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Análisis de jurisprudencia
Abogado
Bachiller
Elorza, 2020
ACCIONES, OBLIGACIONES, ASAMBLEAS, ADMINISTRADORES,
COMISARIOS, BALANCE Y DIVIDENDOS. PROTECCION DE LOS
ACCIONISTAS MINOITARIOS.
Análisis
Este juicio el cual fue por rendición de cuentas, intentado ante el Juzgado Segundo
de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
estado Lara, con sede en Barquisimeto y el Juzgado Superior Segundo en lo Civil,
Mercantil y “Menores” de la mencionada Circunscripción Judicial y sede, dictó sentencia
en fecha 11 de octubre de 2005, mediante la cual declaró sin lugar la apelación interpuesta
por la parte demandante contra la decisión del a quo de fecha 4 de abril de 2005, que
declaró sin lugar la demanda, sin lugar la defensa perentoria de prohibición de la ley de
admitir la acción y con lugar la falta de cualidad e interés de las partes. Conformemente, la
sentencia apelada, contra esa decisión del mencionado tribunal superior, el apoderado de la
parte demandante anunció recurso de casación en fecha 25 de octubre de 2005, el cual fue
negado por auto de fecha 28 de octubre de 2005; ante tal decisión, interpuso recurso de
hecho el cual fue negado por decisión de fecha 8 de noviembre de 2005.
Los accionistas pueden ejercer sus derechos de resguardo de sus intereses de una
manera indirecta, mediante la denuncia ante los comisarios de las irregularidades que
tengan conocimiento que han sido cometidas por los administradores y aquellos, si
encontraran fundadas las denuncias y siempre que se den los demás requisitos que son
exigidos por la ley, acordarán la convocatoria de la asamblea y activarán los distintos
mecanismos que les proporciona el ordenamiento jurídico para tales casos.
En razón de lo que antecede, debe concluir esta Sala que, contrariamente a lo que se
señaló en la decisión objeto de la presente revisión constitucional, por cuanto la tutela
jurisdiccional de la institución de la rendición de cuentas no se encuentra normada en
el Código de Comercio, normativa especial para la regulación de las relaciones mercantiles,
debe aplicarse, como se ha venido aplicando, lo que dispone al respecto el Código de
Procedimiento Civil de conformidad con el artículo 1.119 del Código de Comercio, previo
cumplimiento de las formalidades que dispone el referido código para el ejercicio de tal
pretensión.
Anexo jurisprudencia.
En fecha 4 de marzo de 2008, esta Sala dio cuenta del mismo y mediante sentencia
firmada y sellada de fecha 29 de Abril de 2008 y publicada en fecha 15 de mayo de 2008 se
declaró con lugar el recurso de hecho, siendo admitido el recurso de casación, fue
formalizado, sin impugnación. Concluida la sustanciación del recurso, la Sala procede a
dictar sentencia bajo la ponencia de la Magistrada que con tal carácter la suscribe, en los
términos siguientes:
INFRACCIÓN DE LEY
…Una vez analizado y determinado que el presente caso no está planteado una
rendición de cuentas de un socio o accionista contra los administradores de la
compañía tal como se deduce del texto del libelo de la demanda (…) sino que es una
rendición de cuentas contra la compañía de la cual dice ser socio y cuya demanda la
fundamentó en el artículo 673 del Código de Procedimiento Civil, el cual para que le
pueda prosperar la acción exige o preceptúa lo siguiente: (…) Ahora bien, haciendo
una interpretación gramatical de esta norma 673 en comento, tal como lo exige
el artículo 4 del Código Civil, se establece: como premisa, la de que el demandante
debe: en primer lugar, probar que la demanda (sic) EMPRESAS
EDUCACIONALES C.A. (EMPEDUCA) es socio de ella o de que ésta es
administradora de bienes e intereses de ella, o que es tutora o curadora de ella; y en
segundo lugar, la prueba de que la demandada tiene con ella una relación con
ocasión de algunas de este tipo de relaciones jurídicas que la obligan a rendir
cuentas, debe ser de forma autentica (sic); obligación ésta que impretermitiblemente
es carga de la prueba para la demandante tal como lo preceptúa el artículo
506 del Código Civil; obligación ésta que en criterio de esta alzada incumplió por
cuanto en su libelo de demanda y ratificado en los informes ante esta alzada
argumentó y así lo trató de probar, que por ser el causante D.M., accionista de la
demandada, ellos como sucesores siguen siéndolo; supuesto este (sic) que no
encuadra en la norma jurídica (artículo 673 del Código de Procedimiento Civil)
fundamento de la acción, por cuanto aquí se demandó a rendir cuenta a la empresa
