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Educación para una Cultura de Paz

Erwin Silva

Instituto “Martin Luther King”, UPOLI


Grupo Cívico Ética y Transparencia, E y T
2010
Educación para una Cultura de Paz

Créditos

© Erwin Silva
© Instituto “Martin Luther King”, UPOLI
© Etica y Transparencia

Autor y corrección de textos: Erwin Silva

Edición al cuidado de: Denis Alberto Torres

Ilustración de portada: Título: “Ave”. Autor: Brenda


Santos. Año: 2008. Técnica:
óleo sobre tela. Dimensiones:
30 x 50 cms.

Fotografía de portada: Edward Dávila.

Diseño Gráfico: Francis Mejía

Impreso en Complejo Gráfico TMC, 2010.


Managua, Nicaragua.

ISBN: 978-99964-0-015-5

— IV —
Educación para una Cultura de Paz

Índice

Presentación Dr. Roberto Courtney VII

Introducción XI

1. Introducción sobre la Historia de la Cultura


de Paz: 13
1.1 Período de formación: 1986-1999 13
1.2 La normativización: 1999-2000 16
1.3 La universalización: 2001 18

2. Conceptos fundamentales de la Educación


para una Cultura de Paz: 19
2.1 El concepto de cultura 19
2.2 Elementos y bases de una cultura de paz. 20
2.3 Democracia 21
2.4 Derechos Humanos 25
2.4.1 La Declaración Universal de los Derechos
Humanos: un texto jurídico y ético político
trascendente para la humanidad. 30
2.4.2 La Educación en Derechos Humanos 37
2.5 La Violencia. 73
2.6 La No Violencia: 75
2.7 El conflicto. Tipología del conflicto. Resolución
pacífica de los conflictos. 78
2.8 La Paz 88
2.9 El Derecho Humano a la Paz 91

3. Cultura de Paz y educación ambiental 97


4. Cultura de Paz y Género 113
5. Bibliografía sobre Cultura de paz 117
6. Anexos 127

—V—
Educación para una Cultura de Paz

— VI —
Educación para una Cultura de Paz

Presentación

Se ha afirmado que la democracia es la casa natural de la


paz. Lo anterior adquiere una condición de objetividad, solo
allí donde se conciben ambos conceptos de manera integral
y se transforman en una vivencia cotidiana en nuestras
sociedades. La historia contemporánea demuestra que el
escalamiento de los conflictos a la violencia organizada, se
dan en menor escala, bajo regímenes democráticos, pues
la democracia tiene los mecanismos institucionales para
canalizar y superar pacíficamente los conflictos.

Los procesos eleccionarios en nuestro país, particularmente


de autoridades nacionales, en cuanto medios de ejercicio
real democrático de la ciudadanía y como competencia
pacífica de propuestas, proyectos y programas diferentes,
es algo logrado hasta hace algunos años, ya que en otros
contextos de nuestra historia se dirimieron a través de la
guerra, golpes militares, revoluciones o fraudes electorales.

El Grupo Cívico Ética y Transparencia surgió en 1996 como


una expresión institucional nicaragüense en la posguerra,
con el propósito de aportar desde una perspectiva nacional
al desarrollo cívico ciudadano, a la construcción democrática
y a garantizar elecciones libres y transparentes, para
consolidar la paz en nuestro país.

Ética y Transparencia entonces, no reduce su accionar


a la observación electoral, de suyo fundamental para
garantizar el respeto a la voluntad soberana del pueblo en
momentos decisivos para su futuro, como son los cambios
de gobiernos nacionales, regionales y municipales. También
forma parte de sus principios, objetivos y misión, aportar
al fortalecimiento de una mentalidad y comportamiento
crítico, pacífico y democrático, conscientes que en nuestra

— VII —
Educación para una Cultura de Paz

sociedad aún imperan fuertes rasgos de una cultura de


violencia, autoritarismo, exclusión e intolerancia.

Tenemos la convicción que en la superación de la polarización


política, el desarrollo democrático limitado y la tendencia
al ambiente de violencia, exclusión e intolerancia, la
educación juega un papel fundamental para dicho cambio.

Es por ello que nos complace auspiciar la presente obra


“Educación para una Cultura de Paz”, dirigida al sistema
educativo nicaragüense, elaborada por el Instituto “Martin
Luther King” de la Universidad Politécnica de Nicaragua,
en la persona del Lic. Erwin Silva, Docente Investigador de
dicha Institución.

El Instituto “Martin Luther King”, es una entidad académica


reconocida mundialmente, pionera en la promoción de una
cultura de paz, a nivel nacional, regional e internacional.
Pero también, es un organismo que acompañó en su génesis,
el surgimiento del Grupo Cívico Ética y Transparencia. Con
la UPOLI nos unen vínculos importantes de intercambio y
colaboración.

Con la obra que hoy sale a luz, el cuerpo docente de los


tres subsistemas educativos, que imparten la asignatura
de Cultura de Paz y materias afines, cuentan con un
instrumento apropiado, accesible y didáctico para su
función pedagógica, cotidiana y trascendental de sembrar
en la mente de las presentes y futuras generaciones, los
baluartes de la paz, la justicia, la honradez y la libertad.

Contiene un recorrido conceptual del paradigma de la


Cultura de Paz y una pequeña selección de documentos
oficiales fundamentales, que han generado organismos
internacionales como la ONU, UNESCO, conferencias
regionales y mundiales, así como dirigentes de dichos
organismos y especialistas sobre el tema.

— VIII —
Educación para una Cultura de Paz

Nos congratulamos en ser parte de este proyecto editorial y


esperamos con ello, acompañar al Instituto “Martin Luther
King” de la UPOLI, en los nuevos logros que estamos
seguros, depara su futuro.

Dr. Roberto Courtney


Director Ejecutivo
Grupo Cívico Ética y Transparencia.

— IX —
Educación para una Cultura de Paz

—X—
Educación para una Cultura de Paz

Introducción

Uno de los propósitos fundamentales de este libro es el


de llevar a las manos de los profesores de Cultura de Paz
del nivel universitario y de otros niveles, una guía sencilla
de los conceptos elementales del nuevo paradigma de la
Cultura de Paz como una nueva cultura de convivencia
democrática y de tolerancia. Cabe recordar que para el
futuro de todos los pueblos de la Tierra la Cultura de Paz
es la única cultura posible.

Los profesores son actores determinantes en la construcción


de una Cultura de Paz que supere definitivamente la
cultura de violencia que hemos vivido los nicaragüenses
casi por dos siglos tras una cadena de guerras civiles y
desencuentros entre nosotros mismos.

Se nos impone como un deber conjurar los horrores de


la violencia y la guerra en un país de pobres y de una
cultura política con rasgos pre modernos y atrasada. Por
lo que nos toca decir que es por medio de la educación
que alcanzaremos el desarrollo y le daremos el nombre de
paz a todos los valores de la democracia, los cuales son la
libertad, la igualdad y la justicia.

También es propósito de la presente publicación presentar


de forma didáctica el proceso de elaboración del concepto
de Cultura de Paz en el curso histórico, o sea desde sus
inicios, allá por el año 1986 a nuestros días cuando ha
logrado ser un concepto universal y aceptado en la
Organización de Naciones Unidas.

Los conceptos que docentes y alumnos deben comprender


y asimilar, según el orden planteado en este libro son
los de: cultura de paz, democracia, derechos humanos,
violencia y no violencia, el conflicto y la paz.

— XI —
Educación para una Cultura de Paz

Se suma a esto la evolución histórica y normativa de


la educación en derechos humanos y de la educación
ambiental y género, por considerar que éstos son cimientos
de una nueva cultura de paz que arraiga en nuestro país.

Acompaña a este libro una bibliografía somera de títulos


dedicada a los temas y componentes de la cultura de
paz que permitirá al docente de esta materia profundizar
con más lecturas su cátedra de Cultura de Paz en esta
Universidad Politécnica de Nicaragua, que tiene integrado
en sus documentos y estatutos, particularmente en su
Misión que:

“Forma profesionales, académicos y especialistas en las


distintas áreas de conocimiento, con creatividad, capacidad
innovadora y pensamiento crítico y valores espirituales,
éticos y morales. Fomenta el espíritu emprendedor y
competitivo en el contexto nacional e internacional; el
compromiso hacia la integralidad y el desarrollo humano
y sustentable. Así mismo fomenta la integridad de la
creación, la construcción de una cultura de paz y el respeto
a la igualdad de las personas, sin discriminación en razón
de género, credo, condición económica y social”.

Completa este libro una colección de documentos sobre


Cultura de Paz que el profesor deberá compartir y analizar
con sus estudiantes a fin de que se adentren en este
ámbito y puedan en sus vidas ser capaces de la tolerancia,
la libertad y la paz.

Erwin Silva
Docente Investigador
Área de Educación para la Paz y los Derechos Humanos
Instituto de Investigaciones y Acción “Martin Luther King”
Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI).

12 de Diciembre del 2010.

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Educación para una Cultura de Paz

1. Introducción sobre la Historia de


la Cultura de Paz

1.1 Período de Formación: 1986-1999

Cultura de Paz es un nuevo paradigma de la convivencia


y la solidaridad humana cuyo creador en América Latina
fue Felipe Mc Gregor. A él le debemos los primeros usos del
término quien lo define frente a la cultura de violencia.1

Pero, empleando las mismas palabras de Mac Gregor


puede decirse que la guerra no es el enemigo, el enemigo
de la paz es la violencia y por un imperativo moral, a
este esfuerzo de no usar la violencia para la solución de
conflictos, se le llama Cultura de Paz.2

1986, Año Internacional de la Paz, es una fecha para una


referencia en el proceso de universalización del concepto
Cultura de Paz, dato que también sirve para enmarcar la
aparición de un libro magistral y clave “CULTURA DE PAZ”
del filósofo y sacerdote peruano, Felipe Mac Gregor Rodino
(1914-2004) quien fue el impulsor de esta iniciativa de
educación y de este concepto que hoy estudiamos para
transformarnos en seres más armónicos, democráticos,
libres y críticos.

Hay que decir que la primera formulación de lo que será


admitido como concepto de paz y de cultura de paz en el

1 Felipe Mac Gregor: Cultura de Paz. 3ª.ed.Ministerio de Educación- Programa


de Naciones Unidas para el Desarrollo. Lima Perú, 1989.
2 Felipe Mac Gregor. Reflexión sobre el Perú. Pontificia Universidad Católica.
Fondo Editorial, 2002.pp.36-37.

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Educación para una Cultura de Paz

seno de la Organización de Naciones Unidas (ONU), está


en la Declaración de Yamoussukro, Costa de Marfil, África,
1 de Julio de 1989.

La Declaración de Yamoussukro sobre la Paz en la Mente


de los Hombres, empieza por donde debe empezar, en la
mente de los hombres, donde se construyen los baluartes
de la paz. Sin embargo, su nueva visión de la paz,
compromete a citar que la paz es esencialmente reverencia
por la vida y que no solo significa el fin de los conflictos
armados. Aun más, la paz es una asociación armoniosa
entre la humanidad y el medio ambiente.

Conforme con las recomendaciones del Congreso que


emitió esta Declaración, sostiene que se construye una
nueva visión de la paz, basada en los valores universales
del respeto a la vida, la libertad, la justicia, la tolerancia,
los derechos humanos y la igualdad entre los hombres y
las mujeres.

Seguido, en el orden de aparición de documentos originarios


que contribuyen en la construcción del concepto de Cultura
de Paz es la Declaración de Sevilla de 1989, conocido como
el Manifiesto de Sevilla3. Este texto producido por científicos
de varias especialidades y distintas partes del mundo
entre los que estaban Santiago Genovés, Federico Mayor
Zaragoza, contiene cinco proposiciones y una conclusión
sobre la violencia. La primera es que incorrecto…. Copiar
las conclusiones, son cinco.

En esta Declaración se sostiene que la guerra no está


determinada por los genes ni por tener cerebros violentos
o por instinto o porque tengamos una naturaleza proclive
sino que la guerra es una construcción social.

3 El Manifiesto de Sevilla se elaboró en 1986 pero fue adoptado por la UNESCO


en 1989.

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Educación para una Cultura de Paz

Santiago Genovés, uno de los firmantes de este Manifiesto


dice que la guerra es cosa de unos 7.000 años a nuestros
días o sea cuando los seres humanos comenzaron a ser
sedentarios con la agricultura4. Para S. Genovés el hombre
no era violento desde sus orígenes debido a que estaba
ocupado en recolectar, cazar, creando herramientas,
procreando y vivía en relaciones de cooperación.

En dicha conclusión se dice:”proclamamos que la guerra y


la violencia no son una fatalidad biológica. Podemos poner
fin a la guerra y a los sufrimientos que conlleva. No con
esfuerzos aislados sino llevando a cabo una acción común.
Si cada uno de nosotros piensa que es posible, entonces
es posible. Si no, no vale la pena intentarlo. Nuestros
antepasados inventaron la guerra. Nosotros podemos
inventar la paz. Todos nosotros, cada uno en su sitio,
tenemos que cumplir nuestro papel.”

En la evolución histórica del concepto de Cultura de Paz,


que de por si indica que están implicadas la ética y la
cultura, nos encontramos con que una vez que el propio
concepto ha llegado la ONU, ésta se da a la tarea de
contribuir con la creación y la aplicación de programas,
estrategias y proyectos de diferentes duración. Entre
estos, los Programas Nacionales de Cultura de Paz, del
año de 1992, dirigidos a los esfuerzos del mantenimiento
de la paz por las Naciones Unidas.

Una personalidad importante del asentamiento,


diseminación y de la planetización del paradigma de la
cultura de paz es Federico Mayor Zaragoza ,quien fue
Director General de la UNESCO y hoy co-presidente de
la Alianza de Civilizaciones y Presidente de la Fundación
Cultura de Paz ,cuyo objetivo es el tránsito de una cultura
de guerra a una cultura de paz. La extraordinaria labor

4 Santiago Genovés. Expedición a la violencia. México. Fondo de Cultura


Económica.

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Educación para una Cultura de Paz

de Federico Mayor Zaragoza continúa su promoción de


la Cultura de Paz en plano universal y gran parte de la
adopción y de las acciones de la Organización de Naciones
Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO),
durante una década fueron de los más productivos para el
concepto de esta nueva cultura que rechaza la violencia
como modo de vida.

También la Organización de Naciones Unidas para la


Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), dedicaron
su trabajo a una Estrategia de Término Medio 1996-2001,
donde se concibe que el mayor desafío del fin del siglo XX
es empezar la transición de una cultura de guerra a una
cultura de paz.

De igual manera la UNESCO establece un proyecto


interdisciplinario entre varios sectores que incluyen la
educación, la cultura, las ciencias sociales, la comunicación,
los que deben contribuir coordinadamente a esta tarea de
construir una cultura de paz.

En 1997, reconociendo la importancia de la UNESCO en las


experiencias con la cultura de paz, la Asamblea General de
la ONU, establece una agenda con un ítem especial: “Hacia
una Cultura de Paz” y esto conduciría en breve a declarar
el Año 2000 como Año Internacional de la Cultura de Paz.
El Manifiesto 2000 es el legado de ese año tan importante
en el desarrollo histórico normativo de la Cultura de Paz.

1.2 La normativización 1999-2000

En este período el concepto y la definición misma de


Cultura de Paz se plasman o diríamos se objetivan en
varios documentos de la Organización de Naciones Unidas
(ONU), entre ellos la Declaración y Programa de Acción
sobre una Cultura de Paz (1999)A /RES/53/243

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Educación para una Cultura de Paz

En el artículo 1 de esta Declaración se define que:


“Una cultura de paz es un conjunto de valores,
actitudes, comportamientos, tradiciones y estilos de
vida basados en:

a) El respeto a la vida, el fin de la violencia y la promoción y


la práctica de la no violencia por medio de la educación,
el diálogo y la cooperación;

b) El respeto pleno de los principios de soberanía,


integridad territorial e independencia política de los
Estados y de no injerencia en los asuntos que son
esencialmente jurisdicción interna en los Estados, de
conformidad con la Carta de la Naciones Unidas y el
derecho internacional.

c) El respeto pleno y la promoción de todos los derechos


humanos y las libertades fundamentales;

d) El compromiso con el arreglo pacífico de los conflictos;

e) Los esfuerzos para satisfacer las necesidades de


desarrollo y protección del medio ambiente de las
generaciones presente y futuras;

f) El respeto y la promoción del derecho al desarrollo;

g) El respeto y el fomento de la igualdad de derechos y


oportunidades de mujeres y hombres;

h) El respeto y el fomento del derecho de todas las personas


a la libertad de expresión ,opinión e información;

i) La adhesión a los principios de libertad, justicia,


democracia, tolerancia, solidaridad, cooperación,
pluralismo, diversidad cultural, diálogo y entendimiento
a todos los niveles de la sociedad y entre las naciones;

Y animados por un entorno nacional e internacional que


favorezca a la paz.”

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Educación para una Cultura de Paz

En esta misma Declaración que define y norma lo que es en


esencia la cultura de paz como única cultura posible vincula
el desarrollo pleno de una cultura de paz a la promoción
del arreglo pacífico de los conflictos, a la promoción de
la democracia y los derechos humanos, el fortalecimiento
de las instituciones democráticas, a la erradicación de la
pobreza, el desarrollo económico y social sostenible, igual
que a la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer y el respeto, la promoción y la protección
de los derechos del niño.

1.3. La universalización

Como una fase del mismo desarrollo histórico normativo


de la Cultura de Paz, podemos ubicar como punto de
partida que en el año 2000, en el alba de la nueva centuria
y de milenio, la ONU dentro de sus acuerdos globales,
proclama y difunde los siguientes documentos que dan un
paso a la planificación de la idea de cultura de paz:

1. Metas del Desarrollo del Milenio - Septiembre de 2000

2. Año el Diálogo entre Civilizaciones – Septiembre de


2000

3. Década Internacional por una Cultura de Paz y No


Violencia contra los niños del mundo. 2001-2010 –
Noviembre de 2000.

En Septiembre de 2001, la ONU establece el Día


Internacional de la Paz para que cada 21 de ese mes, se
celebre mundialmente la paz.

En el 2005, por medio de la Resolución A/RES/60/11 la


ONU y su Asamblea General adopta el texto “Promoción
de la comprensión religiosa y cultural de armonía y
cooperación”.

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Educación para una Cultura de Paz

2. Conceptos fundamentales de la
Educación para una Cultura de Paz.

Para la exitosa enseñanza y aprendizaje del complejo


tema de la Cultura de Paz, es necesario desde el principio
asimilar el concepto y la definición de la misma y por
supuesto, tener una imagen de sus áreas, elementos y
valores. El concepto de cultura de paz es universal y trans
disciplinario.

2.1 El concepto de Cultura

Una definición clásica y comprensiva es la que ofrece


Edward B. Tylor en su obra “La Cultura Primitiva” es todo
un complejo inclusivo el conocimiento, las creencias, el
arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualquier otra
capacidad y hábito adquirido por el hombre en cuanto que
es miembro de la sociedad. Debemos estar claros que esta
es una definición etnográfica de cultura.

Otra dimensión de la cultura es la axiológica en la que se


define como un conjunto de valores y símbolos que se
transmiten y se viven en un determinado tiempo y en una
sociedad determinada.

— 19 —
Educación para una Cultura de Paz

2.2 Elementos y bases de una Cultura de Paz

Cultura de Paz y No
Cultura de guerra y violencia
Violencia

Creencia en el poder basado en Educación para una Cultura


la fuerza de Paz

Tolerancia, solidaridad y
Tener un enemigo
comprensión internacional
Gobierno autoritario Participación democrática
Secretismo y propaganda Libre flujo de información
Armamentismo Desarme
Educación para una Cultura
Educación para la guerra
de Paz
Explotación de la gente Derechos Humanos

Explotación de la Naturaleza Desarrollo Sostenible


Igualdad de hombres y
Dominación Masculina
mujeres
*Fuente: Douglas Roche. El derecho humano a la paz.

Fundamentados en la Declaración y Programa de Acción


sobre una Cultura de Paz de 1999, encontramos que son
ocho las bases de una cultura de paz claramente definidas
como se anotó en el cuadro anterior que hacen notar los
contrastes entre ambas culturas que son aprendidas en la
sociedad y que constituyen modos de vida.

Pero, hay que recordar aquí mismo que la cultura de


paz es también un conjunto de valores o sea tiene una
dimensión axiológica que comprende un plexo de valores
constitutivos que la hacen universal o global. Esos valores
son: libertad, igualdad, justicia, solidaridad y paz. La paz
se entiende hoy no solo como un estado de felicidad o
calma interior sino como paz de la mente, paz con los
otros y paz entre las naciones.

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Educación para una Cultura de Paz

2.3 Democracia

Esta forma política con más de dos mil quinientos años de


historia fue creada en el mundo occidental por los griegos.
Es este pueblo antiguo pero trascendente para la cultura
occidental, el que le da existencia a la democracia, desde
el demos; el pueblo a una manera de gobernarse en el que
los cargos eran totalmente efímeros, de corta duración
para evitar las tiranías y la corrupción. La democracia
griega fue una democracia directa basada en el principio
de legitimidad.

Un filósofo político griego como Platón concibe la


democracia como una forma imperfecta de gobierno,
licenciosa y corruptible por ser un régimen de multitudes.
Pero pese a esa concepción pesimista, la democracia
sobrevivió en la teoría política y en la realidad histórica y
social. Al menos esto es lo que se extrae del Libro VIII del
diálogo La República.

Pero en los tiempos de la modernidad la democracia es


una superación del absolutismo de los monarcas europeos
que concentraban el poder en una sola persona. Así que
democracia pasa a ser un gobierno de poderes separados
donde el soberano es el pueblo y no el rey. En ese tiempo
de revolución, siglos XVII y XVIII, nacieron los partidos
políticos en su configuración moderna lo mismo que el
Estado de Derecho como estado de leyes, donde impera
como norma suprema la Constitución Política.

La democracia en la época contemporánea se construye


sobre la legitimidad y sobre el derecho. Bien dice Giovanni
Sartori, filósofo político italiano que la democracia moderna
es un sistema de control y de limitación del poder. Sartori
denomina a la democracia como el gobierno del pueblo
sobre el pueblo.5

5 Giovanni Sartori. La democracia en 30 lecciones .Taurus, México, 2009.

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Educación para una Cultura de Paz

En el siglo XX, la democracia se extendió por muchos países


del mundo como democracia representativa o popular, de
algún se invocaba el poder del pueblo. Lo cierto es que en
nuestros días la democracia se presenta como un derecho
universal que se encuentra consignado en la Declaración
Universal de Derechos Humanos (1948). Artículo 21 que
tiene claramente expresado el derecho de elegir o ser
electo por medio de procedimientos que son elecciones
periódicas y el sufragio universal.

La democracia según esta Declaración tiene por base la


voluntad del pueblo.

Además la democracia típica, representativa y procedi-


mental hoy día es complementada con el carácter de
participativa considerándose que este rasgo le da cauce
a las expresiones del pueblo y a formar parte de las
decisiones del gobierno.

Aunque se habla de la democracia representativa, partici-


pativa, directa y otros adjetivos, lo real es que la democracia
es el régimen que permite el desarrollo y la paz.

Es más, la democracia debe entenderse como un apren-


dizaje, puesto que nadie nace demócrata sino que se hace
demócrata en sociedad, por la cultura y la educación con
la que se forma a los ciudadanos. El aprendizaje de la
democracia es una pedagogía de la paz. Esta afirmación la
basamos en un libro de Federico Mayor Zaragoza.6

De tal manera es la democracia que se aprende y se


transmite, y en lo fundamental, se es demócrata porque
primero uno es el individuo y es enseñado a ser un
ciudadano demócrata en el sentido de pertenencia a lo
político.

6 Federico Mayor Z.aragoza – La Nueva Página. Galaxia Gutemberg. Barcelona,


1994.pp.

— 22 —
Educación para una Cultura de Paz

La democracia tiene dentro de su praxis una dimensión


individual y otra colectiva. En la parte individual el ciudadano
se forja o le forjan la idea y la práctica de democracia. Sin
embargo, es la educación la herramienta principal la que
forma, construye al ciudadano democrático, crítico y libre.
La educación es la que da al individuo el conocimiento
como poder de sus derechos humanos y sus libertades
fundamentales.

La democracia en su aspecto colectivo es cuando ésta se


ejerce en conjunto con las otras personas en el régimen,
para decidir el futuro de la sociedad en la que se vive y
perfeccionar la forma política en que tienen su asiento el
poder y a la vez los límites de ese poder que son todos los
derechos humanos universales.

Otra forma de ver la democracia es concebirla como un


instrumento para vivir bien y en paz tal como la estudia
Norbert Bilbeny. Para éste filósofo político catalán, los
valores principales de la democracia son la libertad y la
igualdad, siendo la libertad el valor primordial sobre el
que se levanta la democracia que tiene a la paz como fin
incondicional.7

La democracia sirve para esto: para vivir bien y en paz.


Pero, agregaríamos, que no es cualquier paz la que
deseamos y debemos construir; la paz positiva, que es
ausencia de toda violencia es la que se constituye en meta
de un buen gobierno y de una sociedad armónica. Una
sociedad democrática escoge el diálogo para resolver los
conflictos de toda índole y tolera el debate y la disensión.
En una democracia también se discute, la democracia es
en el fondo la cultura democrática y ésta es parte esencial
de la cultura de paz.

7 Norbert Bilbeny. Democracia para la diversidad. Barcelona, Editorial Ariel, 1999.

— 23 —
Educación para una Cultura de Paz

Así que la aspiración pedagógica y ética es la de formar


ciudadanos democráticos que respondan a los retos
políticos de la sociedad en la que se vive. En nuestro
caso, la sociedad nicaragüense ayuna de democracia por
decenas de años, requiere de unos hombres y mujeres
libres, en principio, de cualquier tentación autoritaria. Si
bien es cierto que la democracia es cosa del individuo
como persona de derechos, esta persona tiene la calidad
del ciudadano y está siempre en un proceso sociopolítico
que le obliga a convivir pacíficamente y otra serie de
acciones como elegir, ser electo, representar participar,
opinar y decidir sobre el presente y futuro de su propia
sociedad. La democracia es el ejercicio de la ciudanía.

De ahí que la educación para una cultura de paz supone,


al menos, cinco temas estratégicos en la formación de los
ciudadanos democráticos:

a) La educación para la ciudadanía democrática se funda


en los valores propios de la democracia, cuales son la
libertad y la igualdad. La libertad tiene manifestaciones
concretas: Libertad de conciencia, libertad de
expresión, libertad de asociación. La libertad es un
derecho humano fundamental asociado al derecho a
la vida y la seguridad.

b) La educación para la ciudadanía democrática se basa


en la conciencia, la protección y la defensa de todos
los derechos humanos universales.

c) La educación para la ciudadanía democrática se ejerce


como individuo con el título de ciudadano, es decir
como sujeto de todos los derechos civiles y políticos y
las libertades fundamentales.

d) Las instituciones de educación deben tener como función


la educación para la democracia. Estas transmiten
el conocimiento de la democracia, desarrollan las
capacidades y las habilidades para ser un ciudadano

— 24 —
Educación para una Cultura de Paz

demócrata, orientado por los valores de libertad,


justicia, paz y el principio de igualdad.

De modo que la educación para una ciudadanía democrática


tiene la característica de ser medio y fin de la misma, por
cuanto devienen y se refieren a un marco pedagógico
y normativo que procura ciudadanos responsables,
comprometidos y solidarios.

2.4 Derechos Humanos

Al abordar los derechos humanos como un componente de


una educación para una cultura de paz debemos saber,
en primer lugar, qué son estos derechos, cómo estudian
en su aparición histórica, cuáles son sus características
y qué valores comportan, cuáles son los enfoques más
adecuados para enseñarlos.

La educación en y para los derechos humanos es vital en


la asunción de una educación del ciudadano democrático
y pacífico porque éstos son instrumentos jurídicos
internacionales respaldados por los todos los estados que
conforman la Organización de Naciones Unidas y, además
están integrados en la mayoría de las Constituciones
Políticas de los Estados Miembros.

En nuestro país, la promoción y la enseñanza de los


derechos humanos y la Constitución Política se debe hacer
por ley. La Ley 201, Ley de Promoción de los Derechos
Humanos y de la enseñanza de la Constitución Política
del diecinueve de Septiembre de mil novecientos noventa
y cinco. Por esta razón, y otras en los sistemas de la
educación nicaragüense se han acogido los derechos
humanos como un tema transversal en los anteriores
programas y hoy en el curriculum nacional básico.

Los derechos humanos se enseñan con un enfoque


apropiado que no los desligue de la responsabilidad ni de

— 25 —
Educación para una Cultura de Paz

los textos aprobados por la comunidad de estados de las


Naciones Unidas. De aquí que el enfoque de la enseñanza
de los derechos humanos debe ser ético y jurídico, que se
eduque a la personas con valores y con un cuidado ético
y a la vez empoderándolas con los instrumentos jurídicos
internacionales sobre derechos humanos cuyo desarrollo
ha sido progresivo y universal.

Pero, al enseñar los derechos humanos estos deben


ser definidos como un conjunto de principios y valores
necesarios para la convivencia pacífica y la autorrealización
de los individuos. Los derechos humanos se poseen en
base a los principios de igualdad y no discriminación.

Igual es necesario al momento de la educación en


derechos humanos saber que éstos tienen un vínculo
estrecho y necesario con la democracia y el Estado de
Derecho. Recordemos aquí una afirmación sintética del
filósofo nicaragüense Alejandro Serrano Caldera que “Los
Derechos Humanos son la base de la Democracia y del
Estado de Derecho.”8

Muchos son los nombres conceptos de estos derechos


llamados humanos por el mero hecho de que son los seres
humanos los que los poseen en términos de su cualidad
humana. También se le denomina derechos básicos,
derechos fundamentales, derechos naturales, derechos
morales, subjetivos, según sea la doctrina filosófica o
jurídica que los fundamenta.

En todo caso, los derechos humanos son conquistas


históricas que se han alcanzado por medio de revoluciones
sociales, por la lucha de algunas personalidades en
el establecimiento y la defensa de un derecho o varios
derechos específicos, la praxis de los movimientos sociales

8 Alejandro Serrano Caldera. Estado de Derecho y Derechos Humanos. UNAN,


León, Editorial Universitaria.

— 26 —
Educación para una Cultura de Paz

y de las acciones consecuentes de las organizaciones


políticas y sociales.

Otros pensadores y académicos los denominan exigencias


históricas, prerrogativas, facultades o condiciones nece-
sarias para el sostén de dignidad humana.

Para el estudio los derechos humanos éstos se clasifican


en varias generaciones, según el orden de aparición en la
historia.9

La primera generación, surge al impulso del pensamiento


de los filósofos ilustrados europeos ingleses y franceses
y de aquellas trascendentes revoluciones sociales de los
siglos XVII y XVIII en Inglaterra y Francia y, por supuesto,
de la Revolución Norteamericana de 1776.

Esta primera generación de derechos que se conoce


bajo el nombre de los derechos civiles y políticos
está orientada por el valor libertad y corresponden más
al individuo como persona de derechos y podemos decir
más, son los primeros límites al poder y sobre todo un
valladar contra el absolutismo y los autoritarismos de toda
laya. Entre estos derechos están el derecho a la vida, la
seguridad y la libertad.

La ONU consagró los derechos civiles y políticos en un


Pacto de Derechos Civiles y Políticos en el año de 1966.
El Estado de Nicaragua es parte de ese Pacto y de otros
documentos jurídicos sobre derechos humanos. El artículo
46 de la Constitución Política y sus reformas dice qué
instrumentos de derechos humanos deben respetarse y
exigirse. Dicho artículo constitucional establece que:

9 Erwin Silva. Derechos Humanos. Historia. Fundamentos y Textos. Nos-Otros,


UPOLI, Imprimátur, Managua, 2004.pp.23-29.

— 27 —
Educación para una Cultura de Paz

“En el territorio nacional toda persona goza de la protección


estatal y del reconocimiento de los derechos inherentes de
la persona humana, del irrestricto respeto, promoción y
protección de los derechos humanos y de la plena vigencia
de los derechos consignados en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos; en la Declaración Americana de
Derechos y Deberes del Hombre; en el Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; en el
Pacto de Derechos Civiles y Políticos de la Organización
de las Naciones Unidas; y en la Convención Americana
de Derechos Humanos de la Organización de Estados
Americanos.”

Esto significa que los derechos humanos contemplados en


los instrumentos internacionales tienen rango constitu-
cional.

La segunda generación de derechos humanos es


conocida como de los derechos económicos, sociales
y culturales y es una gama de derechos sostenida por
el valor y el principio de igualdad entre todos los seres
humanos. Estos derechos son colectivos. También están
consignados en el Pacto Internacional de Derechos Econó-
micos, Sociales y Culturales del año de 1966 que la ONU
proclamó en conjunto con el Pacto de Derechos Civiles y
Políticos.

Estos dos Pactos más la Declaración Universal de Derechos


Humanos forman un bill, una Carta Internacional de
Derechos Humanos.

La tercera generación de derechos humanos se les


denomina los derechos de solidaridad o de los pueblos
y son: el derecho al patrimonio común de la humanidad,
el derecho al desarrollo. El derecho a un medio ambiente
sano y físicamente equilibrado, el derecho a la paz y el
derecho a la asistencia humanitaria.

— 28 —
Educación para una Cultura de Paz

Aunque debe advertirse que estos derechos de solidaridad


no tienen un pacto específico, solo anteproyectos de
pactos, como el de Karel Vasak.

Estos derechos son reclamables frente al Estado y el titular


puede ser un Estado.

Las características de los derechos humanos son las


siguientes:
1. Universales: Porque pertenecen a todo ser humano y
en términos de igualdad.

2. Indivisibles: Porque forman un todo.

3. Interdependientes: Porque se relacionan, apoyan y


complementan unos con otros.10

Hay que agregar que los derechos humanos además


de ser instrumentos jurídicos internacionales están
respaldados por la Organización de Naciones Unidas y
por la Organización de Estados Americanos (OEA). Los
instrumentos jurídicos que respaldan y protegen los
derechos humanos en el Sistema Interamericano son: la
Carta de la OEA, la Convención Americana de Derechos
Humanos y la Carta Democrática.

Realmente hoy día los derechos humanos están protegidos


por el Sistema universal de la ONU y el Sistema
Interamericano de la OEA, que tiene órganos específicos
como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y
la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

En el más alto nivel del sistema universal de protección


de los derechos humanos se encuentra el Consejo de
Derechos Humanos como órgano subsidiario que depende
de la Asamblea General de la Organización de las Naciones

10 Declaración y Programa de Acción de Viena.1993.Parte I .Artículo 5.

— 29 —
Educación para una Cultura de Paz

Unidas, para este tema vital de la convivencia de la


humanidad y de cualquier sociedad que se precie de ser
civilizada.11

2.4.1 La Declaración Universal de Derechos Humanos:


un texto jurídico y ético político trascendente para
la humanidad

La Declaración Universal de Derechos Humanos aprobada


y adoptada por la Asamblea General de la Organización
de Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948, es un
texto jurídico y ético político de los más trascendentes en
la historia de la humanidad.

Esta resolución que se constituye en un código ético global


contiene los principios y valores universales y necesarios
para la convivencia pacífica de la sociedad, igual que la de
los pueblos y de los estados entre sí.

Los valores de la libertad, la justicia y la paz son la


base para el reconocimiento de la dignidad inherente a
toda persona humana y los principios de igualdad y no
discriminación rigen en una democracia fundamentada en
el Estado de Derecho. El reconocimiento de la dignidad
humana ha dicho Miquel Martínez Martin y Elena Noguera
Pigem – se concreta en el rechazo a toda forma de violencia
e instrumentalización del ser humano.

El ser humano es un fin en si mismo y no un medio según


la proposición del filósofo alemán Inmanuel Kant.

La Declaración Universal en si misma prevé que debe


existir un Régimen de Derecho que haga posible y real la
protección de los derechos catalogados a fin de no vernos
compelidos “al supremo recurso de la rebelión contra la
tiranía y la opresión” como se sostiene en el Preámbulo.

11 Cfr. www.nu.org

— 30 —
Educación para una Cultura de Paz

Aún más, la Declaración Universal de Derechos Humanos


(DUDH), concibe dentro de su propia proclama, la promo-
ción de los derechos humanos y libertades fundamentales
mediante la enseñanza y la educación.

La Declaración Universal es un ideal común de la


humanidad. El texto está compuesto de un Preámbulo y de
30 artículos. Del artículo 1 al 21 se enuncian los derechos
civiles y políticos, orientados por el valor libertad y del
articulo 22 al 28 los derechos económicos, sociales y
culturales sustentados por la igualdad.

En particular el artículo 26.2 de la DUDH presenta el


objetivo de la educación como un derecho básico y es
“el pleno desarrollo de la personalidad humana y el
fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y las
libertades fundamentales, favorecerá la comprensión, la
tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los
grupos étnicos o religiosos y promoverá el desarrollo de las
actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento
de la paz”.

La Declaración Universal es un ideal común de la humani-


dad pero a 60 años de su proclamación muchos de esos
derechos no se han alcanzado y en numerosos países y
regiones del mundo se continua violando de una manera
brutal los derechos humanos básicos y ha reaparecido
el genocidio, las desapariciones forzosas no han cesado
y se trafica con personas y se esclavizan inmigrantes se
asesinan mujeres y se abusa de los niños, se persiguen
y se encarcelan opositores en las democracias y aun se
viven conflictos donde las partes contendientes no trepidan
en segar vidas en serie y hay masacres de indígenas, se
arrasa con los recursos naturales de los pueblos originarios,
dejándolos con escasas posibilidades de supervivencia.

Sin embargo, y pese a todos los impasses con la realidad


que sufren los derechos humanos, la DUDH es un
“documento viviente”, tal como lo denominó alguna vez

— 31 —
Educación para una Cultura de Paz

las Naciones Unidas y no ha estado exento del debate


ni del señalamiento de incompleta, pero aun así, en su
brevedad y su solemnidad, es de una impresionante
actualidad y el punto de partida de la evolución normativa
e institucional de todos los derechos humanos reconocidos
posteriormente en sesenta años de progresiva instauración.
La DUDH conforma en los inicios del desarrollo histórico
de los derechos humanos, el Bill of Human Rights o sea
la Carta Internacional de Derechos Humanos junto al
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales y los Protocolos Facultativos u Opcionales del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

Aunque debo señalar que este año de 2008 se cumplen


seis décadas de la adopción de dos instrumentos
jurídicos internacionales de derechos humanos: La
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre (Mayo,1948), proclamada antes de la DUDH
por la Organización de Estados Americanos (OEA) y la
Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de
Genocidio, datada del 9 de Diciembre de 1948. En relación
a esta última, recordemos que la humanidad venía de la
experiencia de las matanzas y el exterminio en Auschwitz,
Treblinka y Dachau, lo mismo que de experimentar los
horrores de las bombas atómicas que U.S.A lanzó sobre
Hiroshima y Nagasaki.

A estas alturas del tiempo cuando el referente de la


Declaración Universal se observa como símbolo y un
documento constitutivo y cuando muchos de los derechos
humanos pasan por los procesos de generalización e
internacionalización, se puede afirmar positivamente que
también se incorporan en las constituciones políticas de
los estados miembros de la ONU.

En nuestro caso, el artículo 46 de la Constitución Política


vigente se reconoce y se consignan los derechos humanos

— 32 —
Educación para una Cultura de Paz

consagrados en declaraciones, pactos y convenciones


de orden universal y regional que se deben respetar,
promover y proteger.

Si solo contamos con los instrumentos nuevos a partir del


año 2001, nos encontramos verdaderos documentos que
en pie de igualdad, incluyen nuevos sujetos y derechos y
que contemplan desde la diversidad cultural y la bioética
a los derechos de los trabajadores migrantes, de los
derechos de los pueblos indígenas a la democracia y la
cultura de paz.

Lo cierto es que la Declaración de Derechos Humanos ha


posibilitado la evolución de una amplia gama de derechos
humanos hoy considerados todos universales, indivisibles
e interdependientes.

Quisiera únicamente describir algunos de los mayores


textos jurídicos de derechos humanos que ha aprobado
la Organización de Naciones Unidas y sus organismos
especializados tanto como el status de estos documentos
que el Estado de Nicaragua ha suscrito y ratificado.

— 33 —
Educación para una Cultura de Paz

Instrumentos
Año Suscripción / Ratificación
(universales y regionales)
Se aprobó por unanimidad en la 31ª
Declaración Universal
Conferencia General de la UNESCO cuando
2001 de la UNESCO sobre la
recién habían ocurrido los acontecimientos
diversidad cultural
del 11 de Septiembre de 2001.

Aprobada en sesión plenaria de la


Organización de Estados Americanos, el
11 de Septiembre de 2001. En este texto
Carta Democrática se reconoce el derecho a la democracia y la
2001
Interamericana promoción y la protección de los derechos
humanos así como también se considera
a la democracia indispensable para el
ejercicio de las libertades fundamentales.

Convención Interamericana
para la eliminación de
todas las formas de
2002
discriminación contra
todas las personas con
discapacidad
Ratificada por el Estado de Nicaragua por
Convención Interamericana
2002 decreto número 47-2003- 9 de Junio de
contra el Terrorismo
2003.
Convención Internacional
sobre la protección de Entró en vigor el 1 de Julio de 2003 hasta
2003
todos los trabajadores que el estado número veinte la ratificaran.
migratorios y sus familiares

Declaración Universal Aprobada por aclamación en la 33ª.


2005 sobre Bioética y Derechos Conferencia General de la UNESCO, el 19
Humanos de Octubre de 2005
Convención sobre la
Aprobada en la Conferencia General de la
protección de la diversidad
2005 UNESCO , en su 33ª. reunión, en París el
de las expresiones
20 de Octubre de 2005
culturales
Adoptada por la Asamblea General de la
Convención sobre los ONU en la Resolución 61/106 del 13 de
2006 derechos de las personas diciembre de 2006. Nicaragua la ratificó el
con discapacidad Protocolo Facultativo de dicha Convención
el 7 de Diciembre de 2007.
Convención Internacional Adoptada por la Asamblea General de la
2006 para la protección contra ONU en la resolución 61/177 del 20 de
las desapariciones forzosas Diciembre de 2006
Se aprobó el 13 de Septiembre de
Declaración Universal de
2007. Entre los estados del mundo que
2007 Derechos de los Pueblos
propiciaron esta Declaración estuvo
indígenas
Nicaragua.

— 34 —
Educación para una Cultura de Paz

De aquellos años (1945-1946) cuando el mundo era un


escenario de escombros y de imágenes apocalípticas
propios de una guerra total, surgió el trabajo de una
pequeña comisión por mandato de la ONU de elaborar un
documento que incorporara los derechos humanos y este
comité estuvo integrado por facilitadores y académicos
de Estados Unidos de América, Mrs. Eleanor Roosevelt,
Robert P. Humphrey, (Canadá), René Cassin, (Francia),
Charles H. Malik, (Líbano) y P.C. Chang, (China) .

Se sabe que en los días de la elaboración del texto de


la Declaración Universal se presentaron deliberaciones y
debates intensos y profundos sobre posiciones filosóficas,
entre derecho natural y positivismo, por ejemplo,
liberalismo y marxismo; diferencias que por momentos
parecían insalvables, fueron superadas magistralmente
por estos intelectuales para darnos el texto de la DUDH,
que luego la propia señora Roosevelt que presidía el comité
referido llamaría la “Carta Magna de la humanidad”.

Desde entonces las exigencias llamadas derechos humanos


se establecen en una lista de facultades y prerrogativas
imprescindibles para la paz sostenible y democrática, para
la educación de las generaciones sucesivas en los altos
valores de la libertad, la justicia y la paz. Este catálogo de
derechos como he dicho se ha ampliado y sigue creciendo
al extremo que se piensa ya en una cuarta generación
de derechos humanos, debido a múltiples factores que ya
ha anotado Jack Donnelly en su libro “Derechos Humanos
Universales”. Estos factores señalados son: “el cambio de
ideas acerca de la dignidad humana, el ascenso de nuevas
fuerzas políticas, los cambios tecnológicos, las nuevas
técnicas de represión y hasta los triunfos pasado de los
derechos humanos.”

A la par se han generado los sistemas internacionales y


regionales de protección de los derechos humanos basados
en instrumentos universales o de las regiones respectivas
y un desarrollo acelerado de todo un componente nuevo

— 35 —
Educación para una Cultura de Paz

de la educación en valores que es la educación en y para


los derechos humanos.

En el caso de América Latina, el sistema interamericano


tiene el respaldo de tres documentos claves para el
funcionamiento sistémico de los derechos humanos en
esta región sufrida y avasallada por las intervenciones
militares extranjeras, por las dictaduras y hundida en
el endeudamiento y en la pobreza. Estos textos son: la
Carta de la OEA, la Declaración de Derechos y Deberes del
Hombre, la Convención Americana de Derechos Humanos
del año de 1969 y hoy se agrega la Carta Democrática de
la OEA aprobada en el año 2001. A esto hay que agregar
que las instancias que protegen los derechos en América
Latina son la Comisión de Derechos Humanos (CDH) y la
Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) existe
desde 1979, éste con sede en Washington, USA. El Estado
de Nicaragua es parte de la Convención Americana de
Derechos Humanos (1969) y ha aceptado el fuero de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos.

La combinación de la producción de los instrumentos de


los derechos humanos, la conciencia universal y creciente
de esos mismos derechos básicos y el establecimiento de
los sistemas de protección han convertido a los derechos
humanos en una especie de ética mundial. Los derechos
humanos son en la actualidad un núcleo axiológico mínimo
con una constelación de valores que apelan y soportan la
dignidad intrínseca de toda la familia humana.

De modo que cuando han transcurrido sesenta y dos años


del inicio de una sorprendente e inventiva evolución de los
derechos humanos, debemos tener siempre presente la
Declaración Universal como un documento histórico pero
vigente pese a sus detractores o a los escépticos que no
luchan y suspenden sus juicios ante un instrumento que
pensado por algunos responde todavía y en el porvenir a la
más vieja y profundamente deseada de las utopías: la paz.

— 36 —
Educación para una Cultura de Paz

2.4.2 La Educación en Derechos Humanos

Nicaragua es un Estado Miembro Original de la Organización


de las Naciones Unidas desde 1945 y como tal ha suscrito
y ratificado al momento unos treinta de los mayores
instrumentos jurídicos internacionales sobre Derechos
Humanos, lo que hace que el Estado nicaragüense haya
contraído obligaciones ineludibles, compromisos éticos
y políticos con el concierto de los Estados del mundo y
de las personas y los ciudadanos de nuestro país según
fuentes documentales de la Organización de Naciones
Unidas (ONU) y de la Organización de Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (UNESCO).

Entre los documentos de derechos humanos firmados


por Nicaragua están los siguientes: La Carta de Naciones
Unidas de 1945, la Declaración Universal de Derechos
Humanos de 1948, el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos de 1966 y el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966, la
Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer, la Convención Americana
de Derechos Humanos, la Convención de los Derechos del
Niño.

Esto indica que como Estado hemos sido actores y sujetos


de los grandes tratados de derechos humanos y parte de la
evolución de sus normativas; por esta razón está dentro
de las expectativas y las exigencias de esta sociedad
que construye la democracia y el Estado de Derecho, la
vigencia plena y la observancia de los derechos básicos y
las libertades fundamentales.

De igual manera el Estado y la Sociedad Civil se obligan a


desarrollar la educación en derechos humanos como una
modalidad de formar ciudadanos libres, democráticos y
pacíficos con un sistema de valores tales como justicia,
libertad, paz, democracia y desarrollo, en base al

— 37 —
Educación para una Cultura de Paz

principio de igualdad, transmitidos por el testimonio y la


praxis humanística de los maestros que son los agentes
principales de los cambios.

De ahí que ante la necesidad de educar a las generaciones


presentes y futuras en una cultura de paz que tiene como
eje fundamental los derechos humanos, debemos consta-
tar cuáles son nuestros compromisos con la comunidad
mundial y nacional en materia de la educación en derechos
humanos a fin de asumir una ética global frente a una
crisis global.

Además, es necesario establecer el estado de los avances


en el tema que nos ocupa sobre todo en los ámbitos legal,
curricular y pedagógico por medio del análisis y la síntesis
de los textos jurídicos internacionales y regionales de
derechos humanos, las declaraciones, de los planes de
acción mundial y de los programas de educación secundaria,
primaria y universitaria relativos a la formación cívica y
moral de los educandos nicaragüenses.

También, como lógico complemento de esta investigación


se incluirán algunas notas sobre los logros y la relevancia
desde el punto de vista constitucional y de las modificaciones
curriculares en el sistema educativo de Nicaragua.

De tal manera que la promoción de los derechos humanos


por medio de la educación es un deber del Estado y un
derecho de la sociedad recibir esta enseñanza por lo que
este estudio está dirigido a retroalimentar y mejorar
las acciones que ejecutan los organismos de protección
y promoción de los derechos humanos así como de las
instituciones de educación del país.

El tema de la educación en derechos humanos posee ya una


amplia codificación conceptual de la que se ocupan muchos
académicos, pedagogos e instituciones del mundo por lo
que trataremos de estudiar algunos de estos conceptos y

— 38 —
Educación para una Cultura de Paz

autores pertinentes y actuales con el propósito de contribuir


a fortalecer los conocimientos en nuestros destinatarios
que son principalmente los estudiantes, los maestros, los
especialistas de metodología y los ciudadanos en general.

Los conceptos fundamentales que utilizamos para el


presente estudio son los de educación en derechos
humanos, educación en valores y valores.

En primer lugar, apuntamos el concepto de Andrés


Domínguez Vial que define la educación en derechos
humanos como una educación para la realización de
la dignidad humana. Esta noción nos parece muy válida
porque los derechos humanos derivan de la dignidad
inherente de la persona humana y ésta o sea la dignidad
se soporta en una serie de condiciones que realizan a la
persona en la esfera de lo social y lo cultural. Esto indica
que la dignidad humana ha de construirse de la vida, la
libertad, el trabajo, la justicia, la solidaridad y la paz.

Otro concepto válido para los fines de la presente


investigación es el que nos vierte José Bonifacio Barba
que estima la educación en derechos humanos es una
educación para la realización de los valores.

También sumamos a esta reseña la definición de Abraham


Magendzo Kolstrein que entiende la educación en
derechos humanos como una modalidad de la
educación en valores.

En resumen puedo sostener que el concepto de educación


en derechos humanos tiene muchas definiciones relevantes
pero las más operativas son las que nos precisan que ésta
es una educación en valores.

Yo personalmente defino la educación en derechos


humanos como una educación para la realización
de la paz.

— 39 —
Educación para una Cultura de Paz

Las razones fundamentales para explicitar esta definición


son en primer lugar, el hecho de considerar la paz un bien
de toda la humanidad y una aspiración y un ideal de todos
los individuos y los pueblos.

El otro elemento es que la paz es holística y el sujeto que


se educa en y para la paz se educa para la realización del
supremo valor de la paz. Vale decir paz consigo mismo,
con los otros, con la naturaleza y el cosmos.

Es válido por tanto, anotar aquí el concepto de paz que


se concibió en el Congreso Internacional sobre la Paz en
la Mente de los Hombres, Yamoussukro, Costa de Marfil
en 1989, y en cuya Declaración se proclama que “Paz es
reverencia por la vida. Paz es la más preciosa posesión
de la humanidad. Paz es más que el fin conflicto armado.
Paz es un modo de conducta. Paz es el más profundo
compromiso con los principios de la libertad, la justicia,
igualdad y solidaridad entre todos los seres humanos.

Hoy se considera que la paz es un derecho inmanente de


todo ser humano y de toda nación y como “objeto de la
educación en la esfera de los derechos humanos”.

De tal manera que en mi definición y mi concepto educar


en derechos humanos es educar para la paz por cuanto la
vigencia, la observancia y el cumplimiento de los derechos
humanos es vivir el valor universal y fundamental de la
paz.

