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PERIODO PREDINASTICO.

El Egipto predinástico es el periodo anterior a la unificación del Alto y Bajo Egipto, los
gobernantes de esta época no están incluidas en la lista de Manetón (Sacerdote e
Historiador Egipcio de la época Ptolomeica), que tan solo incluye a los reinantes
después de la unificación por lo que a este periodo se lo suele denominar Periodos pre-
dinástico, casi sinónimo de pre-histórico para la historia Egipcia.

PERIODO TINITA.
Manetón dividía a los gobernantes Egipcios en dinastías (con la unificación del alto y
bajo Egipto), cada dinastía estaba gobernada por miembros de una misma familia, las
primeras dos dinastías eran reyes nativos de la ciudad de Tinis por lo que se llama a
este periodo que va desde el 3100 a.c. al 2700 a.c. periodo Tinita, que contempla a los
reyes de las primeras dos dinastías. El unificador de Egipto es Narmer o Menes, Rey de
la primera dinastía, de lo que solo se sabe de él por leyendas muy amalgamadas con la
mitología, se cree que pudo haber gobernado 62 años.

EL IMPERIO ANTIGUO:
Comenzó con el primer Rey o quizás el segundo de la III dinastía que fue ZOSER y
comenzó su reinado hacia el 2680 a.c., muchos de los monumentos y sobre todo el mas
característico de ellos, la primera pirámide que estuvo a cargo del sacerdote, médico y
arquitecto Imhotep (primer científico de la historia cuyo nombre es conocido). Durante
este reinado Egipto se vio plagado de grandes construcciones nunca antes contempladas
(Construcciones monumentales).
El sucesor de Zoser fue SNEFERU, IV dinastía (Conocido como el Rey Escorpión),
quien demostró su propia divinidad, bajo esta nueva dinastía el imperio antiguo alcanzó
su máximo esplendor cultural, construyó pirámides, templos, palacios. En esta dinastía
su sucesor fue KEOPS, mandó a construir la gran pirámide. Lo siguió en la sucesión su
hijo KEFREN, construyó una pirámide pero mas pequeña que la de su padre, sucesor
de éste fue su hijo MICERINO, también construyó una pirámide mas pequeña que las
dos anteriores. Hasta este momento se dio un florecimiento en el campo militar que
culminó bajo el reinado de PEPI I (VI dinastía), también en ese momento se produjo
una descentralización y una progresiva decadencia, en pos de mantener en orden al
imperio, este monarca delegó funciones estatales a los gobernantes locales de los
NOMOS que eran los NOMARCAS, mientras él se encargaba de llevar a cabo
expansiones militares. Ocurrió en ese momento que los nomarcas se hicieron cada vez
mas poderosos puesto que desviaban grandes cantidades de impuestos y tributos para
ellos, debilitando cada vez mas a este efímero gobernante. Con la muerte de Pepi I en
2272 a.c., lo sucede su hijo menor PEPI II, encontró un estado debilitado y
descentralizado, incapaz de corregir los levantamientos de los nomarcas con grandes
limitaciones en su gobierno, a su muerte en 2182 a.c., en dos años Egipto se desintegró
quedando fragmentada en dos partes y sometidas a desangrantes guerras civiles.
Egipto en cuanto a preservación es la tierra prometida de los historiadores, su mismo
clima preserva los restos del pasado, son productos tan frágiles y perecederos que aun
así han llegado hasta nuestros días, se habla de un país de tumbas, de muertos y la
verdad no está muy lejos, dormían, se despertaban y se volvían a dormir sin dejar de
pensar en el mas allá. Cuando morían se dirigían a un tribunal que los juzgaba por sus
acciones como ser la blasfemia, perjurio, asesinato, lujuria, robo, mentira, etc. Existía
varias pruebas que el difunto debía superar para alcanzar la vida eterna, el primero un
tribunal divino, luego superar una serie de obstáculos o desafíos, para poder ir
protegidos al mas allá todos los relatos y ritos que se conocían se recopilaron en el libro

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de los muertos que contenía las oraciones para ahuyentar a todos los demonios y para
conocer a todos los dioses por su nombre. En las residencias de ultratumba, el muerto
era enterrado con múltiples objetos para su próxima vida (Ajuares funerarios) que eran
sus bienes que poseían en su vida terrenal.

Economía:
La economía se basó en la agricultura, la vida dependía de los cultivos de las tierras
inundadas e irrigadas por el río Nilo, poseían un sistema de diques, estanques y canales
de riego que permitían irrigar las tierras del cultivo y de esa manera aumentar la
producción, las cosechas principales eran el trigo, para la elaboración de pan, la cebada
para la elaboración de cervezas y el lino para la elaboración de finas telas, también se
cultivaba una planta muy importante que fue el papiro para la producción de papel
papiro. Entre los animales se criaban cerdos, ovejas, cabras, gansos, patos, vacunos y
camellos, también dependían de la caza y la pesca.

