y los artesanos, entre las pos políticos; -
.clases bajas de Europa meridional o de Oriente, fueron mucho c. mediante la explotaci6n colonial o fiscal, sobre la base de la
:más voraces e inescrupulosos que los ingleses en condiciones se- fuerza garantizada por la autoridad política: p. ej. ganancias per-
'mejantes. Por lo demás, la ganancia «capitalista» como aventura manentes a través de pagos compulsívos, trabajo forzado o comer-
ha existido a lo largo de toda la historia. Empresaa-uendíentes a cio monop6lico, en colonias, o, mediante diversos métodos de
logros eventuales, como la piratería, la financiaci6n: de guezras y arriendo de tzíbutos."
de gobiernos, el arriendo de tributos, ciertas compañías de co- ¡
rnercio-medievales, y muchas otras, se distinguen por, una prescín- I Tales prácticas especulativas se orientan, en la mayoría de los
"
casos, hacia contingencias políticas. En este aspecto se distinguen
5 Prozestanr Ethic, pág. 54. ,He sustituido «profesional» por «ocupacional», de 'aquellas que, persiguíendó también el lucro, se basan en el
pero, como Parsons observa, no hay en inglés un equivalente satisfactorío
,de la palabra alemana Beruf. «Profession» resulta demasiado restringida, ya cálculo racional y lo, estimulan; por ejemplo: , '
que aquella se refiere a> todas las actividades ocupacionales; oocation carece
de la connotación ética deseada; calling, que conserva dicha connotaci6n, d. ' mediante' el com~rcio continuo en un mercado donde 'los in-
solo se aplica, en el uso actual, a un alto ministerio. Sin embargo, el sentido 'tercambios son formalmente libres (sujetos· solo al imperio de la
pleno del uso antiguo en calling, como en Beruf, es el de una elevada , ley) ,o, «mediante empresas productivas continuadas que recurran
obligación, aunque aplicado a cualquier tarea ocupacíonal,
(*) En castellnno se plantea un problema análogo, dado que «pr fesi6n» y , al ,dlculo de capital».
«ocupaci6n» carecen de la denotaci6n ética, y «vocación», en cnrnbf • carece
en el uso de la conn eación ' de actividad Iaboral, ru\ 1 ad n cr o 7 Ibi'b págs. 56-58. ' , , . , ' '. , '
seda «ocupación renlizadn vocaciondlm nt »J P • P'\'I;f\ 81Jll1;>lIfl fI1: ,11\ ola 8 Cf. lbeory, pág. 278 (puntos 2 y 5). Se' entiende por «arriendo de trfbutoe»
.ci6n se usara. «vocaci6n», 1n,68 pr6xitna tambi6n Il collillg, qu l. ¡¡ln 1·1\ 11\ r ti Il fx cuente de las autoridades políticas que, no pudiendo o no
'més frecuentemente trtlflzada por B ndlx. (N. del R. T.) qu ri d, recmadaclosdirectamente de sus súbditos, autorizan a un individuo
6 Ibid., págs. 59-67. I?OJ: u 1 ha a, habitualmente' a cambio de un porcentaje fijo' de los
cltn I! R 1 b enJ.d s, 'Cf, en el cap. XI un examen ulterior de este punto.

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vamerrte occidental, ni carecía de precedentes, si se le consideraba
.• j 1/ ,. • '1,1' 1'11 Iones financieras, que comprenden: como atributo d.e individuos. Habían existido siempre «super-
hombres» económicos, que manejaron sus negocios sobre una base
I¡ 11 " rres especulativas sobre mercarrrcías es'tanclarizadae;
rigurosamente sistemática, t:t~1::ajaIonI~á~ intensamente qu~ ~al-
1 uistración permanente de cuerpos políticos; .
quiera de sus empleados, cultlv~ron hab!tos f:-,;gale! ,en su ;v1da
jlJ' J ación de nuevas empresas, a rr'avés de la venta de
privada, y aplicaron sus ganancras a la irrversion. Estos "'?eroes
val res, y
épicos de la empresa» lograron sobrepone:se a las desventajas de~
l) .Einanciación especulativa de empresas, tendiente a asegurar
tradicionalismo económico, pero no pudie:ron establecer po:t. Sl
su rentabilidad a largo plazo." mismos un nuevo orden económico. La búsqueda de ganancias
El capftalisrno moderno es un vasto complejo de institucionesÍt. n- «llovidas del cielo", la ambición de obtener oro ~ costa de un
terreIacionadas, que se basan en la práctica económica racional, mínim.o de esfuerzo disciplinado, el trabajo concebiclo cOI?o u:r;a
más que en la especulativa. Comprende, particularmente, empre- carga y una maldición, que debían evitarse ape~as. el estipendio
sas que se basan en una. Inversión de capitales a largo plazo; en excediese 10 que el hombre necesitaba para subsis'tir, o p~:ra as~-
una oferta voluntaria' de trabajo, en el sentido jurídico de la pa- gurarse una comodidad rnediocre . ':. t.oda,s estas tenden?as u111-
labra; en una división pdanificada del trabajo en el interior de las versales de la acción, que Weber drscerrría, eran demaSIado, po-
empresas; en una distribución de las funciones de producción derosas para que pudieran contrarrestadas efi::a.zmentel:?s esrucr-
entre unas y otras, mediante el funcionamiento de una economía zos de unos pocos hombres de empresa exc~pC;lOnales. _"Una ~orL?a
de vida cabalmente adaptada a las peculiandades del capItalis-
de mercado. Solo bajo el capitalismo encontramos, además de lo
que antecede: la forma legal de la 'so~iedad anónima; bolsas de rno . ... y con la puj anza necesaria para imponerse. so?r~ las o~ras,
comercio y de valores, organizadas para negociar en mercancías tenía que surgir donde al fin surgiese, no ya en .lnclivlduos aísla-
y en acciones; crédito público en forma de bonos del gobierno; dos sino en grupos enteros de hombres, cornpar'ciclapor todos co-
';o 11
organización de empresas destinadas a la producción y no mera- mo una modalrdad común.>
mente al comercio de bienes.1{)
Citamos esta última formulación de 10 que distingue el capitalis-
mo occidental, para destacar el estrecho {oco 'usado por Weber B. La ética protestante
en La ética protestante. En su obra anterior había investigado ya
la historia de dos instituciones: la sociedad' anónim.a y la bolsa de Definido el «espíritu del capitalismo» como objeto de su indaga-
valores, que habían dado rnayor alcance al capitalismo, y que en ción, procedió Weber a me;ncionar una s~rie de razo.nes que. j1fs-
ninguna otra parte hubieran podido. encontrarse en ·la misma for- tificaban el remontarse, en ousca de su origen, a las Ideas religio-
ma. En su obra subsiguiente investigaría muchos otros desarro- sas de la Reforma. En primer término, sagaces observadores de
llos de la civ:ilización occidental: las comunidades urbanas de los tan alto vuelo, como Petty, Morrtesqrrieu , Buckle, Keats y otros,
riempos antiguos y medievales, el desarrollo de los conceptos y habían comentado antes la afinidad entre el protestantismo y el
de la profesión jurídica, diversas formas de organización polític~, des~Xrollo del espíritu comercial. En segundo término, había ha-
tipos de znoueda y regulaci6n rnonetazia, y tipos de empresa e<.:o- bido .casos en que la política secular tuvo casi por artículo de. fe
n6mica, para no citar sino los t6picos mayores ajenos -a su socio- la aptitud protestante para el comercio y la industria. Así, Federico
logía de Iaxelígión. Cada una de las instituciones que configura- Guillermo l, fundador de la clínastfa militar p.rusiana, había per-
ban el complejo fenómeno del capitalismo occidental' debía ser mitido que los menonitas comerciaran al este! de Prusia, pese a la
indagada a su vez, porque cada una tenía, e~ opinión de Webe:t, obstinada negativa a cumpfir el servicio militar que habían oPll:es-
antecedentes propios que podían estar ano ~estar conectados en-
. to siempre. En tercer. tér~o, el ~orme.?-e ur: a}urnno a qmen
tre sí. Y con respecto a cada uno de esos desarrollos cabía indagar Weber había encargado verificar que relación eXIst12,.en el esta?-o
si era inherente al espfritu del capitalismo, y en qué forma 10 de Baden, entre 18 afiliación religiosa y las preferenCias educado-
era' vale decir. si se vinculaba con las ideas y los hábitos que nales manifiestas, negaba a la conclusión de que los protestantes
auspician una persecución racional del provecho económico.
se mostraban más inclinados que los católicos a elegir escuelas
A p'ropósiro de esto, puntualizó que tal <espízitu> no era exclusi-
secundarias adecuadas al modo cle vida Industrial.i" En cuarto Iu-
9 lbíd, págs.'?78-79 (puntos 1 y 6). . .
10 Ibíd., págs. 279-80. Se encontrará una enumeración correlativa y sup~e- 11 Prozestans Ethic, pág. 55.
mentaría en General Economic Hist01'Y, págs. 312-:1.4,y en Protessant Ethzc, 12 Una minuciosa crítica de ese estudio .hízo recientemente Kurt Sanruelson,
págs. 21-24.

