Sunteți pe pagina 1din 4

Daños de una dieta alta en carbohidratos

Los carbohidratos, hidratos de carbono o azúcares, son la principal fuente de energía de


nuestro cuerpo. Se encuentran en alimentos como el azúcar de mesa, la miel, las frutas,
los cereales y tubérculos (como la papa o patata), y también en las leguminosas o
legumbres.

Algunos de los carbohidratos, como los almidones de los cereales y los tubérculos, se
descomponen en azúcares sencillos, como es la glucosa, mediante la acción de las enzimas
que favorecen y regulan estos procesos dentro de nuestro cuerpo.

Otros, como los que se encuentran en las Fibras Alimentarias o Dietéticas, no pueden ser
digeridos por lo que no son una fuente de energía. Sin embargo el consumirlos nos
beneficia, ya que aumentan la cantidad de agua y el volumen en el intestino con lo que se
incrementa la facilidad de movimiento en nuestro tubo digestivo y logramos así una
mucho mejor digestión, además de sentirnos más fitness, ligeros o cómodos fisica y
mentalmente.

La glucosa, que creo que cada vez escuchamos más este término, la podemos encontrar
en las frutas, es el carbohidrato que nuestro sistema digestivo absorbe con mayor rapidez.
En breve. hay carbohidratos de absorción rápida y carbohidratos de absorción lenta. El
consumo de carbohidratos de absorción rápida nos ayuda a controlar el apetito y los
niveles de azúcar en la sangre. Los de absorción lenta como los que se encuentran en el
pan (cereal) pueden ser adecuados para una persona diabética o para un deportista
durante y después del entrenamiento.

Resultaría interesante investiguemos un poco más del efecto que hacen los carbohidratos
en nuestro cuerpo, ya que luego escuchamos la palabra carbohidratos (carbs en inglés) y
nos asustamos, recuerda amigo lector, todos los excesos no nos ayudan, procura la
moderación.

Los niveles de azúcar o glucosa están controlados por dos hormonas llamadas insulina y
glucagón. Cuando los niveles de azúcar aumentan, el páncreas libera insulina y cuando
disminuyen libera glucagón a fin de regresarlos a la normalidad.

Enfermedades asociadas al consumo de carbohidratos (CH)