Sociedad:
La Organización social del Antiguo Egipto fue clasista y estratificada. En la sociedad
egipcia existió un sistema de capas sociales, es decir, el antiguo egipcio se caracterizo
por una desigualdad en el poder de sus miembros. A continuación la pirámide social de
la Sociedad del Antiguo Egipto:
1. Faraón: como autoridad suprema, hijo del sol y con amplios poderes , disponiendo
de la vida y bienes de sus súbditos . Se caracterizaba por ser monárquico, absolutista y
teocrático
2. Nobleza: La nobleza era parte integrante de la sociedad egipcia que poseía muchos
privilegios religiosos y políticos por ser parientes del faraón o gobernadores de
provincias (nomos)
2. Sacerdotes: Encomendados del culto , estaban al cuidado de lo templos . Constituían
una clase privilegiada que en diferentes ocasiones disputaban el poder al faraón, siendo
a veces aliada y otras enemiga cuando su poder peligraba.
3. Escribas: Personas muy cultas que se desempeñaban como secretarios del faraón.
Administraban el país, vigilaban las construcciones y recaudaban los impuestos
también eran los encargados de inscribir, clasificar, contabilizar y copiar, utilizando
varios tipos de escritura, como la hierática o demótica, que permitía escribir
rápidamente, con la ayuda de un cálamo sobre papiros u ostracas.
El escriba egipcio solía proceder de la clase baja, pero era inteligente y educado. Sus
útiles eran una paleta con huecos para tintas de diferentes colores, una jarra de agua y
un cálamo de papiro con su estuche. Conocía bien los documentos legales y comerciales
de la época, y los preparaba al dictado o de otras maneras, un trabajo por el que recibía
una remuneración.
4.Los guerreros, estaban encargados de la defensa del país y de la conquista de nuevos
territorios. Un guerrero es una persona habitualmente involucrada en la guerra. En
muchas sociedades tribales, los guerreros generalmente forman una casta o clase entre
ellos.
Este ejército tenía entre sus funciones la protección de fronteras y del comercio
marítimo, pero también la realización de todo tipo de trabajos públicos.
5. El pueblo: formado por comerciantes, artesanos, agricultores. En general llevaban
una vida
miserable y carente de recursos para llevar una vida digna.
Los faraones y sacerdotes proyectaban la economía del pueblo determinando las zonas

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que habían de sembrar, los canales y caminos, el riego, la cosecha, etc. Todo el pueblo
debía sembrar y la cosecha era entregada en su totalidad al faraón, el cual los
administraba. La tierra era propiedad del faraón, el cual disponía libremente de ellas
para entregarlos en usufructo, por eso el pueblo debía pagar tributos.
Organización política de Egipto
La organización política de la cultura egipcia (antiguo Egipto) primaba el poder del
Faraón o soberano absoluto de Egipto: EL GOBIERNO: El sistema de gobierno egipcio
se caracterizo por ser : Monárquico, Absolutista y Teocrático
A) Monárquico : Por cuanto el poder estaba en manos de un rey . El
término monarquía proviene del griego mónos: ‘uno’, y arjéin: ‘gobierno’, traducible
por gobierno de uno solo. A ese único gobernante se le denomina monarca o rey, en el
antiguo Egipto se le conocía como Faraón. El estado regido por un monarca también
recibe el nombre de monarquía o reino
b) Absolutista : Porque el faraón reunía en si todos los poderes del reino o estado .El
absolutismo es una forma de gobierno en la cual el poder reside en una única persona, a
quien deben obedecer todas las demás, sin rendir cuentas a nadie.
c) Teocrático: Debido a que el faraón se creía hijo o escogido de Dios, de esa manera
justificaba su absolutismo no dando cuentas a nadie sino solo a Dios ,ya que se
consideraba una divinidad.
Este tipo de gobierno respondía a las ideas o intereses de los hombres que componen el
poder institucional religioso.

Religión Egipcia

La religión es un factor fundamental de la cultura egipcia y es muy difícil de


comprender. Se trata de una religión politeísta, pero con tendencia al monoteísmo ya
que cada nomos (o pequeña región) tenía un dios al que rendía culto principalmente y
luego rendía culto a los demás de manera secundaria. Estas divinidades se representan
como figuras humanas con algunos símbolos, aunque luego algunos se sincretizan. Unas
veces tienen cabeza de animal y otras veces sólo se representan con la forma animal.
Hay dos tipos de dioses:

 Dioses locales: los de cada nomos (por ejemplo, el Dios de Memphis es PTAH)
 Dioses cósmicos: mucho más amplios, para todos los nomos. Entre estos cabe
destacar una triada que va a ser muy importante desde un principio: Geb, dios de
la tierra, Nut, dios del cielo, y Ra, dios del sol.
 Muchos semidioses, que se van multiplicando.
 También hay animales sagrados (que no divinos), a los que se trata con mucho
respeto y se momifican al morir.

Primer Periodo Intermedio:


El Primer Periodo Intermedio de la historia del Antiguo Egipto transcurre de 2190
a.C - 2052 a.C. Es una época donde el poder está descentralizado y transcurre entre el
Imperio Antiguo y el Imperio Medio. Comprende desde la Dinastía VII hasta mediados
de la Dinastía XI, cuando Mentuhotep II reunificó el país bajo su mando (c. 2040 a. C.).
Algunos egiptólogos, consideran que las dinastías VII y VIII pertenecen al anterior
periodo, el denominado Imperio Antiguo de Egipto. Durante el reinado de Pepy
II, faraón de la dinastía VI, la situación política se deterioró gravemente. Las grandes

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concesiones económicas de los faraones al clero y el incremento de poder de
los nomarcas y caciques locales, habían debilitado a la monarquía y sus instituciones.
Los grandes recursos destinados al clero y a los enterramientos, producirían una
situación de ruina. Las riquezas se acumulaban en improductivos ajuares de tumbas y
gastos de cultos funerarios; gran parte de los recursos del país se consumían en los
templos. Además, Egipto y amplias zonas de su entorno sufrían un periodo de sequía,
con una menor afluencia de aguas del río Nilo, provocando una situación de carestía y
hambruna en el pueblo egipcio y en las tribus nómadas del desierto, que las obligaba a
buscar medios de subsistencia en las tierras fértiles del Delta. Esto precipitó el derrumbe
de la monarquía menfita; la anarquía, el hambre y la incertidumbre se adueñan del país
y el Delta es ocupado por oleadas de asiáticos.