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(1 "

-:
gar, la pl'es ra (la llamada Kultur-Kampf) que los
católic oporrado en el Imperio Alemán, desde 1870, ~en:cj.asre~íprocamente inco~patible.s. Según~atestiguaba la expe-
cuyos f t ' díecrírninatorios se habían prolongado hasta varias rrencta, aSI como una devoción fervrerrte solfa conjugarse con un
! dé adas después, Ya en Holanda y en Inglaterra' se habían en- ~echazo de }os asuntos ~undano~, los hombres consagrados a los
I corrtrado otras veces en la penosa situación de minoría discrimi- a~pero~,~raJ1nes econól~l1coStendían ~abitualment:e a la Irrdiferen-
'nada, rri más ni menos' que los polacos en Rusia, los hugonote s en CIa religiosa, ¿Por que, pues, las ptij arites clases comerciales ha-
Francia, los no-conformistasien Lnglaterca, y los judíos en todas bían. abrazado el pro!estanti~n:o cuand? los .contro1es de la Iglesia
partes durante 2~OOOaños. Con la: diferencia de que estas mino- medieval sobre la VIda coridiana hablan SIdo 10 'suficientemente
rías se habían resarcido de su-exclusión dé la vida social y política, laxos como par~ no ÍfUr:onet verdaderos obstáculos al surgimien-
intensificando su actividad económica,' cosa que los católicos no to de la ec~no~aJ c:apltwsta? Los protestantes habían reemplazado
hicieron. El quinto argumento aludía a la existencia archiconocida la toleranCIa catolica por una concienzuda regulación de la vida
de sectas como las de los cuáqueros y bautistas; proverbiales por pública y privada. Sin embargo, la- burguesía había salido en de-
su fortuna, ranto corno por su piedad. No les habían faltado,en f~~sa de «esta tiranía sin precedentes del puzitanismov.v" Por
.el siglo XVII, predicadores que exaltaranjubilosamente la confian- CIerto que las clases medias, que pocas veces se habían señalado
za que su rectitud inspiraba en todos, mientras los «pecadores por su heroísmo o por su ardiente religiosidad, revelaron cuali-
hijos del mundo" se miraban entre sí con recelo en asuntos de dades de carácter realmente heroicas en la aceptación y la defensa
negocios. de una forma de vida ascética.Y Así, en 'la época de la Reforma,
I Weber se preguntó luego si la afinidad entre el protestantismo y estas clases pr6speras' se' apartaron considerablemente del mero
! el espíritu cápitalista no sería simplemente, una adaptación a cir-
afán de lucro, la indiferencia religiosa y el hedonismo más o me-
I cunstancias económicas cambiantes. Una aproximación al proble- nos franco, que distinguían habitualmente a los, grupos sociales
,i ma consistía en, buscar ejemplos históricos más antiguos en los comprometidos en empresas económicas.
i que se viera prevalecer la ética .prorestarrte en áreas económica- Weber se propuso explicar la paradoja en La ética protestante,
! mente atrasadas o se xlemostrara el predominio del catolicisino a mostra~d~ cómo .algunas formas de protestantismo habían Ilegado
despecho de una floreciente economía capitalista. Así, la situación , a. ~onstl~lr una Importante .fuente de incentivos para ia persecu-
dePennsylvania en el siglo XVIII, cuyo atraso económico no cabía cron racional del lucro. En ttemposde la Reforma, las actividades
negar, siendo en cambio fehaciente su «espíritu capitalista»; así, mundanas habían adqui.rido un positivo significado espiritual, y
en el extremo opuesto, la de;Amberes y Florencia, que, en plena moral: . parecía. necesari? "analizar ciertas doctrinas teo1ógicas del
expansión capitalista, habían permanecido católicas durante la movtrniento, SI se querra arribar a una correcta y profunda com-
[Reforma.13 "
prensión de este fenómeno: '
Ejemplos tales confirman una conclusión previa de Weber: las
ideas no tendrían que contemplarse nunca en función exclusiva El descubrimiento de las causas históricas (de un gran cambio
de variables depe~dientes. . . y como quiera que sea, el problema cultural) se facilitaría mucho, sin duda, si pudiéramos' deducir la
~fundamenta1 de La ética protestante queda enpíe. Por cierto que emergencia' de ciertos estilos de vida particulares, con. solo re-
S1,lautor discernía un problema importante donde 'cualquier otro' montamos a los postulados abstractos de la «psicología». La reali-
habría dado por supuesta: la solución. Parecía bastante verosímil dad histórica, empero, no se deja manejar ... Al fin y al cabo, la
que en el 'curso del siglo XVI las comarcas' y las ciudades más, gente de ese período (la Reforma) tenía ideas muy personales
I ricas se hubieran vuelto hacia el protestantismo si éste les allana- sobre 10 que le aguardaba en la vida futura; así como sobre los
ba en realidad 1 camino del provecho pecuniario. Pero a los ojos medios, a, su, alcance para mejorar sus perspectivas al respecto, y
'de Web r había en 110 una tremenda paradoja, porque la reli- a estas ideas, ajustaba su conducta. La orientación de la conduc-
I giosidad Int n a y la actividad económica intensa errtrañaban ten- ta varíaba con las diferentes -ideas (que se elaboraron ) acerca de
las condiciones que (el individuo) debe cumplir para estar seguro
d su salvación. Y estas ideas diferentes llegaron' a cobrar signifi-
a i n u' ~ d arrollo de la cultura. . . por mucho que a los hom-

in-
, en contraste con la religiosidad de
judíos V los puritanos, puede leerse en

70
111, .11 11, Iy I¡ /1 uesre representarse el .poder y el tormento de ta- pafie 9. la salvación, De ahí que el .hornbre natural, sierido total-
l! ,'11111'1' 'lojJ. s metaffsicas.Y mente contrario a ese bien, y hundido como está en la muerte
de la culpa, no puede por sus solas fuerzas corrvertirse, ni prepa-
I ,11
j" en que W eber. se fij6 fue demostrar 'que los conceptos éticos rarse para éU':O .
II "tlar .s, en el período de la Reforma, se relacionaban con sus
(1, "t:dnas teológicas, y verificar luego si la nueva orientación mun- Al desentrañar la susrancia de esta pragmática, la Confesión :ha--
Llalla tenía una efectiva relación con las ideas zelrgíosas de la bla del eterno e inalte-,,-~
11e designio de Dios, del misterio Ines-
época.?" crutable y el soberano a1'L'+-.-1,-"
de su" Voluntad, según los cuales
A ninguno de los grandes reforrnadores se le había ocu;rido el" otorga o niega misericordia con".. da .gratuita de su Amor, «sin
pensamiento de promover «el espíritu del cap itafisrno s ; pero él contar con que la czia rura ponga de su parte fe, ni buenas obras,
esperaba demostrar que sus doctrinas contenían alicientes Implf- ni cosa alguna a modo de condiciones'>, únican1ente para gloria
citas en esa dirección .. , especialmente la doctrina calvinista cle de su Omniposencía Suprema.
1~ predestinad~n, según la cual el estado de gracia de cada indi~ "iX'!eberpensaba que semejante doctrma, que elirniriaba todos los
vicluo estaba dispuesto, por inexorable elección divina desde la signos exteriores del estado de gracia y revestía la imagen de
creación del mundo y."para toda la eternidad. Era tan' imposible Dios de tan terrible majestad que trascendía todo humano~ empe-
que pendiera la gracia de Dios el hombre a quien le había sido ño y toda Irurnaria comprensi6n, po r fuerza debía conturbar Pl:o-
concedida, como que aquel a quien le había sido negada la alcan- fundamente al hombre cornún. Ante este Dios estaba corobfeta~
zara. De .ahí que el estado de grada se concibiera como ;;:pl'oduc-' mente solo. No podía ayudado el sacerdote, porque solo ~1l el
to exclusivo de un poder absoluto», y no pudie:ra «deber nada a más Íntimo secreto de sus corazones éra dado a los elegidos com-
la cooperación propia (del hombre) ni ... estar viriculado- a obras prender la obra divina. No podían ayudado los sacramentos, por-
o cualidades de su fe y voluntad propias (del IxombreI» .18 que su ,observa,nda estricta no era un medio de alcanzar la gracia.
La idea de la predestinación había sido desarrollada por Calvino "No podía ayudado la iglesia, porque su grey incluía a los conde-
(1509-1564) en las polémicas doctr inarias con sus adversarios. nados, .21 quienes debía obligarse a cumplir los mandamientos de
Lc:s ?c:mbres, según él, existen por vohrntad de Dios. Aplicar Dios, aunque.' con ello no ganasen la salvación. Tampoco podía
prrncrpros terrenales de justicia a Sus' designios soberanos es ayudado la comunidad de la secta, pues por el mismo hecho de
prueba de petulancia y falta de fe. Esto puede saberse y no más: excluir de sí a todos los rncrédulos aumentaba, con el temor del
que algunos hombres se salvan y el resto se condena. Suponer 10 ostracismo social, el terror de la incertidumbre religiosa. Ni Dios
c01;tr::rio. ;:s a~mitir una contradicción evidente; es aceptar que podía ayudado,· porque Cristo había muerto por los elegidos; no,
la .Insignificancia humana puede influir de algún modo -por su ciertamente, para. redimir a los que estaban condenados a una
mento o por su culpa- en los decretos Iíbérrímos de Dios y" muerte eterna. Por 'último, la confesión personal había caído en
A Weber le interesó primordialmente el desarrollo de la doctrina desuso, de manera que el creyente no tenía dónde encontrar ali-
calvinista en los movimientos puritanos de los siglos XVI y XVII, vio para el peso agobiador de sus pecados.f"
que habían revelado sus incentivos implícitos. Us6 como fuente Calvino había enseñado que no debía buscarse otro consuelo que
e~ texto de la Confesión de WestmÍllster, de 1647, con prefcren- la verdadera fe. Cada hombre tenía la obligación de considerarse
cIa. a la formulación del propio Calvino, para caracterizar la aus- elegido, y de rechazar cualquier duda al respecto, como una ten-
ten?-ad aterradora con que esta creencia debió presentarse a los taci6n del demonio, por que la falta de confianza en sí W-IS1TIO se
p'urrtarros de aquel período ulterior. interpretaba como señal de una fe L11suficiente.Para obtener esta
confianza se recomendaba el trabajo constante en una vocación.
El hombre.; por su caída en el pecado, ha perdido completamente Por medio de su incesante -acrivídad al servicio de Dios, el cre-
toda capacidad de aspirar a cualquier bien espiritual que aCOID- yente fortalecía su confianza en sí mismo como instrumento acti-
vo de la voluntad divina. Esta idea comportaba una tensión rre-
16 Max' Weber: Kritiscbe Bemerkungen zu den oorssebenden «kritischen
Beitrdgen»; Archiv fi}-r Sozia1wisseuschaft, vol, Xl>."V (1907), pág. 248. 20 Citado en ibi d. págs. 99-100.
17 <;:f . .I~ reelaboracíón de sus procedimientos y propósitos, en-Max Weber: 21 Ibíd., págs. 114-18. Cabe añadir que algunos críticos objetaron, a este
A1!tzkrztzsches Schlusswort zum «Geist des Kapitalísmus», Archiv füx Sozial- punto del análisis, que infiere una condición psicológica -el sentimiento de
W'lssenschaft, voLxxxr (1910), págs. 581-82. angustia religiosa- del examen de doctrinas e instituciones. En, el cap.
18 Protestant Etbic, págs. 101-02. ' VIII consideramos esta y otras cuestiones críticas referentes a la sociología
·19 Ibíd., pág. 103. de la religión.

