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Alfabeto latino

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Alfabeto latino

Tipo Alfabeto bicameral

Latín y lenguas latinas


Lenguas germánicas, ugrofinesas,
Idiomas eslavas occ. y austronésicas
Mayoría de lenguas de Europa, de
América, de África y de Oceanía

Época Siglo VIII a.C a la actualidad


Jeroglíficos egipcios

Alfabeto fenicio
Antecesores Alfabeto griego eubeo
Alfabeto etrusco
Alfabeto latino

Historia Historia del alfabeto latino


Hermanos Cirílico, copto, armenio, rúnico
Dio lugar a Numerosos derivados
Dirección de izquierda a derecha
Letras letra latina
Unicode U0000
ISO 15924 Latn, 215

Mapa de distribución

[editar datos en Wikidata]

El alfabeto latino, abecedario latino, alfabeto romano o abecedario romano (en latín tardío: Abecedarium Latinum) es el sistema de escritura
alfabético más usado del mundo hoy en día, con más de 2500 millones de personas. Se compone de 27 letras principales, más ciertas modificaciones y
letras adicionales según el idioma del que se trate.

El alfabeto latino se utiliza en la mayoría de los idiomas de la Unión Europea, América, el África subsahariana y las islas del océano Pacífico.

Actualmente, la expresión alfabeto latino se utiliza para cualquier derivación directa del alfabeto usado por los romanos. Estas variaciones pueden
perder letras —como el euskera— o añadir letras —como es el caso del español— con respecto al alfabeto romano clásico. Muchas letras, por otro
lado, han cambiado a lo largo de los siglos, como las minúsculas, forma desarrollada en la Edad Media que los romanos no habrían reconocido.

Índice
1 Historia
1.1 Desarrollo medieval y posterior
1.2 Expansión del alfabeto latino
2 Extensiones
2.1 Visión general
2.2 Otras letras
2.3 Ligaduras
2.4 Diacríticos
2.5 Clasificación alfabética con extensiones
3 Véase también
4 Referencias

Historia
Artículo principal: Historia del alfabeto latino

La inscripción Duenos, datada del


siglo VI a. C., muestra la forma
más antigua conocida del alfabeto
latino arcaico.

El abecedario latino original constaba de 21


letras. En la imagen, aparece escrito con una
caligrafía rústica.

Se mantiene, generalmente, que los latinos adoptaron la variante occidental del alfabeto griego en el siglo VII a. C. de la colonia griega en Cumas (sur
de Italia). El antiguo alfabeto etrusco fue derivado del alfabeto de Cumas, y los latinos finalmente adoptaron 21 de las 26 letras etruscas originales.

En el alfabeto original latino:

C representaba g y k.
I representaba i y j.
V representaba u y v.

Más adelante la Z se perdió y una nueva letra G se adoptó en su posición, inventada por Spurius Servilius Ruga, un antiguo esclavo. Un intento por el
emperador Claudio para introducir tres nuevas letras (letras claudias) duró poco tiempo pero, tras la conquista de Grecia en el siglo I a. C., las letras Y
y Z fueron adoptada y readoptada, respectivamente, y situadas al final. El nuevo alfabeto latino contenía 23 caracteres:

Letra A B C D E F G H I K L M N O P Q R S T V X Y Z
Nombre latino ā bē cē dē ē ef gē hā ī kā el em en ō pē qū er es tē ū ex ī graeca zēta
Pronunciada (AFI). [aː] [beː] [keː] [deː] [eː] [ɛf] [geː] [haː] [iː] [kaː] [ɛl] [ɛm] [ɛn] [oː] [peː] [kʷuː] [ɛr] [ɛs] [teː] [uː] [ɛks] [iː 'grajka] ['zeːta]

La W está formada por dos uves (VV) o úes (UU). Fue añadida en tiempos romanos tardíos para representar un sonido germánico. Las letras U y J, de
manera similar, se consideraban originalmente como variantes de V e I respectivamente.

El abecedario latino en la época clásica estaba


conformado por 23 letras. La tipografía de la
imagen es de tipo lapidaria, como la que
aparece en la Columna de Trajano.

