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2018
ESTUDIOS JURÍDICO PENALES
Y CRIMINOLÓGICOS
En homenaje al
Prof. Dr. Dr. H. C. Mult. Lorenzo Morillas Cueva
Este libro ha sido sometido a evaluación por parte de nuestro Consejo Editorial
Para mayor información, véase www.dykinson.com/quienes_somos
© Copyright by
Los autores
Madrid, 2018
Preimpresión por:
Besing Servicios Gráficos S.L.
e-mail: besingsg@gmail.com
I. Introducción
— 1021 —
1022 Julio Díaz-Maroto y Villarejo
1. Tenencia
La palabra tenencia, referida a las armas, aparece en los artículos 563 y 564
del vigente Código penal; en el primero, referida a las armas prohibidas y, en
el segundo, específicamente a las armas de fuego. El artículo 563 señala: La
tenencia de armas prohibidas y la de aquellas que sean resultado de la modificación sus-
tancial de las características de fabricación de armas reglamentadas, será castigada
.”.
Por su parte, el artículo 564.1 indica que “La tenencia de armas de fuego reglamen-
tadas, careciendo de las licencias o permisos necesarios, será castigada
” 8.
6 Cfr. MORILLAS CUEVA, Lorenzo, Sistema de Derecho Penal, parte especial, 2ª ed., Madrid
2016, p. 1376.
7 Cfr. DÍAZ-MAROTO Y VILLAREJO, Julio. “Tenencia, tráfico y depósito de armas, muni-
ciones o explosivos”, en Memento Práctico Penal 2017 (Fernando Molina Fernández, Coord.), Ma-
drid 2016, pp. 1871-1872.
8 El antecedente inmediato de estos artículos podemos encontrarlo en el art. 254 del Có-
digo penal, Texto Refundido de 1973, publicado mediante Real Decreto 3096/1973, de 14 de sep-
tiembre, si bien, éste último artículo se correspondería de un modo más concreto con el actual
artículo 564 CP. En todo caso, no cabe duda alguna de que las conductas ahora contempladas en el
artículo 563 eran subsumibles en el derogado art. 254 del Código penal anterior. (El texto del art.
254 era el siguiente: “La tenencia de armas de fuego fuera del propio domicilio, sin poseer la guía y la licencia
oportunas, o en el propio domicilio, sin la guía de pertenencia, se castigará con la pena de prisión menor”).
1024 Julio Díaz-Maroto y Villarejo
Por tenencia debe entenderse “la relación corporal entre una cosa y la
persona que la detenta” 9, pero, para determinar qué es lo que debe enten-
derse por tenencia, es preciso atender no sólo a la significación de dicho tér-
mino en el lenguaje ordinario, sino, además, a la finalidad de la regulación
legal. Utilizando, pues, una interpretación teleológica, cabe interpretar el
término tenencia como “aquella relación entre la persona y el arma que per-
mita la utilización de ella conforme a su función” 10. Esta interpretación nos
acerca a dos conceptos que hay que tener muy en cuenta: el de disponibilidad
y el de idoneidad del arma 11.
Tomando como referencia estos datos, y a la luz del texto legal, la tenen-
cia de armas (de fuego) puede ser definida como la posesión material durante
un cierto período de tiempo de armas de fuego, idóneas para ser utilizadas conforme
a su función, sin las autorizaciones administrativas pertinentes, como ya señalára-
mos con referencia al antiguo artículo 254 del CP anterior 12. La doctrina pe-
nal, desde siempre, equiparó los términos tenencia y posesión 13 y lo mismo
cabe decir de la jurisprudencia, si bien suele agregarse que la tenencia debe
superar lo que es un pasajero contacto, a efectos de examen, o la ocupación
fugaz propia de un servidor de la posesión, como sucede en el caso de repa-
rador o transmisor. Puede distinguirse en la posesión el componente físico
o «corpus possessionis» y el subjetivo o «animus possidendi» o «detinuendi»,
sin que sea exigible el «animus domini» o «rem sibi habendi» 14.
Lo dicho debe ser completado con las notas, ya indicadas anteriormen-
te, de la disponibilidad y de la idoneidad del arma. Esto es, que el arma debe
9 Cfr. DÍAZ-MAROTO Y VILLAREJO, Julio. El delito de tenencia ilícita de armas de fuego, Ed.
Colex, Madrid 1987, pág. 73.
10 Cfr. CÓRDOBA RODA, Juan. Comentarios al Código penal, tomo III, Barcelona 1978,
pág. 624.
