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Aprendamos a establecer la

DIFERENCIA ENTRE PELIGROS Y RIESGOS

Autor: Fred A. Manuele,


Presidente de Hazards, Limited

Los términos peligro y riesgo no significan lo mismo, aunque muchos


profesionales de la seguridad los utilizan indistintamente. Se suma a esta confusión el
hecho de que estos términos podrían ser utilizados en diferentes tipos de literatura con
un contexto similar a los de exposiciones e inseguridades.

Es imposible establecer las funciones que desempeñan los profesionales de la


seguridad con respecto a los peligros y riesgos hasta que no se llegue a un consenso
general en cuanto a lo que estos términos significan.
Un articulo que ayuda a entender de mejor manera este debate es el que apareció
en el periódico Chicago Tribune en su edición del 14 de Agosto de 1993, bajo el
encabezado “NASA expresó que el riesgo del motor del transbordador espacial era muy
alto”.

De acuerdo a este artículo, “el Aerospace Safety Advisory Panel (Comité de


asesoría de Seguridad Aeroespacial), un equipo de expertos que asesora a la Nacional
Aeronautics and Space administration (NASA), (Administración Nacional Aeronautica
y del Espacio), manifestó en un informe que los motores principales eran tan
temperamentales que el riesgo de una falla catastrófica durante un ascenso fugaz a
órbita era de 1 en 120, en comparación con lo que la NASA había establecido
anteriormente, es decir, de 1 en 171.

“Este equipo de expertos estableció que el riesgo real de tal accidente, el cual
podría causar el destrozo total de la nave, así como posiblemente también el de sus
ocupantes, podría ser menor en razón de las precauciones tomadas por la agencia
espacial”.

“Seymour Himmel, miembro mayor del equipo emisor del informe, expresó su punto de
vista personal al afirmar que el riesgo de una calamidad era de 1 en 100; añadiendo
además que él personalmente se sentiría más tranquilo si dicho riesgo fuese de 1 en
1.000”.

Hay tres aspectos de este informe que adquieren cierta capacidad de pertinencia
en la definición del término riesgo, según se lo aplica al trabajo de los profesionales de
la seguridad:

En primer lugar, el informe incluye estimados de la probabilidad del acontecimiento de


incidentes en los cuales los resultados serán adversos – 1 en 100, 1, en 120 o 1 en 1.000
intentos durante el ascenso.

En segundo lugar, la consecuencia de estos incidentes, es decir, el grado en el cual estos


resultados son adversos, está dada como una “falla catastrófica”.
En tercer lugar, hay una implicación de que, según la opinión de uno de los miembros
del equipo asesor, el riesgo es demasiado alto.

Este ejemplo sugiere que el entendimiento total del término riesgo requiere de la
consideración de la probabilidad del acontecimiento de accidentes que podrían tener
resultados adversos, y de la probable severidad de sus consecuencias.

Supongamos que un acontecimiento que pudiera resultar en una “falla


catastrófica tiene una probabilidad de llevarse a cabo equivalente a 1 en 120 intentos en
el ascenso, y que usted es la persona responsable de tomar la decisión en este proyecto
espacial. ¿Cree usted que este riesgo sea aceptable? ¿Continuaría con los lanzamientos
espaciales? .

No es fácil encontrar definiciones exactas

La conclusión de una definición de lo que significa riesgo aplicable a la práctica


de la seguridad con la cual me sienta cómodo, requirió de mucha investigación. Riesgo
es una palabra que posee diferentes significados. Los ejecutivos con los que los
profesionales de la seguridad usualmente establecen relaciones, utilizan este término
dentro de diferentes contextos.

Como un ejemplo, el correr un riesgo en un negocio especulativo ofrece la


posibilidad de ganar o perder. Esto implica un significado de riesgo y una posibilidad de
resultados diferentes de los que se aplica en la práctica de la seguridad. Los riesgos a los
que deben enfrentarse los profesionales de la seguridad pueden tener solamente
resultados adversos.

