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LOOSS H
HEER
RAAL
LDDO
OSS N
NEEG
GRRO
OSS
de César Vallejo
1. EL POEMA.
I II
III
2. ( [Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
IV
se empozara en el alma] )... ( [ ¡Yo no sé!] ) 3
V VI
4:. ( [Son pocos, pero son ...] ) 5 ( [Abren zanjas oscuras
En el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
VII
6. ( [Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.] )
VIII
7. ( [Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.] )
IX
8. ( [Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.] )
X XI
9. ( [Y el hombre ... Pobre ... pobre!] ) 10 ([ Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; ] )
XII XIII
XIV XV
12 ( [ Hay golpes en la vida, tan fuertes] ... ( [Yo no sé!] )
1
2.
ESTUDIO.
1ª. tensión: La primera frase sintáctica no se completa: en ella se inicia una relativa comparativa o
consecuencial - "tan fuertes"..."-, que dentro de las formas sintácticas previsibles normales,
debería completarse con una adverbial encabezada por relativos - que, como-: Tan fuertes que
..., o tan fuertes como ... Forma propia del pensamiento regido lógicamente, en la
consecuencialidad o en la comparación. La formulación sintáctico lógica iniciada queda
interrumpida por la presencia de una intensidad semántica muy fuerte. La enunciación de un
sentido se diluye en un sinsentido. La racionalización se perturba por la irracionalidad.
La segunda frase.- " ¡Yo no sé!" - cabalga semánticamente sobre la primera: reemplaza al
consecuente lógico. Esta frase, siendo 1ógicamente completa, semánticamente es la negación de
racionalizar el sentido de los golpes tan fuertes . . .", es decir, el sentido de la vida.
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Aparece así una segunda tensión, correlativa de la anterior: entre sintaxis y significado.
Dejando por el momento el examen del plano de las frases, nos desplazarnos hacia el de la
composición estr6fica, porque percibimos en ella la repetición de la característica ya expuesta.
La partición estrófica -cinco estrofas - no recubre la relación semántica de las frases. Así:
"Son pocos, pero son ... Abren ... Serán . . ." de la 2a. y 3a. estrofas, no tienen sentido sin la
primera: remiten a un sujeto omitido que está enunciado en aquella -golpes-.
Réplicas:
"Hay golpes . . ." -impersonal, vs. " ¡Yo no sé! ", con sujeto explícito.
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común. Caracterización de] destino humano como vida dolorosa, a través de una dialéctica entre
yo individual y humanidad.
4a tensión.- Entre las mismas frases se manifiesta otro elemento de tensión, sostenido en el
plano morfo-sintáctico, y en la actitud del enunciante: "Hay . . .", afirmación, vs. "Yo no sé",
negación.
5a. tensión.- En III, que es una frase compleja, integrada por dos enunciados explicativos,
de los cuales el segundo es una prolongación del intento -"Golpes como del odio de Dios . . .,
Como si ante ellos / la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma . . .". El intento de
explicación cae en lo imposible de la misma -frase IV: "Yo no sé". Tensión entre anhelo de
comprender, intento y fracaso. Entre lógica -que procura el sentido, la interpretación-, y
alogicismo. Con ello vemos reforzarse la primera tensión entre racionalidad e irracionalidad de
la existencia humana.
Con los datos recogidos hasta aquí, comparados y sistematizados en un fondo significativo
común, recurrente y concluyente -isotopía-, podemos conjeturar que el significado connotativo o
profundo del poema se apoya en una estructura de discordancias.
Las nuevas observaciones consistirán en procurar datos con qué testar esa pre-hipótesis. Ya
tenemos, pues, una guía más segura para proseguir las observaciones por aspectos que resulten
operativos, relevantes y pertinentes en relación con dicha pre-hipótesis.
6a. tensión.- Hay aquí un sintagma que, tanto en el nivel semántica como en el fónico
presenta esa estructura de discordancias:
Semánticamente, "odio de Dios", equivale a una blasfemia. Dios está con mayúsculas, por
donde aparece la creencia religiosa cristiana -más adelante se corrobora. Por lo tanto, no
puede existir odio de Dios.
Fónicamente, "odio de Dios" es disonante por la cacofonía, que hasta hace difícil la
pronunciación del sintagma.
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aseveración: se empoza
Son pocos pero son son las crepitaciones
son las caídas
"Yo no sé" resume intrínsecamente la tensión entre aseveración y probabilidad; entre
comprender y no comprender; entre racionalidad e irracionalidad.
2.5. Hipótesis
Con los nuevos datos producidos merced a la interrogación dirigida por la prehipótesis,
estamos, en este punto, en condiciones de formular una hipótesis más acabada, tanto desde sus
fundamentos teóricos, como en lo relativo a su amplitud explicativa. Siempre en función del
problema: "cómo se produce el significado connotativo subyacente, o profundo y global; y cuál es
dicho significado". Además, en lo que respecta a los fundamentos de sentido -función- del
poema:
El significado del poema se produce como resultado de una serie de oposiciones y tensiones
entre factores pertenecientes a los distintos niveles, que hemos denominado ESTRUCTURA DE
DISCORDANCIAS. Por su naturaleza, tales discordancias se presentan como pugna agónica
entre dos actitudes: racionalidad e irracionalidad; en procura de comprender el sentido de la vida.
2.5.1. Testación
Las observaciones que siguen, tenderán a testar la hipótesis propuesta, observando otras
manifestaciones de tensiones entre elementos discordantes, en oposiciones relevantes y
significativas.
