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EFIP II

Modelos de Trabajos Prácticos


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PRÁCTICO DE FAMILIA
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Carolina y Sergio, de 30 años de edad, mantienen un noviazgo desde hace diez años, y
hace 6 años que han decidido irse a vivir juntos a un departamento que le regalaron a
Sergio sus padres cuando se recibió de contador. Proceden a su inscripción
correspondiente -

Durante la convivencia, tuvieron un hijo, Lucas, quien en la actualidad asiste al jardín de


infantes de un prestigioso colegio de Córdoba cuya cuota pagaba Carolina -

Sergio trabaja muchas horas como contador en una empresa de telecomunicaciones, y


cobra 30.000 pesos mensuales, es por ello que junto con Carolina han decidido que ella
se encargará de las tareas del hogar y de llevar y buscar a Lucas del colegio y de sus
actividades extracurriculares, a los fines de no tener que contratar una persona que ayude
con dichas tareas. Por ello, también deciden que Carolina deje de trabajar en el negocio
de venta de ropa en el que trabaja hace 5 años. Asimismo, han concordado que los bienes
adquiridos se consideraran de ambos. En los últimos meses la relación se ha deteriorado
y deciden separarse, Sergio desea vender el inmueble donde convivían -.

CONSIGNAS

1-Bajo qué instituto podríamos encuadrar la situación en la que se encuentra Carolina y


Sergio –determine los requisitos para su procedencia -

2-La denominada compensación económica será posible en esta situación? fundamente-

3-La cuota que el colegio le cobra a Carolina ya que ella fue quien se comprometió a
pagarla, encontrándose sin posibilidad de hacerlo, ¿el colegio puede accionar contra
Sergio?

4-Puede vender el conviviente el inmueble si el mismo es de su propiedad?

5-Que son los denominados pactos de convivencia?

RESPUESTAS

1- Carolina y Sergio se encuentran bajo el instituto de la Unión Convivencial


(innovación del CC y CN). El art. 510 del CC y CN establece que para que se reconozcan
los derechos establecidos en el Código Civil y Comercial a las uniones convivenciales, éstas
deben cumplir con ciertos requisitos, a saber:
 Que los dos integrantes sean mayores de edad (18 años);
 Que no estén unidos por vínculos de parentesco en línea recta en todos los grados,
ni colateral hasta el segundo grado;
 No estén unido por vínculos de parentesco por afinidad en línea recta;
 No tengan impedimento de ligamen ni este registrada otra convivencia de manera
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simultánea;
 Mantengan la convivencia durante un período no inferior a dos años.
2- En principio, corresponde la compensación económica debido a que los convivientes
han decidido de común acuerdo que Carolina se encargara de las tareas del hogar, de
llevar y buscar a Lucas (su hijo) del colegio y de sus actividades curriculares, a los fines
de no tener que contratar una persona que ayude con dichas tareas. Es por ello que de
común acuerdo se estableció que Carolina cierre su negocio de venta de ropa, siendo el
único ingreso que se percibe en el hogar, el sueldo de Sergio.
Es consecuencia, al cesar la unión convivencial, Carolina sufre un empeoramiento
manifiesto de su situación económica con causa adecuada en la convivencia y su ruptura.
En caso de que el juez determine la procedencia de la compensación económica, si esta se
tradujera en una renta, no podrá percibirla por un período mayor a 6 años (tiempo que
duró la unión convivencial).
3- El colegio puede accionar contra Sergio debido a que en el art. 521 se establece que
los convivientes son solidariamente responsables por las deudas que uno de ellos hubiera
contraídos con terceros para solventar las necesidades ordinarias del hogar o el
sostenimiento y la de educación de los hijos.
4- Sergio puede vender el inmueble toda vez que obtuviese el asentimiento de Carolina,
aunque el mismo sea de su propiedad, ya que el art. 522 prescribe que, si la unión
convivencial ha sido inscripta, ninguno de los convivientes puede, sin el asentimiento del
otro, disponer de los derechos de la vivienda familiar, ni de los muebles indispensables de
esta, ni transpórtalos fuera de la vivienda.
5- Los pactos de convivencia son aquellos destinados a regular las relaciones entre los
convivientes que pueden ser de carácter patrimonial o extra patrimonial. Sin perjuicio de
que estos pactos prevalecen sobre las normas previstas en el código, existen materias
donde el ordenamiento legal prevalece (normas de orden público).
Estos pactos producirán efectos frente a tercero, solo luego de inscribirse en el registro
de uniones convivenciales correspondiente a la jurisdicción de los convivientes y en
aquellos registros que correspondan a los bienes incluidos en estos pactos.
Las relaciones económicas entre los integrantes de la unión se rigen por lo estipulado
en el pacto de convivencia.

TRABAJO PRÁCTICO 1 LABORAL

El Sr Salado llega a su estudio debido a que perdió su trabajo. Relata que el 05/04/2008
ingreso a trabajar a Blanca Nieves S.A., trabajo registrado de media jornada durante
muchos años efectuando horas extras que no eran consignadas en el registro de haberes
y en condiciones de higiene y seguridad que no se condicen con las normas que exigen los
parámetros legales. Cansado de esta situación y siendo que no podrá darse el lujo de
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quedarse sin trabajo se afilia al sindicato OETS, sindicato de su actividad, y luego de
afiliarse en noviembre del 2013 decide postularse para delegado gremial de personal de
Blanca Nieves S.A resultando electo.

Salado le relata que su relación jamás fue buena con el empleador y menos aún desde q
fue delegado. Desde el nombramiento fue víctima de prosecución, atraso en el pago de su
salario y enviado a realizar trabajos forzosos, ajenos a la actividad del lavadero.

En Nov de 2015 y vencido su mandato decide no postularse más, pero continúa trabajando
en el lugar. Finalmente, luego de 2 meses de licencia por accidente inculpable sufrido en
marzo frente al alta médica notificada a su empleador recibe C.D. por la cual se lo despide
alegando el art 212 2do párrafo LCT-otorgándole la indemnización del 247-.

PREGUNTAS

1) ¿Que garantías gozaba el empleado?