demandada y por ende deben demostrar que el causante y la empresa son socios en
algún objetivo o negocio, es decir, que deben demostrar contractualmente esa
relación, ya que no es lo mismo ser socio con una empresa a ser socio o accionista
dentro de ella; (lo subrayado del Tribunal) (sic) por cuanto en este último supuesto
se tenía que demandar al órgano administrador de ella tal como fue precedentemente
explanado, mientras que en la primera situación es decir, la de que la empresa
demandada y el causante eran socios demandantes, se rige por la norma 673
del Código de Procedimiento Civil, tal como lo invocó la demandante; lo que
implica, que la demandante debía demostrar que la demandada tenía con el causante
de ella alguna relación de socios, administrador, curador o tutor y al no haberlo
demostrado, pues igualmente queda evidenciado que la defensa perentoria opuesta
por la demandada de falta de cualidad o interés del actor y en el demandado para
intentar o sostener el juicio, defensa ésta permitida por el artículo 361 del Código de
Procedimiento Civil; es procedente tal como lo declaró el a-quo en la sentencia
apelada y como consecuencia de ésta se hace innecesario analizar los demás
argumentos, defensas y pruebas presentadas por las partes en este proceso, motivo
por el cual se debe declarar sin lugar el recurso de apelación interpuesto y a ratificar
la decisión apelada…
La razón fundamental está en que entre los socios y el administrador no existe
relación de mandato alguno, como sí existe una relación de representación con la sociedad
que confiere la Asamblea (…)” (Alcides ZÁNCHEZ NEGRÓN, Juicios ejecutivos, Guías
UCAB, 1997). Dado que la Asamblea de Socios es la autoridad máxima de la sociedad
porque en ella están representados todos los socios y es la que da mandato al administrador,
es evidente que quien exija la rendición de cuentas judicialmente debe demandar a la
sociedad, ya que no puede hacerlo contra el administrador y no puede deducir sus derechos
internamente porque su condición de socio ha sido negada por la propia empresa.
…SINTESIS DE LA CONTROVERSIA
Consta a los folios (1 y 2) de los autos que los ciudadanos R.A. deM. y sus hijos R.D.M.A.
y F.M.A., identificados en autos demandaron el 21 de Mayo de 1998 a la empresa
Educacionales C.A., (EMPEDUCA) igualmente identificada en autos, para que le rindiera
cuentas desde el lapso de 1984, fecha en que el fallecido D.M.G., ingresó como socio en
esa compañía, hasta la fecha de su fallecimiento (21 de Mayo de 1995), y de esta
oportunidad al cierre de 1997.
Como fundamento de dicha demanda alegaron los siguientes hechos: 1) Que el fallecido
D.M.G., identificado en autos, contrajo matrimonio con la demandante R.A.P., el día 26 de
Enero de 1963, de cuya unión nacieron dos hijos F.D. y R.D.A. (aquí demandantes), a cuyo
efecto consignaron copia certificada mecanografiada del Acta de Matrimonio, de las
Partidas de Nacimiento de los hijos supra identificados (folios 3, 6 y 8). 2) Que el fallecido
D.M.G., el día 31 de Diciembre de 1990, suscribió y pagó 1.200 acciones de un valor de
Bs. 1.000,00 cada una en la compañía denominada “Empresas Educacionales C.A.”, a cuyo
efecto consignó copia certificada del Acta de Asamblea de Accionistas de esta empresa
celebrada el día 31 de Diciembre de 1990, y de la participación hecha ante el Registrador
Mercantil Primero de la Circunscripción Judicial del Estado Lara, el 4 de Julio de 1991, la
cual quedó asentada ante ese Despacho bajo el N° 76, Tomo 1-A (folios 9 al 12). 3) Que al
fallecer su esposo y padre de sus hijos demandantes, ciudadano D.P.M.G., hecho ocurrido
el día 21 de Mayo de 1995, según consta de copia certificada de Partida de Defunción que
consignó (folio 7); acudió a la sede de la referida compañía Empresas Educacionales C.A.,
de la cual su difunto esposo era socio desde el día 4 de Julio de 1991, para que se le
presentara cuentas y se le cancelaran los dividendos que le correspondían a ella y a sus
hijos (como causahabientes del señor Monsalve); y el señor Sidow le entregó algunos
dividendos, pero no ha querido presentar las respectivas cuentas, desde que el señor
Monsalve entrara como socio a la empresa. Y ante ésta negativa reiterada, es por lo que
acuden a solicitar la correspondiente rendición de cuentas, pues la empresa como
propietaria del Colegio “Andrés Bello” de ésta ciudad ha obtenido excelentes ganancias, a
todo lo largo de ése tiempo (desde Noviembre 04 hasta 1997, último año económico que ha
sido cerrado.
