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ARQUEOLOGÍA DE LA SIERRA

DE ANCASH 2
POBLACIÓN Y TERRITORIO

Bebel Ibarra Asencios


Editor

INSTITUTO DE ESTUDIOS HUARINOS

2016

1
ARQUEOLOGÍA DE LA SIERRA DE ANCASH 2: POBLACIÓN Y TERRITORIO

Editor
Bebel Ibarra Asencios

Corrección de Texto y Estilo


Carlo Brescia
Carlos Escobar Silva
Pablo Mateos

Edición de Bibliografía
Jhon Cruz Quiñones

Diseño y Diagramación
Bebel Ibarra Asencios

Diseño de Portada
Margarita Brikyte

Copyright © Instituto de Estudios Huarinos


Av. Vira 473. Huari. Ancash
Copyright © Bebel Ibarra Asencios
ISBN 978-1-365-43505-8
2016. Primera Edición

2
CONTENIDO

Introducción (7)

Capítulo 1
OCUPACIONES HUMANAS TEMPRANAS DURANTE EL PERIODO ARCAICO
EN LA PUNA SUR DE ANCASH: EL SITIO DE HATUN MACHAY (13)
Jhon Cruz, Eduardo Sante y Stephanie Van Berkel

Capítulo 2
LA INCORPORACIÓN DE LA TRADICIÓN MITO EN EL ÁMBITO RITUAL DE
CHAVÍN DE HUÁNTAR (29)
Daniel Contreras

Capítulo 3
LAS OCUPACIONES FORMATIVAS EN LA BANDA: EXCAVACIONES DURANTE
LA CONSTRUCCIÓN DE LA VARIANTE CHAVÍN Y SU IMPACTO
SOCIOECONÓMICO EN EL VALLE DEL MOSNA (53)
Jorge Gamboa Velásquez

Capítulo 4
PRÁCTICAS MORTUORIAS POST-CHAVÍN: UN ANÁLISIS TAFONÓMICO
DE RESTOS HUMANOS ENTREMEZCLADOS DEL CANAL ROCAS
DE CHAVÍN DE HUÁNTAR (77)
Mathew Velasco

Capítulo 5
ANTARAGÁ: ARQUITECTURA MONUMENTAL RECUAY EN EL
ALTO MARAÑÓN (93)
Rafael Segura Rivera

Capítulo 6
ARQUEOLOGÍA DE UNA PACARINA ANDINA (107)
Carolina Orsini y Elisa Benozzi

Capítulo 7
ICHIC WILLKAWAIN Y EL CALLEJÓN DE HUAYLAS: UN ENCLAVE
PROVINCIAL WARI EN LA SIERRA NORTE DEL PERÚ (137)
Juan Paredes Olvera

3
Capítulo 8
CONSIDERACIONES CRONOLÓGICAS DEL ALTO MARAÑÓN: TANTAMAYO Y
RAPAYÁN (165)
Alexis Mantha y Hernando Malca

Capítulo 9
ESTRATEGIAS DE OCUPACIÓN INCA EN LA SIERRA DE ANCASH: EL ROL DE
TAMBOS Y COLCAS EN LA DEFINICIÓN DE PROVINCIAS INCAS (179)
Bebel Ibarra Asencios

Bibliografía General (211)

4
Arqueología de la Sierra de Ancash 2:
Población y Territorio. Pp 53-76
Instituto de Estudios Huarinos. Lima. 2016

LAS OCUPACIONES FORMATIVAS EN LA BANDA:


EXCAVACIONES DURANTE LA CONSTRUCCIÓN DE
LA VARIANTE CHAVÍN Y SU IMPACTO
SOCIOECONÓMICO EN EL VALLE DEL MOSNA

Jorge Gamboa Velásquez*

Resumen

La construcción en el año 2003 de una nueva sección de la carretera Catac-


Chavín transformó el paisaje natural y social de la margen este del valle de
Mosna, específicamente en el sector localizado frente al centro ceremonial pre-
hispánico de Chavín de Huántar, en la sección sur de Conchucos, Ancash, Perú.
El impacto de ese proyecto de inversión estatal en la primera mitad del 2003
dio origen al Proyecto Obras de Emergencia Chavín-POECH en la localidad de
Gaucho (Zona Arqueológica La Banda). Esa intervención condujo al registro de
importantes evidencias de los periodos Formativo y Recuay y permitió empezar
a definir el potencial arqueológico de la margen oriental del valle de Mosna, una
zona hasta entonces no incluida en los planes de manejo de recursos culturales
del área. El artículo expone los datos obtenidos por el POECH 2003 sobre la
ocupación Formativa (1000-400 a.C.) en La Banda y examina el rol de ese sector
en el estudio y la preservación de Chavín de Huántar.

Introducción

El contexto social y político del Proyecto Obras de Emergencia Chavín 2003 fue
el de una temporada en que los planes de desarrollo de instituciones privadas y
del Estado peruano entraron en conflicto con la protección del patrimonio arque-
ológico, ello en el escenario de Chavín de Huántar, sitio declarado Sitio Patrimonio
de la Humanidad por UNESCO en 1985. El flujo constante de visitantes a Chavín
de Huántar es un componente primario en la actividad económica y política local
y origina una serie de actividades vinculadas al ofrecimiento de bienes y servi-
cios a los turistas. El interés —y consecuente evaluación— de la población de
Chavín sobre la repercusión de actividades como la investigación arqueológica y
* jgamboavelasquez@yahoo.com
53
Excavaciones en La Banda - Chavín de Huántar

la ejecución de obras públicas no es reciente, presentando sus orígenes a fines


del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando empezó a consolidarse el rol de
Chavín de Huántar en el imaginario histórico y social peruano (Asensio 2012).
En el largo plazo, la interacción entre arqueología, identidad y modernidad en
Chavín alentó dentro de la sociedad local la formación de una identidad basada
en sus expresiones culturales cotidianas y el reconocimiento del valor simbólico
y material del monumento arqueológico. Esta percepción también ha incluido,
especialmente en las últimas décadas, la apreciación del patrimonio cultural
como un medio de desarrollo socioeconómico alternativo a la explotación de los
recursos mineros de la zona (Sayre 2003).
Uno de los retos principales para el transporte entre Chavín y el resto
de la Región Áncash es la accidentada topografía de la zona, marcada a lo largo
del siglo pasado por desastrosos deslizamientos de tierra desde la Cordillera
Blanca. El acceso al sitio arqueológico Chavín de Huántar y a la ciudad moderna
colindante es realizado a través de la carretera que desde la ciudad de Catac
en el Callejón de Huaylas conduce al valle del Río Mosna. Hasta el año 2003
esa carretera pasaba a pocos metros de la esquina suroeste de la plataforma
principal del Monumento Arqueológico Chavín, alterando ese paisaje cultural
prehispánico e impactando negativamente en la preservación de los edificios
arqueológicos. Debido a esa circunstancia y al incremento del tráfico vehicular
en la zona, durante el gobierno de Alejandro Toledo el Ministerio de Transportes y
Comunicaciones (MTC) del Perú planificó la construcción de la carretera “Variante
Chavín”, la cual permitiría liberar al área arqueológica monumental del paso
de transporte pesado. Ese proyecto implicaba construir el Puente Uchucurga
(próximo a la localidad de Ultupuquio) y un nuevo tramo de carretera en la
margen este del Río Mosna, y renovar el Puente Laos (que conectaba a la ciudad
de Chavín con la población rural de la margen este del valle del Mosna). Esas
labores fueron encargadas por la agencia estatal PROVIAS Departamental a las
empresas constructoras Consorcio Montes Hnos. SRL y JACCSA SAC, que real-
izaron la construcción de la carretera “Variante Chavín” y los puentes a lo largo
de los años 2003 y 2004.
El área propuesta para el nuevo tramo de carretera correspondía a la
localidad rural de Gaucho (donde se ubica la Zona Arqueológica La Banda),
perteneciente al Distrito de San Marcos pero colindante con el Distrito de Chavín.
La existencia de materiales prehispánicos en la zona había sido reconocida por
varios investigadores desde mediados del siglo XX. Sin embargo, las condiciones
de propiedad territorial, actividad geológica (Contreras 2007: 100-117, 2009:
1008-1009; Turner et al. 1999) y concentración de esfuerzos en la investigación
de los edificios prehispánicos monumentales de Chavín (ubicados en la margen
oeste del valle frente a Gaucho) originaron que la información para ese sector del
valle de Mosna fuera hasta entonces bastante limitada.
La construcción de la nueva carretera en la margen este del Río Mosna
condujo en abril del 2003 al hallazgo de materiales arqueológicos en áreas donde
algunas observaciones previas de superficie no habían reportado concentracio-
nes mayores de evidencias arqueológicas (Contreras 2007: 20-21). El Proyecto
Obras de Emergencia Chavín (POECH 2003), gestionado por el Instituto Nacio-
nal de Cultura-Áncash (INC, ahora Ministerio de Cultura del Perú), y financiado
por la Fundación Telefónica del Perú, inició ese mes la evaluación de las eviden-

