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Bogotá, 26 de Octubre de 2019

Querida comunidad parroquial


SAN PEDRO DE ALCANTARA
Fraternal Saludo

Doy infinitas gracias a Dios Padre, por el amor que ha manifestado durante estos dos años que he podido a lado del padre
Luis, compartir con ustedes la fe en Jesucristo dentro de la Iglesia Católica en Bogotá. Deseo que el Espíritu Santo siga
guiando su caminar como comunidad cristiana tras la huellas del Evangelio del Señor. En esta breve nota, quiero en cuatro
puntos expresar algunos sentimientos que nacen de mi corazón, y como mensaje de despedida para todos ustedes.

1. La acogida: en primer lugar, quiero manifestar mi satisfacción, porque he podido sentirme en familia, en confianza
durante este tiempo con la comunidad, pues he podido encontrar un ambiente comunitario con un intenso calor humano,
pues descubro que esta comunidad es muy bendecida por innumerables personas que con su sonrisa, su saludo, su aprecio y
respeto me han dado aquel cariño que podía darme una mujer o unos hijos. De verdad, gracias por hacerme sentir parte de
sus vidas, por compartir conmigo muchas de sus alegrías pero también de sus tristezas, sus aciertos y sus derrotas, por
abrirme las puertas de su corazón y ofrecerme algo de eso que se alberga dentro de sus almas. El Señor les pague todo el
bien que me han hecho.

2. La pastoral: Una de las experiencias que directamente me llenan de alegría es poder ejercer mi ministerio sacerdotal, por
eso, el trabajo pastoral que he podido hacer en esta parroquia aunque no fue mucho, fue muy significativo, porque considero
que pude a través de diversas formas acompañarlos en su vida cristiana, pues ya sea mediante la eucaristía, la predicación de
la Palabra de Dios, la oración, la confesión, la dirección espiritual, las procesiones, vigilas, entre otras, siento que Dios me
permitió que te llegará algo de aquello hermosos y bello Él quiere regalarle a sus hijos e hijas. Pues el ser pastor de una
comunidad es una gran responsabilidad, que me supera pero creo que en medio de mis limitaciones como lo manifiesta del
apóstol san Pablo hoy en la segunda lectura a Timoteo, pues “el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, a través
de mí, se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todas las naciones. Y fui librado de la boca del león. El Señor me
librará de toda obra mala y me salvará llevándome a su reino celestial”. Por eso, me voy a gusto porque pude poner al
servicio pastoral de ustedes mi sacerdocio.

3. La amistad: Creo que tengo el deber moral de hacerle un reconocimiento a toda la comunidad, por sus detalles, sus
invitaciones, su afecto expresado de mil maneras, pues la oración de ustedes por nosotros, sus ofrendas para el
sostenimiento de la parroquia, la cercanía de los miembros de las diferentes pastorales, son solo algunos de los tantos gestos
de aprecio de ustedes por mí, pero en especial quiero destacar el cariño del Padre Lucho, pues la amistad que se ha trabado
desde hace casi dos años que nos conocemos ha estado es sido muy especial, al punto que conoce toda mi familia y también
he podido conocer gran parte de suya, pero ante todo porque supo ofrecerme un espacio en su corazón de hermano para
poder afrontar mi estadía en la ciudad de Bogotá. Sepa padre y comunidad en general, que les estaré eternamente agradecido
por abrirme las puertas de la parroquia, pero ante todo las de sus corazones como hermanos y amigos en el Señor.

4. Perdón: Solo me queda, pedirles perdón, porque creo que me falto mucho de mi parte como persona, como sacerdote
pues la verdad en muchos momentos pensé solo en mi bienestar o mi beneficio personal, y no supe aprovechar todo los
momentos para ayudarlos en su camino de fe. Querida comunidad parroquial, perdón, porque me quedé corto a la hora de
orar por su intenciones, sus necesidades, sus enfermos y familias. Pido que me perdonen por mi malgenio, mi arrogancia,
pues si en algún momento no les di buen testimonio del sacerdocio, espero que saquen de su recuerdo y de su memoria esos
malos ejemplos y se queden solo con lo bueno que hayan podido escuchar o aprender de mí. De nuevo reitero mi solicitud
más sincera de perdón por todas mis fallas y pecados. La misericordia del Señor nos purifique de todo lo malo, y nos
conceda pasar por este mundo haciendo el bien.

Muchas gracias

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