De lo antes transcrito se deduce que los ciudadanos R.A. deM. y sus hijos R.D.M.A.
y F.M.A., en su carácter de herederos del ciudadano D.M.G. demandan a la sociedad
mercantil Empresas Educacionales C. A., (EMPEDUCA) de la cual su causante es
accionista, para que le rindan cuentas desde el año de 1984 en que éste ingresó como socio
hasta la fecha de su fallecimiento ocurrido el 21 de Mayo de 1995 y, desde esta fecha hasta
el cierre del año de 1997.
La acción contra los administradores por hechos de que sean responsables compete
a la asamblea, que la ejerce por medio de los comisarios o de personas que nombre
especialmente al efecto.
Esta Sala se encuentra de acuerdo con el criterio sostenido en diferentes épocas por
los tratadistas antes citados, lo cual es una interpretación correcta de la disposición legal
contenida en el artículo 310 del Código de Comercio, denunciada como infringida el cual
acoge la recurrida. En consecuencia, se declara improcedente la denuncia examinada. Así
se decide…”. (Negritas en subrayado de la Sala). De la misma forma, esta Sala en
Sentencia Nº 304, de fecha 10 de octubre de 1986, caso: A.H.R. contra A.E.G., expediente
Nº 85-364, dejó establecido lo siguiente:
Considera por lo expuesto este Juzgado (sic) que obró ajustado a derecho el
Tribunal (sic) a quo al declarar sin lugar la demanda por un accionista administrador, por
cuanto es la Asamblea, la que oídos los Comisarios, la que puede establecer si hay la
irregularidad denunciada en la administración y si para el caso de existir ella es imputable
al accionista Vice-Presidente, exclusivamente, visto que estatutariamente la administración
la ejercen el Presidente y Vice-Presidente. Así se establece…
Por tanto, la presente demanda por rendición de cuentas intentada por un socio
accionista contra los administradores de una empresa no puede ser tramitada y sustanciada
conforme a los artículos 673 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, normas que
contemplan el juicio de rendición de cuentas en la esfera del derecho civil, pues lo que se
pretende dirimir son aspectos e intereses mercantiles, regulados expresamente en los
artículos 291 y 310 del Código de Comercio, ya transcritos en el cuerpo de este fallo. Así se
decide.
(Subrayado añadido).
(…Omissis…)
En atención a los criterios que quedaron plasmados, esta Sala evidencia que la
decisión objeto de la presente revisión fue dictada bajo error judicial en la aplicación del
derecho; en consecuencia, en ejercicio de su potestad extraordinaria, excepcional y
discrecional para la uniformación de criterios constitucionales, para la garantía de la
supremacía y eficacia de las normas y principios constitucionales, lo cual conlleva a la
seguridad jurídica, y no para la defensa de los derechos subjetivos e intereses del
solicitante, todo ello de conformidad con el cardinal 10 del artículo 336 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela y el cardinal 4 del artículo 5 de la Ley Orgánica
del Tribunal Supremo de Justicia, anula la sentencia n° 224 del 29 de marzo de 2006, de la
Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, sólo en lo que respecta a la
mención que se hace del procedimiento jurisdiccional que debe seguirse para la rendición
de cuentas en materia mercantil. Así se decide.