8a. tensión: las tensiones 6a. y 7a. se reúnen en los enunciados de la cuarta estrofa: "Y el
hombre . . ." (explicación iniciada), opuesto a "Pobre ... pobre" (igual a imposibilidad de
explicación). 0 sea, nuevamente: intento de racionalizar, fracasando ante la irracionalidad.
Equivale, pues, a la la. tensión.
9a. tensión: Sintácticamente, las frases de las estrofas dos y tres se desarrollan sin cortes
internos, sin interrupciones en el fluir consciente y lógico del sentido. Esa conformidad de la
sintaxis con el orden lógico, o desarrollo lógico, de los pensamientos, corresponde a una
distensión, producida por cierto predominio del intento racionalizador, frente al balbuceo o
incoherencia de las estrofas uno y cuatro. La dos y la tres ofrecen modulación
preponderantemente lógica de la sintaxis. En cambio, uno y cuatro presentan sintaxis
fundamentalmente sujeta a la intensidad de la función expresiva. Esta diferencia implica otra
manifestación de la discordancia observada hasta ahora: racionalidad vs. irracionalidad.
2.5.1.l. Discordancias
10a. tensión.- Más allá de las oposiciones entre unidades distintas, el mismo intento de
racionalización se ha venido ejercitando y desarrollando entre tensiones que manifiestan la
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discordancia fundamental: entre fe y no fe: "odio de Dios". Esta discordancia interna de un mismo
enunciado y entre los enunciados en que predomina la racionalización, aparece reforzada, a nivel
ortográfico; por el uso especial de las mayúsculas:
Muerte y Destino se escriben con mayúsculas que pueden calificarse como anormales desde
el punto de vista de las normas ortográficas generales. Se explican, pues, como mayúsculas
"irracionales" (o irracionalmente usadas), manifestaciones de un sentimiento de las cosas que
sobrepasa la medida humana de la normalidad del lenguaje; de la norma del código. Pero al
mismo tiempo, equivalen a una racionalización: al intento de clasificar de nueva manera sus
contenidos y manifestarlo gráficamente. Una lógica del código correspondiente a la presión del
sentimiento de las cosas diferente a las clasificaciones convencionales. Muerte, por su
mayúscula, no significa el fenómeno biológico, sino potencia sobrehumana, que opera
activamente sobre el Destino humano, pensado también como una entidad indescifrable e
ineluctable.
La oposición se presenta reforzada por los adjetivos -bárbaros, negros que califican el
sinsentido de la vida y la impotencia del hombre contra un Destino todopoderoso e inescrutable.
15a. tensión: Entre explicación y dudas insertas en un mismo enunciado: "Serán, tal vez";
"Golpes como del odio . . ."; "como si ante ellos . . ."; " algún pan"; "empozara" (modo de
posibilidad); y entre las dos proposiciones ligadas en la frase Vil: "Serán tal vez los potros de
bárbaros atilas" o "Los heraldos negros que nos manda la Muerte"..
16a. tensión: Entre luz y sombra = entre vida y muerte: crepitaciones vs. quema.
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2.5.1.2. Plano de niveles lingüísticos
En este plano se reproducen parecidos contrastes.
17a. tensión: Entre lenguaje familiar, cotidiano y un lenguaje culturizado:
"Yo no sé, puerta del horno, pan", vs. "atilas, heraldos negros; charco de culpa . . ."
20a. tensión: Entre estrofas rimadas vs. no rimadas. La primera aparece sin rima, en cambio
la 2a., 3a., y 4a. presentan rimas consonantes en los versos pares. El predominio numérico de las
rimadas justifica pensar que el proyecto poético inicial estaba orientado hacia las estrofas rimadas.
La carencia de rima en la primera corresponde, pues, a una ruptura del proyecto de versificación
rota por la presión semántica: el contenido exige sus formas; la forma revela el contenido. El
sistema métrico de la versificación ha sido subvertido por una forma que apareció como resultado
de su propio crecimiento. El proyecto previo se desvía en el curso del desarrollo lírico. La
estrofa 2a., 3a,, y 4a., con rima consonante, muestran el restablecimiento del proyecto, como
consecuencia de la racionalización dominante que hemos señalado anteriormente.
Esta tensión abarca diversos niveles: entre versificación y semántica, y entre versificación y
sintaxis: discordancia entre forma regular y forma ocurrencial; discordancia entre pausas
sintácticas y pausas métricas; es decir, entre lógica y expresión.
Este hecho puede observarse entre los diversos niveles del poemario completo.
21a. tensión.- Alguna oposición implica dos niveles del mismo término: hay paralelismo de
oposición sintagmático entre los versos 3-4 y 15-16; "todo lo sufrido se empozara en el alma" vs.
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"todo lo vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada". "Todo lo sufrido" y "todo lo
vivido" se corresponden sintagmáticamente -equivalencia de posición- "Sufrido" y ,, vivido"
constituyen así un paradigma múltiple: natural: prosódico, correspondencia fónica y morfológica -
participios pasivos sustantivados-; y por posición: paralela en el sintagma, en la pausa métrica, en
el verso de las respectivas estrofas. Como consecuencia, la equivalencia semántica está reforzada
por la equivalencia de los couplages. Se ha producido otra proyección de las equivalencias del
eje de la selección sobre el eje de la combinación. De todo ello resulta una nueva información de
los signos: unos informan sobre los otros; es decir, la vida como sufrimiento, el sufrimiento
como vida.
Dicha equivalencia se confirma por la réplica del otro término paralelo del sintagma: se
empezara, se empoza, que, semánticamente simboliza la profundidad de la existencia, del dolor;
subrayada por la variación morfológica: se empezara manifiesta el hecho como duda, producto
de la acción de búsqueda; se empoza -forma aseverativa- manifiesta certeza de la vida como
dolor.