Los nombres latinos de algunas letras son discutidos. La H probablemente tenía otro nombre en el latín hablado: basando en las lenguas romances
actuales, éste debe haber sido haca, a consecuencia de perder su sonido en épocas tardías del latín, pues era necesario distinguirla de la [a]. En general,
de cualquier modo, los romanos no usaban los nombres tradicionales (derivados de los semitas) como en griego: los nombres de las consonantes
oclusivas fueron formados añadiendo [eː] al sonido (excepto C, K y Q en las que se necesitaba diferentes vocales para distinguirlas) y los nombres de
las fricativas consistieron en, ya sea el sonido en sí, o el sonido precedido de [ɛ]. Cuando se introdujo la letra Y fue, probablemente, llamada hy [hyː]
como en griego (el nombre ípsilon no era usado todavía) pero se cambió por i graeca ("i griega") cuando el sonido [i] y [y] se mezclaron en latín. A la
Z se le dio su nombre griego, zeta.

Desarrollo medieval y posterior


No fue hasta la Edad Media que se añadió la J (que representaba la I no silábica), y la U y la W (para distinguirlas de V).

El alfabeto usado por los romanos comprendía únicamente las letras mayúsculas. Las minúsculas se desarrollaron, a partir de la grafía cursiva, en la
Edad Media, primero como escritura uncial y luego como escritura minúscula. Las antiguas letras romanas se mantuvieron para inscripciones formales
y para dar énfasis en documentos escritos. Las lenguas que usan el alfabeto latino, generalmente, usan letras mayúsculas para empezar párrafos y frases
y para nombres propios. Las reglas de las mayúsculas han cambiado a lo largo del tiempo y no son las mismas para todos los idiomas.

A diferencia del español, idiomas como el inglés usan la mayúscula inicial para lenguas, nacionalidades y meses, entre otros; el alemán moderno
capitaliza todos los sustantivos; el polaco capitaliza los pronombres.

Expansión del alfabeto latino

El alfabeto latino se expandió desde Italia, con la lengua latina, a las tierras alrededor del mar Mediterráneo con la expansión del imperio romano. La
parte este del imperio romano, incluyendo Grecia, Asia Menor, Levante y Egipto, continuó usando la lengua griega como lingua franca, pero el latín
era ampliamente hablado en la parte oeste del imperio y, del latín, se desarrollaron las lenguas romances occidentales incluyendo el español, francés,
catalán, gallego, portugués e italiano, que continuaron usando y adaptando el alfabeto latino. Con la expansión del cristianismo, el alfabeto latino se
extendió a los pueblos del norte de Europa que hablaban lenguas germánicas, desplazando sus anteriores alfabetos rúnicos, como también a las lenguas
bálticas, como el lituano y el letón, y muchas lenguas no indoeuropeas como las fino-ugrias, más notablemente el húngaro, el finés y el estonio.
Durante la Edad Media, el alfabeto latino se empezó a usar entre los hablantes de las lenguas eslavas occidentales, incluyendo los ancestros de los
polacos, checos, croatas, eslovenos y eslovacos modernos, a medida que adoptaban el catolicismo; los hablantes de las lenguas eslavas orientales,
generalmente, adoptaron el cristianismo ortodoxo y el alfabeto cirílico.

Hasta 1492, el alfabeto latino estaba limitado a las lenguas habladas en Europa occidental, norte y central. Los Eslavos Cristianos Ortodoxos del este y
sur de Europa, mayormente, usaban el alfabeto cirílico y el alfabeto griego se seguía usando entre los hablantes griegos alrededor del Mediterráneo
oriental. El alfabeto árabe se extendió ampliamente entre el Islam, entre naciones árabes y no árabes, como los iranios, indonesios, malayos y los
turcos. La mayor parte del resto de Asia usaba una variedad de alfabeto brahmi (devanagari) o escritura china.

A lo largo de los últimos 500 años, el alfabeto latino se ha expandido por todo el mundo. Llegó a América, Australia y a partes de Asia, África y el
Pacífico bajo las colonias europeas, de mano de las lenguas española, portuguesa, inglesa, francesa y neerlandesa. En el siglo XVII, los rumanos
adoptaron el alfabeto latino; aunque el rumano es una lengua romance, los rumanos eran predominantemente cristianos ortodoxos y, hasta el siglo XIX
la Iglesia usaba el alfabeto cirílico. Vietnam, bajo dominio francés, adoptó el alfabeto latino para escribir el idioma vietnamita, que había usado los
caracteres chinos con anterioridad. El alfabeto latino se usa también en muchas lenguas austronesias, incluyendo tagalo y otros idiomas de Filipinas, el
malayo oficial y el indonesio, que reemplazó la los anteriores alfabetos árabe y brahmi. Otro idioma que adaptó la alfabetización latina fue el rapa nui.

