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Ahí en las redes sociales hay que gente que ay, es un terror de la ortografía. Quienes escribirían la
frase anterior mezclando los hay, ay y ahí de una forma apocalíptica. Todos nos equivocamos, pero
ya basta del ¡ay, tú me entendiste!, que ni así lo escriben.
Así dice una etiqueta en Twitter, #escribirbienessexy, una manera positiva de incentivar el cuidado
del lenguaje, correctamente escrito, dentro de la brevedad de los mensajes y en general, como
método para difundir y promocionar una mejor comunicación, que sea efectiva desde todo punto de
vista. Para algunos parece una necedad estética, hay quien apunta que a nuevos medios nuevos
lenguajes, y hay quienes señalan extremos como los de adolescentes que deforman el lenguaje a
propósito con la intención de integrarse.
Ahora que escribimos más que nunca, por los mensajes de textos, los chats, las redes sociales, el
Blackberry Messenger, el Whatsapp, los correos electrónicos y hasta las planillas para solicitar casi
todos los trámites gubernamentales. Hay quien dice que leemos menos, pero hemos pasado a
hacerlo más, pero en distintos formatos: páginas webs, tablets, portátiles, más requisitos y
solicitudes bancarias, oficiales y laborales, manuales en PDF, más correos electrónicos, mensajes de
texto, cadenas por mensajería instantánea y claro, redes sociales. Especialmente porque 90% de
los usuarios de éstas, sólo producen 10% de los contenidos. Básicamente leen.
Sin embargo, los memes (una imagen o video que se hace viral por Internet) como el del “Ay, sí, ay,
sí” nos mostró no solamente que la gente desconoce cuándo se acentúa el sí afirmativo, y cuándo no
va por ser condicional. “Si hoy llueve, no saldremos, si hay sol sí”. Por ejemplo. Y el asunto de los
signos de puntuación y acentos también se lleva su carga.
En tono de humor una vez coloqué en Twitter que no era lo mismo una “Experta en inglés que una
experta en ingles”. Y es que tampoco es igual un tómate que un tomate.
Hay, ay y ahí se confunden notablemente. Hay, del verbo haber; Ay, como interjección, y ahí, como
preposición de lugar, se mezclan y cambian como sinónimos, produciendo una corrupción del lenguaje
que para muchas usuarias de las redes sociales simplemente no es sexy. No es sólo tener uñas y
zapatos limpios, estar bien acicalado, ser educado y cortés, también en estos tiempos de tanta
interacción virtual, la ortografía es esencial para ser atractivo y bien visto.
Pero no es nuevo. Aquellas epístolas de amor de hace siglos seguramente fueron más románticas y
lograron mayores horizontalidades si tenían todos los acentos y letras bien puestas. El humor
también ha puesto lo suyo, porque ahora se dice exesposo y expresidente, y ya no con el prefijo ex
separado por espacio y guión. Y quienes lo escriben sienten un gusto especial al poder darle un solo
sustantivo a sus apreciados anteriores compañeros de historia.
Esto ha hecho que en Twitter se hayan popularizado cuentas como @LaOrtografa y @Jacogori que
se dedican a revelar nuevas normas de ortografía, usos de neologismos como tuitear o tuitero, que
no debemos decir “tuirer” porque esa pronunciación artificial y mediática corresponde más al
acento y usos del inglés británico y no de los Estados Unidos, y a decirnos como tener más atractivo
con una ortografía bien cuidada.
Y si se fijan bien, caballeros, la cosa es que las mujeres sí se toman muy en serio eso. Es común la
chica que comenta que cierto pretendiente perdió sus puntos con un mensaje de texto que exhibía
una carretilla de errores. Los horrores ortográficos son los matapasiones de los nuevos tiempos.
Una diferencia está entre los tú y tu, él y el. Con acento se refieren a pronombres personales. Tú y
él van a mejorar su ortografía, por ejemplo. Pero “tu” y “el” cuando se usan como para indicar
posesión y artículo, respectivamente, van solitariamente diacríticos, es decir, sin acento.
En Facebook hay un perfil llamado Escribir bien, si tú eres de los que prefieren aquella red social,
donde escribimos bastante también, y dolorosamente, leemos cosas que parecen avizorar que Los
Mayas (y no Mallas, como unas medias) parece que tienen razón.
Y desde la web está ManuelDeEstilo.com para profesionales y público en general que quiera
aprender un poco más del idioma, aplicado a los nuevos medios. Incluso maneja neologismos y
artículos sobre los trolls (personajes malignos que persiguen fallas y detalles personales para
burlarse y molestan sucesivamente), así como los excesos, en el artículo “La coma criminal”.