Religión:
El importante cambio de mentalidad, como consecuencia de la menor dependencia del
estado, así como del crecimiento de la clases medias en las ciudades y el
encumbramiento de la burguesía originó una nueva concepción de las creencias, la
religión y los rituales funerarios, reflejándose en la aparición de los
denominados Textos de los Sarcófagos, generalizados durante el periodo posterior.
Osiris, considerado antes sólo un dios funerario real, se convirtió en la divinidad más
popular, siendo accesible a todos. También destacaron los dioses
tebanos Montu y Amón, que alcanzó la supremacía religiosa tras la caída de la Dinastía
X. Durante este periodo los poderosos se enterraba
en mastabas e hipogeos hermosamente decorados y varios reyes se hicieron
construir cenotafios (Un cenotafio es una tumba vacía, o monumento funerario erigido
en honor de una persona, o grupo de personas, para los que se desea guardar un
recuerdo especial. Se trata de una edificación simbólica), en Abidos. Un cenotafio es
una tumba vacía, o monumento funerario erigido en honor de una persona, o grupo de
personas, para los que se desea guardar un recuerdo especial. Se trata de una edificación
simbólica.

Mentuhotep II: el primer intento de sometimiento de los nomarcas


A pesar de la unificación, bajo los gobernantes tebanos, los nomarcas seguían teniendo
bastante poder dentro de sus tierras en los comienzos del periodo. El primer objetivo
de Mentuhotep, después de conquistada la ciudad de Heracleópolis, fue lograr la
dominación efectiva en todo el reino. Para ello realizó una serie de intervenciones
políticas en los nomos, deponiendo a gobernadores desleales o rebeldes,
reemplazándolos por hombres fieles, directamente designados por el faraón, o
asegurándose la sumisión de otros, sin destituirlos, y premiando a los adictos. Subordinó
el nomo de Heracleópolis (rival de Tebas durante el periodo intermedio) al de la ciudad
vecina de Heliópolis, antiguo centro religioso. También impuso presencia militar y
organizó el sistema administrativo: restituyó a los inspectores reales (especialmente en
Heracleópolis) y al cargo de Chaty (primer ministro) y nombró gobernadores directos en
el Bajo Egipto, en el desierto oriental y en la frontera con Nubia. A pesar de todo, en
muchos nomos, principalmente del Egipto Medio, solo logró establecer un sistema de
tipo casi feudal, es decir, de simple lazo de fidelidad nomarca-faraón, sin un gobierno

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central directo, además el rey era asesorado por el llamado Consejo de Grandes; todo
esto hacía imposible un verdadero poder absoluto, como el del Imperio Antiguo, no
lográndose tampoco una dominación plena. Mentuhotep intentó dar la imagen de rey de
todo Egipto, como entidad política y cultural, mediante la adopción de símbolos del
Imperio Antiguo, como considerarse hijo de Ra. En cuanto a su actividad militar, centró
sus campañas en Nubia, con el objetivo de restablecer las rutas comerciales y la
explotación minera. El otro foco de atención exterior fue reforzar las fronteras del delta
del Nilo para impedir infiltraciones de pueblos nómadas.

Amenemhat I: el proceso de centralización


La dinastía XI desapareció después de una sucesión de reyes débiles, desatándose una
crisis sucesoria. El chatyAmenemhat, originario del Alto Egipto, logró finalmente
imponerse tras derrotar a un pretendiente al trono surgido en la región
de Nubia. Amenemhat I (1991-1962 a. C.) justificó su ascensión mediante la
denominada Profecía de Neferti: Amenemhat I reforzó activamente el centralismo
monárquico, tanto modificando la extensión de los nomos y deponiendo nomarcas a su
antojo, como modificando o suprimiendo las antiguas instituciones políticas y judiciales
en las que tenía cabida la nobleza. Se trasladó la capital de Tebas a Itytauy, próxima a El
Lisht, en el Egipto Medio. Esto le permitió imponer un gobernador no hereditario
en Tebas, la capital de la anterior dinastía, y contener las ambiciones de la nobleza
del Alto Egipto y del clero de Amón en Tebas. Amenemhat I, en su año 20º de reinado,
nombró corregente a su hijo Sesostris I (Senusert), para evitar problemas sucesorios y
que el relevo de mando fuera paulatino. Así se estableció la pauta de sucesión seguida
por la dinastía. De todos modos el final del reinado de Amenemhat I fue violento, ya
que murió asesinado por una conspiración del harén. No obstante Sesostris I, que se
encontraba combatiendo contra los libios, se impuso y la línea dinástica no se
interrumpió. Este hecho sería inspiración de varias obras: Instrucciones de Amenemhat I
a su hijo Senusert I (análisis político) y El relato de Sinuhé, obra culmen de la literatura
egipcia.