54
Jorge Gamboa Velásquez

cias arqueológicas en la zona de Gaucho, labor que prosiguió hasta agosto del
mismo año. En el mes de junio la remoción con maquinaria pesada de capas
de tierra de cultivo y depósitos aluviales afectó espacios con evidencias prehis-
pánica: varios sectores con construcciones residenciales del periodo Formativo
(1000-400 a.C.) y el lado noreste de una plataforma Recuay (100-600 d.C.). La
afectación de esas zonas fue detenida por los representantes locales del INC,
acto que fue seguido por la paralización de los trabajos de construcción y por la
posterior modificación parcial de su trazo.
En la presente contribución se exponen los trabajos del POECH 2003
y se describe los resultados de las excavaciones que permitieron documentar
áreas con ocupación Formativa (Gamboa 2005). Asimismo, se reseñan los datos
bibliográficos existentes sobre las ocupaciones prehispánicas en Gaucho y se
evalúa el rol de la Zona Arqueológica La Banda en el estudio y protección del
patrimonio arqueológico de Chavín de Huántar.1

El Valle del Mosna y las Localidades de Chavín y Gaucho

El área de trabajo del POECH 2003 se localizó en el valle de Mosna, al este de la


Cordillera Blanca. La zona pertenece a los distritos de Chavín y San Marcos de la
Provincia de Huari, Región Ancash. El Río Mosna nace en la Cordillera Oriental,
corre de sur a norte y se une al Río Wacheqsa que nace en la Cordillera Blanca
al noreste del centro ceremonial prehispánico de Chavín de Huántar. La alter-
nancia de periodos de fuertes lluvias y escasas precipitaciones determina una
agricultura dependiente del régimen pluvial anual complementada por irrigación
a través de canales. La producción agrícola es destinada tanto al consumo local
como al comercio con otras localidades de Áncash.
Las excavaciones del POECH 2003 fueron realizadas en la margen este
del valle de Mosna, perteneciente administrativamente al distrito de San Marcos
y ocupada por terrenos agrícolas y el centro poblado de Gaucho. Esta sección del
valle se encuentra a una altitud promedio de 3,097 msnm, estando delimitada
al norte por la Quebrada Wamanway y al sur por la Quebrada Challhuayaku.
Correspondiendo al piso ecológico Quechua, el área se encuentra cerca al límite
altitudinal de crecimiento del maíz (3,200 msnm), siendo también propicia para
el cultivo de gramíneas y cereales. El punto más alto de este sector del valle
es el Cerro Huagac (4,568 msnm), cuyas laderas son empleadas para cultivo
de tubérculos y crianza de ganado. El sector de Gaucho aún no presenta un
carácter urbano pero concentra el mayor número de viviendas en la margen
este del Mosna frente a Chavín de Huántar, presentando una escuela primaria
y una cancha de fútbol utilizada para actividades ceremoniales y recreativas de
la población local. El centro poblado de Gaucho se encuentra vinculado a las
comunidades de Lucma, Chuyo y Chullush, que también ocupan la margen este
del valle.
La margen oeste del valle de Mosna, perteneciente al distrito de Chavín,
presenta actualmente la mayor densidad demográfica del área, con la ciudad de
Chavín albergando una población estimada en 10,500 habitantes en el 2014.
El Monumento Arqueológico Chavín (MACH) colinda al norte con la ciudad de
Chavín y comprende un espacio arqueológico protegido extendido entre la orilla
sur del Río Wacheqsa, la orilla oeste del Río Mosna, y las localidades de La Flori-
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Excavaciones en La Banda - Chavín de Huántar

da y Ultupuquio al suroeste y sur respectivamente. En décadas recientes se han


formado varias concentraciones de viviendas en el sector La Florida (también
conocido localmente como Barrios Altos), donde se inicia la ruta que conduce
hacia las comunidades de altura de Chichucancha, Chuna, Chacpar, Lanchán,
y Jato y luego a la Cordillera Blanca y al Callejón de Huaylas.

Antecedentes Arqueológicos

Chavín de Huántar ocupa un lugar primario tanto en la génesis de la disciplina


arqueológica en Perú como en el debate sobre el proceso de emergencia de la
civilización Andina (Burger 1992; Lumbreras 1993; Rick 2005; Rick et al. 2009;
Tello 1960). La ocupación Formativa sobre la margen oeste del Mosna está di-
vidida por el Río Wacheqsa en un sector sur, caracterizado por los edificios
monumentales prehispánicos de Chavín, y un sector norte, donde las evidencias
arqueológicas yacen bajo la ciudad moderna de Chavín. El sector meridional
comprende un conjunto de edificios ceremoniales datados entre 1,200 y 500
a.C. y asociados al cumplimiento de eventos religiosos y de interacción social.
Esa parte del sitio destaca por la abundancia de esculturas portadoras de la
iconografía Chavín, que decoraban los muros de plataformas y plazas hundidas
o que, en menor número, se hallaban dispuestas al interior de las galerías que
atravesaban las plataformas (Lumbreras 1974, 1977; Tello 1929, 1960).
El sector monumental de Chavín de Huántar empezó a ser objeto de
estudios sistemáticos en la primera mitad del siglo XX con los trabajos de Julio
C. Tello, Wendell C. Bennett (1944) y John H. Rowe (1962, 1967). Durante las
décadas de 1950 a 1970 la excavación del sector monumental fue dirigida por
Marino Gonzales, quien se encargó de retirar las capas de escombros acarreados
por el aluvión que afectó el sitio en 1945 y prosiguió la excavación del complejo
y la conservación de sus componentes arquitectónicos. En 1966 se realizaron
las investigaciones de Luis G. Lumbreras (1974) y Hernán Amat (Lumbreras y
Amat 1969) en los sectores de Plaza Circular y Plaza Cuadrangular, trabajos
que proseguirían hasta 1972. A inicios de la década de 1980 se realizaron los
estudios arquitectónicos de Francisco Iriarte y Federico Kauffmann (Kauffmann
y González 1993), quienes realizarían excavaciones en el edificio denominado
Plataforma Tello. A estas intervenciones se han agregado en las últimas décadas
los trabajos del Proyecto Chavín de la Universidad de Stanford, dirigidos desde
1995 a evaluar la secuencia constructiva, cronología y función del asentamiento
(Kembel 2008; Rick et al. 1998, 2009). Estas investigaciones también han iden-
tificado la presencia en el sector monumental, la zona de la ciudad de Chavín,
y la margen este del valle de Mosna de ocupaciones del Arcaico Medio y Tardío
(Contreras 2010; Rick 2008: 6-7; Rick et al. 2009: 111-112, Fig. 14).
Una de la primeras propuestas sobre la existencia de una notable concen-
tración poblacional alrededor del sector monumental de Chavín fue presentada
por John Rowe (1963: 9-10), quien propuso un modelo de ciudad sincorítica o
extensiva y señaló que los edificios ceremoniales eran el núcleo de un asenta-
miento extendido sobre ambas márgenes del Mosna. La presencia de asenta-
mientos Formativos alrededor del área nuclear de Chavín de Huántar también
fue examinada por las investigaciones de Espejo (1951), Tello (1960) y Amat

