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La medicina misionera en Hispano-

América y Filipinas durante la época


colonial
M- Carmen Sánchez Téllez
Universidad de Alcalá de Henares y ACISAL

INTRODUCCIÓN El estudio de la Medicina Misionera debe tener


presente que con la Colonización americana y filipina
El presente estudio forma parte de una monografía ocurrieron enormes cambios demográficos, provocados
más amplia sobre la labor de las órdenes religiosas en por el intercambio de enfermedades infectocontagiosas,
el campo de la Medicina en Hispano-Amcrica y Fili- para las que colonizados y colonizadores carecían en
pinas durante el período Colonial español. En ella se unos casos de inmunidad, cuando no de remedios,
estudia la Medicina Misionera bajo tres aspectos: La además de ignorar el mecanismo de contagio y las
Medicina asistencial, las fundaciones hospitalarias y medidas higiénicas pertinentes para evitarlo.
los textos médicos. La conquista militar y la colonización política, se-
El descubrimiento de América cuyo V Centenario gún los modelos administrativos de la Corona espa-
estamos próximos a celebrar, fue seguido de la con- ñola, fueron paralelos a la conquista espiritual, obra de
quista y colonización de extensos territorios de Amé- la evangclización misionera, factor singular en la
rica y Filipinas, donde los españoles convivieron con transculturación médica, en la atención sanitaria a los
pueblos de gran diversidad cultural. La empresa del indígenas y en la asimilación de su medicina. Este he-
Nuevo Mundo trajo como consecuencia obligaciones cho es exclusivo de la colonización española y no
de gobierno entre las que aparecían en primerísimo lu- aparece en la británica, francesa y escasamente en la
gar el bienestar y la salud de los indígenas y poblado- portuguesa.
res de las tierras conquistadas. La medicina Misionera, por su mística religiosa fue
Tanto los indígenas americanos como los filipinos la que mejor se adaptó a la concepción indígena sobre-
habían alcanzado un equilibrio sanitario entre los natural de la enfermedad. Además unió al ingrediente
agentes y causas de enfermedad en su medio ambiente mágico-espiritual el recurso a remedios vegetales de la
y como ha señalado Ackerknech (1942) tenían el me- tradición precolombina, similar enteramente a la tra-
jor tipo posible de medicina en su contexto antropo- dición medieval de los herbarios monásticos, cuyo es-
lógico cultural. Creían en el origen mágico de la en- tudio había surgido con enorme vigor al despertar el
fermedad, no razonaban las causas naturales de los Renacimiento europeo con el descubrimiento del Nue-
procesos patológicos del hombre y su terapéutica, ba- vo Mundo y las rutas a la India.
sada en la concepción sobrenatural, se apoyaba en re- La significación de la Medicina Misionera en la
cursos mágicos y religiosos y en alguna medida en re- gran perspectiva de la historia cultural de España en
medios vegetales, pero entiéndase bien, no por las América y Filipinas, se comprende al señalar que si
propiedades terapéuticas en sí de las drogas, aunque bien existieron médicos y cirujanos con adecuada for-
conocían la actividad estimulante de algunas de ellas, mación académica, que se crearon tempranamente uni-
como la coca o la paralizante del curare, sino por la versidades con facultades de medicina, donde se educa-
virtud mágica que poseía la hierba utilizada. ron tanto indígenas como criollos en las doctrinas de
Desgraciadamente, la falla de una tradición escrita su tiempo, que se levantaron por doquier hospitales
precolombina, hizo que todo el acervo medicinal indí- para atender enfermos y necesitados, la salud de enor-
gena americano y filipino no pudiera ofrecer textos mes núcleos de población, millones de indígenas y
que permitieran su estudio inmediato tras el Descubri- españoles, en territorios de gran extensión, a lo largo
miento. Su conocimiento fue resultado de un largo de más de ü^es siglos de vida colonial, dependió de la
proceso de análisis durante el Período Colonial. Medicina Misionera.
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TEXTOS DE MEDICINA MISIONEROS vo por las escasas referencias recogidas por Pane
(1493) Fernández de Oviedo (1535) y Las Casas (c.
