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Característica
s
La flor
En las riberas vagando
De la mar, las verdes olas
Mira Argelina y contando
Las horas que van pasando
Vierte lágrimas a solas.
Tendencia artística y
literaria que consiste en
representar fielmente la
realidad y crear cierta
tensión emocional sin
llevar a cabo ninguna
idealización.
Características
Mayores autores
Hijo de familia noble, fue un hombre culto y refinado. Aunque empezó a escribir
cuando casi tenía 50 años, es uno de los escritores más destacados del realismo.
Su obra, aunque escasa, destaca por su perfección formal y buen gusto literario.
Hombre inteligente que supo mostrar en sus textos el equilibrio entre un escritor
de ideología conservadora y unos contenidos sin exceso de dogmatismo.
Su novela más conocida es Pepita Jiménez. Narra la historia de un seminarista
(estudiante de sacerdocio) que se enamora de una joven con la que su padre
viudo pensaba casarse. Al final triunfa el sentido común, inspirado en el
reformismo ilustrado del siglo XVIII.
Pasarse de listo
Todavía, sin embargo, ocurre muy a menudo que la familia elegante, o con humos
de elegante, carece de hogar de donde los humos procedan; esto es, no tiene ni
siquiera cortijo. Si le tiene algún amigo o pariente, la familia puede aprovecharse
de la amistad o del parentesco. Si de ningún modo hay ni cortijo, se suprime la
parte meramente rústica y se limita el verano a la parte hidropática, dulce, salada,
o ambas cosas. Quiere esto significar que, no habiendo château ni cortijo donde
pasar un mes, se emplea todo el tiempo en los baños, aunque nadie de la familia
se bañe nunca. Basta tomar las aguas por inhalación, respirando, pongo por caso,
las brisas del Atlántico en el mencionado Biarritz, en San Juan de Luz, en San
Sebastián, en Santander o en Deva.
Emilia Pardo Bazán (1851 – 1921):
La sirena negra
En la esquina de la Red de San Luis y el de Gracia, me separé del grupo que
venía conmigo desde el teatro de Apolo, donde acabábamos de asistir a un
estreno afortunado. Si hablase en alta voz, hubiese dicho «grupo de amigos»,
pero, para mi sayo, ¿qué necesidad tengo de edulcorar la infusión? Espero no
poseer amigo ninguno; no tanto por culpa de los que pudieran serlo, cuanto por la
mía. Si alguna vez me he dejado llevar del deseo de comunicación, de expansión,
de registrarme el alma y enseñar un poco de su oscuro contenido a la media hora
de hacerlo estaba corrido y pesaroso, según estaría un sacerdote hebreo que
hubiese permitido a un profano tocar al arca de alianza.