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Universidad de los Andes-

Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas.

Deontología.

Carrera: Derecho a distancia

Autor: Joel García Méndez.

C.I: 14.917.913

LOS HONORARIOS PROFESIONALES DEL ABOGADO.

El ser del abogado es defender los derechos e intereses de sus clientes cobrando
honorarios por sus servicios, es decir, el abogado litiga. Litigar implica contender,
disputar, pleitear o seguir un pleito. Así claramente lo sostienen distinguidos
procesalistas. El abogado, por ende, es el que a través de la demanda despliega
la acción en nombre o con el patrocinio del actor, el que la contesta en
representación del demandado o con la asesoría que este le encomiende, el que
ofrece y rinde las pruebas pertinentes en favor de la parte que patrocine, el que
formula alegaciones y el que por el actor o el demandado interpone recursos
procedentes. Esta es la naturaleza de la profesión de la abogacía; litigar. Pero
también hay abogados quienes prestan los mismos servicios, solo que estos no
resuelven el caso de manera personal sino que lo hacen a través de sus
compadres, y estos últimos los juristas los han denominado “simulador del
derecho”. La audacia del simulador, que no la inteligencia de la que carece, lo
convierte en un farsante ante quienes no lo conocen, buscando su aplauso y
admiración. Esta audacia se torna en cobardía frente a las personas que están
enterradas de sus limitaciones intelectuales y culturales. En la actualidad se han
hecho grandes cambios y avances en cuanto al ejercicio de  la abogacía, por
ejemplo en materia penal la defensa es un derecho fundamental e irrenunciable
que asiste a todo imputado, no obstante, deberá ejercerlo siempre con la
asistencia de su defensor o a través de este. El defensor deberá ser licenciado en
derecho abogado titulado con cedula Profesional, es decir, cada vez más la
profesión requiere de actualización por parte abogado. El deber ser del abogado.
El deber ser es el perfeccionamiento de un objeto en cuanto a su naturaleza, dicho
de otra manera, el deber ser es la idealización de cómo deberían de ser las cosas,
por ejemplo un estudiante que no hace su tarea su deber ser es efectivamente
realizar las tareas que se lo ha encomendado. Lo dicho hasta aquí supone que el
deber ser del abogado es la conducta ideal que debe observar y esto supone
cambiar la imagen del abogado de la visión bastante reducida y mal valorada por
la sociedad. Habría que decir también los abogados deben ser responsables en
cada uno de sus acciones y esto se reduce a la ética profesional. Recordemos que
la ética juega un papel muy importante, a diferencia de muchas otras ciencias,
esto es más aplicable a la vida, debido a su contenido práctico-técnico derivado de
las propias conductas y del comportamiento humano, siendo perfeccionada por
esta, ayuda a asegurar la realización como personas, teniendo en cuenta que
fines vale la pena perseguir y bajo qué condiciones vale la pena perseguirlos.
La ética profesional implica una serie de principios y de reglas que una actividad
profesional deberá observar en la realización de sus quehaceres y entonces desde
las mismas tomadas como pilares y bases de acción.  Pretende regular todas las
acciones y actividades que se lleven a cabo en el marco de tal profesión. Por ende
la ética profesional es aquel que se aplica a todas las situaciones en las cuales el
desempeño profesional debe seguir un sistema tanto implícito de reglas morales
de diferente tipo. La ética profesional puede variar en términos específicos con
cada profesión, dependiendo de tipo de acción que se lleve adelante y de las
actividades a desarrollar.
La diversidad de obligaciones a las que el abogado se encuentra sometido exige
el mismo una independencia absoluta, exenta de cualquier presión, principalmente
de aquella que surja de los propios intereses o de influencias exteriores.  El
abogado debe ser independiente de sus clientes, puestos que ostenta la confianza
de terceras partes y de los tribunales. Debe ser independiente respecto de los
poderes públicos y, especialmente, de los jueces y magistrados. Esta
independencia es también necesaria para mantener la confianza en la Justicia y
en la imparcialidad del juez. Un abogado debe evitar todo ataque a su
independencia y velar por no comprometer los valores por complacer a su cliente,
al juez o terceros.
Hay que mencionar además uno de los valores que defiende principalmente el
abogado; y uno de ellos es la justicia. Hay un mandamiento del abogado que dice
de esta manera: “Tu deber es luchar por el derecho; pero el día que encuentres en
conflicto el derecho con la justicia, lucha por la justicia”. Esto quiere decir que en
algunos casos el abogado puede encontrarse frente un problema entre el derecho
y la justicia, pero su fin último es defender la justicia; la igualdad ante todos.
Por último es importante recordar que el abogado es aquel que tiene una especial
habilidad para llevar litigios, para promover demandas, contestar demandas y
seguir el proceso. Sin embargo esto no es del todo cierto porque en la actualidad
se están implementando una nueva tarea de los abogados que los identifique
como profesionales del derecho. Como se puede ver no se trata de que los
asuntos siempre terminen en un litigio sino que hay que aprovechar este nuevo
mecanismo para la solución de controversias.

Por todo esto, supone un gran reto tanto para las universidades que son los
formadores de los futuros abogados y como los propios, es decir, el abogado tiene
el deber profesional de ejercer la abogacía de manera ético en cada una de las
actividades que realiza en su labor profesional y desde luego aprovechar el nuevo
mecanismo para resolver los asuntos porque no todo es litigar.  
Hay tres formas básicas para el pago de los Honorarios Profesionales de
Abogado, a saber las tarifas por hora, por cada trabajo realizado y los pagos
mensuales para las asesorías.
Asimismo, hay diversos factores que influyen en la estimación de Honorarios entre
los cuales destacan, el índice inflacionario de acuerdo a las indicaciones del
Banco Central de Venezuela, la importancia de los servicios, la cuantía del asunto
a litigar, la novedad o dificultad del problema jurídico, la posibilidad temporal o
permanente de quedar impedida esta defensa o representación de llevar o
patrocinar otros asuntos, el tiempo requerido, la urgencia de la prestación del
servicio jurídico, si son asuntos en la ciudad de Caracas o fuera de este domicilio
o con traslados al exterior, si el caso lo amerita. En Venezuela, se publican unas
tablas revisadas por el Colegio de abogados sugiriendo el cobro de honorarios
profesionales.

En fin, en los juicios, previo acuerdo, se puede cobrar hasta un máximo del 30%
del valor de lo litigado, sobre todo en los casos de delitos contra la propiedad. En
los casos de delitos contra las personas y daño moral, siempre se llega a un
acuerdo, y se estima cada actuación en el expediente penal.

Referencias bibliográficas.

 FAGOTHE y Otros (1998). Ética: Teoría y Aplicación. Ed. Interamericana.


México.
 Vilar, J. (2000). Deontología y práctica profesional. Límites y posibilidades
de los códigos deontológicos. Barcelona. España.
 Ossorio, Ángel y Gallardo, El alma de la Toga, México, Porrúa, 2005, pág.
1.
 Burgoa, Ignacio, El jurista y el Simulador del Derecho, 19ª edición, México,
Porrúa, 2015, pág. 47.

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