SERMON DEL LUNES 26 DE OCTUBRE

EL PODER DE LA COMUNIÓN CON DIOS

ORACIÓN INICIAL (FELIPE)
INTRODUCCIÓN
FELIPE: La palabra comunión viene de la palabra griega koinonia que significa tener en
común. No existe ninguna otra manera de conocer a Dios, excepto a través de una vida de
comunión particular y personal. Podemos conocer a alguien e incluso a Jesús por medio
de tres métodos simples, ellos son la base de la vida espiritual. 1. Conversando con él. 2.
Oyendo lo que él tiene para decirme. 3. Andando, trabajando o haciendo cosas juntos.
Todas las otras buenas obras son resultado de ese tiempo diario a solas con Jesús. No
puedo ni siquiera generar la fe por mí mismo; es un don de Dios. Por lo tanto, todo el
fundamento de la vida cristiana es conocer a Jesús y tener una relación personal con él.
Debemos llegar a una relación tan personal, que nuestra voluntad sea absorbida por la
suya. Cristo nos estaba diciendo que no podemos ser cristianos vivos a menos que lo
busquemos diariamente. Nadie es un cristiano vivo a menos que tenga una experiencia
diaria con Dios.
MICHELLE: Vamos a abrir la palabra de nuestro Dios en salmos 100:2
DIALOGO
FELIPE: Hermanos todos ustedes han armado algún rompecabezas alguna vez. Pero para
que todo el cuadro pudiera verse, necesitaba de todas las piezas.
Michelle te quiero preguntar algo. ¿Cómo crees tú que un rompecabezas se parece a los
miembros de la iglesia?
MICHELLE: Felipe, así como en un rompecabezas todas las piezas son necesarias para
completarlo, cada uno de los miembros de la iglesia es necesario e importante para
conformar la alabanza a Dios.
FELIPE: ¿Y será que cuando las piezas están solas pueden hacer el cuadro completo?
MICHELLE: Claro que no, porque cada pieza cumple una función importante, y es solo
cuando las piezas están juntas, que se puede ver el cuadro completo. Hermanos ahora los
invito a leer salmos 100: 1 y 2.
FELIPE: Hermanos, aquí podemos descubrir cuantas personas debemos estar involucradas
en la adoración a Dios y lo que nos debe llevar a pensar es que cuando tomamos parte
activa en el culto estamos respondiendo el amor de Dios.
MICHELLE: La vida de Jesús en la tierra fue dedicada a la oración. Pasó muchas horas a
solas con Dios. Sus frases sinceras subían al trono celestial, buscando sabiduría y fuerza
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que necesitaba para sustentarlo en la obra y para guardarlo de caer en las tentaciones de
Satanás.
FELIPE: Michelle. ¿Qué era lo más importante para Jesús antes de iniciar cualquier
actividad?
MICHELLE: Para Jesús lo más importante era la oración y la comunión con Dios. Lo hacía
en las horas de silencio cuando todos dormían.
FELIPE: Hermanos vamos a leer Lucas 6:12 para darnos cuenta el nivel de comunión que
Jesús tenía con su Padre celestial.
Esto le daba fuerza a nuestro salvador para pasar todo el día enseñando, dando vista a los
ciegos, haciendo caminar a los cojos, expulsando la fiebre, purificando leprosos, abriendo
los oídos de los sordos y resucitando a los muertos. Liberto a muchos de las garras del
enemigo.
MICHELLE: ¿Hermanos, ustedes creen que Jesús pudo haber hecho todo lo que hizo sin
tener cada día un momento a solas con Dios? (esperar que la congregación responda).
Claro que no, porque…
¨Todos los que están en la escuela de Dios, necesitan de una hora tranquila para la
meditación, a solas consigo mismos, con la naturaleza y con Dios¨ Servicio Cristiano,
pagina 309. (LEER)
FELIPE: Nuestras oraciones pueden tener muchas formas dependiendo del momento y la
necesidad de nuestro corazón:
- En horas de peligro (MICHELLE)
- En horas de tentación (FELIPE)
- Cuando necesitamos sabiduría (MICHELLE)
- Cuando queremos compañía (FELIPE)
¿En que otros momentos necesitamos de la oración hermanos? (Esperar que la
congregación responda). Dios es nuestro Padre amoroso y como padre está a nuestra
disposición siempre. Un padre terrenal no está siempre a nuestra disposición, pero esto
no sucede con nuestro padre celestial que nunca soltará nuestra mano. Podemos confiar.
El pide solamente una cosa. Conversa conmigo siempre para que nuestra confianza y
amistad crezcan.
CONCLUSIÓN
MICHELLE: ¿Deseamos que Jesús sea nuestro amigo? Él está a nuestra disposición.
Digámosle a Jesús que queremos ser su amigo y conversar con él todo el día.
Elena de White nos dice ¨ Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a un amigo.
No es que se necesite esto para que Dios sepa lo que somos, sino a fin de capacitarnos
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para recibirle. La oración no baja a Dios hacia nosotros, antes bien nos eleva a El¨. Camino
a Cristo página 92. (LEER) Vamos a terminar con una oración…
1. Escoge una hora: Así como tienes una determinada hora cada día para tus comidas, elige
también una hora para estar a solas con Dios, para meditar, orar y leer las Escrituras.
¿Sabes que cada día de 24 horas tienes a tu disposición 96 períodos de 15 minutos? ¿Por
qué no reservar, entonces, 2 o 3 de esos períodos para la comunicación diaria con Dios? 2.
Escoge un lugar: El lugar para tu hora de comunión debe ser silencioso, y donde otras
personas no puedan estropear tu concentración y atención. Puede ser en la sala, en el
dormitorio, en el escritorio, o en medio de la naturaleza, debajo de un árbol, a orillas de
un río, como frecuentemente hacía Jesús. Lo importante es que el lugar sea, de
preferencia, el mismo cada día, y que tú te sientas cómodo. 3. Procura tranquilizarte:
Olvida, en esa hora, tus preocupaciones, y emplea los primeros minutos en total silencio,
preparando así el corazón para la comunión con Dios. Si mientras transcurre la hora de
comunión te viene a la mente algo importante de tu trabajo, anótalo en una hoja de
papel, y así dejará de molestarte. 4. Ten en vista el objetivo de esa hora: Estás allí para
meditar, para hablar con Dios, para oír su voz, para orar. No permitas que ninguna otra
cosa te desvíe de ese plan. No uses ese tiempo para pensar en programas de la iglesia, o
en cosas semejantes. Esa es la hora dedicada a la comunión con Dios, sin ningún otro
compromiso. 5. Comienza con una invocación: Habla con Dios con total naturalidad.
Invítalo a estar contigo en aquella hora, y pídele que te bendiga en los momentos de
meditación, lectura de la Biblia y oración. 6. Usa la Biblia: Escoge una porción de la Palabra
de Dios y léela tranquilamente, meditando en cada frase, en cada punto allí expuesto,
procurando oír la voz de Dios a través de esa lectura. El Espíritu Santo podrá revelarte
maravillosas verdades para tu vida cristiana. Si lo prefieres, puedes comenzar por los
evangelios, leyendo un tópico cada día. Te sorprenderás con la cantidad de nuevas gemas
preciosas que descubrirás. Ten a la mano un cuaderno para anotar tus nuevos
descubrimientos del Libro Sagrado. 7. Otros libros devocionales: Además de la Biblia,
puedes leer otros buenos libros para la meditación, tales como El camino a Cristo, El
Deseado de todas las gentes, Palabras de vida del gran Maestro, El discurso maestro de
Jesucristo, y tantos otros. Lo importante no es leer mucho, sino leer y meditar en una
porción que sea suficiente para tu alimentación espiritual.