Diabetes: Los diabéticos no pueden por lo general producir suficiente insulina por lo que
tienen que tomar comprimidos hipoglucemiantes o inyectarse insulina para bajar el nivel
de azúcar en su sangre, además de comer cantidades periódicas y controladas de CH.
Intolerancia a la lactosa: Algunas personas no pueden digerir los CH que provienen de
productos lácteos por lo que pasan al intestino grueso y sirven como alimento a las
bacterias, provocando gases, cólicos y diarrea. En este caso recomendamos reemplazarlos
por productos a base de soya (soja) complementados por otros alimentos como la tortilla
de maíz o el brócoli, que aportan el calcio que necesitamos para nuestros dientes y
huesos.
Sobrepeso y obesidad: El cuerpo puede mantener algunos CH almacenados en el hígado y
músculos. Los demás son convertidos en grasa. Quienes llevan una vida sedentaria
necesitan menos calorías y los deportistas muchas más. Esto explica porque dos personas
que consumen la misma cantidad de CH, incrementan su peso de forma diferente.
Caries: Al comer, parte de los azúcares y almidones se pegan a los dientes. Esto aumenta
la producción de ácido que ataca el esmalte de los dientes y favorece la aparición de
caries (cavities en inglés). Cuidemosnos, aquí y en casi todos los lados, las visitas al
dentista resultan muy costosas.
Problemas en la piel: Sabemos que la creencia de que comer chocolate causa acné es
cuento viejo pero, ¿pueden los alimentos azucarados causar problemas para tu salud
dermatológica? Los científicos han establecido recientemente una conexión entre el
consumo de lácteos y alimentos con altos índices glucémicos (también conocidos como
alimentos dulces) con problemas en la piel.
"La investigación ha corroborado el papel de alimentos específicos, como los productos
lácteos, así como los patrones dietéticos, incluida la dieta de alta carga glucémica típica de
la dieta occidental", según un estudio de 2014 publicado en el Journal of Clinical and
Aesthetic Dermatology.
Ansiedad y depresión: Comer mucha azúcar hace que tu cerebro libere dopamina, la
"hormona de la felicidad", pero ¿puede una dieta rica en azúcar ayudar realmente a
causar estrés y depresión? Una nueva investigación señala que es posible.
Las dietas ricas en almidón y alimentos azucarados están relacionadas con la inflamación a
un nivel mucho más alto que las dietas ricas en proteínas y verduras magras. Un estudio
de 2016 publicado en "The Journal of Clinical Psychiatry" sugiere que la inflamación es un
fuerte indicador de depresión y altos niveles de estrés.
"El azúcar aumenta la inflamación en todo el cuerpo, incluso en el cerebro", confirma Lee.
Si conectas los puntos, una dieta azucarada puede crear una respuesta inflamatoria en tu
cuerpo, que a su vez, puede aumentar el estrés, la ansiedad e incluso la depresión.
Enfermedades del hígado: Por lo general, asociamos la insuficiencia hepática con el abuso
de alcohol, pero las investigaciones sugieren que el azúcar puede hacer casi tanto daño a
nuestro hígado como el alcohol.
Cuando tomamos gran cantidad de azúcar, resulta demasiado para nuestro torrente
sanguíneo e hígado (donde se absorbe la glucosa y se estabilizan los niveles de azúcar).
La mala absorción crónica del azúcar puede causar enfermedades del hígado graso no
alcohólico y esteatohepatitis no alcohólica (NASH), que es básicamente el abuso y la
cicatrización del hígado, ya que continuamente trata de curarse.
Esta afección se conoce como una enfermedad silenciosa porque los síntomas no
comienzan a aparecer hasta que es casi demasiado tarde. Se asocia con malos hábitos
alimenticios y obesidad.
Problemas de memoria o demencia senil: Un estudio de 2015 realizado en la Universidad
del Estado de Oregon confirmó que las dietas ricas en azúcar pueden afectar directamente
la capacidad de nuestro cerebro para retener recuerdos a corto y largo plazo.
El estudio descubrió que después de solo cuatro semanas con una dieta alta en grasas y
azúcar, las ratas de laboratorio habían disminuido sus capacidades cognitivas.
"El deterioro de la flexibilidad cognitiva en este estudio fue bastante fuerte", afirma Kathy
Magnusson, una de los investigadoras del estudio.
Un estudio de Reino Unido de 2017 confirmó esta teoría al demostrar un "vínculo de
punto de inflexión" entre el nivel alto de azúcar en la sangre y la progresión de la
demencia o la enfermedad de Alzheimer.
"Se sabe que el exceso de azúcar es malo para nosotros cuando se trata de diabetes y
obesidad, pero este posible vínculo con la enfermedad de Alzheimer es otra razón por la
que deberíamos controlar nuestra ingesta de azúcar en nuestras dietas", dijo el Dr. Omar
Kassar a The Telegraph en aquel momento.

Daños de una dieta baja en carbohidratos


Los carbohidratos refinados como la pasta, el pan o el arroz blanco se parecen a los
combustibles fósiles. Contienen mucha energía, su producción es barata y justo cuando
parece que la oferta no puede seguir el ritmo de la demanda, alguna innovación
tecnológica nos permite extraer y producir más. Y, al igual que los combustibles fósiles, el
consenso científico es que depender en exceso de los carbohidratos refinados no puede
acabar bien.

La mayoría de la gente que reduce su consumo de carbohidratos lo hace porque quiere


perder peso. Las investigaciones científicas y anecdóticas sugieren que es una buena
estrategia para perder un par de kilos. Pero los hidratos de carbono no se encuentran solo
en los alimentos que hemos mencionado antes. También se esconden en la fruta, la
verdura, los frutos secos, las semillas, la leche, las legumbres y muchos otros. Siendo este
el caso, puedes imaginarte que eliminar tu consumo de hidratos sería muy difícil. De
hecho, como leerás a continuación, hay estudios que demuestran que es potencialmente
peligroso. A continuación presentamos algunas de las cosas que podrían pasar si dejaras
de consumir carbohidratos refinados, limitaras los “buenos” (o complejos) que acabamos
de mencionar y optaras por consumir mantequilla, tocino y burbon para alegría de tu
corazón.