Educación en derechos humanos en términos comunes es


un proceso de transmisión y de testimonio de los valores
universales de los derechos humanos, de capacitación y de
conocimiento de los instrumentos jurídicos internacionales
y regionales sobre derechos humanos.

— 40 —
Educación para una Cultura de Paz

La Educación Derechos Humanos. Autores y conceptos

Al estudiar el concepto o bien la etimología latina del


término educación, educere, significa además de conducir
o inducir, extraer y en este sentido encontramos que hay
algo de socrático o semejante a la mayéutica también
cuando pensamos la noción de educación en relación con
la educación en valores que sería no sólo transmitir valores
sino crear nuevos valores.

Recurriendo a otras definiciones del concepto se da ésta


que sostiene que “la educación es fundamentalmente un
medio o que constituye ineludiblemente, un fin en cuanto
se dirige al ser humano como el fin del desarrollo. Es un
derecho o una inversión.”

Referimos el concepto de educación porque ésta es y el


derecho a la educación debe considerarse las bases para el
desarrollo de una educación derechos humanos. Al menos
así lo afirma la Declaración final de la Conferencia Mundial
sobre la Educación en el siglo XXI, París, 1998 que dice en
uno de sus considerandos que:
“La educación es uno de los pilares fundamentales de los
derechos humanos, la democracia, el desarrollo sostenible
y la paz, por lo que deberá ser accesible para todos a lo
largo de toda la vida.”

La Educación en Derechos Humanos como una modalidad


de la educación en valores.

De tal manera que podemos entender- si relacionamos


y deducimos del anterior acápite - que la educación en
derechos humanos tiene un carácter de educación en
valores.

Abraham Magendzo, un experto en la enseñanza de los


derechos humanos sostiene por igual que “Educar en
y para los derechos humanos es sin duda alguna
educar para los valores”.

— 41 —
Educación para una Cultura de Paz

Igualmente Jorge Vargas Osorio ve la educación en


derechos humanos como una educación valoral o como
una modalidad de educación en valores, dado que los
derechos humanos son categorías éticas que expresan
valores y deseos de realización humana.

Por su parte, el Doctor Carlos Tünnermann Bernheim,


teórico e historiador de la educación superior, sostiene que
los derechos humanos son un referente valórico y ético
y concibe “la educación para los derechos humanos
como un elemento catalizador, que debe impregnar la
totalidad del quehacer educativo, como consecuen-
cia del reto, del desafío, que para la educación
significa asumir los Derechos Humanos”. Y agrega
que, “La enseñanza de los Derechos Humanos deber
ser de carácter interdisciplinario y polinizador”.

La Educación en Derechos Humanos en los


instrumentos jurídicos internacionales sobre
derechos humanos. Las Recomendaciones de las
Organización de Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura, UNESCO.

El punto de partida de los mandatos, las obligaciones o las


orientaciones para desarrollar una cultura de los derechos
humanos es la Declaración Universal de Derechos
Humanos de 1948 que hoy se considera como un código
de ética global. Con esta Declaración puede hablar de
un primer fundamento ético y legal para la educación en
derechos humanos. De la visión y los objetivos mismos
de este texto tan importante para la convivencia humana
se pueden derivar las metas y los ideales de los derechos
humanos que son la esencia de una educación valoral.

En el artículo 26 .2 se dice que:


“La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la
personalidad y el fortalecimiento del respeto a los derechos
humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá

— 42 —
Educación para una Cultura de Paz

la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas


las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y
promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones
Unidas para el mantenimiento de la paz”.

Otro documento que por su amplitud es clave citar aquí


es la Declaración sobre el fomento entre la juventud
de los ideales de paz, respeto mutuo y comprensión
entre los pueblos de 1965. De este puede extraer el
principio I:

“La juventud debe ser educada en el espíritu de la paz, la


justicia, la libertad, el respeto y la comprensión mutuos, a
fin de promover la igualdad de derechos de todos los seres
humanos y de todas las naciones, el progreso económico
y social, el desarme y el mantenimiento de la paz y la
seguridad internacionales.”

Los propósitos de la educación y de la educación en


derechos humanos fueron enriquecidos con la adopción
del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales del año de 1966 que en su Artículo
13 dice literalmente:
“Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el
derecho de toda persona a la educación. Convienen en
que la educación debe orientarse hacia el pleno desarrollo
de la personalidad humana y del sentido de su dignidad,
y debe fortalecer el respeto por los derechos humanos y
las libertades fundamentales. Convienen así mismo en
que la educación debe capacitar a todas las personas para
participar efectivamente en una sociedad libre, favorecer
la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las
naciones y entre todos los grupos nacionales, étnicos o
religiosos, y promover las actividades de las Naciones
Unidas en pro del mantenimiento de la paz”.

En 1989, se adopta la Convención de los Derechos del


Niño que es digámoslo así un instrumento de derechos

— 43 —
Educación para una Cultura de Paz

humanos con una validez universal para los seres humanos


que están en la principal fase de desarrollo físico, psíquico,
mental y social. Los niños y niñas del mundo tienen en
esta Convención, un documento protector de sus derechos
que deben ser aprendidos y vivenciados por todos y
en lo fundamental por las familias, los maestros y los
trabajadores de los medios de comunicación social.

En el Artículo 29 se acuerda que:


“Los Estados Partes convienen en que la educación del
niño deberá estar encaminada a:
a) Desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad
mental y física del niño hasta el máximo de sus
posibilidades;

b) Inculcar al niño el respeto de los derechos humanos


y las libertades fundamentales y de los principios
consagrados en la Carta de Naciones Unidas; y d)
Preparar al niño para asumir una vida responsable en
una sociedad libre con espíritu de comprensión, paz,
tolerancia, igualdad de los sexos y amistad entre los
pueblos, grupos étnicos, nacionales y religiosos y
personas de origen indígena.”

Ahora bien, como la evolución de los derechos humanos


ha ampliado el catálogo de derechos y de igual forma el
número de instrumentos jurídicos internacionales, nos
encontramos con la Convención Internacional sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
Racial, 1965, que en su Artículo 7 dice:
“Los Estados se comprometen a tomar medidas inmediatas
y eficaces, especialmente en las esferas de la enseñanza,
la educación, la cultura y la información, para combatir
los prejuicios que conduzcan a la discriminación racial y
para promover la comprensión, la tolerancia y la amistad
entre las naciones y los diversos grupos raciales o étnicos,
así como para propagar los propósitos y principios de la
Carta de Naciones Unidas, de la Declaración Universal de

— 44 —
Educación para una Cultura de Paz

Derechos Humanos, de la Declaración de las Naciones


Unidas sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación y de la presente Convención”.

De tal manera que la educación en general y la educación en


derechos humanos es un importante medio para combatir
y superar los prejuicios raciales o bien la discriminación
por la pertenencia a grupo racial.

Más adelante, en 1989, se adopta la Convención número


169 de la O. I. T, relativa a los Pueblos Indígenas
y Tribales en Países Independientes, Arto. 31, en la
que se demanda:
“Deberán adoptarse medidas de carácter educativo
en todos los sectores de la comunidad nacional, y
especialmente en los que estén en contacto más directo
con los pueblos interesados, con objeto de eliminar los
prejuicios que pudieran tener con respecto a esos pueblos.
A tal fin, deberán hacerse esfuerzos por asegurar que
los libros de historia y demás material didáctico ofrezcan
una descripción equitativa, exacta e instructiva de las
sociedades y culturas de los pueblos interesados.”

En otros instrumentos internacionales de derechos


humanos como la Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la Mujer
de 1979 y que fuera ratificada por Nicaragua en el año
de 1981, en su Parte III, Artículo 10, obliga a los Estados
Parte a tomar medidas en la educación en términos de
igualdad entre hombres y mujeres y dice:

“Los Estados Parte adoptarán todas las medidas apropiadas


para eliminar la discriminación contra la mujer, a fin de
asegurarle la igualdad de derechos con el hombre en la
esfera de la educación y en particular para asegurar, en
condiciones de igualdad entre hombres y mujeres:
c) La eliminación de todo concepto estereotipado de los
papeles masculino y femenino en todos los niveles y en

— 45 —
Educación para una Cultura de Paz

todas las formas de enseñanza mediante el estímulo


de la educación mixta y de otros tipos de educación
que contribuyan a lograr este objetivo y, en particular,
mediante la modificación de los libros y programas
escolares y la adaptación de los métodos de enseñanza.”

Por otra parte la Organización de las Naciones Unidas


para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), ha
emitido numerosas recomendaciones y declaraciones
donde se plasman algunas obligaciones y deberes para
los Estados en materia de la enseñanza de los derechos
humanos, entre éstas están la Recomendación relativa
a la Educación para la Comprensión Internacional, la
Cooperación, la Paz y Educación relacionada con los
Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales,
1974.

En lo fundamental esta Recomendación llama a los Esta-


dos Miembros a tomar algunas medidas para asegurar
que los principios de la Declaración Universal de Derechos
Humanos y los de la Convención sobre la Eliminación de
Todas las Formas de Discriminación Racial sean “parte
integral del desarrollo de la personalidad de cada niño,
adolescentes, jóvenes y adultos y la aplicación de esos
principios en la conducta cotidiana educativa de todos los
niveles en todas sus formas.”

En 1983, en París, se celebró la Conferencia


Intergubernamental sobre Educación para la
Comprensión Internacional y la Paz en relación con
los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales y
la Cooperación recomienda que la visión sostenida por
la Recomendación del año de 1974 incluya al sistema
educativo en todos sus niveles, educación superior y la no
formal.

Otro documento clave es la Declaración sobre los


Principios Fundamentales relacionados con la

— 46 —
Educación para una Cultura de Paz

Contribución de los Medios de Comunicación de


Masas para fortalecer la Paz y la Comprensión
Internacional, para la Promoción de los Derechos
Humanos y para combatir el Racismo, el Apartheid
y la Incitación a la Guerra, (1978) que en lo esencial
orienta a cambios conductuales por la vía de los medios
de comunicación que juegan un enorme papel en los
esfuerzos de consolidación de la paz y de la eliminación
de los prejuicios raciales.

También es muy importante realizar un breve recorrido por


las grandes líneas de las recomendaciones emanadas de
los congresos mundiales sobre educación en los derechos
humanos, por ejemplo, el que se realizó en Viena en 1978,
denominado precisamente Congreso Internacional
sobre la Enseñanza de los Derechos Humanos y que
fue organizado por la UNESCO, máxima casa de la cultura
mundial y que según muchos investigadores y especialistas
entre ellos Janusz Symónides, con éste se inaugura una
serie de congresos dedicados a este tema de la educación
en derechos humanos.

Aquel Congreso dirigido a educadores, empleados de


gobierno y activistas se efectuó para discutir cuestiones
relativas al desarrollo de la enseñanza de los derechos
básicos.

En lo particular, el Congreso resolvió que la educación


de derechos humanos debe basarse en los principios de
la Carta de Naciones Unidas, en la Declaración Universal
de Derechos Humanos y otros instrumentos de esta
naturaleza.

Como es lógico cada congreso de esta índole representa


un avance en términos no sólo de los tópicos que se tratan
sino también de una gama de experiencias, medios y
métodos y técnicas de enseñanza de derechos humanos.
Este es el caso de Congreso Internacional sobre la

— 47 —
Educación para una Cultura de Paz

Enseñanza de los Derechos Humanos. Información


y Documentación de 1987, organizado por UNESCO y
se ocupó de cuestiones tales como el material audiovisual
en la educación en derechos humanos, de la capacitación
y la protección de los profesores, de la investigación en
derechos humanos y de la información y la documentación
en el tema de derechos humanos.

En 1990 se realizó la Conferencia Mundial sobre


Educación para Todos en Jomtien, Tailandia,
aunque no es específicamente un evento de la UNESCO
es considerada hoy uno de los hitos significativos en la
historia de estos congresos mundiales sobre educación por
sus análisis y su Declaración de la que hoy retomamos
el Artículo 1. que dice: “Satisfacción de las necesidades
de aprendizaje básico. 1. Cada persona – niño, joven o
adulto – deberá contar con posibilidades educativas para
satisfacer sus necesidades de aprendizaje básico. Estas
necesidades abarcan tanto las herramientas esenciales
para el aprendizaje (como la lectura y la escritura, la
expresión oral, el cálculo, la solución de problemas) como
los contenidos mismos del aprendizaje básico (conocimien-
to teóricos y prácticos, valores y actitudes), necesarios
para que los seres humanos puedan sobrevivir, desarrollar
plenamente sus capacidades, vivir y trabajar con dignidad,
participar plenamente en el desarrollo, mejorar la calidad
de su vida, tomar decisiones fundamentales y continuar
aprendiendo (...)

2. La satisfacción de estas necesidades confiere a los


miembros de una sociedad la posibilidad y, a la vez, la
responsabilidad de respetar y enriquecer su herencia
cultural, lingüística, espiritual común, de promover
la educación de los demás, de defender la causa de la
justicia social, de proteger el medio ambiente y de ser
tolerante con los sistemas sociales, políticos y religiosos
que difieren de los propios, velando por el respeto de
los valores humanistas y de los derechos humanos

— 48 —
Educación para una Cultura de Paz

comúnmente aceptados, así como trabajar por la


paz y la solidaridad internacionales en un mundo
interdependiente”.

Seguido en el desarrollo y la evolución de estos eventos


internacionales educativos promocionados por la UNESCO,
se produce el Congreso Internacional sobre Educación
para los Derechos Humanos y la Democracia
efectuado Montreal, Canadá, en 1993.

Este Congreso emitió lo que se denominó Declaración y


Programa de Acción. De ese documento extraemos su
propósito, objetivos, recomendaciones y acciones referidas
a la enseñanza de los derechos humanos para conocer y
fundamentar nuestra tesis de que la educación en o para
los derechos humanos también es una educación para la
paz en un sentido holístico.

Dentro de los objetivos de aquel significativo Congreso


estaba el de introducir la educación para la democracia
como un aspecto complementario para impulsar la
educación en derechos humanos. El Plan de Acción se
dirigió a diversos actores tales como la familia, los grupos,
organizaciones no- gubernamentales e individuos y
recomienda la participación esencial del Estado. Y, además
pide del Estado una voluntad política para construir una
sociedad democrática sostenible.

El Plan de Acción de dicho Congreso establece las siguientes


acciones para los cometidos propuestos:

- la enseñanza de los derechos humanos y la democracia


en el curriculum de todo los niveles del sistema escolar

- educación para los derechos humanos y la democracia


en entornos no formales

- educación en derechos humanos y la democracia en


contextos específicos y situaciones difíciles.

— 49 —
Educación para una Cultura de Paz

Además el Congreso le encarga a la UNESCO la


responsabilidad especial de asegurar la calidad de las
publicaciones en esta materia de enseñanza de los
derechos humanos.

Uno de los últimos hitos importantes en esta área de


educación en derechos humanos es la Conferencia
Mundial sobre Derechos Humanos realizado en
Viena en 1993. El resultado de esta Conferencia fue la
Declaración y el Programa de Acción de Viena.

Precisamente en el parágrafo 33, se dice “La Conferencia


mundial de Derechos Humanos reitera el deber de los
Estados, explicitado en la Declaración Universal de
Derechos Humanos, en el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales y en otros instrumentos
internacionales de derechos humanos, de encauzar la
educación de manera que se fortalezca el respeto de los
derechos humanos y las libertades fundamentales. La
Conferencia destaca la importancia de incorporar la cues-
tión de los derechos humanos en los programas de educa-
ción y pide a los Estados que procedan en consecuencia. La
educación debe fomentar la comprensión, la tolerancia-,
la paz y las relaciones de amistad entre las naciones y
entre los grupos raciales o religiosos y apoyar el desarrollo
de las actividades de las Naciones Unidas encaminadas al
logro de esos objetivos.

En consecuencia, la educación en materia de derechos


humanos y la difusión de información adecuada, son
de carácter teórico o práctico, desempeñan un papel
importante en la promoción y el respeto de los derechos
humanos de todas las personas sin distinción alguna por
motivos de raza, sexo, idioma o religión y debe integrarse
en las políticas educativas en los planos nacional e
internacional. La conferencia observa que la falta de
recursos y las inadecuaciones institucionales pueden
impedir el inmediato logro de estos objetivos.”

— 50 —
Educación para una Cultura de Paz

Y por supuesto la Conferencia Mundial enfatiza en la


importancia de incorporar como tema los derechos
humanos en los programas educativos.

Específicamente los parágrafos 78-82 de la Declaración


en referencia se titula - La Educación en materia de
Derechos Humanos y que por la importancia de sus líneas
orientadoras plasmadas transcribimos literalmente:

“78. La Conferencia Mundial de Derechos Humanos consi-


dera que la educación, la capacitación, la información públi-
ca en materia de derechos humanos son indispensables para
establecer y promover relaciones estables y armoniosas
entre las comunidades y para fomentar la comprensión
mutua, la tolerancia y la paz.

79. Los Estados deben tratar de eliminar el analfabetismo


y deben orientar la educación hacia el pleno desarrollo de
la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto
de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
La Conferencia Mundial de Derechos Humanos pide a
todos los Estados e instituciones que incluyan los derechos
humanos, el derecho humanitario, la democracia y el
imperio de la ley como temas de los programas de estudio
de todas las instituciones de enseñanza académica y no
académica.

80. La educación en materia de derechos humanos


debe abarcar la paz, la democracia, el desarrollo y la
justicia social, tal como se dispone en los instrumentos
internacionales y regionales de derechos humanos, a fin de
lograr la comprensión y sensibilización de todos acerca de
los derechos humanos con objeto de afianzar la voluntad
de lograr su aplicación a nivel universal.

81. Habida cuenta del Plan de Acción Mundial para


la educación en pro de los derechos humanos y la
democracia, adoptado en marzo de 1993 por el Congreso

— 51 —
Educación para una Cultura de Paz

Internacional sobre la educación en derechos humanos y la


democracia de la Organización de la Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y Cultura, y otros instrumentos de
derechos humanos, la Conferencia Mundial de Derechos
Humanos recomienda que los Estados elaboren programas
y estrategias específicos para ampliar al máximo el nivel
de educación y difusión de información pública en materia
de derechos humanos, teniendo particularmente en cuenta
los derechos humanos de la mujer.

82. Los gobiernos, con la asistencia de organizaciones


intergubernamentales, instituciones nacionales y organi-
zaciones no gubernamentales, deben fomentar una ma-
yor comprensión de los derechos humanos y la toleran-
cia mutua. La Conferencia Mundial de Derechos Humanos
destaca la importancia de intensificar la Campaña Mundial
de Información Pública realizada por las Naciones Unidas.
Los gobiernos deben emprender y apoyar actividades de
educación en materia de derechos humanos y difundir
efectivamente información pública sobre esta cuestión.
Los programas de servicios de asesoramiento y asistencia
técnica del sistema de los Estados relacionados con las
Naciones Unidas deben poder atender inmediatamente las
solicitudes de actividades educacionales y de formación
en la esfera de los derechos humanos y con la educación
especial en lo que respecta a las normas contenidas en los
instrumentos internacionales de derechos humanos y en
el derecho humanitario, así como su aplicación, destinada
a grupos especiales como fuerzas militares, fuerzas del
orden, policía y personal de salud.

Debe considerarse la posibilidad de proclamar un decenio


de las Naciones Unidas para la Educación en Derechos Hu-
manos a fin de promover, alentar y orientar estas activida-
des educacionales. ”

Razones también especiales nos comprometen a citar por


su pertinencia, la Declaración de los Principios de la

— 52 —
Educación para una Cultura de Paz

Tolerancia del 16 de Noviembre de 1995, proclamada


por la UNESCO y que en el Artículo 4, Educación, dice:
“4.1 La Educación es el medio más eficaz para prevenir
la intolerancia. El primer paso en la educación para la
tolerancia es enseñarle a los individuos cuáles son sus
derechos y libertades con el fin de asegurar el respeto y la
igualdad en la protección del derecho de los otros.

4.2. Nos comprometemos a apoyar e implementar


programas de investigación social y de educación para
la tolerancia, derechos humanos y no violencia. En
consecuencia es necesario acordar una atención especial
para la capacitación de los profesores, de los programas
de enseñanza, del contenido de los manuales y de los
cursos y de otros tipos de materiales pedagógicos y que
comprenden también las nuevas tecnologías educativas, a
fin de formar ciudadanos solidarios, responsables, abiertos
a otras culturas, capaces de apreciar el valor de la libertad,
respetuosos de la dignidad de los seres humanos y de
sus diferencias y capaces de prevenir los conflictos o de
resolverlos por medios no violentos.”

Por último mencionaremos algunos documentos y eventos


que han incidido o están determinando líneas de acción
en materia de la enseñanza de los derechos humanos
universales.

Ejemplo de esto es la Década y Plan de Acción de las


Naciones Unidas para la Enseñanza de los Derechos
Humanos (1995-2004), decenio que fue proclamado
por la Asamblea General de la ONU en Diciembre de
1994. Algunos aspectos del Plan de Acción que debía tener
expresiones nacionales y locales son:

1. la designación de puntos focales para la enseñanza de


los derechos humanos

2. identificación de la necesidad de puntos focales para la

— 53 —
Educación para una Cultura de Paz

educación en derechos humanos, desarrollo de un plan


nacional y un informe para el Alto Comisionado para
los Derechos Humanos

3. establecer centros nacionales de recursos y capacitación


de derechos humanos. (11)

Otro hito importante sobre todo para las mujeres del mun-
do es la Cuarta Conferencia Mundial sobre las Mujeres,
efectuada en Beijing en 1995. En su Plataforma de Acción
se reafirma la importancia de asegurar la universalidad de
los derechos humanos parágrafo 69 dice:
“La educación es un derecho humano y constituye un
instrumento indispensable para lograr los objetivos
de la igualdad, el desarrollo y la paz. La educación no
discriminatoria beneficia tanto a las niñas como a los niños
y, de esa manera, conduce en última instancia a relaciones
más igualitarias entre mujeres y hombres.”

En cuanto a tratados regionales como el Protocolo de San


Salvador, adicional a la Convención Americana de Derechos
Humanos de 1969 podemos citar su Artículo 13: Derecho
a la Educación:

“1. Toda persona tiene derecho a la educación.

1.1 Los Estados Partes en el presente protocolo convienen


que la educación deberá orientarse hacia el pleno desarrollo
de la personalidad humana y el sentido de su dignidad,
y deberá fortalecer el respeto por los derechos humanos,
el pluralismo ideológico, las libertades fundamentales, la
justicia y la paz.”

Por último, se puede mencionar la Carta Democrática


Interamericana de la OEA del 2001 que concibe a la
educación como un factor importante para el fortalecimiento
de la democracia, la gobernabilidad y de la acción de las
organizaciones de la sociedad civil.

— 54 —
Educación para una Cultura de Paz

La Educación en Derechos Humanos en la legislación


interna.

En lo que toca a la legislación, las directrices, orientaciones


o sugerencias para la educación en derechos humanos
en Nicaragua, nos encontramos con tres documentos
fundamentales y normativos que nos sirven de referencia
obligatoria para poder concluir sobre los progresos de la
educación en derechos humanos y que son:

- La Constitución Política de Nicaragua

- Ley de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos


Humanos

- Ley de Promoción de los Derechos Humanos y de la


Enseñanza de la Constitución Política.

En la Constitución Política de Nicaragua de 1987,


vigente y sus reformas nos encontramos con algunos
artículos que son determinantes para traerlos a la referen-
cia y para articular un punto de partida de las orientaciones
que pueden tenerse como documentos autoritativos para
la inserción de los contenidos de derechos humanos como
enseñanza particular.

En primer lugar, en el Artículo 46. Cn. Se dice literalmente


lo siguiente:

“En el territorio nacional toda persona goza de la protección


estatal y del reconocimiento de los derechos inherentes de
la persona humana, del irrestricto respeto, promoción y
protección de los derechos humanos y de la plena vigencia
de los derechos consignados en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos; en la Declaración Americana de
Derechos y Deberes del Hombre; en el Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; en el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de la
Organización de las Naciones Unidas; y en la Convención

— 55 —
Educación para una Cultura de Paz

Americana de Derechos Humanos de la Organización de


Estados Americanos.”

Del Artículo anterior se deduce que los derechos humanos


han adquirido un rango constitucional al incorporarse como
parte de la ley de leyes que es nuestra Constitución Política.
Y lo otro es que, en la gama de los derechos económicos,
sociales y culturales está el derecho a la educación y por
supuesto de ello se infiere que la educación también ha de
ser en derechos humanos o para lo que consigna el Título
VII, Artículo 116 Cn. que literalmente dice:

“La educación nicaragüense tiene como objetivo la


formación plena e integral del nicaragüense; dotarlo de
una conciencia crítica, científica y humanista; desarrollar
su personalidad y el sentido de su dignidad; y capacitarlo
para asumir las tareas de interés común que demanda el
progreso de la nación; por consiguiente, la educación es
factor fundamental para la transformación y el desarrollo
del individuo y la sociedad.”

En ambas citas puede comprenderse con una simple


hermenéutica que hay un soporte legal nacional e
internacional para la educación en derechos humanos.

En cuanto a la Ley de Procuraduría para la Defensa de


los Derechos Humanos, Ley 212, del año de 1996, ésta es
muy explícita en su Capítulo III, Objetivos Fundamentales,
Artículo 4 que cito textualmente:
“La Procuraduría debe contribuir, con las Instituciones
Estatales y la sociedad civil, a garantizar dentro de un
Estado de Derecho, la seguridad de las personas y los
derechos humanos incorporados en el Artículo 46 de la
Constitución Política.

El fin fundamental de la Procuraduría será coadyuvar para


lograr una sociedad más libre y más justa, que posibilite
el desarrollo de mejores valores morales y políticos, por lo

— 56 —
Educación para una Cultura de Paz

que deberá auspiciar la educación, la defensa, promoción


y divulgación de los derechos humanos en su sentido más
amplio, para ello deberá promover la participación de
todos los sectores sociales.”

Y, en lo se refiere a las atribuciones véase lo que dice


el Capítulo V de esta misma Ley, en su Artículo 18. 1,
sostiene que entre éstas se contempla:
1. “Promover en la ciudadanía el estudio y la educación, de
la Constitución Política y los Derechos Humanos”
Esta referencia es clara en cuanto a que desde el punto de
vista institucional los aparatos del Estado y sus funcionarios
han de contribuir a la formación de los ciudadanos todos
en el tema de los derechos humanos y su correlato en la
Constitución Política.

Pero el instrumento específico de promoción de los derechos


humanos por medio de la educación es la Ley 201 cuyo
título evidencia toda la forma de conocer los derechos
y libertades. La Ley de Promoción de los Derechos
Humanos y de la Enseñanza de la Constitución
Política fue dictada en Septiembre de 1995. Y contiene
solo nueve artículos que por su brevedad, transcribimos:

“Artículo 1. La Constitución Política y los Derechos


Humanos serán materia obligatoria en la educación
preescolar, primaria, educación media y técnico vocacional.

Artículo 2. El Texto de la Constitución Política y los


instrumentos jurídicos internacionales de Derechos
Humanos ratificados o posteriormente ratificados a la
vigencia de la presente ley, constituirán la base fundamen-
tal de dicha enseñanza.

Artículo 3. Declárase día de la Constitución Política de


Nicaragua, el primer día de Septiembre de cada año y las
escuelas y colegios del país dedicarán ese día al estudio y
enseñanza de la Constitución Política.

— 57 —
Educación para una Cultura de Paz

Artículo 4. La presente ley regirá para las escuelas o centros


militares y policiales dedicados a la formación de cuadros
de dirección y mando. En los cuarteles o establecimientos
militares. En los cuarteles o establecimientos militares y
policiales, la tropa recibirá instrucción sobre la Constitución
Política y los Derechos Humanos conforme a los programas
y textos correspondientes elaborados en coordinación con
el Ministerio.

Artículo 5. Corresponde al Ministerio de Educación


elaborar los programas, metodología educativa y los
textos progresivos de la materia sobre la Constitución
Política y los Derechos Humanos para estudio en los
niveles de preescolar, primaria, educación media y técnico
vocacional. En las Regiones Autónomas, los programas y
textos serán elaborados también en las lenguas o idiomas
de dichas regiones en coordinación con las autoridades
educativas de las Regiones Autónomas. Las instituciones
de Educación Superior podrán elevar en base mínima a lo
indicado en el Artículo 2 de esta Ley, y los Centros Militares
y Policiales conforme el Artículo 4.

Artículo 6. Los medios de comunicación, como parte


de su función social para contribuir al desarrollo de la
construcción de la nación, tienen la responsabilidad
de establecer acciones de divulgación y programas que
promueven la enseñanza de la Constitución Política y de
los Derechos Humanos.

Artículo 7. El sistema educativo nacional dispondrá de un


término de ciento ochenta días, a partir de la entrada en
vigencia de la presente ley para preparar las condiciones
del inicio de la enseñanza de la materia de la Constitución
Política y de los Derechos Humanos; y noventa días
adicionales para el inicio en firme de los cursos respectivos.
A iguales términos se sujetarán las instituciones castrenses
y de orden público.

— 58 —
Educación para una Cultura de Paz

Artículo 8. El Ministerio de Educación velará por el


cumplimiento de la presente ley. Igual responsabilidad
tendrán los Ministerios de Defensa y Gobernación por
lo que corresponden a las instituciones militares y de
orden público. Las Universidades, dentro del marco de su
autonomía, promoverán el cumplimiento de la presente
ley en la enseñanza superior.

Artículo 9. La presente ley deroga cualquier disposición


que se le oponga, y entrará en vigencia a partir de la fecha
su publicación por cualquier medio de comunicación social,
sin prejuicio a su posterior publicación en la Gaceta,
Diario Oficial.”

De esto se deduce que la incorporación de los contenidos


fundamentales de los derechos humanos y que en nuestro
caso cobran un rango constitucional con lo que declara el
Arto. 46 de la Constitución Política, deben ser enseñados
en los distintos niveles educativos y los subsistemas
educativos incluyendo militares y policías, exceptuando la
educación superior que promoverá este tipo de formación
acorde con la ley referida en razón de su autonomía. Es
importante señalar aquí que en Nicaragua desde hace
unos 110 años no existe una Ley General de Educación,
prácticamente del tiempo del Presidente José Santos
Zelaya a nuestros días. Según el Carlos Tünnermann
Bernheim esto es increíble que la única ley que se conoce
en esta materia es la Ley Fundamental de Instrucción
Pública del 6 de Octubre de 1894. Al momento sólo exis-
ten dos proyectos de ley, uno presentado por el Ministerio
de Educación y otro, por el sindicato de maestros ANDEN.
Hoy todavía no se ha promulgado esta ley que es necesaria
para la modernización del sistema educativo y la creación
de una normativa que permita a la educación nacional
funcionar dentro de un marco jurídico completo y flexible
y de algunos principios básicos para la orientación en
general de la educación nicaragüense.

— 59 —
Educación para una Cultura de Paz

Lo único con que contamos es la Ley de Autonomía de las


Instituciones de Educación Superior o Ley 89 del año de
1990. (13)

La Ley General de Educación está en un proceso de debates


y dictámenes desde 1997. Se espera que este año de 2004
se apruebe esta Ley tan importante para la articulación del
sistema educativo nicaragüense.

Análisis de los cambios y de la gestión curricular en materia


de la educación en derechos humanos en Nicaragua.
“Estrategia Nacional de Educación” y el Plan Nacional de
Educación” 2001- 2010.

En cuanto a los cambios y la gestión curricular es positivo


para los fines de un análisis que se someta a consideración
la Estrategia Nacional de Educación, 1999, que por lo
que dice en su presentación inicial involucró al sector
educativo de todos los subsistemas y niveles lo mismo que
a los especialistas y estudiosos del tema, produciendo un
documento histórico por el consenso logrado y que dentro
de sus alcances corresponde a un Plan de Estado Nación.

En este texto de capital importancia en su Parte IV y V


se encuentran la visión y la misión del Sistema Educativo
Nacional y de la Educación Superior. Además se plasman
unos principios y estrategias educativas suplementarias
que implementan toda la gran estrategia nacional y que
son como sigue:

La Visión y la Misión del Sistema Educativo


Nacional dice:

Visión de la Educación

“Los nicaragüenses construimos un sistema educativo


de excelencia que forma ciudadanos productivos,
competitivos y éticos que, como agentes de cambio,

— 60 —
Educación para una Cultura de Paz

propician el desarrollo sostenible en armonía con el medio


ambiente e impulsan el aprendizaje permanente para
concurrir e interactuar en el contexto internacional en una
Cultura de Paz y de Justicia; que se sustente en los más
altos principios de eficiencia y en valores cívicos, morales,
culturales, equidad de género y de identidad nacional.”

Misión de la Educación

“Formar al ciudadano mediante un proceso educativo


de calidad integral, equitativo y permanente conforme
a los preceptos que establece la Constitución Política de
Nicaragua.”

Principio No. 2

“La educación es creadora y forjadora de la personalidad


del ser humano. Forma valores sociales, ambientales,
éticos, cívicos, humanísticos y culturales que fortalecen la
identidad nacional. Reafirma el respeto a las diversidades
religiosas, políticas, étnicas, culturales, psicológicas y de
género, así como el derecho de los demás a la convivencia
pacífica. En este sentido, contribuirá a crear y fortalecer
la identidad de Centroamérica mediante l a participación
activa en los trabajos de la coordinación Educativa y
Cultural de Centroamérica.

Objetivos:

1 “Fortalecer el conocimiento y la práctica de valores en


el comportamiento y convivencia de los nicaragüenses,
contribuyendo a la construcción de un Estado democrático,
promotor del respeto a los derechos humanos, la justicia
social, con enfoque de género, y el desarrollo de una
cultura de paz frente a la polarización política y la violencia
generalizada.”

— 61 —
Educación para una Cultura de Paz

Como estrategia específica se plasma la siguiente:

1. Reforzamiento de la formación en valores, con


el desarrollo y la vivencia de programas y el
involucramiento de la familia y la comunidad.

En este caso en lo que se refiere a la visión se busca la


formación de ciudadanos éticos que se logra por medio
de una Cultura de Paz. Este concepto último tiene por eje
los Derechos Humanos y estos pueden ser concebidos
como un sistema de valores implícitos en los instrumentos
jurídicos de Derechos Humanos.

Además se establece el tipo de valores en que los


ciudadanos nicaragüenses han de ser formados. Estos
valores son cívicos y morales en primer lugar o sea valores
éticos y políticos.

En lo que atañe a la misión se consigna claramente que


el objetivo es la formación de ciudadanos conforme a los
preceptos de la Constitución Política que equivale a decir
en toda la gama de derechos, garantías y libertades así
como en los deberes prescritos por el texto constitucional.

En lo que se refiere al Plan Nacional de Educación


2001-2010, hallamos que en su Parte III. A. Diagnóstico
a lo interno del sistema educativo, relativa a la Formación
Integral, dice lo siguiente:
“Una de las mayores preocupaciones del sistema educativo
ha sido la formación en valores; al respecto se han tomado
iniciativas y se han hecho esfuerzos en el ámbito de los
tres subsistemas. Valores como la democracia, derechos
humanos, cultura de paz, medio ambiente, intercultura-
lidad, civismo y género, entre otros, son enfocados tanto a
nivel de aulas de clase como en celebraciones de efeméri-
des nacionales, campañas ambientales, certámenes cívi-
cos y culturales. (...)

— 62 —
Educación para una Cultura de Paz

Existe consenso general en los tres subsistemas educativos


de que la educación en valores es un factor fundamental
en la consolidación de sistemas políticos, democráticos,
cívicos, pluralistas, participativos y con un alto contenido
de justicia social.”

Estos documentos denotan que existe en el nivel de las


modificaciones curriculares y normativos, unas estrategias
y planes en donde se explicita que los valores de los
derechos humanos y de la cultura de paz así como la
creación de una cultura cívica y democrática, claves en la
formación de ciudadanos libres, pacíficos y democráticos.

La Educación en Derechos Humanos en el sistema educativo


nicaragüense.

Al referirnos a este aspecto de la Educación en Derechos


Humanos en nuestro sistema educativo, debemos anotar
algunas consideraciones sobre los procesos que han
respaldado la existencia y el desarrollo de la educación en
derechos humanos.

En primer lugar, hay que contemplar que en 1990 se


inicia la pacificación del país como consecuencia
de los Acuerdos de Esquipulas II y da comienzo
la democratización del país. El resultado de la paz
y la democracia ha hecho que nuestra vida social gire
en torno a los valores tales como libertad, justicia,
solidaridad, igualdad, desarrollo y que los nuevos sujetos
de la democracia que ya no son sólo los partidos políticos,
tengan reivindicaciones sobre algunos derechos humanos
en particular.

También es notorio que una vez que empezado a


establecerse la democracia, al menos esta democracia
procedimental o representativa, se hayan operado cambios
en el modelo educativo y esto indica que se producen
transformaciones curriculares.

— 63 —
Educación para una Cultura de Paz

Así que entre 1990 y 2004 se han dado cambios que van
desde las normativas, a los contenidos y los textos.

Por ejemplo si extraemos algunos temas y puntos del


documento denominado “Lineamientos del Ministerio
de Educación en el Gobierno de Salvación Nacional”
en donde hallamos que en dos de sus principios filosóficos
de aquella política educativa se sostiene lo siguiente:

1. Rescatar el verdadero sentido de la formación


plena e integral
“La educación del individuo no se agota con la transforma-
ción de conocimientos, con el aprendizaje de técnicas o
habilidades diversas. Una Educación Integral debe atender
al individuo entero: a sus dimensiones materiales, morales
y espirituales, y a su vocación trascendente. Elemento
fundamental de esta Educación es ser humanizante, es
decir, que lleve a las personas a trascender y vencer
su propio egoísmo. La Educación debe inculcar en los
educandos un creciente aprecio por la dignidad inviolable
de todo ser humano, dignidad que acompaña al hombre de
su concepción en el vientre materno hasta la tumba, y que
es independiente, y superior, al caudal de sus bienes, a su
raza, ideología política, sexos, nacionalidad. (...)”

2. Educar para la democracia y la paz.

La nueva Educación debe promover individuos capaces


de actuar y decidir responsablemente en el medio
democrático. Debe ser una Educación para la libertad y la
paz, donde los educandos aprendan en virtud del diálogo
y el respeto mutuo.

Y en lo que atañe a la Transformación Curricular se afirmaba


como una adición la asignatura de Formación Cívica con
énfasis en derechos humanos.

— 64 —
Educación para una Cultura de Paz

Los cambios en la parte normativa son en el orden:

1. Los instrumentos internacionales de derechos


humanos ratificados por Nicaragua:

Convención relativa a la lucha contra la discriminación en


la esfera de la enseñanza. 1980

• Convención Internacional sobre la eliminación de todas


las formas de discriminación racial. 1978.
• Pacto Internacional de derechos económicos, sociales
y culturales. 1980.
• Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer. 1981.
• Convención de los derechos del niño. 1980.
• Convención Interamericana para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra la mujer. 1995.

2. La Legislación Nacional y otras medidas


gubernamentales en materia educativa.

• Art. 46 de la Constitución Política.


• Ley de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos
Humanos.
• Código de la Niñez y la Adolescencia.
• Estrategia Nacional de Educación, 1999.
• Plan Nacional de Educación, 2000.

Educación General Básica

Como sabemos desde 1990, data en que se inicia el proceso


democrático se observan cambios dirigido a la formación
en valores. En 1993 también se verifica una Reforma
Educativa con al menos tres grandes líneas que son: la
Transformación Curricular, la Autonomía escolar,

— 65 —
Educación para una Cultura de Paz

que sigue todavía criticándose como privatización de la


educación y el tercer gran eje que es la Formación en
Valores. Por primera vez se aplican los temas transver-
sales tales como educación para la paz y la democracia,
educación en derechos humanos, medio ambiente y otros
temas relacionados con el trabajo, paz y sexualidad.

El tema de los derechos humanos se abordaba en los


programas de Moral, Cívica y Urbanidad.

Del año 2000 en delante ha habido una cantidad de


progresos en este proceso de educar en derechos
humanos de los grados segundo al sexto. Igualmente se
inició proceso de validación de las denominadas Guías
didácticas de derechos humanos para los profesores
que estuvieran de 2º a 6º Grado.

Los contenidos específicos que se impartían eran los que


podemos llamar teóricos o que obedecen a la teoría gene-
ral e historia de los derechos humanos y sobre los derechos
de los niños y los adolescentes. Los ejes estudiados eran
persona, familia, comunidad y escuela.

Importante es señalar que a finales del 2000, en lo se


refiere a la formación docente en las Escuela normales del
país se abordaban los contenidos de derechos humanos
tales como definición y características e historia de los
derechos humanos al mismo tiempo que los derechos de
la niñez en nuestro país.

En el año 2003 según el Informe Anual de la Procuraduría


para la Defensa de los Derechos Humanos “Una de las
acciones de mayor trascendencia en este componente, (de
Educación y Capacitación) ha sido el posicionamiento de
las Guías Didácticas sobre derechos humanos, las que han
sido elaboradas por el Ministerio de Educación, Cultura
y Deportes y de la PD a través del Procurador Especial
de la Niñez. Los sectores a quienes han sido dirigidas

— 66 —
Educación para una Cultura de Paz

principalmente a maestros y maestras de educación


primaria y miembros de las comisiones municipales de la
niñez y la adolescencia.” (14)

Esto indica que el año 2004 se han implementado en las


aulas estas Guías Didácticas cuyos contenidos esenciales
versan sobre los derechos humanos universales

Educación secundaria.

En lo que se refiere al subsistema de educación secundaria


también como resultado de la Reforma Educativa iniciada
en 1993, se establecen modificaciones curriculares que
implantan los contenidos de derechos humanos en los
programas de Formación Cívica y Social.

Los aspectos en que los docentes tenían que formarse eran


concepto, evolución y tipología de los derechos humanos
así mismo los sistemas de protección internacional y los
derechos humanos en Nicaragua.

Educación Superior.

En cuanto a la educación superior o universitaria debemos


anotar que éstas por regirse por la autonomía que les
confiere la propia Ley de Autonomía de las Instituciones
de Educación Superior, han introducido paulatinamente
los contenidos de derechos humanos en sus programas de
educación, de tal manera que a la fecha, que comienzan por
los Seminarios de Formación Integral que combina
Género, Medio Ambiente y Derechos Humanos que
se imparten a los alumnos de todas la carreras de la
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua desde el año
de 1998.

En la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), por medio


de la asignatura de Cultura de Paz, se enseñan algunos
contenidos de derechos humanos.

— 67 —
Educación para una Cultura de Paz

En la Universidad Politécnica de Nicaragua por ejemplo se


enseñan Derechos Humanos en la carrera de Derecho o
Ciencias Jurídicas, y de otra forma a través de la asignatura
de Cultura de Paz, hay una unidad temática de
Derechos Humanos y Democracia y a partir de 2003,
se ha introducido específicamente los Seminarios de
Derechos Humanos para todas la carreras de la UPOLI.

Así mismo, la Universidad Politécnica de Nicaragua desde


el año 2003, ha realizado un Programa de Educación y
Capacitación en Derechos Humanos en conjunto con
la Embajada de Dinamarca y la Academia de Policía, de
un número mayor de 70 talleres de derechos humanos,
estado de derecho y derecho de las mujeres para toda
la Policía Nacional y en todo el país, de igual manera
Cursos de Postrado para los Oficiales Superiores de esta
institución.

En el Sistema de Educación Policial orientado a nuevos


Policías, Suboficiales y Oficiales los Derechos Humanos
se estudian como objeto de asignatura, como tema
de cursos y como temas específicos. En el caso de la
Oficialidad Superior se les instruye en Derechos Humanos
en el Curso de Postgrado de Administración Policial, en el
que se desarrolla un módulo sobre Derechos Humanos
y Función Policial. En todo caso la encargada de
determinar, y educar en derechos humanos es la Academia
Walter Mendoza Martínez que es un instituto de estudios
superiores y la forma de abordar la temática en DH es por
medio de lo que denomina eje transversal.

Estos son solamente algunos ejemplos tomados de la


información disponible sobre la incorporación de los
contenidos de derechos humanos en el pensum de las
carreras universitaria.

Pero, nos encontramos al momento que derechos humanos


es un tema de estudio y formación valoral en el sistema

— 68 —
Educación para una Cultura de Paz

de la educación nicaragüense aunque no de una forma


integral que comienza en los años noventa.

Igualmente, el Ejército Nacional de Nicaragua cuenta con


estudios de derechos humanos en su curriculum.

Del año 2007 se estableció un nuevo Curriculum Nacional


Básico que comprende los derechos humanos como un
contenido esencial de la formación de los ciudadanos.

Existe realmente un cuerpo de tratados internacionales


sobre derechos humanos y de recomendaciones, planes y
programas de acción que respaldan e instan la implantación
de la educación en derechos humanos en los respectivos
estados miembros de la Organización de Naciones Unidas.

Igualmente se ha promulgado un conjunto de leyes


nacionales, partiendo de la Constitución Política, que
orientan u ordenan incluir los temas de derechos humanos
en la educación formal.

Se han operado cambios curriculares en nuestro sistema


educativo desde 1990 hasta el año 2000 como puede verse
en los lineamientos, planes y estrategias que mandan
estudiar o educarse en derechos humanos.

Pueden constatarse modificaciones o cambios curriculares


en la formación docente de los subsistemas de educación
general básica y de secundaria.

Que se han elaborado y revalidado las Guías Didácticas


de Educación en Derechos Humanos como textos oficiales
para la educación en derechos humanos en nivel de
educación primaria y secundaria.

Los textos educativos incorporan los principales temas


de los derechos humanos tales como: concepto de los
derechos humanos, evolución histórica de los derechos

— 69 —
Educación para una Cultura de Paz

humanos, características de los derechos humanos,


sistemas de protección de los derechos humanos, derechos
de los niños y de los jóvenes y los derechos fundamentales
contemplados en la Constitución Política. De igual modo se
han incluido el tema de género y democracia.

Los valores y principios que se instauran son: libertad,


justicia, paz, igualdad, tolerancia, respeto a la diversidad
étnica y cultural, solidaridad y participación.

— 70 —
Educación para una Cultura de Paz

Instrumentos jurídicos internacionales relativos a la


educación en derechos humanos.

Convención, Pacto o Protocolo Suscripción Ratificación

1. Carta de la Organización de
1945
Naciones Unidas
2. Declaración Universal de
1948
Derechos Humanos
3. Convención relativa a la lucha
contra las discriminaciones en 1960
la esfera de la enseñanza.
4. Convención Internacional
sobre la Eliminación de todas
1965 1978
las Formas de Discriminación
Racial
5. Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales 1976 1980
y Culturales.
6. Convención sobre la
Eliminación de todas las
1979 1981
Formas de Discriminación
contra la mujer.
7. Protocolo de San Salvador,
adicional a la Convención
1988
Americana de Derechos
Humanos.
8. Convención de los Derechos del
1989 1990
Niño.
9. Convenio 169 de la OIT sobre
Pueblos Indígenas y Tribales en 1989
países Independientes.
10. Convención Interamericana
para Prevenir, Sancionar y
1994 1995
Erradicar la Violencia contra la
Mujer.
11. Convención Interamericana
para la Eliminación de todas
las Formas de Discriminación 1999
contra las Personas con
Discapacidad.
12. Carta Democrática
2001
Interamericana

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Educación para una Cultura de Paz

1. Declaraciones y Programas de la UNESCO relativos a la


educación en derechos humanos.
Declaraciones, Programas y Congresos Adopción

1. Recomendación relativa a la Educación


para la Comprensión Internacional, a la
Cooperación, la Paz, y Educación relacionada 1974
con los Derechos Humanos y las Libertades
Fundamentales.

2. Conferencia Intergubernamental sobre


Educación para la Comprensión Internacional
1974
y la Paz

3. Declaración sobre los Principios Fundamentales


relacionados con la Contribución de los Medios
de Comunicación de Masas para fortalecer
la Paz y la Comprensión Internacional, para
1978
la Promoción de los Derechos Humanos
y combatir el Racismo, el Apartheid y la
Incitación a la Guerra.

4. Congreso Internacional sobre la Enseñanza


de los Derechos Humanos. 1978
5. Congreso Internacional sobre la Enseñanza
de los Derechos Humanos, Información y
1987
Documentación.
6. Congreso Internacional sobre la Educación
para los Derechos Humanos y la Democracia. 1993
7. Conferencia Mundial sobre Derechos
Humanos 1993
8. Declaración y Programa de Acción de Viena
1993
9. Declaración de los Principios de la Tolerancia
1995
10. Década y Plan de Acción de las Naciones
Unidas para la Enseñanza de los Derechos 1995 -
Humanos. 2004

— 72 —
Educación para una Cultura de Paz

2.5 La violencia

Para el análisis y el estudio comprensivo de la violencia es


necesario tener una aproximación a lo que comúnmente
llamamos violencia en el acontecer cotidiano porque esta
resulta ser la más visible. Además, hay que tener a la
mano los que dicen los estudios de la paz realizados por
los grandes investigadores del mundo y de las instituciones
consagradas a estas búsquedas y construcciones
epistemológicas.12

Y es que denominamos violencia a todo acto de fuerza que


somete al otro a nuestra voluntad y que en último caso
lleva a la eliminación física del otro. La violencia lastima y
daña.

Esta vía se cree que es la más rápida y económica de


resolver los conflictos. Sin embargo, a lo largo de la historia
humana que puede ser concebida como una historia de
luchas sangrientas e interminables ha demostrado ser la
violencia un aprendizaje pero de todas formas superable.
De tal manera que la violencia no es una fatalidad ni
estamos condenados a ella, la violencia es una cosa de la
cultura.

Johan Galtung quien ha sido uno de los más destacados


estudiosos de la paz y ha propuesto uno de los mayores
enfoques teóricos sobre la paz y la violencia define tres
tipos de violencia que forman un triángulo. Estas son:

12 Ejemplos de estas los constituyen el PRIO de Noruega. El Peace Research


Institute es una de las instituciones de investigaciones de la Paz en el mundo.

— 73 —
Educación para una Cultura de Paz

Violencia directa

Violencia estructural Violencia cultural

La violencia directa es aquella en la que hay un actor


o emisor y un receptor de las consecuencias de los actos
violentos. Esta es la violencia física que implica el daño, el
trauma, las heridas y la muerte.

La violencia estructural es la que se vive en una sociedad


y es de la estructura misma de la sociedad y producto de
la política y la economía y se manifiesta en la represión
y la explotación. Aunque no es visible como las heridas
o la muerte causadas por la violencia directa o física los
individuos la sufren y la experimentan en la miseria, la
enfermedad o la exclusión.

La violencia cultural está detrás de las anteriores y es


toda simbólica, proviene de la religión, el lenguaje, la
ciencia y el derecho, la educación e incluso del arte.13

Así que no hay violencia sino violencias que aparecen en


una sociedad, una cultura o una cosmología.

La violencia es un concepto polisémico y ha cobrado


nuevas significaciones como los de violencia de género y
violencia doméstica hoy imprescindibles.

13 Johan Galtung. Peace by peacefully means: peace and conflict, development


and civilization. PRIO, Oslo,1996.p.2

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Educación para una Cultura de Paz

Se entiende por violencia de género todos aquellos actos


contra las mujeres que tienen como resultado un daño o
un sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, así
como las amenazas, la coacción y la privación arbitraria de
la libertad, tanto en la vida pública o privada.

La violencia doméstica, que ocurre en el hogar, y es


protagonizada por familiares, cualquier acto de agresión
que tiene como resultados daños físicos, sexuales,
psicológicos e incluyen las amenazas de estos actos, la
coacción y la privación arbitraria de libertad en la vida
pública y privada. Es la violencia que ocurre en el hogar y
es protagonizada por familiares.

