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Etapas de la Prehistoria:

1. Edad de la Piedra:
1.1. Paleolítico (piedra vieja)
1.1.1. Paleolítico Inferior (Australopiteco, homo hábilis, homo ergaster, homo
erectus, homo antecessor).
1.1.2. Paleolítico Medio (Homo de tipo Neandertal).
1.1.3. Paleolítico Superior (Homo sapiens: Cro – Magnon, Chancelade,
Grimaldi... etc.)
1.2. Mesolítico
1.3. Neolítico (piedra nueva)

2. Edad de los metales:


2.1. Edad del cobre
2.2. Edad del bronce
2.3. Edad del hierro.

Edad de piedra
La Edad de Piedra es el periodo comprendido, aproximadamente, entre los 2.500.000 y
3.000 años a. C., y su principal característica es el aprendizaje humano de las técnicas para
la elaboración de útiles de caza y herramientas de piedra. La Edad de Piedra se divide en las
siguientes etapas: Paleolítico o Edad Antigua, Mesolítico o Edad Media y Neolítico o Edad
Nueva.

Periodo Paleolítico
El Periodo Paleolítico o
Edad Antigua de la piedra,
abarca desde los orígenes de
la vida hasta el surgimiento
de las nuevas técnicas
agrícolas, durante aquella
época se implementó el uso
de herramientas como
piedras talladas, huesos,
cueros, maderas, etc. Incluso
es aquí donde el ser humano
descubre el fuego. El
término fue creado por el
arqueólogo John Lubbock en 1865, siendo este periodo el más largo de la historia.
El periodo se divide en tres fases: Paleolítico Inferior, Paleolítico Medio, Paleolítico
Superior

Paleolítico inferior (2.5 millones a 120 000 a.C.)


En esta primera fase del Paleolítico vivieron los Homo habilis en la zona oriental de África.
Estos homínidos, que ya mostraban comportamiento grupal, organizados en bandas de 15 a
20 individuos, llevaban una vida nómada, desplazándose en un amplio territorio donde
podían obtener alimento y establecerse durante periodos cortos en refugios naturales,
principalmente cuevas.
Los Homo erectus, que surgieron después, se organizaron en grupos más grandes y mejor
organizados que los Homo habilis. La lucha por la supervivencia debió impulsar la mutua
colaboración para la creación de utensilios, la búsqueda de alimento y refugio, así como la
defensa contra los animales depredadores.
Los Homo erectus fabricaron herramientas más eficaces y ampliaron sus recursos
alimenticios al empezar a consumir animales. Entre esos utensilios destacan las primeras
hachas de mano o bifaces, que demuestran la existencia de concepciones mentales
avanzadas como la simetría.
En la fase final del Paleolítico inferior se comenzó a utilizar el fuego que, además de ser
fuente de luz y calor, ahuyentaba a los animales peligrosos y constituía el único medio para
modificar los recursos naturales, ya sea para la cocción de los alimentos o para la
fabricación de nuevos tipos de instrumentos. El grado de organización social alcanzado por
los erectus hizo necesaria la transmisión de ideas y conocimientos, lo que debió́ estimular el
surgimiento del lenguaje hablado.

Paleolítico medio (120 000 a 40 000 a.C.)


Este periodo, cuya medición varia de una región a otra, se desarrolló principalmente en
Europa y en el próximo Oriente, y se caracterizó por la presencia de los Homo sapiens de
Neanderthal; aunque en la región asiática existen evidencias de la presencia de los Homo
sapiens sapiens de tipo Cro Magnon, que ya tenían la estructura general de los seres
humanos modernos.
La tecnología muestra un avance en la fabricación de instrumentos. Sin embargo, al no
contar todavía con armas tipo proyectil, los cazadores dependían de sistemas de acoso y de
trampas para capturar a los miembros más jóvenes y débiles de las especies animales.
Asimismo, en esta etapa aparecen los primeros indicios de que también se dedicaron a la
pesca, principalmente en ríos, aunque también existe evidencia de recolección de productos
marinos, como moluscos.
El comportamiento de ambas subespecies de Homo sapiens muestra en el Paleolítico medio
dos rasgos significativos: uno se refiere a que lograron trasladarse, sobre todo los
Neandertales, hacia territorios situados muy al norte de la zona libre de hielos a la que se
habían limitado los homínidos anteriores. El otro rasgo de gran importancia en el desarrollo
de la cultura es la posible existencia de la primera manifestación de creencias religiosas, lo
cual se infiere por los hallazgos arqueológicos ocurridos en varios sitios de Europa y el
próximo Oriente, que muestran la práctica deliberada de enterrar a los muertos, lo que
parece indicar la existencia de un pensamiento religioso o, al menos, la creencia en la vida
después de la muerte.