En 1928, como parte de la reforma de Mustafa Kemal Atatürk, Turquía adoptó el alfabeto latino para el turco, reemplazando el alfabeto árabe. La
mayoría de los hablantes de las lenguas túrquicas de la antigua Unión Soviética, incluyendo los tártaros, los bashkirios, azeríes, los kazajos, los kirguís,
etc. usaron el alfabeto túrquico uniforme en los años treinta. En los cuarenta todos esos alfabetos fueron reemplazados por el cirílico. Tras el colapso de
la Unión Soviética en 1991, muchas de las recientemente independientes repúblicas de habla túrquica, adoptaron nuevamente el alfabeto latino,
reemplazando al cirílico. Azerbaiyán, Uzbekistán y Turkmenistán han adoptado el alfabeto latino para las lenguas azerí, uzbeka y turcomana,
respectivamente. Hay proyectos similares en Kazajistán. En los años setenta, la República Popular China desarrolló una transliteración oficial del chino
mandarín al alfabeto latino, llamado pinyin, aunque todavía predomina el uso de caracteres chinos.

Expansión del uso exclusivo del


alfabeto latino en territorios de la
desaparecida Yugoslavia.

Las lenguas eslavas occidentales y la mayoría de las del sur, usan el alfabeto latino en vez del cirílico, como reflejo de la religión dominante entre esa
gente. Entre ellos, el polaco, usa una variedad de diacríticos y dígrafos para representar valores fonéticos especiales, como también la l con barra (ł)
para un sonido similar a la u en posición inicial de diptongo ([w] en AFI – similar a la w inglesa). En checo usa diacríticos como el háček. En croata,
esloveno y en la versión latina del serbio también se usan háčeks y acentos agudos como en ć y barras como en đ.

Las lenguas de los eslavos orientales de la Iglesia ortodoxa, generalmente usan cirílico. En serbio se usan los dos. En los Balcanes no utilizan el
alfabeto latino solamente Grecia y Bulgaria, aunque las minorías turcas de ambos países lo utilizan oficialmente para su lengua turca.

Recientemente las autoridades secesionistas de etnia albanesa de Kosovo han propuesto el uso exclusivo del alfabeto latino en perjuicio del cirílico,
para cancelar todo vestigio de la dominación serbia en la región, de mayoría albanesa. En la actualidad en Kasajstán por iniciativa del presidente del
país, Nursultán Nazarbáyev, ha decidido que su lengua nacional se escriba en el alfabeto latino, igual que la mayoría de los idiomas túrquicos como
parte de la estrategia de desarrollo estatal, abandonando el cirilico.[1][2]

En India recientemente ha sido propuesto el uso del alfabeto latino.

Extensiones
Visión general

El abecedario latino internacional moderno tiene como base al romano, añadiendo J, U, W y sus correspondientes formas minúsculas:

A, B, C, D, E, F, G, H, I, J, K, L, M, N, O, P, Q, R, S, T, U, V, W, X, Y, Z.

Se pueden formar letras adicionales

por ligadura: W era VV, & es igual a ET, Æ viene de AE, Œ de OE, ß de ſ y s (s larga y s normal), ŋ de NG, Ȣ de OU, Ñ de NN, ä de ae (véase
Sütterlin), Ç de CZ y @ de AD.
por diacríticos: como Ñ, Å, Č, Ų, Ĉ, Ĝ, Ĥ, Ĵ, Ŝ, Ŭ;
por dígrafos: como IJ, LL, RR, CH;
por modificación: como la J que era I, como Ø, eth Ð, yogh (Ȝ) de G, o schwa (ə) de A o E; o
pueden ser prestadas de otro alfabeto: como thorn (Þ) y wynn (Ƿ) —eran de la escritura rúnica—.

De todos modos, estos glifos no son siempre considerados letras independientes en el alfabeto. Por ejemplo, en inglés moderno æ se considera una
variante gráfica de ae en vez de una letra por separado. También en latín, tanto æ, como œ simplemente son variantes de los diptongos ae y oe; por lo
tanto, tampoco se consideran letras independientes; mientras que en los alfabetos danés y noruego æ es una letra por sí misma y está situada al final del
alfabeto conjuntamente con ø y aa/å. En francés, œ tampoco forma parte del alfabeto, simplemente es variante gráfica del diptongo oe. En español, la
ch y la ll se consideraban letras independientes desde la Ortografía de 1754, pero desde la publicación de la Ortografía de 2010 son, oficialmente,
dígrafos de c, h; y l, l; respectivamente. En el catalán y belsetano, existe la l·l geminada.

