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Cómo citar este artículo/Citation: Català, J. M. (2018). Más Copyright: © 2018 CSIC. Este es un artículo de acceso abierto
allá de la representación. ¿Es visible la realidad? (Imágenes distribuido bajo los términos de la licencia de uso y distribución
y conocimiento). Arbor, 194 (790): a485. https://doi. Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0).
org/10.3989/arbor.2018.790n4010
RESUMEN: El trabajo de la ciencia con las imágenes nos mues- ABSTRACT: The work of science with images shows us procedures
tra procedimientos que se alejan, por un lado, de los rigores del that deviate, on the one hand, from the rigors of strict scientific
estricto método científico, y que crean, por el otro, innumera- method, and on the other, create innumerable paradoxes,
bles paradojas, cuya intensidad se acrecienta a medida que au- whose intensity increases as the complexity of the object studied
menta la complejidad del objeto estudiado. A las operaciones grows. To the symbolic and rhetorical operations that constitute
simbólicas y retóricas configuradoras de las imágenes científi- the scientific images, most of which are technologically created,
cas, la mayoría de carácter tecnológico, se añaden los procesos one must add the process of visualization that has staged, at
de visualización que ponen en escena, en muy diversos niveles, very different levels, its underlying relationships. New studies
las relaciones fundamentales de aquellas. Los nuevos estudios on scientific representation point to the existence of theory
sobre la representación científica hablan de imágenes cargadas loaded images that approximate the possibility of a poetic
de teoría que se acercan a la eventualidad de una ciencia poéti- science. This path was abandoned in the seventeenth century,
ca, cuyo camino habría sido abandonado a partir del siglo XVII, when modern science generated an epistemic gap between the
cuando la ciencia moderna provoca la separación epistémica real and reality.
entre lo real y la realidad.
PALABRAS CLAVE: Visión; imaginación; alegoría; fotografía; KEYWORDS: Vision; imagination; allegory; photography;
imágenes técnicas; modelos; tercera cultura; mito; divulgación; technical images; models; third culture; myth; divulgation;
representación; arquetipos. representation; archetypes.
La imaginación nunca despunta libre a la ciencia moderna, la cual ha estado relaciona-
Si no es sobre el estímulo da, sin embargo, con las imágenes desde un principio,
De un indispensable límite si bien de manera bastante ambigua.
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Pere Ballart Se pregunta Deleuze si las ideas sobre el “ver” de
Foucault implican “una concepción suya sobre la pin-
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ARBOR Vol. 194-790, octubre-diciembre 2018, a485. ISSN-L: 0210-1963 https://doi.org/10.3989/arbor.2018.790n4010
trumentos tecnológicos? ¿o incluimos asimismo las Lo cierto es que la relevancia de esta duración, cuya
descripciones visuales, que tan gran importancia tu- tesis supone el segundo movimiento conceptual de
vieron en los inicios de la ciencia moderna? ¿Nos de- la idea de Barthes, es bastante mayor que la que le
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ben interesar también los modelos y los experimen- concede el filósofo. Una fotografía conserva su vi-
tos mentales, de los que tantos ejemplos hay en la gencia porque proviene del pasado. Tal temporalidad
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través de una imagen de la misma. Se diría que sí, relaciones entre la pintura y la técnica de la perspec-
puesto que la técnica fotográfica posee la virtud de tiva. Pero la diferencia con las imágenes científicas
reproducir aquello que tiene ante el objetivo. Pero reside en que estas, además de esos otros sustra-
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me asalta la duda de pensar si realmente la galaxia tos, que en ellas se sitúan en un segundo término,
ha estado alguna vez delante del objetivo de la cá- visualizan, explícita y directamente, determinada
Más allá de la representación. ¿Es visible la realidad? (Imágenes y conocimiento)
mara que captó esa fotografía que yo estoy viendo. teoría, algo que las imágenes técnicas hacen de ma-
Lo cierto es que si dejo a un lado la foto y miro direc- nera automática. Existe, pues, un subconsciente de
tamente al cielo estrellado, la citada galaxia apenas las imágenes científicas que organiza las estructuras
