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Martínez Heredia
de lo posible, y la cubana tuvo ese rasgo a un El proceso debió enfrentar riesgos mortales y
grado extremo. Un sistema político basado en situaciones límite, frente a las cuales reaccionó
la soberanía limitada y en la admisión de la en la primera década con sucesivas profundiza-
corrupción general y la ineficacia del régimen ciones. El cambio de sí mismos logrado por los
democrático, fue deslegitimado por la implan- cubanos fue el fruto principal de tanto esfuerzo
tación en 1952 de una dictadura muy represiva. y violencias excepcionales en las relaciones so-
El camino insurreccional emprendido en 1953 ciales, las ideas y la sensibilidad de las personas.
por Fidel Castro y sus compañeros se convirtió La revolución convirtió el presente en cambios
en una contienda armada con apoyo popular y el futuro en proyectos. Esa alteración tan pro-
creciente desde 1956, que barrió a la tiranía y funda de los sentidos del tiempo y la multiplica-
al sistema estatal burgués neocolonial a par- ción efectiva de los participantes en los eventos
tir del triunfo de enero de 1959. La participa- modificaron lo cotidiano de tal modo que hasta
ción masiva y organizada del pueblo unida a hoy solo formas artísticas han podido transmitir
las medidas del poder revolucionario abatió la eficazmente aquella gesta a las personas que no
manera de vivir del sistema social previo y las la vivieron. Además, duró bastante tiempo. Las
ideologías y creencias que estaban en la base transformaciones en la manera de vivir, los re-
de su hegemonía. Una comunidad que tenía en sultados de la reproducción de la vida social, las
gran estima al destino pero no a las iglesias, a instituciones básicas, las normas e incluso las
la que le habían exacerbado la propensión a es- costumbres fueron resultado de una prolonga-
perar mucho del individualismo y de la suerte, da unión de los dos impactos principales de las
se encontró de pronto con sus propias fuerzas revoluciones: el libertario que desata potenciali-
y las ejercitó con un entusiasmo y una voluntad dades, permite vencer y hace posibles los cam-
ejemplares, y con un optimismo inagotable.1 bios, y el del poder revolucionario que da cauce,
garantiza y organiza.
En incontables terrenos, la revolución gene-
ró nuevas situaciones y nuevos problemas. Uno
1 Existe una enorme bibliografía sobre esos hechos,
que incluye muy diversas interpretaciones. He expues-
de esos campos es el de la cultura, entendida
to mis estudios sobre el período en numerosas ocasio- en un sentido amplio. Al examinar los eventos
nes en las dos últimas décadas. y coyunturas de aquel proceso se advierten
numerosas pugnas ideológicas. En los años de sí mismo y un signo visible de la salud y vigor
la lucha insurreccional y en la primera etapa de del nuevo régimen. Más allá de las funciones que
la revolución en el poder –la que va de 1959 a tuvo en la circunstancia en que fue pronuncia-
inicios de los años setenta– hubo un sinnúme- da en el verano de 1961, la frase de Fidel Castro
ro de tensiones, diferencias y polémicas entre “dentro de la revolución: todo; contra la revolu-
los involucrados en el proceso. En los primeros ción ningún derecho” (Castro Ruz, 1987: 23-42,
sesenta un centro de debate fue si Cuba iba a T. II), fue esgrimida en aquella década como una
ser una “democracia popular” al estilo de las de consigna eficaz por los que nos oponíamos al
Europa Oriental, o si desarrollaría una creación realismo socialista y al dogmatismo en general.
revolucionaria propia. ¿Cómo sería su socialis- Después de la batalla de Girón y la procla-
mo? También fueron puntos polémicos la uni- mación del carácter socialista del proceso, en
dad de los revolucionarios, la organización po- abril de 1961, el marxismo fue considerado la
lítica, los cambios agrarios, temas económicos y teoría de la revolución y se tomaron algunas
la orientación general y el papel de la economía medidas oficiales con el fin de divulgarlo. Pero
en el socialismo cubano, militancia y libertad en lo decisivo fue que muchos miles se entusias-
las creaciones artísticas y literarias y relaciones maron con aquella ideología, y su presencia se
entre cultura y política.2 La amplitud de lo que la convirtió en un hecho social que generó emo-
revolución les permitía a los individuos y auspi- ciones y problemas de pensamiento. Desde el
ciaba en su desarrollo personal constituía una siglo XIX algunos en Cuba supieron de esa teo-
realidad social maravillosa para las mayorías, ría, pero fue en la época de la Revolución del 30
pero era una incógnita a nivel conceptual. La que se conoció y arraigó el marxismo en Cuba.