Paleolítico superior (40 000 a 10 000 a.C.)


En la primera fase de este periodo, neandertales y cromagnones convivieron en Europa
cerca de 10000 años, hasta la extinción de la especie Neanderthal por causas que aún no se
conocen con precisión. En esa época surgieron los primeros cazadores-recolectores, con
características sociales y económicas bien definidas, impuestas por las condiciones de su
forma de vida determinada aún por el nomadismo.
Hombres y mujeres se organizaban en grupos unidos por lazos de parentesco; y es probable
que en ese tiempo se haya iniciado la división del trabajo, cuya primera expresión debió ser
la distribución de tareas de acuerdo con el sexo. Mientras los hombres perseguían a las
grandes presas de caza o combatían con grupos rivales, las mujeres se dedicaban a la
crianza de los niños, a recolectar plantas y conseguir alimentos que no implicaran separarse
demasiado de sus hijos. Este hecho constituyó el fundamento primordial de la familia
humana, cuya importancia se incrementó con el paso del tiempo y el surgimiento de nuevas
necesidades.
En esta última fase del Paleolítico fue notable la evolución de la cultura en diferentes partes
del mundo. En particular en Europa y Asia la tecnología presentó dos características: la
difusión de técnicas novedosas para tallar la piedra, y la aparición de un nuevo instrumental
fabricado en hueso o asta.

El Mesolítico (10.000 a 5.000 a.C.)


El Mesolítico o Edad Media de la Piedra abarca entre el 10.000 y el 5.000 a. C. El final de
la glaciación favoreció el calentamiento global de la Tierra, la emigración o desaparición de
algunos de los grandes mamíferos y la adaptación del utillaje lítico a la nueva fauna (de
animales medianos o pequeños), con la producción de microlitos. Además, el arte rupestre
se extendió en la Península Ibérica desde la cornisa cantábrica al Levante, donde
proliferaron las representaciones al aire libre.
El hombre prehistórico adaptó el utillaje de caza a la nueva situación, con animales de
menor tamaño (jabalíes, ciervos, cabras y gatos), con la fabricación de microlitos o
pequeños utensilios de piedra. Además, el hombre 'sapiens' perfeccionó su técnica de caza
con la elaboración de arcos y flechas con puntas de piedra, hueso o madera y aprendió los
secretos de la apicultura como actividad silvestre dedicada al cultivo de las abejas para la
obtención de la miel. En un primer momento, el hombre prehistórico se encargaba de la
recolección de la miel presente en las colmenas o enjambres silvestres.
Esta etapa prehistórica conforma un periodo de transición entre el Paleolítico y el Neolítico
y se caracterizó por el desarrollo del arte rupestre en el Levante español. El arte levantino
se practicaba al aire libre, en abrigos rocosos o acantilados, y se caracteriza por el
esquematismo, la naturalidad y la estilización de sus figuras humanas y animales (ovejas,
cabras y ciervos). Las escenas más representadas son las de caza, danzas y rituales mágicos.

