Sunteți pe pagina 1din 249

ROMANOS

CAPÍTULO 1

Introducción

“La única esperanza para el Cristianismo es la rehabilitación de la Teología


Paulina. O regresamos al Cristo encarnado y a la sangre expiatoria o nos
deslizaremos al ateísmo y a la desesperanza” (el fallecido Francis L. Patton, el
piadoso e idóneo presidente de la Universidad de Princeton).

“La epístola a los Romanos es la verdadera pieza maestra del Nuevo


Testamento y el más puro evangelio. Es digna de que todo cristiano no solo
la sepa de memoria, palabra por palabra, sino también de que se ocupe en
ella como su pan cotidiano del alma. Pues nunca puede llegar a ser leída o
ponderada lo suficiente; y cuanto más se la estudia, tanto más preciosa y
apetecible se vuelve” (Martín Lutero).

Pablo escribió esta carta alrededor del año 56 D.C. cuando estaba en la ciudad de Corinto. Pablo no había
visitado aún la Iglesia de Roma. El deseaba ir allá y oraba que Dios hiciera posible esta visita (Romanos
1:10-12; 15:23-24). Esto hace que la carta a los Romanos sea especial. La mayoría de las otras cartas
fueron escritas a iglesias a las cuales él había ministrado personalmente. Pero aquí había una iglesia (la
iglesia de Roma) donde Pablo no había estado y donde Pablo no había enseñado. Podríamos hacer esta
pregunta: ¿Qué enseñará Pablo cuando llegue a Roma? En este libro de Romanos, Pablo da una
presentación preliminar del contenido de su ministerio de enseñanza. Lo que Pablo expone en estos 16
capítulos es nada menos que una obra doctrinal maestra. ¿De qué se trata el cristianismo? ¿Cuál es su
mensaje central? ¿Cuál es el verdadero evangelio de Dios? ¿Cuáles son realmente las buenas nuevas de
salvación? ¿Qué clase de mensaje predicaba el más grande de todos los apóstoles de la iglesia
dondequiera que fuera? Para encontrar la respuesta a todas estas preguntas debemos volver al libro
doctrinal más importante del Nuevo Testamento—la epístola de Pablo a los Romanos.

No es posible medir la influencia que ha tenido el Libro de Romanos. Un grupo de eruditos elaboró una
lista de los quince libros más importantes -- importantes por su influencia beneficiosa sobre la humanidad.
En esta lista de libros estaban incluidos el Diario de John Wesley, Las 95 Tesis de Martín Lutero, La Ciudad
de Dios de Agustín y El Progreso del Peregrino de Juan Bunyan. Como lo revelan susDiarios, Wesley era un
predicador inconverso hasta que leyó el libro de Romanos y entendió el camino de salvación de Dios.
Lutero, un monje católico, fue influenciado poderosamente por Romanos 1:17, “Mas el justo por la fe
vivirá”, lo que abrió sus ojos a la verdad de la justificación por fe. La Ciudad de Dios de Agustín está
basada en su estudio del Libro de Romanos. Bunyan escribió el Progreso del Peregrinodespués que leyera
el Libro de Romanos estando en prisión. Éste llegó a ser el libro más vendido, después de la Biblia. Entre
los libros más importantes del mundo, hay cuatro que fueron directamente influenciados por el Libro de
Romanos. ¿El Libro de Romanos ha cambiado tu vida?

Romanos 1:1

Observa la primera frase (¿dónde encuentras el primer punto?). Tiene 124 palabras en la versión Reina
Valera 1960. Este es el estilo característico de Pablo (ver Efesios 1:3-14). El Apóstol Juan tenía un estilo
diferente (frases cortas y sencillas, sin embargo profundas) –ver Juan 4:8, 19 etc. La doctrina correcta en
cuanto a la inspiración de las Escrituras va más allá de la idea de un dictado mecánico. Las diferentes
personalidades y estilos de los escritores humanos son claramente observables y, sin embargo, lo que
escribieron está sin error y es exactamente lo que Dios quería decir —ver 2 Pedro 1:20-21 y 2 Timoteo
3:16. Cada escritor bíblico tenía su propio estilo y característica, sin embargo Dios los usó como Sus
escribientes para anotar exactamente lo que el Señor quería que fuese incluido en Su Palabra.

En el versículo 1 Pablo nos dice tres cosas en cuanto a sí mismo:

1) Siervo = esclavo, servidor, esclavo por amor de Jesucristo

Esta es una declaración asombrosa si consideramos el historial pasado de Pablo (ver Hechos 7:58; 8:1-3;
9:1-2; 1 Corintios 15:9; 1 Timoteo 1:13-15). Saulo de Tarso era el mayor enemigo de la iglesia. El mayor
enemigo de la iglesia llegó a ser el mayor apóstol de la iglesia. ¿Cómo sucedió ésto? ¿Cómo podemos
explicar esta asombrosa transformación descrita en Gálatas 1:23? ¿Cómo puede Saulo, el perseguidor,
llegar a ser Pablo, “el siervo de Jesucristo” (Romanos 1:1)? ALGO TIENE QUE HABER SUCEDIDO.

De acuerdo al Nuevo Testamento, ¿qué sucedió para causar tal cambio? ¿Qué causó la conversión de
Saulo de Tarso? Ver 1 Corintios 9:1 --“¿No he VISTO a Jesús, el Señor nuestro?” y compare con Hechos
9:3-6 y 1 Corintios 15:8. Críticos hostiles del cristianismo tienen que dar una explicación satisfactoria para
la conversión de Pablo. George Lyttelton (1709-1773) estudió la conversión de Pablo con la intención de
desaprobar el cristianismo. Como resultado de su investigación, él se convirtió. En su notable escrito,
“Observaciones sobre la conversión de Pablo”, expone cuatro proposiciones que parecen agotar todas las
posibilidades del caso:

Pablo fue un impostor que dijo algo que él sabía que era falso, con la intención de engañar (él en
realidad no vio al Cristo resucitado, pero dijo que lo vio).

El era un fanático (“entusiasta”) que sufría de una imaginación desenfrenada (él pensó
sinceramente que vio al Cristo resucitado, pero en realidad no lo vio).

El fue engañado por el fraude de otros (de alguna manera otros lo hicieron pensar que había visto
al Cristo resucitado).

Lo que él declaró ser la causa de su conversión, sucedió realmente y, por lo tanto, la religión
cristiana es una revelación divina (Pablo vio realmente al Cristo resucitado, por lo cual el
cristianismo es verdadero y Cristo está vivo).

¿Qué problemas ves con las tres primeras posibilidades?

2) Apóstol = Alguien que es enviado en una misión

Dios tenía un ministerio único y especial para Pablo y los demás apóstoles. ¿HAY AÚN APÓSTOLES EN LA
IGLESIA HOY?

En Efesios 2:20 se dice que los apóstoles son hombres “fundamentales”. Un fundamento se coloca  solo
una vez, al comienzo del proyecto de edificación. Los apóstoles fueron necesarios al comienzo de la edad
de la iglesia para llevar a cabo su especial ministerio de “fundación”.

Hoy en día nadie satisface los requisitos de un apóstol, porque un apóstol tenía que haber VISTO al
CRISTO RESUCITADO (1 Corintios 9:1; 15:8-9 y Hechos 1:22— cuando buscaban un reemplazante para
Judas). Cristo no se aparece a los hombres hoy (1 Pedro 1:8; Juan 16:10).

Aplicación: ver Hechos 2:42. Hoy día no tenemos apóstoles, pero tenemos la DOCTRINA o la ENSEÑANZA
DE LOS APÓSTOLES. Hoy no tenemos al Apóstol Pablo, pero tenemos la DOCTRINA DEL APÓSTOLPABLO,
es decir el LIBRO DE ROMANOS (y sus otros escritos que ahora forman parte de las Escrituras).

3) Apartado para el Evangelio de Dios


Hay un aspecto negativo en la separación (separación del pecado, de las cosas del mundo, etc.), pero este
versículo enfatiza uno de los aspectos positivos (no SEPARACIÓN DE sino SEPARACIÓN PARA).
La dedicación y devoción de Pablo hacia el evangelio de Dios se ve en Romanos 1:16; 1 Corintios 1:17-
18; 2:1-2; 9:16; 15:1-4; Efesios 6:19-20; Hechos 20:21, 24.

Frase clave en el libro de Romanos = EL EVANGELIO DE DIOS (de esto se trata el libro de Romanos)

EVANGELIO = buenas nuevas, noticias gratas 

En ningún lugar de la Biblia las buenas nuevas de salvación son expuestas con más claridad que en el
Libro de Romanos. Pablo presenta el evangelio de Dios hábil y sistemáticamente en esta epístola. Hoy en
día hay mucha confusión en cuanto a lo que es realmente el evangelio y cómo ha de ser presentado.
Estudiemos con cuidado como Pablo define y explica y presenta el evangelio y no olvidemos quién fue el
que enseñó a Pablo el evangelio (ver Gálatas 1:11-12). Debemos estar también en alerta frente a los
EVANGELIOS FALSOS (ver Gálatas 1:6-9).

Romanos 1:2

El Evangelio no es algo NUEVO (nueva revelación). El Evangelio ya había sido revelado en las Escrituras
del Antiguo Testamento (comparar Gálatas 3:8).

Los gloriosos hechos acerca de la muerte y la resurrección de Cristo no son revelados ahora por primera
vez. En el Libro de Romanos (en el cual Pablo expone el evangelio de Dios), Pablo cita constantemente el
Antiguo Testamento (61 veces). Como ejemplos del uso que Pablo hace del Antiguo Testamento, ver
Romanos 3:10-18 y Romanos 4:1-3. Las buenas nuevas acerca de Cristo se encuentran en el Antiguo
Testamento (comparar Lucas 24:26-27, 44). Isaías 53:6 (la primera parte del versículo) es un resumen
de Romanos capítulos 1 al 3 (todos los hombres están condenados ante un Dios santo). Isaías 53:6 (la
última parte del versículo) es un resumen de Romanos capítulos 4 y 5 (Cristo murió para salvar y justificar
al hombre pecador).

Romanos 1:2

“Las Santas Escrituras” – compare lo que está escrito en la tapa de la mayoría de las Biblias (SANTA
BIBLIA). Santo = apartado. La Biblia es puesta aparte y es diferente de todos los demás libros. Es único
en su clase. Es un libro absolutamente único. Es el único libro inspirado por Dios (2 Timoteo 3:16). Como
alguien ha dicho, “Yo creo en la Biblia de tapa a tapa y creo hasta en la tapa (SANTA BIBLIA)”. Tratemos a
la Biblia siempre con respeto, sabiendo que es la Santa Palabra de Dios.

Romanos 1:3-4

¿De qué se trata el Evangelio? De acuerdo con Romanos 1:3, el EVANGELIO es acerca del Hijo de Dios,
Jesucristo nuestro Señor. Es un EVANGELIO CENTRADO EN CRISTO (comparar Romanos 1:9 “el evangelio
de su Hijo”). El evangelio trata de Cristo y aparte de la Persona y de la obra de Cristo no hay evangelio
(ver 1 Corintios 15:1-4, donde encontramos el evangelio en pocas palabras). Cualquier predicación que no
esté centrada en Cristo, no es verdadera predicación del evangelio. El verdadero evangelio es un
EVANGELIO CENTRADO EN CRISTO, y Dios da serias advertencias respecto a quienes predican otro
evangelio (Gálatas 1:3-9).

Cuando pienses en la PERSONA DE CRISTO, deberías considerar especialmente dos cosas:

1.      Su humanidad (Romanos 1:3 y ver también Juan 1:14; Mateo 1:1; 1 Timoteo 2:5). ÉL fue
hecho (ver Juan 1:14) del linaje de David según la carne. Por estirpe real, Cristo era descendiente
de David. ¿Por qué Dios se hizo hombre? Hebreos 2:9 nos ayuda a responder esta pregunta.

2.      Su deidad (Romanos 1:4 y ver también Juan 1:1, 20:28; Tito 2:13; 1 Juan 5:20, etc.) ÉL se hizo
hombre, pero ÉL nunca dejó de ser Dios. El término “Hijo de Dios” indica la completa deidad de
Cristo. Así es como los judíos del primer siglo entendieron el término (ver Juan 5:17-18).
Nota: Leer Mateo 22:41-46. Los judíos sabían que el Mesías tenía que venir del linaje de David (Mateo
22:42). Los judíos también entendían que el  Salmo 110:1 se refería al Mesías: “Jehová (aludiendo a Dios
el Padre) dijo a mi (el pronombre “mi” se refiere a David, el autor del Salmo) Señor (“Adonai”, que
significa “Señor” o “Maestro”, y aquí se refiere al Mesías o a Cristo). Los judíos quedaron confundidos con
la pregunta de nuestro Señor (Mateo 22:45-46) que simplemente era esta: ¿CÓMO PUEDE EL HIJO DE
DAVID SER TAMBIÉN EL SEÑOR DE DAVID? Pablo responde esta pregunta en Romanos 1:3-4.

En Su humanidad (“según la carne”) Él es el Hijo de David (Romanos 1:3). En Su deidad, ÉL es el Hijo


de Dios (Romanos 1:4), y por ello ÉL es el Señor de David. Su resurrección fue la comprobación de que ÉL
era todo lo que ÉL afirmaba ser.

ÉL no llegó a ser Dios en la encarnación, y tampoco llegó a ser el Hijo. La encarnación fue el momento en
que el eterno Hijo de Dios asumió nuestra humanidad, sin dejar de ser Dios. El Hijo de Dios llegó a ser el
Hijo del Hombre, para que nosotros, los hijos del hombre, llegásemos a ser hijos de Dios (Juan 1:12;
Gálatas 3:26). ¡Que siempre estemos llenos de asombro y de alabanza por Su amor y Su gracia
condescendiente por la cual ÉL descendió tan bajo, para poder elevarnos tan alto! “Mirad cuál amor nos ha
dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios” (1 Juan 3:1).

Compare Romanos 1:3-4 con Romanos 9:5 (¿ves el énfasis tanto en Su humanidad como también en Su
deidad?).

“Por la resurrección”—La resurrección fue la comprobación final de que Jesucristo era todo lo que Él
afirmaba ser (comparar Mateo 12:38-40 y Juan 2:18-21).

Jesucristo resucitó de los muertos o bien no resucitó. Explique los problemas y las deficiencias de las
siguientes teorías falsas:

1. Los discípulos robaron el cuerpo de Jesús (compare Mateo 28:11-15).


2. El cuerpo de Jesús fue quitado por José de Arimatea (ver Mateo 27:57-60).
3. Las mujeres y luego todos los demás fueron a la tumba equivocada.
4. Las personas que aseguraron haber visto a Jesús, en realidad tuvieron alucinaciones y visiones.
Ellos pensaban haber visto a Jesús, pero en verdad no lo vieron.
5. Jesús no murió realmente en la cruz, y cuando lo pusieron en la tumba, ÉL aún estaba vivo.

“Con poder” –En el Antiguo Testamento, cuando Dios quería resaltar Su gran poder, Él señalaba el
milagro del cruce del Mar Rojo (Deuteronomio 26:8; Éxodo 32:11; Deuteronomio 4:37; 2 Reyes 17:36,
etc.). No encontramos ésto en el Nuevo Testamento. Hoy día, cuando Dios quiere resaltar Su gran poder,
ÉL llama nuestra atención hacia ¿qué evento (Efesios 1:19-20; Filipenses 3:10)? Cuando Dios quiere que
veamos Su amor, ÉL nos señala la cruz (Juan 3:16; Romanos 5:8; 1 Juan 4:10); cuando Dios quiere que
veamos Su poder, ÉL nos señala la tumba vacía.

Cuando pienses en la OBRA de Cristo, deberías pensar principalmente en dos cosas: 1)


Su crucifixión;  2) Su resurrección. Encontrarás mencionados estos dos importantes eventos en cada
uno de los siguientes pasajes: Romanos 4:25; 1 Corintios 15:3-4; 2 Corintios 5:14-15 y 1 Tesalonicenses
4:14.

Romanos 1:5

¿A quienes debe ser predicado el evangelio? La respuesta de Pablo: “A TODAS LAS NACIONES” (compare
Marcos 16:15; Mateo 28:19; Lucas 24:47 y Hechos 1:8).  El término “gracia” se refiere al favor
inmerecido y a la bondad gratuita de Dios. Pablo se dio cuenta de cuán indigno era y que él no merecía
ser un apóstol (ver 1 Corintios 15:9-10 y Efesios 3:8). “Para la obediencia a la fe” – El evangelio debe ser
OBEDECIDO. Es POR FE que una persona obedece el evangelio. Favor note lo siguiente:

1. Lea Hechos 16:30-31 y note que el versículo 31 es un mandamiento.


2. Lea 1 Juan 3:23. ¿Cuál es el primer mandamiento que un pecador debe obedecer? ¿Qué es la
primera cosa que una persona tiene que hacer para agradar a Dios (Hebreos 11:6)?
3. Hechos 17:30. ¿Cuál es el mandamiento de Dios? ¿A quién es dado este mandamiento?
4. 2 Tesalonicenses 1:8. Los incrédulos son los que no obedecen el evangelio de nuestro Señor
Jesucristo.
5. La incredulidad es algo muy serio: Juan 3:18; 3:36; 8:24; 16:9; etc.

El MOTIVO de Pablo – “por amor de Su Nombre”. La única preocupación de Pablo era el Nombre y la gloria
y la reputación de su Señor y Salvador (comparar 1 Corintios 10:31; 3 Juan 7).

Romanos 1:6

¿Qué está haciendo Dios en el mundo hoy?

“Entre las cuales” = entre las naciones (v.5)

Hoy en día Dios está visitando a los gentiles (naciones) y está tomando de ellos pueblo para Su Nombre
(Hechos 15:14). Cristo está edificando Su Iglesia (Mateo 16:18). El término “iglesia” (griego-ekklesia), se
refiere a la asamblea de los ‘llamados-fuera’ por Dios. Dios está llamando a personas para que tengan
comunión con ÉL (1 Corintios 1:9). ¿Dios te ha llamado a ti de las tinieblas a Su luz admirable (1 Pedro
2:9)?

Romanos 1:7

Los destinatarios de la carta de Pablo eran los creyentes romanos:

1. Ellos eran “amados de Dios”. Eran muy amados por Dios. Aprenderemos más sobre el gran y
asombroso amor de Dios en Romanos 5.
2. Ellos eran “llamados a ser santos”. Un santo es alguien que “ha sido apartado, una persona que ha
sido separada del pecado y separada para el servicio de Cristo”. Cada creyente es un santo, pero a
menudo los creyentes no viven muy santamente. Aprenderemos como vivir santamente en
Romanos capítulo 6 y siguientes.

Romanos 1:8-13

UNA LECCIÓN IMPORTANTE SOBRE LA ORACIÓN 

(con Pablo como nuestro ejemplo) 

Hay al menos ocho cosas sobre la oración que podemos aprender de estos versículos:

1. La oración debe incluir acción de gracias (versículo 8)

Pablo daba gracias a Dios por los cristianos que vivían en Roma, y estaba especialmente agradecido por
su FE. Esta gente era FAMOSA POR SU FE. Su fe les había ganado una reputación mundial (compare 1
Tesalonicenses 1:8 donde aprendemos que los cristianos tesalonicenses también eran conocidos por su
fe). ¿Qué es la FE? En la Biblia hay dos definiciones sencillas de la fe que se encuentran en Romanos 4:21
y Hechos 27:25. (Compare la Iglesia de Roma del primer siglo, a la cual Pablo escribió, con la Iglesia de
Roma de hoy. La Iglesia de Roma actual también es famosa – famosa por sus tradiciones, sus
sacramentos, sus rituales, el liderazgo del papa, etc. – pero no es famosa por su fe en Dios y en Su
Palabra). Pablo estaba agradecido de que en la capital pagana del Imperio Romano hubiese personas que
adoraban y creían en el verdadero Dios vivo.

2. La oración tiene que ser “mediante Jesucristo (versículo 8)


No podemos acercarnos a Dios por otro camino (Juan 14;6). ÉL es nuestro gran MEDIADOR (1 Timoteo
2:5) y aparte de ÉL, la oración sería imposible. Por eso oramos “en el Nombre de Jesús”. 

3. La oración debería ser constante (versículo 9)

Pablo oraba por los romanos “sin cesar” (versículo 9 y comparar con 1 Tesalonicenses 5:17). Esta misma
expresión se usa para describir la TOS PERSISTENTE (toser sin cesar). Tal como la tos persistente
permanece con una persona durante el día, así la preocupación de Pablo por los creyentes romanos lo
acompañaba de continuo.

4. La oración debe ser genuina (versículo 9)

Dios era el testigo de Pablo. Dios sabía como era realmente la vida de oración de Pablo. Otras personas no
pueden ser testigos de tu vida de oración; sólo Dios puede serlo. Pablo no solo pretendía ser un hombre
de oración. Pablo sabía que su vida de oración era genuina y él sabía que Dios sabía.

5. La oración debe incluir la intercesión (versículo 9)

Pablo mencionaba personalmente a estos creyentes romanos. Pablo alcanzaba a muchas almas con su
predicación y alcanzaba también muchas más almas con sus oraciones. ¿A quién mencionaba Pablo en sus
oraciones? En Romanos capítulo 16 encontramos 26 nombres. (¿Usaría Pablo alguna especie de lista de
oración?) ¿Por quienes oras tú? Pablo obedecía fielmente el mandamiento de Efesios 6:18.

6. La oración debe ser específica (versículo 10)

Pablo hizo en su oración una petición específica. El oró por un “próspero viaje”. No hay detalle en tu vida
que sea tan trivial que no lo puedas hacer materia de oración. Si Dios está preocupado de alimentar a las
aves y de vestir a los lirios, él ciertamente estará preocupado por el viaje de Pablo a Roma. ¿Vive el
hombre desprovisto de paz, gozo y santo amor? Esto es porque no llevamos todo a Dios en oración.

7. La oración debe ser sumisa (versículo 10)

Note la frase clave:”por la voluntad de Dios”. Compare con la oración de Jesús en Lucas 22:42. Pablo no
exigía a Dios u ordenaba a Dios o imponía a Dios lo que él quería. El simplemente hacía una petición y
deseaba que su petición fuese otorgada solamente si era la voluntad de Dios.

8. La oración debe tener un motivo correcto (versículos 11-12)

¿Tenía Pablo buenas razones para pedir un “próspero viaje” a Roma? ¿Por qué deseaba Pablo ir a Roma?
1) El quería hacer la voluntad de Dios (versículo 10); 2) El quería confirmar (fortalecer) a los creyentes
romanos en la Roca, Cristo Jesús (versículo 11); 3) El quería confortar y animar a estos creyentes (como
también ser confortado y animado por ellos)— (versículo 12). Las razones de Pablo eran buenas razones.
El estaba preocupado por la gloria de Dios y por el bien de otros.

¿CÓMO CONTESTÓ DIOS LA ORACIÓN DE PABLO? Pablo deseaba mucho ir a Roma (ver versículo 11
—“porque deseo (un fuerte anhelo) veros” – compare 1 Pedro 2:2, donde se usa la misma palabra para
describir el hambre del nuevo creyente por la Palabra de Dios). Ver también Romanos 15:23-24. Roma
había sido incluida muchas veces dentro del itinerario de viaje de Pablo, pero una y otra vez, Pablo se vio
impedido de hacer este viaje (Romanos 1:13 y Romanos 15:22). Una razón por la cual Pablo quería ir a
Roma se encuentra en Romanos 1:13. Otra razón es sugerida en Hechos 9:15. Pablo sabía que Dios le
había dado un ministerio especial “a los reyes” y no había mejor lugar que Roma para encontrar a un rey.
EL REY (César, el emperador romano) vivía allí.

¿Contestó Dios la oración de Pablo? ¿Llegó Pablo finalmente a Roma? Sí, pero de una manera muy
inusual. Dios no contesta siempre nuestras oraciones como nosotros pensamos. El próspero viaje de Pablo
(ver Romanos 1:10) resultó ser uno de los más ingratos y peligrosos viajes a través del Mar Mediterráneo
que puedas imaginarte (descrito con detalle en Hechos capítulo 27). El viaje no fue ciertamente como
Pablo lo había esperado. Pablo también llegó a Roma bajo circunstancias muy inusuales. EL FUE LLEVADO
ALLÁ COMO PRISIONERO. La oración de Pablo fue contestada, pero de una forma muy inusual. Como dice
el autor del himno:

Dios obra por senderos misteriosos


Las maravillas que el mortal contempla, 
Sus plantas se deslizan por los mares,
Y atraviesa el espacio en la tormenta.
En el abismo de insondables minas, 
Con infalible y eternal destreza.
Atesora sus fúlgidos designios,
Su soberana voluntad despliega.

Romanos 1:14

“Deudor” = yo debo algo. Tengo una obligación. Tengo la tarea del evangelio. Compare 1 Corintios 9:16.
“Griegos y no griegos” son dos clases de gentiles. Los griegos eran los que estaban bajo la influencia de
la cultura y del lenguaje griegos (el lenguaje griego era el lenguaje universal y común del Imperio Romano
y la carta de Pablo a los Romanos fue escrita griego, no en latín ni en hebreo). Los no griegos eran
extranjeros, los que no estaban bajo la directa influencia de la cultura griega (ver Hechos 28:2, 4).

Pablo debía el evangelio a cada miembro de la raza humana. En un momento de su vida, Pablo (Saulo de
Tarso) sentía que era su obligación perseguir a todo cristiano; pero ahora Pablo sentía que tenía la
obligación de predicar a toda criatura (probablemente Pablo estaba familiarizado con Marcos 16:15). ¿Qué
obligación o tarea evangélica tienes tú (ver 2 Corintios 5:17-21)? Los que han recibido las buenas nuevas
de Dios sienten la carga y la obligación de transmitirlas a los demás. Si fueras un investigador médico y
descubrieras un remedio para el cáncer, ¿lo guardarías en secreto? La vida es corta; la muerte es segura; el
pecado es la causa; CRISTO ES LA CURA. 

Romanos 1:15

“pronto estoy” = listo, dispuesto, deseoso (compare Hechos 17:11 –“con toda solicitud”).

“anunciar el evangelio” = evangelizar, anunciar las buenas nuevas, proclamar el evangelio. Compare la
palabra “evangélico” (se supone que una iglesia evangélica es una iglesia que cree en las buenas nuevas
de Dios y que proclama fielmente este mensaje de salvación).

Romanos 1:16

Note los TRES GRANDES “SOY o ESTOY” del apóstol Pablo:

“SOY UN DEUDOR” (versículo 14

“PRONTO ESTOY” (versículo 15)

“NO ESTOY AVERGONZADO” (versículo 16)

“no me avergüenzo”  -- Pablo no se avergonzaba de ir a prisión por causa del evangelio y no se


avergonzaba de morir por causa del evangelio. Ver lo que nuestro Señor dijo en Lucas 9:26 y comparar
con 2 Timoteo 1:8, 12. Los cristianos no deberían AVERGONZARSE del evangelio y no deberían ser
una VERGÜENZA para el evangelio (viviendo de una manera contraria a sus principios).

“poder de Dios” = en griego, DUNAMIS (dinamita). Ver 1 Corintios 1:18, 24. La creación fue un juego de
dedos para Dios (Salmo 8:3), pero la redención requirió nada menos que el poderoso brazo de Dios
(Isaías 53:1). La creación no fue de gran costo para Dios, pero la redención le costó Su único Hijo. Fue
necesario el poder de Dios para transformar a Saulo (el principal perseguidor) en Pablo (el principal
apóstol). Se necesita del poder de Dios para salvar y transformar a cualquier pecador (comparar
Colosenses 1:13 y Hechos 26:18).

“todo aquel” –El evangelio de Dios no es para un grupo selecto, sino para todos.

“que cree” – el evangelio tiene que ser creído (responsabilidad humana). Dios salva, pero el hombre
tiene que creer. La fe es la mano del corazón que se extiende y recibe el don de la salvación de Dios
(Romanos 6:23).

“salvación” –todo aquel que cree el evangelio es salvo (comparar Hechos 16:30-31; 1 Corintios 1:21; 1
Corintios 15:1-2; Lucas 8:12; Juan 6:47; etc.) 

“al judío primeramente” – tenemos aquí una admirable demostración de la gracia de Dios. Fueron los
judíos los que rechazaron a su Mesías (Juan 1:11) y los que lo crucificaron (Juan 19:14-16). Sin embargo,
son estas mismas personas las primeras en escuchar las buenas nuevas de Dios. El evangelio llegó
primero a los judíos. Los que escucharon el evangelio el día de Pentecostés (Hechos 2) eran todos judíos.
Los gentiles no escucharon el evangelio hasta el capítulo 10 de Hechos. Hoy el evangelio llega a todos los
hombres sin distinción (ver Romanos 10:12-13).

Al Judío Primeramente

“Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad


era necesario que se os hablase primero la Palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y
no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles” (Hechos 13:46).

Pablo usó aquí palabras muy firmes: “ERA NECESARIO”. Era absolutamente esencial que el evangelio
llegase primero a los judíos. Aquí hay varias razones por las cuales la Palabra de Dios debía ser predicada
primero a los judíos:

1. El evangelio debía llegar primero a los judíos porque la “SALVACIÓN viene de los JUDÍOS” (Juan
4:22). El Salvador Mismo era judío. Puesto que la salvación viene de los judíos, es justo que el
glorioso mensaje de salvación llegara PRIMERO a los judíos.

2. El evangelio debía llegar primero a los judíos porque Cristo vino al mundo con el propósito de
salvar a “Su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21). “Su pueblo” es una clara referencia al pueblo de
Israel (comparar Mateo 2:6 y Hechos 10:42, donde “al pueblo” se refiere más probablemente a los
judíos). Correspondía entonces que el mensaje y las bendiciones de salvación llegaran primero a
Israel (compare Hechos 3:26).