Características culturales y artísticas


La principal característica del Imperio Medio, contrastando con periodos anteriores, fue
que a pesar del centralismo político, se observa en las expresiones artísticas, una
tendencia hacia una representación "humanizada" de la realeza. El arte del Imperio
Medio se caracteriza por el mayor realismo en general, y en particular en los retratos, y
este mismo criterio lo imitó la nobleza egipcia.

Cambios religiosos
En religión, se observa el gran ascenso de los dioses venerados en Tebas (la nueva
capital), y sobre todo de Amón. Cada ciudad solía tener una tríada de dioses: en Tebas
eran un padre (Amón), una madre (Mut) y un hijo (Knonsu). Amón se convirtió en dios
protector de la monarquía y del Estado, adquiriendo gran influencia los sumos
sacerdotes de Amón.

Actividad comercial

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Destaca la relación con los dos centros comerciales más importantes
del Mediterráneo Oriental: la isla de Creta (en la actual Grecia) y la ciudad deBiblos (en
el actual Líbano). Creta era la principal potencia naval de la época, y su principal
producción era la cerámica, muy estimada en Egipto. Biblos, abastecía de madera a
Egipto, y su relación oscilaba entre la alianza comercial y el vasallaje. De hecho
Sesostris III (1878-1842 a. C.) realizó campañas militares contra Biblos, permitiendo el
establecimiento de la hegemonía egipcia en la región. Otra de las principales rutas
comerciales era el mar Rojo; el principal cliente era Punt (identificado con la
actual Somalia), país productor de incienso, que llegaba a Egipto a través de los puertos
del mar Rojo. En el reinado de Sesostris I (c. 1962-1928 a. C.) se construyó un canal
que unía el mar Rojo con uno de los brazos del delta del Nilo, posibilitándose la
conexión entre los mares Rojo y Mediterráneo. También se promovió la actividad
comercial con Kush, aunque el principal interés de los egipcios era su explotación
minera. El reinado de Amenemhat II (c. 1928-1895 a. C.) es considerado el más
próspero de la dinastía XII en cuanto a comercio internacional.
Segundo período intermedio:
El Segundo período intermedio del Antiguo Egipto (ca. 1800 a. C. a 1550 a. C.)
transcurre entre el Imperio Medio y el Imperio Nuevo. Comprende las dinastías XIII,
XIV, XV, XVI y parte de la dinastía XVII,1 parcialmente coetáneas. Fue una época en
que el poder no estuvo bajo un solo faraón y se caracteriza porque hicieron su aparición
en Egipto los hicsos, cuyos reyes integran las dinastías XV y XVI. La dinastía
XII egipcia acabó alrededor de 1800 a. C., y le siguió la dinastía XIII, de dirigentes
poco influyentes. Gobernando desde Ity-tauy, situada cerca de Menfis y el El-Lisht, al
sur del delta de Nilo, la dinastía XIII se mostró incapaz de dominar la extensa tierra de
Egipto, y los gobernantes de la región de Xois, localizada en los pantanos del delta
occidental, se independizaron de la autoridad central para constituir la dinastía XIV. La
fragmentación del poder se aceleró después del reinado del rey Neferhotep I, de la
dinastía XIII.

Llegada de pueblos extranjeros:


Desde la dinastía XII se evidencian oleadas de pueblos nómadas de la periferia,
especialmente libios y asiáticos. Anteriormente algunos libios habían sido aceptados en
el territorio egipcio para realizar trabajos de agricultura o minería. Estos pueblos, debido
a los cambios climáticos y a la inestabilidad política egipcia, se adentraron en el valle
del Nilo para aprovechar su fertilidad. Otros, debido a las guerras civiles entre
los nomos, se alistaron como mercenarios auxiliares del ejército.

Los Hicsos o Hiksos:


Los pueblos que entraron en en el territorio Egipcio son llamados "hicsos" y su periodo
de dominio sobre el delta es dividido en el de "los grandes hicsos" (que lograron
mantener su hegemonía sobre los nomos más poderosos) y el de los "pequeños hicsos"
(que perdieron poder frente a Hieracómpolis para caer finalmente frente a Tebas, que se
erigió victoriosa en la lucha Tebas-Hieracómpolis) Durante el reinado de Sebekhotep
IV los hicsos hicieron su primera aparición, y alrededor de 1720 a. C. tomaron el control

