Investigación

Criminológica
Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos
en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia
Volumen IV • Número 2 • julio-diciembre 2014 • ISSN 2256-1005 • Bogotá, D. C., Colombia

POLICÍA NACIONAL
DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN CRIMINAL E INTERPOL
OBSERVATORIO DEL DELITO
 Observatorio del Delito
de la Policía Nacional

POLICÍA NACIONAL
DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN CRIMINAL E INTERPOL
INVESTIGACIÓN CRIMINOLÓGICA ELABORACIÓN Y REDACCIÓN

Publicación de la Policía Nacional de Colombia AUTORES

ISSN 2256-1005 (Investig. Criminol.)
Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014 MAURICIO ROMERO HERNÁNDEZ
Periodicidad semestral Economista
Analista Observatorio del Delito

Director General de la Policía Nacional JESSICA PAOLA MORENO

General RODOLFO PALOMINO LÓPEZ
Director de Investigación Criminal e INTERPOL
Mayor General JORGE ENRIQUE RODRÍGUEZ PERALTA
Subdirector de Investigación Criminal
Coronel LEONARDO ALBERTO MEJÍA MARTÍNEZ
Jefe del Área de Información y Análisis Criminal
Teniente Coronel ELBA LUCÍA GRANADOS LEÓN
Psicóloga, Universidad El Bosque
Auxiliar de Investigación Observatorio del Delito
JAVIER LADINO PRADA
Psicólogo, Fundación Universitaria San Martín
Auxiliar de Investigación Observatorio del Delito
LAURA CAMILA SANDOVAL
Ingeniera Ambiental, Universidad de los Andes
Auxiliar de Investigación Observatorio del Delito

ÁNGELA MARÍA GUTIÉRREZ ESCOBAR

Jefe del Grupo Observatorio del Delito
Politóloga, Universidad de los Andes
Teniente Coronel GIOVANNY AURELIO TORRES
Auxiliar de Investigación Observatorio del Delito
GUZMÁN
PAULA ANDREA TORRES
Responsable de Investigación Criminológica Tecnologa en Investigación Criminal,
Capitán ALBA CLODETH CAMARGO MEDINA Universidad Manuela Beltrán
Auxiliar de Investigación Observatorio del Delito
Editor de Publicaciones
Teniente JUAN APARICIO BARRERA
DIAGRAMACIÓN E IMPRESIÓN
Rasgo y Color SAS
CORRESPONDENCIA CORRECTOR
Nelson A. Rojas Vargas
dijin.arida-observatorio@policia.gov.co
Este documento hace parte de las líneas
Dirección postal:
de investigación del Observatorio del Delito
Observatorio del Delito –DIJIN–, Policía Nacional OBSER DIJIN GrupLac COL0117778 - Colciencias
Avenida El Dorado Nº 75-25, barrio Modelia,
Bogotá, D. C., Colombia
Código Postal 110931

Teléfono (57-1) 426 6200, ext. 104167

Impreso en Bogotá, D. C., Colombia, junio de 2014

Cómo citar: Romero, M. et ál. (2014). Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos
municipios mineros de Colombia. Investigación Criminológica, IV (2). Bogotá, D. C.

El material publicado puede ser reproducido haciendo referencia a su fuente.

El Observatorio del Delito no se identifica, necesariamente, con las opiniones expresadas por los autores.
Editorial.................................................................................4

Resumen ..............................................................................5

Agradecimientos ....................................................................5

Introducción ...........................................................................6

1. Marco teórico y conceptual.....................................................7

2. Marco metodológico............................................................13

3. Resultados...............................................................................16

4. Analisis socioeconómico........................................................34

5. Discusión de resultados y conclusiones.......................................37

6. Recomendaciones..................................................................43

Anexos................................................................................49

Referencias..........................................................................51
 General Rodolfo Palomino López
Director General de la Policía Nacional de Colombia

El combate de la minería ilícita se ha convertido en prioridad para el gobierno colombiano, por

constituirse en causa y efecto de múltiples problemas sociales, económicos y de orden público
que afectan varias regiones del país.
El delito de extracción ilícita de yacimientos mineros y otros materiales (EIYMOM) atenta gra-
vemente contra los derechos constitucionales, en especial el consagrado en el artículo 79 de la
Constitución política, que estipula que todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente
sano; en el mismo sentido, establece que el Estado debe proteger la diversidad e integridad del
ambiente, en concordancia con el artículo 80, que le otorga facultades a este para prevenir y
controlar los factores de deterioro ambiental, imponer las sanciones legales y exigir la reparación
de los daños causados (Constitución política de Colombia, 1991).
El desarrollo de la minería ilícita no solo atenta contra derechos constitucionales establecidos
con claridad, sino que también afecta gravemente postulados relacionados con la seguridad hu-
mana determinados por la Organización de las Naciones Unidas, en especial en lo concerniente
con los riesgos ambientales y la seguridad interna, que en el caso colombiano están muy relacio-
nados con la violencia y diferentes manifestaciones de criminalidad.
Consciente de la gravedad del problema y ante la necesidad de implementar una estrategia
conjunta coordinada desde la Presidencia de la República, con el propósito de luchar contra la
EIYMOM, se han articulado mecanismos legales tendientes a establecer coordinaciones entre la
Fiscalía General de la Nación, el Cuerpo Técnico de Investigación, la Policía Nacional, la Procu-
raduría General de la Nación y la Defensoría del Pueblo.
Para el efecto, al inicio del año 2012 se creó la Unidad de Delitos Ambientales de la Fiscalía
General de la Nación, y a principios del 2014 se implementó la Unidad Nacional contra la Mine-
ría Ilegal y el Terrorismo, adscrita a la Dirección de Carabineros y Seguridad Rural de la Policía
Nacional, esta última con el objetivo de realizar estudios integrales de la afectación del citado
delito y su efecto en la economía criminal que nutre las arcas de las bandas criminales y grupos
subversivos, como las Farc y el Eln.
En la lucha contra la minería ilícita, la Policía Nacional continuará enfrentando el reto de con-
trolar su desarrollo, al igual que aportando al conocimiento de la problemática desde una pers-
pectiva holística e integral, gracias a su liderazgo y experiencia operativa.
La presente investigación es un aporte que le permitirá al lector entender la problemática
minera desde la perspectiva de las autoridades locales y regionales (funcionarios de alcaldías,
gobernaciones, corporaciones autónomas regionales, agremiaciones mineras y unidades de la
Policía Nacional), quienes a diario adelantan gestiones para administrar la realidad de tan impor-
tante sector de la economía colombiana. En el documento se evidencian los problemas de crimi-
nalidad y pobreza que aquejan a los municipios seleccionados, donde se desarrollan actividades
de minería ilícita, al igual que las potencialidades y limitaciones de las autoridades mineras, que
reflejan las imprecisiones, aciertos, temores y expectativas que tienen con respecto al desarrollo
de la actividad minera; finalmente, se plantean recomendaciones tendientes a contribuir a la neu-
tralización de los factores generadores del fenómeno de la minería ilícita.