En las estrofas la. y 2a. hay nuevas ocurrencias de couplages: se equivalen por posición
paralela en la métrica -palabras finales de verso, seguidas de pausa métrica, prosódica y
sintáctica. Además forman paradigma prosódico, y constituyen paradigma de oposición
semántica, en la 2a. estrofa, fuerte y Muerte. Fuerte, en su sintagma, adquiere valor especial: el
lomo más fuerte es, semánticamente, manifestación de la vitalidad, de la vida física y espiritual -el
lomo, la espalda que carga el dolor- y, por lo tanto, se opone a Muerte. Equivalencia semántica
subrayada por la prosódica.
O sea que entre fuerte y Muerte hay múltiple relación de equivalencia, por coincidencia -en lo
prosódico-, y por contradicción o negación recíproca -en lo semántica. Un aspecto los une, otro
los separa.
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destrucción del pan, del alimento -y símbolo- del cuerpo; o sea destrucción del componente
material o corporal de la vida. Blasfema y quema corresponden, pues, a dos planos de
destrucción de la vida por el Destino, lo indescifrable, imprevisible, absurdo; como el hecho
absurdo del pan que se quema en la puerta del horno; es decir, donde no podría quemarse, sino
por suerte inexplicablemente adversa. Oposición vida-muerte; destrucción de la vida por la
muerte; o vida que lleva en sí la muerte.
Se va destacando el fondo ideológico del poema que corresponde a una concepción de la vida
que se incluye en la concepción cristiana de la dualidad alma-cuerpo.
La estrofa cuarta refuerza aún más la oposición: palmada y mirada, equivalencia prosódica,
métrica, morfol6gica y de derivación. Palmada, igual a manifestación de amistad, de esperanza y
búsqueda cordial; aunque a la vez implique sorpresa instantánea; charco de culpa en la mirada:
nianflestación de desesperanza, ofuscación ante lo incógnito. Se oponen en tanto al significado de
familiaridad, amistad y cordialidad, vs. hostilidad; pero se conjuntan en cuanto significado de
sorpresa, presencia de lo inesperado, de lo incógnito. Lo que hace al hombre volver los ojos
locos.
Todo lo que se ha expuesto hasta aquí, implica ilustración de uno de los aspectos que hemos
reputado como distintivos de la lengua poética: su relativa remotivaci6n en lo que se refiere a 1a
relación significante-significado de los signos. La lengua poética ofrece cierto coeficiente de
retorno a la motivación, que es un retomo a lo concreto, a la plasticidad. El signo no se basta por
el concepto, sino que persigue el refuerzo significativo de la imagen sensible. El referente se evoca
con el significado y con el significante. Una relación de posición de dos signos en los sintagmas
poéticos determina una reversión significativa recíproca, constituyendo una equivalencia extraña a
"lo normal": lo vivido, lo sufrido; alma, mirada; lomo más fuerte -vida-, vs. Muerte. Por
desarrollo semántico metonímico de uno de los términos de la relación con el otro. Es decir,
porque uno de los términos está en relación metonímica, con el otro -por inclusión o coexistencia-
, tal como sufrido y vivido, fuerte y vida. Lo que produce una especial composición semántica
del semema vida por los semas fuerza, sufrimiento, muerte, correspondientes a los planos de
cuerpo-alma.
En la metáfora de esos golpes sangrientos: "crepitaciones de algún pan que en la puerta del
horno se nos quema", el significado de golpes excluye -paradigmáticamente, en el sistema de la
lengua corriente- a pan. Pero en la relación sintagmático producida por el verso y la metáfora, la
semántica poética, se produce un nuevo efecto de significado que, al crear la intersección entre
ambos términos, genera una relación de identidad entre ellos.
Las equivalencias por posiciones comparables ocurren en las estrofas de predominio racional,
como manifestaciones del discurso racionalizado: "Abren zanjas oscuras / en el rostro más fiero
y en el lomo más fuerte"; "Serán tal vez los potros de bárbaros atilas / o los heraldos negros
que nos manda la Muerte"; "Son las caídas hondas de los Cristos del alma / de alguna fe
adorable que el Destino blasfema".
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En los enunciados "en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte", la posición comparable hace
que se proyecte el significado de cada uno de los términos sobre los del otro. Como "sobre el
lomo más fuerte" se proyecta el significado de "Muerte" -por posición paralela, métrica; y por
equivalencia prosódica; también "rostro más fiero" queda ubicado como símbolo de vitalidad,
como sema de vida; contra debilidad, sensibilidad, ternura -que serán así las cualidades humanas
más susceptibles a "los golpes"; y, por consecuencia, como condiciones que abren en la vida, la
entrada de la Muerte. La oposición del paradigma, en ausencia, implica la dureza del destino
humano y del destino del poeta.
Entre los sintagmas paralelos: "la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma", y "todo lo
vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada"; la diferencia está dada por la proposición
explicativa "como charco de culpa", la cual resuelve, finalmente la causalidad del dolor, explorada
afanosamente en el poema: el dolor es consecuencia de la culpa del hombre. Destino ineluctable,
pues se genera en la oposición Dios (Cristos) vs. la condición humana (charco de culpa).
La imagen "los ojos locos" es metonimia del hombre que indaga inútilmente la razón de su
castigo por un Destino que lleva en su propia condición: imagen del absurdo de vivir una vida que
es sustancia de sufrimiento y de muerte.