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del territorio de Avaris (el moderno Tell ed-Daba-Jatana), a pocos kilómetros de Qantir.
Un resumen de la tradición popular de la "invasión" de la tierra por los hicsos se
preservó en la Aegyptiaca de Manetón, un sacerdote egipcio que escribió en tiempos
de Ptolomeo II. Manetón relató que durante el reinado de Tutimeos (identificado
posiblemente con Dedumes, de la dinastía XIII) los hicsos invadieron Egipto, dirigidos
por Salitis, el fundador de la dinastía XV. A esta dinastía le sucedió un grupo de
príncipes hicsos y caciques, que gobernaron en el Delta oriental mediante vasallos
egipcios locales, que son conocidos fundamentalmente por los escarabeos inscritos con
sus nombres, llamada la dinastía XVI por Manetón.
Los reyes posteriores a la dinastía XIII parecen ser sólo monarcas efímeros bajo el
control de un poderoso grupo de visires, y se ha sugerido que la realeza en este período
evidentemente no pudo haber sido hereditaria sino adquirida por nombramiento. Un
monarca tardío de la dinastía, Uahibra Ibiau, pudo haber sido un visir anterior. Al
principio del reinado de Sebekhotep IV, el poder de esta dinastía, ya muy débil, declinó.
El rey posterior Merneferra Ay (que gobernó c. 1700 a. C.) parece haber sido un simple
vasallo de los príncipes hicsos; sus sucesores mantuvieron su cargo hasta el 1633 a. C.
En la época en que Menfis cayó bajo dominio hicso, los egipcios que gobernaban
en Tebas declararon la independencia respecto de la dinastía afincada en Ity-tauy, y
Manetón les denominó la dinastía XVII. Esta dinastía debía representar la "salvación de
Egipto" y dirigir finalmente la "guerra de liberación" contra los hicsos. Los dos últimos
reyes de esta dinastía fueron Taa II y el "valeroso" Kamose, a quién la tradición
atribuyó la derrota final de los gobernantes hicsos. Con la siguiente dinastía
XVIII comienza el Imperio Nuevo.
Imperio Nuevo:
Con el nombre de Imperio Nuevo se conoce al periodo histórico que comienza con la
reunificación de Egipto bajo Amosis I (c. 1550 a. C.) y que termina hacia el 1070 a. C.
con la llegada al trono de los soberanos de origen libio. Lo componen las
dinastías XVIII, XIX y XX. Transcurre entre el Segundo periodo intermedio, y
el Tercer periodo intermedio de Egipto. Las dos últimas dinastías, XIX y XX, se
agrupan bajo el título de Período Ramésida.

Primeras campañas militares


Ahmose I (1550-1525 a. C.), a pesar de ser descendiente directo de los gobernantes de
la XVII dinastía tebana, es considerado el primer soberano de la dinastía XVIII porque
era el unificador de Egipto. Este rey prosiguió su actividad militar en Asia, al poco
tiempo tomó la ciudad de Sharuhen (en la actual franja de Gaza). Esta región tenía gran
importancia geopolítica y económica, ya que controlaba el principal paso de Egipto
hacia el norte, en la franja costera. Es muy probable que las primeras campañas asiáticas
de Ahmose estén relacionadas con las operaciones militares contra los hicsos, las
ciudades del Canaán meridional parece ser que estaban en el área de influencia
de Avaris.

Economía
Trabajadores egipcios. Pintura en una tumba Tebana. Las campañas militares, además
de proveer gran cantidad de tributos, posibilitaban la expansión económica. Las

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explotaciones mineras eran organizadas directamente por el gobierno faraónico y
protegidas mediante presencia militar. Entre ellas destacan:

 De oro, piedra y diorita (utilizada esta última para la elaboración de esculturas)


 de Nubia. El gobernador egipcio de Nubia poseía el título de "supervisor de las
 minas de oro de Amón".
 De cobre y de piedras preciosas (turquesa) del Sinaí.
 De oro, pórfido y alabastro en el desierto Oriental.

Es interesante la elección de los "dioses protectores" de las explotaciones


mineras: Amón, muy popular en Nubia, de las de oro de dicho país, y Hathor de las de
turquesa del Sinaí. La riqueza minera era monopolizada por el gobierno, que la utilizaba
para la construcción y reparación de edificios públicos, especialmente templos, palacios
y necrópolis, de modo destacado en Tebas. Era común sepultar a los reyes y los
miembros de la familia real en la capital, así es como la necrópolis real se situó frente
a Karnak, a la altura de Tebas, pero en la margen occidental del Nilo, o sea, la opuesta.
Estaba en auge el comercio a gran escala, con Asia o con otros puntos del Mediterráneo
Oriental que, por otra parte, no se había interrumpido en ningún momento ante la
presencia hicsa en el delta durante el Período Intermedio. Hay pruebas de que el
comercio a través del mar Rojo y el océano Índico alcanzó gran desarrollo.

Reinados de Tutmosis II a Tutmosis IV


Tutmose II o Tutmosis II (1492-1479), el hijo de Tutmose I, tuvo que aplastar una
sublevación en Nubia durante sus primeros años de reinado, reforzar sus posesiones en
el Sinaí y detener invasiones de beduinos, en la frontera con Arabia. El traspaso de
mando era aprovechado por las regiones sometidas para rebelarse, pues era un momento
de debilidad de la monarquía. La sucesión de Tutmose II resultó conflictiva. La
legitimidad del faraón se lograba mediante el matrimonio de este con su hermana; así,
en este caso en particular, se buscaba mantener pura la descendencia de la familia del
fundador Ahmose I. Pero durante la dinastía XVIII no hubo -en la mayoría de los casos-
descendencia masculina de la unión entre hermanos, así que los reyes llamados Tutmose
(I, II y III) son hijos de esposas secundarias. Esto posibilitó, tras la muerte de Tutmose
II sin descendencia legítima masculina (tampoco él era estrictamente legítimo en el
sentido de que era hijo de una esposa secundaria), la ascensión de Hatshepsut, su
hermanastra y esposa real, cuya sangre era más pura. Hatshepsut, con el apoyo del clero
de Amón, se proclamó faraón (1473-1458), relegando a Tutmose III, hijo de Tutmose II.
La coronación de una mujer como faraón era un caso atípico pero tenía precedentes. En
el reinado de Hatshepsut se sitúa el auge del comercio con Punt, vía Mar Rojo. El
principal interés era el incienso utilizado para los rituales egipcios.
Incluso Hatshepsut logró producir incienso en el propio Egipto. Muerta Hatshepsut,
Tutmose III o Tutmosis III (1479-1425), hijo de Tutmose II, comenzó a reinar de hecho.
Según algunos autores fue quien eliminó las referencias a Hatshepsut en los templos.
Desde el comienzo de su reinado tuvo que enfrentarse a sublevaciones en Siria,
patrocinadas por el reino hurrita de Mitani (en norte de la Mesopotamia). Derrotó a la
confederación siria comandada por Kadesh en las cercanías de Meggido (Canaán),