11 Vid. Sobre ambos conceptos, DÍAZ-MAROTO Y VILLAREJO, Julio. “De nuevo sobre el
delito de tenencia de armas de fuego”, en La Ley Penal, núm. 57, 2009, pp. 6-7.
12 Cfr. DÍAZ-MAROTO y VILLAREJO, Julio, El delito de tenencia, cit., p. 74.
13 Antes, Vid. por todos, SAINZ CANTERO, José Antonio. El delito de tenencia ilícita de ar-
mas, en Revista General de Legislación y Jurisprudencia, noviembre de 1964 (separata), p. 20; en
la actualidad y solo con referencia a las obras generales, Vid. CANCIO MELIÁ, Manuel. Comen-
tarios al Código penal, (R. Mourullo, dir. y Jorge Barreiro, coord.), Madrid 1997, p. 1367; MUÑOZ
CONDE, Francisco. Derecho penal, parte especial, 21ª ed., Valencia 2017, p. 766; GARCÍA ALBERO,
Ramón. Comentarios a la Parte especial del Derecho penal, (Quintero, dir. y Morales, coord.), 10ª
ed., Valencia 2016, p. 2120; MORILLAS CUEVA, Lorenzo. Sistema de Derecho Penal, parte especial,
cit., p.1378; CRUZ BLANCA, María José. Régimen penal y tratamiento jurisprudencial de la tenencia
ilícita de armas, Madrid 2005, p. 64; LLOBET ANGLÍ, Mariona. En Lecciones de Derecho Penal, parte
especial (Jesús-Mª SILVA SÁNCHEZ, Dir.), 4ª ed. Barcelona 2015, p. 427; VERA SÁNCHEZ, Juan
Sebastián. En Manual de derecho Penal, parte especial (Mirentxu CORCOY BIDASOLA (Dir.), tomo
I, Valencia 2015, p. 760.
14 Así, SSTS 774/1999, de 11 de mayo (RJ 1999/4792); 136/2001, de 21 de enero (RJ
2001/492); 754/2001, de 7 de mayo (RJ 2001/9947); 483/2004, de 12 abril. (RJ 2004\3652);
201/2006, de 1 marzo (RJ 2006\2068); 311/2014, de 16 abril. (RJ 2014\2339); 158/2017, de 13
marzo (RJ 2017/1152).
Aspectos penales de la tenencia y uso de armas prohibidas y modificadas 1025
2. Armas blancas
15 Esa situación de disponibilidad del arma de fuego por parte del tenedor ha de revestir el
carácter de estable o de una patente permanencia que permita presumir razonablemente la volun-
tad o ánimo de poseer el arma de fuego. Aun cuando el lapso temporal mínimo no es fácil de ser
determinado de un modo absoluto, creo que debe ser lo suficientemente amplio como para llegar
al convencimiento de que el agente así lo quería. Vid. SAINZ CANTERO, José.Antonio. El delito de
tenencia, cit., págs. 22-23; SALOM ESCRIVA, Juan Salvador. El delito de tenencia ilícita de armas de fue-
go, en Revista Jurídica de Cataluña, 1985, I, págs. 162-163; GARCÍA ALBERO, Ramón. Comentarios a
la Parte especial del Derecho penal, cit. p. 2120.
16 Vid. SSTS 1391/1997, de 14 de noviembre (RJ 1997/ 7891); 263/1998, de 5 de octubre
(RJ 1998/ 6858); 891/1999, de 1 de junio (RJ 1999/5442); 963/2000, de 2 de junio (RJ 2000,
5239); 2123/2002, de 16 de diciembre (RJ 2003,2424); 674/2003, de 30 de abril (RJ 2003,3873);
107/2006, de 8 de noviembre (RJ 2007/355); 960/2007, de 29 de noviembre (RJ 2008,781);
141/2016, de 25 de febrero (RJ 2016\916 412/2017, de 7 de junio [RJ 2017/2623], entre otras).
17 Reproduciendo literalmente la definición contenida en la Directiva 2008/51/CE del Par-
lamento Europeo y del Consejo, de 211 de mayo de 2008, y que, ahora, también se contempla en la
nueva Directiva (UE) 2017/853, de 17 de mayo de 2017, del Parlamento Europeo y del Consejo.
1026 Julio Díaz-Maroto y Villarejo
4. Armas prohibidas
Es, una vez más, el Reglamento de Armas la norma que las contempla,
por un lado, las armas prohibidas (arts.4 y 5) y, por otro, las armas de gue-
rra (art.6), que también quedan prohibidas para los particulares 21.