Con el paso del tiempo, el alfabeto latino ha sido adoptado para el uso de nuevas lenguas, algunas de las cuales tienen fonemas que no habían sido
usados en las lenguas que tenían este alfabeto como medio de escritura. Por lo tanto, se crearon extensiones de este alfabeto cuando se necesitaban.
Estas toman la forma de símbolos modificados cambiándoles la forma o añadiendo diacríticos, juntando varias letras con ligadura o creando nuevas
formas.

A estas nuevas formas se les da un lugar en el alfabeto, como se verá más adelante.

Otras letras

En inglés antiguo fueron añadidas eth ð y las letras rúnicas thorn þ y wynn ƿ. Eth y thorn fueron reemplazadas por th y wynn por la nueva letra 'w'.

En islandés moderno, thorn y eth se siguen usando.

En turco moderno las consonantes ç, ğ, ş y las vocales ı, ö, ü forman parte formalmente del alfabeto como letras independientes, mientras que en otras
lenguas éstas solo representan letras modificadas por diacríticos como la ç del francés, portugués y catalán, que no hace parte del alfabeto sino es una
modificación de la c.

Por poco tiempo en la historia de Roma, se añadieron tres letras (letras claudias) al alfabeto, pero no tuvieron buena acogida y se eliminaron.

La lengua africana hausa usa tres consonantes adicionales: ɓ, ɗ y ƙ, que son variantes de "b", "d" y "g". Y se usan por lingüistas para representar
ciertos sonidos que les son similares.

En español se usa la ñ.

En asturiano se usan la ḷḷ (che vaquera) y la ḥ (hache aspirada).

Ligaduras

Una ligadura es la fusión de dos o más letras ordinarias en un nuevo glifo. Ejemplos de ligaduras son Æ de AE , Œ de OE, ß de ſs, la ij neerlandesa de
i y j. El par ſs es simplemente la doble s arcaica. La primera parte (ſ) es la forma medieval arcaica y la segunda es su forma final (s). Nótese que ij en
mayúsculas es IJ (y no Ij). El francés usa el dígrafo Œ, como en sœur, bœuf, cœur...

Diacríticos

Artículo principal: Signo diacrítico

Los diacríticos son signos que se añaden a letras específicas para modificar su pronunciación. Las características que representan dependen de cada
lengua.

Utilización en euskera de Ŕ en
lugar de RR.

El acento agudo (o tilde en español) se encuentra en portugués, español, asturiano, gallego (á, é, í, ó, ú), en catalán (é, í, ó, ú), en francés (é),
irlandés, e italiano (é, ó). Adicionalmente, ý también se usa en guaraní (á, é, í, ó, ú, ý), feroés (á, í, ó, ú, ý), islandés, checo y eslovaco. Cabe
aclarar que los diacríticos no son de uso exclusivo en el alfabeto latino, en griego moderno se usa sobre cualquier vocal (ά, έ, ί, ό, ύ, ή, ώ). Tiene
usos diferentes: Puede indicar acento tónico como en el caso de español y griego moderno o alargamiento vocálico en el caso de húngaro y checo
en contraposición a las vocales simples. En francés modifica el sonido de e. En polaco (ć ń ś ź) que representan letras independientes: ć es [tɕ]
(una variante de la ch, que en polaco se escribe cz); ń es idéntica a nuestra ñ; ś es [ɕ] (una variante de la sh inglesa, que en polaco se escribe sz);
y ź es [ʑ] que es una variante de la j francesa (que en polaco se escribe ż). En vasco se utilizaba antiguamente las letras D́, Ĺ, Ŕ, T́ para sustituir
gráficamente a la doble D, L, R y T respectivamente. Normalmente, era solo de aplicación para mayúsculas, observándose en cartelería y
toponimia antigua.

El acento grave en italiano (à è ì ò ù), en francés (à, è, ù), portugués (à), catalán (à è ò) entre otras lenguas.

El acento circunflejo en francés (â, ê, î, ô, û), portugués (â, ê, ô), rumano (â, î y tienen su lugar en el alfabeto), en turco (â, î, û) y en otras
lenguas; en las semivocales ŵ ŷ en galés y en las consonantes ĉ, ĝ, ĥ, ĵ, ŝ en esperanto.

El carón en el checo (č, š, ž, ř, ě), en esloveno (č, š, ž).

La virgulilla, en portugués (ã y õ), en guaraní se consideran letras separadas en el alfabeto y se utilizan en ã, ẽ, ĩ, õ, ũ, ỹ, g̃ y ñ; en estonio (õ).
En portugués, era originalmente una pequeña n escrita encima de la letra (había marcado la elisión de una antigua n, ahora marca la nasalización
de la letra base). En estonio, õ se considera una letra del alfabeto por separado. En español ñ se considera una letra diferente de n y tiene el valor
de sonido de /ɲ/. Representa la antigua grafía –nn– que se transformó al igual que el portugués en tilde suscrita, pero para representar un sonido
completamente diferente.