Ha habido y hay apologistas de la violencia y se ha esgri-


mido la violencia como remedio para otros males como el
terrorismo y esto es parte de todavía de los paradigmas
políticos y de los modos de vida en la actualidad. El uso
de la violencia no solo ha sido pensado como medio para
sostenerse en el poder en el sentido maquiavélico del
término sino que también ha sido teorizada, por ejemplo,
Georges Sorel y defendido por los marxistas como la única
vía para derrumbar el sistema capitalista14.

Algunos estudiosos del problema de la violencia como


Vicent Martínez Guzmán consideran la violencia una
patología social15.

2.6 La No Violencia

De este lado, la no violencia y la paz han tenido sus


avatares tanto en la antigüedad como en la modernidad y
algunas de estas magníficas personalidades han ofrendado
sus vidas por demostrar que sus métodos son efectivos
y reales para resolver las graves crisis de la humanidad.

14 Georges Sorel – Reflexiones sobre la violencia.


15 Vicent Martínez Guzmán. Filosofía para hacer la paces.Antrazyt,

— 75 —
Educación para una Cultura de Paz

De igual modo los profetas de la no violencia como Henry


David Thoreau, León Tolstoi, Mahatma Gandhi, Lanza del
Vasto y el Reverendo y Doctor, Martin Luther King jr.; han
mostrado que la no violencia es para los valientes y no una
cubierta para los cobardes.

Mahatma Gandhi dijo una vez que la no violencia es la fuerza


más grande que la humanidad tiene a su disposición, más
poderosa que cualquier arma de destrucción inventada por
el ingenio del hombre16.

La no violencia para Gandhi es el ahimsa, palabra del


sánscrito que significa precisamente no violencia y que es
extensiva de no perjudicar, no causar daño o angustia a
ninguna entidad viviente.

Gandhi sostuvo que la no violencia no es solamente una


virtud personal sino también una virtud social que puede
ser cultivada como las otras virtudes.

Personalmente puedo presentar la aportación de la no


violencia según Gandhi como:

1. Principio universal
2. Virtud personal y social
3. Abstención de toda forma de explotación
4. Poder
5. Ley de nuestra especie
6. Valentía
7. Verdad

Mohandas K. Gandhi a quien alguna vez se le llamó


“peregrino de la no violencia” es el maestro y el pensador
de la no violencia auténtico en la escena contemporánea.

16 Gandhi.All men are brothers. Autobiographical Reflections. Continuum. New


York.1980.p.77

— 76 —
Educación para una Cultura de Paz

Lo importante del legado de la filosofía de la no violencia


de Gandhi es que está al alcance de todos: los niños, los
jóvenes, los adultos e incluso un hombre decrépito pueden
tenerla como instrumento.

A esto hay que sumarle que las campañas de Gandhi,


quien hizo una revolución sin armas e independizó a la
India del colonialismo inglés, la parte integrante de su
doctrina llamada satyagraha que consiste en la congruencia
entre los fines y los medios en todos los momentos de la
resistencia pacífica activa. Satyagraha significa sostener la
verdad con toda la fuerza.

Otro profeta de la no violencia fue el Reverendo Martin


Luther King jr. quien aprendió muchísimo de Gandhi al
punto de que es un mártir de evangelio de la no violencia
fundamentado en el mensaje de Jesucristo. Después de su
muerte se logró el reconocimiento efectivo de los derechos
civiles de los negros en Estados Unidos de América.

Así mismo sus sermones y libros contienen los principios de


la no violencia, especialmente en su texto “My pilgrimage
to nonviolence” que fue publicado en Nueva York en 1958.
De este libro podemos reproducir aquí los seis principios de
la noviolencia que se derivan de la obra del propio Martin
Luther King y que son, a saber:

1. La no violencia es el modo de vida de gente valiente.


2. La no violencia busca ganar amistad y comprensión.
3. La no violencia busca derrotar a la injusticia no a la
gente.
4. La no violencia sostiene que el sufrimiento voluntario
puede educar y transformar.
5. La no violencia elige el amor en lugar del odio.
6. La no violencia cree que el universo está del lado de la
justicia.

— 77 —
Educación para una Cultura de Paz

A decir verdad los profetas de la no violencia son pocos pero


nos han dejado los métodos y algunos teóricos políticos
o escritores como Gene Sharp han llegado a enumerar
más de 100 técnicas no violentas para superar el mal, la
injusticia y las dictaduras.17

La cuestión un está en que la no violencia se estima como


un credo y como un conjunto de métodos.

Entre las técnicas no violentas que apunta Gene Sharp están


el boicot, boicot al consumo, las protestas, la desobediencia
civil, la no cooperación, las huelgas de hambre, la guerrilla
del teatro, descubrir a los agentes secretos, mercados
alternativos, la literatura y los discursos que llaman a la
resistencia y otros que pueden verse en el libro de Sharp
que ya indicamos.

2.7 El conflicto. Tipología del Conflicto.


Resolución pacífica de los Conflictos.

En lo que atañe al conflicto es muy importante que lo


abordemos desde tres puntos de vista: la naturaleza del
conflicto, los modelos del análisis del conflicto y las técnicas
de resolución pacífica de conflictos.

Igualmente, debe considerarse asumir las causas de la


crisis y los conflictos pero desde una perspectiva donde se
vean las causas, el problema, las maneras de administrarlo
y el diseño del cambio y el resultado deseado.

En primer lugar es clave entender que en realidad la


prevención y la solución pacífica de los conflictos es la
parte medular de la cultura de paz porque en un sentido
orgánico se busca el máximo de equilibrio que da la paz en
las personas y las sociedades. Casi puede decirse que en la
resolución pacífica de conflictos es donde radica el mayor

17 Gene Sharp: métodos de la no violencia

— 78 —
Educación para una Cultura de Paz

esfuerzo de la cultura de paz que por supuesto parte del


análisis del conflicto.

El conflicto debe concebirse como natural y social y en


cierto modo un fenómeno que constituye de por si un
área de estudio especial para los investigadores de la paz,
los psicólogos, profesores, los administradores, políticos
y sindicalistas, entre algunos de los profesionales que
obligatoriamente deben estar capacitados para asumir
y enfrentar las experiencias y la situaciones conflictivas.
Siempre surgirá un conflicto pero de la manera efectiva o
la estrategia para de manejarlo y transformarlo dependerá
la paz.

El conflicto es esencia una contradicción, un choque de


intereses y voluntades o valores, una controversia o una
disputa por algún bien o algún valor que conduce a la
violencia.

Johan Galtung, uno de los padres de los estudios de la


paz, describe el conflicto en un ciclo vital que aparece, se
amplía, llega a su clímax y luego desaparece. Este ciclo va
de las actitudes a la conducta y de ésta a la contradicción.18

No violencia
Conducta (violencia física o verbal)
(B)

(A) actitudes (C) Contradicción

(Odio, desconfianza y apatía) (Bloqueo, obstrucción)


Empatía Creatividad

18 Johan Galtung. Conflict Transformation by peaceful means.( The Transcend


Method).United Nations.2000.p.13.

— 79 —
Educación para una Cultura de Paz

O como la sumatoria de elementos tales:

Conflicto es = A+ B+C

De tal manera que se entiende el conflicto de forma que el


conflicto tiene una solución en que prima la empatía, la no
violenta y creatividad.

En relación a los tipos de conflictos debo decir que existen


muchas tipologías o clasificaciones relevantes. Por esta
razón aquí utilizaré solo dos en el orden, la que elabora
Christopher W. Moore y que es la siguiente:
a) Conflictos sobre los datos: estos tienen como causas la
carencia de información y la información defectuosa.
b) Conflictos de intereses: Estos ocurren en situación de
competencia, los intereses sustantivos en conflicto.
c) Conflictos estructurales: Son los que tienen como
causas los patrones de interacción o de interacción
destructivos.
d) Conflictos de valores: Acontecen cuando hay diferencias
de criterio al evaluar las ideas, los comportamientos,
o en las diferencias en las formas de vida, ideología,
religión o valores.
e) Conflictos en las relaciones: Se producen por una
alta intensidad emocional, percepciones equivocadas,
malentendidos o comportamientos negativos.19

Quiero al mismo tiempo presentar la estructura del


conflicto conforme un texto muy asequible de John Paul
Lederach, un especialista norteamericano del tratamiento
y de la transformación de conflictos y que además cuenta
en su haber acciones concretas de reconciliación al fin de
la más reciente guerra civil en Nicaragua de 1980-1990.20

19 Christopher W. Moore. El proceso de mediación. Granica, Barcelona, 1986.


20 John Paul Lederach .Enredos, Pleitos y Problemas. Ediciones CLARA-SEMILLA,
Guatemala. 1992. Cap.I.p.34-36.

— 80 —
Educación para una Cultura de Paz

Para comprender el proceso del conflicto que Lederach


propone un esquema que aquí reproduzco para fines
prácticos y didácticos:

Personas

Proceso Problemas

Literalmente Lederach define los aspectos de cada ángulo


así:

1. Personas - Tomar en cuenta:


• las emociones y los sentimientos
• la necesidad humana de dar explicaciones, de justi-
ficarse, desahogarse, de ser respetados y mantener la
dignidad.
• las percepciones del problema
• la forma en que lo sucedido afecta las personas.

2. Proceso - Tomar en cuenta


• el proceso que el conflicto haya seguido hasta el
momento
• la necesidad de un proceso que parezca justo a todos
los involucrados
• la comunicación, y el lenguaje con que se expresan
• lo que hace falta para establecer un diálogo constructivo

3. Problema – Tomar en cuenta


• los intereses y la necesidades de cada uno
• las diferencias y valores esenciales que los separan
• las diferencia de cada uno en cuanto al procedimiento
a seguir.

— 81 —
Educación para una Cultura de Paz

Y para completar transmitiré la visión de John Paul Lederach


sobre el conflicto por considerar que es una contribución a
la educación contemporánea para la paz.21

Lederach sostiene que el conflicto es un elemento


clave y fundamental y lo define así: “El conflicto es
fundamentalmente la interacción de personas con objetivos
incompatibles”. Y agrega que “el conflicto está relacionado
con la percepción de incompatibilidad, de escasez de
recursos o recompensas, y con la interferencia del otro”22

Pero lo cierto es que el conflicto tiene una perspectiva


creativa, y que somos co-partícipes en el conflicto y que
co-operamos en el proceso.

Para contribuir a comprender los conflictos, por ejemplo, en


las escuelas se deben dramatizar o representar conflictos
porque esto desarrolla tres capacidades: la observación, la
comprensión de los conflictos y la creación de alternativas
a los conflictos.23

Lederach desde su concepción natural, dinámica y social


del conflicto ve el conflicto como una necesidad para la vida
humana y que puede ser productivo o destructivo según
sea la manera de regularlo. También Lederach relaciona
valores y conflicto estimando como un valor principal la
realización humana.

Los valores que estima Lederach se deben ligar a los


conflictos son:
1. Auto-determinación. Esto se refiere a la libertad de
que el individuo participe en su propio destino.
2. Interdependencia. Con esto se introduce el valor
justicia. Este valor afirma la buena relación. Todo indica
que somos mutuamente dependientes.
21 John Paul Lederach. El abecé de la paz y los conflictos. Libros de la
Catarata.2000. p.55-65.
22 J.P Lederach .op. Cit.p.57
23 J.P. Lederach.op.cit.p.70

— 82 —
Educación para una Cultura de Paz

3. Igualdad. Este cualifica a la justicia y la


interdependencia e implica que esta última se fomenta.
La igualdad traduce la justicia.
4. Apoderamiento. Como el poder es central en todo
conflicto. Si hay un desequilibrio de poder en el
conflicto significa que muere la libertad, la justicia y la
autorrealización humana.
5. Vulnerabilidad. Esta es un riesgo pero significa estar
abierto en nuestra sensibilidad y e respeto a los demás
6. Concienciación. Esto quiere decir llegar a ser
consciente de si mismo y del papel que desempeñamos
en el mundo que nos rodea. También se denomina a
esto empatía como “la capacidad de participar en los
sentimientos y percepciones de otros”24

Por otra parte, la teoría del conflicto nos remite a una serie
de autores que son como los exponentes de una historia
que según Luis Alberto Padilla empieza por Adam Smith
(1793-1790), pasa por Karl Marx (1818-1883), Max Weber,
Ralph Dahrendorf hasta llegar a Peter Wallensteen.25

Este apartado solo cumple la misión de informar sobre el


modelo que se deduce de estas teorías del conflicto.

Así, Padilla ubica al economista inglés Adam Smith


como uno de los precursores de la teoría del conflicto,
resumiendo las ideas centrales en que el individuo es el
elemento esencial de las relaciones sociales y éste busca
la realización de sus intereses personales. A esto se suma
que “En una sociedad caracterizada por la conflictividad
o sea en la (competencia permanente), inter-individual
el mercado debe funcionar como regulador o factor de
resolución de conflictos.”26
24 J.P. Lederach. Op. cit. pp. 61-64.
25 Luis Alberto Padilla. Teoría de las relaciones internacionales. La investigación
sobre la paz y el conflicto. Instituto de Relaciones Internacionales y de
Investigaciones para la Paz. Serie Cooperación y Paz. vol. IV. Guatemala.
1992. pp. 207-244.
26 Luis Alberto Padilla. Op. Cit. p. 207.

— 83 —
Educación para una Cultura de Paz

En tanto Karl Marx que crea una sociología del conflicto


“considera erróneo basarse en los individuos para formular
una teoría económica, ya que esto supone ignorar la forma
como la conducta individual se encuentra determinada por
las fuerzas colectivas.”

“Otra diferencia radica en la importancia que Marx le asigna


al estudio del conflicto, que es su herramienta principal en
el análisis del cambio social, ya que para Marx - como se
recordará- “la lucha de clases es el motor de la historia”.

Como se sabe esta teoría del conflicto se basa en una


concepción del mundo, en el materialismo dialéctico que
a su vez constituye un basamento de una teoría social, el
materialismo histórico y de la teoría económica (economía
política). Esto quiere decir que hay una metodología que
lo comprende todo en movimiento y en contradicción y
de esto se deriva que la teoría revolucionaria marxista
persigue la transformación del mundo pero que lo ve
todo con el prisma de la dialéctica y de la oposición de los
contrarios.

Mientras que Max Weber, gran sociólogo alemán contem-


poráneo y creador de paradigma sociológico de la raciona-
lización del comportamiento, también piensa que el poder
como el conflicto juega un papel en la sociedad.

Weber es de la teoría que articula consenso y conflicto. La


razón está en que la autoridad se legitima sobre la base
del consenso. El poder no solo puede basarse en la fuerza
sino que tiene que buscar su legitimidad que únicamente
halla en el consenso. Max Weber considera los conflictos
como inherentes, propios de la vida social. Pero cree que el
orden social es obtenido, es logrado por medio de normas
y órdenes que emana de las personas o grupos poderosos.

Ralph Dahrendorf, científico social alemán, analista de so-


ciología política y del conflicto, influido por Marx y Weber,

— 84 —
Educación para una Cultura de Paz

destaca que una sociedad es una estructura relativamente


estable pero también es un sistema dinámico gracias al
consenso de sus miembros.

Toda sociedad está sujeta al cambio, por lo tanto,


experimenta el conflicto social, y es así como, tanto el
conflicto como los elementos de la estructura contribuyen
al cambio.

Para R. Dahrendorf hay en una sociedad, dominantes y


dominados y sus intereses son diametralmente opuestos
y estos se encuentran siempre en conflicto.

En cambio en la teoría de Peter Wallensteen se define el


conflicto como “una situación social en la cual un mínimo
de dos partes pugnan al mismo tiempo por obtener el
miso conjunto de recursos”27

Wallensteen define pues el conflicto (militar, por ejemplo)


en base a las incompatibilidades que son: la geopolítica,
el poderío militar, la ideología y la economía. De modo
que la formación de la paz es la superación de las
incompatibilidades y éstas últimas poseen tres elementos
básicos conforme lo que anota Luis Alberto Padilla y que
se denominan: 1. Objetivos que se excluyen mutuamente,
2. tiempo escaso y 3. recursos escasos.28

27 Peter Wallensteen. Un marco teórico para la resolución de conflictos” Estudios


Internacionales, IRIPAZ, Guatemala, 1990, p. 83.
28 Idem. p.89.

— 85 —
Educación para una Cultura de Paz

Los conceptos básicos de la Teoría del Conflicto son29:

Formación del Incompatibilidad


Conflicto (actores) (principios)

Comportamiento
(destructivo o
constructivo)

Formación de la Paz Compatibilidad


(Negociación, Issues) (Acuerdos)

Otra parte importante de la visión del conflicto la constituye


la prevención y la resolución pacífica de los conflictos
por lo que es vital y estratégico conocer y aplicar uno o
varios métodos para resolver creativamente y de forma
no violenta los conflictos que surjan en nuestra sociedad,
entre nuestros pueblos o bien entre nuestras familias o
grupos sociales.

El abordaje del fenómeno del conflicto puede ser sistémica y


porque no holística. De tal manera que además de estudiar
la estructura del conflicto se debe concebir el proceso del
conflicto en forma dinámica y posible de solución.

Uno de los eminentes conflictólogos es Dudley Weeks que


ha proporcionado un libro donde se enumeran y explican
los pasos que habrán de seguir los creadores de paz que
son aquellas personas que se dedican a la resolución
efectiva de los conflictos sean cuales fueren.

Tomaré como ejemplo aplicable los pasos de la solución de


conflictos elaborada ya por Dudley Weeks, quien establece

29 Peter Wallensteen. Concepts in Conflct Theory. Op.cit.p.121

— 86 —
Educación para una Cultura de Paz

ocho pasos para resolver conflictos, a continuación los


detallo:
1. Crear una atmósfera efectiva
2. Clarificar las percepciones
3. Enfocarse en el individuo y compartir sus necesidades
4. Construir un poder positivo
5. Mirar al futuro, aprendiendo del pasado
6. Generar opciones
7. Realizar acciones posibles y específicas que conduzcan
al éxito
8. Efectuar acuerdos mutuos y benéficos30

Con respecto a los modelos de resolución de conflictos


son muchos y exitosos en la mayoría de los casos. Los
hay también que nacieron al calor mismo de los grandes y
graves conflictos que han acontecido en numerosos países
como en Nicaragua misma.

Tal es el caso de John Paul Lederach (1955), un sociólogo


norteamericano que en un tiempo de guerra (1981-
1990) estuvo en Nicaragua y contribuyó a la solución del
conflicto del gobierno sandinista con las etnias de la Costa
Caribe nicaragüense, lo que constituyó para él un gran
aprendizaje.

Lederach como hemos visto es un científico que analiza


el conflicto desde sus causas y estructura y más aun, nos
provee de un esquema de la dinámica de los conflictos y
las soluciones posibles.

30 Dudley Weeks. Eight essentials steps to Conflict resolution. Putnam’s Sons


New York, 1992. pp. 71-223.

— 87 —
Educación para una Cultura de Paz

2.8 Paz

La paz tiene una historia en Occidente que empieza en


cada matriz cultural con unos significados diferentes
pero que pasa como con los caminos convergentes, al
final, encontramos que en cada pueblo y cada cultura,
ha desarrollado un concepto de la paz.31 Y esto construye
puentes para el diálogo inter religioso por la paz y
la cultura de paz global. Con los núcleos axiológicos
de las religiones de libro o las así llamadas religiones
fundamentales e históricas, con solo ellas, bastaría para
hacer todos los tipos de paces posibles sobre la Tierra y
más aun, resolver el agobiante hambre de la humanidad.
Las religiones son modos de compasión, de amor al
prójimo, de comportamientos racionales con nuestros
congéneres, de relaciones armónicas e interdependientes
con la Naturaleza.

En la Grecia antigua, por ejemplo, Eirene es la paz y una


divinidad y esta paz se asocia con la armonía personal o
sea el estar bien consigo mismo. La paz es un intermedio
entre dos conflictos.

En cambio la Pax romana es la ausencia de conflictos


bélicos, la paz impuesta por el imperio romano a los
pueblos conquistados y sometidos a tributos que es más
bien una paz política basada en el poder de las armas.
Los romanos son los que sostenían que si quieres la paz
debes prepararte para la guerra “si vis pacem para bellum”
decían.

Para los antiguos judíos Shalom es la paz que tiene varios


significados, entre ellos, la justicia y el bienestar, vale decir
es construir en cierto modo la paz.

31 Historia de la Paz. Tiempos, Espacios y Actores: Granada. España. 2000.

— 88 —
Educación para una Cultura de Paz

En el periodo del orden feudal en Europa se auspiciaba


la doctrina de la Guerra Justa y la sujeción al poder
del Emperador y del Papa. A esto se le denominó Pax
Ecclesiae.

Para los hindúes y en general la gente que vive el


brahmanismo, la idea de paz es Shanti, la paz interior, la
paz de la mente.

En todo caso el concepto de paz ha discurrido por avatares


que hoy hacen que ésta sea considerada en su polisemia.

Es realmente a partir de las investigaciones sobre la paz


(peace research) que la paz se entiende no solo como paz
negativa o ausencia de guerra sino como paz positiva. Paz
positiva significa ausencia/ reducción de toda violencia32.
Esta concepción de paz positiva se liga al desarrollo y al
desarme. Este concepto de paz positiva elaborado por
Johan Galtung viene desde 1959 cuando se crea el Peace
Research Institute of Oslo en Noruega.

Igualmente puede sostenerse que la paz es un objeto


de estudio científico y a él se dedican cientos de
investigadores, científicos sociales, pedagogos, institutos
y centros de investigación en todos los continentes.

Las diferencias esenciales entre la paz negativa y la paz


positiva son las siguientes:

La paz negativa tiene por características la ausencia de


violencia, es pesimista, curativa y la paz no se alcanza por
medios pacíficos sino que se logra por medio de pactos y
armisticios.

32 Johan Galtung - op. cit. p. 9

— 89 —
Educación para una Cultura de Paz

En tanto la paz positiva significa una ausencia de toda


violencia, promueve la integración estructural, es optimis-
ta, preventiva y se alcanza por medios pacíficos.

Aunque debemos decir que no hay una paz perfecta ni


perpetua como hubiese querido Inmanuel Kant, la paz
siempre pertenece al futuro, se hace y se construye como
un proceso individual y colectivo en el que necesariamente
es la participación la acción decisiva de alcanzarla.

La paz no puede considerar solamente como develación


de los mecanismos de dominación o de la situación de
explotación o de exclusión sino como recuperación de todos
los derechos humanos, la paz como vértice de la cultura
de paz, hemos dicho ya, se funda sobre los cimientos
de los derechos humanos universales que se tienen por
ser humanos y porque son parte constitutiva de nuestra
dignidad.

Vicens Fisas es quien ha dicho también la paz no tiene


nada que ver con el status quo, lo dice de la siguiente
forma:
“No tiene nada que ver con el mantenimiento del status
quo, tan lleno de injusticias y desigualdades, o la docilidad
y resignación de quienes sufren las consecuencias de
ello, y sí, en cambio, con el desenmascaramiento de los
mecanismos de dominación, con la rebelión de quienes
se las ha usurpado el derecho a tomas decisiones, a la
recuperación de la dignidad y con los procesos de cambio y
transformación, a nivel personal, social y estructural, que
están implícitos en el traspaso de una cultura de violencia
a una cultura de paz”.33

Como se ve durante siglos vivimos bajo el concepto de paz


negativa que entraña solamente la ausencia de guerra,

33 Vicen Fisas. Cultura de paz y gestión de conflictos. Barcelona, Icaria, 1998. p.


19.

— 90 —
Educación para una Cultura de Paz

incluso uno de los grandes pensadores como Baruch


Spinoza pensaron así.

En la actualidad el concepto que debemos admitir y


transmitir es el de paz positiva, por varias razones. Prime-
ro, en el empeño de construir una cultura de paz debemos
recurrir al basamento de una teoría contemporánea de la
paz, por nuestra experiencia constante de la guerra civil en
nuestro país. Debemos conjurar las guerras porque ellas
nos han dejado en este estado de postración económica
y social del que ha sido difícil salir a una alternativa de
democracia, justicia, paz y desarrollo.

En segundo término, podemos plantar la semillas en


nosotros y en los otros con valores fundamentales y tal
como podemos deducir de la lectura de algunos de los textos
capitales de Johan Galtung, los valores de una cultura de
paz son o serían: la empatía, el diálogo, la no violencia, la
creatividad, la imaginación, la solidaridad, la integración,
la participación, el conocimiento y el desarrollo.

En tercer lugar, el gran desafío de nuestra sociedad


igual que la de Centroamérica, es transitar de una vieja
e inoperante cultura de violencia y guerra a una cultura
de paz positiva que nos ofrece los frutos del desarrollo
humano, la democracia y la paz en el sentido de recrearla
cada vez en un ciclo permanente como un modo de mejorar
la sociedad y las personas.

2.9 El derecho humano a la paz

La paz como un derecho tiene una breve pero intensa


trayectoria de discusiones en la Organización de Naciones
Unidas, que se remontan al año de 1997 cuando en la
UNESCO se comienza a considerar la paz como un
derecho humano. Pero, en el ámbito de los teóricos e
investigadores nos encontramos con Karel Vasak quien
ha propuesto para entonces un proyecto de protocolo para

— 91 —
Educación para una Cultura de Paz

los derechos humanos de la tercera generación conocidos


como los derechos de solidaridad o de los pueblos y que
son: el derecho a un medio ambiente sano y físicamente
equilibrado, el derecho al desarrollo, el derecho al
patrimonio común de la humanidad, el derecho a la
asistencia humanitaria y por supuesto, el derecho humano
a la paz, es un derecho-síntesis.

Al estudiar el derecho a la paz se establece que es una


aspiración legítima de los individuos el derecho a vivir en
paz así como los pueblos desean experimentar la paz y
es también una aspiración que en los momentos actuales
que se junta al derecho a la seguridad y el desarrollo
(humano y sostenible). Si tenemos una visión sistémica
de los derechos humanos, nos damos cuenta inmediata-
mente que el derecho a la paz, la paz misma es el centro,
principio y resultado, es proceso y construcción que
requiere de valor y de valores, de esfuerzo y tolerancia.
Es un derecho humano vivir sin violencia.

En la esfera de la Organización de Naciones Unidas y de sus


documentos normativos, hallamos que la paz se descrito
“como orden social, como garantía principal y también
como ideal, como objeto del derecho a la educación,
como desiderátum de la seguridad internacional y de sus
medidas efectivas, como antípoda del crimen internacional
de agresión, como bien indivisible e inseparable de la
seguridad, como derecho inmanente de toda nación y todo
ser humano, como aspiración de la humanidad, derecho
sagrado de los pueblos y obligación de los Estados, como
elemento esencial del derecho al desarrollo, como objeto
de la educación en la esfera de los derechos humanos, y
finalmente, como razón de una nueva cultura sustitutiva
de la cultura de guerra y violencia dominante”.34

34 Asdrúbal Aguiar. Perfiles éticos y normativos del derecho humano a la paz.


Revista de la Facultad de Ciencias Jurídica y Políticas, No. 110. Universidad
Central de Venezuela, Caracas, 1998.

— 92 —
Educación para una Cultura de Paz

Además debe entenderse el derecho humano a la paz tal


como es, un fundamento necesario de una Cultura de Paz.
En la historia del debate y la instauración del derecho
humano a la paz debemos citar los principales hitos que
sustentan este derecho de solidaridad.

Lo primero es que la Declaración Universal de Derechos


Humanos de 1948, contempla en su Preámbulo los valo-
res que hace explícitos de la libertad, la justicia y la paz.
Y, en su artículo 28, prevé el derecho de toda persona a un
orden social e internacional de protección de los derechos
proclamados en dicha Declaración.

Seguido puedo citar la Declaración sobre el fomento


entre la juventud de los ideales de paz, respeto mutuo y
comprensión entre los pueblos (1965), donde se prescribe
la obligación de los Estados en cuanto al deber de educar a
la juventud en el espíritu de la paz. Lo mismo encontramos
en el Artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales del año de 1965,en el
cual se dice que se debe capacitar a todas las personas
para participar en u a sociedad libre, tolerante amistosa y
comprensiva.

Así mismo en la Declaración sobre la preparación de


las sociedades para vivir en paz (1978), se ve como
el derecho humano a la paz cobra la dimensión humana,
individual y colectiva.

En 1984, la Asamblea General de la ONU adopta una


declaración nueva conocida como Derecho de los Pueblos
a la Paz. El derecho la paz lo considera un derecho sagrado
de los pueblos y toca al Estado su realización y estaba
dirigida a prevenir un estallido nuclear.

Federico Mayor Zaragoza, ex director de la UNESCO,


merece una mención especial en el trabajo de la aproba-
ción y proyección del derecho humano a la paz por cuanto

— 93 —
Educación para una Cultura de Paz

su lucha y su denodado trabajo, marcó una parte de la


historia de este camino hacia la consagración de este
derecho que en nuestros días sigue su ruta.35

Para 1997, la UNESCO y algunos expertos discutieron


junto a Federico Mayor Zaragoza, el derecho humano a la
paz como fundamento de una cultura de paz. Este evento
se efectuó en Las Palmas, Canarias.

De esto saldría la Declaración de Oslo que anota el


concepto de paz de la siguiente forma: la paz, bien común
de la humanidad, es un valor universal y fundamental al
que aspiran todos los seres humanos y todos los pueblos
del mundo y en particular los jóvenes del mundo.

O sea que sin distingos de razas, ideas, lenguas o sexos se


tiene el derecho inherente a vivir en paz.

Puedo agregar más documentos a este recorrido refiriendo


la Resolución 50/173 de la Asamblea General de la ONU,
de 1995, el Decenio de la Naciones Unidas para la
educación en la esfera de los derechos humanos,
hacia una cultura de paz, que afirma debemos educar-
nos para la paz y en la comprensión internacional.

Sin embargo, en 2006 la Declaración de Luarca,


(Asturias, España), que es más una declaración de actores
independientes y no de la ONU, se detallan y se esclarece
todo lo que debe contemplarse a la hora de consagrar el
derecho humano a la paz. Es la sociedad civil española
la que en este caso contribuye a esta definición del
derecho a la paz. Esta Declaración contempla la dimensión
individual y colectiva del derecho humano a la paz. La
propia Declaración establece que las personas, los grupos

35 En Santiago de Compostela, España, Diciembre de 2010, se realizará un Foro


Mundial en que una de sus acciones lleva al tratamiento, discusión del derecho
humano a la paz.

— 94 —
Educación para una Cultura de Paz

y los pueblos tienen el derecho inalienable a una paz justa,


sostenible y duradera.

Siguiendo las huellas de estas Declaraciones en relación


al derecho humano a la paz, nos encontramos con que el
2 de Junio de 2010, firman personalidades e instituciones
internacionales la Declaración de Barcelona. Lo que
suscriben es ni más ni menos que un documento que
se constituye en un proyecto cuyo contenido avanza
comprendiendo a las víctimas de la agresión, la xenofobia
como sujetos que padecen la violación del derecho a la
paz.

— 95 —
Educación para una Cultura de Paz

— 96 —
Educación para una Cultura de Paz

3. Cultura de Paz y Educación Ambiental

La educación ambiental como parte de la educación


en valores se conforma con el devenir histórico en una
estrategia de la supervivencia humana ante todos los
desafíos de la crisis del ambiente que se plantean hoy
en el planeta Tierra. La Educación Ambiental es también
considerada un componente esencial de la moderna
educación para la paz.

Siendo como se estima en la Declaración de Río Janeiro


sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992, en su
Principio 25 que “La paz, el desarrollo y la protección del
medio ambiente son interdependientes e inseparables”,
concibo personalmente que la educación ambiental confluye
con los otros tipos de educación (en derechos humanos,
para el desarrollo sostenible y otras que le acompañan) a
ser una actividad fundamental para la construcción de una
Cultura de Paz global. Podemos, por tanto, considerar que
la guerra es un estado catastrófico para el ambiente y el
desarrollo humano y sustentable.

Desde ambos dominios sea el de los valores o el de la paz,


la Educación Ambiental tiene espacios de intersección y por
supuesto, una historia y un desarrollo normativo en el plano
internacional que es siempre necesario recordar, puesto
que su desenvolvimiento significa también una evolución
de la conciencia humana de la relación vital y única de
los seres humanos con respecto al medio ambiente y la
naturaleza. Además de que al impulso de cada evento y
cada convención han generado la creación de programas,
instituciones y movimientos en pro de la defensa o la
conservación del medio ambiente y la naturaleza.

— 97 —
Educación para una Cultura de Paz

La siguiente exposición se basa en los textos e instrumen-


tos que se produjeron en la Organización de Naciones
Unidas y sus organismos especializados y en las cumbres
internacionales sobre el medio ambiente y la naturaleza de
1972 a la fecha.

Lo mismo que en la Constitución Política de Nicaragua y en


parte de la legislación ambiental nicaragüense y las leyes
relativas a la educación en general.

La primera cita obligatoria y que constituye un hito para el


desarrollo histórico de la Educación Ambiental es:

Declaración de la Conferencia de la
Organización de las Naciones Unidas sobre
el Medio Humano,
Estocolmo, Suecia,5-16 de Junio de 1972, dice
en su Principio 19:

”Es indispensable una labor de educación en


cuestiones ambientales, dirigida tanto a las
generaciones jóvenes, como a los adultos y
que presente la debida atención al sector de
población menos privilegiado, para ensanchar
las bases de una opinión pública bien informada
y de una conducta de los individuos, de las
empresas y de las colectividades inspirada en
el sentido de su responsabilidad en cuanto a
la protección y el mejoramiento del medio
en toda su dimensión humana. Es también
esencial que los medios de comunicación de
masas eviten contribuir al deterioro del medio
humano difundan, por el contrario, información
de carácter educativo sobre la necesidad de
protegerlo y mejorarlo, a fin de que el hombre
pueda desarrollarse en todos los aspectos.”

— 98 —
Educación para una Cultura de Paz

Como puede verse, en primer lugar, la recomendación


inicial sobre la implantación de la educación ambiental es
de 1972 y de esos años a nuestra fecha, se produjo y se
ha producido una cantidad de declaraciones, convenciones
y protocolos, que dejan ver los avances en materia de
contenidos y metodologías de la Educación Ambiental,
así como de la progresiva instauración normativa, y de
los que solamente expondremos algunos de los más
significativos para la historia de la Educación Ambiental.
Pero, los problemas ambientales se agravan y no todas las
sociedades y pueblos adoptan la Educación Ambiental ni
ésta por si sola logra superar toda la problemática mundial
cuando el cambio climático está en marcha y como advertía
hace poco tiempo, el Secretario General de la ONU, Ban-
Ki Moon, a menos que se llegue a un acuerdo sobre el
control de emisiones de los gases de efecto invernadero,
cientos de millones de personas padecerán por falta de
agua y de alimentos y se desatará la violencia.36 Esto lo
dijo esta personalidad a propósito de que el Protocolo de
Kyoto vence en el 2012 por lo que urde adoptar un nuevo
protocolo. Sin embargo, hace mucho tiempo se dice que
la Educación ambiental es un elemento fundamental para
enfrentar la crisis ambiental del mundo.

Este texto llama a integrar como hoy se hace en muchos


estados que la educación ambiental está integrada al
curriculum nacional como un eje transversal o como
un tema en la educación superior en combinación con
prácticas de conservación, protección de la naturaleza y el
medio ambiente.

Así también con la creación de un marco global para la


Educación Ambiental de la Carta de Belgrado de 1975,
se adelanta en la Educación Ambiental y por primera vez
se provee de metas, objetivos, destinatarios (sectores) y
las directrices básicas para los programas de la EA. Por

36 Ban Ki Moon: Remarks to Global Environment Forum. http://www.un.org

— 99 —
Educación para una Cultura de Paz

considerar extensa la Carta, extraeremos los Objetivos de


la Educación Ambiental:
Participación. Ayudar a las personas y a los
grupos sociales a que desarrollen su sentido de
responsabilidad y a que tomen conciencia de
la urgente necesidad de prestar atención a los
problemas del medio ambiente para asegurar
que se adopten medidas adecuadas al respecto.
Carta de Belgrado, 1975.

1. Toma de conciencia. Ayudar a las personas


ya los grupos sociales a que adquieran mayor
sensibilidad y conciencia del medio ambiente y
en general y de los problemas
2. Conocimientos. Ayudar a las personas y a los
grupos sociales a adquirir una comprensión
básica del medio ambiente en su totalidad,
de los problemas conexos y de la presencia y
función de la humanidad en él, lo que entraña
una responsabilidad crítica
3. Actitudes. Ayudar a las personas y a los grupos
sociales a adquirir valores sociales y un profundo
interés por el medio ambiente que los impulse
a participar activamente en su protección y
mejoramiento.
4. Aptitudes: Ayudar a las personas y a los grupos
sociales a adquirir las aptitudes necesarias para
resolver los problemas ambientales.
5. Capacidad de evaluación. Ayudar a las personas
y a los grupos sociales a evaluar las medidas
y los programas de educación ambiental en
función de los factores ecológicos, políticos,
sociales, estéticos y educativos.
6. Participación. Ayudar a las personas ya los
grupos sociales a que desarrollen su sentido de
responsabilidad y a que tomen conciencia de
la urgente necesidad de prestar atención a los
problemas del medio ambiente para asegurar
que se adopten medidas adecuadas al respecto.

— 100 —
Educación para una Cultura de Paz

Un hito importante lo constituirá posteriormente el


evento intergubernamental realizado por la UNESCO en
cooperación con el PNUMA, en Tbilisi, (1977), en lo que
era la antigua Unión Soviética y en el que se acuerda
incorporar la educación ambiental a los sistemas de
educación formal y no formal.

Tbilisi deja unas metas para la educación ambiental y son:

Alcanzar una conciencia clara de la


interdependencia económica, social, política y
ecológica de las áreas urbanas y rurales
• Proveer a todas las personas de
oportunidad para adquirir conocimientos
valores y actitudes con el propósito
desarrollar habilidades para la protección
del medio ambiente.
• Crear nuevos modelos de conductas hacia
el ambiente de parte de los individuos y
los grupos y desde la sociedad como un
todo.

En 1982, por Resolución aprobada por la Asamblea General


de la ONU se proclama solemnemente la “Carta Mundial
de la Naturaleza”, texto que reafirma la consciencia de
que “La especie humana es parte de la naturaleza y la
vida depende del funcionamiento ininterrumpido de los
sistemas naturales que son fuente de energía y materias
nutritivas”.

Y, en materia de educación ambiental o enseñanza


ecológica según sus propios términos, en su apartado III.
15 dice:
Los conocimientos relativos a la naturaleza se
difundirán ampliamente por todos los medios,
en especial la enseñanza ecológica, que será
parte integrante de la educación en general.

— 101 —
Educación para una Cultura de Paz

Después surge en Moscú, 1987, una propuesta de una


estrategia internacional para la acción en el campo de la
educación ambiental para la década comprendida entre
1990 y 1999. En esa reunión se mencionó como causas
principales de los problemas ambientales a la pobreza y el
aumento de la población.

Posterior a los eventos de Tbilisi y Moscú se organizó la


Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, Brasil en 1992,
donde se emitieron documentos claves como la Agenda
21 que contiene las tareas que habían de desarrollarse
hasta el siglo XXI. En su capítulo 36 se establecen tres
áreas de programas que son: a) la reorientación de la
educación hacia el desarrollo sostenible b) el aumento de la
conciencia del público y c) el fomento de la capacitación.37

Seguido podemos contabilizar algunos otros congresos


regionales como el de Guadalajara, México, efectuado en
1992 donde se estableció que la educación ambiental es
eminentemente política y un instrumento esencial para
alcanzar una sociedad sustentable.

En Junio de 1992, se emite la Convención sobre la


Diversidad Biológica en Río de Janeiro la que es ratificada
por el Estado de Nicaragua en 1995. En su artículo 13
Educación y conciencia pública los estados:
Las partes contratantes: a) Promoverán y
fomentarán la comprensión de la importancia
de conservación de la diversidad biológica y
de la medidas necesarias a esos efectos, así
como su propagación a través de los medios de
información, y la inclusión de esos temas en los
programas de educación.

37 Joy A. Palmer: Environmental Education in 21 first Century. Routledge.New


York.1998.

— 102 —
Educación para una Cultura de Paz

En la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el


Cambio Climático de 1998, los Estados Partes deciden y
convienen el denominado Protocolo de Kyoto con el fin
de promover el desarrollo sostenible y que procura cumplir
los compromisos cuantificados, delimitación y reducción
de las emisiones antropógenas, dióxido de carbono, gases
de efecto invernadero en el periodo 2008 – 2012. En ese
texto hallamos que en su Artículo 10 inciso (e) se dice que
las partes del Protocolo:

Cooperarán en el plano internacional, recurrien-


do, según proceda, a órganos existentes, en
la elaboración y la ejecución de programas de
programas de educación y capacitación que
prevean el fomento de la creación de capacidad
nacional, en particular capacidad humana e
institucional, y el intercambio o la adscripción
de personal encargado de formar especialistas
en esta esfera, en particular para los países en
desarrollo, y promoverán tales actividades y
facilitarán en el plano nacional el conocimiento
público de la información sobre el cambio
climático y el acceso del público a esta- Se
deberán establecer las modalidades apropiadas
para poner en ejecución estas actividades por
conducto de los órganos pertinentes de la
Convención, teniendo en cuenta lo dispuesto en
el artículo 6 de la Convención;(…)

Llegado el año de 2002, se abre el siglo XXI con la


magna Cumbre Mundial de Johannesburgo en cuya
“Declaración de Johannesburgo sobre el desarrollo
sostenible desde nuestro origen hasta el futuro”,
se reafirma el compromiso con el desarrollo sostenible y
con la construcción de una sociedad mundial humanitaria
equitativa y generosa según las propias palabras del texto
en mención.

— 103 —
Educación para una Cultura de Paz

Pero algo más, extraordinario y profundo la Declaración


adiciona a los niños del mundo, quienes les han dicho a los
representantes en la Cumbre que “el futuro les pertenece”.
Los niños son en realidad nuestro futuro común para los
cuales hay que crear un mundo nuevo y mejor donde haya
esperanza.

Así mismo entra en juego la realidad de la globalización y


la potenciación y emancipación de la mujer y la igualdad
de género.

El compromiso de esta productiva y significativa declaración


de principios va más allá buscando a través de la unión de
esfuerzos “salvar nuestro planeta, promover el desarrollo
humano y lograr la prosperidad y la paz universales”.

La Declaración de Johannesburgo resume los pasos de la


Cumbres sobre el problema del deterioro ambiental que van
de Estocolmo a Rio Janeiro y de esta a Johannesburgo, lo
que indica que implícitamente debe darse una importancia
estratégica a educación ambiental como instrumento para
el desarrollo sostenible y al Programa 21 y los objetivos
del desarrollo del Milenio.

Para el año 2003, se establece el texto de la “Carta de la


Tierra” que tuvo en su día el apoyo de la UNESCO. Como
puede verse desde el texto mismo esta Carta contiene unos
valores básicos y unos principios que dan fundamento a
una ética para la comunidad mundial.

“La Tierra es nuestro hogar” dice la Carta y “La protección


de la vitalidad, la diversidad y la belleza de la Tierra es un
deber sagrado”.

Estos principios están regidos bajo la égida de la


responsabilidad universal y en materia de educación
establece como un principio:
14. Integrar en la educación formal y en el

— 104 —
Educación para una Cultura de Paz

aprendizaje a lo largo de la vida, las habilidades


el conocimiento y los valores necesarios para
un modo de vida sostenible.
a) Brindar a todos, especialmente a los niños y
los jóvenes, oportunidades educativas que
les capaciten para contribuir activamente
al desarrollo sostenible
b) Promover la contribución de las artes y
las humanidades, al igual que las ciencias,
para educación sobre la sostenibilidad.
c) Identificar el papel de los medios masivos
de comunicación en la toma de conciencia
sobre los retos ecológicos y sociales.
d) Reconocer la importancia de la educación
moral y espiritual para una vida sostenible.

También integra esta “Carta de la Tierra”, un principio que


diríamos muy importante y es que alienta a promover una
cultura de tolerancia, no violencia y paz y reconoce que “la
paz es la integridad creada por las relaciones correctas con
uno mismo, otras personas, otras culturas, otras formas
de vida y con el todo del cual somos parte”.38

Esto equivale a estimar la paz desde un punto de vista


integral o holístico en un mundo interdependiente y una
naturaleza interrelacionada con los seres humanos.

Dale T. Snauwert ha dicho que la “Carta de la Tierra”


comprende no solo los valores de una ética mundial
sino también el marco para una pedagogía de la paz.39
Útil comprensión cuando buscamos referentes para la
educación ambiental.

La “Carta de la Tierra” se constituye pues, en una declaración


de principios y valores universales que busca construir una

38 Carta de la Tierra.
39 Dale T. Snauwert: The Cosmopolitan Ethics of the Earth Chart: A Framework for
a Pedagogy of Peace. InfactisPax. Vol. 2. Number(1)2008:88-13.

— 105 —
Educación para una Cultura de Paz

sociedad global, sostenible, justa, democrática, no violenta


y pacífica en el único hogar que tenemos: La Tierra.

Década por una educación para la sostenibilidad 2005-


2014:
En el año 2002 se aprueba por la Asamblea General de
la ONU la Resolución 57/254 que decide incluir el tema
titulado “Década de las Naciones Unidas de la Educación
para el desarrollo sostenible”.

Esta década tiene su estrategia y su plan de aplicación


y comprende como su nombre indica un período de diez
años contados de 2005 en adelante en el cual los Estados
Miembros de la ONU, como en el caso de Nicaragua, deben
asumir compromisos muy serios con la comunidad y la
organización internacional en materia de educación para
el desarrollo sostenible. Esto quiere decir que no solo nos
educamos para el desarrollo, sino para formarnos en una
educación ambiental para el desarrollo sostenible.

Se define la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS)


como “Una educación que permite a los educandos adquirir
las técnicas, las competencias prácticas, los valores y los
conocimientos necesarios para garantizar el desarrollos
sostenible”.

Marco jurídico, ético y pedagógico de la


educación ambiental en Nicaragua

En nuestro país la Educación Ambiental es de aparición


tardía incluso respecto de otros países centroamericanos
donde ésta se implantó hace más de treinta años. No es
sino hasta en el año 2003 que se formularon y legislaron los
“Lineamientos estratégicos de una educación ambiental”,
uno de cuyos principios fundamentales concibe la E.A
como un derecho y un deber de todos los nicaragüenses.40

40 Acuerdo Presidencial, Número 19-2003.República de Nicaragua.

— 106 —
Educación para una Cultura de Paz

Pero es lógico que empecemos por el orden y esto es por


la Constitución Política vigente y sus reformas que en su
artículo 60 literalmente dice:
“Los nicaragüenses tienen derecho de habitar en un
medio ambiente saludable. Es obligación del Estado, la
preservación, conservación y rescate del medio ambiente
y de los recursos naturales”.

Y luego en el artículo 116:


“La educación tiene como objetivo la formación plena
e integral del nicaragüense, dotarlo de una conciencia
crítica, científica y humana; desarrollar la personalidad y el
sentido de dignidad y capacitarlo para sumir las tareas de
interés común que demanda el progreso de la nación, por
consiguiente, la educación es factor fundamental para la
transformación y el desarrollo del individuo y la sociedad”.

Además se cuenta con una Ley General de Educación en


su Titulo I, capítulo 2, Artículo 3, afirma que:
“La Educación Nacional se basa en los siguientes principios:
(…)
b) “La Educación es creadora en el ser humano de valores
sociales, ambientales, éticos, cívicos, humanísticos y
culturales, está orientada al fortalecimiento de la identidad
nacional. Reafirma el respeto a las diversidades religiosas,
políticas, étnicas y culturales, psicológicas, de niños y
niñas, jóvenes y adultos que apuntan al desarrollo de
capacidades de autocrítica y crítica, de participación social
desde el enfoque de una ciudadanía formada en el respeto
a la dignidad humana”.

Y, en los Fines de la Educación la misma Ley dice:


Arto.4 (f): “ La adquisición de compromisos de conservación,
protección y mejoramiento del medio ambiente, el uso
racional de los recurso naturales, de prevención de
desastres, dentro de una cultura ecológica de defensa del
patrimonio de la nación”.

— 107 —
Educación para una Cultura de Paz

En otra parte definida como de los Objetivos de la Educación


dicha ley procura:
Arto. 5: (g) “Formar ciudadanos y ciudadanas productivas,
competentes y éticos que propicien el desarrollo sostenible
en armonía con el medio ambiente y respetando la
diversidad cultural y étnica”.

Por último en términos de la Ley General de Educación


(2006) en su Título V, Capítulo I, Artículo 100, contempla
como un derecho de los estudiantes:
“Formarse en el respeto y defensa del principio de la
libertad basada en la verdad, la moralidad, la justicia,
derechos humanos, cooperativismo, respeto al Medio
Ambiente, así como en Educación Vial y prevención de
desastres naturales”.

Otra documento que fortalece el marco legal de la educación


ambiental es la ley 217 la Ley General del Medio Ambiente
y los Recursos Naturales (1996) que define en su Artículo
5 , la educación ambiental como :
“Un proceso permanente de formación ciudadana, formal
e informal, para la toma de conciencia y el desarrollo de
valores, conceptos y actitudes frente a la protección y el uso
sostenible de los recursos naturales y medio ambiente”.

En su sección VI “De la educación, divulgación y desarrollo


científico y tecnológico” esta Ley General es muy clara
cuando sostiene en sus artículos 34-37; lo siguiente:

Arto. 34: “El Sistema Educativo Nacional y los medios de


comunicación social, promoverán la Educación Ambiental
que permita el conocimiento del equilibrio ecológico y su
importancia para el ambiente y la salud y que de pautas
para el comportamiento social e individual con el fin de
mejorar la calidad ambiental”.

Arto. 35: “Las autoridades educativas deben concluir en los


programas de educación formal y no formal, contenidos y

— 108 —
Educación para una Cultura de Paz

metodologías, conocimientos y hábitos de conducta para


la preservación y protección del ambiente”.

Arto. 36: “Para la obtención del grado académico o


bachillerato se exigirá un número mínimo de horas de
práctica o servicio ecológico, de acuerdo al reglamento
que el Ministerio de Educación al efecto emita”.

Arto 37: “Las autoridades encargadas de promover el


desarrollo científico y tecnológico del país, con colaboración
del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales
en consulta con sectores de la Comunidad Científica y
la sociedad civil, elaborarán, actualizarán y pondrán en
ejecución un Programa Nacional de Ciencia y Tecnología
Ambientales para el Desarrollo Sostenible en la forma y
plazo, que se establezca en el reglamento.”

A estos instrumentos habría que agregar que en Nicaragua


existe una “Ley Especial de Delitos contra el Medio
Ambiente y los Recursos Naturales”, (Ley 559, 2005) y la
Ley 195, Ley que instaura la Semana del Medio Ambiente
y los Recursos Naturales.

De ahí que una propuesta de Educación Ambiental para


Nicaragua, tiene suficientes leyes para educar a los
ciudadanos partiendo de este marco jurídico, ético y
pedagógico que contiene los principios y valores básicos
de una ética ambiental que propicia un cambio radical de
actitudes en relación con la Naturaleza y pasar así a una
nueva visión de la realidad donde nos veamos como parte
de la Vida una, somos una red vital.

En el fondo la concepción de objetividad ha llevado a


considerar a los otros y la naturaleza como objetos y esta
objetividad oprime y permite la sobre explotación seres
humanos y naturaleza.

— 109 —
Educación para una Cultura de Paz

Una propuesta base de los cambios éticos y ecológicos que


deseamos está en manos de la educación que debe ser
una educación ambiental para el desarrollo sostenible.

La educación ambiental que necesitamos se instituye desde


un orden político democrático que viva el imperio de la ley
y tenga en consecuencia un enfoque ético y jurídico. Los
valores éticos y las leyes que complementan la enseñanza.