Sabiendo que en la teoría de las pólizas de seguros la compra de un seguro está


definida como la transferencia de un riesgo, y que este término es empleado de manera
muy común en el lenguaje de las pólizas de seguros, yo me aventuré a investigar en los
aspectos de manejo de riesgos y en la literatura de seguros con una ingenua confianza
de que podría encontrar ciertas definiciones del término riesgo que llenaría nuestras
expectativas y propósitos. Este trabajo no produjo ningún fruto importante. Las
definiciones de riesgo encontradas en la literatura relacionada con los seguros, no
lograron cumplir con los propósitos de la práctica de la seguridad. A continuación,
presento algunos ejemplos.

En la obra Principles of Insurance, sus autores, R.I. Mehr y E. Commack, escriben que
el riesgo constituye una incertidumbre referente a una pérdida. En Risks and Insurance,
M. R. Greene define el riesgo como una incertidumbre que existe a que suceda algún
evento. Según David L. Bickelhaupt, en su libro General Insurance básicamente define
al riesgo como una incertidumbre o falta de conjeturabilidad.

Estas definiciones enfatizan la incertidumbre. Y fundamentalmente, el riesgo en si


mismo implica incertidumbre. Para propósitos de manejo de riesgos y pólizas de
seguros, la descripción del riesgo como una incertidumbre es algo completamente
entendible. Ello esta relacionado a un concepto básico real.
No obstante, estas definiciones no expresan enteramente la naturaleza del riesgo
por el cual emiten sus recomendaciones los profesionales de la seguridad. No puedo
imaginarme a muchos profesionales de la seguridad presentándose únicamente como
consultores especializados en la reducción de la incertidumbre.

En las definiciones de riesgo dadas en la teoría de manejo de riesgos y pólizas de


seguros, no se hace mención o implicación alguna acerca de la severidad de las
consecuencias de cualquier evento. Esto adquiere matices de importancia.

La práctica profesional de la seguridad requiere que los esfuerzos sean dirigidos


tanto a la disminución de las probabilidades de que ocurran situaciones no deseables
como a la reducción al mínimo de sus consecuencias.

Es así que continué con mi investigación esperando encontrar una definición de


riesgo que incluyera el concepto de la probabilidad de accidentes y la severidad de sus
consecuencias. Y en el libro titulado Of Aceptable Risk: Science and The determination
of Safety de William W. Lowrance, encontré una definición de riesgo que llena las
expectativas de los profesionales de la seguridad en un grado altamente aceptable. En
dicho libro Lowrance escribió, “El riesgo es la medición de la probabilidad y la
severidad de efectos adversos”.

Con mucha simpleza y suficiencia la definición dada por Lowrance trata los
aspectos dobles de la práctica de la seguridad: disminución de la probabilidad del
acontecimiento de accidentes y reducción al mínimo de la severidad de sus
consecuencias.

Algunos textos sobre ingeniería de seguridad y seguridad de sistemas incluyen


varias definiciones de riesgo, y entre ellos existe una variación considerable. Yo
recomiendo que los profesionales de la seguridad adopten las definiciones de Lowrance
ya que encajan de manera precisa con el propósito de nuestra existencia.

La definición dada por este autor ha sido probada en la práctica de la seguridad


en el mundo real, y se ha acoplado perfectamente. Promueve un proceso profundo que
presenta las siguientes interrogantes: ¿Es posible que suceda? ¿Qué es lo que
verdaderamente está expuesto a daño o peligro? ¿Cuáles serían las consecuencias si el
evento llegara a suceder? ¿Con qué frecuencia puede suceder el evento?

¿Quién decide lo que es seguro?

Aunque es posible que podamos buscar los lineamientos absolutos que definen
si un riesgo es aceptable o no, aquellos lineamientos rara vez son encontrados. Para
tener la capacidad de determinar si una situación, un objeto o un ambiente es realmente
seguro, la toma de decisiones tiene a menudo un carácter de juicio, debido a que no se
dispone de la información precisa y válida sobre la probabilidad de que algo suceda y la
severidad de sus consecuencias.
El objetivo principal de los científicos encargados del estudio de los riesgos no
debería ser el de determinar si algo es o no seguro, aunque existen algunos científicos
que creen que tal dictamen debería ser incluido en sus descubrimientos. Si los
científicos realizan su trabajo apropiadamente y dentro de los límites de la ciencia, los
resultados de sus estudios establecerán la probabilidad del acontecimiento de
situaciones no deseadas bajo ciertas circunstancias determinadas y la probable severidad
de sus resultados.