profusión de debates, los temas que abordaban Las inmensas transformaciones de la vida y la
y la libertad con que se realizaban –en un país sociedad promovidas por la revolución fueron
en que el disenso a la revolución en los medios lo que convirtió al marxismo en una ideología
no era tolerado– era un factor muy favorable en de masas. El marxismo, ¿venía a ayudar a la
revolución, o solamente a extenderle un certi-
2 Trato el tema de los debates cubanos entre los años
ficado de legitimidad? La concepción expresa-
cincuenta y los noventa en una larga entrevista publica- da por la letra del marxismo existente parecía
da en Laberintos de la utopía (1999: 59-117). servir a la segunda opción, la de legitimar el
proceso. Pero el problema básico era si el pen- El fondo de la cuestión no era libresco, ni
samiento tendría funciones rituales o creativas; era solo de ideas; era una pugna en que cada
sin olvidar la especificidad de la producción de parte tenía variables a su favor, pero en la cual
ideas, la cuestión estaba íntimamente ligada a la violencia –que tan gran papel ha tenido en el
la naturaleza misma de la revolución. curso de otras revoluciones– había sido exclui-
El marxismo tenía ya una larga historia y da. A través de un complejo proceso se fue im-
una acumulación cultural diversificada. No po- poniendo el peso de la ideología y los valores
díamos tomarlo como quisiéramos, a nuestro generados por la profundidad de la revolución,
gusto. De modo que junto al petróleo y el arma- y ellos fueron condicionando al marxismo cu-
mento soviético llegaron los productos y la in- bano de aquella década. Expresiones públicas
fluencia de la ideología teorizada soviética lla- de los máximos dirigentes favorecieron mucho
mada marxismo-leninismo, reforzados por los esa tendencia. Esto no excluyó, en modo algu-
de otros miembros del movimiento comunista no, la relativa autonomía que siempre tiene el
mundial. Tuvieron una gran difusión los tex- pensamiento. Estudiosos entusiastas y polémi-
tos soviéticos y de comunistas franceses que cas ardorosas, argumentos, planteles docentes
contenían una teoría férreamente dogmática al y esfuerzos que buscaban investigar los proble-
servicio de una ideología de legitimar y obede- mas fundamentales y las líneas estratégicas y
cer. Ese tipo de pensamiento circuló en Cuba el proyecto de la revolución llenaron de ver-
desde el inicio de los años sesenta, en decenas tientes y modalidades la asunción masiva del
de miles de manuales de Filosofía, Economía marxismo en Cuba.