Te puede dar la gripe de los hidratos bajos


Si no has hecho el esfuerzo de limitar tu consumo de carbohidratos, eliminarlos de golpe
puede hacer que sufras una serie de efectos secundarios poco agradables que,
combinados, te hacen creer que estás incubando algo. Esos efectos incluyen fatiga,
debilidad, mareos, dolores de cabeza, irritabilidad y náuseas, y pueden durar un par de
días o un par de semanas.

“El cuerpo tiene una jerarquía muy clara para obtener energía”, explica Kristin Kirkpatrick,
nutricionista de la Clínica Cleveland. Añade que, si le dan a elegir, el cuerpo prefiere la
glucosa y el glucógeno almacenado, después la grasa y, si de verdad tiene carencia,
empieza a comerse el músculo. Kirkpatrick también me dice que cuando sus fuentes de
comida preferidas no están disponibles, el cuerpo fabrica la suya. Es un proceso que se
llama gluconeogénesis y se da cuando hay falta de hidratos pero sigue habiendo mucha
proteína. En este supuesto, el hígado coge los aminoácidos de la proteína y genera glucosa
a partir de ellos. Hasta ese punto el cuerpo prefiere la glucosa.

Puede que tengas mal aliento


En un pequeño porcentaje, Propecia, un medicamento contra la caída del cabello, puede
causar disfunción eréctil. Es irónico, teniendo en cuenta que una de las razones por las
que lo hombres quiere conservar el pelo es para aumentar su atractivo sexual. Con los
carbohidratos se da una paradoja parecida: claro que pueden ser efectivos para adelgazar,
pero también pueden producirte un aliento infernal en el proceso.
Las ya mencionadas cetonas que se queman en el cuerpo de una persona que sigue una
dieta cetogénica se expulsan por el aliento y huelen a acetona o a fruta podrida. Pero esa
no es la única razón por la que la gente quiere que les cuentes sobre tu pérdida de peso a
distancia. Perder agua también puede secarte la boca, una situación que también puede
conducir a tener mal aliento.

Puedes tener problemas de salud a largo plazo


El jurado aún está deliberando sobre el impacto en la salud de las dietas bajas en
carbohidratos. Un estudio de 2014 de PLOS One concluyó que el aumento en la ingesta de
carbohidratos refinados aumenta la producción del cuerpo de ácido palmitoleico, un
biomarcador de problemas de salud como colesterol alto y diabetes. Otro estudio
descubrió que durante una dieta cetogénica de 24 semanas, los sujetos experimentaron
una reducción del colesterol y de triglicéridos y un aumento de los niveles de HDL (a
menudo denominado “colesterol bueno”). Aun así, un estudio presentado ante la
Sociedad europea de cardiología en agosto de 2018 hace una clara recomendación: evita
las dietas bajas en hidratos de carbono a toda costa.

El estudio analizaba la relación entre las dietas bajas en hidratos, las causas generales de
muerte y las muertes por enfermedades coronarias, por enfermedades cerebrovasculares
(incluidos los infartos) y el cáncer en una muestra representativa nacional de 24 825
participantes entre 1999 y 2010. En comparación con los participantes que ingerían más
carbohidratos, los que presentaban una ingesta menor tenían un 32 por ciento más de
riesgo de muerte por cualquier causa en un seguimiento promedio de 6,4 años. Además,
el riesgo de muerte por una enfermedad coronaria, cerebrovascular o cáncer aumentó un
51 por ciento, un 50 por ciento y un 35 por ciento, respectivamente. Adicionalmente, la
falta de carbohidratos puede causa anorexia y bulimia.

S-ar putea să vă placă și