A todos estos objetos nos referiremos inmediatamente tal y como lo
contemplan los arts. 563 y 564 del CP.
21 “a) Las armas de fuego que sean resultado de modificar sustancialmente las características
de fabricación u origen de otras armas, sin la reglamentaria autorización de modelo o prototipo;
b) Las armas largas que contengan dispositivos especiales, en su culata o mecanismos, para
alojar pistolas u otras armas. c) Las pistolas y revólveres que lleven adaptado un culatín. d) Las
armas de fuego para alojar o alojadas en el interior de bastones u otros objetos. e) Las armas de
fuego simuladas bajo apariencia de cualquier otro objeto. f) Los bastones-estoque, los puñales
de cualquier clase y las navajas llamadas automáticas. Se considerarán puñales a estos efectos las
armas blancas de hoja menor de 11 centímetros, de dos filos y puntiaguda. g) Las armas de fuego,
de aire u otro gas comprimido, reales o simuladas, combinadas con armas blancas. h) Las defen-
sas de alambre o plomo; los rompecabezas; las llaves de pugilato, con o sin púas; los tiragomas y
cerbatanas perfeccionados; los munchacos y xiriquetes, así como cualesquiera otros instrumentos
especialmente peligrosos para la integridad física de las personas” (art. 4.1).
“a) Las armas semiautomáticas de las categorías 2.ª, 2 y 3.ª, 2, cuya capacidad de carga sea
superior a cinco cartuchos, incluido el alojado en la recámara, o cuya culata sea plegable o elimi-
nable. b) Los «sprays» de defensa personal y todas aquellas armas que despidan gases o aerosoles,
así como cualquier dispositivo que comprenda mecanismos capaces de proyectar sustancialmente
estupefacientes, tóxicas o corrosivas… c) Las defensas eléctricas, de goma, tonfas o similares. d)
Los silenciadores aplicables a armas de fuego. e) La cartuchería con balas perforantes, explosivas o
incendiarias, así como los proyectiles correspondientes. f) Las municiones para pistolas y revólve-
res con proyectiles «dum-dum» o de punta hueca, así como los propios proyectiles. g) Las armas de
fuego largas de cañones recortados” (art. 5.1).
22 SSTS 242/1998, de 20 de febrero (RJ 1998/ 1181); 362/2001, de 9 de marzo (RJ 2001/1931);
2471/2001, de 20 diciembre (RJ 2002/1997); 1176/2010, de 9 diciembre (RJ 2011\1331).
1028 Julio Díaz-Maroto y Villarejo
27 Aun cuando las SSTS 456/1999, de 23 marzo (RJ 1999\2410) y 878/2007, de 8 noviem-
bre (RJ 2007/9114) entendió que la autorización para la posesión de armas requiere la guía, por-
que ella es la que determina qué persona puede detentar el arma, las posteriores SSTS 123/2009,
de 3 febrero (RJ 2009\2433) y 523/2009, de 17 abril (RJ 2009/3456), aplicando el Acuerdo de la
Sala General, no jurisdiccional, adoptado en sesión del día 25 de noviembre de 2008, en el senti-
do de que “La falta de guía de pertenencia, cuando se dispone de licencia o permiso de armas, no
integra el delito del art. 564 del CP”, dispuso que éste debía ser “el criterio al que ha de atenerse
nuestra posterior jurisprudencia”.
28 Vid., al respecto y sobre la legislación anterior, DÍAZ-MAROTO y VILLAREJO, Julio El
delito de tenencia, cit., pp. 141-142.
29 SSTS 746/2012, de 10 octubre (RJ 2012/10155), 467/2015, de 20 de julio (RJ
2015/4491); 492/2017, de 29 de junio (JUR 2017/176601).
30 SSTS 2123/2002, de 16 diciembre (RJ 2003/2424); 749/2004, de 7 junio (RJ 2005/4096);
201/2006, de 1 marzo (RJ 2006\2068); 830/2010, de 30 septiembre (RJ 2010\7654): 454/2015, de
10 julio (RJ 2015/6558).
31 STS 1059/1995, de 20 octubre (RJ 1995/8007); 328/1996, de 15 abril (RJ 1996/3700);
1391/1997, de 14 noviembre (RJ 1997/7861); 136/2001, de 31 enero (RJ 2001/492); 1348/2004,
de 25 noviembre (RJ 2004/7657); 467/2015, de 20 de julio (RJ 2015/4491).
1030 Julio Díaz-Maroto y Villarejo
tad de tenerla a su disposición), sin que ese ánimo incorpore una voluntad
de tenerla como propia, pues lo relevante es la disponibilidad del arma 32.
