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LA EDUCACIÓN Y LA SOCIEDAD DEL CONOCIMENTO

Por: ADRIAN VEGA ARMENTA

Grandes corporaciones y empresas multinacionales comprobaron, desde hace un

tiempo, la necesidad de innovar y desarrollarse sosteniblemente, y hoy se sienten

comprometidas a generar procesos que conduzcan a un menor impacto en el

medio ambiente, mediante un buen uso de las energías renovables. Esto ha traído

consigo la aplicación de la reingeniería en todos los niveles de la organización y

producción como estrategia, obteniendo cada día mayores ventajas competitivas

frente a otras empresas tradicionales.

Deduzco del libro de Peter Senge, “La Revolución Necesaria”, que

definitivamente la clave ha sido la innovación, la creatividad y el conocimiento. El

detectar las necesidades, las preocupaciones y los gustos de los clientes, y

confrontarlas con los avances de la ciencia y la tecnología de las sociedades más

desarrolladas, dan por resultado una mayor eficiencia en el mundo de actual.

El liderazgo de las organizaciones en general, consiste en ser innovadores y

transformadores del papel de las empresas. La educación, como elemento

impulsor de cambios, deberá aplicar nuevas políticas y estrategias para su propia

transformación y responder a las necesidades de la sociedad del conocimiento,

donde el aprendizaje sustituye a la enseñanza. Esta transformación no sólo

compete al maestro, sino que involucra a todos los actores comprometidos con la

educación; a la sociedad y su ente vital, el estado, el cual debe responder al reto


que impone este nuevo mundo globalizado, creando políticas que subsanen la

inequidad y el atraso.

El docente, como sujeto fundamental en el proceso de enseñanza y como

conocedor y protagonista de esta sociedad del conocimiento, está llamado a

liderar cambios en la estructura que lo soporta (inclusive si esta no asume su

papel preponderante protagonista y transformador de la realidad ). El docente

debe ser líder, debe ser visionario; como empresario que analiza riesgo y

oportunidad. Porque como afirma Peter Senge, “el futuro será muy promisorio para

el que sea visionario y analice las oportunidades de desarrollo”. En este caso, la

educación ha de crear espacios para ofrecer las oportunidades de desarrollo del

potencial del ser humano que conlleven a la transformación y la superación de los

problemas sociales actuales.

El conocimiento ofrece la oportunidad a la educación de transformar al individuo

en un mejor ser humano, ese enlace fundamental permite cumplir con un

cometido: satisfacer la necesidad de desarrollar individuos más capaces de

insertarse a este nuevo esquema y progresar, hacer progresar a nuestros pueblos.

Esto es, en palabras de Senge “la prioridad alineada con las nuevas fuerzas del

mundo globalizado que genere ventajas sostenibles a largo plazo”.

El docente debe ser el “animateur”, es decir, el líder; el animador que propenda y

luche por una verdadera revolución educativa; ser creativo más que reactivo, ser

comprometido, visionario, y cumplir con su papel importante de repensar y

transformar la educación de manera inteligente.


En conclusión, el reto de la educación en nuestros países es suficientemente

claro: formar integralmente a los jóvenes para que sean competentes,

fundamentados axiológicamente en la realidad ambiental del planeta,

identificados con la cultura, sus raíces, que puedan desarrollar su potencial, su

pensamiento crítico y sus capacidades, para contribuir al bienestar de sus

semejantes, mejorar la calidad de vida, trabajar en equipo y vivir con dignidad

construyendo la paz con base en la justicia.

BIBLIOGRAFIA.

1. Chavez L, M Diapositivas. “La sociedad del Conocimiento”. Lección 1. Maestría

en Educación con Mención en Pedagogía. Universidad Wiener. Lima, Peru.

2. Senge, Peter “La Revolución Necesaria”. Ed, Norma.

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