En el estudio de la Medicina Misionera aparecen 1540) hace que sea muy reducida la información de
junto a la práctica médico-quirúrgica de los misioneros primera mano en este área y que todos los repositorios
y las instituciones hospitalarias asistenciales que crea- medicinales ofrecidos por los historiadores de la medi-
ron, los textos de medicina popular que dejaron escri- cina del Caribe, no se refieran en realidad a los aborí-
tos, algunos de los cuales alcanzaron la suerte de verse genes de las Antillas, sino que reflejen la Medicina y
impresos. usos de los esclavos negros que fueron transplantados
Su importancia radica en el hecho de la imposibili- a las Antillas desde comienzos del siglo XVI.
dad que tenía el misionero generalmente para contar
con textos médicos clásicos y sobre todo la de obtener
las drogas que en ellos se recomendaba. Este hecho dio NUEVA ESPAÑA
lugar a que la literatura médica misionera estableciera
una farmacopea basada en sucedáneos indígenas, incor- Se inicia la literatura médica publicada por miem-
porando remedios locales con parecido botánico o ca- bros de órdenes religiosas en el Nuevo Mundo con un
racteres organolépticos semejantes a los europeos. Por grupo de libros legendarios, de los cuales apenas si
ello, los misioneros se apresuraron a recoger la tradi- han llegado hasta nuestros días un puñado de ejem-
ción oral médica de los indígenas. El ejemplo más no- plares. El primero fue el intento de Alonso de la
table de la transmisión médica precolombina en el Veracruz (1507-1584), graduado alcalaíno y religioso
período colonial lo constituye el Códice Badiana agustino en introducir las ideas científicas del Renaci-
(1552), escrito en el convento franciscano de Xochi- miento español en la Phisica Speculatio, impresa en
milco por dos indígenas nahualts, el médico Martín de México en 1557. Expone en ella las cuestiones aris-
la Cruz y el traductor Juan Badiano, como cristiani- totélicas sobre las funciones de los sentidos: La vista,
zaron sus nombres. el oido, el gusto y discute por vez primera en América
Los primeros manuales médico-misioneros comen- las cuestiones fisiológicas. A la obra de La Veracruz
zaron escribiéndose en hojas sueltas que después co- sigue el texto quirúrgico Summa y Recopilación de
sían, formando cuadernillos y que conservaban en los Chirugia con un Arte para sangrar de Alonso López
conventos para uso doméstico. Estos manuscritos se de Hinojosos (1535-1597) cirujano, director del hos-
prestaban entre conventos y a las familias, con la re- pital de los Naturales en México y lego después de la
comendación de no entretenerlos por mucho tiempo Compañía de Jesús. Este texto es un pequeño manual
porque otras personas podían necesitarlos. Y no era quirúrgico dividido en siete tratados en los que se tra-
exü-año que a medida que se descubrían nuevos reme- tan temas como: Anatomía, sangrías, apostemas, he-
dios se añadieran al manuscrito en hojas suplementa- ridas frescas, mal de bubas, fracturas y dislocaciones y
rias. pestilencias. Impreso por vez primera en México en
La información medicinal en los nuevos territorios 1578 y reimpreso en 1595.
era de tal magnitud y su interés en España tan vivo Gran difusión tuvieron las obras del doctor sevilla-
que el estudio de la medicina americana y filipina no García Farfán (1532-1604) médico de cámara de
quedó institucionalizado con la Real Cédula de Felipe Felipe 11 y que al enviudar en México y debido tam-
II de 11 de enero de 1570 en que se creó el Protome- bién al padecimiento de una gran sordera, ingresó en la
dicalo de las Indias y se obligaba a .. .tomar relación orden de San Agustín. Publicó primero un Tratado
de los conocimientos que tuvieren (los indígenas) Breve de Anathomia, Chirurgia y de Algunas enfer-
sobre yervas, arboles, plantas y semillas medici- medades (México 1579) y después un Tratado Breve
nales. .. y señalar además las enfermedades del lugar. de Medicina y todas las enfermedades (1592 y 1606).
Esta Real Cédula daría lugar a la primera y más im- Este texto eslá organizado en cinco libros y una tabla
portante de la expediciones farmacológicas americanas, final. En el libro primero enuncia diferentes síndromes
con el viaje a México de Francisco Hernández, entre y su tratamiento. El segundo se inicia con la enferme-
1570 a 1577. Siglos más tarde, y debido al renovado dad de bubas y otros padecimientos. El tercero trata
interés científico en la España de Carlos III, se pro- sobre las diferentes clases de calenturas. El cuarto so-
movieron las grandes expediciones botánicas a fines bre las llagas de todo género y el quinto es un ü-atado
del siglo XVIII en busca de drogas americanas y de anatomía. Es en este libro donde se comienza a
filipinas. introducir la terapéutica indígena, porque incluye por
primera vez drogas mexicanas.
Por lo general las Crónicas y Relaciones de la Con-
AMERICA quista dedican algún capítulo o mencionan simples
americanos y las virtudes de las plantas indígenas.