Por su parte, resaca, se coloca, desde el punto de vista semántica, como término ambiguo:
"movimiento en retroceso de las olas después que han chocado en la orilla"; / / "malestar que se
siente por la mañana a consecuencia de haber bebido alcohólicas la noche anterior;" / / "residuos
orgánicos que quedan tras el retiro de las aguas" Isotopía de destrucción. Por la primera
acepción, el verso significaría el choque de la vida contra el dolor y la caída de la vida, rota el
alma. Por la segunda: el disgusto, la decepción de vivir tras instantes de vida "dichosa". Por la
tercera: los restos del hombre y de la vida bajo el cubrimiento de experiencias dolorosas.
Hombre hecho de residuos de hombre.
La ambigüedad queda reforzada por la capacidad significativa de empozara, donde caben las
tres acepciones.
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Esto se manifiesta también en las fuentes lingüístico ideológicas del sistema expresivo, en
particular de las imágenes: "heraldos negros", discurso bíblico; "potros de bárbaros atilas",
discurso histórico, de la historia en tiempo crítico de la civilización occidental; "crepitaciones de
algún pan que en la puerta del horno se nos quema", discurso cotidiano.
Dios, destruido por el hombre y su Destino, su culpa. El Destino es determinado por el castigo
de Dios -el odio de Dios-, por la blasfemia, por las caídas hondas de los Cristos del alma; y,
concretamente, por los golpes de la vida, tan fuertes ...
Estimamos que las observaciones realizadas hasta ahora han producido datos suficientes como
para considerar convalidada la hipótesis propuesta.
En este paso estamos en condiciones de producir una síntesis e integración de los resultados
parciales, como una aproximación al significado mediato -o profundo-; y del sentido -un sentido
parcelario, fundable en apoyaturas relativamente objetivas y demostrables.
En primer lugar, la estructura de discordancias es una metáfora del hombre y su destino. Las
estructuras parciales y la global del poema se han manifestado como estructuras de discordancias
de expresión y contenidos, morfosintácticas, prosódicas, sintagmáticas y de composición
versificativa. Discordancias presentes en el lenguaje poético enunciadas sobre la base de una
activación de discordancias contenidas en el fondo material de la lengua que lo nutre. Como toda
lengua, esta es clasificación, definición y conciencia ideológica. Por lo tanto, sus discordancias
reflejan las discordancias de la concepción del mundo dentro de la cual se genera el poema,
porque es la que proporciona la materia de la cual él es forma-sustancia de expresión y contenido.
La estructura del poema explicita la ideología y las estructuras discordantes totales del hombre.
O sea que, las del poema son discordancias correlativas del hombre y de su mundo, o de
hombre y sociedad, puesto que un discurso poético está estrecha e indisolublemente vinculado al
discurso colectivo; desde el momento que cada individuo -y por consiguiente el poeta-, en todas
sus actividades, pone en acto concepciones, ideologías, sentimientos del conjunto social -
históricamente condicionada- a que pertenece.
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Las fuentes de cultura -usadas en la elaboración de las imágenes líricas, por ejemplo- implican
oposiciones que connotan la discordancia del desarrollo de la humanidad, y que han quedado
internalizadas en la lengua y en la ideología.
Este poema, pues, revela las discordancias de toda la historia del hombre en el mundo,
connotadas por sus apelaciones lingüísticas: heraldos negros, atilas, culpa, sufrido, vivido, etc.;
reactivadas o puestas en juego por una circunstancia particular y, por lo tanto social, histórica, que
promueve la actividad poética que produce -crea- el poema, como producto de una elaboración
de materia prima de discordancias internas al hecho de ser obra personal, por un productor que
tiene su sistema de pensamiento, su orbe de pensamiento y sentimiento, integrado en la realidad
concreta. A esa vinculación alude el enunciado de la función lírica inicial: "Hay golpes en la vida,
tan fuertes . . ."
Estamos penetrando en otra dimensión del estudio literario que hemos señalado como
conocimiento del discurso -lírico- y en cierto coeficiente antropol6gico; junto a una revelación de
nuestra propia capacidad perceptiva, de nuestra receptividad, o nuestra ideología, proyectada en
la "interpretación", que pretendemos justificada, comprobable y, por ello, compartible.
En la palabra lírica penetra la tensión originaria, y, por ella, nos penetra subyugadoramente
para estimular nuestra propia capacidad poética. Se ha apoderado de nosotros un estado
específico, que podemos llamar estado poético o efecto estético. Queremos explicamos las
razones o los estímulos de ese efecto, racionalizarlo, y sentimos que sólo quedamos en
aproximaciones parcelarlas y parciales. Es posible, por eso, que durante nuestro examen y
después de él, sintamos que perdemos poco a poco factores constitutivos de aquella experiencia
inicial. Que lo poético se nos escapa; que está en el fondo de la palabra, pero la rebasa y la
envuelve sin permitir que la lengua demostrativa -el metalenguaje descriptivo, metodológico- lo
aprese y lo transforme en proposiciones lógicas. Podemos revisarlo deteniéndonos en enunciados
poéticos culminantes; que estableceremos en diferentes versos. (La enumeración siguiente
corresponde a los versos).
1: El verso expresa una conmoción total del ser por una experiencia dolorosa. Lo que
inmediatamente se comunica es el espíritu abrumado. Las fuerzas mentales agobiadas, porque al
acto de conciencia fluye el hombre entero, con toda su vida pasada y presente, y la angustia del
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futuro: lo que ha vivido, lo que está viviendo, lo que espera de la vida: el hombre histórico. Los
puntos suspensivos son aquí el recurso máximo de la expresión. Es lo inefable, la totalidad que
abruma a lo racional. La enunciación queda en silencio, en sugestión, como si la conciencia se
anegara bajo la presión de la personalidad que pugna por manifestarse. Son el recurso evocador
y recreador de esa totalidad. El suspenso de la concentración para expresar, transmitir,
reproducir. Para evocar y permitir la revocación.