56
Jorge Gamboa Velásquez

(1971). En 1975 Richard Burger constató la presencia de construcciones For-


mativas no monumentales bajo la ciudad de Chavín. En esa área Burger (1979:
135) reportó arquitectura residencial asociada a cerámica utilitaria y decorada,
implementos en hueso y piedra, y restos orgánicos. Asimismo, se documentó la
presencia de espacios con evidencias de actividad ritual y producción artesanal.
Basado en esas evidencias, Burger (1998: 277-281) propuso la ocurrencia entre
850 y 200 a.C. de cambios en la extensión y funcionalidad de las zonas resi-
denciales al norte del Wacheqsa. Los datos de Burger fueron complementados
en años recientes por las observaciones de Wilhem Diessl (2004: 420-436, 449)
sobre los canales y muros de posible datación Formativa localizados en la parte
norte de la ciudad de Chavín y en el sector Machcas.
La existencia de asentamientos Formativos al exterior del área nuclear de
Chavín de Huántar fue comprobada inicialmente por Espejo (1951), Tello (1951)
y Amat (1971). Los trabajos de Burger en los sitios Pogoc y Waman Wain le
permitieron establecer la contemporaneidad entre Chavín y un grupo de asenta-
mientos rurales localizados por encima del fondo del valle y especializados en
la explotación de recursos agropastoriles de altura (Burger 1979: 145, 1982). El
reconocimiento de la existencia de un conjunto de sitios Formativos alrededor
del centro ceremonial de Chavín pondría así en evidencia que el valle de Mosna
experimentó un temprano fenómeno de concentración demográfica y evolución
de estrategias de legitimación del poder e implementación de autoridad (Rick
2005, 2006).
Las primeras inspecciones arqueológicas en el sector de Gaucho fueron
realizadas en la década de 1930 por Julio C. Tello (1960: fig. 5), quien incluyó en
su plano general de Chavín de Huántar una estructura que correspondería a la
hilera de huancas existente en la margen este del valle de Mosna2. Julio Espejo
(1951; ver también Asensio 2013: 121 y Tello 1964: 149), uno de los colabora-
dores de Tello, evalúo por primera vez las evidencias arqueológicas en la zona,
reportando, entre otros materiales, un “fragmento lítico con representación de
cara humana, descubierto en el sitio arqueológico de Jaucho (sic)” (Espejo 1956:
68), pieza que por entonces era conservada por un poblador local. John Rowe
(1963: 10) también mencionó brevemente la existencia de restos de ocupación
residencial Formativa en el área. Entre 1960 y 1980, Marino González prospectó
la margen este del valle de Mosna, recibiendo información sobre hallazgos du-
rante labores agrícolas de tumbas y arquitectura prehispánica.
Como parte de su muestreo de la extensión y densidad de la ocupación
Formativa en Chavín de Huántar, Burger realizó dos pozos de prueba en Gaucho,
y, aunque no registró elementos arquitectónicos, pudo confirmar la presencia de
materiales cerámicos Formativos y obsidiana, esta última determinada como
procedente de Quispisisa en la sierra sur-central de Perú (Burger 1979: 133,
144; 1998: 226, 358; Burger y Asaro 1977). Burger (1998: 226) propusó que el
área de Gaucho formaba parte de las márgenes del asentamiento desarrollado en
torno a Chavín de Huántar entre 500 y 200 a.C.,considerando el uso de la zona
para labores agrícolas.
En años anteriores a la construcción de la carretera “Variante Chavín”,
Diessl (2004: 260-269) registró en la margen este del Mosna estructuras que
interpretó como muros del periodo Formativo dispuestos para evitar la erosión y
encauzar el curso del río. Desde el 2000 el Proyecto Chavín de la Universidad de

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Excavaciones en La Banda - Chavín de Huántar

Stanford, dirigido por John Rick y Luis G. Lumbreras, ha ejecutado campañas


anuales de mapeo y excavaciones en diversas partes del área de Gaucho, que
pasó a ser denominado oficialmente como Zona Arqueológica La Banda (Rick et
al. 2009; Wolf ms.; ver también Contreras 2007: 20, 21, figs. 1.4 y 1.5). Como
parte de esas intervenciones destacan las excavaciones realizadas por John Wolf
(ms.) entre 2001 y 2003 y por Matthew Sayre (2010) en el 2005. Las primeras

Figura 1. Valle del Río Mosna con ubicación de Zona Arqueológica La Banda y excava-
ciones del POECH 2003. Elaboración por J. Gamboa y E. Sosa.

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Jorge Gamboa Velásquez

excavaciones fueron dirigidas a evaluar la ocupación Arcaica y Formativa en La


Banda, mientras que la investigación de Sayre fue enfocada en la cronología y
organización socioeconómica de la comunidad Formativa asentada en la zona.
Debe mencionarse que otro punto con ocupación Formativa en la localidad de
Gaucho sería el sitio aún no excavado de Piruru, en la ladera del Huagac, donde
Diessl (2004: 250-252) identificó una plataforma asociada a materiales cerámi-
cos Chavín.

Excavaciones en la Banda, Gaucho

La Zona Arqueológica La Banda se extiende entre las coordenadas UTM 260600E


y 8939750N hasta 260630E y 8939350N. Durante la prospección realizada a
principios del 2003 en el área asignada a la construcción de la carretera “Variante
Chavín” se registraron escasas cantidades de fragmentos de cerámica en la su-
perficie de zonas aradas por los agricultores de Gaucho. El área fue dividida en
cinco sectores distribuidos desde la zona frente a Ultupuquio hasta el Puente
Laos (Figura 1). El Sector 1, situado frente al área de construcción del Puente
Uchucurga, presentaba laderas rocosas y fuerte pendiente del terreno; ese sector
no fue sometido a excavación debido a la observación en los cortes naturales
del terreno de gruesas capas aluviales conformando la superficie del terreno. La
ocupación Formativa fue registrada en los Sectores 2 y 3. En el Sector 4 se registró
parte de una plataforma funeraria Recuay sobre niveles estratigráficos con ma-
teriales Formativos. El Sector 5 se ubicaba en el extremo norte de Gaucho, sobre
una colina cubierta por campos de cultivo frente al Puente Laos. La evaluación
del Sector 5 fue realizada entre julio y agosto del 2003 por el Proyecto Chavín
de la Universidad de Standford, en paralelo a sus excavaciones en el Sector 3.
Las unidades de excavación del POECH 2003 fueron planeadas original-
mente como cateos de 2 a 3 m por lado, eventualmente ampliados para el registro
de elementos arquitectónicos. Varias unidades de los Sectores 3 y 4 adquirieron
el carácter de excavaciones en áreavpara permitir la documentación horizontal
de contextos prehispánicos (Gamboa 2005) (Figura 2). El registro estratigráfico
fue desarrollado por capas naturales, recurriéndose a niveles arbitrarios de 20
cm solo en los casos de rellenos alterados por agricultores o maquinaria. La ubi-
cación altimétrica de capas y estructuras fue realizada por el Sr. Esteban Sosa,
topógrafo del INC-Huaraz, cuyo trabajo fue posteriormente complementado con
una Estación Total de la Universidad de Stanford. Las excavaciones del POECH
en los Sectores 2 y 3 fueron rellenadas con tierra tamizada a fines de julio del
2003. Las estructuras arqueológicas fueron previamente provistas de muros de
protección. Después de un intervalo de varias semanas, las excavaciones en el
Sector 3 y en la plataforma Recuay fueron reiniciadas por el Proyecto de Rescate
Arqueológico La Banda (PRALB), ejecutado entre agosto y diciembre del 2003
(Rick 2003).
La mayor parte de los materiales prehispánicos registrados en las exca-
vaciones del POECH 2003 en los Sectores 2, 3 y 4 correspondió a fragmentos de
vasijas con rasgos estilísticos que permiten asignarlos a la ocupación Formativa
en el área de Chavín de Huántar entre 1000 y 400 a.C. (Burger 1998; Rick et
al. 2009). Las formas predominantes fueron las ollas sin cuello y los cuencos
de borde recto evertido y convergente, con menores proporciones registradas
de cántaros de cuello evertido y de botellas de asa estribo y gollete simple. Esta

59
Excavaciones en La Banda - Chavín de Huántar

Figura 2. Arquitectura residencial Formativa en Sector 3-Unidades 11C, D, E, H, I, J y


M. Plano por T. Miranda y J. Gamboa.

vasijas muestran mayormente cocción reductora y decoración en base a círcu-


los impresos con punto central, motivos geométricos y figurativos estampados,
incisiones, punteado en zonas, rocker-stamping y aplicación de engobe rojo y
grafito (Gamboa 2010, 2013).3 La cerámica del Formativo Final (400-100 a.C.)
con rasgos estilísticos Huaraz recuperada en nuestras excavaciones fue escasa
y apareció principalmente en los niveles de relleno constructivo de la plataforma
Recuay del Sector 4. A continuación se detallan las características de la estrati-
grafía y arquitectura Formativa registrada en las excavaciones del POECH 2003.

60
Jorge Gamboa Velásquez

Excavaciones en el Sector 2: Este sector comprendió parte de la parcela de la


familia Romero al este de la hilera de huancas. Los trabajos en el Sector 3 fueron
dirigidos por Tito Miranda. El área de las huancas no fue sometida a excavación
al hallarse al oeste del trazo de la carretera. Varias unidades del Sector 2 no
fueron profundizadas debido a la modificación del trazo de la carretera “Variante
Chavín”.4 Las siguientes descripciones corresponden a los cateos mayores a un
metro de profundidad o que condujeron al registro de evidencias arquitectónicas.

Unidad 1 (4.20 x 2 m)
Superficie: Tierra agrícola de 0.10 m de espesor. La superficie presentó fuerte
pendiente al oeste.
Capa 1: Tierra semicompacta marrón oscuro de 0.20 y 0.80 m de grosor, con-
teniendo fragmentos de cerámica Chavín y lascas de obsidiana. Se registró un
muro de contención de 0.65 m de altura construido con piedras no canteadas.
La base y la cima de esta terraza presentaron apisonados de tierra compacta.

Unidad 2 (2 x 2.50 m)
Superficie: Tierra agrícola de 0.10 m de espesor y sin materiales culturales.
Capa 1: Tierra y cascajo con espesor de 0.20 a 1 m acumulada durante labores
agrícolas modernas. Careció de materiales arqueológicos.
Capa 2: Tierra marrón rojizo que recubría dos alineamientos bajos de piedras
irregulares. Se presentaron fragmentos de cerámica llana y decorada Janabarriu
(Figura 3).