Con respecto a la distribución de los textos medici- Ninguna sin embargo, iguala en contenido a la obra de
nales americanos, existe un hecho demográfico de gran
Bcrnardino de Sahagún (1499-1590) lego franciscano,
importancia que hay que señalar: Las Antillas consti-
tuyen un área cultural donde, por la acción de las epi- graduado en Salamanca que llegado a México dedicó su
demias de origen europeo desaparecieron los indígenas vida a escribir La Historia de las Cosas de la Nueva
antes de cumplirse un cuarto de siglo del Descubri- España, en la que aparecen capítulos sobre las enfer-
miento de América. La falla de tradición literaria, sal- medades con los remedios empleados por los indígenas

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mexicanos y otro sobre hierbas medicinales, siguiendo mes y terapéutica, úlceras y tumores y su tratamiento
el estilo de los herbarios medicinales europeos. La quirúrgico, y un catálogo de medicamentos y su forma
obra de Sahagún no fue impresa hasta el siglo XIX y de prepararlos. Este ü-atado constituye el ejemplo más
por ello no tuvo influencia en su tiempo. Sahagún fue perfecto de sincretismo mágico-religioso con la pato-
un hombre agradecido y a diferencia de Hernández dejó logía y la terapéutica, pues para cada síndrome tiene
relación de los médicos nahualls que le ayudaron en la apostillado el santo patrón de la iglesia católica al que
preparación de su obra. se debe rezar para obtener la curación. Así para la apo-
Ejemplo extraordinario de eremita preocupado por plcgía a Sta. Bárbara, para las calenturas a Sto. Do-
las virtudes curativas de las plantas fue Gregorio mingo o para la ciática a San Leandro. Por todo ello
López (1542-1596) cuya vida se halla envuelta en la la obra de Esteyneffer es uno de los mas grandes ex-
leyenda de su estirpe real, al hacerle algunos biógrafos ponentes de la literatura médica misionera.
hijo natural de Carlos V. Durante su estancia en Mé- Alrededor de los grandes textos médicos misioneros
xico, dedicado a la oración y en la extrema pobreza, y sin ninguna duda estimulado por su popularidad
estuvo por un período de tiempo (1580-1589) en el entre los mexicanos, es obligado señalar la obra del
hospital de Huaxtepec convaleciente de disentería ami- jesuíta Francisco Javier Clavijero (1731-1787) nacido
biana y allí, interesado por las virtudes curativas de las en Veracruz y que desterrado junto a los de su orden a
plantas escribió su libro titulado De las virtudes de Italia, publicó la Historia Antigua de México en
las yerbas. Este manuscrito por su utilidad práctica 1780 en italiano primero e incluyó en ella unos capí-
fue copiado múltiples veces y pasó por infinidad de tulos interesantes sobre creencias, medicina y plantas
propietarios e instituciones. Debido a la personalidad alimenticias y medicinales mexicanas.
de su autor que murió en olor de santidad, circularon
durante mucho tiempo manuales espúreos, uno de
ellos impreso en México en 1672 con el título de TIERRA FIRME
Tesoro de Medicinas, lo que indica la popularidad de
esta obra. En Tierra Firme, antigua denominación del Virrei-
Francisco Ximenez (1560-1620) franciscano, en un nato de Nueva Granada, son pobres los datos sobre
intento de dar una forma práctica a la obra de Francis- medicina precolombina en general. Merece citarse a
co Hernández, confeccionó un tratado de Medicina en Lucas Fernández de Piedrahita (1624-1688) neograna-
1615, titulado Quatro libros de la Naturaleza y Vir- dino, obispo de Panamá que incorporó en la primera
tudes de las plantas y animales que están recevidos en parte de su Historia General de la Conquista del Nue-
uso de Medicina en la Nueva España. Y añadió a este vo Rey no de Granada (1688) observaciones etnográ-
fin una tabla para hallar los remedios para todo género ficas y médicas de los indios Muiscas que rara vez se
de enfermedades en orden alfabético. Con ello Xime- menciona. El jesuíta valenciano, José Gumilla (1686-
nez cambió fundamentalmente el carácter de la obra de 1750) que pasó treinta años entre los indios y fue au-
Hernández, transformándola de herbario mexicano en tor del Orinoco Ilustrado (1741) donde trató extensa-
un tratado de patología a la vez que en un manual de mente de las raices y yerbas medicinales utilizadas por
terapéutica. los indios Araucanos y Caribes y dejó una pobre opi-
Pero quizás el ejemplo de medicina misionera me- nión de la forma que tenían de atender a sus enfermos.