aparecerá como un punto de luz no muy distinto del fundamentales desde las que se despliega el traba-
de otras estrellas más o menos brillantes que hay a jo teórico formulado a su vez mediante la función
su alrededor. Para obtener la fotografía de la galaxia expresa de la imagen. En las imágenes técnicas tal
que estoy contemplando, y en la que esta figura en subconsciente está materializado por la propia tec-
todo su esplendor como si se hallara literalmente al nología. Podría decirse que, al manejar un aparato,
alcance de la mano, el objetivo de la cámara, que si- llevamos el inconsciente social a cuestas, una par-
guiendo a McLuhan podría considerarse una exten- te del imaginario convertido en ingeniería. En las
sión del ojo, ha tenido que ser acoplado a un telesco- imágenes científicas que no son técnicas, el peso de
pio, que es algo más que un remedo de la vista. Lo ese inconsciente puede ser igualmente importante,
que contemplo, pues, en la fotografía es aquello que puesto que las mentalidades las forman también los
Flusser denominaba una imagen técnica, que me aparatos no solo por su uso, sino por la estructura
ofrece una vista muy peculiar de la galaxia: este tipo epistemológica que despliegan.
de imágenes han sido confeccionadas por aparatos La imagen científica no se distingue demasiado
diseñados de acuerdo con determinadas teorías, y de la imagen artística, excepto porque en aquella la
son por lo tanto, dice Flusser remedando a Platón, voluntad de referirse al mundo real manifiesta un
imágenes de tercer grado: “Provienen de textos que factor activo que contrasta con la actitud pasiva de
provienen de imágenes tradicionales que a su vez esta última. ¿Cabría decir, en líneas generales, que
provienen del mundo concreto” (Flusser, 2006, p. la imagen artística representa, mientras que la cien-
14). Puedo decir, consecuentemente, que al contem- tífica, incluida la imagen técnica, visualiza? La dife-
plar la imagen de la galaxia estoy viendo ese cuerpo rencia podría establecerse entre un procedimiento
celeste según determinada concepción del mundo o, metafórico y otro alegórico. La representación artís-
como afirma el propio Flusser de manera más drásti- tica implica una transformación formal del referente,
ca, “en el caso de las imágenes técnicas, nos encon- mientras que por medio de la visualización científica
tramos frente a productos indirectos de los textos los referentes se muestran o bien de modo pretendi-
científicos” (2006, p. 14). damente literal o por medio de relaciones, y en nin-
Esto que está expresado de forma tan sencilla por guno de los dos casos la transformación formal tiene
Flusser no solo determina la condición de las imáge- en sí misma relevancia. La transformación metafórica
nes técnicas, sino también la de las imágenes científi- que una taza y un plato experimentan, por ejemplo,
cas en general, incluso si ambas no son exactamente en un cuadro de Zurbarán reside estrictamente en la
lo mismo. No todas las imágenes técnicas son cientí- forma, mientras que en el modelo atómico de Niels
ficas, ni todas las científicas son estrictamente técni- Bohr, que muestra el átomo como un pequeño sis-
tema planetario, las características formales a través
cas. En el campo del arte, por ejemplo, se producen
de las que se representan los electrones o el sistema
actualmente innumerables imágenes técnicas que,
no son inmediatamente relevantes. Poco importa si
sin embargo, no pueden considerarse científicas, y la
los electrones son de color amarillo o rojo, o si las
ciencia promueve muchas imágenes, como los diagra-
órbitas tienen un mayor o menor grosor. La trascen-
mas o los dibujos, que no son técnicas en un sentido
dencia reside en la estructura del modelo, la cual re-
estricto, es decir, engendradas por un aparato, aun-
sulta como si estuviera situada más allá del mundo
que expresen una teoría, y por lo tanto sean equipa-
físico. En palabras de Heisenberg, acérrimo detractor
rables en ello a las imágenes técnicas.
de la visualización en la física, “el movimiento de los
En realidad, cualquier imagen tiene como funda- electrones no puede describirse en términos de los
mento una concepción del mundo y expresa, más tradicionales conceptos de espacio y tiempo” (Miller,
concretamente, alguna teoría sobre la visión y la 1987, p. 142), una afirmación de mucho mayor cala-
representación, como sucede, por ejemplo, con las do de lo que en un principio parecería.