En este mismo sentido, el autor patrio F.H.V., en su obra Sociedades, sexta edición,
Editorial Vadell Hermanos Editores, C. A. Año 2002, expresa lo siguiente:
…En atención a que la relación de los administradores es una relación frente a la sociedad,
los socios singulares no están legitimados para solicitar a los administradores la rendición
de cuentas de su gestión; tal legitimación corresponde a la asamblea. Puede ser considerada
como reiterada y pacifica la doctrina de nuestros tribunales en el sentido de que la acción
para obtener la rendición de cuentas corresponde a la asamblea…
Ahora bien, los accionistas pueden ejercer sus derechos en resguardo de sus intereses de
una manera indirecta, mediante la denuncia ante los comisarios de las irregularidades que
tengan conocimiento, y que hayan sido cometidas por los administradores, al respecto,
el artículo 310 del Código de Comercio, prevé un procedimiento especial de índole
administrativo para tramitar dicha denuncia, el cual establece lo siguiente:
…La acción contra los administradores por hechos de que sean responsables compete a la
asamblea, que la ejerce por medio de los comisarios o de personas que nombre
especialmente al efecto.
Todo accionista tiene, sin embargo, el derecho de denunciar a los comisarios los hechos de
los administradores que crea censurables, y los comisarios deben hacer constar que han
recibido la denuncia, en su informe a la asamblea. Cuando la denuncia sea hecha por un
número de socios que represente por lo menos la décima parte del capital social, deben los
comisarios informar sobre los hechos denunciados.
La representación del décimo se comprueba con el depósito de las acciones por los mismos
comisarios, u otra persona notoriamente abonada a juicio de los comisarios. Las acciones
permanecerán depositadas hasta que se haya verificado la próxima asamblea.
Si los comisarios reputan fundado y urgente el reclamo de los accionistas que representan el
décimo del capital social, deben convocar inmediatamente a una asamblea que decidirá
siempre sobre el reclamo….
. (Resaltado de la Sala)
Por su parte, el artículo 291 del Código de Comercio, establece el recurso que tienen los
socios contra los administradores y comisarios, en caso de que estos últimos no cumplan a
cabalidad su función fiscalizadora de los administradores, el cual también establece un
procedimiento especial que se lleva a cabo ante el tribunal mercantil, en los términos que
siguen:
Cuando no resulte ningún indicio de la verdad de las denuncias, así lo declarará el Tribunal,
con lo cual terminará el procedimiento. En caso contrario, acordará la convocación
inmediata de la asamblea. Contra estas providencias no se oirá apelación sino en un solo
efecto…
. (Resaltado de la Sala)
De lo antes transcrito, se evidencia que el socio o accionista de una sociedad mercantil para
hacer valer sus derechos en resguardo de sus intereses debe denunciar a los administradores
ante el comisario, por los hechos que considere censurables, para que aquél deje constancia
de la denuncia recibida en su informe a la asamblea o en su defecto, plantee la denuncia
junto con un número de socios que representen al menos la décima parte del capital social,
para que los comisarios queden obligados a cumplir con el deber de informar a la asamblea,
todo de conformidad con lo establecido en el artículo 310 del Código de Comercio.
Así pues, si el comisario estima fundado y urgente el reclamo de los accionistas que
representan ese décimo del capital, debe convocar inmediatamente a una asamblea general
para darle cuenta del asunto; pero si no lo encontrare así, lo dejará para la próxima
asamblea la cual siempre decidirá al respecto; y si de esos hechos se derivase alguna
responsabilidad de los administradores, la asamblea podrá ejercer la acción que le competa
bien sea por medio del comisario o de cualquier otra persona que nombre especialmente al
efecto.
Ahora bien, sólo en caso de que los comisarios no cumplan con la misión fiscalizadora de
los administradores que les impone la ley, los solicitantes que alegan su cualidad de
accionistas deberán unirse a un número de socios que represente la quinta parte del capital
social para denunciar los hechos ante un tribunal con competencia en materia mercantil,
acreditando debidamente el carácter con el que proceden, para tramitarla de acuerdo con lo
previsto en el artículo 291 del Código de Comercio.