4 Observatorio del Delito

 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia
El desarrollo de la minería ilícita en Colombia
es cuestionado, por los perjuicios que genera a
diferentes sectores de la sociedad. La Policía
Nacional realizó la investigación, con el propó-
sito de analizar la perspectiva legal que tienen
las autoridades mineras locales y regionales, y
la incidencia de la minería ilícita en el ambien-
te y la convivencia y seguridad ciudadanas. La
investigación fue de tipo mixto, de alcance ex-
ploratorio descriptivo, con una muestra de 129
encuestados (funcionarios de alcaldías, gober-
naciones, corporaciones autónoma regionales,
unidades de policía y agremiaciones mineras),
distribuidos en 52 municipios de diez departa-
mentos. Como resultados importantes se revela
la debilidad institucional, determinada por la falta
Palabras clave: explotación ilegal de la riqueza minera, seguridad pública (fuente: Tesauro de polí-
tica criminal latinoamericana - ILANUD), medioambiente, coexistencia pacífica (fuente: Tesauro de
la Unesco).
Al señor Mayor General Jorge Enrique Rodrí-
guez Peralta, Director de Investigación Criminal e
INTERPOL, por su apoyo irrestricto en el desarro-
llo de la investigación; a la señora Teniente Coro-
nel Elba Lucía Granados León, Jefe del Área de
Información y Análisis Criminal; a la señora mayor
Lurangeli Franco Rodríguez, Jefe del Observa-
torio del Delito, y a la Capitán Alba Clodeth Ca-
margo Medina, Jefe del Grupo de Investigaciones
Criminológicas, quienes con su especial interés y
colaboración facilitaron la realización de la misma.
Igualmente, se agradece al señor Brigadier
General José Gerardo Acevedo Ossa, Director
de la Dirección de Carabineros y Seguridad Ru-
ral; al señor Coronel Wilson Mauricio Chaparro
Alvarado, Comandante de la Unidad Nacional
contra la Minería Ilegal y Antiterrorismo; al se-
ñor Coronel Héctor Enrique Páez Valderrama,
Comandante GOES Hidrocarburos; al señor
Capitán Óscar Medina Carrión, Jefe del Cen-
tro Especializado del Observatorio del Delito, y
de claridad y precisión de la norma, reflejada en
múltiples percepciones expresadas por las auto-
ridades, situación que se constituye en causa y
efecto del creciente desarrollo de actividades de
minería ilícita. Igualmente, se evidencia que las
actividades de minería ilícita generan escenarios
caracterizados por conflictos sociales que pro-
mueven y ahondan fenómenos como la pobreza
(altos índices de necesidades básicas insatisfe-
chas), la criminalidad (altos niveles de homicidio,
lesiones personales y extorsión) y la contamina-
ción ambiental, agravadas y aprovechadas por
la incursión de grupos al margen de la ley, que
obtienen cuantiosas utilidades en el desarrollo
directo o indirecto de la actividad ilícita.
al Intendente José Villa Campiño, analista del
Área de Alertas del mismo centro, quienes apor-
taron valiosa información operativa, además
de enriquecer la investigación con su amplio
conocimiento, experiencia y contribución en la
elaboración y revisión de los instrumentos que
permitieron recolectar la información.
También se agradece al señor capitán Ervyn
Norza Céspedes, quien adelantó gestiones en
aras de su realización; sin su concurso y especial
interés no hubiera sido posible culminar la inves-
tigación.
En el mismo sentido, se reconoce la contri-
bución de la doctora Angelika Rettberg Beil y
de Juan Felipe Ortiz-Riomalo, docentes de la
Universidad de los Andes, quienes fueron fun-
damentales en el proceso de validación de los
instrumentos, además de participar activa y de-
cididamente en la realización del documento
preliminar de la investigación, denominado “In-
certidumbre, vacíos y variación: un diagnóstico
Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 5
 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia
de la actividad minera de oro en diez departa-
mentos de Colombia”, presentado como ponen-
cia en el Séptimo Congreso de la Asociación
Latinoamericana de Ciencia Política (ALACIP),
realizado entre el 25 y el 27 de septiembre del
2013, en las instalaciones de la Universidad de
los Andes de la ciudad de Bogotá.
Especial agradecimiento merecen los poli-
cías relacionados a continuación, quienes en al-
gunos casos arriesgaron su vida en procura de
La presente investigación nació por iniciativa
de la Policía Nacional de querer contribuir a la
comprensión de los efectos del desarrollo de la
actividad minera, en especial en lo relacionado
con el ambiente y la convivencia y seguridad
ciudadanas; para el efecto, se consultó y anali-
zó el conocimiento que tienen las autoridades y
agremiaciones mineras con respecto a la men-
cionada actividad. La investigación se basa en la
percepción que tienen las autoridades responsa-
bles de la implementación, control y seguimiento
de las actividades mineras; para este fin se con-
sultaron funcionarios y líderes de alcaldías, go-
bernaciones, la Policía Nacional (dependencias
encargadas del control minero), corporaciones
autónomas regionales y agremiaciones mineras.
Las actividades de recolección de informa-
ción, mediante aplicación de instrumentos a las
autoridades, se desarrollaron entre los meses
de febrero y mayo del 2013, en municipios de
diez departamentos, los cuales fueron seleccio-
nados teniendo como referencia el Censo Mine-
ro 2010 (Ministerio de Minas y Energía [MME],
2011), considerando como factor determinante
para su elección aspectos relacionados con la
seguridad y facilidad de acceso (de los entrevis-
tadores). Los municipios seleccionados fueron:
Buriticá, Concepción, El Bagre, Medellín, Re-
medios y Segovia (Antioquia); Santa Rosa de
Viterbo, Socotá, Tasco, Tunja y Ventaquema-
da (Boyacá); Anserma, Manizales y Marmato
(Caldas); Caloto, Popayán, Patía, Santander de
Quilichao, Suárez, Tambo, Timbiquí y Villa Rica
(Cauca); Atrato, Cértegui, Condoto, Istmina,
6 Observatorio del Delito
recolectar la información necesaria, mediante la
aplicación de los instrumentos diseñados para tal
propósito; en su orden jerárquico son: intendente
jefe Odimar Arroyo Burgos, los patrulleros Yei-
zon Andrés Duarte Velásquez, Jhon Edison Ara-
na Cosme, Jeison Fernández Rodríguez, Roger
Arias, Juan Carlos Mendoza, Mónica Sanabria,
Lohaldo Chicacausa, Adriana Bolaños Buitrón e
Isabel Cristina Tangarife Vélez.
Quibdó, Novita y Tadó (Chocó); Garzón, Neiva,
Pitalito y Rivera (Huila); Barbacoas, Cumbitara,
La Llanada, Los Andes-Sotomayor, Pasto (Na-
riño); Bucaramanga, California y Vetas (San-
tander); Ataco, Cajamarca, Chaparral, Ibagué y
Mariquita (Tolima), y Buenaventura, Buga, Cali,
Dagua, Palmira y Tuluá (Valle del Cauca).
La investigación está compuesta por un marco
metodológico que trata conceptos, teorías expli-
cativas y aspectos legales: abordaje de los ejes
principales de la investigación (seguridad y convi-
vencia ciudadana, ambiente y marco legal); para
el efecto se diseñaron y validaron instrumentos
para la recolección de información sobre la ex-
plotación de yacimientos mineros, que permitie-
ron analizar los efectos de la práctica de minería
ilícita en la seguridad y convivencia ciudadana y
ambiente, con base en la información suministra-
da por las autoridades, al igual que del Sistema
de Información Estadística, Delincuencial, Con-
travencional y Operativa de la Policía Nacional
(Siedco) y las estadísticas de Necesidades Bási-
cas Insatisfechas del DANE; también se contem-
plaron las repercusiones de la incertidumbre legal
en las autoridades y comunidad minera, para fi-
nalmente sugerir alternativas o cursos de acción
frente a las repercusiones de la explotación ilícita
de yacimientos mineros en Colombia.
En el capítulo de resultados se tratan aspec-
tos relacionados con convivencia y seguridad
ciudadana, realizado a partir de la confrontación
entre lo manifestado por las autoridades y los
índices de criminalidad de la Policía Nacional,
en especial de los delitos de homicidios, lesio-
 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia
nes personales y extorsión, al igual que la inje-
rencia de grupos armados ilegales en los citados
municipios; en el mismo sentido se relaciona lo
manifestado por las autoridades en aspectos re-
lacionados con actividades de formalización mi-
nera, problemas del aparato judicial, funciones
de las autoridades, falta de protección de zonas
de exclusión minera, problemas de articulación
operativa y administrativa entre las autoridades
mineras y consecuencias ambientales del ejer-
cicio de la actividad.
Lo manifestado por las autoridades y los re-
sultados de los análisis criminológicos se con-
trastaron con índices de Necesidades Básicas
Insatisfechas (NBI), que permiten pensar que la
mayoría de pueblos mineros, en especial pro-
ductores de oro, se caracterizan por elevados
niveles de homicidios y lesiones personales, al
igual que de NBI, superiores a los índices de-
partamentales y nacionales, sustentados en una
amplia descomposición y violencia familiar y
social, ausentismo escolar, explotación laboral,
ausencia de seguridad social y desplazamiento
de personas, lo anterior agravado por la inciden-
cia de organizaciones al margen de la ley, que
obtienen sustanciales beneficios económicos,
derivados del desarrollo directo o indirecto de
actividades relacionadas con la minería. En el
Estado se evidencian imperfecciones en el con-
trol efectivo de la actividad minera, en parte de-
bido a la falta de claridad de la norma y roles de
los entes de regulación, entre otros.
Parece que existiera relación directa entre
explotación minera, altos índices de criminali-
dad y miseria, pobreza e inasistencia escolar,
situación que agrava la espiral de pobreza en
que están sumidas las poblaciones mineras.
La investigación concluye con el capítulo de
recomendaciones y cursos de acción propues-
tos por los investigadores, que sirven de insumo
para todas aquellas personas e instituciones en-
cargadas de diseñar y plantear política pública
en este importante sector de la economía.
1. Marco teórico y conceptual
En el presente acápite se relacionan las in-
vestigaciones relacionadas con el tema de estu-
dio (marco teórico empírico), marco conceptual
y legal y teorías explicativas del delito, así:
1.1 Marco teórico empírico
A continuación se relacionan algunas de las
investigaciones más importantes atinentes al fe-
nómeno de la minería ilícita, con las diferentes
manifestaciones perturbadoras en aspectos de
convivencia y seguridad ciudadana, en especial
las que ponen énfasis en las expresiones de cri-
minalidad y conflicto armado.
Inicialmente es preciso aclarar que con la in-
formación recolectada para la presente investiga-
ción se elaboró, en conjunto con la Universidad
de los Andes, el documento titulado “Incertidum-
bre, vacíos y variación: un diagnóstico de la ac-
tividad minera de oro en diez departamentos de
Colombia”, con el cual se participó en el Séptimo
Congreso de la Asociación Latinoamericana de
Ciencia Política (ALACIP), realizado en la citada
universidad entre el 25 y el 27 de septiembre del
2013. El documento revela la debilidad institucio-
nal frente a la actividad minera, sustentada en el
desconocimiento y ausencia de aplicación de las
normas existentes. De otra parte, ilustra que en
muchas regiones la actividad minera está acom-
pañada de diversas expresiones de conflicto y
problemas sociales, que afectan negativamente
a las comunidades (Rettberg, Norza, Ortiz-Rio-
malo, Romero & Torres, 2013).
En el mismo sentido, el documento versa
sobre la percepción de que la actividad minera
está afectada por diversas manifestaciones de
criminalidad, que la saquean mediante la ope-
ración directa o indirecta de minas o a través de
la extorsión en los diferentes eslabones de la
citada actividad (Rettberg et ál., 2013).
Rettberg & Ortiz-Riomalo (2014) identifican
mecanismos mediante los cuales los Grupos Ar-
mados Organizados al Margen de la Ley (GAO-
MIL) participan en alguna etapa de la cadena
productiva o de comercialización del oro, con el
propósito de lucrarse de la renta generada, cuyo
objetivo es financiar sus actividades criminales,
situación que alimenta y perpetúa el conflicto in-
terno colombiano.
La investigación denominada “La minería
de hecho en Colombia” (Defensoría del Pueblo
[DP], 2010) tuvo el propósito de diagnosticar la
situación de derechos humanos en el entorno
de la minería de hecho en Colombia, además de
proponer política y acciones públicas que permi-
tieran garantizar los derechos de los mineros de
Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 7
 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia
hecho, mitigar los impactos ambientales causa-
dos por esta actividad, disminuir los conflictos
entre las grandes concesiones mineras y los mi-
neros tradicionales y velar por los derechos de
las comunidades étnicas que habitan en regio-
nes mineras. La investigación se realizó gracias
a información recibida de 1.010 municipios de
Colombia, proveniente de alcaldes municipales,
autoridades ambientales, mineras y coordinado-
res de distritos mineros.
Según el estudio, la minería ilegal es una ac-
tividad que ha servido a grupos armados orga-
nizados al margen de la ley y narcotraficantes,
para financiar su accionar delictivo.
De otra parte, la Procuraduría General de
la Nación (2011) estableció que ante el desa-
rrollo de la minería ilegal en Colombia se re-
quiere que el Estado adopte medidas a corto,
mediano y largo plazo, al igual que acciones
de política pública en materia económica, so-
cial y ambiental.
El documento es un análisis jurídico sobre
la responsabilidad del Estado en asuntos de
minería ilegal, partiendo de definiciones lega-
les, clasificación y procesos de legalización de
la minería, además de sus alcances e impac-
tos ambientales, económicos y sociales, con
el propósito de promover la articulación entre
los diferentes niveles y entidades públicas que
cumplen funciones relacionadas con la minería,
apuntando a la contribución en la formulación
de política pública relacionada con el uso de re-
cursos naturales no renovables.
De otra parte, el Censo Minero Departamen-
tal Colombiano, desarrollado por el Ministerio
de Minas y Energía entre el 2010 y el 2011, es
un informe que cuenta con información de 23
departamentos del territorio nacional, realizado
con el propósito de conocer todos los aspectos
relacionados con la actividad minera en estos
distritos, a fin de ofrecer a las entidades guber-
namentales las herramientas para mejorar las
condiciones laborales de la actividad minera
(Ministerio de Minas y Energía [MME], 2011).
La población objeto del censo estuvo cons-
tituida por las unidades de explotación minera
en cada una de las modalidades de extracción
(bocamina, cantera, material de arrastre, sub-
terránea, cielo abierto, etc.), en los departa-
mentos de Antioquia, Bolívar, Cesar, Boyacá,
Huila, Cundinamarca, Tolima, Cauca, Norte de
8 Observatorio del Delito
Santander, Santander, Caldas, Valle del Cauca,
Meta, Casanare, Atlántico, Magdalena, Risaral-
da, Córdoba, La Guajira, Arauca, Chocó, Putu-
mayo y Caquetá. La técnica de recolección de
información consistió en una entrevista estruc-
turada, realizada de manera personal al propie-
tario, jefe, capataz o encargado de la mina, por
parte de un contratista del ministerio o por fun-
cionarios de las gobernaciones de los respecti-
vos departamentos (MME, 2011).
A continuación se presentan algunos de los
resultados del censo que son relevantes para la
investigación.
De las 14.357 Unidades de Producción Mine-
ra (UPM) censadas, el 47 % realizan explotación
de materiales no metálicos; el 32 %, extracción
de algunos metálicos; el 19 %, extracción de car-
bón, y el 2 % restante, minería de piedras pre-
ciosas y semipreciosas; los minerales metálicos
más explotados son el oro, la plata y el platino;
los materiales no metálicos más explotados co-
rresponden a los usados en construcción, como
arena, arcilla, grava o caliza; en piedras precio-
sas y semipreciosas, la minería de esmeraldas
abarca más del 90 % (MME, 2011).
En cuanto a la situación de licencias de ex-
ploración y explotación, el censo reportó que 63
% no poseían título minero, hecho que coinci-
de con la clase de material explotado, tipo UPM
de extracción de materiales metálicos, como el
oro, donde el 86,7 % no poseían título minero,
a diferencia de las UPM de carbón, de esme-
raldas y de materiales no metálicos. En orden,
los departamentos donde más se presentaron
UPM sin título minero son Chocó, Magdalena,
la Guajira, Córdoba, Bolívar, Atlántico, Cauca y
Risaralda, los cuales reportan incumplimiento
de hasta el 80 %; de especial atención también
son los departamentos de Valle del Cauca y An-
tioquia (MME, 2011).
De otra parte, respecto a la situación so-
cioeconómica de los trabajadores del gremio
minero, se logró establecer que el 95 % de los
empleados son hombres, y tan solo el 10 % son
miembros de comunidades étnicas (gitanos,
afrocolombianos, raizales e indígenas); cerca
del 10 % son analfabetas, el 61 % poseen edu-
cación básica primaria, y el 22,8 %, educación
secundaria; el tipo de vinculación que predomi-
na es el contrato a destajo, y el 54,1 % de las
14.357 UPM censadas tienen a sus empleados
 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia
en el régimen subsidiado; la media de días tra-
bajados de los mineros es de 22 días por mes,
indistintamente de si la UPM cuenta o no con
título minero (MME, 2011).
En otros países de la región, como Bolivia, Perú,
Brasil y Ecuador, se han generado documentos
académicos como resultado de las preocupaciones
relacionadas con los efectos negativos que genera
la minería ilícita, en especial en aspectos relaciona-
dos con el ambiente.
1.2. Marco conceptual
Para la presente investigación se plantean los
términos y conceptos más utilizados, extraídos del
Glosario Técnico Minero (MME, 2003), así: bare-
queo, explotación, microminería, minería, minería a
cielo abierto, minería a granel, minería aluvial, mi-
nería de subsistencia, minería formal, minería ile-
gal, minería informal, minería legal y minoría étnica.
En el mismo sentido se contemplan los con-
ceptos relacionados a continuación:
- Minería criminal: Ejercicio de la extracción de
yacimientos de forma ilegal, la cual es emplea-
da por grupos al margen de la ley, con intencio-
nes de carácter económico (Cárdenas, 2012).
- Convivencia ciudadana: La Política Nacio-
nal de Seguridad y Convivencia Ciudadana
[PNSCC, 2011] establece que la convivencia
“comprende la promoción del apego y la adhe-
sión de los ciudadanos a una cultura ciudadana
basada en el respeto a la ley, a los demás y a
unas normas básicas de comportamiento y de
convivencia social”.
- Seguridad ciudadana: Consiste en la protec-
ción universal a los ciudadanos frente a aquellos
delitos y contravenciones que afectan la digni-
dad, su seguridad personal y la de sus bienes, y
frente al temor a la inseguridad (PNSCC, 2011).
- Ambiente: La Política Nacional de Educación
Ambiental define ambiente como un sistema
dinámico definido por las interacciones físicas,
biológicas, sociales y culturales, percibidas o
no, entre los seres humanos y los demás seres
vivientes, y todos los elementos del medio en
el cual se desenvuelven, sean estos de carác-
ter natural o transformados o creados por el ser
humano. El concepto de ambiente abarca no-
ciones que implican el concurso de las ciencias
físicas, naturales, humanas y sociales (Ministe-
rio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territo-
rial, Ministerio de Educación Nacional [MAVDT
y MEN], 2003).
1.3. Marco legal
Este capítulo aborda de manera sucinta las normas
legales nacionales más importantes que regulan la
actividad minera en el país, las cuales facilitan el
entendimiento del marco jurídico que permite el de-
sarrollo del citado sector de la economía.
1.3.1. Constitución Política de Colombia
En el art. 79 hace mención al derecho al que
tienen acceso todas las personas de gozar de
un ambiente sano, y al deber del Estado de
garantizar la participación de la comunidad en
las decisiones que puedan afectarlo; asimis-
mo, debe “…proteger la diversidad e integridad
del ambiente, conservar las áreas de especial
importancia ecológica y fomentar la educación
para el logro de estos fines”; por otra parte, el
art. 80 declara que el Estado es el encargado
de la planificación del manejo y aprovechamien-
to de los recursos naturales, con el fin de ga-
rantizar su desarrollo sostenible, conservación,
restauración o sustitución; consecuente con lo
anterior, también debe prevenir y controlar los
factores de deterioro ambiental, imponer san-
ciones legales y exigir la reparación de los da-
ños que se le ocasionen.
1.3.2. Código penal
Define las sanciones correspondientes a
los delitos de Explotación Ilícita de Yacimiento
Minero y Otros Materiales (EIYMOM), y por la
contaminación ambiental por este delito; en este
sentido, el art. 333 precisa el delito de conta-
minación ambiental culposa por explotación de
yacimiento minero o hidrocarburo, como:
El que por culpa al explorar, explotar o ex-
traer yacimiento minero o de hidrocarburos,
contamine aguas, suelo, subsuelo o atmósfe-
ra, incurrirá en prisión de dos (2) a cinco (5)
años, y multa de cien (100) a cincuenta mil
(50.000) salarios mínimos legales mensuales
vigentes (Código penal, Ley 599 de 2000).
Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 9
 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia
El art. 338 define y penaliza el delito de ex-
plotación ilícita de yacimiento minero y otros
materiales (EIYMOM):
El que sin permiso de autoridad compe-
tente o con incumplimiento de la normati-
vidad existente explote, explore o extraiga
yacimiento minero, o explote arena, material
pétreo o de arrastre de los cauces y orillas de
los ríos por medios capaces de causar graves
daños a los recursos naturales o al medio am-
biente, incurrirá en prisión de dos (2) a ocho
(8) años y multa de cien (100) a cincuenta mil
(50.000) salarios mínimos legales mensuales
vigentes (Código penal, Ley 599 de 2000).
1.3.3. Código de minas
En el art. 5 establece la propiedad de los re-
cursos minerales hallados en el país:
Los minerales de cualquier clase y ubi-
cación, yacentes en el suelo o el subsuelo,
en cualquier estado físico natural, son de la
exclusiva propiedad del Estado, sin conside-
ración a que la propiedad, posesión o tenen-
cia de los correspondientes terrenos sean de
otras entidades públicas, de particulares o de
comunidades o grupos de minas perfecciona-
das con arreglo a las leyes preexistentes.
Quedan a salvo las situaciones jurídicas
individuales, subjetivas y concretas prove-
nientes de títulos de propiedad privada (Có-
digo de minas, Ley 685 de 2001).
Otro de los aspectos centrales del Código de
minas lo formula el art. 14, el cual fija la figura
del título minero, determinando que:
A partir de la vigencia de este código,
únicamente se podrá constituir, declarar y
probar el derecho a explorar y explotar minas
de propiedad estatal, mediante el contrato de
concesión minera, debidamente otorgado e
inscrito en el Registro Minero Nacional (Códi-
go de minas, Ley 685 de 2001).
Lo dispuesto en el presente artículo deja a
salvo los derechos provenientes de las licen-
cias de exploración, permisos o licencias de
explotación, contratos de explotación y contra-
tos celebrados sobre áreas de aporte, vigen-
tes al entrar a regir este código. Igualmente,
quedan a salvo las situaciones jurídicas indi-
viduales, subjetivas y concretas provenientes
10 Observatorio del Delito
de títulos de propiedad privada de minas per-
feccionadas antes de la vigencia del presente
estatuto (Código de minas, Ley 685 de 2001).
Con respecto al aprovechamiento ilícito de
recursos, establece que este consiste en “(…)
el beneficio, comercio o adquisición, a cualquier
título, de minerales extraídos de áreas no am-
paradas por un título minero” (Código de Minas,
Ley 685 de 2001).
El art. 194 aborda el tema de sostenibilidad,
al expresar que:
El deber de manejar adecuadamente los
recursos naturales renovables y la integridad
y disfrute del ambiente, es compatible y con-
currente con la necesidad de fomentar y de-
sarrollar racionalmente el aprovechamiento
de los recursos mineros como componentes
básicos de la economía nacional y el bien-
estar social. Este principio deberá inspirar la
adopción y aplicación de las normas, medi-
das y decisiones que regulan la interacción
de los dos campos de actividad, igualmente
definidos por la ley como de utilidad pública
e interés social (Código de minas, Ley 685
de 2001).
Además de lo anterior, también es importante
mencionar la normatividad referente a las zonas
excluibles de minería, como parques naturales
nacionales, regionales y zonas de reserva fo-
restal (art. 34), y lo relacionado con el pago de
regalías como contraprestación obligatoria por la
explotación de recursos naturales no renovables
(art. 227, Código de minas, Ley 685 de 2001).
1.3.4. Decreto 2820 de 2010. Por medio del
cual se reglamenta el título VIII de la Ley 99
de 1993, sobre licencias ambientales
Reglamenta y precisa el concepto, alcance,
competencia y exigibilidad de la licencia ambien-
tal; en el mismo sentido, establece las autorida-
des ambientales competentes, entre otras. Espe-
cíficamente, el art. 8 define los proyectos, obras
y actividades sujetos a licencia ambiental; entre
los sectores se encuentran el de hidrocarburos,
minero, eléctrico, marítimo y portuario, aeropor-
tuario, de obras civiles, agroquímico, entre otros.
La licencia ambiental para el sector minero
es requerida para adelantar las siguientes acti-
vidades de explotación minera:
 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia
1) Carbón: Cuando la explotación proyectada
sea mayor o igual que 800.000 ton/año;
2) Materiales de construcción y arcillas o
minerales industriales no metálicos: Cuando
la producción proyectada sea mayor o igual que
600.000 ton/año para las arcillas o mayor o igual
que 250.000 m3/año para otros materiales de cons-
trucción o para minerales industriales no metálicos;
3) Minerales metálicos y piedras preciosas
y semipreciosas: Cuando la remoción total de
material útil y estéril proyectada sea mayor o
igual que 2.000.000 de ton/año;
4) Otros minerales y materiales: Cuando la
explotación de mineral proyectada sea mayor o
igual que 1.000.000 ton/año.
1.3.5. Política Nacional de Educación
Ambiental-Ley 1549 de 2012
Propende por la formación de nuevos ciudada-
nos y ciudadanas, apropiados de una ética frente
a la vida y el ambiente, con responsabilidad en
cada acto que afecte los procesos que determi-
nan la realidad social y natural. Igualmente, pre-
tende la gestión de las habilidades participativas
de manera consciente y crítica en esos proce-
sos, en pro de las relaciones entre la sociedad
y el entorno natural enmarcadas en el desarrollo
sostenible, teniendo en cuenta los aspectos de
biodiversidad y diversidad cultural regional como
pilares de la identidad nacional.
Se plantea la educación ambiental como pro-
piciadora del desarrollo sostenible, mediante las
expresiones multiculturales donde los principios
de tolerancia, valoración, diversidad, descentra-
lización, participación y demás formas en que
los individuos y los colectivos interactúan entre
sí, con los otros y los ecosistemas, favorezcan la
existencia de una mejor calidad de vida humana
y de las especies de flora y fauna del territorio
habitado y de reserva natural.
Finalmente se encuentra la capacidad de
acción, en donde se propone que el organismo
más afectado por sus acciones sobre el ambien-
te es el ser humano; por tanto, es necesario que
aprenda habilidades en participación y acción so-
bre los problemas ambientales de su entorno y
de su comunidad, con el propósito de generar so-
luciones y planes de acción para mitigar proble-
mas ambientales actuales y prevenir los futuros.
1.4. Marco teórico
Ante el dinamismo del delito, en las últimas
décadas se ha estructurado la denominada psi-
cología de la delincuencia, que agrupa cono-
cimientos científicos en torno a los fenómenos
delictivos dinámicos que están ligados a la natu-
raleza del ser humano como un ser cambiante,
de acuerdo con la etapa de la vida en la que se
encuentre, y determina una serie de elementos
predictores que predisponen a la comisión del
delito (Redondo & Pueyo, 2007).
Teniendo en cuenta los constantes cambios
conductuales del ser humano y, por ende, su
expresión delictual, a continuación se relacio-
nan las teorías explicativas de la criminalidad,
que permitirán entender los fenómenos relacio-
nados con la explotación ilícita de yacimientos
mineros en Colombia:
La teoría integradora de la criminalidad es un
valioso aporte al conocimiento, con el propósito
de explicar fenómenos delincuenciales bajo la
óptica de los aportes más importantes de teo-
rías anteriores (Useche, 2011).
Farrington sustentó su teoría con aportes de
las siguientes teorías: la de las subculturas (Co-
hen, 1955), la de la desigualdad de oportunida-
des (Cloward & Ohlin, 1960), la del aprendizaje
social (Bandura, 1962, citado por Norza, Ruiz,
Rodriguez, Useche 2011), la del control o arrai-
go social (Hirschi, 1969, citado por Norza et al.,
2011) y la de la asociación diferencial o de los
contactos diferenciales (Sutherland & Cressey,
1974, citado por Norza et al., 2011).
Useche (2011) afirmó que esta teoría inte-
gradora intenta explicar la criminalidad desde
diversas perspectivas, entendiendo que es el
resultado de la interacción del individuo con su
entorno a nivel social, cultural y ambiental; para
el efecto, a través del uso de metodologías lon-
gitudinales de investigación, mediante estudio
del desarrollo vital de jóvenes, concluye que
se presenta mayor tendencia al delito en las si-
guientes circunstancias:
El individuo perteneciente a una clase econó-
mica desfavorecida, con deseos de cumplir sus
metas, experimenta fracaso en los intentos de
lograr el éxito, situación que se convierte en ele-
mento determinante en la delincuencia (Clorward
& Ohlin, 1960, citado por Vásquez, 2003).
Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 11
 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia
Como respuesta a la frustración, los grupos
pertenecientes a las clases menos favorecidas
implementan medios al margen de la ley para con-
seguir el éxito. Los grupos caracterizados por el
crimen, como derrotero estable e institucionaliza-
do, funcionan como un campo fértil de aprendizaje
en el medioambiente de las personas (Cloward &
Ohlin, 1960, citado por Vásquez, 2003).
Los delincuentes de clase baja forman sub-
culturas delincuentes, con el propósito de mitigar
la frustración e incrementar su valía mediante el
mantenimiento de valores antisociales (Cohen,
1955, citado por Vásquez, 2003).
El maltrato personal recibido, en especial en
la infancia, tiene amplia incidencia en la proba-
bilidad de comisión de delitos (Useche, 2011).
Las variables sociales explican el desarrollo y
transformación de la conducta humana, al igual
que la formación de la personalidad individual.
Lo anterior implica que el entorno social puede
tener incidencia en la conducta desviada de un
individuo, al ejercer influencia para la comisión
de delitos. En este sentido, la conducta crimi-
nal es un proceso sostenido, que se aprende
al estar el individuo expuesto a experiencias y
situaciones que habitualmente desvirtúan la ley
(Cohen, 1955, citado en Vásquez, 2003).
Con respecto al control del delito, se establecen
dos controles: uno social, en razón a la calidad de
los lazos sociales; entre mayor y mejor tejido social,
menor probabilidad de que un miembro cometa
delitos; de otra parte, está la explicación del deli-
to y otras conductas desviadas, sustentada en la
necesidad del individuo de satisfacer sus intereses
por motivación propia, sin considerar la influencia
del entorno, que tiende a evitar costes a largo plazo
(Hirschi, 1969, citado por Vásquez, 2003).
Como complemento a la teoría integradora de
la criminalidad, está la teoría económica explicativa
del delito, fundamentada en el concepto de disua-
sión esbozado por Becker (1968), quien expresa
que la comisión de delitos son decisiones racio-
nales que toman los victimarios. En este sentido,
existe relación inversa entre el aumento de la pro-
babilidad de detección, el incremento de las san-
ciones, versus la cantidad de delitos cometidos.
El citado autor abordó el tema del delito desde
un enfoque económico, al concluir que algunos in-
dividuos se convierten en criminales porque la rela-
ción costo-beneficio esperado es positiva; es decir,
el victimario cometerá un crimen cuando el bene-
12 Observatorio del Delito
ficio que espera sea superior al costo, este último
asociado al hecho de ser capturado con ocasión de
la comisión del mismo; en otras palabras, expresa
que los delincuentes son seres racionales maximi-
zadores, que intentan satisfacer sus objetivos (Bec-
ker, 1968, en Tomassi & Ierulli, 2000).
Igualmente, estableció que la educación for-
mal impacta en forma positiva la seguridad y
convivencia ciudadana, porque la exposición de
un individuo a ilustración en centros educativos
(escuela, colegio), hacia el futuro le representará
mejores retribuciones económicas por la presta-
ción de sus servicios profesionales, sustentado
en la posibilidad de desarrollar mejores trabajos
alternativos, situación que tiene amplia inciden-
cia en la disminución de delitos (Becker, 1968).
También se supone que el individuo no co-
meterá actos criminales simplemente cuando el
beneficio por hacerlo sea positivo, debido que
presenta ciertos valores morales que le impiden
realizar un acto criminal. Cuando el beneficio
esperado supera cierto umbral, se toma la deci-
sión de cometer el crimen (Borraz, 2007).
La disuasión para que el victimario se abstenga
de cometer delitos tiene un componente macroeco-
nómico, porque una nación tiene que evaluar los
costos netos de la comisión de los delitos contra los
costos de prevenirlos y castigarlos (Becker, 1968).
Una teoría para usar en la explicación del
fenómeno de criminalidad asociada con la ex-
plotación de recursos naturales (minería) es la
denominada guerra de recursos, que en esen-
cia establece que hasta antes de la guerra fría,
los grupos rebeldes en el mundo eran financia-
dos por alguna de las grandes potencias, pero
con el fin de esta, algunos grupos tuvieron que
buscar fuentes de financiación para continuar
con su accionar militar y político (Berdal & Keen,
1997, citados por García, 2012).
Un grupo de autores señala que más allá
de las motivaciones de los conflictos armados,
sustentadas en quejas sociales y/o desconten-
tos objetivos, como el odio étnico o religioso, la
represión y exclusión política, o la desigualdad
económica, las verdaderas causas de su lucha
están relacionadas con las agendas económi-
cas de los grupos rebeldes (Keen, 1998; Collier,
2000; Collier, 2001; Ross, 2003a; Collier & Hoe-
ffler, 2004, citados por García, 2012).
La fuente de financiación a través de los re-
cursos ha generado múltiples controversias;
 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia
un grupo de académicos ha llegado a señalar
sobre la “maldición” de los recursos, que ilustra
sobre cómo la dependencia de los recursos na-
turales ha sido el combustible de los conflictos
en diferentes partes del mundo, como resultado
de la debilidad institucional y la vulnerabilidad
de los países a los conflictos armados y diver-
sas formas de violencia (Le Billion, 2009, citado
por García, 2012).
Según Bannon & Collier (2003), y Ross
(2003), citados en García (2012), la dependen-
cia de los países por las exportaciones de pro-
ductos primarios ha generado que las regiones
en las cuales se extraen o cultivan estos se con-
viertan en zonas donde los grupos rebeldes eje-
cutan extorsiones, cobran por protección a los
productores y realizan secuestros.
Un segundo grupo de pensadores manifies-
ta que la abundancia de recursos actúa como
catalizador de la violencia, toda vez que la dis-
ponibilidad de los recursos naturales ofrece in-
centivos para que las organizaciones rebeldes
adopten actitudes hostiles, con amplios intere-
ses económicos sobre los mismos (de Soysa,
2000, citado en García, 2012).
El acceso a los recursos y las dinámicas
geográficas son relevantes para entender su
relación con el desarrollo del conflicto; esto
incluye su localización, distribución, formas
de control y explotación; de manera concreta,
existe relación directa entre la explotación ilí-
cita de yacimientos mineros y la distancia de
centros administrativos y el desarrollo de la cri-
minalidad, de manera tal que a mayor distan-
cia, menor control del Estado y mayor saqueo
por parte de grupos ilegales (Le Billon, 2001).
De otra parte, para consolidar la explicación
de los delitos asociados con la explotación ilí-
cita de yacimientos mineros y otros materiales,
se considerará la teoría de indiferencia social, la
cual toma conceptos de la teoría de la anomia
planteada en 1895 por Emile Durkheim, quien
manifestó que la comisión de crímenes es el re-
sultado de una sociedad carente de regulación
y de normas claras. Teniendo en cuenta, entre
otros, el anterior precepto (Soto, 2005, citado por
Norza et al., 2011) establece que la indiferencia
social es el reflejo o resultado del desprecio, la
falta de preferencia o interés. Es el estado de in-
diferencia del ser humano, quien vive carente de
emociones porque nada le afecta, es decir, no
sufre con el sufrimiento de los demás, ni tampo-
co se alegra por el bienestar de sus congéneres
(Norza et ál., 2011).
La indiferencia social es antagónica con la res-
ponsabilidad civil, y se expresa ante la falta de
perturbación frente a la humanidad ajena, carac-
terizada por la ausencia de reconocimiento de la
persona y del compromiso conciudadano que le
asiste. Las causas de la indiferencia subyacen en
el adormecimiento colectivo y el egoísmo perso-
nal, donde el bienestar individual se superpone al
colectivo, sumado al afán desmedido de sobrepo-
nerse al otro, bajo el concepto de que ellos obs-
taculizan el avance personal (Norza et ál., 2011).
La indiferencia social se constituye en causa y
efecto de diversos fenómenos sociales, como la
desigualdad, el desempleo, la pobreza, la violencia,
el analfabetismo y la impunidad, entre otros, situa-
ciones que han generado apatía ciudadana hacia
la cooperación, solidaridad, altruismo y cohesión
social que deben caracterizar a los ciudadanos.
Las anteriores teorías permitirán entender y ex-
plicar el fenómeno y situaciones conexas relacio-
nadas con la explotación de recursos naturales,
que para esta investigación están relacionadas
con yacimientos mineros.
2. Marco metodológico
La investigación es de tipo mixto, por cuanto
“(…) es un proceso que recolecta, analiza y vincula
datos cuantitativos y cualitativos en un mismo estu-
dio o una serie de investigaciones para responder
a un planteamiento del problema” (Hernández, Fer-
nández & Baptista, 2006). Para el presente estudio
se considerará como enfoque principal el cualitati-
vo, de diseño narrativo-tópico, al cual se le agrega-
rá un componente cuantitativo con uso de técnicas
para análisis de datos de tipo descriptivo.
Su alcance es exploratorio-descriptivo, según
Hernández, Fernández & Baptista (2006), por-
que tiene como objetivo abordar un tema del cual
se tienen dudas, de forma que se pueda obtener
información acerca de fenómenos poco conoci-
dos, para “llevar a cabo una investigación más
completa respecto de un contexto particular”.
La muestra se constituyó con autoridades
de 52 municipios de diez departamentos, en los
cuales se entrevistaron funcionarios de 47 alcal-
días, seis gobernaciones, ocho agremiaciones
Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 13
 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia

mineras, quince corporaciones autónomas re- municipios y departamentos en los cuales se

gionales, 42 unidades de policía y 11 miembros
de la SIJIN, para un total de 129 encuestados
(vid. tabla 1); este tipo de muestra fue no pro-
babilística o dirigida, ya que la elección de los
elementos de la misma no dependieron de la
probabilidad, ni de fórmulas estadísticas, sino
de causas que se relacionan con las caracterís-
ticas de la investigación y la manera como los
investigadores pretenden componer la muestra
(Hernández, Fernández & Baptista, 2010).
El criterio fundamental que se tuvo en cuenta
para la elección de la muestra fueron aquellos
lleva a cabo actividad minera; estos se esco-
gieron con base en el Censo minero del 2010,
realizado por el Ministerio de Minas y Energía
de la República de Colombia (2010) y por la
estadística nacional de operativos realizados
por la Policía Nacional, específicamente por la
Dirección de Carabineros y Seguridad Rural,
y la especial experiencia y conocimiento del
capitán Óscar Medina Carrión y el intendente
José Villa, de la Dirección de Carabineros y
Seguridad Rural.