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sorprendiéndolos por la retaguardia, y luego tomó la ciudad. Fortaleció su poder en
Canaán, y siguió hacia Siria, donde tomó diversas ciudades sirias pro-hurritas, llegando
incluso a cruzar el Éufrates. La arqueología muestra para esta época grandes
destrucciones en las ciudades de Canaán y Siria que pueden haber sido provocadas por
las campañas de Tutmose. Además realizó unas cuantas expediciones militares más en
Nubia. Las campañas de Tutmose III acumularon gran cantidad de botines y tributos,
incluso de potencias extranjeras, como Chipre, Creta, Babilonia y Hatti. Construyó
templos en Karnak (cerca de Tebas, al sur), y en Heliópolis y Menfis (al norte). Durante
el reinado del hijo de Tutmose III, Amenhotep o Amenofis II (1427-1400), se
recrudeció la guerra con Mittani. Este soberano realizó una campaña en la que recibió
tributo de Mittani y de Hatti (hititas, reino de la actual Turquía central). Las campañas
periódicas de los faraones de la XVIII dinastía parecen estar dirigidas a lograr el
reconocimiento y tributo de las ciudades estados de Siria y Canaán, y de potencias
extranjeras (mediante la fuerza o la intimidación), intentando además mermar la
influencia de Mittani; no se trataba de enfrentamientos directos entre las dos potencias
(Egipto y Mittani). Con Tutmose IV (1400-1390), comenzó un período de paz, con
alianzas matrimoniales entre los reyes hurritas y egipcios, y se fortaleció la posición en
Nubia y el Levante. Tutmose IV hizo construir gran cantidad de templos -especialmente
en el norte- dedicados al culto solar (Ra), para contrarrestar el poder del culto al dios
Amón, concentrado este en la capital, Tebas.

Ajenatón y sus sucesores


Al morir Amenhotep III, lo sucedió su hijo Amenhotep IV (1352-1335), que cambió su
nombre a Aj-en-Atón (servidor de Atón), y la capital pasó de Tebas a Ajetatón
(horizonte de Atón). A los pocos años de su reinado abandonó Tebas, donde el clero era
más poderoso que el propio rey, y fundó una nueva capital en el Egipto Medio, llamada
Ajetatón, situada en la actual Amarna. A partir de ese momento se recrudeció la
persecución contra el amonismo, no sólo dentro de los sacerdotes tebanos, sino los de
otras regiones egipcias, y hacia a la población. Se impuso de forma obligatoria el culto a
Atón, y se suprimieron todos los demás dioses, llegando a una forma de monoteísmo.
Además, se comenzó a destruir templos e imágenes y, sobre todo, a borrar los nombres
de las demás divinidades. Hacia el final de su reinado la situación, incluso dentro de la
misma corte de Amarna, era caótica. Al parecer, Ajenatón estaba más interesado en
temas religiosos o artísticos que en la administración del Estado. Ay, un funcionario de
la corte, había alcanzado gran influencia. Tras la muerte de Ajenatón, lo sucedió
primero Semenejkara (1338-1336). No se sabe gran cosa de este personaje, incluso se
duda sobre su identidad: tal vez se tratara de un pariente de Ajenatón (¿su hermano?);
en cambio hay quien afirma que se trata de la reina de Ajenatón, Nefertiti), y luego su
hijo Tut-anj-Atón, todavía menor de edad, ocupando el gobierno efectivo de este último
el visir: Ay. Tutanjatón cambió su nombre al de Tutankamón, volviendo a la religión de
Amón, en alianza con el clero.
La Guerra de los Impuros
El conflicto se intensificó en las décadas siguientes. Estalló la Guerra de los Impuros,
como la llamaban los tebanos, una especie de guerra santa entre rebeldes sethianos
(seguidores del dios Seth) de Heliópolis, una ciudad sagrada del Bajo Egipto, apoyados