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'mend.l: 1 al'virrisrn había eliminado todos los medios mágicos mayor gloria de Dios. S<:lo una ~i~a de actividad in~;nsa colmaba'
d obt ner la alvacíón. in ellos, el creyente la idea puritana de la piedad reltgíosa, "Para la .acClonha. m~nte-
riido Dios 'al hombre y sus actividades; el trabajo es la, finalidad
I ••• d bfa nu.ncrar a la espetanza de compensar las horas de de- moral, y aIa vez natural, ,de la ,energía: .. No hay ,me~o más alto
bilidad de Irreflexión intensificando el empeño en otras horas ... para servir y honrara DlOS que la acción»', e..sc;nblaRich3!~ l?ax-
N 1 abfa lugar aquí para el· humanisimo .ciclo católico que ern- ter. Y John· Bunyan declaraba, con su caust1cld,~d c~rac~enst1ca:
i za por el pecado, atraviesa el arrepentimiento y la penitencia, «No se os dirá:" ¿Habéis creído?", sino "sto: ¿FuIst~ls de los
y desemboca en la absolución, para caer de nuevo en el pecado ... que hacen, o solo de los que hablan?"». Una vidaac;t;va debía,
La conducta moral del hombre medio perdía así su carácter Im- indudablemente concebirse como una forma de devoción, puesto
,I remeditado y asistemático.-.. Solo una vida guiada por una que a ambas se' les' aplicaba el mismo vocabulario, ,
reflexión constante podía consumar la conquista sobre el estado Los escritos de edificación puritanos exaltaban el valor del tr~-
de naturaleza. Esta racionalización ·había conferido su peculiar bajo como defensa, contra tentac:i01;es.tal.es como las dudas reli-
, tendencia ascética a la fe renovada ... 22 . giosas, el sentimiento de, la propra m'!igmdad o l~s deseos s:xua.
les. En este sentido negativo, el elogia del trabajo promovra un
Tal tendencia ascézica explicaba, a su vez, la afinidad entre el .mtnucioso vcódigo de conducta. Perder el tiempo es un pecado
I calvinismo y el «espíritu del capitalismo». mortal, porque la duración de la vida es .infinitamente breve .Y
W eber pensaba que estas y' otras doctrinas teológicas similares preciosa: el hombre ha de emplear cada rmmrto de ella en s~rvlr
I debían contemplarse desde el punto de vista de las promesas que a la mayor gloria de Dios, y en as:~urar~e de ser un «.ele~~do».
presentaban al creyente, de los peligros contra los cuales lo pre- . Malgastar el tiempo en la conversaclOn. ociosa, en la soclabili~ad,
venían .y de las líneas de conducta que estimulaba el cuadro' con- en el sueño -si excediere de lo que eXIge la salud-, hast~. en la
siguiente de las relaciones entre el hombre y Dios. Pero a fin de contemplación religiosa -si fuere en desmedro de . la: Jornada
'que se viese que el calvinismo había alentado, de hecho, el es- de ttabajo-, es un pecado, porque aparta del cump~;ento ac-
fuerzo sin tregua, era necesario mostrar que sus doctrinas habían tivode'la voluntad de Dios en el ejercicio de una vocación.P" .
proporcionado al laico incentivos poderosos en la' vida cotidiana Por 10 demás, el trabajo incansable no era simp1e~enteun bIen"
de la' comunidad, y con este.' propósito ex-aminó las pastorales de negativo sino el modo de vida ordenado, por DlOS, en .elque
·10s ministros puritanos.~ ; debía pr~barse cada hombre. La utilidad de la tarea se)liZgaba
[Estos escritos estaban llenos de advertencias y exhortaciones, que por sus frutos: ellos indiéabansi había encontrado gracia a los
.a menudo respondían a problemas de conciencia surgidos en el ojos de Dios. Eticamente, la ganro.:ci~y la riquez~ ?o ~:~ mala~
.seno de la congregación. He aquí esquemáticamente el resultado sitio en cuanto impulsaban 'a Iaociocidad y a Ia cliaipación; mer:
;de su análisía.. no hay reposo para el hombre sino en el otro mun- cÍan por el contrario encomio, en cuanto resultaban del cumpli-
do, y Ia:sposesiones de este amenazan su alma porque lo tientan miento del deber. No debía el hombre nel1ar~e a a..c:eptarl~s don~s
a aflojar sus esfuerzos. La admonición de San Pablo: «El que no de Dios, rehusándose a ser su mayordorno r «PodelS trabajar a fin
quiera 'trabajar, no comerá", alcanzaba por igual a todos ,los hom- de enriqueceros para Dios, aunque no para, la carne Y: el p~ca-
bres. Pobres y ricos debían ocuparse en algún trabajo para la do» .25 Mientras la búsqueda eficiente del provecho le irnpustera

24 A este 'respecto denunciaba Wi:!ber el contraste ,ent;re.la máxirria p~a;


mente utilitaria de Franklin, «El tiempo es oro», y las. siguientes ~bserva~-
nes de Baxter: «Mantened siempre en alta estuna el tiempo, y culda?s ca a
día de no perderlo,' más de lo que' os cuic;1aisde no perder CUalqt11<:~ can-
tidad de oro o de plata. Y si. " las tentaciones os robaren algo de ~em~o,
aumentad en proporci6n vuestra vigilia». Citado en P:otestant Etbic, pago
261 n? 14. De acuerdo con estas actitudes se aconsejaba .al creyente que,
II v~a un diario', porque el cristiano deberá un día dar estrrcta cuenta a su
E bi
eñor,
2:5
pág.
.
sta cita del Christian Director-y de Baxter flgur~ e~ Pr<}testat!t ,t
2. Pnm que 'no se interprete -corno una a:rtOrlZaClÓn
dJ
mequrvoca R
1", OAV'el'\ nfrorrtarla con ciertos comeota:.;lOsextraídos d~ Ruth :-
om 1/ 7J"' d crd ruard (1628), que contiene las a?~aClOnes :pc;r~.
11 rr ,.' -«N d b m pensOJ: que el rico no puede ser religioso".Es diflcil;
IV: 11 • qu un '¡; • txen el reino' de 106 cielos, pero O0. Imposible»

74 "
7
1111 1/1 I e gua, y no lo hiciese Incurr-ir en sensualidad, I
"'11 I 11,.' (1 Lcr para el hombre de negocios.
III1 . . Nos interesa verificar aquellos irrz piclso s psíquicos que, &riginados
I 11 1' t ti ,d .f llrit~n~ movilizó todos sus recursos para que este en la creencia religiosa y en' la práctica de la religión, orientaron
dI. 1110.1 las actividades profanas no expusiese al alma a los o-ra- el modo de vivir cot idiano del individuo y lo indujeron a adop-
v: I j¿Jell!S1:os que surgen del interés por los asuntos del mu';do. tarlo.u '
f;
, mbaríendo la vana ostentación, las distracciones de la música .......• 1 1;
:v: del t~atro, y toda comp~acencia de los sentidos en el arte y las :Se rrataba, ]UlCIO,cie una 'tarea pur.amente preIllninar
,8 SU que
ficsras p<.?p~ares, los predicadores procuraron elitninar las ocupa- necesitaba ser completada, antes que pudiera es tirnarse la e.."5:Ú~n.
cienes ft'1VOl~S, a cuen~~ de que con ellas se glorificaba a la carne, sión en que cabía atribu:ir a .esas fuerzas religiosas ciertos aspec-
pero 11,0 a DIos. También abundan en sus escritos las advertencias tos de la cultura moderna.28 Ha de '{enerse en cuenta, pues, que
c~mtra la emoción en la vida prrvada. Veían en las relaciones emo- este ensayo 'sobre el protestantismo ,lna aborda, excepto inciden-
cionales ,~n peligro. encubier-to de idolatría que les inspiraba re- talmente, una imputación causal. Se limita a desbrozar un proble-
celo. Baxter aconsejaba cautela hasta en las relaciones con el ami- ma, 'y 10 propone a la investigación ulterior; es interesante cono-
go.znas ". 1ll~0. 26 Bail ey recomen d aba que' no ' se confiase en nadie, cer qué líneas de ataque le parecieron prornisorras.
salvo en DIOS, que se encarase cada mañana la necesidad de rnez-
c,lar:e con la gente, como la exploración de una selva virgen; llena
"
(1