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Podemos decir, pues, que tanto la imagen de los elec- mentalmente, a través de los conocidos modelos o ex-
trones a modo de pequeños planetas como su compor- perimentos mentales. Y en segundo lugar, para divulgar
tamiento circular son un vehículo visual para expresar las ideas científicas. La alegoría se produce igualmente
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lo que se antoja inexpresable en ese nivel. Tal proceso en ambos casos, pero en este último crea lo que po-
de hacer inteligible algo que en principio se considera dríamos denominar un sistema mitológico, la plasma-
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modo de resumen descriptivo, supuestamente neu- personifican el repliegue de las ciencias sobre sí mis-
tral, del trabajo científico, técnico o médico que es ob- mas, frente a la expansión de la cultura científica ha-
jeto del análisis, sino como conceptos inestables: ¿es cia una tercera cultura que combine las mentalidades
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con una representación con lo que estamos tratan- científica y humanista, no como una suma ponderada
do? ¿Aquello con lo que estamos tratando nos lleva de las dos, sino como una hibridación de ambas que
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a extender, o expandir, o a repensar lo que queremos dé paso a una nueva mentalidad. Esa nueva razón
decir con este término? ¿Podríamos, por ejemplo, se adecuará además a la necesaria mitología que ya
siguiendo la provocativa sugerencia de Rheinberger, desarrollan las actividades divulgadoras, pero ahora
concebir la “actividad de la representación científi- en cuanto a un proceder tan esencial para la futura
ca […] como un proceso sin referente y sin origen”? ciencia humanista, la tercera cultura, como lo son las
(Coopmans, Vertesi, Lynch y Woolgar, 2014, p. 4). imágenes científicas para la tecnociencia actual.
Se diría que considerar la imagen científica como
un proceso sin referente ni origen la situaría en el ALEGORÍAS DE LO REAL
ámbito del simulacro, al modo de Baudrillard. Si pen- Entre las diversas mediaciones que ha experimen-
samos en el uso de los modelos en la ciencia y los tado la imagen de la galaxia de Andrómeda antes de
relacionamos con los modelos mentales que subya- llegar a mis manos no es la menor el hecho de que ha
cen en su dramaturgia, veremos que la falta de una sido convenientemente coloreada, a través de una
referencialidad estricta no es demasiado extraña. Sin serie de procesos que nos reafirman en la convicción
embargo, Rheinberger parece concebir la actividad de que el color aplicado no es en este caso meta-
científica como un proceso, es decir no en cuanto fórico, sino alegórico. Precisamente fue Galileo uno
producto terminado, imagen fija o modelo estático, de los primeros en manifestar su desconfianza ante
sino en tanto que transcurso, cuya característica fun- ciertas propiedades de los objetos físicos que, como
damental es el movimiento. los colores, dependen del sujeto o, según especifi-
Aquí nos encontramos inmersos, de pronto, en otro caba el propio Galileo, del cuerpo. En su famoso Il
paradigma que se superpone fácilmente al más tradi- Saggiatore de 1623 “dejaba claro por qué las imáge-
cional. A pesar de que llevamos más de un siglo con nes nunca iban a ser útiles, como tampoco lo sería
imágenes en movimiento, aún pensamos esencial- ninguna descripción que dependiera de los sentidos,
mente a través de imágenes fijas. Sucede así porque todos ellos excesivamente subjetivos. Solo aquellas
propendemos a valorar en mayor medida las esencias cualidades que se basan en las propiedades objeti-
que los acontecimientos. Es por ello también por lo vas y matemáticamente caracterizables de masa, es-
que el científico tiende a desconfiar de los fenóme- pacio, extensión y número pueden ayudar a definir
nos. Sin embargo el movimiento resulta esencial para lo que es esencial en las cosas de la naturaleza” (Fre-
el conocimiento, puesto que es la mejor manera no edberg, 2002, p. 350).