Política, Marxismo-Leninismo, Historia de
la Filosofía, Diccionario Filosófico; también
en monografías más o menos especializadas. II. Gramsci en Cuba y el grupo de
Eran ediciones soviéticas en español, de edi- Filosofía
toriales latinoamericanas –Grijalbo, Pueblos
Unidos, Lautaro– o reproducidos por las nue- ¿Por qué y cómo llegó Gramsci? ¿A quién sir-
vas editoriales cubanas. Publicaciones periódi- vió su entrada? ¿Fue polémica? Ante todo,
cas, folletos y otros medios ampliaban el alcan- Gramsci no vino de la URSS, ni a través de co-
ce de aquella ideología. munistas franceses. No lo trajo el “deshielo”
noveles docentes, debíamos formar en filoso- procedimos a eliminar los manuales soviéticos
fía a todos esos estudiantes; nos burlábamos de nuestra docencia, nos tildaron de “clasicis-
un poco de nosotros mismos, algo que siem- tas”, por el “error” de utilizar a Marx, Engels y
pre ayuda. Nuestra idea primera era servir a la Lenin en vez de aquellos textos. No faltó quien
revolución, con lo cual no éramos nada origi- nos tachara de “revisionistas de izquierda”, por
nales: así pensaba la mayoría de los cubanos reproducir para uso de los alumnos el discurso
activos entonces. En segundo lugar, en cuanto pronunciado por el Che en Argel, en febrero de
al marxismo, debíamos “incendiar el océano”. 1965 (Guevara, 1970). Pero no pretendíamos
Esa imagen no era nuestra, era de un dirigente ser simples voceros de una línea política. El
de la revolución, nos lo dijo a inicios de 1964. trabajo docente y la superación fueron muy
Incendiar el océano quería decir desarrollar la organizados desde el inicio, y nuestro régimen
teoría marxista en Cuba de modo que pudiera de exigencias era muy riguroso. Estudiábamos
satisfacer y tener funciones correspondientes e investigábamos con gran tesón y sin tasa;
con las necesidades de la revolución cubana. tratábamos de forjar un método opuesto a los
Pronto tuvimos claro nuestro deber de luchar prejuicios y dogmas. Las búsquedas debían
contra el dogma y contra el reformismo; el dog- ser realmente honestas, esto es, teniendo en
ma teórico y el reformismo político andaban cuenta los criterios y los hechos divergentes u
entonces bastante juntos, aunque en realidad opuestos a nuestras ideas.
nunca han sido excluyentes. Pero no bastaba Antonio Gramsci nos satisfacía una sed y nos
tener una posición, eso era apenas el comien- provocaba muchísimas preguntas. Comenzamos
zo. Debíamos ayudar en la creación de una di- a exponer sus ideas en nuestra docencia en 1965,
mensión filosófica que no fuera un simple ador- e imprimimos en mimeógrafo para los alum-
no de la política. En privado dijimos, con más nos textos suyos, como “La llamada realidad
urgencia que inmodestia: “tenemos que lograr del mundo externo”, “Base y superestructura”
que el marxismo leninismo se ponga a la altura y otros.5 En medio de un proceso de profunda
de la revolución cubana”.
Éramos, por tanto, parte consciente en las 5 Nuestros primeros escritos revelan la influencia
confrontaciones de ideas de aquella época. del uso de Gramsci. En mi caso puede apreciarse desde
Pronto tuvimos críticos. Como ya en 1965 “Manuscritos económico-filosóficos de 1844” (Martínez
En 1970 hicimos traducir la reciente biografía de otros miles leyeron sus textos. En sus progra-
Giussepe Fiori, pero ya no pudimos publicarla.8 mas, y en los de cursos de formación y de su-
En 1973 apareció la Antología preparada por peración de profesores de filosofía, se incluía a
Manuel Sacristán (Gramsci, 1973 [1970]), pero Gramsci. Se hizo una amplia utilización de sus
fue una edición póstuma respecto a la primera ideas en el trabajo de investigaciones sociales,
etapa del estudio de Gramsci en Cuba. entonces una fiebre impulsada por la propia
dirección política del país. Es preciso destacar
que el estudio de Gramsci comenzó por textos
III. Balance de la primera etapa cu- suyos, y no por interpretaciones; ese orden se
bana de Gramsci mantuvo en la docencia y la divulgación.9
En contenido, en mi opinión, se obtuvieron
Sintetizo los resultados intelectuales e ideológi- frutos opimos con la asimilación de Gramsci,
cos de esa primera etapa. En cuanto a difusión, que trataré de esquematizar en siete puntos.
durante casi siete años, de 1965 a 1971, mu- Ante todo, una nueva perspectiva y una nueva
chos miles de alumnos universitarios –primero formulación de la teoría marxista, inclusiva
en La Habana, después también en Oriente y de la cultura como tal y de una teoría de los
Las Villas– recibieron docencia y conocieron intelectuales, en sus especificidades y puestas
el pensamiento de Gramsci en sus propios tex- ambas en relación con el desarrollo histórico
tos. En multitud de escuelas de organismos del de la dominación y con la revolución. La cul-
Estado, de organizaciones políticas, militares, tura de las clases subalternas como uno de los
temas centrales. Una teoría que relaciona las
personas comunes con la filosofía, lo que es
8 Vita di Antonio Gramsci (Fiori, 1966). Se publi- un logro muy feliz para una sociedad en revo-
có en inglés (Nueva York, 1971), alemán (Berlín, 1979), lución. Una concepción marxista del mundo
portugués (Río de Janeiro, 1979) y después en español
(Barcelona). Gracias a la solidaridad del Círculo de Sas-
sari (Cerdeña) de la Asociación de Amistad Italia - Cuba 9 “Hoy no es posible repetir esa experiencia, aunque
podemos contar con una edición cubana, Vida de Anto- se lea a Gramsci directamente, porque hay muchas lec-
nio Gramsci (Fiori, 2002), que fue impresa en español turas sobre este autor”. Opinión de un entrevistado, en
en Verona. Marta Núñez (1999, 2003).
