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1-La posesión.

La posesión consiste en una situación o estado de hecho de la cual derivan consecuencias

jurídicas que, de ordinario, vienen a proteger en mayor o menor medida esa situación o estado de

hecho. Si se emplea la palabra posesión en su sentido más amplio, puede decirse que posee aquél

que de hecho actúa como titular de un derecho o atributo en el sentido de que, sea o no sea el

verdadero titular, de facto, goza de las ventajas y soporta los deberes que normalmente

corresponde gozar y soportar al titular del respectivo derecho o atributo. Es natural que semejante

actuación cree la apariencia de que quien la realiza es el verdadero titular del derecho o atributo

de que se trate. Así se comprende el aserto de que "la posesión es la imagen del derecho".

En ese amplio sentido se habla no sólo de la posesión de las cosas sino de la posesión de diversos

derechos reales, de la posesión de herencia, de la posesión de estado, de la posesión de créditos,

entre otros.

La posesión es un hecho jurídico que produce consecuencia jurídica y consiste en que una

persona tenga en su poder una cosa corporal como señor y dueño.

En las comunidades primitivas, posesión y propiedad se confundían, hasta que el derecho

romano comenzó a regular la propiedad de forma separada marcando sus diferencias. Según

esta doctrina, la posesión era un estado protegible.

Es una situación de hecho, mas no de derecho como la propiedad, derecho real por excelencia y

consecuencia de la posesión a través de la prescripción.

La posesión requiere dos elementos: el corpus, o exteriorización de dicho poder sobre la cosa,

aunque no consista en su efectiva tenencia física, y el animus, o intención de poseer la cosa. Se

discute si la posesión en un simple hecho o un verdadero derecho, siendo la doctrina mayoritaria

la que defiende la naturaleza de la posesión como un verdadero derecho debido a las

disposiciones del CC. Existen diversas clasificaciones de la posesión: natural y civil, en nombre
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propio y nombre ajeno, en concepto de dueño o en concepto distinto de dueño, de buena

fe o mala fe, y mediata o inmediata.

Autor: Einstein Alejandro Morales Galito. (1 de abril de 2019).

En términos generales la posesión es la adquisición de un bien, ya sea propiedad, herencia,

créditos entre otros, de manera de satisfacer o gozar de cualquier elemento que se obtenga

teniendo muy en cuenta que este puede ser el titular de ese bien o no serlo, ya que la posesión

determinadamente es un hecho jurídico importante básicamente. En pocas palabras el titular

cumple recibiendo el beneficio y además se responsabiliza haciendo frente a todos los deberes

que se requieran en diferentes aspectos de lo que se tenga como tal, dando a entender así mismo

estar capacitado, mereciendo ser el dueño o titular y recibiendo los beneficios en este frente

jurídico.

2-Legitima y precaria, elementos de la misma.

Definida la posesión como la detentación material de una cosa con la convicción de ser su dueño,

la posesión legítima es aquella donde el poseedor coincide con el propietario, por lo tanto, no

solo es poseedor de hecho, sino también de derecho. Se da cuando concurre la continuidad, que

sea pacífica, pública, no equivoca y con la intención de tener la cosa como suya propia. La

posesión legítima supone la existencia de todos los requisitos exigidos por la ley entre los cuales

se encuentran los siguientes elementos:

-Continuidad.

-No interrupción.

-Pacífica.

-Pública.

-No equivoca.

-Y con la intención de tener la cosa como suya propia.


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Las tres condiciones de la posesión en precario son, un acto de cesión por parte del que entrega la

cosa, que la cesión sea gratuita y la falta de fijación de un término de devolución.

Cuando alguien tiene la posesión en precario de un bien y se pretende su recuperación por el

dueño, se ha de iniciar la acción de desahucio por precario.

La posesión precaria, es en algunos casos identificada con la tenencia, que implica la detentación

material de una cosa, pero reconociendo que otra persona es su dueño. Esto ocurre por ejemplo,

en el caso de un alquiler o contrato de arrendamiento, donde el inquilino usa y goza la cosa de

otro, pero con la convicción de que al término del contrato deberá devolverla a su legítimo dueño.

Otros casos de posesión precaria en este sentido, son los del comodatario y los del depositario.

En la posesión precaria o tenencia, no se transfiere un derecho real; la prestación no consiste en

un “daré” como la llamaban los romanos, sino solo en un “prestare”. El tenedor posee el

elemento material, “el corpus” pero le falta el elemento intencional “el animus”. Poseedor

precario es el que ocupa un bien sin título, ya sea porque nunca lo tuvo o porque el que tenía ha

fenecido.

Autor: Francisco Sevilla Cáceres (19 de mayo, 2020).