Tabla 1.
Relación entre departamentos, municipios y número de participantes. Muestra total

Autoridad
Departamento Municipio
Alcalde Gobernador Agremiaciones Car Policía Sijin

Buriticá 1 1
Concepción 1 1
El Bagre 1 1 1
Medellín 2 1 2 2
Antioquia
Remedios 1 1
Segovia 1 1
Tarazá
Zaragoza
Santa Rosa de Viterbo 1 1
Socotá 1 1
Boyacá Tasco 1 1
Tunja 1 1 1 1
Ventaquemada 1 1
Anserma 1 1 1
Caldas Manizales 1 1 1 1
Marmato 1
Buenos Aires 1
Caloto 1 1
El Bordo Estrecho
El Tambo 1
Patía 1 1
Cauca
Popayán 1 1 1
Santander de Quilichao 1 1 1
Suárez 1
Timbiquí 1
Villa Rica 1 1 1
Atrato 1 1
Cértegui 1
Condoto 1 1 1
Chocó Istmina 1 1
Nóvita 1 1 1
Quibdó 1 1 1 1
Tadó 1 1
Garzón 1 1
Neiva 1 1 1 1 1 1
Huila
Pitalito 1 1
Rivera 1 1

14 Observatorio del Delito

 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia

Barbacoas 1
Cumbitara 1
La Llanada 1 1
Nariño Los Andes Sotomayor 1 1
Magüi Payan
Pasto 1 1
Policarpa 1
Bucaramanga 1
Santander California 1 1
Vetas 1 1 1 1
Ataco 1 1 1
Cajamarca 1 1
Tolima Chaparral 1 1
Ibagué 1 1 1 1 1 1
Mariquita 1 1
Buenaventura 1 1
Cali 1 1 1 1
Dagua 1 1
Valle Del Cauca
Guadalajara de Buga 1 1
Palmira 1 1
Tuluá 1 1
Total 129 47 6 8 15 42 11

Quizás una de las preguntas que pueden
surgir al respecto es: ¿Por qué no se tomó como
muestra a la población que trabaja en las minas
y que vive en los municipios escogidos? Fren-
te a este interrogante, es pertinente mencionar
que los investigadores, al encontrarse adscritos
a la Policía Nacional, conscientes de las proble-
máticas de índole social y orden público que se
presentan en las zonas donde hay actividad de
explotación ilícita y lícita de yacimientos mine-
ros, no consideraron pertinente ni viable el acce-
so a la población, por las coyunturas que surgen
entre las comunidades y la institución a raíz de
los operativos realizados tendientes a combatir
esta problemática, así como el riesgo de enfren-
tamiento con los Gaomil que están presentes en
algunas zonas, lo cual se consideró como peli-
groso para la integridad de los investigadores.
A manera de antecedente, se tiene conoci-
miento de ataques contra la fuerza pública cuan-
do algunos de sus integrantes se desplazan a
realizar dichos operativos, más específicamente,
disparos realizados contra los helicópteros dis-
puestos para el transporte del personal que con-
forma estas intervenciones (Policía, Delegados
del Ministerio de Minas y Ambiente, Procuradu-
ría, Fiscalía, etc.); además, el Ministerio de Minas
y Energía de la República de Colombia (2011)
manifestó, en el Censo minero departamental
del año 2011, que al arribo de los encuestado-
res a la población minera se percibió una actitud
de desconfianza al suministrar datos. En algunos
departamentos se detectó un alto riesgo de in-
seguridad, debido a la presencia de Gaomil, lo
cual ponía en riesgo la vida y seguridad de los
encuestadores.
2.1. Instrumentos
Por parte de los investigadores se realizó el
diseño, construcción y validación de seis forma-
tos de entrevistas (una para cada categoría de
participante, a saber: gobernadores, alcaldes,
corporaciones autónomas regionales, estacio-
nes de Policía, SIJIN y agremiaciones mineras),
por medio de las cuales se pretendía indagar
acerca de todo lo relacionado con la explotación
de yacimientos mineros y otros materiales en
los departamentos de Antioquia, Boyacá, Cal-
das, Cauca, Chocó, Huila, Nariño, Santander,
Tolima y Valle del Cauca, el entendimiento que
tienen los encuestados de esta actividad, y de
los conceptos de minería legal, ilegal, informal,
entre otros, así como la caracterización de la ac-
tividad minera en los respectivos territorios, y su
relación con los ejes de seguridad, convivencia
y ambiente. Los instrumentos fueron validados
por jueces expertos en la temática.
El análisis de los datos cuantitativos se realizó
teniendo en cuenta la información suministrada
por el Sistema de Información Estadística, Delin-
cuencial, Contravencional y Operativa (Siedco),
que posee datos de delitos, operativos, contra-
venciones nacionales y penales, incautación de
especies silvestres y/o en peligro de extinción, y
otras conductas delictivas (PNC, 2010); para el

Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 15

 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia
propósito del estudio, es de interés la informa-
ción acerca de los delitos de homicidios, lesiones
personales y extorsión, con sus respectivas mo-
dalidades, en los municipios mineros productores
de oro y de materiales diferentes a oro. De otra
parte, se analizaron los índices de Necesidades
Básicas Insatisfechas (NBI) de los municipios en
estudio, los cuales se compararon entre sí, al
igual que con los indicadores departamentales y
nacionales.
En el siguiente capítulo se presenta el análi-
sis tópico de los árboles de categorías del aná-
lisis cualitativo.
3. Resultados
Las 129 personas participantes, funciona-
rios de alcaldías, gobernaciones, agremiacio-
nes, CAR, Policía y SIJIN, provenientes de diez
departamentos y 52 municipios, a quienes se
les realizó la entrevista, permitieron obtener
información de carácter descriptivo acerca del
conocimiento que tienen de la actividad mine-
ra desarrollada en las respectivas jurisdiccio-
nes, las principales problemáticas derivadas de
la explotación ilícita de yacimientos mineros y
otros materiales, así como de las dificultades
que han encontrado en la ejecución de los me-
canismos estatales para regular dicha actividad.
Los ejes de análisis utilizados para clasificar la
información proveniente de las entrevistas fue-
ron cuatro: convivencia y seguridad ciudadana,
que corrobora y se complementa con un análi-
sis estadístico de criminalidad y de necesidades
básicas insatisfechas; dominio del tema minero
y funciones de las autoridades, y formalización
minera, impacto ambiental, responsabilidad so-
cial empresarial y educación ambiental.
3.1.Convivencia y seguridad ciudadana
De acuerdo con lo expresado por las autori-
dades mineras, los municipios objeto de estudio,
donde se desarrollan actividades de extracción
minera, presentan altos índices de criminalidad
y contravenciones, que afectan negativamente
la convivencia y seguridad ciudadanas. A conti-
nuación se presentan algunas declaraciones que
ilustran la gravedad de la realidad.
16 Observatorio del Delito
Un funcionario de la Alcaldía de Remedios
(Antioquia) manifestó que los problemas de con-
vivencia y seguridad aumentaron cuando las
bandas criminales se vincularon a la minería
ilícita, y generaron desplazamiento, incremento
de los delitos de extorsión, homicidios, hurtos
y lesiones personales. En el mismo sentido, la
minería también ha aumentado el consumo de
bebidas embriagantes y sustancias psicoactivas,
la prostitución, riñas y agresiones.
Según las autoridades, un determinante
para el incremento de las contravenciones y la
criminalidad es el acelerado aumento de pobla-
ción foránea, porque consideran que propician
la delincuencia al ejercer actividades como la
prostitución y el tráfico de estupefacientes, o
beneficiarse de ellas, como se dilucida en el si-
guiente aparte: “está llegando mucha persona
extraña al municipio, mucha persona foránea;
es un cambio de cultura”… “ya lo normal es el
fin de semana la tomada, pero ya de que se pa-
sen a delictivos, no” (funcionario de la Alcaldía
de Vetas); “aquí lo que se presentan más que
todo son riñas” (funcionario de la Estación de
Policía de Vetas).
(…) la primerita que vino se llamaba Com-
pañía Minera de Caldas, originaria de Colom-
bia en el 2006… paralelo al incremento del
precio del oro, hubo migración de población
de más de 30 municipios de Colombia, inclu-
yendo gente de Chocó, de la Costa, de Cór-
doba. Empezó la migración de personas de
toda clase, vino gente desplazada en busca
de mejores oportunidades, (…) Entonces al
llegar gente y no encontrar dónde quedar-
se, invaden todo eso, ¿qué paso ahí?, pues
primero acá en Marmato eso ya es un tema
social, pues el tema de ser foráneo no es
muy relevante, porque aquí todo el mundo
se conocía, y al incrementarse la cantidad de
personas que migran de otras regiones se in-
crementaron los robos, la drogadicción, que
en estos momentos ostenta altos índices; el
tema de la prostitución siempre ha estado,
pues pueblo minero que se respete la tiene.
(…) (funcionario de la Alcaldía de Marmato).
El departamento de Cauca conserva la misma
tendencia de la mayoría de departamentos mine-
ros en cuanto a situaciones de contravenciones
y criminalidad:
 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia
Antes de que empezara: había mucho ho-
micidio, hace como tres años mataron como
a diez, posteriormente continuó el homicidio y
lesiones personales en menores cantidades,
pero se incrementó el hurto, secuestro y riñas
en disputa por oro, con intento de homicidio
(funcionario de la Estación de Suárez).
Uno de los factores precipitantes de la crimi-
nalidad es el accionar delictivo de grupos arma-
dos al margen de la ley, que obtienen recursos
financieros derivados del desarrollo directo o in-
directo de actividades mineras, como lo ilustran
las siguientes declaraciones, en las cuales la ex-
torsión es uno de los tópicos mencionados con
mayor recurrencia:
(…) estos problemas los tenemos en la
zona oriental de la ciudad, que para nadie es
un secreto que la zona oriental del municipio
tiene problemas de orden público; nosotros
aquí tenemos los grupos armados, donde de
alguna manera parece que, esto no lo pode-
mos asegurar, pero hace parte de las inves-
tigaciones, y es que ellos de alguna manera
protegen a estas personas que trabajan en
minería ilícita; estamos hablando del sector de
Cueva Loca, donde más problemas hemos te-
nido, y ellos hacen explotación con cianuro y
mercurio. (…) Entonces dificultades, te lo digo,
que son de orden público, que tenemos aquí
en la zona rural, en la zona alta a la altura de
(…) para poder hacer una buena intervención
allá (funcionario de la Alcaldía de Buga).
En la siguiente declaración, de un funcionario
de la Alcaldía de Buenaventura, se hace referen-
cia a la disputa entre dos grupos delincuenciales
y a la explotación de recursos mineros por parte
de uno de estos.
(…) Se desconoce, escuchamos que al pa-
recer miembros de la mal llamada banda de-
lincuencial la Empresa estuvieron en el sector
y al parecer ahora andan en disputa con los
urabeños, la comunidad es muy callada, ellos
saben quiénes están sacando el oro, pero es
difícil que ellos den información (funcionario de
la Alcaldía de Buenaventura).
Un funcionario de la Policía de Quibdó expre-
sa cómo grupos delincuenciales se benefician de
la actividad minera ilícita por medio de extorsio-
nes a los mineros:
(…) grupos ilícitos, ellos al ejercer esa in-
jerencia delictiva a través de la extorsión y la
amenaza a esas personas prácticamente pro-
mueven que la explotación se siga dando. Si
una persona que está dedicada a la explota-
ción minera formal o no formal está siendo pre-
sionada en su lugar de trabajo para dar pagos
obligados de dinero, pues él te obliga a seguir
trabajando y explotando más, porque necesita
compensar esa pérdida, y por lo general las
personas que han iniciado o están en ese
trabajo son personas que viven con muchos
compromisos económicos. Decir que llegue
una persona con cierta cantidad de dinero
para fundar aquí una empresa minera, eso no
lo ve uno, son personas que han ido crecien-
do a través del tiempo, y pues al ir creciendo
son personas que se endeudan, adquieren
compromisos, adquieren sociedades y siem-
pre van a tener la necesidad de producir. Lo
principal, ya para ratificar la respuesta, es se-
guir atacando los grupos ilegales, particular-
mente aquellos encargados de la extorsión,
porque son los que afectan considerablemen-
te la sociedad (…) (funcionario de la Policía
de Quibdó).
Similar a la declaración anterior, funcionarios
de la Policía del Atrato y Condoto indican cómo
la extorsión es el mecanismo por medio del cual
los Gaomil financian su accionar:
(…) Podemos ponerlo desde el punto de
vista de que la parte de inseguridad, y eso a
nivel municipal, no es debido a que no pre-
sentamos muchos hechos delictivos ni delin-
cuenciales, aquí en el municipio no es que
afecte en un cien por ciento esta explotación
de estos materiales (…) Los propietarios de
estas minas y demás siempre están propen-
sos a que los grupos delictivos y al margen de
la ley estén encima de ellos, con el fin de ob-
tener recursos que les permitan costear sus
necesidades; por lo tanto, no afectan directa-
mente la convivencia y seguridad ciudadana
del municipio. Por el contrario, los propieta-
rios de estas minas son víctimas de grupos
al margen de la ley, que financian su accionar
delictivo mediante la extorsión y demás (…)
(funcionario de la Policía de Atrato).
(…) con los mineros del corregimiento de
Taguato, la problemática de la minería es gran-
de, porque el ELN tiene bastante injerencia, y
es este grupo el que está aprovechando toda
esa situación, allá se les facilita su accionar,
Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 17
 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia
las extorsiones, porque allá no hay control de
las autoridades, no hay control de nada (…)
(funcionario de la SIJIN Condoto).
Igualmente, autoridades del departamento de
Nariño evidencian presencia de grupos armados
al margen de la ley, que impide a las autoridades
mineras ejercer control de actividades de minería
ilícita (CAR Nariño). Según versión de funciona-
rios de la Policía del departamento y del Escua-
drón Móvil de Carabineros (EMCAR), la minería
ilícita estaría contribuyendo a financiar las activi-
dades terroristas de los citados grupos, mediante
la comisión del delito de extorsión o por recepta-
ción directa de las utilidades generadas por este
tipo de minería.
Situación parecida se está comenzando a vi-
vir en municipios donde el desarrollo de la mine-
ría está en crecimiento: “Vetas es un corredor de
hace mucho tiempo, de los grupos al margen de
la ley, donde son gente que camina de noche”
(…) “dicen que la gente se está viendo afectada
otra vez por la guerrilla, yo no he visto, pero de
que dicen, dicen” (…) “no sé cómo se pueda vol-
ver a entonar una violencia que se salga de las
manos y terminemos dañándonos entre nosotros
mismos, y esta gente entre y aproveche la situa-
ción” (funcionario de la UMATA Santander).
Un funcionario de la Alcaldía de Remedios y
de la Asamblea de Mineros de Antioquia comentó
que las organizaciones al margen de la ley extor-
sionan a mineros legales y a quienes desarrollan
la actividad minera en forma ilícita, a pesar del
control ejercido por la Policía Nacional.
El departamento de Cauca presenta la conniven-
cia de las Farc y las bandas criminales, las cuales ge-
neran afirmaciones como la siguiente: “ellos tienen
que pagarle a la guerrilla para que los dejen trabajar”
(funcionario de la Policía de El Bordo Estrecho):
(…) entre el frente 29 de las Farc y cuando
hubo hacia ese sector una estructura armada
de las Bacrim, de los Rastrojos, creo que ahí
quedó gente intermedia en eso, porque eso
siempre va a ocurrir, cuando hay el control de
un grupo armado y llega otro, pues la gente,
los civiles que están intermedio muy segura-
mente van a llevar también del bulto, y eso
pasó mientras estuvo el conflicto allá, porque
esas minas le están generando aproximada-
mente ($ 40.000.000) cuarenta millones de pe-
sos mensuales al frente 29 (…) (funcionario de
la Policía Nacional de Popayán).
18 Observatorio del Delito
“Usted llegaba, había gente con fusil, y uno sa-
bía que no era la Policía ni el Ejército, era gente ar-
mada ilícita” (funcionario de la Alcaldía de Caloto).
“Más que todo en el sector rural están las
Farc” (funcionario de la Alcaldía de Patía).
“Nosotros soportamos en el año pasado en
Timbiquí 23 hostigamientos, como los denomi-
nan las autoridades militares, y que todos se ge-
neraron causados por esa situación” (funcionario
de la Alcaldía de Timbiquí).
(…) Claro que sí, y más en nuestro depar-
tamento, que está azotado por la mayoría de
los grupos al margen de la ley, y específica-
mente el grupo que maneja el terrorismo en
Colombia, como es las Fuerzas Armadas Re-
volucionarias de Colombia, Farc, serían los
grupos que se auspiciarían de manera (…)
digámoslo, solicitarían vacunas a las perso-
nas que se dedican a la explotación ilícita
de yacimientos mineros, pues para poder
estas trabajar tendrían que pagar una cuota
a estos grupos y así poder hacerlo libremen-
te, porque de lo contrario no les permitirían
realizar sus trabajos (…) (funcionario de la
SIJIN Cauca).
(…) Entonces son cosas que en el país yo
creo que esto, y como esta fórmula es tan fácil
de obtener recursos, ¿y usted sabe quiénes
son los que tienen recursos?, los poderosos,
sí, pero también los que están en la lucha ar-
mada y en las cosas ilícitas de este país, ¡claro!
(...) Las AUC, los subversivos, claro, porque es
una manera más, que se van a poner a sem-
brar coca (…) hagámosle, echemos cianuro y
saquemos, es una manera más fácil de fortale-
cer sus arcas, entonces eso es supremamente
delicado, y eso se crece y se crece y va a traer
problemas a futuro muy graves (…) (funcio-
nario de la Secretaría de Medio Ambiente de
Santander de Quilichao).
Algunos municipios mineros productores de
materiales diferentes a oro presentan problemá-
tica social, como lo demuestra el siguiente relato:
(…) alto consumo de bebidas embriagan-
tes, superior a alucinógenas, tráfico de armas
ilícitas. También se presenta problemática
social con las niñas de la región, que en su
mayoría son de campo quienes inicialmente
viven con sus familias, posteriormente llega
el minero, quien las enamora y se las lleva,
tienen hijos menores de edad y presentan
 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia
problemas de violencia intrafamiliar,… (fun-
cionario de la Alcaldía de Ventaquemada).
En el Valle del Cauca, algunas autoridades
tienen la concepción de que el desarrollo de
actividades mineras per se es generador de
delincuencia, en razón a que las citadas labo-
res han favorecido la conformación de grupos
delincuenciales especializados en el aprove-
chamiento ilícito de las actividades mineras.
En Vetas (Santander) se presenta el hurto de oro
en las minas, cometido por empleados de las mismas:
aquí delinquen los famosos galafardos, quie-
nes se dedican al hurto de minerales dentro de
estas minas… ellos llegan y abren hueco, se me-
ten en unas minas, son casi siempre los mismos
que trabajan allá o trabajaron acá y saben dónde
están las vetas… entonces van allá, extraen el
mineral (funcionario de la Policía de Vetas).
Algunas autoridades consideran que la minería
genera problemas sociales que trascienden la fami-
lia y el bienestar general: “descomposición social,
(…) la gente que explota, hace su plata y hay mu-
cho más consumo de licor y por ende más proble-
mas sociales” (funcionario de la Alcaldía de Patía).
(…) duramos casi tres meses tratando de
solucionar un conflicto minero-social causado
por cuatrocientas o quinientas personas, quie-
nes bloquearon las vías y no dejaron subir a
las autoridades al alto, donde quemaron unas
minas y carros, bloqueando las vías (…) y es
que la minería que se lleva a cabo cuenta con
licencia ambiental de más de veinte años de
antigüedad, con el respectivo título minero,
Gráfica 1.
Comparativo tasa de homicidios nacional y municipal mineros, 2005-2013.
Tasa por cada 100.000 habitantes
MUNICIPIOS MINEROS DIFERENTE A ORO
90 83
77
80 74
67
70
60
50
40
40 37 35 33
30
31
20 16 28 27
10
0
2005 2006 2007 2008
situación ante la cual uno queda cruzado de
brazos, porque por un lado la sociedad le dice
sáquelos porque nos van a dejar sin agua, de-
teriorando el municipio, pero por otro lado hay
una reglamentación que dice que ellos están
cumpliendo con las normas y aún no se ha so-
lucionado hasta el momento (…) (funcionario
de la Secretaría de Gobierno de Socotá).
Con el propósito de corroborar el anterior pa-
norama de convivencia y seguridad ciudadana,
se realizó el análisis relacionado a continuación,
sustentado en las estadísticas generadas por el
Sistema de Información Estadística, Delincuen-
cial, Contravencional y Operativa (Siedco), a
fecha 23 de octubre del 2014, tomando anuali-
dades comprendidas entre el 2005 y el 2013. Es
pertinente precisar que las estadísticas se tra-
bajaron por cada 100.000 habitantes, tomando
como base el censo poblacional del DANE del
2005. Los municipios analizados se diferencia-
ron como productores de oro y municipios mine-
ros productores de materiales diferentes a oro.
3.1.1. Homicidios
El homicidio en los municipios mineros produc-
tores de oro, para el período comprendido entre el
2005 y el 2013, presentó tasas promedio superio-
res (68 por cada 100.000 habitantes) a la nacional
(35 por cada 100.000 habitantes), es decir, el por-
centaje promedio de homicidios en los municipios
mineros fue superior al 95 %, con respecto a la
tasa promedio nacional (vid. gráfica 1).
MUNICIPIOS MINEROS ORO NACIONAL
79
61
56 57 58
34 34 34
32 31
24
28 16
14 13
2009 2010 2011 2012 2013
Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 19
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3.1.1.1. Homicidios municipios 2012, presentó una puntuación típica de 3,3,

mineros productores de oro
Respecto al homicidio en municipios productores
de oro, es importante señalar que la mayoría tuvie-
ron una puntuación típica1 normal, es decir, se en-
contraban entre ± 1; sin embargo, la mayoría de los
municipios de los departamentos de Valle del Cauca,
Nariño, Cauca y Antioquia presentaron puntuación
típica por encima de la media, o sea, contribuyeron
para que el grupo de municipios mineros producto-
res de oro registraran altas tasas de homicidio para
el período 2005-2013 (vid. gráfica 2).
correspondiente a una tasa de 388 homicidios
(150 casos), y para el año 2013 presentó una
puntuación típica de 3,2 equivalente a una tasa
de 184 homicidios (72 casos) (vid. gráfica 2).
Gráfica 2.
Puntuación típica homicidios en municipios
mineros productores de oro, 2005 a 2013
Tuluá
Palmira

VALLE
Guadalajara de Buga
La mayoría de municipios del departamento Dagua
del Cauca presentan puntuación típica positiva; M
U
Buenaventura
sobresale el municipio de Caloto en los años N
I Mariquita
2009 y 2011, con puntuaciones típicas de 4,5 y C
I
3,7, correspondientes a tasas de 120 (21 casos)
Chaparral

TOLIMA
P

y 177 (31 casos) por cada 100.000 habitantes,

I Cajamarca
O

al igual que el municipio de Patía, que entre los S Ataco

SANTANDER

años 2005 y 2009 presentó puntuación típica M

I
Vetas

superior a 1 (vid. gráfica 2). N

California

El municipio de Barbacoas (Nariño), entre los

E
Los Andes
R

años 2005 y 2010, presentó puntuaciones típicas O La Llanada

NARIÑO

S
crecientes superiores a 1, hasta alcanzar el valor P
Cumbitara

de 3 en el 2010; igual tendencia tiene el municipio R Barbacoas

O
de Cumbitara (Nariño) entre los años 2005 y 2007. D Rivera
HUILA

AÑO
En el departamento del Valle sobresale el muni- U
C Pitalito 2013

cipio de Tuluá, con puntuaciones típicas positivas T

O
Tadó 2012

durante todos los años analizados (vid. gráfica 2).