: "Si queremos entrar en la ciudad de Dios y contemplar a Jesús en su gloria, debemos

acostumbrarnos a contemplarlo aquí con los ojos de la fe. Las palabras y el carácter de Cristo
deberían ser con frecuencia el tema de nuestros pensamientos y nuestra conversación, y se
debería dedicar diariamente algún tiempo a la meditación, acompañada de oración, de estos
temas sagrados". -Mensajes para los jóvenes, pp. 111, 112.

"Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien
has enviado". -Juan 17: 3.

"Al espaciarse en la perfección del carácter de Dios, la mente se renueva y el alma vuelve a
crearse a su imagen... "El ideal que Dios tiene para sus hijos está por encima del alcance del
más elevado pensamiento humano. La meta a alcanzar es la piedad, la semejanza a Dios". –la
educación., p. 16.
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"Si mantenemos al Señor constantemente delante de nosotros... tendremos una frescura

perdurable en nuestra vida religiosa. Nuestras oraciones tomarán la forma de una
conversación con Dios, como si habláramos con un amigo". -Palabras de vida del gran
Maestro, p. 120.

"Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque lo llevó Dios". -Génesis 5: 24.

"Mientras atendemos nuestros quehaceres diarios, deberíamos elevar el corazón al cielo en

oración. Estas peticiones silenciosas suben como incienso ante el trono de gracia; y los
esfuerzos del enemigo quedan frustrados... Así fue como anduvo Enoc con Dios. Y Dios estaba
con él, sirviéndole de fuerte auxilio en todo momento de necesidad... "La oración es el aliento
del corazón. Es el secreto del poder espiritual. No puede ser sustituida por ningún otro medio
de gracia, y conservarse, sin embargo, la salud del espíritu. La oración pone al corazón en
inmediato contacto con la Fuente de la vida,' y fortalece los tendones y músculos de la
experiencia religiosa". -Obreros evangélicos, pp. 267, 268.

"El corazón de Enoc estaba fijo en los tesoros eternos. Había contemplado la ciudad celestial.
Había visto al Rey en su gloria en medio de Sión. Cuanto mayor era la iniquidad prevaleciente,
tanto más intensa era su nostalgia por el hogar de Dios... " 'Bienaventurados los de limpio
corazón: porque ellos verán a Dios' (Mat. 5 :8). Durante trescientos años Enoc buscó la pureza
del corazón, para estar en armonía con el Cielo. Durante tres siglos anduvo con Dios. Día tras
día anheló una unión más íntima; esa comunión se hizo más y más estrecha, hasta que Dios lo
llevó consigo. Había llegado al umbral del mundo eterno, a un paso de la tierra de los
bienaventurados; se le abrieron los portales, y continuando su andar con Dios, tanto tiempo
perseguido en la tierra, entró por las puertas de la santa ciudad... "Dios nos llama a una
comunión tal". -Testimonies for the Church, t. 8, pp. 330, 331.

1 Juan 1:3 (RVR1960)

lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con
nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.
1 Juan 1:6 (RVR1960)
Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la
verdad;
Salmos 25:14 (RVR1960)
La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto.
1 Juan 1:7 (RVR1960)
pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de
Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. (la comunión con otros es el resultado de la
comunión con Dios)
San Juan 1:18 (DHH)
Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo único, que es Dios y que vive en íntima comunión con el Padre,
es quien nos lo ha dado a conocer. Juan el Bautista da testimoniode Jesucristo (Mt 3.11-12; Mc
1.7-8; Lc 3.15-17)
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1 Juan 4:6 (DHH)