La determinación del nivel de seguridad de una cierta situación requiere una


evaluación de la aceptabilidad de su probabilidad y resultado. La evaluación de la
aceptabilidad de los riesgos puede ser sustentada en bases económicas, sociales,
políticas y personales. Ciertamente, los científicos no están mejor preparados para
realizar juicios de aceptación de riesgos más que otras personas.

Cuando emitamos nuestro juicio en lo que se refiere a la aceptación de un riesgo,


debemos entender que ninguna situación está libre de riesgo. Cualesquiera que sean las
medidas adoptadas para evitar o reducir el porcentaje de riesgo, siempre existirá un
porcentaje residual de que el riesgo esté presente, y ese riesgo debería ser considerado
aceptable si la operación continúa. Aun cuando se piense que el porcentaje de riesgo es
infinitesimal, ese riesgo siempre estará latente.

¿CÓMO DEFINIR EL PELIGRO?

Una vez definido el concepto de riesgo, las siguientes preguntas deberían ser
formuladas: ¿Cuál es la fuente del riesgo? ¿Qué es lo que exhibe la probabilidad de que
acontezca un evento que traiga efectos negativos?

Las fuentes de riesgos constituyen peligros. Creo que lo anteriormente expuesto


es una definición muy apropiada de lo que significan los peligros para propósitos de la
práctica de la seguridad. En la publicación On the Practice of Safety, yo hice una
definición de peligros como la forma potencial de perjuicio o daño que una situación
puede causar a la gente, a la propiedad o a su contorno. Los peligros incluyen las
características de las cosas y las acciones que la gente hace o deja de hacer.

El potencial se constituye en la palabra clave de esta definición. Si un peligro es


el potencial de daño o perjuicio, y si este peligro del que hablamos no es evitado,
eliminado o en todo caso controlado, el potencial sería llevado a cabo.

En la publicación Improving Riks Communications, existe un apéndice titulado


“Riks: A Guide to Controversy” (Riesgo: Una guía a la Controversia) escrito por
Baruch Fishoff, en el cual se puede leer lo siguiente: “Por definición, toda controversia
de riesgo tiene que ver con los riesgos asociados con algún peligro… El término
“peligro” es utilizado para describir cualquiera actividad o tecnología con capacidad de
producir riesgo”.

Fishoff tenía razón. Una definición exacta de peligro debe cubrir tanto los
aspectos de las actividades como los de las tecnologías capaces de producir riesgos.
Al tratar de captar el significado correcto de las palabras riesgo y peligro dentro
de lo que significa la práctica de los profesionales de la seguridad, debemos tomar en
cuenta el siguiente concepto: Todos los riesgos aplicables a la práctica de seguridad se
derivan estrictamente del peligro, sin excepción alguna.

LA INSEGURIDAD AFRONTADA POR UNA PERSONA NO SE CONVIERTE


EN NUESTRO PELIGRO.

Como exprese anteriormente, se entiende como la transmisión de un riesgo a la compra


de una póliza de seguro. Este término – transmisión de riesgo- tiene en mi opinión, una
connotación inapropiada.

Asumamos que en una operación se encuentra latente la probabilidad de que se


produzca un evento que puede traer un efecto negativo o adverso. La responsabilidad
por aquel riesgo no es de ninguna manera transferible. La compra de una póliza de
seguros resulta en la adquisición de un grado de protección con respecto a un impacto
financiero producido por un incidente, pero la responsabilidad por el acontecimiento
mismo del incidente y sus consecuencias sigue estando en manos de aquellos
responsables de la operación.

Mencioné también que inseguridad es un término frecuentemente encontrado en la


literatura del sector de seguros, y es posible que sea utilizado de manera similar para
referirse a peligros o riesgos o exposiciones.