de acechanzas. Spener adverrfa que el consejo de...un amigo res-


porrde sl~mpre a r~o.nes de la carne y no apunta a la mayor glo- c. .Las ideas C01TIO causas y corrio corrsecu.erxcras
~l~ de DlOS. Los p,?r1t~nos llegaron a proscribir el canto y el ni-
1.~,:~ de l~ cere~oll1a fún<:bre, para .mantenerla exenta de supers- Señaló Weber que, en las áreas afectadas por el puritanismo, las
tlclO?-.e Idolarrfa. Cuafqurer gesto del que resultara un placer se ideas y el comportamiento de la gente acusaban huellas de su
c;:mslderaba moralmente sospechoso, por cuanto el hombre era un influencia, mucho tiempo después de expirar el período de la
sl.mple mayordomo que debía .rendir prolija cuenta de todos los Reforma. Reconocía por ejemplo esas huellas en el moderno es-
bienes que el Señor había puesto a su disposición. rándar de vida ideal propio de la clase media, que aprueba como
En su ensay? .s?bre la ética p.rotestant~ :Weber se atuvo prfncípal- éticos los gastos, con tal que sean necesarios y prácticos. Los
mente al a:"alisIs de las doctrinas teológicas y los escritos pastora- cuáqueros desarrollaron esta idea en sus campañas contra las ten-
les. Int:=~t.? demostrar que la Iógica Inherente a esas doctrinas y taciones de la carne y la suborclinación a las cosas exteriores. Con
a la opimon fundada en ellas habían estimulado directa e Indí- la misma inspiración el puzitanísrno ' había tendido a quitar al
J;ec:amente, el pl::neamiento y el sacrificio en la' persecución del trabajo la satisfacción de una experiencia creativa. El trabajo,
provecho economlCO. Declaró en forma explícita que estaba in- como tal, era ley de Dios; su meta última estaba en la otra vida;
dagando hasta los más pesados y subalternos 'ayudaban a conseguir la cer-
tidumbre de la gracia. El trabajo impersonal y mecánico, los sa-
. . . si cabía discernir. derta.s «afinidades electivas» -y en qué as- larios bajos y la explotación, contaron así con una sanción reli-
pectos. resu!t~ban disce:~bles- entre: determinados tipos de giosa, en los primeros tiempos del capitalismo moderno.
creen~la religiosa y la etrca de una VIda de trabajo cotidiano.' Las ideas religiosas de los siglos XVI :l XVII se reflej aban también
~n V:lTtud de tales afinidades, los movitriientos religiosos habían en ciertas formas de comportamiento. La energía implacable con
lllflUldo s<?b!eel desarrollo de la cultura material, y (un análisis que el puritano se consagraba en cuerpo y alma a su tarea fue
de esas afIll1da~es) .~uede esclarecer, en la medida de 10 posible, juzgada una y otra vez por los luteranos como un rudo aj.et~·ec:
el modo y la dirección general (de dicha influencia) ... que apartaba de Dios. I-Iabía un 'violento contraste entre la predad
(H~er, op. cit., pág. 126). Weber contraponía este enfoque al de Tomás de
luterana -que cultivaba el candor y la efusividad del niño en las
Aqumo (l.22~-74), que miraba el trabajó como parte del orden natural y, relaciones del hombre con un Dios cuya gracia podia recuperarse
c,?mo tal, Indispensable. para el man~enimiento del individuo y de la comu-
niclad. Fue::a de estos fíries, el rrabajo carecía de sentido. El· rico no necesí- 27 GAzRS, ';01. 1, págs. 83-86. Hay 1.U1a traducción algo diferente de los
tab.a 'dttabaJar, y la contemplaci6n religiosa tenía más valor que cualquier mismos pasajes ,en' Protestant Eebic, págs.. 91.-92 y 97. La expresión «afini-
actrvi ad profana. dades electivas» está tomada del tit,.J1o de una novela de Goethe. Weber
26 La amíatad, según de;:ía, era «un acto irracional; e impropio de una cria- la usó a menudo para expresar la Iaivalencía de las. ideas, creadas ? elegid~s
tura raC10nal a:nar a,?adie más eUlá de lo que la razón nos consiente ... Con 1:>01' el individuo (elecrívas ) , y adecuadas" a sus rrrtereses materiales (afi-
harta frecuencia enaJ.:;naba l~ mente del hombre, y hasta interfexia en el cldades). '
amor del hombre a DIOS». CItado en Protestant Ethic, pág. 224, n~ 30. 28 tu«,
}?9,gSM 92 y 183, 1:'

76
" '77
búsqueda de! reino de I?ios, creand? una ética económica. espe-
siempre a través de la conrríelón p nitente-, - y el duro énfasis con- _. ~rameñle 'burguesa;81 Al conocimiento seguro del propio es-
que los puritanos ejercían un dominio constante de sus actos. tado de grada; a la 'interpretación del trabajo Iucrativo como
Webet seguía percibiendo ese contraste en rasgos tan caracterfs- cumplimiento de un deber más alto, había sucedido .~~~pasmos.a
ticos 'como la bonhomía uh poco sentimental (Gemütlichkeit) tranquilidad ,de conciencia, en lo. tocante a la' adqu.isición de ~-
del alemán, frente a la controlada reserva del inglés o a la cordia- nero y a la desigual. distribución de los bien.es del mundo. Hacia
lidad impersonal del norteamericano. En la Gemütlichkeit ale-, el final del ensayo, decía Weber en un pasaje famoso:
mana veía el fruto de una" religiosidad emoríva, arraigada en el
concepto Iuterano del hombre como natural receptáculo de la Los puritanos querían trabajar en una vocación; nosotros, ~n
gracia divina; y remorrtaba val concepto de Calvino, para quien el cambio estamos obligados a hacerlo. Porque cuando el ascetas-
hombre era un mero instrumento de la voluntad de Dios, la, alta mo pas.6 de las celdas rnoriást.icas a la. vida~de c~d~ día, y empezó
estimación en que había llegado a tenerse la impersonalidad más a dominar la moral del mundo, contr-ibuyó a edificar ese tremen-
impávida en la conducta de cada día. De ahí que los alemanes con- do' cosmos del or deri económico rnocler'no. .. Desde que el asee-
denaran el dominio de los impulsos, que caracterizaba a los in- tismo ise encargó de .rernodelar el mundo. .. los bienes materia-
gleses, como una violencia interior que destruía todo sentimiento les han conquistado un poder crecie~te, y ~l cabo ~exorabl~e so-
espontáneo; y que por su parte los ingleses y los norteamerica- bre las vidas humanas, que no hablan teriido en ntngu~a ~poca
nos desdeñaran como una debilidad sensib1era la emoción íntima an terjor de la Irisrorra, Consumado su triunfo, el capltali~m<;>,
con que la tradición luterana había revestido hasta los más humil- que se asienta sobre fundamentos mecánicos, puede prescinclir
des actos. cotidianos.P? . . de! apoyo que recibió del ascetismo. El. :ub?t fugaz de la Ilustra-
Estos legados de tradiciones religiosas diferentes importaban ción, su risueña heredera, parece tarnbién ,trrepatab1emente m~s-
menos, sin embargo, que la 'secularización emprendida por el pu- rlo: la idea de la ptofesi6n vocacional como debe.r ton~a. aun
ritanismo. Al infundir en todas las actividades económicas una nuesttas vidas, entre los farrtasmas de las creencias religiosas
ética de p'lanificación y autodominio, la enseñanza puritana ha- muertas.P"
bía dado aliento al éxito mundano, que minaba a su vez el modo
de vida ascético. Tiempo atrás, e! ascetismo de las órdenes mo- -.;:q eber vis1umbtaba una cantidad de investigaciones posibles en
násticas había conducido también a la adqufsición de posesiones, estas direcciones. ¿De qué modo el tacionalismo ascéti~o. de los
que amenazaron su'baigu.ierrternerrte la forma de vida de la que puritanos había afectado -la org~niZación y la vid~, cotidiana de
habían nacido. El resurgimiento meto dista del· siglo xvrn -podía los grupos, sociales desde que salió de la congregaclO~ y a lo la:-
'verse, 'pues, como uh exacto símil puritano de los movimientos go de todo el C~? que lo encl;tmbt? al estado. ?-aclOnal? ¿Cual
más antiguos, tendientes a .la reformamonástica; ambos apun- había sido su relación con el raclonahsmo humanista, con el em-
tabani hacia una, renovación del ascetismo. Un pasaje de John pirismo científico, con el desarrollo .de.!a te;nología y de la cul-
Wesley, citado por Weber, habla de la «continua' decadencia de . tura modernas? Sin embargo no siguro mas adelante por es~a
la religión pura ... Temo que donde quiera han aumentado las ruta. En vez de Iracerlo volvió a pr-egurrtarse qué proc~so. ~abla
riquezas, la esencia de la religión ha .decrecido en proporción permitido que las doctrinas de la Reforma y las admOnlClOneS
idéntica. .. Porque la religión debe necesariamente producir la morales de los predicadores puritanos se concretaran en «u~ modo
industria, al par que la frugalidad y las riquezas, por el contra-: de VIda común a grupos entetos de hombres». Para avertguatlo
rio, no, pueden producir más que riquezas. Pero con el auinento examinó la comunidad de la secta.i'" Las Iglesias y sectas protes-
de estas aumentará también el orgullo, la ira y e! amor del mun-
do en todas sus ramas" .8<l 31 Benjamín Franldin en su autobiograHa expresó esta ética .en sus COI:s~·
Estas reflexiones se refieren al proceso masivo de seculariza- jos a un joven comerciante. Weber citó e! texto en s.u terrtatrva de definir
e! «espíritu del capitalismo», pero con dIo confundió a numerosos lectli
ci6n, en cuyo curso la industriosidad utilitaria reemplaz6 a la res, ya que la obra .de Erarr'cliri repres=taba tambiéri una etapa en
secularización de, la ética proteetante.
29 Esta caracterización de las tradiciones puritana y luterana se, encuentra 32 Ibid., págs. 181.-82., ' ' ., '
en Protestant Ethic, págs. 126-28 y. passim, Con 'ella cobra sentido otra 33 Cf. Tbe Protessara Sects and tbe Spiri: 01 Capitalisrn, en Essays; pags.
afirmación críptica de 'Weber. Cuando dijo que «apelar al carácter nacional 302-22. Weber destacó en repetidas ocasiones la import~C1a de este articulo,
suele ser una mera confesión de Ignorancia»- (ibíd., pág. 88) se refería pro- que había de incluir subsiguie.tl.temente en su colección de ensayos sobre
, ,sumiblemente a que con este recurso se elude la írrvestígecíón necesaria 8 ciologfa de la religión. Estabr. fundado en parte en las ohservaciories que
para mostrar los antecedentes históricos de las diferencias nacionales ob- había hecho sobre la vida religiosa en EE.UU., durante. su vrsrta de 1904.
servables. .
30 Citado en Protestant Etbic, pág. 175.