Por lo tanto, no pueden los demandantes con tal carácter de accionistas ejercer la acción de
rendición de cuentas en contra de la sociedad mercantil Empresas Educacionales C.A.
(EMPEDUCA) en la cual son accionistas, ya que de acuerdo a la doctrina y jurisprudencia
ut supra transcrita, dicha acción se ejerce en contra de los administradores y su ejercicio
corresponde exclusivamente a la asamblea a través del comisario o de personas que nombre
especialmente al efecto.
Hecha estas consideraciones, la Sala observa que en el sub iudice el juez de alzada para
declarar con lugar la falta de cualidad de las partes, dejó sentado:
Por otra parte tenemos, que el otro órgano como es el comisario, tiene entre sus
atribuciones las señaladas en los artículos 309 y 311 del Código de Comercio, las cuales
son: Tener el derecho ilimitado de inspección y vigilancia sobre todas las operaciones de la
sociedad. Pueden examinar libros, la correspondencia y en general todos los documentos de
la compañía; pero además tienen la obligación de revisar los balances y emitir informes
ante la Asamblea de Accionistas sobre la gestión administrativa del ejercicio económico de
que se trate, tal como lo preceptúa el artículo 311 en concordancia con el artículo 275
ordinal 1° del Código de Comercio.
De manera pues, tal como quedó plenamente demostrado, que en una compañía existen por
lo menos tres órganos, a través de la cual ésta desempeña su objetivo social, su operatividad
interna como son, la Administración, la Asamblea de Accionistas y el Comisario; de los
cuales el segundo de los nombrados es la máxima autoridad de la sociedad ante los cuales,
el primero y el último de los señalados, tienen que rendir cuentas de su gestión, y ésta
decide si se la aprueba o no; y no las pueden rendir individualmente a cada socio, y así se
establece.
Una vez analizado y determinado que el presente caso no está planteado una rendición de
cuentas de un socio o accionista contra los administradores de la compañía tal como se
deduce del texto del libelo de la demanda y así lo ratifica la demandante apelante en su
escrito de informes, cuando en la parte II del mismo señala, “que es absurdo éste argumento
(se refiere al del a-quo), pues parte de varios errores: a) no es verdad que un accionista de
una empresa esté demandando a los administradores individualmente; b) no se está
poniendo en tela de juicio la responsabilidad de ningún administrador”, sino que es una
rendición de cuentas contra la compañía de la cual dice ser socio y cuya demanda la
fundamentó en el artículo 673 del Código de Procedimiento Civil, el cual para que le pueda
prosperar la acción exige o preceptúa lo siguiente:
Ahora bien, haciendo una interpretación gramatical de esta norma 673 en comento, tal
como lo exige el artículo 4 del Código Civil, se establece: como premisa, la de que el
demandante debe: en primer lugar, probar que la demanda (sic) EMPRESAS
EDUCACIONALES C.A. (EMPEDUCA) es socio de ella o de que ésta es administradora
de bienes e intereses de ella, o que es tutora o curadora de ella; y en segundo lugar, la
prueba de que la demandada tiene con ella una relación con ocasión de algunas de este tipo
de relaciones jurídicas que la obligan a rendir cuentas, debe ser de forma autentica (sic);
obligación ésta que impretermitiblemente es carga de la prueba para la demandante tal
como lo preceptúa el artículo 506 del Código Civil; obligación ésta que en criterio de ésta
(sic) alzada incumplió por cuanto en su libelo de demanda y ratificado en los informes ante
esta alzada argumentó y así lo trató de probar, que por ser el causante D.M., accionista de la
demandada, ellos como sucesores siguen siéndolo; supuesto este (sic) que no encuadra en la
norma jurídica (artículo 673 del Código de Procedimiento Civil) fundamento de la acción,
por cuanto aquí se demandó a rendir cuenta a la empresa demandada y por ende deben
demostrar que el causante y la empresa son socios en algún objetivo o negocio, es decir,
que deben demostrar contractualmente esa relación, ya que no es lo mismo ser socio con
una empresa a ser socio o accionista dentro de ella; (lo subrayado del Tribunal) (sic) por