Esta educación se sostendrá sobre la voluntad de vida de


los moradores de la Tierra, porque donde el individuo o la
sociedad se encuentren está siempre en la Tierra, deben
por ello, ser responsables y respetuosos de todas las
formas de vida. Una educación ambiental que recurra a las
disciplinas más variadas para ayudar a salvar el planeta.

Ha llegado el momento en que la humanidad de todos los


colores, credos, cosmovisiones y culturas nos encontramos
ante uno de los desafíos más grandes y es evitar una
catástrofe ambiental global. Aun tenemos tiempo, pero la
esperanza se diluye en medio del consumismo de algunas
sociedades y la rapiña inmisericorde sobre los recursos
naturales finitos que se tienen a la vista sin que haya
jueces ni autoridades para detenerla.

Al aparato ético jurídico y pedagógico podemos agregarle


las metodologías de educación ciudadana y popular que se
requieren en esta sociedad urgida de un comportamiento
racional en relación con el medio ambiente y los recursos
naturales.

Nicaragua es un país empobrecido por las guerras y las


pretensiones y las acciones de algunos políticos y las
élites económicas a quienes todavía no les cabe la idea de
proyecto de nación y de futuro. También Nicaragua es pobre
porque sus habitantes carecen de acceso a la educación y
al no tener la educación básica siquiera, se convierten en
reos de la pobreza que a su vez los lleva al consumo de

— 110 —
Educación para una Cultura de Paz

lo que tienen a la mano: aguas, bosques, suelos, peces,


animales en peligro de extinción. De tal manera que este
círculo vicioso entre pobreza y deterioro ambiental solo
puede ser superado con conciencia creciente de que somos
medio ambiente, que somos naturaleza, por medio de una
educación ambiental, reflexiva, dialogal, comunicativa y
creativa. O sea ir de la educación a la conciencia y de ésta
a la acción.

Por estas razones digo que una educación ambiental es


procesal y a lo largo de la vida, lo que lleva a pensar y
proponer que nuestra E.A en la educación formal en la
educación superior debe estar fundamentada en:
• Bases constitucionales: La Constitución Política, leyes
generales, reglamentos y lineamientos, políticas,
relativos a la educación ambiental.
• Historia del ambiente. Sensibilización e interpretación
del medio ambiente
• Teoría de la Ciencia y la Tecnología: Miradas críticas
desde la Ética
• Instrumentos jurídicos internacionales: Declaraciones,
Protocolos, Convenciones sobre el Medio Ambiente y
los Recursos Naturales.
• Nuevas tecnologías de información y comunicación
aplicadas a la educación ambiental.

En el juego de relaciones entre la Educación Ambiental y


la Cultura de Paz, tenemos que la EA como componente
de la educación para la paz, contribuye de un modo
determinante en el aspecto fundamental de crear una
conciencia de respeto y veneración a todos las formas de
vida en el planeta tal y como lo contempla la Declaración
de Yamossoukro. Una de las paces que los seres humanos
debemos guardar es precisamente una nueva relación
armónica con la naturaleza puesto que en ella vivimos
y de ella nos sustentamos. De tal manera que de su

— 111 —
Educación para una Cultura de Paz

cuido y de la sostenibilidad que podamos darle depende


nuestra vida y la de las futuras generaciones. Aunque esto
parezca simple es el principio de vida y renacimiento de la
Naturaleza.

Dada la problemática compleja que se vive en esta hora


de emergencia planetaria, debemos preservar y valorar
tanto la diversidad biológica como la diversidad étnica y
cultural. La educación ambiental debe llevar a la gestión
ambiental y a reivindicar los derechos humanos de la
tercera generación entre los que están la paz y el derecho
a un medio ambiente físicamente sano y equilibrado.

Solo cuando existan personas conscientes y educadas para


relacionarse en una arte combinatoria de mente, cuerpo y
espíritu pacíficos, nos acercaremos a la concreción de una
Cultura de Paz.

— 112 —
Educación para una Cultura de Paz

4. Cultura de Paz y Género

Al considerar este tema de Género indisolublemente ligado


a la construcción real de una Cultura de Paz es necesario
distinguir, en primer lugar, la distinción sexo-género siendo
lo primero una función biológica natural y la segunda una
construcción social e histórica que tiene sus implicancias
éticas, sociales, políticas y jurídicas.

En segundo lugar, se debe pensar sobre los roles mascu-


linos y femeninos en conjunción con la construcción de la
paz y en tercer lugar la paz femenina o como se dice hoy
pensar la paz en clave de género. Al igual debe estimarse
vinculado el tema del desarrollo humano y sostenible.

Pero, es obligatorio que todo análisis de la cuestión de


género se inicie desde la cultura que cada cual vive si
no, no se encuentran explicaciones satisfactorias para los
problemas que se experimenten con el género inclusive los
de orden teórico.

La cultura occidental se ha construido sobre una fórmula


binaria discriminatoria de civilización y barbarie, que de
suyo también es una construcción del poder que levanta
las dicotomías y las divisiones entre las gentes, los pue-
blos, las personas y los individuos y podemos decir entre
los sexos. La historia de la sexualidad de Occidente nos
muestra las diversas prácticas sexuales que han existido,
y ello es prueba de lo que ha estado al margen de la his-
toria y las visiones que hemos tenido desde este lado de la
geografía y la cultura41.

No es arbitrario ni atrabiliario decir que el rol subordinado


de la mujer a un segundo plano, colocada como un ente

41 Michel Foucault. Historia de la Sexualidad. Siglo XXI editores.Vols-1-3

— 113 —
Educación para una Cultura de Paz

sujeto de una doble explotación económica y sexual en


la historia fue y ha sido una realidad. La historia es una
transmisión y es una tradición que nos enseña cuanto
de dominación han sufrido las mujeres y todos aquellos
seres humanos que por una u otra razón no calzan con
la representación de los exclusivos roles masculinos y
femeninos en nuestra cultura.

De la antigua sociedad de las polis griegas a las ciudades


del imperio romano y de estas a los tiempos actuales la
explotación y la dominación masculina sobre las mujeres
y la discriminación de otras opciones de género, no han
cesado, aun cuando los movimiento feministas han luchado
por la igualdad a lo largo de caso tres siglos que podemos
cifrar con las reinvindicaciones de los movimientos de la
mujeres en la Revolución Francesa de 1789.

Pero, puedo agregar lo que dice María Izilda S. de Matos que


desde la II Guerra Mundial, hay un marcado crecimiento
de la visibilidad de la mujer y concretamente a partir de los
años 60 los investigadores comenzaron a cuestionar sobre
esos nuevos agentes sociales, las mujeres.42 Según esta
autora crece también la presencia de la mujer en los escritos
académicos y se expanden los estudios que incorporan a
la mujer y acontece el surgimiento del género. Agrega la
escritora mencionada que en 1975, la ONU instituyó el
Año Internacional de la Mujer y que en 1995 las mujeres
discutieron su situación en la Conferencia de Beijing. Para
los años 70 en Brasil, por ejemplo, reaparecen los temas
como violencia, sexualidad, contracepción, aborto, la doble
jornada y la ciudadanía de las mujeres. O sea que en estas
décadas del 60 y del 70 las mujeres entran en escena y
se examinan mitos y estereotipos y se dan corrientes de
interpretaciones y se ve a la mujer en su papel activo.

42 María Izilda S. de Matos. De la invisibilidad al género: odisea del pensamiento-


recursos y posibilidades de las ciencias sociales contemporáneas. En:
ALTERNATIVAS. Año 10 - no. 26 - Julio - Diciembre. Editorial Lascasiana,
Managua, 2004. pp. 9-28

— 114 —
Educación para una Cultura de Paz

Lo que se puede recuperar de todas estas tendencias y


transformaciones es la categoría de género que es muy
útil para el análisis histórico.

La masculinidad se ha visto por la ciencia y la cultura en


general como asunto de factores celulares y hormonales,
sin embargo, masculinidad es algo más que genética y
secreciones, es una construcción social e histórica que
concede el dominio, el papel activo, la fuerza, la virilidad
y la protección a los hombres, confiriéndoles a la mujer el
rol pasivo. Al menos estas son las representaciones que
hemos tenido del modo de ser hombre y de ser mujer.
Los seres humanos que se mueven en el espectro hacia
cualquiera de los polos de este ser, son discriminados o
excluidos.

Leonardo Boff, un teólogo y pensador brasileño dice que


todo ser humano es entero pero inacabado y que esto
marca un modo de ser y se pregunta “¿En consecuencia,
de esa comprensión debemos entonces admitir que cada
uno es hombre y mujer simultáneamente? ¿No seríamos
entonces andróginos? Sí y no”.

Y avanza diciendo “Masculino/femenino no son identidades


en si mismas o partes de un todo mayor. Son principios.
(…).

Masculino y femenino como principios significan un juego


de relaciones que continuamente construyen lo humano
en forma de hombre y de mujer”43.

43 Leonardo Boff. En: Alternativas. Año 10.No 26- Julio-Diciembre, Editorial


Lascasiana. Managua, 2004. pp. 94-97

— 115 —
Educación para una Cultura de Paz

Género y Desarrollo

La relación fundamental de Género y Desarrollo es un eje


no solo de los estudios de género o de políticas públicas
como suele decirse hoy, sino que ambas son categorías
que tienen una incidencia directa en el desenvolvimiento
de una sociedad. Hace varios años que el Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) los estima
como partes de sus índices de desarrollo humano. Aun
más, el concepto género es central en las ciencias sociales.

El aporte de las mujeres a la economía del país o del globo


es indudable y cuantificable, lo que en realidad constituye
una contribución al crecimiento y el desenvolvimiento de
la sociedad.

La verdad es que género y desarrollo interactúan en la


sociedad en que se vive y esto conduce a pensar que
es el desarrollo humano un estado de evolución social y
humana con equidad y justicia para los hombres y mujeres
del planeta.

Por todo esto y en nombre de la igualdad que predican


los derechos humanos fundamentales y de la equidad de
género debe emplearse siempre el enfoque de género
en todas las materias que se enseñan en los sistemas
educativos nacionales para alcanzar la paz, que es paz con
el otro y con la otra y tener un sentido de la justicia.

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Educación para una Cultura de Paz

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120.- Seminario Galego de Educación para a Paz, En
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Toxosoutos. Noia. 1996
121.- Sodepaz/Sodepau. Guía educativa para el consumo
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122.- Sogge, David. Compasión y cálculo. Barcelona:
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123.- Suares, Marinés. Mediación, conducción de disputas,
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124.- Ternon, Yves. El estado criminal. Barcelona:
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127.- Tortosa, Josep Maria. El juego global: pobreza,
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128.- Touraine, Alain. ¿Podremos vivir juntos? Madrid:
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— 124 —
Educación para una Cultura de Paz

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a Paz. Toxosoutos, Noia, 1999
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— 125 —
Educación para una Cultura de Paz

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149.- Worldwatch Institute. L’estat del món 1999. Centre
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150.- Worldwatch Institute. Signes vitals. Centre UNESCO
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151.- Yus, Rafael: Temas transversales: Hacia una nueva
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152.- AGUIAR, ASDRUBAL (2000), Cultura de Paz y
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153.- JARES, XESÚS (1998), EDUCACIÓN E Dereitos
Humanos. Estrategias didácticas e organizativas.
Xerais.
154.- MARINA, JOSÉ ANTONIO (2001), La lucha por
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EDUCACIÓN PARA A PAZ (1988), Sobre os dereitos
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155.- SEMINARIO GALEGO DE EDUACIÓN PARA A PAZ
(2007), Sobre la Educación para la Ciudadanía y los
Derechos Humanos
156.- SEMINARIO GALEGO DE EDUCACIÓN PARA A PAZ
(2008). Educación para a Ciudadanía e os Dereitos
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157.- SEMINARIO GALEGO DE EDUCACIÓN PARA A PAZ
(2008), Ética cívica. 4º curso da ESO. Consorcio
editorial galego.
158.- VARIOS AUTORES (2006), Derechos Humanos
y diversidad cultural. Icaria Antrazyt. VARIOS
AUTORES (2004), Psicología y derechos humanos.
Icaria Antrazyt.

— 126 —
Educación para una Cultura de Paz

ANEXOS

— 127 —
Educación para una Cultura de Paz

CARTA DE LAS NACIONES UNIDAS

Firmada en San Francisco, Estados Unidos el 26 de junio 1945


entrada en vigor: 24 de octubre de 1945, de conformidad con el
artículo 110

Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas


resueltos

a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra


que dos veces durante nuestra vida ha infligido a la Humanidad
sufrimientos indecibles,

a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en


1a dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de
derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y
pequeñas,

a crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia


y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados y de
otras fuentes del derecho internacional,

a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro


de un concepto más amplio de la libertad,

y con tales finalidades

a practicar la tolerancia y a convivir en paz como buenos vecinos,

a unir nuestras fuerzas para el mantenimiento de la paz y la


seguridad internacionales, a asegurar, mediante la aceptación de
principios y la adopción de métodos, que no se usará; la fuerza
armada sino en servicio del interés común, y

a emplear un mecanismo internacional para promover el progreso


económico y social de todas los pueblos,

hemos decidido aunar nuestros esfuerzos para realizar estos


designios

Por lo tanto, nuestros respectivos Gobiernos, por medio de


representantes reunidos en la ciudad de San Francisco que han
exhibido sus plenos poderes, encontrados en buena y debida
forma, han convenido en la presente Carta de las Naciones
Unidas, y por este acto establecen una organización internacional
que se denominará las Naciones Unidas.

— 128 —
Educación para una Cultura de Paz

CAPITULO I
PROPOSITOS Y PRINCIPIOS

Artículo 1
Los Propósitos de las Naciones Unidas son:

1. Mantener la paz y la seguridad internacionales, y con tal fin:


tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar
amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros
quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos,
y de conformidad con los principios de la justicia y del
derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias
o situaciones internacionales susceptibles de conducir a
quebrantamientos de la paz;
2. Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas
en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de
la libre determinación de los pueblos, y tomar otras medidas
adecuadas para fortalecer la paz universal;
3. Realizar la cooperación internacional en la solución de
problemas internacionales de carácter económico, social,
cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto
a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de
todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma
o religión; y
4. Servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones
por alcanzar estos propósitos comunes.

Artículo 2

Para la realización de los Propósitos consignados en el Artículo 1,


la Organización y sus Miembros procederán de acuerdo con los
siguientes Principios:

1. La Organización esta basada en el principio de la igualdad


soberana de todos sus Miembros.
2. Los Miembros de la Organización, a fin de asegurarse los
derechos y beneficios inherentes a su condición de tales,
cumplirán de buena fe las obligaciones contraídas por ellos
de conformidad con esta Carta.
3. Los Miembros de la Organización arreglarán sus controversias
internacionales por medios pacíficos de tal manera que no se
pongan en peligro ni la paz y la seguridad internacionales ni
la justicia.

— 129 —
Educación para una Cultura de Paz

4. Los Miembros de la Organización, en sus relaciones


internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza
o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la
independencia política de cualquier Estado, o en cualquier
otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones
Unidas.
5. Los Miembros de la Organización prestaron a ésta toda clase
de ayuda en cualquier acción que ejerza de conformidad con
esta Carta, y se abstendrán de dar ayuda a Estado alguno
contra el cual la Organización estuviere ejerciendo acción
preventiva o coercitiva.
6. La Organización hará que los Estados que no son Miembros
de las Naciones Unidas se conduzcan de acuerdo con estos
Principios en la medida que sea necesaria para mantener la paz
y la seguridad internacionales.
7. Ninguna disposición de esta Carta autorizará a las Naciones
Unidas a intervenir en los asuntos que son esencialmente de la
jurisdicción interna de los Estados, ni obligará; a los Miembros a
someter dichos asuntos a procedimientos de arreglo conforme a
la presente Carta; pero este principio no se opone a la aplicación
de las medidas coercitivas prescritas en el Capítulo VII.

— 130 —
Educación para una Cultura de Paz

Constitución de la Organización de las Naciones


Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura

Aprobada en Londres el día 16 de noviembre de 1945 y


modificada por la Conferencia General en sus reuniones 2a, 3a,
4a, 5a, 6a, 7a, 8a, 9a, 10a, 12a, 15a, 17a, 19a, 20a, 21a, 24a,
25a, 26a, 27a, 28a, 29a y 31a.

Los gobiernos de los Estados Partes en la presente Constitución,


en nombre de sus pueblos, declaran:

Que, puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres,


es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes
de la paz;

Que, en el curso de la historia, la incomprensión mutua de


los pueblos ha sido motivo de desconfianza y recelo entre las
naciones, y causa de que sus desacuerdos hayan degenerado en
guerra con harta frecuencia;

Que la grande y terrible guerra que acaba de terminar no hubiera


sido posible sin la negación de los principios democráticos de la
dignidad, la igualdad y el respeto mutuo de los hombres, y sin la
voluntad de sustituir tales principios, explotando los prejuicios y
la ignorancia, por el dogma de la desigualdad de los hombres y
de las razas;

Que la amplia difusión de la cultura y la educación de la humanidad


para la justicia, la libertad y la paz son indispensables a la
dignidad del hombre y constituyen un deber sagrado que todas
las naciones han de cumplir con un espíritu de responsabilidad y
de ayuda mutua;

Que una paz fundada exclusivamente en acuerdos políticos y


económicos entre gobiernos no podría obtener el apoyo unánime,
sincero y perdurable de los pueblos, y que, por consiguiente,
esa paz debe basarse en la solidaridad intelectual y moral de la
humanidad.

Por estas razones, los Estados Partes en la presente Constitución,


persuadidos de la necesidad de asegurar a todos el pleno
e igual acceso a la educación, la posibilidad de investigar
libremente la verdad objetiva y el libre intercambio de ideas y de
conocimientos, resuelven desarrollar e intensificar las relaciones

— 131 —
Educación para una Cultura de Paz

entre sus pueblos, a fin de que éstos se comprendan mejor entre


sí y adquieran un conocimiento más preciso y verdadero de sus
respectivas vidas.

En consecuencia, crean por la presente la Organización de las


Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, con
el fin de alcanzar gradualmente, mediante la cooperación de las
naciones del mundo en las esferas de la educación, de la ciencia
y de la cultura, los objetivos de paz internacional y de bienestar
general de la humanidad, para el logro de los cuales se han
establecido las Naciones Unidas, como proclama su Carta.

— 132 —
Educación para una Cultura de Paz

Bases Esenciales para la paz (1949)

290 (IV). Bases esenciales de la paz

La Asamblea General

1. Declara que la Carta de las Naciones Unidas, que es el pacto


de paz más solemne de la historia, establece los principios
fundamentales necesarios para una paz duradera; que el
menos precio de esos principios es la cuasa principal de que
continúe la tención internacional; y que es urgentemente
necesario que todos los Miembros actúen en conformidad
con estos pricipios y con el espíritu de cooperación sobre la
cual se fundaron las Naciones Unidas;

Invita a todas las Naciones

2. A abstenerse de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza


en oposición a la Carta;

3. A abstenerse de toda amenaza y de todo acto que, directa


o indirectamente, tienda a menoscabar la libertad, la
independencia o la integridad de cualquier Estado, o a
fomentar las discordias civiles y a subvertir la voluntad del
pueblo en cualquier Estado;

4. A cumplir de buena fe sus acuerdos internacionales;

5. A prestar a todos los órganos de la Naciones Unidas la


más amplia cooperación y a permitirles libre acceso para el
cumplimiento de las tareas a ellos confiadas en virtud de las
disposiciones de la Carta;

6. A promover, en reconocimiento de la primordial importancia


de preservar la dignidad y el valor de la persona humana plena
libertad para la expresión pacífica de la oposición política,
plena posibilidad para el ejercicio de la libertad religiosa y
pleno respeto para todos los demás derechos fundamentales
proclamados en la Declaración Universal de Derechos del
Hombre;

7. A promover, en el campo nacional y mediante la cooperación


internacional, los esfuerzos para lograr y mantener niveles
de vidas más altos para todos los pueblos;

— 133 —
Educación para una Cultura de Paz

8. A eliminar los obstáculos que impiden a los pueblos el libre


intercambio de informaciones e ideas, esencial para la
comprensión y la paz internacional;

Invita a todos los Miembros

9. A participar plenamente en toda la obra de las Naciones


Unidas;

Invita a los cinco miembros permanentes del Consejo de


Seguridad

10. A ampliar progresivamente su cooperación y a restringir el


empleo del veto, a fin de hacer, del Consejo de Seguridad un
instrumento más eficaz para el mantenimiento de la paz;

Invita a todas las Naciones

11. A resolver por medios pacíficos las controversias


internacionales y a cooperar a los esfuerzos de las Naciones
Unidas para resolver los problemas pendientes;

12. A cooperar al logro de la reglamentación internacional


efectiva de los armamentos de tipo corriente; y

13. A convenir en el ejercicio de la soberanía nacional


conjuntamente con otras naciones, en la medida necesaria
para lograr un control internacional de la energía atómica
que haga efectiva la prohibición de las armas atómicas y
asegure el empleo de la energía atómica únicamente para
fines pacíficos.

261a. sesión plenaria.


1° de diciembre de 1949.

— 134 —
Educación para una Cultura de Paz

Declaración sobre la Preparación de las Sociedades


para la paz. (1978).

33/73. Declaración sobre la preparación de las sociedades


para vivir en paz

La Asamblea General,
Recordando que en la Carta los pueblos de las Naciones
Unidas proclamaron que estaban resueltos a preservar a las
generaciones venideras del flagelo de la guerra y que uno de
los propósitos fundamentales de las Naciones Unidas es el de
mantener la paz y la seguridad internacionales,
Reafirmando que, con arreglo a la resolución 95 (I) de 11
de diciembre de 1946 de la Asamblea General, los actos de
planificar, preparar, iniciar o librar una guerra de agresión son
crímenes contra la paz, y que, con arreglo a la Declaración
sobre los principios de derecho internacional referentes a las
relaciones de amistad y a la cooperación entre los Estados
de con­formidad con la Carta de las Naciones Unidas, de 24
de octubre de 197071 , y a la Definición de la agresión, de 14
de diciembre de 197472 , la guerra de agresión constituye un
crimen contra la paz,
Reafirmando el derecho de las personas, los Esta­dos y toda
la humanidad a vivir en paz,
Consciente de que, puesto que las guerras comien­zan en
la mente de los hombres, es allí donde debe construirse la
defensa de la paz,
Reconociendo que la paz entre las naciones es el valor
supremo de la humanidad, que aprecian en el más alto
grado todos los principales movimientos políticos, sociales y
religiosos,
Guiada por el elevado objetivo de preparar a las sociedades
para las condiciones de su existencia común y su cooperación
en paz, igualdad, confianza mutua y comprensión, y de
establecer esas condi­c iones,
Reconociendo la función esencial de los gobiernos,
así como de las organizaciones gubernamentales y no

71 Resolución 2625 (XXV), anexo.


72 Resolución 3314 (XXIX), anexo.

— 135 —
Educación para una Cultura de Paz

gubernamentales, tanto nacionales como internaciona­les, los


medios de información publica, los procesos educativos y los
métodos de enseñanza, en el fomento de los ideales de paz y
comprensión entre las naciones,
Convencida de que, en la era del progreso científico y
tecnológico moderno, los recursos de la humanidad, su energía
y su talento creador deben destinarse al desarrollo económico,
social y cultural pacifico de todos los países, fomentar la
aplicación del nuevo orden económico internacional y ponerse
al servicio del mejoramiento del nivel de vida de todas las
naciones,
Subrayando con suma preocupación que la carrera de
armamentos, en particular en la esfera nuclear, y el
perfeccionamiento de nuevos tipos y sistemas de armas
basados en los principios y adelantos científicos modernos
amenazan la paz mundial,
Recordando que, en el Documento Final de su décimo período
extraordinario de sesiones73 , los Estados Miembros de las
Naciones Unidas reafirmaron solem­n emente su decisión de
seguir haciendo esfuerzos co­lectivos encaminados a fortalecer
la paz y la seguridad internacionales y eliminar el peligro de
la guerra, y convinieron que, a fin de facilitar el proceso de
desarme, era necesario tomar medidas y aplicar políticas
destinadas a fortalecer la paz y la seguridad internacio­nales y
a crear confianza entre los Estados,
Reafirmando los principios que figuran en la Declaración
sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos
coloniales, de 14 de diciembre de 196074 , en la Declaración
sobre el fortalecimiento de la seguridad internacional, de
16 de diciembre de 197075 , y en la Declaración sobre la
Afirmación y Consolidación de la Distensión Internacional, de
19 de diciembre de 197776 ,
Recordando la Declaración sobre el fomento entre la juventud
de los ideales de paz, respeto mutuo y comprensión entre los
pueblos, de 7 de diciembre de 196577 ,
Recordando asimismo la Declaración Universal de Derechos
Humanos, de 10 de diciembre de 194878 , y el Pacto Internacional

73 Resolución S-10/2.
74 Resolución 1514 (XV).
75 Resolución 2734 (XXV).
76 Resolución 32/155.
77 Resolución 2037 (XX).
78 Resolución 217 A (III).

— 136 —
Educación para una Cultura de Paz

de Derechos Civiles y Políticos, de 16 de diciembre de 196679 ,


y teniendo pre­s ente que en este ultimo se establece, entre
otras cosas, que toda propaganda en favor de la guerra estará
prohibida por la ley,

I
Insta solemnemente a todos los Estados a que en sus
actividades se guíen por el reconocimiento de la importancia
y la necesidad supremas de establecer, mantener y fortalecer
una paz justa y duradera para las generaciones presentes
y futuras y, en particular, a que observen los siguientes
principios:
1. Toda nación y todo ser humano, indepen­dientemente
de su raza, convicciones, idioma o sexo, tiene el derecho
inmanente a vivir en paz. El res­p eto de ese derecho, así como
de los demás dere­c hos humanos, redunda en el interés común
de toda la humanidad y es una condición indispensa­ble para
el adelanto de todas las naciones, grandes y pequeñas, en
todas las esferas.
2. Una guerra de agresión, su planificación, preparación
o iniciación son crímenes contra la paz y están prohibidos por
el derecho internacional.
3. De conformidad con los propósitos y prin­cipios de las
Naciones Unidas, los Estados tienen el deber de abstenerse
de hacer propaganda en favor de las guerras de agresión.
4. Todo Estado, actuando con espíritu de amis­tad y de
buena vecindad, tiene el deber de promover la cooperación
general mutuamente benefi­c iosa y equitativa con otros
Estados en lo político, lo económico, lo social y lo cultural,
independien­temente de sus sistemas socioeconómicos, con
miras a asegurar su existencia común y su cooperación en
paz, en condiciones de compresión mutua y de respeto por
la identidad y diversidad de todos los pueblos, y el deber de
adoptar medidas conducentes al estímulo de los ideales de
paz, humanismo y libertad.
5. Todo Estado tiene el deber de respetar el derecho de
todos los pueblos a la libre determinación, la independencia, la
igualdad, la soberanía, la integridad territorial de los Estados y
la inviolabi­lidad de sus fronteras, inclusive el derecho a deter­
minar el rumbo de su desarrollo, sin injerencia o intervención
ajenas en sus asuntos internos.

79 Resolución 2200 A (XXI), anexo.

— 137 —
Educación para una Cultura de Paz

6. Un instrumento básico del mantenimiento de la paz


es la eliminación de la amenaza que entraña la carrera de
armamentos, así como los esfuerzos encaminados a un
desarme general y completo, bajo un control internacional
eficaz, inclusive las medidas parciales encaminadas a ese fin,
de con­formidad con los principios convenidos en las Naciones
Unidas y en los acuerdos internacionales pertinentes.
7. Todo Estado tiene el deber de desalentar todas las
manifestaciones y prácticas de colonia­lismo, así como de
racismo, discriminación racial y apartheid, por ser contrarias
al derecho de los pueblos a la libre determinación y a otros
derechos humanos y libertades fundamentales.
8. Todo Estado tiene el deber de desalentar la promoción del
odio y los prejuicios contra otros pueblos por ser contrarios a
los principios de coexis­t encia pacifica y cooperación amistosa.

II
Exhorta a todos los Estados a que, para aplicar los principios
enunciados supra:
a) Actúen en forma perseverante y consecuente, respetando
debidamente los derechos constitucionales y la función de
la familia, las instituciones y las orga­n izaciones interesadas,
con miras a:
i) Asegurar que sus políticas pertinentes para la aplicación
de la presente Declaración, inclu­s ive los procesos educativos
y los métodos de enseñanza, así como las actividades de
los medios de información, tengan un contenido compatible
con la tarea de preparar para una vida en paz a sociedades
enteras y, en par­t icular, a las generaciones jóvenes;
ii) Desalentar y eliminar, en consecuencia, la incitación
al odio racial, a la discriminación na­c ional o de otro género, a
la injusticia, o la promoción de la violencia y la guerra;
b) Desarrollen distintas formas de cooperación bilateral
y multilateral entre si, así como en las orga­nizaciones
internacionales, gubernamentales y no guber­namentales,
con vistas a realzar la preparación de las sociedades para
vivir en paz y, en particular, intercam­b iar experiencias sobre
proyectos acometidos con esa finalidad;

III
1. Recomienda que las organizaciones guberna­mentales
y no gubernamentales competentes empren­dan la acción
adecuada para aplicar la presente Declaración;

— 138 —
Educación para una Cultura de Paz

2. Declara que la aplicación plena de los princi­pios


consagrados en la presente Declaración requiere una acción
concertada por parte de los gobiernos, las Naciones Unidas y
los organismos especializados, en particular la Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura, así como de otras organizaciones internacionales
y nacionales interesadas, tanto gubernamentales como no
guberna­mentales;
3. Pide al Secretario General que se mantenga al tanto
de los progresos hechos en la aplicación de esta Declaración
y que presente informes periódicos al respecto a la Asamblea
General, el primero de ellos en su trigésimo sexto periodo de
sesiones a mas tardar.
„ 85a. sesión plenaria
15 de diciembre de 1978

33/74. No injerencia en los asuntos internos de los


Estados
La Asamblea General,
Recordando sus resoluciones 31/91 de 14 de di­ciembre de
1976 y 32/153 de 19 de diciembre de 1977, relativas a la no
injerencia en los asuntos internos de los Estados,
Tomando nota de los informes del Secretario Ge­neral 80 en
que se exponen las opiniones de los Estados Miembros sobre
los medios que permitirían conseguir un mayor respeto del
principio de la no injerencia en los asuntos internos de los
Estados,
1. Exhorta a todos los Estados a que acaten las
disposiciones de las resoluciones 31/91 y 32/153 de la
Asamblea General, en que se denuncian todas las formas de
injerencia en los asuntos internos o externos de los Estados
y se insta a todos los Estados a que, en consonancia con lo
dispuesto en la Declaración sobre los principios de derecho
internacional refe­r entes a las relaciones de amistad y a la
cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta
de las Naciones Unidas81, tomen medidas para prevenir toda
acción o actividad hostil o agresiva desarrollada den­tro de
su territorio y dirigida contra la soberanía, la integridad
territorial y la independencia política de otro Estado;

80 A/32/164 y Add.l, A/32/165 y Add.1 y 2, A/33/216 y Add.l .


81 Resolución 2625 (XXV), anexo.

— 139 —
Educación para una Cultura de Paz

2. Reafirma que una declaración sobre la no inje­rencia


en los asuntos internos de los Estados seria una contribución
importante a una mayor elaboración de los principios
encaminados a fortalecer la cooperación equitativa y las
relaciones amistosas entre los Estados basadas en la igualdad
soberana y el respeto mutuos;
3. Toma nota de que varios Estados Miembros han
expresado su apoyo a la preparación de tal declaración;
4. Considera que la expresión de nuevas opiniones
facilitaría la elaboración de los principios y disposi­ciones de
una declaración sobre la no injerencia en los asuntos internos
de los Estados;
5. Pide al Secretario General que invite una vez mas a
los Estados Miembros, en especial a los que aún no lo hayan
hecho, a expresar sus opiniones sobre la cuestión de la
no injerencia en los asuntos internos de los Estados y que
informe al respecto a la Asamblea General en su trigésimo
cuarto periodo de sesiones.

85a. sesión plenaria


15 de diciembre de 1978

— 140 —
Educación para una Cultura de Paz

Declaración sobre el Derecho de los


Pueblos a la Paz1
La Asamblea General

Reafirmando que el propósito de las Naciones Unidas es el


mantenimiento de la paz y de la seguridad internacionales,

Teniendo presentes los principios fundamentales del derecho


internacional establecidos en la carta de las Naciones Unidas,

Expresando la voluntad y las aspiraciones de todos los pueblos de


eliminar la guerra de la vida de la humanidad, y especialmente,
de prevenir una catástrofe nuclear mundial,

Convencida de que una vida sin guerras constituye en el plano


internacional el requisito previo primordial para el bienestar
material, el florecimiento y el progreso de los países y la
realización total de los derechos y las libertades fundamentales
del hombre proclamados por las Naciones Unidas,

Consciente de que en la era nuclear el establecimiento de una


paz duradera en la Tierra constituye la condición primordial para
preservar la civilización humana y su existencia,

Reconociendo que garantizar que los pueblos vivan en paz es el


deber sagrado de todos los pueblos,

1. Proclama solemnemente que los pueblos de nuestro planeta


tienen el derecho sagrado a la paz;
2. Declara solemnemente que proteger el derecho de los
pueblos a la paz y fomentar su realización es una obligación
fundamental de todo Estado;
3. Subraya que para asegurar el ejercicio del derecho de los
pueblos a la paz se requiere que la política de los Estados
esté orientada hacia la eliminación de la amenaza de la
guerra, especialmente de la guerra nuclear, a la renuncia del
uso de la fuerza en las relaciones internacionales y el arreglo
de las controversias internacionales por medios pacíficos de
conformidad con la Carta de las Naciones Unidas;
4. Hace un llamamiento a todos los estados y a todas las
organizaciones internacionales para que contribuyan por
todos los medios a asegurar el ejercicio del derecho de los
pueblos a la paz mediante la adopción de medidas pertinentes
en los planos nacional e internacional.

1 Proclamada por Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, mediante


Resolución 38/11, el 12 de noviembre de 1984.

— 141 —
Educación para una Cultura de Paz

ACUERDO DE ESQUIPULAS II
Procedimiento para establecer la paz firme y duradera en
Centroamérica

Guatemala, 7 de agosto de 1987

PREÁMBULO

Los Presidentes de las Repúblicas de Guatemala, El Salvador,


Honduras, Nicaragua y Costa Rica, reunidos en la ciudad
de Guatemala el 6 y 7 de agosto de 1987, alentados por la
visionaria y permanente voluntad de Contadora y el Grupo de
Apoyo en favor de la paz, robustecidos por el apoyo constante
de todos lo gobernantes y pueblos del mundo, de sus principales
organizaciones internacionales y en especial de la Comunidad
Económica Europea y de Su Santidad Juan Pablo Segundo;
inspirados en Esquipulas I, y juntos en Guatemala para dialogar
en torno al plan de paz presentado por el Gobierno de Costa Rica,
hemos acordado:

- Asumir plenamente el reto histórico de forjar un destino de


paz para Centroamérica.
- Comprometernos a luchar por la paz y erradicar la guerra.
- Hacer prevalecer el diálogo sobre la violencia y la razón sobre
los rencores.
- Dedicar a las juventudes de América Central, cuyas
legítimas aspiraciones de paz y justicia social, de libertad
y reconciliación, han sido frustradas durante muchas
generaciones, estos esfuerzos de paz.
- Colocar al Parlamento Centroamericano como símbolo
de libertad e independencia y de la reconciliación a que
aspiramos en Centroamérica.

Pedimos respeto y ayuda a la comunidad internacional para


nuestros esfuerzos. Tenemos caminos centroamericanos para
la paz y el desarrollo, pero necesitamos ayuda para hacerlos
realidad.

Pedimos un trato internacional que garantice el desarrollo para


que la paz que buscamos sea duradera. Reiteramos con firmeza
que paz y desarrollo son inseparables.

Agradecemos al presidente Vinicio Cerezo Arévalo y al noble


pueblo de Guatemala haber sido la casa de esta reunión. La
generosidad del mandatario y el pueblo guatemaltecos resultaron
decisivos para el clima en que se adoptaron los acuerdos de paz.

— 142 —
Educación para una Cultura de Paz

PROCEDIMIENTO PARA ESTABLECER LA PAZ FIRME Y


DURADERA EN CENTROAMÉRICA

Los Gobiernos de las Repúblicas de Costa Rica, El Salvador,


Guatemala, Honduras, y Nicaragua, empeñados en alcanzar los
objetivos y desarrollar los principios establecidos en la Carta
de las Naciones Unidas, la Carta de la Organización de los
Estados Americanos, el Documento de Objetivos, el Mensaje de
Caraballeda para la Paz, la Seguridad y la Democracia en América
Central, la Declaración de Guatemala, el Comunicado de Punta
del Este, el Mensaje de Panamá, la Declaración de Esquipulas, y
el proyecto de Acta de Contadora para la Paz y la Cooperación
en Centro América del 6 de junio de 1986, han convenido en el
siguiente procedimiento para establecer la paz firme y duradera
en Centroamérica.

1. Reconciliación nacional
a) Diálogo

Realizar urgentemente en aquellos casos donde se han


producido profundas divisiones dentro de la sociedad, acciones
de reconciliación nacional que permitan la participación popular,
con garantía plena, en auténticos procesos políticos de carácter
democrático, sobre bases de justicia, libertad y democracia y,
para tal efecto, crear los mecanismos que permitan, de acuerdo
con la ley, el diálogo con los grupos opositores.

A este fin, los Gobiernos correspondientes iniciarán el diálogo con


todos los grupos desarmados de oposición política interna y con
aquellos que se hayan acogido a la Amnistía.

b) Amnistía

En cada país centroamericano, salvo en aquellos en donde la


Comisión Internacional de Verificación y Seguimiento determine
que no es necesario, se emitirán decretos de amnistía que deberán
establecer todas las disposiciones que garanticen la inviolabilidad
de la vida, la libertad en todas sus formas, los bienes materiales
y la seguridad de las personas a quienes sean aplicables dichos
decretos.

Simultáneamente a la emisión de los decretos de amnistía, las


fuerzas irregulares del respectivo país, deberán poner en libertad
a todas aquellas personas que se encuentren en su poder.

— 143 —
Educación para una Cultura de Paz

c) Comisión Nacional de Reconciliación

Para la verificación del cumplimiento de los compromisos que


los cinco Gobiernos centroamericanos contraen con la firma del
presente documento, en materia de amnistía, cese del fuego,
democratización y elecciones libres, se creará una Comisión
Nacional de Reconciliación que tendrá las funciones de constatar
la vigencia real del proceso de reconciliación nacional, así como
el respeto irrestricto de todos los derechos civiles y políticos de
los ciudadanos centroamericanos garantizados en este mismo
documento.

La Comisión Nacional de Reconciliación estará integrada por un


delegado propietario y un suplente del Poder Ejecutivo, un titular
y un suplente sugerido por la Conferencia Episcopal y escogido por
el Gobierno de una terna de Obispos que deberá ser presentada
dentro del plazo de quince días después de recibida la invitación
formal. Esta invitación la formularán los gobiernos dentro de los
cinco días hábiles siguientes a la firma de este documento. El
mismo procedimiento de terna se utilizará para la selección de
un titular y un suplente de los partidos políticos de oposición
legalmente inscritos. La terna deberá ser presentada en el
mismo plazo anterior. Cada Gobierno Centroamericano escogerá,
además, para integrar dicha comisión, a un ciudadano notable
que no pertenezca ni al gobierno ni al partido de gobierno, y a
su respectivo suplente. El acuerdo o decreto en que se integre la
respectiva Comisión Nacional, será comunicado de inmediato a
los otros Gobiernos Centroamericanos.

2. Exhortación al cese de hostilidades

Los gobiernos hacen una exhortación vehemente para que, en


los Estados del área que actualmente sufren la acción de grupos
irregulares o insurgentes, se concierte el cese de las hostilidades.
Los gobiernos de dichos Estados se comprometen a realizar todas
las acciones necesarias para lograr un efectivo cese del fuego
dentro del marco constitucional.

3. Democratización

Los gobiernos se comprometen a impulsar un auténtico proceso


democrático pluralista y participativo que implique la promoción
de la justicia social, el respeto de los Derechos Humanos, la
soberanía, la integridad territorial de los Estados y el derecho
de todas las naciones a determinar libremente y sin injerencias
externas de ninguna clase, su modelo económico, político y social,
y realizarán, de manera verificable, las medidas conducentes al

— 144 —
Educación para una Cultura de Paz

establecimiento y, en su caso, al perfeccionamiento de sistemas


democráticos, representativos y pluralistas que garanticen la
participación de partidos políticos y la efectiva participación
popular en la toma de decisiones y aseguren el libre acceso de las
diversas corrientes de opinión a procesos electorales honestos
y periódicos, fundados en la plena observancia de los derechos
ciudadanos. Para efectos de verificar la buena fe en el desarrollo
de este proceso de democratización, se entenderá que:

a) Deberá existir completa libertad para la televisión, la radio y


la prensa. Esta completa libertad comprenderá la de abrir y
mantener en funcionamiento medios de comunicación para
todos los grupos ideológicos y para operar esos medios sin
sujeción a censura previa.

b) Deberá manifestarse el pluralismo político partidista total.


Las agrupaciones políticas tendrán, en ese aspecto amplio
acceso a los medios de comunicación, pleno disfrute de los
derechos de asociación irrestricto de la publicidad oral, escrita
y televisiva, así como la libre movilidad para los miembros de
los partidos políticos en función proselitista.

c) Asimismo, los Gobiernos Centroamericanos que tengan en


vigencia el estado de excepción, sitio o emergencia, deberán
derogarlo, haciendo efectivo el estado de derecho con plena
vigencia de todas las garantías constitucionales.

4. Elecciones libres

Creadas las condiciones inherentes a toda democracia, deberán


celebrarse elecciones libres, pluralistas y honestas.

Como expresión conjunta de los Estados centroamericanos para


encontrar la reconciliación y la paz duradera para sus pueblos,
se celebrarán elecciones para la integración del Parlamento
Centroamericano, cuya creación se propuso mediante la
“Declaración de Esquipulas”, el 25 de mayo de 1986.

A los propósitos anteriores, los mandatarios expresaron su


voluntad de avanzar en la organización de dicho Parlamento, a cuyo
efecto la Comisión Preparatoria del Parlamento Centroamericano
deberá concluir sus deliberaciones y entregar a los presidentes
centroamericanos el respectivo proyecto de Tratado dentro de
150 días.

Estas elecciones se realizarán simultáneamente en todos los


países de América Central en el primer semestre de 1988, en

— 145 —
Educación para una Cultura de Paz

la fecha que oportunamente convendrán los presidentes de los


Estados centroamericanos. Estarán sujetas a la vigilancia de
los Órganos Electorales correspondientes, comprometiéndose
los respectivos Gobierno extender invitación a la Organización
de los Estados Americanos y a las Naciones Unidas, así como a
Gobiernos de terceros Estados, para que envíen observadores
que deberán constatar que los procesos electorales se han regido
por las más estrictas normas de igualdad de acceso de todos
los partidos políticos a los medios de comunicación social, así
como por amplias facilidades para que realicen manifestaciones
públicas y todo otro tipo de propaganda proselitistas.

A efecto de que las elecciones para integrar el Parlamento


Centroamericano se celebren dentro del plazo que se señala en
este apartado, el tratado constitutivo correspondiente deberá ser
sometido a la aprobación o ratificación en los cinco países.

Luego de efectuadas las elecciones para integrar el Parlamento


Centroamericano, deberán realizarse, en cada país, con
observadores internacionales e iguales garantías, dentro de los
plazos establecidos y los calendarios que deberán proponerse
de acuerdo a las actuales Constituciones Políticas, elecciones
igualmente libres y democráticas para el nombramiento de
representantes populares en los municipios, los Congresos y
Asambleas Legislativas y la Presidencia de la República.

5. Cese de la ayuda a las fuerzas irregulares o a los


movimientos insurreccionales

Los gobiernos de los cinco Estados centroamericanos solicitarán


a los gobiernos de la región y a los Gobiernos extrarregionales
que, abierta o veladamente proporcionan ayuda militar, logística,
financiera, propagandista, en efectivos humanos, armamentos,
municiones y equipos a fuerzas inrregulares o movimiento
insurreccionales, que cesen esa ayuda, como un elemento
indispensable para lograr la paz estable y duradera en la región.

No queda comprendida en lo anterior la ayuda que se destine a


repatriación o, en su defecto, reubicación y asistencia necesaria
para la reintegración a la vida normal de aquellas personas
que hayan pertenecido a dichos grupos o fuerzas. Igualmente
solicitarán a las fuerzas irregulares y a los grupos insurgentes
que actúan en América Central, abstenerse de recibir esa ayuda,
en aras de un auténtico espíritu latinoamericanista. Estas
peticiones se harán en cumplimiento de lo establecido en el
Documento de Objetivos en cuanto a eliminar el tráfico de armas,
intrarregional o proveniente de fuera de la región, destinado a

— 146 —
Educación para una Cultura de Paz

personas, organizaciones o grupos que intenten desestabilizar a


los Gobiernos de los países centroamericanos.

6. No uso del territorio para agredir a otros estados

Los cinco países que suscriben este documento reiteran su


compromiso de impedir el uso del propio territorio y no prestar
ni permitir apoyo militar logístico a personas, organizaciones o
grupos que intenten desestabilizar a los Gobiernos de los países
de Centro América.

7. Negociaciones en materia de seguridad, verificación,


control y limitación de armamento

Los gobiernos de los cinco Estados centroamericanos, con la


participación del Grupo de Contadora, en ejercicio de su función
mediadora, proseguirán las negociaciones sobre los puntos
pendientes de acuerdo, en materia de seguridad, verificación y
control, en el proyecto de Acta de Contadora para la Paz y la
Cooperación en Centroamérica.

8. Refugiados y desplazados

Los gobiernos centroamericanos se comprometen a atender con


sentido de urgencia los flujos de refugiados y desplazados que la
crisis regional ha provocado, mediante protección y asistencia,
especialmente en los aspectos de salud, educación, trabajo y
seguridad, así como a facilitar su repatriación, reasentamiento
o reubicación, siempre y cuando sea de carácter voluntario y se
manifieste individualmente.

También se comprometen a gestionar ante la Comunidad


Internacional ayuda para los refugiados y desplazados
centroamericanos, tanto en forma directa, mediante convenios
bilaterales o multilaterales, como por medio del Alto Comisionado
de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y otros
organismos y agencias.

9. Cooperación, democracia y libertad para la paz y el


desarrollo

En el clima de libertad que garantiza la democracia, los países de


Centroamérica adoptarán los acuerdos que permitan acelerar el
desarrollo, para alcanzar sociedades más igualitarias y libres de
la miseria.

— 147 —
Educación para una Cultura de Paz

La consolidación de la democracia implica la creación de un


sistema de bienestar y justicia económica y social. Para lograr
estos objetivos los gobiernos gestionarán conjuntamente un
apoyo económico extraordinario de la Comunidad Internacional.

10. Verificación y seguimiento internacional

a) Comisión Internacional de Verificación y Seguimiento

Se creará una Comisión Internacional de Verificación y


Seguimiento, conformada por los Secretarios Generales, o sus
representantes, de la Organización de los Estados Americanos y
de las Naciones Unidas, así como por los Cancilleres de América
Central, del Grupo de Contadora y del Grupo de Apoyo. Esta
Comisión tendrá las funciones de verificación y seguimiento del
cumplimiento de los compromisos contenido en este documento.

b) Respaldo y facilidades a los mecanismos de reconciliación y de


verificación y seguimiento.

Con el objeto de fortalecer la gestión de la Comisión Internacional


de Verificación y Seguimiento, los gobiernos de los cinco Estados
centroamericanos emitirán declaraciones de respaldo a su labor.
A estas declaraciones podrán adherirse todas las naciones
interesadas en promover la causa de la libertad, la democracia y
la paz en Centroamérica.

Los cinco gobiernos brindarán todas las facilidades necesarias


para el cabal cumplimiento de las funciones de verificación y
seguimiento de la Comisión Nacional de Reconciliación de cada
país y de la Comisión Internacional de Verificación y Seguimiento.

11. Calendario de ejecución de compromisos

Dentro del plazo de quince días a partir de la firma de este


documento, los Cancilleres de Centroamérica se reunirán en
calidad de Comisión Ejecutiva para reglamentar, impulsar y
viabilizar el cumplimiento de los acuerdos contenidos en el
presente documento; y organizar las comisiones de trabajo para
que a partir de esta fecha, se inicien los procesos que conduzcan
al cumplimiento de los compromisos contraídos dentro de los
plazos estipulados, por medio de consultas, gestiones y demás
mecanismos que se estimen necesarios.

A los 90 días, contados a partir de la fecha de la firma de este


documento, entrarán a regir simultáneamente en forma pública
los compromisos relacionados con amnistía, cese del fuego,
democratización, cese de la ayuda a las fuerzas irregulares o a los

— 148 —
Educación para una Cultura de Paz

movimientos insurreccionales y no uso del territorio para agredir


a otros Estados, como se define en el presente documento.

A los 120 días a partir de la firma de este documento, la Comisión


Internacional de Verificación y Seguimiento analizará el progreso
en el cumplimiento de los acuerdos previstos en el presente
documento.

A los 150 días, los cinco Presidentes centroamericanos se


reunirán y recibirán un informe de la Comisión Internacional de
Verificación y Seguimiento y tomarán las decisiones pertinentes.

DISPOSICIONES FINALES

Los puntos comprendidos en este documento forman un todo


armónico e indivisible. Su firma entraña la obligación, aceptada
de buena fe, de cumplir simultáneamente lo acordado en los
plazos establecidos.

Los presidentes de los cinco Estados de la América Central, con la


voluntad política de responder a los anhelos de paz de nuestros
pueblos, lo suscribimos en la Ciudad de Guatemala, a los siete
días del mes de agosto de mil novecientos ochenta y siete.

OSCAR ARIAS SÁNCHEZ


Presidente República de Costa Rica

JOSÉ NAPOLEÓN DUARTE


Presidente República de El Salvador

VINICIO CEREZO ARÉVALO


Presidente República de Guatemala

JOSÉ AZCONA HOYO


Presidente República de Honduras

DANIEL ORTEGA SAAVEDRA


Presidente República de Nicaragua

— 149 —
Educación para una Cultura de Paz

DECLARACION DE YAMUSUKRO
SOBRE LA PAZ EN LA MENTE DE LOS HOMBRES

Yamusukro, Côte d’Ivoire, 1º de julio de 1989

La paz es esencialmente el respeto de la vida.


La paz es el bien más preciado de la humanidad.
La paz no es sólo el término de los conflictos armados.
La paz es un comportamiento.
La paz es una adhesión profunda del ser humano a los
principios de libertad, justicia, igualdad y solidaridad entre
todos los seres humanos.
La paz es también una asociación armoniosa entre la
humanidad y el medio ambiente.
Hoy en día, en vísperas del siglo XXI, la paz está a nuestro
alcance.
** *
El Congreso Internacional sobre la Paz en la Mente de los
Hombres, reunido por iniciativa de la UNESCO en Yamusukro,
corazón del Africa, cuna de la humanidad y, sin embargo, tierra
de sufrimientos y de desarrollo desigual, ha congregado a
hombres y mujeres de cinco continentes, consagrados a la causa
de la paz.

La creciente dependencia mutua entre las naciones y la conciencia


cada vez mayor de la seguridad común son signos que permiten
abrigar esperanzas.

Algunos países han anunciado y adoptado medidas de desarme


que contribuyen a aflojar las tensiones. Se ha avanzado en la
solución pacífica de los litigios internacionales. Los mecanismos
internacionales de protección de los derechos humanos suscitan
mayor reconocimiento.

