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MONICIONES PARA EL DÉCIMO SÉPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO–

CICLO B

I. RITOS INICIALES
MONITOR: Bienvenidos a la fiesta del Señor, al banquete de la Eucaristía.

Los seguidores de Jesús, antes de tener un nombre, tuvieron la fracción del pan, la
eucaristía. La Iglesia nació y nace cada día en torno a la mesa eucarística.

Hoy, décimo séptimo domingo del tiempo ordinario, el Señor nos invita una vez más a
escuchar la palabra y a participar en su mesa. El Señor satisface el hambre del
corazón con el pan de vida y nos envía a compartirlo con los hermanos.

Las Sagradas Escrituras siempre nos revelan a Dios. Hoy el Antiguo Testamento junto
con el capítulo seis de San Juan nos habla sobre la multiplicación de los panes.
Abramos nuestras mentes y nuestros corazones al misterio que vamos a celebrar y
pidamos la gracia de conocer mejor a Jesús. Nos ponemos de pie para recibir al
celebrante y a los ministros de esta Misa, y entonemos juntos el canto de entrada.

Canto de entrada.
Signación: sacerdote:
Saludo: sacerdote:
Acto penitencial: sacerdote:
Canto penitencial.
Himno del gloria.
Oración colecta: sacerdote:

II. LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura:
MONITOR: La primera lectura tomada del segundo libro de los Reyes, nos refiere el
milagro de la multiplicación de los panes por la intercesión del Profeta Eliseo. Él hace
visible a Dios, no solamente por sus enseñanzas, sino también por sus acciones. Los
milagros del profeta Elías renuevan nuestra esperanza de reconciliación y nuestra fe
en Dios que nunca abandona a su pueblo. La acción de Elías es símbolo de Jesús que
vino a alimentar a los creyentes.

Tomemos asiento y escuchemos con atención la proclamación de la Palabra de Dios.


Lector: Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial: El salmista o el cantor entona la antífona del salmo, y todos


la intercalan entre las estrofas.

Segunda lectura:
MONITOR: San Pablo en su carta a los efesios nos recomienda a todos los cristianos
que debemos vivir una vida digna de la llamada que hemos recibido; y nos dice que
debemos poner en práctica la humildad, la amabilidad, la comprensión, pero sobre
todo la unidad.

Escuchemos con atención la proclamación de la Palabra de Dios.


L: Palabra de Dios.
T: Te alabamos, Señor.

Aleluya:
MONITOR: En el evangelio de hoy, a través del signo del pan, Jesús se manifiesta
como pan para la vida del mundo. La multiplicación de los panes y de los peces por
Cristo es signo de la Eucaristía. El pan, fruto del trabajo del hombre, puesto en manos
del Señor, produce la Vida nueva que nunca termina. Como aclamación a esta Buena
Nueva, nos ponemos de pie y entonemos el canto del Aleluya.
Canto del Aleluya.

Lectura del Evangelio: Sacerdote:


Homilía: (sentados): El sacerdote explica la Palabra de Dios.
Rezo del Credo: (de pie):

Oración de los fieles:


MONITOR: Presentemos a Dios nuestro Señor nuestras peticiones.
a) por las necesidades de la Iglesia
b) por los gobernantes y por la salvación del mundo entero
c) por aquellos que se encuentran en necesidades particulares, y
d) por la comunidad local.

Lectores:
1. Para que la caridad de la Iglesia reproduzca el milagro del maná multiplicado,
roguemos al Señor.
2. Para que los saciados de pan tengan hambre de justicia y sepan compartir su
riqueza, roguemos al Señor.
3. Para que el mundo del hambre obtenga el pan que necesita y pueda apetecer el
otro pan, roguemos al Señor.
4. Para que los jóvenes respondan al llamado del Señor a la vida religiosa y
sacerdotal, roguemos al Señor.
5. Para que, participando del pan de la Eucaristía, sepamos compartir con los demás
el pan de nuestra existencia, roguemos al Señor.

S: Todo esto te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.


T: Amén.

III. LITURGIA DE LA EUCARISTÍA.

Presentación de las ofrendas:


MONITOR: Tomemos asiento y presentemos a Dios Nuestro Padre los dones del pan y
del vino entonando el Canto de ofertorio.

