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Para que existan buenos ciudadanos debe haber de manera explicita en estas la
presentación de serlo hay dos vías para combatir el exceso de individualismo del
ciudadano actual: una es la educativa, formar a los jóvenes para que se
comprometan con la colectividad y otra la política, des territorializar el poder para
acercarlo a la gente común. Victoria Camps, catedrática de Ética en la Universidad
Autónoma de Barcelona, ofreció esta conclusión ayer en Madrid, en una
conferencia acerca de La identidad ciudadana, en el marco del segundo ciclo de la
fundación Santillana sobre la educación que queremos. Según sentenció Camps,
"el ciudadano de hoy es más individuo que ciudadano". El compromiso social se
reduce a pagar impuestos, cuando se pagan, cumplir más o menos con las leyes,
que sobre todo se entienden como una relación de lo que se permite hacer y lo
que no y, por último, votar, que tampoco es obligatorio. Por eso era fundamental la
libertad e igualdad que constituye elementos básicos para desarrollar un particular
proyecto de vida.
Que en los tiempos actuales estaría encarnado en "ese ciudadano que pone parte
de su libertad al servicio de los demás, porque el deseo de más libertad y
autonomía pública sólo se alcanza compartiendo". Entre las propuestas de Camps
para superar el individualismo está la vuelta a la comunidad. La consecuencia
política sería distribuir la soberanía hasta hacerla llegar al entorno del municipio.
Por otro lado, la catedrática propone recuperar una identidad cultural que
comprometa a los ciudadanos en la toma de decisiones. En este caso, el medio
principal, más que las leyes, es la educación, "sin la cual no se consigue gran
cosa", explicó Camps.
reflexión más sobre los valores, un intento de contribuir a poner un poco más de
orden en la gran variedad de proposiciones que se formulan sobre ellos.
¿Cómo se articulan los valores morales colectivos con aquellos que parten de un
interés subjetivo como pueden ser los valores estéticos, religiosos, en la
construcción de un proyecto de ciudadanía?
Su objetivo principal es suscitar el debate, la reflexión y el impulso a las políticas
públicas y a las acciones sociales que refuercen la formación morales, éticos o
religiosos. Estos grupos a su vez van creciendo e inculcando los valores en las
siguientes generaciones.