Como una revelación de tu personalidad, escribir con errores ortográficos o gramaticales (un orden
extraño al decir cosas como la casa mía en lugar de mi casa), no sólo te descalifica personal y
profesionalmente, sino te podría dejar #foreveralone (meme de Twitter), esto es, sin pareja
porque le lloran los ojos cada vez que le escribes un mensajito de texto. Pero además, explicaría
porqué no te llaman al leer tu currículo (donde los errores abundan, hasta para ser periodista) y
cuidas uno de las características esenciales de la identidad: el idioma. Y el español es cada vez más
sexy fuera de nuestras fronteras. Escribe bien y todos ganamos.
Tomado de:
Gutiérrez, J. F (2012, Febrero 05). Escribir bien es sexy. Eva’s: suplemento dominical. P. 5.
A. Técnico
B. Coloquial
C. Cotidiano
D. Poético
4.Según el texto las palabras “Ay, hay, ahí” son tomadas como sinónimos porque:
A. Maquillado
B. Relamido
C. Emperifollado
D. Organizado
6. El escritor emplea la frase: “escribir con errores ortográficos o gramaticales (…), no sólo te
descalifica personal y profesionalmente, sino te podría dejar #foreveralone”, para:
10. En el texto se brindan nombres de páginas y perfiles de Twitter con el fin de:
A. Explicar el uso de las páginas de internet
B. Argumentar porque se escribe mal y sus repercusiones.
C. Brindar insumos para mejorar la escritura
D. Hacer publica la vida de los creadores de estas páginas
11. Según el texto, las palabras que tienen acento pero no se les marca se llaman:
A. Críticas
B. Diacríticas
C. Enclíticas
D. Prosódicas
15. Según el contenido del texto, el título del texto puede ser reemplazado por:
A. Los encantos de la escritura
B. La pluma digital
C. Clic lingüístico
D. Disertaciones sobre el amor
Así como uno, cuando juega ajedrez todo un día, empieza a ver la realidad como una partida y a las
personas como enroques y alfiles, cuando uno se pasa mucho tiempo leyendo o escribiendo empieza
a alucinar con los signos de puntuación, a verlos en todas partes, e incluso a soñar con ellos. Para
hacer un poema, dijo una vez Wislawa Szymborska, “basta que por razones fútiles o importantes / a
alguien se le ocurra usar / signos de interrogación / y como respuesta / dos puntos:”. Hace poco leí
en el diario de un querido amigo que cuando él vio a una enferma muy delgada que caminaba en el
hospital seguida por la torre de hierro donde se cuelga el suero, esta parecía “un signo de
admiración deambulando.” Ya no recuerdo si era el Tuerto López, el bohemio Obregón o Gómez de la
Serna el que veía la luna llena como “el punto sobre la i de un campanario”.
El punto y coma, que los ingleses denominan con esa extraña palabra que parecería hablar de la
mitad de un órgano (semicolon), tiene una definición imaginativa y curiosa en una poeta
norteamericana, Maurya Simon: “El punto y coma es / como un espermatozoide congelado para
siempre / en su anhelo del óvulo, / como un renacuajo que nada contra la corriente para / despertar
la moneda caída de la luna.”
El otro día soñé que escribía todos los signos diacríticos y de puntuación que me sabía y que se los
iba dictando para un título a un amigo, Mario. Mi dictado era más o menos la manera de leer el título
de este escrito: abre paréntesis, abre comillas, abre interrogación, coma, punto y coma, dos puntos,
punto, abre exclamación, guión corto, guión largo, tilde, barra inclinada, asterisco, cierra
exclamación, vírgula de la eñe, punto sobre la i (pero sin la i), comilla simple, subraya, diéresis,
cierra interrogación, puntos suspensivos, cierra comillas, cierra paréntesis. Con estos veintiún
signos que he puesto entre paréntesis, más las 27 letras del abecedario y diez números arábigos,
uno debería poder escribirlo todo: cartas de amor, propuestas de negocios, proclamas políticas,
novelas, sonetos, aforismos, anagramas, insultos…
De todos modos uno podría imaginarse más signos. A mí, por ejemplo, siempre me han hecho falta
las comas suspensivas, que deberían separar y enumerar cosas de un modo menos terminante que
los puntos ídem.