Unidad 4 (2 x 3 m)
Superficie: Tierra agrícola de 0.20 m de grosor.
Capa 1: Tierra compacta marrón y guijarros, con espesor de 0.12 a 0.20 m. Pre-
sentó escasos fragmentos de cerámica erosionada.
Capa 2: Tierra semicompacta marrón, con espesor de 0.30 a 0.50 m. Contuvo
piedras irregulares, posiblemente pertenecientes a un muro desmantelado.
Capa 3: Tierra compacta marrón y guijarros, con espesor de 0.50 a 0.80 m. No
contuvo fragmentos de cerámica.

Figura 3. Cerámica Formativa registrada en el Sector 2 (Unidad 2, Capa 2).

61
Excavaciones en La Banda - Chavín de Huántar

Unidad 5 (2 x 4 m)
Superficie: Tierra agrícola de 0.10 m de grosor.
Capa 1: Tierra semicompacta marrón y piedras pequeñas, con espesor de 0.25
m. Contuvo algunos guijarros con huellas de percusión intencional.
Capa 2: Similar al nivel anterior pero con fragmentos de cerámica no diagnos-
tica. Recubría a un muro elaborado con piedras irregulares y barro, con altura
máxima de 0.80 m, espesor de 0.70 m y orientado de este a oeste. Este elemento
estaba asociado en su paramento sur a un muro más bajo y angosto y en el lado
noreste de la unidad a un piso de tierra compacta.
Capa 3: Compuesta por un relleno de tierra registrado bajo el piso asociado al
primer muro. Presentó un primer nivel de cascajo y un nivel subyacente de pie-
dras irregulares y tierra, con un espesor total de 0.50 m.

Excavaciones en el Sector 3: Este sector se ubicó en la sección más ancha y


con menor pendiente del área de Gaucho, en los terrenos agrícolas de las famili-
as Amado, Ramírez y Zorrilla. La intervención en esa área conduciría en el 2003
y años siguientes al registro de una alta densidad de estructuras arquitectónicas
Chavín. Uno de los resultados principales de esa intervención fue la documen-
tación de un conjunto residencial Formativo expuesto en un espacio de 11 m
por 8 m (69 m2) registrado en las Unidades 11A a 11M. La capa superficial del
área intervenida presentó fragmentos de cerámica Formativa y de ocupaciones
prehispánicas tardías y modernas.

La Unidad 1 (2 x 1.50 m) fue profundizada solo hasta 0.60 m presentando bajo el


nivel de cultivo moderno sin reportar materiales arqueológicos. La Unidad 9 fue
excavada hasta 0.80 m de profundidad y reveló una capa de grava y tierra com-
pacta con escasos fragmentos de cerámica llana de cocción reductora; esta uni-
dad fue posteriormente ampliada por el equipo de la Universidad de Stanford.

Figura 4. Cerámica Forma-


tiva registrada en el Sector 3
(Unidad 2, Capa 2).

62
Jorge Gamboa Velásquez

Unidad 2 (5.50 x 2 m)
Superficie: Tierra agrícola sin materiales culturales.
Capa 1: Tierra agrícola semicompacta y piedras pequeñas, con espesor de 0.60
a 1.20 m. Careció de elementos arquitectónicos pero contuvo tiestos Chavín,
lascas de obsidiana y fragmentos óseos.
Capa 2: Tierra y guijarros de origen aluvial, con espesor de 0.25 a 0.75 m.
Aunque careció de evidencias arquitectónicas, presentó abundantes fragmentos
de cerámica Formativa (Figura 4), restos óseos y lascas de obsidiana.
Capa 3: Tierra arenosa semicompacta y cantos rodados. Presentó fragmentos de
cerámica Formativa y un muro de lajas irregulares y barro, de 0.55 m de altura
conservada y orientado de este a oeste. La excavación profundizó hasta 2.20 m
bajo la superficie sin alcanzar nivel estéril.

Unidad 3 (1.5 x 2 m)
Superficie: Tierra agrícola de 0.10 m de grosor.
Capa 1: Tierra compacta, con espesor de 0.60 m y baja proporción de tiestos
Formativos.
Capa 2: Gravilla y tierra, con espesor de 0.40 m y escasos fragmentos de cerámi-
ca Formativa.
Capa 3: Tierra arenosa semicompacta, con espesor de 0.80 m. Presentó una baja
densidad de fragmentos cerámicos Chavín.

Unidad 4 (4 x 2 m)
Superficie: Tierra agrícola de 0.10 m de espesor.
Capa 1: Tierra suelta grisácea y gravilla, de 0.15 a 0.20 m de espesor.
Capa 2: Compuesta por cascajo y tierra registrada hasta 1.20 m de profundidad.
Recubría un muro colapsado orientado de noreste a suroeste.

Unidad 5 (4 x 2 m)
Superficie: Tierra agrícola de 0.10 m de espesor.
Capa 1: Tierra compacta marrón, con espesor de 0.35 m. Recubría un muro
orientado de este a oeste compuesto por una sola hilada de lajas colocadas ver-
ticalmente.
Capa 2: Tierra compacta marrón grisáceo, con espesor de 0.60 m. Cubría la
base del muro registrado en la anterior capa y presentó fragmentos de cerámica
Chavín y materiales óseos.
Capa 3: Tierra compacta marrón rojizo, con espesor de 0.45 m. Recubría varios
muros de doble cara construidos con piedras y barro. Se registró parte de un
ambiente con planta en L delimitado en tres lados por muros de piedras irregu-
lares. El relleno de tierra sobre las estructuras presentó fragmentos de cerámica
Formativa (Figura 5) y espátulas de hueso.
Capa 4: Compuesta por piedras pequeñas, con espesor de 0.20 m y carente de
materiales culturales. Parece haber sido un relleno de tierra y cascajo dispuesto
previamente a la construcción de los espacios definidos en la capa anterior.

Unidad 5-Ampliación Sur (5 x 4.70 m)


Superficie: Tierra agrícola de 0.08 m de espesor.
Capa 1: Tierra compacta marrón de 0.35 m de espesor. Presentó tiestos Chavín
y fragmentos óseos.
63
Excavaciones en La Banda - Chavín de Huántar

Figura 5. Cerámica Formativa registrada en el Sector 3 (Unidad 5, Capa 3).

Capa 2: Tierra compacta marrón rojizo de 0.50 m de espesor. Recubría mu-


ros de lajas canteadas y barro. Se registro un muro de contención con para-
mento al oeste y un canal de drenaje (0.40 a 0.60 m de ancho). Este último el-
emento presentó piso de lajas y fue construido perpendicularmente a la terraza,
atravesando un área con segmentos de muros orientados de este a oeste. En el
relleno de tierra se registraron fragmentos de cerámica Chavín, restos óseos y
lascas de obsidiana.

Unidad 6 (2.20 x 2 m)
Superficie: Tierra agrícola de 0.10 m de grosor.
Capa 1: Tierra compacta marrón, de 0.70 a 0.90 m de espesor y carente de ma-
teriales arqueológicos.
Capa 2: Tierra y gravilla aluvial, con espesor de 0.10 a 0.55 m y carente de ma-
teriales arqueológicos.
Capa 3: Tierra arenosa marrón semicompacta con sedimentos arcillosos. Pre-
sentó un espesor de 0.20 a 0.90 m. y contuvo fragmentos de cerámica diagnos-
tica Chavín.
Capa 4: Relleno de piedras pequeñas y tierra rojiza de 0.20 a 0.60 m de espesor.
y con fragmentos de cerámica diagnostica Formativa.
Capa 5: Tierra marrón rojizo compacta, con espesor de 0.40 a 1.10 m. No pre-
sentó evidencias arquitectónicas pero contuvo fragmentos de cerámica llana y
decorada de cocción reductora.
Capa 6: Tierra arcillosa gris oscuro semicompacta con fragmentos de cerámica
Formativa. El nivel de la napa freática fue alcanzado a 2.90 m de profundidad.

Unidad 7 (4 x 3.20 m)
Superficie: Tierra agrícola de 0.08 m de grosor.
Capa 1: Tierra semicompacta grisácea, con espesor de 0.46 m y carente de ma-
teriales culturales.
64
Jorge Gamboa Velásquez

Capa 2: Tierra grisácea compacta de 0.70 m de espesor. Contuvo fragmentos de


cerámica de cocción reductora.
Capa 3: Tierra y arena sedimentada de coloración oscura y 0.50 m de espesor.
Presentó fragmentos de cerámica llana y decorada Formativa.
Capa 4: Relleno de tierra compacta marrón rojizo y escasa gravilla, con espesor
de 0.55 m. Presentó concentraciones de piedras irregulares y una alta densidad
de fragmentos de cerámica llana y decorada Chavín. La excavación profundizo
hasta 2.55 m.