,79
78 '.1
1 ,,' V 1.1 1. Iories voluntarias en Estados 'Unidos le "e-
11/ O ,
I 1111" 11111 I I
.anísmo social por el que habían podido 1.rlcu.lcar;e
111 El rniembro de la secta ... debía probar reiteradamente que esta-
1 1 I 11 1 11 I J '1 o, ,los severos ptindpios morales de los predicadore; ba dotado de esas r:ualidades. .. Pprque de igual modo que su
1'''; 'l'l( 5. ~as. ~ectas purrtanas habían constit-,.1idoun caso espe- bienaventuranza en el más allá, toda su vida social aquí y ahora
I I.I~.!. d
aso.Claclon ;roluntana, entre personas que compartfan un
1
dependía de este «probarse» a sí ruisjno ... La experiencia enseña
te ~110 ~ v:da. comun y deseaban excluir, a los incrédulos. del in- que no hay medio rnás eficaz para ~p.quirir determinadas caracte-
1car:n?10social de ~u.grupo. Se establecIeron así entre sus miem- rísticas que la necesidad de mantenerse dentro del cíxculo de los
bros ,:lgorosos sentrrruerrtos de solidaridad sobre la bas-e de las propios compañeros ... <37 ¡~
1
creen 1
1e ~d li - ,-
re !lOS~S comunes, y par su convicción de pertenecer a
os .e.egl os e DlOS fonnaban dentro del mundo una aristocracia La organización soci~. de las sectas había aportado los medios
espírttual de santos p~edestínados, en contraste con 1~ aristocracia para que las enseñanzas éticas de 1ft religiosidad puritana se en-
iSPlrltual de los ;monJes~que se mantenían apartados del mundo. raizaran en un estilo rneróclico-de v,ida.
1
d st shsantos.puntanos se .hab.ían sentido siempre ajenos al resto
e . a uman:dad; la corrcierrcra de la. grada divina les daba una
Weber indicó que 1~ ética protestante no era sino uno entre va-
rios fenómenos que apuntaban a un, incremento del racionalismo
~e mconmovilsl¿ en su propia salvación futura,M y miraban con en diversas esferas de la vida social. "El racionalismo había tenido
esp.recro y. aversión los pecados de los otros. un desarrollo multiform.e,peculiar a la civilización de Occidente,
I?c;sde el prtncípío mismo .d~ la .Reforma, el ingreso a la congrega- y en relación más o m.enos directa con el desarrollo del capita-
CIOr: -~specIaL;:tente el pr.ivilegio de ser admitido a la comunión- lismo. .
hab~a SIdo ;rehIculo del contr~olsocial organizado que se ejercía Así, por ejemplo, aunque el saber y" la observación se cultivaron
soble los m.lembros, y que mas adelarire había contribuido <a fe- en muchos países, los griegos babfan sido los prÍlneros en asociar
niralisn la, moral ascética del rrabajo que más se adecuaba al ea- la astronomía a las rnatemáticas y en llegar a una demostración
p~ta srno moderno en su etapa originaria:»..s'5 racional en geometría; en cambio lii.'astronomía de Babilonia ha-
L~:L,.~ase organi~acional para esra regulación completa de la vid a bía carecido de matemáticas, y la g~on1.etríahindú no había teni-
r~alblo~sase de,?la a los. B~utistas de Zurich, que a principios del do nunca demostración racional. Eh Europa occidental se em-
sl",lo. ",(VI hablan restningiclo su corag.regacrór; a 1.OS.<verdaderos pleó también por primera vez el rhétoclo experirnerrtal, aunque
CrISDanOSl>. Ot~as .corrientes del protestantismo ascético habían las ciencias naturales basadas en la observación, y sin experimenta-
adoptado un entena semejante, según' el cual los verdaderos cre- ción alguna, se cultivaron _en muchos países. De Occidente partió
yentes formaban una comunidad voluntaria, segregada del mun- . la iniciativa de formular y aplicar conceptos racionales en la eru-
do, en la qu~ cada hombre solo s-edejaba guiar por las Escrituras dición histórica y la jurisprudencia, Y' también una. sistematización
en sus relaciones con Díos.P" La disciplina <ecl esiásríca» ·.de las racional de la administración del gobierno y de la empresa eco-
sectas protest.antes e~tab~ e~ manos de laicos. Su vigencia resulta- nómica sin parangón en todo .el Oriente. Al estudiar la ética pro-
ba de la presión s?cIal ejercicla sobre el individuo, que vivía per- testante solo se exploraba, pueS,ruIf.la fase de este esfuerzo por
manentemente VIgilado por sus compañeros. sustraerse a la magia, de ese «desencantamiento del mundo» que
Weber consideraba el sello dís tirrtivo de la cultura occiderrtal.P"
34 Cf. el. comentad'::' de :Web~;; «Lu con~epción del estado de gracia como Por 10' d rnás, esta fase aislada tenía antecedentes propios. La
~~a46~peClede estado éocíal... es m.uy comúns., Praseseant Ethics, pág. 228, inconmovible certeza con que Weber afirmaba que las ideas re-
3~Es~:1s'd pág. 312. Weber, emplea 'el verbo «adecuarse» en su acepción' ligiosas habían contribuido, en este caso, a modificar el curso de
-co oqur e «estar a la: altura de los requer Ímientos o la ocasión» e1:0 los acontecimientos no le irnpiclió reconocer que hasta entonces
~ec~~dando que adequate tiene tar.ibién . w:
.sentido causal y jUIfdic~,Pque
~lcla alalfundamento razonablemente sufícíe.nre para emprender una ac- 37 Ibíd., págs. 320-21. Una de las razones que justificaban este control
Clan eg .' . '. .

b
fo~ t~ preo1pación de las sectas 'puXi~an:'lsr,Ol: la
cal.iftcacíón religiosa de
cos so}a crearles problemas penódicos de organízación 'que estorba-
colectivo del individuo era que la congregación en pleno debía responder
ante Dios por .los méritos de los hermanos admitidos en la Comunión. Y
como solamente los miembros podían atestiguar entre sí sus respectí-

g~ .::0
'. an su tentauva -;lemanten.~ pUX"lla Mesa del' Señor, e:{cluyendo de ella a vas calificaciones religiosas, a menudo se sintió la necesidad de reducir
cuantos .estuV1esensantificados. Do~de "quiera se adJptaba el prindpio el número de los feligreses para posibilitar un juicio más exacto. Un caso
la~«lgl: .~el creyente», se lJJ.anteaoan euros interrogantes: ¿Quién de- pertinente es la «Confesión de Amsterdam» de 1611, que declaraba: «Que
b~~e~~r a
1 .,-
ucron
rJ
tr o ,en los sacramentos, quién.. debía deci.dirlo y sobre qué
be1: rozo algunas de las controver sias que caracterizaron la· evo-
protestantIsmo hasta épocas' recientes.
los miembros de cada iglesia y congregación deberian conocerse unos a
otros .. _ Por 10 tanto una iglesia no deber-ía consistir en una muchedumbre
tal que impidiera el conocimiento recíproco». Citado en ibid., pág. 456, n~ 20.
38 Cf. en Protestant Etbic, págs. 13-26, 76-78, 182-83, diversas manifesta-
ciones sobre el desarrollo multilateral del racionalismo.