No obstante, el Congreso también observó la persistencia de


diversos conflictos armados en el mundo. Existen igualmente
otras situaciones conflictivas, como el apartheid en Sudáfrica,
la falta de respeto a la integridad de los países, el racismo,
la intolerancia, la discriminación, en especial con respecto a
la mujer, y sobre todo las presiones económicas en todas sus
formas.

Además, el Congreso comprobó que han surgido nuevas


amenazas, no militares, a la paz. Entre ellas figuran el desempleo,

— 150 —
Educación para una Cultura de Paz

las drogas, la falta de desarrollo y la deuda del Tercer Mundo


derivadas especialmente del desequilibrio entre los países
industrializados y los países en desarrollo, y de las dificultades de
los países del Tercer Mundo para que se reconozca el valor de sus
recursos; por último, los daños causados al medio ambiente por
la actividad humana, como el deterioro de los recursos naturales,
los cambios climáticos, la desertificación, la destrucción de la
capa de ozono y la contaminación, que ponen en peligro las
diversas formas de vida en la tierra. El Congreso insistió en la
necesidad de suscitar conciencia sobre estos problemas.

** *

Los seres humanos no pueden trabajar para un futuro que son


incapaces de imaginar, y por esta razón el Congreso se abocó a
configurar un porvenir que pudiera merecer la confianza de la
humanidad.

La humanidad sólo puede asegurar su futuro mediante una


cooperación que respete la primacía del derecho, tome en cuenta
el pluralismo, vele por una mayor justicia en los intercambios
económicos internacionales y se apoye en la participación de
toda la sociedad civil en la construcción de la paz. El Congreso
afirma que los individuos y las sociedades tienen derecho a un
medio ambiente de calidad, elemento fundamental de la paz.

Por otra parte, la humanidad dispone actualmente de nuevas


tecnologías cuyo uso eficaz depende, sin embargo, de la paz,
puesto que deben servir a este fin y los beneficios resultantes
sólo pueden garantizarse plenamente en un mundo pacífico.

Por último, el Congreso reconoce que la violencia en los seres


humanos no resulta de una determinación biológica y que éstos
no están predestinados a comportarse naturalmente de manera
violenta.

La búsqueda de la paz es una aventura estimulante. Así pues,


el Congreso propone un nuevo programa que permita adoptar
medidas concretas y eficaces, que favorezca nuevos puntos de
vista y métodos en la cooperación, la educación, la ciencia, la
cultura y la comunicación, y que tome en cuenta las tradiciones
culturales de las diferentes regiones del mundo. Estas actividades
deberán ejecutarse en cooperación con las organizaciones y
organismos internacionales, entre ellos, la Universidad de las
Naciones Unidas, la Universidad para la Paz de Costa Rica y la
Fundación Internacional Félix Houphouët-Boigny para la Paz, de
Yamusukro.

— 151 —
Educación para una Cultura de Paz

De conformidad con su Constitución, la UNESCO ha asumido un


compromiso en la causa de la paz. La paz es también el objetivo
de Yamusukro. El Congreso celebrado en esta ciudad confirma
las esperanzas de la humanidad.

II

PROGRAMA PARA LA PAZ

El Congreso invita a los Estados, a las organizaciones intergu-


bernamentales y no gubernamentales, a las comunidades
científicas, educativas y culturales del mundo y a todos los
individuos a:

a) contribuir a la construcción de una nueva concepción de la


paz, mediante el desarrollo de una cultura de la paz, fundada
en los valores universales del respeto a la vida, la libertad, la
justicia, la solidaridad, la tolerancia, los derechos humanos y
la igualdad entre hombres y mujeres;

b) suscitar una mayor conciencia del destino común de la


humanidad para favorecer la aplicación de políticas comunes
que garanticen la justicia en las relaciones entre los seres
humanos y una relación armoniosa entre la humanidad y la
naturaleza;

c) incorporar en todos los programas de enseñanza elementos


relativos a la paz y los derechos humanos, con carácter
permanente;

d) alentar actividades coordinadas en el plano internacional, con


miras a administrar y proteger el medio ambiente y procurar
que las actividades llevadas a cabo bajo la autoridad o la
supervisión de cualquier Estado no perjudiquen la calidad del
medio ambiente de los demás Estados ni la biosfera.

El Congreso recomienda a la UNESCO que contribuya en todo


cuanto sea posible a los programas en favor de la paz. Recomienda
en especial que se examinen las siguientes propuestas:

1. Que se preste atención a la Declaración de Sevilla sobre la


Violencia (1986), primera etapa de un importante proceso
de reflexión que tiende a refutar el mito de que la violencia
humana organizada obedecería a una determinación
biológica. Es necesario difundir dicha Declaración, con las
observaciones adecuadas, en el mayor número posible de
idiomas. Este proceso de reflexión podría estar seguido de

— 152 —
Educación para una Cultura de Paz

un seminario interdisciplinario dedicado al estudio de los


orígenes culturales y sociales de la violencia.

2. Que se fomente la enseñanza y la investigación en el ámbito


de la paz. Esta actividad debería basarse en un enfoque
interdisciplinario y apuntar al estudio de las relaciones entre
la paz, los derechos humanos, el desarme, el desarrollo y el
medio ambiente.

3. Que se prosiga el establecimiento del Programa Internacional


de Educación sobre el Medio Ambiente (UNESCO-PNUMA), en
cooperación con los Estados Miembros, en particular a fin de
poner en práctica la Estrategia internacional de desarrollo de
la educación y formación ambiental para el decenio de 1990.
Esta Estrategia debe tomar plenamente en cuenta la nueva
concepción de la paz.

4. Que se emprenda, con la Universidad de las Naciones Unidas,


un estudio sobre la creación de un instituto internacional de
educación para la paz y los derechos humanos, destinado en
particular a capacitar al futuro personal directivo, mediante un
sistema de intercambios, actividades docentes y pasantías.

5. Que se prepare una recopilación de textos procedentes de


todas las culturas, donde se destaquen las convergencias
sobre los temas de la paz, la tolerancia y la fraternidad.

6. Que se elaboren medidas para reforzar la aplicación de los


instrumentos internacionales de las Naciones Unidas, y en
particular de la UNESCO, actuales y futuros, relativos a los
derechos humanos, la paz, el medio ambiente y el desarrollo,
y de los que incitan al uso de los mecanismos jurídicos, del
diálogo, de la mediación y la solución pacífica de los litigios.

— 153 —
Educación para una Cultura de Paz

El Manifiesto de Sevilla
El Manifiesto de Sevilla

Difundido por decisión


Difundido por de ladecisión
Conferencia general
de la
de la UNESCO en su vigesimoquinta sesión
Conferencia general de la UNESCO
en su vigesimoquinta sesión París,
París, Francia, el 16 de noviembre de 1989
Francia, el 16 de noviembre de 1989

Esta información es dada por:


INTRODUCCION
INTRODUCCION

UNESCO Convencidos
Convencidos de que esde que es responsabilidad
responsabilidad nuestra como
Unidad Cultura de Paz (CPP) nuestraen diversas
investigadores comodisciplinas
investigadores
llamar la atenciónen
Comunicación e Información
7, place de Fontenoy sobrediversas disciplinas
las actividades llamar
más peligrosas la atención
y más destructivas de
75352 París 07 SP sobre
nuestra lasa saber
especie, actividades
la violencia ymás peligrosas
la guerra;
FRANCIA
Tfo: (+33 1) 45 68 12 19
reconociendo
y más que ladestructivas
ciencia es un producto dede la nuestra
cultura
Fax: (+33 1) 45 68 55 57 que especie,
no puede teneracarácter
saber definitivo o abarcar todasylasla
la violencia
actividades humanas; agradecidos por el apoyo que
e-mail: cofpeace@unesco.org
Internet: www.unesco.org/cpp guerra; reconociendo que la ciencia
hemos recibido de las autoridades de Sevilla y de los
es un producto
representantes españoles de ladeUNESCO;
la cultura que
nosotros, los no
puede tener carácter definitivo
universitariosoabajo
abarcar
firmantes, todas las del
originarios actividades
mundo
humanas; agradecidos entero
por el apoyo que
y representantes hemos
de las recibido
disciplinas denos
pertinentes, las
autoridades de Sevilla hemos
y de reunido y hemos logrado el siguiente
los representantes españolesmanifiesto
de la
sobre la violencia. En
UNESCO; nosotros, los universitarios este manifiesto,
abajo firmantes, impugnamos cierto
originarios
número de presuntos descubrimientos biológicos que han
del mundo entero y representantes de las disciplinas pertinentes,
sido utilizados por personas, incluso en nuestros
nos hemos reunido y hemos logrado
respectivos ámbitos,elpasa
siguiente manifiesto
justificar la violencia y lasobre
la violencia. En este manifiesto,
guerra. Puesto impugnamos
que la utilización decierto
estos número de
presuntos descubrimientos biológicos
"descubrimientos" que unhan
ha creado china sido utilizados
de pesimismo en
por personas, incluso nuestras sociedades,respectivos
en nuestros proclamamos queámbitos,
la denuncia pasar
justificar la violencia ypública y reflexionada
la guerra. Puestode tales manipulaciones
que constituye
la utilización de
una contribución importante al Año Internacional de la
estos “descubrimientos” ha creado un China de pesimismo en
Paz.
nuestras sociedades, proclamamos que la denuncia pública y
reflexionada de tales manipulaciones constituye una contribución
El mal uso de hechos y teorías científicos con el fin de
importante al Año Internacional de la Paz.
legitimar la violencia y la guerra, sin ser un fenómeno
nuevo, está estrechamente asociado al advenimiento de la
El mal uso de hechos yciencia
teorías científicos
moderna. con
Por ejemplo, el findede
la teoría legitimar
la evolución ha
sido "utilizada"
la violencia y la guerra, sin serparaun justificar no sólo la guerra,
fenómeno nuevo, sino está
estrechamente asociado también el genocidio, el colonialismo
al advenimiento y la eliminación
de la ciencia moderna. del
Por ejemplo, la teoría más
de débil.
la evolución ha sido “utilizada” para
justificar no sólo la guerra, sino también el genocidio, el
Explicamos nuestro punto de vista en forma de cinco
colonialismo y la eliminación del más débil.
proposiciones. Somos perfectamente conscientes de que,
en el marco de nuestras disciplinas, se podría hablar de
Explicamos nuestro punto
muchas otrasdecuestiones
vista queen forma
también atañen ade cinco
la violencia
proposiciones. Somos yperfectamente conscientes
la guerra, pero nos ceñiremos de que,
voluntariamente a lo queen
el marco de nuestras consideramos
disciplinas,unase primera etapa hablar
podría esencial. de muchas
otras cuestiones que también atañen a la violencia y la guerra,
PRIMERA
pero nos ceñiremos voluntariamente a lo PROPOSICION
que consideramos una
primera etapa esencial.
CIENTIFICAMENTE ES INCORRECTO decir que
hemos heredado de nuestros antepasados los animales una
propensión a hacer la guerra. Aunque el combate sea un
fenómeno muy expandido en las especies animales, en las
especies vivas sólo se conocen algunos casos de luchas
— 154 —
destructoras intra-especies entre grupos organizados. Y en
ningún caso implican el recurso a utensilios usados como
armas. El comportamiento predador que se ejerce con
respecto a oras especies, comportamiento normal, no
Educación para una Cultura de Paz

PRIMERA PROPOSICION

CIENTIFICAMENTE ES INCORRECTO decir que hemos heredado


de nuestros antepasados los animales una propensión a hacer
la guerra. Aunque el combate sea un fenómeno muy expandido
en las especies animales, en las especies vivas sólo se conocen
algunos casos de luchas destructoras intra-especies entre grupos
organizados. Y en ningún caso implican el recurso a utensilios
usados como armas. El comportamiento predador que se ejerce
con respecto a otras especies, comportamiento normal, no puede
ser considerado como equivalente a la violencia intra-especies.
La guerra es un fenómeno específicamente humano que no se
encuentra en los demás animales.

El hecho de que la guerra haya cambiado de manera tan radical


a lo largo de los tiempos prueba claramente que se trata de
un producto de la cultura. La filiación biológica de la guerra se
establece, principalmente, a través del lenguaje que hace posibles
la coordinación entre los grupos, la transmisión de la tecnología y
el uso de utensilios. Desde un punto de vista biológico, la guerra
es posible pero no tiene carácter ineluctable como lo demuestran
las variaciones de lugar y de naturaleza que ha sufrido en el
tiempo y en el espacio. Existen culturas que desde hace siglos no
han hecho la guerra y otras que en ciertos periodos la han hecho
con frecuencia y luego han vivido en paz durante mucho tiempo.

SEGUNDA PROPOSICION

CIENTIFICAMENTE ES INCORRECTO decir que la guerra o cualquier


otra forma de comportamiento violento está genéticamente
programada en la naturaleza humana.

Aunque los genes están implicados a todos los niveles del


funcionamiento del sistema nervioso, son la base de un potencial
de desarrollo que sólo se realiza en el marco del entorno social
y ecológico. Aunque indiscutiblemente varía la predisposición de
los individuos a sufrir la huella de su experiencia, no obstante,
sus personalidades son determinadas por la interacción entre
su dotación genética y las condiciones de su educación. Con
excepción de algunos raros estados patológicos, los genes no
producen individuos necesariamente predispuestos a la violencia.

Pero el caso contrario también es cierto. Aunque los genes estén


implicados en nuestro comportamiento, ellos solos no pueden
determinarlo totalmente.

— 155 —
Educación para una Cultura de Paz

TERCERA PROPOSICION

CIENTIFICAMENTE ES INCORRECTO decir que a lo largo de la


evolución humana se haya operado una selección en favor del
comportamiento agresivo sobre otros tipos. En todas las especies
bien estudiadas, la capacidad para cooperar y cumplir funciones
sociales adaptadas a la estructura de un grupo determina la
posición social de sus miembros. El fenómeno de “dominación”
implica lazos sociales y filiaciones; no resulta sólo de la posesión
y la utilización de una fuerza física superior, aunque pone en
juego comportamientos agresivos. Cuando, por la selección
genética, se han creado artificialmente tales comportamientos en
los animales, se ha constatado la aparición rápida de individuos
no hiperagresivos; ésto permite pensar que en condiciones
naturales la presión en favor de la agresividad no había alcanzado
naturalmente su nivel máximo.

Cuando tales animales hiperagresivos están presentes en un


grupo, o destruyen la estructura social, o son eliminados de ella.
La violencia no se inscribe ni en nuestra herencia evolutiva ni en
nuestros genes.

CUARTA PROPOSICION

CIENTIFICAMENTE ES INCORRECTO decir que los hombres tienen


“un cerebro violento”; aunque nuestro aparato neurológico nos
permite actuar con violencia, no se activa de manera automática
por estímulos internos o externos. Como en los primates
superiores y contrariamente a los demás animales, las funciones
superiores neurológicas filtran estos estímulos antes de responder.
Nuestros comportamientos están modelados por nuestros tipos
de condicionamiento y nuestros modos de socialización. No hay
nada en la fisiología neurológica que nos obligue a reaccionar
violentamente.

QUINTA PROPOSICION

CIENTIFICAMENTE ES INCORRECTO decir que la guerra es


un fenómeno instintivo o que responde a un único móvil. El
surgimiento de la guerra moderna es el punto final de un recorrido
que, comenzando por factores emocionales, a veces cualidades
instintivas, ha desembocado en estos factores cognoscitivos. La
guerra moderna pone en juego la utilización institucionalizada
de una parte de las características personales tales como la
obediencia ciega o el idealismo, y por otras aptitudes sociales
tales como el lenguaje; finalmente implica planteamientos
racionales tales como la evaluación de las cosas, la planificación
y el tratamiento de la información.

— 156 —
Educación para una Cultura de Paz

Las tecnologías de la guerra moderna han acentuado considera-


blemente el fenómeno de la violencia, sea a nivel de la formación
de los combatientes o en la preparación psicológica a la guerra
(de la población).

Debido a esa ampliación, se tiende a confundir las causas y las


consecuencias.

CONCLUSION

Como conclusión proclamamos que la biología no condena a la


humanidad a la guerra, al contrario, que la humanidad puede
liberarse de una visión pesimista traída por la biología y, una vez
recuperada su confianza, emprender, en este Año Internacional
de la Paz y en los años venideros, las transformaciones
necesarias de nuestras sociedades. Aunque esta aplicación
depende principalmente de la responsabilidad colectiva, debe
basarse también en la conciencia de individuos, cuyo optimismo
o pesimismo son factores esenciales. Así como “las guerras
empiezan en el alma de los hombres”, la paz también encuentra
su origen en nuestra alma. La misma especie que ha inventado
la guerra también es capaz de inventar la paz. La responsabilidad
incumbe a cada uno de nosotros.

— 157 —
Educación para una Cultura de Paz

DECLARACION SOBRE EL PAPEL DE LA RELIGION


EN LA PROMOCION DE UNA CULTURA DE PAZ

Barcelona, España, el 18 de diciembre de 1994

Nosotros, los participantes en la reunión “La contribución de las


religiones a la cultura de la paz”, organizada por la UNESCO y el
Centro UNESCO de Cataluña, que se celebró en Barcelona del 12
al 18 de diciembre de 1994,

Profundamente preocupados por la situación actual del mundo,


así como por la intensificación de los conflictos armados y la
violencia, la pobreza, la injusticia social y las estructuras de
opresión,

Reconociendo que la religión es importante en la vida humana,

Declaramos lo siguiente:

NUESTRO MUNDO

1. Vivimos en un mundo en el que el aislamiento ya no es


posible. Vivimos en una época caracterizada por la movilidad
sin precedentes de los pueblos y el cruzamiento de las
culturas. Somos todos interdependientes y compartimos la
responsabilidad ineludible del bienestar del mundo entero.

2. Hacemos frente a una crisis que puede llevar al suicidio de la


especie humana, o bien deparamos un nuevo despertar y una
nueva esperanza. Creemos que la paz es posible. Sabemos
que la religión por sí sola no resuelve todos los males de
la humanidad, pero que tiene un papel indispensable que
desempeñar en este crítico momento.

3. Somos conscientes de la diversidad religiosa y cultural de


nuestro mundo. Cada cultura es en sí misma un universo, que
sin embargo no es cerrado. Las culturas dan a las religiones
su lenguaje y las religiones ofrecen a cada cultura su
significado esencial. La paz no será posible sino reconocemos
el pluralismo y respetamos la diversidad. Buscamos una
armonía que es la esencia misma de la paz.

4. Entendemos la cultura como un modo de ver el mundo y de


vivir en él. Ello supone cultivar los valores y formas de vida
que reflejan la visión del mundo propia de cada cultura. Por
consiguiente ni el significado de la paz ni el de la religión
pueden reducirse a un único y rígido concepto, al igual que

— 158 —
Educación para una Cultura de Paz

una sola lengua no puede transmitir toda la gama de la


experiencia humana.

5. Para algunas culturas, la religión es una forma de vida que


impregna toda la actividad humana. Para otras, representa
la más alta aspiración de la existencia. Otras aún creen que
las religiones son instituciones portadoras de un mensaje de
salvación.

6. Las religiones han contribuido a la paz del mundo, pero


también han sido causa de división, odio y guerras. Con
demasiada frecuencia, los creyentes hemos traicionado los
elevados ideales que nosotros mismos habíamos predicado.
Nos sentimos obligados a un acto de arrepentimiento sincero
y mutuo perdón, personal y colectivo, de unos a otros y a la
humanidad en general, a la Tierra y a todos los seres que la
pueblan.

LA PAZ

7. La paz presupone la plena preservación del amor, la


compasión, la dignidad humana y la justicia.

8. La paz entraña la comprensión del hecho de que todos somos


interdependientes y estamos relacionados los unos con los
otros. Individual y colectivamente, somos responsables del
bien común, que incluye el bienestar de las generaciones
futuras.

9. La paz nos exige que respetemos la Tierra y todas las


formas de vida, especialmente la vida humana. Nuestra
conciencia ética nos obliga a poner límites a la tecnología.
Debemos concentrar nuestros esfuerzos en la eliminación del
consumismo y la mejora de la calidad de la vida.

10. La paz es un viaje, un proceso que no tiene fin.

COMPROMISO

11. Debemos estar en paz con nosotros mismos, tratar de


conseguir la paz interior mediante la reflexión personal y el
crecimiento espiritual, cultivando una espiritualidad que se
concrete en la acción.

12. Nos comprometemos a sustentar y fortalecer el hogar y la


familia como viveros de la paz

En hogares, en las comunidades, naciones y en el mundo entero:

— 159 —
Educación para una Cultura de Paz

13. Nos comprometemos a resolver o mitigar los conflictos sin


recurrir a la violencia, y a prevenirles a través de la educación
y la búsqueda de la justicia.

14. Nos comprometemos a contribuir a la atenuación de las


escandalosas diferencias económica que existen entre
diversos grupos humanos, y a la erradicación de otras
formas de violencia y de amenazas contra la paz, como el
derroche de los recursos, la extrema pobreza, el racismo,
los terrorismos de todas las clases, la indiferencia hacia el
prójimo, la corrupción y la delincuencia.

15. Nos comprometemos a superar todas las formas de


discriminación, *Colonialismo, explotación y dominio, y
a promover instituciones basadas en la responsabilidad
compartida y la participación. Los derechos humanos, entre
los que figuran la libertad religiosa y los derechos de las
minorías, deben ser respetados.

16. Nos comprometemos a garantizar una educación para todos


que sea verdaderamente humana, una educación para la paz,
la libertad, los derechos humanos y una formación religiosa
que promueva la apertura de espíritu y la tolerancia.

17. Nos comprometemos a promover una sociedad civil que


respete el medio ambiente y la justicia social. Este proceso
deberá indicares en el plano local, para pasar después a los
planos nacional y transnacional.

18. Nos comprometemos a trabajar por un mundo sin armas y a


desmantelar las industrias bélicas.

RESPONSABILIDAD RELIGIOSA

19. Nuestras comunidades creyentes tienen la responsabilidad


de fomentar una conducta inspirada en la sabiduría, la
compasión, el afán de compartir, la caridad, la solidaridad
y el amor, que guíe a todos por los caminos de la libertad y
la responsabilidad. Las religiones deben ser una fuente de
energía liberadora.

20. Hemos de tener siempre presente que nuestras religiones no


deben identificarse con los poderes políticos, económicos o
sociales, sino que han de mantenerse libres para trabajar por
la justicia y la paz. No debemos olvidar que los regímenes
políticos confesionales pueden ocasionar graves daños a los
valores religiosos y a la sociedad. Debemos distinguir entre
el fanatismo y el fervor religioso.

— 160 —
Educación para una Cultura de Paz

21. Debemos favorecer la paz combatiendo las tendencias,


tanto individuales como comunitarias, a asumir, e incluso a
enseñar, que hay quienes son indiferentemente superiores
a los demás. Reconocemos y alentamos a todos aquellos
que buscan la paz por medios no violentos. Repudiamos los
asesinatos cometidos en nombre de la religión.

22. Promoveremos el diálogo y la armonía entre las distintas


religiones y en el interior de cada una de ellas, reconociendo
y respetando la búsqueda de la verdad y de la sabiduría en
las religiones que no sean la nuestra propia. Dialogaremos
con todos, estableciendo una sincera y amistosa colaboración
con quienes comparten este peregrinaje que es la vida.

LLAMAMIENTO

23. Arraigados en nuestra fe, edificaremos una cultura de


paz basada en la no violencia, la tolerancia y el diálogo,
el entendimiento mutuo y la justicia. Exhortamos a las
instituciones de la sociedad civil, al sistema de las Naciones
Unidas, a los gobiernos, a las organizaciones gubernamentales
y no gubernamentales, a las empresas y a los medios de
comunicación a reforzar su compromiso en pro de la paz
y a escuchar el clamor de las víctimas y los desposeídos.
Exhortamos a las diferentes religiones y tradiciones culturales
a colaborar en esta tarea y a ayudarnos a difundir el mensaje
de la paz.

Firman los presidentes de la sesión

JOAQUIM XICOY, Presidente del Parlamento Catalán

FEDERICO MAYOR, Director General de la UNESCOy los


participantes

— 161 —
Educación para una Cultura de Paz

Declaración sobre la contribución de las


mujeres a una cultura de paz

(Cuarta Conferencia Mundial de las Naciones Unidas


sobre la Mujer)
Beijing, China, 4-15 de septiembre de 1995

En el umbral del siglo XXI, un movimiento dinámico hacia una


cultura de paz obtiene su inspiración y su esperanza de las
percepciones y acciones de las mujeres.

Es importante sacar fuerzas de la diversidad cultural y volver


a definir el concepto de seguridad de forma que abarque la
seguridad ecológica, económica, social, cultural y personal. Es
primordial sustituir las relaciones desiguales entre los géneros
por una igualdad auténtica y práctica entre hombres y mujeres
para que las democracias puedan ser realmente participativas.

El nuestro sigue siendo un planeta armado y belicoso.


Simplemente en la primera mitad de este decenio, más de
noventa conflagraciones de diversos tipos se han cobrado un gran
número de vidas humanas, han retrasado el desarrollo social y
económico y han reducido los recursos mundiales. Las mujeres
siguen sufriendo violaciones sistemáticas de sus derechos
humanos y permaneciendo, en buena medida, excluidas de los
procesos de adopción de decisiones. En situaciones de guerra y
ocupación militar, las mujeres son, hasta un grado alarmante, el
blanco y las víctimas de atrocidades y agresiones.

Para combatir la guerra como expresión suprema de la cultura


de violencia tenemos que resolver problemas como la violencia
que se ejerce contra las mujeres en el hogar, los actos y reflejos
de agresión e intolerancia en la vida cotidiana, la trivialización
de la violencia en los medios de comunicación, la glorificación
implícita de la guerra en la enseñanza de la historia, el tráfico
de armas y de drogas, el terrorismo y la negación de los
derechos humanos fundamentales y las libertades democráticas.

Una cultura de paz exige que hagamos frente a la violencia de la


penuria económica y social. La pobreza y las injusticias sociales,
como la exclusión y la discriminación, repercuten con especial
fuerza en las mujeres. Es indispensable corregir las asimetrías
flagrantes de riqueza y oportunidades dentro de cada país y
entre los distintos países para atajar de raíz las causas de la
violencia en el mundo.

— 162 —
Educación para una Cultura de Paz

La igualdad, el desarrollo y la paz están inextricablemente


unidos. No puede haber paz duradera sin desarrollo, del mismo
modo que no puede haber un desarrollo sostenible sin una plena
igualdad entre hombres y mujeres.

El nuevo milenio ha de representar un nuevo comienzo. Hemos


de esforzarnos por evitar la violencia en todos los niveles,
examinar alternativas a los conflictos violentos y forjar actitudes
de tolerancia e interés activo hacia los demás. La sociedad
humana tiene capacidad para afrontar los conflictos de modo
que se conviertan en parte de una dinámica de cambio positivo.
Siempre y cuando se lleven a cabo con la plena participación de las
mujeres, las acciones para poner fin a una cultura omnipresente
de violencia no están fuera del alcance de las poblaciones y los
gobiernos del mundo.

Los esfuerzos por alcanzar una cultura de paz deben basarse en


la educación; como se afirma en la Constitución de la UNESCO:
Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en
la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de
la paz.

Las niñas y mujeres constituyen una gran mayoría de los


excluidos de la educación en todo el mundo. Garantizar la
igualdad de acceso y de oportunidades entre los sexos en materia
de educación es un requisito previo para lograr los cambios de
actitudes y mentalidades de los que depende una cultura de paz.

La igualdad en la educación es la clave para cumplir otros


requisitos de una cultura de paz, entre ellos los siguientes:
el pleno respeto de los derechos humanos de las mujeres; la
liberación y utilización del potencial creativo de las mujeres
en todos los aspectos de la vida; la coparticipación en el
poder y la igual participación en la adopción de decisiones por
parte de mujeres y hombres; la reorientación de las políticas
sociales y económicas para que las oportunidades sean las
mismas y se establezcan modelos nuevos y más equitables
de relaciones entre los géneros, todo lo cual presupone una
reforma radical de las estructuras y los procesos sociales.

La capacidad de dirección de las mujeres debe aprovecharse


plenamente y en beneficio de todos para avanzar hacia una cultura
de paz. Su participación históricamente escasa en el gobierno ha
dado lugar a una deformación de los conceptos y a una limitación
de los procesos. En ámbitos como la prevención de los conflictos,
el fomento del diálogo intercultural y la reparación de la
injusticia socioeconómica, las mujeres pueden generar enfoques
innovativos y sumamente necesarios para la edificación de la paz.

— 163 —
Educación para una Cultura de Paz

Las mujeres aportan a la causa de la paz entre los pueblos y las


naciones experiencias, competencias y perspectivas diferentes.
La función que cumplen las mujeres de dar y sustentar la vida
les ha proporcionado aptitudes e ideas esenciales para unas
relaciones humanas pacíficas y para el desarrollo social. Las
mujeres se adhieren con menos facilidad que los hombres al mito
de la eficacia de la violencia y pueden aportar una amplitud, una
calidad y un equilibrio de visión nuevos con miras al esfuerzo
común que supone pasar de una cultura de guerra a una cultura
de paz.

Con este fin, los abajo firmantes nos comprometemos a :

• apoyar los esfuerzos nacionales e interna-cionales para


garantizar la igualdad de acceso a todas las formas de
oportunidades de aprendizaje, con objeto de facilitar el
acceso de las mujeres al poder y a la adopción de decisiones;

• propiciar una educación de adecuada calidad que enseñe


los derechos humanos de hombres y mujeres, las aptitudes
para la resolución no violenta de los conflictos, el respeto
del medio ambiente natural, el entendimiento intercultural
y la conciencia de la interdependencia mundial, que son
componentes fundamentales de una cultura de paz;

• fomentar nuevos enfoques del desarrollo que tengan en


cuenta las prioridades y perspectivas de las mujeres;

• oponernos al uso abusivo de la religión y de prácticas


culturales y tradicionales con fines discriminatorios;

• procurar reducir las repercusiones directas e indirectas de la


cultura de guerra en las mujeres, en forma de violencia física
y sexual o de abandono de los servicios sociales en favor de
gastos militares excesivos;

• favorecer la libertad de expresión de las mujeres y su


participación en los medios de comunicación, así como el
empleo de un lenguaje y unas imágenes no sexistas;

• fomentar el conocimiento y la observancia de los instrumentos


normativos internacionales sobre los derechos humanos de
niñas y mujeres y difundirlos ampliamente para mejorar el
bienestar de todos, hombres y mujeres, sin olvidar a los
grupos más vulnerables de las sociedades;

• prestar nuestro apoyo a las estructuras gubernamentales


e intergubernamentales y a las asociaciones de mujeres y

— 164 —
Educación para una Cultura de Paz

ONG’s empeñadas en el desarrollo de una cultura de paz


basada en la igualdad entre mujeres y hombres.

• Las signatarias apelamos a las mujeres y a los hombres de


buena voluntad y de distintos orígenes culturales, diferentes
creencias religiosas y diversa procedencia étnica y social a
que se unan a nosotros en un esfuerzo mundial por edificar,
en la solidaridad y la compasión, una cultura de paz en el
ámbito doméstico y en la esfera pública.

• Unicamente juntos, hombres y mujeres a la par y como


compañeros, podemos superar los obstáculos y la inercia,
el silencio y la frustación y lograr la perspicacia, la voluntad
política, las ideas creativas y las acciones concretas necesarias
para una transición mundial de una cultura de violencia a una
cultura de paz.

— 165 —
Educación para una Cultura de Paz

No hay otra cultura posible que


la cultura de la paz

Federico Mayor Zaragoza

Majestad, Excelentísimos Señores Jefes de Estado, Excelentísimos


Señores Jefes de Gobierno, Excelencias, Colegas, amigos,
señoras y señores:

“Preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra”


es el compromiso solemne que “los pueblos de las Naciones
Unidas” suscribieron en junio de 1945. pocos meses después,
convencidos de “que la paz debe basarse en la solidaridad
intelectual y moral de la humanidad” y no “exclusivamente en
acuerdos políticos y económicos entre gobiernos”, representantes
de cuarenta y dos Estados, congregaron en Londres, firmaron
hace hoy cincuenta años la Constitución de la UNESCO.

Nuestra Organización emergió de entre los horrores y las cenizas


de la peor guerra que ha conocido la humanidad, con una misión
bien definida: contribuir a edificar la paz y el bienestar general
de la humanidad mediante la cooperación de las naciones del
mundo en las esferas de la Educación, la Ciencia, la Cultura y
la Comunicación. “La dignidad del hombre exige la difusión de
la cultura y la educación a todos para la justicia, la libertad y
la paz. Por tanto, “todas las naciones tienen deberes sagrados
que cumplir”. Son estas palabras las que emplea la Constitución:
“Deberes sagrados” por parte de las naciones que hablan en
los sistemas democráticos, en nombre de los pueblos. El poeta
norteamericano Archibald Mac Leish, uno de los redactores de
la Constitución de la UNESCO, resumió el cometido de la nueva
Organización en la famosa frase, tan repetida y siempre válida:
“puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en
la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la
paz” ¡Hermosa manera de anticiparnos que nuestro reto principal
es construir una cultura de paz!

Estos postulados fundamentales y visionarios son los que hoy día


nos congregan. Debemos examinar con sentido crítico el pasado
y reiterar nuestro compromiso con el futuro, a fin de volver a
fundar la UNESCO sobre las mismas bases de hace medio siglo,
con la misma emoción e igual voluntad de cambio, pero con una
lectura fresca de sus enunciados y dispuestos a enfrentar con
osadía la maravillosa aventura del porvenir. Volver a las fuentes y
meditar sobre los motivos por los que fue creada la Organización,
para con mayor determinación que nunca, reemprender el camino
de la paz y la concordia.

— 166 —
Educación para una Cultura de Paz

Debemos revivir ahora con más fervor los principios que


inspiraron nuestra Constitución, reconociendo que existen
realidades distintas. Vivimos bajo otros signos, bajo otros riesgos
y peligros. Las respuestas tienen que ser también distintas y
representan un reto a nuestra imaginación.

Para aprender a vivir juntos y en paz necesitamos desaprender


todo aquello que ahora impide que lo hagamos. Hay que
desaprender el individualismo exagerado, el materialismo sin
sentido, la competitividad deshumanizada, el consumismo y el
despilfarro como vicios. Y volver a encontrar la esencia misma de
la convivencia comunitaria, de la armonía con la naturaleza y con
nuestros semejantes. Esta capacidad de aprender y desaprender
toda la vida, nos da la posibilidad de rectificar en el camino y abrir
nuevos espacios de participación y creación. Que la acumulación
de bienes materiales y artefactos no cierre el espacio a nuestros
sueños. Porque cuando la realidad, por abundancia o escasez, nos
impide soñar, surge la tentación de la evasión, de la indiferencia,
del sueño ficticio de la droga. Quizá el secreto esté en volver a
una cultura de la austeridad, de la felicidad en la sencillez.

Debemos entonces, estar alertas frente a algunos riesgos


que pueden empobrecer esas razones. El desarrollo científico
y tecnológico es necesario, pero no suficiente sino va
acompañado de una vocación humanística, solidaria, ética. Su
incidencia exagerada en la vida humana puede ser negativa.
Los ordenadores y la electrónica pueden acumular y ordenar
los datos y la información. Sin duda, contribuyen al progreso
de la humanidad, pero ¿quién cuidará y ordenará nuestros
sentimientos, quién aliviará nuestras angustias, quién alimentará
nuestros sueños si no es con el contacto de otros? No podemos
prescindir de la dimensión humana de la vida en comunidad; todo
lo que nos aísle y nos aleje de esa relación, va en detrimento del
ser humano como persona. La vida nos ha sido dada no sólo
para vivir sino, lo que es importante, para convivir, convidar y
compartir. Hemos sustituido la letra por el número, la palabra por
la cifra y el por qué por el cuánto. Las redes de información son
estupendas herramientas, si dejamos tiempo para pensar, para
ser nosotros mismos, para adquirir experiencia propia, para que
la información devenga conocimiento y la palabra en significado.

Más que nunca, la paz debe construirse desde la propia creación


de la vida; más que nunca debemos luchar para que el principio
inalienable del derecho al derecho sea una realidad al alcance de
todos los ciudadanos; más que nunca la violencia y la corrupción
deben ser descartadas por la sociedad en su conjunto; más que
nunca todas las fuerzas y actores sociales –civiles, militares,

— 167 —
Educación para una Cultura de Paz

eclesiástico- deben unir sus fuerzas, su talento y su imaginación


para hallar nuevas soluciones a los nuevos problemas, que no
se resolverá con otra fuerza que la del espíritu; más que nunca,
en esta simbólica transición, debemos abandonar la inercia y a
rutina, debemos dejar de ser espectadores para convertirnos
en inventores, actores y diseñadores de nuestro propio destino;
más que nunca tenemos que compartir bienes de toda índole e
ideales, para que la UNESCO se instale como misión en todos
los pueblos, en todo el pueblo; más que nunca tenemos que
tener el coraje de aplicar a tiempo las medidas apropiadas a los
problemas que los grandes recursos tecnológicos permiten hoy
diagnosticar.

Buscar sin cesar hasta hallarlas y abordarlas, las causas


económicas, sociales, ideológicas y políticas de la discriminación,
de las humillaciones, de las desigualdades profundas que pueden
empujar a la rivalidad y la confrontación.

El nuevo esplendor de la vida en la Tierra pasará por una gran


alianza entre cultura y naturaleza, en la cual el conocimiento y la
sabiduría popular deberá adquirir un papel más protagónico, a la
par de los inmensos progresos científicos y tecnológicos.

En esta perspectiva, la UNESCO debería ir siempre adelante en el


siglo próximo, como “conciencia crítica y ética de la humanidad”,
como institución comprometida con causas y razones y no
simplemente con funciones o tareas; centrada en una visión
realista del futuro que abra de forma permanente caminos de
diálogo y progreso. Con capacidad de anticipación, de análisis y
de previsión, de prospectiva en suma, ligada a la esencia misma
de su función: ser un foro intelectual para crear un futuro común
a la altura de la dignidad humana.

Nos aproximamos al fin del presente siglo, uno de los más


violentos en la historia de la humanidad. Entre dos guerras de
los Balcanes, hemos presenciado dos conflagraciones de alcance
mundial y decenas de conflictos regionales y locales. Ha sido
pues, un siglo que ha vivido bajo el signo trágico de la violencia.
Pero la buena semilla que existe en la especie humana ha hecho
también brotar la esperanza del futuro: la conciencia del destino
común que debemos enfrentar como sociedad planetaria, la
percepción de que somos ciudadanos del mundo, con derechos y
deberes que se desprenden de tal condición.

En los albores de un nuevo siglo y de un nuevo milenio asumamos


con esclarecida responsabilidad, esa ciudadanía, que en nada se
contrapone a nuestra ciudadanía de nacimiento. Bien al contrario,

— 168 —
Educación para una Cultura de Paz

la enriquece y complementa. Uno de los dilemas que debemos


superar es precisamente la aparente contradicción entre lo global
y lo nacional. Respetar la diversidad, salvaguardarla, fomentarla.
Suprimir las diferencias no es sólo peligroso en términos
culturales, de homologación y uniformización. Lo que es peor
es que estemos creando un mundo indiferente. Sólo se puede
aspirar a la universalidad si se es profundamente local. Cuanto
más generosos seamos en el ámbito universal y más respetuosos
con los “otros”, más fortaleceremos nuestra identidad nacional.
Ya lo dijo A. Machado: “describe bien tu aldea y será universal”.
Y un viejo adagio nos recuerda: “En el principio era la comarca,
el mundo nos ha dado por añadidura”.

Altos muros que nos parecían inexpugnables fueron demolidos


por el ariete formidable de la indeclinable vocación humana por la
libertad, la dignidad y la afirmación de la identidad cultural. Pero
las asimetrías en la distribución de la riqueza entre las naciones
y en el interior de ellas, las que se dan en la generación y el
uso del conocimiento y la información, las que proceden de las
diferencias étnicas y religiosas, han erigido nuevos muros entre
los pueblos y entre los diferentes sectores de una misma nación.

Para combatir el racismo, la xenofobia, la discriminación, hay


que educar con el ejemplo. Los niños no adoptarán actitudes
según lo que les decimos sino según lo que hacemos. Juventud,
deporte, actividades musicales, competición noble, aprender
a ganar y a perder. Todas estas actividades, con frecuencia
denominadas extraescolares, deben ahora pasar a formar parte,
junto con una “historia desarmada”, del núcleo principal de una
nueva pedagogía –y no hay más pedagogía que la del amor- que
constituya una especie de insumo general para todos los niños y
jóvenes del mundo.

Termina un siglo de progreso inigualable, junto a una desigualdad


también inigualable. Una nueva bipolaridad ha sustituido
a la anterior. Es el abismo entre sociedades cada vez más
empobrecidos; entre países ricos que exportan consumismo
y países pobres que hacen frente a su deuda externa a costa
de incrementar su deuda social interna. Sólo una auténtica
solidaridad humana sería capaz de tender un puente generoso
sobre esa bipolaridad, que engendra exclusión y marginación
de amplios sectores. Si somos capaces de describir la pobreza
crítica, seamos también capaces de describir la riqueza crítica y
esforcémonos por superar ambos extremos.

No hay nada que más abone a la cultura de violencia que la pobreza


y la exclusión. La cultura de paz requiere un nivel de calidad

— 169 —
Educación para una Cultura de Paz

de vida adecuado para todos y convivencia solidaria. Cultura de


paz de legar un planeta vivible a las generaciones futuras. La
Cultura de paz por la cual abogamos tiene como referente el
desarrollo humano duradero, el respeto a los derechos humanos,
la tolerancia y la adhesión a los principios de democracia, justicia
y libertad. Bien dice el Informe de la Comisión Mundial sobre
Cultura y Desarrollo que “el desarrollo disociado de su contexto
humano y cultural es crecimiento desprovisto de alma”. Para
construir una cultura de paz tenemos que devolver a la ética
todo su valor, de suerte que sean sus principios los que inspiren
nuestras decisiones y no los mecanismos de mercado ni los
resultados de las encuestas de opinión, puesto que en última
instancia lo que realmente importa no es el “mercado libre” sino
la gente libre. Ética significa congruencia entre lo que predicamos
y lo que hacemos; entre lo que proclamamos y lo que realmente
motiva nuestras acciones. Es lo contrario a la dualidad moral…
y también no guardar silencio. No guardar silencio “pudiendo
haber hablado, debiendo haber hablado, y alto, entonces”, ha
escrito José Luís Tejada. “Debí gritar al ver que amenazaban el
alba pero tuve pena y miedo”. Que la preocupación por los déficits
económicos no nos hagan olvidar que la raíz de los problemas
que nos aquejan son déficits espirituales, de justicia, de ética.

Cultura de paz es, pues, “cultura de cambio”, “cultura de vida”,


e implica una lucha sin cuartel contra la pobreza, la exclusión
y los prejuicios. Es la única batalla que vale la pena librar con
todas las fuerzas del espíritu, porque la pobreza, la exclusión y
los prejuicios son el terreno fértil de los conflictos, la violencia y
los extremismos. En resumen, significa la humanización efectiva
de la especie humana ¡Cómo no compartir el pensamiento de
Carlos Fuentes cuando nos dice: “Las sociedades se empobrecen
cuando excluyen, se enriquecen cuando incluyen”!

El siglo XXI puede ser el siglo de la “justicia y dignidad” que


proclama nuestra Constitución. El siglo XXI será el siglo de la
paz o no será el siglo del desarrollo centrado en el ser humano,
o no será un siglo propicio para los vuelos de la imaginación y
la creatividad, o no será el siglo de oro de la solidaridad y el
amor, o no será el siglo de los reencuentros y de la inclusión de
los excluidos, o no será el Para que el siglo XXI sea, para que
esté a la altura de nuestros sueños y de nuestras esperanzas,
para que sea la utopía posible, tenemos que ser audaces. Porque
nos atrevemos a cambiar o no será No hay otra cultura posible
que la cultura de paz. En Copenhague aprendimos que no habrá
verdadera paz a menos que las personas tengan seguridad en
sus vidas cotidianas. La seguridad humana es la nueva seguridad
mundial. La paz es una idea, un ideal, y por consiguiente, hay

— 170 —
Educación para una Cultura de Paz

que tomarse el trabajo de construirla cada día. Así nos lo dijo en


esta misma sala Yitzhak Rabin, al recibir el premio de la paz Félix
Houphouë-Boigny en 1993: “La paz será construida despacio, día
a día, a través de modestas acciones y de incontables detalles
espontáneos. Será construida paso a paso, por el pueblo”.

El siglo XXI será si somos capaces de derrumbar los muros que


obstaculizan el tránsito hacia un nuevo proyecto de civilización y
que subsisten en cada uno de nosotros. El siglo XXI será si somos
capaces de superar las nuevas barreras como las que impiden el
pleno y justo desenvolvimiento igualitario de las mujeres; las que
frenan la legítima aspiración de protagonismo de los jóvenes; las
que discriminan a las minorías étnicas y las condenan a una vida
miserable y sin horizontes. Ya nos lo había advertido en la Primera
reunión de la Conferencia General de la UNESCO el delegado de la
India, Sri Sarvapalli Radhakrishnan, con las siguientes palabras:
“El papel de la UNESCO no es solamente propiciar una serie de
ajustes, sino crear las posibilidades para un nuevo modo de vida,
para nuevas concepciones y para una nueva filosofía que inspire
a la humanidad… Lo relevante hoy en día no son las escuelas, las
bibliotecas, los talleres, las fábricas sino el hombre. Si nosotros
queremos crear una nueva comunidad, es al hombre a quien
debemos recrear”.

Si somos capaces de superar la exclusión y si lo impregnamos


de cultura de paz, el nuevo siglo será propicio para dar a la
humanidad “una segunda oportunidad sobre la tierra” para usar
las palabras finales de “Cien años de soledad”. La oportunidad de
un nuevo Renacimiento.

El siglo XXI no es nuestro; pertenece a las generaciones futuras.


Bien dice por eso el poeta guatemalteco Otto René Castillo: “Y
es que adentrarse uno a su tiempo, es sufrir mucho de él. Pero
es bello amar al mundo/ con los ojos de los que no han nacido
todavía”. Debemos prepararlo. Y preparar el siglo XXI es, al
mismo tiempo, reinventar la UNESCO.

Finalmente, ¿quién mejor que la UNESCO para llevar al seno de la


Asamblea General de las Naciones Unidas de 1999 la propuesta
de saludar el advenimiento del siglo XXI como el siglo de la
cultura de paz?

Mientras no seamos capaces de invertir en la paz más que


migajas de lo que invertimos en la guerra, no sembraremos la
semilla de la concordia y del desprendimiento en la mente de
todos los niños del mundo. Los graneros de la paz están casi
desiertos porque un miope enfoque de la gobernabilidad, impide
ver más allá de los acontecimientos cotidianos.

— 171 —
Educación para una Cultura de Paz

Todos los hombres y mujeres de buena voluntad deben saber en


este fin de milenio que sólo si cambiamos de rumbo y compartimos
y amamos y seguimos unos valores comunes, podremos mirar
sin avergonzarnos a los ojos de nuestros hijos.

Los diseños del desarrollo se han establecido en función del


crecimiento económico y de la creación de la riqueza material,
asimétricamente distribuida. El triunfo de la democracia –que
significa gobierno por todos, por el pueblo- consistirá en dar
a todos las mismas oportunidades, consistirá en desmontar la
estructura bipolar que acumula progresivamente riqueza en un
extremo y pobreza en el otro.

No hay paz duradera sin desarrollo. No hay desarrollo sin paz. No


hay democracia estable sin paz y desarrollo: he aquí los ejes de
la actividad de la UNESCO y de todo el sistema de las Naciones
Unidad, especialmente si éstas emergen como la “sociedad de los
espíritus”, que soñara Paul Valéry.

Salvador Espriu, el gran poeta catalán ha escrito: “en la infinita


tristeza de la guerra sin victoria entre hermanos”. Hoy, lo
que sucede es que todos los habitantes del planeta somos ya
hermanos.

Si la paz es el gran destino humano, la cultura de paz deberá ser


la fuente de inspiración de una nueva dinámica de civilización.
De nosotros, de nuestra imaginación, dependerá que sea nuestra
mejor herencia para las generaciones futuras. El mañana no está
escrito. Nuestro futuro no está predeterminado. Está en nuestras
manos. El progreso común de la humanidad puede alcanzarse
pero no se instaurará sin la acción concertada, solidaria,
perseverante del conjunto de la comunidad de naciones. Lo
que hemos conseguido –y rindo tributo a los más esforzados
Estados Miembros, comisiones nacionales, organizacioes no
gubernamentales y personal de la Secretaría- ha sido importante
en los planos de los acuerdos internacionales, de la promoción
de la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación; en la
creación de una conciencia global. El balance de los intangibles
es particularmente relevante. En fechas recientes, las grandes
alianzas conseguidas en Jomtien y Nueva Delhi a favor de la
educación; el compromiso de las mujeres por la cultura de
paz, firmando una declaración con motivo de la Conferencia de
Naciones Unidas en Beijing; la reunión de representantes de
distintas religiones en Barcelona, proclamando que ningún acto
de violencia puede fundamentarse ni justificarse por motivos
religiosos; la implicación de las fuerzas armadas en defensa de la
paz…. son frutos de una pródiga siembra. La única cosecha que
con toda seguridad no se recoge es la que no se planta.

— 172 —
Educación para una Cultura de Paz

Todos los diferentes, todos unidos en la más obstinada repulsa


de la violencia, todos diferentes, todos unidos para provocar una
inmensa movilización a favor de la paz y la justicia. Inspirados
en los mismos principios de hace cincuenta años, abrimos con
esperanza la puerta a los próximos cincuenta, convencidos –
como entonces- de que el más bello homenaje que podemos
rendir a los muertos de todas las guerras es preservar la vida de
sus descendientes.

París, 16 de noviembre de 1995.

— 173 —
Educación para una Cultura de Paz

Declaración de Principios sobre


la Tolerancia. (1997)

NACIONES
UNIDAS
A
Asamblea General
Distr.
GENERAL

A/51/201
10 de julio de 1996
ESPAÑOL
ORIGINAL: INGLÉS

Quincuagésimo primer período de sesiones


Quincuagésimo
Tema 113 b) primer período
de la lista de sesiones
preliminar*
Tema 113 b) de la lista preliminar*
CUESTIONES RELATIVAS A LOS DERECHOS HUMANOS:
CUESTIONES RELATIVAS
CUESTIONES RELATIVAS A LOSADERECHOS
LOS DERECHOS HUMANOS,
HUMANOS: CUESTIONES
INCLUIDOS DISTINTOS
RELATIVAS A LOS DERECHOSCRITERIOS PARA
HUMANOS, INCLUIDOS MEJORAR EL
DISTINTOS
GOCE EFECTIVO
CRITERIOS PARA DE LOS
MEJORAR EL DERECHOS
GOCE EFECTIVO DEHUMANOS
LOS DERECHOS Y LAS
LIBERTADES FUNDAMENTALES
HUMANOS Y LAS LIBERTADES FUNDAMENTALES

Nota del Secretario General


Nota del Secretario General

1.
1. En
En susu resolución
resolución 49/213,
49/213, de 23 de de 23 de
diciembre de diciembre de 1994,
1994, la Asamblea General, la
tras recordar su resolución 48/126, de 20 de diciembre de 1993, en virtud de la
Asamblea General, tras recordar su resolución 48/126,
cual había proclamado 1995 Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia, pidió
de 20
a la de diciembre
Organización de Naciones
de las 1993, en virtud
Unidas para de la cual había
la Educación, proclamado
la Ciencia y la
1995
Cultura Año que
(UNESCO) de preparara
las Naciones
para el Unidas
final delpara la declaración
Año una Tolerancia, de pidió a
principios y un programa de acción, como complemento del Año, y se los
la Organización de las Naciones Unidas
presentara en su quincuagésimo primer período de sesiones.
para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (UNESCO) que preparara para el final
2. del Año una
El Secretario declaración
General de de
tiene el honor principios
presentar a yla un programa
Asamblea de
General una
carta dirigida a él por el Director General de la UNESCO (véase el anexo), a la
acción, como complemento del Año, y se los presentara
cual adjunta un informe definitivo sobre el Año de las Naciones Unidas para la
en
su quincuagésimo
Tolerancia primer período
que incluye una Declaración de sesiones.
de Principios sobre la Tolerancia y un
Programa de Acción de Seguimiento del Año de las Naciones Unidas para la
Tolerancia (1995), aprobados por aclamación el 16 de noviembre de 1995, por la
2. El Secretario General tiene el honor de presentar a la
Conferencia General de la UNESCO en su 28ª reunión (25 de octubre a 16 de
Asamblea
noviembre de 1995).General una
El informe carta
debería ser dirigida a él
útil para los por Miembros
Estados el Director
en el
General
debate sobre lasde la UNESCO
líneas (véase
de actuación para el el anexo),
futuro a la
señaladas porcual adjunta
la UNESCO en
el Plan de Acción de Seguimiento para el fomento de la tolerancia, la paz y la
un informe
solidaridad definitivo
entre los pueblos delsobre
mundo. el Año de las Naciones Unidas
para la Tolerancia que incluye una Declaración de Principios
sobre la Tolerancia y un Programa de Acción de Seguimiento
del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia (1995),
aprobados por aclamación el 16 de noviembre de 1995, por
la Conferencia General de la UNESCO en su 28ª reunión (25
de octubre a 16 de noviembre de 1995). El informe debería
ser
* útil para los Estados Miembros en el debate sobre las
A/51/50.
líneas
96-17093 (S) de 290796
actuación
300796para el futuro señaladas por la UNESCO /...