cuanto en este último supuesto se tenía que demandar al órgano administrador de ella tal
como fue precedentemente explanado, mientras que en la primera situación es decir, la de
que la empresa demandada y el causante eran socios demandantes, se rige por la norma 673
del Código de Procedimiento Civil, tal como lo invocó la demandante; lo que implica, que
la demandante debía demostrar que la demandada tenía con el causante de ella alguna
relación de socios, administrador, curador o tutor y al no haberlo demostrado, pues
igualmente queda evidenciado que la defensa perentoria opuesta por la demandada de falta
de cualidad o interés del actor y en el demandado para intentar o sostener el juicio, defensa
ésta permitida por el artículo 361 del Código de Procedimiento Civil; es procedente tal
como lo declaró el a-quo en la sentencia apelada y como consecuencia de ésta se hace
innecesario analizar los demás argumentos, defensas y pruebas presentadas por las partes
en este proceso, motivo por el cual se debe declarar sin lugar el recurso de apelación
interpuesto y a ratificar la decisión apelada. Y así se decide…
Ahora bien, la errónea interpretación de una norma jurídica tiene lugar cuando se modifica
su sentido y se desconoce su significado, en cuyo supuesto, el juzgador, aún reconociendo
la existencia y validez de la norma apropiada al caso, yerra en su alcance general y
abstracto, haciendo derivar de ella consecuencias que no resultan de su contenido.
Sin embargo, considera la Sala que dicho error de juicio en el que incurrió el sentenciador
de alzada, no es determinante en el dispositivo del fallo, ya que tal como quedó
evidenciado, el mismo ha debido declarar que los demandantes no tenían cualidad para la
interposición de la pretensión de rendición de cuentas contra la sociedad mercantil
Empresas Educacionales C. A. (EMPEDUCA) como socio accionista, toda vez que es la
asamblea la legitimada para el ejercicio de la misma contra los administradores a través de
sus comisarios o de personas que nombre especialmente para tales fines, de conformidad
con lo establecido en el artículo 310 del Código de Comercio.
II
Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, en
concordancia con el artículo 320 eiusdem, se denuncia la infracción de los artículos 243
ordinal 4°, 12, y 509 del Código de Procedimiento Civil, 296 del Código de
Comercio y 1.360 del Código Civil, todos por falta de aplicación.
…Para probar de modo auténtico que son causahabientes del señor D.M.G. los
demandantes acompañaron al libelo de la demanda una copia certificada de la partida del
matrimonio contraído entre el señor D.M.G. y la demandante R.A. deM. (folio 6) y las
partidas de nacimiento de los demandantes Francisco y R.D.M.A. (folios 3 y 8). Estos
documentos públicos prueban fehacientemente que la primera es viuda del señor D.M.G. y
el segundo y el tercero son sus hijos.
Consta en el acta de defunción que se halla en el expediente que el señor D.M.G. falleció el
25 de mayo 1995 (folio 7).
Para acreditar en forma auténtica que el señor D.M.G. era accionista de Empresas
Educacionales, C.A. (Empeduca), los demandantes llevaron a los autos los documentos
públicos siguientes:
b) La copia certificada del balance de Empresas Educacionales, C.A. (Empeduca) del mes
de marzo de 1991, en el cual consta que D.M.G. es socio de esta compañía. Este balance
está firmado por el presidente de Empresas Educacionales, C.A. (Empeduca) y por el socio
D.M.G. (folio 155 y 156) y está inserto en el expediente de la compañía en el Registro
Mercantil del Estado (sic) Lara.
Ahora bien, el Juez (sic) de la sentencia recurrida no analizó ninguno de estos documentos,
razón por la cual él incurrió en silencio de pruebas y violó de tal suerte por falta de
aplicación los artículos 12, 243, ordinal 4° y 509 del Código de Procedimiento Civil. En
efecto, como lo consideró el Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación Civil en su
sentencia 1 del 27 de febrero de 2003, la interpretación de la norma contenida en el artículo
509 del Código de Procedimiento Civil
conlleva la obligación para los jurisdicentes (sic) de expresar, respecto de cada elemento de
prueba producido en el juicio, la valoración que los mismos le merecen.