xicana sea El Florilegio Medicinal del jesuíta Juan de Antonio Caulín (1719-1770) misionero franciscano
Esteyneffer (1664-1716) que fue el mas conocido y el que dejó descripciones fieles de los remedios medici-
que tuvo numerosas ediciones coloniales, pues debido nales en el primer libro de la Historia Coro-gráfica
a su interés médico, la Corona española reimprimió natural y evangélica de la Nueva Andalucía (1779), la
esta obra para su distribución gratuita entre las misio- actual Venezuela. Salvatore Gilij hace un resumen de
nes americanas. Se imprimió por vez primera en Mé- toda la información médica de estos autores.
xico en 1712, y reimpresa en Madrid en 1730, 1755,
en Amsterdan en 1719, y de nuevo en México en
1853 y 1887. AMERICA DEL SUR
Recorrió Esteyneffer extensos territorios de la Nue-
va España y de la Baja California, siempre en calidad En América del Sur, la cultura dominante fue la
de médico de pobres, como así consta en el catálogo Inca que pocos años antes de la Conquista y coloni-
jesuítico de 1708. Cuando llevaba en su misión cvan- zación española, dominaba toda la región andina, desde
gelizadora más de trece años fue cuando escribió el río Ancasmayo en Colombia hasta el río Maule en
Esteyneffer su Florilegio Medicinal. La obra como Chile, es decir, unos cuatrocientos Km. de la costa del
todas las de su género tiene una función práctica, para Océano Pacífico.
uso de estas regiones donde no se tiene el consuelo de
El conocimiento más antiguo de la medicina incaica
médicos ni boticas. Para su composición utilizó las
obras de varios autores médicos clásicos, y fue procede de los informantes indígenas que en 1577
cuidadosamente sustituyendo las plantas en ellos reco- contribuyeron a las Relaciones Indias, obedeciendo
mendadas por las plantas indígenas de caracteres pare- las instruciones dadas al respecto de Felipe II. Desde
cidos, mediante comprobaciones terapéuticas. El texto años antes habían sido mencionadas drogas andinas,
está formado por tres libros y éstos a su vez divididos particularmente la coca, por los cronistas como Cieza
en capítulos que fundamentalmente tratan de: Síndro- de León (1538), N. Monardes (1565), J. de Acosta

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(1590), el Inca Garcilaso (1609) y en especial el agus- titulado Materia Médica Misionera, en el que recoge
tino A. de la Calancha (1638) que fue el primero en la experiencia de más de veinte años en el ejercicio
mencionar la corteza del árbol de las calenturas o qui- apostólico. En ella describe las plantas medicinales
na. Menciona además el coto endémico y las verrugas usadas por los guaraníes en el ^atamiento de las enfer-
como enfermedades endémicas del Perú y numerosas medades y fue impresa en Buenos Aires mucho tiem-
plantas medicinales. po después de escrita (1886, 1942 y 1945). El manus-
Pocos años después escribía en Lima el jesuíta Ber- crito del P. Montenegro va acompañado de ciento
nabé Cobo (1582-1657) su monumental Historia del treinta y seis dibujos de plantas medicinales. El origi-
Nuevo Mundo, concluida antes de 1653 pero sólo nal que perteneció a la biblioteca del Duque de Osuna
impresa en Sevilla de 1890 a 1895. En el libro tercero se halla hoy en la Biblioteca Nacional de Madrid. La
de esta obra habla Cobo de las drogas minerales, en el obra de P. Montenegro constituye el estudio más im-
cuarto describe 50 plantas de utilidad terapéutica, en el portante de la materia médica indígena guaraní y sus
quinto trata en detalle de la coca, c\ floripondio, la descripciones, dibujos, estudios y aplicaciones tera-
chilca y otras plantas medicinales y en el sexto sigue péuticas son de un interés extraordinario. Buenaventu-
describiendo los bálsamos, y las propiedades médicas ra Suárez (1679-1750) de Sta. Fe en su obra índice
y alimenticias de otras drogas más. Cobo agrupó las alfabético histórico médico de las raices, arboles y
especies botánicas medicinales según el criterio aris- plantas medicinales recoge ochenta y siete drogas
totélico y relata minuciosamente las experiencias clí- guaraníes de la obra de P. Montenegro.
nicas llevadas a cabo para determinar su acción farma- Mucho tiempo después de su muerte se siguieron
cológica. utilizando los consejos médicos de Sigismund Aper-
Un caso poco conocido es el de Thomas Falkner gcrs (1687-1772) natural de Innsbruck, Austria, uni-
(1707-1784) de Manchestcr, médico graduado en el St. versitario que ingresó en la Compañía de Jesús y fue
Bartholomew Hospital de Londres, que ejercía de mé- enviado después al Río de la Plata, en 1718 y de ahí
dico en los barcos negreros. En uno de estos viajes pasó a Códoba de Tucumán para aliviar a los enfermos
llevando esclavos a Buenos Aires cayó enfermo y tras en la intensa epidemia de viruela que se había de-
su curación asistido por los misioneros jesuítas in- sencadenado entonces y que causó unos diecisiete mil
gresó en la Compañía de Jesús en 1732 en la Patago- muertos. Hay que recordar que las epidemias diezma-
nia y allí escribió su libro Tratado de enfermedades ron en poco tiempo a las misiones guaraníes, al con-
americanas con los remedios americanos (1778) que centrarse los indígenas en comunidades cerradas se fa-
sirvió de modelo a sus compañeros de la Compañía de cilitaba el contagio de enfermedades infecciosas como
Jesús. la gripe, el tifus, la viruela, la disentería bacilar o el
De América del Sur debe ser mencionado además el sarampión.