2011
R
Nóvita 2010
E
Los municipios de Remedios y Segovia S Istmina 2009
CHOCÓ

(Antioquia), en los años 2012 y 2013, tuvieron D Condoto

2008
2007
puntuaciones atípicas sobresalientes, es decir, E
Cértegui 2006

registraron altas tasas de homicidios, en parte O

R Atrato
2005

debido a lo argumentado por las autoridades, O

Timbiquí
quienes manifestaron la incursión de los Gao- Suárez
mil en actividades de minería ilícita extractiva de Santander de Quilichao
oro, con las consecuentes repercusiones en or-
CAUCA

Patía
den público y en las tasas de homicidio (vid. grá-
El Tambo
fica 2). El municipio de Remedios (Antioquia), en
el año 2012, registró una puntuación típica de
Caloto

4,4, equivalente a una tasa de 486 homicidios Buenos Aires

por cada 100.000 habitantes (132 casos), y para Marmato

CALDAS

el 2013 reportó una puntuación típica de 2,1, Anserma

correspondiente a una tasa de 140 homicidios, Segovia

equivalente a 39 casos; en el mismo sentido el Remedios

ANTIOQUIA

municipio de Segovia (Antioquia), para el año El Bagre

Concepción

Buriticá
1. T = Puntaje típico o estándar, T = (xi-x ̅)/S Donde: Xi corres-
ponde al valor que adopta cada delito por año; x ̅ equivale a la -2,0 -1,0 0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0

media aritmética de delito por año; S es la desviación típica. Puntuación Típica Homicidios

20 Observatorio del Delito

 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia

3.1.1.2. Homicidios en municipios mineros cá y Huila se considera normal, por cuanto su

productores de materiales diferentes a oro puntuación típica estuvo entre ± 1, a excepción
de Socotá (Boyacá), que en el 2006 presentó
Como lo corrobora la gráfica 3, el homicidio una puntuación atípica de 1,25, con una tasa de
en municipios mineros productores de materiales 70 homicidios por cada 100.000 habitantes (7
diferentes a oro presenta tendencia generalizada casos); el municipio de Villa Rica (Cauca) pre-
por debajo de la tasa nacional de homicidios. sentó en la mayoría de años puntuación atípica
El comportamiento del delito de homicidio en entre 1 y 2 (vid. gráfica 3).
los municipios de los departamentos de Boya-

Gráfica 3.
Puntuación típica de homicidios en municipios mineros productores
de materiales diferentes a oro, 2005 a 2013
2,50

P 2,00
U
N
T
U
A 1,50
C
I AÑO
Ó
2005
N 1,00
2006
T 2007
Í
2008
P
0,50
I 2009
C
2010
A
2011
H 0,00 2012
Santa Rosa de Viterbo

Ventaquemada

Villa Rica

Garzón
Socotá

Tasco

O
M
2013
I
C -0,50
I
D
I
O
-1,00
S BOYACÁ CAUCA HUILA

-1,50
MUNICIPIOS MINEROS PRODUCTORES DE MATERIALES DIFERENTES A ORO

3.1.1.3. Homicidio por modalidad en 3.1.1.4. Homicidio por modalidad en

municipios mineros productores de oro
En cuanto a la modalidad de homicidio, el sica-
riato presentó el mayor promedio de casos (456),
equivalente a 38.2 % del total de modalidades,
evidenciándose un incremento alto y sostenido
desde el año 2009, que alcanzó niveles de 63
y 57 % en los años 2011 y 2012 (vid. gráfica 4).
De otra parte, la modalidad de agresión apor-
tó un promedio de 28.7 % (343 casos), riña 16.1
% (192 casos) (vid. gráfica 4).
municipios productores de materiales
diferentes a oro
La modalidad de homicidio más frecuente
presentada en municipios mineros productores
de materiales diferentes al oro fue la riña, con
promedio anual de 11 casos, equivalente a un
43,2 % del total de modalidades, con un incre-
mento alto y sostenido desde el año 2009, que
alcanzó niveles de 32 y 38 % en los años 2012
y 2013 (vid. gráfica 5).
La modalidad de agresión aportó un prome-
dio anual de 28,7 % (6 casos) y sicariato y 6,2 %
(3 casos) (vid. gráfica 5).

Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 21

 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia

Gráfica 4. Gráfica 5.
Homicidios por modalidad, municipios mine- Homicidios por modalidad, municipios
ros productores de oro, 2005 a 2013 mineros diferentes a oro, 2005 a 2013

10,70% 7,90%
28,70% 5,30% 43,20% Modalidad
Modalidad 23,30%
Riña
Agresión
6,20% Atacados Por Gaomil Sicariato

Riña Otros
Sicariato
Agresión
Otros
38,20% Atacados Por
Subversión
16,50% 11,50% Atraco
8,80%

3.1.2. Lesiones personales

Las tasas de lesiones personales en los mu- Las tasas de lesiones personales en mu-
nicipios mineros estudiados revelan un compor- nicipios mineros productores de materiales
tamiento elevado, sostenido y homogéneo, que diferentes a oro, en la mayoría de años, son
supera ampliamente, en la mayoría de años, las superiores a las tasas de municipios mineros
tasas nacionales (vid. gráfica 6). productores de oro.
Gráfica 6.
Comparativo tasa de lesiones personales nacional y municipal mineros, 2005-2013. Tasa
por cada 100.000 habitantes

NACIONAL MUNICIPIOS MINEROS DIFERENTE A ORO MUNICIPIOS MINEROS ORO

250

215 216 216

208 208
196 195
200 212
204
165
147 172
150 139 170
131
122
101 102 132
120
100 81 114
81
100
70
79
69
50

0
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013

3.1.2.1. Lesiones personales

municipios mineros productores de oro

Con respecto a lesiones personales, el depar-
tamento del Valle del Cauca presentó puntuación
atípica por encima de la media; se considera anor-
mal, por cuanto están dentro del rango entre 1 y 3
(vid. gráfica 7).
En el mismo sentido, Pitalito y Rivera (Huila),
Vetas y California (Santander) y Anserma (Caldas)
presentaron puntuación atípica positiva en la ma-
yoría de los años estudiados (vid. gráfica 7).

22 Observatorio del Delito

 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia

Lo anterior significa que los municipios cita- Gráfica 7.

dos contribuyeron altamente para que las tasas Puntuación típica lesiones personales,
de lesiones personales sean superiores en los municipios mineros productores de oro,
años estudiados, con respecto a la tasa nacio- 2005 a 2013
nal (vid. gráfica 7).
Los municipios de los departamentos de Toli- Tuluá
ma, Nariño, Chocó y Antioquia ostentaron pun-
Palmira
tuaciones típicas normales negativas, es decir,

VALLE
estuvieron por debajo de la media de la totali- Guadalajara de Buga

dad de municipios mineros productores de oro Dagua

estudiados. En el mismo sentido se compor- Buenaventura

taron Suárez, Patía, El Tambo y Buenos Aires Mariquita

(Cauca) (vid. gráfica 7). Chaparral

TOLIMA
3.1.2.2. Lesiones personales
Cajamarca

municipios mineros productores

Ataco

SANTANDER
de materiales diferentes a oro
Vetas

M California
U

El delito de lesiones personales en munici- N

I
Los Andes

pios productores de materiales diferentes a oro C NARIÑO La Llanada

I
presentó, entre los años 2007 y 2011, una ten- P Cumbitara

dencia anual superior a la tasa por año, para I

O Barbacoas
caer levemente en el 2012 y estabilizarse en el S
Rivera
2013, con respecto al 2011 (vid. gráfica 8).
HUILA

M AÑO
I
El delito presentó valores superiores en los
Pitalito 2013
N
2012
municipios productores de materiales diferentes E
R
Tadó
2011

a oro durante los años 2005, 2007-2011 y 2013, O

S
Nóvita 2010

con respecto a los municipios productores de Istmina

2009
CHOCÓ

P 2008
oro (vid. gráfica 8). R
Condoto 2007
Villa Rica (Cauca) presentó puntuación típica
O
D 2006
Cértegui
negativa en lesiones personales, que redunda U
C
2005

en beneficio de la seguridad ciudadana del cita- T

O
Atrato

do municipio (vid. gráfica 8). R Timbiquí

Santa Rosa de Viterbo (Boyacá) presentó

E
S Suárez

equilibrio en las puntuaciones típicas por año; D Santander de Quilichao

Socotá (Boyacá) mostró un movimiento cícli- E

CAUCA

Patía
co, comenzando con declive, continuando con O
El Tambo
cima, para volver a declive nuevamente (vid.
R
O

gráfica 8). Caloto

Por el contrario, Tasco (Boyacá) presentó Buenos Aires

en su mayoría puntuaciones positivas, algunas Marmato

CALDAS

de ellas superiores a 1; es así como en los tres Anserma

últimos años mostró una tendencia creciente. Segovia

Ventaquemada (Boyacá) inicialmente reflejó
puntuaciones negativas, para pasar a puntua-
Remedios
ANTIOQUIA

ciones atípicas en los años 2011 y 2013 (vid. El Bagre

gráfica 8). Concepción

Buriticá

-1,5 -1,0 -0,5 0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5 3,0 3,5 4,0

Puntuación Típica Lesiones Personales

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Gráfica 8. 3.1.2.4. Lesiones personales por modalidad,

Puntuación típica lesiones personales municipios mineros productores de oro
en municipios mineros productores de
materiales diferentes a oro, 2005 a 2013 La modalidad que presentó mayor frecuen-
2,50
cia promedio durante los nueve años fue la riña,
con 1,484 casos (55,69 %), con topes máximos
en el 2012 (80 %) y el 2013 (87 %), seguida de
2,00

P
u
n
1,50

AÑO
la modalidad de agresión, con 613 casos (23,01
t
u
a
1,00 2005
2006
%) y otros con 14,57 %. (vid. gráfica 10).
c 2007
0,50
i 2008

Gráfica 10.
ó
2009
n
0,00 2010
Tasco

Villa Rica
Socotá

Garzón
Ventaquemada
Santa Rosa de Viterbo

Lesiones personales por modalidad,

T 2011
í 2012
-0,50
p

municipios mineros productores de oro,

2013
i
c
a -1,00
BOYACÁ CAUCA HUILA
2005 a 2013
-1,50
Municipios productores de Materiales diferentes a oro

-2,00 14,57%
23,01%

Garzón (Huila) registró puntuaciones típicas po- 6,74%

sitivas, de las cuales los años 2009 y 2010 se consi-
Modalidad
deran atípicas, para finalmente, en el 2012 y el 2013,
mostrar puntuación típica normal (vid. gráfica 8). Agresión
No Reportada
Riña
3.1.2.3. Lesiones personales 55,69%
Otros

por modalidad, municipios mineros

3.1.3. Extorsión
productores de materiales diferentes a oro
El delito de extorsión en municipios mineros,
La modalidad de lesiones personales que pre- entre los años 2005 y 2010, presentó distribu-
sentó mayor frecuencia promedio para los nueve ción normal, a excepción del año 2007, que du-
años estudiados fue la riña, con 130 casos (56,66 plicó la tasa nacional; en el lapso 2011 a 2013
%), seguida de agresión, con 84 casos (36,61 %) se presentan algunos incrementos; en el año
y otros con 6,73 % (vid. gráfica 9). 2012 se superó en un caso la tasa nacional, y
en el 2013 hubo cinco casos de más en munici-
Gráfica 9. pios mineros productores de oro, con respecto
Lesiones personales por modalidad, a la tasa nacional (vid. Gráfica 11).
municipios mineros productores de
materiales diferentes a oro, 2005 a 2013. Gráfica 11.
Comparativo tasa de extorsión nacional y
municipal mineros. 2005 a 2013.
6,70%
36,60%
Tasa por cada 100.000 habitantes

NACIONAL MUNICIPIOS MINEROS DIFERENTES A ORO MUNICIPIOS MINEROS ORO

16 15

14
Modalidad
12
10
10
Agresión
8 9
Riña 6 6
6 5
5
Otros 4 4
4 4 3 3 3 3 5
56,70% 3 3 4 4 4
2 2 3 3 3
2 2
0
0
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013

24 Observatorio del Delito

 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia

3.1.3.1. Extorsión por modalidad (22 %, equivalente a 14) y de directa (7 %, co-

Para los nueve años analizados, la llamada
a celular (53 %, correspondiente a 47 casos
anuales en promedio) es la modalidad de ex-
torsión más frecuente, seguida de no reporta
rrespondiente a 12). En los cuatro últimos años
la distribución promedio por modalidad de ex-
torsión es la siguiente: llamada a celular, 59 %
(79 casos), seguida de directa, 21 % (34 ca-
sos) (vid. tabla 2).

Tabla 2.
Porcentajes de extorsión por modalidad, municipios mineros, 2005 a 2013

2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
MODALIDAD
% % % % % % % % % % %
Boleteo 0% 0% 17% 7% 5% 2% 0% 0% 0% 0% 0%
Carcelaria 0% 0% 0% 0% 0% 0% 0% 2% 5% 0% 0%
Carta extorsiva 0% 0% 0% 7% 2% 0% 4% 2% 1% 4% 3%
Directa 0% 0% 0% 0% 0% 0% 0% 17% 11% 27% 27%
Intimidación
0% 0% 7% 7% 12% 42% 2% 0% 0% 0% 0%
Física
Llamada a
0% 0% 46% 74% 80% 56% 94% 68% 68% 53% 48%
celular
Llamada a fijo 0% 0% 0% 0% 0% 0% 0% 8% 5% 2% 5%
Mensaje de
0% 0% 0% 0% 0% 0% 0% 0% 0% 2% 4%
texto
Mixta 0% 0% 0% 0% 0% 0% 0% 2% 9% 11% 11%
No reporta 100% 100% 31% 5% 0% 0% 0% 3% 0% 0% 0%
Por internet 0% 0% 0% 0% 0% 0% 0% 0% 0% 0% 1%
Terrorismo 0% 0% 0% 0% 1% 0% 0% 0% 1% 0% 0%
TOTAL 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%

3.1.3.2. Extorsión municipios mineros 3.1.3.3. Extorsión municipios mineros

productores de oro productores de materiales diferentes
a oro
La mayoría de municipios mineros produc-
tores de oro presentan distribución uniforme de
la medida de puntuación típica (entre ± 1). Se
presentan años atípicos en los municipios de
Mariquita (Tolima) (año 2007, puntuación típica
4,9), Concepción (Antioquia) (año 2010, pun-
tuación típica 4,5) e Istmina (años 2008 y 2009,
puntuación típica 3,8 y 3,3). De otra parte, lla-
ma la atención que las tasas de extorsión del
municipio de Pitalito (Huila) se encuentran por
encima de la media, donde la mayoría presen-
tan puntuaciones anormales (por encima de 1)
(vid. gráfica 12).
El delito de extorsión en la mayoría de mu-
nicipios mineros productores de materiales di-
ferentes a oro presenta puntuación típica nor-
mal (entre ± 1), salvo excepciones, como la del
municipio de Socotá (Boyacá), que durante los
años 2009-2012 observó puntuaciones típicas
por encima de 1, al igual que el municipio de
Garzón (Huila), que en los años 2005, 2006 y
2013 tenía puntuaciones superiores a 2 (vid.
gráfica 13).

Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 25

 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia

Gráfica 12. Por último, es preciso concluir que la muestra

Puntuación típica lesiones personales, de municipios mineros estudiados se caracteri-
por modalidad, municipios mineros za por presentar en su mayoría tasas de extor-
productores de oro, 2005 a 2013 sión iguales o ligeramente superiores a la tasa
nacional. Dentro de la muestra se conserva la
misma tendencia, salvo contadas excepciones
Tuluá
en años y municipios.
A continuación se presenta el análisis de lo
VALLE DEL CAUCA

Palmira

Guadalajara de Buga manifestado por las autoridades mineras, que

Dagua
dan cuenta del nivel de conocimiento de la le-
Buenaventura
gislación minera, que les permite ejercer control
y seguimiento en las diferentes actividades del
ramo a nivel local y regional.
Mariquita

M Chaparral
TOLIMA

U
N
I
Cajamarca
3.2. Legislación minera
C Ataco
I

3.2.1. Conocimiento e interpretación

SANTANDER

P Vetas
I
O
S
California
de la normatividad minera
Los Andes
M
I La Llanada Las autoridades municipales, departamenta-
NARIÑO

N
E Cumbitara
2013 les y regionales interpretan en forma diversa, y
en ocasiones contradictoria, la normatividad re-
2012
R
O Barbacoas 2011
S 2010 lacionada con los tipos de minería que se desa-
Rivera 2009 rrollan en sus jurisdicciones.
HUILA

P
2008
R
O
Pitalito
2007
Los entes de control de Boyacá tienen con-
D Tadó 2006 fusión con respecto a las definiciones de mine-
U
C Nóvita
2005
ría tradicional, legal e ilícita, al igual que de los
T
O Istmina
requisitos que exigen las autoridades para que
CHOCÓ

R los mineros puedan ejercer legalmente la activi-

E Condoto
S dad minera; a esto se suman las falencias que,
D
Cértegui
según las autoridades, tiene el Código de mi-
E Atrato
nas, fundamentado en que la norma no es cla-
O Timbiquí ra ni permite a las autoridades involucradas la
correcta ejecución de las responsabilidades de
R
O Suárez

Santander de Quilichao
regulación de la actividad minera:
CAUCA

(…) primero que todo, el Código de minas es

Patía
ambiental y tiene un resto de falencias, en las cua-
Caloto
les le dan las facultades a la administración para
Buenos Aires
ejercer unas actividades, pero al mismo tiempo
Marmato se queda cojo en otras actuaciones; entonces,
CALDAS

Anserma alguien diseña un plan de trabajo y obras que

Segovia
están legalmente constituidas y aprobadas por la
Agencia Nacional de Minería o por Ingeominas, o
Remedios
por quien lo diseñó y aprobó en su momento, pero
ANTIOQUIA

El Bagre
eso queda en el papel; entonces, cuando se va
Concepción
hacer la verificación no cumple, entonces el malo
Buriticá es el funcionario de la Alcaldía, el malo es usted
-1,0 0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 que se está viniendo aquí a afectarme, a decirme
PUNTUACIÓN TIPICA
qué tengo que hacer en el cumplimiento (Secreta-
ría de Gobierno de Socotá).