Las situaciones de inseguridad por las cuales se adquiere un seguro incluyen casi
en su totalidad eventos de incendios, explosiones, accidentes de aviación , huracanes,
inundaciones, accidentes automovilísticos, desfalcos, etc.

Las inseguridades son incidentes. Son eventos que ocurren cuando una energía
indeseada es liberada o existe una exposición a un contorno peligroso y se presenta una
situación de peligro.

Dentro del contexto de la práctica de la seguridad, las situaciones de


inseguridades no constituyen peligros o riesgos o exposiciones.

Si queremos producir una medida que sea el fiel reflejo de lo que riesgo
significa, primero se debe determinar el grado de exposición de cualquier peligro.
Asumamos que un peligro- la posibilidad de daño o perjuicio- puede ser advertido y que
puede ocurrir el incidente. En primer lugar, tenemos que lograr una apreciación general
del grado de energía indeseada liberada o de las características del ambiente de peligro.

Seguidamente se debe hacer un estimado de la exposición. La exposición se la


puede definir como aquel elemento que puede ser dañado o perjudicado- personas,
propiedad o ambiente- en relación a las características de la energía del ambiente de
peligro. La exposición no tiene el mismo significado que peligro o riesgo o inseguridad.
LA PRÁCTICA DE LA SEGURIDAD: ACEPTACIÓN DEL RIESGO

En algunas ocasiones yo he utilizado la frase: “la práctica de la seguridad” Para


poder relacionar los propósitos de nuestro trabajo y su vínculo con los conceptos de
peligro y riesgo, la definición más aplicable de la práctica de la seguridad sería la
siguiente:

 Cumple con la necesidad social de prevenir o mitigar el daño o perjuicio a las


personas, la propiedad o el ambiente, derivado del peligro.

 Está basada en el conocimiento y la habilidad en función de su relación con la


ingeniería aplicada, las ciencias y asuntos legales/ reglamentadores.

 Es llevada a cabo a través de la anticipación, identificación y evaluación de los


peligros, así como de las acciones adoptadas para evitar, eliminar o controlar
aquellos peligros.

 Tiene como objetivo primordial lograr un estado tal que permita que los riesgos
sean considerados aceptables, siendo ésta la definición correcta de seguridad.

Sugiero que el principal propósito de la práctica de la seguridad sea el de lograr ese


estado por el cual el riesgo es considerado aceptable. Pese a que es posible que los
profesionales de la seguridad tengan que encargarse de realizar un gran numero de
tareas en su trabajo, el propósito subyacente de cada una de sus tareas debe ser el de
tratar de mantener el nivel de riesgo en porcentajes aceptables. Cuando esto ocurra se
habrá alcanzado la seguridad, para lo cual diciéndolo de manera simple, la siguiente
sería la definición más apropiada: La seguridad es el estado en el cual los riesgos son
considerados aceptables. Para alcanzar ese estado, los peligros debe ser considerados
dentro de un contexto muy amplio, tratando de relacionar tanto las actividades como la
tecnología- en otras palabras, a las acciones que las personas hagan o dejen de hacer y a
las características de las cosas. Si no existieran peligros – carencia de cualquier
potencial de daño o perjuicio a personas, propiedad o ambiente- , no habría necesidad de
tener profesionales de la seguridad. Los peligros constituyen la justificación de la
existencia de dichos profesionales de la seguridad.

Sin importar si la preocupación de los profesionales de la seguridad está


enmarcada en la salud y la seguridad ocupacional, la seguridad de productos,
asuntos ambientales, protección contra incendios, seguridad en la transportación o
cualquier otra práctica relacionada con la seguridad, la base genérica de sus
esfuerzos es el peligro.

Cada elemento de la programación de la seguridad debería estar relacionado con


los peligros y sus consecuentes riesgos. Por lo tanto, los propósitos de los elementos
del programa de seguridad son los de anticipar, evitar, eliminar o controlar aquellos
aspectos de “actividad” y “tecnología” que se constituyen en el potencial de daño o
perjuicio.

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