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Instituto Teológico Internacional.


Vida Nueva para el Mundo A.R.

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Diplomado

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La Deidad del
Espíritu Santo

LA DEIDAD DEL ESPIRITU SANTO___________________________

Si acaso pareciere dudosa la personalidad del Espíritu Santo a algún creyente,


no se debe a falta alguna en el Texto Sagrado. En lo que atañe a las Escrituras,
el Espíritu se exhibe en conexión con todas las acciones y características que
pertenecen a una Persona divina. De acuerdo con el relato presentado en la
Biblia, el Espíritu Santo, aunque visto en acción constantemente, nunca se ve
en otra forma aparte de aquella en que aparece constituyendo la Deidad.

En esto, como se ha observado antes, hay una amplia lista de distinciones que
anotar entre lo que comprende la Cristología y lo que entra en la
Neumatología. Un tratamiento digno de la doctrina de Cristo demanda el
reconocimiento de Su nacimiento humano, Su cuerpo, alma y espíritu
humanos, ciertas limitaciones humanas, Su muerte, Su resurrección, Su actual
presencia en el cielo en un cuerpo glorificado, Su regreso de nuevo, en forma
visible, a la tierra.

Ninguno de estos rasgos distintivos han estado relacionados directamente con


el Padre o el Espíritu Santo. Por tanto, confiadamente se afirma que toda la
esfera de actividades del Espíritu, así como la de Su propia Persona, está
enteramente dentro de la esfera que concierne a la Deidad. De igual manera, si
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las acciones y las características reveladas pueden imitar la personalidad, la
personalidad del Espíritu Santo es sustentada por la evidencia más que la del
Padre, ya que el Espíritu es el ejecutivo, el Creador del universo, el Autor
divino de las Escrituras, el Generador de la humanidad de Cristo, el
Regenerador de los que creen y la fuente directa de todo factor vital en la vida
espiritual del cristiano.

No obstante, cosa singularmente extraña, en todas las generaciones los


hombres se han rendido ante una rara incertidumbre con respecto a la realidad
de la Persona del Espíritu Santo. Parece como si del todo no se leyesen las
Escrituras o, si se leyeran, que la mente humana fuera en sí incapaz de percibir
las más sencillas y obvias verdades respecto a Dios. Siendo que todos los
hombres están afectados en algún grado con la incapacidad para recibir la
verdad revelada sobre este tema, se convierte en un valioso motivo de oración
para que El, cuya obra es patentizar al creyente las cosas relativas al Padre y
al Hijo, se evidencie a Sí mismo también.

I. ATRIBUTOS DIVINOS_________________________________

Es la responsabilidad de cualquier obra que ha de servir como libro de texto de


presentar, hasta donde sea posible, todos los hechos implicados, aún los más
obvios. Así s imperativo que a lo menos algunos de los atributos del Espíritu
Santo serán incluidos como evidencia respecto a Su perfección divina.
Tomándolos todos en cuenta, el intento incluiría un recuento de todos los
atributos de Dios, ya mencionados en la Teología Propia, porque todo atributo
de Dios se aplica al Espíritu Santo tan plena y libremente, como al Padre y al
Hijo.

Eternidad
Omnipotencia
Omnipresencia
Omnisciencia
Amor
Fe
Veracidad
Santidad
I.
ETERNIDAD___________________________________________

“…Cristo, quien por el Espíritu Eterno se ofreció sin mancha a Dios” (He. 9:14).

De acuerdo a las teorías humanas, no se podría leer en el texto que Cristo por
Su propio espíritu, o que por un atributo, o por mera influencia, se ofreció a
Dios. El Hijo se está ofreciendo a Sí mismo, el Padre está recibiendo, y todo es
ejecutado por el Espíritu Eterno. ¿Sería posible demostrar que la obra del
Espíritu en esta vasta empresa es menor que la del Hijo o que la
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responsabilidad del Padre en recibirla? El término eterno, que con toda
propiedad puede también asignarse a Dios el Padre o a Dios el Hijo, aquí es
aplicado al Espíritu Santo. Puesto que este atributo solo a Dios puede ser
aplicado, se concluye que el Espíritu es de Dios.

Eternidad
Omnipotencia
Omnipresencia
Omnisciencia
Amor
Fe
Veracidad
Santidad

2. OMNIPOTENCIA_______________________________________

“Porque Cristo padeció una vez por los pecados, el justo por los injustos, para
llevarlos a Dios, siendo muerto en la carne, pero vivificado por el Espíritu”
(1P. 3:18).

La resurrección de Cristo es acreditada al poder energético del Espíritu Santo


en este pasaje. Se afirma no menos de veinticinco veces que Cristo fue
levantado por el poder del Padre (comp. Hch. 2:32, Gá. 1:1), y una vez que
Cristo dijo en relación a Su propia vida: “Tengo poder para volverla a tomar”
(Jn. 10:18). Así mismo Cristo dijo: “Destruid este templo (Su propio cuerpo), y
en tres días lo levantaré (Jn. 2:19).

No obstante, la inmensurable omnipotencia que puede levantar los muertos es


atribuida al Espíritu Santo. Esta es sólo una de las realizaciones a que puede
hacerse referencia. En verdad, todas las obras del Espíritu, como se indicará,
son obras que demandan omnipotencia divina.

Eternidad
Omnipotencia
Omnipresencia
Omnisciencia
Amor
Fe
Veracidad
Santidad

3. OMNIPRESENCIA___________________________________
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“¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿y dónde huiré de tu presencia? Si subiere a


las cielos, allí estás Tu: y si en el abismo hiciere mi estrado, he aquí, allí Tú
estás. Si tomare las alas del alba, y habitare en el extremo de la mar, aún allí
me guiará tu mano, y me asirá tu diestra” (Sal. 139:7-10).