Sacerdote: Bendito seas, Señor, Dios del universo, por…


Oración sobre las ofrendas: Sacerdote:
Plegaria eucarística: Sacerdote: (de pie):
Prefacio: Sacerdote:
Himno del Santo.
Invocación a Dios: Sacerdote:
Relato de la Cena del Señor: Consagración: (de rodillas): Sacerdote:
Aclamación a Cristo en el Misterio Pascual: (de pie): Sacerdote:
Recuerdo del Misterio Pascual: Sacerdote:
Ruego: Sacerdote:
Glorificación al Padre por Jesucristo: doxología: Sacerdote:
Rito de la Comunión: Sacerdote:
Rito de la Paz: Sacerdote:
Fracción del Pan:
Canto del Cordero.
Comunión:
S: Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a
la cena del Señor.
T: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para
sanarme.

MONITOR: Llegamos al momento de la comunión. Que Dios actúe, haga milagros,


que venga a nuestra alma y se haga uno con nosotros. Después de recibirlo en la
comunión, tomemos conciencia que en ese momento somos realmente sagrados
porque tenemos a Dios en nuestro interior.

Dispongámonos para la Sagrada Comunión, sabiendo que la Iglesia pone tres


condiciones para Comulgar:
1. Estar en gracia de Dios, es decir, limpio de pecado mortal.
2. Cumplir con una hora de ayuno eucarístico.
3. Saber a quien se va a recibir, o sea, a Jesucristo.

Tomemos asiento y mientras comulgamos, quienes estamos sentados acompañemos


entonando el Canto de Comunión.
Canto de Comunión

Después de la Comunión:
MONITOR: Por los cristianos que no hemos comulgado hoy, recemos la oración de la
Comunión Espiritual:
Yo quisiera, Señor, recibirte con aquella pureza,
humildad y devoción
con que te recibió tu Santísima Madre;
con el espíritu y fervor de los Santos.

Realicemos nuestra acción de gracias con las Aspiraciones de San Ignacio:


M: Alma de Cristo T: santifícame.
M: Cuerpo de Cristo T: sálvame.
M: Sangre de Cristo T: embriágame.
M: Agua del costado de Cristo T: lávame.
M: Pasión de Cristo T: confórtame.
M: ¡Oh buen Jesús! T: óyeme.
M: dentro de tus llagas T: escóndeme.
M: No permitas T: que me aparte de Ti.
M: Del maligno enemigo T: defiéndeme.
M: En la hora de mi muerte T: llámame.
M: y mándame ir a Ti T: para que con tus santos te alabe por los siglos
de los siglos. Amén.

M y T: Señor, gracias, perdón y ayúdame más.

IV. RITO DE DESPEDIDA: (de pie): Sacerdote:

MONITOR: Nos despedimos hasta el próximo encuentro, entonando el canto de despedida.


MONICIONES PARA EL DÉCIMO OCTAVO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO–
CICLO B

I. RITOS INICIALES
MONITOR: Bienvenidos, hermanos, a la celebración del pan de vida, Jesucristo.

Jesús nos invita, hoy, a su mesa para ofrecernos el regalo de sí mismo como pan para
el camino. Nosotros estamos aquí porque queremos hacer el camino de la vida en
compañía de Jesús.

Nos ponemos de pie para recibir al celebrante y a los ministros de nuestra Fiesta que
es la Misa, y entonemos juntos el canto de entrada.

Canto de entrada.
Signación: sacerdote:
Saludo: sacerdote:
Acto penitencial: sacerdote:
Canto penitencial.
Himno del gloria.
Oración colecta: sacerdote:

II. LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura:
MONITOR: Los israelitas se quejan y murmuran porque encuentran difícil el camino
hacia la libertad. El poder de Dios que ha puesto fin a su esclavitud no parece
satisfacerles. El pueblo está rabioso con Dios. Pero incluso los corazones
desagradecidos necesitan el alimento de Dios y éste, siempre fiel, se lo proporciona.

Tomemos asiento y escuchemos con atención la proclamación de la Palabra de Dios.


Lector: Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial: El salmista o el cantor entona la antífona del salmo, y todos


la intercalan entre las estrofas.

Segunda lectura:
MONITOR: El pasado ya no tiene poder y queda atrás porque Dios actúa en el
mundo, haciéndolo todo nuevo en Cristo.

San Pablo reta a todos los bautizados a crecer en santidad y en el nuevo ser que
estrenamos el día de nuestro bautismo.

Escuchemos con atención la proclamación de la Palabra de Dios.