jesuíta chileno Juan Ignacio de Molina (1740-1829) Cuando llegó la orden de destierro contra los jesuí-
que al igual que otros miembros de la Compañía de tas, Apcrgers se enconü-aba en la misión de los Após-
Jesús escribió en el destierro italiano Saggio sulla toles enfermo en cama y por ello fue el único jesuíta
Storia del Chili (1782) después reimpresa en caste- que no abandonó las misiones. Sus libros de medici-
llano y aumentada en Madrid (1788-1795) cuyo libro na: Virtudes del Bálsamo de Aguraybay, Tratado
tercero trata sobre plantas andinas de uso medicinal y breve de Medicina, Recetas médicas y Apuntes de
alimenticio. varias cosas pertenecientes a esta provincia, escrito
Sin embargo la obra misionera más importante de en unión de Félix de Azara fueron copiados múltiples
América, desde el punto de vista evangélico, político, veces y pasaron de mano en mano hasta bien entrado
médico y sociológico, fueron las treinta y ocho funda- el siglo XIX.
mentaciones de las misiones jesuíticas guaraníes. Otro gran tratadista de la Medicina Misionera
En el Paraguay para atender las necesidades sanita- guaraní es Marcos Villodas (fl. 1690-1760) natural de
rias de estas misiones, los jesuítas establecieron hos- Vitoria en Álava que esludió con gran interés la medi-
pitales en tiempos de epidemias y tenían además boti- cina guaraní. Aunque no está confirmado que hiciese
cas bien surtidas y bibliotecas notables. El nivel cien- estudios de medicina, así lo parece por el conocimien-
tífico de los misioneros en este área era elevado según
se deduce de los libros de medicina que poseyeron y to que demuestra de las obras de los clásicos y porque
sabemos que algunos jesuítas estudiaron medicina, ci- ejerció como prestigioso cirujano, llegando a ser di-
rugía y farmacia en España, Italia, Irlanda y Bohemia. rector médico de estas misiones jesuíticas. Como fru-
La obra de los misioneros jesuítas que actuaron en to de su labor en diferentes misiones, se le atribuye un
el Paraguay en el siglo XVIII está muy bien docu- texto de medicina titulado Pojha Nana, Materia
mentada gracias a la obra del P. Furlong. Entre ellos Médica, escrito en 1725 y aún inédito. Todo el texto
destaca la obra de Pedro de Montenegro (1663-1728) del manuscrito está en lengua guaraní, salvo el título
natural de Santa María del Rey en Galicia que hizo al- de la tabla y un epígrafe bilingüe guaraní-español. La
gunos estudios de cirugía y medicina en el Hospital obra de M. Villodas es semejante a la de sus hermanos
General de Madrid. Ingresado en la Compañía de Je- de congregación. Montenegro y Apergers, aunque este
sús, llegó a Río de la Plata en 1693 con una buena manuscrito es el único que se ha preservado en lengua
formación médica e inmediatamente fue destinado a las guaraní, por lo tanto de importancia fundamental para
misiones de los Apóstoles y los Mártires. Su larga la- la historia de la materia médica americana.
bor misionera la dejó recogida en 1710 en un texto José Sánchez Labrador (1714-1798) es otra figura a

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mencionar como estudioso de la medicina americana ISLAS FILIPINAS
Jesuita, natural de La Guardia, en la Mancha, escribió
una obra monumental que aún está sin publicar en la Igual que ocurrió en Hispano-América, a la con-
que seis de sus tomos están dedicados al Paraguay quista militar y política de Filipinas siguió una con-
Natural (1771-1774) cuatro tomos al Paraguay quista espiritual que fue la columna vertebral de los
Cultivado y ocho tomos al Paraguay Católico. En estudios sobre la medicina indígena. En la Nao de
el Paraguay Natural incluye varios capítulos de medi- Acapulco llamada también de China, que fue el cordón
cina de considerable importancia. Se muestra conoce- umbilical que unió la corriente cultural española con
dor de la medicina clásica y de la medicina actual. La las Islas Filipinas, llegaron cada año al Archipiélago,
obra fue escrita en el destierro de Rávena y Ruiz Mo- hombres y libros, entre ellos el primer ejemplar de la
reno ha hecho un voluminoso estudio de la medicina Materia Médica de Dioscorides que sirvió de pauta a
contenida en esta parte. los herbarios filipinos. Hay que señalar además que la
Antes de abandonar el Continente americano hay materia médica filipina estuvo muy influenciada por
que recordar brevemente la obra misionera médica por- García d'Orta y Cristóbal de Acosta.