Unidad 8 (2 x 2.3 m)
Superficie: Tierra agrícola de 0.08 m de grosor.
Capa 1: Tierra marrón grisáceo compacta con espesor de 0.55 m y carente de
materiales arqueológicos.
Capa 2: Tierra marrón grisáceo compacta con espesor de 0.50 m a 0.65 m. Con-
tuvo fragmentos de cerámica Chavín.
Capa 3: Tierra marrón rojizo compacta de 0.25 a 0.35 m de espesor. Contuvo
tiestos Chavín y fragmentos óseos.

Figura 6. Perfil este de Unidad 11. Dibujo original y diagramación por J. Gamboa.

65
Excavaciones en La Banda - Chavín de Huántar

Capa 4: Relleno de tierra y piedras que cubría las bases de una estructura
de 1.50 por 0.55 m asociada a un piso de tierra compactada y fragmentos de
cerámica Chavín. Los muros fueron construidos con lajas rectangulares ligera-
mente canteadas, presentado 0.40 m de altura conservada y 0.25 m de espesor.
Capa 5: Relleno de cascajo contenido por el muro este del recinto y posiblemente
perteneciente a una terraza. La excavación profundizó hasta 2.60 m de profun-
didad sin encontrar un nivel estéril.

Unidad 10 (5 x 4.60 m)
Superficie: Tierra agrícola de 0.10 m de espesor.
Capa 1: Tierra grisácea compacta de 0.40 m de espesor. Recubría varios muros
bajos de contención elaborados con piedras irregulares y barro. Contuvo tiestos
Chavín y fragmentos óseos.
Capa 2: Tierra marrón grisáceo compacta de 0.80 m de espesor. En este nivel
se registraron fragmentos de cerámica Formativa, restos óseos y lascas de ob-
sidiana.
Capa 3: Tierra marrón rojizo compacta y piedras irregulares. Presentó abun-
dante fragmentos de cerámica Chavín, materiales óseos y lascas de obsidiana.
En ese nivel se documentó parte de una estructura construida con lajas unidas
con barro. En la intersección de los muros se registró un ducto de drenaje (0.25
m de altura por 0.36 m de ancho) elaborado con piedras canteadas y recubierto
con lajas pequeñas. La excavación profundizó hasta 2.13 m, alcanzando el nivel
de un apisonado asociado a la base de los muros.

Unidad 11 (3.5 x 3.5 m)


Capa 1: Tierra grisácea compacta y piedras, con espesor de 0.60 m.
Capa 2: Tierra marrón grisáceo compacta con espesor de 0.40 m. Los fragmen-
tos de cerámica recuperados en este nivel fueron mayoritariamente Formativos.
Capa 3: Relleno de tierra arcillosa compacta marrón rojizo que recubría muros
de contención elaborados con piedras y barro.
Capa 4: Relleno de tierra compacta registrado entre 2.20 m y 2.86 m. Presentó
carbón, tiestos Janabarriu, lascas de obsidiana, restos óseos y elementos mal-
acológicos (Figuras 6 y 7). La excav-
ación profundizo hasta 3.16 m, sin
alcanzar nivel estéril.

Unidades 11A-11M
Las Unidades 11A a 11M (cada una
de 3 por 2 m) permitieron documentar
parte de un conjunto arquitectónico
residencial Formativo. Se registraron
tres tipos de muros: a) bajos de lajas
delgadas, a modo de compartimen-
tos de los pisos de tierra o bases para
estructuras de madera o caña; b) de
Figura 7. Borde de cuenco Formativo con doble cara, de lajas irregulares y
incisión y estampado del piedras canteadas unidas con bar-
Sector 3-Unidad 11

66
Jorge Gamboa Velásquez

ro, sin evidencias de enlucido; y c) muros de banquetas y terrazas, con rellenos


de tierra conteniendo materiales culturales y orgánicos. La arquitectura obser-
vada en todas estas unidades estuvo asociada a una alta densidad de fragmentos
de cerámica llana y decorada Formativa, artefactos en hueso y piedra y desechos
orgánicos registrados en pisos de tierra y rellenos sobre las estructuras.

La estratigrafía en la Unidad 11A estuvo compuesta por:


Superficie: Tierra agrícola de 0.15 m de grosor.
Capa 1: Tierra grisácea suelta de 0.60 m de espesor
Capa 2: Tierra marrón grisáceo compacta y piedras irregulares, con espesor de
0.59 m. Contuvo fragmentos de cerámica diagnostica Chavín, restos óseos y las-
cas de obsidiana, así como un fragmento de porra lítica (recuperado en el nivel
superior de la capa).
Capa 3: Tierra marrón rojizo compacta registrada a partir de 1.40 m de profun-
didad. Recubría un muro de piedras dispuesto de noreste a suroeste. A 2.06 m
de profundidad se registró un espacio alargado delineado con piedras irregula-
res, poco profundo y que contuvo una osamenta humana incompleta carente de
asociaciones y cubierta por tierra con fragmentos de cerámica Chavín. Se regis-
tró parte de una columna vertebral orientada de este a oeste, costillas y huesos
largos fragmentados, así como un hueso de la extremidad de un camélido. Este
rasgo fue excavado por el Lic. Tito Miranda Monzón.

La estratigrafía de la Unidad 11B estuvo compuesta por:


Capa 1: Tierra grisácea suelta, de 0.30 m de espesor y carente de materiales
cerámicos.
Capa 2: Tierra marrón grisáceo semicompacta. Presentó baja densidad de frag-
mentos de cerámica y acumulaciones de piedras (posiblemente correspondien-
tes a muros destruidos).
Capa 3: Tierra marrón rojizo compacta. A los 0.78 m de profundidad se registró
la base de un muro de piedras irregulares cubierto por un relleno conteniendo
tiestos Chavín y lascas de obsidiana.

En las Unidades 11C, D, E, H, I, J y M (Figura 2) la estratigrafía estuvo compu-


esta por:
Superficie: Tierra agrícola de 0.20 m de grosor conteniendo tiestos no diagnósti-
cos y erosionados y en menor proporción fragmentos de cerámica Formativa o
de pasta oxidada con posible filiación post-Formativa.
Capa 1: Tierra marrón grisáceo semicompacta con lentes de tierra compacta en
su mitad inferior. Contuvo fragmentos de cerámica Chavín, restos óseos, instru-
mentos líticos y lascas de obsidiana.
Capa 2: Tierra marrón rojizo compacta presente hasta 0.70 m de profundidad.
En la Unidad 11D se definieron las bases de dos pequeñas estructuras semi-
circulares elaboradas con piedras sin mortero de barro (posiblemente de una
ocupación post-Formativa). En el resto de unidades se definieron ambientes con
planta ortogonal y pisos de tierra compacta asociados a cerámica fragmentada
Formativa del estilo Janabarriu. La capa también produjo fragmentos óseos con
huellas de sometimiento a fuego, artefactos en hueso, lascas y esquirlas de ob-
sidiana, y otros materiales culturales. En la Unidad 11J se definió un canal con
trayectoria este-oeste cubierto parcialmente con lajas delgadas.
67
Excavaciones en La Banda - Chavín de Huántar

Figura 8. Sector 4, Plataforma Funeraria Recuay: a) excavaciones, b) y c) vasijas regis-


tradas en Tumba 5. Fotos por J. Gamboa.

Excavaciones en el Sector 4: La intervención en el Sector 4 fue dirigida por


Jorge Gamboa y Tito Miranda. Se ejecutaron cinco pozos de prueba, distribuidos
a los largo de un espacio de 200 m de longitud iniciado al norte de las Unidades
11A/11M. Las Unidades 1 y 3 fueron excavadas hasta 0.50 m de profundidad,
retirándose una capa superficial de tierra agrícola carente de materiales cultura-
les prehispánicos. A ese nivel se produjo la anegación de los cateos por filtracio-
nes subterráneas de agua. La Unidad 2 (2 x 3 m) fue excavada hasta 1.30 m de
profundidad, registrándose un nivel superficial de tierra aluvial sin materiales
arqueológicos y capas subyacentes de tierra arcillosa y cascajo de origen alu-
vial, en ambos casos sin restos culturales. La Unidad 5 (1.50 x 1.50 m) reportó
rellenos modernos procedentes de la limpieza de campos de cultivo; su exca-
vación profundizó hasta 0.60 m, recuperándose una muestra de fragmentos de
cerámica de cocción oxidante y reductora.
La Unidad 4 (1.50 x 1.50 m) pudo ser excavada hasta 1.40 m de profundidad. Su
estratigrafía estuvo compuesta por:
Capa 1: Tierra marrón claro semicompacta, con espesor de 0.20 a 0.50 m y
carente de evidencias arquitectónicas. Presentó tiestos decorados de cocción re-
ductora.
Capa 2: Tierra marrón grisáceo compacta con espesor de 0.20 m a 0.70 m. Pre-
sentó fragmentos de cerámica Chavín. El nivel superior mostraba un nivel de
ceniza de 8 cm de espesor y una acumulación de tierra rojiza compacta eviden-
ciando un piso mal conservado.
Capa 3: Tierra, arena gruesa y piedras, con espesor de 0.30 m a 0.50 m y carente
de materiales culturales.
La única excavación en área del Sector 4 alcanzó a medir 100 m2 y per-
mitió documentar parte de una plataforma funeraria prehispánica localizada
68
Jorge Gamboa Velásquez

en el lindero entre los terrenos de las familias Amado y Zevallos. La cima del
edificio presentó un grupo de tumbas de cista y cámara asociadas a ofrendas
de cerámica del estilo Recuay (Gamboa 2005, 2007, 2010) (Figura 8a-c). Los
rellenos constructivos de la plataforma contuvieron una mezcla de fragmentos
de cerámica de los estilos Chavín, Huaraz (o Blanco sobre Rojo) y Recuay.