El poseedor del arma ha de obrar con la voluntad de tener el arma para
sí, de retenerla a su disposición personal. Así entendido, puede decirse que
en estos tipos de tenencia se contiene un elemento subjetivo. Dicha especial
finalidad de la conducta, tener el arma para sí, produce, a nuestro juicio, la
consecuencia de que no sea incriminable a título de imprudencia, al tratar-
se de un elemento subjetivo del tipo de injusto, aunque, en todo caso, el CP
no contempla la punición de la tenencia de armas a título de imprudencia,
sino solamente la forma de comisión dolosa.
En resumen, la doctrina científica y jurisprudencia, consideran el delito de
tenencia de armas como un delito permanente, en cuanto la situación antijurídi-
ca se inicia desde que el sujeto tiene el arma en su poder y se mantiene hasta
que se desprende de ella; como un delito formal, en cuanto no requiere para su
consumación resultado material alguno ni producción de daño, siquiera algún
sector doctrinal prefiere hablar al respecto de un delito de peligro comunitario y
abstracto, en cuanto el mismo crea un riesgo para un número indeterminado
de personas, que exige como elemento objetivo una acción de tenencia (y por
ello es calificado también como tipo de tenencia) que consiste en el acto posi-
tivo de tener o portar el arma, de suerte que la omisión del acto de obtener la
guía o licencia oportunas, es elemento normativo afectante más bien a la anti-
juridicidad, exigiendo tal acción del tipo la disponibilidad del arma, es decir, la
posibilidad de usarla según el destino apropiado de la misma. Como elemento
subjetivo atinente a la culpabilidad se exige el animus possidendi, esto es, el cono-
cimiento de que se tiene el arma careciendo de la oportuna autorización, con la
voluntad de tenerla a su disposición, pese a la prohibición de la norma 33.
1. Armas prohibidas
precisión–, con capacidad lesiva frente a las personas por el impacto de una
especie de perdigones de fabricación artesanal, como son los plomos de pes-
car, que llegan a alcanzar unos trescientos metros de distancia, conforme de-
terminó el informe pericial (STS 878/2001, de 18 de mayo (RJ 2001\3630);
al xiriquete o estrella ninja (artefacto metálico con cinco hojas de navaja des-
plegables a modo de estrella), incluido en el art.4.1.h) del Reglamento de
Armas (STS 879/2016, de 22 de noviembre (RJ 2016/5665), y al bolígrafo-
pistola con un cartucho en la recámara (SSTS 329/1996, de 15 abril (RJ
1996/3705); 343/2009, de 30 de marzo (RJ 2009/2828); 362/2012, de 18
mayo (RJ 2012/9043); o pistolas simuladas como bolígrafos (603/2011,
de 16 junio (RJ 2011\4910), 1350/2004, de 18 de noviembre (RJ 2004/
7651). También los machetes de grandes dimensiones 45, o el puño americano
(SSTS 524/2006, de 28 de abril. RJ 2006/4097; 393/2015, de 12 de junio. RJ
2015/3863).
Con relación a la defensa eléctrica, arma de defensa que produce descar-
gas eléctricas de alto voltaje y baja intensidad, cuya utilización produce el
efecto de descontrolar los movimientos musculares, dependiendo sus efec-
tos de la intensidad de la corriente y de la duración de la misma, se ha sos-
tenido que la línea jurisprudencial sentada no excluye de forma expresa la
relación de armas contenida en el art.5 del Reglamento de Armas, pues la
condición de prohibido del instrumento viene impuesto desde perspectivas
hermenéuticas formales y materiales. Desde el punto de vista material, el
instrumento intervenido lleva implícita una acusada peligrosidad en su uso
ofensivo o defensivo, dada la virtualidad para ocasionar un quebranto grave
en la integridad corporal de terceros 46.
que estas armas, cuando sean de fuego, aparecen ya catalogadas como pro-
hibidas en el RD 137/1993 (art.4.1.a), que establece la prohibición de las
armas de fuego que sean resultado de modificar sustancialmente las caracte-
rísticas de fabricación u origen de otras armas, sin la reglamentaria autoriza-
ción de modelo o prototipo.
Se ha entendido la modificación sustancial como la que actúa sobre ele-
mentos fundamentales, de tales características que varían totalmente la na-
turaleza y composición del arma originaria convirtiéndola en un instrumento
distinto del que inicialmente estaba configurado 47 La aplicación del tipo
penal requiere acreditar que el autor conocía que su posesión recaía sobre
un arma resultado de la modificación sustancial de las características de fa-
bricación de un arma reglamentada (TS 1374/2011, de 22 de diciembre (RJ
2012\1926).
las hacen aptas para el disparo de proyectiles o cartuchos con bala, esto es,
funcionando como un arma real, deben ser consideradas como armas pro-
hibidas y su tenencia debe castigarse conforme al art. 563 del CP 49.