tuguesa en el Nuevo Mundo, pues como ha señalado Los herbarios medicinales filipinos tienen unos an-
el P. Leite (1953) durante los dos siglos que la Com- tecedentes semejantes a los americanos, pero en su gé-
pañía de Jesús estuvo en Brasil, es decir desde 1549 nesis participaron todas las órdenes religiosas estable-
hasta su expulsión en 1759, se cuentan en más de un cidas en el Archipiélago y no solamente la Orden Je-
centenar los jesuítas que ejercieron como médicos y suítica. Fernández Villar en la introducción que pre-
cirujanos y en cuarenta y cinco los que ejercieron de paró para la obra de Mercado (1883) ofreció un calen-
boticarios. La mayoría de los misioneros estaban en- dario de tratados de medicina filipina que constituyen
trenados en el diagnóstico de enfermedades infecciosas un interesante resumen de la obra médica de los mi-
y sabían ejecutar la flebotomía, curar heridas, preparar sioneros.
recetas y administrar medicamentos y enemas. Se inicia la relación con la obra de Fray Blas de la
No es tan rica la obra escrila de los misioneros por- Madre de Dios (c. 1555-1626) franciscano que escribió
tugueses en Brasil como la de sus hermanos de orden el Libro de Medicinas Caseras para consuelo de los
en otros lugares de Hispano-América, pero aún así religiosos y alivio de los enfermos en 1611.
sabemos por la relación de Fernao Cardin que Manuel Fray Blas, portugués de familia acomodada fue a la
Tristao, enfermero jesuita del Colegio de Bahía cono- India junto a su pariente el Virrey para hacer fortuna.
cía el uso de la ipecacuana en la disentería amibiana Pero al poco de su llegada repartió sus bienes entre los
empleado por los indígenas, noticia que fue recogida necesitados e ingresó en la orden franciscana del encla-
por Purchas en 1625 y así conocida en Europa. Una ve portugués de Malaca en 1582. De allí y por cues-
investigación en el Archivo Histórico de la C. de Je- tiones de territorialidad entre España y Portugal, fue
sús, permite conocer varios manuscritos Colegao de F. Blas destinado al convento franciscano de Manila.
Receites que cada misión de los jesuítas portugueses Llegó F. Blas a Manila cuando más interés ponía la
en Brasil tenía en las enfermerías, para las necesidades orden en el cuidado corporal de los indígenas, prueba
de los enfermos. Aún más, es sabido que muchos ofi- de ello, la fundación franciscana del primer hospital
ciales de la Corona portuguesa e incluso gobernadores,
para Naturales en 1582 por Fray Juan Clemente.
preferían ser atendidos por los enfermeros jesuítas que
F. Blas que recorrió todo el Archipiélago filipino y
en los hospitales o misericordias creados por Portu-
que conocía además la lengua tagala, pudo ir estudian-
gal en el Brasil.
do las drogas medicinales nativas y la medicina de
Para recordar el texto más importante de la Medici-
esos pueblos. De esta forma se explica la génesis de
na Misionera jesuítica en el Brasil baste mencionar el
su libro. El ü-atado de medicina de F. Blas está dividi-
Dioscorides Brasilicus seu De Medicinalibus Brasi-
do en ü-es ü-aiados. El primero enumera alfabéticamen-
liae Plantae que escribiera Francisco de Lima (1705-
te 123 plantas medicinales en su nombre vernáculo y
1772) jesuita brasileño nacido en Bahía y misionero
en varios colegios y reducciones tupíes del Brasil sus correspondientes aplicaciones terapéuticas. A ve-
hasta su deportación a Italia por la orden del Marqués ces inclusive da el nombre castellano. En el tratado
de Pombal en 1759. Y fue también en el destierro segundo se enuncian en orden alfabético también otras
donde escribió su obra y su experiencia en yerbas me- plantas no descritas en el primero y algunas composi-
dicinales. ciones galénicas, aguas, aceites y otras e incluso men-
La obra médica de los jesuítas impresionó conside- ciona algunos materiales de origen mineral, como la
rablemente a los colonizadores holandeses cuando in- escoria de hierro y oü-os de origen animal como la car-
vadieron las colonias portuguesas en el Brasil, de ahí ne de escorpión. Por último el tratado tercero contiene
que al llegar a Recife en 1638 Willem Pies (1611- cerca de 200 síndromes y sus tratamientos correspon-
1678), mejor conocido como Guillermo Piso, fuera dientes. El valor singular que representa este primer
estimulado a escribir su Medicina Brasiliensis que herbario misionero de Filipinas, no radica sólo en la
junto con la Historia Naturalis Brasilia de Georg actividad farmacológica de las drogas que menciona, ni
Markgraf, ü-alaran de hacer sobre Brasil lo que casi un en la creencia docU-inaria de la patología humoral, sino
siglo antes había hecho Francisco Hernández en Mé- en haber recogido el sistema terapéutico de una medi-
xico. cina tradicional que reunía elementos antropológicos
característicos de la cultura filipina.