Modificaciones en el Trazo de la Carretera “Variante Chavín”

Los trabajos del POECH y el Proyecto Chavín de la Universidad de Stanford en La


Banda durante el año 2003 condujeron a dos resultados principales: la primera
documentación arqueológica a gran escala de las ocupaciones prehispánicas en
la margen oriental del valle de Mosna frente a Chavín de Huántar, y la modifi-
cación en diversos puntos del trazo original de la carretera “Variante Chavín”.
Habiéndose constatado la presencia de abundantes materiales y espacios
arqueológicos en la localidad de Gaucho y la margen este del valle de Mosna, el
Instituto Nacional de Cultura y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones-
PROVIAS procedieron a mediados del año 2003 a replantear algunas partes del
trazo de la carretera “Variante Chavín”. Estas modificaciones fueron localizadas
en los puntos de mayor concentración de contextos arqueológicos. El primer
replanteo fue dispuesto en el Sector 2 e implico el desvió al oeste del trazo de la
carretera, cuyo curso paso a localizarse sobre un terreno más bajo al inicialmente
considerado. El segundo cambio comprendió los Sectores 3 y 4. Esa modificación
permitió trasladar el eje de la carretera al este del conjunto residencial Forma-
tivo del Sector 3 y de la plataforma funeraria Recuay.

Las zonas destinadas al nuevo trazo de la carretera fueron evaluadas por el


Proyecto de Rescate Arqueológico La Banda.5 Las excavaciones del PRALB en
puntos cercanos a la base del Cerro Huagac (junto al camino rural que atraviesa
esa parte de Gaucho) permitieron registrar la presencia de niveles superficiales
aluviales recubriendo capas con muros de piedras y barro y una densidad media
a baja de materiales culturales Formativos.

Trabajo de Gabinete

Tras el termino de las labores de campo del Proyecto Obras de Emergencia 2003
no hubo oportunidad para continuar con el análisis de los restos culturales
mueble registrados. El 2009 fue posible, gracias al apoyo brindado por el Insti-
tute of Andean Research, reiniciar los trabajos de gabinete de las colecciones
excavadas en la primera mitad del año 2003 (Gamboa 2010, 2013). El Proyec-
to de Inventariado y Análisis de Materiales del Proyecto Obras de Emergencia
Chavín (PIAM-POECH 2009) permitió ampliar nuestra apreciación inicial de la
cronología y función de las áreas excavadas en La Banda, Gaucho. Adicional-
mente, se mejoraron las condiciones de almacenamiento de esos materiales en
los depósitos del Ministerio de Cultura en Chavín de Huántar.
Los trabajos de gabinete del 2009 comprendieron aproximadamente el
50 % de los materiales excavados durante el transcurso del POECH. Se completó
el inventariado de 1,231 bolsas con materiales arqueológicos, 837 de ellas con-
teniendo fragmentos de cerámica diagnóstica y vasijas completas (estas últimas
69
Excavaciones en La Banda - Chavín de Huántar

procedentes de los contextos funerarios Recuay excavados por el POECH, ver


Gamboa 2005). Asimismo, se catalogó un total de 9,643 especímenes cerámicos
(entre fragmentos diagnósticos y vasijas), piezas que fueron limpiadas, rotu-
ladas y registradas gráficamente. Otras piezas documentadas fueron lascas y
desechos de talla de obsidiana y sílex, tiestos con pigmento rojo impregnado,
fragmentos de morteros líticos, agujas, ticpis o prendedores femeninos, así como
cuentas, tubos y huesos en proceso de recortado. Estos materiales reflejan en
conjunto diversos aspectos de la vida domestica y ritual de una comunidad del
periodo Formativo en la sierra de Ancash.
Parte de los esfuerzos del PIAM-POECH 2009 fueron dedicados a anali-
zar los restos humanos y artefactos documentados en las tumbas Recuay del
Sector 4. Las poblaciones del valle de Mosna modificaron a partir del Formativo
tardío y Final (400 a 100 a.C.) modificaron los patrones previamente existentes
de producción artesanal y consumo de bienes suntuarios. Las consecuencias de
ese proceso en el sector La Banda son evidenciadas por el hallazgo en el Sector
4 de fragmentos de cerámica Huaraz (estilo Blanco sobre Rojo correspondiente
a fines del periodo Formativo) y de ofrendas de cerámica Recuay, piezas que
fueron elaboradas con un nuevo conjunto de pastas cerámicas y con pintura
negativa. El área de Gaucho habría adquirido durante el periodo Recuay un
nuevo significado para la población local, pasando a vincularse a ceremonias
funerarias y de conmemoración de ancestros. Los restos humanos registrados
por el POECH en la plataforma funeraria fueron analizados en el 2009 por la
antropóloga Christine M. Pink con el apoyo de las arqueólogas Milagros Lobato,
Lussiana Medina y Melissa Romero y la Sra. Rita García Noceda. El reporte de
Christine Pink sobre los materiales óseos de las tumbas Recuay del Sector 4 se
encuentra incluido en el Informe del PIAM-POECH 2009 (Gamboa 2010; Pink
2010) y constituye una contribución importante al estudio bioarqueológico de
las poblaciones prehispánicas del valle de Mosna.

El Sector La Banda en la Comprensión de Chavín de Huántar

Desde mediados del siglo pasado se infirió que la monumentalidad y excelen-


cia técnica de la arquitectura pública de Chavín de Huántar estuvieran asocia-
das a un paisaje social mucho mayor. Esa propuesta, adelantada inicialmente
por John Rowe y Marino Gonzáles, fue examinada por Burger (1998: 229-230),
quien determinó que las dimensiones y evidencias de crecimiento sostenido del
centro ceremonial de Chavín de Huántar respondían en parte a la interacción
entre ese espacio y una serie de comunidades cercanas y periféricas.
La presencia constante de ocupaciones modernas sobre la mayoría de
los sitios arqueológicos del valle de Mosna y la dinámica geomorfológica del área
(Contreras 2008) han sido factores determinantes en el reconocimiento relati-
vamente tardío de la magnitud de las ocupaciones prehispánicas alrededor del
sector monumental de Chavín de Huántar.6 Pese a la existencia de trabajos
previos de reconocimiento de superficie y excavaciones limitadas en Gaucho
(Burger, 1979: 144; Diessl 2004; Espejo 1951, 1956), hasta inicios del 2003 no
se había documentado el volumen y complejidad de los componentes arqueológi-
cos del área. Los trabajos del POECH 2003 formaron parte de una serie de es-

70
Jorge Gamboa Velásquez

fuerzos colectivos dirigidos al estudio y preservación del patrimonio arqueológico