2) ¿Sabiendo que despedía a un delegado gremial como debió proceder el empleador?
3) ¿Qué tipo de indemnización cree Ud. que le corresponde? ¿Está bien la del 212?
4) Diferencie entre enfermedad inculpable y enfermedad profesional

RESPUESTAS

1) El trabajador al ser delegado sindical gozaba de la tutela sindical, la cual importa


una estabilidad absoluta y temporaria en el empleo, prevista por el artículo 48 de la ley
23.551, el cual establece en la parte pertinente: “Los representantes sindicales en la
empresa elegidos de conformidad con lo establecido en el artículo 41 de la presente ley
continuarán prestando servicios y no podrán ser suspendidos, modificadas sus
condiciones de trabajo, ni despedidos durante el tiempo que dure el ejercicio de su
mandato y hasta un año más, salvo que mediare justa causa.”
Por ende, el trabajador gozaba de la garantía de no poder ser despedido por el
término de un año desde el vencimiento de su mandato como delegado sindical (noviembre
de 2015), es decir, hasta noviembre de 2016, siendo que el mismo fue despedido en mayo
de 2016.
2) El empleador sabiendo que despedía a un delegado gremial, debería haber iniciado
un proceso judicial de exclusión de tutela sindical, que tiene por objeto que el juez autorice
dicho acto. Este juicio previo, en el que se ventila la supuesta “causa” que alega el
empleador, está regulado en el art. 52 de la ley 23.551.

Pero al no haber realizado tal procedimiento, el trabajador podrá optar por


reincorporarse a su empleo o bien considerarse despedido y obtener además de la
indemnización por despido incausado, una indemnización agravada.
3) En primer lugar, al haberse violado los principios establecidos por la Ley de
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Asociaciones Sindicales Nº 23.551, al empleador le corresponderá abonar las siguientes
indemnizaciones: la indemnización común por despido sin causa (art. 232, 233 y 245
LCT), más una indemnización agravada consistente en el pago de las remuneraciones
correspondientes a los meses que faltaban para que se diera el cese de la tutela sindical
(la misma cesaba en noviembre de 2016).

Respecto a la aplicación del art. 212, 2º párrafo, LCT, el mismo no procederá en el


presente caso (independientemente de que la causa sea legítima o no), debido a que el
empleador no realizó el juicio previo de exclusión de la tutela sindical estipulado en la ley
23.551.

4) La principal diferencia radica en que, las enfermedades inculpables están regidas


por la Ley de Contrato de Trabajo Nº 20.744 (arts. 208 al 213, LCT) y estarán a cargo del
empleador. Las mismas están originadas por causas totalmente ajenas al empleador,
contraídas FUERA DEL ÁMBITO LABORAL. A su vez, para determinar el período de
licencia paga correspondiente al trabajador, se tendrán en cuenta dos condiciones: la
antigüedad y la existencia o no de cargas de familia. Vencido el plazo de interrupción del
trabajo (licencia paga) por causa de enfermedad inculpable, si el trabajador no estuviera
en condiciones de volver a su empleo, el empleador deberá conservárselo durante el plazo
de 1 año contado desde el vencimiento de aquél (art. 211, LCT).
Respecto a las enfermedades profesionales están regidas por la Ley de Riesgos de
Trabajo Nº 24.557. La misma tiene por objetivo la prevención del riesgo de trabajo,
reparación de daños causados, la rehabilitación, y la recalificación de los trabajadores
afectados.
Estas enfermedades son aquéllas que se contraen en el ámbito laboral, y ante su
padecimiento, es la ART contratada por el empleador quien se hace cargo de los gastos
médicos acarreados a consecuencia de la misma.

TRABAJO PRACTICO 2

El sr. Heredia, mecánico de 53 años, concurre a su estudio y le dice que trabajo durante
31 años en Resortes Cba – S.A, donde nunca tuvo sanción disciplinaria hasta que un día
el director de personal le anoticia su despido alegando que un día el trabajador había
robado un rulemán, cosa que el sr. Heredia niega categóricamente; lo despiden sin
indemnización, sólo liquidación como si fuera con justa causa, omitiendo, además de que
no se entregó pasado los 60 días la documentación correspondiente luego de finalizada la
relación laboral.-

PREGUNTAS:
1- Defina que tipo de contrato es el que vincula a Heredia con la firma resortes cordoba.sa.,
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¿cuáles son las notas tipificantes?

2- Caracteres del contrato de trabajo. Distinga un contrato a plazo fijo.

3- ¿Existe justa causa para que se configure el despido aludido por la empresa? Determine
extinción del contrato laboral por justa causa y que es la pérdida de confianza.

4- En una eventual demanda habiendo intimado el pago ¿qué indemnizaciones podrá


reclamar? Como se calcula cada uno y ¿qué salario se debe tomar en cuenta para efectuar
el mismo?

5- ¿Qué obligación post - contractual no cumplió la empresa y que medio legal le cabe a
su cliente?

RESPUESTAS:

1) Se trata de un contrato de trabajo por tiempo indeterminado. El contrato de trabajo


tiene las siguientes notas tipificantes:
a) Ajenidad
b) Subordinación, la cual a su vez se subclasifica, en jurídica, técnica y económica.
c) Indelegabilidad
d) Profesionalidad
e) Continuidad
f) Exclusividad.

Debemos tener presente que las notas tipificantes que nunca pueden faltar en un contrato
de trabajo son: la ajenidad, la subordinación jurídica, y la indelegabilidad.

2) Las características del contrato de trabajo son:


a) Oneroso
b) Bilateral o sinalagmático perfecto
c) Consensual
d) Conmutativo
e) No formal
f) De tracto sucesivo
g) Típico

La diferencia entre contrato por tiempo indeterminado y de plazo fijo (modalidad especial)
es que, el primero dura hasta que el trabajador se encuentre en condiciones de gozar de
los beneficios que le asignan los regímenes de seguridad social, por límite de edad y años
de servicios, salvo que se configuren algunas de las causales de extinción prevista en la
LCT (Art. 91 LCT). Además, se trata de un contrato no formal.
En tanto que el contrato de plazo fijo durará hasta el vencimiento del plazo convenido, no
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pudiendo celebrarse por más de 5 años. Se trata de un contrato formal, ya que el mismo
se debe celebrar por escrito con expresión de causa que justifique esta modalidad.

3) No existe justa causa para que se configure el despido aludido debido a que la falta
cometida por el trabajador no es proporcional a la sanción disciplinaria. Las sanciones
disciplinarias, apuntan a corregir las actitudes impropias del trabajador para el desarrollo
de la actividad laboral de que se trate, provocando un cambio de actitud y sirven a su vez,
como ejemplo para que otros operarios se abstengan de cometer las mismas faltas. Las
condiciones esenciales para que la sanción disciplinaría sea considerada válida
jurídicamente son la proporcionalidad, razonabilidad y contemporaneidad de la sanción
aplicada por el empleador respecto de la falta cometida por el trabajador. El supuesto robo
de un rulemán por parte de un trabajador de 31 años de antigüedad, que nunca tuvo una
sanción disciplinaria en todo ese tiempo, no es proporcional a una sanción de tal magnitud
como es el despido con causa regido por el art. 242, LCT. Se le podría haber aplicado
cualquier otro tipo de sanción disciplinaria que guarde razonabilidad, proporcionalidad y
contemporaneidad con la falta supuestamente cometida (ej. apercibimiento, suspensión,
etc.).

