Sandra Hidalgo Pazmiño.

Materia y
Paralelo
Si bien la palabra "criminología" se utiliza hace solo 135 años, ha existido de manera
básica desde el principio de los tiempos. A medida que la humanidad se enfrentó a la
cruel realidad del mal, tuvo que desarrollar una forma de entender la anarquía para
evitarlo. La civilización temprana fue amenazada por disputas no reguladas que
ocurrieron cuando una persona tomó represalias contra otra por un delito percibido. El
hombre pronto aprendió que para que se mantenga la justicia en una cultura, se debe
reconocer una lista establecida de crímenes y se deben determinar los castigos
apropiados.

Uno de los primeros ejemplos de criminología practicada fue el antiguo Código de

Hammurabi. Este fue un conjunto de 282 leyes desarrolladas en 1754 a.C. por el rey
babilónico del mismo nombre para establecer castigos justos por los crímenes
enumerados, con la pena de muerte reservada para los peores actos. Durante los
tiempos antiguos, las fechorías fueron vistas en gran medida como un acto contra un
dios.

Durante la Edad de Oro de Grecia, los antiguos filósofos griegos especularon sobre el
mal. Platón vio la educación deficiente como la causa de la ilegalidad y, por lo tanto,
promovió la buena educación como una forma de prevenirla. Aristóteles creía que el
castigo apropiado evitaría futuros actos criminales.

Sin embargo, no fue hasta que los romanos establecieron su República que se
estableció la visión más moderna de la actividad ilegal. En los primeros años de la
República, la clase patricia de élite tenía el control de la sociedad. Abusaron de los
plebeyos de clase baja, a veces castigándolos por leyes que infringieron, que eran
desconocidas. En 494 a. C., la mayoría de los plebeyos se rebelaron contra el maltrato
de los romanos ricos y obligaron al Senado a publicar las leyes de Roma en las Doce
Tablas que se exhibieron en el Foro.

El enfoque de Roma sobre el comportamiento ilegal fue que se trataba de una violación
cometida contra la comunidad que debería ser castigada por el gobierno. Esta ha sido
la base de la visión occidental moderna.

Durante la Edad Media, la visión del mal fue influenciada en gran medida por el
surgimiento de la Iglesia Católica Romana. Aunque todavía se aceptaba el castigo del
criminal, la fuerte creencia en el perdón en la iglesia también causaba preocupación por
el criminal. La Iglesia comenzó a enseñar que se deben hacer esfuerzos para redimir a
los criminales.

A mediados del siglo XVIII, a medida que la revolución científica crecía en el mundo
occidental, los filósofos y otros comenzaron a aplicar la ciencia en el área del
comportamiento ilegal. Intentaron comprender las causas y desarrollar formas humanas
y positivas de tratarlo.
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El filósofo italiano Cesare Beccaria fue uno de los primeros criminólogos modernos.
Pertenecía al grupo de filósofos que desarrollaron la escuela de pensamiento sugerida
por los filósofos de la Ilustración llamada teoría clásica. Estos pensadores creían que el
criminal, como una criatura con libre albedrío, simplemente tomaba decisiones que
parecían en su mejor interés. Tales puntos de vista sientan las bases para la teoría de
la elección racional de los tiempos modernos. Él creía que la respuesta correcta de la
sociedad era hacer que el comportamiento criminal fuera menos deseable con las
penas apropiadas, aunque Beccaria argumentó en contra de la pena de muerte.

En 1885, la palabra "criminología" fue utilizada por primera vez por Raffaele Garofalo,
un profesor de derecho italiano que creía que el comportamiento criminal debería
estudiarse a través de métodos científicos. Se le considera el "padre" del campo. Su
trabajo marcó el comienzo del estudio moderno del comportamiento ilegal.