L: Palabra de Dios.
T: Te alabamos, Señor.

Aleluya:
MONITOR: La gente busca a Jesús no porque crea en él, sino porque les llenó el
estómago. La tarea de Jesús es despertar en todos sus hijos un hambre más profunda.
Jesús no habla sólo del pan de cada día, habla del pan para la vida eterna, habla de sí,
de su presencia escondida en el pan de la Eucaristía. Como aclamación a esta Buena
Nueva, nos ponemos de pie y entonemos el canto del Aleluya.
Canto del Aleluya.

Lectura del Evangelio: Sacerdote:


Homilía: (sentados): El sacerdote explica la Palabra de Dios.
Rezo del Credo: (de pie):

Oración de los fieles:


MONITOR: Presentemos a Dios nuestro Señor nuestras peticiones.

Lectores:
1. Oremos por la Iglesia y sus pastores para que sigan alimentando a sus hijos con el
pan de la palabra y de la eucaristía y cree solidaridad entre los hombres, roguemos al
Señor.

2. Oremos por los gobernantes para que los bienes de la tierra que son de todos, los
pongan al servicio y al alcance de todos, roguemos al Señor.

3. Oremos por los que sufren los horrores de la guerra, de la violencia y del hambre
para que sean ayudados por todos nosotros, roguemos al Señor.

4. Oremos por los enfermos, los que no tienen trabajo, los encarcelados y los que
viven sin esperanza, roguemos al Señor.

5. Oremos por los que formamos esta comunidad del Pilar para que alimentados con
el pan de vida seamos generosos con nuestro tiempo y nuestro dinero, roguemos al
Señor.

6. Oremos por los difuntos de nuestras familias y de la parroquia y (nombres…) para


que el Señor los siente en la mesa celestial, roguemos al Señor.

S: Todo esto te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.


T: Amén.

III. LITURGIA DE LA EUCARISTÍA.

Presentación de las ofrendas:


MONITOR: Tomemos asiento y presentemos a Dios Nuestro Padre los dones del pan y
del vino entonando el Canto de ofertorio.

Sacerdote: Bendito seas, Señor, Dios del universo, por…


Oración sobre las ofrendas: Sacerdote:
Plegaria eucarística: Sacerdote: (de pie):
Prefacio: Sacerdote:
Himno del Santo.
Invocación a Dios: Sacerdote:
Relato de la Cena del Señor: Consagración: (de rodillas): Sacerdote:
Aclamación a Cristo en el Misterio Pascual: (de pie): Sacerdote:
Recuerdo del Misterio Pascual: Sacerdote:
Ruego: Sacerdote:
Glorificación al Padre por Jesucristo: doxología: Sacerdote:
Rito de la Comunión: Sacerdote:
Rito de la Paz: Sacerdote:
Fracción del Pan:
Canto del Cordero.
Comunión:
S: Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a
la cena del Señor.
T: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para
sanarme.

MONITOR: Llegamos al momento de la comunión. Que Dios actúe, haga milagros,


que venga a nuestra alma y se haga uno con nosotros. Después de recibirlo en la
comunión, tomemos conciencia que en ese momento somos realmente sagrados
porque tenemos a Dios en nuestro interior.

Dispongámonos para la Sagrada Comunión, sabiendo que la Iglesia pone tres


condiciones para Comulgar:
1. Estar en gracia de Dios, es decir, limpio de pecado mortal.
2. Cumplir con una hora de ayuno eucarístico.
3. Saber a quien se va a recibir, o sea, a Jesucristo.

Tomemos asiento y mientras comulgamos, quienes estamos sentados acompañemos


entonando el Canto de Comunión.
Canto de Comunión

Después de la Comunión:
MONITOR: Por los cristianos que no hemos comulgado hoy, recemos la oración de la
Comunión Espiritual:
Yo quisiera, Señor, recibirte con aquella pureza,
humildad y devoción
con que te recibió tu Santísima Madre;
con el espíritu y fervor de los Santos.

Realicemos nuestra acción de gracias con las Aspiraciones de San Ignacio:


M: Alma de Cristo T: santifícame.
M: Cuerpo de Cristo T: sálvame.
M: Sangre de Cristo T: embriágame.
M: Agua del costado de Cristo T: lávame.
M: Pasión de Cristo T: confórtame.
M: ¡Oh buen Jesús! T: óyeme.
M: dentro de tus llagas T: escóndeme.
M: No permitas T: que me aparte de Ti.
M: Del maligno enemigo T: defiéndeme.
M: En la hora de mi muerte T: llámame.
M: y mándame ir a Ti T: para que con tus santos te alabe por los siglos
de los siglos. Amén.