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La más grande verdad en Historia de la Medicina es fue sin embargo impreso hasta 1936 por la Academia
que el cuerpo enfermo se cura así mismo, como una de Medicina de Madrid.
reacción fisiológica del proceso de la vida; pero es Mención especial merece lafiguray la obra de Josef
bien sabido que cada horizonte cultural establece en su Kamel natural de Moravia y boticario titulado que
evolución lo que es salud y lo que debe ser considerado ingresado en la Compañía de Jesús y destinado a las
enfermedad. En las comunidades primitivas, como la Islas Filipinas, instaló una botica en el Colegio jesuí-
filipina, el estado de enfermedad estaba determinado tico de Manila a semejanza de las boticas alemanas y
por creencias mágicas acerca de su origen y tratamien- suizas. Sus conocimientos científicos aplicados a la
to. La actividad sobrenatural de las drogas estaba pro- flora medicinal del Archipiélago, quedaron de ma-
fundamente arraigada en ellos, independientemente de nifiesto en sus estudios sistemáticos de las drogas
su acción farmacológica. aborígenes, rechazando aquellas que carecían de activi-
Hay que señalar además, con respecto a la terapéuti- dad terapéutica, además de hacer un estudio y modifi-
ca filipina, que sobre los pueblos del Archipiélago es- cación de las dosis a aplicar en cada caso concreto.
tuvieron influyendo por miles de años la tradición bo- Describió y dibujó las raíces, hojas y frutos de las
tánica china, cuyos tratados de materia médica vegetal, plantas, además de ofrecer el nombre vulgar por las
los Pents'ao fueron asimilados en todo el Sureste que eran conocidas en las diferentes lenguas del Archi-
asiático. piélago.
El libro de F. Blas, Medicinas Caseras... logró Su intenso y extenso estudio fue publicado como
reunir el legado de la tradición oral de las enfermedades apéndice al tomo III de la Historia Plantarum de John
y de las plantas con reputación medicinal entre los in- Ray en 1704. Entre las contribuciones más originales
dígenas filipinos y constituye, por lo tanto, el primer que hizo Kamel a la farmacopea tradicional de su épo-
tratado de patología y materia médica filipina. ca, deslaca la descripción del haba de San Ignacio,
Otro gran tratadista de la medicinafilipinafue el je- Strychnos ignanatii, Berg, a la que Linneo dio el
suíta Paulus Klein o Plablo Claín, como castellanizó nombre de Ignalia amara. Años después los farmacó-
su nombre. P. Claín estuvo siempre preocupado en el logos hallaron en esta especie la estricnina. Por todo
estudio de los recursos medicinales que la Naturaleza ello hay que considerar a Kamel, dentro de los trata-
había obsequiado a las Islas Filipinas. Y sus esfuerzos distas de la materia médicafilipinamisionera, como el
dieron origen a un manual titulado Remedios Fáciles único científico que realizó estudios en esta materia.
para divesas enfermedades, impreso en Manila en Fernando de Santa María dominico natural de Enü-e-
1712 en papel de arroz. Este manual, antes de su im- mera, en la provincia de Toledo profesó en 1730 en
presión, circuló en copias manuscritas entre los con- Manila y ocupó varios cargos de responsabilidad dcn-
ventos e instituciones, debido a su utilidad práctica. El ü^o de su orden: Definidor, Procurador, Vicario y otros
libro describe por orden alfabético, enfermedades, heri- que le permitieron recorrer numerosos pueblos e islas,
das y fracturas y sus tratamientos correspondientes. siempre interesándose por sus productos medicinales y
Entre otros es particularmente interesante el capítulo por las prácticas médicas de los aborígenes filipinos.