La experiencia poética ha arrojado al sujeto poético hasta el centro de sí mismo, en cuanto
personalidad total; a padecer el meollo de la vida. El sentido de la vida con dolor es lo que lo
abruma en el quicio de todo su ser hombre. Lo inexplicable de la existencia dolorosa, el umbral
del escepticismo, el empozamiento del pensamiento y del sentimiento en la incertidumbre; o en la
certidumbre de sentir la vida como fatal caída hacia la muerte. Es lo que se plasma en el ¡Yo no
sé! , intelectivo.
Recurre a esa expresión del lenguaje corriente, familiar, por medio de la cual, los hombres
suelen manifestar su confusión ante las cosas. El verso circunstancia y dimensión común, viene de
la vida y del hombre en su la más vivida corno natural, en la menos mixtificada de sus actitudes, la
más vida como padecimiento.
El fracaso del intento de comprender la existencia sólo consigue hacer mayor la abrumadora
agonía del espíritu. De la hondura del lenguaje poético, que ha quedado penetrada por la esencia
del dolor, recurriendo a la poesía y a la especulación, el espíritu retorna a la virginidad humana, a
la originaria conmoción del hombre; y recurre nuevamente al lenguaje cotidiano, donde la
existencia vital del poeta siente ligarse al padecimiento humano: Yo no sé. El espíritu, abrumado
por la soledad busca la compañía de espíritus semejantes, sujetos a idéntico destino,
mancomunados en el vínculo del lenguaje familiar.
El dolor es el punto de la existencia donde el hombre se une a Dios. Así, la existencia está
concebida -románticamente- corno una condena fatal, porque tiene su agonía en su propia
naturaleza: "alguna fe adorable que el destino blasfema". El Destino es el misterio y la fatalidad de
la vida humana. Es sinsentido, arbitrario, sobrehumano, trágico. Trasciende la capacidad de la
razón; trasciende la palabra, como una realidad inasible. Por eso se escribe con mayúscula,
personificado, separado en su propio ser, en su abrumadora dimensión de incognoscible.
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Hay tres presencias y potencias sobrehumanas ligadas al estremecimiento total poetizado:
Dios, el Destino, la Muerte. Envueltos los tres en el misterio, pero concretos, golpeando la
existencia del hombre, intrínsecamente ligados a ella, indisolublemente, con su realidad tangible.
Espiritual y corporalmente tangibles:
espiritualmente, 3 y 4; corporalmente: 5 y 6.
Es decir, golpeando en toda la realidad del hombre.
"Vuelve los ojos locos", concreta la actitud de la conciencia que busca inútilmente el sentido
de la vida terminando ante el enfrentamiento de lo absurdo. El poema, ante la manifestación real
del misterio en la existencia, saca la especulación de] terreno abstracto y la concreta nutriéndola
de experiencia vital: "como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada" .
Y luego, otra vez, el sinsentido definitivo y el presentimiento de culpa y destino:
"Y todo lo vivido / se empoza, como un charco de culpa, en la mirada".
El último verso reasume la actitud inicial. La inutilidad de la especulación queda sellada. El "yo
no sé", es dramática confesión de la carga sobrehumana que abruma la existencia del hombre. Un
sentimiento de fatalidad lo aprisiona definitivamente.
El poema se inició con un estremecimiento del ser sacudido por el dolor de una experiencia
concreta. El espíritu buscó una salida, un alivio a su agonía: apeló a distintas respuestas posibles:
la de la religión, la de la filosofía, la de la poesía, la de la historia. Pero cada apelación se convirtió
en factor de nuevo empozamiento. Para caer definitivamente en el agobio insuperable: "Yo no sé".
Ante ello, el hombre se siente como algo miserable, víctima impotente -"Pobre ... pobre"- entre el
misterio, entre Dios, el Destino y la Muerte. Empozado. El poema centra el significado en una
palabra que resume Y materializa el sentimiento de la situación del hombre en el mundo.
Empozado, culpa, castigo, caída, componen una isotopía, conectadas por la línea unitaria del
sentimiento básico y originario del poema. Describen el sentimiento del hombre y su destino. Lo
mismo que Dios, Destino, Muerte resumen una concepción de la vida y se conectan con dicha
concepción.
La vida existe entre dos misterios, con nombres: culpa - muerte; pero sin sentido. Los
nombres, el poema entero, son un desesperado esfuerzo por comprender lo absurdo.
El temple de ánimo, la sustancia lírica, que sostiene y configura el poema es el dolor esencial,
resumen de múltiples dolores circunstanciales: de ahí la función testimonial del poema como
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actitud del hombre ante la realidad, consistente en insatisfacción vital. No se trata de un
determinado padecimiento de una sola circunstancia íntima; sino del dolor como factor intrínseco
en el hecho humano y en la vida real. Como constituyente connatural de la existencia, del hombre.
Por eso se despersonaliza la experiencia: "Hay golpes en la vida . . ."; o sea: en mi vida y en la
vida de todos. En la vida humana, por el solo hecho de serlo, simplemente. Hay golpes, hay
dolor, como hechuras de la existencia, todos los días, a cada recodo del vivir. Cada poema de
todo el corpus poético de Vallejo poetizará un episodio de ese destino total.
Y es inútil indagar. Hay una sola actitud posible: vivirlos, sufrirlos en la vida mientras se
participa de su sustancia. Es, pues, una concepción fatalista, romántica, de la vida y del dolor. De
la desesperada búsqueda de sentido, sólo hay un resultado: el agobio más profundo de la falta de
sentido y de explicación. La vida queda fatalmente asumida como una agonía.