solo de expresar el pensamiento a través de las formas Sin embargo, como nos informa Janet Vertesi, la co-
audiovisuales, sino también de reflexionar por medio loración de las imágenes técnicas se ha convertido en
de tales formas. En ese sentido, el proceso científico una práctica habitual de lo que podríamos denominar
sería equiparable a la forma ensayo, especialmente al post-observación. Así, las imágenes digitales del pla-
ensayo audiovisual. Pero si bien esto podría explicar neta Marte suministradas por las sondas espaciales
muchas cosas, seguramente no sería del agrado no allí enviadas “se transforman en gráficos y luego en
tanto de los propios científicos como de aquellos que
colores falsos (false colors) […] con el fin de desvelar
defienden a ultranza un método científico del cual hay
fenómenos que de otra forma serían invisibles, cam-
muchas razones para dudar que sea como su visión
biando entonces una observación en visión colectiva
idealista lleva a creer.
que, finalmente, concluya en un descubrimiento adju-
Recordemos, de pasada, la conocida polémica de dicable a la misión” (Vertesi, 2014, p. 16). Este tipo de
Alan Sokal que, en el ámbito de la denominada “gue- prácticas de visualización científica se engloban bajo
rra de las ciencias”, iba encaminada a desprestigiar a el concepto de “dibujar como”: “La representación
autores posestructuralistas como Foucault o Lacan, en la práctica científica es siempre una cuestión de
entre muchos otros, por utilizar metafóricamente dibujar un objeto natural como un objeto analítico”
conceptos científicos de una manera no muy distinta (Vertesi, 2014, p. 18). Es significativo que, al cabo del
a como vemos que los emplean los propios científicos camino, la imagen científica recupere, en el marco de
cuando se apoyan en las imágenes. Sokal y compañía la imagen digital, prácticas como el dibujo, que co-
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rresponden a las más antiguas formas de la imagen ca podría ser visto directamente, aun cuando lográra-
científica. El concepto de dibujar vale aquí tanto para mos viajar lo suficientemente lejos para acercarnos a
las primeras imágenes científicas que trataban de re- los alrededores de la galaxia, de manera que pareciera
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producir fidedignamente el mundo natural como para que esta se halla al alcance de la mano. Si tal aproxi-
las imágenes digitales de la actualidad, en las que la mación fuese posible, el objeto dejaría de asemejarse
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Pero, como indican Frigg y Hunter, “ni la visión fuer- recen enormes objetos, entre ellos una galaxia espiral
temente mimética ni la rigurosa visión convencionalis- que da la impresión de estar tan cercana como la que
ta pueden dar cuenta satisfactoriamente del complejo nos puede mostrar una fotografía astronómica. Foster
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y variopinto campo de las representaciones científicas levanta la mano para protegerse los ojos de la intensa
estudiadas actualmente por los filósofos de la cien- luminosidad que arroja el conglomerado de estrellas
Más allá de la representación. ¿Es visible la realidad? (Imágenes y conocimiento)
cia” (2010, p. xx). En ninguno de los casos citados se y desapercibidamente roza lo que semeja una super-
da importancia al mundo humano, aquel en el que ficie líquida que se halla sobre su cabeza y sobre la
vivimos, reemplazado por una estructura operativa que se proyecta la espectacular imagen de la galaxia
del mismo, que en el caso de que sea convencional entre otros resplandecientes astros. Se dan a ver aquí,
se aleja excesivamente del sentido común, y que si es en este planteamiento ficticio, dos teorías aparente-
mimética restringe en exceso los límites de este senti- mente contrapuestas: la mitología fotográfica de Bar-
do. De ahí precisamente que algunos científicos como thes, según la cual la imagen fotográfica establece la