26 Observatorio del Delito

 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia

Gráfica 13.
Puntuación típica lesiones personales, por modalidad, municipios mineros productores
de materiales diferentes a oro, 2005 a 2013

2,5

2,0
P
U
N AÑO
T 1,5 2005
U
2006
A
C 1,0 2007
I 2008
Ó
2009
N
0,5 2010
T 2011
Í 2012
P 0,0
2013
I
Socotá

Tasco

Villa Rica

Garzón
Ventaquemada
Santa Rosa de Viterbo

C
A
-0,5

-1,0
BOYACÁ CAUCA HUILA

Problemática similar se presenta con algunas
autoridades del departamento de Cauca, quienes
no tienen clara la normatividad minera:
“La ilícita es a cielo abierto, o sea lavar tierra,
como dicen” (funcionario de la Alcaldía de El Tambo).
Autoridades de algunos municipios de Cau-
ca y Santander denotan el conocimiento sobre
la norma, en especial en lo relacionado con la
apertura y mantenimiento de una mina legal, el
cual incluye categorías, como permisos, título
minero, licencia ambiental y plan de manejo am-
biental, generados por el Ministerio de Minas y
Energía y autoridades ambientales, como se evi-
dencia a continuación: “aquel proceso de extrac-
ción de minerales, cualquiera sea su naturaleza,
que cuente con absolutamente todos los permi-
sos establecidos por el Gobierno Nacional, por la
CRC, por las corporaciones regionales” (Alcaldía
de Santander de Quilichao).
3.2.2. Funciones de las autoridades
3.2.2.1. Carencia de fuerza pública
especializada en minería
En el Valle del Cauca, aunque se han realiza-
do jornadas de formalización, los esfuerzos ins-
titucionales han estado enfocados a combatir la
minería ilícita. Las autoridades argumentan que
el problema de control se centra en la falta de
fuerza pública especializada en el tema ambien-
tal y minero, sobre todo en zonas protegidas,co-
mo el parque natural Los Farallones:
Tiene que haber más control de la Policía,
tiene que haber una Policía dedicada a la labor
de control, sobre todo para que no aparezcan
nuevas minas. Nos ha pasado que las cerra-
mos, y a la vuelta de dos o tres meses vamos
al sitio y nuevamente las han abierto, porque
no hay control de la Policía (Alcaldía de Cali).
3.2.2.2. Falta de articulación
entre entidades reguladoras
En Boyacá, las Corporaciones Autónomas
del departamento reportan que tienen poco apo-
yo por parte de la Agencia Nacional de Minería
(ANM), motivo por el cual consideran que el tra-
bajo realizado por ellas no tiene el acompaña-
miento debido:
(…) la Agencia Nacional de Minería, eh,
pues, la comunicación con ellos es bastan-
te difícil; en ese sentido, si nosotros hemos
reclamado a la agencia un acompañamiento
mayor, no es porque se esté realizando, sino
porque se rompen esos canales de comunica-
ción y finalmente ellos son los que nos dicen
a nosotros, dentro de su jurisdicción, hemos
otorgado este y este título, que nos permita
a nosotros determinar que frente a este títu-
lo está debidamente concesionado por parte
del Estado; entonces, debe saberse si va a

Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 27

 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia
haber una explotación, debe tramitarse una
licencia ambiental, que dentro de un polígono
no exista una concesión por parte del Estado
para la explotación, no puede haber ningún
tipo de actividad minera, ni siquiera la solici-
tud de la licencia, tiene que traer previamente
el título; entonces, en ese sentido, nosotros
oficiamos permanentemente, a fin de que, por
favor, nos regalen coordenadas, georreferen-
ciación, cartografía de todos los títulos, y ellos
nos los envían, pero a veces un poco tarde;
entonces, en eso si hay que, hemos sido in-
sistentes en estrechar lazos, pero ha sido
bastante difícil (funcionario de Corpochivor).
3.2.3. Formalización minera
En los municipios y departamentos analizados
el proceso de formalización minera se encuentra en
diferentes estados; a continuación se realiza un bre-
ve resumen de lo manifestado por las autoridades,
quienes comentaron las dificultades que han tenido
en sus jurisdicciones en los citados procesos.
3.2.3.1. Ausencia de jornadas
de formalización
En Remedios y Concepción (Antioquia) no se
han realizado jornadas de formalización minera
(Alcaldía); asimismo, funcionarios de la Alcaldía
de Anserma y Marmato (Caldas) expresan no
haber hecho jornadas de formalización minera:
Por lo menos en el último año no se han
realizado jornadas de formalización minera;
nosotros con la Unidad de Minas hicimos re-
querimientos para que vinieran abogados de
allá a ayudar a esa gente, los que vinieron
fue a un operativo sin avisar, digamos que ha
habido una falencia del Estado, y es desde el
principio, porque nosotros de alguna manera
somos culpables de que esa gente también
ejerzan su actividad ilícitamente, emanando
daño, porque el Estado se queda corto, ni la
Corporación del Medio Ambiente ni el muni-
cipio, y nosotros, digamos, pues uno, es un
sector muy alejado del municipio y es más cer-
cano a otros municipios, entonces esa gente,
entonces, digamos, aquí nosotros no sentimos
tanto el problema (Alcaldía de Marmato).
28 Observatorio del Delito
Aun cuando es difícil realizar jornadas de
formalización, en algunas zonas donde hay ex-
plotación se llevan a cabo pequeños programas
de concientización y formalización, a través de
cooperativas de mineros. “Allá la Alcaldía, por
medio de la cooperativa, ha hecho esas situa-
ciones, pero no exactamente en el pueblo, sino
para el sector donde están las minas” (funciona-
rio de la Estación de Policía Buenos Aires).
3.2.3.2. Retrasos en procesos
de formalización
Funcionarios de la corporación minera Cor-
ponariño comentan que aunque se han brin-
dado oportunidades al minero tradicional para
legalizar su actividad, este proyecto se ha visto
obstaculizado, porque la respuesta de parte de
la Agencia Nacional de Minería se demora más
de dos años, tiempo en el cual, cabe mencionar,
la CAR adelanta actividades tendientes a capa-
citar sobre buenas prácticas mineras a quienes
la desarrollan sin licenciamiento. La problemá-
tica la corrobora un funcionario departamental:
A ver, yo creo que lo importante es… el año
pasado, como en octubre, iba a venir la parte del
Ministerio de Minas, en lo que es la formaliza-
ción minera; iba en octubre, después de octubre
nos la aplazaron a noviembre, y después para
diciembre, y no llegó, y nosotros aquí y toda la
gente en expectativa (Gobernación de Nariño).
3.2.3.3. Elevados costos económicos
para la formalización
El funcionario de la CAR también comentó que
al minero tradicional le es difícil cumplir los requisi-
tos exigidos por la ley, por cuanto requiere de inver-
siones monetarias considerables.
3.2.3.4. Interrupción de la expedición
de licencias de explotación
En el departamento del Cauca, la actividad
minera es desarrollada en un contexto de ilici-
tud, debido en parte a la imposibilidad de obte-
ner licencias de explotación de parte del Estado:
“No, es que ahorita no están dando títulos para
oro a nadie” (Alcaldía de El Tambo).
 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia
3.2.3.5. Inexactitud sobre el proceso
de formalización y legislación minera
Funcionarios de Corantioquia expresaron que
durante los años 2002 y 2003 elaboraron planes
de manejo ambiental junto con la comunidad mi-
nera. Un funcionario de la Asamblea de Mineros
comentó que se han presentado múltiples pro-
blemas, que dificultan el proceso de legalización,
como son la falta de claridad en las normas, de
campañas explicativas de las mismas y del pro-
ceso de legalización; asimismo, en el departa-
mento del Tolima las autoridades evidenciaron
carencia de conocimiento y destreza para reali-
zar procedimientos de legalización minera:
La correspondencia… como es de la
Agencia Nacional de Minería, ellos han desa-
rrollado dos talleres, en especial en la zona
sur, que es la más crítica. ¿Sí se han desa-
rrollado? Sí, en este momento estamos en
un proceso con los ladrilleros, en el 2009 y
2010. ¿Cuándo y cuántas veces se ha reali-
zado? En el 2009 se desarrollaron procesos
de formalización, donde se aprobaron planes
de manejo; ¿cuántos, más o menos?, tendría
que preguntar, ya le pregunto (…) a 30, en el
marco de un convenio que se desarrolló entre
Cortolima y lo que antes era Ingeominas. En
el año 2010, 2011, 2012 y lo llevado del 2013
no se ha realizado. En este momento, con la
nueva reglamentación, dan plazo hasta el 23
de mayo para que se legalicen los que están
como informales (Cortolima).
3.2.3.6. Minorías étnicas
Algunos municipios han iniciado campañas
de formalización para beneficiar a mineros tra-
dicionales, quienes han visto amenazada su
actividad ante la llegada de grandes empresas
mineras; un ejemplo se ha dado en los munici-
pios de Caloto, Patía y Santander de Quilichao,
con el propósito de beneficiar a comunidades
indígenas y afrodescendientes.
Hemos invitado a los representantes de
esos Consejos Comunitarios y hemos hecho
una interlocución con el Jefe de Planeación y
con el Jefe del Área de Minería de la Secre-
taría de Agricultura, para explicar los proce-
dimientos de cómo frente a la norma y a los
procedimientos que dice se da la legalización
(Alcaldía de Patía).
La Gobernación, el Sena, los cabildos indíge-
nas, las asociaciones mineras y sectores socia-
les están trabajando mancomunadamente con
las autoridades locales de los municipios de El
Tambo y Caloto, en aras de implementar una po-
lítica minera incluyente, que permita cobijar bajo
la legalidad a los mineros tradicionales, mediante
la creación de Comités Técnicos Mineros.
3.2.3.7. Dificultades para realizar
jornadas de formalización
Varios funcionarios señalaron que otro aspec-
to que dificulta los procesos de formalización mi-
nera es la situación de orden público, teniendo en
cuenta que en la región delinquen grupos arma-
dos al margen de la ley y bandas criminales, que
impiden el acceso de las autoridades mineras.
3.2.4. Impacto ambiental de la minería
Por competencia, las corporaciones autóno-
mas regionales, debido a que son las respon-
sables regionales de ejercer control ambiental,
fueron las encargadas de brindar un diagnóstico
sobre la contaminación causada por la actividad
minera, y concluyeron que la actividad de ex-
tracción de oro subterráneo o a nivel superficial
causa afectación del suelo, daño de franjas fo-
restales, paisajes y contaminación de aguas.
Respecto a esta última, se puede dar por
diferentes elementos químicos, como el cianu-
ro y el mercurio; en los municipios de Segovia
(Antioquia) y El Tambo (Cauca), los funciona-
rios entrevistados reportaron que el cianuro es
un problema que afecta los ecosistemas y a la
población en general; es tan grave, que existe
una quebrada llamada “La Cianurada”, la cual
presenta olor y aspecto desagradable como
producto de vertimientos contaminados con cia-
nuro y mercurio, arrojados por los mineros.
Hace aproximadamente dos años estuvie-
ron unas minerías en nuestro municipio, y en
este momento se están presentando las con-
secuencias, personas con enfermedades, des-
nutridos, deformidades, les salen llagas cuan-
do se bañan, no tienen acueductos propios. La
parte ambiental, ¡ahí sí grave!, de cada lado
Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 29
 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia
del río pueden deforestar unos trescientos,
cuatrocientos metros, hasta unos ochocientos
metros de espacio (Secretaría del Medio Am-
biente de El Tambo).
Otro tipo de afectación que se da en las su-
perficies de agua es la ubicación de los sitios de
disposición de estériles y patios de acopio, los
cuales se encuentran cerca de ríos; además de
que los mineros utilizan las corrientes de agua
como depósitos de costales, que contienen tie-
rra y escombros (CAR de Antioquia, Agremia-
ción Minera de Vetas, Buga).
…En el municipio de Timbiquí (Cauca) ya
se comprobó, con los últimos registros que
hizo la CRC, que el agua no es apta para con-
sumo humano, porque está comprometida
con cantidades de químicos, para el manejo
de oro se utiliza mucho químico (Alcaldía de
Timbiquí).
El problema de la contaminación de corrien-
tes de agua no es local; por el contrario, tras-
ciende a nivel departamental y regional, porque
esta se traslada a los lugares de afectación de
ríos y quebradas, lo cual genera problemas de
salud pública:
Que esa agua del Estrecho es con la que
nos bañamos, y a veces hasta nos toca co-
mer con esa agua, que está llena de mercu-
rio, llena de todo. Yo he hecho reuniones con
la gente explicándoles eso, que el mercurio
tal vez no lo veamos nosotros, pero sí lo van
a ver los hijos y los nietos, van a venir con
problemas; y la gente está encauzada en eso,
de que no nos va a traer problemas en el pre-
sente, pero sí más adelante (funcionarios de
Policía del Bordo Estrecho).
La contaminación de corrientes de agua no
solo afecta a los seres humanos, sino también
genera impactos en la ganadería y agricultura,
lo cual compromete negativamente la economía
de los municipios.
No (…) no conflicto, pero sí ha generado
malestar e inconformismo entre los habitan-
tes del sector, porque ellos están sufriendo
las consecuencias de la manipulación de los
químicos que utilizan en esa zona, y eso está
afectando, obviamente, la ganadería. Se están
afectando las actividades de agricultura, todas
las especies que se están adelantando en esa
región, producto precisamente de los quími-
cos que se están manipulando allí. Entonces,
30 Observatorio del Delito
las empresas que han dado los resultados de
análisis, han demostrado que efectivamente
tenemos personas allá en la zona alta traba-
jando con químicos, que están contaminando
el agua que consumimos los bugueños (fun-
cionario de la Alcaldía de Buga).
“La contaminación de agua también afecta
a las especies que viven en el río, la ictiofauna”
(funcionario de la Secretaría de Medio Ambien-
te del municipio de Santander de Quilichao).
Otro problema generado por la minería es
el desvió de las corrientes de agua, en aras de
ser utilizadas en procesos de minería: “(…) han
hecho taponamientos para tener ellos acceso
al recurso hídrico, o sea, esto lo hacen sin per-
miso, simplemente varían los cauces y se be-
nefician del agua y perjudican a la comunidad”
(CAR de Chiquinquirá).
Con respecto al uso de mercurio en la ex-
plotación de oro, un funcionario de Corpocaldas
comentó que como los mineros utilizan dosis
muy pequeñas, les es muy fácil ocultarlas ante
las autoridades de control.
Funcionarios de Cortolima y Corantioquia
manifestaron que la explotación de material de
arrastre genera sedimentación en ríos, obstruc-
ción de fuentes hídricas (nivel freático y cauce);
en el mismo sentido, la explotación de material
mineral produce tala de bosques, aludes, dismi-
nuyen los niveles de agua, en razón a la capta-
ción ilícita de la misma, se generan vertimientos
tóxicos, al igual que pérdida de suelo fértil. “La
minería de socavón deja huecos peligrosos para
la comunidad” (funcionario de la Secretaría de
Medio Ambiente de Santander de Quilichao);
además, atrae vectores, como larvas y zancudos
(Alcaldía de Villarrica).
Las afectaciones al ambiente pueden ser
causadas por empresas legalmente constitui-
das y con documentación de acuerdo con la
norma, o por grupos de personas que ejercen la
actividad sin licencia; las corporaciones autóno-
mas regionales son las empresas encargadas
de realizar la revisión periódica al cumplimien-
to del Plan de Manejo Ambiental debidamente
aprobado; ante incumplimientos, las corporacio-
nes realizan procedimientos contravencionales,
y cuando el daño es muy grave, se realiza la
suspensión de la actividad minera (Corpocal-
das, Cortolima, CDMB); en respuesta a la san-
ción, las empresas mineras recurren a cambiar
 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia
los procedimientos o mejorar el diseño de ex-
plotación de minerales, a fin de mitigar daños
ambientales.
Funcionarios de las CAR expresaron que al-
gunas de las empresas que ostentan título mi-
nero causan gran daño a la población, en razón
a los pasivos ambientales generados como sub-
producto de la actividad minera.
Vea, están dañando la bahía de Santa Mar-
ta, una de las más bonitas de América Latina;
las comunidades, donde pasan esos trenes,
se están infectando con el polvillo del carbón,
eso es un veneno, y como el tren pasa con
100 vagones, ese polvillo afecta las pobla-
ciones en piel y pulmones. Las comunidades
que viven alrededor de donde tienen las mi-
nas están en la pobreza absoluta, enfermos
con eso, y todo porque las empresas tienen
licencia y pueden hacer todo eso (Asamblea
de Mineros de Antioquia).
3.2.4.1. Desprotección de las zonas
de exclusión minera
En cuanto a la explotación de yacimientos mi-
neros en zonas protegidas, es importante aclarar
que las respuestas de los entrevistados se die-
ron de acuerdo con su propia definición de zonas
protegidas, al igual que se refirieron a lugares de
importancia ambiental, como riberas y bosques.
Autoridades de varios municipios comentaron
que se presenta minería cerca de los ríos: Cauca
(Caldas), Sinipaná (Antioquia), Ermita y Quialcé
(El Tambo). Bosques: en Mariquita (Tolima).
Territorios indígenas: en los municipios de
Caloto, Santander de Quilichao y Buenos Aires;
en este último citaron el caso del resguardo Las
Delicias, donde se está realizando una explo-
ración de bauxita (funcionario de la Policía de
Buenos Aires).
Parques naturales: como el parque natural
Los Farallones, donde se han realizado opera-
tivos y cierres de bocaminas (funcionario de la
Alcaldía de Cali).
Reservas naturales: en el Malmo (Alcaldía de
Tunja).
Algunos funcionarios no especificaron el lugar,
solo respondieron afirmativamente a la pregunta
sobre actividades mineras en zonas protegidas,
y dijeron que es una situación difícil de contro-
lar, porque apenas las autoridades abandonan
los lugares prohibidos para realizar actividades
mineras, los mineros vuelven a continuar con el
desarrollo de las mismas.
Otras autoridades resaltaron que para ellos
era dispendioso llegar a todas las áreas rurales
del municipio, motivo por el cual no tenían total
certeza de la existencia de minería en zonas pro-
tegidas, como en el caso de Marmato; en otros
departamentos las autoridades conocían de la
existencia de la actividad en zonas protegidas,
pero se sentían impotentes para controlarlas.
Un problema de gran preocupación para las
autoridades regionales mineras es la explotación
de minerales en zonas de reserva, por parte de
empresas que han obtenido el respectivo título
de la Agencia Nacional de Minería.
Sí se presenta, podemos decir que noso-
tros en estos momentos no tenemos conflictos
en zonas ambientalmente protegidas, lo que
no quiere decir que no existan títulos mineros
en estas áreas, pero no tenemos unas acti-
vidades mineras que estén afectando estas
áreas. Sí las hay, están de pronto en zonas
muy conscientes, por ejemplo, en actividades
de exploración, pero es una actividad que es-
taba antes de la declaración de área protegi-
da, y en este momento están en actividades
de exploración y de explotación; como tal ha
estado suspendida o en su mínima expresión,
y al desarrollar esa actividad, pues se genera
mínimo impacto sobre el medioambiente, los
recursos naturales (Corpocaldas).
Otro ejemplo de explotación minera en zonas
de importancia ambiental se presenta en Socotá
(Boyacá), donde la comunidad ha realizado pro-
testas en contra de la empresa Hunza Coal, ante
la explotación de minerales en zonas de páramo.
(…) Pues lo que le digo con Carsama, que
ese es un conflicto que está latente, con el
tema de las reservas forestales; inclusive hay
un comité campesino, que se llama Pro De-
fensa Páramo Raba… Pro Defensa Reserva el
Malmo, eso es de Cucaita y Tunja, y también
incluyen lo del páramo Rabanal pero eso ya
es jurisdicción de Ventaquemada, Sáchica y
Samacá (Alcaldía de Tunja).
Para prevenir la destrucción de zonas protegi-
das, las comunidades y autoridades han tomado
decisiones, como implementar servicios de guar-
dabosques, encargados de proteger el lugar ante
Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 31
 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia
el desarrollo de actividades de minería ilegal en
las citadas zonas; este es el caso de Mariquita;
por otra parte, en municipios como Concepción,
Buriticá (Antioquia) y Mariquita (Tolima) se han
zonificado áreas para determinar en cuáles la
minería es permitida. En Santander también se
han iniciado programas de educación ambiental,
junto con la Policía, para recuperar páramos, la-
gunas y parques.
No obstante lo anterior, algunas comunidades y
autoridades expresan pasividad ante el problema:
…en el resguardo hoy día va a haber una
grave explotación en el cerro de Mochica. Yo
creo que el Mochica es el cerro tutelar, y está
bonito, porque durante todo este tiempo se
dejó como un área natural que es de preser-
vación; de hecho, cuando yo estuve de ge-
rente en las empresas municipales (hace diez
años) sembramos árboles. Hoy día, en medio
de los indígenas, también hay infiltrados y
ambiciosos, ya no está la misma mentalidad
medioambiental, ni la madre tierra, sino que
hay otro rollo (Alcaldía de Buenos Aires).
Además de lo anterior, algunas autoridades
solicitan al legislador mejorar la normatividad en
aspectos relacionados con legalidad y medioam-
biente, por cuanto se evidencia la explotación de
yacimientos mineros en zonas protegidas, con
previa autorización del Estado: “sí, como decía
anteriormente con la empresa Hunza Coal, por
explotación en área de zona de páramo, digá-
moslo así, áreas de protección” (Secretaría de
Gobierno de Tasco).
3.2.4.2. Imprecisión en la adjudicación
de títulos y licencias mineras
Un problema que se presenta en varios depar-
tamentos es el relacionado con la centralización
de la delegación para el otorgamiento de las licen-
cias mineras, que genera imprecisiones en la ad-
judicación de las mismas; e. g., las autoridades de
Tunja (Boyacá), al parecer, al no conocer las áreas
o terrenos objeto de titulación, conceden títulos a
varias empresas sobre áreas donde existen recur-
sos naturales valiosos para la comunidad: “cuan-
do se aprueba un título minero, en las coordena-
das existen nacimientos de agua” (Secretaría de
Gobierno de Tasco, Boyacá).
32 Observatorio del Delito
3.2.4.3. Discriminación
Otra de las quejas hacia la actual política mi-
nera fue la relacionada con el trato discriminato-
rio por parte del Gobierno; existe la percepción
de que el Estado tiene la intención de acabar con
la minería tradicional, en beneficio de las gran-
des empresas mineras, en contraprestación de
las regalías que le generan al fisco nacional:
El Código de minas dio la franja de que
puede haber minería de hecho, y a esas mine-
rías las están rechazando; minería de hecho
es que la gente tiene su montaje pequeño, y al
superponer el título minero antes que ventajas,
terminaron perdiendo (funcionario de la Alcal-
día de Vetas).
3.2.5. Responsabilidad social empresarial
En cuanto a la responsabilidad social y am-
biental de las empresas legalmente constituidas,
un funcionario de la Alcaldía de Segovia comentó
que sería conveniente implementar una política
de responsabilidad ambiental y social, porque
las empresas no cumplen con los mandatos de
ley; por otro lado, un funcionario de la Alcaldía de
Marmato comenta que el municipio contempla,
dentro del Plan de Desarrollo, abordar el Plan de
Responsabilidad Social y Empresarial, a pesar
de que no tienen recursos para ejecutarlo:
Aunque el año pasado no se ejecutó la es-
trategia, el plan de desarrollo de esta vigencia
(2013) contempla como una de las estrate-
gias el tema de responsabilidad social empre-
sarial, pero va a ser muy complicado, porque
se escuchan comentarios de que la mayoría
de los pequeños empresarios que pueden
aportar para compensar los daños están ven-
diendo las compañías; entonces, se puede
trabajar con ellos, pero: ¿a expensas de qué?
Se aspira a hacer este año desarrollar una
estrategia de responsabilidad social empre-
sarial (funcionario de la Alcaldía de Marmato).
Algunas empresas no cumplen a cabalidad con
el Programa de Responsabilidad Social Empresa-
rial, ni mitigan los daños ambientales que causan,
y esto provoca inconformidad en las comunidades.
Varios funcionarios entrevistados del departamen-
to del Cauca manifestaron que a veces reforestan
ciertas áreas con pinos o eucaliptos, que después
 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia
son utilizados dentro de la explotación minera, en
lugar de dejarlos permanentemente como bosques.
Por otro lado, la actividad minera desarrolla-
da sin licencia ambiental causa un alto daño al
ambiente, por las técnicas utilizadas y porque
los efectos ambientales no son controlados; por
tal motivo, cuando las autoridades determinan la
ilicitud de una actividad minera, con su respec-
tivo impacto ambiental, se procede a realizar el
operativo correspondiente, pero, como reportan
funcionarios de la CAR, los mineros involucrados
generalmente aportan nombres, números telefó-
nicos y direcciones falsos, razón por la cual no
se establecen responsables del pasivo ambiental
generado por la actividad minera ilícita.
Algunas entidades departamentales adelan-
tan esfuerzos; e. g., la Gobernación de Nariño,
donde comentaron que junto con Corponariño
estaban realizando un censo, tendiente a deter-
minar los pasivos ambientales ocasionados por
la explotación de materiales de construcción.
3.2.6. Educación ambiental
En el tema de educación ambiental, las auto-
ridades entrevistadas comentaron que han con-
tribuido a fomentarla dentro de sus municipios,
mediante la realización de diferentes activida-
des y campañas, como las siguientes:
Promoción de agricultura sostenible (Marmato).
Compra de terrenos y plantación de especies
nativas (Marmato).
Talleres con la comunidad, de acuerdo con la
Ley 99 de 93 (Segovia).
Orientación en manejo de residuos (Segovia,
California, Santander de Quilichao).
Cuidado de microcuencas (Segovia, Buriticá,
California).
Jornadas de educación ambiental en colegios
(El Tambo).
Implementación de una red de jóvenes con el
colegio del municipio, para recuperación de
ecosistemas (Vetas).
La Policía Nacional en los municipios de Cha-
parral, Ataco, Cajamarca, Ibagué, California,
Suárez y Santander de Quilichao, entre otros,
ha encargado funcionarios para que controlen y
eduquen en el tema ambiental.
Las corporaciones autónomas regionales, junto
con otras instituciones, han adelantado jornadas de
educación y orientación relacionadas con prácticas
para el desarrollo sostenible de la minería.
Eso se ha presentado en Marmato, donde
se ha trabajado de la mano con la administra-
ción municipal y la delegación minera, pres-
tando asesoría técnica para el desarrollo de
la actividad minera. Se han realizado proyec-
tos con la Universidad Nacional, para adquirir
educación ambiental. En Marmato existe una
alianza, conformada por el Ministerio de Me-
dio Ambiente, Gobernación, Delegación Mi-
nera de Caldas, mineros, agremiaciones de
mineros e indígenas, que está tratando de re-
solver aspectos relacionados con educación
ambiental. En cuanto a minería ilícita, tene-
mos conformado un grupo de trabajo, con una
metodología y articulación de procedimientos
con el CTI y la SIJIN; además, contamos con
el apoyo del Ejército Nacional.
Se han suscrito convenios entre el SENA y
las CAR, para realizar capacitaciones que per-
miten concientizar sobre la importancia de pre-
servar yacimientos de agua, bosques nativos,
además de campañas de reforestación y correc-
to manejo de basuras.
(…) empezamos por hacer inversión sobre
todo en los estudiantes, en los trabajadores
mineros y empresarios mineros, a quienes se
les está invitando a participar en un proceso
de capacitación, gracias a convenio suscrito
con el SENA y Corpoboyacá. La corporación
nos da un descuento en los árboles y plantas;
también se hizo un convenio con la misma
corporación, que permite invitar a mineros de
la jurisdicción para que adquieran sitios de
importancia hídrica, como lotes o fincas, y
que se titulen a nombre del municipio o de la
corporación, pues tenemos el compromiso de
implementar un vivero para que no tengamos
que adquirir las plantas o los elementos para
reforestación. Al igual que se les brinda capa-
citación en relación con la clasificación de los
residuos y de estériles que se extraen de las
minas (Secretario de Gobierno de Socotá).
Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 33
 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia

Aunque se han realizado campañas institucio- nicipios donde la minería es de importancia se

nales para desarrollar minería sostenible, se ha carece de instancias técnico-ambientales, que
evidenciado apatía por parte de la comunidad, orienten y guíen a los mineros en prácticas que
como lo expresa un funcionario de Corpochivor: mitiguen el impacto ambiental, como, e. g., en
(…) dichos proyectos se encargan de ir Ataco (Tolima) y Anserma (Caldas).
municipio por municipio, vereda por vereda, Gracias a la participación de las autoridades,
implementando campañas, socializando los hasta este punto se muestra en forma somera
permisos necesarios para adelantar las dife- la situación que se vive a nivel de normatividad,
rentes actividades y manifestándoles las im- control y seguimiento minero, y convivencia y
plicaciones que podría tener el desarrollo de seguridad ciudadana en los municipios de estu-
cualquier actividad sin los debidos permisos. dio, donde se desarrollan actividades de explo-
Hacemos un trabajo educativo, estas sociali- tación de yacimientos mineros.
zaciones y capacitaciones se hacen por con-
vocatorias de concejos municipales, alcaldías,
personerías, juntas de acueducto; muchas
4. Análisis socioeconómico
veces la gente es muy apática para asistir a
Una de las metodologías que se deben utili-
ese tipo de socializaciones, entonces no es
zar para analizar el contexto socioeconómico es
una tarea fácil, pero claro que la corporación
la denominada Necesidades Básicas Insatisfe-
trabaja todos los días por fortalecer ese tema
chas (NBI), creada por la CEPAL y utilizada por
de la educación ambiental, previo a la sanción
la mayoría de países latinoamericanos, incluida
o a la etapa del sancionatorio (Corpochivor).
Colombia (DANE, 2014), que busca determinar
En algunos municipios funciona una entidad en-
cuál es el porcentaje de personas que tienen al
cargada del medioambiente, como la Secretaría de
menos una necesidad básica insatisfecha; los
Ambiente (Segovia, Remedios [Antioquia], Maniza-
grupos que no alcancen un umbral mínimo fija-
les [Caldas] y Caloto [Cauca]), donde desarrollan
do se clasifican como pobres. Los indicadores
diversos planes para el cuidado del ambiente. En-
seleccionados son:
tre las prácticas y planes se tiene: el cuidado de
Asistencia escolar: mide la satisfacción de
microcuencas (Santander de Quilichao, Cauca),
necesidades educativas mínimas para la pobla-
reforestación (Santander de Quilichao y El Tambo,
ción infantil. Considera las viviendas con por lo
Cauca), control de plaguicidas y desechos sólidos
menos un niño mayor de seis años y menor de
(El Tambo). En el mismo sentido, en varios munici-
doce, pariente del jefe y que no asista a un cen-
pios (Marmato [Caldas], Santander de Quilichao y
tro de educación formal (DANE, 2014).
Caloto [Cauca]) operan comités y juntas, que tie-
Capacidad de subsistencia: hogares que tu-
nen como función programar y ejecutar proyectos
vieran una tasa de dependencia de tres inac-
de beneficio ambiental:
tivos por miembro ocupado. Los índices están
juntas por el medioambiente, entonces en
expresados en términos porcentuales con res-
esos conversatorios que hemos tenido con
pecto al 100% (DANE, 2014).
las personas hemos definido hacer un trabajo
Miseria: se define como aquel individuo u ho-
ambiental, para la recuperación, por ejemplo,
gar que tiene dos o más NBI. En este sentido,
de ojos de agua en algunos casos, y en otro
la pobreza se presenta cuando un individuo u
hemos hecho aislamiento con la misma co-
hogar tiene una NBI (DANE, 2014)
munidad. En Caloto contamos con 64 juntas;
La NBI en Colombia mide otras variables,
en el 2012 comenzamos un trabajo en quin-
como, e. g.: cantidad de hogares o personas
ce juntas, donde se está haciendo un trabajo
con vivienda inadecuada, carencia de servicios
muy consciente relacionado con la preserva-
públicos, hacinamiento crítico y alta dependen-
ción del medioambiente en la parte alta (Se-
cia económica con respecto a las personas que
cretaría de Medio Ambiente, Caloto).
obtienen ingresos. Al respecto, es preciso anotar
En Remedios y Segovia (Antioquia), la Secre-
que no se analizarán estas variables, por obser-
taría de Minas y Ambiente se encarga de ofre-
var tendencias similares a las inicialmente rela-
cer apoyo técnico, para la realización de buenas
cionadas.
prácticas mineras; sin embargo, en algunos mu-

34 Observatorio del Delito

 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia
El análisis para los pueblos mineros selec-
cionados se fundamenta en los Resultados del
Censo General 2005, relacionado con Necesi-
dades Básicas Insatisfechas (NBI) a 31 de di-
ciembre del 2011, así2:
4.1. Proporción de personas con NBI
A nivel nacional, la proporción de personas
con NBI es de 27,78 %, lo que significa que de
100 personas, 27,78 tienen necesidades bási-
cas insatisfechas (línea roja en la gráfica 14).
Los departamentos de Chocó (79,19 %),
Cauca (46,62), Nariño (43,79), Huila (32,62),
Boyacá (30,77) y Tolima (29,85) evidencian ín-
dices superiores al índice nacional de personas
con NBI (vid. gráfica 14).
Los municipios mineros objeto del estudio
presentan la siguiente situación:
En el departamento de Antioquia había una
proporción de 22,96 % personas con NBI. Todos
los municipios mineros del departamento selec-
cionados: Buriticá (70,30), el Bagre (50,75), Re-
medios (47,56) y Segovia (41,37) y Concepción
(25,95) están por encima del valor consolidado
para el departamento (22,96), y en su mayoría
del valor nacional (27,78) (vid. gráfica 14).
- Boyacá: los municipios mineros de Socotá
(72,35) y Tasco (39,49) están por encima del to-
tal departamental (30,77) y del total nacional de
proporción de personas con NBI (vid. gráfica 14).
- Caldas: El municipio de Marmato (35,99)
supera el índice del departamento (17,76) y el
total nacional (vid. gráfica 14).
- Cauca: todos los municipios del departa-
mento seleccionados están por encima del índice
total nacional, y los municipios de Caloto (48,94),
El Tambo (53,45), Suárez (59,51), Buenos Aires
(57,89) y Timbiquí (73,19) superan el índice de-
partamental (46,62) (vid. gráfica 14).
2. Cumbitara (Nariño) no se considera para los análisis, por cuanto
tiene NBI correspondiente a 100%, debido a la imposibilidad de
obtener información por motivos de orden público.
- Chocó: los municipios objeto de estudio, en
su totalidad, superan el índice total nacional, y los
municipios de Atrato (80,11), Tadó (86,86), Cér-
tegui (87,24) e Istmina (88,08) superan el total
departamental (79,19) (vid. gráfica 14).
- Huila: los tres municipios seleccionados es-
tán por encima del total nacional, pero solamente
Pitalito (37,08) supera el índice total departamen-
tal (32,62) (vid. gráfica 14).
- Nariño: la totalidad de municipios seleccio-
nados están por encima del índice total nacional,
y los municipios de Policarpa (46,56), Los An-
des (68,49), Barbacoas (73,87) y Magüi Payán
(82,52) superan el índice departamental (43,79)
y ampliamente el índice nacional (vid. gráfica 14).
- Santander: solo el municipio de California
(26,64) se encuentra por encima del total depar-
tamental (21,93), y este, al igual que Vetas, está
por debajo del índice nacional (vid. gráfica 14).
- Tolima: los municipios de Chaparral (47,65)
y Ataco (66,43) se hallan por encima de índice
departamental (29,85) (vid. gráfica 14).
-Valle del Cauca: el municipio de Buenaven-
tura (35,85) presenta un índice por encima del
total nacional y departamental (15,68), y Dagua
(24,98) tiene un índice superior al departamental
(vid. gráfica 14).
4.2. Componente de personas en miseria
La mayoría de municipios mineros objeto
de estudio están por encima del total nacional
de proporción de personas en miseria (10,64)
(línea roja en la gráfica 15); los municipios de
Buriticá (Antioquia), Ataco (Tolima), Socotá
(Boyacá) y Timbiquí (Cauca) presentan índices
de personas en miseria superiores a 36 (vid.
gráfica 15):
Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 35
 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia

Gráfica 14. Gráfica 15.

Proporción de personas de municipios Proporción de personas de municipios
mineros con NBI mineros en miseria

TOTAL NACIONAL TOTAL NACIONAL

TULUÁ 3,87
TULUÁ 15,75

VALLE DEL CAUCA

PALMIRA 2,07
VALLE DEL CAUCA

PALMIRA 12,75
DAGUA 6,55
DAGUA 24,98
G. DE BUGA 1,83
GUADALAJARA DE BUGA 11,56
BUENAVENTURA 13,46
BUENAVENTURA 35,85
MARIQUITA 6,59
MARIQUITA 23,50
CHAPARRAL 26,56

TOLIMA
CHAPARRAL 47,65
TOLIMA

CAJAMARCA 7,94
CAJAMARCA 28,34
ATACO 40,82
ATACO 66,43

SANTANDER
VETAS 1,98
SANTANDER

VETAS 20,80
CALIFORNIA 5,50
CALIFORNIA 26,64
LOS ANDES 32,21
LOS ANDES 68,49
NARIÑO
NARIÑO

LA LLANADA 12,40
LA LLANADA 37,12
BARBACOAS 35,29
BARBACOAS 73,87
RIVERA 10,02
RIVERA 32,32
HUILA

PITALITO 15,40
HUILA

PITALITO 37,08
GARZÓN 10,96
GARZÓN 30,93
TADÓ 35,78
TADÓ 86,86
NÓVITA 16,64
NÓVITA 66,19
ISTMINA 27,52
CHOCÓ

ISTMINA 88,08
CHOCÓ

CONDOTO 21,74
CONDOTO 62,58
CÉRTEGUI 25,82
CÉRTEGUI 87,24
ATRATO 21,55
ATRATO 80,11
VILLA RICA 5,79
VILLA RICA 30,66
TIMBIQUÍ 36,82
TIMBIQUÍ 73,19
SUÁREZ 30,18
SUÁREZ 59,51
SAN/DER QUILICHAO 11,20
CAUCA

SANTANDER DE QUILICHAO 33,60

CAUCA

PATÍA 9,91
PATÍA 34,39
EL TAMBO 20,97
EL TAMBO 53,45
CALOTO 23,80
CALOTO 48,94
BUENOS AIRES 30,96
BUENOS AIRES 57,89
MARMATO 8,36
CALDAS

MARMATO 35,99
CALDAS

ANSERMA 3,18
ANSERMA 19,08
VENTAQUEMADA 7,09
VENTAQUEMADA 28,45
TASCO 12,99
BOYACÁ

TASCO 39,49
BOYACÁ

SOCOTÁ 39,78
SOCOTÁ 72,35
STA. ROSA DE VITERBO 4,12
SANTA ROSA DE VITERBO 17,14
SEGOVIA 19,05
SEGOVIA 41,37

REMEDIOS 24,29
REMEDIOS 47,56
ANTIOQUIA
ANTIOQUIA

EL BAGRE 26,20
EL BAGRE 50,75

CONCEPCIÓN 6,76
CONCEPCIÓN 25,95

BURITICÁ 42,83
BURITICÁ 70,30
0 10,64 20 40 60 80 100
0 20 27,78 40 60 80 100

36 Observatorio del Delito

 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia

4.3.Componente de inasistencia escolar Como se puede concluir de la información

tomada del DANE, la mayoría de personas que
Los índices de inasistencia escolar de los mu- habitan áreas de municipios mineros, en espe-
nicipios mineros, en su mayoría, están por encima cial productores de oro, tienen por lo menos una
del total nacional (3,56) (línea roja en la gráfica necesidad básica insatisfecha, con índices su-
16), donde los municipios de Magüi Payán (Na- periores al total nacional.
riño), Buriticá (Antioquia) y Timbiquí (Cauca) pre-
sentan índices superiores a 13 (vid. gráfica 16).
5. Discusión de resultados
Gráfico 16.
Proporción de personas de municipios
y conclusiones
mineros con inasistencia escolar Gracias al análisis de la información recolec-
tada mediante trabajo de campo, se podría ma-
nifestar que existe confusión jurídica entre las
TOTAL NACIONAL

diferentes partes del sistema minero, que impi-

TULUÁ 3,87
VALLE DEL CAUCA

PALMIRA 2,07

DAGUA 6,55
den que haya sinergia que dinamice y empuje
G. DE BUGA 1,83 el desarrollo sostenible de la actividad minera,
BUENAVENTURA 13,46 en beneficio de toda la economía colombiana.
MARIQUITA 6,59
Una de las características es que ante la incerti-
CHAPARRAL 26,56
dumbre jurídica, los involucrados realizan inter-
TOLIMA

pretaciones propias, que ocasionan la siguiente

CAJAMARCA 7,94

ATACO 40,82

problemática:
SANTANDER

VETAS 1,98

CALIFORNIA 5,50 Inseguridad jurídica en el sector minero co-

LOS ANDES 32,21 lombiano, que ha afectado a todos los miem-
NARIÑO

LA LLANADA 12,40
bros del sistema: ambiente, gobierno, entes de
BARBACOAS 35,29
control, empresas mineras, pequeños mineros
e inversionistas en general. Se habla de inse-
RIVERA 10,02
HUILA

PITALITO 15,40

GARZÓN 10,96
guridad jurídica por cuanto los interesados en
TADÓ 35,78 el sector minero no tienen certeza de la aplica-
NÓVITA 16,64 bilidad normativa en el sector, la cual debe ser
ISTMINA 27,52
garantizada por el Estado de derecho.
CHOCÓ

CONDOTO 21,74
Incremento de la minería ilegal, porque los
criminales tendrían la oportunidad de fungir
CÉRTEGUI 25,82

ATRATO 21,55

VILLA RICA 5,79

como mineros tradicionales, quienes tienen un
TIMBIQUÍ 36,82 tratamiento especial con respecto al cumpli-
SUÁREZ 30,18 miento de requisitos para el desarrollo de activi-
SAN/DER QUILICHAO 11,20
dades mineras cobijadas bajo un título minero.
CAUCA

PATÍA 9,91
Se facilitaron los requisitos y procedimientos
para la expedición de títulos mineros; muestra
EL TAMBO 20,97

CALOTO 23,80

BUENOS AIRES 30,96

de ello son las problemáticas sociales genera-
MARMATO 8,36 das por explotaciones mineras en zonas consi-
CALDAS

ANSERMA 3,18 deradas de reserva.

VENTAQUEMADA 7,09
El volver al Código minero del 2001 significó
TASCO 12,99
limitar y restringir los alcances de la autoridad
BOYACÁ

ambiental.
SOCOTÁ 39,78

STA. ROSA DE VITERBO 4,12

SEGOVIA 19,05
Como resultado de lo anterior, el gobier-
REMEDIOS 24,29 no pretendió reglamentar la actividad minera
ANTIOQUIA

EL BAGRE 26,20 y combatir la minería ilícita mediante acciones

CONCEPCIÓN 6,76
legales, que intentaron regular lo relacionado
BURITICÁ 42,83
con los programas y procedimientos tendientes
0 10,64 20 40 60 80 100

Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 37

 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia
a realizar acciones de legalización minera: pró-
rrogas y condiciones de los contratos de con-
cesión y de exploración; control de importación,
legalización, transporte, utilización y ubicación
de maquinaria amarilla (pesada, buldóceres, re-
troexcavadoras, entre otras), y de insumos quí-
micos utilizados en el proceso de extracción de
minerales como el oro.
Pese a los esfuerzos del gobierno, el control
de la actividad minera en el territorio colombiano
ha sido esquivo; muestra de ello son los conflic-
tos sociales generados por el desarrollo de la
misma, como consecuencia de los efectos ad-
versos en el ambiente, donde están enfrentados
la utilidad minera versus el desarrollo sostenible
de las regiones donde hay enclaves mineros;
también está la minería ilícita asociada a ban-
das criminales o grupos al margen de la ley, que
realizan actividades criminales, como extorsión,
lavado de activos y evasión de impuestos, entre
otras, por citar algunos casos.
El anterior panorama se evidencia en lo mani-
festado por las autoridades locales y regionales
de los 52 municipios entrevistados, que desarro-
llan actividades relacionadas con la minería.
De otra parte, como consecuencia del volver
al Código minero del 2001, las autoridades entre-
vistadas fueron enfáticas al afirmar que se afectó
gravemente la política del Gobierno tendiente a
reglamentar lo relacionado con las jornadas de
formalización minera, aunada a la falta de sin-
cronización entre entidades reguladoras; despro-
tección legal con respecto a zonas de exclusión
minera; imprecisión en la adjudicación de títulos
y licencias mineras; desarrollo de actividades
mineras en zonas de grupos étnicos y reservas
indígenas, y responsabilidad social empresarial.
Las entrevistas reflejan la preocupación por
las múltiples interpretaciones de la normatividad
minera de parte de las autoridades municipales,
departamentales y regionales, que difieren de las
nacionales, las cuales tienen la misión de contro-
lar y regular la explotación de yacimientos mine-
ros. Como resultado, se encontró que más del 50
% de funcionarios de las alcaldías, gobernacio-
nes, corporaciones autónomas regionales y de
la Policía Nacional dudaron al emitir conceptos
relacionados con la minería tradicional, requisitos
que se deben cumplir para ejercer actividades de
minería legal, y mucho menos en qué casos la
explotación adopta características de ilícita.
38 Observatorio del Delito
Por otro lado, se evidenciaron deficiencias en
el marco legal e institucional minero, porque las
autoridades reclamaron precisión en funciones
y responsabilidades, a fin de administrar la acti-
vidad minera con efectividad, pero ante errores
e imprecisiones de la norma, sería justificable lo
referenciado en el aparte de resultados. Como
consecuencia de lo anterior, los mineros expre-
san desconcierto, fundamentado en el hecho de
que quienes deben proveerles conocimiento ju-
rídico y normativo no tienen la capacidad para
hacerlo; por tal motivo, no se puede pretender
que las autoridades mineras, ignorando o inter-
pretando la normatividad o reglamentación, in-
tenten regular y orientar a la comunidad en el
desarrollo de actividades del sector.
Como lo manifestaron algunos funcionarios ju-
diciales, conviene subrayar que la falta de claridad
de las autoridades con respecto al tema minero,
y el temor de aplicar la norma, lleva a la no apli-
cación de la misma, en razón a que en ocasiones
prefieren abstenerse de realizar procedimientos
administrativos y judiciales, como decomisos o
incautación de maquinaria amarilla, ante el temor
de que las decisiones no estén debidamente res-
paldadas por el orden jurídico y, por ende, puedan
ser objeto de cuestionamiento legal.
El vacío generado a causa de las imperfec-
ciones en la normatividad minera, aunado a los
alcances en la reglamentación y sanción del de-
lito de explotación ilícita de yacimientos mineros
y otros materiales, junto a otros delitos conexos,
es aprovechado por delincuentes para atentar
contra los recursos naturales. La conducta de-
lictiva en parte estaría argumentada a través de
la teoría económica explicativa del delito basada
en el concepto de disuasión, que expresa que la
imprecisión en las normas es aprovechada por
delincuentes para cometer delitos y contraven-
ciones, porque tienen la certeza de que pueden
evadir con facilidad a la justicia ante un marco
institucional y un sistema penal débil, que no cas-
tiga con severidad el delito objeto de comisión.
Bajo la mencionada teoría, es pertinente ex-
presar que grupos al margen de la ley han to-
mado ventaja de los privilegios que el Código
minero del 2001 ha concedido a las actividades
desarrolladas bajo el concepto de minería tradi-
cional, para cometer el citado delito o para be-
neficiarse del mismo a través de la comisión del
delito de extorsión a mineros legales o ilegales,
 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia
reemplazando el desarrollo de otras actividades
ilícitas, como el cultivo, procesamiento y tráfico
de estupefacientes, severamente castigadas a
nivel nacional e internacional, las cuales les ge-
neraban cuantiosos recursos que les permitían
financiar su accionar delictivo.
Paralelo a lo anterior, la teoría económica ex-
plicativa del delito expresa que la comisión de
un delito se encuentra determinada por la utili-
dad generada por la relación entre costos (pro-
babilidad de detección y sanciones por cometer
el delito) versus la ganancia económica deriva-
da de la comisión del mismo. En este sentido,
el aumento del precio mundial de commodities
orientó la demanda hacia la explotación de re-
cursos naturales, de manera tal que ciudadanos
y organizaciones al margen de la ley, al reali-
zar cálculos racionales de maximización de ga-
nancias, determinan que la comisión del delito
de explotación ilícita de yacimientos mineros y
otros materiales les genera beneficios económi-
cos superiores a las consecuencias de ser cap-
turados y castigados por la ley por la infracción
al orden jurídico establecido.
Como resultado de lo anterior, cualquier pro-
grama de formalización minera implementado
por el Estado tendrá poca probabilidad de éxito,
por cuanto no disuade a los mineros de desarro-
llar la actividad minera bajo parámetros y control
del Estado, sumado al hecho de que el proceso
de formalización minera tiene elevados costos
económicos, ya que requiere de erogaciones
monetarias sustanciales para el presupuesto de
los mineros objeto de formalización.
Desde el punto de vista de la teoría del control,
las personas que se benefician de la explotación
alrededor de una mina no tienen nada que per-
der; por tal motivo, no encuentran barreras insti-
tucionales que les impidan cometer el delito; por
el contrario, están inmersas en un conglomerado
que acepta el ilícito y lo promueve como medio
de sustento socialmente valido, aun en contra del
medioambiente (García-Pablos, 1988).
Dentro del marco de la teoría del control (Hir-
schi, 1969, citado por Useche, 2011), los grupos
de mineros conviven en un entramado social que
fomenta la actividad ilícita, y argumentan falta de
oportunidades por fuera del desarrollo de labores
mineras. En un ambiente de pobreza personal y
social, los individuos miembros de la comunidad
minera se desenvuelven en un círculo carente
de oportunidades, que los obliga a mantenerse
vinculados a actividades de minería, lo cual se
agrava por el hecho de pertenecer a un colectivo
con una conciencia que considera válido el de-
sarrollo de las citadas en beneficio propio, sin la
observación de procedimientos y requerimientos
que permitan garantizar la sostenibilidad integral
de la actividad (García-Pablos, 1988).
Complementa lo anterior el sentir del minero
tradicional, quien bajo la actual política del sec-
tor se siente desprotegido, perseguido y objeto
de trato discriminatorio por parte del Estado, y
argumenta que este tiene la intención de aca-
bar con la minería tradicional en beneficio de las
grandes empresas mineras, las cuales reportan
ingresos al fisco nacional.
La minería es una actividad que sin ningún
tipo de estudios, ni planes previos, puede cau-
sar un gran daño ambiental (Quijano & Pardo,
2010). Aunque en la investigación realizada no
se tomaron ni analizaron ningún tipo de mues-
tras para verificar esta afirmación, se pudo
constatar la afectación causada al ambiente,
por medio de entrevistas y fotografías.
Como es comentado por otros autores, la
minería sin control ha generado degradación del
paisaje, deforestación, erosión, cambio de cauce
de los ríos (León, 2012), contaminación de aguas
con diferentes compuestos, con el consecuente
deterioro de la vida acuática (Kitula, 2006).
El daño sobre el ambiente tiene amplia inci-
dencia en la salud de los mineros o en personas
ajenas a la actividad, quienes están expuestos a
consumir recursos contaminados. En el caso de
la minería de oro, la contaminación se presenta
por exposición a metales pesados, como mer-
curio, cianuro o arsénico, entre otros.
El mercurio es un elemento muy usado en la mi-
nería informal, para la extracción de oro; se ha com-
probado que este elemento puede ser perjudicial
para la salud, pues causa problemas respiratorios
(Cordy et ál., 2011). La minería puede ser fuente
importante de dispersión de mercurio para los sis-
temas acuáticos, que promueve la contaminación
con metilmercurio en la flora y la fauna (Programa
de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente,
2008), y desencadena una posible afectación al ser
humano cuando consume las plantas o animales
afectados, de modo que genera alteraciones sensi-
tivas y motoras en el sistema nervioso central y en
el cerebro (Defensoría del Pueblo, 2010).
Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 39
 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia
El mismo proceso puede ocurrir con elemen-
tos como el cianuro u otros metales pesados, los
cuales se bioacumulan, y por medio de la cadena
trófica pueden llegar a personas (Kitula, 2006).
El cianuro es un compuesto letal; el respirar
su gas puede causar parálisis respiratoria, dila-
tación de pupilas y convulsiones (Defensoría del
Pueblo, 2010), a lo cual están expuestos diaria-
mente los mineros informales y los habitantes
de zonas aledañas a los lugares mineros.
La anterior situación la acreditaron las auto-
ridades entrevistadas, al expresar la existencia
de personas afectadas en su salud en el siste-
ma respiratorio, digestivo y nervioso, en algunos
casos agravadas por transferencia a generacio-
nes futuras, al engendrar individuos con enfer-
medades y deformidades congénitas.
Las regiones donde se desarrollan activida-
des de minería ilícita se caracterizan por ser
lugares donde se convive en comunidad, con
miembros que manifiestan un marcado indivi-
dualismo (Lewis, 1975, citado por Norza et ál.,
2011), es decir, se caracterizan por perseguir el
éxito personal mediante la obtención de dinero.
En el ámbito de la cultura minera se presen-
tan una serie de problemáticas, que hacen que
sus miembros vivan en un estrés psicosocial
acentuado, como, e. g.: desprecio por el hábitat,
viviendas sin servicios públicos básicos, explo-
tación laboral, déficit en formación escolar, que
trasciende de un nivel personal a la sociedad, y
así emerge la cultura de la pobreza, que en es-
tos lugares se caracteriza por la intención de ex-
traer de la tierra sus recursos, sin miramiento de
las consecuencias ambientales y sociales, y se
ahonda en ella y en la miseria dentro de la socie-
dad (Lewis, 1975, citado por Norza et ál., 2011).
Con respecto a la contaminación ambiental
generada por empresas mineras reguladas por
el Estado, la mayoría de autoridades expresa-
ron que algunas compañías resarcen los daños
ambientales generados solo cuando son reque-
ridos por las autoridades competentes. En el
mismo sentido, manifestaron que la mayoría de
regiones con empresas mineras legales están
sumidas en la pobreza y con innumerables pro-
blemas sociales y ambientales, en parte debido
a que no son objeto de beneficios económicos
directos, derivados de la explotación de mine-
rales propios de la región, ni de compensación
40 Observatorio del Delito
alguna por pasivos ambientales generados por
la explotación minera.
La falta de cuidado y reparación por los da-
ños causados al ambiente, por parte de com-
pañías mineras, estarían ocasionados porque
el vacío legal existente en las normas es apro-
vechado por diferentes actores, para no asumir
responsabilidad por las afectaciones generadas
en desarrollo de la actividad minera, sin impor-
tar los pasivos ambientales producidos a la na-
turaleza, con el consecuente detrimento de los
ecosistemas, donde el ser humano se ve grave-
mente afectado (Becker, 1968).
El Código de minas (Ley 685 de 2001) dis-
pone, en el art. 34, las zonas excluibles de la
minería, en las que:
No podrán ejecutarse trabajos y obras de
exploración y explotación mineras en zonas
declaradas y delimitadas, conforme a la nor-
matividad vigente, como de protección y de-
sarrollo de los recursos naturales renovables
o del ambiente, y que, de acuerdo con las dis-
posiciones legales sobre la materia, expresa-
mente excluyan dichos trabajos y obras.
En el caso de la minería ilícita, se encontraron
casos en riveras, bosques, territorios indígenas y
parques naturales; irregularidad denunciada por la
Contraloría (s. f.) en un informe donde ilustra los
daños causados por la minería ilícita en los ríos
Dagua (Valle del Cauca) y San Juan (Chocó).
La falta de coordinación entre instituciones
gubernamentales, que tienden a reglamentar y
controlar el avance de actividades mineras en
regiones consideradas como reserva natural,
parques nacionales o patrimonio histórico de la
humanidad, es aprovechada por mineros forma-
les e informales para adelantar actividades de
minería. En este sentido, el concepto de disua-
sión de la teoría económica explicativa del de-
lito (Becker, 1968) adquiere relevancia, porque
debido a la desinformación y carencia de comu-
nicación interinstitucional se propicia la crea-
ción de dudas o vacíos legales, que colocan
en entredicho la función del Estado de derecho
en asuntos mineros; esto ocasiona conflictos
ambientales, que atentan gravemente contra
la seguridad humana; no en vano Colombia es
el país de América Latina con más cantidad de
conflictos ambientales (72) (Instituto de Ciencia
y Tecnología Ambiental de la Universidad Autó-
noma de Barcelona, 2014).
 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia
Un acápite aparte merece la comisión del de-
lito de explotación ilícita de yacimientos mineros
y otros materiales por parte de grupos armados
al margen de la ley, como las Farc y el ELN, que
les permite obtener recursos económicos para fi-
nanciar su actuar criminal, al estar presentes en
áreas del país poco controladas por las fuerzas
del Estado. Lo manifestado tiene asidero en la
teoría de guerra de recursos, que originalmente
estaba interesada en explicar los conflictos ge-
nerados por la extracción de minerales en dife-
rentes países de África, como consecuencia de
la caída del socialismo y el fin de la guerra fría,
que incidió en la manera de financiación de los
grupos rebeldes, los cuales tuvieron la necesidad
de recurrir a acciones que les permitieran sufra-
gar su accionar delictivo (Berdal & Keen, 1997,
citados por García, 2012).
Acorde con esta teoría, la explotación de los
recursos mineros en Colombia se explica por la
capacidad de saqueo que tienen estos materia-
les (oro), gracias a su facilidad de extracción,
transporte y comercialización, en razón a que
en las zonas de explotación no hay presencia
fuerte y constante del Estado; es decir, el poco
control gubernamental facilita su explotación ilí-
cita y comercialización por parte de los Gaomil.
En el mismo sentido, la teoría establece que
existe relación directa entre la distancia de los
centros administrativos y el desarrollo del delito
de EIYMOM; es decir, a mayor distancia, mayor
auge de la actividad ilícita, axioma que fue co-
rroborado por varios funcionarios entrevistados,
quienes evidenciaron ampliamente la falta de
capacidad de control por insuficiencia institucio-
nal, y por imposibilidad de acceder a áreas don-
de se desarrollan actividades de minería ilícita,
por ser territorios de difícil acceso o muy contro-
lados por los Gaomil (Le Billon, 2001).
La abundancia y consecuente saqueo de re-
cursos naturales actúa como catalizador de la
violencia, toda vez que la disponibilidad de esos
recursos ofrece incentivos para que las organiza-
ciones rebeldes adopten actitudes amenazantes,
con amplios intereses económicos sobre los mis-
mos (de Soysa, 2000, citado por García, 2012),
de modo que inciden negativamente en la segu-
ridad y convivencia ciudadana de las comunida-
des; no en vano, gracias al estudio criminológico,
se encontraron elevadas tasas de homicidio y
lesiones personales, superiores en su mayoría a
las tasas nacionales.
Para el caso de los municipios mineros ob-
jeto de estudio, se analizaron los delitos de im-
pacto de homicidios y lesiones personales, que
atentan contra la vida e integridad del individuo.
La tasa promedio de homicidio en munici-
pios mineros productores de oro (64 por cada
100.000 habitantes) fue superior en 83 % con
respecto a la tasa nacional (35 por cada 100.00
habitantes); la modalidad de sicariato (38 %)
tuvo mayor participación dentro del total de mo-
dalidades, y alcanzó niveles de 63 y 60 % en los
años 2011 y 2012.
Por el contrario, la tasa promedio de homici-
dio en municipios mineros productores de ma-
teriales diferentes a oro estuvo por debajo de la
tasa nacional, y la modalidad de riña (28 %) fue
la de mayor participación, con niveles de 43 y 38
% en los años 2009 y 2012, respectivamente.
De otra parte, la tasa de lesiones personales en
municipios mineros, durante el período analizado,
tuvo un comportamiento sostenido y elevado, que
en la mayoría de años superó las tasas nacionales.
Las tasas de lesiones personales en muni-
cipios mineros productores de oro presentan
alta dispersión; por el contrario, en municipios
mineros diferentes a oro estuvieron concentra-
das alrededor de la media, con la característica
de que la casi totalidad de años superaron las
tasas de los municipios productores de oro.
Como lo manifestaron las autoridades en-
trevistadas, el delito de extorsión, aunque es
ampliamente cometido por Gaomil, es poco de-
nunciado por las víctimas ante las autoridades,
porque se sienten vulnerables en su seguridad
e integridad personal, debido a la injerencia re-
gional ejercida por las citadas organizaciones, y
en menor medida porque la mayoría de victima-
rios no pueden justificar en forma legal los ingre-
sos entregados objeto de extorsión, los cuales
en su mayoría provienen de la actividad minera
ilícita. De acuerdo con lo anterior, las tasas de
extorsión presentan tendencias cercanas a la
tasa nacional, con contadas excepciones.
La particularidad relacionada con la cifra ocul-
ta de denuncias del delito de extorsión, en parte,
es considerada por la teoría de la indiferencia
social, gracias al adormecimiento colectivo y la
aceptación social, que cohonesta con el egoís-
Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 41
 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia
mo personal de las personas que ejercen la mi-
nería ilícita, quienes en su mayoría son víctimas
de fenómenos sociales, como el desempleo, la
desigualdad, la pobreza, la violencia y el anal-
fabetismo, los cuales han generado situaciones
que atentan contra la solidaridad y cohesión so-
cial, pero sobre todo contra la administración de
justicia, que impide a las autoridades generar
estrategias que propendan por la neutralización
y disminución del delito de extorsión.
Del análisis criminológico se deduce que en
los pueblos mineros productores de oro se pre-
sentan, en general, altas tasas de homicidio,
donde el sicariato es la modalidad que más pre-
valece; la tasa de homicidio en estos municipios
supera la de homicidios en municipios mineros
productores de materiales diferentes a oro.
Los municipios mineros productores de ma-
teriales distintos a oro reportan tasas elevadas
del delito de lesiones personales, en compara-
ción con los municipios productores de oro.
Dentro de los municipios existe una relación inver-
sa entre homicidios y lesiones personales; es decir,
los que presentan elevadas tasas de homicidio tienen
bajas tasas de lesiones personales, y viceversa.
En cuanto al delito de extorsión, no existe co-
rrespondencia entre lo manifestado por las au-
toridades con respecto a sus registros, situación
explicada por la dinámica criminal que caracteri-
za la explotación ilícita de yacimientos mineros y
otros materiales, agravada por la indiferencia so-
cial y el temor que sienten las víctimas ante posi-
bles represalias o retaliaciones de los victimarios.
Según algunos autores, la dependencia de los
recursos naturales ha sido el combustible de los
conflictos en diferentes partes del mundo, como
resultado de la debilidad institucional y la vulne-
rabilidad de los países a los conflictos armados y
diversas formas de violencia (Le Billion, 2009, ci-
tado por García, 2012). Pareciera que Colombia
no fuera la excepción; por el contrario, la confir-
maría, porque no solo ha servido para alimentar
el conflicto, sino que también habría ocasionado
una espiral delictiva, ampliamente demostrada a
través de los análisis criminológicos.
De otra parte, el análisis socioeconómico
fundamentado en NBI establece que:
La gran mayoría de municipios mineros se-
leccionados están por encima del valor conso-
lidado de proporción de personas con NBI del
departamento y del valor nacional
42 Observatorio del Delito
El 61 % de municipios mineros tienen propor-
ción de personas con NBI superior al índice na-
cional.
El 55 % de municipios mineros están por en-
cima del total nacional de proporción de perso-
nas en miseria.
El 59 % de municipios mineros presentan ín-
dices de proporción de personas en inasistencia
escolar superior al total nacional.
De acuerdo con lo anterior, los municipios
mineros, en su mayoría productores de oro, os-
tentan índices de NBI y tasas de los delitos de
homicidio y lesiones personales superiores a los
niveles y la tasa nacionales.
Como resultado del desarrollo de la actividad
minera ilícita, en la mayoría de los municipios
estudiados se presentan problemas sociales,
económicos y ambientales, que están gene-
rando incalculables pasivos o pérdidas, no solo
para las regiones donde se encuentran los en-
claves mineros, sino que se están trasladando
al orden nacional, los cuales no han sido eva-
luados en la dimensión que ameritan.
Desde el aspecto social, los habitantes de
las inmediaciones de las minas presentan pro-
blemas familiares que afectan el desarrollo per-
sonal y afectivo de cada uno de los miembros,
en especial de los Niños, Niñas y Adolescentes
(NNA), debido en parte a la necesidad económi-
ca y la disfunción de los roles familiares. Hoga-
res monoparentales, donde la mujer cabeza de
familia tiene la necesidad de trabajar en activi-
dades de minería, en condiciones de explota-
ción laboral, privan a sus hijos de los cuidados y
orientaciones maternales.
La mayoría de hogares habitan en construc-
ciones subnormales, carentes de servicios pú-
blicos básicos, como acueducto o electricidad,
que albergan a sus habitantes en condiciones
de hacinamiento, pobreza o miseria; no en vano
más del 60 % de hogares de los municipios es-
tudiados se ubican en condiciones de NBI supe-
riores al índice nacional.
Las autoridades mineras expresaron que los
niveles de pobreza e ignorancia de las familias
que se lucran de la minería generan condiciones
para que NNA sean objeto de explotación laboral
en actividades mineras, en detrimento del pro-
ceso educativo y de formación personal al que
tienen derecho; en este sentido, se entendería
el porqué el 59 % de municipios mineros objeto
 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia
de estudio presentan índices de proporción de
personas en inasistencia escolar superiores al
índice nacional. La situación descrita perpetúa el
círculo de pobreza y agrava la comisión del delito
de EIYMOM, porque los NNA en edad escolar,
en lugar de recibir ilustración en centros espe-
cializados, son captados para desarrollar traba-
jos de minería, quienes desde temprana edad
aprenden a hacer lo que observan en personas
mayores, y adquieren hábitos de comportamien-
to y aceptación de la actividad minera ilícita como
un quehacer socialmente practicado y aceptado.
Para terminar este capítulo de discusión de
resultados y conclusiones, es pertinente mani-
festar que el análisis de la información recolec-
tada mediante la aplicación de los instrumentos
a autoridades mineras de los municipios selec-
cionados, al ser cruzada con información extraí-
da del Siedco en lo relacionado con los delitos
de homicidios, lesiones personales y extorsión,
y con los índices de Necesidades Básicas Insa-
tisfechas (NBI) del DANE, indicarían que el de-
sarrollo de actividades de minería ilícita, a pesar
de las incalculables utilidades económicas que
generan a algunos agentes de la cadena pro-
ductiva, propicia condiciones para mantener una
espiral de pobreza en las regiones donde se de-
sarrolla, fundamentada en la explotación laboral,
contaminación ambiental, baja formación del ca-