3. El evangelio tenía que llegar primero a los judíos, porque a los judíos fueron dadas las Escrituras
hebreas (los 39 libros). Ver Romanos 3:1-2 y 9:4. Ellos, antes que cualquier otro pueblo, deberían
haber reconocido al Salvador prometido y deberían haberle aceptado como al Cristo, el Mesías de
Israel. No es extraño, entonces, que fuera la costumbre de Pablo ir a la sinagoga de los judíos el
día sábado y que argumentara con ellos desde las Escrituras, demostrándoles claramente que
Jesús de Nazaret era el Mesías prometido. Dios envió el evangelio primero a los judíos, porque
ellos deberían haber sido los PRIMEROS en reconocer al Cristo del evangelio como Aquel que fue
prometido antes en la ley y en los profetas.

4. El evangelio tenía que llegar primero a los judíos porque Dios quería mostrar que Él es un Dios
misericordioso. ¿Merecían los judíos ser LOS PRIMEROS en escuchar el evangelio? Ellos fueron los
que rechazaron y crucificaron a su Mesías (ver Mateo 27:22; Hechos 2:23; 2:36; 3:14-15; 5:30;
7:52; 10:39; 13:27-28; 1 Corintios 2:8; Zacarías 12:10; 1 Tesalonicenses 2:14-16). Ellos deberían
haber sido los últimos en escuchar. De hecho, ellos no merecían siquiera escuchar. Ellos han
rechazado a su Salvador, pero Dios no los ha rechazado a ellos. Cuán benevolente es Dios para
alcanzar primero y principalmente al pueblo judío, que no lo merecía. Cuando el pecado de Israel
fue grande, la gracia de Dios fue aún mayor (compare Romanos 5:20).
C. H. Mackintosh explica bellamente el benevolente trato de Dios para con los judíos:

ÉL les dice “comenzando desde Jerusalén”. Sí, Jerusalén, donde nuestro Señor fue crucificado;
donde toda indignidad que la enemistad humana podía inventar fue descargada sobre Su divina
Persona; donde asesinos y ladrones fueron preferidos antes que “Dios manifestado en carne”;
donde la iniquidad humana hubo alcanzado su punto culminante al clavar al Hijo de Dios a una
cruz destinada a malhechores—allí debían comenzar los mensajeros su bendita obra; ése debía
ser el centro de sus beneficiosas operaciones; y desde allí debían viajar hasta los últimos
confines de la tierra habitada. Ellos debían empezar con los “pecadores de Jerusalén” – con los
asesinos del Hijo de Dios, y luego salir y publicar en todo lugar las gloriosas noticias, para que
todos conocieran la preciosa gracia de Dios, que fue suficiente para responder a la infame
culpabilidad de  Jerusalén misma.

¡Cuán glorioso es todo ésto! Los culpables asesinos del Hijo de Dios fueron los primeros en
recibir el dulce relato del amor perdonador, para que todos los hombres pudieran ver en ellos
un ejemplo de lo que la gracia de Dios y la sangre de Cristo pueden hacer. Ciertamente, la
gracia que puede perdonar a los pecadores de Jerusalén, puede perdonar a cualquiera; la
sangre que puede limpiar a los traidores y asesinos del Cristo de Dios, puede limpiar a
cualquier pecador que está afuera de los recintos del infierno. Mientras estos mensajeros de
salvación recorrían nación tras nación, podían decir a sus oyentes de dónde venían; podían
hablar de la superabundante gracia de Dios que había comenzado a operar en el lugar más
culpable de la faz de la tierra, y que era ampliamente suficiente para encontrar al más vil de los
hijos de Adán”.

Romanos 1:17 

“En el evangelio” – la justicia de Dios se revela en el evangelio.

“La justicia de Dios” – El hombre carece de justicia (Romanos 3:10) y el hombre necesita justicia
(comparar 1 Corintios 6:9). ¿Cómo puede el hombre obtener la justicia  que necesita?

“por fe” – El hombre tiene que recibir y apropiarse esta justicia POR FE. Dios usó este versículo (Romanos
1:17) para abrir los ojos de Martín Lutero. Mientras meditaba en este versículo, repentinamente comenzó
a comprender que la justificación es POR FE, no por esfuerzo humano, no por buenas obras, no por
sacramentos, no por rituales o por cualquiera de esas cosas, sino por fe en Jesucristo. Lutero mismo dijo,
“Porque Dios no quiere salvarnos por nuestra propia (justicia) sino por una justicia ajena, una que no
tiene su origen en nosotros mismos, sino que nos viene de afuera, que no procede de la tierra, sino que
viene del cielo (Comentarios de Romanos). Esta doctrina de la JUSTIFICACIÓN POR FE llegó a ser uno de
los tres grandes pilares de la Reforma (los otros dos fueron LA AUTORIDAD SUPREMA DE LA BIBLIA y EL
SACERDOCIO UNIVERSAL DE LOS CREYENTES).

Romanos 1:18

“la ira de Dios” – El tema de la ira de Dios es tristemente ignorado en la mayoría de los círculos
religiosos hoy en día. El amor de Dios se menciona con frecuencia, pero rara vez se habla de la ira de
Dios. Al presentar el evangelio, Pablo sabía que tenía que presentar las malas noticias antes que las
buenas noticias. Necesitamos la justicia de Dios (versículo 17), pero merecemos la ira de Dios (versículo
18). Antes de que el hombre esté preparado para recibir la salvación, debe ver su NECESIDAD de ser
salvo. Ver Lucas 5:27-32. La gente no va al médico, a menos que tenga una necesidad. La gente no va al
Salvador, a menos que se vean a sí mismos como pecadores necesitados.

“impiedad e injusticia” – en estos primeros tres capítulos de Romanos (especialmente el capítulo 3)


veremos cuán impíos e injustos somos en realidad. Aprenderemos que merecemos de lleno toda la ira de
Dios.

Dios tiene que juzgar y tiene que derramar su ira sobre todo lo que no alcance Su norma de justicia.
¿Logras tú alcanzar la norma de la perfecta justicia de Dios? 1) ¿Alcanzas la norma comparándote con
Jesucristo, el único hombre realmente justo? 2) ¿Alcanzas la norma enfrentado  a la justa ley de Dios
(especialmente a los 10 Mandamientos)? ¿Has guardado fielmente todos estos mandamientos? Si somos
honestos ante Dios y ante nosotros, ¿a qué conclusión debemos llegar (Romanos 3:10)?

Nota: Es importante observar cuidadosamente cómo Pablo presenta el evangelio. El


comienza con la ira de Dios que se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia.
Antes de presentar las buenas nuevas, él presenta las malas nuevas, para que podamos
entender cuán desesperadamente necesitamos el evangelio de Dios. Hay básicamente dos
maneras de presentar el evangelio: 1) SOBRE LA BASE DEL BENEFICIO
PERSONAL (¿Cómo me puede beneficiar el evangelio? ¿Cuáles son los beneficios y las
ventajas de ser cristiano? El evangelio me hará ¿feliz? ¿exitoso? ¿dichoso? etc. 2) SOBRE LA
BASE DE UNA NECESIDAD PERSONAL (El hombre es un pecador sin defensa y sin
esperanza y está bajo la ira y la condenación de un Dios santo, por lo cual necesita ser salvo,
de otro modo estará eternamente perdido).

Hoy en día, el evangelio se presenta a menudo sobre la base del beneficio personal. Aquí hay
un ejemplo de tal presentación sacado de un tratado del evangelio:

Tú quieres felicidad, libertad y vida, ¿verdad? Bien. Tú eres precisamente la persona


con la cual quiero hablar. Yo siento lo mismo que tú. Preguntas: “¿cómo puedes
sentir como yo? Yo pensaba que tú eres un cristiano”. Lo soy. Pero aún tengo
deseos humanos básicos, tales como la satisfacción, felicidad, libertad, y muchos
más. Y encuentro que todos ellos los cumple mi mejor amigo, Jesucristo. Por
experiencia, yo se que es provechoso ser cristiano aquí y ahora. Aunque no hubiera
cielo ni infierno (y los hay), yo igual sería cristiano. ¿Por qué? Porque yo sé que la
vida cristiana es la mejor. Es la única vida que vale la pena vivirse.

Debemos admitir que estas cosas son ciertas. Satisfacción, felicidad, libertad y muchos otros
beneficios se encuentran en Cristo Jesús y la vida cristiana es la única vida que vale la pena
ser vivida. Pero, ¿debemos presentar el evangelio sobre esta base? ¿Era éste el acercamiento
de Pablo? Hay muchas, muchas personas inconversas que piensan que son muy felices. Están
relativamente satisfechas con la vida, las cosas van bien con ellos y disfrutan lo que están
haciendo. Están satisfechas con su estilo de vida y no ven ninguna razón apremiante para
hacerse cristianos. “El cristianismo está bien para ti si te hace feliz”, dicen, “pero yo me
siento contento y feliz con la manera en que estoy viviendo ahora”. Ellos no ven su
NECESIDAD de Cristo.

Ilustración: Supongamos que el hospital te contacta y te dice, “¿Por qué no vienes mañana
para que te operemos? No estamos muy ocupados en estos días y deseamos mantener activo
a nuestro equipo. Te pondremos bajo el bisturí, te haremos una incisión, te examinaremos y
te cerraremos nuevamente con unas suturas. Esto hará maravillas para ti. Después de un par
de días te sentirás regio. Disfrutarás de una estupenda salud. Podrás disfrutar más de tu
vida. Obtendrás todos estos beneficios si nos permites operarte”. ¿Harías de voluntario? ¿Por
qué no? Por otra parte, supongamos que algunos médicos expertos te dijeran que tienes un
cáncer mortal que se está extendiendo en tu cuerpo y que te causará la muerte a menos que
sea extirpado. ¿Te someterías entonces a la mesa de operaciones? ¿Por qué?

La gente tiene que ver cuan NECESITADA está. La gente tiene que ver cuanto necesitan la
salvación que se les ofrece en Cristo. Después de leer los primeros tres capítulos de
Romanos, te darás cuenta que tienes un cáncer mortal en tu alma (el pecado) y que nada
puedes hacer para sanarte a ti mismo. El único remedio se encuentra en Cristo (“La vida es
corta, la muerte es segura; el pecado es la causa, Cristo es la cura”).

Otro pensamiento más: Si la gente viene a Cristo por causa de los beneficios personales,
puede estar viniendo por las razones equivocadas. Jesús vino para salvarnos de nuestros
___________________ (Mateo 1:21), no de nuestra infelicidad o de la soledad o de nuestra
fracasada manera de vivir. Estas cosas son síntomas superficiales de un problema mucho
más serio y fundamental: el hombre no está en la relación correcta con su Creador por causa
del PECADO. Cuando este problema fundamental es resuelto, los problemas superficiales
menores también quedarán corregidos. Tristemente, la mayoría de la gente ignora cual es en
verdad el gran problema. La cosa que menos les preocupa, es lo que debería preocuparles
más: EL PROBLEMA DEL PECADO.

(Romanos 1:18, continuación)

“detienen” = suprimen, impiden

Ruego notar que esta gente no ignoraba la verdad y ellos no carecían de conocimiento de la verdad. Ellos
tenían la verdad, pero la suprimieron. Ignoran la verdad, pretendiendo que no existe. Esto es lo que la
gente hace con la verdad de Dios.

Romanos 1:19

Aprendimos en el versículo 18 que esta gente no ignoraba la verdad. Ellos tenían la verdad, pero la
suprimieron. Pablo explicará ahora con cuidado como esta gente poseía la verdad concerniente al
verdadero Dios. En Romanos 1:19 leemos que Dios Mismo se había dado a conocer a esta gente. ÉL se
manifestó a Sí Mismo y se reveló a Sí Mismo a ellos. ¿Cómo hizo esto Dios? El versículo 20 lo explica:

Nota: Los tres primeros capítulos de Romanos tratan básicamente con una sencilla pregunta: ¿Está todo
el mundo condenado ante un Dios santo? ¿Está perdido todo el mundo? Cuando la humanidad comparece
ante Dios, el Juez justo, el veredicto es ¿CULPABLE o NO CULPABLE? Como un anticipo de la respuesta ver
Romanos 3:9, 19, 23. En el Capítulo 1 Pablo prueba que el hombre incrédulo está perdido y sin excusa. En
la primera parte del capítulo 2, él prueba que el hombre moral está perdido y sin excusa. En la última
parte del capítulo 2 y en el capítulo 3, él prueba que el hombre religioso (los judíos) está perdido y sin
excusa.

No olvide. Pasemos una rápida revista a lo que ya hemos considerado:

Romanos 1:17 – Esto es lo que NECESITAMOS (la justicia de Dios)


Romanos 1:18 – Esto es lo que MERECEMOS (la ira de Dios)

Como veremos más adelante, la gracia de Dios nos da lo que necesitamos (Romanos 3:24; 5:17;
5:20-21) y la misericordia de Dios nos guarda de la ira que merecemos (Romanos 5:9; 11:32).
Cuando el Señor Jesús murió en la cruz, la ira de Dios fue derramada sobre Él (Romanos 5:6-10) y
cuando yo creo en Cristo y lo recibo como a mi Salvador por fe, la justicia de Dios es puesta a mi
cuenta (Romanos 3:21-22; 4:1-5; 5:15-21).

Romanos 1:20

Recuerda el contexto del versículo 19. Los hombres tienen conocimiento de Dios. Dios Mismo se ha dado a
conocer a ellos. ¿Cómo ha hecho Dios ésto? El versículo 20 lo explica.

“de ÉL” = Dios. Note la paradoja: los hombres ven claramente las cosas invisibles de Dios. El Dios
invisible quiere que los hombres lo vean. Dios es invisible, pero ÉL es visto con claridad.

“por medio de las cosas hechas” – LA CREACIÓN DA A CONOCER AL CREADOR. Las cosas visibles que
fueron hechas, señalan hacia el Creador invisible. El diseño en la naturaleza señala hacia un gran
DISEÑADOR. Las “cosas que fueron hechas” señalan hacia un divino HACEDOR.

Note dos cosas que podemos aprender sobre Dios de la Creación: 1) Su eterno PODER; 2) Su DEIDAD.
Ilustración: Considere el Monte Rushmore en Dakota del Sur, donde hay una gran escultura con las
cabezas de cuatro presidentes (Washington, Jefferson, Lincoln y Roosevelt). Cada cabeza tiene 60 pies de
alto. Alrededor de 3 millones de personas visitan al año este interesante monumento nacional.
Supongamos que el señor Sam Smith visitara esta montaña por primera vez y nadie le dijera cómo habían
sido formadas estas cabezas. ¿Qué pensaría Sam?

a. El pensaría que las cabezas se hicieron por CASUALIDAD. Las esculturas se formaron de alguna
manera.
b. El pensaría que todas las fuerzas de la naturaleza (vientos, lluvias, nieve, tormentas, etc.)
impactaron sobre esta montaña por miles y miles de años, hasta que finalmente las rocas
adoptaron accidentalmente la forma correcta.
c. El se daría cuenta que hombres inteligentes tienen que haber formado y tallado esas masivas
esculturas.

Mirando simplemente el Monte Rushmore, el señor Smith podía aprender ciertas cosas acerca de los
hombres que la formaron y la esculpieron (aunque nunca había visto a estos hombres ni se había
encontrado con ellos):

1)     Estos hombres tienen que haber tenido INTELIGENCIA para planificar y diseñar semejante
monumento.

2)     Estos hombres tienen que haber tenido SABIDURÍA para poder ejecutar ese gran proyecto. En
realidad, tomó más de seis años completarlo.

3)     Estos hombres tienen que haber tenido PODER para ser capaces de cincelar el duro granito
(usando dinamita, etc.)

4)     Estos hombres tienen que haber tenido DESTREZA para transformar un peñasco rocoso en una
obra de arte.

De la misma manera, simplemente mirando la Creación, podemos aprender muchas cosas acera del
Creador. Aquí hay algunas cosas que podemos aprender sobre Dios:

1)     EL SENTIDO DEL ORDEN DE DIOS (ÉL es un Dios de ley y orden) —la ley de la gravedad y todas
las demás leyes inalterables de la naturaleza;

2)     LA DESTREZA ARTÍSTICA DE DIOS—coloridas puestas de sol, las plumas del pavo real, los colores
de los peces tropicales, etc.

3)     EL PODER DE DIOS – los truenos, los tornados, las marejadas;

4)     LA BONDAD DE DIOS—las lluvias, los tiempos de cosecha, el sol que alumbra sobre todos (Hechos
14:17; Mateo 5:44-45);

5)     LA GRANDEZA DE DIOS – las vastas dimensiones de nuestro universo. Nuestra galaxia, la Vía
Láctea, contiene 300.000.000 de soles. No podemos siquiera contar todas las galaxias, mucho menos
las estrellas (Salmo 8:3-4; Génesis 15:5; Jeremías 31:37; 33:22; Salmo 147:4).

6)     LA INTELIGENCIA DE DIOS—el cerebro humano es mucho más complejo y mucho más complicado
que cualquier computador que el hombre pueda inventar, y los computadores han sido hechos por
hombres inteligentes (ver Salmo 139:14).

7)     LA CREATIVIDAD DE DIOS (Su ilimitada habilidad para crear y diseñar con una asombrosa variedad
y originalidad) – todo copo de nieve es un cristal hexagonal, sin embargo no hay dos iguales; no hay
dos personas que sean iguales y aún hay diferencias entre gemelos idénticos.
8)     LA SABIDURÍA DE DIOS (el Omnisciente Dios creó el mundo de la mejor manera) — el sol no está
ni muy cerca ni muy lejos de la tierra, el planeta tierra tiene la cantidad exacta de agua, oxígeno,
etc.).

9)     EL CUIDADO DE DIOS (ver Mateo 6:26-30; 23:37) – la alimentación de las aves, las vestiduras de
los lirios, los polluelos protegidos y acurrucados por la gallina.

10) LA FIDELIDAD DE DIOS – el ciclo del día y de la noche, las estaciones (ver Génesis 8:22; Jeremías
31:35-36; 33:20).

Los Dos Libros De Dios

¿Cómo se ha revelado el Creador a Sí Mismo para que le conozcamos? Por cuanto Dios quiere darse a
conocer a Sí Mismo y quiere revelarse a Sí Mismo, Él ha escrito DOS LIBROS. Estos DOS LIBROS nos
hablan del Creador. Dios quiere que los hombres lean AMBOS libros para que le conozcan.

Libro 1 - La Obra de la Creador (La Creación)

(Salmo 19:1-6) 

Libro 2 - Las Palabras del Creador (La Biblia)

(Salmo 19:7-11)
 

Todos los hombres leen el LIBRO 1, pero muy pocos leen realmente el LIBRO 2. El LIBRO 1 son las OBRAS
DEL CREADOR  (LA CREACIÓN) y están descritas en el Salmo 19:1-6. El LIBRO 2 son las PALABRAS DEL
CREADOR (LA BIBLIA) y se describen en el Salmo 19:7-11. Ilustración: Piensa en un libro infantil. Algunos
contienen palabras, pero otros solo tienen láminas. El LIBRO 1 es un LIBRO DE LÁMINAS. No tiene
palabras. El hombre solo necesita MIRAR y VER (Romanos 1:20 – el poder y la Deidad de Dios “se hacen
claramente VISIBLES”). Un bebé empieza a leer el LIBRO 1 cuando abre sus ojos por primera vez para
explorar y descubrir el mundo que lo rodea.

¿Cuál es el libro que puede ser leído y entendido aún por los que son ILETRADOS (ver Salmo 19:2-
4)? _________________________

¿Cuál libro está escrito en un lenguaje universal (no hay problemas de traducción, porque está
escrito en un lenguaje que todos pueden entender)? _______________________

¿Cuál libro nos habla de los cielos (Génesis 1:1)? _______________

¿Cuál libro nos enseña cómo llegar al cielo (Juan 14:6)? _______________

¿Cuál libro puede hacer sabia a una persona en cuanto al poder y la grandeza y la gloria de Dios
(Romanos 1:20)? ________________

¿Cuál libro da a una persona sabiduría para salvación (ver 2 Timoteo 3:15)? ___________

¿Cuál libro puede convertir el alma (Salmo 19:7)? _______________

¿Cuál libro pasará (Mateo 24:35)? _________________

¿Cuál libro no pasará nunca (Mateo 24:35)? _______________

¿Cuál libro leen todos los científicos? ___________________

¿Cuál libro leen y estudian muy pocos científicos? ________________


¿Cuál libro puede ayudarnos a saber sobre Dios y cuál libro puede ayudarnos a CONOCER
REALMENTE A DIOS DE UNA MANERA PERSONAL? ______________

¿Qué de los GENTILES? ¿Qué de los que viven en medio de la jungla? ¿Qué de aquellos que no saben y
que nunca han escuchado? La sorprendente respuesta de Dios es esta: ELLOS SABEN (Romanos 1:19-21)
y ELLOS HAN OIDO (Romanos 10:13-18). Observa el argumento de Pablo en Romanos 10:13-18. Los
hombres necesitan escuchar (vers.14); el evangelio tiene que ser predicado (vers.15); el evangelio
necesita ser creído (vers. 16-17); pero luego el versículo 18 enfatiza que todos han oído. Dios ha
alcanzado a todos al menos con el Libro 1. El Libro 1 no es suficiente para traer salvación al hombre,
(para ello necesitamos el Libro 2), pero el Libro 1 es suficiente para dejar a todos SIN EXCUSA (compare
Romanos 1:20). Si el hombre rechaza el mensaje del Libro 1 (ver Romanos 1:21), ¿está obligado Dios a
dar al hombre el Libro 2? (No obstante haber dicho esto, debemos recordar Romanos 1:14 – “deudor”.
Todo cristiano debería sentir la obligación de llevar el evangelio a toda criatura). Una ilustración terrenal:
Un hombre rico ve a un hombre pobre necesitado de alimento para él y su familia. Por compasión, él da al
hombre 20 dólares. Tiene la intención de darle más, pero sólo le da 20 dólares para ver lo que hará con
ello. El hombre pobre gasta inmediatamente los 20 dólares en alcohol y drogas. Sabiendo ésto, ¿estará
dispuesto el hombre rico a darle 100 dólares? Si no sabemos manejar correctamente lo que tenemos, no
se nos dará más.

Romanos 1:21

“HABIENDO CONOCIDO A DIOS” – pero, ¿qué hicieron con este conocimiento? Dios se dio a conocer a
Sí Mismo  (versículos 19-20), pero ellos rechazaron obstinadamente esta revelación. Recuerda, de
acuerdo con la historia bíblica, la humanidad comenzó con el conocimiento del único  Dios verdadero:
ADÁN tuvo el conocimiento del único Dios verdadero. Noé y su familia tuvieron conocimiento del único
Dios verdadero. Pero con el correr del tiempo este conocimiento se corrompió, tal como está descrito en
este versículo. Ellos rechazaron la luz que tenían y el resultado fue que “su necio corazón fue
_______________________”.

“no le glorificaron” - fallaron en honrarle por lo que ÉL es

“ni le dieron gracias” - fallaron en darle gracias por lo que ÉL había hecho. No lo honraron como al
Creador y no le dieron gracias como al Sustentador de la vida (Hechos 17:28). Comieron todos los días de
la benevolente mano de su Creador, pero ellos se rehusaron a darle las gracias (comparar con la gente de
hoy).

El versículo 21 muestra la DEGENERACIÓN del hombre (el hombre hundiéndose, no elevándose; el


hombre retrocediendo, no progresando). Es todo lo contrario a la evolución. (Cuando la teoría de la
evolución se aplica a la religión, ésta enseña que el hombre comenzó con nociones muy primitivas sobre
Dios y que gradualmente evolucionó del politeísmo (muchos dioses) al monoteísmo (creencia en un Dios).
La Biblia rechaza esta teoría, mostrando que desde el principio los hombres (Adán, luego Noé) empezaron
con el conocimiento del único Dios verdadero y que las creencias religiosas degeneraron desde entonces).
La humanidad comenzó con el conocimiento del Creador, pero ese conocimiento fue rechazado.

“se envanecieron”—vacío, en vez de llenar su mente con los valiosos conocimientos de Dios, ellos se
volvieron a las vanidades.

“Entenebrecido”—Ellos tenían luz, pero rechazaron la luz que tenían, de modo que sólo les quedó la
oscuridad.

Romanos 1:22

“necios” = tontos, gente muy insensata. Compare Salmo 14:1—“dice el necio en su corazón: no hay
Dios”. La creación revela el hecho de que hay Dios; el necio, sin embargo, dice en su corazón, “No hay
Dios”. Es una negación a pesar de la abrumadora evidencia. Sería lo mismo que un hombre, después que
se le ha explicado el computador más grande dijera, “nadie hizo este computador. Casualmente llegó a
existir”. ¡Qué necio!
Ilustración: El nativo de la jungla es lo suficientemente sabio como para saber que el que hace alguna
cosa  es más grande que la cosa hecha. ¿Qué hace? Corta un árbol y con la mitad del tronco hace una
canoa. El sabe que el que hace la canoa es más grande que la canoa. ¡Luego usa el mismo árbol  para
hacer un ídolo y lo adora! En vez de ello, debería haber clamado en su corazón, “quiero conocer a Aquel
que hizo este árbol y este mundo”. ¿Honra Dios a quienes le buscan (Jeremías 29:13; Hebreos 11:6)?
Para ver un ejemplo moderno de hombres que profesan ser sabios, pero que en realidad son necios, vea
el artículo de Septiembre de 1976 del Nacional Geographic titulado “Los Asombrosos Mundos dentro de
una Célula”. En la página 358 los autores describen la extrema complejidad de una célula. No hay tal cosa
como un “organismo unicelular simple”. Hasta la célula más sencilla ha resultado ser un “micro-universo”
(p.358). Luego leemos en la p.388 “. . este es realmente el mayor problema de la biología: ¿Cómo surgió
esta complejidad?  . . .los biólogos aún enfrentan los profundos y básicos misterios de la ciencia: ¿Cómo
empezó todo?” Luego en la p. 390 los “expertos” responden esto atribuyendo todo a la CASUALIDAD,
diciendo que aplicando suficiente tiempo, aún lo IMPOSIBLE puede suceder. Con tiempo, suerte y
evolución, todas las cosas son posibles. “Se hicieron necios”—Romanos 1:21-22.

Romanos 1:23

“cambiaron”—El hombre comenzó con la verdadera religión: la adoración del glorioso Dios-Creador. Esto
degeneró pronto a una ADORACIÓN DE LA CRIATURA (comparar versículo 25). Tal adoración de la
creación está clara y terminantemente prohibida por Dios—Éxodo 20:4-5; Deuteronomio 4:15-19; 5:8-9.

Compare Romanos 1:23 con el Salmo 106:20 y Jeremías 2:11 (no es extraño que diga que “se hicieron
necios” –versículo 22).

Aún en los apócrifos tal pecado y locura eran ridiculizados mordazmente:

Un experimentado leñador corta un árbol que es fácil de manipular. Con destreza le quita toda la
corteza. Y luego, con gran maestría, hace un artículo útil que sirve para las necesidades de la
vida. . . Pero toma un trozo desechado, que no sirve para nada, un pedazo torcido y lleno de
nudos. Lo talla con cuidado. . . y lo hace parecer un hombre. O lo hace semejante a algún animal
inútil, dándole una mano de pintura roja, y cubriendo con pintura toda imperfección. . . Luego le
hace un nicho apropiado, lo pone en la pared y lo afirma con hierro. Cuida de que no se caiga,
porque sabe que no puede cuidarse solo, porque solo es una imagen que necesita ayuda. Luego le
reza (a la imagen) acerca de sus posesiones y su matrimonio y sus hijos. . . Por salud apela a algo
que es débil. Por vida ora a algo que está muerto. Por ayuda implora a un objeto que es totalmente
incompetente. . . Pide fuerza a una cosa cuyas manos no tienen fuerzas (Sabiduría de Salomón
13:11-19, abreviado).

El hombre no lo hizo muy bien con este “cambio”. El hombre dejó la gloria del Dios incorruptible y terminó
con algo totalmente inservible (un ídolo indefenso y desvalido). Note que esto no es evolución, es
INVOLUCIÓN (evolución invertida, degeneración). El hombre no está progresando, está degenerando. El
hombre está retrocediendo, no está avanzando. Este no es un hombre que se está superando, sino un
hombre que está descendiendo. No es un hombre que está mejorando, sino el hombre está empeorando.
No es el hombre alcanzando las alturas, es el hombre cayendo en las profundidades. El capítulo 1 de
Romanos es contrario a “la evolución de la religión” como se enseña comúnmente. El hombre no alcanzó
gradualmente las alturas del monoteísmo. El hombre comenzó allí y desde allí cayó.

Considera Oseas 4:1. ¿Por qué está la gente sin conocimiento del verdadero Dios? ¿Nunca tuvieron este
conocimiento o lo tuvieron y lo rechazaron? Oseas 4:6 contesta ésto con claridad (esto fue así en cuanto a
la nación de Israel, pero el mismo principio es obvio en Romanos capítulo 1).

Las Tres Entregas de Dios (Introducción a la Sección Siguiente)

En la siguiente sección leemos tres veces que “DIOS LOS ENTREGÓ” (ver Romanos 1:24, 26, 28). Es
cada vez la misma palabra griega y significa “dejar, despedir, desprender, desistir, abandonar,
desentenderse de una persona”. Se usa de Judas que entregó o traicionó a Jesús (Mateo 26:21, 23, 24;
27:23; etc.) Aquí se usa de Dios abandonando al hombre a sus propios deseos. Compare Salmo 81:12 –
“Los dejé, por tanto, a la dureza de su propio corazón; caminaron en sus propios consejos”. Dios se retira
en juicio y los abandona a sus propios caminos pecaminosos. Ellos abandonaron a Dios y ÉL los abandonó
a ellos. En juicio, Dios se desiste, los cede a sus propios deseos (deseos pecaminosos), quita todo freno
(como un perro es librado de su correa) y permite que el hombre pecador tenga y haga lo que quiere.  