dedicado a etiología médica titulado señales para co- De este hecho hace referencia Blanco (1837) al señalar
nocer si la enfermedad es de calor o de frío. que era Sta. María incansable en averiguar los secretos
En Filipinas había la creencia, mantenida incluso vegetales de aquellas tierras. Los más de ü-einta y ocho
por Rizal, héroe de la Independencia filipina, que los años que pasó en su labor misionera-médica los reco-
únicos agentes patológicos era el aire, el calor, el frío, gió en un pequeño libro titulado Manual de Medici-
el vapor de la tierra y la indigestión. Este es un con- nas Caseras para consuelo de los pobres indios en las
cepto de la medicina china y no de la hipocrática. Provincias y Pueblos donde no ay Médico ni Boticas,
que fue impreso por los dominicos de la Universidad
El manual de P. Claín es a la vez un tratado de pa- de Sto. Tomás de Manila en 1768 y fue la popularidad
tología médica y de terapéutica. Para los medicamen- de este manual tanta que se reimprimió cinco veces
tos señala instrucciones precisas para la forma de pre- más. La obra está organizada en tres tratados. El pri-
paración y conservación de los mismos. Y al final del mero se refiere a palos de hierbas medicinales. El
texto incluye un índice alfabético de los nombres lo- segundo describe varias enfermedades y sus tratamien-
cales de las plantas medicinales. Antes de publicarse tos. Y el tercero menciona algunos secretos médicos y
este tratado médico, fue sometido al juicio y censura otras curiosidades antropológicas. Alfinalincluyen un
de una comisión formada por el Gobernador y Capitán vocabulario de lenguas indígenas para identificar las
General de las Islas, el Cirujano Real de Manila, quie- drogas mencionadas.
nes certificaron que el libro estaba escrito conforme a
Al hacer un estudio detenido de este Manual... se
los tratados de remedios ordinarios utilizados en medi-
cina. nota cierta semejanza con el de F. Blas de la Madre de
Dios, escrito siglo y medio antes. Además del título
El libro de Fray Ignacio de Mercado, agustino cal- el libro guíirda semejanza en la exposición e incluso
zado titulado Libro de Medicinas de esta Tierra y en el contenido, por lo tanto se puede decir que S.
declaraciones de las virtudes de los árboles y plantas María se basó en el libro de F. Blas para componer su
que están en estas islasfilipinas,describe y diseña a obra.
tamaño natural cerca de 300 plantas de uso medicinal,
anotando observaciones y experiencias terapéuticas Los tratadistas de la Medicina filipina posteriores
llevadas a cabo por él mismo en sí y en sus fieles. No han sido muy severos al juzgar la obra de S. María,
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pues Blanco dice que las plantas y que las curaciones COROLARIO
empíricas en él expuestas eran inclusive perniciosas
en algunos casos. Más severos fueron incluso Pardo La visión en perspectiva de los textos médicos es-
de Tavera y García (1934) que no concedían utilidad critos por miembros de órdenes religiosas españolas
ninguna al libro. Aunque todos reconocían que las que evangelizaron América y Filipinas, muestra cómo
plantas medicinales en él recomendadas eran de uso hubo entre ellos algunos profesionales de la medicina
corriente entre los indios filipinos, aun en estos días y o la farmacia como López de Hinojosos, Falkner, Ka-
que éstos seguían viendo en ellas sus propiedades cu- mel e incluso médicos de cámara como Farfán.
rativas. Varios de ellos se ocuparon de la anatomía, la fle-
Para cerrar la larga lista de misioneros filipinos que botomía y las técnicas quirúrgicas. Otfos mencionaron
se ocuparon de la materia médica de aquel Archipiéla- las enfermedades características de aquellas tierras, di-
go, hay sin duda, que mencionar la obra del más críti- sentería amibiana, síndromes febriles de diversa natu-
co de todos ellos, que aunque no fue misionero, reco- raleza, la bubas, tanto la frambesia tropical como la
gió el esfuerzo de ellos en una obra sistemática y bien sífilis venérea, el pinto o carate, de marea que algunos
documentada, Trinidad Pardo de Tavera cuyo manual escribieron verdaderos tratados de medicina tropical.
Plantas Medicinales de Filipinas (1892) fue el testi- Pero la parte que con mayor interés estudiaron estos
monio más importante sobre el gran tesoro medicinal misioneros, fue la materia médica de los nuevos terri-
recogido por la Medicina Misionera en aquellas islas, torios.
cuando precisamente se cumplían cuatro siglos del Por todo lo expuesto podemos afirmar que la Medi-
Descubrimiento de America. cina Misionera española es de características colosales,
parcialmente conocida y no apreciada en su totalidad,
olvidándose a menudo que en ella se conjugan lo me-
jor del Hombre y lo mejor de la Medicina.

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