pital humano e inversión en el sector productivo,
agravada por altos índices de criminalidad y por
ser aprovechada por organizaciones al margen
de la ley, que la utilizan como fuente de financia-
ción para su accionar delictivo, que atenta contra
la seguridad del Estado.
La indiferencia social es el agravante de la es-
calada del fenómeno de pobreza y desigualdad
social, y de índices crecientes de criminalidad en
municipios mineros, que inhibe a las personas que
se relacionan o lucran de la minería ilícita, para
comprender y reaccionar de manera apropiada
con respecto a la actividad y las consecuencias
que genera a nivel individual y colectivo, situación
que produce tolerancia y acostumbramiento a los
fenómenos negativos anteriormente descritos.
Producto de la intolerancia, las conductas violen-
tas y delictivas son comunes dentro del marco
de una sociedad carente de capacidad para re-
conocer a las víctimas, aduciendo que estas son
responsables por su desgracia, abrogándoles su
condición por descuido, impericia o negligencia en
el actuar que las llevó a su condición de víctima
(Norza et ál., 2011). Las demás personas de la
sociedad consideran que los problemas de convi-
vencia y seguridad ciudadana no son de su resor-
te, por temor a agresiones o reproches, o porque
al relacionarse les generan responsabilidades que
no les compete o no están dispuestas a asumir
(Norza et ál., 2011).
El anterior panorama plantea retos y compro-
misos de parte de todos los sectores de la so-
ciedad colombiana, con el propósito de generar
condiciones óptimas para el desarrollo sostenible
de la minería, pero sin atentar contra el equilibrio
del ambiente. De no ser así, a mediano plazo al-
gunas regiones del país enfrentarán una crisis
ambiental, que afectará gravemente al ser hu-
mano que habita en sus inmediaciones, porque
morarán en terrenos desérticos, con elevados
niveles de contaminación y sin biodiversidad que
les permita convivir en equilibrio con la natura-
leza; este escenario se caracterizará por eleva-
dos índices de violencia y desplazamiento de
personas, sin considerar los graves problemas
de salud pública que enfrentará el Estado, ante
la proliferación de habitantes con secuelas, por
consumir agua, aire y alimentos contaminados
con productos químicos utilizados en las activi-
dades de explotación de minerales.
6. Recomendaciones
A continuación se presentan las recomenda-
ciones obtenidas del análisis de la información
aportada por las autoridades mineras de los muni-
cipios seleccionados y del estudio criminológico y
socioeconómico realizado.
Desde el punto de vista legal, no solo es nece-
saria la adopción de un Código minero moderno,
que contemple la extracción de minerales regula-
da por el Estado, bajo el concepto de desarrollo
sostenible, sino que también se requiere de la
implementación y funcionamiento de un sistema
sancionatorio que mitigue drásticamente el deli-
to de Extracción Ilícita de Yacimientos Mineros y
Otros Materiales (EIYMOM).
En este sentido, al Estado le compete cono-
cer la problemática minera que acontece en la
provincia, que considere la cultura, idiosincrasia
y características propias de los grupos humanos
dedicados a la minería, porque dependiendo de
Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL 43
 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia
la región y del mineral explotado se presentan
tipologías diferentes; una es la de los mineros
de oro del Bajo Cauca antioqueño, y otra, la de
los mineros de carbón de Boyacá. En igual sen-
tido, le corresponde generar política pública que
incluya cursos de acción que involucren a las
autoridades locales, departamentales y regio-
nales, con el propósito de convertirlas en ver-
daderas entidades de regulación y control de la
actividad minera.
La política pública debe contemplar la reali-
zación de una minería responsable y prudente,
la cual se refiere a “tener la capacidad de tomar
decisiones morales y, por consiguiente, poder
rendir cuentas; ser susceptible de revisión legal
o, en caso de fallas, a penalidades; basarse o
caracterizarse por su buen juicio o sensatez; ser
honesto, capaz, confiable” (Rubiano, 2012). La
formulación de la política debería contemplar
los aportes del Foro Económico Mundial (2013),
que mediante la Iniciativa para el Desarrollo de la
Minería Responsable (IDMR) brinda directrices
tendientes al “entendimiento de los retos y com-
plejidades implicados en el desarrollo minero res-
ponsable y sostenible, y para identificar y poner
en marcha posibles soluciones para abordarlos”.
De otra parte, uno de los principales hallaz-
gos de la investigación fue el bajo nivel de cono-
cimiento de la reglamentación minera por parte
de las autoridades, que no tienen claros los con-
ceptos de minería tradicional, legal e ilícita y, por
ende, procesos de legalización minera. Al res-
pecto, se plantea como alternativa de solución
adelantar una campaña de promulgación fuerte
y sostenida entre las diversas autoridades loca-
les, municipales y departamentales, acerca de
los tipos de minería: tradicional, artesanal, ba-
requeo, legal, ilícita, etc., especificando clara-
mente la diferencia jurídica entre minería legal
e ilícita, con el objetivo de brindar herramientas
a las autoridades competentes para que ejerzan
con eficacia y eficiencia el control al desarrollo
de la actividad minería en el país.
Junto con lo anterior, uno de los grandes pro-
blemas que contribuyen al aumento de la mine-
ría ilícita bajo el concepto de minería informal,
es el vacío presentado en los procesos de judi-
cialización, fundamentado en la falta de preci-
sión legal que tienen las autoridades judiciales,
que las limita para asumir responsabilidades de
casos mineros, situación reflejada en la captura
44 Observatorio del Delito
de mineros en flagrancia, quienes al poco tiem-
po retornan a sus actividades extractivas ilícitas.
En los últimos once años (2003-2013) han
sido capturadas 65 personas, por transgresión
al art. 333, al igual que 7.131, por violar el art.
338 del Código penal; de estas últimas, la ma-
yor cantidad de capturas se han dado entre los
años 2010 y 2013, con un promedio anual de
1.313; por tal motivo, sería conveniente determi-
nar cuántas personas capturadas han sido con-
denadas, con el propósito de establecer la efec-
tividad de las acciones policiales y corroborar
o desvirtuar lo manifestado por las autoridades
mineras con respecto a la percepción de impu-
nidad relacionada con los artículos en comento.
De acuerdo con lo anterior, se requeriría ade-
cuar el sistema penal en concordancia con la gra-
vedad y dimensión de los delitos cometidos con
ocasión de la extracción ilícita de yacimientos
mineros y otros materiales, o por la afectación al
ambiente, entendiendo que al atentar contra los
recursos naturales y el medioambiente se está
atentando contra el ser humano y su seguridad.
Por otra parte, algunas autoridades locales y
regionales no tienen claro su rol dentro del siste-
ma minero, pues desconocen las funciones que
la ley les ha asignado. Para suplir la falta de co-
nocimiento de la norma, el Estado debería im-
plementar mecanismos tendientes a garantizar
el pleno conocimiento de la normatividad minera
y ambiental por parte de las autoridades; para el
efecto, sería viable vincular entidades de educa-
ción superior en capacidad de facilitar y dinamizar
la orientación, comprensión, alcances y limitacio-
nes de la regulación minera y ambiental.
Otro aspecto que se debe reglamentar está re-
lacionado con las coordinaciones y procedimien-
tos que se han de realizar entre las autoridades
competentes, con el propósito de aunar esfuerzos
interinstitucionales, tendientes a optimizar la admi-
nistración y control de las actividades del ramo, al
igual que sancionar aquellas conductas mineras al
margen de la ley o que afecten el ambiente.
Se hace necesario que las autoridades vincula-
das a la labor de expedición de licencias ambien-
tales hagan uso de tecnología de punta, que les
permita administrar información con precisión, en
especial lo relacionado con ubicación geográfica
de predios objeto de licenciamiento, a fin de evitar
contratiempos con asentamientos humanos o pre-
dios con uso del suelo distinto a minería.
 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia
Con el propósito de evitar el deterioro del
medioambiente, se hace necesario fortalecer los
procedimientos de las instituciones pertenecien-
tes al sistema minero, con el objetivo de evitar
sanciones por desastres irreversibles contra el
medioambiente. Para ello es necesario contar con
infraestructura humana y técnica especializada
en supervisión ambiental, que realice verdaderos
controles exhaustivos en las etapas de planea-
ción, exploración, explotación y cierre de minas.
En este sentido, es importante mencionar la
labor que deben desarrollar los organismos de
control minero con respecto a la función de super-
visión a empresas legalmente constituidas, con el
propósito de hacer cumplir el ordenamiento legal.
Le corresponde al Estado y los gremios mine-
ros realizar actividades de formación y educación
en procedimientos seguros de minería orientados
a mineros informales, con el objetivo de concien-
tizarlos de las consecuencias futuras de continuar
con el desarrollo de la actividad sin observar los
mínimos protocolos de seguridad laboral. En un
comienzo se debe educar con respecto a los efec-
tos directos sobre la salud humana del minero al
desarrollar actividades en condiciones desfavora-
bles de seguridad laboral; Colombia cuenta con
casos ampliamente documentados acerca de las
consecuencias directas e indirectas sobre la sa-
lud humana, por adelantar actividades mineras sin
observar procedimientos laborales seguros.
Las actividades de formación deben ser dise-
ñadas para impactar el ambiente y la salud públi-
ca de las regiones donde hay enclaves mineros;
para ello, deben considerar el arraigo de la po-
blación beneficiada, porque de eso dependerá el
éxito del proceso de formación, al existir relación
directa entre pertenencia a la tierra y conserva-
ción del medioambiente, incluido el ser humano.
En el mismo sentido, se deben contrastar las
consecuencias a largo plazo de desarrollar acti-
vidades mineras irresponsables con el medioam-
biente versus la minería responsable, planteando
alternativas económicas rentables y sustentables
amigables con el ambiente.
Se debería evaluar la calidad de los progra-
mas de educación ambiental impartida por las
diferentes autoridades departamentales, muni-
cipales, corporaciones autónomas regionales y
Policía Nacional, porque en la actualidad no se
conocen resultados de impacto en el ambiente
y la sociedad.
Respecto a la realización de actividades mi-
neras en zonas de protección, como riberas, bos-
ques, territorios indígenas y parques naturales,
las autoridades manifestaron que existe dificul-
tad técnica para arribar a minas ilícitas, además
de desobediencia de mineros informales, quie-
nes abandonan las minas ante la presencia de la
autoridad, pero retornan a ejercer la actividad en
la ausencia de esta. En este sentido, el Estado
debe desarrollar estrategias que le permitan ga-
rantizar acceso y permanencia sostenida a todas
las minas que operan en el país.
De otra parte, en consideración a los altos
índices de NBI de la mayoría de los municipios
mineros, superiores a los índices nacionales y
departamentales, que evidencian el nivel de sub-
desarrollo en que están sumidos, caracterizados
por altos registros de proporción de personas
en miseria, pobreza, hacinamiento, inasistencia
escolar y alta dependencia económica, aunados
a los registros de criminalidad que reportan, los
cuales agravan y complejizan la convivencia y
seguridad ciudadana de los municipios y regio-
nes mineras. Teniendo en cuenta lo anterior, la
realidad minera ilícita se convierte en causa y
efecto de pobreza y constantes problemas de
convivencia y seguridad ciudadana, que trascien-
den los municipios y regiones mineras a ámbitos
superiores, con amplia incidencia en la seguridad
pública, al ser aprovechados por grupos al mar-
gen de la ley, como las Farc, ELN y Bacrim, inte-
resados en desestabilizar el Estado de derecho
con su accionar criminal, financiado con recursos
provenientes de la minería ilícita.
Con el anterior panorama, se requiere la in-
tervención efectiva del Estado, que propenda por
el desarrollo de la industria minera sostenible,
ajustada a los principios constitucionales rela-
cionados con los derechos del ciudadano, bajo
la responsabilidad estatal de protegerlo integral-
mente (Constitución Política de Colombia, 1991),
y parámetros de la Política Nacional de Seguri-
dad y Convivencia Ciudadana [PNSCC] (2011),
que permite plantear lo siguiente:
Prevención social y situacional: orientada
al control y reducción de riesgos relacionados
con la ocurrencia del delito desde el punto de
vista social (personas) y situacional (acto pu-
nible). En este sentido, la prevención se debe
dirigir a disminuir las probabilidades de inicio y
continuación de carreras delictivas; para ello se
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 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia
deben adelantar programas sostenidos de ca-
pacitación de padres de familia en situación de
vulnerabilidad, tendientes a educar para que se
disminuyan las condiciones que generan violen-
cia intrafamiliar e infantil, y a la vez desciendan
los actos de violencia e intolerancia social, en
las familias y la comunidad; en este punto des-
empeñan un papel importante las instituciones
educativas, que deben orientar en la resolución
de diferencias interpersonales, en aras de faci-
litar herramientas que le permitan al estudiante
elevar su autoestima e interés por el aprendiza-
je (PNSCC, 2011).
El sistema educativo debe promover iniciati-
vas que eviten la desescolarización de niños y jó-
venes habitantes de regiones mineras, mediante
la implementación de programas educativos que
respondan a las expectativas y necesidades de
la población estudiantil. En este mismo sentido,
promover la ampliación de la jornada educativa a
todo el día, complementándola con refuerzo aca-
démico y educación física y deportiva y recrea-
ción, estos últimos extensibles a fines de semana
(PNSCC, 2011).
En el ámbito situacional, se recomienda arti-
cular las iniciativas en seguridad y convivencia
ciudadana, con el propósito de mejorar el entor-
no y calidad de vida de las comunidades, a fin de
prevenir y evitar la ocurrencia de hechos delicti-
vos (PNSCC, 2011)
Construir espacios públicos para la recrea-
ción, el deporte y la cultura, orientados a facilitar
el uso sano del tiempo libre (PNSCC, 2011).
En concordancia con las condiciones topográ-
ficas de las regiones mineras, incorporar concep-
tos de infraestructura vial y arquitectónica, con
el propósito de facilitar e impulsar el desarrollo
regional en sectores productivos diferentes a la
minería (PNSCC, 2011).
Presencia y control policial: para garantizar la
convivencia y seguridad ciudadana en regiones
apartadas de los centros administrativos, se re-
quiere continuar con el fortalecimiento estratégico
de la capacidad de la Policía Nacional, encargada
de la disuasión y control del delito, especialmente
el realizado por organizaciones criminales organi-
zadas, que aprovechan recursos generados por el
desarrollo de la minería criminal (PNSCC, 2011).
El combate efectivo de la minería ilícita requiere no
solo de la presencia próxima y sostenida de la poli-
cía en las comunidades mineras, sino de entidades
46 Observatorio del Delito
del Estado que permitan desarrollar un despliegue
estratégico y focalizado, dirigido neutralizar expre-
siones concretas del delito de minería ilícita; para el
efecto, se reclama el compromiso institucional de
todos los miembros del sistema minero, porque el
combate de la minería ilícita requiere de disponibili-
dad permanente, toda vez que las manifestaciones
flagrantes se desarrollan en su mayoría cuando se
evidencia la ausencia del Estado.
La Policía Nacional ha estado trabajando in-
tensamente en el fortalecimiento de la capacidad
operativa, a través del Plan Integral Policial para
la Seguridad del Ciudadano “Corazón Verde”,
orientado a contrarrestar los fenómenos delicti-
vos de mayor impacto en la percepción de segu-
ridad en el colectivo imaginario de los habitantes
del territorio colombiano, en especial mediante la
implementación de la Estrategia de Intervención
Integral Contra la Explotación Ilícita de Yacimien-
tos Mineros, a cargo de la Dirección de Carabi-
neros y Seguridad Rural, que tiene como objetivo
apoyar la eliminación de la minería ilícita en el
país, desarticulando las estructuras criminales
vinculadas a este delito, al igual que en su pre-
vención y mutación, además de desempeñar las
funciones de control territorial (Policía Nacional
de Colombia [PNC], 2009).
Igualmente, ha fortalecido sus mecanismos
e instrumentos de inteligencia y operacionales
(PNSCC, 2011), lo que le ha permitido desarrollar
y liderar las acciones de la institución, en asocio
con autoridades locales, regionales, nacionales y
la Unidad Nacional de Fiscalías de Delitos contra
los Recursos Naturales y el Medio Ambiente de
la Fiscalía General de la Nación (FGN), tendien-
tes a erradicar la minería ilícita en Colombia.
Ante la dimensión del problema de minería
ilícita, para la Policía Nacional se hace nece-
sario continuar incrementando el pie de fuerza
con altos niveles de entrenamiento y capacita-
ción en el tema, en especial lo relacionado con
el combate en regiones donde es realizada o
afectada por grupos armados al margen de la
ley, los cuales magnifican la dimensión del pro-
blema (PNSCC, 2011).
Paralela a la presencia y control policial en
regiones mineras, se requiere la presencia efec-
tiva de entidades del Estado involucradas en el
combate del fenómeno, porque las alternativas
de solución deben ser integrales y abarcar todas
las aristas relacionadas con el mismo; en este
 Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia
sentido, el Estado tiene que afectar las regiones
mineras en aspectos que trasciendan desde el
individuo hasta la sociedad, con un fuerte énfa-
sis en inversión social y de infraestructura que
facilite el desarrollo económico de las regiones
(PNSCC, 2011).
Para ello es imprescindible contar con insti-
tuciones fuertes al servicio de la comunidad, al-
gunas de ellas con disposición de trabajo de 24
horas, que garanticen la atención integral de la
Policía, en razón a que algunos procedimientos
estratégicos y operativos así lo ameritan.
Un aspecto que se debe trabajar es el relacio-
nado con el imaginario colectivo de que el control
de la minería ilícita se debe desarrollar desde el
ámbito policial, desconociendo que el fenómeno
se realiza dentro de un sistema donde todas las
partes o variables deben interactuar en beneficio
del desarrollo minero sostenible del país.
Justicia, víctimas y resocialización: en lo ati-
nente al Sistema de Justicia Penal, se debe con-
tinuar con el fortalecimiento de mecanismos de
coordinación entre la Policía Nacional y la Fiscalía
General de la Nación (FGN), en especial la Uni-
dad Nacional de Fiscalías de Delitos contra los
Recursos Naturales y el Medio Ambiente y el Con-
sejo Superior de la Judicatura, con el propósito de
incrementar el número de condenas de individuos
responsables de los delitos contemplados en los
arts. 333 y 338 del Código penal (PNSCC, 2011).
Es meritorio el impulso que el Gobierno le ha
dado a la recientemente creada Unidad Nacional
de Fiscalías de Delitos contra los Recursos Natu-
rales y el Medio Ambiente, de la Fiscalía General
de la Nación, que mejora y fortalece la capacidad
investigativa de las instituciones involucradas en
la erradicación de la minería ilícita.
Es pertinente reforzar en personal, herramien-
tas técnicas y capacitación especializada a los
entes encargados del juzgamiento de los delitos
de EIYMOM y contaminación ambiental, en for-
ma articulada con la Policía Nacional y la FGN.
Cultura de la legalidad y convivencia: entendi-
da como la apropiación de normas de conducta
básicas socialmente aceptadas, bajo la óptica del
Estado social de derecho. Para ello se requiere
continuar con la promoción de la cultura de la le-
galidad, fundamentada en que el apego a la ley,
en concordancia con los principios morales, son
un valor social fundamental, rechazando en forma
social y legal alternativas de atajo y dinero fácil;
en este aspecto, el Estado y la sociedad deben au-
nar esfuerzos, porque la EIYMOM se desarrolla en
un ambiente familiar, cultural y social de ilegalidad,
donde a los individuos y los Gaomil solamente les
asiste el deseo de obtener dinero fácil, con desme-
dro del ambiente y la sociedad (PNSCC, 2011).
Otro aspecto que se debe continuar trabajando
es el relacionado con el fomento y promoción de
una cultura de responsabilidad y autorregulación
ciudadana en el consumo de licor y sustancias
psicoactivas, factor determinante en la ocurrencia
de los delitos de lesiones personales y homicidios
en municipios mineros (PNSCC, 2011).
En las poblaciones aledañas a los enclaves mi-
neros, promover medios prácticos y efectivos de re-
laciones personales e interétnicas, que contribuyan
a la solución pacífica de diferencias y conflictos. En
este sentido, los parámetros de solución de conflic-
tos deben ser consensuados por la sociedad, que
finalmente es la que los adopta y coloca en práctica
(PNSCC, 2011).
Con la dirección del Estado, impulsar la cons-
trucción colectiva del Código de convivencia ciuda-
dana, y promover su conocimiento, apropiación y
aplicación por todos los ciudadanos y autoridades,
de acuerdo con su responsabilidad. El citado códi-
go es una herramienta valiosa para contrarrestar la
comisión de contravenciones y delitos que afectan
la convivencia y seguridad ciudadana de los muni-
cipios mineros, siempre y cuando sea aceptado y
practicado por la comunidad (PNSCC, 2011).
En este aparte el Estado debe hacer uso inten-
sivo y extensivo de los medios de comunicación,
como elemento de difusión masiva, con el propó-
sito de motivar a la comunidad para que denuncie
la práctica del delito de EIYMOM, al igual que am-
pliar y transferir el desarrollo de buenas prácticas
ambientales locales y regionales.
Ciudadanía activa y responsable: cualquier políti-
ca, medida o acción tendiente a mejorar la conviven-
cia y seguridad ciudadana requiere de la participación
activa y decidida de la ciudadanía, al igual que del
Gobierno Nacional y las autoridades locales y regio-
nales; para ello es conveniente establecer lazos de
cooperación entre la ciudadanía y las autoridades, a
fin de obtener resultados positivos en los aspectos re-
lacionados (PNSCC, 2011).
En concordancia con lo anterior, se requiere
crear o fortalecer los Frentes de Seguridad Local
(FSL) y las Escuelas de Convivencia y Seguridad
Ciudadana (ECSC), en aras de vincular a la comu-
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 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia
nidad de los municipios mineros en la prevención
y denuncia de delitos y contravenciones, además
de facilitar el intercambio de información y esti-
mular la actuación ciudadana (PNSCC, 2011).
Igualmente, se requiere que las autoridades
impulsen sistemas de cuidado con el ambien-
te, que orienten a los mineros en mecanismos
de precaución y responsabilidad en la actividad
extractiva, a través de campañas, cartillas infor-
mativas o cualquier otro medio que se considere
pertinente (PNSCC, 2011)
Determinar las responsabilidades de los mi-
neros (legales) y gremios de minería en aspec-
tos de seguridad y convivencia dentro de los
enclaves mineros, a fin de delimitar la actuación
policial a los espacios públicos (PNSCC, 2011).
Establecer y fortalecer espacios de encuen-
tro y discusión, formales e informales de interés
común, en un ambiente de respeto y de comu-
nicación y escucha, que lleven a la construcción
de consensos (PNSCC, 2011).
Por último, es pertinente expresar que para
garantizar el éxito del sector minero colom-
biano, se requiere del compromiso del Estado
48 Observatorio del Delito
para generar seguridad jurídica que permita
articular esfuerzos personales, colectivos e
institucionales, tendientes a desarrollar tan im-
portante industria para la economía nacional,
entendiendo que los recursos minerales y el
medioambiente son finitos; por tal motivo, el de-
sarrollo normativo y operativo debe contemplar
el equilibrio entre el avance de la industria mi-
nera y la afectación a la naturaleza. El avance
de la minería amigable con el ambiente, bajo el
control y supervisión del Estado, determinará
el adelanto socioeconómico de los territorios
privilegiados con activos mineros, con efectos
multiplicadores en las regiones aledañas y el
resto del país; de lo contrario, el panorama no
será muy halagador, el cual tendrá incidencia
negativa en la seguridad humana, ciudadana y
de convivencia. En este sentido, la Policía Na-
cional, consciente de su rol institucional como
garante de la convivencia y seguridad ciudada-
na, continuará ocupando espacios y asumien-
do responsabilidades que la colocan como líder
en la lucha contra la minería ilícita.
Minería ilícita, criminalidad, pobreza y vacíos jurídicos en cincuenta y dos municipios mineros de Colombia

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 ISSN 2256-1005, Investig. Criminol., Volumen IV, Número 2, julio-diciembre 2014, Bogotá, D. C., Colombia

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