M y T: Señor, gracias, perdón y ayúdame más.

IV. RITO DE DESPEDIDA: (de pie): Sacerdote:

MONITOR: Nos despedimos hasta el próximo encuentro, entonando el canto de despedida.


MONICIONES PARA EL DÉCIMO NOVENO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO–
CICLO B

I. RITOS INICIALES
MONITOR: Bienvenidos todos al banquete de Jesús, a la fiesta de los hijos de Dios, a
la asamblea de los que se alimentan de Jesucristo.

Jesucristo se nos presenta no sólo como maestro sino como alimento. Demos gracias y
alabanzas a Dios Padre que nos abre los ojos del corazón para reconocerle en las
cosas sencillas como el pan.

Nos ponemos de pie para recibir al celebrante y a los ministros de nuestra Fiesta que
es la Misa, y entonemos juntos el canto de entrada.

Canto de entrada.
Signación: sacerdote:
Saludo: sacerdote:
Acto penitencial: sacerdote:
Canto penitencial.
Himno del gloria.
Oración colecta: sacerdote:

II. LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura:
MONITOR: El profeta Elías se siente tan cansado y desanimado que desea morir.

Nosotros también nos hemos sentido alguna vez así. Pero si invocamos al Señor él nos
ayuda con su palabra y con su pan para poder hacer el camino de la vida. Como Elías
caminemos a la montaña de Dios.

Tomemos asiento y escuchemos con atención la proclamación de la Palabra de Dios.

Lector: Palabra de Dios.


Todos: Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial: El salmista o el cantor entona la antífona del salmo, y todos


la intercalan entre las estrofas.

Segunda lectura:
MONITOR: San Pablo nos exhorta a vivir como hermanos en la comunidad siguiendo
el camino del amor.

El Espíritu Santo, nuestro sello y guía, nos inspira a vivir la hermandad. Seamos fieles
al Espíritu. Él es el dulce huésped de nuestras almas.

Escuchemos con atención la proclamación de la Palabra de Dios.

L: Palabra de Dios.
T: Te alabamos, Señor.
Aleluya:
MONITOR: Los judíos murmuraban porque no comprendían el mensaje de Jesús.
Algunos de nosotros murmuramos y no aceptamos la palabra de Jesús que nos dice:
“Yo soy el pan de vida”. Hoy estamos llamados a entender y creer en Jesús, no porque
sí, sino porque el Padre nos va a ayudar a descubrir la presencia de Jesús en la
Eucaristía. Como aclamación a esta Buena Nueva, nos ponemos de pie y entonemos el
canto del Aleluya.
Canto del Aleluya.

Lectura del Evangelio: Sacerdote:


Homilía: (sentados): El sacerdote explica la Palabra de Dios.
Rezo del Credo: (de pie):

Oración de los fieles:


MONITOR: Presentemos con confianza a Dios nuestro Señor nuestras necesidades y
peticiones.

Lectores:
1. Oremos por la Iglesia, extendida por todo el mundo, para que con alegría lleve el
amor de Cristo a los que se alimentan con el pan de vida, roguemos al Señor.
2. Oremos por nosotros que celebramos con gozo esta eucaristía para que sea una
llamada a compartir nuestras vidas con los hermanos, roguemos al Señor.
3. Oremos por quienes gobiernan nuestro país para que pongan pan y justicia en las
mesas de todos los hombres, roguemos al Señor.
4. Oremos por los enfermos de la parroquia, por los que sufren la guerra y el hambre,
la cárcel y la soledad, para que el Señor les alimente y robustezca, roguemos al Señor.
5. Oremos por los difuntos de la parroquia, para que el Señor los siente a su mesa en
el Reino celestial, roguemos al Señor.

S: Todo esto te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.


T: Amén.

III. LITURGIA DE LA EUCARISTÍA.

Presentación de las ofrendas:


MONITOR: Tomemos asiento y presentemos a Dios Nuestro Padre los dones del pan y
del vino entonando el Canto de ofertorio.