Si analizáramos los otros poemas del libro y los demás libros de Vallejo, iríamos
reencontrando los temas y las actitudes que compondrían la imagen del hombre y del mundo que
genera su poesía. Apoyándonos en sus versos, recompondríamos la sustancia humana de esa
poesía, y su vinculación con su circunstancia. Tendríamos el testimonio y la explicación de la
evolución de su lenguaje poético, desde un atenuado modernismo hasta un desconcertante
superrealismo. Es decir, podríamos establecer conclusiones acerca de los mecanismos y
modalidades del discurso lírico y, en consecuencia un grado de aproximación a la condición
humana que se manifiesta en la actividad lírica.
15
IX
ANÁLISIS DE , XXIII
9. EL POEMA.
I
1. ( [Tahona estuosa de aquellos mis bizcochos
pura yema infantil innumerable, madre.] )
II
a) ( [Oh tus cuatro gorgas, asombrosamente
mal plañidas, madre: tus mendigos.]
III
[Las dos hermanas últimas, Miguel que ha muerto
y yo arrastrando todavía
una trenza por cada letra del abecedario] )
IV
b) ( [En la sala de arriba nos repartías
de mañana, de tarde de dual estiba,
aquellas ricas hostias de tiempo, para
que ahora nos sobrasen
cáscaras de relojes en flexión de las 24
en punto parados.] )
V VI
4. ( [Madre, y ahora! ] [Ahora, en cuál alvéolo
Quedaría, en qué retoño capilar,
cierta migaja que hoy se me ata al cuello
VII
y no quiere pasar.] ) 5 ( [ Hoy que hasta
tus puros huesos estarán harina
que no habrá en qué amasar
¡tierna dulcera de amor! ,
hasta en la cruda sombra, hasta en el gran molar
cuya encía late en aquel lácteo hoyuelo
que inadvertido lábrase y pulula ¡tú lo viste tanto!
en las manos recién nacidas.] )
VIII
6. ( [Tal la tierra oirá tu silenciar,
cómo nos van cobrando todos
el alquiler del mundo donde nos dejas
16
y el valor de aquel pan inacabable.] )
IX
a) ( [Y nos lo cobran, cuando, siendo nosotros
pequeños entonces, como tú verías,
no lo podíamos haber arrebatado
X
a nadie;] ) 8 ( [cuanto tú nos lo diste,
¿di, mamá?] )
2. ESTUDIO.
El poema está construido en cinco grupos estróficos, en los que se destaca la diferente
extensión -número de versos-; y que, además se diferencian semánticamente y por el tipo de
discurso predominante:
División:
A nivel sintáctico: diez frases. Ocho de ellas son complejas (estrictamente, en algunos casos
podrían subdividirse); tres son simples -I, V y VIII.
A nivel semántica: ocho frases.
La segunda, vocativa, evoca a los hijos mediante metáforas que definen el referente,
poniéndolo en relación con la madre; y caracterizando o calificando el referente y la relación, a
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través de predominante función expresiva. Destacamos la interalimentación y mutuo
condicionamiento semántica entre ambas.
La sintaxis de las dos primeras obedece a la presión emotiva que se detiene en la evocación
emocionada. Son estrictamente nominales, sin desarrollos predicativos. 0 mejor dicho, son
sujetos y predicados sincréticamente. En la tercera, la sintaxis se desenvuelve explicativamente.
La cuarta es más extensa que las tres anteriores. Predomina la función referencias narrativa.
Ofrece una oposición interior en el referente: situación en la infancia = pasado, vs. Situación
actual = presente.
2.3. Prehipótesis
Con los datos recogidos a este nivel de observaciones, y en particular con el último, podemos
conjeturar que el poema presenta su significado como resultante de una oposición fundamental
entre enunciados que evocan el pasado -feliz-: "ricas hostias de tiempo", a los que se oponen
enunciados que muestran el presente en dimensión contraria, o de pérdida: "ahora nos sobrasen
cáscaras de relojes".
Además en este punto sentimos la proyección del significado de Los heraldos negros, y su
estructura de discordancias y del sinsentido de las cosas humanas.
La sintaxis, sin desarrollo, queda sometida por la función expresiva muy fuerte.
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La séptima frase es otro desarrollo de la quinta. La sintaxis está determinada por la presión
anímica -función emotiva.
Semánticamente es compleja: los versos 17-19: sentimiento de la madre como infinito bien
perdido; 20: metafórico definición emotiva de la madre; 21: perennidad de la virtud de la madre;
22-24: imagen de la consumición de la madre por la avidez del hijo.
En estos tres últimos versos se ha intercalado una nueva ruptura sintáctica y semántica,
producida por la incidental " ¡tú lo viste tanto! ", que confirma cómo la estructura sintáctica está
dominada por el movimiento anímico emocional, unido al recuerdo y a la perduración del niño en
el hombre.
Semánticamente, la frase seis es correlativa del tiempo de referencia de los versos 8-10; la
siete es, por su parte, correlativa del tiempo de referencia de los versos 11-13.
2.4. Hipótesis
Se confirma que el significado se produce como resultado de la oposición pasado vs. presente
- posesión vs. carencia, construcción de la vida vs. destrucción de la misma. Pero no hay datos
suficientes para caracterizar la naturaleza de la destrucción, como sí los había desde el comienzo
en Los heraldos negros. No podemos completar la hipótesis en el sentido de la causa del
significado destacado; es decir, no tenemos todavía los elementos necesarios para abarcar la
totalidad del significado y del sentido.
Este dato destaca otro aspecto del proceso de producción de significado de oposición
pasado-presente = felicidad-desdicha: es el planteamiento poético como un diálogo del hombre-
niño, con la madre perdida.