La extinción del contrato de trabajo por justa causa se encuentra regulado por el art. 242
LCT, el cual establece que dicho despido procederá, en caso de inobservancia por parte de
la otra de las obligaciones resultantes del mismo que configuren injuria y que, por su
gravedad, no consienta la prosecución de la relación laboral. La valoración deberá
realizarla el juez en cada caso concreto, teniendo en consideración el carácter de las
relaciones que resultan de un contrato de trabajo, según lo dispuesto en la ley Nº 20.744,
y las modalidades y circunstancias personales en cada caso. Debe tenerse presente que el
despido por justa causa dispuesto por el empleador como la denuncia del contrato de
trabajo fundada en justa causa que hiciera el trabajador (despido indirecto), deberán
comunicarse por escrito, con expresión suficientemente clara de los motivos en que se
funda la ruptura del contrato. Ante la demanda que promoviere la parte interesada, no se
admitirá la modificación de la causal de despido consignada en las comunicaciones antes
referidas.

Se entiendo por pérdida de confianza el no acatamiento de aceptación de las reglas de la


compañía, la adecuación de las conductas al principio de colaboración y buena fe, y la
prevalencia de la honradez y trasparencia. Estos son elementos claves que sustentan la
confianza entre un empleador y un trabajador. El empleador que alega pérdida de
confianza, realiza un despido disciplinario (la falta debe ser de tal magnitud que configure
injuria que por su gravedad no consienta la prosecución de la relación), despido que
origina la pérdida del derecho a indemnización por parte del trabajador.
4) Ante una eventual demanda, el Sr. Heredia deberá intimar el pago de una
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indemnización correspondiente a un despido sin causa (debido a que la falta
“supuestamente” cometida por el mismo no configura injuria que por su gravedad no
consienta la prosecución de la relación laboral). Los rubros que integrarán tal
indemnización serán:
- Por antigüedad
- Por vacaciones proporcionales
- Por días trabajados (en el mes)
- Por integración del mes de despido
- Por Preaviso
- Por Sueldo anual complementario proporcional
- SAC s/vacaciones
- SAC s/Preaviso
- SAC S/ la integración del mes de despido
Cálculo de cada uno de ellos:
- Indemnización por Antigüedad: la pauta general es que la indemnización del art.
245 LCT es igual a un mes de remuneración por año de antigüedad o fracción mayor a 3
meses. En lo que respecta a la remuneración, se debe tomar la mejor remuneración
mensual, normal y habitual percibida por el trabajador durante el último año o tiempo de
prestación de servicio si aquella fuese menor. Están excluidas las asignaciones familiares,
los beneficios sociales y todo rubro que no tenga naturaleza remuneratoria.
El segundo párrafo del art. 245 LCT prescribe que dicha base (mejor remuneración
mensual, normal y habitual) no podrá exceder el equivalente a tres veces el importe
mensual de la suma que la resulte del promedio de todas las remuneraciones previstas en
el convenio colectivo de trabajo aplicable al trabajador, al momento del despido, o por
jornada legal o convencional, excluida la antigüedad.
Sin embargo, el 14 de septiembre de 2004 la C.S.J.N. en autos “Vizzoti, Carlos
C/AMSA S.A. S/despido” declaro la inconstitucionalidad de la base salarial prevista en el
art. 245 LCT para calcular la indemnización por despido sin justa causa. En el caso,
considero que corresponde aplicar la limitación a la base salarial prevista en los párrafos
1º y 2º del art. 245 LCT, solo hasta el 33 % de la mejor remuneración mensual, normal y
habitual computable, caso contrario, la misma será confiscatoria por atentar contra la
pretensión reparadora de la norma y violentar el mandato de la Constitución (art. 14 bis,
C.N.). Es decir, declara la inconstitucionalidad del tope indemnizatorio porque el monto
de la indemnización por despido no guarda proporción –no es razonable, justa ni
equitativa- con la real remuneración devengada por el trabajador, constituye una
“desnaturalización del sentido de la indemnización”, produciéndose una violación de la
garantía constitucional contra el despido arbitrario.
En conclusión, si bien la C.S.J.N. acepta la vigencia del tope, lo admite si el monto
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es de por lo menos el 67% de la suma sin tope.
- Indemnización Por vacaciones proporcionales: dado que el Sr. Heredia trabajo
durante 31 años, es decir, tiene una antigüedad que excede los 20 años le corresponden
35 días corridos de vacaciones (art. 150, LCT).
En cuanto a la retribución que debe percibir el trabajador el art. 155 de la LCT prescribe
que, tratándose de trabajos remunerados con sueldo mensual, debe dividirse el importe
del sueldo que el trabajador perciba al momento de su otorgamiento por 25, luego el
importe resultante de aquella cuenta (importe diario correspondiente por día de
vacaciones), deberá multiplicarse por la cantidad de día de vacaciones que le
correspondieren (en el caso concreto por 35 días).
- Indemnización por días trabajados en el mes: debe abonarse los días trabajados
en el mes hasta el momento del despido y dicho importe resultará de la siguiente cuenta:
debe dividirse el salario por 30 para sacar el valor diario y multiplicarlo por los días que
el dependiente haya trabajado en el mes correspondiente a la extinción del contrato de
trabajo.
- Indemnización integración del mes de despido: en virtud de lo dispuesto por el
art. 233 de LCT, si el despido no ha coincidido con el último día del mes, corresponde el
pago de una suma igual a los salarios por los días faltantes hasta el último día del mes
que se produjera el despido. Dicho importe resultara de dividir el salario por 30 y se
multiplica por la cantidad de días faltantes hasta el último día del mes.
- Indemnización por preaviso: el art. 232 LCT prescribe que la parte que omitiere el
preaviso o lo otorgare de modo insuficiente deberá abonar a la otra una indemnización
sustitutiva equivalente a la remuneración que correspondería al trabajador por los días
señalados en el art. 231 LCT. En dicho artículo se señala que el trabajador que tuviese
una antigüedad que fuese superior de 5 años debe ser preavisado con una antelación de
dos meses.
En el caso concreto el empleador deberá abonar una indemnización sustitutiva de
preaviso equivalente a la remuneración que hubiese percibido el trabajador en el término
de los 2 meses correspondientes al preaviso.
- Indemnización sueldo Anual Complementario Proporcional: el sac proporcional
es la doceava parte del total de las remuneraciones devengadas en la fracción del semestre
trabajado, hasta el momento de la desvinculación.
Para calcular el sac proporcional, en primer lugar, deberemos tener en cuenta si el
despido ocurrió en el primer semestre o en el segundo. Salvo que sea año bisiesto, el
primer semestre siempre será de 181 días, y el segundo de184 días. El otro dato a tener
en cuenta es cuantos días el trabajador laboró efectivamente en el semestre
correspondiente al despido. Por último, deberíamos saber cuál es el SAC correspondiente
al trabajador en caso de haber trabajado el semestre completo (importe que se obtendrá
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de dividir la mejor remuneración mensual normal y habitual del semestre por dos). Luego
a través de una regla de 3 simple obtendremos el sac proporcional al semestre trabajado
(el importe resultará de multiplicar los días efectivamente trabajados por el dependiente
en el semestre, por el SAC semestral que le hubiese correspondido al trabajador en caso
de haber laborado el semestre completo, y luego dividir dicho monto por la cantidad de
días totales que comprende el semestre en el que se produce el despido).
- SAC S/VACACIONES: este rubro resultará de calcular la doceava parte de lo que
corresponda por vacaciones.
- SAC S/PREAVISO: este rubro resultará de calcular la doceava parte de lo que
corresponda por preaviso.
- SAC S/ INTEGRACIÓN DEL MES DE DESPIDO: este rubro resultará de calcular la
doceava parte de lo que corresponda por integración del mes de despido.