Sacerdote: Bendito seas, Señor, Dios del universo, por…


Oración sobre las ofrendas: Sacerdote:
Plegaria eucarística: Sacerdote: (de pie):
Prefacio: Sacerdote:
Himno del Santo.

Invocación a Dios: Sacerdote:


Relato de la Cena del Señor: Consagración: (de rodillas): Sacerdote:
Aclamación a Cristo en el Misterio Pascual: (de pie): Sacerdote:
Recuerdo del Misterio Pascual: Sacerdote:
Ruego: Sacerdote:
Glorificación al Padre por Jesucristo: doxología: Sacerdote:
Rito de la Comunión: Sacerdote:
Rito de la Paz: Sacerdote:
Fracción del Pan:
Canto del Cordero.
Comunión:
S: Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a
la cena del Señor.
T: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para
sanarme.

MONITOR: Llegamos al momento de la comunión. Que Dios actúe, haga milagros,


que venga a nuestra alma y se haga uno con nosotros. Después de recibirlo en la
comunión, tomemos conciencia que en ese momento somos realmente sagrados
porque tenemos a Dios en nuestro interior.

Dispongámonos para la Sagrada Comunión, sabiendo que la Iglesia pone tres


condiciones para Comulgar:
1. Estar en gracia de Dios, es decir, limpio de pecado mortal.
2. Cumplir con una hora de ayuno eucarístico.
3. Saber a quien se va a recibir, o sea, a Jesucristo.

Tomemos asiento y mientras comulgamos, quienes estamos sentados acompañemos


entonando el Canto de Comunión.
Canto de Comunión

Después de la Comunión:
MONITOR: Por los cristianos que no hemos comulgado hoy, recemos la oración de la
Comunión Espiritual:
Yo quisiera, Señor, recibirte con aquella pureza,
humildad y devoción
con que te recibió tu Santísima Madre;
con el espíritu y fervor de los Santos.

Realicemos nuestra acción de gracias con las Aspiraciones de San Ignacio:


M: Alma de Cristo T: santifícame.
M: Cuerpo de Cristo T: sálvame.
M: Sangre de Cristo T: embriágame.
M: Agua del costado de Cristo T: lávame.
M: Pasión de Cristo T: confórtame.
M: ¡Oh buen Jesús! T: óyeme.
M: dentro de tus llagas T: escóndeme.
M: No permitas T: que me aparte de Ti.
M: Del maligno enemigo T: defiéndeme.
M: En la hora de mi muerte T: llámame.
M: y mándame ir a Ti T: para que con tus santos te alabe por los siglos
de los siglos. Amén.

M y T: Señor, gracias, perdón y ayúdame más.

IV. RITO DE DESPEDIDA: (de pie): Sacerdote:

MONITOR: Nos despedimos hasta el próximo encuentro, entonando el canto de despedida.


MONICIONES PARA EL VIGÉSIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO– CICLO B

I. RITOS INICIALES
MONITOR: Bienvenidos, hermanos y hermanas en Cristo. Hoy las lecturas nos invitan
a participar en un banquete. La comida no es ordinaria, es el propio Cuerpo y Sangre
de Cristo. Para tener vida eterna, debemos participar en la Eucaristía y comulgar el
Cuerpo y la Sangre del Señor, atendiendo a su oferta e invitación. Nos ponemos de pie
para recibir al celebrante y a los ministros de esta Misa, y entonemos juntos el canto
de entrada.

II. LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura:
MONITOR: El autor del libro de los Proverbios nos habla de la Sabiduría de Dios como
si fuera una persona. Invita a los simples, los inexpertos para que coman y beban en
un banquete. Nosotros podemos decir que Cristo es la “Sabiduría de Dios”, que nos
invita a su banquete. Tomemos asiento y escuchemos con atención la proclamación
de la Palabra de Dios.

Salmo responsorial: El salmista o el cantor entona la antífona del salmo, y todos


la intercalan entre las estrofas.

Segunda lectura:
MONITOR: San Pablo, escribiendo a los efesios, nos exhorta a imitar a Cristo, como
miembros de una nueva creación. Ellos deben hacer su parte en la redención del
mundo. Durante sus asambleas eucarísticas deben dar lugar a la acción del Espíritu
Santo. Estos consejos son importantes para nosotros también. Escuchemos con
atención la proclamación de la Palabra de Dios.