La diferente cualidad semántica y sintáctica de las frases es parte del proceso de producción
de significado que soporta el efecto estético: la polivalencia significativa, la superposición de
funciones del lenguaje, la expansividad del significado y del mensaje; y juntamente el sentido del
poema, esclarecido ya en las frases explicativas ocho y nueve.
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Semánticamente el poema ofrece un conjunto de oposiciones manifestadas en términos
concretos. La línea divisoria principal de las isotopías opuestas queda entre los versos 10 y 11:
pasado y presente unidos en el interior de una misma frase.
a) felicidad infantil, seguridad, compañía, protección, hogar: "ricas hostias, tahona estuosa,
tierna dulcera de amor . . ."
b) decepción, injusticia, angustia: "sobrasen cáscaras de relojes, ata al cuello, cruda sombra,
alquiler del mundo . . ."
El eje semántica básico se proyecta sobre la calidad del lenguaje, y se sostiene en la modalidad
específica de las palabras y de las imágenes; es decir, en la función poética del lenguaje. Esa
especificidad de los signos es la que constituye el significado -el mensaje- expansivo.
Tanto las metáforas como las metonimias se generan en el esfuerzo por reducir la referencia a
determinados aspectos esenciales de las cosas; y los signos y sintagmas son síntesis dialécticas de
referentes y modos de aprehensión del emisor:
En todos los casos, las referencias implican valoraciones de los referentes, producidas en
función de una situación determinada del emisor; o sea, de la incidencia de dicha situación en la
apreciación del referente. Esa incidencia desplaza unos significados y destaca o privilegia otros,
determinando la estructura semántica por relaciones de solidaridad u oposición de términos.
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protección necesidad
Entre ambos grupos, los versos 10 y 11 se oponen significativamente sobre el eje semántica
del tiempo: "aquellas" vs. "ahora", resumen la noción del tiempo y su giro, que cambia el signo de
la vida del hombre, y su sentimiento del tiempo como hecho natural de la vida:
tiempo vs. no tiempo
"ricas hostias de tiempo relojes en flexión de las 24 en
punto parados.
"Hostias de tiempo" lleva una contradicción interna: la de su propia destrucción: vida echada al
tiempo que desemboca en el ahora, distinto, opuesto, negador, que se asocia a la destrucción:
"cáscaras de relojes".
Este adverbio ahora es el ápice del eje significativo de la frase; y lo es del poema completo: es
la ubicación desde la cual se generan las referencias o imágenes del referente. Y el Proceso Y
conjunto de las transformaciones. En él desembocan los recuerdos entrañables Y los
componentes de la circunstancia presente. Desde ese punto se proyectan las valorizaciones. Es
el punto en que, confluyendo pasado Y presente, se genera la actividad poética, Y la forma
sustancia de expresión y contenidos.
El cuarto grupo estrófico permite una explanación semántica considerable: versos 14 a 24:
"-Madre, y ahora! ", es un enunciado que contiene una oposición: madre vs. ahora. Esta
relación implica la síntesis lírica producida por la oposición general señalada anteriormente.
Constituida y manifiesta dicha síntesis, la tensión lírica se desarrolla, se despliega el sentimiento, la
emoción del pensamiento estructurado en la oposición de la estrofa precedente.
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En el conjunto, hay, semántica y sintácticamente, varios aspectos;
-14 a 17 perduración entrañable de la angustia. Se comprueba el funcionamiento de
"¡Madre, y ahora! " como generador lírico de este enunciado;
-17 a 24, exponen, frente al ahora de desechos, la búsqueda de la madre y de la infancia: son
enumeraciones del intento de recuperar la pérdida, con la conciencia de cuánto está perdida; 20:
rompe el ritmo, la sintaxis y el desarrollo semántica, como presencia en la ausencia. Sintetiza,
además, el sentido de la madre dadora, agente de la existencia. Las cafificaciones y predicados
de madre se han expuesto con ese significado y las connotaciones implicadas: madre + trabajo
+ calor + amor + cordialidad + protección + hogar + tradición + condición humana:
"tahona estuosa". Frente a eso, los hijos como consumidores, beneficiarios y protegidos. La
ruptura de esa relación, que es producida por el tiempo equivale a la orfandad y el desamparo.
Las connotaciones de hijo se explicitan en las metáforas y metonimias: hijo + necesidad.,
"mendigos"; hijo + consumidor.. "alvéolo", "huesos", "harina", "encía", "lácteo hoyuelo",
"Iábrase y pulula", "manos cerradas", "lo viste tanto"; el conjunto significa la consumición de la
madre por su "dación".
Las frases VIII y IX, dentro del tono general de la emoción lírica, ofrecen un giro del lenguaje,
caracterizado por un mayor coeficiente de conceptualización. En este sentido, se oponen al grupo
de versos 14 a 24, de predominante coeficiente emocional.
La frase IX tiene un contenido especial, que la presenta corno consecuencia del proceso de
pensamiento lírico, pero, a la vez, como fundamento total de su génesis: queja por la situación
social del hombre, contra el mundo injusto que le cobra el alquiler de lo que le pertenece por
derecho natural, intrínseco a la existencia dada por la madre. Cada uno por su parte, según su
contenido semántica, los versos 12-13; 14-17; 17-24; 25-28 y 29-32, son desarrollos
semánticos de ahora, que le confieren su significado particular.
La última frase, en el verso final ¿di, mamá" "- es la pregunta respecto del absurdo del
desamparo del hombre, en busca de una respuesta imposible.