5) La obligación pos contractual no cumplida por el empleador es la entrega al


trabajador del certificado de trabajo y servicios correspondiente (art. 80 LCT).
En lo que respecta al medio legal que le cabe a su cliente, el 4º párrafo del art. 80 LCT
prescribe que: si el empleador no hiciera entrega de los certificados de trabajo y servicios
dentro de los 2 días hábiles contados a partir del día siguiente al de la recepción del
requerimiento que a tal efecto le formulare el trabajador de modo fehaciente, será
sancionado por una indemnización a favor de este último que será equivalente a tres veces
la mejor remuneración mensual, normal y habitual percibida por el trabajador durante el
último año o durante el tiempo de servicio si este fuera menor.
Es decir, en primer lugar, el medio legal se dará a través del requerimiento, por parte
del trabajador de la documentación, de modo fehaciente. Y en caso de que el empleador,
luego de transcurridos los dos días hábiles desde aquel requerimiento, no lo otorgase, el
trabajador tendrá derecho a percibir la indemnización prevista en el art. 80, LCT.
Esta indemnización se devengará sin perjuicios de las sanciones conminatorias que
para hacer cesar esa conducta omisiva pudiere imponer la autoridad judicial competente.

PRACTICO SUCESIONES

Mariano Cano se casó con Victoria Menéndez, bajo el régimen patrimonial de comunidad
y tuvieron los siguientes hijos: Daniela, Natalia, Oscar (fallecido, quien tenía dos hijos:
Pedro y Federico) y Belén, ésta última adoptada por adopción simple.

Los bienes adquiridos son:

 una quinta valuada en $650.000


 un lote de terreno valuado en $100.000
 una pequeña empresa valuada en $1.000.000 en la cual trabaja toda la familia.
 un automóvil valuado en $130.000
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 una casa donada a Mariano por sus padres $500.000

En el año 2015 fallece Mariano; al momento de su muerte sobreviven –además de los


parientes mencionados más arriba- su madre Luisa y sus hermanos Carlos y Tina Y una
ahijada Carolina a quien le deja un legado de 400.000-

PREGUNTAS

1. ¿Quiénes van a presentarse a la sucesión de Mariano y quienes quedaran excluidos?

2. Haga el cálculo correspondiente –estableciendo concurrencias -

3. Pedro y Federico ¿cómo pueden incluirse en la sucesión? ¿de qué manera heredan –
condiciones -

4-Principios y excepciones de una sucesión intestada -

5-. Los herederos quieren impugnar el legado hecho por su padre, ¿procede o no? ¿qué
acción es necesaria interponer ¿? ¿Cuáles son sus efectos?

RESPUESTAS

1- Quienes van a presentarse a la sucesión de Mariano en virtud del principio de


jerarquía o prioridad de los órdenes hereditarios que rige la sucesión ab intestato son: sus
descendientes (Daniela, Natalia, Oscar (como ha premuerte se presentan en la misma por
representación sus hijos Pedro y Federico) y Belén), como así también concurre con los
mismos la cónyuge (orden anómalo y atípico). Asimismo, se presenta su ahijada Carolina
a quien el causante ha dejado un legado de $400.000.
En virtud del principio mencionado ut supra, queda excluido de suceder al causante
su madre (ascendientes) y sus hermanos (colaterales).
2- Debido a que el causante se encontraba casado y regido por el régimen patrimonial
de comunidad de ganancia, hay que distinguir entre bienes gananciales y bienes propios:

Los bienes gananciales en su totalidad suman un valor $1.880.000,00

Los bienes propios están valuados en $500.000,00

BIENES GANANCIALES:

 Respecto a los bienes ganancias la cónyuge retirara la mitad de los mismos en


calidad de integrante de la comunidad de ganancias: $940.000,00
 En lo que, respecto a la otra mitad de los bienes gananciales, corresponderán a los
descendientes. Sobre estos bienes se calculará la porción legítima (2/3) para determinar
cuánto les corresponde a los descendientes.
La porción legítima será de $626.666,7, por ende, la porción disponible será de
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$313.333,3

BIENES PROPIOS

En cuanto a los bienes propios, el cónyuge hereda como si fuese un hijo más, por
ende, en este caso la porción legítima se aplicará al total ($500.000,00) y dará como
resultado $333.333,3, y la porción disponible será de $166.666,7.

El total de la porción disponible de los bienes que integran la sucesión es de


$480.000,00 ($313.333,3+ $166.666,7).

Dado que el legado es de $400.000,00 y no afecta la porción legitima los legitimarios


no podrán oponerse a su entrega.

Entonces las hijuelas quedarán conformadas de la siguiente manera: los


descendientes recibirán cada uno $239.333,4 y el cónyuge recibirá $1.022.666,7.

3- Pedro y Federico pueden incluirse en la sucesión a través de la representación de


su padre premuerto (institución del derecho de representación). Estos heredaran por
estirpe, y dentro de ella por cabeza. Por ende, si Oscar en vida hubiese recibido
$239.333,4, sus hijos, cada uno recibirá $119.666,7.