Romanos 1:24

“Por lo cual” –esto señala a los versículos previos (21-23). ¿Por qué los entregó Dios? Porque ellos
entregaron a Dios y cambiaron Su gloria por un ídolo mudo. Ver Salmo 115 que ilustra la insensatez de la
idolatría. Los que fabrican los ídolos son tan tontos como los ídolos.

“Inmundicia”—esto es lo que ellos quieren y Dios deja que la tengan. Ilustración: viste a un cerdo,
acicálalo para la feria del pueblo, pero al momento en que lo “entregas” y lo dejas ir, irá derecho al
barrizal. Por naturaleza los cerdos se deleitan en la suciedad. Los hombres se deleitan en sus pecados
(comparar Juan 3:19).

“Deshonraron entre sí sus propios cuerpos” – esto se explicará más adelante en Romanos 1:26-27.

Romanos 1:25

“Cambiaron” = canjearon. En vez de aceptar la verdad, la canjearon por la mentira.

“LA VERDAD” = Sólo el Creador es digno de adoración.

“LA MENTIRA” = La criatura es digna de adoración. El diablo tentó a Jesús con esta mentira en Mateo
4:9 [“si postrado me adorares (a una criatura)”]. Jesús respondió al diablo con la verdad de Mateo 4:10
[“Al Señor tu Dios adorarás y a Él solo servirás”—solamente Dios es digno de adoración].

Compare la enseñanza de los Testigos de Jehová. Ellos enseñan que Jesús es una mera CRIATURA (un
ángel exaltado que Dios creó originalmente y luego enseñan que, por medio de este ángel, Dios creó todo
lo demás]. Los Testigos de Jehová enfrentan un serio problema. Si Cristo es una CRIATURA (como ellos
enseñan), y si la ADORACIÓN DE CRIATURAS es condenada por Dios (Romanos 1:25 y muchos otros
pasajes de la Biblia), entonces, ¿por qué es aceptada y aún demandada la ADORACIÓN DE CRISTO?
Considere lo siguiente:

1. La Biblia enseña claramente que la adoración pertenece solo a Dios y que nunca debe
ser rendida a ninguna criatura, no importando cuan exaltada esa criatura pueda ser. Por
ejemplo: los apóstoles rechazaron ser adorados (Hechos 14:11-15), Pedro rechazó ser
adorado (Hechos 10:25-26), los ángeles rechazaron ser adorados (Apocalipsis 19:10;
22:8-9), Cristo mandó a los hombres a adorar solamente a Dios (Mateo 4:8-10) y los
hombres son castigados por aceptar lo que solo pertenece a Dios (Hechos 12:21-23).

2. Sin embargo esta misma Biblia enseña que Cristo debe ser adorado como Dios:

a. Cristo aceptó y fomentó tal adoración (Mateo 14:31-33; 15:25-28; 28:9-10;


28:16-18; Juan 9:35-39).

b. Cristo demandó tal adoración (Juan 5:23).

c. El Padre manda que Cristo sea adorado (Hebreos 1:6). Compare también Salmo
2:12 (“besar”= adorar, rendir culto).

d. Cristo será efectivamente adorado por las huestes celestiales (Apocalipsis 5:8),
esto es, por criaturas angelicales.

e. Esta adoración de Cristo será finalmente universal (Filipenses 2:10-11). Tanto los
salvos como los inconversos doblarán sus rodillas ante Cristo y lo reconocerán como
Señor.

Conclusión: los Testigos de Jehová yerran grandemente en su entendimiento de QUIÉN ES


JESUCRISTO REALMENTE. La Biblia enseña que ÉL es el DIOS CREADOR Quien es digno de
adoración. Como dice Romanos 9:5, Cristo es Aquel que es Dios sobre TODAS LAS COSAS,
DIOS BENDITO POR LOS SIGLOS (los Testigos de Jehová tratan de eludir este versículo
cambiándole la puntuación, y algunas otras traducciones hacen otro tanto. Estudiaremos
este versículo en detalle cuando lleguemos al capítulo 9 de Romanos).

En Romanos 1:25 Pablo establece claramente que él adoraba al Creador. En este versículo él prorrumpe
en una doxología de alabanza (muy similar a la de Romanos 9:5). Cuando Pablo alaba aquí al Creador,
puede haber tenido particularmente en mente a la Segunda Persona de la Trinidad (al Señor Jesucristo);
(ver aquellos pasajes que identifican a Jesucristo como el Creador: Colosenses 1:13-16; Juan 1:1-3;
Efesios 3:9; Hebreos 1:2, 1 Corintios 8:6).

Nota adicional en Romanos 1:25: Hay otro pasaje en el Nuevo Testamento que menciona específicamente
“LA MENTIRA”. Se encuentra en 2 Tesalonicenses 2:11. En el contexto vemos nuevamente que “la
mentira” es la misma que en Romanos 1:25. La mentira de que la criatura es digna de adoración. Note
que la adoración de la criatura es descrita en el versículo 4. El hombre de pecado (un mero hombre) se
pondrá a sí mismo en el lugar de Dios y se presentará a sí mismo como objeto de adoración (para
ahondar esta profecía, ver Apocalipsis capítulo 13). De hecho, exigirá tal adoración y castigará a quienes
rehúsen hacerlo.

Romanos 1:26

Esta gente rechazó LA VERDAD y aceptó LA MENTIRA. Dejaron la verdad y por eso Dios los dejó a ellos.
Ellos abandonaron a Dios y Dios los abandonó a ellos (los entregó a sus propios deseos y pasiones).

“pasiones” =impulsos

“vergonzosos”= cuando pienses en esta palabra, piensa en tres palabras que empiezan con la letra “D”:
Deshonesto, Degradante, Deshonroso.

“mujeres”= una palabra específica que se refiere a “hembras”.

“cambiaron” = permuta (hicieron una mal canje, intercambiando el uso que Dios dio a sus cuerpos, por
uno que es pervertido y “contra naturaleza”)

“uso natural” = relaciones sexuales naturales y normales, relaciones sexuales ordenadas por Dios
(comparar Hebreos 13:4). Solo Dios puede definir lo que es normal y lo que es anormal, lo que es moral y
lo que es inmoral.

“contra naturaleza” = anormal, desnaturalizado, perverso, impropio

Romanos 1:27

“hombres”= una palabra específica que significa “machos”


“natural”- lo que es natural, normal, apropiado y recto a los ojos de Dios (Dios es quien establece las
normas y las pautas).

“se encendieron” = ardieron sexualmente, hirviendo de deseos (no amor, sino lujuria)

“hombre con hombre” =homosexualidad

“vergonzoso” =deshonroso, abominable, repugnante

“recibiendo” = recogiendo lo que merecen por lo que han hecho

“retribución” = recompensa, castigo

“debido” = necesario, inevitable (tal pecado no puede quedar sin castigo)

Enseñanza Bíblica sobre la Homosexualidad

1. De acuerdo con Romanos capítulo 1, la homosexualidad es el resultado natural de una


sociedad que falla en honrar a Dios y en reconocer Su verdad (v. 18, 21, etc)

2. Para saber lo que es anormal, necesitamos saber lo que es normal. Para saber lo que
es desnaturalizado, debemos saber lo que es natural. ¿Cómo sabemos lo que esta bien
o lo que está mal, lo que es propio o lo que es impropio, lo que es santo o lo que es
pecaminoso en la esfera del sexo, del amor y del matrimonio? ¿Qué NORMAS nos ha
dado Dios? Leer Mateo 19:3-8 y note especialmente la palabra “PRINCIPIO” en los
versículos 4 y 8. De acuerdo con Cristo, la norma para lo que es bueno y santo y
propio, es lo que Dios hizo en el principio (Mateo 19:4-6). Esto nos lleva de vuelta a
Génesis capítulo 2 (especialmente los versículos 21-25). En otras palabras, Génesis 2
nos da la norma y la pauta. Lo que encontramos en Génesis 2 es normal, recto, santo
y hermoso. Es exactamente lo que Dios pensó y lo que Dios ordenó y estableció para
el bien de la humanidad y para la propagación de la raza . Cualquier cosa que se desvía
de lo que Dios instituyó en Génesis 2, debe ser considerado como anormal,
desnaturalizado, impropio y contrario al perfecto plan y diseño de Dios para el hombre
y la mujer.

Es muy obvio que en el principio, Dios no trajo un hombre a Adán. También es obvio
que física y sexualmente el hombre no fue hecho para el hombre, ni la mujer para la
mujer. Sería como tratar de arreglar algo usando dos pernos o dos tuercas. El perno
fue hecho para la tuerca y la tuerca fue hecha para el perno. La tuerca no fue hecha
para ajustarse a otra tuerca. Todo esto sería de locos. De igual manera, el hombre no
fue diseñado para otro hombre ni la mujer fue diseñada para otra mujer. La mujer fue
hecha para el hombre (1 Corintios 11:9).

3. Históricamente, no olvides el gran pecado de Sodoma y el juicio de Dios que vino


sobre esa ciudad por causa de este pecado (Génesis 18 y 19). Este pecado fue
conmemorado para siempre por la palabra “sodomía”.

4. La palabra de Dios condena tajantemente la homosexualidad (Levítico 18:22; Levítico


20:13). Ver también 1 Timoteo 1:9-10 (la homosexualidad es contraria a la sana
doctrina).

5. Hay gran esperanza, aún para los homosexuales (1 Corintios 6: 9-11).

“afeminados”—alguien que es blandengue (griego malakos; compare el término


“amanerado”), marica, especialmente un catamito (un hombre o niño que permite ser
usado homosexualmente), un hombre que somete su cuerpo a un homosexual,
tomando el rol femenino o pasivo. Este es un homosexual pasivo.

“ni los que se echan con varones”—un homosexual macho, uno que practica el
coito anal, un sodomita. Literalmente esta palabra griega (arsenokoitoi) consiste de
dos partes 1) macho; 2) cama (eufemismo que indica relación sexual). De modo que
el término indica a alguien que se acuesta con un hombre.  Lleva la idea de un hombre
yaciendo con un hombre como lo haría con una mujer (compare Levítico 18:22 y
20:13). Este es un homosexual activo.

“y esto erais algunos” –algunos de los corintios habían sido homosexuales, pero
Cristo había hecho una gran diferencia. Un homosexual puede ser salvo y puede ser
cambiado. Por la gracia de Dios puede ser librado completamente de este pecado.

Si la homosexualidad fuese algún tipo de tendencia innata y genética en una persona,


entonces no habría esperanza de cambio. Si la homosexualidad fuera algún tipo de
enfermedad, tampoco habría esperanza de cambio, porque no hay remedios ni cura ni
operación para esa clase de enfermedad. Si la homosexualidad es un pecado,
entonces hay toda la esperanza del mundo. Esto es porque hay remedio para el
pecado, nuestro bendito Salvador, el Señor Jesucristo. A un homosexual no le puede
suceder nada mejor que encontrarse con el evangelio de Cristo que cambia la vida.

Hay una gran bendición para quienes viven dentro de los parámetros de las pautas y
de las normas de Dios (Hebreos 13:4 y compare Proverbios 5:18-19). Hay infelicidad y
finalmente el juicio de Dios para quienes hacen caso omiso de las normas de Dios y
violan las leyes sexuales que Dios ha establecido (Hebreos 13:4 y compare con
Proverbios 5:20 y el Séptimo Mandamiento dado en Éxodo 20:14).               

Romanos 1:28

Aquí tenemos la tercera “entrega” divina—“Dios se desentendió de ellos” o “Dios los abandonó”. En griego
hay un juego de palabras que pude traducirse como sigue: “ellos reprobaron el conocimiento de Dios y
Dios los abandonó a una mente reprobada” o “ellos se desentendieron del conocimiento de Dios y Dios
los entregó a una mente desentendida (sin entendimiento)”. Ellos abandonaron el conocimiento de Dios,
de modo que  Dios los abandonó a ellos. Este es un juicio terrible: dejar al hombre para que siga los
impulsos de su mente corrupta y para que siga los deseos de su perverso corazón. “Los dejé, por tanto, a
la dureza de su corazón; caminaron en sus propios consejos” (Salmo 81:12).

Romanos 1:29-31

Pablo nos da ahora (en los vs. 29-31) una de las listas de vicios más terribles y severas de toda la Biblia.
El nos da un espantoso compendio de los delitos de esta gente. Lo que tenemos realmente aquí son los
“RAYOS-X DE DIOS del corazón humano” (compare Jeremías 17:9 y las palabras de Jesús en Marcos
7:21-23). Al examinar esta lista, escudriña tu propio corazón. Después de leer cada descripción, pregunta,
“Señor, ¿soy yo? ¿Soy yo culpable de ésto? ¿Esto me describe a mí?”

ATESTADOS DE TODA INJUSTICIA – una palabra general (ver vers. 18) que incluye toda
clase de pensar, hablar, actuar y vivir mal.

ATESTADOS CON TODA FORNICACIÓN – La palabra “pornografía” se deriva de esta


palabra griega. Es una palabra genérica para cualquier tipo de sexo ilícito (cualquier cosa
contraria a lo que Dios estableció en Génesis 2).

LLENOS DE PERVERSIDAD –iniquidad, los que se deleitan en hacer lo que está mal

LLENOS DE TODA AVARICIA – literalmente “tener más”, el anhelo de tener más y más y
más. Lo opuesto de avaricia es contentamiento y satisfacción.  Por lo cual se refiere a gente
que no está contenta con lo que tiene (gente codiciosa).

LLENOS DE TODA MALDAD – vileza, infamia, malevolencia en general

LLENOS DE ENVIDIA – celosos (de lo que otros tienen)

LLENOS DE HOMICIDIOS – recuerda, Jesús dijo que podemos ser culpables de “homicidio
mental” lo que involucra odio y enojo (Mateo 5:21-22)

LLENOS DE CONTIENDAS – rivalidades, discusiones, discordias, dispuestos a litigar

LLENOS DE ENGAÑO – una persona que usa trucos, trampas y falsedades

LLENOS DE MALICIA – mala disposición, malas maneras, perfidia, una persona que tuerce
el bien para que aparezca mal

MURMURADORES – hablando en secreto sobre otros, rumorear, levantar calumnias,


chismosos, habladuría, insidia

DETRACTORES – la palabra griega significa literalmente “hablar en contra”, decir cosas


malas y negativas de una persona que no está presente (si estuviera presente, no lo dirías),
falsas acusaciones, difamar, menoscabar

ABORRECEDORES DE DIOS – rechazan a Dios, lo que se nota aún en la manera en que


usan el Nombre de Dios

INJURIOSOS – violentos, alguien que daña, ultraja, insulta ofende (1 Tim. 1:13)

SOBERBIOS – arrogantes, literalmente “aparecer encima de otros, mostrarse superior a


otros”

ALTIVOS – fanfarronear, jactarse, engreído, presuntuoso

INVENTORES DE MALES – urden y traman y planean las cosas malas que pueden hacer

DESOBEDIENTES A LOS PADRES – esto pareciera estar fuera de lugar en semejante lista,
sin embargo nos muestra cuán serio es ésto para Dios. ¿Quién de nosotros podría decir que
nunca ha sido culpable de ésto?

NECIOS – faltos de entendimiento (insensatos, porque no quieren escuchar a Dios),


desatinados, espiritualmente ciegos

DESLEALES – infieles, no cumplen con su palabra

SIN AFECTO NATURAL – poco amables, sin corazón, faltos del amor natural que los
padres deben tener hacia sus hijos, los hermanos por las hermanas, etc.
IMPLACABLES – no perdonan

SIN MISERICORDIA –no muestran compasión, despiadados, crueles

El fallecido Dr. R.H.Graves de Cantón, China, dijo que un chino que leyó estos versículos le dijo que Pablo
no pudo haber escrito esto, sino solo un moderno misionero que hubiera estado en China. Era una
perfecta descripción de los chinos.

Pregunta Personal: ¿Alguna de las palabras mencionadas arriba te describen? (Estoy seguro de que no
necesitamos viajar a la China para ver estos vicios). Tomados en su conjunto, estas palabras presentan un
cuadro completo de la total depravación del hombre. “¡Miserable de mí!”

Romanos 1:32

“quienes habiendo entendido” = sabían muy bien

“el juicio de Dios” = literalmente “el justo requerimiento, el decreto, la sentencia”

EL VEREDICTO = Eres CULPABLE


LA SENTENCIA = Mereces la MUERTE (y ellos lo saben)

“que los que practican tales cosas” = “los que hacen tales cosas”. ¿Qué cosas? Las enumeradas en los
versículos 29-31.

“son dignos” = (piensa en los platillos de una balanza equilibrada). La sanción tiene que equiparar la
culpa. El castigo tiene que tener igual peso que el crimen.

EL CRIMEN = ver versículos 29-31


EL CASTIGO = digno de MUERTE (versículo 32 y también Romanos 5:12; 6:23)

Nota: La buena nueva del evangelio es que Jesucristo pagó el castigo cuando ÉL
murió en la cruz— ver Romanos 5:6-9. Compare Romanos 1:18 con Romanos 5:6
cuando piense en la palabra “impío”. Compare Romanos 1:18 con Romanos 5:9
cuando piense en la palabra “ira”.

La PRUEBA de que los gentiles CONOCEN MUY BIEN el juicio de Dios se encuentra en Hechos 28:1-4.
Estos bárbaros sabían que los asesinos merecían la muerte (aunque en este caso estaban equivocados en
cuanto a Pablo).

Note el final del versículo 32. Ellos mismos practican estos crímenes (aunque saben que les acarreará la
pena de muerte) y “tienen placer” o aplauden o felicitan a quienes hacen estas cosas. Ellos disfrutan del
pecado y disfrutan de la compañía de los pecadores.

Resumen de Romanos Capítulo 1

1. El hombre carece y necesita la justicia de Dios (versículo 17)


2. El hombre merece y se ha ganado la ira de Dios (versículo 18)
3. Dios se ha revelado claramente al hombre por medio del LIBRO #1 (CREACIÓN), de
modo que el hombre no tiene excusa (vs. 19-20)
4. El hombre conoció a Dios, pero rechazó este conocimiento, El hombre falló
en honrar a Dios, por lo que ÉL es y el hombre falló en dar gracias a Dios,
por lo que ÉL hizo (v.21).
5. Por cuanto el hombre abandonó a Dios, Dios a su vez abandonó al hombre y dejó que
el hombre siguiera sus propios caminos pecaminosos (ver las tres “entregas divinas”
en Romanos 1:24, 26, 28 –“Dios los entregó”)
6. El hombre es injusto e impío (vs. 29-31) de modo que merece la ira de Dios
(versículo 18)
7. Cuando Dios, el Juez justo, mira hacia el hombre,

El VEREDICTO es: ¡ERES CULPABLE! (y no tienes excusa)

La SENTENCIA es: ¡MERECES LA MUERTE! (versículo 32)

Palabras clave en Romanos capítulo 1:

1. JUSTICIA, INJUSTICIA (ver versículos 17,18, 29)

El hombre carece de la justicia necesaria para ser aceptable ante un Dios santo y justo.

2. CONOCER (ver versículos 19, 21, 28, 32)

Ellos conocieron a Dios y conocieron el juicio de Dios, por lo cual no tienen excusa.

3. DIOS LOS ENTREGÓ (versículos 24, 26, 28)

Recuerda, ellos fueron los que abandonaron a Dios primero.

ROMANOS
CAPÍTULO 2 

Introducción

Pablo ha mostrado clara y convincentemente que el hombre GENTIL, incrédulo, está perdido y está sin
excusa ante Dios (Romanos 1:17-32). Ahora, en la primera parte del capítulo 2, él mostrará que el
hombre MORAL está perdido y sin excusa. Luego, en el capítulo 2 y en el capítulo 3, él mostrará que el
hombre RELIGIOSO (el judío) está perdido y sin excusa.

Hay una PALABRA CLAVE que se encuentra en los primeros 16 versículos del capítulo 2. Es la palabra
“JUZGAR” o “JUICIO” (ver versículos 1, 2, 3, 5, 12, 16). En el versículo 1 vemos al hombre juzgando, pero
al empezar el versículo 2, tenemos a Dios en el trono del juicio, lo cual es justo y apropiado. Dios es el
JUEZ justo y perfecto y en estos primeros 16 versículos encontraremos varios PRINCIPIOS DE JUSTICIA.
Estos importantes principios nos ayudarán a entender qué clase de Juez es Dios y cómo ÉL ejerce y lleva
adelante Su juicio.

Principio de Juicio #1: El hombre moral es declarado sin excusa ante Dios, el Juez
justo

Romanos 2:1
Inexcusable significa “sin defensa alguna” (comparar Romanos 1:20). No tiene nada que decir, se le
tapa la boca (comparar Romanos 3:19); es culpable y lo sabe.

Este versículo está hablando de la persona que está juzgando a otra, condenando las acciones de otra. Por
lo tanto, está hablando de la persona moral (la persona con discernimiento moral, la persona que emite
un juicio moral sobre alguien). Hay una diferencia entre el hombre moral y el hombre impío. En Romanos
1:32 el hombre impío APRUEBA y APLAUDE la conducta pecaminosa, pero en Romanos 2:1, el hombre
moral DESAPRUEBA y JUZGA la conducta pecaminosa.

El hombre moral condena al otro por su conducta pecaminosa, pero puesto que él es culpable de la misma
cosa, él está, en efecto, condenándose a sí mismo. Este principio puede ilustrarse de tres maneras:

1. Judá (Génesis 38:12-26). ¿Judá pronunció un juicio sobre alguien (v.24)? ¿Era Judá
culpable de lo mismo? ¿Judá quedó silenciado, sin excusa y sin nada que decir
(v.26)? Al condenarla a ella, ¿se condenó a sí mismo?

2. David (2 Samuel 12:1-9 y ver 2 Samuel 11 para el contexto). ¿David pronunció un


juicio sobre alguien (2 Samuel 12:5-6)? Al emitir ese juicio, ¿se estaba en realidad
condenando a sí mismo (v.7)? ¿David se vio forzado a admitir su culpa (v.13)?

3. Juan 8:1-11. Estos judíos emitieron un juicio sobre una mujer culpable, pero luego
se dieron cuenta que ella no era la única culpable. Estos hombres religiosos y
morales tuvieron que retirarse sin decir palabra. EL PRINCIPIO: la razón por la cual
reconocemos tan fácilmente el pecado en otros es porque lo vemos tanto en nosotros
mismos. Cuando levantamos nuestro dedo acusador sobre alguien, hay tres dedos
que señalan hacia el acusador.

Romanos 2:2

Principio de Juicio #2: El juicio de Dios es según verdad

Sabemos = estamos seguros

Un juez humano está limitado cuando se trata de conocer la verdad y de averiguar la verdad de los
hechos. Tiene que depender del testimonio de los hombres, muchos de los cuales mienten, aún bajo
juramento. La gente puede fallar en decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, pero esto
no es problema para Dios. La verdad de los hechos está abierta y desnuda ante ÉL. ÉL no necesita de
testigos ni de jurado, porque Él ha visto personalmente todo crimen y todo pecado que jamás se haya
cometido. ÉL conoce todos los hechos (ver Hebreos 4:12-13). ÉL nunca representa mal el caso de una
persona. Podemos estar seguros de que el juicio de Dios siempre está de acuerdo con la verdad.

Romanos 2:3

Principio de Juicio # 3: El Juicio de Dios es inevitable

La respuesta a la pregunta de este versículo es obvia: ¡NO! No hay escape. Si una persona piensa que
puede escapar al juicio de Dios, está muy equivocada. No hay tal cosa como el “crimen perfecto”. Los
hombres podrán eludir la justicia humana, pero nunca escaparán a la justicia divina (comparar Amós 9:1-
3).

Romanos 2:4

Principio de Juicio #4: El hombre no debería alejarse de Dios (v.3 — es imposible


“escapar”), sino debería acercarse a Dios (v.4 — el arrepentimiento es esencial)
Benignidad = bondad, generosidad. La benignidad de Dios se extiende hacia todos los hombres (ver
Mateo 5:45 y Hechos 14:17).

Paciencia = retener. Dios retiene Su Juicio; Dios retarda Sus castigos; ÉL no juzga de inmediato el
pecado.

Longanimidad = toma tiempo en enojarse, lento para la ira. Esto no significa que Dios nunca se enoja,
pero significa que ÉL es lento para enojarse. Su longanimidad no durará para siempre.

El hecho de que Dios sea bueno y paciente y sufrido debería llevar al hombre al arrepentimiento. Los
hombres deben apresurarse en venir a Dios en busca de Su misericordia. En lugar de ello, los hombres
desprecian a Dios, endurecen su corazón y se niegan a arrepentirse. Hoy en día, durante la edad de la
gracia, la benignidad y la gracia y la misericordia de Dios abundan hacia todos los  hombres, pero aún así,
el hombre no quiere arrepentirse. Durante el período de la tribulación, la severidad y el juicio y las plagas
de Dios abundarán sobre todos los hombres, pero aún así, los hombres se negarán a arrepentirse (ver
Apocalipsis 9:20-21). Sin embargo, cuando un pecador se arrepiente, sea ahora o entonces, hay gran
alegría en el cielo (Lucas 15:7, 10).

Romanos 2:5

Principio de Juicio # 5: Habrá un día de juicio final para los impíos

Este día de juicio es descrito como “el día de la ira y de la revelación de los justos juicios de Dios”. Este
día del juicio final para los impíos también se describe en 2 Pedro 3:7 (“el día del juicio y de la perdición
de los hombres impíos”) y en Apocalipsis 20:11-15.

Dureza: los corazones de los hombres se endurecen más y más cuando se niegan a responder a la
benignidad y paciencia y longanimidad de Dios.

No arrepentido (impenitente): describe a una persona que no quiere arrepentirse (comparar los dos
criminales en la cruz -- uno se arrepintió y el otro permaneció impenitente).

Atesoras para ti mismo ira = atesorar ira, amasar ira. En vez de acumular tesoros en el cielo (Mateo
6:19-20), ellos estaban atesorando ira desde el cielo (almacenándolo para aquel día final).

Principio de Juicio # 6: El juicio de Dios es perfectamente justo

Es llamado “el justo juicio de Dios”. Dios, el Juez justo, no comete errores. Ver Génesis 18:25 y Romanos
9:14. Cuando el Juez divino llega a una resolución, tiene que ser JUSTA. El castigo (la pena) también tiene
que ser justo. Dios no comete errores. El Juez de toda la tierra hará lo que es justo. Él no puede hacer
mal. Todo ocupante del infierno lo merecerá totalmente.

Romanos 2:6

Principio de Juicio #7: El juicio de Dios es justo –todo hombre recibirá exactamente lo
que merece

“Dios pagará (devolverá) a cada uno (cada hombre) conforme (de acuerdo) a sus obras”. Aquí tenemos la
realización de una justicia perfecta. Dios evalúa las obras de un hombre y juzga de acuerdo a ellas. El
castigo será equivalente al delito. Todo hombre recibirá su debida recompensa, sea buena o mala.

Esta misma enseñanza se encuentra en los siguientes pasajes: Mateo 12:36-37 (los hombres serán
juzgados de acuerdo con sus palabras); Mateo 16:27 (todo hombre será recompensado según sus obras);
Romanos 12:19 (Dios pagará a los hombres por el mal que han hecho); 2 Timoteo 4:14 (Dios pagará a
este hombre malo conforme a sus obras); Apocalipsis 18:4-6; Jueces 1:7 (“Como yo hice, así me ha
pagado Dios”); 2 Samuel 3:39; Salmo 28:4; Salmo 62:12; Salmo 94:1-2; Proverbios 22:12;
Lamentaciones 3:64 y Jeremías 17:10.

Felizmente, Dios no es solo un Dios de JUSTICIA, sino ÉL es también un Dios de GRACIA. De acuerdo con
la JUSTICIA, el pecado tiene que ser juzgado y castigado. De acuerdo con la GRACIA, el pecado puede ser
perdonado y remitido (ver Salmo 103:3 y Efesios 1:7). Dios es un Dios de juicio, pero ÉL también es un
Dios de gracia (Salmo 103:8). Salmo 103:10 es verdad sólo por la GRACIA DE DIOS. La maravillosa
verdad del evangelio es que Dios puede ser misericordioso con el hombre pecador SIN COMPROMETER SU
JUSTICIA. El Señor Jesús murió por nuestros pecados, de modo que Dios trató con Cristo de acuerdo con
nuestros pecados y Dios ha pagado a Cristo según nuestras iniquidades (compare Salmo 103:10). Dios
permanece JUSTO (porque ÉL ha derramado Su juicio y Su ira sobre Cristo) y al mismo tiempo ÉL
puede JUSTIFICAR benignamente al pecador que confía en Su Hijo (Romanos 3:26; 4:5). ¡Alabado sea
Dios!

Romanos 2:7-10

Principio de Juicio # 8: Dios castiga a quienes hacen mal y recompensa a quienes


hacen bien

Note la estructura de estos versículos (paralelismo invertido):

Versículo 7—así es como Dios recompensará a los que hacen bien  A.1

Versículo 8—así es como Dios recompensará a los que hacen mal  B.1

Versículo 9 – así es como Dios recompensará a los que hacen mal  B.2

Versículo 10 –así es como Dios recompensará a los que hacen bien  A.2

Aquí hay alguna ayuda con algunas palabras.

“Pagará” (v.6) = devolver, retribuir, recompensar (dar a una persona justo lo que se ha ganado)

“Contenciosos” (v.8) = egoístas, ególatras

“Al judío primeramente” (v.9) – ¿Por qué los judíos son los primeros en el juicio? Porque de acuerdo
con Lucas 12:48, “a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará”. A los judíos se les
había dado mucho (ver Romanos 3:1-2 y Romanos 9:1-5). A quienes se ha dado más, son más
responsables. No es irracional que el Juez pregunte, “¿Qué has hecho con toda la luz y la verdad que te he
dado?”  Ejemplo: Una persona inconversa que vive cerca de una iglesia que predica la Biblia en América,
es mucho más responsable que una persona inconversa que vive en una tribu de la jungla donde no hay
testimonio del evangelio. Esto no significa que ese habitante de la jungla no sea juzgado, pero el juicio de
Dios será más severo hacia la persona que ha tenido tal privilegio y oportunidad.