Heisenberg rechazaran la tradición visualista, si bien continuidad de una piel que conecta el presente con
lo hicieron para caer en la más pura abstracción, en un el pasado, y las últimas ideas sobre la posibilidad de
territorio controlable pero que es terreno de nadie. que nuestro universo sea un holograma. Siguiendo
esta hipótesis, desplegada en el número de diciem-
LÍMITES DE LO VISIBLE bre de 2013 de la revista Nature, “el universo podría
consistir en una gran proyección, de modo que las tres
El fenómeno de la contemplación de la fotografía de dimensiones que percibimos estarían realmente ‘pin-
la galaxia de Andrómeda aún presenta algunas aspe- tadas’ sobre el horizonte cosmológico, los límites del
rezas que deben ser limadas antes de seguir adelante. universo conocido”. Comentando las ideas del físico
Se trata de lo referido al tiempo y la luz, aquello que David Bohm, Michael Talbot indica que este “iba pau-
constituye la base de la mitología de Barthes antes latinamente desarrollando una imagen de la realidad
mencionada. Siguiendo a Barthes la fotografía consta- en la que las partículas subatómicas no estaban sepa-
ta que lo que vemos “ha sido”, ha estado allí alguna radas unas de otras y se movían a través de un vacío
vez. ¿Podemos decir lo mismo de la galaxia, en el sen- espacial, sino que en su concepción todas las cosas
tido histórico que el teórico le confiere a esa distancia formaban parte de una red global y se hallaban embe-
que la fotografía mantiene con sus espectadores? Para bidas en un espacio que era tan real y se encontraba
él, “la historia es histérica: solo se constituye si se la tan lleno de procesos como la materia que se movía
mira, y para mirarla es necesario estar excluido de ella” en su seno” (Talbot, 1992, p. 43).
(1997, p. 118). Esta afirmación nos recuerda la idea de
Latour respecto de las representaciones científicas, Hemos llegado a un punto en el que la divulgación
la cuales, según el autor, alejan a la vez que acercan. científica, que proyecta sobre el mundo visible la ela-
¿Es la galaxia historia de hace dos millones y medio de boración imaginaria extraída por el propio científi-
años? En todo caso, no lo es en el sentido que le atri- co de sus teorías abstractas, confluye con la ficción,
especialmente con la denominada ficción científica,
buye Barthes a la historia transmitida por la fotografía,
y muy concretamente con la cinematográfica. La di-
puesto que en ella la imagen deja constancia de algo
vulgación, gracias a las ilustraciones y a otros medios
que ha sido, pero que ya no es. La imagen del pasado
didácticos, se encarga de extrapolar las ideas científi-
llega aquí a través de un proceso de hibernación para
cas al mundo visible, amoldándolo a las regulaciones
despertar ante nosotros, pero la idea que tenemos del
de las mismas para que, a través de sus procesos de
universo nos indica que la galaxia está allí, sigue estan-
visualización, las teorías puedan ser culturalmente
do allí, ahora, cuando nos alcanza la luz que inició su
comprendidas. Cuando se insta a que la ciencia for-
camino hace dos millones y medio de años.
me parte de la cultura general se está abogando por
Hay una escena en la excelente película de Robert este tipo de operaciones, cuyo valor, sin embargo, se
Zemeckis Contacto (1997) que visualiza una inusita- halla siempre bajo sospecha desde la perspectiva de
da percepción del cosmos capaz de incidir directa- la propia cultura científica. Afirma Moser, hablando
mente en esta paradójica composición que estamos de cómo las ideas son visualmente representadas en
planteando. El personaje interpretado por Jodie Fos- la arqueología, que “es en las ilustraciones donde se
ter arriba al final de un incierto viaje cósmico para el plantean los argumentos acerca de lo que constituye
que se ha estado preparando durante mucho tiempo, la humanidad […] La razón de mostrar ilustraciones
desciende del vehículo que lo ha transportado y se es hacer que un argumento sea más visible y así más
enfrenta a un paisaje desconocido en cuyo cielo apa- creíble” (Moser, 1996, pp. 185-187).