Las condiciones para que funciones el derecho de representación son:

 Presupuestos objetivos (circunstancias de facto referidas al representado):


a) Premuerte
b) Conmoriencia
c) Ausencia con presunción de fallecimiento
d) Renuncia de la herencia
e) Indignidad
 Presupuestos subjetivos:
1) Requisitos del representante:
a) Debe tener vocación hereditaria del causante
b) Debe tener delación hereditaria
c) Aunque no reciba la herencia del representado no debe ser declara indigno por
aquel
2) Requisitos de representado: debe tener el grado parental necesario para ser
considerado ab initio heredero legítimo. Esta institución solo funciona en la línea
recta descendiente, respecto de la descendencia de los hijos, sin límite de grados, y
en la línea colateral la representación solo tiene lugar a favor de los hijos y
descendientes de los hermanos hasta el cuarto grado.
4- Principios que rigen las sucesiones mortis causa diferidas por ley:
1) jerarquía o prioridad de los órdenes hereditarios;
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2) proximidad de grado dentro de cada orden;

3) indistinción del origen y naturaleza de los bienes;

4) título universal del llamado.

Prioridad entre los órdenes sucesorios

Art. 2424 del Código Civil y Comercial: Las sucesiones intestadas se defieren a los
descendientes del causante, a sus ascendientes, al cónyuge supérstite, y a los parientes
colaterales dentro del cuarto grado inclusive, en el orden y según las reglas establecidas
en este Código.

A falta de herederos, los bienes corresponden al Estado nacional, provincial o a la Ciudad


Autónoma de Buenos Aires, según el lugar en que están situados.

Así, encontramos en los órdenes hereditarios: los parentales y el orden del cónyuge. La ley
convoca primero a los descendientes; no habiéndolos, llama a los ascendientes. Ambos
órdenes concurren con el cónyuge supérstite que, a su vez, hereda como único sucesor
cuando no hay descendientes o ascendientes y excluye a los colaterales. Por último, los
colaterales sólo son llamados en ausencia de descendientes, ascendientes y cónyuge (sólo
hasta el 4º grado).

En definitiva, la sucesión intestada se defiere a los descendientes, ascendientes, cónyuge


supérstite y a los colaterales (hasta el 4º grado inclusive).

Prioridad dentro de cada orden sucesorio: proximidad de grado. Excepción.

En este caso la proximidad de grado establece quien sucede. La regla de proximidad de


grado sólo tiene sentido respecto a los parientes de un mismo orden (por ejemplo, los hijos
excluyen a los nietos). Para determinar el grado de parentesco por consanguinidad, es
necesario distinguir la línea directa de la línea colateral. En la primera, que es la que se
forma entre ascendientes y descendientes, el grado equivale a la generación; así, habrá
tantos grados como generaciones. En cambio, en la línea colateral, debemos remontarnos
desde la persona cuyo grado de parentesco se quiere conocer hasta el tronco común, y de
ahí descender hasta el otro pariente.

Esta norma enunciada como principio fundamental es absoluta; sin embargo, admite
como excepción el derecho de representación.

Indistinción del origen y naturaleza de los bienes. Excepción


El art. 2425 del Código Civil y Comercial prescribe que “en las sucesiones intestadas no
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se atiende a la naturaleza ni al origen de los bienes que componen la herencia, excepto
disposición legal expresa en contrario”.

El patrimonio hereditario, al momento de la muerte del causante, forma una unidad en la


que no se distinguen categorías de bienes en función de las cuales asignarlos a
determinados herederos o sucesores. Es decir, en principio la distribución de los bienes
del causante se realiza con independencia de su origen. Sin embargo, esta regla contempla
dos excepciones en materia sucesoria:

1) En la sucesión del cónyuge, si concurre con los descendientes y el régimen patrimonial


entre los esposos es el de comunidad de ganancias, se diferencia si los bienes son propios
o gananciales. De este modo, sobre los bienes gananciales, el cónyuge supérstite retira la
mitad que le corresponde en calidad de integrante de la comunidad de ganancias, y el
resto (mitad que le corresponde al causante) se divide por cabeza entre los descendientes.

2) En la sucesión del adoptado por adopción simple (art.2432) el adoptante no tiene


derechos sucesorios sobre los bienes que el adoptado recibe a título gratuito de su familia
de origen. Asimismo, la familia biológica no hereda los bienes que el adoptado hubiera
recibido a título gratuito de su familia de adopción. Tales exclusiones no proceden si los
bienes quedasen vacantes. Con relación a los demás bienes, los adoptantes excluyen a los
padres biológicos.

Título universal del llamado

En la sucesión intestada el sucesor siempre es un heredero. La ley llama a recibir la


herencia a herederos, y no a legatarios.

5- Los legitimarios no podrán impugnar el legado, debido a que el mismo no afecta su


porción legitima.

En el caso de haberse excedido la porción disponible correspondería la acción de


reducción. El efecto principal de esta acción es resolver las liberalidades en la medida que
excedan los límites de la porción disponible. La reducción solo se ejerce hasta lograr el
complemento de la legítima, reduciéndose en principio las disposiciones testamentarias (y
aquí en primer lugar las instituciones de herederos de cuota y luego los legados) y por
último las donaciones. Es decir, si la reducción de las disposiciones testamentarias no es
suficiente para que quede cubierta la porción legítima, el heredero legitimario puede pedir
la reducción de las donaciones hechas por el causante. La reducción de las donaciones
opera de manera supletoria a la reducción de las disposiciones testamentarias.

La acción de reducción es el medio utilizado para lograr el fin, siendo éste la consecución
del complemento de la legítima violada. Dicha acción, junto a la de complemento y a la de
entrega de la legítima son las acciones que tienen los legitimarios para proteger su
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legítima.