Problema Teológico
Podría parecer que Pablo estuviera diciendo que una PERSONA SE GANA la vida eterna
HACIENDO BIEN. “¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?” A primera vista pareciera
que la respuesta de Pablo fuera, “Para heredar la vida eterna tienes que continuar
pacientemente en hacer bien” (v.7) o “para ganar la vida eterna tienes que hacer el bien”
(v.10). Para resolver este problema teológico, consideremos los siguientes puntos:

1. De acuerdo con las Escrituras, ¿qué tiene que hacer una persona para tener vida
eterna (Juan 3:16; 3:36; 6:47; 5:24; 11:25-26; Hechos 16:30-31; etc.)?

2. De acuerdo con las Escrituras, ¿la vida eterna es algo que una persona tiene que
ganarse haciendo buenas obras o es la vida eterna una DON GRATUITO que todo
pecador puede recibir por fe (Romanos 6:23; 5:16-18; Efesios 2:8-9)?

3. La enseñanza de Pablo en todo el libro de Romanos es que una persona no puede ir


al cielo por sus propias buenas obras (Romanos 3:28), sino solamente por fe en
Jesucristo (Romanos 4:5).

4. Una idea equivocada muy común que tiene la gente es que LA GENTE BUENA
VA AL CIELO, PERO QUE LA GENTE MALA SE VA AL INFIERNO. Pero considere
lo siguiente:

a)     ¿Cuánta gente buena hay  (Romanos 3:10,12)?

b)     ¿Cuánta gente mala hay (Romanos 3:19, 23; 5:12)?

c)      El fariseo descrito en Lucas 18:9-13 era religioso, moralmente recto y uno
que practicaba muchas buenas obras. De acuerdo al versículo 14, ¿este
“buen” hombre estará en el cielo?

d)     El criminal penitente que murió al lado de Cristo era ciertamente un “hombre
malo”, sin embargo, ¿iría él al cielo (Lucas 23:42-43)?

e)     ¿Será salvada y justificada la gente impía (Romanos 4:5; 5:6)? ¿Podrá algún
pecador ser salvo e ir al cielo (1 Timoteo 1:15)? SI, EL CIELO ESTARÁ
POBLADO CON “PECADORES SALVADOS POR GRACIA”. Si nuestra esperanza
de llegar al cielo dependiera de cuán buenos hemos sido, NINGUNO DE
NOSOTROS LO LOGRARÍA.

5. Debemos tener en cuenta cual era el propósito de Pablo en Romanos 2:7-10. Esta
sección no trata con la SALVACIÓN, sino trata con el JUICIO. En esta sección Pablo
no está mostrando al hombre cómo ser salvo; él está mostrando que todos los
hombres están perdidos y condenados ante un Juez justo. Pablo está señalando
sencillamente un principio fundamental de juicio: QUE DIOS CASTIGA A LOS
HOMBRES MALOS Y RECOMPENSA A LOS HOMBRES JUSTOS. En esta sección Pablo
no está discutiendo cómo LOS HOMBRES PUEDEN LLEGAR A SER JUSTOS. El hará
eso más adelante en Romanos, cuando exponga la maravillosa doctrina de la
justificación (ver Romanos 3:24; 3:28, 4:5; 5:1, etc.).

6. En Romanos 2:7-10 Pablo debate y describe a dos grupos de personas.

                CLASE #2
                 CLASE # 1
   
“Los que perseveran en bien hacer” Los que no perseveran en bien
(v.7) hacer(por implicación)
   
Los que no son contenciosos, egoístas Los que son “contenciosos” (egoístas)
(por implicación) (v. 8)
   
Los que obedecen la verdad (por Los que “no obedecen la verdad” (v.
implicación) 8)
   
Los que no obedecen a la injusticia Los que obedecen a la injusticia (v. 8)
(por implicación)
   
Los que no hacen lo malo (por Los que “hacen lo malo” (v. 9)
implicación)
   
Los que “hacen lo bueno” (v. 10) Los que no hacen lo bueno (por
implicación)
Comparar Juan 5:29, que también expone dos grupos: 1) los que hicieron lo bueno (VIDA);
2) los que hicieron lo malo (CONDENACIÓN).

1. Juan 3:19-21 imparte más luz a nuestro problema. Aquí se nos dice que los que
hacen lo malo son los que odian la luz (Jesucristo) y que se niegan venir a la luz
(Jesucristo). En otras palabras, los que hacen lo malo son incrédulos. A LOS OJOS DE
DIOS, la persona que hace lo bueno o “hace verdad” es la persona que VIENE A LA
LUZ (Jesucristo).

2. 3 Juan 11 también es muy importante. “El que hace lo bueno, es de Dios (él
pertenece a Dios, ha nacido de Dios, es un creyente en Cristo); pero el que hace lo
malo, no ha visto a Dios (compare 1 Juan 3:6: la persona que hace lo malo es una
persona inconversa que nunca ha nacido de nuevo).

De modo que de estos pasajes debemos concluir que la CLASE 1 (ver arriba) está
compuesta por creyentes nacidos de nuevo y la CLASE 2 (ver arriba) está compuesta
por los que son incrédulos y que han rechazado venir a Cristo.

3. Ninguna persona en y por sí misma puede hacer lo bueno (Romanos 3:12). Todas
nuestras justicias son como trapo de inmundicias (Isaías 64:6). Aparte de la fe y sin
fe no podemos agradar a Dios (Hebreos 11:6 y Romanos 8:8). En otras palabras,
separados de la gracia que salva, cada persona estaría en la CLASE 2 (ver arriba).

4. Cuando una persona es salva y ha nacido de nuevo, algo maravilloso sucede. Dios
hace posible que el pecador salvado HAGA LO BUENO. Esto es porque Dios vive
ahora en esa persona y obra a través de esa persona para que lleve a cabo Su buena
voluntad (Filipenses 2:13). La persona salva puede hacer buenas obras (Efesios
2:10). El creyente realiza buenas obras, no para ser salvo, sino PORQUE ES SALVO.
Las buenas obras son el resultado de la salvación y no la causa de la salvación. Tal
como claramente enseña Mateo 7:17-19, toda persona salva HARÁ BIEN y toda
persona que no es salva, NO PUEDE HACER BIEN.

CONCLUSIÓN: Pablo está exponiendo el sencillo principio del juicio que Dios recompensa
lo bueno y castiga lo malo. Pablo está indicando aquí como la gente es juzgada, no como la
gente es salva. En Romanos capítulos 3 y 4 Pablo presentará las buenas nuevas de que Dios
puede salvar a gente mala por Su gracia. Entonces aprenderemos como son salvos los
hombres.

Romanos 2:11

“Acepción de personas” = literalmente, “recibir la cara (de una persona)”. Dios no trata a una persona
en base a su “cara” (consideraciones superficiales tales como la nacionalidad, raza, color de la piel,
riqueza, etc.) Dios mira debajo de la superficie. La diosa de la Justicia en el sistema griego tenía una
venda sobre sus ojos para que no pudiera ver a la persona que se presentaba ante ella para juicio.
Principio de Juicio # 9: No hay preferencias con Dios.

Romanos 2:12

Esto continúa el pensamiento del versículo 11. Dios no es parcial en el juicio. En Su juicio,  Dios no
favorece a los judíos (Su pueblo escogido) por sobre los gentiles. Tanto los judíos como los gentiles serán
juzgados imparcialmente.

Los que están “sin ley” (ver Romanos 2:14) son los gentiles. Los que tienen la ley (compare Romanos
2:17-20) son los judíos. Dios nunca dio la ley a las otras naciones (como Egipto, Asiria, etc.) La ley fue
dada exclusivamente a la nación de Israel (ver Éxodo 19:3-5; 20:2; 34:27 y comparar Deuteronomio 4:1-
8 y Romanos 9:4).

De acuerdo con la primera parte del versículo 12, ¿qué sucederá a los gentiles (gente pagana) que han
pecado sin ley? (Esto da luz a la pregunta, “¿Están perdidos los paganos?”) De acuerdo con la última parte
del versículo 12, ¿qué sucederá con los judíos que pecaron, aunque ellos tenían la ley? Note la expresión
“porque todos los que han pecado”. ¿Cuántos han pecado (ver Romanos 3:23 y 3:9)?

Dicho en forma sencilla, el punto de Pablo es éste:

LA IGNORANCIA DE LA LEY NO SALVARÁ AL GENTIL

LA POSESIÓN DE LA LEY NO SALVARÁ AL JUDÍO

Ambos están condenados ante Dios, el Juez justo.

Principio de Juicio # 10 – Una persona es juzgada de acuerdo a la luz que tiene

A quien se haya dado mucho, mucho se le demandará (Lucas 12:48). A los judíos se les había dado
mucha luz. Los judíos tenían la ley de Dios en forma escrita (los Diez Mandamientos, etc.). El judío será
juzgado por la ley que tiene. El gentil, que no tiene la ley, no será juzgado por esa ley. El no será
responsabilizado por lo que no tiene. Pero el gentil tiene algo. A él fue dada alguna luz y él será juzgado
de acuerdo a la luz que tiene. Los gentiles no tienen la ley de Moisés, pero hay otra ley que ellos sí tienen
(como veremos en le versículo 15).

Romanos 2:13-15 (el Paréntesis)

Los versículos 13-15 son un paréntesis (para ver esto, lea el versículo 12 y luego vaya directamente al
versículo 16). La estructura aquí es un paralelismo invertido, y puede ser explicado como sigue:

A.1 Versículo 12a --se refiere a los gentiles (que no tienen la ley)

B.1 Versículo 12b – se refiere a los judíos (que tienen la ley)

B.2 Versículo 13 – se refiere a los judíos

A.2 Versículos 14-15 – se refiere a los gentiles

Versículo 13 – este versículo se refiere a los judíos que tienen la ley y que escucharon la ley. No es
suficiente tener la ley. No es suficiente escuchar solamente la ley. Una persona tiene
que HACER (guardar, obedecer) la ley. El argumento de Pablo es muy simple: los judíos tenían la ley
(ellos la poseían), ellos escucharon la ley, pero ellos no hacían la ley, y en consecuencia, los judíos están
condenados.

 
 

Considera la expresión: “LOS HACEDORES DE LA LEY SERÁN JUSTIFICADOS” (v.13).


¿Significa ésto que una persona puede llegar al cielo por guardar la ley de Dios? Considere
los siguientes hechos:

1. No olvides el propósito de estos primeros capítulos de Romanos. Pablo está


demostrando que todos los hombres (tanto judíos como gentiles) están perdidos y
condenados ante  Dios. Pablo está mostrando que todos los hombres están
condenados. Más adelante en Romanos, él mostrará lo que una persona tiene que
hacer para ser salva (compare Romanos 3:28; 5:1; 10:9-13).

2. Después, en el libro de Romanos, Pablo establece claramente que una persona no


es salva por guardar la ley (ver Romanos 3:20).

3. “LOS HACEDORES DE LA LEY SERÁN JUSTIFICADOS” – admitamos que esta es una


afirmación verídica. Los que guardan la ley serán salvos. Teóricamente esto es
cierto, pero esto nunca ocurrirá en la práctica. Cuando los hombres estén ante el
Juez santo, todos los que han guardado de la ley, serán justificados y todos los que
han quebrantado la ley, serán condenados. El problema es que no hay ninguna
persona que haya guardado la ley, no, ni una sola (comparar Romanos 3:10-12).

Es posible (teóricamente) ganar la vida eterna guardando la ley. Consideremos lo la


Biblia dice al respecto:

A) En Romanos 10:5 leemos que la persona que hace las cosas contenidas en la ley,
vivirá por ellas (compare Levítico 18:5).

B) En Mateo 19:16-19 el Señor Jesús enseñó que para tener vida eterna tienes que
cumplir los mandamientos. En Lucas 10:25-28 tenemos un mensaje similar: Cumple
los mandamientos y tendrás vida eterna.

El problema: ¿Es posible que un hombre pecador pueda cumplir la santa ley de


Dios? ¿Alguien ha cumplido perfectamente los Diez Mandamientos? ¿Alguien ha
amado perfectamente a Dios y a su prójimo (comparar Mateo 22:36-40)? ¿Hay
alguien que haya guardado verdaderamente la ley o somos todos culpables de
quebrantar la ley?

C) Gálatas 3:10-13. El hombre que guarda perfectamente la ley de Dios, es bendito.


El hombre que falla en guardar perfectamente la ley de Dios es maldito y condenado
y digno de muerte. La buena nueva del evangelio es que Cristo murió por
transgresores de la ley (Gálatas 3:13) y ÉL tomó nuestra maldición sobre Sí Mismo.

Por eso el argumento de Pablo: “Escuchen hermanos judíos, no es suficiente escuchar la


ley. Tienen que obedecer perfectamente la ley, de otro modo están bajo la maldición y la
condenación de Dios”. Los que quieren justificarse mediante la ley, tienen que guardar toda
la ley y tienen que cumplirla a la perfección.

Romanos 2:14-15          

Los gentiles no tienen la ley escrita de Dios. Ellos no tienen la ley de Moisés. Pero de acuerdo con estos
versículos, ellos tienen la ley de Dios EN ELLOS, “escrita en sus corazones”. Aunque ellos nunca han visto
una copia de los Diez Mandamientos, ellos saben que está mal matar, robar, mentir, etc. Y sus conciencias
los condenan cuando hacen esas cosas. Aquí hay dos ejemplos: 1) Hechos 28:3-4. Estos bárbaros nunca
habían visto los Diez Mandamientos, pero de algún modo sabían que el asesinato era malo y que era
castigado con la pena de muerte. 2) Génesis 26:6-11. Este rey pagano nunca había visto los Diez
Mandamientos, sin embargo sabía que el adulterio era malo.

“Acusándoles” = “Tu eres culpable. Lo que has hecho está mal”.

“Defendiéndoles” = “Tu no eres culpable. Lo que hiciste está bien”.

Cuando hacen BIEN, su conciencia aplaude y aprueba. Cuando hacen MAL, su conciencia los condena y
dice “eres culpable”.

De modo que los judíos pecaron al fallar en hacer lo que la ley de Moisés les mandaba hacer. El gentil
pecaba al fallar en hacer lo que su conciencia le indicaba hacer. Tanto el judío como el gentil fallaron en
vivir de acuerdo con la luz que Dios les había dado. Ambos están condenados ante Dios.

Romanos 2:16

(Esta frase es la continuación del versículo 12).

“En el día” –Ver el versículo 5 que también describe ese día.

“Secretos” = cosas escondidas

Principio de Juicio # 11 – Nada está escondido o guardado en secreto ante el Juez

Compare Hebreos 4:12-13 y Mateo 10:26. En Apocalipsis 20:12 leemos que los libros serán abiertos y que
todos los secretos serán revelados. Dios guarda un fiel registro de todo lo que hemos pensado o dicho o
hecho.

“Por Jesucristo” = el Juez de todos los hombres no será otro sino Jesucristo Mismo (ver Juan 5:22, 27).
Dios el Padre ha entregado todo el juicio a Su Hijo.

Principio de Juicio # 12 – Jesucristo será el Juez supremo, ante quien aparecerán


todos los hombres

“Conforme a mi evangelio” – el evangelio que predicaba Pablo incluía el JUICIO DE DIOS (comparar
Romanos 1:16-18 y Hechos 17:31). El evangelio no es presentado correctamente si no se dice nada sobre
el juicio de Dios.

Romanos 2:17

Pablo está tratando ahora con el JUDÍO, o EL HOMBRE RELIGIOSO. El propósito de Pablo en los
primeros capítulos de Romanos es mostrar que todos los hombres están condenados y que necesitan un
Salvador (ver Romanos 3:9, 19, 23). En esta sección él demostrará que el judío religioso está
condenado. Nota: La gente religiosa a menudo se cree muy justa y generalmente es muy difícil
convencerla de que son culpables y están condenados ante Dios (comparar Lucas 5:29-32; 18:9-14).

La palabra clave en estos versículos es = la LEY (ver Romanos 2:17, 18, 20, 23, 25, 26, 27). Los judíos,
a diferencia de los gentiles, poseían la ley escrita de Dios. Por cuanto eran responsables por lo que se les
había dado, los judíos SERÁN JUZGADOS POR ESTA LEY (Romanos 2:12). Como Pablo ya les había dicho,
no era suficiente tener la ley y escuchar la ley, sino ¿qué más era necesario (Romanos 2:13)?

“Tienes el sobrenombre de judío” – Esta gente se enorgullecía del hecho de ser hijos de Abraham (ver
Mateo 3:9; Juan 8:33, 39). “Puesto que somos judíos, somos mejores que los demás. Somos el pueblo
escogido de Dios”. Algunos parecían pensar que el  ser judíos les garantizaba un lugar en el cielo. Pero es
obvio, por la Palabra de Dios, que ser JUDÍO no hace JUSTA a una persona ante Dios. Ser judío
exteriormente es una cosa (ser física o racialmente judío), pero ser un VERDADERO JUDÍO espiritual e
interiormente es algo diferente (ver Romanos 2:28-29).

“Te apoyas en la ley” – confiando en la ley, descansando confortablemente. La tarea de Pablo en esta
sección es TURBAR SU DESCANSO. Está por retirar su confortable cama de debajo de ellos.

“Te glorías en Dios” = se ufanan de Dios, “nosotros adoramos al único y verdadero Dios, en cambio
todas las demás naciones adoran ídolos y dioses falsos”.

Romanos 2:18

“Conoces Su voluntad” – Los judíos tenían la Palabra de Dios, por lo cual conocían Su voluntad
(comparar Lucas 8:21 con Mateo 12:50 donde vemos que hacer la Palabra de Dios es equivalente a hacer
la voluntad de Dios). Una cosa es CONOCER la voluntad de Dios, pero otra cosa es HACER la voluntad de
Dios.

“Apruebas lo mejor” – ellos tenían un agudo sentido de discernimiento moral; ellos podían discernir
claramente entre lo que estaba bien y lo que estaba mal. Sin embargo, una cosa es saber lo que está bien
y otra cosa es HACER lo que está bien. Nota: los creyentes  deben tener un buen discernimiento
(comparar Filipenses 1:9-10).

“Instruidos (enseñados) por la ley” – ciertamente, ellos no ignoraban la verdad revelada de Dios.
Pero tener la santa ley de Dios, no hace santa a una persona. Tener los justos mandamientos de Dios no
hace justa a una persona. La pregunta clave del libro de Romanos es esta: ¿CÓMO PUEDE UNA PERSONA
SER JUSTA ANTE UN DIOS SANTO? No es por las obras de la ley (ver Romanos 3:20).

Romanos 2:19-20

“Confías” – nota las palabras que Pablo ha estado usando para describir a esta gente: descansando
confortablemente, ufanos, confiando, etc. Pablo tenía que humillar a esta gente, perturbar su descanso,
abatirlos (comparar Lucas 18:14). Es muy difícil demoler el orgullo religioso. La gente religiosa confía en sí
misma y no en Cristo. Se sienten demasiado seguros.

“Confías” = convencido, persuadido. Estos dos versículos pintan un cuadro del judío sintiéndose muy
superior a los demás. Ellos estaban seguros que su perspectiva era correcta. Si sus corazones hubiesen
estado bien con el Señor, entonces habrían sido fieles testigos del Señor (Isaías 43:10-12 y ver
Deuteronomio 4:6-9), y a pesar de que no eran superiores a otros, habrían sido de gran ayuda para ellos
en estas cosas:

“Tenemos visión espiritual y podemos ayudar a quienes son ciegos”.


“Nosotros tenemos la luz y todos los demás están en tinieblas”.
“Nosotros somos sabios y solo nosotros podemos ayudar a quienes son necios”.
“Nosotros somos espiritualmente maduros y podemos ayudar a quienes son niños”.

Pablo los está preparando para un gran porrazo. Los tiene que derrumbar.

“La forma” = se refiere a lo que es superficial o externo (comparar 2 Timoteo 3:5). Su vida se veía muy
bien en la superficie y su religión parecía muy bien externamente. Ellos podían recitar los Diez
Mandamientos, cuáles animales eran limpios y cuáles no lo eran, etc. Pero tal como Pablo señala, una
religión que solo es formal, externa y superficial no es suficiente (Romanos 2:28). Debe ser real e interna
y del “corazón” (Romanos 2:29). Ser exteriormente religioso no hace que una persona esté BIEN CON
DIOS.

Romanos 2:21-22
Pablo está listo ahora a quitar los soportes de debajo de estos judíos religiosos. Esta gente tenía la ley de
Dios y había escuchado la ley de Dios, pero ellos no hacían la ley de Dios (versículo 13), de modo que
serían juzgados por la ley de Dios (v.12). En vez de guardar la ley, ellos quebrantaban la ley (v. 23, 25).

Antes de enseñar a otros, nosotros debemos enseñarnos primero a nosotros mismos (v.21). Esto es
especialmente importante cuando se trata de enseñar la Palabra de Dios. Asegúrate de que el mensaje
llegue primero a tu corazón, antes de enseñar a otros. Estos judíos fallaron en practicar lo que
predicaban.”Tus hechos hablan tan fuerte, que no alcanzo a escuchar tus palabras”. Lo que mostraban sus
vidas contradecía lo que salía de sus labios. Ellos enseñaban los mandamientos, pero ellos no guardaban
los mandamientos. Compare a los judíos religiosos que describe el Señor en Mateo 23:1-3. ¿Dijo Jesús a
sus discípulos que siguieran sus enseñanzas? ¿Dijo Él que siguieran sus hechos? Compare también con el
ejemplo positivo de Pablo en Filipenses 4:9 y 1 Corintios 11:1.

Romanos 2:23

Los judíos pensaban que ellos eran excelentes testigos del Señor (ver v. 19), pero en verdad eran testigos
desastrosos. Ellos DESHONRABAN a Dios (v. 23) al quebrantar la santa ley de Dios. Esto se explica luego
en el versículo 24.

Romanos 2:24

“El Nombre de Dios” – El Nombre de Dios representa la Persona de Dios y Su reputación. Los judíos eran
muy cuidadosos en cuanto a cómo usaban el Nombre de Dios, especialmente el nombre JEHOVÁ o
YAHWEH. Ellos consideraban que este Nombre era tan sagrado que ellos ni siquiera querían pronunciarlo.
En cambio, lo sustituían por otra palabra. Sin embargo, por la manera en que vivían, ellos deshonraban el
Nombre de Dios.

“Porque como está escrito” – Pablo estaba pensando en pasajes del Antiguo Testamento que decían lo
mismo. Considere los dos siguientes: 1) Isaías 52:5; Ezequiel 36:21 (y leer también los versículo 22-23).
Dios se preocupaba mucho por Su Nombre (Su reputación, Su gloria) y cuando los judíos no vivían
rectamente, eso daba mala fama a Dios delante de las naciones. Si las naciones veían a Israel como gente
pecadora, ¿cómo podrían pensar que Jehová fuera un Dios santo? El pueblo de Dios siempre hará recaer
prestigio o deshonra en Dios. UN TESTIGO ES ALGUIEN QUE PROVOCA A OTROS, POR SU VIDA O POR
SUS HECHOS, A PENSAR BIEN DE DIOS.

Romanos 2:25

“Circuncisión” – Los judíos descansaban cómodamente en el hecho de que ellos eran circuncidados. Los
judíos valorizaban mucho la circuncisión, como estaba anotado en los escritos de los rabinos: “Ningún
hombre circuncidado se perderá”. En los días de Pablo circulaba el dicho de que Abraham estaba parado a
las puertas del Hades para asegurarse de que ningún hombre circuncidado fuera jamás lanzado al
infierno. Recuerde, la circuncisión era sólo un RITUAL EXTERNO. Debía ser un señal o sello externo
(Romanos 4:11) de una REALIDAD INTERIOR. El ritual externo sólo aprovecha a la persona si está
acompañado de una realidad interior. El rito exterior no tiene valor (no es de beneficio o ventaja) aparte
de una realidad interior. Sin ésto, es sólo un ritual que carece de realidad, un símbolo sin sustancia.

Romanos 2:26-27

“Incircunsición” =  refiere a los gentiles, los que no tienen el ritual externo de la circuncisión.

Si el gentil tiene la realidad interior, entonces tiene lo que realmente cuenta. Ilustración: ¿Es mejor que
una persona crea en Cristo y no sea bautizada o que sea bautizada y no crea en Cristo? Si tienes que
escoger entre el RITUAL y la REALIDAD, escoge la REALIDAD. Desde luego, lo ideal son ambas cosas. El
verdadero creyente debe ser bautizado en obediencia al mandamiento de Cristo y para mostrar lo que le
sucedió en el momento en que fue salvo. El punto es que es mejor ser un creyente no bautizado, que ser
bautizado y no ser creyente. Ilustración del anillo de compromiso: el anillo es una señal y un símbolo de
un compromiso hecho ante Dios de ser fiel a su esposa. Qué preferirías, ¿un esposo que tiene un anillo y
anda con otras cinco mujeres o un marido que no tiene anillo, pero que es fiel a su esposa? El símbolo
(anillo) sin la realidad (fidelidad) no tiene valor. El argumento de Pablo: La FALTA DE LA CIRCUNCISIÓN
NO CONDENA AL GENTIL y SER CIRCUNCIDADO NO SALVA AL JUDÍO (ver Gálatas 5:6 y 6:15).

Romanos 2:28-29

Note los contrastes que se encuentran en estos versículos (exterior-interior, carne-corazón, letra-espíritu,
hombre-Dios). Una cosa es ser un JUDÍO POR NACIMIENTO; otra cosa es ser un JUDÍO REGENERADO (un
verdadero judío). Lo que realmente vale es lo que está en lo interior. Pablo nos está preparando para el
capítulo 3, donde veremos lo que somos realmente en el interior (cf. 3:10-18). Para “circuncisión del
corazón” ver Deuteronomio 10:16; 30:6; Jeremías 4:4; 9:25-26; Jeremías 6:10 (circuncidar el oído);
Hechos 7:51, 57; Joel 2:13; Filipenses 3:3; Salmo 51:6.

Favor notar: En el versículo 28, Pablo está hablando de un judío (no de un gentil) que es judío
exteriormente. El ha sido circuncidado y es descendiente de Abraham, pero él no es creyente (su corazón
no está bien con Dios). El es judío exterior y físicamente, pero interior y espiritualmente no es judío. En el
versículo 29, Pablo está hablando de un judío (no de un gentil) que es un judío interiormente. Ser judío
interiormente es ser un judío que cree en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. No es solo un hijo de
Abraham, sino es un hijo de Dios. En el versículo 29 Pablo no está diciendo que los gentiles sean judíos
interiormente. Los gentiles salvos nunca son llamados judíos y nunca son nombrados “Israel”.

ROMANOS
CAPÍTULO 3 

Introducción

En el capítulo 2 Pablo demostró hábilmente que el judío está sin excusa y que está bajo la condenación y
el juicio de Dios. Ahora, en el capítulo 3, el judío agota su último recurso –TRATARÁ DE ARGUMENTAR
UNA SALIDA DEL JUICIO. Encontramos lo mismo hoy día. Cuando presentamos el evangelio a otros y les
mostramos claramente su pecaminosidad y su necesidad de Cristo, a menudo ellos comienzan a levantar
objeciones y enarbolan argumentos tratando de eludir el juicio de Dios (por ejemplo: “¿Qué de los
paganos?” “¿Cómo puede un Dios de amor enviar a alguien al infierno?” etc.).

Romanos 3:1

“Pues” = por lo tanto. Esta palabra nos remite al capítulo 2, donde vimos que los judíos descansaban
cómodamente en tres cosas:

1. Ellos tenían la ley.


2. Ellos habían sido circuncidados.
3. Ellos eran hijos de Abraham.

Pablo dejó muy en claro en el capítulo 2 que. . .

1. Tener la ley no da ventaja a la persona (ver 2:13).


2. Ser circuncidado no da ventaja a la persona (ver 2:25).
3. Ser hijo de Abraham no te da ventaja alguna (ver 2:28-29).

Con estas cosas en mente, es natural que el judío haga las preguntas que se encuentran en Romanos 3:1
– “¿Qué ventaja tiene el judío?” etc. ¿Qué aprovecha? Si vamos a ser condenados con el resto del mundo,
¿qué provecho hay en ser judío? Si estamos bajo el juicio de Dios igual que los gentiles, ¿qué ventaja
tiene ser judío? ¿Cuál es el beneficio? ¿Qué tiene de bueno? Si tener la ley y estar circuncidado y ser hijo
de Abraham no me aprovecha, ¿qué privilegio hay en ser judío?
Romanos 3:2

“Mucho, en todas maneras” – Los judíos tienen muchas ventajas. Los judíos tienen ventajas y
beneficios que ninguna de las demás naciones tienen. Pablo enumera varias de estas ventajas en
Romanos 9:4-5, pero aquí nombra solamente la ventaja principal (la primera y más importante ventaja
que tenían): A ELLOS (LOS JUDÍOS) LES HA SIDO CONFIADA LA PALABRA DE DIOS.

Los judíos estaban encargados de la Palabra de Dios. Ellos debían ser los custodios de la Palabra de Dios
(ver Deuteronomio 4:7-8 y Salmo 147:19-20).

“Confiada” = semejante al verbo “creer” del versículo 3. Literalmente, “a ellos fue encomendada la
Palabra de Dios” o como diríamos, “a ellos fue encargada la Palabra de Dios”. Aplicación para nosotros: si
una persona tiene la Biblia, tiene una gran ventaja y un gran privilegio y una gran responsabilidad. Tener
una Biblia es una enorme responsabilidad. Si poseemos la verdad, entonces tenemos la responsabilidad de
hacer algo con la verdad que poseemos. ¿Cuantas Biblias hay en los hogares de América que nunca son
abiertas y nunca son leídas? A los judíos fue confiada la Palabra de Dios y ellos eran responsables de
obedecer y creer la revelación escrita que tenían. ¿Fueron fieles en su encargo o no (ver Romanos 3:3)?

