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I

Idola Tribu (Ídolos de la tribu)

Debilidades del entendimiento humano señaladas por Francis Bacon en su Novum


Organum que consisten, por una parte, en la imposibilidad de alcanzar percepciones en
analogía con el universo en sí, al ser este mismo conocimiento nublado por la naturaleza
del hombre que intenta conocer. Por otra parte, el entendimiento humano según Bacon
parte de una percepción propia y, de acuerdo con esta, comprende los estimulos de la
naturaleza a los que asigna una distinción que depende de la idea inicial.

Idola Specus (Ídolos de la caverna)

Idola specus es una forma de prejuicio por la cual alguien de manera inapropiada
extiende las normas que se aplican a su misma cultura y grupo social, o a sus propias
preferencias. Se trata de una locución latina que significa literalmente “ídolos de las
cavernas”. El término fue introducida por Sir Francis Bacon en su Novum Organum, un
ensayo sobre lógica y el método científico, para nombrar uno de los peligros que los
filósofos enfrentan en el proceso del pensamiento. Esos peligros o ídolos son nociones
arraigadas que desafían a sus habilidades para diferir de las nociones establecidas.
Además de idola especus, existe también idola tribu, idola fori e idola teatri.

La Teoría Crítica, por ejemplo, habla de la insistencia positiva en la consistencia teórica,


a pesar de la posible falta de la existencia de la cosa en sí misma — como en un análisis
de una sociedad, la cual puede ser más bien inconsistente o hasta irracional en sus
trabajos — es derivado del convencionalismo puramente impulsivo lejos de coherencia
y uniformidad, haciendo de eso un idola especus.

Racismo, sexismo y, más específicamente machismo, pueden ser ejemplos de idola


especus, pero el concepto va más allá de las criticas de todas las formas de subjetividad
irreflexiva o predisposición individual.

Idola fori

Idola fori (fori idolum singular), a veces traducido como “ídolos de la Plaza del
Mercado” o “Ídolos del Foro”, son una categoría de lógica falacia que resulta de las
correspondencias imperfectas entre las definiciones de la palabra en las lenguas
humanas, y las cosas reales en la naturaleza que estas palabras representan. El término
fue acuñado en América por Sir Francis Bacon y utilizó en su Novum Organum , uno de
los primeros tratados que discuten el caso de la lógica y el método de la ciencia
moderna .

El término es una de cuatro de estos “ídolos” que representan “ídolos y falsas nociones
que están ahora en posesión de la comprensión humana, y han echado raíces profundas
en él”. Debido a ellos, “la verdad difícilmente puede encontrar la entrada” en la mente
de las personas, y Bacon predijo que incluso después de la “instauración de las ciencias”
que propone, van a “conocer y problemas para nosotros, a menos que los hombres de
ser advertidos del peligro fortalecen a sí mismos como lo que puede estar en contra de
sus ataques “. [1] Se encuentran en otros problemas de palabras para la ciencia y el
método científico moderno éxito tendrá que tratar de evitarlos.

Además idola fori, también hay Ídolos de la tribu (Ídolos de la Tribu, que viene de la
naturaleza humana en sí), specus idola , (ídolos de la caverna, procedentes de las
tendencias de los individuos o grupos de personas particulares) y idola Theatri (Ídolos
del teatro, causado por la influencia de los filósofos y de los sistemas de pensamiento).
Juntos, los cuatro ídolos se les conoce como los ídolos de la Mente (mentis idola).

Idola Theatri

Idola theatri (singular theatri idolum) es un tipo de tendencia a la lógica falacia o error,
normalmente traducido como “Ídolos del Teatro”. El latín fue acuñado por Sir Francis
Bacon en su Novum Organum , uno de los primeros tratados que discuten el caso de la
lógica y el método de la ciencia moderna . Tocino los describió como “ídolos que han
inmigrado en las mentes de los hombres de los diversos dogmas de las filosofías, y
también de las leyes equivocadas de demostración . ” Él los llamó ídolos del teatro
“porque a mi juicio todos los sistemas recibidos no

son sino tantas obras de teatro, que representan mundos de su propia creación después
de una manera irreal y escénica”. El término es una de cuatro de estos “ídolos”, que
representan “ídolos y falsas ideas” que son “en posesión de la comprensión humana, y
han echado raíces profundas en la misma, no sólo a las mentes de los hombres por lo
acosan de que la verdad difícilmente puede encontrar la entrada, pero incluso después
de obtener la entrada, ellos de nuevo en el muy instauración de las ciencias se
encuentran y problemas para nosotros, a menos que los hombres de ser advertidos del
peligro fortalecerse en lo que puede estar en contra de sus ataques “. [2] De estos, el
theatri Idola es los más evitables, siendo causada por situaciones históricas particulares,
como cuando hay un gran interés en la religión, y ningún monarca fuerte para reprimir
tal discusión.