TRABAJO PRÁCTICO Nº 1 DAÑOS


María Galíndez, en ocasión que se encontraba caminando por una vereda en intersección
de calle Los Andes pasa por una garita de colectivos y la misma se cae, ocasionándole
variadas heridas. La Sra. Galíndez se presenta a su estudio jurídico para asesorarse en
cuanto a la situación vivida.
PREGUNTAS
1- Atendiendo a su cliente, ¿cree Ud. que en el caso concreto se dan los presupuestos de
la responsabilidad civil? Defina a cada uno.
2- ¿Cuáles son los requisitos de un daño resarcible?
3-De acuerdo al Código ¿hay Responsabilidad del Estado? ¿si podía demandar a la
municipalidad?
4- Si Galíndez se hubiese golpeado porque caminaba distraída y se choca con la garita
lastimándose ¿si podía demandar reparación?
RESPUESTAS TP. Nº 1
1) En el caso planteado se dan los cuatro presupuestos de la responsabilidad civil: a)
daño resarcible, b) antijuridicidad, c) nexo de causalidad y d) factor de atribución.
a) Daño resarcible: a diferencia del Código de Vélez, el CC y CN da un concepto de
daño lo cual es de fundamental importancia puesto que de su definición dependerán los
límites cualitativos y cuantitativos del derecho del damnificado y de la obligación de
resarcir del sindicado como responsable. El art. 1737 del CCC prescribe que habrá daño
cuando se lesione un derecho o un interés no reprobado por el ordenamiento jurídico, que
tenga por objeto la persona, el patrimonio, o un derecho de incidencia colectiva. En el caso
práctico la Sra. María Galíndez sufre variadas heridas (lesión de un interés no contrario
al ordenamiento jurídico) al ir caminando tranquilamente por la vía pública y caérsele una
garita de colectivos encima.
b) Antijuridicidad: es el segundo presupuesto de la responsabilidad civil y se encuentra
presente en el caso práctico debido a que es antijurídica toda acción que resulte contraria
al ordenamiento jurídico integralmente considerado. Dicha acción es una conducta que
puede ser comisiva u omisiva que provoca un resultado (en el caso concreto, las lesiones
de la Sra. Galíndez). La antijuridicidad se analiza de modo unitario y es un concepto
objetivo que surge en cuanto opuesto al ordenamiento jurídico, integral y objetivamente
considerado. Es independiente de la voluntariedad del agente y de su culpabilidad. El art.
1717 del CCC reza que cualquier acción u omisión que causa un daño a otro es
antijurídica si no está justificada. A diferencia del Código de Vélez, el Código Civil y
Comercial se inclina de manera manifiesta por la llamada antijuridicidad material, según
la cual la simple violación del deber genérico y de jerarquía constitucional de no dañar a
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otro (NEMINEN LAEDERE) implica ilicitud, salvo que la conducta o el perjuicio se
encuentren justificados. El Código de Vélez predicaba la antijuridicidad formal, la cual a
diferencia del material (más amplia) se manifiesta cuando la acción es contraria a una
prohibición jurídica, sea de comisión u omisión. La antijuridicidad material tiene un
sentido más amplio dado que comprende no sólo las prohibiciones expresas, sino también
las que se infieren de principios fundamentales como el orden público, la moral, las
buenas costumbres, etc. Por ejemplo, en muchos casos, una conducta puede ser
“formalmente” adecuada, en tanto no contraría el ordenamiento jurídico, y, sin embargo,
el espíritu, el contenido de tal acto lo convierte en antijurídico (ej. fraude a la ley, el
ejercicio abusivo del derecho, etc.).
En el caso práctico, la omisión antijurídica del Estado, no se encuentra justificada puesto
que no se da ninguna de las causas de justificación que eximirían total o parcialmente la
responsabilidad, a saber: legítima defensa (art. 1718, CCC), consentimiento del
damnificado (art. 1720, CCC), estado de necesidad (art. 34, inc. 3 del Cód. Penal), ejercicio
regular de un derecho o el incumplimiento de una obligación legal (art. 10, CCC).
c) Nexo de causalidad: Pizarro y Vallespinos definen a la relación de causalidad como
la necesaria conexión fáctica que debe existir entre la acción humana y el resultado dañoso
producido. Es el nexo que vincula materialmente y de manera directa al incumplimiento
obligacional o al acto lícito con el daño, y en forma sucedánea e indirecta, a éste con el
factor de atribución.
El juicio que supone la relación de causalidad es neutro, ya que no valora la justicia o
injusticia de la acción, sino que se refiere a una cuestión meramente fáctica y objetiva: si
existe un enlace entre un hecho antecedente (causa) y el resultado (efecto).
En el caso práctico está claro que la causa es la caída de la garita de colectivos y el efecto
las variadas heridas de la Sra. Galíndez.
En lo que respecta al nexo de causalidad, el CCC recepta la teoría de la causalidad
adecuada, la cual concibe que la adecuación de la causa está ligada a la idea de
regularidad, a lo que normalmente acostumbra a suceder; es decir, atiende a lo que sucede
conforme el curso natural y ordinario de las cosas. El juicio de probabilidad es realizado
ex post facto y en abstracto, sin embargo, la misma puede ser agravada cuando la
previsibilidad del agente sea superior (art. 1725, CCC).
El nexo de causalidad tiene una doble función: determina la autoría, es decir, cuando un
daño es pasible de ser atribuido materialmente a la conducta de un sujeto determinado y
en consecuencia permite fijar quién responderá por el daño causado. La otra función es
la adecuación, es decir, provee los parámetros objetivos para establecer la extensión del
resarcimiento mediante un régimen predeterminado de imputación de consecuencias
(arts. 1726, 1727, CCC). De tal modo, se determina hasta qué punto debe responder el
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autor material por el daño causado.
d) Factor de atribución: Pizarro y Vallespinos definen al factor de atribución como el
elemento valorativo o axiológico en virtud del cual el ordenamiento jurídico dispone la
imputación de las consecuencias dañosas del incumplimiento obligacional o de un hecho
ilícito stricto sensu a una determinada persona.
Los factores de atribución se clasifican en subjetivos (culpa o dolo) u objetivos (el riesgo
creado, la garantía, el deber calificado de seguridad, la equidad, etc.).
En el caso de los factores subjetivos (culpa y dolo) ambos suponen que el agente sea autor
material del ilícito extracontractual o del incumplimiento obligacional, y la causa
inteligente y libre de ese comportamiento (imputabilidad de 1º grado). El art. 1724 del CCC
define a la culpa como la omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la
obligación y las circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar (comprende la
imprudencia, la negligencia y la impericia). El dolo, en cambio, es conceptualizado en el
mismo artículo como la producción de un daño de manera intencional o con manifiesta
indiferencia por los intereses ajenos.
Por su parte, los factores de atribución objetivos se caracterizan por fundar la atribución
del incumplimiento obligacional y la responsabilidad que de él deriva, o la responsabilidad