Romanos 3:3

Los judíos estaban aparentemente acusando a Dios de ser infiel: “Señor, Tú nos has dado Tu Palabra y Tú
nos has dado muchas promesas como nación, ¿por qué ahora eres infiel con nosotros?” Ellos estaban
acusando a Dios de ser infiel: “Dios nos ha escogido y ahora ÉL nos está condenando”. Pero en el
versículo 3 Pablo muestra quién es realmente infiel.

“¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios?” ¡NO! ¿La infidelidad del hombre anulará la
fidelidad de Dios? ¡NO! Dios les dio Su Palabra y ellos fueron los infieles. Dios no falló. La Biblia no falla.
Ellos fueron los que fallaron. Puedes echar perlas delante de los cerdos y ellos pueden pisotearlas en el
barro, pero eso no cambia el hecho de que siguen siendo perlas. Del mismo modo, los judíos pueden
pisotear la Palabra de Dios, pero eso no cambia la Palabra de Dios y eso no altera Sus promesas y no
afecta Su fidelidad (ver 2 Timoteo 2:13).

Romanos 3:4

La pregunta suscitada en Romanos 3:3 es contestada con un rotundo “De ninguna manera”. Pablo usa
frecuentemente esta expresión en Romanos (3:31; 6:2; 6:15; 7:7; etc.). Es una negación terminante que
significa “por ningún motivo” o “PEREZCA ESE PENSAMIENTO”.

Debemos notar también que en el versículo 3 dice “algunos” no “todos”. No todos los judíos eran
incrédulos. Había muchos (como Pablo, Pedro, Santiago, etc.) que creían las promesas que se
encuentran en la Palabra de Dios. Pero había muchos otros que no creían. La mayoría de los
judíos no creyeron en Cristo como en su Mesías.

Romanos 3:4

Los hombres pueden ser mentirosos, pero eso no hace a Dios un mentiroso. Los hombres pueden ser
infieles, pero eso no hace a Dios infiel. Aunque todos los hombres sobre la faz de la tierra creyeran en la
teoría de la evolución, esto no la haría verdadera. Dios y Su Palabra (especialmente Génesis 1-2) son
verdad y todo hombre sería un mentiroso.

En este versículo Pablo cita del Salmo 51:4 (la gran oración de confesión de David que siguió a su pecado
de adulterio):

“Para que seas justificado en tus palabras”. Señor, todo lo que Tu dices es recto.

“Y venzas (ser victorioso)” = Señor, Tú siempre eres el Triunfador y el Vencedor. Tú siempre tienes la


razón y Tú siempre ganas todos los casos.
Pablo fue muy sabio al citar estas palabras de la oración de confesión de David. Difícilmente había alguien
a quien los judíos estimaran más que a David, el piadoso rey de Israel, que escribió muchos de los
Salmos. Pablo les está recordando que aún David fue infiel. Hasta David fue un adúltero y un asesino. El
cometió adulterio con Betsabé y fue el causante de la muerte de su marido en el campo de batalla. David
estaba diciendo en su oración: “Señor, Tú tienes la razón y yo estoy mal”. David sabía que era CULPABLE
y que necesitaba la misericordia de Dios. Si David era culpable y estaba reprobado, este hecho condenaría
a todo judío. ¿Qué judío osaría decir que era mejor que David? (Nota: cuando lleguemos al Capítulo 4,
Pablo nos dirá como fue salvo David).

Romanos 3:5

Los judíos no solo estaban acusando a Dios de ser infiel (versículo 3), sino aquí, en el versículo 5, vemos
que también estaban acusando a Dios de ser INJUSTO (arbitrario, parcial). “Señor, eres injusto al
juzgarnos”. (¿La gente de hoy dice tales cosas?).

“Hace resaltar” = trae a la luz, magnifica

“Da castigo” = retribuye

Pablo contesta nuevamente su propia pregunta: DE NINGUNA MANERA –Dios no lo permita (v.6)

Sigamos la lógica y el razonamiento: La injusticia del hombre nos ayuda a apreciar mejor la justicia de
Dios. La justicia de Dios se ve más claramente por contraste. Si piensas que tu automóvil no está muy
limpio, colócalo al lado de un automóvil sucio. Si crees no tener muy buena salud, pasa un tiempo en un
hospital. Si crees no ser muy pecador, echa un vistazo a la santidad de Dios (como hizo Isaías en Isaías
6:1-5). La justicia divina resplandece con mayor brillo ante el negro telón de la injusticia del hombre. La
fidelidad de Dios es más radiante ante el oscuro trasfondo de la infidelidad del hombre.

De modo que el argumento es éste: “Si yo, por mi injusticia, he magnificado la justicia de Dios, ¿cómo
puede Dios castigarme? Si mis pecados hacen que Dios aparezca más justo, ¿cómo puede Dios castigarme
por mis pecados? Mi pecado beneficia a Dios. Dios se beneficia por mi injusticia. Mi pecado hace que Dios
se vea bueno. Mi injusticia hace que Dios aparezca justo. Mi infidelidad hace resaltar la fidelidad de Dios.
Por lo cual estoy haciendo un gran favor a Dios al realzar y magnificar Su carácter justo. Por lo tanto, si
mi pecado está beneficiando tanto a Dios, ¿cómo puede Dios castigarme por mi pecado? En consecuencia,
si Dios me castiga por hacerle un favor, ÉL tiene que ser injusto”.

“Hablo como hombre” – Pablo estaba expresando los argumentos de otros.

Romanos 3:6

Los judíos sabían que Dios juzgaría al mundo y que ÉL era justo al hacerlo así. El argumento es éste: “Si
yo soy justo al juzgar al mundo, entonces soy justo al juzgarte a ti (porque tú eres parte del mundo)”.

El mundo podría usar el mismo argumento tonto que estaban usando los judíos: considera Juan 3:16: “De
tal manera amó Dios al mundo”. Los hombres malvados podrían decir: “Dios, mientras más malvados
seamos, más engrandecido será tu amor, ¿cómo, entonces, puedes juzgarnos? Nuestra iniquidad realza
Tu amor”. Tal pensamiento distorsionado y pervertido se parece a la  siguiente etiqueta blasfema: “Cristo
murió por nuestros pecados. . . No lo decepcionemos”.

Romanos 3:7

Aquí se usa el mismo argumento. “Si mi mentira (infidelidad) magnifica y realza la verdad de Dios, y si
Dios es glorificado por mi mentira, entonces, ¿por qué me juzga Dios?”

Es cierto que Dios puede usar el pecado y la maldad y la ira del hombre para traer GLORIA a Su Nombre
(Salmo 76:10). Aún un malvado Faraón puede traer gloria a Dios con la dureza de su corazón (ver
Romanos 9:17, 18, 21, 22, 23). Siguiendo la misma lógica pervertida, el Faraón podría decir: “Señor,
¿qué derecho tienes Tú para juzgarme? Yo te he hecho un servicio. He ayudado a traer gloria a Tu
nombre. He hecho ver a todos lo paciente que has sido conmigo y  cómo se manifestó Tú poder. Si yo no
me hubiera resistido a Tí, Tú no podrías haber hecho todos esos poderosos milagros y esas señales sobre
la tierra de Egipto”. El pecado del hombre puede traer gloria a Dios, pero ciertamente eso no exime del
juicio al hombre.

Nota: ¿Por qué permitió Dios que el pecado y la maldad entraran en Su universo? La respuesta a esta
pregunta nunca será completamente entendida por el hombre mortal. Una razón puede ser ésta: Dios está
interesado en darse a conocer, (revelar cuán grande y glorioso Él es en verdad). Hay ciertos aspectos del
asombroso carácter de Dios que nunca podrían conocerse aparte del pecado: Su misericordia, Su amor,
Su paciencia, Su gracia, Su juicio, etc.) Por ejemplo, ¿cómo podría Dios mostrar cuán misericordioso Él es
en perdonar a pecadores si no hubiera pecado y no hubiera pecadores a quienes perdonar?

Romanos 3:8

“Hagamos males para que vengan bienes” – Pablo fue acusado falsamente de enseñar ésto. ¿Por
qué? Porque Pablo enseñaba que la salvación es por gracia y no por obras. El enseñaba que el
más malvado de los pecadores podía ser salvo aparte de cualquier obra (ver Romanos 3:28; 4:1-
5).  Puedes ver cómo las enseñanzas de Pablo pueden pervertirse fácilmente: “Vivamos como nos plazca y
hagamos mal, porque la salvación es por gracia. Mientras más pequemos, más brillará Su gracia.
Pequemos más, porque eso solo magnificará más la gracia”. Pero recuerda: PABLO NO ENSEÑÓ ESTO (ver
Romanos 6:1-2). Esto es una malvada distorsión de la doctrina de la salvación por gracia. En realidad, la
gracia salvadora de Dios nos enseña todo lo contrario (ver TITO 2:11-12).

“HAGAMOS MALES PARA QUE VENGAN BIENES” – Esta es la malvada filosofía de que el fin
justifica los medios. Pablo condena terminantemente esta filosofía: “cuya condenación (juicio) es justa
(correcta, merecida)”. Esta filosofía es muy popular en nuestros días. Aquí hay algunos ejemplos:

1. COMUNISMO –Todo el sistema de la moral comunista está basada en esta filosofía. No les importa
hacer mal en tanto que venga el bien (“bien” = el progreso y avance de la causa comunista). No
importa mentir, engañar e incluso matar en tanto sirva para el avance de la causa comunista.
“Pecado” es cualquier cosa que obstaculice la causa (decir la verdad puede ser un pecado si
estorba el comunismo).

2. LOS PRIMEROS CRISTIANOS – Supongamos que hubieran razonado de la siguiente manera:


“Negaré a Cristo para que no me maten los romanos y así tendré más días de vida para hablar a
otros acerca del Señor”.

3. ESCUELA – “Engañaré en este examen y esto me permitirá pasar de curso para  recibir mi


diploma  y así podré  llegar a ser médico y entonces podré salvar muchas vidas”.

4. ROBO – “Robaré este pan para poder alimentar a mi familia hambrienta y para poder así
mantenerla con vida”. El acercamiento cristiano: “Señor, no tengo que hacer lo que está mal a Tus
ojos y no tengo que quebrantar los Diez Mandamientos. Me niego a robar porque Tú has dicho, “NO
HURTARÁS”. Confiaré en que Tú cuidarás de alguna manera de mi familia hambrienta, y yo haré
todo de mi parte para usar toda vía legítima para ayudarles (toda vía legal)”.

5. EVANGELISMO – “Las almas deben ser ganadas a cualquier costo”. “Cooperaré con los enemigos
de Cristo para que ellos puedan auspiciar mis cruzadas y así podré predicar el evangelio a más
personas”. “Para ganar el mundo para Cristo necesitas ser como el mundo y comprometer tus
normas”. No, aunque debemos estar dispuestos a sacrificar nuestras vidas para alcanzar a los
perdidos, nunca debemos pagar el precio de desobediencia a Dios. Nuestro lema debe ser:
“Fidelidad a Dios y obediencia a Su Palabra a cualquier costo”. En 2 Timoteo 2:5 se nos recuerda
que debemos luchar a la manera de Dios y seguir los reglamentos de Dios. Los medios que usamos
para lograr cualquier meta son importantes para Dios y deberían ser importantes para nosotros.
RECUERDA ESTO:

       NUNCA ES CORRECTO HACER MAL PARA HACER BIEN

Nuestra actitud debe ser ésta: “Señor, haré lo correcto, no importa lo difícil que sea y dejaré los
resultados en Tus manos. Tú tendrás que resolver el problema”. HAZ EL BIEN Y CONFÍA EL RESULTADO A
DIOS.

Reseña de la siguiente sección:

1. LA ACUSACIÓN (Romanos 3:9) —Todos bajo pecado.


2. LA DENUNCIA (Romanos 3:10-18) Una denuncia es una declaración formal escrita, formulada por
una autoridad acusadora (fiscal acusador), en este caso DIOS MISMO, inculpando a una persona de
ofensa.
3. EL VEREDICTO (Romanos 3:19) –CULPABLE.

“Pues” = por lo tanto, y señala nuevamente al versículo 2. La gran ventaja que tienen los judíos
(Romanos 3:2), ¿los hace ser mejores que los gentiles? No.

“Nosotros” – Pablo se incluye junto con los judíos y se identifica humildemente con los “todos” que están
bajo pecado.

¿CUÁNTOS SON PECADORES? – TODOS (Romanos 3:9, 12, 19, 23)


¿CUÁNTOS SON JUSTOS? – NINGUNO (Romanos 3:10-12)

Judíos y gentiles se encuentran en el mismo barco (y el barco se está hundiendo).

“Ya hemos acusado antes” – En Romanos capítulos 1-2 Pablo ya había acusado y demostrado que tanto
los judíos como los gentiles están condenados delante de un Dios santo.

“Judíos y gentiles” – esto incluye a todos.

“Bajo pecado” = bajo al culpa, el poder, la condenación y la sentencia del pecado.

Romanos 3:10

“Como está escrito” – compare Gálatas 3:22. Desde el versículo 10 al 18 Pablo está citando de

las Escrituras del Antiguo Testamento. Aquí hay una lista de los pasajes del Antiguo Testamento a los que
Pablo se está refiriendo:

Romanos 3:10-12 del Salmo 14:1-3 y Salmo 53:1-3


Romanos 3:13 del Salmo 5:9 y Salmo 140:3
Romanos 3:14 del Salmo 10:7
Romanos 3:15-17 de Isaías 59:7-8 y ver Isaías 48:22
Romanos 3:18 del Salmo 36:1

Estos versículos muestran que el Antiguo Testamento enseña claramente la terrible depravación del
corazón humano y la terrible pecaminosidad del hombre.

Romanos 3:10 es una cita del Salmo 14:1-3 y del Salmo 53:1-3. Note en el Salmo 14:2 – “el Señor miró
desde los cielos”. Todo esto es desde el PUNTO DE VISTA DE DIOS. Compare 1 Samuel 16:7. Esto es
como DIOS VE EL CORAZÓN HUMANO desde Su perspectiva omnisciente. El versículo 10 es un resumen
de todos los versículos que siguen. Todos estos versículos demuestran lo injustos que somos. Estos
versículos son el diagnóstico de Dios del corazón humano. (Ilustración: Puedo lavar mis manos tan bien
como pueda, pero si luego las examinara bajo un microscopio o algún otro instrumento de aumento,
probablemente estaría asombrado de la suciedad y de las bacterias y del polvo que todavía tendrían. Mi
propia vida puede parecer limpia y pura al compararla con otros, pero no es así como Dios me ve).

Romanos 3:11

“No hay quien entienda” – esto describa la ceguera espiritual del hombre. Cuando se trata de las cosas
de Dios y de la verdad de Dios, no hay entendimiento (comparar 1 Corintios 2:14).

“No hay quien busque (diligentemente) a Dios” – ¿Pero no contradice ésto Hechos 15:17 y Hebreos
11:6 que enseñan que el hombre busca a Dios? El punto principal de Romanos 3:11 es éste: El hombre,
dejado a su propia naturaleza depravada, se aleja de Dios en vez de acercarse a Dios. El hombre, por
naturaleza, ¿anda por los caminos de Dios o anda por sus propios caminos (Isaías 53:6)? Por naturaleza,
¿los hombres aman la luz y vienen a la luz (Juan 3:19-20)? ¿Buscó Dios al Adán perdido o buscó el Adán
perdido a Dios (Génesis 3:6-10)? ¿Los hombres perdidos andan en busca del Salvador o es el Salvador
quien busca de los hombres perdidos (Lucas 19:10)? Por analogía con 1 Juan 4:19 podríamos decir,
“Nosotros lo buscamos a ÉL, porque ÉL nos buscó primero”. Por analogía con 1 Juan 4:10 podríamos
decir, “En esto consiste el amor de Dios que busca y salva, no en que nosotros hayamos buscado a Dios,
sino en que ÉL nos buscó a nosotros”. Por analogía con Juan 15:16, “Ustedes no me buscaron a Mí, sino
Yo los busqué a ustedes”. Todo creyente debería dar gracias a Dios por la misericordiosa obra que ÉL está
dispuesto a hacer y que ÉL hace en el corazón humano (ver Hechos 16:14; Juan 6:44-45, 65). Dios es el
gran Iniciador. Como dice el himno: “Perdido en la oscuridad tropezaba solo yo, lejos de la luz del día.
Jesús entonces me encontró y disipó la oscuridad. Antes que yo le amara a Él, Él me amo a mí. Antes que
yo le encontrara a ÉL, ÉL me encontró a mí. Antes que yo le buscara a ÉL, Él me buscó a mí. Sí, Jesús
cuida de mí” (Ron Hamilton). Dios nos buscó cuando éramos Sus enemigos (Romanos 5:6-10) y cuando
aún estábamos muertos en pecado (Efesios 2:1-5). Antes que Adán aún pensara en volver a Dios, Dios se
volvió y lo llamó, “¿Dónde estás tú?” (Génesis 3:9). DIOS ES EL GRAN Y BENIGNO BUSCADOR. ¿Has
sido tú encontrado por ÉL?

Romanos 3:12

“Se desviaron” – comparar con Isaías 53:6

“Inútiles” = se corrompieron, se hicieron inservibles. Viene de una palabra que significa “volverse ácido”,
como la leche cuando se vuelve ácida. La leche ácida es inservible.

“No hay quien haga lo bueno (bondad)” – esta palabra “bueno” o “bondad” se encuentra en Efesios
2:7 y Tito 3:4 (Dios fue muy bondadoso con los desagradables). Dios fue muy bondadoso con los que no
merecían bondad alguna. Hombres depravados carecen de toda bondad y caridad.

¿Hay alguna excepción a lo que Pablo está diciendo en Romanos 3:10-12? Note el énfasis: no. . ni uno. .
no. . ni aún uno. . no hay . . no hay. . ni aún uno, ninguno.

Romanos 3:13

“Sepulcro” = sepultura, tumba. Dios mira la garganta del hombre y ¿qué es lo que ve? Compare Mateo
23:27.

“Engañan” – Desde el punto de vista de Dios, todos los hombres son engañadores y mentirosos.

“Áspides” = serpiente egipcia venenosa (palabras venenosas salen de sus bocas)

Romanos 3:14
Comparar Mateo 12:34-35. Cuando una persona blasfema y maldice podemos decir, “Caballero,
excúseme, pero su corazón se está revelando”. Los labios del creyente deben estar continuamente llenos
de bendiciones (hablando bien de Dios). Ver Salmo 103:1-2.

Romanos 3:15

“Derramar sangre” – esta gente es descrita como asesinos (derramar sangre se refiere a una muerte
violenta y brutal).

La muerte de Cristo se describe de esta manera (Hebreos 9:22) 

La muerte de Esteban (por apedreamiento) se describe de esta manera (Hechos 22:20)

La pena de muerte se describe de esta manera (Génesis 9:6)

Romanos 3:16

“Quebranto” = ruina

“Desventura” = miseria, la misma palabra que en Romanos 7:24 –“Miserable de mí”. Todos nosotros
podríamos decir lo mismo.

Romanos 3:17

Ellos no han conocido el camino de paz. Observe la terrible historia de guerras en cada edad y en cada
generación (comenzando con el día en que Caín mató a Abel). La Sociedad de la Ley Internacional de
Londres ha entregado estadísticas declarando que por los últimos 4000 años de historia humana, no ha
habido más de 286 años de paz a pesar de los más de 8000 tratados de paz. Durante los últimos 300
años ha habido más de 286 guerras mayores y menores en Europa. La historia del hombre ha sido una
historia de guerras y las condiciones no están mejorando. ¿Qué guerras y conflictos están teniendo lugar
ahora en el mundo? Cuando el hombre no está en paz con Dios (compare Romanos 5:1), entonces está en
guerra con su prójimo.

Romanos 3:18

Aquí está la raíz del problema. No hay reverencia ni respeto hacia Dios. Los hombres pueden temer a la
policía o al juez, pero no tienen temor del Juez de toda la tierra. La persona que tiene un sano temor de
Dios es la persona que TEME (tener miedo) hacer algo que pueda desagradar al Señor. Ver Proverbios 1:7
y 9:10 (el temor de Jehová es el “comienzo”. Sin eso, no puedes siquiera pasar por la puerta para entrar
en la casa de la sabiduría del Señor). El temor de Dios debe ser la marca y la característica de todo
verdadero hijo de Dios (Filipenses 2:12; 1 Pedro 1:17).

Romanos 3:19

“Toda boca se cierre” – he aquí la defensa del hombre. ¡No tiene nada que decir! El hombre sabe que es
culpable de la acusación. Dios, el Juez justo, SABE TODO y VE TODO y es TESTIGO de todo pecado y
delito que hayamos cometido. ¿Qué podemos decir?

“CULPABLE” – todo el mundo ha comparecido ante el juicio de Dios para escuchar el veredicto
“CULPABLE” y permanece allí TEMBLANDO Y EN SILENCIO.

Romanos 3:20

Hay algunas cosas que la ley NO PUEDE HACER y hay ciertas cosas que la ley SÍ PUEDE HACER.  De
acuerdo con este versículo, ¿qué es incapaz de hacer la ley? Es incapaz de justificar al hombre pecador.
Pero este mismo versículo enseña que la ley puede dar al hombre el conocimiento del pecado. Puede
mostrar al hombre su total pecaminosidad. El propósito de la ley puede ilustrarse con un ESPEJO. Al
realizar las actividades del día, de alguna manera mi rostro se ha ensuciado sin yo darme cuenta. El
espejo sirve para mostrarme que mi cara está sucia. Me muestra que tengo un problema. Pero el espejo
no puede lavar la suciedad. Del mismo modo, la santa ley de Dios me muestra que soy un pecador
culpable (incapaz de cumplir los santos mandamientos de Dios), pero no me puede salvar. Sólo me puede
condenar y me muestra que necesito un Salvador. Tal como el espejo te debe dirigir al jabón y al agua,
así la LEY debe dirigirte al CORDERO de Dios que puede salvarte y que puede quitar tus pecados.

Romanos 3:21

“Pero ahora” – estas palabras indican un cambio crucial. Todo lo que Pablo ha dicho hasta ahora han
sido “malas noticias”. El ha mostrado claramente la culpabilidad y la condenación del hombre. Pablo ha
mostrado que todo hombre es un pecador perdido y sentenciado, “culpable ante Dios” (Romanos
3:19). PERO AHORA Pablo comienza a compartir la “BUENAS NUEVAS”. La buena noticia es que Dios
tiene un maravilloso plan de salvación (“justificación”) por el cual el hombre puede ser declarado justo
ante un Dios santo. “Pero ahora” – estas palabras indican un cambio drástico en la orientación de esta
carta (compare la misma expresión en Efesios 2:11-13 y 1 Corintios 15:16-20).

Los próximos seis versículos son de fundamental importancia. El Dr. Alva J. McClain  ha dicho lo siguiente
sobre Romanos 3:21-26:

Esta sección es el corazón mismo del libro de Romanos. Por esta razón todos los cristianos deberían
memorizar los versículos 21-26. Si alguien me preguntara, “Hermano McClain, si usted pudiera
elegir sólo seis versículos de la Biblia, y se le quitaran todos los demás, ¿cuáles escogería?” Yo
seleccionaría estos seis versículos. En ellos se presenta todo el evangelio de Dios (Buenas Nuevas),
y de una manera tal, como no se encuentra en ninguna otra parte de la Palabra de Dios. (El
Evangelio de la Gracia de Dios).

Empezando por el versículo 21 y continuando hasta el final del capítulo, hay una PALABRA CLAVE que se
encuentra repetidas veces. Es la palabra “JUSTICIA” (JUSTIFICAR).

v. 21 – justicia
v. 22 – justicia
v. 24 – justificar
v. 25 – justicia
v. 26 – justicia, justo, justificar

“Justificar” = declarar o pronunciar justo

Pregunta clave: ¿CÓMO PUEDE UN DIOS JUSTO SALVAR A UN HOMBRE INJUSTO Y, AL


HACER ESTO, SEGUIR SIENDO JUSTO? Esta pregunta se plantea en el versículo 26 -- ¿CÓMO PUEDE
DIOS SER JUSTO Y JUSTIFICAR, AL MISMO TIEMPO, AL PECADOR? Que Dios
pueda juzgar justamente al pecador no es problema, porque esto es lo que demanda la justicia. Pero,
¿cómo puede Dios justificar y absolver a una persona culpable sin comprometer Su propia justicia? “Dios
no tendrá por inocente al culpable” (Nahum 1:3). Es decir, ÉL no dejará sin castigo al culpable. Sin
embargo, para salvar a malvados pecadores, Dios tiene que hacer exactamente esto. Este problema es
respondido y solucionado sólo por la cruz (muerte) de Cristo. Cristo fue castigado en nuestro lugar, como
nuestro Sustituto, para que nosotros podamos ser absueltos.

“Se ha manifestado la justicia de Dios” –Con ésto comenzó Pablo en Romanos 1:17, pero después de
ese pasaje, la justicia de Dios no vuelve a mencionarse hasta Romanos 3:21. Pablo quería mostrarnos
primero cuánto necesitamos esa justicia (comparar Romanos 3:10).

“Aparte de la ley” = absolutamente desconectado de (ver Hebreos 4:15, donde la palabra “sin” también
significa “totalmente separado de”). Esta justicia nada tiene que ver con guardar la ley o con cualquier
clase de obras de la ley. No tiene conexión alguna con la ley. Es la gracia de Dios, no la ley de Dios, la que
otorga al hombre esta justicia.
En las Escrituras del Antiguo Testamento podemos leer acerca de la justicia de Dios que es aparte de la
ley (comparar Romanos 1:2), siendo testificada . . .

1.      . . . por la ley (ver Génesis 15:6 y Génesis 7:1 con Hebreos 11:7)

2.      . . . por los profetas (ver Isaías 53:11; Jeremías 23:6).

Romanos 3:22

“Por medio de la fe” –la justicia de Dios se recibe por fe

“En Jesucristo” –  Cristo crucificado y resucitado es el objeto de mi fe (en Gálatas 2:20 se expresa como
“fe del Hijo de Dios”).

“Para todos los que creen” – comparar Romanos 1:16. Todos necesitan esta justicia (Romanos 3:23)
y todos los que creen reciben esta justicia. En ninguna parte la Biblia enseña el UNIVERSALISMO (que
finalmente todos los hombres serán salvos). La Biblia enseña una salvación que es ofrecida y es asequible
a todos, pero beneficia solamente a los que creen (compare 1 Timoteo 4:10). Dios limita los beneficios de
Su salvación solo a aquellos que se la apropian por fe.

La última parte del versículo 22 y todo el versículo 23 puede considerarse como un paréntesis: (porque no
hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios). También puede ser de
ayuda leer desde el versículo 22 al 24 sin leer el paréntesis (”para todos los que creen en él, siendo
justificados . . . “).

Romanos 3:23

“Todos pecaron” – Todos los hombres están en el mismo barco y el barco se está hundiendo. Pero Dios
en su misericordia ha provisto una maravillosa salvación para todos estos pecadores condenados, si
quieren poner su fe en Cristo.

“Todos” – TODOS SIGNIFICA TODOS Y ESO ES TODO LO QUE TODO SIGNIFICA (como es definido
por el contexto). ¿Hay alguna excepción a esta declaración general?

¿Y el Señor Jesús? ¿Pecó ÉL alguna vez? Ver 1 Pedro 1:19; 1 Pedro 3:18; 1 Pedro 2:22; Hechos 3:14; 1
Juan 3:5; Mateo 27:4; Mateo 27:24; Juan 19:4; Mateo 27:19; Lucas 23:41; Mateo 27:44; Mateo 27:54;
Lucas 4:33-34; Juan 8:46; Juan 8:29; Mateo 3:17; Isaías 53:9; 2 Corintios 5:21; Hebreos 4:15; Hebreos
7:26; Lucas 1:35 etc. La impecabilidad de Cristo es una doctrina muy importante.

¿Qué de la virgen María? ¿Era ella una excepción de Romanos 3:23? Ver Lucas 1:47 y compare con Lucas
5:30-32. ¿Qué clase de personas necesitan un Salvador? ¿Qué clase de persona era María? La primera
mención que ha sido registrada de gente tratando de adorar a María se encuentra en Lucas 11:27. ¿El
Señor alentó o desalentó semejantes alabanzas a María? María era una joven mujer piadosa a la cual Dios
usó de una manera muy especial, pero guárdate de la Mariolatría.

“TODOS PECARON” – esta es una verdad bíblica vital. Veamos otros lugares de la Biblia en donde esto
es enseñado claramente:

1. Isaías 53:6 ¿Cuántos están perdidos?


2. 1 Reyes 8:46 ¿Cuántas personas sin pecado hay?
3. Juan 7:19 ¿Cuántos “cumplidores de la ley” hay?
Comparar también 1 Juan 1:8, 10.

“Pecaron” – en la Biblia, la palabra “pecado” significa “errar el blanco” o “no alcanzar la norma”. Por
ejemplo, supongamos que un entrenador de básquetbol tuviera estos requisitos para participar en su
equipo: “debes medir por lo menos 1.80 mts o no serás siquiera considerado”. Todos los que midan
menos de 1.80 mts. no “alcanzarían la norma” del entrenador y no podrían formar parte del equipo. Todos
nosotros quedamos cortos en alcanzar la norma de Dios.