vinculada realmente con la política práctica. teatro de contienda cultural; el partido como
La idea –y esa quinta cuestión era básica para acción organizada, intelectual colectivo y for-
nosotros– de que la transición socialista debe ma de poder; los simples; la filosofía como su-
consistir en una sucesión y combinación de peradora del sentido común; los intelectuales
gigantescos cambios culturales, y no en la orgánicos; la recuperación de la centralidad de
supuesta “construcción de la base técnico- la dialéctica.
material del socialismo”, como si la economía Nos ayudó en la búsqueda del único objetivo
fuera una locomotora que arrastra los vagones superior y al mismo tiempo viable de la transi-
de la sociedad. Gramsci nos ayudó a pensar ción socialista: la superación de la cultura del
la concepción de la creación del socialismo capitalismo a través del trabajo con la concien-
que asumíamos, que a mi juicio sigue siendo cia y las subjetividades. Con Marx conocíamos
la acertada. También constituía una aproxima- la necesidad de levantarse contra la totalidad
ción filosófica a la revolución como un evento del mundo vigente, y no contra una parte de él;
humano y protagonizado por seres humanos. esto es, no pasar de un tipo de dominación a
Y nos planteaba siempre, sin tregua, la tre- otro, sino acabar con todo tipo de dominación.
menda complejidad de lo social. Con Gramsci, veíamos que la teoría era capaz
Apunto otras cuatro cuestiones que me pare- de participar en la creación del socialismo. Ella
cen destacables. permitiría pensar profundamente la compleji-
Gramsci proporcionaba un formidable dad de un proceso que asuma la socialización
alegato contra el dogmatismo del llamado efectiva de los medios de producción, la eco-
Materialismo Dialéctico e Histórico, contra la nomía y toda la vida pública. Que se articule al
mezcla de pensamiento especulativo y positi- internacionalismo, en vez ser vehículo de la ra-
vismo en nombre del marxismo, contra la meta- zón de Estado. Un socialismo que sea organiza-
física, el evolucionismo, las simplificaciones, el dor de luchas y de cambios revolucionarios, es
autoritarismo, el cientificismo y la pedantería. decir, superador de los límites que le ponen a
Brindó, a través de una concepción crítica la acción humana las condiciones llamadas ma-
del mundo, un terreno teórico positivo en el teriales u objetivas de reproducción de la vida
cual cabían, funcionaban y debían articular- social. Un socialismo que no tema, ni oculte
se, entre otras cuestiones: la hegemonía como demagógicamente, que la transición socialista
está obligada a tener un poder muy fuerte y una verdadera riqueza de caminos, sugerencias,
también su propio tipo de dominación, pero intuiciones, interrogantes cruciales, incitación
que desarrolle medios efectivos de socializar a pensar y a conocer, para actuar consecuen-
progresivamente los controles que ejerce y de- temente. Por todo eso, Gramsci fue una de las
bilitar su naturaleza en cuanto a la dominación, armas intelectuales de la primera etapa de la re-
viabilizando el ejercicio creciente de libertades volución en el poder –la que va de 1959 al inicio
que resulta imprescindible para la existencia y de los años setenta–, sobre todo en cuanto a su
avance del socialismo. Una teoría y unas pre- profundización y a la formulación de un proyec-
figuraciones de la dialéctica entre dominación to comunista de la revolución cubana.