80
81
no había hecho tentativa alguna por apreciar el impacto de las bían operado, SL11. proponérselo, una profunda. despersonalización
condiciones sociales y económicaseobre los movimientos religio- en la vida de la familia y del grupo, al exigir que el hombre fuera
sos de la Reforrna.P'' En este sentido consagró particular atención parco en su amor a parientes y allegados, para no eXponer su
a la historia de la ciudad en la Europa del medioevo. Esta parte profesión vocacional a mengua alguna. El aislamiento afectivo en
de su obra nos interesa aquí, porque el remontarse a las manifes- el interior de la comunidad redujo, a su vez, la distancia existente
taciones inici.a1esde una érica del comercio, y de una clase media entre los miembros de la secta y los extraños a ella. El odio es
~rba~a con cierto poder de cohesión social, ayuda a comprender el tan peligroso para el alma como el amor, y cuando se aflojan los
Influjo peculiar del puritanismo. vinculas de la sangre o de la amistad se hace menos imperioso
rechazar al extraño. .
Al principio esta actitud había tenido una base profundamente
ética. Suponía disponer las relaciones humanas con un renuncia-
D. La ética del corriér cio y la ciudad medieval miento tal que el espíritu pudiera consagrarse, libre de cuidados,
al servicio del verdadero fin de la vida, que trascendía todos los
Weber destacó, en su anélisis de las sectas protestantes la extra- intereses mundana1es. Pero esto suponía, a su vez, un quebranta-
ordinaria cohesión íntima que habían logrado en virtud del con- miento de las lealtades de la sangre y una escisión entre los asun-
trol .colectivo y la estricta exclusión de los incrédulos. De acuerdo tos de negocios y los asuntos de familia, consecuencias ambas de
con ~na de sus líneas de 'argumentación favoritas, un grado de una tradición de siglos, que había fomentado la confianza mutua
cohesión tal determinaba ordinariamente una escisión aguda y entre los hombres, como miembros individuales de una comuni-
dura?le entre el interior y. el exterior del grupo. Por singular pa- dad cristiana. Este había sido un factor importante en el desarro-
radoja, en el caso de las sectas protestantes esta escisión no exis- llo del racionalismo económico.
t~a. En vez de ate~erse a un doble criterio, que por un lado impu-
siera la confraterriidad dentro del grupo, y autorizara por otro la Originariamente coexisten y se combinan dos actitudes antagóni-
explotación y el engaño en' perjuicio de los de afuera había sectas cas en lo concerniente al lucro. En 10 interno, se mantiene la
cuyos miembros se enorgullecían de merecer fama' de honrados tradición y subaisten los lazos de piedad. que unen solidariamente
entre los "pecadores hijos del murido>. Para Weber esta integri- a los miembros de la tribu, el clan y la comunidad doméstica, de
dad del criterio ético había tenido particular sismificación en el modo que el desmedido a,.fán de provecho queda excluido del
desarrollo del capitalismo 'moderno. Aunque la p~esentó como un círculo de la confraternidad religiosa; en lo externo, el espíritu de
rasgo puritano, mostró que sus anrecederites se remontaban a la lucro puede actuar con la más absoluta libertad en las relaciones
evolución urbana medieval y,en último término, a los presupues- económicas; ninguna restricción érica alcanza al comportamiento
tos básicos de la cristiandad misrna.t? con el extranjero, que en la sociedad primitiva es siempre un ene-
La ética come.rcial del pttriranismo, que se aplicaba por igual a migo. Una moral rige; pues, las relaciones interiores, y otta cate-
creyentes y a incrédu.los, concernía a la doctrina tanto como a la góricamente distinta las relaciones exteriores. En la evolución de
.práctica pastoral de la secta, De una. sólida formación religiosa, la primera, el cálculo se introduce en la confraternidad tradicional,
reforzada por el temor al ostracismo social, surgía el poderoso y va desplazando poco a poco la antigua vinculación religiosa. En
complejo de incentivos y sanciones que aseguraban la confianza cuanto la contabilidad se establece en el seno de la agrupación
recíproca de los creyentes en las transacciones comerciales efec- familiar, y las relaciones económicas dejan de ser esm-ictamerrte
tuadas dentro de la comunidad. La· desvaloración de todos los comunistas, desaparece la piedad ingenua que había frenado el
vínculos de carácter personal había afianzado proporcionalmente impulso económico. Este aspecto de la evolución es intrínseca-
mente occidental. Por 10 demás, al adoptarse en la economía in-
la fuerza de estos controles sociales. Loste6logos puritanos ha-
t rna el principio específicamente económico, se atempera el des-
39 Y en un aparte caprichoso afiacli6 que, cuando lo hiciera, sus cdtl os I ID did afán de lucro. De ello resulta una vida económica re-
acusarían probablemente de materialismo, como lo acusaban a la sazón d· ulada y un impulso económico que actúa dentro de ciertos Ií-
idealism . Antileritisches zum «Geist des Kapitalismus» en At:cbiv fUr It s. 1
zialwissen haft, vol. xxx (1910), pág. 196, n~ 28.
40 Conviene aclarar que no trató este problema en forma sist 'm((c u, ] i tórica mundial no fue obra, por lo tanto,
bien se ocupó de sus elementos más írnportarrtes en varias p 11' "S ¿¡
obra. El proyecto de studíar la evolución inicial del .d einnlern , y a i ión posterior no haría sino reforzar
. muerte no le permitió umplir, autoriza, a pensar que Ulzá L vi en
dones de pro! orcí nar más adelante el «eslabón perdid ». III " /J rn] 11 011 mI Ilstory, pág. 356.

\
82
11 lit! 111' l/N
í,/I/é desde mucho tiempo antes habían caracterizado a rechos dependían de que perteneci.¡i;~an>efectiva o por 10 menos
11 d IJ
1H cu:opea.42
nominalmente> a gr'up.os de parent<$~co,organizados a su vez en
WI J)< 1, cstirdíó estas tendencias en un análisis comparativo de las unidades militares y politicas.45 Ci~da una de tales asociaciones
Jllt,ltu, íones urbanas.s" Las ciudades de todo el mundo son asen-
representaba la organización de un iéulto religioso, al que el indi-
eamierrcos de personas, en todo o en parte ajenas a 'la localidad.
viduo pertenecía por sus vínculos d~lsarag.re , y en cuanto mien::tbro
Constituyen, pues, el escenario más .an'rigtro donde pueden estu- de una unidad militar y política."l
diarse las relaciones sociales y jurídicas entre forasteros, o entre
Los residentes de la ciudad consrirufan una federación de asocia-
forasteros y nativos.é" Cabe mosrrarlo con insuperable evidencia
ciones con derechos y deberes seposados; no una agrupación de
en un ejemplo extremo. En la China, la Mesopotamia y el Egipto
ciudadanos que, como residentes d~ "la rnísrna comunidad> pose-
antiguos, los jefes militares frecuentemente fundaban a su arbi-
yeran los mismos derechos y deber~~. La diferencia del status ju-
trio una ciudad, o trasladaban su sede. La población de tales
rídico estaba poderosamente reforz/ada por los cultos separados
ciudades se componía de voluntarios y de conscrip tos. En la Me-
de los grupos consanguíneos, y pon las sanciones religiosas 9.ue
sopotarnia, el asentamiento fue prornrnciadamerrte forzoso, por-
protegían la afiliación del individucl .al grupo de yarenteso:,. E.s3a
que 'los nuevos residentes tenían que construir un canal, para
afiliación era tarnlaiéri una marca de status SOCial:la poblaclon
hacer posible la instalación urbana en pleno desierto. El supremo
corrrúrr, que carecía de vinculadone~,: con los grupc;'s.de las farni-
señor político y militar, con su séquito y funcionarios, seguía sien-
lías prorninenres, carecía por igual de derechos polftícos, y,por lo
do en estas ciudades el soberano absoluto, y se impedía o se limi-
taba rnuclao la organización comunal de los residentes. Los que se tanto solo ella estaba organizada sobre la base de su comun per-
asentaban en la ciudad continuaban perteneciendo a sus tribus tenencia a la comunidad local. El d~idadano pleno conservaba, en
cambio su afiliación tr-acliciorralal gnlpo consanguíneo, a la uni-
endogámicas, o bien mantenían' otras vinculaciones anteriores,
locales o de parentesco. Weber observó que este había sido un dad milital' y a la asociación políti9~, t;cicos medios .d~ .1eg~timar
fenómeno universal en los tiempos antiguos, tanto si la ciudad su participación en el culto de la comunrdad y su eleglbihdaCl para
procedía de un asentamiento forzoso, como en caso contrario. En la función pública.46 I