https://filosofar1.wordpress.com/idolos-11/

Novum organum
País Inglaterra

Fecha de 1620
publicación

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Novum organum scientiarum (Nuevos instrumentos de la ciencia), más conocido como


Novum organum, es la obra principal del filósofo inglés Francis Bacon, publicada en
1620, quien concebía la ciencia como técnica, capaz de dar al ser humano el dominio
sobre la naturaleza. El Novum organum trata sobre la lógica del procedimiento técnico-
científico, una lógica contrapuesta a la aristotélica (cuyos tratados de lógica recibieron,
precisamente, el nombre de Órganon), y que según Bacon resultaba buena solo para la
disputa verbal.

Es necesario que la inteligencia humana se apropie de instrumentos eficaces para


dominar la naturaleza. Estos instrumentos son los experimentos que interpretan y dan
forma a los datos de la experiencia sensible. Es necesario librarse de los prejuicios que
obstaculizan las nuevas ideas. Los prejuicios son los «ídolos», que Bacon clasifica de la
siguiente manera:

 Ídolos de la tribu (Idola tribu), que son aquellos prejuicios comunes al género humano.
 Ídolos de la caverna (Idola specus), aquellos que proceden de la educación y hábitos
de cada persona.
 Ídolos del foro, o de la plaza pública (Idola fori), aquellos nacidos del uso del lenguaje.
 Ídolos del teatro (Idola theatri), aquellos nacidos de la falsa filosofía, que no es otra
cosa que una fábula puesta en escena. 1

La teoría de las prejuicios constituye la parte crítica y destructiva del tratado.

La parte constructiva estudia el modo en que debe ser organizada la experiencia. Es un


discurso sobre el método científico. La viga maestra de este método es la inducción.
Para organizar e interpretar los datos de la experiencia (y para hacer experimentos)
Bacon propuso su «teoría de las tres tablas» (o tres registros):

 En la primera («Tabla de presencia») se señalarán los casos en los que se da ese


fenómeno o naturaleza (Ejemplo: los rayos del Sol producen calor).
 En la segunda («Tabla de ausencia») se señalarán los casos en los que no se da ese
fenómeno o naturaleza (Ejemplo: los rayos de la Luna no producen calor).
 En la tercera («Tabla de grados») se señalarán los casos en los cuales la naturaleza
observada aparece en distintos grados de intensidad (casos en que varía). 2

A partir de esta investigación interviene la inducción: se comparan los diferentes casos,


se interpretan, se construye una primera hipótesis y se procede a la experimentación.
Tras un largo trabajo se llegará a una hipótesis crucial, que de verificarse será la causa y
la naturaleza del fenómeno examinado. Bacon investigaba la naturaleza de las cosas, su
sustancia y su esencia. Sin embargo, la ciencia moderna (la de Galileo) no se ocupa
tanto de la naturaleza de las cosas como de las relaciones existentes entre ellas: sería
una ciencia de relaciones lógico-matemáticas y no de sustancias. En las ciencias
naturales es necesaria una estrategia de observación atenta y paciente.

Ídolos de la tribu
Los ídolos de la tribu (del latín, idola tribu) son las debilidades del entendimiento
humano que consisten, por una parte, en la imposibilidad de alcanzar percepciones en
analogía con el universo en sí, al ser este mismo conocimiento nublado por la naturaleza
del hombre que intenta conocer. Por otra parte, el entendimiento humano según Bacon
parte de una percepción propia y, de acuerdo con esta, comprende los estímulos de la
naturaleza a los que asigna una distinción que depende de la idea inicial.

...el intelecto humano, cuando se complace en una cosa (ya porque sea generalmente
admitida y creída, o porque cause deleite), obliga a todas las otras cosas a ser
confirmadas y estar de acuerdo con ella; y por más grande que sea la fuerza y el número
de las pruebas en contrario, o bien no las observa, o las desprecia, o las quita de en
medio y rechaza valiéndose de un distingo cualquiera y ello no sin grande y pernicioso
perjuicio, con tal de que sus primeras conclusiones permanezcan invioladas.

