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Fernando VII de España

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Fernando VII de España
Rey de España

Retrato de Fernando VII con uniforme de capitán


general, por Vicente López Portaña (c. 1814-1815).
Óleo sobre lienzo, 107,5 x 82,5 cm. Museo del Prado
(Madrid).
Rey de España
4 de mayo de 1814-29 de septiembre de 1833
Predecesor José I
Sucesor Isabel II
19 de marzo de 1808-6 de mayo de 1808
Predecesor Carlos IV
Sucesor José I
[mostrar]Otros títulos
Información personal
Nombre Fernando María Francisco de Paula
secular Domingo Vicente Ferrer Antonio José
Joaquín Pascual Diego Juan
Nepomuceno Genaro Francisco
Francisco Xavier Rafael Miguel
Gabriel Calixto Cayetano Fausto Luis
Ramón Gregorio, Lorenzo Jerónimo de
Borbón2
Tratamiento Su Católica Majestad
14 de octubre de 1784
Nacimiento
San Lorenzo de El Escorial, España
29 de septiembre de 1833 (48 años)
Fallecimiento
Madrid, España
Cripta Real del Monasterio de El
Entierro
Escorial
Familia
Casa real Borbón
Padre Carlos IV de España
Madre María Luisa de Parma
Consorte Ver lista[mostrar]
Descendencia Véase Matrimonios y descendencia
Carrera militar
Conflictos Ver lista[mostrar]

Firma

Escudo de Fernando VII de España

[editar datos en Wikidata]

Fernando VII de España, llamado «el Deseado» y «el rey Felón»3 (San Lorenzo de El
Escorial, 14 de octubre de 1784-Madrid, 29 de septiembre de 1833), fue rey de España
entre marzo y mayo de 1808 y, tras la expulsión del «rey intruso» José I Bonaparte y su
vuelta al país, nuevamente desde mayo de 1814 hasta su muerte, exceptuando el breve
intervalo en 1823 en que fue destituido por el Consejo de Regencia.

Hijo y sucesor de Carlos IV y María Luisa de Parma, depuestos por obra de sus
partidarios en el motín de Aranjuez, pocos monarcas disfrutaron de tanta confianza y
popularidad iniciales por parte del pueblo español. Obligado a abdicar en Bayona, pasó
toda la guerra de Independencia preso en Valençay, donde incluso llegaría a solicitarle a
Napoleón Bonaparte ser hijo adoptivo suyo, mediante la siguiente carta:4

Mi mayor deseo es ser hijo adoptivo de S. M. el emperador nuestro soberano. Yo me


creo merecedor de esta adopción que verdaderamente haría la felicidad de mi vida, tanto
por mi amor y afecto a la sagrada persona de S. M., como por mi sumisión y entera
obediencia a sus intenciones y deseos.

A pesar de ello, continuaba siendo reconocido como el legítimo rey de España por las
diversas Juntas de Gobierno, el Consejo de Regencia y las Cortes de Cádiz. Ante el
avance francés en la península y lo prolongado del conflicto, las Juntas de la América
española comenzaron a actuar de forma más autónoma, hasta el punto de desembocar en
un proceso que llevaría a la independencia de todos los territorios americanos, a
excepción de Cuba y Puerto Rico.

Tras la derrota de los ejércitos napoleónicos y la expulsión de José I Bonaparte,


Napoleón le devolvió el trono de España con el tratado de Valençay. El 13 de marzo de
1814 decide volver a España y al Trono. Entró en España, el 22 de marzo de 1814, por
Gerona, y tras pasar por Zaragoza, se dirigió a Valencia. Entrando en Madrid el 13 de
mayo de 1814. Pronto, el Deseado, se reveló como un soberano absolutista y, en
particular, como uno de los que menos satisficieron los deseos de sus súbditos, que lo
consideraban una persona sin escrúpulos, vengativa y traicionera. Rodeado de una
camarilla de aduladores, su política se orientó, en buena medida, hacia su propia
supervivencia.[cita  requerida]

En la ciudad de Valencia, el 4 de mayo de 1814 firmó el decreto de supresión de la


Constitución de Cádiz, y la legislación de las Cortes, restaurando el absolutismo entre
1814 y 1820, y persiguiendo a los liberales. Tras seis años de guerra, el país y la
Hacienda estaban devastados, y los sucesivos gobiernos fernandinos no lograron
restablecer la situación.