Periodo Neolítico
Hace unos 10.000 años, tras la última glaciación el clima se hizo más suave y trajo consigo
la emigración o extinción de los grandes mamíferos, que constituían la base de la
alimentación de los pueblos paleolíticos. La escasez de alimentos obligó a la domesticación
de especies animales y vegetales.
Nacen así la agricultura y la ganadería, lo que supone pasar de una economía depredadora a
una economía productora. A esa transformación se la denomina Revolución Neolítica.
El origen de esta economía tuvo lugar en Oriente Medio, en lo que se llama el Creciente
Fértil, en torno a los ríos Tigris y Éufrates, y de allí se extendió por Oriente Próximo y el
Mediterráneo. Otros focos del nacimiento de la cultura neolítica fueron el Extremo Oriente
(China e India) y América (México y Perú).
Las primeras especies cultivadas fueron los cereales: trigo en Oriente Medio y Europa,
maíz en América y arroz en China. Las primeras especies ganaderas fueron la cabra, la
oveja, el buey y el caballo, así como el perro.
Con el desarrollo agrícola y ganadero, los seres humanos tuvieron que construir sus casas
cerca de los campos de cultivo, surgiendo la vida sedentaria y los primeros poblados junto a
los ríos.
En estos poblados aparece la especialización del trabajo. La agricultura conlleva la
aparición de excedentes de alimentos, con lo que parte de la población no se debe dedicar a
la producción de alimentos, sino a la artesanía (fabricando herramientas, cerámicas,
tejidos...), a la defensa del poblado (guerreros), a curar enfermos y al mundo espiritual
(sacerdotes, hechiceros), o a dirigir la aldea (el jefe). Esto implica que se rompió la
sociedad igualitaria paleolítica y se fue estableciendo una primera jerarquización social.
La producción de excedentes también condujo al comercio, que en principio era de trueque.
La población aumentó rápidamente. La mayor cantidad de alimentos permitió alimentar a
más población y, además, la sedentarización implicó que los hijos ya no eran una carga,
sino útiles en las tareas agrícolas y ganaderas.
Durante el Neolítico también se produjeron una serie de avances técnicos, necesarios para
sus condiciones económicas y sociales:

 Las herramientas de piedra se elaboraron con la técnica de la pulimentación.

 Aparece la cerámica, como recipiente para guardar el grano.

 Los útiles son más sofisticados: azadas, hoces, molinos de mano.

 Surgen los tejidos, fabricados con lana de los animales, y el lino.

La edad de los metales


La necesidad de disponer de materiales más duros que la piedra y la búsqueda de metales
preciosos llevo al hombre a descubrir otros metales, cerca del año 4000 a.C. Este nuevo
momento de la humanidad ha sido dividido en tres edades: edad de cobre, edad de bronce y
edad de hierro.

 La edad de cobre (4000 a.C.)


El cobre es el primer metal en reemplazar a la
piedra. Su uso se difundió rápidamente debido a su
fácil obtención y a su gran maleabilidad; es decir
podía ser trabajado y modelado sin mayor
dificultad. Además, se le podía encontrar en estado puro, o sea, separado de otros
minerales.
Al aumentar la demanda del cobre, se tuvo que buscar en los yacimientos. Allí se
encontraba mezclado con otros minerales. Para separarlo se recurrió al fuego. Nació así la
metalurgia.

 La edad de bronce (3000 a.C.)


La necesidad de endurecer el cobre indujo a una serie de ensayos de aleaciones con otros
metales. Mezclando el 90% de cobre con el 10% de estaño se obtuvo el bronce. Con esta
nueva aleación se comenzó a fabricar nuevas armas, ornamentos y utensilios.

 La edad de hierro (1500 a.C.)


Con el conocimiento del hierro el hombre mejoró notablemente sus herramientas y armas.
El dominio de la naturaleza se hizo con menos esfuerzo y la cultura alcanzó un notable
desarrollo. Precisamente fueron los hititas los primeros en utilizarlo. Más tarde fue
conocido en Asia Menor y en Europa.
El uso de este metal tuvo un doble efecto en la humanidad. Por un lado, se comenzaron a
crear industrias tales como la alfarería y la fabricación de instrumentos de metal. Nació así
el comercio. Las poblaciones densas formaron ciudades y se amplía la cultura.

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