Aleluya:
MONITOR: En la lectura evangélica de hoy Jesús nos dice que Él es el Pan bajado del
Cielo pero que está en el mundo; que se entrega voluntariamente a su muerte
expiatoria y que está disponible ahora como alimento de los fieles en la Sagrada
Comunión. Antes de escuchar este mensaje de amor, nos ponemos de pie y
entonemos jubilosos el canto del Aleluya.

Oración de los fieles:


MONITOR: Hermanos y hermanas, ahora presentemos a Dios nuestro Señor nuestras
peticiones, por las necesidades de la Iglesia, por nuestros gobernantes, por la
salvación del mundo entero, por aquellos que se encuentran en necesidades
particulares, y por nuestra comunidad. Presentemos con confianza nuestras oraciones
y necesidades:

Lectores:
1) Por la Iglesia, extendida por todo el mundo. Pidamos la plenitud del amor de
Dios. Roguemos al Señor.
2) Por los que gobiernan nuestro país. Pidamos el espíritu de justicia. Roguemos al
Señor.
3) Por los que son víctima de la debilidad humana, del odio y de la envidia, y de los
innumerables errores del mundo. Roguemos al Señor.
4) Por los países más ricos. Pidamos para que contribuyan generosamente a los
que necesitan el pan y la técnica para existir. Roguemos al Señor.
5) Por los que reclaman con fidelidad la Palabra de la salvación. Pidamos la
sabiduría de Dios. Roguemos al Señor.
6) Por nosotros reunidos alrededor del altar. Pidamos poder vivir por la sabiduría y
no por el poder o las riquezas del mundo. Roguemos al Señor.

III. LITURGIA DE LA EUCARISTÍA.

Presentación de las ofrendas:


MONITOR: Tomemos asiento y presentemos a Dios Nuestro Padre los dones del pan y
del vino entonando el Canto de ofertorio.

Antes de la Comunión:
MONITOR: Llegamos al momento de la comunión. Que Dios actúe, haga milagros,
que venga a nuestra alma y se haga uno con nosotros.

Dispongámonos para la Sagrada Comunión, sabiendo que la Iglesia pone tres


condiciones para Comulgar:
4. Estar en gracia de Dios, es decir, limpio de pecado mortal.
5. Cumplir con una hora de ayuno eucarístico.
6. Y saber a quien se va a recibir, o sea, a Jesucristo.

Tomemos asiento y mientras comulgamos, quienes estamos sentados acompañemos


entonando el Canto de Comunión.

Después de la Comunión:
MONITOR: Por los cristianos que no hemos comulgado hoy, recemos la oración de la
Comunión Espiritual:
Yo quisiera, Señor, recibirte con aquella pureza,
humildad y devoción
con que te recibió tu Santísima Madre;
con el espíritu y fervor de los Santos.

Realicemos nuestra acción de gracias con las Aspiraciones de San Ignacio:


M: Alma de Cristo T: santifícame.
M: Cuerpo de Cristo T: sálvame.
M: Sangre de Cristo T: embriágame.
M: Agua del costado de Cristo T: lávame.
M: Pasión de Cristo T: confórtame.
M: ¡Oh buen Jesús! T: óyeme.
M: dentro de tus llagas T: escóndeme.
M: No permitas T: que me aparte de Ti.
M: Del maligno enemigo T: defiéndeme.
M: En la hora de mi muerte T: llámame.
M: y mándame ir a Ti T: para que con tus santos te alabe por los siglos
de los siglos. Amén.

M y T: Señor, gracias, perdón y ayúdame más.

IV. RITO DE DESPEDIDA: (de pie): Sacerdote:


MONITOR: Nos despedimos hasta el próximo encuentro, entonando el canto de despedida.

MONICIONES PARA EL VIGÉSIMO TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO–


CICLO B

I. RITOS INICIALES
MONITOR: Hermanos y hermanas en Cristo. Las lecturas de hoy delatan la
predilección de Dios por los pobres, los marginados y enfermos. En la sanación del
sordo mudo por parte de Jesús comienza a realizarse la esperanza mesiánica de los
pobres tal como lo anunciaba ocho siglos antes de Cristo el profeta Isaías. Se verifica
así la observación del Apóstol Santiago: Dios ha elegido a los pobres del mundo para
hacerlos ricos en la fe y herederos del reino que prometió a los que le aman. Los invito
para que se pongan de pie para recibir al celebrante y los ministros de esta Eucaristía,
y entonemos juntos el canto de entrada.

II. LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura:
MONITOR: La primera lectura que escucharemos está tomada del Profeta Isaías,
quien viene a hablarnos sobre los tiempos después del exilio. Dios ayudará a los más
desamparados, ofreciéndoles su curación y su compasión. Tomemos asiento y
escuchemos bien, hermanos y hermanas, porque en el Evangelio Cristo está
realizando esas mismas obras de misericordia.

Salmo responsorial: El salmista o el cantor entona la antífona del salmo, y todos


la intercalan entre las estrofas.

Segunda lectura:
MONITOR: Santiago, en esta lectura insiste en que el cristiano no debe hacer
acepción de personas: los pobres, los desvalidos, los desamparados, los débiles son
los preferidos de Dios. La asamblea litúrgica debe ser la expresión del espíritu de
pobreza, de respeto a todos y de fe. Escuchemos con atención la proclamación de la
Palabra de Dios.

Aleluya:
MONITOR: El evangelista Marcos trata de la curación del sordo mudo. Jesús cumplía
las profecías mesiánicas a la vez que abría los oídos, los ojos y los corazones de sus
discípulos por medio de estas obras de Dios. Antes de la proclamación del Evangelio,
nos ponemos de pie para entonar con gozo el Aleluya.

Oración de los fieles:


MONITOR: Hermanos y hermanas, ahora presentemos con confianza a Dios nuestro
Señor nuestras oraciones y necesidades:

Lectores:
1) Por la Iglesia Universal y por nuestra parroquia: para que sea un pueblo santo.
Roguemos al Señor.
2) Por el Papa Benedicto XVI, por todos los obispos que predican y viven de la
Palabra de Dios, en especial por nuestro obispo Isidro Barrio Barrio: para que el
Señor les conceda larga vida y santidad. Roguemos al Señor.
3) Por los que viven cristianamente en la virginidad y en el matrimonio, por los
padres y madres de familia y por sus hijos: para que el Señor les fortalezca en
su caminar. Roguemos al Señor.
4) Por los que están de viaje en este día: para que lleguen bien a su destino.
Roguemos al Señor.
5) Por nosotros los aquí presentes en esta Eucaristía para que nuestra oración sea
escuchada por Dios nuestro Padre, recibamos la abundancia de su misericordia
y de su amor y seamos dignos del reino eterno. Roguemos al Señor.

III. LITURGIA DE LA EUCARISTÍA.

Presentación de las ofrendas:


MONITOR: Tomemos asiento y presentemos a Dios Nuestro Padre los dones del pan y
del vino entonando el Canto de ofertorio.

Antes de la Comunión:
MONITOR: Llegamos al momento de la comunión. Que Dios actúe, haga milagros,
que venga a nuestra alma y se haga uno con nosotros.

Dispongámonos para la Sagrada Comunión, sabiendo que la Iglesia pone tres


condiciones para Comulgar:
1. Estar en gracia de Dios, es decir, limpio de pecado mortal.
2. Cumplir con una hora de ayuno eucarístico.
3. Y saber a quien se va a recibir, o sea, a Jesucristo.

Tomemos asiento y mientras comulgamos, quienes estamos sentados acompañemos


entonando el Canto de Comunión.

Después de la Comunión:
MONITOR: Por los cristianos que no hemos comulgado hoy, recemos la oración de la
Comunión Espiritual:
Yo quisiera, Señor, recibirte con aquella pureza,
humildad y devoción
con que te recibió tu Santísima Madre;
con el espíritu y fervor de los Santos.

Realicemos nuestra acción de gracias con las Aspiraciones de San Ignacio:


M: Alma de Cristo T: santifícame.
M: Cuerpo de Cristo T: sálvame.
M: Sangre de Cristo T: embriágame.
M: Agua del costado de Cristo T: lávame.
M: Pasión de Cristo T: confórtame.
M: ¡Oh buen Jesús! T: óyeme.
M: dentro de tus llagas T: escóndeme.
M: No permitas T: que me aparte de Ti.
M: Del maligno enemigo T: defiéndeme.
M: En la hora de mi muerte T: llámame.
M: y mándame ir a Ti T: para que con tus santos te alabe por los siglos
de los siglos. Amén.

M y T: Señor, gracias, perdón y ayúdame más.


IV. RITO DE DESPEDIDA: (de pie): Sacerdote:

MONITOR: Nos despedimos hasta el próximo encuentro, entonando el canto de despedida.

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