El caso es que hoy en día, con la cobardía tan extendida como una epidemia de cólera, ya nadie se
atreve a usar siquiera el escandaloso punto exclamativo. En realidad, hay una nueva forma de
puntuación que yo, muy mayor ya para esos trotes, no domino: son los famosos íconos de los
jovencitos, como rudimentarios ideogramas chinos: los emoticones. Si escribo los dos puntos y
cierro un paréntesis, en mi renglón, como por encanto, se abre una sonrisa. Pero no pienso hacerlo.
Yo creo todavía que la sonrisa tiene que adivinarse en lo escrito, imaginarse, jamás escribirse con
un ideograma tan explícito. ¿O no? ?
16. Faciolince emplea para introducir el tema del cual va a hablar una figura literaria
materializada en la expresión: “los signos de puntuación son concretos como un ladrillo o
abstractos como un olvido”, ésta es:
A. Metáfora, por que utiliza el sentido figurado
B. Hipérbole, porque exagera con dicha afirmación
C. Símil, porque hace una comparación
D. Paradoja, porque repite algunas palabras
17. Tomando como referencia la información presentada en el texto anterior, este podría recibir
como título:
A. La importancia de los signos de puntuación en la actualidad
B. La inoperancia de los signos de puntuación hoy en día
C. La agonía del buen escribir en la actualidad
D. El estilo de cada escritor en la actualidad
18. El autor del texto afirma que el tono en que se dicen las cosas no es igual en España que en
Colombia, en Cartagena o en Medellín; esto nos permite deducir que: :
A. El lenguaje es estándar y tiene un patrón que lo rige
B. El lenguaje tiene un modelo determinado por la lingüística
C. El lenguaje varía según los dialectos y la cultura de cada región
D. El lenguaje cambia según las cuerdas vocales de cada sujeto
19. Los deícticos de persona presentes en un texto nos indican quién está hablando al interior
del mismo, en este caso y según los pronombres personales, el texto está escrito en:
A. Primera persona del plural
B. Segunda persona del singular
C. Tercera persona del plural
D. Primera persona del singular
21. La palabra “deambulando” que aparece en el tercer párrafo, puede ser remplazada sin
cambiar el sentido de la frase por:
A. divagando
B. soñando
C. fantaseando
D. inventando
22.Por analogía, se puede considerar que el contenido del texto tiene relación directa con:
A. Las grandes dificultades o fortalezas a la hora de analizar un texto
B. Las dificultades o fortalezas en torno a la coherencia presente en un texto
C. Las dificultades gramaticales a la hora de producir y comprender un texto
D. Las dificultades semánticas a la hora de analizar un texto
23.De acuerdo con la estructura del texto anterior, éste puede considerarse como:
24. La intención de Faciolince con la reflexión que hace en torno al lenguaje y específicamente al
uso de los signos de puntuación, actualmente es:
A. Recrear la grandeza de todos los idiomas en relación con su forma de producir y comprender
textos
B. Describir el valor implícito de los signos de puntuación en el proceso de producción y
comprensión textual
C. Enaltecer la importancia de los signos de puntuación en el proceso de producción y
comprensión textual
D. Advertir la importancia explicita e implícita de la utilización de los signos de puntuación en
la producción y comprensión textual
25.Por las expresiones que utiliza el autor durante todo el texto, podemos deducir que él
muestra hacia la nueva forma de puntuación de los jovencitos una actitud de:
A. Espanto
B. Complacencia
C. Apatía
D. Comprensión
26. Una antítesis de la posición que asume el autor durante el texto anterior podría ser:
A. La puntuación carece de sentido en el complejo mundo del lenguaje
B. la puntuación merece un lugar importante dentro del sistema de comunicación
C. La puntuación no debe seguir siendo la cenicienta del idioma
D. Los signos de puntuación dejan ver aspectos implícitos.
27. La intención del autor al terminar el texto con la pregunta: ¿o no?, es:
A. dejar por sentado la irrefutable posición del autor
B. permitirle la entrada al lector y dejarle plasmar su puto de vista
C. cerrar cualquier vínculo con el lector a partir de la pregunta
D. finalizar interpelando para evitar posibles respuestas del lector
28. Un campo semántico está constituido por un grupo de palabras que están relacionadas por su
significado, compartiendo ciertas características comunes o referenciales, según esta
definición el campo semántico de la nueva forma de puntuación señalada por Faciolince sería:
A. implícitos - concretos- abstractos
B. concretos- implícitos- icónicos
C. concretos - icónicos- rudimentarios
D. explícitos – icónicos- nuevos
29. Al finalizar el sexto párrafo nos hablan de los puntos ídem, estos hacen referencia a:
A. temas homogéneos
B. temas diferentes
C. temas heterogéneos
D. varios temas