y libertad en la transición socialista y, por tan- Gramsci estuvo totalmente comprometido
to, entre el poder y el proyecto; dialéctica en en Cuba, y tenía que sufrir el final de esa prime-
la que el poder tiene que estar al servicio del ra etapa. Cuando comenzó la segunda etapa de
proyecto. la revolución en el poder –con sus logros y des-
Por último, al estudiar la vida del hombre aciertos, contradictoria en numerosos aspec-
extraordinario conocimos también a uno de tos, pero funesta para el pensamiento social–,
los protagonistas de un drama histórico: el del Gramsci salió de los programas docentes y se
apogeo y la tragedia del bolchevismo y las lu- convirtió en un extraño en Cuba. La antología
chas de clases en Europa de los años veinte y citada arriba cayó en el vacío, porque a Gramsci
treinta, el primer intento de universalización no se le mencionó más.10 Como al llegar, aho-
del movimiento comunista y el marxismo, el ra tampoco fue objeto de una polémica, más
fin de la revolución soviética y el inicio de la
dogmatización oficial del marxismo. Los textos
y el drama personal de Gramsci contribuyeron 10 “El marxismo como disciplina y como saber social
también a nuestra adultez intelectual respecto tiene ya también su historia en el proceso de transición
a la historia del marxismo y de las luchas con- socialista cubano. No hablaré aquí de sus caídas y vici-
tra el capitalismo. situdes; basta recordar que Antonio Gramsci, el último
gran pensador europeo del período leninista, era estu-
La obra de Gramsci, sus preguntas, sus temas, diado y publicado en Cuba hace veintitrés años, y en
su arquitectura teórica, sus métodos y el carác- los setenta y ochenta simplemente fue desaparecido”
ter abierto de su pensamiento, constituyeron (Martínez Heredia, 1990: 29).
bien fue olvidado, quedó en la sombra, junto a la situación actual vuelve a ser un instrumento
aquellos espectros del monte que mencionaba sumamente valioso para las investigaciones so-
Silvio Rodríguez en su “Canción urgente para bre los problemas de la sociedad y la cultura,
Nicaragua”. Sin embargo, ya Gramsci había es- la recuperación del marxismo como teoría dia-
tado; ese fue un hecho cultural extraordinario léctica anticapitalista y la defensa y profundi-
para la cultura cubana. Era una herencia ya- zación de nuestra transición socialista.
cente –como dicen los abogados–, como otros
muchos aspectos del gran avance intelectual y
de la acumulación cultural constituida por los Bibliografía
logros de la revolución cubana. Puedo afirmar
en ese sentido que Gramsci permaneció, como AA. VV. 1966 Lecturas de Filosofía (La
un valor permanente, cualquiera que fuera su Habana: Departamento de Filosofía,
suerte inmediata. Universidad de La Habana - Imprenta
A partir de 1986, la dogmatización y el em- Universitaria) [Libro amarillo].
pobrecimiento que habían regido al pensa- AA. VV. 1968 Lecturas de Filosofía (La
miento social cubano fueron atacados por el Habana: ILC) 2 T. [Libro verde].
movimiento político llamado de rectificación Aricó, J. M. 1964 “Examen de conciencia” en
de errores y tendencias negativas. El final de Pasado y Presente (Córdoba) N° 4: 241-265,
los regímenes de Europa oriental y la banca- enero-marzo.
rrota de su ideología favorecieron aún más las Castro Ruz, F. 1987 [1961] “Palabras a los
condiciones de una recuperación y nuevos de- intelectuales” en Pensamiento y política
sarrollos del pensamiento social. El regreso de cultural cubanos. Antología (La Habana:
Gramsci, sin embargo, no ha sido rápido ni fá- Pueblo y Educación) T. II.
cil, lo cual es una constatación del carácter tan Fiori, G. 1966 Vita di Antonio Gramsci (Bari:
específico del pensamiento y su reproducción, Laterza).
y también de los rasgos generales del proceso Fiori, G. 2002 Vida de Antonio Gramsci
cubano. De todos modos, dentro de la apertura (Verona: Ed. Della Sabbia / Ed. Achab).
de estos años Gramsci es cada vez más estu- Gramsci, A. 1917 “La rivoluzione contro Il
diado, se publican textos suyos y sobre él, y en Capitale” Avanti! (Milán) 24 de diciembre.