de Chavín de Huántar y permitieron iniciar la documentación de un importante
sector arquitectónico Formativo en la margen este del valle de Mosna.
Los sectores excavados (algunos de los cuales fueron objeto de estudios
adicionales en años siguientes, ver Sayre 2010) develaron una extensa zona con
evidencias residenciales distribuidas en áreas de pendiente pronunciada (Sector
2 y parte sur del Sector 3) y espacios casi llanos (Sector 3). El Sector 2 presen-
taba terrazas que contribuían a regularizar un terreno escarpado. La sección
central del Sector 3 se hallaba ocupada por estructuras de planta ortogonal
provistas de canales de drenaje. La arquitectura Chavín registrada en el Sector
3 presentó una orientación similar a la de los edificios monumentales en la mar-
gen oeste del Mosna (N103.65ºE, ver Rick et al 1998: 194).7 Esas construcciones
muestran constante renovación, con pisos y rellenos constructivos superpues-
tos cuyo registro estratigráfico se prolongó en algunos casos hasta tres metros
de profundidad bajo la superficie actual.
En la mayoría de unidades del POECH 2003 se profundizó solo hasta el primer
nivel arquitectónico conservado en grado suficiente para entender la distribu-
ción horizontal de las estructuras. La falta de fechados para esas edificaciones
y contextos impide ser más específicos respecto a su posición cronológica. Sin
embargo, en base a los rasgos estilísticos de los materiales asociados, estas
construcciones pueden ser atribuidas a la transición entre el Formativo Medio
y Tardío en Chavín (800-400 a.C.), siendo contemporáneas a la arquitectura
residencial documentada en el mismo sector por Sayre (2010; ver también Rick
2008: fig. 1.6; Rick et al. 2009: 120, Fig. 20; y Wolf ms.).
Los materiales cerámicos Formativos registrados en los Sectores 2, 3 y
4 fueron identificados como correspondientes al estilo Janabarriu y, en menor
proporción, a las variantes estilísticas Mosna, Raku, y Wacheqsa (ver Lumbre-
ras 1993 para la descripción de esos estilos cerámicos). También se recuperaron
artefactos de hueso sobre pisos de tierra compactada y en capas de rellenos y
escombros. La presencia de tubos de diverso diámetro, longitud y tipo de acaba-
do elaborados en hueso de mamíferos o aves indica el uso de implementos que
pueden ser identificados como ornamentos, herramientas para la decoración de
cerámica, e inhaladores de uso ritual. A pesar de la cantidad y diversidad de los
materiales culturales registrados, la existencia de espacios de producción arte-
sanal en las áreas intervenidas no fue determinada.
En ninguna de las unidades de excavación se reportaron contextos fu-
nerarios del periodo Formativo. La Unidad 11A del Sector 3 permitió registrar
una aparente disposición intencional de restos humanos incompletos, sin aso-
ciación a ofrendas y recubierta por un relleno de tierra conteniendo fragmentos
de vasijas llanas y decoradas Formativas. El tratamiento de los restos humanos
durante la ocupación Formativa Formativa de Chavín de Huántar es un tema
aún problemático en la arqueología local, un aspecto que incluye tanto la ma-
terialidad como el simbolismo de los cuerpos de individuos fallecidos. Burger
(1998: 40-45) describió el hallazgo de restos humanos en un relleno constructivo
conteniendo cerámica del estilo Urabarriu (actualmente considerado correspon-
diente al tiempo entre 1,200 y 800 a.C.), tratándose específicamente de cuatro
cráneos de individuos de distintas edades. El mismo autor reportó a 100 m de la
esquina suroeste del Edificio A de Chavín de Huántar los restos desarticulados

71
Excavaciones en La Banda - Chavín de Huántar

de un niño colocado en un muro cubierto por rellenos de tierra con cerámica


Janabarriu (Burger 1998: 35-39). Un tercer caso procedería del sitio Waman
Wain, donde Burger (1982: 19-20) registró una fosa conteniendo osamentas hu-
manas desarticuladas, dispuestas sobre un nivel de lajas y recubiertas por un
relleno con cerámica con círculos estampados. Más recientemente, Sayre (2010:
235) señala el registro de un húmero y una posible pelvis humana en una capa
de desechos conteniendo fragmentos de cerámica Chavín y Cupisnique localiza-
da en una residencia de élite en La Banda. La posición estratigráfica del hallazgo
en la Unidad 11A de La Banda es similar a la reportada por Sayre. En ambos ca-
sos, mayores estudios de las osamentas halladas en las Unidad 11A permitirán
determinar si se trata de contextos funerarios, ofrendas consagratorias de la
ocupación del área, o depósitos de restos culturales y orgánicos descartados.
A pesar de la separación física impuesta por el Río Mosna, la población
Formativa de La Banda ocupaba un espacio privilegiado frente al área ceremoni-
al de Chavín de Huántar. La información disponible indica que el asentamiento
Chavín en Gaucho correspondió a grupos de estatus intermedio con acceso a un
rango relativamente amplio de bienes de alta calidad y uso ritual entre los que se
hallaban cerámica fina, obsidiana y parafernalia chamánica. El registro de una
población Formativa permanente en La Banda contribuye a explicar la extensa
transformación del paisaje local, un proceso que incluyó el reforzamiento de las
orillas del Río Mosna y la posible modificación de su curso para dar cabida a la
construcción de la Plaza Cuadrangular (Contreras 2007: 166-179; Diessl 2004:
260-269; Rick 2008: 12-15; Tello 1960: lám. XLVI).
Las investigaciones llevadas a cabo durante la pasada década han modi-
ficado nuestra comprensión de las ocupaciones prehispánicas en la margen este
del Mosna y nos brindan una nueva visión de la magnitud de su ocupación For-
mativa. Rowe (1963: 10) había estimado que la extensión de Chavín durante el
Horizonte Temprano (1000-200 a.C.) fue de 50 Ha, sin embargo Burger (1998:
226) limitó posteriormente el tamaño del sitio a 42 Ha. Para ambos autores la
ocupación Chavín estaba concentrada en la margen oeste del Mosna. Las evi-
dencias recuperadas por el POECH 2003 y otros proyectos en Gaucho indican
que solo en ese sector la ocupación Chavín se encuentra distribuida sobre un
espacio de 10 Ha.
Con posterioridad al funcionamiento de las áreas residenciales Chavín
en Gaucho y la poco conocida ocupación Huaraz de la margen este del valle de
Mosna, ocurrió la construcción de una plataforma funeraria erigida por la po-
blación Recuay. La tumba principal en esa edificación fue excavada por el autor.
La cubierta de la tumba incluyó un bloque de granito tallado posiblemente re-
utilizado de un edificio Formativo (Burger 1998: 224; Diessl 2004). En el relleno
de la plataforma se recuperaron numerosos fragmentos de cerámica Janabarriu
y, en menor proporción, Huaraz. El empleo de rellenos conteniendo tiestos del
periodo Formativo sugiere el desmantelamiento de edificaciones y áreas de ocu-
pación más tempranas. Una práctica similar habría sucedido durante la ocupa-
ción Recuay en el sector monumental de Chavín de Huántar (Lumbreras 1974).
La caracterización de un urbanismo Formativo en Chavín ha sido en-
riquecida en la pasada década por el registro de una zona residencial en La
Banda, Gaucho. La definición del surgimiento y evolución de ese sector impli-
cará proseguir el estudio de su relación cronológica con el resto del sitio, densi-
dad poblacional, diferenciación socioeconómica, y relación entre el desarrollo de
72
Jorge Gamboa Velásquez

Figura 9.- Renovación


urbana en Chavín y
Gaucho, edificaciones
junto al Río Mosna.
Foto por J. Gamboa,
2009.

conjuntos residenciales y los cambios en cultura material, patrones de subsis-


tencia e ideología. Este tipo de aproximación fue ya iniciado por investigadores
como Sayre y contribuirá a incorporar los datos del sector La Banda a aquellos
procedentes de otras partes de Chavín de Huántar y de los sitios de altura en las
márgenes del valle de Mosna.

Patrimonio y Desarrollo en Chavín: Problemas y Perspectivas

La Zona Arqueológica La Banda en Gaucho ha adquirido sin duda un rol prima-


rio en cualquier aproximación a la historia de Chavín y el valle de Mosna. Las
evidencias disponibles indican que el paisaje de Gaucho fue intensamente ocu-
pado y transformado por diversas sociedades prehispánicas, las cuales produ-
jeron una herencia cultural capaz de influir (a través de su estudio, manejo o
destrucción) en la vida de la población moderna del área.
Pero la documentación de los asentamientos Chavín y Recuay en La Ban-
da, Gaucho es solo un primer paso hacia un objetivo complejo: la protección del
sector arqueológico frente a proyectos de expansión urbana y modificación del
paisaje rural (Figura 9). Tal como se señaló en la sección anterior, la investig-
ación en Chavín de Huántar y sitios cercanos implica la continuidad de los estu-
dios dedicados a definir la identidad y organización de los grupos prehispánicos
y coloniales locales. En adición a ello existe la necesidad urgente de preservar el
patrimonio arqueológico de Gaucho, el cual, luego de la construcción de la car-
retera “Variante Chavín”, ha empezado a ser afectado a un ritmo cada vez mayor
por nuevas modalidades de uso y valoración económica del terreno
El sector arqueológico oficialmente delimitado en La Banda comprende
10 Ha, la mayoría de las cuales aún están dedicadas a trabajos agrícolas realiza-
dos con técnicas tradicionales. Esas labores constituyen la base de las prácticas
de productividad económica de los pobladores locales y forman parte del paisaje
cultural moderno de Chavín de Huántar y áreas cercanas. El mantenimiento de
esta forma de agricultura no es, en principio, un riesgo mayor para la preser-
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Excavaciones en La Banda - Chavín de Huántar

Figura 10.- Nuevas construcciones en Gaucho y la Zona Arqueológica La Banda. Foto


por J. Gamboa, 2010.
vación de las evidencias arqueológicas en el subsuelo, un riesgo que sucedería
irremediablemente con la implantación de agricultura mecanizada o un proceso
generalizado de urbanización.
El crecimiento económico y demográfico experimentado durante la últi-
ma década en el valle de Mosna ha sido originado por la disponibilidad de fondos
económicos proporcionados por el canon minero asignado a la Región Ancash y
sus gobiernos distritales (Cuadro 1), el incremento del turismo hacia Chavín de
Huántar, y la disminución de la emigración de los segmentos poblacionales más

Región Distrito Distrito de Cuadro 1: Evolución del canon


Año minero en la Región Ancash y
Ancash de Chavín San Marcos los distritos de Chavín y San
2007 1,628’000,000 50’032,397 211’300,000 Marcos (2007-2013) (en Nuevos
Soles)
2008 1,319’000,000 49’530,000 177’000,000 Fuentes: CEDEP 2011; Ministerio
de Economía y Finanzas-Portal
2009 924’476,000 34’450,000 124’000,000
de Transparencia; SNMPE 2013;
2010 812’000,000 30’050,000 110’270,000 Salas 2010: Gráfico 1.