Cabe destacar que la posesión legitima se da cuando el individuo coincide y es el verdadero

propietario o titular ya sea de una propiedad entre otros y este cumple con las expectativas

necesarias y requisitos exigidos por la ley de este hecho; a diferencia de la posesión precaria que

se da cuando un individuo no es el propietario legal pero hace el referente uso del bien; por

ejemplo un contrato de arrendamiento o alquiler que se utiliza en un período de tiempo estipulado

y luego se entrega a su legítimo dueño, para recalcar la precaria quiere decir como tal que es la

tenencia y no es el titular sino que hace uso de estos bienes en un determinado tiempo

devolviendo este para su fin en específico, ya que pudo haber sido suyo o su título como tal

expiro legalmente por alguna razón.


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3- Obligaciones y contrato.

El derecho de los contratos y obligaciones es el conjunto de disposiciones que sirven para regular

los actos y negocios jurídicos y las consecuencias que se derivan de ellos. Las obligaciones

abarcan un concepto más amplio que los contratos, ya que constituyen una especie dentro del

género de obligaciones.

Las obligaciones, obligan a la parte deudora de la obligación a cumplir con una prestación objeto

del negocio jurídico. La mayor parte de las veces, las obligaciones nacen de los contratos, que

son acuerdos en los que las partes se comprometen recíprocamente. Aunque los contratos son la

forma por excelencia de crear obligaciones, pueden también, nacer por la voluntad unilateral de

una de las partes o pueden surgir ajenas a la voluntad de las partes.

Los contratos pueden constituirse para crear obligaciones, para modificarlas o para extinguirlas.

La obligación es un vínculo jurídico por virtud del cual una persona (deudor) es constreñida

frente a otra (acreedor) a realizar una determinada prestación.

La obligación consta de dos elementos: el débito y la responsabilidad, el deber de cumplir la

prestación y la sujeción que se deriva del incumplimiento. La obligación en cuanto tiene

de concepto unitario es el producto de la fusión de ambos elementos, que surgieron de raíces

distintas y estuvieron por cierto tiempo separadas.

La obligación es una atadura de la propia persona, un sometimiento personal al poder del

acreedor propio o ajeno. La sujeción de la persona, en su mismo corpus deriva de un deber, del

deber nacido con libertad, de observar una determinada conducta respecto a otro individuo, pero

es lo primero y no lo segundo, lo que la conciencia social a relieve.

Según la concepción romana de la época clásica, contrato es el acto licito que, descansando en un

acuerdo de voluntades, se endereza a la constitución de un circulo obligatorio. Presuponiendo

siempre el acuerdo, el efecto jurídico solo en determinados casos, en los llamados contratos
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consensuales, depende exclusivamente del acuerdo mismo, de todos los demás, tal efecto que de

ahí se pedirá al agente o a la forma. Por otra parte, ya hemos dicho que hay actos lícitos que no se

funden en el acuerdo, y crean, sin embargo, un vínculo obligatorio.

Autor: Carla Santa ella (/08/2016).

Las obligaciones y los contratos son maneras de regular, mejorar las relaciones jurídicas,

interpersonales en una sociedad u organización saliendo todas las partes beneficiadas mediante

implementos o acuerdos que atraen estas obligaciones y contratos. Las obligaciones no son más

que el resultado de un contrato, donde un individuo, sociedad, organización debe de cumplir con

lo exigido, plasmado en este mimo, de ahí nace la obligación de hacer cualquier cosa

destacándola de diversas maneras como cumplir con la prestación de servicios de alguna índole,

asumiendo la responsabilidad y deber, mientras que los contratos como ya se decía son acuerdos

que se realizan con el fin de proponer, modificar o hasta extinguir cualquier sociedad, también el

cumplimiento de obligación, en pocas palabras este hace referencia a la creación de los deberes

en los diferentes ámbitos.

4- Pago de lo indebido.

El pago supone el cumplimiento de una obligación, y es un acto jurídico cuyos elementos son los

sujetos (solventar), el objeto (aquello que se paga), y la causa (entendiendo por tal tanto la fuente

- deuda anterior que sirve de antecedente al pago, cuando el fin, u otro objetivo al que se orienta

al solventar: la extinción de la deuda)

Así también, es una especie de enriquecimiento sin causa, que se presenta cuando, sin existir

relación jurídica entre dos personas, una de ellas entrega una cosa a la otra con el propósito de

cumplir la supuesta obligación.

El pago de lo indebido; se presenta cuando una persona denominada deudor paga a quien no es su

acreedor. La ley obliga a aquel que ha recibido el pago tiene la obligación de reponerlo.
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Es considerado una especie de enriquecimiento sin causa, que se da cuando sin existir relación

jurídica entre dos personas, una de ellas entrega una cosa a la otra con el propósito de cumplir la

supuesta obligación. Todo pago presupone la existencia de una deuda; si esta no existe, la entrega

no tiene razón jurídica de existir y debe ser restituida. Tal devolución es conocida como

repetición de lo indebido.

Esta figura jurídica crea un vínculo que se establece entre la persona que recibe lo que no tenía

derecho a recibir y aquella que paga por error.

Autora: María Cecilia Piña Inda cochea.