La forma dialógica del discurso poético es, en este poema, un aspecto fundamental de su
sentido. Esa forma presenta dos actitudes comunicativas, cada una de las cuales incide en la
formulación sintáctica, semántica y semiológica:
b) Los versos 5 a 91 en cambio, ofrecen datos innecesarios dentro del diálogo de hijo y
madre. Es que el diálogo ahora se abre al lector. Esa apertura se sostiene en las informaciones
que proporciona el mensaje. En las frases VIII y IX, dicha participación del tercero en el diálogo
con la madre, expone el tema y el sentido; la queja del poeta.
Hemos señalado la relación de Trilce XIII con Los heraldos negros, como una
transformación de la actitud poética desde una amplia ambigüedad hacia una concreción que
expone los orígenes concretos de la angustia y la agonía. Esta concreción se produce en todo el
libro Trilce, con consecuencias más o menos agudas sobre el lenguaje poético y los temas.
El orbe poetizado reconoce una experiencia dolorosa, o una suma de experiencias dolorosas
de tipo social: un choque con la realidad de su país, produce el dolor de ser americano, como
extranjero en su tierra, y en el mundo. Se reavivan en el mundo poético vallejiano las experiencias
de su circunstancia vital entrañable, sustancia]. La emoción poética surge del ser entero, pero
circunstanciado: lo racial, lo hereditario, lo vital, espiritual y carnal, lo familiar y lo social; todo
vivido dolorosamente. Los poemas de Trilce se fundan en esa sustancia entrañable, personal y
colectiva, torturada. Su sentimiento de la vida, aquel empozamiento en el irremediable dolor de
la existencia aparece en su génesis. Los temas están marcados por este sentimiento trágico del
ser hombre. El lenguaje y la estética del libro, están elaborados en función de la necesidad de
exponer el sinsentido de ser y el dolor de la vida, auscultados directamente en las entrañas de la
existencia. El alogicismo, a veces total, corresponde al derrumbe de la capacidad ordenadora de
la razón. Recrea o reproduce el fluir de los impulsos y estímulos que operan en la conciencia y en
la inconsciencia, de la totalidad del ser situado; en lenguaje donde confluyen resonando lo
individual y lo cósmico; lo personal y lo colectivo; lo actual y lo pasado -vivido o heredado-; los
pensamientos, los sueños, las vivencias; lo étnico, lo social, lo telúrico. Por eso la sintaxis se
quiebra, los sintagmas se desvinculan de la lógica y de los convencionalismos; el vocabulario se
revitaliza y recrea; se adensan los símbolos y las claves.
ANÁLISIS DE Y
YOOY
YYYO
O,
de JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
1. EL POEMA.
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I II
(Me buscas,] ) ( [ te me opones
como la imajen
del chorro, al chorro, en el espejo de agua,] )
III
( [¿Cómo hallaré el camino eterno
que da el espejo al alma de mis ojos,
si vienes tú del fin de ese camino
con igual fuerza que este afán sin cuna,
que, como tú de ti, no sé de dónde, de mí salta?] )
IV
( [ Todo, en torno, es de luz.] )
V
( [Mas yo no puedo ir a ese sinfín que anhela el alma,
por este punto -- ¡el suyo! a que me sales
tú al encuentro! ] )
VI
( [¡Ay, fuerza de mi imajen - ¡vida! -
más poderosa que yo, ay!] )
2. ESTUDIO.
El significado del poema se presenta como de más difícil acceso que en los casos anteriores a
la comunicación procurado por la lectura no sistematizada. Este tipo de expresiones poemáticas,
en donde el significado, aun el inmediato, resulta escondido, justifica mejor el planteamiento de
este libro en relación con el problema del proceso de producción de significado.
El desafío que la emisión del mensaje propone a su intelección ofrece sus pautas más visibles
en la oposición de las series estróficas. Tal será el punto de partida de nuestras observaciones, en
procura de datos tendientes a la producción de una pre-hipótesis.
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La segunda es interrogativa. Una interrogación que resulta de la comprobación contenida en
la precedente. Sintaxis confusa -o que confunde-, tensionada por la fuerza expresiva.
2.2. Pre-hipótesis
La primera abre una secuencia: una expectativa. Expone una observación experiencias que
entraña un problema, en el que se inserta la actividad poética. El poema se abre objetivando en
el lenguaje una experiencia muy vivida. El poema es un modo de pensar, un sentimiento vivido
que necesita de la reflexión.
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Estas nuevas observaciones tenderán a ampliar las bases y los datos para la testación de la
hipótesis, detallando particularidades de los enunciados y del contenido que confirmarán o
negarán los resultados acerca del significado que hemos alcanzado hasta ahora:
La frase I tiene por sujeto tú y por objeto yo. Plantea una incógnita:
¿quién es tú? ; supuesto que yo es el sujeto poético.
te me opones al buscarme
me buscas oponiéndoteme.
La imagen del chorro no existe sin él, ni el chorro tiene conocimiento de sí mismo sin la imagen.
Así también yo no existo sin mi imagen ni mi imagen sin mí. Yo no tengo conciencia de mí sin el tú
(imagen) que se me opone. Para verse, desdobla su identidad, y el encuentro los unifica en "el
espejo de agua".
Frase III. Ahora el yo es sujeto de una acción que se resuelve en puro anhelo. Sujeto de un
deseo imposible de satisfacer: "¿Cómo hallaré el camino eterno ... ? "
Ante el espejo, la imagen me proyecta hacia una incógnita que se ofrece como el alma de mis
ojos; como una presencia imprecisa que me incita, que me arroja a la búsqueda de un imposible,
porque está condicionada por su propia naturaleza inasible.
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La frase IV es una presentación del contraste entre la luz y el misterio.
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