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Por su parte, la ficción establece hipótesis, a veces cho de que la luz viaja a trescientos mil kilómetros por
fantasiosas, otras mejor fundamentadas, a partir del segundo y de que esta velocidad es constante e insu-
clima cultural creado por la ciencia. Desde Julio Verne perable. Si algún día se demostrara que tal pretensión
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a Steven Spielberg, quien para realizar su película Mi- es incorrecta, al igual que tantas veces ha sucedido
nority Report (2002) convocó a numerosos científicos en el pasado con otras leyes consideradas absolutas,
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La imagen astronómica detiene el proceso pero me metros que han sido delimitados en otro ámbito cien-
muestra su ambigüedad, una de tantas: veo la galaxia tífico, y a que el resultado de una interpretación sirve
de Andrómeda como era hace dos millones y medio de referencia para un planteamiento posterior. En
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de años, y a la vez reconozco que esa configuración otro momento, Latour había examinado el fenóme-
que ha impresionado la placa fotográfica corresponde no de lo que denominaba los “móviles inmutables”,
Más allá de la representación. ¿Es visible la realidad? (Imágenes y conocimiento)
a un referente que se halla en el origen de ese rayo cuyo ejemplo más característico eran las imágenes
de luz, a miles de millones de kilómetros de distancia, realizadas por los dibujantes que acompañaban a los
ahora mismo. primeros exploradores del Nuevo Mundo: en sus di-
bujos fijaban una realidad que luego se movía, circu-
En 1992 una imagen insólita apareció en todos
laba por las redes de conocimiento de la metrópoli. La
los periódicos del mundo. Era, según decía la noti-
definición que Latour hace de la información se pare-
cia, una instantánea del universo en el momento en
ce extrañamente a las consideraciones de Barthes so-
que empezó a existir el espacio. Pero como siempre,
bre la fotografía: “La información no es un signo, sino
la imagen científica encerraba una incongruencia. Se
una relación establecida entre dos lugares, el primero
trataba de una imagen compleja, mezcla de realidad e
convertido en periferia y el segundo en centro, que
imaginación: nadie estaba preparado, entre el públi-
se da con la condición de que entre los dos circule un
co en general, para “comprender la paradoja de una
vehículo, al que se suele llamar forma pero que, para
imagen que representa simultáneamente una visión
desde la tierra hacia el exterior en todas las direccio- insistir en su aspecto material, yo llamo inscripción”
nes y una visión hacia nuestro planeta en todas las (Latour, 1999, p. 162).
direcciones que confluyen en el big bang” (Osserman, La imagen científica aparece como un ente miste-
1997, p. 10). Ciertamente, el planteamiento no se an- rioso en la historia de la representación. Pretende ser
toja fácil de entender, aunque su paradoja es la misma una apuesta radical por la realidad que irrumpe en el
que hemos descubierto al contemplar la imagen de la siglo XVII en el ya antiguo territorio de la imagen, pro-
galaxia de Andrómeda. Es más, la paradoja aparece duciendo en el mismo un agujero que lo atraviesa de
siempre que observamos el cosmos. Nuestra vista se arriba a abajo y va a dar a otra parte que es en gran
lanza hacia el exterior en todas direcciones, pero a la medida inusitada. Todo ello sin abandonar totalmente
vez la luz viene hacia ella de todas las direcciones: el las características propias de la visualización tradicio-
presente de mi visión se ve penetrado por el pasado nal, lo que podríamos denominar su “vestimenta”. Se
del cosmos y viceversa. trata de otra imagen o, parafraseando con toda inten-
En la fotografía esta contradicción de la que está he- ción a Foucault, de una imagen otra, insertada dentro
cha la realidad cósmica, equivalente a la que aparece del campo de la visualización tradicional con la que a
cuando se intuye la realidad atómica y subatómica, se veces ingenuamente se confunde.