Pago de lo indebido quiere dar a entender siendo la manera donde se abona o paga algo a otro

individuo u organizaciones entre sí, sin alguna relación jurídica posible entre estos, de tal forma

podemos ver que esto ocurre a deuda de algo o pago por error, de manera que luego tenga la

obligación de reponerlo, otro ejemplo sería en la vida cotidiana el que debe y el acreedor o en

algunos casos ocurre por error y otros coloquialmente a cambio de nada en la sociedad

realizándolo a manera de obligaciones como lo indica el pago sin causa.

5- Enriquecimiento sin causa.

El principio general de derecho del enriquecimiento injusto o sin causa se produce cuando una

parte obtiene una ventaja patrimonial con el correlativo empobrecimiento de la otra parte, sin que

exista una causa que justifique tal desplazamiento patrimonial. Es el desplazamiento patrimonial

de una parte a otra sin causa que lo pueda amparar. El Enriquecimiento sin causa supone

fundamentalmente el aumento del patrimonio de un sujeto al tiempo que se empobrece el

patrimonio de otro sujeto, sin que haya justificación amparada por el derecho entre ambos

acontecimientos. 

 Por Ejemplo: El sujeto que se equivoca de número en la planilla de depósito del banco y su

dinero termina en el patrimonio de otro sujeto.


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Lo fundamental es la ausencia de motivo legal que justifique el enriquecimiento.

Autor: Bárbara Ariño y Manuel Faus. (9 de mayo de 2013).

El enriquecimiento sin causa consiste y se llega a dar cuando aumenta el patrimonio y capital

financiero de un sujeto en un tiempo determinado debido a alguna causa como la equivocación

por ejemplo y disminuye el patrimonio de otro individuo, por esto también se denomina

enriquecimiento injusto, un ejemplo sería el de un matrimonio donde por diversas instancias una

parte después de una separación ya sea por cualquier situación se queda con la mayor parte o con

todo el patrimonio, aumenta y disminuye otro.

6- Gestión de negocios y la ley.

En la gestión de negocios una persona asume oficiosamente la gestión de un negocio ajeno por un

motivo razonable, sin intención de hacer una liberalidad y sin estar autorizada

ni obligada, convencional o la gestión puede tener como objeto la realización de actos, tanto

materiales como jurídicos. Esto implica una diferencia respecto al mandato, que sólo puede

referirse a la ejecución de actos jurídicos. Un ejemplo está dado por aquel que se ocupa de

realizar refacciones en el inmueble de otro, en ausencia de éste. Legalmente.

Es una fuente de obligaciones que provienen de un hecho voluntario y lícito, concebido en

el derecho romano, como un cuasicontrato al igual que el Código Civil, derogado que

consideraba el hecho voluntario y lícito como fuente de obligaciones y dentro de éste, la gestión

de negocios ajenos y el pago de lo indebido, hasta que el Código Civil vigente consagró a ambas

figuras como fuente autónoma de obligaciones.

Cuando un sujeto voluntariamente gestiona el negocio de otro, ya sea con el consentimiento del

propietario o no, quien la realiza contrae la obligación tácita de continuarla y concluirla, hasta

que el propietario pueda encargarse personalmente del asunto, debe asimismo encargarse de todo

lo que dependa de ese mismo negocio.


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Para la existencia de esta figura jurídica es necesaria la existencia de un  negocio jurídico ajeno.

Se entiende por negocio ajeno aquel susceptible lícitamente de ser realizado por el gestor quien es

consciente de que no es de su propiedad. El que gestiona un asunto ajeno creyéndose propio, no

realiza gestión de negocios. La gestión puede consistir en el cumplimiento de un acto jurídico que

puede efectuarse de dos maneras: Cuando el gestor actúa en su propio nombre con la intención de

beneficiar al dueño y cuando el gestor actúa por cuenta del dueño del negocio.

Autor: Bencomo Ricardo (26 de abril de 2018).

La gestión de negocios no es más que cuando le delegan a un individuo la responsabilidad,

cumplimiento, que lleve al desarrollo la sociedad en particular sea el mismo el titular, pero

mayoritariamente se gestiona el negocio de otro con un fin en particular ya sea por alguna falta

del propietario y lo delega con alta confianza para cubrirlo en un tiempo determinado y llevar el

negocio mediante su conocimiento, experiencia a lo más alto mientras se reincorpora dicho

propietario para seguir con los planes respectivos, teniendo en cuenta las leyes que se deben de

cumplir y si hay algún fallo por ende del gestor deberá abstenerse a la consecuencias propiciadas

o puestas por la ley en el marco jurídico, como ya se decía en su mayoría para que exista esta

gestión debe de haber un negocio ajeno. Cabe recalcar que por negocio ajeno entendemos a

aquel susceptible lícitamente en el entorno jurídico debe ser realizado por el gestor quien es

consciente de que no es de su propiedad. El que gestiona un asunto ajeno creyéndose propio, no

realiza gestión de negocios, está fuera de las pautas y reglamentos previstos.


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