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El Jardín de cemento - Ian McEwan

http://loqueleolocuento.blogspot.com/2013/05/jardin-de-cemento-ian-mcewan_5.html

Título original: The cement garden

Sinopsis: En una casa de los suburbios de Londres, vive un familia como cualquiera otra, hasta
el día en que fallece el padre y en que los hijos deben asumir la gestión de la casa y de sus
propias vidas, ya que la madre padece una grave enfermedad que la obliga a permanecer
encerrada en su cuarto. Esta repentina e inesperada ausencia de la autoridad, del punto de
referencia que siempre es un padre, lleva esta pequeña comunidad de adolescentes a crear una
nueva organización, un nuevo sistema de vida, que, gracias a una gradual escalada de insólitas
situaciones, los convierte en seres extraños, que actúan de un modo poco usual, ajenos a las
normas que rigen una sociedad patriarcal como la nuestra. ¿Serán pequeños monstruos, o
simplemente seres de otra galaxia? ¿Cómo afrontarán el despertar del sexo, la muerte, la
convivencia, la justicia, la violencia?

Los protagonistas de esta historia quedan huérfanos no sólo de padres, sino también de
referencias sociales y, por tanto, libres de tabúes y códigos. Cuando el libro termina,
probablemente podría empezarse otro en el que se nos describa cómo, una vez que el "orden" se
reestablece se adaptan a las convenciones sociales.

Un libro valiente y una lectura dura, a la par que sensible. Narrativamente impecable, pero una
lectura cuya sensación posterior persevera durante días. Hacer cotidiano hechos que no lo son
pone los pelos de punta. A partir de una situación controvertida (cuanto menos), terminamos por
ver los acontecimientos posteriores como cotidianos, o al menos dotados de cierta naturalidad
que, no obstante, invitan a la reflexión: ¿qué puede suceder si se va en “dirección contraria”? ¿si
nos saltamos las normas? ¿si desconocemos las reglas no escritas pero férreamente
establecidas?

Son varios los temas tabúes que aborda Ian McEwan en este (no muy extenso) relato. Y lo hace
con tal habilidad que dudo que pueda ofender o escandalizar, pero sí hacer reflexionar sobre
hasta qué punto se aceptan ciertas cosas porque vienen “de serie” y no nos las cuestionamos. La
naturalidad con que sucede todo viene provocada por la falta de sentimiento de culpa. La culpa,
esa mano negra e invisible que nos atenaza tantas veces de forma innecesaria y que en muchas
ocasiones ha ido asociada a todo aquello que se relacione con el placer (especialmente el placer
carnal).

Os invito a una lectura reposada de este libro, breve, que aborda el incesto desde la perspectiva
de la ausencia de culpa por “desconocer” la norma. El relato es ameno, no hay juicios de valor,
hay naturalidad, hay humanidad, hay normalidad y hay ausencia de hipocresía. 

Publicado por Ana Blasfuemia en 18:44 (©AnaBlasfuemia)

………………………

"Yo no maté a mi padre, pero a veces me he sentido como si hubiera contribuido a ello. Y, de no
ser porque coincidió con un momento específico de mi desarrollo físico, su muerte me pareció
insignificante comparada con lo que siguió". Ya desde el prólogo nos da una orientación clara
Ian McEwan de por donde va ir su libro. Muerto el padre y recluida la madre en una habitación
que se convierte durante un tiempo en el centro de la casa vamos asistiendo a una reorientación
de normas que parecían inamovibles fijadas por sus padres y por la sociedad. Esas normas van a
saltar por los aires cuando la madre fallezca entonces los cuatro hermanos dos jóvenes, una
adolescente y un niño pequeño sí que tendrán que reinventarse unos nuevos esquemas, otros
valores, otra manera de comportarse ante ellos mismos y ante la sociedad. Esas normas y
valores estarán exentos de gran parte de los tabúes que nos hacen comportarnos de la manera
que esperan que lo hagamos conforme a unas normas rígidas sobre lo que está bien y lo que está
mal. Me gusta una referencia del autor que pone en boca del narrador y protagonista: "Me senté
en la cama. El suelo estaba lleno de libros, algunos abiertos y boca abajo. Muchos eran de la
biblioteca, e iba ya a coger uno cuando eso de pensar en los libros me llenó de un repentino
hastío", ¿no está mal verdad para los que nos gustan los libros? En fin así podríamos ser
nosotros en todo o en parte si nos despojáramos de los corsés que afortunadamente en ocasiones
nos comprimen y hacen que nos comportemos como esperan de nosotros.
Excelente libro
durruti36lunes, mayo 13, 2013

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