Como se dijo al principio, la Directiva (UE) 2017/853, de 17 de mayo
de 2017, del Parlamento Europeo y del Consejo, llama la atención sobre el
elevado riesgo que supone la trasformación de estas armas en verdaderas
armas de fuego, incluyendo en su art. 1.1.4) y 5) definiciones de las “armas
de alarma y de señalización” y de las “armas de salvas y armas acústicas”, di-
señadas para disparar cartuchos de fogueo. Además, en el nuevo art. 10 bis.2
se indica que “Los Estados miembros clasificarán como armas de fuego todo
dispositivo con un receptáculo para cartuchos que esté diseñado únicamen-
te para disparar cartuchos de fogueo, productos irritantes, otras sustancias
activas o cartuchos pirotécnicos de señalización y que pueda transformarse
para lanzar un perdigón, una bala o un proyectil por la acción de un com-
bustible propulsor”.
54 También se aplica el art. 563, por ejemplo, en las SSTS 1986/2000, de 22 de diciem-
bre (RJ 2001/501) y 1383/2004, de 19 de noviembre (JUR 2005/444), o las SSAP Pontevedra
5ª, 12/2000, de 2 de febrero (ARP 2000/752); Madrid, 23ª, 277/2000, de 24 de mayo (JUR
2000/213945); Madrid, 16ª, 24/2002, de 7 de marzo (JUR 2002/138138); Sevilla, 3ª, 311/2005,
de 22 de junio (ARP 2005/669);Almería, 2ª, 235/2005, de 19 de octubre (JUR 2006/36216; Santa
Cruz de Tenerife 353/2013, de 9 de septiembre (ARP 2013\1519); Tarragona 48/2014, de 25 de
marzo (ARP 2014/824); Murcia, 5ª, 334/2014, de 7 de octubre (JUR 2014\255293.
1040 Julio Díaz-Maroto y Villarejo
cación sólo afecta a alguna de sus características originales sin que podamos
sostener que la modificación ha sido sustancial”.
En la actualidad, ya es reiterada la jurisprudencia en la que se afirma
que la tenencia, careciendo de los permisos reglamentarios, de escopetas
con los cañones recortados constituye una alteración sustancial del arma regla-
mentada, por lo que la subsunción es la prevista en el art. 563 CP 55.
Se argumenta al respecto que la tenencia, careciendo de los permisos
reglamentarios, de escopetas con los cañones recortados constituye una al-
teración sustancial del arma reglamentada, por lo que la subsunción es la
prevista en el art. 563 del Código penal 56. Pues, “Una escopeta de tales ca-
racterísticas, al recortarse sus cañones y su culata, queda inhabilitada para
su originario destino, que es la caza o el tiro deportivo (plato, pichón, etc.),
convirtiéndose en una peligrosísima arma ofensiva, que une a la facilidad de su
ocultación, su posibilidad de utilización sólo a corta distancia, y la produc-
ción con sus disparos, tanto de proyectil único (bala) como múltiple (perdi-
gones), de unos efectos devastadores sobre el organismo humano” 57.
Por último, debe señalarse que en los casos en que el arma, si bien en su
origen tenía el carácter de arma de fuego corta, cuando la modificación que
sufre le retorna a ese estado, ello se produce a partir de una situación en la
que carecía ya de la referida naturaleza ya que estaba inutilizada, el Tribunal
Supremo ha mantenido una solución vacilante.
Así, ha sostenido que “quien dispone de una pistola semiautomática que
había sido inutilizada mediante el fresado longitudinal del cañón y a la que
posteriormente se aplicó soldadura eléctrica con el fin de rellenar el agujero
abierto para dejarla en correcto estado de funcionamiento, devolviéndola a
su estado original, comete el delito básico previsto en el art. 564.1.1 CP, ha-
bida cuenta de la falta de licencia o permiso necesario para su posesión” 58,
Bibliografía
Además de las obras y Comentarios generales, citadas en el texto, consúltense:
BELESTA SEGURA, Luis. “Aproximación al estudio del delito de tenencia
de armas prohibidas”, en Revista de Derecho y Proceso Penal, 9, 2003, pp. 67-91;
CRUZ BLANCA, María José. Régimen penal y tratamiento jurisprudencial de la