Aun cuando no todo el contexto está citado aquí, se ve por el trozo precedente
que la referencia es al Espíritu Santo. El es Omnipresente. Siempre ha sido
Omnipresente en la creación entera; pero también es cierto que ahora,
principiando con el día de Pentecostés y continuando hasta el arrebatamiento
de la Iglesia, El reside en el mundo (Ef. 2:18-22).

Eternidad
Omnipotencia
Omnipresencia
Omnisciencia
Amor
Fe
Veracidad
Santidad

4. OMNISCIENCIA_________________________________________

“EL Espíritu escudriña todas las cosas, aún lo profundo de Dios. Porque ¿quién
de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está
en él? Así tampoco, nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios”
(1Co. 2:10, 11).

Jamás nada se ha escondido del discernimiento escudriñador del Espíritu


Santo, ni aún “lo profundo de Dios”. Más allá de lo que puede significar lo
profundo de Dios, la imaginación humana no puede descubrir. El texto declara
definitivamente que el hombre sin ayuda no puede conocer las cosas de Dios
(comp. v. 14), pero el Espíritu conoce todas las cosas.

Se hace referencia a los ilimitados confines de la Omnisciencia, y nadie puede


negar que, si el conocimiento que posee el Espíritu alcanza lo profundo de
Dios, de la misma manera todo lo demás sería comprendido por El.

Quien así sondea el más profundo océano de la verdad y el entendimiento, es


capaz también de discernir los pensamientos y las intenciones del corazón
humano. Los que son tentados a pecar en lo secreto bien pueden recordar que
nada está oculto al Espíritu de Dios. De igual modo es consolador saber que El
observa plenamente cada propósito sincero, haya o no la habilidad para
ejecutarlo.
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Eternidad
Omnipotencia
Omnipresencia
Omnisciencia
Amor
Fe
Veracidad
Santidad

5. AMOR________________________________________________

“El fruto del Espíritu es amor” (Gá. 5:22).

El atributo del amor pertenece al Espíritu Santo en grado de infinidad. Más aún,
El es quien ejecuta las cosas de Dios. Así El literalmente ama con divina
compasión a través de aquel en quien El habita. En tanto que ésta es una
provisión de inapreciable ventaja para el cristiano, el punto por reconocerse es
que el Espíritu ejercita la medida completa del amor divino. El es Su fuente.

Eternidad
Omnipotencia
Omnipresencia
Omnisciencia
Amor
Fe
Veracidad
Santidad

6. FE.

“El fruto del espíritu es… fe” (Gá. 5:22).

La referencia aquí no es la actitud de fe, como quizá se sugiera en la


Authorized Versión (Versión Autorizada), más bien se dice del Espíritu que
reproduce en el creyente la fidelidad divina.

Todos los pactos de Dios, Sus promesas y sus predicciones, hablan de Su


fidelidad. “El permanece fiel.” “Grande es tu fidelidad”. El Espíritu Santo
participa plenamente de estos atributos divinos.
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Eternidad
Omnipotencia
Omnipresencia
Omnisciencia
Amor
Fe
Veracidad
Santidad

7. VERACIDAD__________________________________________

“Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad”


(Jn. 5:6).

Cristo previamente había llamado al Espíritu Santo “el Espíritu de Verdad”. Así
pude observarse que el Espíritu no sólo posee la verdad: El es el Fiel Testigo de
la verdad. Como tal, El es el autor divino de las Escrituras y en ellas ha
testificado de la verdad. Una mentira contra el Espíritu fue castigada
instantáneamente con la muerte (Hch. 5:1-11). Por tanto, la verdad está vital
e infinitamente relacionada al Espíritu Santo.

Eternidad
Omnipotencia
Omnipresencia
Omnisciencia
Amor
Fe
Veracidad
Santidad

8. SANTIDAD___________________________________________

“El Espíritu Santo”.


Cualesquiera que pudieran ser las distinciones dentro de Dios, no puede haber
duda de que las Escrituras ponen un énfasis peculiar en la pureza y santidad de
el Espíritu Santo. El mismo título de “Espíritu Santo, da testimonio de esta
solemne realidad.

Más adelante en este volumen se demostrará que el Espíritu es el que trata


directamente con la naturaleza pecaminosa en el creyente, y es el único poder
que existe por el que esa naturaleza es siempre controlada. La verdad de que
El es santo y que El, por quien Cristo ha obrado trayendo a juicio la naturaleza
pecaminosa, El mismo en sí nunca ha sido deslustrado ni en sombra por el mal
que suprime, también se hará claro.
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Al principio se ha indicado cómo le fue infligida la muerte instantánea a dos


personas en el comienzo de la presente dispensación porque presumieron
mentir al Espíritu Santo. Apoyándonos en la misma verdad con relación a la
distintiva santidad del Espíritu, se recordará que fue un pecado contra “el
Espíritu Santo” que nunca podría ser perdonado. Sobre esto Cristo dijo: “Por
tanto os digo: todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, mas la
blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere
alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonada, pero al que hable
contra el Espíritu Santo no le será perdonado, ni en este siglo ni en el
venidero” (Mt. 12:31, 32).

Siendo el Divino ejecutivo, el Espíritu Santo puede tener un nombramiento


especial para manifestar, así como para defender la infinita santidad de Dios.
Es con la misma propiedad, entonces, que los seres angelicales tributan a Dios
la adoración de “Santo, Santo, Santo es Jehová de los ejércitos.”

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