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Un tema que se traslada mucho en las redes sociales, incluso a través de memes y caricaturas, es lo
retadora que se hace una convivencia de 24 horas con niños pequeños, en espacios reducidos, y en la
mayoría de casos, teniendo que teletrabajar al mismo tiempo. Por otro lado, la ansiedad frente a la
expansión del coronavirus y la preocupación de los microempresarios y emprendedores por las pérdidas
económicas.
Se ha puesto énfasis en la importancia de controlar el estrés para mantener un buen estado de salud.
Pero, ¿cómo podemos manejar nuestras emociones en este escenario? Julio César Castro, coordinador
de la carrera de Psicología de la Universidad Científica del Sur, nos da algunas claves esenciales y
consejos para mantener la calma y nutrir nuestra salud mental durante estos días:
Cuando sientas que estás conteniendo rabia, o desesperación, respira profundo; realiza 5 a 7 veces este
ejercicio.
Si tienes pensamientos negativos sobre la enfermedad que incremente tu malestar emocional; fortalece
tu mente con mensajes positivos repitiendo varias veces por ejemplo: “Esta situación va a pasar”, “Es un
proceso y lo mejor que debemos hacer es tener los cuidados sanitarios”, “Hay que tener fuerza,
disciplina y optimismo para superar este mal” “Todo se puede conseguir si tengo tranquilidad, fe y
esperanza”
Si no puedes controlar tus emociones negativas; es bueno compartirlas con personas cercanas para que
puedan ayudarte a tener mejor conciencia y tranquilidad.
Si sigues con dudas no pierdas la paciencia, busca evidencias, información de fuentes confiables que
sean claras y objetivas; no alarmistas o sensacionalistas.
Si tienes mejor control emocional, ayudarás al resto de la familia a estar tranquila e informar
objetivamente sobre la situación real del problema. No ocultes nada, generaría mayor tensión.
También es un momento para realizar actividades personales y/o familiares como escuchar música, ver
videos, realizar ejercicios físicos, juegos de salón o alguna otra actividad.
No alimentes tu miedo ni el de los demás. El miedo puede generar reacciones de hostilidad, agresividad,
impulsividad, de rechazo entre otras.