La palabra hebrea por pecado es usada de una manera interesante en Jueces 20:16. Los hijos de
Benjamín eran muy diestros en usar la honda. Estos hombres eran zurdos y podían tirar una piedra con
una honda a un cabello y no erraban. Esta palabra “errar” es la palabra “pecado”. Un pecador es uno que
YERRA. Un pecador es alguien que no alcanza el objetivo (el objetivo de Dios). ¿Cuál es el objetivo de
Dios? Se encuentra en Mateo 22:37, 39. ¿Has logrado este objetivo perfectamente o lo has errado?

“La GLORIA DE DIOS” – esto se refiere a todo lo que Dios es en Su carácter perfecto:

TODO LO QUE DIOS ES:

   
Dios es santo. ¿Soy yo tan santo como ÉL?
   
Dios es justo. ¿Soy yo tan justo como ÉL?
   
Dios es amoroso. ¿Soy yo tan amoroso como ÉL?
   
Dios es bueno. ¿Soy yo tan bueno como ÉL?
 
Dios es fiel. ¿Soy yo tan fiel como ÉL?
   
Dios es bondadoso. ¿Soy yo tan bondadoso como ÉL?
   
ETC.

¿ESTOY A LA ALTURA DE LA GLORIA DE DIOS O ME QUEDO CORTO?


Hay otra manera de ver si estás a la altura de la gloria de Dios o si quedas corto. Supongamos que
estuvieras al lado del Señor Jesucristo Mismo (el Perfecto e Inmaculado). ¿Cómo te verías al lado de ÉL?
¿Alcanzarías Su justicia o te quedarías corto? Jesucristo es el modelo de perfección que Dios ha dado para
todo hombre o mujer.

Comparados con Cristo, ninguno de nosotros queda en buen pie. Recuerda al entrenador de básquetbol. El
dijo que nadie que midiera menos de 1.80 mts podría formar parte de su equipo. Dios dice que nadie que
no alcance la altura de Jesucristo podrá entrar al cielo. Esto significa que ninguno de nosotros está
calificado para llegar al cielo, porque ninguno de nosotros llena el requisito. Sin embargo, Dios sabía que
ninguno de nosotros alcanzaría la norma, de modo que ÉL preparó un plan de salvación que hace posible
que pecadores creyentes puedan ser tan justos como Cristo (ver 1 Juan 3:7—“como ÉL es justo”).

Más ilustraciones de Romanos 3:23. Saltar sobre el Mississippi: Supongamos que a toda persona se le
diera la tarea de saltar sobre el río Mississippi. Un hombre atlético podría saltar unos 5 mts. o más. Una
señora de edad podría saltar solo 1 mt. El atleta podría decir a la señora de edad: “Ha, yo lo he hecho
mucho mejor que usted”. Pero la dama respondería: “Sí, pero ninguno de los dos alcanzamos la
meta”. Aviones: Piensa en aviones que se estrellan contra una montaña. Un avión se estrella en la base
de la montaña. Otro avión se estrella a la mitad de la montaña y el tercero se estrella a cinco metros de la
cumbre de la montaña; pero todos quedaron cortos y todos se estrellaron y perecieron. Unos lo hicieron
mejor que otros, pero todos ellos fallaron. El asunto no es si acaso eres menos pecador que otros. El
problema es que no importa cuán bueno hayas sido, no has alcanzado la norma.

Romanos 3:24

“Justificados” = declarados justos, promulgar justo (es un término judicial). Una definición común de
“justificado” es “ser justo, como si nunca hubiera pecado”, pero es más que eso. Esto no significa solo que
Dios me ve como si nunca hubiese pecado, sino también significa que ÉL me ve como si siempre hubiese
vivido rectamente, es decir, que desde el día de mi nacimiento hasta el día de mi muerte, yo siempre he
amado al Señor con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi mente y con todas mis fuerzas y que
siempre he amado a mi prójimo como a mí mismo. ¿Cómo puede Dios verme así? Porque ÉL me ve
revestido de la perfecta justicia de Su perfecto Hijo, me ve tan justo como es ÉL (ver 1 Juan 3:7). En
nosotros mismos, por supuesto, no somos justos en absoluto (Romanos 3:10, etc.), pero cuando creemos
en Cristo, Dios pone a nuestro haber la perfecta justicia de Jesucristo (ver Romanos 4:3-5 y comparar
Génesis 15:6). Dios me ve ahora en Su Hijo justo (comparar 2 Corintios 5:21, y note las palabras “EN
ÉL”).

“Justificar” no significa “hacer justo”. Ver Romanos 3:4 (una persona no puede hacer justo a Dios, solo
puede decir que ÉL es justo y declararlo justo). El Antiguo Testamento dice, “nunca justifiques al impío”
(ver Proverbios 17:15). En otras palabras, nunca digas a un delincuente, “Tú no eres culpable, eres
inocente”. Al decir eso, no lo estás haciendo justo (él es tan criminal como siempre lo ha sido) pero tú
estas (equivocadamente) declarándolo justo o inocente. El Dr. Alva McClain explica la justificación como
sigue:

JUSTIFICAR SIGNIFICA PRONUNCIAR Y TRATAR COMO JUSTO. Es bastante más que ser
perdonado; es mil veces más que remitir, absolver. Usted me puede causar un daño y luego
venir a mí; y yo puedo decir, “te perdono”. Pero yo no te he justificado. No puedo
justificarte. Pero cuando Dios justifica a un hombre, ÉL dice, “Yo te declaro un hombre justo.
De aquí en adelante te trataré como si nunca hubieses cometido pecado alguno”. Justificación
significa que el pecado ha pasado, se ha ido -- es borrado -- no solamente perdonado, no
solamente remitido; significa borrar los antecedentes y poner al pecador ante Dios como un
hombre justo, como si nunca hubiera pecado, como si fuera tan justo como el Señor
Jesucristo Mismo (ROMANOS; EL EVANGELIO DE LA GRACIA DE DIOS).

Sí, Dios nos ve TAN JUSTOS COMO CRISTO. Por esto en 1 Juan 3:7 se dice que la persona salva es
“JUSTA COMO ÉL ES JUSTO”. En y por nosotros mismos hemos pecado y no alcanzamos las justas
demandas de Dios (Romanos 3:23). Sin embargo, EN CRISTO no nos quedamos cortos, sino somos vistos
como quienes cumplen perfectamente con todas las demandas de Dios.

“Gratuitamente” = literalmente, “como un regalo” (ver Apocalipsis 22:17). Esta misma palabra se
encuentra en Juan 15:25 –“sin causa”. Cristo nada había hecho para merecer su odio (ver Juan 15:25).
De igual manera, fui justificado “sin causa”. Nada hice para merecer la justicia de Dios. Dios me justificó
GRATUITAMENTE y no por algo que yo hubiera hecho (tal como ellos odiaban a Cristo, pero no por causa
de algo que ÉL hubiera hecho).

“Por Su gracia” = GRACIA significa “el favor inmerecido, bondad infundada”. Aquí hay dos definiciones
bíblicas de GRACIA:

1.     Efesios 2:7 __“las abundantes riquezas de Su GRACIA en Su BONDAD para con


NOSOTROS en CRISTO JESÚS”.

Por causa de Jesucristo, Dios puede ser bondadoso hacia quienes no merecen ninguna bondad.
En Efesios 2:1-3 leemos que estábamos muertos en pecados y que merecíamos la ira de Dios y,
sin embargo, Dios, por causa de Cristo, puede ser bondadoso con quienes solo merecen Su ira.
Gracia es la bondad inmerecida de Dios.

2.     Tito 3:4 – “pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y Su amor
para con los hombres”.

Por causa del Salvador, Dios puede manifestar Su amor y bondad hacia el hombre, aún hacia el
hombre descrito en Tito 3:3 (insensato, rebelde, extraviado, esclavo de concupiscencias y
deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecible y aborreciéndose  unos a otros).
Este hombre no merece nada sino la ira de Dios, y sin embargo, por causa de Cristo, él puede
conocer la bondad y el amor de Dios. “Asombrosa gracia que salvó a un miserable como yo”.
De modo que la gracia de Dios es Su bondad y amor hacia hombres que no merecen una gota de ello.

La GRACIA DE DIOS = Dios nos da lo que no merecemos. ¿Puedes pensar en algunas de las cosas que
Dios te da y que tú no mereces en absoluto? (perdón, vida eterna, el cielo, etc.)

La MISERICORDIA DE DIOS = Dios no nos da lo que merecemos. ¿Puedes pensar en algunas de las
cosas que Dios no te da y que mereces? (Su ira, Su juicio, el castigo eterno, el lago de fuego, etc.)

“Redención” = esta importante expresión significa “ser rescatado o puesto en libertad por medio  del
pago de un precio”. El Señor Jesús pagó el precio cuando ÉL derramó Su sangre y murió en la cruz del
Calvario (ver 1 Pedro 1:18-19). Nuestra salvación es GRATUITA (Romanos 3:24), pero ciertamente no es
BARATA. Hubo que pagar un precio. La justicia de Dios tiene que ser satisfecha. Todo el castigo por el
pecado debe pagarse. Sólo entonces Dios está libre para ser bondadoso hacia nosotros.

                     CUATRO ASPECTOS DE LA JUSTIFICACIÓN:


1.   JUSTIFICACIÓN POR GRACIA (Romanos 3:24) —su origen se
encuentra tan sólo en el inmerecido favor y en la inmerecida bondad de
Dios.

2.   JUSTIFICACIÓN EN LA SANGRE (Romanos 5:9) – se basa en la obra


que el Salvador realizó en la cruz.

3.   JUSTIFICACIÓN POR FE (Romanos 3:28) – es el canal por medio del


cual nos llega.

4.   JUSTIFICACIÓN POR OBRAS (Santiago 2:24) – es la evidencia por la


que mostramos a otros que hemos sido declarados justos por el Dios vivo.

Romanos 3:25

“A quien” –se refiere a “Jesucristo” (final del v. 24). La redención acaba de ser mencionada (v.24)  y la
redención siempre debe hacernos recordar la obra de Cristo en la cruz, que es el tema del versículo 25.

“Puso” = exhibir públicamente. La muerte de Cristo no ocurrió en secreto; fue públicamente atestiguada
por hombres y ángeles.

“Propiciación” = esta es una de las expresiones clave para describir la obra de Cristo en la cruz, que
enfatiza el aspecto de nuestra salvación en cuanto a Dios se refiere. Ver 1 Juan 4:10. La palabra
“PROPICIACIÓN” se usa en el Antiguo Testamento y allí es traducida como “TRONO DE GRACIA”
(propiciatorio). El propiciatorio era la tapa que cubría el arca que estaba ubicada en el Lugar Santísimo del
tabernáculo. La tapa estaba hecha de oro puro (Éxodo 25:17) y en cada extremo había labrado un
querubín o ángel (Éxodo 25:18). Dentro del arca estaba la ley de Dios, los Diez Mandamientos (ÉXODO
25:21). En Romanos 7:12 la ley es descrita como SANTA, JUSTA y BUENA. ¿Es posible que un hombre
pecador pueda cumplir perfectamente la ley de Dios (Gálatas 3:10; Romanos 3:20; Santiago 2:10)? De
ninguna manera. Por lo cual, la ley dentro del arca proclamaba este mensaje:

“HAY UN CASTIGO POR QUEBRANTAR LA LEY Y ESTE CASTIGO TIENE QUE PAGARSE.
TODO TRANSGRESOR TIENE QUE MORIR (Éxodo 21:12-17; Romanos 1:32; 6:23). LA
JUSTICIA DE DIOS NO QUEDARÁ SATISFECHA HASTA QUE EL CASTIGO HAYA
SIDO TOTALMENTE PAGADO”.

Dios nunca podrá estar satisfecho hasta que el pecado haya sido castigado y la pena haya sido pagada.
Cuando Jesús murió en la cruz, el pecado del hombre fue castigado y la pena del pecado fue totalmente
pagada (Juan 19:30; 1 Juan 2:2).
Una vez al año, en el Día de la Expiación, el sumo sacerdote entraba en el Lugar Santísimo con la sangre
de un animal sacrificado y rociaba la sangre sobre el propiciatorio o trono de gracia (Levítico 16:14-15;
Hebreos 9:3-7). La sangre en el propiciatorio anticipaba la obra de Cristo en la cruz y tenía este mensaje:

“LA PENA HA SIDO TOTALMENTE PAGADA. UN SUSTITUTO HA MUERTO Y SE HAN


CUMPLIDO TODAS LAS DEMANDAS DE LA JUSTICIA. EN VEZ DE JUZGAR AL
TRANSGRESOR CULPABLE, DIOS AHORA ES LIBRE PARA SER MISERICORDIOSO CON EL”.

Dios está completamente satisfecho y complacido con la obra que Jesús cumplió en la cruz. ¿LO ESTÁS
TÚ? La fe dice, “Dios está satisfecho y yo también lo estoy (Romanos 3:25) – es suficiente que Jesús
muriera y que ÉL muriera por mí”.

Por cuanto la santidad y la justicia de Dios han sido SATISFECHAS, Dios ahora es libre para tratar con
nosotros según Su gracia (Romanos 3:24). Por lo cual podemos acercarnos confiadamente al trono de la
gracia, en vez de venir temerosos al trono de juicio y de ira (Hebreos 4:16; 10:19-22). Alabemos a Dios
por lo que fue realizado en la cruz.

“Por medio de la fe en Su sangre” – la “sangre” se refiere a la obra que ÉL realizó en la cruz. Lo que
Cristo hizo debe ser aplicado personalmente y tiene que ser apropiado personalmente, de otro modo no
nos hará ningún bien. En Éxodo 12:7 se encuentra una ilustración de ésto. No era suficiente que el
cordero pascual fuese sacrificado. La sangre debía aplicarse personalmente en el dintel de la puerta, solo
entonces la familia estaría a resguardo del juicio de Dios que vendría sobre todo hogar que no hubiese
aplicado la sangre. Por fe, ¿te has apropiado personalmente de la obra que el Señor Jesucristo hizo en la
cruz? ¿La has recibido para ti? Juan 6:53-54 es otra ilustración de cómo la obra de Cristo en la cruz tiene
que ser apropiada personalmente. Considera el comer y beber. El alimento y la bebida dan vida física
solamente si son apropiados y consumidos personalmente. Solo mirar el alimento y pensar que es
nutritivo, no te hará ningún bien. Tienes que recibir la merienda y comerla.

Romanos 3:25

“Para manifestar Su justicia” – En la cruz, Dios demostró Su justicia y reivindicó Su Carácter. “¿CÓMO
PUEDE UN DIOS SANTO PERMITIR QUE EL PECADO QUEDE SIN CASTIGO?” La cruz mostró que el pecado
no permanece sin castigo. Dios demostró que ÉL no es indiferente cuando del pecado se trata. Dios trata
con el pecado y lo trata muy severamente.

“A causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados” – Un Dios santo y justo
pasó por alto el pecado y permitió que el pecado quedara sin castigo por miles de años (desde Adán hasta
el tiempo de la cruz). Antes de la cruz, los creyentes del Antiguo Testamento estaban en el paraíso “a
crédito” (sus pecados no habían sido aún pagados, aunque recibieron los beneficios de lo que
históricamente aún no había sucedido; igual como cuando compramos algo con la tarjeta de crédito,
disfrutamos del objeto comprado, aunque no lo hayamos pagado aún). La justicia de Dios quedó
demostrada en la cruz, donde Dios juzgó y castigó hasta el último pecado que el hombre ha cometido (o
que cometerá). La cruz es el punto central y el punto focal de toda la historia. Los creyentes del Antiguo
Testamento miraban hacia lo que Dios haría en el futuro, los creyentes de hoy miran hacia el pasado, a lo
que Cristo ya hizo.

Romanos 3:26

Este es el gran problema que Dios enfrentó y que solo puede ser resuelto en el evangelio: ¿CÓMO PUEDE
DIOS SER JUSTO Y AL MISMO TIEMPO JUSTIFICAR (DECLARAR JUSTO) A UN PECADOR IMPÍO Y
MISERABLE? Dios es justo al condenar el pecado, pero, ¿como puede Dios ser justo al justificar al
pecador? Este problema puede contestarse solamente con la cruz de Cristo y con la doctrina de la muerte
vicaria de Cristo. En la cruz Dios preparó un plan mediante el cual Él podía justificar al pecador SIN
COMPROMETER EN ABSOLUTO SU CARÁCTER SANTO Y JUSTO. Hoy en día, muchos liberales modernos
quieren que Dios comprometa Su carácter tolerando el pecado u olvidando el pecado, etc. Dios nunca
puede hacer esto. ÉL no puede quedar conforme hasta que el pecado haya sido juzgado.
Note en este versículo que, aunque Dios ha provisto justificación para todos los hombres, Dios justifica
solamente “a los que creen en Jesús”. El don bondadoso de la justificación es ofrecido a todos, pero tiene
que ser recibido personalmente por fe (ver Romanos 5:17).

Romanos 3:27

Cuando se trata de la salvación y de la justificación no hay lugar para la VANAGLORIA, porque Dios lo ha
hecho todo. Es Su plan, es Su salvación, es Su sangre la que fue derramada y nosotros solo podemos
VANAGLORIARNOS de un gran Salvador, y ciertamente, no en lo que nosotros somos o en lo que nosotros
hemos hecho. Somos salvos por la EXCELENCIA (de quién es ÉL), por la OBRA (que Él ha hecho) y por
la PALABRA (lo que ÉL ha dicho) de Dios, y a ÉL sea toda la gloria. Ver Efesios 2:8-9; Tito 3:5; 1
Corintios 1:29-31. Si la salvación fuera por obras, el hombre podría vanagloriase (Romanos 4:2; Efesios
2:9), pero esto no es así.

La ley por obras dice, “Haz y tendrás vida”; pero tienes que hacer todo perfectamente y guardar la ley
perfectamente, porque Dios demanda nada menos que la perfección.

La ley de fe dice, “Cree y vivirás” (Juan 6:47; 5:24; etc.). Cree en la obra perfecta que Cristo hizo en la
cruz.

Romanos 3:28

Esta es la conclusión de Pablo. La justificación es por fe y no por obras. “Justificación por fe” fue la gran
exclamación de los Reformadores (Martín Lutero y otros) en contraste con el sistema religioso católico
romano que enseñaba justificación por obras.

“Concluimos” = es la misma palabra como “considerar” en Romanos 6:11 y 8:18 (significa que una
persona ha hecho un cálculo basado en los hechos y ha llegado a una segura y sólida conclusión que tiene
que ser firmemente creída).

“Sin” = totalmente aparte de (cf. Hebreos 4:15 “sin pecado”; Romanos 3:21; etc.). La conclusión de
Pablo aparentemente está en conflicto con Santiago 2:24 – “Veis pues que el hombre es justificado por las
obras, y no solamente por la fe”. Esta aparente contradicción se resuelve cuando entendemos que
Santiago y Pablo estaban viendo la salvación del hombre desde perspectivas diferentes.

Pablo y Santiago no se contradecían mutuamente; más bien, se complementaban mutuamente. Lo que


ambos hombres escribieron estaba inspirado por Dios (2 Timoteo 3:16) y es verdad. Pablo estaba
enfocado en el hombre inconverso y como podía llegar a estar bien con Dios. El enfoque de Santiago era
en la persona salva y como podía mostrar su fe y demostrar la realidad de su fe.

   

La Enseñanza de Pablo La Enseñanza de Santiago


 
   
No puedes ser salvo por obras (Efesios No puedes demostrar que eres salvo sin
2:8-9) obras (Santiago 2:14, 18)
   
¿Cómo puede ser salva una persona? ¿Cómo puede una persona demostrar
que es salva? ¿Cómo puede “mostrar su
Sólo por fe (Romanos 3:28) fe”?

Sólo por obras (Santiago 2:18)


   
Fe sin obras salva (Romanos 3:28) Fe sin obras no salva (Santiago 2:14)
Esta es una fe viva (fe que salva) Esta es una fe muerta (Santiago 2:18)
   
Sólo la fe salva La fe que salva no está sola.
   
Una persona no es salva por obras. (Las Una persona salva hará buenas obras.
“obras” son rechazadas por Pablo (Santiago entiende que las “obras” son
como medio de salvación: es errado el resultado de la salvación: una
decir que una persona tiene que hacer persona hace buenas obras porque es
buenas obras para ser salva). salva).

Estas son obras meritorias, es decir, Estas son obras de fe, es decir, obras
obras que se hacen con el fin de merecer que nacen de una fe viva y real.
o ganar la salvación.
   
Pablo está de acuerdo con Santiago. Santiago está de acuerdo con Pablo.

El enseñó que las buenas obras El enseñó que una persona hereda el
acompañan a la fe que salva (Ef. 2:10; reino solo por fe (Santiago 2:5) y que
Tito 3:8; Gá. 5:6; Fil. 2:11-12). Abraham fue justificado por fe (2:23).
   
Pablo usó el ejemplo de Abraham cuando Santiago usó el ejemplo de Abraham
primero creyó a Dios (Romanos 4:3 y cuando su fe fue puesta a prueba, como
comparar Génesis 15:6) 40 años más tarde (Santiago 2:21 y
comparar Génesis 22).
   
El error que corrige Pablo: El error que corrige Santiago:

La salvación es por las obras de la ley (el Las obras no son necesarias una vez que
error del legalismo) la persona es salva (el error del
antinomianismo)
   
Pablo escribió acerca de cómo un Santiago escribió acerca de cómo un
pecador es justificado ante Dios creyente puede demostrar que su fe es
genuina (justificación o vindicación ante
  los hombres)

En el Concilio de Jerusalén de Hechos 15 el tema principal era que la salvación es


por gracia por medio de la fe y no por las obras de la ley. Ver el error de Hechos
15:1 y la conclusión de Pedro en Hechos 15:9, 11. Santiago, que tuvo un rol
principal en esta discusión, nunca manifestó algún desacuerdo con Pedro o Pablo
sobre  esta materia crucial.
   
La perspectiva de Pablo: él tiene en La perspectiva de Santiago: él tenía en
mente al pecador culpable que necesita mente al creyente (o al que dice ser
estar bien con Dios (el punto de vista del creyente) que necesita demostrar que su
pecador) fe es real (el punto de vista del creyente)

Romanos 3:29-30

El glorioso evangelio de Dios no se limita a una nación. Dios creó a todos los hombres y Dios murió por
todos los hombres, de modo que el evangelio es ofrecido a todos los hombres. Esto se enseña en
Romanos 10:12 – “porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos,
es rico para con todos los que le invocan”. El evangelio no es solo para los judíos; es para “TODO AQUEL”
(ver Romanos 10:13).
“Circuncisión” = judíos
“Incircunsición” = gentiles

En los primeros capítulos de Romanos Pablo probó hábilmente que tanto judíos como gentiles están
perdidos en pecado y bajo la condenación de Dios (Romanos 3:10). Estas eran las malas noticias. Ahora
Pablo comparte la buena noticia de que la justificación es ofrecida a TODOS LOS HOMBRES, tanto judíos
como gentiles. Y ambos grupos la reciben de una sola manera: POR FE o POR MEDIO DE LA FE. La
pregunta importante no es si eres judío o gentil. La pregunta importante es si eres o no eres
JUSTIFICADO (si eres o no eres un creyente en el Crucificado y Resucitado).

Romanos 3:31

“Invalidar” = hacer inefectiva, anular


“En ninguna manera” = por ningún motivo, Dios no lo permita
“Sino” = por el contrario

La ley es confirmada cuando cumple el propósito por el cual fue dada (ver Romanos 3:20). La ley puede
hacer algunas cosas (Romanos 3:20; 7:7-14) y hay otras cosas que la ley no puede hacer (Romanos 8.3;
Gálatas 2:16; Romanos 3:20; etc.).

El cristianismo bíblico no es legalista ni tampoco sin ley. El legalismo no confirma la ley, sino la anula. La
salvación por gracia (el verdadero evangelio) confirma la ley.

“¿Invalidamos la ley?” ¿Le quitamos a la ley su lugar (la inactivamos, le quitamos su tarea)? ¿La ley nada
tiene que hacer? ¿La hemos reducido a la inactividad? NO. EN NINGUNA MANERA. La ley y el evangelio
tienen diferentes funciones. Cada uno tiene su propio papel. El problema se suscita cuando le das a la ley
la tarea del evangelio (salvación) o cuando le das al evangelio la tarea de la ley (condenación). Ver
Gálatas 3:17 que enseña que la ley no puede poner fuera de función al evangelio (ver Gálatas 3:19 –la ley
tiene su propia función). El objetivo de la ley es “producir ira” (Romanos 4:15). Nunca mezcles los dos, o
arruinarás a ambos. El evangelio nunca minimiza las justas normas de santidad de Dios (“la ley”). Por otra
parte, el  LEGALISMO no confirma la ley sino la desacredita. El legalismo rebaja la ley a algo que el
hombre puede guardar (supuestamente).

La ley es confirmada cuando sus sentencias se ejecutan. El Señor Jesucristo confirmó la ley al sufrir su
condena.

¡Que la LEY DE DIOS nos lleve al CORDERO DE DIOS!

ROMANOS
CAPÍTULO 4

Introducción

Las PALABRAS CLAVE de Romanos capítulo 4 son “creer” y “fe”. Estas palabras clave se encuentran en
Romanos 4, versículos 3, 5, 11, 12, 13, 14, 16, 18, 19, 20 y 24. La justificación es por fe y no por obras.
¿Cómo sabemos ésto? El Antiguo Testamento lo pone de manifiesto (como se demuestra por Abraham y
David).

Romanos 4:1

¿Cómo fue justificado Abraham? ¿Cómo fue salvo? ¿Cómo obtuvo Abraham la justicia de Dios? ¿Cuál fue
la verdad en su caso? ¿Qué encontró Abraham? ¿Qué descubrimiento hizo Abraham? Aplicación: ¿Has
descubierto tú la justicia de Dios? ¿Has encontrado tú el camino de salvación de Dios? Tristemente, la
mayoría de las personas nunca hacen este descubrimiento.
Romanos 4:2

Para esclarecer el tema, Pablo asume algo que no es cierto. “Supongamos que Abraham fue justificado por
obras. Si esto fuera cierto, él tendría motivos para vanagloriarse”. Para ver como la vanagloria (alardear,
alabarse, jactarse, enorgullecerse, presumir, creer en sus propios méritos, etc.) está totalmente excluida
de la salvación genuina, ver Romanos 3:27 y Efesios 2:8-9. Hay una sola clase de gloriarse que es
aceptable a Dios: GLORIARSE EN EL SEÑOR (1 Corintios 1:29, 31), es decir, dar todo el reconocimiento y
toda la alabanza a Dios por lo que ÉL HA HECHO (enorgullecernos de nuestro SALVADOR).

Es obvio que ningún pecador se jactará jamás delante de Dios (ver 1 Corintios 1:29 y las últimas cuatro
palabras de Romanos 4:2), de modo que es evidente que Abraham no puede haber sido justificado por
obras.

Nota: ¿Cómo podemos saber si una persona se está vanagloriando en sí misma o en el Señor? ¿Cómo
podemos saber si una persona está confiando en sí misma o en Cristo? A veces una pregunta cómo ésta
puede ser reveladora: “SI ESTUVIERAS ANTE EL DIOS VIVO, QUE ES EXELSO EN SANTIDAD, Y ÉL TE
DIJERA, ‘¿QUÉ DERECHO TIENES DE ESTAR EN MI SANTA PRESENCIA?' ¿QUÉ LE DIRÍAS?” Escucha la
respuesta con atención y ve si la persona está confiando en SÍ MISMA o si está confiando en JESUCRISTO.

Romanos 4:3

¿Abraham fue salvo (justificado) por obras o por fe? Esta pregunta es crucial. Todas las religiones del
mundo (incluyendo los cultos e ismos) enseñan algún tipo de SALVACIÓN POR OBRAS – que el hombre
tiene que hacer ciertas cosas y que el hombre tiene que cumplir ciertos requisitos para ser salvo y ganarse
el favor de Dios. El camino de salvación de Dios es totalmente diferente. El hombre ha fallado
completamente en alcanzar los justos requisitos de Dios (Romanos 1-3), pero Dios, por medio de Cristo,
ha hecho posible que el hombre pecador sea salvo y sea justificado.

Este versículo enseña que LA BIBLIA es la única autoridad en materia de fe y de práctica. La Biblia y
solamente la Biblia da respuesta a las preguntas más importantes de la vida. “¿QUÉ DICEN LAS
ESCRITURAS?” ¿QUÉ DICE LA BIBLIA? Esto es lo único que realmente importa. No importa lo que diga el
papa o el príncipe o el sacerdote o el pastor. Lo único importante es lo que Dios dice.

¿Por qué escogió Pablo a Abraham como el primordial ejemplo de cómo una persona es salva? Abraham
es estimado grandemente por millones de personas en el mundo entero. Para los judíos, él es su más
notable y distinguido patriarca, el padre de la nación judía. Para los musulmanes, él es igualmente
apreciado, porque Abraham es el padre de Ismael quien es el padre de los árabes. Quizás podríamos usar
ésto como un medio para testificar a judíos y musulmanes. “¿Alguien ha compartido con usted
alguna vez cómo Abraham llegó a ser un hombre justo?”

¿Cómo fue justificado Abraham? La Biblia responde a ésto con mucha claridad. Pablo cita Génesis 15:6.
Esta Escritura enseña claramente que Abraham fue justificado POR FE. “El creyó a Dios” y así fue
justificado. Este versículo no dice absolutamente nada sobre obras. ¿Cómo es salva una persona hoy? Ver
Efesios 2:8-9 (igual como Abraham). Todos los hombres en todos los tiempos siempre han sido salvos de
una sola manera: “POR GRACIA POR MEDIO DE LA FE.” Sin embargo, el contenido de la fe no ha sido
siempre el mismo. Por ejemplo, ¿qué tenía que creer Abraham para ser salvo (ver Génesis 15:5 y
compare con Génesis 12:1-3)? ¿Qué tienen que creer las personas hoy para ser salvas (ver Gálatas 2:20;
Romanos 10:9; 1 Corintios 15:1-4, etc.)?