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por asiáticos, contra el Sumo sacerdote de Amón en Tebas. Los monarcas, sin poder
real, se mantuvieron al margen, hasta que un Sumo Sacerdote intentó realizar un golpe
de estado. El faraón logró destituirlo, y lo reemplazó por un general mercenario
libio,Herihor. Él y su pariente Esmendes derrotaron a los "impuros", y luego sucedieron
a Ramsés XI (1099-1069). Esmendes se proclamó faraón en Bajo Egipto, mientras que
Herihor se convirtió en soberano independiente en el sur, aunque ostentando únicamente
el cargo religioso. Esta división marca el comienzo del Tercer periodo intermedio de
Egipto.
Tercer periodo intermedio de Egipto:
El Tercer periodo intermedio de Egipto transcurre de c. 1070 a 650 a. C.1 Hacia el
siglo XI a. C., Egipto se vio dividido en dos unidades políticas, una dirigida
desde Tanis, en el Bajo Egipto, y otra desde Tebas, en el Alto Egipto. Ambas eran
gobernadas por dinastías de origen libio. Si bien eran independientes entre sí, y en
muchos casos rivales, los gobernantes tebanos sólo ostentaban el título de Sumo
sacerdote de Amón. Tanis, la capital de la dinastía del norte, estaba próxima a la ciudad
de Avaris, la capital de los hicsos y la Pi-Ramsés de los Ramésidas (excavada por
arqueólogos austriacos dirigidos por Manfred Bietak). Se considera, generalmente, que
este período incluye desde las dinastías libias hasta la caída de la dinastía XXV,
originaria de Kush(Nubia), en el siglo VII a. C.

Transformaciones económicas y políticas:


Todo el Cercano Oriente pasaba por un período de decadencia. Algunas ciudades se
fueron abandonando para dedicarse su población al pastoreo, otros grupos se dedicaban
al saqueo de ciudades extranjeras. Estos movimientos se pueden explicar por los
cambios climáticos, que afectaron al rendimiento agrícola, base del sistema de la
mayoría de las civilizaciones de la región, incluida la egipcia. Dada la poca
documentación que nos ha llegado, este período se conoce como Edad Oscura, a su vez
marca el final de laEdad de Bronce y el inicio de la Edad de Hierro, en alusión a la
generalización de dichos metales.

Relaciones internacionales:
En los primeros años del período, el poder egipcio en el extranjero se limitó a la
Baja Nubia, controlada por Tebas. El control de Siria, Fenicia y Canaán se perdió
completamente. Allí las ciudades fenicias, en primer lugar Tiro, desplegaban su
influencia comercial por todo el Mediterráneo; y, más al sur, el reino de Israel, durante
los reinados de David y Salomón (siglos XI y X a. C.), comerciaba activamente con el
sur de Arabia y por el Mediterráneo, en detrimento de la expansión comercial del Bajo
Egipto. Esta situación cambió tras la muerte de Salomón, cuando las ciudades del norte
de Israel se rebelaron contra la capital, Jerusalén, probablemente instigadas por Egipto,
conformándose dos reinos: el reino de Judá, al sur y con capital en Jerusalén, y el de
Israel, al norte. Según consta en los libros bíblicos de los Reyes (1Reyes 14:25) y de las
Crónicas (2Cronicas 12), y en sus propias inscripciones, Sheshonq I (Sisac en la
Biblia), el primer soberano de la dinastía XXII, libia de Tanis, saqueó varias ciudades
de ambos reinos (Israel y Judá) y recibió tributo de Jerusalén. Las campañas de

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Sheshonq lograron la caída de la hegemonía comercial que había tenido Israel en la
época de David y Salomón. A su vez sirvieron de fuente de ingresos para la realización
de obras públicas en los años siguientes, interrumpidas por la flaqueza del tesoro de la
monarquía de Tanis. Sheshonq logró cerrar un tratado comercial con la ciudad fenicia
de Biblos (antigua socia comercial de Egipto durante el Imperio Medio), que devolvió
la prosperidad a las ciudades egipcias del delta, reactivando el intercambio, más aún
mermada la competencia de Israel.

Invasión asiria de Egipto


Una vez estabilizadas las conquistas asirias en los estados arameos de Siria, el imperio
asirio pasaba a limitar directamente con el área de influencia egipcia, Palestina. En la
década de 740-730 a. C. los reinos de Israel y Judá eran vasallos del asirio Tiglath-
Pileser III. Salmanasar V (727-722 a. C.), el hijo de Tiglath-Pileser, anexionó el reino
de Israel, saqueó su capital, Samaria, y deportó a su población. Sargón II(721-705 a. C.)
anexionó Gaza (Filistea), en la misma frontera con Egipto, que se había rebelado con el
apoyo de Piye (el primer faraón nubio). El hijo de Sargón, Senaquerib (704-681 a. C.),
también realizó campañas en Filistea, que era el principal paso entre Egipto y el interior
de Asia, donde entabló una batalla contra los egipcios y sus aliados locales. La batalla
no fue decisiva pero mantuvo a los egipcios al margen. Senaquerib tomóLaquís, atacó el
reino de Judá (que había roto los lazos de vasallaje con Asiria) y puso sitio a Jerusalén,
pero tuvo que retirarse. Las campañas de Senaquerib en Palestina se datan en el año
701 a. C., cuando reinaba Shabitqo en Egipto; y en el bíblico libro de los Reyes se
encuentran muchas referencias al apoyo egipcio de las rebeliones contra Asiria. Las
campañas de los soberanos asirios para extender y e impedir que se pierda su influencia
en Palestina no eran, ni mucho menos, la única ocupación de los soberanos asirios en el
plano militar. Paralelamente enfrentaban a coaliciones de los jefes caldeos de la región
de Babilonia y el reino de Elam, que por el sur hacían peligrar la seguridad de la propia
Asiria; y al norte al reino de Urartu (Armenia) y las invasiones de pueblos nómadas. El
sucesor de Senaquerib fue su hijo Esarhadon (680-669 a. C.), y este se concentró en la
invasión de Egipto. Envió un ejército comandado por él mismo y tomó Menfis, la
capital, luego de conquistar ciudades fronterizas y de ganar algunas batallas. El
faraón Taharqo huyó a Tebas, abandonado a su familia y a la corte. El asirio logró el
control del Bajo Egipto, impuso gobernadores locales y regresó a Asiria. Esarhadon
murió cuando se dirigía a reprimir una rebelión apoyada por Taharqo, y Asurbanipal, el
nuevo rey de Asiria, envió sus ejércitos a Egipto, reconquistando Menfis, y siguiendo
curso hacia el sur, conquistando casi todo el país. Inmediatamente después, estallaron
nuevas revoluciones, en este caso de una coalición de los gobernadores locales
impuestos por los asirios en el Delta: la conspiración fue sofocada. Tenutamón, el nuevo
rey de Kush, reconquistó el Alto Egipto, se estableció en Tebas y atacó a los asirios de
Menfis. Entonces el mismo Asurbanipalderrotó a Tenutamón y saqueó Tebas.
Periodo tardío de Egipto
El periodo tardío de Egipto, también conocido como Baja época, comprende la
historia del Antiguo Egipto desde la dinastía XXVI, Saíta, en el siglo VII a. C., hasta la
conquista de Alejandro Magno (que da inicio al Periodo helenístico de Egipto). La