la China, el habitante de la ciudad era considerado habitualmente Las condiciones iban a ser 1J.1.uy dif!#entes en las ciudades medi~~
como rniernbro de su comunidad agraria nativa. En el Cercano vales de la Europa o.ccidental, SObl~~tc;'do en las, nue,:as c.omunl-
Oriente helenístico, amplías capas de 'la población urbana estaban dades que se establecieron al ~orte . .iA1h e~~urgues se. mco:rpo!ab.3
en la misma 'posición. Por cierto que donde los habitantes de la a la ciudadanía y prestaba: su Juram~pto CIV~CO en cahdad de Indi-
ciudad tenían, algunos derechos, frecuentemente los tenían a título viduo. Su integración persc:nal en 1~,!comunidad urbana, y no sus
individual, como en las antiguas ciudades griegas. Pero esos de- lazos de parentesco o de tr ibu, funq{iba sus derechos legales como
ciudadano. Las 'nuevas comunidades" ~ncluian a menudo forasteros
42 Los textos que, comento a contínuacién p tC necen al estudio de Weber procedentes de otras localidades, :te~iones o países. ~a aceptación
Tbe City, ]?ublicado con carácter p6stumo en 1921, e incorporado después' de los forasteros con iguales derechos de c1Udadan~a~ue menos
a Wirtscbaft and Gesellscbaft: Probablemente lo escribi6 de 1911 u 1913, pronunciada en los antiguos aserrtarnierrtos reconstltuldos. co,,?o
aunque algunos de los materiales que incluye pueden encontrara n obras
anteriores desde 1890. El estudio, que alcanzó a ocupar un volumen, cons- ayuntamientos urbanos bajo la direc¿ión de las clases propretarras
tituye uno de los nexos fundamentales de la obra general, aunque la muerte
no permitíó que Weber aclarase explícitamente la relación, Como sus altos 45 En la Grecia antigua -y en otras partes- est?s .grandes. $rupos con-
ensayos, abarca muchos temas diversos, y si por mi parte destaco su arín- sanguíneos estaban organizados en forma de a.s0C;laClOneS ,1);1111 tares (fra-
gencia para los ensayos sobre el protestantismo, con igual derecho podría trias ) y sobre una base tribal, en forma' de asocl~clc:nespolfticas (phyles),
empleárselo a modo de una historia parcial de la democracia en Occidente. Weber ~s6 el término sib para lo que yo Llamaré sm1.:ple~en~e grupo con-
Los comentaristas anteriores de Weber no han concedido a este trabajo la sanguíneo, o grupo de parentesco ampl.io, El vocabular.io tecnrco no .t;arec:;:
atención debida, en particular los que criticaron los ensayos sobre el pro- pertinente cuando se trata de hacer una:"referencia general a,!a. aCCI0?d~
testantismo, sin relacionados con las otras investigaciones. Por suerte se grupo fundada en el parentesco. Sus razc;nes p~r.a.usar, el termino sib Se:
dispone ahora de una traducción inglesa; v. Tbe City ,(tr3:d. y comp. qe encontrarán en GAzRS, vol. II, n? 56, y: su 2?á1isls mas detall,;do. del pa-
Don Martindale y Gertrud Neuwírth, The Free Press, Glencoe, 1958). Puede rentesco, en WuG, vol. 1, págs. 201-04 >':! 'p~sszm, En las tra:t;scnpClonesen
consuftarse también el cap. XXVIII de la General Economic 'History ; que que aparecía el término sib , 10 he sustirrrido por «grupo ae parerrcesco».
resume parte de estos materiales. ' 46 Habría que añadir que esta estructur~¡ de la c~mu:rvdadurbana se man-
43 Cf. Benjamín Nelson: Tbe Idea 01 Usury (Pl:inceton UniversíryT'ress, tuvo en los numerosos casos en que los forasteros se asenta~an con los
Prínceton, 1949), donde la investigación de las mismas tendencias corrobo- nativos en la misma localidad. En tales éaso~, forasteros y n~t:J.vosse aso-
ra, partiendo de otros materiales, el enfoque de Weber. ciaban en una comunidad religiosa por medio de m?, a00 :titua!, auuque
44 Cf, WuG, vol. II, pág. 533. Tbe City, 'págs. 100.04. permanecían divididos en asociac!ones s~~ara~as?establecl~as eo,? crrterros
frecuentemente arbitrarios, a los fines de distribuir la carga irnposrtrva.
11

84
85
1:1
mbarg la iudadanía. no estaba prohibida, en pnin-
rrier iant s 'extranjeros. Solo se excluía de ella a los
dad ju rfdica y política se abolió o se modificó sustancialrnerrte-
con ~l correr del tiempo, y la ciudad se convirtió en una asocia-
u 11. podían -par ticipar en la Comunión ..
1
ción autónoma de propietarios de bienes raíces locales, cuyos pro-
J. r ue la iudad medieval, como la antigua, era una asociación pósitos eran: la .solución amistos~ de los conflicto~; una adini;ll~-
fundada en un culto común, con su iglesia, su santo patrono y tr-ación de juaticia y un monopolio de las oponruriiclades econorm-
la participación de tocloa,Ios ciudadanos en la Comunión y en las cas que 'salvaguardaran y' favorecieran los intereses .-.de los habi-
festividades religiosas oficiales de la comunidad. El cristianismo tantes de la ciudad; una asignación justa y razonable que sustitu-
había desposeído al clan !.de toda significación ritual. Cada comu- yera a la imposición arbit!ari:;t, de los trib~t?~ debidos al señor
nidad cristiana constituía' fundamentalmente una asociación con- local; finalmente, la orgaruzacrori de una miliCla.urbana que des-
[esional de creyentes individuales; no una asociación ritual de tacara el poder político y económico de la comunídad.t"
grupos de parent esco+? La evolución de las ciudades medievales hacia la autonomía local
siguió, a gra~des rasgos, ~no. ~e d?,s.proce,sos. Eri las ciu~ades re-
A pesar de esta deperidencía de un' culto común, la ciudad del cién estab'leciclas, la asocracion CIvil autonoma se fundo a me-
medioevo fue una institu<dón secular. La ciudadanía exigía como nudo en contratos concertados con el fundador o sus sucesores,
requisito previo pertenecer a la iglesia, pero la parroquia dele- si no en estatutos emanados de éstos. Hubo, por lo demás, mu-
gaba en sus dignatario s laicos todo lo concerniente a las relacio- chos casos en que los sucesivos privilegi<?s.concedidos a la, c~m~-
nes jurídicas de la comurridad, n.idad legitimaron, a la larga, una condición de autonomra jura-
La «asociación corrfesiorrale, que definía a la ciudad en la Edad dica y política. Con estos casos <;leautonomía otorgada en f?rn:t~
Media, iba a sufrir una irnporranre transformación política que, voluntaria, o gradualmente o~tenIda, contras.ta el curso, que ~lgulO
iniciada en el siglo XI, se' extendería rápidamente durante el si- la evolución, sobre todo en a.:gunas de las ciudades mas antrguas,
glo XII.48 La ciudadanía había estado sometida, en un comienzo, donde la autonomía local se logró siempre a c;:osta.de u~a usur-
a varias jurisdicciones diferentes y en parte superpuestas, que te- pación de autoridad. En' estos ca~os los propierarros residentes,
nían derechos terr iroriales; sobre la comunidad y otorgaban a los en particular los notables, se cor;luraron ;:c;>ntralos poderes qu.e
ciudadanos ciertos privilegios econórnicos -y jurídicos, en retzibu- ejercían o se arrogaban una. atrtorfdacl «Iegftirna» sobre la comuru-
• ción por el pago de triButos. Sedes. epíscopales con jurisdicci~n dad.50 Los pormenores vanaban de un lugar a otro, y por r~gla
territorial o política; vasallos o funcionarios de reyes. o d~ Ob1S- general la autonomía jurídica ~elograba a raíz de::un~ .suces1ón
pos, que residían en la ciudad; otros vasallos o funClonarl<;>sde más o menos confusa de cambios contractuales, disposiciones es
menor rango; herederos con diversos títu~os 'sob~e la propl~dad tatutarias y actos de usurpación. .,..
familiar; grupos estamentales de uria arrstocracia .tertaten1ente Los efectos sociales y políticos de esta evolución histórica n:eron
que poseía castillos fortificados, con séquito yser\71dumbre más de largo alcance. Allí d~nde se. ~onsumó p1en~mente, las cruda-
o menos considerables; guildas artes anales urbanas... Todos des adquirieron un consejo municipal (uyuntamierrto ) y un p<;>d.er
ejercían autoridad sobre la ciudad y sus residentes. Esta pluralí- parcialmente autónomo para ~ctar sus, propras leyes y admiriis-
trarlas. Esta relativa autonomía se baso en un grupo estamental
47 WuG vol. II pág. 534. Las bastardillas son mas. (Cf. rambíén The City, de propietarios de bie?,es r.afc~s, cuy~ participación .en 'llD:afrat~r-
págs. 102-03. La~ referencias a esta tr~d~cci6n, aparecida antes que termina- nidad, a la que se hablan Iigado por Juramento, l<:>s au~orIzo a ~-
ra mi trabajo, figuran entre parérrteais Junto a. cada erra del orígínal.) .La tervenir de algún modo en la elección de funcionarios ~unIc1-
importancia de esta diferencia en 10 que se refiere al desarrollo económico
salta a la vista si consideramos la investigaci6n anterior de Weber sobre pales.P! Tales elecciones, que reemplazaron. a los nombramierrtos
las asociaciones' mercantiles de' la Edad Media. Mostraba allí la separación
jurídica gradual entre el taller o la oficina y la vivi.~da privada de: la 49 T'be CUy, págs. 104-05, J.08-1~. " . .
familia' entre el nombre de la empresa y el de la familia; entre el capital 50 Según Weber, esos casos debieron ser' mas f;tecuentes de, lo que regís-
comercial y la fortuna privada. Esta separaci6n tropezarfa con grave~ obs- traban los documentos, en parte por la tendencia de los act<;>sde. usurpa-
táculos mientras la solidaridad del parentesco prevaleciera sobre l s mtere- 160 a hacerse graduales, y en parte por el interés de; los funcionarios de la
ses .pe{sonales y econ6micos del individuo. Cf. Protestant tbic, pág. 276, iuda i en destacar la continuidad jurídica de su gobIer~o, aunqt;e se basara
n~ 78, y. General Economic History, págs. 202-29. el In '\.1\' n n. "/ltablecida la autonomía en algunas .cIudades lroport;antes,
48' Las líneas generales de la .tesís de Weber que aquf 11. ilJe t· 8 11. J j pl: pn .OC o rápidamente por adopci6n volun'l:~Ia de las ~utorIdades
manecen válidas frente a la írrvestígación ulteri r 8 el: In nI' seeul«~ a, yn Il 1 B prívilegios jurídicos.>: econ6mIC;0sdel gobierno autó-
autonomía urbana en la Europa medieval. Hay una br v l' s, J 11 lnJ nn 111'1n vI Ierre ventaja competrnva a las CIudades que 10 habían
de estos trabajos recientes en Neue Wege der So.r.ialge cbtcl:t n_ _ ~fl • f. '1'1:. itYr ó". 107-08, 117-19.
rier, págs. 80-115 (Vandenhoeck & Ruprecht, ·tingn, 1 ). lbttl.,
,
V IJ . 8 -Sl, J 10-1 . \

