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Existe una diferencia muy particular entre la teoría de Taylor y Henry Fayol que
resultó adyacente hacia la conyugal del sistema de Estados Unidos, en el uso del
tiempo, ya que Fayol se enfoca más en la estructura general de la organización,
mientras que Taylor se enfocaba más en el método y herramientas del trabajo
para una mejor eficacia. Otra diferencia entre Taylor y Fayol es el área de la
pirámide de la organización que estudiaban, una es el nivel operario que es el
área de estudio de Taylor mientras que Fayol se dedicó al estudio del área
superior de la organización.
Aportes a la Administración
Estandarización de herramientas.
Principios de Taylor
Elaboran una ciencia para la ejecución de cada una de las operaciones del
trabajo, la cual sustituye al viejo modelo empírico.
Definir las funciones administrativas que tenían que llevar a cabo los directivos
tanto para evaluar o clasificar la administración, lo que se conoce como la
definición funcional de la administración.
Según la teoría de Katz y Kahn la organización como sistema abierto posee las
siguientes características:
Los sistemas como ciclos repitentes: Para que cualquier empresa pueda funcionar
óptimamente debe existir un ciclo repetitivo de la siguiente forma: importación,
después transformación y por último, exportación. La importación y exportación
son transacciones que implican al sistema en determinados sectores de su
ambiente inmediato, la transformación o procesamiento de insumos es un proceso
que ocurre netamente dentro de la empresa.
Límites: Los límites para las organizaciones definirán el campo de acción de sus
sistemas, así mismo, su grado de apertura con las relaciones externas.
Esto quiere decir que para tener un sistema, debemos poder identificar las partes
que lo componen y entre ellas debe haber una relación tal, que al modificar una se
modifican también las demás, generando patrones de comportamiento
predecibles.
Por otro lado, todo sistema tiene una relación con su entorno, al cual se ajusta en
mayor o menor medida y respecto del cual deberá poder ser siempre diferenciado.
Dichas consideraciones, como se verá, pueden aplicarse a la biología, a la
medicina, a la sociología, a la administración de empresas y muchos otros campos
del saber humano.
La Teoría de sistemas no es el primer intento del ser humano por dar con un
enfoque general de los objetos reales, sino que surge en el siglo XX como un
intento por dar nueva vida al enfoque sistémico de la realidad.
En dicha formulación fueron clave los estudios de Charles Darwin y del padre de la
cibernética, Norbert Wiener. Fue el sustento de teorías más complejas y
posteriores que partieron de la noción básica de sistemas, tales como la Teoría del
caos (1980) o desarrollos más recientes que intentan aplicar la Teoría General de
Sistemas a los grupos humanos y las ciencias sociales.
Los seres vivos son sistemas que comparten información y materia con el medio.
Enfoque sistémico
Para empezar, la estadounidense Mary Parker Follet utilizó esta teoría para refutar
numerosas perspectivas de la administración clásica. Desde entonces, la
comprensión de las empresas y organizaciones como sistemas describibles no ha
cesado.
A finales del siglo XVIII un número creciente de naturalistas afirmaba que los seres
vivos poseen rasgos que los distinguen claramente de los objetos inanimados. La
principal de estas características sería la “organización” interna que mostraban
tanto animales como plantas. Los naturalistas comenzaron a referirse a ellos como
“organismos”, una denominación que reestructura la división tradicional de la
naturaleza en tres reinos, haciendo énfasis en una separación entre lo vivo y lo no
vivo que aún perdura.
Estas reglas tuvieron una enorme influencia mucho más allá del programa de
Cuvier. La ley de la “subordinación de los caracteres”, por ejemplo, aseguraba que
las peculiaridades observadas en los órganos principales de una planta o animal
permitía a los anatomistas predecir la estructura del resto del organismo; sólo
algunos caracteres podían ligarse a determinados órganos principales para
asegurar la “correlación de las partes” necesaria para hacer la vida posible.
Los paleontólogos usaron reglas similares a lo largo de todo el siglo XIX en sus
esfuerzos para reconstruir toda la diversidad de organismos extintos a partir de
unos restos fósiles parciales y dispersos.
Uno de los mayores retos a los que tuvo que enfrentarse Charles Darwin en las
décadas centrales del siglo XIX fue reconciliar la visión evolutiva de la vida con el
concepto ortodoxo de organización establecido por la tradición anatómica y
enriquecido por los descubrimientos de la embriología. Sería el darwinismo, más
que el propio Darwin, quien superaría el reto.
Para los años veinte del siglo XX lo que constituía un organismo, y que
recomendaba una aproximación antimecanicista al concepto, era una organización
compleja, especializada y jerárquica, que coordina estructuras y funciones que
implican a órganos, tejidos, células, cromosomas y proteínas, considerados los
portadores de las especificidades de géneros y especies.
Después de la Segunda Guerra Mundial los conceptos generados por las ciencias
de la información empezaron a apuntar a nuevas formas de usar la metáfora.