UN EJERCICIO DE INTERPRETACIÓN

¿Qué tan necesario es necesario?

Juan 4:1-4 Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído
decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan (aunque Jesús no
bautizaba, sino sus discípulos), salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea. Y
le era necesario pasar por Samaria.

Todos hemos escuchado esa agradable visita que tuvo el Señor con la mujer samaritana y
con los samaritanos. ¿Fue pura casualidad que Jesús se encontrara con la mujer
samaritana? ¿Dios aprovechó este encuentro casual para evangelizar a los samaritanos?

Para poder contestar estas preguntas es necesario entender el significado de la palabra

“necesario”. Para esto, voy a utilizar una estrategia en donde no recurriremos ni al
significado griego de la palabra ni a su significado en español.

Esta estrategia consiste en buscar en el mismo evangelio de Juan todos los pasajes donde
aparezca la palabra “necesario” y analizar con qué importancia y en qué casos el apóstol la
está utilizando.

Los pasajes donde aparece esta palabra en todo el Evangelio de Juan son:

Juan 3:7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

¿Qué tan necesario era nacer de nuevo? Tan necesario que si no se nace de
nuevo no se puede entrar al reino de los cielos.

Juan 3:14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que
el Hijo del Hombre sea levantado,
¿Qué tan necesario era que el Hijo del hombre sea levantado (resucitado)?
Tan necesario que si Jesús no hubiera resucitado no hubiera completado su
plan de redención.

Juan 3:30 Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.

¿Qué tan necesario era que Jesús “creciera” (se manifestara)?
Tan necesario que si Jesús no se hubiera manifestado como el Mesías y el
Hijo de Dios. No hubiera llevado a cabo su plan de redención. Jesús se
manifestó como el Verbo hecho carne para expiar nuestros pecados.

Juan 4:24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es

necesario que adoren.
¿Qué tan necesario es adorar a Dios en espíritu y en verdad?
Tan necesario que no hay otra forma de adorarlo, y fuimos creados para
ello.

1
 Juan 9:4 Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día
dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.
¿Qué tan necesario era hacer las obras del que le envió?
Tan necesario que si no hubiera hecho las obras del que le envió no hubiera
demostrado su divinidad.

Juan 12:34 Le respondió la gente: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo
permanece para siempre. ¿Cómo, pues, dices tú que es necesario que el Hijo del
Hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del Hombre?
¿Qué tan necesario era que Hijo de Dios sea levantado?
Tan necesario de que si no se hubiere levantado de entre los muertos no
hubiera completado su plan de redención.

Juan 20:9 Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario que él
resucitase de los muertos.
¿Qué tan necesario era que Jesús resucitase de los muertos?
Tan necesario que Juan habla de la necesidad de que Jesús sea levantado
de los muertos en tres pasajes (dos mencionados anteriormente). El apóstol
Pablo menciona que si Jesús no se hubiera levantado de los muertos
nuestra fe sería vana y aún estaríamos en pecado (1 Co 15:17).

Podemos concluir que el apóstol Juan utiliza la palabra “necesario” para indicar que Jesús
iba hacer algo de suma importancia que ya estaba establecido que sucediera. Algo que
Dios había destinado y planeado que sucediera conforme al propósito de su voluntad.

Regresando al pasaje con el que iniciamos podemos concluir que no era una casualidad
que Jesús se encontrara con la mujer samaritana. Dios tenía un propósito establecido al
pasar por Samaria, tan así que Jesús les dijo a sus discípulos en el verso (34) “Mi comida es
que haga la voluntad del que me envió”. Era la voluntad de Dios salvar a los Samaritanos
tanto que le dijo a sus discípulos que le iban a ser testigos en: “Jerusalén, en toda Judea,
en Samaria y hasta lo último de la tierra”. Jesús en su propósito soberano ya estaba
preparando el corazón de los samaritanos para la Gran Comisión.

Mi estimado hermano y hermana en algún momento de tu vida a Dios le fue necesario

tenerte en el lugar indicado para que pudieras escuchar el Evangelio y venir a Él. Tu vida y
tu salvación no fue una casualidad que Dios aprovechó para salvarte, sino un plan eterno
para poderte traer a Él y no soltarte NUNCA. Dios me los bendiga.