— 174 —
Educación para una Cultura de Paz

en el Plan de Acción de Seguimiento para el fomento de


la tolerancia, la paz y la solidaridad entre los pueblos del
mundo.

Anexo

Carta dirigida al Secretario General por el Director


General de la UNESCO

La Conferencia General de la UNESCO, en su 28ª reunión (25 de


octubre a 16 de noviembre de 1995), aprobó una Declaración de
Principios sobre la Tolerancia y un Plan de Acción de Seguimiento
del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia.

Considero que esta Declaración constituye un hito en el avance


de la comunidad mundial hacia la definición tanto del concepto
como del papel de la tolerancia en los planos internacional y
estatal, en la sociedad civil y en la educación. Fue redactada
mediante extensas consultas con los Estados miembros y
aprovecha las contribuciones de diversas reuniones sobre la
tolerancia celebradas a lo largo del año. En ella se recuerdan
los instrumentos pertinentes de derechos humanos y se trata
la intolerancia en sus múltiples formas, incluida la violencia, el
terrorismo, la injusticia y la exclusión.

El Plan de Acción de Seguimiento señala líneas de actuación


para el futuro, entre ellas iniciativas educacionales, actividades
de toma de conciencia pública, programas de integración y
desarrollo social y la continua movilización del sistema de las
Naciones Unidas para la promoción de la tolerancia, la paz y la
solidaridad entre los pueblos del mundo.

El artículo 6 de la Declaración proclama el 16 de noviembre


Día Internacional para la Tolerancia. Esta fecha, aniversario de
la firma de la Constitución de la UNESCO, podría servir como
ocasión anual para debatir cuestiones de tolerancia y para
acontecimientos especiales conexos, tanto en establecimientos
de enseñanza como en un ámbito público más amplio, en
cooperación con los medios de comunicación.

La Conferencia General decidió someter el Plan de Acción de


Seguimiento y la Declaración de Principios sobre la Tolerancia
a la consideración de la Asamblea General en su quincuagésimo
primer período de sesiones. Cabe esperar que en ese período
de sesiones, la Asamblea, al tratar el Año, también examine la
marcha futura de la campaña de tolerancia, de conformidad con
su resolución 49/213.

— 175 —
Educación para una Cultura de Paz

Es por lo tanto un privilegio para mí hacerle llegar la Declaración


de Principios sobre la Tolerancia y el Plan de Acción de Seguimiento
aprobados por la Conferencia General de la UNESCO. Desearía
contar con la cooperación de las Naciones Unidas para conseguir
la distribución más amplia posible de estos documentos, en
especial la Declaración, a través de todos los cauces adecuados.

Los desafíos planteados por la intolerancia cada vez mayor en


todas las regiones exigen una acción conjunta y coordinada de
las organizaciones intergubernamentales, gubernamentales y no
gubernamentales.

(Firmado) Federico MAYOR

APÉNDICE I

Informe Definitivo sobre el Año de las Naciones Unidas


para la Tolerancia: Declaración de Principios sobre
la Tolerancia y Plan de Acción de Seguimiento

PARTE I: INFORME DEFINITIVO

1. La proclamación de un Año para la Tolerancia en 1995 fue


propuesta por vez primera en la resolución 5.6 de la 26ª
reunión de la Conferencia General de la UNESCO, en la que se
invitaba al Director General a que “examine”; en consulta con
las Naciones Unidas, los medios apropiados para declarar el
año 1995, en que se celebra el cincuentenario de la UNESCO,
Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia, y preparar una
declaración sobre la tolerancia que se podrá examinar y tal
vez aprobar en esa oportunidad”.

2. En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en


su resolución 48/126, proclamó 1995 Año de la Tolerancia y
designó a la UNESCO organismo coordinador encargado de la
celebración del Año.

3. En abril de 1994, el Director General inició una consulta


intergubernamental enviando una circular (CL/3341) a los
Secretarios Generales de las Comisiones Nacionales para la
UNESCO. Se recibieron unas 40 respuestas, en las que se
proponían actividades concretas en el plano nacional en los
ámbitos de la educación, la ciencia, las ciencias sociales, la
cultura y la comunicación.

— 176 —
Educación para una Cultura de Paz

4. A fines de 1994, el Director General de la UNESCO hizo un


llamamiento al mundo entero en pro de la tolerancia en forma
de Declaración en vísperas del Año de las Naciones Unidas
para la Tolerancia. Pidió que se acabara definitivamente con
el arcaísmo que representa la cultura de guerra, que ha de
ser al fin sustituida por una cultura de paz. Condenó “la
purificación étnica, el terrorismo, los extremismos culturales
y religiosos, el genocidio, la exclusión y la discriminación”, e
hizo una apología del diálogo y la no violencia, presentados
como los mejores métodos para resolver los conflictos que
surgen naturalmente en las sociedades humanas. Esta
declaración forma parte de una serie de llamamientos en pro
de la tolerancia y la no violencia formulados por el Director
General en relación con el Año.
5. El Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia se inició
oficialmente el 21 de febrero de 1995 en una conferencia de
prensa conjunta del Secretario General y el Director General
de la UNESCO celebrada en la Sede de las Naciones Unidas
en Nueva York.
6. De conformidad con su mandato de organismo coordinador
para el Año, la UNESCO preparó para 1995 un programa
diversificado de reuniones, conciertos, emisiones de
radiodifusión, festivales, publicaciones, exposiciones y otros
acontecimientos especiales en todas las regiones del mundo
sin excepción. El programa de actividades del año comprendía
conferencias regionales y nacionales, la creación de premios
y programas culturales, festivales cinematográficos y
dramáticos, literatura infantil, concursos de ensayo y carteles,
artículos de revista, antologías de citas sobre la tolerancia,
una guía de la UNESCO para la enseñanza de la tolerancia
e intervenciones especiales de los Embajadores de Buena
Voluntad de la UNESCO para la tolerancia. Un ejemplo de
éstas fue el Concierto para la Tolerancia que dio en París el
14 de julio de 1995 el músico francés Jean-Michel Jarre, que
reunió a 1.200.000 espectadores. El anexo I del presente
documento contiene el programa de actividades.
7. El Día Internacional de la Familia y el Día Mundial de la Libertad
de Prensa de 1995 se dedicaron al tema de la tolerancia. En
su 146ª reunión, el Consejo Ejecutivo de la UNESCO creó
dos premios nuevos: el Premio UNESCOMadanjeet Singh de
Fomento de la Tolerancia y la No Violencia y el Premio UNESCO
de Literatura Infantil y Juvenil en Pro de la Tolerancia.
8. Además de las actividades públicas, la UNESCO creó sistemas
de intercambio de información e inició investigaciones y
estudios de determinación de necesidades y prioridades,

— 177 —
Educación para una Cultura de Paz

entre ellos la evaluación de los métodos más eficaces para


hacer frente al aumento de la intolerancia. Se puso de
manifiesto que el principio de la tolerancia está en el centro
mismo del complejo edificio de instrumentos internacionales
en los que se establecen los derechos fundamentales y la
igualdad de todos los miembros de la familia humana. El Plan
de Acción de Seguimiento del Año prevé la continuación y la
ampliación de estas actividades.
9. En el transcurso del Año, se celebraron en Turquía, Brasil,
la República de Corea, Italia, Túnez, la India y la Federación
de Rusia conferencias regionales de conformidad con
la resolución 27 C/5.14 de la UNESCO. Estas reuniones
constituyeron acontecimientos especiales para movilizar a
las comunidades científica y cultural en pro de la causa de la
tolerancia y reflejaron un alto grado de compromiso de las
esferas políticas. Las conferencias fueron distinguidas con la
presencia personal o el envío de mensajes de las más altas
autoridades políticas de los países huéspedes.
10. A lo largo de estas reuniones, complementadas mediante la
celebración de amplias consultas con todas las delegaciones
permanentes y observadores de la UNESCO en julio de
1995, la Secretaría preparó una versión definitiva de la
Declaración de Principios. La Declaración, junto con el Plan
de Acción de Seguimiento del Año, se debatió y aprobó por
aclamación de la Conferencia General el 16 de noviembre
de 1995, quincuagésimo aniversario de la UNESCO. La
Declaración instituye la celebración anual en esa fecha del
Día Internacional para la Tolerancia.
11. Al aprobar la Declaración de Principios y el Plan de Acción
de Seguimiento, los 185 Estados miembros de la UNESCO
se comprometieron a “fomentar la tolerancia y la no
violencia mediante programas e instituciones en los ámbitos
de la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación”
(Declaración de Principios, art. 5).
12. La Asamblea General de las Naciones Unidas señaló también
el fin del Año con una sesión plenaria especial celebrada el
20 de noviembre de 1995. En el debate hicieron uso de la
palabra 21 oradores. Uno de ellos propuso que se convocara
una conferencia mundial con el objetivo de reducir el odio.
13. Por el presente documento se presenta a la Asamblea General
de conformidad con su resolución 49/213 el texto de la
Declaración de Principios y el Plan de Acción de Seguimiento
del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia (1995).

— 178 —
Educación para una Cultura de Paz

PARTE II: DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS SOBRE LA


TOLERANCIA**

Los Estados Miembros de la Organización de las Naciones Unidas


para la Educación, la Ciencia y la Cultura, celebrando en París,
del 25 de octubre al 16 de noviembre de 1995, la 28ª reunión de
la Conferencia General,

Preámbulo

Teniendo presente que la Carta de las Naciones Unidas declara


“Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas resueltos a
preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra,
... a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre,
en la dignidad y el valor de la persona humana ... y con tales
finalidades a practicar la tolerancia y a convivir en paz como
buenos vecinos”,

Recordando que en el Preámbulo de la Constitución de la


UNESCO, aprobado el 16 de noviembre de 1945, se afirma que
la “paz debe basarse en la solidaridad intelectual y moral de la
humanidad”,

Recordando asimismo que en la Declaración Universal de


Derechos Humanos se afirma que “toda persona tiene derecho a
la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión” (artículo
18), “de opinión y expresión” (artículo 19) y que la educación
“favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas
las naciones y todos los grupos étnicos y religiosos” (artículo 26),

Tomando nota de los siguientes instrumentos internacionales


pertinentes:

- El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,


- El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales,
- La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas
las Formas de Discriminación Racial,
- La Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de
Genocidio,
- La Convención sobre los Derechos del Niño,

** Proclamada y firmada el 16 de noviembre de 1995.

— 179 —
Educación para una Cultura de Paz

- La Convención de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados,


el Protocolo de 1967 y los instrumentos regionales,
- La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación Contra la Mujer,
- La Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes,
- La Declaración sobre la eliminación de todas las formas de
intolerancia y de discriminación fundadas en la religión o en
las creencias,
- La Declaración sobre los derechos de las personas
pertenecientes a minorías nacionales o étnicas, religiosas y
lingüísticas,
- La Declaración sobre las medidas para eliminar el terrorismo
internacional,
- La Declaración y Programa de Acción de Viena de la
Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos,
- La Declaración de Copenhague sobre el Desarrollo Social y el
Programa de Acción de la Cumbre Mundial para el Desarrollo
Social,
- La Declaración de la UNESCO sobre la raza y los prejuicios
raciales,
- La Convención y la Recomendación de la UNESCO relativas
a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la
Enseñanza,

Teniendo presente los objetivos del Tercer Decenio de la Lucha


contra el Racismo y la Discriminación Racial, el Decenio de las
Naciones Unidas para la educación en la esfera de los derechos
humanos y el Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas
del Mundo,

Teniendo en cuenta las recomendaciones de las conferencias


regionales organizadas en el marco del Año de las Naciones
Unidas para la Tolerancia, de conformidad con la resolución 27
C/5.14 de la Conferencia General de la UNESCO, la Declaración
de Barcelona sobre el Papel de la Religión en la Promoción de
una Cultura de Paz, aprobada el 26 de diciembre de 1994, así
como las conclusiones y recomendaciones de otras conferencias
y reuniones organizadas por los Estados Miembros en el marco
del programa del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia,

Alarmada por la intensificación actual de los actos de intolerancia,


violencia, terrorismo, xenofobia, nacionalismo agresivo, racismo,

— 180 —
Educación para una Cultura de Paz

antisemitismo, exclusión y discriminación perpetrados contra


minorías religiosas, étnicas y lingüísticas, refugiados, trabajadores
migrantes, inmigrantes y grupos vulnerables de la sociedad, así
como por otros actos de violencia e intimidación contra personas
que ejercen su derecho de libre opinión y expresión - todos los
cuales constituyen una amenaza para la consolidación de la paz
y de la democracia en el plano nacional e internacional y un
obstáculo para el desarrollo,

Poniendo de relieve las responsabilidades de los Estados Miembros


en el desarrollo y estímulo del respeto de los derechos humanos
y las libertades fundamentales de todos, sin distinción de raza,
sexo, lengua, religión o incapacidad, así como en el combate
contra la intolerancia.

Adopta y proclama solemnemente la siguiente Declaración de


Principios sobre la Tolerancia

Resueltos a adoptar todas las medidas positivas necesarias para


fomentar la tolerancia en nuestras sociedades, por ser ésta
necesaria para la paz y el progreso económico y social de todos
los pueblos, y con tal finalidad, declaramos lo que sigue:

Artículo 1
Definición de la tolerancia

1.1 La tolerancia es el respeto, la aceptación y el aprecio de la


riqueza infinita de las culturas de nuestro mundo, de nuestras
formas de expresión y medios de ser humanos. La fomentan
el conocimiento, la apertura de ideas, la comunicación y
la libertad de conciencia. La tolerancia es la armonía en la
diferencia. No sólo es un deber moral, sino una obligación
política. La tolerancia es la virtud que hace posible la paz y
que contribuye a la sustitución de la cultura de guerra por la
cultura de paz.
1.2 La tolerancia no es concesión, condescendencia ni indulgencia.
Ante todo, la tolerancia es el reconocimiento de los derechos
humanos universales y de las libertades fundamentales de
los demás. En ningún caso puede utilizarse para justificar
el quebrantamiento de estos valores fundamentales. La
tolerancia han de practicarla los individuos, los grupos y los
Estados.
1.3 La tolerancia es la responsabilidad que sustenta los derechos
humanos, el pluralismo, la democracia y el estado de
derecho. En torno a ella se articulan las normas afirmadas
por el conjunto de los instrumentos internacionales relativos

— 181 —
Educación para una Cultura de Paz

a los derechos humanos.


1.4 Practicar la tolerancia no significa renunciar a las convicciones
personales ni atemperarlas. Significa que toda persona es
libre de adherir a sus convicciones individuales y aceptar
que los demás adhieran a las suyas propias. Significa
aceptar el hecho de que los seres humanos, naturalmente
caracterizados por la diversidad de su aspecto, su situación,
su forma de expresarse, su comportamiento y sus valores,
tienen derecho a vivir en paz y a ser como son.

Artículo 2
Nivel estatal

2.1 La tolerancia en el nivel estatal exige que haya justicia e


imparcialidad en la legislación, en la aplicación de la ley y
en los procesos judiciales. Exige también que toda persona
pueda disfrutar de oportunidades económicas y sociales. La
exclusión puede conducir a la frustración, la hostilidad y el
fanatismo.
2.2 A fin de instaurar una sociedad más tolerante, los Estados
han de ratificar las convenciones internacionales existentes
en materia de derechos humanos y, cuando sea necesario,
elaborar una nueva legislación para garantizar la igualdad de
trato y oportunidades a todos los grupos e individuos de la
sociedad.
2.3 Para que reine la armonía internacional, es esencial que
los individuos, las comunidades y las naciones acepten y
respeten el carácter multicultural de la familia humana. Sin
tolerancia no puede haber paz, y sin paz no puede haber
desarrollo ni democracia.
2.4 La intolerancia, es decir, el rechazo de la diferencia, puede
revestir la forma de la marginación de grupos vulnerables
y de su exclusión de la participación en la esfera social y
política, así como la violencia y la discriminación contra ellos.
Como lo confirma el artículo 1.2 de la Declaración sobre la
Raza y los Prejuicios Raciales, “todos los individuos y los
grupos tiene derecho a ser diferentes”.

Artículo 3
Dimensiones sociales

3.1 En el mundo moderno, la tolerancia resulta más esencial que


nunca. Nuestra época se caracteriza por una movilidad cada vez
mayor, la comunicación, la integración y la interdependencia,
la gran amplitud de las migraciones y del desplazamiento

— 182 —
Educación para una Cultura de Paz

de poblaciones, la urbanización y la transformación de


los modelos sociales. Como todas las partes del mundo
se caracterizan por su diversidad, la intensificación de la
intolerancia y de las disensiones representa una amenaza
potencial para todas las regiones. Esta amenaza es universal
y no circunscribe a un país en particular.
3.2 La tolerancia es necesaria entre los individuos, así como dentro
de la familia y de la comunidad. El fomento de la tolerancia
y la inculcación de actitudes de apertura y solidaridad han
de tener lugar en las escuelas y universidades, mediante la
educación no formal, y también en el hogar y en el lugar
de trabajo. Los medios de comunicación han de desempeñar
una función constructiva, facilitando un diálogo y un debate
libres y abiertos, difundiendo los valores de la tolerancia y
poniendo de relieve los peligros que representa la indiferencia
al auge de grupos e ideologías intolerantes.
3.3 Como se afirma en la Declaración de la UNESCO sobre la
Raza y los Prejuicios Raciales, es preciso adoptar medidas,
donde hagan falta para garantizar la igualdad en dignidad y
derechos de los individuos y grupos humanos. A este respecto
se debe prestar especial atención a los grupos raciales o
étnicos socialmente desfavorecidos para protegerlos con las
leyes y medidas sociales en vigor, especialmente en materia
de vivienda, de empleo y de salud, respetar la autenticidad de
su cultura y sus valores, y facilitar su promoción e integración
social y profesional, en particular mediante la educación.
3.4 A fin de coordinar la respuesta de la comunidad internacional a
este reto universal, se deben realizar y crear, respectivamente,
estudios y redes científicas apropiadas, que comprendan
el análisis, mediante las ciencias sociales, de las causas
fundamentales y de las medidas preventivas eficaces, así
como la investigación y la observación destinadas a prestar
apoyo a los Estados Miembros en materia de formulación de
políticas y acción normativa.

Artículo 4
Educación

4.1 La educación es el medio más eficaz de prevenir la intolerancia.


La primera etapa de la educación para la tolerancia consiste
en enseñar a las personas los derechos y libertades que
comparten en común, para que puedan ser respetados.

4.2 La educación para la tolerancia ha de considerarse como un


imperativo urgente; por eso es necesario fomentar métodos

— 183 —
Educación para una Cultura de Paz

sistemáticos y racionales de enseñanza de la tolerancia que


aborden los motivos culturales, sociales, económicos, políticos
y religiosos de la intolerancia, es decir, las raíces principales
de la violencia y la exclusión. Las políticas y los programas
educativos deben contribuir al desarrollo del entendimiento,
la solidaridad y la tolerancia entre los individuos, y entre
grupos étnicos, sociales, culturales, religiosos y lingüísticos,
así como entre las naciones.

4.3 La educación para la tolerancia ha de tener como objetivo


contrarrestar las influencias que conducen al temor y la
exclusión de los demás, y ha de ayudar a los jóvenes a
desarrollar sus capacidades de juicio independientes y de
razonamiento ético.

4.4 Nos comprometemos a apoyar y ejecutar programas de


investigación en materia de ciencias sociales y educación para
la tolerancia, los derechos humanos y la no violencia. Esto
implica que se conceda una atención especial al mejoramiento
de la formación del personal docente, los planes de estudio,
el contenido de los manuales y de los cursos y de otros
materiales pedagógicos, como las nuevas tecnologías de la
educación, con el fin de formar a ciudadanos atentos a los
demás y responsables, abiertos a otras culturas, capaces de
apreciar el valor de la libertad, respetuosos de la dignidad y
las diferencias de los seres humanos, y capaces también de
prevenir los conflictos o resolverlos por medios no violentos.

Artículo 5
Compromisos para la Acción

5.1 Nos comprometemos a fomentar la tolerancia y la no violencia


mediante programas e instituciones en los ámbitos de la
educación, la ciencia, la cultura, publicaciones y redes de
investigación, campañas de información pública, y programas
para la tolerancia y la no violencia.

Artículo 6
Día Internacional para la Tolerancia

6.1 A fin de hacer un llamamiento a la opinión pública, poner


de relieve los peligros de la intolerancia y reafirmar nuestro
apoyo y acción en pro del fomento de la tolerancia y de
la educación para ésta, proclamamos solemnemente Día
Internacional para la Tolerancia el 16 de noviembre de cada
año.

— 184 —
Educación para una Cultura de Paz

APÉNDICE II

Resolución 28 C/5.6 de la Conferencia General de la UNESCO

Declaración de Principios sobre la Tolerancia y Plan de Acción de


Seguimiento del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia

La Conferencia General,

Habiendo examinado el documento 28 C/26 “Aplicación de la


Resolución 26 C/5.6 relativa a la aprobación de una Declaración
sobre la Tolerancia y propuestas acerca de un Plan de Acción de
Seguimiento del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia:
Informe del Director General”,

Recordando la Decisión 146 EX/5.4.2. en virtud de la cual el


Consejo Ejecutivo decidió examinar en su 147ª reunión el
documento presentado por el Director General a la Conferencia
General y comunicar a ésta un addendum con las observaciones
que se hubiesen formulado al respecto,

Tomando nota de la resolución 49/213 de la Asamblea General


de las Naciones Unidas,

1. Agradece mucho al Director General sus esfuerzos en apoyo


del programa del Año para la Tolerancia, comprendidos sus
discursos y llamamientos públicos;

2. Invita al Director General a:

a) Proseguir sus esfuerzos actuales para fomentar el espíritu de


tolerancia y no violencia, comprendida la propuesta al Consejo
Ejecutivo y a la Conferencia General de cuántas acciones
estime apropiadas para contrarrestar las manifestaciones de
violencia y odio;

b) Proseguir, en estrecha cooperación con los Estados


Miembros, el Secretario General de las Naciones Unidas, los
órganos competentes del sistema de las Naciones Unidas, las
organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales,
sus esfuerzos de promoción de los proyectos en curso del Año
de las Naciones Unidas para la Tolerancia y de establecimiento
del programa de seguimiento;

c) Estudiar la posibilidad de crear una red de investigación y


formación multidisciplinaria en materia de lucha contra la
intolerancia, la discriminación y la violencia en los centros de
investigación y universidades del Mediterráneo y el Mar Negro

— 185 —
Educación para una Cultura de Paz

que participaron en la celebración de coloquios, conferencias


y otras manifestaciones en el marco del Año de las Naciones
Unidas para la Tolerancia;

d) Estudiar la posibilidad de confiar al Comité Consultivo sobre


Educación para la Paz, los Derechos Humanos y la Democracia
la tarea de evaluar las actividades llevadas a cabo en la
UNESCO para aplicar el Plan de Acción de Seguimiento del
Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia; e) Facilitar
recursos financieros y humanos adecuados para la ejecución
del Plan de Acción de Seguimiento;

3. Invita a los Estados Miembros a proseguir este plan en forma


permanente incorporando sus componentes fundamentales
en sus sistemas educativos mediante instrumentos
normativos;

4. Decide declarar el 16 de noviembre Día Internacional de la


Tolerancia, que se celebrará cada año a partir de 1995;

5. Insta a los Estados Miembros a aportar planes y propuestas


para la observancia y la celebración de ese Día, tanto en
los establecimientos de enseñanza como entre el público en
general;

6. Aprueba el Plan de Acción de Seguimiento del Año de las


Naciones Unidas para la Tolerancia (1995) y la Declaración
de Principios sobre la Tolerancia;

7. Decide, de conformidad con la resolución 49/213 de la


Asamblea General de las Naciones Unidas, presentar el Plan
de Acción de Seguimiento del Año de las Naciones Unidas
para la Tolerancia y la Declaración de Principios sobre la
Tolerancia a la Asamblea General de las Naciones Unidas en
su quincuagésimo primer período de sesiones.

APÉNDICE III

Resolución 5.62 De la Conferencia General de la UNESCO:


aplicación de la Declaración de Principios sobre la Tolerancia

La Conferencia General,

Considerando que la UNESCO, en virtud de las responsabilidades


que le confiere su Constitución en los ámbitos de la educación,
las ciencias naturales y sociales, la cultura y la comunicación,
tiene el deber de señalar a la atención de los Estados y pueblos

— 186 —
Educación para una Cultura de Paz

los programas relacionados con todos los aspectos de la cuestión


esencial de la tolerancia y la intolerancia;

Teniendo presente la Declaración de Principios de la UNESCO


sobre la Tolerancia, proclamada el 16 del mes de noviembre de
1995,

1. Insta a los Estados Miembros:

a) A que el 16 de noviembre de cada año celebren el Día


Internacional para la Tolerancia con la organización de
acontecimientos y programas especiales para difundir el
mensaje de la tolerancia entre sus ciudadanos, en cooperación
con los establecimientos de enseñanza, las organizaciones
intergubernamentales y no gubernamentales, y los medios
de comunicación de todas las regiones;

b) A comunicar al Director General toda información que deseen


compartir, incluyendo en ella los conocimientos procedentes
de la investigación o del debate general público de las
cuestiones de la tolerancia y el pluralismo cultural, a fin de
que se comprendan mejor los fenómenos vinculados y el
antisemitismo, y las medidas más eficaces para tratar estos
problemas;

2. Invita al Director General:

a) A difundir lo más ampliamente posible el texto de la


Declaración de Principios y, a tal efecto, a publicarlo y
distribuirlo no sólo en las lenguas oficiales de la Conferencia
General, sino también en el mayor número posible de otras
lenguas;

b) A crear un instrumento apropiado de coordinación y


evaluación de las acciones emprendidas para apoyar la
promoción de la tolerancia y de la educación para ésta dentro
del sistema de las Naciones Unidas y en cooperación con
otras organizaciones asociadas;

c) A comunicar la Declaración de Principios al Secretario General


de las Naciones Unidas, pidiéndole que la presente como
convenga a la Asamblea General de las Naciones Unidas en su
quincuagésimo primer período de sesiones, de conformidad
con la resolución 49/213 de la Asamblea General de las
Naciones Unidas.

— 187 —
Educación para una Cultura de Paz

Declaración universal sobre la democracia

Declaración aprobada al concluir la 98ª Conferencia


Interparlamentaria
(El Cairo, 11 a 15 de septiembre de 1997)

El Consejo Interparlamentario,

Reafirmando el compromiso de la Unión Interparlamentaria


en favor de la paz y del desarrollo y convencido de que el
fortalecimiento del proceso de democratización y de las
instituciones representativas contribuirá en gran manera al logro
de este objetivo,

Reafirmando también la vocación y el compromiso de la Unión


Interparlamentaria de promover la democracia y el establecimiento
de sistemas pluralistas de gobierno representativo en el mundo,
y deseoso de reforzar la acción continua y polifacética que
desarrolla al respecto,

Recordando que cada Estado tiene derecho soberano a elegir y


determinar libremente, conforme a la voluntad de su población,
sus propios sistemas político, social, económico y cultural, sin
injerencia de otros Estados en estricta conformidad con la Carta
de las Naciones Unidas,

Recordando también la Declaración Universal de Derechos


Humanos aprobada el 10 de diciembre de 1948, así como el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
aprobados el 16 de diciembre de 1966, la Convención Internacional
sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación
Racial, aprobada el 21 de diciembre de 1965, y la Convención
sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra
la mujer, aprobada el 18 de diciembre de 1979,

Recordando además la Declaración sobre los Criterios para


Elecciones Libres y Justas aprobada en marzo de 1994, en la que
se confirma que, en cualquier Estado, la autoridad del gobierno
sólo puede fundarse en la voluntad del pueblo expresada en
elecciones auténticas, litres y justas,

Visto también el Programa de Democratización presentado el 20


de diciembre de 1996 por el Secretario General de las Naciones
Unidas en el quincuagésimo primer período de sesiones de la

— 188 —
Educación para una Cultura de Paz

Asamblea General de las Naciones Unidas, Aprueba la Declaración


Universal sobre la Democracia que figura a continuación e insta
a todos los gobiernos y los parlamentos a que se inspiren en su
contenido.

Primera parte – Principios de la democracia

1. La democracia es un ideal universalmente reconocido


y un objetivo basado en valores comunes compartidos
por los pueblos que componen la comunidad mundial,
cualesquiera sean sus diferencias culturales, políticas,
sociales y económicas. Así pues es un derecho fundamental
del ciudadano, que debe ejercer en condiciones de libertad,
igualdad, transparencia y responsabilidad, con el debido
respeto a la pluralidad de opiniones y en interés de la
comunidad.

2. La democracia es tanto un ideal que se ha de tratar de alcanzar


como un modo de gobierno que se ha de aplicar conforme a
modalidades que reflejan la diversidad de experiencias y de
particularidades culturales, sin derogar principios, normas y
reglas internacionalmente admitidos. Así pues, es un estado
o una condición constantemente perfeccionado y siempre
mejorable, cuya evolución depende de diversos factores
políticos, sociales, económicos y culturales.

3. Como ideal, la democracia trata fundamentalmente


de mantener y promover la dignidad y los derechos
fundamentales del individuo, garantizar la justicia social,
facilitar el desarrollo económico y social de la colectividad,
reforzar la cohesión de la sociedad, impulsar la tranquilidad
nacional y crear un clima propicio para la paz internacional.
Como forma de gobierno, la democracia es el mejor modo
de conseguir esos objetivos; es también el único sistema
político capaz de corregirse a si mismo.

4. El logro de la democracia supone una auténtica asociación


entre hombres y mujeres para la buena marcha de los asuntos
públicos, de modo que tanto los hombres como las mujeres
actúen en igualdad y complementariedad, obteniendo un
enriquecimiento mutuo a partir de sus diferencias.

5. El estado de democracia garantiza que los procesos de llegada


al poder y de ejercicio y alternativa en el poder permitan
una libre competencia política y surjan de una participación
popular abierta, libre y no discriminatoria, ejercida conforme
al dominio de la ley, tanto en la letra como en el espíritu.

— 189 —
Educación para una Cultura de Paz

6. La democracia es inseparable de los derechos enunciados


en los instrumentos internacionales mencionados en el
preámbulo. Por consiguiente, esos derechos deben aplicarse
de modo efectivo y su ejercicio correcto ha de estar
acompañado de responsabilidades individuales y colectivas.

7. La democracia se funda en la primacía del derecho y en el


ejercicio de los derechos humanos. En un Estado democrático,
nadie está par encima de la ley y todos los ciudadanos son
iguales ante la ley.

8. La paz y el desarrollo económico, social y cultural son


tanto condiciones como frutos de la democracia. Existe una
auténtica interdependencia entre la paz, el desarrollo, y el
respeto al estado de derecho y los derechos humanos.

Segunda parte – Elementos y ejercicio del gobierno


democrático

9. La democracia se basa en la existencia de instituciones


bien estructuradas y que funcionen correctamente, así
como en un cuerpo de normas y reglas y en la voluntad de
toda la sociedad, plenamente consciente de sus derechos y
responsabilidades.

10. Las instituciones democráticas tienen por función mediar en


las tensiones y mantener el equilibrio entre las aspiraciones
competidoras que son la diversidad y la uniformidad, tanto
en lo individual como en lo colectivo, con objeto de reforzar
la cohesión y la solidaridad sociales.

11. La democracia está basada en el derecho de todas las


personas a participar en la gestión de los asuntos públicos;
por ello requiere la existencia de instituciones representativas
en todos los niveles, y en particular el Parlamento,
representativo de todos los componentes de la sociedad y
dotado de poderes y medios para expresar la voluntad del
pueblo legislando y controlando la acción gubernamental.

12. El elemento clave del ejercicio de la democracia es la


celebración a intervalos periódicos de elecciones libres y
justas, que permitan la expresión de la voluntad popular.
Estas elecciones deben celebrarse sobre la base del
sufragio universal, igual y secreto, de modo que todos los
votantes puedan elegir a sus representantes en condiciones
de igualdad, apertura y transparencia, que estimulen la
competencia política. Por ello, los derechos civiles y políticos
son primordiales, y en particular los derechos a votar y a

— 190 —
Educación para una Cultura de Paz

ser elegido, los derechos de libertad de expresión y reunión,


el acceso a la información y el derecho a organizar partidos
políticos y realizar actividades políticas. La organización, las
actividades, la gestión financiera, la financiación y la ética
de los partidos deben estar debidamente reglamentadas de
modo imparcial para garantizar la integridad de los procesos
democráticos.

13. Una de las funciones primordiales del Estado consiste en


garantizar a sus ciudadanos el goce de los derechos civiles,
culturales, económicos, políticos y sociales. La democracia
va así unida a un gobierno eficaz, honrado y transparente,
elegido libremente y responsable de su gestión.

14. Ser responsable ante los ciudadanos, elemento primordial de


la democracia, se aplica a todas las autoridades públicas,
elegidas o no, y a todos sus órganos sin excepción. Esa
responsabilidad se manifiesta por el derecho del público
a estar informado de las actividades del gobierno, a
dirigirle peticiones y a buscar reparación por intermedio de
mecanismos administrativos y judiciales imparciales.

15. La vida política en su conjunto debe estar marcada por una


sensación de ética y transparencia, motivo por el cual se
deben elaborar y aplicar las normas y los procedimientos
correspondientes.

16. La participación individual en los procesos democráticos y en


la vida pública en todos los niveles debe estar reglamentada
de modo equitativo e imparcial, evitando toda discriminación
y el riesgo de intimidación por parte de responsables estatales
y no estatales.

17. Las instituciones judiciales y los mecanismos de control


independientes, imparciales y eficaces son la garantía del
estado de derecho, fundamento de la democracia. Para que
esas instituciones y mecanismos puedan cuidar plenamente
del respeto de las normas, mejorar la equidad de los
procedimientos y reparar las injusticias, es preciso que todas
las personas tengan acceso a recursos administrativos y
judiciales sobre la base de la igualdad y del respeto a las
decisiones administrativas y judiciales por parte de los
órganos estatales, los representantes del poder público y
cada miembro de la sociedad.

18. Si bien la existencia de una sociedad civil activa es un elemento


primordial de la democracia, la capacidad y la voluntad de
las personas de participar en los procesos democráticos y

— 191 —
Educación para una Cultura de Paz

de elegir las modalidades de gobierno no pueden darse por


sentadas. Por ello es necesario establecer condiciones que
lleven al ejercicio auténtico de los derechos de participación,
eliminando a la vez los obstáculos que eviten, obstaculicen
o inhiban dicho ejercicio. Por consiguiente, es indispensable
fomentar permanentemente y de modo particular la igualdad,
la transparencia y la educación, y eliminar obstáculos tales
come la ignorancia, la intolerancia, la apatía, la falta de
opciones y alternativas auténticas, y la ausencia de medidas
destinadas a corregir los desequilibrios o la discriminación
de carácter social, cultural, religioso y racial, o basada en el
sexo.

19. Para que el estado de democracia sea duradero se necesita


un clima y una cultura democráticos nutridos constantemente
y reforzados por la educación y por otros medios culturales
y de información. Por ello, una sociedad democrática debe
comprometerse en beneficio de la educación en el sentido
mas amplio del termino, y en particular de la educaci6n cívica
y la formación de una ciudadanía responsable.

20. Los procesos democráticos se ven impulsados por un entorno


económico favorable; por consiguiente, en su esfuerzo
general de desarrollo, la sociedad debe comprometerse a
satisfacer las necesidades económicas fundamentales de los
mas desfavorecidos, logrando así su plena integración en el
proceso democrático.

21. El estado de democracia supone la libertad de opinión y de


expresión, lo que implica el derecho a expresar opiniones
sin interferencia y a buscar, recibir e impartir información e
ideas por cualquier medio informativo y sin consideración de
fronteras.

22. En las sociedades tanto homogéneas coma heterogéneas,


las instituciones y los procesos de la democracia deben
favorecer la participación popular para proteger la diversidad,
el pluralismo y el derecho a ser diferente en un clima de
tolerancia.

23. Las instituciones y los procesos democráticos deben impulsar


también la descentralización del gobierno y la administración,
que es tanto un derecho como una necesidad, y que permite
ampliar la base de la participación pública.

— 192 —
Educación para una Cultura de Paz

Tercera parte – Dimensión internacional de la democracia

24. La democracia debe ser también reconocida como un principio


internacional, aplicable a las organizaciones internacionales y
a los Estados en sus relaciones internacionales. El principio de
la democracia internacional no significa sólo la representación
igual o equitativa de los Estados; se extiende también a sus
derechos y deberes económicos.

25. Los principios de la democracia deben aplicarse a la gestión


internacional de los problemas de interés mundial y del
patrimonio común de la humanidad, en particular el medio
ambiente humano.

26. En interés de la democracia internacional, los Estados deben


cuidar de que su conducta se ajuste al derecho internacional,
abstenerse del recurso a la amenaza o el empleo de la
fuerza y de cualquier conducta que ponga en peligro o viole
la soberanía y la integridad políticas y territoriales de otros
Estados, adoptando las medidas necesarias para resolver sus
diferencias per medios pacíficos.

27. Una democracia debe defender los principios democráticos en


las relaciones internacionales. En ese sentido, las democracias
deben abstenerse de toda conducta no democrática, expresar
su solidaridad con los gobiernos democráticos y los actores no
estatales, como son las organizaciones no gubernamentales
que trabajan en favor de la democracia y los derechos
humanos, y extender su solidaridad a todas las víctimas de
violaciones de los derechos humanos en manos de regímenes
no democráticos. Con objeto de fortalecer la justicia penal
internacional, las democracias deben rechazar la impunidad
por los crímenes internacionales y las violaciones graves de
los derechos humanos fundamentales y apoyar la creación de
un tribunal penal internacional permanente.

— 193 —
Educación para una Cultura de Paz

NACIONES A
UNIDAS

Asamblea General

Distr.
GENERAL

A/RES/53/243
6 de octubre de 1999

Quincuagésimo tercer período de sesiones


Tema 31 del programa

RESOLUCIONES
RESOLUCIONES APROBADAS PORAPROBADAS
LA ASAMBLEA GENERAL
POR LA ASAMBLEA GENERAL
[sin remisión previaprevia
[sin remisión a unaa unaComisión Principal
Comisión Principal (A/53/L.79)]
(A/53/L.79)]

53/243.
53/243. DeclaraciónDeclaración y Programa
y Programa de Acción de
sobre una Cultura de Paz
Acción sobre una Cultura de Paz
A
A
DECLARACIÓN SOBRE UNA CULTURA DE PAZ
DECLARACIÓN SOBRE UNA CULTURA DE PAZ
La Asamblea General,
La Recordando
Asamblea General,
la Carta de las Naciones Unidas, incluidos los propósitos y principios enunciados en
ella,
Recordando la Carta de las Naciones Unidas, incluidos los
Recordando también que en la Constitución de la Organización de las Naciones Unidas para la
propósitos
Educación, y principios
la Ciencia y la Cultura seenunciados en
declara que “puesto queella,
las guerras nacen en la mente de los
hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”,
Recordando también
Recordando además queUniversal
la Declaración en la deConstitución
Derechos Humanosde
1 la instrumentos
y otros Organización
de las Naciones
internacionales pertinentesUnidas
del sistemapara la Educación,
de las Naciones Unidas, la Ciencia y la Cultura
se declara que “puesto que las guerras nacen en la mente de los
hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse
los baluartes de la paz”,
1
Resolución 217 A (III).
Recordando además la Declaración Universal de Derechos
Humanos1 y otros instrumentos internacionales pertinentes del
99-77446 /...
sistema de las Naciones Unidas,

Reconociendo que la paz no sólo es la ausencia de conflictos,


sino que también requiere un proceso positivo, dinámico y
participativo en que se promueva el diálogo y se solucionen los
conflictos en un espíritu de entendimiento y cooperación mutuos,

1 Resolución 217 A (III).

— 194 —
Educación para una Cultura de Paz

Reconociendo también que el final de la guerra fría ha ampliado


las posibilidades de reforzar una cultura de paz,

Expresando profunda preocupación por la persistencia y la


proliferación de la violencia y los conflictos en diversas partes
del mundo,

Reconociendo la necesidad de eliminar todas las formas de


discriminación e intolerancia, incluidas las basadas en la raza,
el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de
otra índole, el origen nacional, étnico o social, la propiedad, las
discapacidades, el nacimiento u otra condición,

Recordando su resolución 52/15, de 20 de noviembre de 1997,


en que proclamó el año 2000 “Año Internacional de la Cultura de
la Paz”, y su resolución 53/25, de 10 de noviembre de 1998, en
que proclamó el período 2001-2010 “Decenio Internacional de
una cultura de paz y no violencia para los niños del mundo”,

Reconociendo la importante función que sigue desempeñando la


Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia
y la Cultura en la promoción de una cultura de paz,

Proclama solemnemente la presente Declaración sobre una


Cultura de Paz con el fin de que los Gobiernos, las organizaciones
internacionales y la sociedad civil puedan orientar sus actividades
por sus disposiciones a fin de promover y fortalecer una cultura
de paz en el nuevo milenio:

Artículo 1

Una cultura de paz es un conjunto de valores, actitudes,


tradiciones, comportamientos y estilos de vida basados en:
a) El respeto a la vida, el fin de la violencia y la promoción y
la práctica de la no violencia por medio de la educación, el
diálogo y la cooperación;
b) El respeto pleno de los principios de soberanía, integridad
territorial e independencia política de los Estados y de no
injerencia en los asuntos que son esencialmente jurisdicción
interna de los Estados, de conformidad con la Carta de las
Naciones Unidas y el derecho internacional;
c) El respeto pleno y la promoción de todos los derechos
humanos y las libertades fundamentales;
d) El compromiso con el arreglo pacífico de los conflictos;
e) Los esfuerzos para satisfacer las necesidades de desarrollo y

— 195 —
Educación para una Cultura de Paz

protección del medio ambiente de las generaciones presente


y futuras;
f) El respeto y la promoción del derecho al desarrollo;
g) El respeto y el fomento de la igualdad de derechos y
oportunidades de mujeres y hombres;
h) El respeto y el fomento del derecho de todas las personas a
la libertad de expresión, opinión e información;
i) La adhesión a los principios de libertad, justicia, democracia,
tolerancia, solidaridad, cooperación, pluralismo, diversidad
cultural, diálogo y entendimiento a todos los niveles de la
sociedad y entre las naciones; y animados por un entorno
nacional e internacional que favorezca a la paz.

Artículo 2

El progreso hacia el pleno desarrollo de una cultura de paz se


logra por medio de valores, actitudes, comportamientos y estilos
de vida propicios para el fomento de la paz entre las personas,
los grupos y las naciones.

Artículo 3

El desarrollo pleno de una cultura de paz está integralmente


vinculado a:
a) La promoción del arreglo pacífico de los conflictos, el respeto
y el entendimiento mutuos y la cooperación internacional;
b) El cumplimiento de las obligaciones internacionales contraídas
en virtud de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho
internacional;
c) La promoción de la democracia, el desarrollo de los derechos
humanos y las libertades fundamentales y el respeto y
cumplimiento universales de éstos;
d) La posibilidad de que todas las personas a todos los niveles
desarrollen aptitudes para el diálogo, la negociación, la
formación de consenso y la solución pacífica de controversias;
e) El fortalecimiento de las instituciones democráticas y la
garantía de la participación plena en el proceso del desarrollo;
f) La erradicación de la pobreza y el analfabetismo y la reducción
de las desigualdades entre las naciones y dentro de ellas;
g) La promoción del desarrollo económico y social sostenible;
h) La eliminación de todas las formas de discriminación contra
la mujer promoviendo su autonomía y una representación

— 196 —
Educación para una Cultura de Paz

equitativa en todos los niveles de la adopción de decisiones;


i) El respeto, la promoción y la protección de los derechos del
niño;
j) La garantía de la libre circulación de información en todos los
niveles y la promoción del acceso a ella;
k) El aumento de la transparencia y la rendición de cuentas en
la gestión de los asuntos públicos;
l) La eliminación de todas las formas de racismo, discriminación
racial, xenofobia e intolerancia conexas;
m) La promoción de la comprensión, la tolerancia y la solidaridad
entre todas las civilizaciones, los pueblos y las culturas,
incluso hacia las minorías étnicas, religiosas y lingüísticas;
n) El respeto pleno del derecho a la libre determinación de todos
los pueblos, incluidos los que viven bajo dominación colonial
u otras formas de dominación u ocupación extranjera,
como está consagrado en la Carta de las Naciones Unidas
y expresado en los Pactos internacionales de derechos
humanos2, así como en la Declaración sobre la concesión de
la independencia a los países y pueblos coloniales contenida
en la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General, de 14 de
diciembre de 1960.

Artículo 4

La educación a todos los niveles es uno de los medios


fundamentales para edificar una cultura de paz. En ese contexto,
es de particular importancia la educación en la esfera de los
derechos humanos.

Artículo 5

Los gobiernos tienen una función primordial en la promoción y el


fortalecimiento de una cultura de paz.

Artículo 6

La sociedad civil ha de comprometerse plenamente en el


desarrollo total de una cultura de paz.

2 Resolución 2200 A (XXI), anexo.

— 197 —
Educación para una Cultura de Paz

Artículo 7

El papel informativo y educativo de los medios de difusión


contribuye a promover una cultura de paz.

Artículo 8

Desempeñan una función clave en la promoción de una cultura


de paz los padres, los maestros, los políticos, los periodistas,
los órganos y grupos religiosos, los intelectuales, quienes
realizan actividades científicas, filosóficas, creativas y artísticas,
los trabajadores sanitarios y de actividades humanitarias, los
trabajadores sociales, quienes ejercen funciones directivas en
diversos niveles, así como las organizaciones no gubernamentales.

Artículo 9

Las Naciones Unidas deberían seguir desempeñando una función


crítica en la promoción y el fortalecimiento de una cultura de paz
en todo el mundo.

107a. sesión plenaria


13 de septiembre de 1999

PROGRAMA DE ACCIÓN SOBRE UNA CULTURA DE PAZ

La Asamblea General,

Teniendo en cuenta la Declaración sobre una Cultura de Paz


aprobada el 13 de septiembre de 1999,

Recordando su resolución 52/15, de 20 de noviembre de 1997,


en que proclamó el año 2000 “Año Internacional de la Cultura de
la Paz” y su resolución 53/25, de 10 de noviembre de 1998, en
que proclamó el período 2001-2010 “Decenio Internacional de
una cultura de paz y no violencia para los niños del mundo”,

Aprueba el siguiente Programa de Acción sobre una Cultura de


Paz:

A. Objetivos, estrategias y agentes principales

1. El Programa de Acción constituiría la base del Año Internacional


de la Cultura de la Paz y del Decenio Internacional de una

— 198 —
Educación para una Cultura de Paz

cultura de paz y no violencia para los niños del mundo.


2. Se alienta a los Estados Miembros a que adopten medidas
para promover una cultura de paz en el plano nacional, así
como en los planos regional e internacional.
3. La sociedad civil debería participar en los planos local, regional
y nacional a fin de ampliar el ámbito de las actividades
relativas a una cultura de paz.
4. El sistema de las Naciones Unidas debería reforzar las
actividades que realiza en pro de una cultura de paz.
5. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura debería mantener su función esencial
en la promoción de una cultura de paz y contribuir a ello de
forma significativa.
6. Deberían fomentarse y afianzarse las asociaciones entre los
diversos agentes que se indican en la Declaración para un
movimiento mundial en favor de una cultura de paz.
7. Una cultura de paz se promovería mediante el intercambio
de información entre los agentes sobre sus iniciativas a este
respecto.
8. La ejecución eficaz del Programa de Acción exige la
movilización de recursos, incluidos recursos financieros, por
parte de los gobiernos, las organizaciones y los particulares
interesados.

B. Consolidación de las medidas que adopten todos los agentes


pertinentes en los planos nacional, regional e internacional

9. Medidas para promover una cultura de paz por medio de la


educación:
a) Revitalizar las actividades nacionales y la cooperación
internacional destinadas a promover los objetivos de la
educación para todos con miras a lograr el desarrollo humano,
social y económico y promover una cultura de paz;
b) Velar por que los niños, desde la primera infancia, reciban
instrucción sobre valores, actitudes, comportamientos y
estilos de vida que les permitan resolver conflictos por
medios pacíficos y en un espíritu de respeto por la dignidad
humana y de tolerancia y no discriminación;
c) Hacer que los niños participen en actividades en que se les
inculquen los valores y los objetivos de una cultura de paz;
d) Velar por que haya igualdad de acceso de las mujeres,
especialmente de las niñas, a la educación;

— 199 —
Educación para una Cultura de Paz

e) Promover la revisión de los planes de estudio, incluidos


los libros de texto, teniendo en cuenta la Declaración y el
Plan de Acción Integrado sobre la Educación para la Paz, los
Derechos Humanos y la Democracia3 de 1995, para lo cual
la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura prestaría cooperación técnica si así se le
solicitara;
f) Promover y reforzar las actividades de los agentes que se
indican en la Declaración, en particular la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura,
destinadas a desarrollar valores y aptitudes que favorezcan
una cultura de paz, incluidas la educación y la capacitación
en la promoción del diálogo y el consenso;
g) Reforzar las actividades en marcha de las entidades
pertinentes del sistema de las Naciones Unidas destinadas
a impartir capacitación y educación, cuando corresponda, en
las esferas de la prevención de los conflictos y la gestión
de las crisis, el arreglo pacífico de las controversias y la
consolidación de la paz después de los conflictos;
h) Ampliar las iniciativas en favor de una cultura de paz
emprendidas por instituciones de enseñanza superior de
diversas partes del mundo, incluidas la Universidad de las
Naciones Unidas, la Universidad para la Paz y el proyecto
relativo al Programa de universidades gemelas y de Cátedras
de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura.
10. Medidas para promover el desarrollo económico y social
sostenible:
a) Tomar medidas amplias basándose en estrategias adecuadas
y objetivos convenidos a fin de erradicar la pobreza mediante
actividades nacionales e internacionales, incluso mediante la
cooperación internacional;
b) Reforzar la capacidad nacional para aplicar políticas y
programas destinados a reducir las desigualdades económicas
y sociales dentro de las naciones, por medio, entre otras
cosas, de la cooperación internacional;
c) Promover soluciones efectivas, equitativas, duraderas y
orientadas al desarrollo para los problemas de la deuda
externa y el servicio de la deuda de los países en desarrollo,
por medio, entre otras cosas, del alivio de la carga de la
deuda;
3 Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura,
Actas de la Conferencia General, 28a. reunión, París, 25 de octubre a 16 de
noviembre de 1995, vol. 1: Resoluciones, resolución 5.4, anexos.