La diéresis (umlaut en alemán y tréma en francés) se encuentra en varias lenguas. En español, asturiano, gallego , catalán y el portugués de
Brasil hasta 2008, ü indica que la u debe pronunciarse. En francés (ë, ï), griego moderno (ϊ) se usa para indicar un hiato, y también en español
(en textos poéticos), gallego y catalán, en un uso distinto al caso anterior. En alemán (ä, ö, ü), en albanés y ladino (ë), y en turco moderno (ö y
ü). Su finalidad es indicar un sonido diferente a sus homólogas sin diacrítico. En alemán, esta marca se escribía antiguamente con una pequeña e
por encima de la vocal afectada. En turco representa los mismos sonidos del alemán. En aimara indica alargamiento vocálico.

La coma suscrita es usada en rumano (ş y ţ; aconsejadas: ș y ț) a menudo presentada como una cedilla en fuentes tipográficas. También se usa en
letón (ķ ļ ņ ŗ) y en el Alfabeto Fonético Internacional.

La cedilla en ç era originalmente una pequeña z escrita por debajo de la c: en otro tiempo simbolizó /ts/ en lenguas romances, hoy en día le da a c
un sonido 'suave' cuando va antes de a, o y u; por ejemplo, /s/ en francés façade, portugués caçar y en catalán caçar. En albanés y turco la "ç"
cambia la cualidad del sonido "c" y se pronuncia como "ch". En lengua turca la s cedilla "ş" cambia el sonido "s" por el sonido "sh".

El háček en č š ž es usado en lenguas bálticas y eslavas para marcar la versión postalveolar del fonema base. Se usa también en checo sobre ř y ě

El punto sobreescrito en ċ ġ ż en maltés, ż en polaco, ė en lituano y ḃ ċ ḋ ḟ ġ ṁ ṗ ṫ en ortografía tradicional irlandesa denota lenición. Se usaba
en griego antiguo.

El punto suscrito en ạ ặ ậ ẹ ệ ị ọ ộ ợ ụ ự ỵ en vietnamita y en ḥ ḷḷ en asturiano.

El ogonek en ą ę į ų en lenguas polaca y lituana.

El macrón en ā ē ī ō ū en letón, maorí, hawaiano, samogitiano (dialecto del lituano), pinyin (fonética del chino mandarín), rōmaji (japonés
romanizado) y latín (cuando se indica duración de la vocal).

El doble acento agudo en ő ű en húngaro, representa versiones largas de las vocales con umlaut ö y ü.

El breve en ă en rumano, ğ en turco moderno es para suavizar el sonido de g, y sobre todo para el alargamiento de la vocal anterior , ŭ es usada
en esperanto y en el alfabeto łacinka del bielorruso. No se debe confundir con el carón cuya forma es un ángulo en vez de un semicírculo.

la i sin punto (un "diacrítico negativo") ı se usa en turco.

el gancho como en ả ẳ ẩ ẻ ể ỉ ỏ ổ ở ủ ử ỷ en vietnamita.

La barra como en đ, en croata, en vietnamita, y la versión con el alfabeto latino en lengua serbia (a, b, v...). Usada también en ŧ del sami
septentrional y en ħ del maltés.

Hay otros diacríticos y otros usos para los que se han descrito aquí, que pueden verse en Alfabetos derivados del latín.

Clasificación alfabética con extensiones


Los alfabetos que derivan del latín tienen clasificaciones alfabéticas varias:

En el alfabeto alemán, las letras con umlaut (Ä, Ö, Ü) son tratadas generalmente como no acentuadas o se escriben la Ä/ä: AE/ae, la Ö/ö: OE/oe,
la Ü/ü: UE/ue; ß se clasifica como ss. Esto hace el orden alfabético: Arg, Ärgerlich, Arm, Assistant, Aßlar, Assoziation. En los directorios de
teléfono y otras listas de nombres similares, los umlauts se encuentran en donde las combinaciones de letras "ae", "oe", "ue". Esto hace el orden
alfabético: Udet, Übelacker, Uell, Ülle, Ueve, Üxküll, Uffenbach.

En asturiano LL y CH tienen tratamiento de letra, y no está presente la J. Asimismo, existen los diacríticos Ḷḷ (ché vaqueira) y Ḥ (H aspirada).
La primera representa

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