86 7

·1'

anteriores, a cargo de las auto.ridades establecidas, representaron estirrrulaba la igualdad, no solo religiosa sino ad ernás jur.íclica, cte
el paso decisivo en la eroancipadán urbana de todo gobierno feu- toclos Io.r-c.reyerrtes dentro de la c0tR-unidadurbana, y facilitaba la
dal o patrÍInonial. 52 Se prohibió que los funcionarios de la comuna adraisróri de los foraste:ros C01DO ciq;-iadarlOscon iguales derechos,
se sometietan a cualquier otro tipo de autoridad; se abo.lierori , mientras se los adrrrit.ieseen la Corr:\ünión. iv despoiara los víncu-
de un modo_u otro, las fortalezas de los señores seculares o ecle- los de clan. de "toda significación (~1igiosa, el ciis~ianismo había
siástico" ¿entro de los muros de la ciudad, así corno los pr.ivile- hecho posible que los ciudadanos d1? unacomuniclad establecieran
gios señoriales de residencia. Se llegó en esta forma a la conquista una asociación, sin violar las sanciones mágicas y religiosas de su
más importante: la codificación e imposición de un fuero rnurrici, grupo consanguíneo. Babia fomelitado ta:mbién aquella separa-
pal que elinlinaba el combate como forma de prueba, y circuns- ción entre los asuntos de negocios 1)os' asuntos de familia, que se
cribía la acción legal contra los ciudadanos a la jurisdicción ur- fue pronunciando con la crecien-te :ríJécesidadde crédito y las inno-
bana.
vaciones en los métodos de contab~lidad, particularmente en las
Seguramente C:;;:'c"" ,--",racterizacióngeneral simplifica demasiado aún ciudades italianas, -aara culminar en la adrnorricióri de los purita-
el desarrollo de las ciudades italianas que se rornó corno base, y nos contra las rede~ emocionales deUh familia y los arrrigos..
que Weber comparó con lujo de pormenores a ciertos procesos
análogos en otras partes de Europa. Sin embargo, en el presente
contexto acaso basten esas pocas referencias para xecordaral
nante en la evoluciÓn que hizo de ¡*
No había sido, ernpero , el crístian1$mo el único factor determi-
ciudad occidental 'Ll..l'J. ay'urrta-
miento con funcionarios propios. I-Hlbía facilitado esta evolución,
lector el fondo histórico que puede «rectificar el aislarnierrto» del desde el principio, la p:rivilegiada p~sición ju:r.ídicadel ciudadano,
ensayo de Weber sobre la ética protestanre.v" La aplicación de que consistía en el reconocimientGl:de sus derechos subjetivos,
un solo criterio ético a todas las. transacciones comerciales, y el especialrnerrte el de in.tervenir en la'adm.inistraóón de la justicia.55
uso ?e controles de comunidad para garantía de la honradez per- Tales privilegios se relacionaban a :!Sfll vez con ciertas característi-
sonal y la corrección del procedimiento jurídico, sin duda tuvieron cas principales de la organización lpiUtar_ \Xlebe:r destacó que en
importantes antecedentes en el movirnienro hacia la. autonornía Occidente, hasta los tiempos del IJb;¡¡pet'io Romano, el ejército se
urbana iniciado cuatro siglos antes de la Reforma protestante. componía de soldados que se equip>8banpor cuenta propia. Esto
Los servicios de una fraternidad juramentada constituyen un im- significaba que las aut';:tidades sec~lares dependían de la buena
portante precedente de la forma congregacional de gobierno ecle- voluntad del ejército par-ticu.larrnerrte allí donde los funciona-
siástico. La ciudad como asociación confesional de todos los cre- rios administrativos ~uperiores det~an rechrtarse entre las :filas
yentes individuales evidenciaba la destrucción de los vínculos de de la oficialidad militar ~Las asociaciones militares de tropas auto-
clan sancionados ritualmente (por ejemplo en el culto de los an- equipadas fueron la base de la opqsición efectiva al gobernante
tepasados, destrucción que la ciudad medieval y también la Re- supremo, y tales asociaciones no 8010 Sé' ~:;~o.oj.ecí3'n entre ~03 te-
forma protestante debían a la tradición cristiana.P" Esa tradición rratenientes, sino ül1Dbiénentre 10s.IJabitantes de la ciudad.,,6 Por
cierto que la ciudadanía plena en Ias ciudades de la Europa me-
52 El significado de estos términos se examina en el cap. XI. Conviene dieval comportaba el servicio militar obligatorio; sobre esta base
agregar que, desde otro punto de vista, el impulso hacia la autonomía ur- había de zanerse la lucha por la autonomía 3 r:::::'<--<o1 y poHtica de
I1

bana puede interpretarse como una elaboración del gobierno feudal o pa-
trimonial. la ciudad.'"Se obtuvo el triunfo P01-S;:':"c, al declinar las sanciones
53 Cf. Protestant Etbic, pág. 284, n~ 119, donde Weber usa esta expresión reliaíosas que protegían la so.lidar.idad del clan, se había robus-
en la última nota. . tecido correlativamente la unidad urbana, y porque las autoridades
54 Aclar6 más este punto, al 'afirmar que la fraternidad y la comunidad de seculares no disponían de una Fuerza militar estable ni de un
culto solo eran posibles porque el cristianismo primitivo había derribado las
barrer~s_rituales que separaban a judíos y gentiles. El principio de una aparato administrativo que se extendieran a toda la nación. En
cornuriicladde todos los creyentes qued6 ya claramente establecido cuando sus estudios sobre la China y la Lndia, Weber se concentró en el
Pablo reproch6 disimuladamente a Pedro por haberse retirado de la mesa .análisis de los factores que explíc8;?an la inquebrantable firmeza
donde comía con los gentiles, por temor a la censura de los judíos,. que ,:·.1
acahaban de llegar. Pablo dijo a Pedro que si él, con ser judío, vivía «a la dental, por cuanto dicha destrucción e~i' requisito imprescindible, para la
manera de los gentiles», no tenía derecho de inducir a los gentiles a que solidaridad y la acción colectiva de hotclbres que no estaban unidos por
viviesen a la manera de los judíos. «No se justifica el hombre por las obras vínculos de parentesco. Cf. Religion o/ India, págs. 37-38_
~e la ley (como las que se refieren a ciertos alimentos y a la circuncisi6n) 55 Se encontrarán pormenores en Law, oágs. 86, 90 y passim. CL el examen
SIDO por la fe de Jesucristo. " Porque si la justicia viene por la ley, Cristo de los acontecimientos "jurf.dicos de hi ".civilizaciónoccidental, en el cap.
ha muerto en vano» (Gálatas, 2:16, 21. Cf. también 2:11-14). Weber juz- XII, B_
gaba esta destrucción del ghetto y de sus barreras rituales.., como un acon- 56 La significaci6n de este arrtecedentet.para el desarrollo' del feudalismo
tecimiento de tremenda significación en. la historia del cristianismo occi- europeo se considera en el caro XI. "

88 89

•••••••• ]1 ·.bW'Ai/::aaar==== .--.¡~


'F¡i ' ... '.

1'-
nir
I
de los vínculos de parerrtesco en ambos países, el establecimiento
"
!' de una gigantesca Inrrocracia nacional en la China y la ausencia,
en las ciudades y otras instituciones, de ese fenómeno típicamente
occidental que es la autonomía polftica. Este contraste entre
la civilización de Oriente y la de Occidente permite ubicar La
ética protestante en la perspectiva adecuada, Las ideas que ana-o
lizó en ese ensayo no hubieran podido producir el impacto que
",:
\'Veber les atribuía, sin 16:5múltiples legados ideológicos e Insti-
tucionales que poco a pOGOhabían ido haciendo de la población
urbana de la Europa occidental el auditorio más susceptible que
podían encontrar las doctrinas de los grandes reformadores:
-
El origen de una ética racional e intramundana se asocia en 'Oc- ' "

cidente a la aparición de pensadores y profetas. .. que surgieron


en un contexto social ajeno a las culturas asiáticas. Formaban
este contexto los problemas políticos planteados por los grupos
estamentales burgueses de la citfdad, sin los que resultan incon-
cebibles el judaísmo, el cristianismo y el desarrollo del pensa-
miento helenístico.v" '

"

..¡ •

57 GAzRS, vol 1I, pág. 372. (Jf..eligíon 01 India, págs. 337-38. Las referen-
cias a esta traducción inglesa, aparecida después de terminado este libro, se
han añadido entre paréntesis, a~J'continuaciónde cada cita del original.)
.ij:
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