— 200 —
Educación para una Cultura de Paz

d) Reforzar las medidas que se adopten a todos los niveles


para aplicar estrategias nacionales en pro de la seguridad
alimentaria sostenible, incluida la formulación de medidas
para movilizar y aprovechar al máximo la asignación y
utilización de recursos obtenidos de todas las fuentes, incluso
gracias a la cooperación internacional, como los recursos
procedentes del alivio de la carga de la deuda;
e) Adoptar más medidas para velar por que el proceso de
desarrollo sea participativo y por que los proyectos de
desarrollo cuenten con la plena participación de todos;
f) Incluir una perspectiva de género y el fomento de la
autonomía de mujeres y niñas como parte integrante del
proceso de desarrollo;
g) Incluir en las estrategias de desarrollo medidas especiales
en que se atiendan las necesidades de mujeres y niños, así
como de grupos con necesidades especiales;
h) Reforzar mediante la asistencia al desarrollo después de
los conflictos los procesos de rehabilitación, reintegración y
reconciliación de todos los involucrados en el conflicto;
i) Incluir medidas de creación de capacidad en las estrategias
y proyectos de desarrollo dedicados a la sostenibilidad del
medio ambiente, incluidas la conservación y la regeneración
de la base de recursos naturales;
j) Eliminar obstáculos que impidan la realización del derecho
de los pueblos a la libre determinación, en particular de
los pueblos que viven bajo dominación colonial u otras
formas de dominación u ocupación extranjera, que afectan
negativamente a su desarrollo social y económico.
11. Medidas para promover el respeto de todos los derechos
humanos:
a) Aplicar cabalmente la Declaración y Programa de Acción de
Viena4;
b) Alentar la formulación de planes de acción nacionales para
promover y proteger todos los derechos humanos;
c) Fortalecer las instituciones y capacidades nacionales en
la esfera de los derechos humanos, incluso por medio de
instituciones nacionales de derechos humanos;
d) Realizar y aplicar el derecho al desarrollo establecido en la
Declaración sobre el derecho al desarrollo5 y la Declaración y
Programa de Acción de Viena;

4 A/CONF.157/24 (Parte I), cap. III.


5 Resolución 41/128, anexo.

— 201 —
Educación para una Cultura de Paz

e) Lograr los objetivos del Decenio de las Naciones Unidas para


la educación en la esfera de los derechos humanos, 1995-
20046;
f) Difundir y promover la Declaración Universal de Derechos
Humanos a todos los niveles;
g) Prestar más apoyo a las actividades que realiza la Alta
Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos en el desempeño de su mandato establecido en la
resolución 48/141 de la Asamblea General, de 20 de diciembre
de 1993, así como las responsabilidades establecidas en
resoluciones y decisiones subsiguientes.
12. Medidas para garantizar la igualdad entre mujeres y hombres:
a) Integrar la perspectiva de género en la aplicación de todos
los instrumentos internacionales pertinentes;
b) Intensificar la aplicación de los instrumentos internacionales
en que se promueve la igualdad entre mujeres y hombres;
c) Aplicar la Plataforma de Acción de Beijing aprobada en la
Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer7 con los recursos
y la voluntad política que sean necesarios y por medio, entre
otras cosas, de la elaboración, la aplicación y el seguimiento
de los planes de acción nacionales;
d) Promover la igualdad entre mujeres y hombres en la adopción
de decisiones económicas, sociales y políticas;
e) Seguir fortaleciendo las actividades de las entidades
pertinentes del sistema de las Naciones Unidas destinadas a
eliminar todas las formas de discriminación y violencia contra
la mujer;
f) Prestar apoyo y asistencia a las mujeres que han sido víctimas
de cualquier forma de violencia, incluso en el hogar, el lugar
de trabajo y durante los conflictos armados.

13. Medidas para promover la participación democrática:


a) Consolidar todas las actividades destinadas a promover
principios y prácticas democráticos;
b) Hacer especial hincapié en los principios y prácticas
democráticos en todos los niveles de la enseñanza escolar,
extraescolar y no escolar;

6 Véase A/49/261-E/1994/110/Add.1, anexo.


7 Informe de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, Beijing, 4 a 15 de
septiembre de 1995 (publicación de las Naciones Unidas, No. de venta: S.96.
IV.13), cap. I, resolución 1, anexo II.

— 202 —
Educación para una Cultura de Paz

c) Establecer y fortalecer instituciones y procesos nacionales en


que se promueva y se apoye la democracia por medio, entre
otras cosas, de la formación de funcionarios públicos y la
creación de capacidad en ese sector;
d) Fortalecer la participación democrática por medio, entre otras
cosas, de la prestación de asistencia electoral a petición de
los Estados interesados y de conformidad con las directrices
pertinentes de las Naciones Unidas;
e) Luchar contra el terrorismo, la delincuencia organizada, la
corrupción, así como la producción, el tráfico y el consumo de
drogas ilícitas y el blanqueo de dinero, por su capacidad de
socavar la democracia e impedir el pleno desarrollo de una
cultura de paz.
14. Medidas encaminadas a promover la comprensión, la
tolerancia y la solidaridad:
a) Aplicar la Declaración de Principios sobre la Tolerancia y
el Plan de Acción de Seguimiento del Año de las Naciones
Unidas para la Tolerancia8 (1995);
b) Apoyar las actividades que se realicen en el contexto del Año
de las Naciones Unidas del Diálogo entre Civilizaciones, que
se celebrará en 2001;
c) Estudiar más a fondo las prácticas y tradiciones locales o
autóctonas de solución de controversias y promoción de la
tolerancia con el objetivo de aprender de ellas;
d) Apoyar las medidas en que se promueva la comprensión, la
tolerancia y la solidaridad en toda la sociedad, en particular
con los grupos vulnerables;
e) Seguir apoyando el logro de los objetivos del Decenio
Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo;
f) Apoyar las medidas en que se promueva la tolerancia y la
solidaridad con los refugiados y las personas desplazadas,
teniendo en cuenta el objetivo de facilitar su regreso
voluntario y su integración social;
g) Apoyar las medidas en que se promueva la tolerancia y la
solidaridad con los migrantes;
h) Promover una mayor comprensión, tolerancia y cooperación
entre todos los pueblos, por medio, entre otras cosas, de la
utilización adecuada de nuevas tecnologías y la difusión de
información;

8 A/51/201, apéndice I.

— 203 —
Educación para una Cultura de Paz

i) Apoyar las medidas en que se promueva la comprensión, la


tolerancia, la solidaridad y la cooperación entre los pueblos y
entre las naciones y dentro de ellas.
15. Medidas destinadas a apoyar la comunicación participativa y
la libre circulación de información y conocimientos:
a) Apoyar la importante función que desempeñan los medios de
difusión en la promoción de una cultura de paz;
b) Velar por la libertad de prensa y la libertad de información y
comunicación;
c) Hacer uso eficaz de los medios de comunicación en la
promoción y difusión de la información sobre una cultura de
paz contando con la participación, como corresponda, de las
Naciones Unidas y de los mecanismos regionales, nacionales
y locales pertinentes;
d) Promover la comunicación social a fin de que las comunidades
puedan expresar sus necesidades y participar en la adopción
de decisiones;
e) Adoptar medidas acerca del problema de la violencia en los
medios de información, incluidas las nuevas tecnologías de
comunicación, entre otras, la Internet;
f) Incrementar las medidas destinadas a promover el
intercambio de información sobre las nuevas tecnologías de
la información, incluida la Internet.
16. Medidas para promover la paz y la seguridad internacionales:
a) Promover el desarme general y completo bajo control
internacional estricto y efectivo, teniendo en cuenta las
prioridades establecidas por las Naciones Unidas en la esfera
del desarme;
b) Inspirarse, cuando proceda, en las experiencias favorables a
una cultura de paz obtenidas de las actividades de “conversión
militar” realizadas en algunos países del mundo;
c) Destacar la inadmisibilidad de la adquisición de territorios
mediante la guerra y la necesidad de trabajar en pro de una
paz justa y duradera en todas las partes del mundo;
d) Alentar la adopción de medidas de fomento de la confianza
y actividades para la negociación de arreglos pacíficos de los
conflictos;
e) Tomar medidas para eliminar la producción y el tráfico ilícitos
de armas pequeñas y ligeras;
f) Apoyar actividades, a los niveles nacional, regional e
internacional, encaminadas a la solución de problemas

— 204 —
Educación para una Cultura de Paz

concretos que se produzcan después de los conflictos, como


la desmovilización y la reintegración de excombatientes en la
sociedad, así como de refugiados y personas desplazadas, la
ejecución de programas de recogida de armas, el intercambio
de información y el fomento de la confianza;
g) Desalentar y abstenerse de adoptar cualquier medida
unilateral que no esté en consonancia con el derecho
internacional y la Carta de las Naciones Unidas y dificulte el
logro pleno del desarrollo económico y social de la población
de los países afectados, en particular mujeres y niños,
impida su bienestar, cree obstáculos para el goce pleno de
sus derechos humanos, incluido el derecho de todos a un
nivel de vida adecuado para su salud y bienestar y el derecho
a los alimentos, la atención médica y los servicios sociales
necesarios, al tiempo que se reafirma que los alimentos y
los medicamentos no deben utilizarse como instrumento de
presión política;
h) Abstenerse de adoptar medidas de coacción militar, política,
económica o de cualquier otra índole, que no estén en
consonancia con el derecho internacional y la Carta y cuyo
objetivo sea atentar contra la independencia política o la
integridad territorial de los Estados;
i) Recomendar que se dé la consideración adecuada a la
cuestión de las repercusiones humanitarias de las sanciones,
en particular para las mujeres y los niños, con miras a reducir
al mínimo las consecuencias humanitarias de las sanciones;
j) Promover una mayor participación de la mujer en la
prevención y la solución de conflictos y, en particular, en las
actividades en que se promueva una cultura de paz después
de los conflictos;
k) Promover iniciativas de solución de conflictos como el
establecimiento de días de tranquilidad para llevar a cabo
campañas de vacunación y distribución de medicamentos,
corredores de paz para permitir la entrega de suministros
humanitarios y santuarios de paz para respetar el papel
fundamental de las instituciones sanitarias y médicas, como
hospitales y clínicas;
l) Alentar la capacitación en técnicas de entendimiento,
prevención y solución de conflictos impartida al personal
interesado de las Naciones Unidas, las organizaciones
regionales pertinentes y los Estados Miembros, previa
petición, cuando corresponda.

107a. sesión plenaria


13 de septiembre de 1999

— 205 —
Educación para una Cultura de Paz

Naciones Unidas A/RES/55/47

Asamblea General Distr. general


22 de enero de 2001

Quincuagésimo quinto período de sesiones


Tema 33 del programa

Resolución aprobada por la Asamblea General


Resolución aprobada por la Asamblea General
[sin remisión previa a una Comisión Principal
(A/55/L.43/Rev.1
[sin remisión previa a una Comisión Principaly Add.1)] y Add.1)]
(A/55/L.43/Rev.1

55/47.55/47. Decenio
Decenio Internacional de unade
Internacional cultura
unadecultura
paz y no de paz y no
violenciaviolencia
paraparaloslosniños
niños deldel
mundo, 2001-2010
mundo, 2001-2010
La Asamblea General,
La Asamblea General,
Teniendo presente la Carta de las Naciones Unidas, sobre todo los propósitos y
principios que figuran en ella, y especialmente su empeño en preservar a las
generaciones venideras del flagelo de la guerra,
Teniendo presente la Carta de las Naciones Unidas, sobre todo
Recordando la Constitución de la Organización de las Naciones Unidas para la
los propósitos
Educación, la y Ciencia
principios que
y la Cultura, figuran
en la que se declaraen ella,quey lasespecialmente
que puesto guerras
su empeño en
nacen en la preservar a lasesgeneraciones
mente de los hombres, venideras
en la mente de los hombres del flagelo
donde deben
erigirse los baluartes de la paz,
de la guerra,
Recordando también sus anteriores resoluciones sobre una cultura de paz, en
particular la resolución 52/15, de 20 de noviembre de 1997, en la que se proclamó
Recordando la Año
el año 2000 Constitución
Internacional de la de ladeOrganización
Cultura la Paz, y la resolución de
53/25,las
de 10Naciones
de noviembre de 1998, en la que se proclamó el período 2001-2010 Decenio
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura,
Internacional de una cultura de paz y no violencia para los niños del mundo,
en la que se
declara queReafirmando
puestola Declaración
que las1 y guerras nacen 2 en la mente
el Programa de Acción sobre una Cultura de
de los
hombres,Paz, es en la que
reconociendo mente de otras
sirven, entre los cosas,
hombres
de base para donde deben
la celebración del erigirse
los baluartes de la paz,
Decenio y convencida de que la celebración efectiva y fructífera del Decenio en
todo el mundo promoverá una cultura de paz y no violencia que beneficiará a la
humanidad, en particular a las generaciones futuras,
RecordandoTomando
también nota sus anteriores
del informe resoluciones
del Secretario General sobresobre una cultura
el Decenio
de paz, en particular la resolución 52/15, de del
20mundo
de noviembre
3
Internacional de una cultura de paz y no violencia para los niños , de
1997, en laTomando
que nota se también
proclamó el año
de la resolución 2000
2000/66 Año4 Internacional
de la Comisión de Derechos de
Humanos, de 26 de abril de 2000, titulada “Hacia una cultura de paz” ,
la Cultura de la Paz, y la resolución 53/25, de 10 de noviembre
Haciendo hincapié en la importancia particular que tienen el período
de 1998, en la que
extraordinario se deproclamó
de sesiones el período
la Asamblea General 2001-2010
para el seguimiento de la Cumbre Decenio
Internacional de una cultura de paz y no violencia para los niños
del mundo,
1
Resolución 53/243 A.
2
Resolución 53/243 B.
3
A/55/377.
4
Véase Documentos Oficiales del Consejo Económico y Social, Suplemento No. 3 (E/2000/23), cap. II,
Reafirmando
secc. A. la Declaración1 y el Programa de Acción2 sobre una
Cultura de Paz, reconociendo que sirven, entre otras cosas, de
base
00 56224 para la celebración del Decenio y convencida de que la
celebración efectiva y fructífera del Decenio en todo el mundo
promoverá una cultura de paz y no violencia que beneficiará a la
humanidad, en particular a las generaciones futuras,

1 Resolución 53/243 A.
2 Resolución 53/243 B.

— 206 —
Educación para una Cultura de Paz

Tomando nota del informe del Secretario General sobre el


Decenio Internacional de una cultura de paz y no violencia para
los niños del mundo3,

Tomando nota también de la resolución 2000/66 de la Comisión


de Derechos Humanos, de 26 de abril de 2000, titulada “Hacia
una cultura de paz”4,

Haciendo hincapié en la importancia particular que tienen el


período extraordinario de sesiones de la Asamblea General para
el seguimiento de la Cumbre Mundial en favor de la Infancia,
que se celebrará en Nueva York en 2001, la Conferencia Mundial
contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las
Formas Conexas de Intolerancia, que se celebrará en Durbán
(Sudáfrica) en 2001, y el Decenio de las Naciones Unidas para
la educación en la esfera de los derechos humanos, 1995-2004,
para el Decenio Internacional de una cultura de paz y no violencia
para los niños del mundo, 2001-2010,

Teniendo en cuenta la iniciativa “Manifiesto 2000” de la


Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia
y la Cultura, en la que se promueve una cultura de paz y que,
hasta la fecha, ha recibido más de sesenta millones de firmas de
apoyo de todo el mundo,

1. Reconoce que el objetivo del Decenio Internacional de una


cultura de paz y no violencia para los niños del mundo es
fortalecer más el movimiento mundial en pro de una cultura
de paz después de la celebración del Año Internacional de la
Cultura de la Paz en 2000;

2. Toma nota con satisfacción de que los Estados Miembros,


el sistema de las Naciones Unidas y la sociedad civil se han
mostrado activos en los planos nacional, regional y mundial
durante el Año Internacional de la Cultura de la Paz y, a
este respecto, reconoce que la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura habrá de
ejercer las funciones de coordinación durante el año;

3. Invita a los Estados Miembros a que hagan más hincapié


en sus actividades de promoción de una cultura de paz y
no violencia y a que las amplíen, en particular durante el
Decenio, en los planos nacional, regional e internacional, y

3 A/55/377.
4 Véase Documentos Oficiales del Consejo Económico y Social, Suplemento No. 3
(E/2000/23), cap. II, secc. A.

— 207 —
Educación para una Cultura de Paz

a que velen por que se promueva la paz y la no violencia a


todos los niveles;

4. Acoge con satisfacción la creación de comités nacionales


y mecanismos de coordinación nacional en más de ciento
sesenta países con motivo de la celebración del Año
Internacional de la Cultura de la Paz, subraya la importancia
de que sigan participando de cerca en la consecución de los
objetivos de la Declaración1 y el Programa de Acción2 sobre
una Cultura de Paz y en la celebración efectiva del Decenio,
y alienta a que se establezcan órganos de esa índole en los
demás países;

5. Designa a la Organización de las Naciones Unidas para


la Educación, la Ciencia y la Cultura organismo rector del
Decenio que coordinará las actividades de las organizaciones
del sistema de las Naciones Unidas para la promoción
de una cultura de paz y servirá de enlace con las demás
organizaciones interesadas en esa cuestión;

6. Reconoce la función importante que desempeñan los órganos


competentes de las Naciones Unidas, sobre todo el Fondo
de las Naciones Unidas para la Infancia y la Universidad
para la Paz, en cuanto a promover más una cultura de paz
y no violencia, en particular mediante actividades especiales
durante el Decenio en los planos nacional, regional e
internacional;

7. Pide a la Organización de las Naciones Unidas para la


Educación, la Ciencia y la Cultura que difunda ampliamente,
en diversos idiomas, la Declaración y el Programa de Acción
y los documentos conexos, sobre todo durante el Decenio;

8. Exhorta a los órganos competentes de las Naciones Unidas,


en particular a la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura y al Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia, a que promuevan la educación
académica y no académica a todos los niveles para fomentar
una cultura de paz y no violencia;

9. Invita a la sociedad civil local, regional y nacional a que amplíe


su ámbito de actividades para promover una cultura de paz y
no violencia, mediante una colaboración y un intercambio de
información que contribuyan a crear un movimiento mundial
en pro de una cultura de paz, y alienta a la sociedad civil,
incluidas las organizaciones no gubernamentales, a que
promuevan los objetivos del Decenio aprobando un programa
de actividades propio que complemente las iniciativas de

— 208 —
Educación para una Cultura de Paz

los Estados Miembros, las organizaciones del sistema de


las Naciones Unidas y otras organizaciones regionales y
mundiales;

10. Subraya la importancia que tienen los medios de difusión y


las nuevas tecnologías de la información y la comunicación
para promover más una cultura de paz y no violencia,
especialmente entre los niños y los jóvenes;

11. Pide al Secretario General que en su sexagésimo período de


sesiones, que se celebrará en 2005, le presente un informe
sobre la celebración del Decenio hasta mediados de éste y
sobre la aplicación de la Declaración y el Programa de Acción,
teniendo en cuenta las opiniones de los Estados Miembros y
en consulta con la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura, el Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia y otros órganos competentes del
sistema;

12. Invita a la sociedad civil, incluidas las organizaciones no


gubernamentales, a que facilite al Secretario General
información sobre la celebración del Decenio y sobre las
actividades realizadas para promover una cultura de paz y
no violencia;

13. Decide dedicar un día de las sesiones plenarias de su


sexagésimo período de sesiones a examinar el tema, lo que
incluirá el análisis de los progresos logrados en la aplicación
de la Declaración y el Programa de Acción, así como en la
celebración del Decenio hasta mediados de éste, con la
participación de todos los interesados, según proceda;

14. Pide al Secretario General que le presente un informe sobre


la aplicación de la presente resolución en su quincuagésimo
sexto período de sesiones;

15. Decide incluir en el programa provisional de su quincuagésimo


sexto período de sesiones el tema titulado “Cultura de paz”.

74a. sesión plenaria


29 de noviembre de 2000

— 209 —
Educación para una Cultura de Paz

La Carta de la Tierra

PREÁMBULO

Estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra, en el


cual la humanidad debe elegir su futuro. A medida que el mundo
se vuelve cada vez más interdependiente y frágil, el futuro
depara, a la vez, grandes riesgos y grandes promesas. Para
seguir adelante, debemos reconocer que en medio de la magnífica
diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia
humana y una sola comunidad terrestre con un destino común.
Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible
fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos
universales, la justicia económica y una cultura de paz. En torno
a este fin, es imperativo que nosotros, los pueblos de la Tierra,
declaremos nuestra responsabilidad unos hacia otros, hacia la
gran comunidad de la vida y hacia las generaciones futuras.

La Tierra, nuestro hogar

La humanidad es parte de un vasto universo evolutivo. La Tierra,


nuestro hogar, está viva con una comunidad singular de vida.
Las fuerzas de la naturaleza promueven a que la existencia sea
una aventura exigente e incierta, pero la Tierra ha brindado las
condiciones esenciales para la evolución de la vida. La capacidad
de recuperación de la comunidad de vida y el bienestar de
la humanidad dependen de la preservación de una biosfera
saludable, con todos sus sistemas ecológicos, una rica variedad
de plantas y animales, tierras fértiles, aguas puras y aire limpio.
El medio ambiente global, con sus recursos finitos, es una
preocupación común para todos los pueblos. La protección de
la vitalidad, la diversidad y la belleza de la Tierra es un deber
sagrado.

La situación global

Los patrones dominantes de producción y consumo están causando


devastación ambiental, agotamiento de recursos y una extinción
masiva de especies. Las comunidades están siendo destruidas.
Los beneficios del desarrollo no se comparten equitativamente y
la brecha entre ricos y pobres se está ensanchando. La injusticia,
la pobreza, la ignorancia y los conflictos violentos se manifiestan
por doquier y son la causa de grandes sufrimientos. Un aumento
sin precedentes de la población humana ha sobrecargado los
sistemas ecológicos y sociales. Los fundamentos de la seguridad

— 210 —
Educación para una Cultura de Paz

global están siendo amenazados. Estas tendencias son peligrosas,


pero no inevitables.

Los retos venideros

La elección es nuestra: formar una sociedad global para cuidar


la Tierra y cuidarnos unos a otros o arriesgarnos a la destrucción
de nosotros mismos y de la diversidad de la vida. Se necesitan
cambios fundamentales en nuestros valores, instituciones
y formas de vida. Debemos darnos cuenta de que, una vez
satisfechas las necesidades básicas, el desarrollo humano se
refiere primordialmente a ser más, no a tener más. Poseemos
el conocimiento y la tecnología necesarios para proveer a todos
y para reducir nuestros impactos sobre el medio ambiente.
El surgimento de una sociedad civil global, está creando
nuevas oportunidades para construir un mundo democrático y
humanitario. Nuestros retos ambientales, económicos, políticos,
sociales y espirituales, están interrelacionados y juntos podemos
proponer y concretar soluciones comprensivas.

Responsabilidad Universal

Para llevar a cabo estas aspiraciones, debemos tomar la decisión


de vivir de acuerdo con un sentido de responsabilidad universal,
identificándonos con toda la comunidad terrestre, al igual que con
nuestras comunidades locales. Somos ciudadanos de diferentes
naciones y de un solo mundo al mismo tiempo, en donde los
ámbitos local y global, se encuentran estrechamente vinculados.
Todos compartimos una responsabilidad hacia el bienestar
presente y futuro de la familia humana y del mundo viviente
en su amplitud. El espíritu de solidaridad humana y de afinidad
con toda la vida se fortalece cuando vivimos con reverencia ante
el misterio del ser, con gratitud por el regalo de la vida y con
humildad con respecto al lugar que ocupa el ser humano en la
naturaleza.

Necesitamos urgentemente una visión compartida sobre los


valores básicos que brinden un fundamento ético para la
comunidad mundial emergente. Por lo tanto, juntos y con
una gran esperanza, afirmamos los siguientes principios
interdependientes, para una forma de vida sostenible, como un
fundamento común mediante el cual se deberá guiar y valorar la
conducta de las personas, organizaciones, empresas, gobiernos
e instituciones transnacionales.

— 211 —
Educación para una Cultura de Paz

PRINCIPIOS

I . RESPETO Y CUIDADO DE LA COMUNIDAD DE LA VIDA

1. Respetar la Tierra y la vida en toda su diversidad

a. Reconocer que todos los seres son interdependientes y que


toda forma de vida independientemente de su utilidad, tiene
valor para los seres humanos.
b. Afirmar la fe en la dignidad inherente a todos los seres
humanos y en el potencial intelectual, artístico, ético y
espiritual de la humanidad.

2. Cuidar la comunidad de la vida con entendimiento,


compasión y amor.

a. Aceptar que el derecho a poseer, administrar y utilizar los


recursos naturales conduce hacia el deber de prevenir daños
ambientales y proteger los derechos de las personas.
b. Afirmar, que a mayor libertad, conocimiento y poder, se
presenta una correspondiente responsabilidad por promover
el bien común.

3. Construir sociedades democráticas que sean justas,


participativas, sostenibles y pacíficas

a. Asegurar que las comunidades, a todo nivel, garanticen los


derechos humanos y las libertades fundamentales y brinden
a todos la oportunidad de desarrollar su pleno potencial.
b. Promover la justicia social y económica, posibilitando que
todos alcancen un modo de vida seguro y digno, pero
ecológicamente responsable.

4. Asegurar que los frutos y la belleza de la Tierra se


preserven para las generaciones presentes y futuras.

a. Reconocer que la libertad de acción de cada generación


se encuentra condicionada por las necesidades de las
generaciones futuras.
b. Transmitir a las futuras generaciones valores, tradiciones e
instituciones, que apoyen la prosperidad a largo plazo, de las
comunidades humanas y ecológicas de la Tierra.

— 212 —
Educación para una Cultura de Paz

Para poder realizar estos cuatro compromisos generales, es


necesario:

I I . INTEGRIDAD ECOLÓGICA

5. Proteger y restaurar la integridad de los sistemas


ecológicos de la Tierra, con especial preocupación por
la diversidad biológica y los procesos naturales que
sustentan la vida.

a. Adoptar, a todo nivel, planes de desarrollo sostenible y


regulaciones que permitan incluir la conservación y la
rehabilitación ambientales, como parte integral de todas las
iniciativas de desarrollo.
b. Establecer y salvaguardar reservas viables para la naturaleza
y la biosfera, incluyendo tierras silvestres y áreas marinas,
de modo que tiendan a proteger los sistemas de soporte a la
vida de la Tierra, para mantener la biodiversidad y preservar
nuestra herencia natural.
c. Promover la recuperación de especies y ecosistemas en
peligro.
d. Controlar y erradicar los organismos exógenos o genéticamente
modificados, que sean dañinos para las especies autóctonas
y el medio ambiente; y además, prevenir la introducción de
tales organismos dañinos.
e. Manejar el uso de recursos renovables como el agua, la tierra,
los productos forestales y la vida marina, de manera que no
se excedan las posibilidades de regeneración y se proteja la
salud de los ecosistemas.
f. Manejar la extracción y el uso de los recursos no renovables,
tales como minerales y combustibles fósiles, de forma que
se minimice su agotamiento y no se causen serios daños
ambientales.

6. Evitar dañar como el mejor método de protección


ambiental y cuando el conocimiento sea limitado, proceder
con precaución.

a. Tomar medidas para evitar la posibilidad de daños ambientales


graves o irreversibles, aun cuando el conocimiento científico
sea incompleto o inconcluso.
b. Imponer las pruebas respectivas y hacer que las partes
responsables asuman las consecuencias de reparar el daño
ambiental, principalmente para quienes argumenten que una
actividad propuesta no causará ningún daño significativo.

— 213 —
Educación para una Cultura de Paz

c. Asegurar que la toma de decisiones contemple las


consecuencias acumulativas, a largo término, indirectas, de
larga distancia y globales de las actividades humanas.
d. Prevenir la contaminación de cualquier parte del medio
ambiente y no permitir la acumulación de sustancias
radioactivas, tóxicas u otras sustancias peligrosas.
e. Evitar actividades militares que dañen el medio ambiente.

7. Adoptar patrones de producción, consumo y reproducción


que salvaguarden las capacidades regenerativas de la
Tierra, los derechos humanos y el bienestar comunitario.

a. Reducir, reutilizar y reciclar los materiales usados en los


sistemas de producción y consumo y asegurar que los
desechos residuales puedan ser asimilados por los sistemas
ecológicos.
b. Actuar con moderación y eficiencia al utilizar energía y
tratar de depender cada vez más de los recursos de energía
renovables, tales como la solar y eólica.
c. Promover el desarrollo, la adopción y la transferencia
equitativa de tecnologías ambientalmente sanas.
d. Internalizar los costos ambientales y sociales totales de
bienes y servicios en su precio de venta y posibilitar que los
consumidores puedan identificar productos que cumplan con
las más altas normas sociales y ambientales.
e. Asegurar el acceso universal al cuidado de la salud que
fomente la salud reproductiva y la reproducción responsable.
f. Adoptar formas de vida que pongan énfasis en la calidad de
vida y en la suficiencia material en un mundo finito.

8. Impulsar el estudio de la sostenibilidad ecológica y


promover el intercambio abierto y la extensa aplicación
del conocimiento adquirido

a. Apoyar la cooperación internacional científica y técnica sobre


sostenibilidad, con especial atención a las necesidades de las
naciones en desarrollo.
b. Reconocer y preservar el conocimiento tradicional y la
sabiduría espiritual en todas las culturas que contribuyen a la
protección ambiental y al bienestar humano.
c. Asegurar que la información de vital importancia para la salud
humana y la protección ambiental, incluyendo la información
genética, esté disponible en el dominio público.

— 214 —
Educación para una Cultura de Paz

I I I . JUSTICIA SOCIAL Y ECONÓMICA

9. Erradicar la pobreza como un imperativo ético, social y


ambiental

a. Garantizar el derecho al agua potable, al aire limpio, a la


seguridad alimenticia, a la tierra no contaminada, a una
vivienda y a un saneamiento seguro, asignando los recursos
nacionales e internacionales requeridos.
b. Habilitar a todos los seres humanos con la educación y
con los recursos requeridos para que alcancen un modo de
vida sostenible y proveer la seguridad social y las redes de
apoyo requeridos para quienes no puedan mantenerse por sí
mismos.
c. Reconocer a los ignorados, proteger a los vulnerables,
servir a aquellos que sufren y posibilitar el desarrollo de sus
capacidades y perseguir sus aspiraciones.

10. Asegurar que las actividades e instituciones


económicas, a todo nivel, promuevan el desarrollo humano
de forma equitativa y sostenible.

a. Promover la distribución equitativa de la riqueza dentro de


las naciones y entre ellas.
b. Intensificar los recursos intelectuales, financieros, técnicos y
sociales de las naciones en desarrollo y liberarlas de onerosas
deudas internacionales.
c. Asegurar que todo comercio apoye el uso sostenible de los
recursos, la protección ambiental y las normas laborales
progresivas.
d. Involucrar e informar a las corporaciones multinacionales
y a los organismos financieros internacionales para que
actúen transparentemente por el bien público y exigirles
responsabilidad por las consecuencias de sus actividades.

11. Afirmar la igualdad y equidad de género como


prerrequisitos para el desarrollo sostenible y asegurar el
acceso universal a la educación, el cuidado de la salud y la
oportunidad económica.

a. Asegurar los derechos humanos de las mujeres y las niñas y


terminar con toda la violencia contra ellas.
b. Promover la participación activa de las mujeres en todos
los aspectos de la vida económica, política, cívica, social

— 215 —
Educación para una Cultura de Paz

y cultural, como socias plenas e iguales en la toma de


decisiones, como líderes y como beneficiarias.
c. Fortalecer las familias y garantizar la seguridad y la crianza
amorosa de todos sus miembros.

12. Defender el derecho de todos, sin discriminación, a un


entorno natural y social que apoye la dignidad humana, la
salud física y el bienestar espiritual, con especial atención
a los derechos de los pueblos indígenas y las minorías.

a. Eliminar la discriminación en todas sus formas, tales como


aquellas basadas en la raza, el color, el género, la orientación
sexual, la religión, el idioma y el origen nacional, étnico o
social.
b. Afirmar el derecho de los pueblos indígenas a su espiritualidad,
conocimientos, tierras y recursos y a sus prácticas vinculadas
a un modo de vida sostenible.
c. Honrar y apoyar a los jóvenes de nuestras comunidades,
habilitándolos para que ejerzan su papel esencial en la
creación de sociedades sostenibles.
d. Proteger y restaurar lugares de importancia que tengan un
significado cultural y espiritual.

IV. DEMOCRACIA, NO VIOLENCIA Y PAZ

13. Fortalecer las instituciones democráticas en todos los


niveles y brindar transparencia y rendimiento de cuentas
en la gobernabilidad, participación inclusiva en la toma de
decisiones y
acceso a la justicia

a. Sostener el derecho de todos a recibir información clara


y oportuna sobre asuntos ambientales, al igual que sobre
todos los planes y actividades de desarrollo que los pueda
afectar o en los que tengan interés.
b. Apoyar la sociedad civil local, regional y global y promover
la participación significativa de todos los individuos y
organizaciones interesados en la toma de decisiones.
c. Proteger los derechos a la libertad de opinión, expresión,
reunión pacífica, asociación y disensión.
d. Instituir el acceso efectivo y eficiente de procedimientos
administrativos y judiciales independientes, incluyendo las
soluciones y compensaciones por daños ambientales y por la
amenaza de tales daños.

— 216 —
Educación para una Cultura de Paz

e. Eliminar la corrupción en todas las instituciones públicas y


privadas.
f. Fortalecer las comunidades locales, habilitándolas para
que puedan cuidar sus propios ambientes y asignar la
responsabilidad ambiental en aquellos niveles de gobierno
en donde puedan llevarse a cabo de manera más efectiva.

14. Integrar en la educación formal y en el aprendizaje a


lo largo de la vida, las habilidades, el conocimiento y los
valores necesarios para un modo de vida sostenible.

a. Brindar a todos, especialmente a los niños y los jóvenes,


oportunidades educativas que les capaciten para contribuir
activamente al desarrollo sostenible.
b. Promover la contribución de las artes y de las humanidades,
al igual que de las ciencias, para la educación sobre la
sostenibilidad.
c. Intensificar el papel de los medios masivos de comunicación
en la toma de conciencia sobre los retos ecológicos y sociales.
d. Reconocer la importancia de la educación moral y espiritual
para una vida sostenible.

15. Tratar a todos los seres vivientes con respeto y


consideración

a. Prevenir la crueldad contra los animales que se mantengan


en las sociedades humanas y protegerlos del sufrimiento.
b. Proteger a los animales salvajes de métodos de caza, trampa
y pesca, que les causen un sufrimiento extremo, prolongado
o evitable.
c. Evitar o eliminar, hasta donde sea posible, la toma o
destrucción de especies por simple diversión, negligencia o
desconocimiento.

16. Promover una cultura de tolerancia, no violencia y paz.

a. Alentar y apoyar la comprensión mutua, la solidaridad y la


cooperación entre todos los pueblos tanto dentro como entre
las naciones.
b. Implementar estrategias amplias y comprensivas para
prevenir los conflictos violentos y utilizar la colaboración en la
resolución de problemas para gestionar y resolver conflictos
ambientales y otras disputas.
c. Desmilitarizar los sistemas nacionales de seguridad al

— 217 —
Educación para una Cultura de Paz

nivel de una postura de defensa no provocativa y emplear


los recursos militares para fines pacíficos, incluyendo la
restauración ecológica.
d. Eliminar las armas nucleares, biológicas y tóxicas y otras
armas de destrucción masiva.
e. Asegurar que el uso del espacio orbital y exterior apoye y se
comprometa con la protección ambiental y la paz.
f. Reconocer que la paz es la integridad creada por relaciones
correctas con uno mismo, otras personas, otras culturas,
otras formas de vida, la Tierra y con el todo más grande, del
cual somos parte.

EL CAMINO HACIA ADELANTE

Como nunca antes en la historia, el destino común nos hace


un llamado a buscar un nuevo comienzo. Tal renovación es la
promesa de estos principios de la Carta de la Tierra. Para cumplir
esta promesa, debemos comprometernos a adoptar y promover
los valores y objetivos en ella expuestos.

El proceso requerirá un cambio de mentalidad y de corazón;


requiere también de un nuevo sentido de interdependencia
global y responsabilidad universal. Debemos desarrollar y aplicar
imaginativamente la visión de un modo de vida sostenible a nivel
local, nacional, regional y global. Nuestra diversidad cultural
es una herencia preciosa y las diferentes culturas encontrarán
sus propias formas para concretar lo establecido. Debemos
profundizar y ampliar el diálogo global que generó la Carta de la
Tierra, puesto que tenemos mucho que aprender en la búsqueda
colaboradora de la verdad y la sabiduría.

La vida a menudo conduce a tensiones entre valores importantes.


Ello puede implicar decisiones difíciles; sin embargo, se debe
buscar la manera de armonizar la diversidad con la unidad;
el ejercicio de la libertad con el bien común; los objetivos de
corto plazo con las metas a largo plazo. Todo individuo, familia,
organización y comunidad, tiene un papel vital que cumplir. Las
artes, las ciencias, las religiones, las instituciones educativas, los
medios de comunicación, las empresas, las organizaciones no
gubernamentales y los gobiernos, están llamados a ofrecer un
liderazgo creativo. La alianza entre gobiernos, sociedad civil y
empresas, es esencial para la gobernabilidad efectiva.

Con el objeto de construir una comunidad global sostenible,


las naciones del mundo deben renovar su compromiso con las

— 218 —
Educación para una Cultura de Paz

Naciones Unidas, cumplir con sus obligaciones bajo los acuerdos


internacionales existentes y apoyar la implementación de los
principios de la Carta de la Tierra, por medio de un instrumento
internacional legalmente vinculante sobre medio ambiente y
desarrollo.

Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar


de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de
alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la
justicia y la paz y por la alegre celebración de la vida.

— 219 —
Educación para una Cultura de Paz

Declaración de Luarca (Asturias)


sobre el Derecho Humano a la Paz

Los abajo firmantes, reunidos en la Casa de Cultura de Luarca


(Asturias) en Comité de expertos para la redacción de un Proyecto
de Declaración Universal sobre el Derecho Humano a la Paz,
promovido por la ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL DESARROLLO
Y LA APLICACIÓN DEL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS
DERECHOS HUMANOS, con el patrocinio de la AGENCIA CATALANA
DE COOPERACIÓN AL DESARROLLO DE LAGENERALITAT DE
CATALUNYA y la colaboración de la CONSEJERÍA DE JUSTICIA,
SEGURIDAD PÚBLICA Y RELACIONES EXTERIORES DEL
PRINCIPADO DE ASTURIAS, la UNIVERSIDAD DE OVIEDO y el
AYUNTAMIENTO DE VALDÉS,

Teniendo presentes las conclusiones y recomendaciones


formuladas en los seminarios regionales de expertos relativos al
Proyecto de Declaración Universal sobre el Derecho Humano a la
Paz celebrados en Gernika (30 de noviembre y 1 de diciembre
de 2005), Oviedo (27-28 de julio de 2006), Las Palmas de Gran
Canaria (17-18 de agosto de 2006), Bilbao (15-16 de septiembre
de 2006), Madrid (21-22 de septiembre de 2006), Barcelona (28-
29 de septiembre de 2006) y Sevilla (13-14 de octubre de 2006);

Hemos adoptado el día 30 de octubre de 2006, con la intención


de que la Asamblea General de las Naciones Unidas la considere
en un futuro cercano, la siguiente

DECLARACIÓN DEL DERECHO HUMANO A LA PAZ

Preámbulo

La Asamblea General,
(1) Considerando que, de conformidad con el preámbulo de la
Carta de las Naciones Unidas y los propósitos y principios que la
misma enuncia, la paz es un valor universal, la razón de ser de la
Organización, así como precondición y consecuencia del disfrute
de los derechos humanos por todos;
(2) Reconociendo la concepción positiva de la paz que va
más allá de la estricta ausencia de conflicto armado y se vincula
al desarrollo económico, social y cultural de los pueblos como
condición para la satisfacción de las necesidades básicas de los
seres humanos, a la eliminación de todo tipo de violencia, así
como al respeto efectivo de todos los derechos humanos;

— 220 —
Educación para una Cultura de Paz

(3) Teniendo en cuenta los principios y normas consagrados


en los instrumentos fundamentales de las Naciones Unidas en
materia de derechos humanos, en particular la Declaración
Universal de Derechos Humanos, la Declaración sobre el Derecho
al Desarrollo, el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, el Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos, la Convención Internacional sobre la Eliminación de
Todas las Formas de Discriminación Racial, la Convención sobre
la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer, la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes, la Convención sobre los
Derechos del Niño y la Convención Internacional sobre la
protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios
y de sus familiares;
(4) Estimando que el Derecho internacional constituye un
instrumento cuya aplicación adecuada y efectiva es indispensable
para la consecución de la paz, y que ésta es responsabilidad
compartida de las mujeres y los hombres, pueblos, Estados,
Organizaciones internacionales, sociedad civil, empresas y otros
actores sociales y, en general, de toda la comunidad internacional;
(5) Recordando que la Carta de las Naciones Unidas obliga a los
Estados miembros a arreglar sus controversias internacionales
por medios pacíficos de tal manera que no se pongan en peligro
ni la paz y la seguridad internacionales ni la justicia, así como
a abstenerse, en sus relaciones internacionales, de recurrir a
la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial
o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier
otra forma incompatible con los propósitos y principios de las
Naciones Unidas;
(6) Recordando la Declaración de Estambul, aprobada por
la XXI Conferencia Internacional de la Cruz Roja mediante su
resolución XIX (1969), en la que se declara que el ser humano
tiene derecho a disfrutar de una paz duradera y la resolución
5/XXXII (1976) de la Comisión de Derechos Humanos de las
Naciones Unidas, en la que se afirma que toda persona tiene
derecho a vivir en condiciones de paz y seguridad internacional;
(7) Recordando igualmente las resoluciones pertinentes de
la Asamblea General, entre ellas, la resolución 33/73, de 15
de diciembre de 1978, que aprueba la Declaración sobre la
preparación de las sociedades para vivir en paz; la resolución
39/11, de 12 de noviembre de 1984, que proclama la Declaración
sobre el Derecho de los Pueblos a la Paz; la resolución 53/243,
de 13 de septiembre de 1999, que proclama la Declaración
sobre una Cultura de Paz, la Declaración de Río sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo de 1992; así como la resolución 55/282

— 221 —
Educación para una Cultura de Paz

de 7 de septiembre de 2001, en la que se decidió observar el Día


Internacional de la Paz el 21 de septiembre de cada año;
(8) Reconociendo también que, conforme al Preámbulo de la
Constitución de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura, “puesto que las guerras nacen
en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres
donde deben erigirse los baluartes de la paz” y que, según esta
Organización, se debe promover una cultura de paz, entendida
como el conjunto de valores, actitudes, comportamientos y estilos
de vida que propician el rechazo de la violencia y contribuyen a
la prevención de los conflictos, al combatir sus raíces mediante
el diálogo y la negociación entre individuos, grupos y Estados;
(9) Constatando que el compromiso en favor de la paz es
un principio general del Derecho internacional, de conformidad
con el artículo 38.1.c) del Estatuto de la Corte Internacional de
Justicia, según reconoció la Consulta Internacional de expertos
representantes de 117 Estados sobre el Derecho Humano a la
Paz, celebrada en París en marzo de 1998;
(10) Considerando que la comunidad internacional requiere
la codificación y desarrollo progresivo del derecho humano a la
paz, como derecho que tiene entidad propia, vocación universal
y carácter intergeneracional, porque corresponde tanto a las
generaciones presentes como a las futuras;
(11) Recordando que los derechos humanos son inalienables,
universales, indivisibles e interdependientes y que la Carta de
las Naciones Unidas reafirma la fe en los derechos humanos
fundamentales, en la dignidad y valor de la persona humana y
en la igualdad de derechos de mujeres y hombres;
(12) Conscientes de la vulnerabilidad y dependencia del ser
humano, del derecho y la necesidad que tienen las personas y
los grupos de vivir en paz y de que se establezca un orden social,
interno e internacional, en el que la paz sea la prioridad absoluta,
de manera que se hagan plenamente efectivos los derechos y
libertades proclamados en la Declaración Universal de Derechos
Humanos;
(13) Considerando que la promoción de una cultura de paz, la
redistribución mundial de los recursos y la realización de la justicia
social deben contribuir al establecimiento de un nuevo orden
económico internacional que permita lograr los propósitos de la
presente Declaración, al eliminar las desigualdades, la exclusión
y la pobreza que generan violencia estructural incompatible con
la paz a nivel interno e internacional;
(14) Teniendo presente que la paz debe estar basada en
la justicia, y preocupados por la suerte de las víctimas de

— 222 —
Educación para una Cultura de Paz

violaciones de los derechos humanos y del Derecho internacional


humanitario, y recordando su derecho a la justicia, a la verdad y
a una reparación efectiva que incluya el restablecimiento de su
honra, la reivindicación de su memoria y la adopción de medidas
que impidan la repetición de esos hechos, contribuyendo así a la
reconciliación y al establecimiento de una paz duradera;
(15) Conscientes de que el fin de la impunidad como
herramienta para la paz también exige que toda institución
militar o de seguridad esté plenamente subordinada al estado
de derecho, al cumplimiento de las obligaciones que derivan del
Derecho internacional, al respeto de los derechos humanos y del
Derecho internacional humanitario, y a la consecución de la paz,
y de que, por lo tanto, la disciplina militar y el cumplimiento de
órdenes superiores deben estar subordinados al logro de estos
objetivos;
(16) Conscientes, igualmente, de que los éxodos y flujos
migratorios masivos son forzados, suelen obedecer a peligros,
amenazas o quebrantamientos de la paz en su origen, y pueden a
su vez poner en peligro la paz en los países de destino, por lo que
la comunidad internacional debe definir sin dilación un régimen
internacional de las migraciones que reconozca el derecho de toda
persona a emigrar y establecerse pacíficamente en el territorio
de un Estado, en los casos previstos en la presente Declaración;
(17) Afirmando que no se conseguirá la efectividad del derecho
a la paz sin la realización de la igualdad de derechos y el respeto
a la diferencia entre las mujeres y los hombres, sin el respeto a
los distintos valores culturales y creencias religiosas que sean
compatibles con los derechos humanos, y sin la eliminación
del racismo, la xenofobia y las formas contemporáneas de
discriminación racial;
(18) Reconociendo las formas agravadas de sufrimiento de las
mujeres en los conflictos armados, y subrayando la importancia
de su participación plena en los procesos de construcción de la
paz, tal y como ha reconocido el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas en su resolución 1325 (2000);
(19) Preocupados porque la producción de armas, la carrera de
armamentos y el tráfico desmesurado e incontrolado de toda clase
de armas ponen en peligro la paz y seguridad, obstaculizando
también la realización del derecho al desarrollo;
(20) Convencidos de que la consecución de la paz está
intrínsecamente vinculada al respeto del medio ambiente, así
como al desarrollo económico, social y cultural de todos los
pueblos que sea ambiental y humanamente sostenible;
(21) Convencidos igualmente de que la paz ha sido y continúa

— 223 —
Educación para una Cultura de Paz

siendo un anhelo constante de todas las civilizaciones a lo largo


de la historia de la humanidad, por lo que todos debemos unir
nuestros esfuerzos para conseguir la realización efectiva de la
paz;
Proclama la siguiente Declaración:

PARTE I

CONTENIDO DEL DERECHO HUMANO A LA PAZ


SECCIÓN A. DERECHOS

Artículo 1
Titulares

Las personas, los grupos y los pueblos tienen el derecho


inalienable a una paz justa, sostenible y duradera. En virtud de
este derecho, son titulares de los derechos enunciados en esta
Declaración.

Artículo 2
Derecho a la educación en la paz y los derechos
humanos

Toda persona tiene derecho a recibir una educación en la paz


y los derechos humanos, fundamento de todo sistema educativo,
que contribuya a generar procesos sociales basados en la
confianza, la solidaridad y el respeto mutuo, facilite la solución
pacífica de los conflictos y ayude a pensar de una forma nueva
las relaciones humanas.

Artículo 3
Derecho a la seguridad humana

Toda persona tiene derecho a la seguridad humana, que debe


incluir, entre otros derechos:
a) El derecho a disponer de los instrumentos, medios y recursos
materiales que le permitan disfrutar plenamente de una vida en
condiciones dignas y, en tal sentido, el derecho a disponer de
alimentos esenciales y agua potable, atención primaria de salud,
abrigo y vivienda básicos y formas básicas de enseñanza;
b) El derecho a disfrutar de condiciones laborales y sindicales
dignas, y a la protección de los servicios sociales, en condiciones
de igualdad de trato entre las personas que desempeñen la
misma ocupación o prestación.

— 224 —
Educación para una Cultura de Paz

Artículo 4
Derecho a vivir en un entorno seguro y sano

Los seres humanos y los pueblos tienen el derecho a vivir en


un entorno privado y público que sea seguro y sano, así como
a recibir protección contra los actos de violencia ilegítima, con
independencia de su procedencia estatal o no estatal.

Artículo 5
Derecho a la desobediencia y a la objeción de
conciencia

Toda persona, individualmente o en grupo, tiene el derecho


a la desobediencia civil y a la objeción de conciencia por la paz,
que consiste en:
a) El derecho a la desobediencia civil frente a actividades
que supongan amenazas contra la paz, incluida la protesta y el
incumplimiento pacíficos de leyes que violenten la conciencia;
b) El derecho de los miembros de toda institución militar o de
seguridad a la desobediencia de órdenes criminales o injustas
durante los conflictos armados y a no participar en operaciones
armadas, internacionales o internas, que violen los principios y
normas del Derecho internacional de los derechos humanos o del
Derecho internacional humanitario;
c) El derecho a no participar en -y a denunciar públicamente-
la investigación científica para la producción o el desarrollo de
armas de cualquier clase;
d) El derecho a obtener el estatuto de objeción de conciencia
frente a las obligaciones militares;
e) El derecho a la objeción fiscal al gasto militar y a la objeción
laboral y profesional ante operaciones de apoyo a conflictos
armados o que sean contrarias al Derecho internacional de los
derechos humanos o al Derecho internacional humanitario.

Artículo 6
Derecho a resistir y a oponerse a la barbarie

1. Toda persona y todo pueblo tienen el derecho a la resistencia


e incluso a la rebelión ante violaciones graves, masivas o
sistemáticas de los derechos humanos, lo mismo que del derecho
a la libre determinación de los pueblos, de conformidad con el
Derecho internacional.
2. Las personas y los pueblos tienen el derecho a oponerse
a la guerra, a los crímenes de guerra, a los crímenes de lesa
humanidad, a las violaciones de los derechos humanos, a los

— 225 —
Educación para una Cultura de Paz

crímenes de genocidio y de agresión, a toda propaganda a favor


de la guerra o de incitación a la violencia y a las violaciones
del Derecho Humano a la Paz, según se define en la presente
Declaración.