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dinastía Saíta está considerada generalmente como inicio del llamado periodo tardío de
Egipto.

Ascensión y reformas de la dinastía Saíta


Tras la conquista asiria de Egipto, al final del Tercer periodo intermedio, el gobierno
egipcio fue encomendado a varios gobernadores locales vasallos, hasta que una
insurrección fracasada acabó con muchos de ellos. Cuando abandona Egipto el rey
asirio Asurbanipal, dejando un país arrasado por la guerra, el poder comenzó a
concentrarse en torno a uno de los mandatarios del delta, Psamético I (c. 664-610 a. C.),
gobernador de la ciudad de Sais. Su padre, Necao I, también gobernador, había muerto
luchando a favor Asurbanipal contra los kushitas. Al principio, el principal enemigo de
Psamético fue Tanutamani, que seguía firmemente asentado como rey de Kush y
además dominaba la región de Tebas. La expansión, tanto de Psamético como de
Tanutamani, fue posible gracias a las rebeliones acaecidas en Babilonia y Elam a las
que tuvo que hacer frente con el ejército asirio. Hacia 656 a. C. Psamético expulsó a
Tanutamani de Tebas, imponiendo a su hija como Divina Adoratriz de Amón en dicha
ciudad. Psamético, dueño de Egipto, con los reyes asirios cada vez más atareados en sus
propios conflictos, inició su programa político que se fundamentó en impulsar el
comercio y retornar a los símbolos de periodos pasados para fomentar la unidad
nacional. Esto último ya lo había utilizado la dinastía kushita precedente, pero mientras
ellos tenían como dios tutelar a Amani (el tebano Amón), Psamético I revitalizó los
cultos relacionados con el mito de Osiris. La memoria de los faraones kushitas no fue
perseguida hasta mucho tiempo después, durante el reinado de Psamético II (595-
589 a. C.), quien realizó varias campañas en Kush. Entre los primeros años de
Psamético y estas últimas campañas no se tiene noticia de mayores enfrentamientos.
Menfis también se vio beneficiada; en textos griegos (Heródoto) la encontramos
ejerciendo gran influencia y vemos el culto del buey Apis, que practicaban sus
sacerdotes, en pleno apogéo. Al dios tebano Amón se lo identificó con el dios libio
Aman, que tenía su principal centro en el oráculo del oasis de Siwa, creciendo este
último en prestigio. El culto a las divinidades de la capital fue especialmente protegido:
fue el caso de la diosa Neit de Sais. En religión, así como en la política, se observa una
preponderancia del norte.

Economía
Lo mismo pasaba en el comercio: mientras que el Alto Egipto quedaba en segundo
plano, las ciudades del delta vivían un período de gran prosperidad. Ello atrajo a
comerciantes griegos (jonios de las colonias de Asia Menor) y carios, a su vez
mercenarios de los mismos orígenes se alistaron en el ejército egipcio ya desde
Psamético I. Más adelante, los comerciantes jonios y carios trajeron el uso de la
moneda; en Egipto se utilizaban, como valor de cambio, pesos estipulados en metal, y
en casos como el ejército se utilizaba como forma de pago la entrega de tierras y la
exención de impuestos. Necao II (610-595 a. C.), hijo y sucesor de Psamético I, realizó
obras infructuosas para reabrir el canal que conectaba el delta del Nilo con el mar Rojo,
probablemente para promover el comercio, o tal vez para poder utilizar la flota del mar
Rojo en las guerras que mantenía contra Babilonia, que serán detalladas más tarde.

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Tanto Necao II como su nieto Apries (589-570 a. C.) mantuvieron relaciones
comerciales y estratégicas con la ciudad fenicia de Tiro; segúnHeródoto, durante el
reinado de Neko una expedición fenicia financiada por Egipto circunvaló África.
Además se dio impulso a la ruta comercial del mar Rojo, que unía Egipto con Arabia y
probablemente la India.

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