En este sentido, el juez debe realizar un detenido estudio sobre la pruebas aportadas por las
partes, para aceptarlas o desecharlas, de manera que permita entender el por qué de su
decisión, vale decir, que es necesario que el juez, para establecer los hechos, examine todas
cuantas pruebas cursen en autos, las valore; de allí derivará su convicción sobre la verdad
procesal, que plasmará en su sentencia. Cuando el sentenciador incumple este deber, bien
silenciando totalmente la prueba, bien mencionándola pero sin analizarla, comete el vicio
denominado silencio de prueba con la consiguiente infracción del artículo 509 de la Ley
Adjetiva Civil, por falta de aplicación.
Ahora bien, para que el juez este obligado a examinar ese elemento probatorio, éste debió
ser validamente promovido por la parte; esto quiere decir, que al ser traído a los autos, la
parte que pretende servirse de él como forma de evidenciar sus dichos, debe expresar lo que
pretende demostrar a través de dicha prueba.
Por otra parte, los documentos públicos que el Juez (sic) de la sentencia recurrida no
analizó demuestran fehacientemente que los demandantes son causahabientes del señor
D.M.G. y que éste para la fecha de su muerte era accionista de Empresas Educacionales,
C.A. (Empeduca).
En efecto, el Libro de accionistas de una compañía no es el único documento que sirve para
probar que una persona es accionista de dicha compañía. Así lo juzgó la Corte Suprema de
Justicia en Sala de Casación Civil en una sentencia del 28 de mayo de 1968:
(…) en el caso que nos ocupa a propósito de las acciones nominativas. Si alguien reclama
de una compañía de que se considere propietario, no hay duda de que el Libro de
Accionistas es el medio idóneo para comprobar su derecho; pero eso no quiere decir que los
sentenciadores no hubieran podido apreciar como elemento de convicción en el problema
que tenían que resolver, la circunstancia de que los nombrados señores aparecieron en el
documento constitutivo como accionista de la compañía de que se trate.
De lo expuesto se deduce que los juzgadores no incurrieron en el falso supuesto que se les
atribuye, ni infringieron el artículo 296 del Código de Comercio, ni violaron el artículo
1360 (sic) del Código Civil también denunciado, pues no es cierto, como se desprende de lo
que antecede, que hubieran hecho una aplicación indebida de la fe pública inherente a los
documentos públicos. (sic)
Por lo tanto, actuando como actuó, el Juez (sic) de la sentencia recurrida violó también por
falta de aplicación los artículos 296 del Código de Comercio y 1360 (sic) del Código Civil,
ya que negó valor probatorio a varios documentos que dan fe pública de que el señor
D.M.G. era accionista de Empresas Educacionales, C.A. (Empeduca) cuando murió.
Por las razones precedentes, los recurrentes solicitan al Tribunal Supremo de Justicia en
Sala de Casación Civil declarar con lugar este recurso de casación, casar la sentencia
recurrida y declarar con lugar la demanda de rendición de cuentas con los
pronunciamientos de ley…
Alegan los formalizantes que el juez de alzada incurrió en silencio de pruebas e infringió
los artículo 243 ordinal 4° y 509 del Código de Procedimiento Civil, por falta de aplicación,
ya que no analizó los documentos públicos que fueron acompañados al libelo de demanda
para comprobar que los demandantes son causahabientes de D.M.G. y que éste era
accionista de la Empresa Educacionales, C. A.
Asimismo, aducen los recurrente que los documentos públicos que el juez de alzada no
analizó demuestran fehacientemente que los demandantes son causahabientes de D.M.G. y
que éste para la fecha de su muerte era accionista de Empresas Educacionales, C. A., por
ello, estiman que el libro de accionistas de una compañía no es el único documento que
sirve para probar que una persona es accionista de ésta.
Razón por la cual, consideran que el juez de alzada infringió los artículos 296 del Código
de Comercio y 1.360 del Código Civil por falta de aplicación, al negarle valor probatorio a
varios documentos que dan fe pública de que D.M.G. era accionista de la demandada al
momento de su fallecimiento.