¿QUÉ TIENE QUE HACER UNA PERSONA PARA SER SALVA? – Esto ha sido


lomismo en todo tiempo. Tienes que creer a Dios y tienes que tomar a Dios por Su
Palabra. Tienes que confiar en un Dios fiel. La salvación es por fe. La salvación está
basada siempre y para siempre en la sangre derramada de Cristo.
¿QUÉ TIENE QUE CREER UNA PERSONA PARA SER SALVA? – Esto no ha
sidosiempre lo mismo en todo tiempo, porque Dios no ha revelado la misma verdad
a cada generación. Toda persona es responsable por la revelación que Dios le ha dado.
A quién mucho ha sido dado, mucho se le pedirá.

De acuerdo con Romanos 4:3, Dios contó la fe de Abraham por justicia. La fe de Abraham le fue contada a
Abraham por justicia. De esto se trata la justificación. Piensa en una cuenta bancaria. En y por ti mismo,
¿cuánta justicia tienes en tu cuenta bancaria (Romanos 3:10)? Como creyente en Cristo, ¿qué tienes en tu
cuenta bancaria (ver Romanos 3:22)? Dios puso SU justicia en mi cuenta bancaria.

Piensa en una página de contabilidad. Dios exige que en esta página se encuentre una justicia perfecta.
Pero cuando miro mi hoja, me doy cuenta que no tengo ninguna justicia (Romanos 3:10; Isaías 64:6).
Pero habiendo sido colmado con las buenas nuevas del evangelio, yo escribo las siguientes palabras en mi
hoja: “Yo creo en el Señor Jesucristo con todo mi corazón. ÉL ha muerto y ha resucitado por mí.” Dios
toma en cuenta lo que he escrito y dice, “Cuento esto como justicia.” Y solamente sobre esta base yo
puedo ser justificado.

¿Has considerado alguna vez la maravilla de 2 Corintios 5:21? ÉL tomó mi pecado y yo tomo Su justicia.
¡Qué intercambio tan glorioso!

Romanos 4:4

Este versículo describe a la persona que obra. El versículo siguiente (v.5) describe a la persona que no
obra (el creyente). La persona que obra (v.4) espera una recompensa para su obra. El cree que con sus
buenas obras puede ganar la salvación y el favor de Dios. Note el contraste en estos versículos:

              El Sistema de Obras               El Camino de la Fe


 
La persona que obra (v.4)  La persona que no obra (v.5)
 
La persona religiosa (v.4)  La persona que cree (v.5)
que se cree justa que es impía aparte de Cristo

 DEUDA— lo que Dios me  GRACIA— lo que Dios me da


debe

 Salario -– lo que me he  Dádiva – lo que no merezco


ganado

 Jactarse (v.2) – “Mira lo que  Gratitud – Cuán gran deudor


he hecho para ganar mi de la gracia soy
salvación y conseguir el favor continuamente
de Dios”.

Si Dios nos diera lo que merecemos, ¿qué sería eso (Romanos 6:23; 1:29-32; etc.)? Dios no nos debe la
salvación, pero ÉL nos da la salvación por Su gracia por medio de Cristo. Por sus obras el hombre pecador
solo se ha ganado condenación y castigo y muerte eterna.

Romanos 4:5

La mayoría de la gente hoy cree que la manera de salvarse es “SER BUENA”. Ellos creen y enseñan que la
salvación se gana siendo buenos (de acuerdo a cualquier concepto de “bueno” que tengan). Romanos 4:5
enseña que el camino para ser salvo no es ser bueno, sino es creer. Nadie de nosotros es lo
“suficientemente bueno” como para alcanzar el nivel de santidad y perfecta bondad que Dios requiere.
“Señor, yo no soy bueno. No soy recto. No soy santo. No soy justo. Soy un pecador culpable, sin
defensa y sin esperanza. Mi única esperanza es venir ante un Dios bondadoso  y misericordioso. Yo
creo en tu Hijo, el Señor Jesucristo y creo que ÉL derramó Su sangre por mí y que pagó totalmente
la pena del pecado. Confío en Ti para salvarme y para hacer de mí la persona que debo ser. Puedo
ser bueno, pero sólo por Tu gracia salvadora”.

“Mas al que no obra” – Cuando una persona no está obrando, está descansando. La salvación
(justificación) no es obrar, sino es DESCANSAR sobre la obra de Otro (la obra consumada por Cristo en la
cruz – Juan 19:30). La fe en Cristo del creyente le es contada por justicia (tal como en el caso de
Abraham –versículo 3).

Muchas personas no son salvas porque no se ven a sí mismas como IMPÍAS, y así ellos no ven la
necesidad de ser salvos. Necesitamos vernos tal como Dios nos ve. ¿Cómo te describe Dios en Romanos
5:6? ¿En Romanos 5:8? ¿En Romanos 5:10?

De manera que en Romanos 4:4-5 hay un gran contraste entre quienes OBRAN y quienes NO OBRAN
(creyentes). Hay una diferencia cielo/infierno entre los dos grupos. Toda la gente religiosa del mundo
(incluidos todos los cultos e “ismos”) pueden ser descritos por la palabra “HACER”. Esta sola palabra
resume su religión de obras. Ellos están tratando de hacer ésto y aquello para ganarse la aceptación de
Dios. El cristianismo bíblico (el camino de salvación de Dios) puede resumirse en una palabra
“HECHO”. “Mi alma descansa completamente sobre lo que Cristo ha HECHO en la cruz por mí”. ¿Cuál
palabra te describe a ti? ¿Estás ocupado HACIENDO o estás descansando en la obra acabada de Jesucristo
que ya ha sido HECHA?

Romanos 4:6—La Tres Grandes Imputaciones

La palabra “imputar” significa atribuir, adjudicar, asignar, poner a la cuenta de una persona. La Biblia
menciona

TRES GRANDES IMPUTACIONES


 

1. EL PECADO DE ADÁN FUE IMPUTADO A TODA LA RAZA


HUMANA (Romanos 5:12). “En la caída de Adán, todos pecamos”. Ver
también Romanos 5:18-19. Dios ve como culpable a todo el mundo.

2. EL PECADO DE LA HUMANIDAD FUE IMPUTADO A


JESUCRISTOCUANDO MURIÓ EN LA CRUZ (2
Corintios 5:21). ÉL fue “hecho pecado por nosotros”. Los pecados de
todo el mundo fueron puestos sobre Jesucristo, el Cordero de Dios (Juan
1:29 y 1 Juan 2:2). Dios ve que para todos se ha provisto salvación.

3. LA JUSTICIA DE DIOS ES IMPUTADA AL PECADOR QUE CREE


ENJESUCRISTO (Romanos 4:6 y ver también 2 Cor. 5:21 Y Romanos
3:22; y 4:5). Dios ve al creyente como perfectamente justo en Jesucristo.
Un pecador no se beneficia de todo lo que Cristo realizó en la cruz hasta
que cree en ÉL.

Los dos primeros son hechos. El tercero llega a ser verdad sólo por
fe (ver Romanos 5:17).

Romanos 4:6-8,  El Ejemplo de David


David vivió bajo la economía Mosaica (la dispensación de la ley). ¿Cómo fue salvo? ¿Por guardar la ley de
Dios? ¡NO! En realidad David fue un quebrantador de la ley (ver 2 Samuel 11 — un adúltero). David fue
salvo igual como Abraham fue salvo y de la misma manera en que la gente es salva hoy en día: POR
GRACIA POR MEDIO DE LA FE (Efesios 2:8-9). Estos versículos muestran que David fue justificado (la
justicia de Dios le fue imputada) igual que Abraham. David fue justificado “sin (totalmente aparte de)
obras” (v.6). La expresión idéntica, “sin obras” se encuentra en Romanos 3:28.

Una vez más, Pablo recurre a las Escrituras para probar su punto. El cita el Salmo 32:1-2 que fue escrito
por David. Note que la maravillosa doctrina de la justificación incluye también la gloriosa verdad del
PERDÓN. El perdón es descrito aquí de tres maneras:

1. La iniquidad (maldad, perversidad) ha sido perdonada.


2. Las trasgresiones (que son muchas y son grandes) han sido cubiertas.
3. El pecado (del cual soy verdaderamente culpable) NUNCA será cargado a mi cuenta (la doble
negación en griego se usa para recalcar la negación: “NUNCA JAMÁS”).

Note el énfasis en la palabra BIENAVENTURADO (FELIZ). Ver Romanos 4:6, 7, 8, 9. La llave para la
verdadera felicidad no es riqueza ni éxito ni popularidad o realización intelectual o poder o cualquier otra
cosa que la gente se esfuerza por alcanzar. La persona que es realmente bienaventurada y feliz, es la
persona que por fe en Jesucristo SABE que sus pecados han sido completamente cubiertos y perdonados.
Sabe que todo está bien entre él y su Creador.

¿Alguna vez has considerado la plenitud y la maravilla del perdón de Dios hecho posible solamente por la
cruz de Cristo? Considera los pasajes siguientes:

1. Miqueas 7:19 – Mis pecados se han ido para siempre. Nunca más volverán a aparecer.
2. Jeremías 50:20 – Mis pecados nunca serán hallados.
3. Salmos 103:10-12 - ¿Cuánto hizo alejar Dios mis rebeliones? (Nota: la distancia
de sur a norte es finita, pero la distancia de este a oeste es infinita. Puedes caminar
hacia el oeste por siempre, pero no puedes caminar por siempre hacia el norte).
4. Isaías 38:17 – Mis pecados están completamente fuera de vista.
5. Isaías 44:22 – Mis pecados han sido deshechos.
6. Isaías 1:18 – Mis pecados han sido blanqueados [rojo+rojo=blanco]
7. Hebreos 10:16 -(doble negación en griego). Mis pecados nunca serán recordados por
Dios
8. Levítico 16:20-22 – El mensaje del macho cabrío: PIÉRDETE.
9. Juan 1:29 – “quitado”. Mis pecados fueron totalmente quitados (lanzados al espacio).
10. Hebreos 9:26 – “quitar” = apartar. ¿Cómo? Por el sacrificio por el pecado. Dios no
puede ignorar el pecado o pasarlo por alto. ÉL tiene que tratar con él y juzgarlo. ÉL
hizo ésto en la Persona de nuestro bendito Sustituto, el Señor Jesucristo.

¿Dónde estaríamos si no hubiera tal cosa como el perdón divino? ¡Cuán maldito es el hombre a quien el
Señor inculpa de pecado (compare Romanos 4:8)! ¡Cuán terrible es el pensamiento de una persona
muriendo EN SUS PECADOS (ver Juan 8:21, 24)! ¿Qué sucedería contigo si Dios tratara contigo según tus
pecados, es decir, te diera el castigo que tus pecados merecen (Salmo 103:10)? ¿Qué te sucedería si Dios
te recompensara de acuerdo a tus iniquidades (Salmo 103:10)? ¿No es mejor dejar que Dios trate contigo
según SU gracia y misericordia (Salmo 103:8)? Si el Señor mirare a los pecados, ¿quién podrá
mantenerse (Salmo 130:3)? Si se hiciera estricta justicia y Dios escrutara tu vida y recordara cada pecado
y te procesara, ¿cómo te las verías? ¿Estás agradecido por el Salmo 130:4? ¿Has experimentado tú
personalmente el perdón de Dios? ¿Conoces la bienaventuranza del hombre a quién el Señor nunca
inculpará de pecado?

Hay una lápida que tiene una sola palabra en ella: PERDONADO. Esa palabra es lo más importante que
pueda decirse de la persona. El perdón solo se encuentra en Jesucristo (Efesios 1:7).

Romanos 4:9

Circuncisión = los judíos

Incircunsición = los gentiles

¿Quién recibe la bendición de la justificación de Dios? ¿Quién se beneficia de la bienaventuranza del


perdón de los pecados? ¿Esta bendición es sólo para los judíos o es también para los gentiles? [Un judío
es alguien que desciende de Abraham, Isaac y Jacob; gentil es todo aquel que no es judío]. Cuando se
trata de justificación y perdón, ¿tienen los judíos un monopolio? Uno podría pensarlo así dado los hombres
que Pablo cita como ejemplos: Abraham es considerado el padre de los judíos y David era el rey más
famoso de los judíos. ¿Qué de los gentiles? ¿Hay alguna bendición para ellos? Pablo responde esta
pregunta en otra parte del libro de Romanos: ver Romanos 3:22 (la justificación de Dios es para todo
aquel que cree) y Romanos 3:29 y Romanos 10:12-13.

Romanos 4:9b-10

Una vez más Pablo se refiere a Génesis 15:6, el pasaje clave que muestra que Abraham fue justificado por
fe. Basándose en este pasaje, Pablo hace una pregunta importante en el versículo 10: Cuando Abraham
fue justificado (en Génesis 15:6), ¿él era un judío o un gentil? ¿El estaba circuncidado o incircuncidado?
Qué fue primero, ¿su salvación o su circuncisión? La respuesta es muy obvia. Abraham fue salvo (Génesis
15) mucho antes de ser circuncidado (Génesis 17:24). De hecho, después que Abraham fuera salvo nació
su hijo Ismael (Génesis 16:11) y este niño tenía 13 años de edad cuando Abraham fue circuncidado
(Génesis 17:25). De modo que Abraham fue justificado y luego, más de 13 años después, él fue
circuncidado. Como Stifler dijo en su comentario de Romanos: “Pablo puso de cabeza la jactancia de los
judíos. No es el gentil el que tiene que adoptar la circuncisión de los judíos para ser salvo; es el judío el
que tiene que venir a la fe gentil, esa fe que tenía Abraham mucho antes de ser circuncidado”.

Romanos 4:11-12

La circuncisión significa dos cosas: 1) UNA SEÑAL – las señales están para indicar algo, y en este caso, la
circuncisión indicaba hacia la fe que Abraham tenía y hacia la justicia que se le acreditaba; 2) UN SELLO
—los sellos se utilizaban en el mundo antiguo para demostrar que un documento era auténtico (si recibías
una carta del rey y ésta traía el sello del rey, sabrías que era un documento genuino y que no era una
carta falsificada). La circuncisión de Abraham indicaba la autenticidad y realidad de su fe. Abraham no fue
justificado porque fue circuncidado; él fue circuncidado porque había sido justificado. Lo mismo es válido
hoy en día con el bautismo en agua. Un hombre no es salvo porque ha sido bautizado en agua; él es
bautizado en agua porque ha sido salvo. No es el rito el que hace justo a un hombre ante los ojos de Dios.
Primero tienes que estar bien ante los ojos de Dios (por fe) y luego, lo apropiado es el bautismo.

Abraham es el padre de TODOS LOS QUE CREEN (Romanos 4:11). El es el padre de los fieles. Todo
verdadero creyente puede decir, “Abraham es mi padre y yo soy su hijo”. Todo creyente gentil puede decir
ésto (Romanos 4:11) y todo creyente judío puede decir ésto (Romanos 4:12). Los judíos incrédulos
pueden alegar una descendencia física, pero cuando se trata de la fe, ellos no llevan la marca de la familia
(ver Mateo 3:7-10 y Juan 8:33, 37, 38, 39-44). Los hijos deberían parecerse a sus padres, y los
incrédulos no se asemejan espiritualmente a Abraham, que era un creyente.

Los otros pasajes que enseñan que Abraham es el padre espiritual de los creyentes son Romanos 4:16 y
Gálatas 3:7, 8, 9, 14, 26-29 (los que pertenecen a Cristo por fe son la simiente de Abraham) y compare
Lucas 19:9. El relato de Lucas 16:19-31 es muy interesante a la luz de lo que acabamos de aprender.
¿Quién es el “Padre” (Lucas 16:24) que es visto en el paraíso? De hecho, el nombre mismo de ese lugar
es llamado “el seno de Abraham” (v. 22). Ese es el lugar al cual van los creyentes y Abraham es el padre
de los creyentes. La tragedia es que el hombre rico nunca conoció a Abraham como a su padre espiritual
(v. 24). El era rico, pero no era rico en fe (comparar Santiago 2:5).

Físicamente, Abraham no era solamente el padre de los judíos (los que vienen de Isaac y Jacob), sino
también era el padre de los que vienen de Ismael (los árabes) y de los que vienen de Esaú (los edomitas).
Espiritualmente, Abraham es el padre de todos los que creen, tanto judíos como gentiles. Génesis 22:17
quizás sea una referencia tanto a su descendencia terrenal o física (“arena”) como a su simiente celestial
o espiritual (“estrellas”).  O también puede ser dos maneras distintas de decir la misma cosa – que la
descendencia de Abraham sería innumerable.

¿Estás tú siguiendo en “las pisadas de la fe” de Abraham (Romanos 4:12)? ¿Llevas la semejanza familiar?
¿Tomas a Dios por Su Palabra? ¿Crees en el mismo Dios en el cual confiaba Abraham?

Romanos 4:13

Recuerda el contexto. La palabra clave del capítulo es “fe” (“creer”). Hijos de Abraham son “todos aquellos
que creen” (v.11). Necesitamos tener el parecido familiar. Tenemos que seguir las pisadas de la fe de
Abraham (v. 12). Debemos creer como él creía. Necesitamos tomar a Dios por Su Palabra tal como lo hizo
Abraham (v.3).

Heredero = poseedor

La promesa mencionada en el versículo 13 no se encuentra con exactamente las mismas palabras en


ninguna parte del Antiguo Testamento. En ninguna parte del Antiguo Testamento Dios dice, “Abraham, tú
serás el heredero del mundo”. No hay tal versículo. Esta es la manera de Pablo de describir las
bendiciones y las riquezas que pertenecerían a Abraham y a su simiente.

Note que esta promesa no es sólo para Abraham, sino también para toda su descendencia (ver v. 13 y v.
16 – “para toda su descendencia”). De modo que la promesa es para Abraham y para todos sus hijos
espirituales (“todos los creyentes” –v.11). La promesa es que Abraham y todos los creyentes serán
herederos del mundo y que poseerán la tierra.

Ver Mateo 5:5 – “los mansos heredarán la tierra” (“manso” no significa débil; se refiere a una persona que
ha sido quebrantada  y que se ha sometido a la voluntad de Dios). Ver Mateo 25:34—cuando Cristo
regrese a la tierra, algunos heredarán el reino. Lo poseerán y lo disfrutarán. Otros estarán excluidos (ver
v. 41).

Ver Lucas 13:27-29. Algunos están en el reino (incluidos) y otros estarán fuera (excluidos). Abraham y
otros creyentes están incluidos. Ellos poseerán el mundo y disfrutarán el reino. Los que no son de la
simiente de Abraham (los incrédulos) no serán herederos (ellos serán excluidos del reino).

La verdadera Simiente de Abraham es nadie menos que el Señor Jesucristo (ver Gálatas 3:16). Es
Jesucristo (el Mesías de Dios, el Rey ungido de Dios—Salmo 2:1-2) quien poseerá la tierra de acuerdo con
el Salmo 2:8 (comparar también v. 12). La tierra le pertenece a ÉL. Es Su Reino. Abraham y toda su
descendencia espiritual (creyentes) compartirán las bendiciones de este reino.

De modo que la expresión “herederos del mundo” significa esencialmente “participar del reino de Cristo”.
De acuerdo con Romanos 4:13, ¿cómo llega una persona a ser participante del reino? ¿Cómo llega una
persona a ser heredero del mundo? No por medio de la ley, sino por medio de la fe. Si fuera por medio de
la ley, esto incluiría lo siguiente: obras, tratar de cumplir las demandas de Dios como han sido dadas en la
ley, tratar de ganar el favor de Dios obedeciendo la ley de Dios, tratar de ganar las bendiciones de Dios,
tratar de hacerse digno, tratar de obtener una recompensa como pago por un trabajo realizado,
esforzarse, esmerarse, etc. La fe opera bajo un principio totalmente diferente: Dios da y yo recibo. No
merezco nada de ello, pero Dios me da lo que no merezco (eso es gracia).

Romanos 4:14
A modo de argumento, Pablo asume algo que no es verdad. Aquí hay grandes contrastes: la ley o la
gracia; las obras o la fe; el sistema de méritos o la dádiva y el inmerecido favor de Dios; cumplir la ley de
Dios o creer en la promesas de Dios. La ley requiere obediencia perfecta; la salvación requiere de la gracia
y de la misericordia de Dios. El camino de la ley está basado en los mejores esfuerzos del hombre, que
nunca son suficientes; el camino de la fe se basa en la obra acabada de Cristo en la cruz (Juan 19:30),
que es totalmente suficiente. La ley de Dios condena absolutamente al mejor hombre; la asombrosa
gracia de Dios justifica gratuitamente al peor de los hombres. Por la ley el pecador está condenado y bajo
la ira de Dios, por la gracia, el pecador es salvo y está bajo las alas de Dios. La ley y la gracia siempre son
principios opuestos (ver Romanos 11:6).

Si los que son de la ley son los herederos, entonces no es mi fe lo que cuenta, sino lo que cuenta son mis
obras. Tengo que ganarme el camino al reino por mis obras y por mi obediencia a la ley. Por supuesto,
llegar a ser salvo por la ley es totalmente imposible (ver Lucas 10:25-28—“haz esto y vivirás”, pero
ningún pecador es capaz de hacer jamás estas cosas). De modo que la promesa quedaría sin efecto. Nadie
podría ser heredero y nadie podría entrar en el reino. Todos los injustos violadores de la ley quedarían
excluidos (comparar 1 Cor. 6:9-10 y Efesios 5:5).

Romanos 4:15

La ley solo produce ira. La ley solo puede acarrear una maldición, no una bendición (Gálatas 3:10). ¿Por
qué? Por mi condición de pecador. Un pecador no puede cumplir la santa ley de Dios, por lo cual soy un
violador de la ley. La ira de Dios tiene que caer sobre mí. Los quebrantadores de la ley merecen la
muerte. Los que guardan la ley, merecen la vida, pero ¿cuántos de nosotros hemos realmente guardado la
santa ley de Dios, perfectamente, todos los días de nuestra vida?

La ley no trae justicia ni bendición ni herencia, sino sólo trae la ira de Dios. Si el hombre pudiera guardar
la santa y perfecta ley de Dios, entonces la ley traería vida y bendición (Lucas 10:28). La ley produce ira,
porque el hombre pecador quebranta la ley. Donde hay ley, hay trasgresión, y donde hay trasgresión,
tiene que venir la ira de Dios. La ley produce ira, condenación y muerte (comparar 2 Corintios 3:7, 9).
Cuán torpes son aquellos que quieren ponerse bajo las imponentes demandas de la santa ley de Dios.
Pablo dice que ni siquiera esas personas guardan la ley (Gálatas 6:13). Pedro está de acuerdo con Pablo
(Hechos 15:9-11). El Señor Jesús dijo, “Ninguno de vosotros cumple la ley” (Juan 7:19).

Romanos 4:16

La primera parte de este versículo puede parafrasearse como sigue: “Por cuanto la ley no puede producir
otra cosa sino ira, es (la herencia prometida) por fe, para que sea por gracia (la dádiva gratuita de Dios
para los pecadores que creen)”.

La justificación por las obras de la ley depende del hombre y tiene que fallar, porque el hombre es un
pecador. La justificación por gracia depende sólo de Dios y de la obra acabada de Cristo. Y no puede fallar,
porque Dios no puede fallar.

“Sea firme” – Es una cosa segura. La promesa es SEGURA para todo creyente, sea judío o gentil (4:11;
4:16). Bendita seguridad. Todo creyente debería poder decir, “estoy seguro que la herencia prometida es
mía. Estoy seguro de ser un heredero (ver el análisis bajo Romanos 4:13).

Abraham es el padre de todo aquel que cree (4:11), sea judío o gentil (4:11; 4:16). El es el “padre de
muchas gentes” (4:17). El es el padre espiritual de aquellos que creen de todo linaje y lengua y pueblo y
nación (cf. Apocalipsis 5:9).

Si la promesa fuera por la ley, estaría limitada a los judíos, porque a ellos fue dada la ley (ver Romanos
9:4). Pero la promesa fue por gracia, para que todos los creyentes (sean judíos o gentiles) pudieran
poseer y disfrutar la promesa.

Romanos 4:17
Note que la primera parte de este versículo es un paréntesis. De modo que la última parte del versículo 16
debería conectarse a lo que sigue al paréntesis: “. . .Abraham, quien es padre de todos nosotros delante
(a los ojos de) Dios, a quien (Abraham) creyó, el cual (Dios) da vida a los muertos, y llama las cosas que
no son, como si fuesen”.

La cita que está entre paréntesis se encuentra en Génesis 17:5. Esta asombrosa declaración se encuentra
en tiempo pretérito (no “te pondré” sino “te he puesto”). Dios lo dice como si fuera un hecho consumado.
En la mente de Dios ya ha sido hecho. Históricamente, Isaac aún no existía cuando Dios dijo estas
palabras. En Romanos 8:30 hay un ejemplo similar –“a éstos también glorificó”. En la mente y en el
propósito de Dios ya es un hecho.

Abraham puso su fe en un Dios imponente. El se acercó a Dios creyendo que DIOS ES (comparar Hebreos
11:6). El creyó que Dios es un GRAN DIOS que puede hacer dos cosas asombrosas:

1. QUE DA VIDA A LOS MUERTOS. Dios puede hacer vivir a los que están muertos. Abraham y Sara
estaban muertos en el sentido de que ellos no podían dar vida (ver Romanos 4:19 y Hebreos
11:11-12). De la estéril matriz de Sara Dios trajo vida. Luego, cuando a Abraham se le dijo que
matara a su único hijo Isaac, él sabía que Dios volvería a dar vida a su hijo muerto, porque sabía
que Dios tiene que cumplir Su promesa (Hebreos 11:17-19 y compare con Génesis 22:5). Isaac
llegó a ser así un tipo de Cristo que fue ofrecido a la muerte y que fue devuelto a la vida (cf.
Hebreos 11:19 y Romanos 4:24-25). Hoy en día, Dios aún está ocupado en dar vida a los que
están muertos (Efesios 2:1, 5; Juan 5:24; 6:47; 1 Juan 5:11-12; etc.).

2. QUE LLAMA LAS COSAS QUE NO SON, COMO SI FUESEN. (ÉL da existencia a cosas que no
son). Esto se refiere a las cosas que Dios ha determinado que sucedan, pero que todavía no se han
cumplido. Dios nos dijo todo sobre Isaac antes de que él existiera históricamente. Dios anuncia lo
por venir desde el principio (Isaías 46:9-11). Por medio de Isaías, Dios nos puede decir todo sobre
un rey persa (Ciro), años antes de que él exista y años antes de que él aún tuviera un nombre (ver
Isaías 45:1).

Deberíamos notar que la fe de Abraham se basaba en la promesa de Dios. La fe verdadera siempre está
asentada sobre los hechos de la Palabra de Dios. Algunas personas piensan que si alguien espera algo con
suficiente fe, eso sucederá (sin considerar si Dios lo dijo o no lo dijo). Esto no es verdadera fe bíblica
(comparar Romanos 10:17).    

Romanos 4:18

Si Abraham hubiese mirado a Sara y hubiese mirado su situación y sus circunstancias, habría tenido que
decir, “ES IMPOSIBLE”. Las circunstancias eran totalmente contrarias y no había manera de que la carne
pudiera producirlo (él no podía hacer nada para tener un hijo). Pero Abraham miró hacia el Dios
omnipotente y afirmó su fe en las seguras promesas de Dios. Para el hombre es imposible (sin
esperanza), pero con Dios todas las cosas son posibles. La Palabra de Dios y la promesa de Dios no
pueden fallar.

Romanos 4:19

“Muerto” = no estaba capacitado para dar vida (ver Hebreos 11:11-12). Desde el punto de vista físico,
era imposible para ellos tener hijos. Estaban demasiado viejos (para ver su edad, ver Génesis 17:17).

Romanos 4:20

“No dudó” – Abraham no vaciló o titubeó o demostró alguna incertidumbre. El no dijo, “Dios cumplirá Su
promesa, yo creo al menos que ÉL lo hará. . .espero que ÉL lo hará. . . quizás ÉL lo haga. . . ¿Lo hará?”
Dios es glorificado cuando lo tomamos por Su Palabra. La incredulidad deshonra a Dios (ver 1 Juan 5:10).
La promesa nunca falla, pero la fe falla cuando dudamos y titubeamos por causa de la incredulidad.
Romanos 4:21

Aquí hay una definición bíblica de la fe (comparar también Hechos 27:25). La persona que cree a Dios es
la persona que está persuadida y convencida que Dios hará exactamente lo que ha prometido. DIOS
PUEDE. (OMNIPOTENTE).

Romanos 4:22

“Su fe” (ver Romanos 4:3, 5). Abraham fue justificado por fe. El recibió su justificación por fe (4:3), su
herencia por fe (4:13) y su posteridad por fe (4:17-19). El no recibió nada por esfuerzo humano.

Romanos 4:23-24

Ahora Pablo presenta la aplicación. ¿Qué tienen que ver Abraham y su fe con la gente que vive hoy? El
mismo Dios que salvó a Abraham es el mismo Dios que salva a los hombres hoy y ellos son salvos de la
misma manera – “por gracia por medio de la fe” (Efesios 2:8-9). En todos los tiempos, Dios tiene una
manera para salvar a los hombres. Yo debo ser justificado de la misma  manera en que Abraham fue
justificado. Su justificación debía ser el modelo para mi justificación. Tal como él creyó a Dios, debo
hacerlo yo. Tal como él creyó que Dios puede sacar vida de la muerte, también debo hacerlo yo (v.24).

Hay algunas diferencias que debemos considerar. Abraham miraba hacia delante; nosotros debemos mirar
hacia atrás. A Abraham se le dio una promesa incumplida; nosotros somos obsequiados con una obra
acabada. Note el énfasis futuro de Romanos 4:18 –“ASÍ SERÁ” y contrástelo con el énfasis pasado de
Romanos 4:25 – “EL CUAL FUE”. Lo primero indica hacia lo que Dios hará y lo otro señala hacia lo que
Dios ha hecho.