que emerge de hechos ilícitos stricto sensu, en parámetros objetivos de imputación, con
total abstracción de la idea de culpabilidad. De allí que la responsabilidad objetiva es
mucho más que una responsabilidad sin culpa, ya que tiene un elemento positivo,
axiológico, que justifica dicha responsabilidad y determina su procedencia (el riesgo
creado, la garantía, el deber calificado de seguridad, la equidad, etc.).
No hay relación de jerarquía entre los factores objetivos y subjetivos, es decir, existe
paridad desde el punto de vista cualitativo entre los diversos criterios de imputación. En
los fundamentos del Anteproyecto de 2012, la Comisión Redactora, establece que los
factores objetivos son mencionados en primer lugar (en el CCC) por el mero hecho de ser
mayoritarios en cantidad.
Asimismo, es fundamental tener en cuenta que el art. 1721 del CCC prescribe que en
ausencia de normativa (silencio), el factor de atribución es la culpa (actúa de manera
residual, la culpa tiene el carácter de norma implícita pero sólo en caso de silencio y de
lagunas acerca del factor de atribución).
2) En cuanto a los requisitos del daño, el Código, en su artículo 1739, dispone: “Para
la procedencia de la indemnización debe existir un perjuicio directo o indirecto, actual o
futuro, cierto y subsistente”.
La doctrina, respecto al artículo mencionado en el párrafo anterior, entiende que el daño,
para ser susceptible de resarcimiento debe ser cierto, personal y subsistente.
El daño es cierto cuando puede constatarse su existencia en forma cualitativa, aun
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cuando no pueda determinarse su magnitud con precisión. Un daño cierto es lo opuesto
a un daño eventual o hipotético, que no es apto para generar resarcimiento. El daño para
ser resarcible (cierto) debe existir, es decir, debe ser real, efectivo, y no meramente
conjetural o hipotético; en ello se diferencia del daño eventual, que sí es meramente
conjetural, hipotético, de incierta realización y que, a criterio del juzgador, ofrece escasas
posibilidades de ocurrencia, por lo que no corresponde su resarcimiento. Un daño puede
ser fututo sin que por ello deje de ser cierto, ejemplo de ello son el lucro cesante y la
pérdida de chance. En estos casos la realización del perjuicio es razonablemente
previsible, es decir, el juez posee la certidumbre de que una lesión ha de suceder en el
porvenir como producto del mismo ilícito (siempre que sean contingencias razonables y
guarden relación adecuada de causalidad con el hecho generador).
El daño debe ser personal puesto que sólo la persona que sufre el perjuicio patrimonial o
extrapatrimonial de modo directo o indirecto se encuentra en posición de demandar la
reparación. El daño es directo cuando el titular del interés afectado es la víctima del ilícito,
mientras que es indirecto cuando el perjuicio propio alegado por el acto es consecuencia
de la afectación de bienes patrimoniales o extrapatrimoniales de otra persona.
En lo que respecta a la subsistencia, el daño debe subsistir al momento de la sentencia.
Si el daño ha sido indemnizado con anterioridad al momento de sentenciar, sea por pago
o por cualquiera de los modos extintivos de las obligaciones, la pretensión de reparación
no corresponde. En conclusión, este requisito exige que el daño subsista al tiempo del
resarcimiento. No debemos eludir que el requisito de la subsistencia del daño exige que el
perjuicio no haya sido reparado por el obligado a resarcir, y que ella está referida al
momento de la reclamación.
3) En el caso planteado hay responsabilidad estatal debiéndose demandar a la
municipalidad por responsabilidad objetiva y directa.
El art. 3º de la ley 26944 prescribe que son requisitos de la responsabilidad del Estado
por actividad o inactividad ilegítima: a) que exista un daño cierto debidamente acreditado
por quien lo invoca y mensurable en dinero; b) imputabilidad material de la actividad o
inactividad a un órgano estatal; c) relación de causalidad adecuada entre la actividad o
inactividad del órgano y el daño cuya reparación se persigue y; d) falta de servicio
consistente en una actuación u omisión irregular de parte del Estado.
En el caso planteado estos cuatro requisitos están presentes, en consecuencia, es viable
el reclamo del resarcimiento de los daños y perjuicios sufridos por la víctima al Municipio
en cuestión. La responsabilidad del Estado es por omisión antijurídica.
4) Si la Sra. Galíndez se hubiese golpeado porque caminaba distraída no hubiese sido
viable el reclamo de los daños y perjuicios al Estado dado que se hubiese dado el caso de
interrupción del nexo de causalidad por el hecho de la víctima (eximente). Esta eximente
funciona así debido a que si el damnificado es quien causa las consecuencias dañosas, es
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él quien debe soportarlas.
El inc. b), art. 2, de la ley 26944 prescribe que el Estado se exime de responsabilidad
cuando el daño se produjere por el hecho de la víctima o de un tercero por quien no se
debe responder. Asimismo, en el inc. a) del mismo artículo, la ley reza que el Estado se
exime de responsabilidad por los daños y perjuicios que se deriven de casos fortuitos o
fuerza mayor, salvo que sean asumidas por el mismo Estado expresamente por ley
especial.
TRABAJO PRÁCTICO Nº 2 DAÑOS
El sr. Mauricio Rivas conducía su taxi por la calle Perú, al llegar a la intersección de calle
Belgrano, un vehículo conducido por Luis Chávez lo choca.
Rivas aduce que Chávez manejaba mientras hablaba por teléfono que por tal razón no
pudo evitar lo acontecido. A su vez Chávez no es el dueño del vehículo que conducía. La
titularidad la tiene Ricardo Gorosito.
El sr. Rivas continua su relato sosteniendo daños a su taxi, según el tardaron 10 días en
arreglarlo. Que por día gana $1000. Además, que a raíz del accidente tuvo muchos
problemas con su esposa que le reclama permanentemente lo ocurrido.
Preguntas
1- Determine legitimados activos y pasivos.
2- Factor de atribución ¿cómo podría eximirse de responder?
3- Rubros por los cuales debe reclamar el señor Rivas.
4- ¿Corresponde daño moral? Si del hecho hubiera resultado la muerte o incapacidad del
sr. Rivas ¿a quién corresponde su reclamo?
5- ¿Como es la reparación en nuestro derecho actual referido al patrimonial y daño moral?
RESPUESTAS TP. Nº 2
1) En el caso planteado el legitimado activo es el Sr. Mauricio Rivas y los legitimados
pasivos el Sr. Luis Chávez (guardián de la cosa) y Ricardo Gorosito (dueño de la cosa).
Asimismo, en caso de que el automotor se encuentre asegurado, el asegurador puede ver
comprometida su responsabilidad en aquellos accidentes en los cuales el conductor, el
principal, el dueño o el guardián de la cosa se encuentre acaparado por una relación de
seguro que cubra la responsabilidad civil por daños a terceros.
El art. 1758 del CCC prescribe que el dueño y el guardián de la cosa son responsables
concurrentes del daño causado. Al ser responsables concurrentes (obligación con
pluralidad de causas), el que no tuvo la culpa, en el caso concreto -el Sr. Gorosito-, éste
puede repetir contra el responsable directo -Sr. Chávez- si él se hizo cargo de la