2012 951’336,000 38’192,000 138’748,000


2013 952’938,000 39’616,000 144’932,000

TURISTAS TURISTAS
Año TOTAL
NACIONALES EXTRANJEROS
2005 67,375 8,834 76,209
2006 63,182 7,941 71,153
2007 56,762 8,160 64,922 Cuadro 2: Flujo anual de
2008 52,603 10,207 62,810 visitantes a Chavín de Huántar
(2005-2014).
2009 38,114 8,042 46,156 Fuente: Ministerio de Cultura y
Oficina de Estudios Turísticos
2010 39,453 8,232 47,685 y Artesanales del Ministerio
2011 46,613 7,483 54,096 de Comercio Exterior y Tur-
ismo (MINCETUR). Disponible
2012 58,436 8,187 66,623 en: http://www.mincetur.
gob.pe/newweb/Default.
2013 63,598 7,115 70,713 aspx?tabid=3459 (accedido: 01
2014 65,800* 7,700* 73,500* enero 2015). * Cifras proyecta-
das para diciembre del 2014.

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Jorge Gamboa Velásquez

jóvenes. En el caso específico de Gaucho y otras áreas periféricas de la ciudad


de Chavín (dependientes o no de esa jurisdicción política), esto ha dado origen
a cambios en la cantidad y tipo de viviendas construidas y a la aparición de
construcciones privadas y públicas destinadas al comercio y turismo. El paso
a una modernidad de carácter urbano ha confluido con esfuerzos individuales
o colectivos por preservar las tradiciones locales, como es el caso de la popu-
laridad alcanzada por el Wishkur Danza (Danza del halcón), baile ejecutado por
pobladores de las comunidades rurales. Este y otros ejemplos de performances
ceremoniales y actividades cotidianas -desde procesiones religiosas a las fe-
rias dominicales y anuales- ponen en evidencia una multiplicidad de iniciativas
locales dirigidas tanto a conservar (e reinterpretar) las tradiciones locales y a
afrontar los retos del presente (Gamboa 2015).
El registro en el 2003 de contextos arqueológicos bajo la superficie de
Gaucho confirma la necesidad de realizar excavaciones tanto para contrastar
propuestas teóricas como para ejecutar obras de infraestructura moderna que
impliquen remoción o alteración del suelo. Esto es del todo necesario al interior
y en torno a la ciudad de Chavín debido al proceso de renovación urbana y a la
rápida transformación del paisaje rural. En algunos puntos de la zona donde
en el año 2003 se registraron estructuras arquitectónicas y contextos de los
periodos Formativo y Recuay han aparecido nuevas viviendas y locales comer-
ciales, espacios cuya edificación responde a la capitalización del espacio rural y
la búsqueda de legitimar la posesión de las propiedades. Estos casos no hacen
sino evidenciar como Chavín y sus localidades vecinas han experimentado a lo
largo de los últimos años un creciente proceso de valorización económica del
terreno, con éste y las construcciones siendo apreciados como bienes rentables
sujetos a las reglas del mercado (Figura 10).
La posibilidad de que el estado peruano adquiriera el área arqueología de
La Banda fue discutida informalmente por arqueólogos y funcionarios del INC
en el año 2003. Desde entonces el valor monetario del terreno ha experimentado
un aumento exponencial en Chavín de Huántar y San Marcos. Desde el punto
de vista de los pobladores locales, la ubicación privilegiada de Gaucho frente al
sitio monumental de Chavín ha devenido en un factor primario de sus perspec-
tivas de desarrollo económico, desarrollo que es visto como vinculado en mayor
o menor medida a la recepción de visitantes en la ciudad de Chavín (Cuadro 2).
Esta coyuntura debe impulsar una práctica de acercamiento entre los repre-
sentantes del Ministerio de Cultura, los arqueólogos dedicados al estudio del si-
tio y los pobladores de Gaucho y Chavín, como única forma viable de establecer
una comunicación permanente y productiva entre los distintos actores sociales
implicados en la preservación del patrimonio arqueológico local. En ese contex-
to, la función primaria de esta contribución ha sido exponer la documentación
efectuada en la Zona Arqueológica La Banda por el Proyecto Obras de Emergen-
cia Chavín 2003, presentando datos que, junto a aquellos acumulados en los
últimos años, servirán de base para el avance de la investigación y conservación
de Chavín de Huántar.

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Excavaciones en La Banda - Chavín de Huántar

Agradecimientos

Habiendo transcurrido más de una década desde la ejecución de los trabajos del POECH
2003, es necesario extender el agradecimiento a un amplio número de personas e institu-
ciones. Víctor Pimentel (INC-Ancash), Juan López (ex Director del MACH) y Tito Miranda
brindaron sus mayores esfuerzos para el cumplimiento de las excavaciones. El financia-
miento de los trabajos de campo del POECH 2003 procedió de la Fundación Telefónica
del Perú, recordándose con gratitud el apoyo de su anterior director Dr. Rafael Varón
Gabai. John Rick, John Wolf, y María Mendoza del Proyecto Chavín de la Universidad de
Stanford proporcionaron una valiosa ayuda durante su estadía en la zona en los meses
de julio y agosto del 2003. La participación de los arqueólogos Adriana Aguayo, Isabel
Collazos, Diego Durand, Iván Falconi, Natalia Lara, y Ricardo Toribio fue importante para
la ejecución de las excavaciones. Las labores de gabinete del año 2009 fueron posibles
gracias al apoyo económico del Institute of Andean Research y al aliento y confianza
brindados por Richard Burger y John Topic. Los arqueólogos Pedro Cáceres, Milagros
Lobato, Jimmy López, Lussiana Medina, Pedro Neciosup, Claudio Olaya y Melisa Romero,
la Antropóloga Física Dra. Christine M. Pink, y la Sra. Rita García Noceda colaboraron en
la catalogación y análisis de materiales llevada a cabo ese año. Asimismo, se contó con
la participación de los arqueólogos Ema Perea y Lorenzo Risco en el análisis estadístico
de la cerámica. El cumplimiento de las labores de campo no hubiera sido alcanzado sin
la participación de los trabajadores del POECH 2003, pobladores de Chavín y Gaucho a
quienes va el mayor de los reconocimientos. Este trabajo está dedicado in memoriam a
Martín Justiniano y Celestino Mendoza, maestros excavadores a cuyo esfuerzo debemos
gran parte de los avances en la investigación arqueológica del valle del Mosna.
Notas
1.- Las excavaciones del POECH 2003 fueron dirigidas por Jorge Gamboa, Tito Miranda
y Juan López, con la coordinación de Víctor Pimentel Spissu (Director del INC-Áncash
durante los años 2002 y 2003). Los trabajos del Proyecto Chavín de la Universidad de
Stanford en La Banda durante ese año fueron realizados en los Sectores 2, 3 y 5. Los
trabajos de POECH fueron proseguidos en la segunda mitad del año 2003 por el Proyecto
de Rescate Arqueológico La Banda (Rick 2003).
2.- Esta línea de monolitos presenta una orientación distinta a la arquitectura monumen-
tal Formativa de la margen occidental del valle (Diessl 2004: 256-259).
3.- Parte de esos materiales fueron analizados en el año 2009 por el Proyecto de Análisis
e Inventariado de Materiales del Proyecto Obras de Emergencia Chavín” (PIAM-POECH
2009), conducido por el autor y autorizado por Resolución Directoral Nacional Nº 466/
INC (24/03/2009).
4.- Por ejemplo, la Unidad 3 fue excavada hasta un metro de profundidad en una capa
de tierra compacta sin cerámica diagnostica. En la Unidad 6 se retiró solo un nivel su-
perficial de tierra semicompacta con fragmentos de cerámica Formativa. La Unidad 7 fue
excavada hasta 0.30 m de profundidad en una capa de tierra con fragmentos de cerámica
Formativa y lascas de obsidiana.
5.- Como parte del equipo del PRALB, el autor continuó la excavación de la plataforma
funeraria Recuay. En esa labor también participo el Lic. Víctor Tufinio.
6.- El autor continuó la excavación de la plataforma funeraria Recuay como integrante
del PRALB. En esa labor también participo el Lic. Víctor Tufinio Culquichicón.
7.- La recurrencia de esta orientación representaría la aceptación (o imposición) de un
orden espacial originado en los ejes arquitectónicos del sector monumental del asenta-
miento.

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