En 1820 un pronunciamiento militar dio inicio al llamado trienio liberal, durante el cual
se restablecieron la Constitución y los decretos de Cádiz, produciéndose una nueva
desamortización. A medida que los liberales moderados eran desplazados por los
exaltados, el rey, que aparentaba acatar el régimen constitucional, conspiraba para
restablecer el absolutismo, lo que se logró tras la intervención de los Cien Mil Hijos de
San Luis, en 1823.

La última fase de su reinado, la llamada Década Ominosa, se caracterizó por una feroz
represión de los exaltados, acompañada de una política absolutista moderada o incluso
liberaldoctrinaria que provocó un profundo descontento en los círculos absolutistas, que
formaron partido en torno al hermano del rey, el infante Carlos María Isidro. A ello se
unió el problema sucesorio, sentando las bases de la Primera Guerra Carlista, que
estallaría con la muerte de Fernando y el ascenso al trono de su hija Isabel II, no
reconocida como heredera por el infante Carlos.

En palabras de un reciente biógrafo, Rafael Sánchez Mantero:

Si en algo se caracteriza la imagen que Fernando VII ha dejado a la posteridad es en el


unánime juicio negativo que ha merecido a los historiadores de ayer y de hoy que han
estudiado su reinado (...) Resulta lógico entender que la historiografía liberal fuese
inmisericorde con aquel que intentó acabar con los principios y leyes triunfantes en las
Cortes gaditanas (...) La historiografía sobre Fernando VII ha ido evolucionando de tal
manera que los estudios recientes han abandonado las diatribas decimonónicas para
presentar un panorama más equilibrado (...) La Historia reciente... considera a Fernando
VII simplemente como un rey con muy escasa capacidad para enfrentarse a los tiempos
en los que le tocó reinar. Con todo, resulta difícil encontrar algún estudio, ya sea del
pasado o del presente, en el que la figura de este monarca genere la más mínima
simpatía o atractivo. Sin duda, ha sido el monarca que peor trato ha recibido por parte
de la historiografía en toda la Historia de España.5

Según su más reciente biógrafo, Emilio La Parra López:nota 3

Desde 1814 hasta su muerte, salvo el intervalo constitucional de 1820-1823, su política


consistió en el control personal del poder, valiéndose de la represión de toda disidencia
y de unos servidores cuya única pauta de comportamiento fue la fidelidad ciega a su
señor. Fernando VII gobernó a su manera, como un déspota, escuchando los consejos
que en cada ocasión le convenían, sin ajustarse a ningún precedente específico y como
nadie lo haría después que él.

Índice
 1 Vida
o 1.1 Infancia, educación y familia
o 1.2 Oposición a Godoy
o 1.3 La primera llegada al trono y las Abdicaciones de Bayona
o 1.4 Los monarcas con Napoleón
o 1.5 El regreso de «el Deseado»
o 1.6 Reinado
 1.6.1 Primer sexenio absolutista
 1.6.2 Triunfo temporal de los liberales y gobierno constitucional
 1.6.3 Intervención de las potencias y restauración absolutista
 1.6.4 Absolutismo y reformismo moderado
o 1.7 Sucesión de Fernando VII
o 1.8 Legado
 2 Matrimonios y descendencia
 3 Ancestros
 4 Personalidad de Fernando
o 4.1 Aspecto y problemas físicos
o 4.2 Carácter
 5 La imagen del rey Fernando ante sus súbditos
 6 Fernando VII y las artes y las ciencias
 7 Biografías contemporáneas de Fernando VII
 8 Órdenes
o 8.1 Reino de España
o 8.2 Extranjeras
 9 Anecdotario
 10 En la cultura popular
 11 Sucesión
 12 Notas
 13 Referencias
 14 Bibliografía
 15 Enlaces externos

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