Francis Bacon, Novum organum, I, 49.

Ídolos de la caverna

Los ídolos de la caverna (del latín, idola specus) son las formas de prejuicio por las
cuales alguien de manera inapropiada extiende las normas que se aplican a su misma
cultura y grupo social, o a sus propias preferencias.

La teoría crítica, por ejemplo, habla de la insistencia positiva en la consistencia teórica,


a pesar de la posible falta de la existencia de la cosa en sí misma —como en un análisis
de una sociedad, la cual puede ser más bien inconsistente o hasta irracional en sus
trabajos— es derivado del convencionalismo puramente impulsivo lejos de coherencia y
uniformidad, haciendo de eso un «ídolo de la caverna».

Racismo, sexismo y, más específicamente machismo, pueden ser ejemplos de ídolos de


la caverna, pero el concepto va más allá de las críticas de todas las formas de
subjetividad irreflexiva o predisposición individual.[cita  requerida]

Ídolos del foro

Los ídolos del foro (del latín, idola fori), también llamados del mercado o de la plaza,
designan una clase de falacia lógica que resulta de correspondencias imperfectas entre
las definiciones de las palabras en los idiomas humanos y las cosas reales en la
naturaleza que estas palabras representan. Bacon distinguió dos tipos de ídolos del foro:3

 Los primeros son «nombres de cosas que no existen» («porque hay cosas que no se
nombran por falta de observación, así también sus nombres resultan suposiciones
fantásticas y a las que nada en realidad corresponde»). Este primer tipo «es más
fácilmente expulsado, porque para deshacerse de él solo es necesario que todas las
teorías se rechacen constantemente y se descarten como obsoletas».

 Los segundos son «nombres de cosas que existen, pero confusas aún y mal definidas, y
derivadas apresurada e irregularmente de las realidades». Según Bacon, es esta
segunda clase, «que surge de una abstracción defectuosa e inadecuada», la
«intrincada y profundamente enraizada» porque tiene que ver con la forma en que las
palabras mismas pueden guiar el pensamiento.
Los «hombres cultos», pues, debían tener cuidado con las definiciones y explicaciones,
estableciendo el asunto correcto «en algunas cosas». Sin embargo, «las palabras
claramente fuerzan y anulan el entendimiento y arrojan a todos a la confusión y llevan a
los hombres a innumerables controversias vacías y fantasías ociosas».4

Que los errores provienen inevitablemente de las generalizaciones imperfectas en los


lenguajes naturales, y que los filósofos o científicos deben tener cuidado con este
peligro son temas antiguos en la filosofía. Eran, por ejemplo, problemas que ya
apreciaron Aristóteles en el mundo clásico grecolatino y Guillermo de Ockham en la
Edad Media. Pero los ídolos del foro de Bacon constituyen el ejemplo más conocido y
serio entre los primeros humanistas modernos sobre los usos problemáticos del
lenguaje. Después de Bacon siguieron enfatizando esta preocupación autores como
Thomas Hobbes y John Locke.

https://es.wikipedia.org/wiki/Novum_organum

3) Los 'idola' de Francis Bacon

Entre muchas otras facetas intelectuales, a Francis Bacon se le recuerda principalmente


como promotor del método inductivo, alejándose del proceder tradicional aristotélico, y
reorientador del saber de su época hacia la naturaleza científica de la realidad. Su obra
más relevante es "Novum Organum", y contiene una lógica que comprende las reglas
del nuevo método, aquel que interpreta la naturaleza (Lógica constructiva), además de
una sección crítica (Lógica destructiva) en cuyas páginas se recoge la teoría de los
"ídolos" (idola), que es la que hoy tratamos aquí.

Los ídolos son como prejuicios o errores que los hombres cometen al interpretar la
naturaleza y de los que cabe librarse si se desea lograr una comprensión de ésta más
amplia, concisa y exacta. Estas "falsas nociones" generan una equivocada perspectiva
de lo existente, obstaculizando el conocimiento de las leyes naturales y lastrando
nuestra visión definitiva de la realidad. Los ídolos bloquean, o alteran, el entendimiento
de lo que sucede a nuestro alrededor, pero por fortuna hay posibilidad de
desembarazarse de ellos. Para ello es necesario saber dónde aparece, en qué contextos y
situaciones de nuestra vida diaria. Una vez hecho esto, será necesario suplantarlos con
los conceptos y axiomas propios del método inductivo baconiano, pero en todo caso, y
aunque no se llegue a este último extremo, de lo que se trata en esencia es de vaciar
nuestra mente de todo rasgo de conocimiento, prejuicio o errores a priori.