complica en el momento en que se interpone la téc- ¿Por qué resulta pertinente considerar que la ima-
nica fotográfica. Una imagen de este tipo no puede gen científica es una “imagen otra”, equiparable a un
ser tomada como una instantánea: el tiempo en ella no-lugar? Entre las cosas que determinan igualmente
se desarrolla también físicamente, puesto que es ne- su otredad debemos considerar el hecho de que es
cesario un período de exposición para que la imagen una imagen de tránsito, donde el científico no habita
quede registrada tal como la vemos, en todo su de- y con la que no se compromete más que un instante.
talle. La fotografía muestra el tiempo, a la par que lo Guarda con la metáfora, a la que la ciencia aborrece,
acumula. esa característica que le adjudican las mentes literales
y por la que debe autodestruirse en el mismo instante
LAS NO IMÁGENES en que es creada. Una paradoja más, pues: el científi-
co está rodeado de imágenes, trabaja todo el tiempo
Latour ya indicaba que la imagen científica es un
con imágenes mentales, virtuales, reales o técnicas,
objeto dinámico cuyo significado se adquiere median-
pero en el fondo pretende ignorarlas. Las deja para
te su tránsito de una referencia a otra: “Una imagen
el profano.
científica aislada, estrictamente hablando, no tiene
referente […] La referencia es un movimiento, una Pero esto solo tiene sentido si consideramos la ima-
deambulación, una trayectoria, no una propiedad de gen científica como perteneciente al ámbito de la re-
una imagen ‘realista’” (Latour, 2014, p. 359). El soció- presentación: en tal caso el compromiso del científico
logo se refiere al hecho de que una imagen científica con la misma es muy liviano y el científico solo lo ad-
debe ser interpretada a partir de determinados pará- mite si desea cometer el pecado de divulgación. Hei-
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senberg y Schrödinger mantuvieron durante los años jándose a una velocidad basada en factores de diez
veinte del pasado siglo una famosa polémica sobre la que aumentan cada segundo (10 metros, 100 metros,
visualización en la ciencia: Heisenberg se mostraba 1000 metros), llega hasta los confines del universo, allí
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contrario a la misma porque consideraba, entre otras donde ya no hay materia. Luego regresa y, al alcan-
razones, que visualizar los procesos constreñía la po- zar de nuevo la escala humana, atraviesa la piel del
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ta y el universo científico. Si el universo humanista me la “evolución de las ideas sobre Marte”, así como
resguarda los fenómenos e incluso permite que el la “superación de la concepción antropomórfica de la
mito, a diversos niveles de enunciación, dé sentido imagen” (Warburg, 2010, p. 12).
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a la realidad, el universo científico pretende alcanzar
Sin embargo, en el mismo Atlas, Warburg incluye
el núcleo básico de lo real pero a costa del significado
numerosas imágenes relacionadas con la astrología.
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Durante una de sus clases sobre geometría se puso Kepler convierte las ideas religioso-científicas
a dibujar un triángulo equilátero. En su interior dibu- en figuras geométricas que son a la vez formas de
jó un círculo de manera que tocara los tres lados del la cantidad y formas de la racionalidad, además de
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mismo, y alrededor del triángulo trazó otro círculo arquetipos, como las consideraba Pauli. Fludd, por
que tocaba sus vértices, tal como lo había descrito Pi- el contrario, pretendía representar el funcionamien-
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Si regresamos ahora imaginariamente al punto don- que solo fue percibida, creo, por Dalí, aunque ello
de se escindieron esas dos visualidades, dependiente no ocurrió hasta los años cuarenta del pasado siglo,
cada una de ellas de su correspondiente imaginario, cuando la fuerza del surrealismo ya estaba en decli-
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podemos vislumbrar la posibilidad de suturar seme- ve. Sin embargo, al contemplar ahora las visualiza-
jante partición que no es otra cosa que una herida ciones que se efectúan de los “grandes datos”, nos
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