Finalmente agregan, que estas infracciones fueron determinantes en el dispositivo del fallo,
pues, si el juez de la recurrida no las hubiese cometido “…habría declarado que los
demandantes son causahabientes del señor D.M.G., que éste para la fecha de su muerte era
accionista de Empresas Educacionales, C.A. (Empeduca) y, por consiguiente, habría
declarado con lugar la demanda…”.
Ahora bien, como ya se señaló en la denuncia anterior la recurrida reconoce que los
demandantes son causahabientes del señor D.M.G. y por ende, también reconoce su
condición de accionistas de la sociedad mercantil Empresas Educacionales, C.A.
(Empeduca) y, a pesar de ello, estableció la falta de cualidad e interés de las partes con
fundamento en que la parte demandante debía demostrar “…que el causante y la empresa
son socios en algún objetivo o negocio, es decir, que deben demostrar contractualmente esa
relación, ya que no es lo mismo ser socio con una empresa a ser socio o accionista dentro
de ella…”, es decir, que la recurrida no duda del carácter de herederos y de la condición de
accionistas de los demandantes, pues, estableció que como accionistas la parte demandante
“…tenía que demandar al órgano administrador…”.
Ahora bien, la denuncia por infracción de ley debe ser trascendente en el dispositivo del
fallo. Razón por la cual, considera la Sala que pretender la declaratoria con lugar de la
presente denuncia a los fines de que el ad quem analice las pruebas para declarar que los
demandantes son causahabientes del señor D.M.G. y que éste es accionista de la sociedad
mercantil Empresas Educacionales, C.A. (Empeduca), resulta intrascendente, pues, la
recurrida así lo reconoció.
Sin embargo, tal demostración no sería trascendente en el dispositivo del fallo, dado que
como quedó establecido en la denuncia anterior los demandantes no tenían cualidad para la
interposición de la pretensión de rendición de cuentas contra la sociedad mercantil
Empresas Educacionales C. A. (EMPEDUCA) como socio accionista, toda vez que es la
asamblea la legitimada para el ejercicio de la misma contra los administradores a través de
sus comisarios o de personas que nombre especialmente para tales fines.
Es claro pues que, al no indicar los recurrentes, cómo pueden las referidas pruebas
documentales desvirtuar la apreciación de la recurrida y, por no ser trascendente en el
dispositivo del fallo el silencio de pruebas delatado, la presente denuncia por infracción de
los artículos 12 y 509 del Código de Procedimiento Civil; 296 del Código de
Comercio y 1.360 del Código Civil, debe declararse improcedente. Así se decide.
DECISIÓN
En fuerza de las anteriores consideraciones, este Tribunal Supremo de Justicia de la
República Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil, administrando Justicia en
nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara SIN LUGAR el recurso de
casación, anunciado y formalizado por la parte demandante, contra la sentencia dictada por
el Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil y “Menores” de la Circunscripción
Judicial del estado Lara, en fecha 11 de octubre de 2005.
Presidenta de la Sala-Ponente,
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Vicepresidenta,
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Magistrado,
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A.R.J.
Magistrado,
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C.O. VÉLEZ
Magistrado,
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L.A.O.H.
Secretario,
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Secretario,
Quien suscribe, comparte lo decidido por la mayoría en la presente decisión; sin embargo,
no comparte la solución dada al trámite para el análisis del silencio de prueba.
En efecto, la Constitución vigente y el Código adjetivo civil exigen que la justicia sea
completa y exhaustiva, pero no se lograría dicho fin si se omite algún elemento clarificador
del proceso. Esa es la interpretación que se le debe dar al artículo 509 del Código de
Procedimiento Civil, al señalar que los Jueces deben analizar todas las pruebas producidas
en el expediente y emitir su opinión, así sea en forma breve y concreta.-
Por ello, el silencio de prueba debe mantenerse como un vicio denunciable en el ámbito de
un recurso por defecto de actividad, en un todo de conformidad con el ordinal 1º del
artículo 313 del Código de Procedimiento Civil.
Presidenta de la Sala-Ponente,
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Vicepresidenta,
________________________
Magistrado,
_________________________
A.R.J.
Magistrado,
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C.O. VÉLEZ
Magistrado,
______________________________
L.A.O.H.
Secretario,
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Exp. N° AA20-C-2008-000307