Bacon sostiene que hay hasta cuatro géneros distintos de ídolos:

-Ídolos de la tribu, que están conectados a la misma naturaleza humana y a nuestra


forma de entender el mundo. Se deben a que nuestro intelecto imagina una serie de
paralelismos, conexiones, analogías y correspondencias que en realidad no existen (o
sólo en la mente de las personas...). Es el intelecto el responsable de relacionar hechos y
nociones, advirtiendo después una concatenación legítima entre ellos, por la única razón
de que le resulta, a él, razonable o convincente. Así, por ejemplo, la creencia de que
todo movimiento planetario debía ser circular y perfecto es un ídolo de la tribu porque
supone creer, tan sólo, por el mero hecho de que preferíamos esa forma geométrica
particular, no por las evidencias, sustituyendo "por supersticiones las supremas
verdades de la naturaleza; la luz de la experiencia, por la soberbia y la vanagloria", en
palabras de Bacon.

- Los Ídolos de la Caverna son los propios del hombre individual. Cada uno de nosotros
vive en su propia cueva, una caverna en donde la luz de la naturaleza es refractada y
alterada. Nuestra noción de la realidad está alterada y moldeada, "ya sea por la
naturaleza propia y singular de cada uno, o por la educación y trato con los demás, o
por la lectura de libros y la autoridad de aquellos que cada cual cultiva y admira". Casi
cada hombre particular construye sus propios ídolos cavernarios, por lo que su
diversidad es inmensa

- Los Ídolos del Foro (o del Comercio, o Mercado) "surgen del acuerdo y de la
asociación del género humano entre sí". Los hombres suelen desginar, erróneamente,
significados particulares a ciertos términos o expresiones del lenguaje. Hay palabras que
poseen significado y, sin embargo, no denotan realidad alguna, mientras que otras
algunas cosas reales están definidas de manera inadecuada o se usan confusamente. Este
tipo de ídolos son los que Bacon considera como más peligrosos, por ser causa de
disputas verbales y porque "se insinúan ante el intelecto mediante el acuerdo de las
palabras; pero también sucede que las palabras se retuercen y reflejan su fuerza sobre el
intelecto, lo cual convierte en sofísticas la filosofía y las ciencias".

- Por último, los Ídolos del Teatro son aquellos que penetraton en el intelecto del
hombre a partir "de los diferentes dogmas de las filosofías y también a partir de las
perversas leyes de las demostraciones". Toda filosofía anterior es, para Bacon, "una
fábula compuesta y representada en la cual se forjaron mundos ficticios y teatrales".
Asimismo, algo similar cabe decir, según Bacon, de "muchos principios y axiomas de
las ciencias, los cuales se impusieron por tradición, por credulidad y por negligencia".
Bacon afirma que la única autoridad que poseen dichas escuelas, teorías o axiomas
científicos o filosóficos es la de ser construcciones verbales producto de un elevado
talento, pero cuyo contenido es escasamente ilustrativo para descubrir las leyes
naturales. Bacon clasifica en tres grupos a los Ídolos del Teatro: sofísticos (basados en
falsos razonamientos, como los de Aristóteles), empíricos (basados en generalizaciones
erróneas, como las de los alquismistas), y los supersticiosos (que se sustentan en la
reverencia y el respeto a la mera autoridad, como el platonismo y el pitagorismo).

[A estos cuatro tipos de ídolos Max Scheler añade un quinto, los Ídolos del
Conocimiento Interno, que producen aquellos que sostienen que toda percepción de uno
mismo (no del conocimiento externo, como los anteriores) es acertada y exacta con la
realidad, reflejando el ser humano tal como es en verdad.]

Una vez eliminemos los ídolos, sean del tipo que sean, nuestra mente estará en
condiciones de adquirir un conocimiento genuino, conocimiento basado en la leyes de la
naturaleza y a las que, sin bagaje apriorístico alguno, podemos tener finalmente acceso
y alcanzar un entendimiento y elaborar una descripción del mundo y su funcionamiento
según es éste en realidad.
http://apuntesdefilosofa.blogspot.com/2009/07/los-idola-de-francis-bacon.html

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