indemnización.
Por otro lado, en necesario aclarar que, en caso de daño recíproco, es decir, colisión de
dos automotores, cada uno se presume responsable de los daños que sufrió el otro. No
hay en estos casos neutralización de riesgos. Sin embargo, existen presunciones de
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responsabilidad en la materia, entre otras, se presume que la responsabilidad la tiene el
embistente (en el caso práctico, el Sr. Chávez).
2) El art. 1769 del CCC prescribe que en caso de accidentes de tránsito se aplicarán a
los daños causados por la circulación de vehículos los artículos referidos a la
responsabilidad derivada de la intervención de cosas (arts. 1757 y 1758 del CCC). El art.
1757 del CCC reza expresamente que en el caso de daños derivados de la intervención de
cosas riesgosas (automóvil en movimiento) la responsabilidad es objetiva; en
consecuencia, el dueño y el guardián se eximirían si prueban la interrupción del nexo
causal (hecho de la víctima, caso fortuito o fuerza mayor o hecho de un tercero por quien
no se debe responder). Asimismo, el art. 1758 del CCC dispone que el dueño y el guardián
no responden si prueban que la cosa fue usada en contra de su voluntad expresa o
presunta; hecho que claramente no acaece en el caso práctico planteado.
3) El Sr. Mauricio Rivas debe reclamar el resarcimiento del daño patrimonial y de las
consecuencias extrapatrimoniales (daño moral). Dentro del daño patrimonial debe
reclamar por daño emergente (consistente en el perjuicio o menoscabo efectivamente
sufrido –en el caso concreto la ruptura del automóvil–) y por lucro cesante. Corresponde
el resarcimiento de este último rubro (lucro cesante) ya que el Sr. Rivas relata que su taxi
estuvo diez días parado para su reparación. Dado que el Sr. Rivas ganaba $1.000 por día,
por lucro cesante, entendido éste como la pérdida del enriquecimiento patrimonial
razonablemente esperado (frustración de ventajas, utilidades o ganancias) debe reclamar
la suma de $10.000.
4) En lo que respecta al daño extrapatrimonial (moral), entendido como la minoración
en la subjetividad de la persona, que lo afecta dañosamente en el espíritu, en su desarrollo
y en su capacidad de entender, querer o sentir, con motivo de una lesión a un interés no
patrimonial, también corresponde su resarcimiento.
Ello es así debido a que el Sr. Rivas relata que a raíz del accidente tuvo muchos problemas
con su esposa que le reclamaba permanentemente lo ocurrido, a lo que se agrega el hecho
de que el damnificado estuvo diez días sin poder laborar y llevar ingresos a su hogar,
circunstancia que sin lugar a duda le ha generado angustia y frustración, condiciones
todas que han generado que el Sr. Rivas padezca un modo de estar diferente y
“anímicamente perjudicial”.
Si del hecho hubiera resultado la muerte o incapacidad del Sr. Rivas, según las
circunstancias y a título personal, pueden reclamar el resarcimiento del daño moral los
ascendientes, descendientes, cónyuge y quien convive con el damnificado recibiendo trato
familiar ostensible (art. 1741, CCC). Se observa que con el nuevo Código hay una
ampliación en la legitimación para reclamar la reparación de las consecuencias no
patrimoniales.
5) Existen en nuestro derecho actual dos sistemas para la reparación del daño
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patrimonial y moral:
a) La forma específica o también denominada in natura y, b) la reparación por equivalente
o en dinero. Sea por pago en dinero o en especie, la reparación debe ser plena e integral
(principio de jerarquía constitucional), la cual consiste en la restitución de la situación del
damnificado al estado anterior al hecho dañoso (art. 1740, CCC). Dicho principio consiste
en la búsqueda de una justa y plena reparación del daño causado. Se intenta que la
víctima sea resarcida en forma plena e integral y, a la vez, asegurar al responsable que no
asumirá una obligación mayor al daño que ha causado. Cuatro son las reglas de la
reparación plena e integral: 1) el daño debe ser fijado al momento de la decisión; 2) la
indemnización no debe ser inferior al perjuicio; 3) la apreciación debe ser formulada en
concreto y 4) la reparación no debe ser superior al daño sufrido (caso contrario estaríamos
frente a una sanción o punición y no frente a la reparación plena e integral del perjuicio
sufrido por el damnificado).
La reparación específica consiste en la ejecución de una obligación (generalmente de
hacer) que tiene por finalidad devolver las cosas al estado en que se hallaban antes de
producirse el evento dañoso. Para que ello pueda producirse, deberán existir las
posibilidades materiales y jurídicas que lo permitan.
La reparación por equivalente se traduce en la entrega de un equivalente a la víctima
(normalmente pecuniario) con entidad suficiente para la restauración del valor
perjudicado. Esta última forma de reparación es más dúctil y es la que se ha impuesto en
la práctica judicial. En materia de daño moral, el resarcimiento tenderá netamente a la
satisfacción de la víctima, es decir, a la sustitución y compensación, ya que no puede
borrar los perjuicios ocasionados (el daño moral es el ejemplo típico de reparación por
equivalente).
De la interpretación del art. 1740 del CCC deriva la idea que el legislador dispuso como
regla la reparación por equivalente, salvo que la víctima opte por la reparación en especie.
Para que proceda la reparación en especie, es necesario:
a) Petición de parte: el art. 1740 del CCC otorga al damnificado la posibilidad de optar
libremente por la reparación en especie;
b) Que la reparación in natura sea posible material y jurídicamente, es decir, no debe
ser total ni parcialmente imposible, excesivamente onerosa o abusiva. En dicho caso, el
juez indefectiblemente debe fijar la indemnización en dinero.
En lo que respecta estrictamente a la reparación de las consecuencias extrapatrimoniales
del daño (daño moral), la regla es la reparación por equivalente pecuniario, pero nada
obsta la viabilidad de considerar el pago de un equivalente no pecuniario. Estos métodos
son variados: uno de ellos es la retractación, que se configura cuando el ofensor se desdice
públicamente, admitiendo lo injustificado de su ataque; otro es la rectificación de errores
o falsedades difundidas en los medios de comunicación; y la tercera posibilidad es la
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publicación de la sentencia condenatoria del ofensor.
El art. 1741 del CCC prescribe que en lo que hace a la reparación del daño moral por
equivalente pecuniario (regla), el monto de la indemnización debe fijarse ponderando las
satisfacciones sustitutivas y compensatorias que pueden procurar las sumas reconocidas.
Esta modalidad de reparación del daño no patrimonial atiende a la idoneidad del dinero
para compensar, restaurar o reparar el padecimiento en la esfera no patrimonial mediante
cosas, bienes, distracciones, actividades, etc., que le permitan a la víctima obtener
satisfacción, goces y distracciones para restablecer el equilibrio en los bienes
extrapatrimoniales.

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