Artículo 7
Derecho al refugio

1. Toda persona tiene derecho a solicitar y obtener refugio en


cualquier país, sin discriminación, en los siguientes supuestos:
a) En caso de sufrir persecución por actividades a favor de la
paz, en contra de la guerra o a favor de los derechos humanos;
b) En caso de temor fundado a ser perseguida por agentes
estatales o no estatales, por motivos de raza, género, religión,
nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones
políticas;
c) En caso de ser víctima de desplazamiento forzado,
internacional o interno, ocasionado por cualquier tipo de conflicto
armado o catástrofe ambiental.
2. El estatuto de refugiado debe incluir:
a) El derecho a la integración social y laboral;
b) El derecho a obtener una reparación efectiva, conforme
a la presente Declaración, frente a violaciones de los derechos
humanos y libertades fundamentales;
c) El derecho a retornar a su país con las debidas garantías,
una vez extinguidas las causas de persecución y, en su caso,
finalizado el conflicto armado.

Artículo 8
Derecho a emigrar, a establecerse pacíficamente y a
participar

1. Toda persona tiene derecho a emigrar y a establecerse


pacíficamente, así como a retornar a su estado de origen. Ningún
extranjero podrá ser expulsado sin las debidas garantías previstas
en el Derecho internacional y de conformidad con el principio de
no devolución (non-refoulement).
2. En particular, toda persona tiene derecho a emigrar si
peligran o están seriamente amenazados su derecho a la
seguridad humana o su derecho a vivir en un entorno seguro y
sano, en los términos enunciados en los artículos 3 a) y 4 de la
presente Declaración.
3. Toda persona tiene derecho a participar, individual o

— 226 —
Educación para una Cultura de Paz

colectivamente, en los asuntos públicos del país donde tenga su


residencia habitual.
4. Toda persona o grupo tiene derecho a que se establezcan
mecanismos e instituciones específicas de participación que
aseguren la expresión libre y pública de sus preocupaciones y
demandas individuales y colectivas.

Artículo 9
Ejercicio de las libertades de pensamiento, conciencia
y religión

Toda persona tiene derecho a expresar públicamente su


libertad de pensamiento, conciencia y religión; y a que se
respete su derecho a tener, adoptar y manifestar, individual o
colectivamente, las creencias y convicciones de su elección,
según lo establecido en el Derecho internacional de los derechos
humanos.

Artículo 10
Derecho a un recurso efectivo

1. Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo que la


ampare contra violaciones de sus derechos humanos.
2. Toda persona tiene el derecho imprescriptible e irrenunciable
a obtener justicia ante violaciones de sus derechos humanos, lo
que comprenderá la investigación y determinación de los hechos
y la identificación y castigo de los responsables.
3. Las víctimas de violaciones de derechos humanos, sus
familiares y la sociedad en general, tienen derecho a conocer la
verdad.
4. Toda víctima de una violación de derechos humanos tiene
derecho a que se restablezcan sus derechos conculcados y a
obtener una reparación conforme al Derecho internacional,
incluido el derecho a una indemnización y a medidas de
satisfacción o reparación simbólica y garantías de no repetición.

Artículo 11
Derecho al desarme

Las personas y los pueblos tienen derecho a:


a) No ser considerados como enemigos por ningún Estado;
b) Que todos los Estados procedan, conjunta y coordinadamente,
en un plazo razonable, a un desarme general, transparente, bajo
control internacional eficaz y completo;

— 227 —
Educación para una Cultura de Paz

c) Que los recursos liberados por el desarme se destinen al


desarrollo económico, social y cultural de los pueblos y a la
justa redistribución de los mismos, atendiendo especialmente
a las necesidades de los países más pobres y de los grupos
vulnerables, de manera que se ponga fin a las desigualdades, la
exclusión social y la pobreza.

Artículo 12
Derecho al desarrollo

1. Toda persona y todo pueblo tienen el derecho inalienable a


participar en un desarrollo económico, social, cultural y político
en el que puedan realizarse plenamente todos los derechos
humanos y libertades fundamentales, así como a contribuir a ese
desarrollo y a disfrutar de él.
2. Toda persona y todo pueblo tienen el derecho a que se
eliminen los obstáculos que impiden la realización del derecho
al desarrollo, tales como el servicio de la deuda externa o el
mantenimiento de un orden económico internacional injusto que
genera pobreza y exclusión social.

Artículo 13
Derecho al medio ambiente sostenible

Toda persona y todo pueblo tienen el derecho a vivir en un


medio ambiente sostenible, como base para la paz y de la
supervivencia de la humanidad.

Artículo 14
Grupos vulnerables

1. Todas las personas pertenecientes a grupos en situación


de vulnerabilidad tienen derecho a que se analicen los impactos
específicos que, para el disfrute de sus derechos, tienen las
distintas formas de violencia de que son objeto, así como a que
se tomen medidas al respecto, incluido el reconocimiento de su
derecho a participar en la adopción de dichas medidas.
2. En particular, se ha de promocionar la aportación específica
de las mujeres en el arreglo pacífico de controversias.

Artículo 15
Exigencias de paz e información veraz

Las personas y los pueblos tienen el derecho a exigir que la


paz sea una realización efectiva, por lo que podrán:

— 228 —
Educación para una Cultura de Paz

a) Exigir a los Estados que se comprometan a aplicar


efectivamente el sistema de seguridad colectiva establecido en
la Carta de las Naciones Unidas, así como el arreglo pacífico de
controversias y, en todo caso, con pleno respeto a las normas del
Derecho internacional de los derechos humanos y del Derecho
internacional humanitario;
b) Denunciar cualquier acto que amenace o viole el Derecho
Humano a la Paz y, a tal fin, recibir información objetiva en caso
de conflictos;
c) Participar libremente y por todos los medios pacíficos
en actividades e iniciativas políticas y sociales de defensa
y promoción del Derecho Humano a la Paz, sin interferencias
desproporcionadas del poder público, tanto en el ámbito local y
nacional como en el internacional.

SECCIÓN B. OBLIGACIONES

Artículo 16
Obligaciones para la realización del derecho humano a la paz

1. La realización efectiva y práctica del derecho humano


a la paz comporta necesariamente deberes y obligaciones
cuya ejecución corresponde a los Estados, las Organizaciones
internacionales, la sociedad civil, los pueblos, las mujeres y los
hombres, las empresas y otros actores sociales y, en general, a
toda la comunidad internacional.
2. La responsabilidad esencial para la preservación de la paz y
la protección del derecho humano a la paz incumbe a los Estados
y también a la Organización de las Naciones Unidas como centro
que armonice los esfuerzos concertados de las naciones por
alcanzar los propósitos y principios proclamados en la Carta de
las Naciones Unidas.
3. Los Estados tienen la obligación de proteger los derechos
humanos, prevenir y cooperar en la prevención de las catástrofes,
reaccionar ante las mismas cuando se produzcan y reparar los
daños ocasionados. Tienen asimismo la obligación de adoptar
medidas para construir y consolidar la paz.
4. La Organización de las Naciones Unidas debe ser fortalecida
para prevenir las violaciones y proteger los derechos humanos
y la dignidad humana, incluido el derecho humano a la paz, en
casos de violaciones graves o sistemáticas.
En particular, corresponde al Consejo de Seguridad, a la
Asamblea General, el Consejo de Derechos Humanos y otros
órganos competentes, tomar medidas efectivas para la protección

— 229 —
Educación para una Cultura de Paz

de los derechos humanos cuya violación suponga un peligro o


una amenaza a la paz y seguridad internacionales.
5. Toda intervención militar unilateral por parte de uno o varios
Estados, sin la autorización del Consejo de Seguridad en el marco
de la Carta de las Naciones Unidas, es inaceptable, constituye
una gravísima violación de los principios y propósitos de la Carta
y es contraria al derecho humano a la paz.
6. Se deberán revisar la composición y los procedimientos
del Consejo de Seguridad, de manera que se aseguren la
representación cabal de la comunidad internacional actual,
así como métodos de trabajo transparentes que reconozcan la
participación de la sociedad civil y de otros actores internacionales.
7. El sistema de las Naciones Unidas debe implicarse de manera
plena y efectiva, a través de la Comisión de Consolidación de la
Paz, en la elaboración de estrategias integrales con esa finalidad
y la recuperación de los países afectados una vez superados los
conflictos armados, asegurando fuentes estables de financiación
y la coordinación efectiva dentro del sistema.

PARTE II
APLICACIÓN DE LA DECLARACIÓN

Artículo 17
Establecimiento del Grupo de Trabajo sobre el Derecho
Humano a la Paz

1. Se establecerá un Grupo de Trabajo sobre el Derecho


Humano a la Paz (denominado, en adelante, el Grupo de
Trabajo), compuesto por diez miembros, al que se encomienda
el desempeño de las funciones que se señalan en el Artículo 19.
2. El Grupo de trabajo estará compuesto de expertos nacionales
de los Estados miembros de las Naciones Unidas que realizarán
sus funciones con completa independencia y a título personal.
3. En su elección se tendrán en cuenta los siguientes criterios:
a) Los expertos habrán de tener alta consideración moral,
imparcialidad e integridad, así como acreditar una experiencia
prolongada y suficiente en cualquiera de los ámbitos enunciados
en la Parte I de la presente Declaración;
b) Distribución geográfica equitativa y representación de las
diferentes formas de civilización y de los principales sistemas
jurídicos del mundo;
c) Asegurar una representación equilibrada de géneros; y
d) No podrá haber dos expertos nacionales de un mismo
Estado.

— 230 —
Educación para una Cultura de Paz

4. Los miembros del Grupo de Trabajo serán elegidos por


votación secreta en una sesión de la Asamblea General de las
Naciones Unidas de una lista de candidatos propuestos por los
Estados miembros. Resultarán elegidos los diez candidatos que
obtengan el mayor número de votos y una mayoría de dos tercios
de los Estados presentes y votantes. La elección inicial tendrá
lugar, a más tardar, tres meses después de la fecha de aprobación
de la presente Declaración.
5. Los expertos serán elegidos por cuatro años y sólo podrán
ser reelegidos una vez.
6. El Grupo de Trabajo se renovará por mitades cada dos años.

Artículo 18
Funciones del Grupo de Trabajo

1. El Grupo de Trabajo tiene la función principal de promover


la observancia y la aplicación de la presente Declaración. En el
ejercicio de su mandato tiene las siguientes atribuciones:
a) Promover mundialmente el respeto y la conciencia del
derecho humano a la paz actuando con discreción, objetividad
e independencia y adoptando un enfoque integral que tenga en
cuenta la universalidad, interdependencia e indivisibilidad de los
derechos humanos y la imperiosa necesidad de alcanzar una
justicia social internacional;
b) Recabar, reunir y reaccionar eficazmente ante toda
información pertinente que proceda de los Estados, organizaciones
internacionales y sus órganos, organizaciones de la sociedad
civil, particulares interesados y cualquier otra fuente fidedigna;
c) Dirigir, cuando lo estime oportuno, recomendaciones y
llamamientos a los Estados miembros de las Naciones Unidas a
fin de que adopten medidas adecuadas para la realización efectiva
del derecho humano a la paz, de acuerdo con lo establecido
en la Parte I de esta Declaración. Los Estados darán la debida
consideración a dichas recomendaciones y llamamientos;
d) Elaborar, por su propia iniciativa o a petición de la Asamblea
General, el Consejo de Seguridad o el Consejo de Derechos
Humanos, los informes que considere necesarios en caso de
amenaza inminente o violación grave al derecho humano a
la paz, en los términos definidos en la Parte I de la presente
Declaración;
e) Presentar anualmente un informe de actividades a la
Asamblea General, Consejo de Seguridad y Consejo de Derechos
Humanos, en el que incluirá las recomendaciones y conclusiones
que estime necesarias para la promoción y protección efectiva

— 231 —
Educación para una Cultura de Paz

del derecho humano a la paz, prestando una atención especial a


los conflictos armados;
f) Preparar, a la atención de la Asamblea General, un proyecto
de convención internacional que incluya el derecho humano a
la paz y un mecanismo procesal de verificación y control de su
aplicación efectiva. El futuro mecanismo convencional y el Grupo
de Trabajo coordinarán sus funciones y evitarán la duplicación de
actividades;
g) Remitir al Fiscal de la Corte Penal Internacional o a otra
jurisdicción penal internacional competente, toda información
fidedigna sobre cualquier situación en que parezcan haberse
cometido crímenes de la competencia de la Corte o de la
jurisdicción penal internacional de que se trate;
h) Aprobar por mayoría absoluta de sus miembros los métodos
de trabajo para el funcionamiento ordinario del Grupo de Trabajo,
los cuales habrán de incluir, entre otras, reglas aplicables a la
designación de la Mesa, así como a la adopción de sus decisiones
y recomendaciones.
2. El Grupo de Trabajo tendrá su sede en Nueva York y se
reunirá durante tres períodos ordinarios de sesiones a lo largo
del año, así como los períodos extraordinarios que determine
de acuerdo con sus métodos de trabajo. El Grupo de Trabajo
dispondrá de una Secretaría permanente que será proporcionada
por el Secretario General de las Naciones Unidas.

DISPOSICIONES FINALES

1. Ninguna disposición de la presente Declaración podrá


interpretarse en el sentido de que confiere a cualquier Estado,
grupo o persona derecho alguno a emprender o desarrollar
cualquier actividad o realizar cualquier acto contrario a los
propósitos y principios de las Naciones Unidas, o tendente a
suprimir o violar cualquiera de las disposiciones de la presente
Declaración, de la Carta Internacional de Derechos Humanos o
del Derecho internacional humanitario.
2. Las disposiciones de esta Declaración se entenderán sin
perjuicio de cualquier otra disposición más propicia para la
realización efectiva del derecho humano a la paz enunciada en
virtud de la legislación interna de los Estados o resultante del
Derecho internacional en vigor.
3. Todos los Estados deberán aplicar las disposiciones de la
presente Declaración adoptando las medidas pertinentes de
carácter legislativo, judicial, administrativo, educativo o de
otra índole que fueran necesarias para promover su realización
efectiva.

— 232 —
Educación para una Cultura de Paz

EL COMITÉ DE REDACCIÓN

Ángel Chueca Sancho, Profesor Titular de Derecho


Internacional Público en la Universidad de Zaragoza y miembro de
la Fundación Seminario de Investigación para la Paz de Zaragoza.
Miembro de la AEDIDH.
Carmelo Faleh Pérez, Profesor de Derecho Internacional
Público en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Especialista en Derecho internacional de los derechos humanos.
Secretario General de la AEDIDH.
Héctor Faúndez Ledesma, Director del Centro de Estudios
de Derechos Humanos de la Universidad Central de Venezuela
(Caracas). Especialista en Derecho internacional de los derechos
humanos.
Mercedes Fernández Menéndez, Profesora Titular de
Filología Francesa en la Facultad de Filología de la Universidad de
Oviedo. Miembro de la AEDIDH.
Pablo Antonio Fernández Sánchez, Catedrático de
Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la
Universidad de Huelva (Andalucía).
Román García Fernández, Director Internacional del
Instituto de Estudios para la Paz y la Cooperación de Oviedo.
Doctor en Filosofía.
Felipe Gómez Isa, Profesor Titular de Derecho Internacional
Público y miembro del Instituto de Derechos Humanos Pedro
Arrupe de la Universidad de Deusto (Bilbao). Especialista en
Derecho internacional de los derechos humanos.
Alberto Hidalgo Tuñón, Profesor Titular de Sociología del
Conocimiento en la Universidad de Oviedo y Director del Instituto
de Estudios para la Paz y la Cooperación de Oviedo. Vicepresidente
de la AEDIDH.
Carlota Leret O’Neill, Asociación para la Recuperación de la
Memoria Histórica de España.
Mikel Mancisidor, Director de UNESCO Etxea (País Vasco).
Abogado especialista en Derecho internacional de los derechos
humanos. Miembro de la AEDIDH.
Carmen Rosa Rueda Castañón, especialista en Derecho
internacional de los derechos humanos y Directora Ejecutiva de
la AEDIDH.
Ana Salado Osuna, Profesora Titular de Derecho Internacional
Público en la Universidad de Sevilla. Especialista en Derecho
internacional de los derechos humanos. Miembro de la AEDIDH.
Jesús E. Vega López, Profesor Titular de Filosofía del Derecho
en la Universidad de Oviedo.
Carlos Villán Durán, antiguo miembro de la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
(Ginebra). Especialista en Derecho internacional de los derechos
humanos. Presidente de la AEDIDH.
Josep Xercavins i Valls, Coordinador del Foro Mundial de
Redes de la Sociedad Civil - UBUNTU, Barcelona.

— 233 —
Educación para una Cultura de Paz

Declaración de Derechos de la Madre Tierra será


decisiva para el futuro de la tierra y la humanidad

El teólogo, filósofo, escritor, profesor, y ecologista brasileño,


Leonardo Boff, presentó al pueblo nicaragüense la Declaración
Universal del Bien Común de la Tierra y de la Humanidad, durante
una actividad en Casa de los Pueblos, Managua.

La actividad fue encabezada por el comandante Daniel Ortega


Saavedra, presidente de Nicaragua, y asistieron además, la
coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía,
compañera, Rosario Murillo, el ex presidente de la Asamblea
General de las Naciones Unidas, Padre Miguel D’Escoto, y el
científico, Jaime Incer Barquero.

Boff es uno de los fundadores de la Teología de la Liberación,


junto con Gustavo Gutiérrez Merino.

“Este proyecto (Declaración de Derechos de la Madre Tierra)


nació del corazón y la mente del padre Miguel D´Escoto. Yo creo
que fue algo providencial, algo del Espíritu Santo, la idea que
ha tenido mientras era presidente de la Asamblea (de Naciones
Unidas), mirando los problemas de la humanidad de empezar a
pensar y a poner por escrito ese documento que yo creo que será
decisivo para el futuro de la tierra y la humanidad”, expresó Boff.

Señaló que hemos llegado a un punto en que el proyecto de


cómo consumíamos y organizábamos nuestras sociedades ha
llegado a su final.

“Ese proyecto se ha agotado, empezó en el siglo XVI con la doble


creencia que los recursos de la tierra son infinitos y que podemos
tener un progreso infinito hacia el futuro, esa doble creencia es
una gran ilusión”.

Expresó que los recursos de la tierra no son infinitos y mucho


menos en la perspectiva de la acumulación, de ser más ricos en
el tiempo más corto posible, con la fuerza de la competencia más
grande posible y sin ninguna consideración de la agresión de la
naturaleza que eso implica y la total falta de solidaridad con las
presentes y futuras generaciones.

El teólogo expresó que “ese mismo proyecto ha facilitado mucho


la vida humana, ha creado los antibióticos, prolongado nuestra
vida, pero simultáneamente ese proyecto que nos llevó a la
Luna y nos trajo de la Luna, ese proyecto creó una máquina de

— 234 —
Educación para una Cultura de Paz

muertes que puede destruir por 25 formas diferentes toda la


especie humana, con armas químicas, biológicas y nucleares”.
“Me impacté mucho con el primer discurso que el amigo
D’Escoto pronunció, en su discurso inaugural como presidente
de la Asamblea (de Naciones Unidas), denunciando que en ese
momentos habían como 3 mil 500 ojivas nucleares que podrían ser
estalladas en minuto y medio y destruir casi toda la humanidad.
Eso es lo que ha producido ese proyecto, riqueza para poca gente
e inmensa pobreza para gran parte de la humanidad.

Eso proyecto no es bueno, porque es sin misericordia, cruel y


sin piedad. Es un sistema de muerte, o cambiamos o morimos”,
señaló.

Boff, nieto de inmigrantes italianos, nació en Concordia, Santa


Catarina, Brasil, el 14 de diciembre de 1938. Estudió Filosofía
en Curitiba y Teología en Petrópolis. Ingresó en la Orden de los
Frailes Menores, franciscanos, en 1959 y en 1970 se doctoró en
Teología y Filosofía en la Universidad de Munich-Alemania.

Durante 22 años fue profesor de Teología Sistemática y


Ecuménica en el Instituto Teológico Franciscano de Petrópolis,
profesor de Teología y Espiritualidad en varios centros de estudio
y universidades de Brasil y del exterior, y profesor visitante en las
universidades de Lisboa (Portugal), Salamanca (España), Harvard
(EUA), Basilea (Suiza) y Heidelberg (Alemania).Es doctor Honoris
Causa en Política por la Universidad de Turín (Italia) y en Teología
por la Universidad de Lund (Suecia), y ha sido galardonado con
varios premios en Brasil y en el exterior por su lucha a favor de
los débiles, oprimidos y marginados, y de los Derechos Humanos.
El 8 de diciembre del 2001 le fue otorgado en Estocolmo el Right
Livelihood Award, conocido también como el Nóbel Alternativo.

A continuación, el texto íntegro de la Declaración Universal del


Bien Común de la Tierra y de la Humanidad:

Preámbulo

CONSIDERANDO que Tierra y Humanidad son parte de un


vasto universo en evolución y que poseen el mismo destino,
amenazado de destrucción por la irresponsabilidad y por la
falta de cuidado de los seres humanos, y que la Tierra forma
con la Humanidad una única entidad, compleja y sagrada, como
queda claro cuando se la ve desde el espacio exterior, y que,
además, la Tierra es viva y se comporta como un único sistema
autorregulado formado por componentes físicos, químicos,
biológicos y humanos que la hacen propicia a la producción y

— 235 —
Educación para una Cultura de Paz

reproducción de la vida y que por esto es nuestra Gran Madre


y nuestro Hogar común. Tomando en cuenta que la Madre
Tierra es compuesta por el conjunto de los ecosistemas en los
cuales generó una multiplicidad magnífica de formas de vida,
todas interdependientes y complementarias, formando la gran
comunidad de vida, y que existe un lazo de parentesco entre
todos los seres vivos porque todos son portadores del mismo
código genético de base que funda la unidad sagrada de la vida
en sus múltiplas formas y que, por lo tanto, la Humanidad es
parte de la comunidad de vida y el momento de conciencia y
de inteligencia de la propia Tierra haciendo que el ser humano,
hombre y mujer, sea la misma Tierra que habla, piensa, siente,
ama, cuida y venera.

CONSIDERANDO que todos los seres humanos con sus


culturas, lenguas, tradiciones, religiones, artes y visiones de
mundo constituyen la única familia de hermanos y hermanas
con igual dignidad e iguales derechos, y que la Madre Tierra
providenció todo lo que necesitamos para vivir y que la vida
natural y humana depende de una biosfera saludable, con todos
los ecosistemas sostenibles, con agua, bosques, animales e
incontables microorganismos preservados, y, además, que el
que creciente calentamiento planetario puede poner en riesgo
la vitalidad y la integridad del sistema Tierra y que graves
devastaciones pueden ocurrir afectando millones y millones de
personas y eventualmente inviabilizar la supervivencia de toda
la especie humana.

RECORDANDO que hay que renovar y articular orgánicamente


el contrato natural con el contrato social que ganó un rol de
exclusividad y que propició el antropocentrismo e instauró
estrategias de apropiación y dominación de la naturaleza y de la
Madre Tierra, ya que el modo de producción vigente en los últimos
siglos y actualmente globalizado no ha conseguido atender a las
demandas vitales de los pueblos, generando por el contrario un
foso profundo entre ricos y pobres.

CONSIDERANDO, finalmente, que la conciencia de la gravedad


de la situación crítica de la Tierra y de la Humanidad hace
imprescindibles cambios en las mentes y en los corazones y que
se forje una coalición de fuerzas al rededor de valores comunes
y principios inspiradores que sirvan de fundamento ético y de
estimulo para prácticas que busquen un modo sostenible de
vivir. Las personas, las instituciones, los líderes políticos, las
ONGs, las religiones y iglesias que subscriben esta Declaración
ven la urgencia de que se proclame la presente DECLARACIÓN
UNIVERSAL DEL BIEN COMÚN DE LA TIERRA Y DE LA HUMANIDAD

— 236 —
Educación para una Cultura de Paz

cuyos ideales y criterios deben orientar los pueblos, las naciones


y todos los ciudadanos en sus prácticas colectivas, comunitarias y
personales y en los procesos educativos para que el Bien Común
sea progresivamente reconocido, respetado, observado, asumido
y promovido universalmente en vista del bien vivir de cada uno
y de todos los habitantes de ese pequeño planeta azul-blanco,
nuestro Hogar Común.

Artículo 1

El Bien Común supremo y universal, condición para todos los


demás bienes, es la misma Tierra que, por ser nuestra Gran
Madre, debe ser amada, cuidada, regenerada y venerada como
a nuestras madres.

I. El Bien Común de la Tierra y de la Humanidad pide que


entendamos la Tierra como viva y sujeto de dignidad. No puede
ser apropiada de forma individual por nadie, ni hecha mercancía,
ni sufrir agresión sistemática por ningún modo de producción.
Pertenece comunitariamente a todos los que la habitan y al
conjunto de los ecosistemas.

II. El Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad exige


proteger y restaurar la integridad de los ecosistemas, con
especial preocupación por la diversidad biológica y por todos los
procesos naturales que sustentan la vida.III. El Bien Común de
la Madre Tierra y de la Humanidad es fortalecido cuando todos
los seres son vistos como interconectados y con valor intrínseco,
independientemente de su uso humano.

Artículo 2

Para asegurar el Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad


es necesario reducir, reutilizar y reciclar materiales usados en la
producción y en consumo, garantizar que los residuos puedan
ser asimilados por los sistemas ecológicos y buscar el bien vivir
a partir de la soportabilidad de los ecosistemas, en cooperación
con los otros y en armonía con los ritmos de la naturaleza.

I. El Bien Común de la Tierra y de la Humanidad resulta de


la utilización sostenible de los bienes renovables como agua,
suelos, productos forestales y vida marina, de forma que puedan
ser repuestos y garantizados para las actuales y las futuras
generaciones.

II. El manejo de los bienes no-renovables, como minerales


y combustibles fósiles, debe ser realizado de tal forma que

— 237 —
Educación para una Cultura de Paz

disminuya su extinción y no dañe gravemente el Bien Común de


la Tierra y de la Humanidad.

Articulo 3

Adoptar padrones de producción y consumo que garanticen la


vitalidad y la integridad de la Madre Tierra, la equidad social en
la Humanidad, el consumo responsable y solidario y el bien vivir
comunitario.

I. El Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad requiere


la utilización sostenible de las energías disponibles, privilegiando
las matrices renovables y otras fuentes alternativas como la
energía del sol, del viento, de las mareas y la agro-energía.

II. El Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad es


potenciado cuando se disminuye al máximo la polución de
cualquier parte del ambiente, de forma que se evite los efectos
perversos del calentamiento planetario y no se permita el aumento
de substancias radioactivas, tóxicas y de otras substancias
químicas peligrosas.

III. El Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad no es


compatible con la existencia de armas nucleares, biológicas y
químicas y otras armas de destrucción masiva, que deben ser
eliminadas totalmente.

Artículo 4

La biosfera es un Bien Común de la Tierra y de la Humanidad y


es patrimonio compartido por todas las formas de vida, de la cual
los seres humanos son tutores.

Artículo 5

Pertenecen al Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad


los recursos naturales, como el aire, los suelos, la fertilidad, la
flora, la fauna, los genes, los microorganismos y las muestras
representativas de los ecosistemas naturales y el espacio exterior.

I. El agua pertenece al Bien Común de la Tierra y de la Humanidad


porque es un bien natural, común, vital e insustituible para
todos los seres vivos, especialmente para los humanos que
tienen derecho a su acceso, independientemente de los costos
de su captación, reserva, purificación y distribución, que serán
asumidos por el poder público y por la sociedad.

— 238 —
Educación para una Cultura de Paz

II. Los océanos son un Bien Común de la Madre Tierra y de la


Humanidad porque constituyen los grandes repositorios de vida,
los reguladores de los climas y de la base física y química de la
Tierra.

III. Los bosques pertenecen al Bien Común de la Madre Tierra y


de la Humanidad, contienen la mayor biodiversidad del planeta,
la humedad necesaria para el régimen de lluvias y son los grandes
secuestradores de dióxido de carbono.

IV. Los climas pertenecen al Bien Común de la Madre Tierra y de


la Humanidad porque son la condición esencial de la manutención
de la vida y los cambios climáticos deben ser tratados globalmente
y con una responsabilidad compartida.

Artículo 6

Pertenecen al Bien Común de la Humanidad y de la Tierra los


alimentos en su diversidad y los recursos genéticos filogenéticos
necesarios para su producción, sobre los cuales está prohibido
todo tipo de especulación mercantil.

Artículo 7

Son Bienes Públicos de la Humanidad las energías necesarias a


la vida, la salud y la educación, los medios de comunicación, la
Internet, los correos y los transportes colectivos. Las medicinas
producidas por laboratorios privados, después de cinco años pasan
a pertenecer al Bien Común de la Humanidad y en emergencias
pueden ser hechas inmediatamente públicas.

Artículo 8

Las actividades petroleras y mineras y los agro-carburantes


deben estar sometidos a un control estatal y social en razón de
los efectos dañinos que pueden tener sobre el Bien Común de la
Humanidad y de la Madre Tierra.

Artículo 9

El gran Bien Común de la Tierra y de la Humanidad son los


seres humanos, hombres y mujeres, portadores de dignidad,
conciencia, inteligencia, amor, solidaridad y responsabilidad.

I. Hay que afirmar la dignidad inherente de todos los seres


humanos y su potencial intelectual, artístico, ético e espiritual.

— 239 —
Educación para una Cultura de Paz

II. La misión de los seres humanos es cuidar y proteger la Tierra


y la Humanidad como herencias recibidas del universo.

III. Las comunidades, en todos los niveles, tienen la obligación


de garantizar la realización de los derechos y de las libertades
fundamentales, creando las condiciones para que cada persona
realice su pleno potencial y aporte al Bien Común de la Madre
Tierra y de la Humanidad.

Artículo 10

Pertenece al Bien Común de la Tierra y de la Humanidad todos


los saberes, artes y técnicas acumuladas a lo largo de la historia.

I. El Bien Común de la Tierra y de la Humanidad requiere


reconocer y conservar los saberes tradicionales y la sabiduría
espiritual de todas las culturas que contribuyen a cuidar de la
Tierra, a desarrollar el potencial de la Humanidad y a favorecer
el Bien Común.

II. El Bien Común de la Humanidad pide ayudar con recursos


financieros, técnicos, sociales e intelectuales a los pueblos pobres
y vulnerables, para que alcancen un modo de vivir sostenible y
colaboren con el Bien Común.

III. El Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad exige


la erradicación de la pobreza como un imperativo humanitario,
ético, social, ambiental y espiritual.

IV. La justicia social y ecológica no pueden ser disociadas porque


ambas sirven al Bien Común de la Tierra y de la Humanidad.V.
Pertenece al Bien Común de la Tierra y de la Humanidad la
equidad de género, la superación de todo tipo de discriminación,
la protección de los niños y niñas contra toda violencia y la
seguridad social de todos aquellos que no pueden mantenerse
por su propia cuenta.

Artículo 11

Pertenecen al Bien Común de la Tierra y de la Humanidad todas


las formas de gobierno que respetan los derechos de cada ser
humano y de la Madre Tierra y propician la participación activa e
inclusiva de los ciudadanos en la toma de decisiones, favorecen
el acceso irrestricto a la justicia y cuidan del entorno ecológico.

Artículo 12

El Bien Común de la Tierra y de la Humanidad demanda que


se protejan las reservas naturales, incluyendo tierras salvajes y

— 240 —
Educación para una Cultura de Paz

áreas marinas, los sistemas de sustento de la vida en la Tierra,


las semillas, la biodiversidad, y se rescaten especies amenazadas
y ecosistemas devastados.

I. Controlar la introducción de especies exógenas y someter


rigurosamente al principio de prevención a todos los organismos
genéticamente modificados para que no causen daños a las
especies nativas y a la salud de la Madre Tierra y de la Humanidad.

II. Garantizar que los conocimientos de los varios campos del


saber que son de vital importancia para el Bien Común de la
Tierra y de la Humanidad sean considerados de dominio público.

III. Es vedado patentar recursos genéticos fundamentales para


la alimentación y la agricultura y los descubrimientos técnicos
patentados deben guardar siempre su destinación social.

Artículo 13

Pertenecen al Bien Común de la Humanidad y de la Madre Tierra


la multiplicidad de las culturas y de las lenguas, los diferentes
pueblos, los monumentos, las artes, la música, las ciencias, las
técnicas, las filosofías, la sabiduría popular, las tradiciones éticas,
los caminos espirituales y las religiones.

Artículo 14

Pertenece al Bien Común de la Tierra viva y de la Humanidad


la hospitalidad por la cual acogemos y somos acogidos unos a
otros, como habitantes del mismo Hogar común, la Tierra.

Artículo 15

Pertenece al Bien Común de la Humanidad y de la Madre Tierra


la socialidad y la convivencia pacífica con todos los con los seres
humanos y con los seres de la naturaleza porque todos somos
hijos y hijas de la Madre Tierra y somos corresponsables por el
mismo destino común.

Artículo 16

Pertenece al Bien Común de la Humanidad la tolerancia que


acoge las diferencias como expresiones de la riqueza de la única
naturaleza humana y que no permite que tales diferencias sean
consideradas como desigualdades.

Artículo 17

Pertenece al Bien Común de la Humanidad la comensalidad que


expresa el sueño ancestral de todos los pueblos de sentarse

— 241 —
Educación para una Cultura de Paz

juntos, como hermanos y hermanas de la misma familia,


alrededor de la mesa, comiendo y bebiendo alegremente de los
frutos de la generosidad de la Madre Tierra.

Artículo 18

Pertenece al Bien Común de la Humanidad la compasión por todos


los que sufren en la naturaleza y en la sociedad, aliviando sus
padecimientos y impidiendo todo tipo de crueldad a los animales.

Artículo 19

Pertenecen al Bien Común de la Humanidad los principios éticos


del respeto a cada ser, del cuidado de la naturaleza y de la
responsabilidad universal por la preservación de la biodiversidad
y por la continuidad del proyecto planetario humano y los
principios de cooperación y de la solidaridad de todos con todos
partiendo de los mas necesitados, para que todos sean incluidos
en la misma Casa Común.

Artículo 20

Pertenece al Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad


la permanente búsqueda de la paz que resulta de la correcta
relación consigo mismo, de todos con todos, con la naturaleza,
con la vida, con la sociedad nacional y internacional y con el gran
Todo del cual somos parte.

Artículo 21

Pertenece al Bien Común de la Humanidad y de la Madre Tierra


la convicción de que una Energía amorosa subyace a todo el
universo, sustenta a cada uno de los seres y puede ser invocada,
acogida y venerada.

Artículo 22

Todos estos ideales y criterios del Bien Común de la Madre Tierra


y de la Humanidad prolongan y refuerzan los derechos humanos
contenidos en la Declaración de los Derechos del Hombre
proclamada en 10 de diciembre de 1948 por la Asamblea de la
ONU, que será ahora enriquecida con los derechos de la Madre
Tierra y de la Humanidad.

— 242 —
Educación para una Cultura de Paz

Conferencia del Centenario del Nóbel


Oficina Internacional de la Paz
Oslo

23 – 24 de septiembre de 2010

Centro Nóbel de la Paz


“Un clima de paz”

“Desafíos sin precedentes requieren


soluciones sin precedentes”

Amin Maalouf

Esta es una gran celebración: el International Peace Bureau,


nacido en Berna en 1891, fue galardonado con el Premio Nobel
de la Paz en 1910. En la actualidad, el IPB es una red global
de hacedores de paz alrededor del mundo, con más de 320
organizaciones en setenta países.

La celebración se lleva a cabo en Oslo, la ciudad de la paz, y en


el Centro Nobel de la Paz. No pudo haber habido mejor elección.

Trabajando siempre incansablemente para una movilización


mundial –con la comunidad académica, científica, intelectual y
artística en primer plano- para hacer posible la transición de la
fuerza a la palabra, mediante del desarme y desarrollo sostenibles,
para crear un clima de paz. Enhorabuena y los mejores augurios
ya que, por primera vez en la historia, un clima de paz puede
emerger del secular clima de guerra.

Estamos viviendo momentos fascinantes porque en el presente


el cambio es posible.”Nosotros, los pueblos…” será posible, como
se prevé con una clarividencia impresionante en la Carta de las
Naciones Unidas, construyendo la paz en nosotros mismos, en
nuestras casas, en el colegio, en el lugar de trabajo, en el pueblo,
en todo el mundo.

Durante siglos, en una sociedad conducida por hombres, ha


prevalecido la cultura de la imposición y la confrontación: “Si vis
pacem para bellum”, si quieres la paz, prepara la guerra. Y se ha
preparado la guerra y la guerra tan sólo ha sido el intermedio
entre dos conflictos, para beneficio de los productores de armas,
que han estado siempre a favor de estar preparados para la
guerra...

— 243 —
Educación para una Cultura de Paz

“Nosotros, los pueblos” han estado ausentes de los escenarios


del poder. Particularmente las mujeres. Viviendo en un contexto
restringido tanto desde el punto de vista territorial como
intelectual, incapaces de ver lo que estaba sucediendo en el resto
del mundo, los ciudadanos han sido obedientes y silenciosos,
dando incluso sus vidas, completamente subordinados a los
requerimientos de aquellos que han tenido en sus manos las
riendas del destino común.

Ahora, por primera vez, existe la posibilidad de la transición


desde una cultura de violencia y guerra a una cultura de diálogo,
conciliación y paz … porque ha aumentado la conciencia global,
intervienen más mujeres en la toma de decisiones y las nuevas
tecnologías de la comunicación hacen posible la participación no
presencial. Estas son las razones por las cuales espero que en los
próximos años se lleve a cabo la transición desde la fuerza a la
palabra, desde la mano armada a la abierta.

Después del final de la guerra “caliente” del sigo XX, los grandes
poderes del mundo se dieron cuenta de que la única posibilidad
para cambiar radicalmente el curso de la historia era que todos
los pueblos estuvieran unidos.

El Presidente Woodrow Wilson arribó a Brest en 1918 con el


Covenant de una “paz permanente” en el mundo. Y nació la
Sociedad de Naciones, la Liga de Naciones.

Pero, muy pronto, los productores de armamento convencieron a


los ganadores de que si realmente deseaban la paz, tenían que
estar preparados para la guerra. Y ustedes saben lo que sucedió:
después del “crack” de 1929, los sentimientos nacionalistas
y xenófobos se extendieron (debemos ahora tener cuidado al
respecto, después del “crack” de la economía) y el “Deustschland
über alles” estaba en los labios y en los corazones de muchos
de los iniciadores de los movimientos Nazi y Fascista, mientras
que la maquinaria bélica se ponía en marcha y la diplomacia de
la Sociedad de Naciones desaparecía.

Y en 1939 empezó una horrible Guerra Mundial. Aniquilación


masiva, genocidio, holocausto. El fanatismo y la ambición
japonesas llevaron el conflicto europeo al Pacífico.

El Presidente Roosevelt concibió un Sistema de las Naciones


Unidas capaz de hacer frente a los retos de seguridad, de trabajo,
de alimentación, de salud, de educación, ciencia y cultura, de
desarrollo, de infancia, de medio ambiente… todo ello conduci do
por “los pueblos” tratando de construir una democracia sinérgica
mundial, guiada por la Declaración Universal de los Derechos

— 244 —
Educación para una Cultura de Paz

Humanos adoptada en diciembre de 1948 y basada, como lo


recoge el Preámbulo de la Constitución de la UNESCO, “en la
igual dignidad de lodos los seres humanos”.

La palabra clave, esencial para la reconducción de la situación


a escala global era compartir, compartir mejor. Esta es la
razón por la cual la cooperación para el desarrollo fue adoptada
inmediatamente como una de la acciones primordiales de las
Naciones Unidas: desarrollo integral (no sólo económico sino
social); endógeno (los países más prósperos deben dar a los
que lo son menos el 0,7% del PIB); sostenible (esta importante
dimensión del desarrollo fue establecida por la Comisión presidida
por la Primera Ministra Noruega, Gro Harlem Brundtland).

Finalmente, al término de los ochenta, se acordó que el desarrollo


debe ser humano en virtud a la propuesta realizada por Richard
Jolly, Administrador Suplente de UNICEF, en su libro “Desarrollo
con faz humana”.

Sin embargo, al poco tiempo, no hubo personas sino Estados,


no ayudas sino préstamos, no cooperación sino explotación… y
aumentó la carrera armamentista de los superpoderes, con una
Unión Soviética ampliando el ámbito de sus dictaduras y unos
Estados Unidos, combatiendo el comunismo, pero imponiendo
en América Latina, de forma increíble, dirigentes autoritarios
(la operación “Cóndor” es una vergüenza) y en otras partes del
mundo… con la excepción de China (quizás porque se habían
olvidado de este pequeño y despoblado país o porque sus
brillantes estrategas lo habían dejado a un lado).

Sin embargo, lo peor sucedió a principios de los ochenta, con la


alianza del Presidente Reagan y de la Primer Ministra del Reino
Unido, Margaret Thacher, porque sustituyeron los valores y los
principios democráticos por las leyes del mercado para dirigir
la economía mundial. Mercado en lugar de justicia social. Y
también múltiples acciones para debilitar el Sistema de las
Naciones Unidas. Se retiraron de la UNESCO y organizaron el
G-6, un grupo plutocrático de los países más ricos del mundo.
Inmediatamente después se agregó a Canadá dando lugar al
G-7. Unos años después también se unió Rusia y fue el G-8… y
después, recientemente, este grupo se amplió a 20 miembros,
el G-20. Esta ha sido, la base de la llamada “globalización”,
esa forma asimétrica de gobernación, en contra del diseño de
Roosevelt, que ha conducido al mundo a la situación actual, en
la cual, en un balance corto y terrible, se invierten más de 4 mil
millones de dólares diarios en gastos militares y de armamento
mientras que más de 60,000 personas mueren de hambre y
extrema pobreza.

— 245 —
Educación para una Cultura de Paz

Y todo ésto en 1989, al final de la Guerra Fría, cuando se podían


tener más esperanzas (la caída del Muro de Berlín y la Unión
Soviética, gracias a la habilidad excepcional de Mikhail Gorbachev,
que condujo a la Commonwealth de Estados Independientes… y
la desaparición en Sudáfrica del terrible apartheid, gracias a la
sabiduría de Nelson Mandela… y los procesos de paz con que
se concluían situaciones de conflicto en El Salvador, Guatemala,
Mozambique…). Sí, el final de la Guerra Fría fue un momentum
lleno de esperanza en el que aguardábamos impacientes los
prometidos “dividendos de la paz”…

Pero los “globalizadores” no fortalecieron a las Naciones


Unidas ni favorecieron el desarrollo global sostenible. Por el
contrario, expandieron la dominación económica y decidieron
actuar completamente al margen del Consejo de Seguridad y
de la Corte Internacional de Justicia, adoptando medidas tan
erróneas como la invasión de Kosovo en 1999 y la construcción
de nuevos muros en diferentes partes del mundo. Estaban tan
entusiasmados con los aparentemente buenos resultados del
proceso de globalización de la economía de mercado, que el 11
de mayo de 1996 el Presidente de los Estados Unidos manifestó
que una democracia de mercado y una sociedad de mercado
podían también preverse!

No obstante, en los 90, las Naciones Unidas trabajaron


incansablemente para ofrecer al mundo en su conjunto las
pautas que requería: en 1990, el Congreso Mundial de Educación
para Todos; en 1992, en Río de Janeiro, la Agenda 21, para frenar
el progresivo deterioro medioambiental; en 1993, el Congreso
Mundial de Derechos Humanos en Viena, después de una
importante reunión en Montreal sobre la Educación en Derechos
Humanos y Democracia; en 1994, en Barcelona, la Reunión
Interreligiosa para una Cultura de Paz, con la representación
al más alto nivel de 19 religiones; en 1995, con ocasión del
50 aniversario de las Naciones Unidas, la importante Reunión
sobre Desarrollo Social llevada a cabo en Copenhagen, con la
adopción de “compromisos” de acción, la Conferencia Mundial de
Beijing sobre la Mujer y el Desarrollo, y la Declaración sobre la
Tolerancia; en 1997, la Declaración Universal sobre el Genoma
Humano y los Derechos Humanos; en 1999, la Declaración y
Plan de Acción sobre una Cultura de Paz… Y me gusta mencionar
también el excelente documento que representa la Carta de la
Tierra, publicada en el año 2000.

Fue en ese año cuando los Jefes de Estado y de Gobierno reunidos


en las Naciones Unidas declararon su voluntad de realizar
acciones encaminadas a conseguir los Objetivos del Milenio. Pero
no había dinero. No había dinero contra la pobreza, el SIDA y

— 246 —
Educación para una Cultura de Paz

las enfermedades materno-infantiles … No había dinero para que


todos los seres humanos tuvieran acceso al agua y la comida.
No había dinero para todo eso pero sí para las armas, para estar
bien preparados para la guerra.

En el año2001, el terrible ataque de Al Qaeda a los Estados


Unidos.

Y, como una esperada reacción de represalia, el conflicto de


Afganistán. Y después, de forma inesperada y basada en objetivos
claramente geoestratégicos y económicos, el Presidente Bush, sin
la autorización del Consejo de Seguridad –porque la inspección
dirigida por una persona de la talla de Hans Blix no encontró
arsenales de “armas de destrucción masiva”- la invasión a Irak,
acordada después de la increíble “reunión” en las Islas Azores,
de George Bush, Tony Blair y José María Aznar liderando la
“coalición”… De nuevo millones de dólares para gastos militares
y armamento… mientras la pobreza se incrementaba hasta
alcanzar la tremenda situación actual.

En el año 2005, en la Cumbre de los Objetivos del Milenio +5,


los Jefes de Estado y de Gobierno unánimemente decidieron
que tanto la Declaración para una Cultura de Paz como el Plan
de Acción para el Diálogo de Civilizaciones, deberían llevarse a
cabo y acogieron con entusiasmo la iniciativa de la Alianza de
Civilizaciones del Presidente español ante las Naciones Unidas.

Nada se hizo después. La globalización continuó ampliando la


brecha entre los que tienen mucho y los que carecen de todo,
con inmensos problemas resultantes de la deslocalización de
la producción hacia el Este -con “codicia e irresponsabilidad”,
utilizando las mismas palabras del Presidente Obama-, que
desembocaron en la incoherente situación de China, convertida
en el país comunista más rico del mundo, el país capitalista-
comunista, que sigue expandiendo su influencia en América
Latina, África y los países del Este.

En el 2008, tiene lugar el crack del sistema financiero mundial,


ocasionado fundamentalmente por los fondos de alto riesgo de
los Estados Unidos… Y Europa, en lugar de liderar las posibles
soluciones, se va a visitar al Presidente Bush –¡habiendo
sido elegido ya Obama!- en Camp David, poniendo en sus
manos las riendas para superar la crisis múltiple (financiera,
medioambietnal, democrática, política, ética). Después de la
reunión de Sarkozy y Durao Barroso con Bush, las declaraciones
fueron las siguientes: “Necesitamos un nuevo orden económico
internacional” (Durao Barroso); “Es necesario un nuevo
capitalismo” (Presidente Sarkozy) y “La solución es comercio

— 247 —
Educación para una Cultura de Paz

libre, mercado libre, economía libre”. Y en vez de las Naciones


Unidas, se reunió en Washington un G20 ampliado, y la decisión
fue “rescatar” a las instituciones financieras con dinero público
en cantidades fabulosas: más de 700 mil millones de dólares
en Estados Unidos y más de 400 mil millones de dólares en la
Unión Europea. Las instituciones financieras responsables de la
crisis fueron rescatadas y los Estados se endeudaron debiendo
ajustar inmediatamente sus presupuestos… El G20 demandó una
inmediata regulación y la desaparición de los paraísos fiscales a
fin de evitar, en el futuro, desastres económicos similares….

En la actualidad los paraísos fiscales siguen existiendo. El cambio


climático continúa agravándose sin que se hayan adoptado
medidas restrictivas; los tráficos de todo tipo (armas, drogas,
capitales, personas…) siguen teniendo lugar con total impunidad
en el espacio supranacional… La producción y la venta de
armamento de gran valor sigue en aumento (debo recalcar que
este tipo de armamento no ha sido utilizado desde la guerra de
Vietnam ya que ha habido un cambio sustancial en la forma de
confrontación)… Por todo ello, estamos de lleno en una economía
de especulación y guerra, al mismo tiempo que nos hallamos
inermes para reducir el impacto de las catástrofes naturales y de
las ocasionadas por el hombre. El país más poderoso de la tierra
es incapaz de hacer frente a situaciones como las inundaciones
producidas por el huracán Katrina, o los terremotos, o los
incendios…

Como dije anteriormente, en los albores de siglo y de milenio,


podemos ser optimistas porque por primera vez en la historia
son posibles cambios radicales. He destacado que el aumento de
la influencia de la mujer en la toma de decisiones; la toma de
conciencia global; y las modernas tecnologías de comunicación,
nos permiten la movilización de la gente. Sí, ahora es posible
movilizar a la sociedad. Para llevar a cabo la gran transición de
ciudadanos sumisos a ciudadanos activos. Ciudadanos que ya no
son simples espectadores, que ya no están silenciosos, que ya no
están viviendo atemorizados. En el Preámbulo de la Declaración
de los Derechos Humanos se manifiesta que la práctica de los
derechos humanos es para “liberar del temor”…. y en el siguiente
párrafo se dice que los Derechos deben poder ejercerse “a fin
de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la
rebelión contra la tiranía y la opresión”.

Es tiempo de acción. El tiempo de la resignación ha terminado. La


transición desde una cultura de guerra a una cultura de paz y no
violencia puede ser una realidad en un período corto de tiempo.
Desde la imposición al diálogo, desde la fuerza a la palabra.

— 248 —
Educación para una Cultura de Paz

Tenemos que sobre ponernos al inmenso poder mediático de unos


cuantos que monopolizan la información y las noticias. Tenemos
que ser capaces de ver los invisibles. Las noticias refieren lo que
está sucediendo en el mundo pero, lógicamente, sólo toman en
cuenta los “acontecimientos” insólitos, extraordinarios. Debemos
ser capaces de ver la vida real, de ver los invisibles. Como dijo
el Profesor Bernard Lawn en 1985 al recibir el Premio Nobel de
la Paz, “sólo en la medida en que seamos capaces de ver los
invisibles seremos capaces de hacer los imposibles”.

Ahora es posible, para poder alcanzar la paz, la transición desde


una economía de guerra a una economía de desarrollo global
sostenible, la transición desde la imposición y la dominación al
diálogo, la conciliación y la alianza.

Hoy, en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones


Unidas, el Presidente Obama ha adoptado una firme posición en
favor del fortalecimiento de las Naciones Unidas y ha propuesto la
resolución del conflicto con Irán por la vía diplomática, urgiendo
la aceleración del proceso de paz entre Israel y Palestina.

“Un nuevo comienzo”, fue el deseo que expresó el Presidente


Obama en su discurso en El Cairo en junio de 2009. Sí, un
“nuevo comienzo” es hoy posible, porque los seres humanos son
capaces de inventar su futuro. Los seres humanos son capaces
de crear y, por lo tanto, pueden afrontar cualquier desafío.

La paz está en nuestras manos. Está en nuestras manos promover


cada día, con nuestro comportamiento, una cultura de paz, de
entendimiento, de conciliación. Está en nuestras manos crear un
clima de paz y no violencia.

Ahora podemos. Ya no seremos sólo espectadores. Hemos


permanecido demasiado callados durante demasiado tiempo. Ya
no lo estaremos más.

Ahora tenemos la posibilidad de una participación no presencial.


Y la aprovecharemos.

El tiempo de la sumisión y la resignación ha concluido.

Sí: como decía al principio, la paz emergerá y crecerá en un clima


de paz.

Y la cultura de violencia y guerra desaparecerá para siempre.

Paz, shalom, salam.


Federico Mayor
Septiembre 2010.

— 249 —
Esta edición de 1,000 ejemplares
se imprimió en Complejo Gráfico TMC
Diciembre, 2010

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