Si NOSOTROS creemos en el Dios que levantó a Jesús nuestro Señor de los muertos, entonces nuestra fe
nos es contada por justicia. [Usualmente, Cristo es presentado como el objeto de la fe salvadora, pero
aquí lo es Dios el Padre. Para entender ésto, ver Juan 5:23-24 y Juan 12:44). El mismo Dios que sacó a
Isaac de la muerte (primero en su concepción y luego, en figura, cuando fue ofrecido sobre el altar), es el
mismo Dios que levantó a Jesucristo de la muerte. Isaac es un tipo de Cristo (Hebreos 11:19).

Romanos 4:25

Aquí tenemos una completa presentación del evangelio (el evangelio en pocas palabras). Note que los dos
grandes hechos del evangelio son la muerte y la resurrección de Cristo (comparar 1 Corintios 15:1-4).
Cristo fue dado y entregado por Dios el Padre (cf. Romanos 8:32) y ÉL fue resucitado otra vez por Dios el
Padre (v.24). Las palabras “por” o “para” significan “por causa de” o “a cuenta de”. ¿POR QUÉ FUE
ENTREGADO CRISTO? Por causa de nuestras ofensas (para expiar mis ofensas). ¿POR QUÉ FUE
RESUCITADO CRISTO? A favor de nuestra justificación (para justificarme). Hay un lado negativo: Cristo
fue entregado para llevar nuestro pecado con toda su culpa y su castigo. Hay un lado positivo: Cristo fue
resucitado para proveer al creyente un nuevo lugar y una nueva posición “en Cristo Jesús”, y sin esa
nueva posición no podríamos tener ninguna rectitud y ninguna justicia.

Sin la resurrección no podría haber salvación ni justificación ni perdón (ver 1 Corintios 15:17). Romanos
4:25 no enseña que la cruz no tiene relación alguna con nuestra justificación. La Biblia enseña en otra
parte con mucha claridad que la base de la justificación del creyente es la sangre derramada de Jesucristo
(ver Romanos 3:24; 4:25; 5:9—“justificados por Su sangre”). El punto aquí es que la resurrección de
Cristo también es esencial para nuestra justificación. Como William Newell dice:

“Esto implica que Dios concede al impío que cree una posición en el Cristo resucitado . . . Su
muerte y Su resurrección son una sola cosa indivisible, en lo que a la justificación se refiere. Una
vez resucitado Cristo, Dios me hace saber: “No solamente fueron quitados tus pecados por la
sangre de Cristo, de modo que eres justificado de todo, sino que también lo he resucitado y
tendrás tu puesto en ÉL. Te he dado esta fe en un Cristo resucitado y te hago conocer que ahora
sólo en ÉL tienes tu puesto y tu posición. Cristo es tu vida y tu justicia.”
Tenemos una posición en un Cristo resucitado y EN ÉL somos perfectamente justos (1 Corintios 1:30 y 2
Corintios 5:21). 

¿Qué es la Justificación?

1.      Es la declaración hecha por Dios en el cielo concerniente a un hombre de que


es justo a la vista de ÉL.

2.      Dios justifica a un hombre sobre la base o fundamento de la “redención que


es en Cristo Jesús” (3:24). Véase Romanos 5:6: somos “justificados por (o
en) Su sangre”. La sangre es el medio o la causa productora; Dios, la Persona
que actúa.

3.      Dios ha obrado judicialmente al declarar culpable a todo el mundo (Romanos


3:19) y vuelve a obrar judicialmente en cuanto al pecador que llega a ser
convicto de su culpa y de su incapacidad y cree que la Palabra de Dios, en
cuanto al sacrificio expiatorio de Cristo, le es aplicable; llega así a ser “de la fe
en Jesús” (3:26). El pronunciamiento judicial de Dios es ahora que el tal
creyente aparece justo ante Sus ojos.

4.      Justificar o declarar justo, es, como consecuencia, el acto por el cual Dios
imputa al pecador creyente todo el valor de la infinita obra de Cristo en la
cruz; además, es el acto por el cual une a este pecador creyente con el Cristo
resucitado en gloria, dándole la misma aceptación que Cristo tiene delante de
ÉL: de modo que el creyente ya es “la justicia de Dios en ÉL” (Cristo).

Negativamente, pues, Dios al justificar al pecador le computa la expulsión del


pecado por la sangre de Cristo. Positivamente, lo coloca en Cristo; ¡es uno con
Cristo para siempre delante de Dios!

                                  Por William Newell

DIEZ ASPECTOS DE LA JUSTIFICACIÓN

1) La Necesidad de la Justificación
Romanos 3:10 – Nos falta la justicia que necesitamos.
Isaías 64:6 – La justicia que tenemos es inútil, no sirve.
1 Corintios 6:9-10 – Los injustos no heredarán el reino de Dios.

2) El Significado de la Justificación
“Justificar” – piensa en la palabra “recto”.
“Justificación” – piensa en la palabra “rectitud”.
“JUSTIFICAR” significa “declarar o pronunciar recto”. Es un término judicial (ver Deuteronomio
25:1).
“Justificar” no significa “hacer recto” (ver Lucas 7:29—la gente no “hizo” recto a Dios, ellos
afirmaron que ÉL era recto).
Lo contrario de Justificación  es CONDENACIÓN (Deuteronomio 25:1; Romanos 5:16-19).

3) El Problema de la Justificación
Romanos 3:26 -- ¿CÓMO PUEDE DIOS SER JUSTO Y AL MISMO TIEMPO JUSTIFICAR AL PECADOR
CREYENTE? ¿Cómo puede un Dios justo justificar a una persona culpable e impía (Romanos 4:5)?
Sin la cruz del Calvario no puede haber solución.

4) La Base de la Justificación
“Justificado por Su sangre” (Romanos 5:9).
La muerte sustitutiva de Cristo es la única base de la justificación de hombres pecadores (1 Pedro
3:18; 2 Corintios 5:21; Isaías 53:6).

Todas las demandas de la justicia divina han sido completamente satisfechas por la obra acabada
de Cristo en la cruz. Dios juzgó a Su Hijo (Romanos 8:3; 2 Cor. 5:21) para que
pudiera justificar al pecador creyente (Rom. 4:5). Mi Sustituto tomó mi pecado para que yo
pudiera recibir Su justicia (Isaías 53:6; 2 Cor. 5:21). La muerte de Cristo es la única base para la
justificación; de otro modo la muerte de nuestro Salvador habría sido “en vano” (Gálatas 2:21).

5) La Fuente de la Justificación
“Justificados gratuitamente por Su gracia” (Romanos 3:24).
Todo es de Dios y todo es por gracia. No merecemos en absoluto el don de Dios de la justificación
(comparar Romanos 5:15-16). El publicano no la merecía (Lucas 18:13-14) y los “impíos” no la
merecen (Romanos 4:5).
Dios, en Su gracia, la proveyó, la ofrece a todos y la da a todo aquel que cree.

6) La Vía de la Justificación
“Justificado por fe” (Romanos 3:28; 5:1)
¿Cómo adquiere el pecador esta perfecta justicia? Se recibe “por fe”.
La base de la justificación del pecador es la muerte de Cristo y se la apropia por medio de la fe.
El don gratuito de la justificación de Dios debe ser “recibido” personalmente (Romanos 5:17)

7) El Ejemplo de la Justificación
ABRAHAM es el principal ejemplo usado tanto por Pablo como por Santiago 
(Génesis 15:6; Romanos 4; Santiago 2).

8) El Resultado de la Justificación
La perfecta justicia de Dios es puesta en mi cuenta (Romanos 4:3-5) de modo que yo soy
perfectamente justo, no en mí mismo (aún soy un pecador), sino “EN CRISTO JESÚS” (2 Corintios
5:21; 1 Corintios 1:30). Dios me ve ahora tan justo como Jesucristo (1 Juan 3:7), como si nunca
hubiera pecado y como si siempre hubiera cumplido perfectamente la santa ley de Dios. Habiendo
sido justificado, ahora tengo PAZ PARA CON DIOS (Romanos 5:1) y NINGUNA CONDENACIÓN
(Romanos 8:1; Juan 3:18; 5:24). Ver también el estudio titulado: 215 Cosas que son Ciertas en
Cuanto a Mí Ahora que soy Salvo.

9) La Evidencia de la Justificación
Santiago dice que Abraham fue “justificado por obras” (Santiago 2:14-22). Así es como
“mostramos nuestra fe” y así es como probamos a los hombres la realidad de nuestra justificación.
Ver también 1 Juan 2:29; 3:7; 3:10.

10) La Esperanza (futura) de la Justificación


Romanos 8:30 – “a los que justificó, a éstos también GLORIFICÓ”.
La glorificación está garantizada y en la mente de Dios ya es un hecho.

ROMANOS
CAPÍTULO 5
Romanos 5:1

Note como la última palabra de Romanos 4:25 (“justificación”) se enlaza con el primer versículo del
capítulo 5 (“habiendo sido justificados” - traducción literal del griego). La palabra “pues” señala hacia lo
que se había dicho antes. Hasta ahora en el libro de Romanos, Pablo nos ha mostrado. . .

La NECESIDAD de la justificación – todos los hombres son pecadores y


son culpables ante Dios (Romanos 1-3)

El CAMINO de la justificación – por gracia mediante la fe basada en la


obra redentora de Cristo en la cruz (Romanos 3:24-28)

La ILUSTRACIÓN de la justificación – el ejemplo de Abraham (Romanos


4)

Con el capítulo 5 comienza una nueva sección. Pablo nos hace saber ahora algunos de los BENEFICIOS de
la justificación (Romanos 5:1-11). La justificación es la dádiva gratuita de Dios (Romanos 5:18) y viene en
un paquete que es recibido por el creyente en el momento de la salvación. En Romanos capítulo 5 Pablo
quiere que abramos este paquete y que veamos algunos de los beneficios y de las bendiciones que hay
adentro. Aquí van algunos ejemplos . . .

Romanos 5:1 – Tenemos paz para con Dios


Romanos 5:2 – Tenemos entrada y una posición en la gracia
Romanos 5:11 – Hemos recibido la reconciliación

Por causa de todas estas bendiciones y beneficios, tenemos motivos para regocijarnos con
confianza: Romanos 5:2 – “nos gloriamos”; Romanos 5:3 – “nos gloriamos”; Romanos 5:11 – “nos
gloriamos”. Este verbo significa “regocijarse, alborozarse, gozarse mucho”. Cuán satisfechos deberíamos
estar de las ricas bendiciones de Dios que nos pertenecen por Su gracia. Nos gloriamos y contentamos en
un gran Dios.

Hay algunos que hablan de la necesidad de recibir “la segunda bendición” o “una segunda obra de gracia”.
Se refieren a una experiencia después de la salvación (usualmente hablar en lenguas, que llaman el
“bautismo del Espíritu”). Los siguientes puntos aclaran esto:

 
1. Los beneficios de la justificación son para todos los que han sido
justificados por fe (Romanos 5:1).

2. El creyente que está “EN CRISTO” ha sido bendecido con TODA


BENDICIÓN ESPIRITUAL en los lugares celestiales (Efesios 1:3). No hay
cosa alguna que el creyente necesite y que no encuentre en Cristo. Si una
persona tiene a Cristo (1 Juan 5:11-12; Hebreos 13:5), nada le falta.

3. Aprendemos de 1 Corintios 1:5 que el creyente ha sido ENRIQUECIDO en


Cristo (esto era así aún para los corintios carnales). Si ya somos ricos en
Cristo (cf. 2 Cor. 8:9), ¿por qué necesitamos una segunda bendición?

4. El creyente está COMPLETO EN CRISTO (Col. 2:10 y comparar con 1:19).

5. La Biblia enseña que Dios, no habiendo escatimado a Su propio Hijo,


también ME HA DADO GRATUITAMENTE TODAS LAS COSAS (Romanos
8:32). Yo he sido bendecido y ¡muy bendecido!

Si tenemos a Cristo y todas las bendiciones espirituales en ÉL, ¿qué nos falta?

El verdadero problema no es que al creyente le falta una segunda experiencia de bendición. El verdadero
problema es que los creyentes muchas veces fallan en darse cuenta de cuán bendecidos son en Cristo.
Ellos fallan en recurrir a sus riquezas y fallan en poseer sus posesiones. Los que son hijos del Rey deben
dejar de vivir como pordioseros.

Es interesante que Pablo no presente los beneficios de la salvación hasta el capítulo 5 de Romanos. Pablo
presentó el evangelio (Romanos 1-4) en base a la NECESIDAD y no en base a los BENEFICIOS. Los que no
son salvos tienen que saber por qué NECESITAN un Salvador. Una vez que vean su desesperada
necesidad y vengan al Salvador por fe, entonces comenzarán a entender todos los beneficios que
acompañan a la salvación (Romanos 5). Muchas veces el evangelio es presentado de la manera más
atractiva posible, mostrando a la persona inconversa todos los maravillosos beneficios que tendrá si confía
en Cristo: “Si confías en el Señor, tendrás paz con Dios”. El problema con ésto es que él no ve por qué
necesita tener paz con Dios. Es necesario que primero se le demuestre, por medio de las Escrituras, que
en su condición de pecador él es un enemigo de Dios, luchando contra Dios rebeldemente y que la ira de
Dios se revela desde el cielo contra él (ver Rom. 1:18; 5:10; etc.). Ver una exposición completa sobre la
importancia de que el evangelio se presente en base a la necesidad y no basado en los beneficios en el
Capítulo 1 de estos apuntes.

“Siendo justificados” = “habiendo sido justificados”. La justificación no es algo que está sucediendo
ahora; es algo que sucedió en el momento en que fuiste salvo.

Por cuanto has sido justificado por fe, ahora tienes paz con Dios. Paz con Dios es algo que todo creyente
tiene. La hostilidad que había en un tiempo entre mí y Dios, se ha ido para siempre. La guerra ha
terminado. Estoy en paz con mi Creador y soy totalmente aceptado por ÉL. Mi aceptación nada tiene que
ver con quien yo soy o con lo que yo he hecho. Tiene todo que ver con Quién es Jesucristo y con lo que ÉL
ha hecho (comparar Efesios 1:6-7). Dios está complacido con Su amado Hijo (Mateo 3:17) y Dios está
complacido conmigo porque yo estoy en Su amado Hijo (Efesios 1:6 – “aceptado” significa “altamente
favorecido”). Lamentablemente, la mayoría de los creyentes no toman a Dios por Su Palabra cuando se
trata de la aceptación. Cuando todo va bien y parece que Dios los bendice, entonces sienten que ÉL los
ama y los acepta. Pero cuando están tropezando, y todo parece duro y difícil, entonces sienten como que
ÉL no los ama y no los acepta. ¿Cómo puede ser ésto? Nada hay en nosotros que nos pueda recomendar
con Dios. Nuestra aceptación es en Cristo Jesús y no en nosotros mismos. Dios nos ha aceptado en Su
Hijo solo por gracia y debemos basar nuestra fe sobre este hecho.

Que nunca olvide la enemistad que en un tiempo existía entre mí y Dios. Considera cuidadosamente los
siguientes versículos moderadores:

Romanos 1:18 (La ira de Dios estaba sobre mí)


Romanos 2:2 (El juicio de Dios me era contrario)
Salmo 5:5 (Dios me aborrecía)
Salmo 7:11 (Dios estaba airado conmigo todos los días)
Proverbios 15:8 (aún las cosas buenas y religiosas que yo hacía eran totalmente
inaceptables para Dios)
Romanos 8:8 (la persona inconversa nada puede hacer para agradar a Dios)

Sí, yo era un ENEMIGO de Dios (Romanos 5:10) por mis malas obras (Colosenses 1:21). No hay paz para
lo impíos (Isaías 48:22; 57:20-21).

La paz con Dios fue posible de una sola manera – POR LA CRUZ (ver Col. 1:20-21 y Ef. 2:13-18).

¡Cuán agradecido debo estar que el Dios que en un tiempo estaba CONTRA MÍ (Romanos 1:18; 2:2) ya
NO ESTÁ EN CONTRA DE MÍ (Romanos 8:31)! ¡ÉL está POR MÍ (cf. Salmo 118:6)!

La PAZ CON DIOS es la bendita posesión de todo creyente. La PAZ DE DIOS (Filipenses 4:7) es diferente.


Para tener la paz de Dios descrita en Filipenses 4:7, el creyente tiene que cumplir las condiciones
expuestas en Filipenses 4:6. Estas condiciones son las siguientes: 1) no afanarse por nada; 2) oración –
venir a Dios en vista de Quién ÉL es; 3) ruegos – una petición basada en una necesidad específica que
tenga en mi vida (cualquier cosa que me está causando preocupación); 4) acción de gracias –dar gracias
a Dios porque Él solucionará el problema a Su manera y en Su tiempo. La paz de Dios es el resultado de
haber hecho estas cuatro cosas. También debemos mencionar el don de la paz de Cristo que es
mencionada en Juan 14:27, que hace posible que nuestros corazones estén tranquilos en un mundo lleno
de turbaciones (comparar Juan 16:33). ¿Estamos disfrutando del don que Cristo nos ha dado?

También debemos diferenciar entre la ACEPTACIÓN POSICIONAL y la ACEPTACIÓN EXPERIMENTAL (o la


diferencia entre nuestra POSICIÓN y nuestra CONDICIÓN). Posicionalmente somos aceptos en Cristo y
Dios siempre está complacido con nosotros porque hemos sido puestos en Su amado Hijo en quien ÉL
siempre se complace (comparar Mateo 3:17 con Efesios 1:6). Pero en nuestra condición presente (nuestra
real experiencia en nuestro caminar con el Señor) podemos estar agradando al Señor o podemos no estar
agradando al Señor (ver 2 Timoteo 2:4; 1 Tesalonicenses 4:1; Gálatas 1:10; 1 Juan 3:22; Colosenses
1:10; 3:20; Romanos 12:2; Efesios 5:10; 2 Corintios 5:9; 1 Corintios 7:32). El versículo clave es Hebreos
11:5-6 que nos dice que agradamos a Dios POR FE. Compare también Romanos 8:8-9 que implica que
agradamos a Dios solamente cuando andamos en el Espíritu (cf. Gálatas 5:16). Aunque hay muchos
versículos (recién citados) que hablan de nuestra aceptación experimental (la necesidad de agradar a Dios
en nuestro diario caminar por fe y en el Espíritu de Dios), nunca debemos minimizar la importancia de
nuestra aceptación posicional. Muchos creyentes están espiritualmente lisiados porque no saben o no
creen o no cuentan con que EN CRISTO ellos agradan al Padre y son completamente aceptos a ÉL.
Mientras más descansemos por fe en nuestra aceptación posicional, tanto más libres seremos para
agradar a Dios en nuestro diario caminar. Para obtener más ayuda en este asunto ver: La Posición y la
Condición del Creyente.

Romanos 5:2

“Por quien” = por medio de quien. Por medio de Cristo tenemos PAZ (v.1) y por medio de Cristo
tenemos ENTRADA (v.2). La palabra griega por “entrada” significa literalmente “guiar o llevar a la
presencia de”. Dios nos guía y nos trae a Su presencia. Cristo ha hecho posible ésto (Efesios 2:13-18;
Hebreos 10:19-20) y es solamente por Él que podemos venir (Juan 14:6). Dios manda al creyente a
ACERCARSE CONFIADAMENTE a Su presencia (Hebreos 4:16; 10:19, 22).

En la esfera humana es muy difícil y aún imposible tener acceso a la presencia de reyes o presidentes u
otras personas “importantes”. Pero el hijo del presidente tiene un privilegio especial y puede entrar
directamente a su oficina. Como hijo de Dios, el creyente puede irrumpir hasta la presencia misma de su
Santo, Celestial Padre en cualquier momento y en cualquier lugar y puede tener una audiencia con el Rey
de Reyes.

Dos ilustraciones del Antiguo Testamento nos muestran cuán privilegiados somos y cuán bienaventurado
es este acceso que tenemos: 1) LOS HIJOS DE ISRAEL EN EL MONTE SINAÍ – Cuando el Dios Santo
dio Su Santa Ley en el Monte Sinaí, la gente no tenía acceso. Se les dijo que se alejaran y que
permanecieran lejos y se les advirtió que no se acercaran (ver Éxodo 19:12-13, 16, 18, 21-24); 2) LOS
HIJOS DE ISRAEL EN EL TABERNÁCULO – Dios manifestó Su gloria y Su presencia de una manera
especial sobre el propiciatorio en el Lugar Santísimo (el lugar más recóndito del tabernáculo, detrás del
velo). ¿Qué clase de acceso tenían los hijos de Israel? Su acceso era extremadamente limitado. Sólo un
hombre podía entrar a este lugar y él podía entrar solamente una vez al año (ver Hebreos 9:7). ¡Cuán
diferente es hoy en día! Por causa de la obra acabada de Cristo, el velo se rasgó (Mateo 27:51) y los
creyentes pueden entrar en el Lugar Santísimo (Hebreos 10:19). Tenemos acceso ilimitado
(Hebreos 4:16; 10:19-20). ¿Estamos aprovechando ésto?

“A esta gracia en la cual estamos” – si una persona ha sido justificada (Romanos 5:1), entonces está
en una buena posición. Los creyentes tienen una maravillosa posición en la gracia. Ellos tienen una
maravillosa posición en el favor Divino. El verbo “estamos” está en tiempo presente, lo que significa que
estamos en la gracia, continuamos en la gracia y esta posición nunca cambia. ¿Cómo puede un pecador
estar en la presencia de un Dios santo y disfrutar de Su favor? Sólo por GRACIA (ver Salmo 130:3-4;
Salmo 103:10). Podemos estar en la presencia de Dios porque por Su gracia y basados en la obra
acabada de Cristo, el Señor no nos imputa pecado (Romanos 4:8). Si Dios imputara pecado, ninguno de
nosotros podría mantenerse (Salmo 130:3; Salmo 1:5-6).

“Nos gloriamos” = regocijarse, alborozarse, gozarse mucho. Este verbo se encuentra en otros dos
lugares en este capítulo (v.3 y v.11).

“Esperanza” – esta palabra incluye algo futuro, una expectativa futura (ver Romanos 8:24). La palabra
“esperar” muchas veces expresa la idea de incertidumbre (“espero recibir una carta hoy día”; “espero que
no llueva el día de nuestro paseo” etc.) En el Nuevo Testamento la palabra “esperanza” lleva la idea de
certeza, porque cuando Dios dice que algo sucederá en el futuro, podemos esperar que sin duda sucederá.
Un ejemplo de ésto se encuentra en Tito 2:13—“la bienaventurada esperanza” (la feliz expectativa). No
hay incertidumbre en cuanto a la venida de Cristo (Juan 14:2-3), excepto que no conocemos el día.
Tenemos la certeza de que ÉL regresará, pero no tenemos certeza de cuándo tendrá lugar este magnífico
suceso.

“La gloria de Dios” – ésto involucra algo que el creyente está esperando en el futuro. El creyente tiene
un glorioso futuro trazado y preparado por Dios (cf. 1 Co. 2:9-10). La glorificación del creyente se ve en
los siguientes pasajes: Romanos 8:18; 8:30 (es tan seguro, que desde el punto de vista de Dios, ya es un
hecho); 2 Corintios 4:17; 1 Pedro 1:11; 4:13; 5:10; 1 Juan 3:1-2; etc.

Romanos 5:3

No nos regocijamos solamente por nuestra futura esperanza (v.2), sino también nos regocijamos en
la presente seguridad de que nuestras tribulaciones producirán paciencia (V.3). El sufrimiento no es
algo anormal, sino está más bien en el amante plan de Dios para Sus creyentes.

“Tribulaciones” = presiones, aflicciones, las dificultades de la vida que nos acosan, pruebas problemas,
conflictos, apuros etc. Ver Juan 16:33; Hechos 14:22 y 1 Ts. 3:3-4 (debemos esperar tribulaciones). ¿Por
qué se regocija el creyente en las tribulaciones? Porque él SABE algo. El sabe que la tribulación produce
paciencia.
“Paciencia” = literalmente “permanecer bajo, morar bajo”. De modo que significa soportar, resistir,
aguantar, quedar bajo, sobrellevar, conformarse en medio de las dificultades y decir “gracias” en medio de
las aflicciones. Incluye una paciente resistencia bajo las pruebas. Las pruebas y las aflicciones deben
fortalecer al creyente. Las presiones deben acercarnos cada vez más al Señor Jesús –- para
conocer latodo-suficiencia de Su gracia. Comparar con Romanos 12:12. Cristo es suficiente para toda
situación.

Romanos 5:4

“Prueba” –esto viene de una palabra que significa “probar”. ¿Por qué Dios nos envía tribulaciones? ÉL nos
está probando. ¿Por qué dijo Dios a Abraham que sacrificara a su hijo (Génesis 22)? ÉL estaba probando
su fe. La prueba de nuestra fe es algo muy precioso (1 Pedro 1:7). Toda prueba y dificultad es una
oportunidad única para confiar en el Señor y descubrir que ÉL es fiel y suficiente. La palabra “prueba”
contiene la idea de “aprobación”. El pensamiento es éste: nosotros no somos solamente probados (por las
tribulaciones que Dios permite), pero PASAMOS LA PRUEBA (como hizo Abraham en Génesis 22). De
modo que la palabra “prueba” contiene la idea de “carácter probado” o “la calidad de haber sido aprobado”
o “carácter aprobado”. Se refiere a una persona que ha pasado exitosamente el duro examen. Ha
aprendido que, por la gracia de Dios, él puede resistir. “He confiado en Dios en medio de la tribulación y
he visto que Dios es fiel”.

“La prueba (produce) esperanza” – El ciclo se ha completado. Empezamos con “esperanza” en el versículo
2 y ahora hemos vuelto a la esperanza en el versículo 4. Ilustración: Un joven marinero sobrevive a su
primera tormenta. Esto le da esperanza: “Puedo volver a hacerlo”. Al ver la fidelidad de Dios en cada
tempestad de la vida, esto produce la expectativa en nuestros corazones de que Dios continuará siendo
fiel todo el tiempo, hasta el día que estemos con ÉL.

Quizás, una manera de ilustrar Romanos 5:3-4 es verlo ejemplificado en Esteban en Hechos capítulo 7:

1. Esteban estaba bajo gran oposición y presión: TRIBULACIÓN

2. Esteban demostró gran resistencia. La soportó con


valentía:PACIENCIA(Hechos 7:55).

3. Esteban pasó la prueba con flameantes colores y con la aprobación


divina: CARÁCTER PROBADO

4. Esteban tenía una bienaventurada ESPERANZA (Hechos 7:55).

Romanos 5:5

“Esperanza” = futura expectativa (v.2 y ver los comentarios allí). Mi futura salvación y glorificación
están garantizadas. Los que esperan en Cristo nunca deben estar avergonzados o desilusionados.
Recuerda que la salvación es en tres tiempos – pasado, presente y futuro (comparar 2 Corintios 1:10
donde vemos que la gloriosa LIBERACIÓN de Dios es en tres tiempos).

PASADO—Yo fui salvo de la pena del pecado, porque Cristo pagó la


pena de muerte por mí (esto se llama JUSTIFICACIÓN)

PRESENTE—Yo estoy siendo salvo del poder del pecado y yo no tengo


que estar bajo el dominio del pecado (esto se
llama SANTIFICACIÓN –ver Romanos 6:18, 22 “libertado del
pecado”).

FUTURO—Yo seré salvo de la presencia misma del pecado (esto se


llama GLORIFICACIÓN)

La palabra “esperanza” nos señala el aspecto futuro de la salvación (ver Romanos 5:9-10 donde es


enfatizado este aspecto futuro: “seremos salvos”). Como creyente, puedo saber en mi corazón que mi
futura salvación es segura y que el Dios que comenzó Su obra salvadora en mí, la perfeccionará
(Filipenses 1:6). ÉL termina lo que comienza (Romanos 8:29-30). ¿Cómo puede un creyente tener tal
seguridad y tal esperanza? “PORQUE el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones”
(Romanos 5:5).

“Ha sido derramado” = ha sido vertido

“Amor de Dios” esto no se refiere a nuestro amor a Dios, sino A SU AMOR DEMOSTRADO HACIA
NOSOTROS (ver v.8). Desde luego, las dos ideas están relacionadas (“nosotros le amamos a ÉL porque Él
nos amó primero”—1 Juan 4:19). Dios el Espíritu Santo obra en mi corazón y ÉL me asegura del gran
amor de Dios (como quedó demostrado en la cruz—versículos 6-10). Si Dios me ama realmente, entonces
es seguro que ÉL me conducirá hasta el final y que llevará mi salvación hasta su cumplimiento total.

“El Espíritu Santo que nos FUE DADO”. El Espíritu Santo es el don de Dios para todo creyente (ver Juan
7:39; Romanos 8:9; 1 Corintios 6:19). Uno de los beneficios de la justificación es la presencia de Dios el
Espíritu Santo que mora en el creyente. Uno de Sus ministerios es señalarnos el amor de nuestro Salvador
como se demuestra en la cruz y derramar este amor en nuestros  corazones (Romanos 5:5-10). Los
siguientes versículos nos señalarán hacia la CRUZ DEL CALVARIO y nos explicarán el amor de Dios y lo
que el amor de Dios significa en cuanto a nuestra futura y total salvación.

Romanos 5:6

“Débiles”. Una tremenda descripción de nuestra condición de no salvos: acabados, sin fuerzas,
indefensos. Nada podíamos hacer para salvarnos a nosotros mismos o para remediar nuestra condición
perdida. Necesitábamos un SALVADOR FUERTE.

“A su tiempo” = en el tiempo preciso (comparar Gálatas 4:4-5). Note como nos describe Dios en nuestro
estado de perdidos: LOS IMPÍOS (v.6); PECADORES (v.8); ENEMIGOS DE DIOS (v.10). Cristo murió
por los impíos y amó a los desagradables. Nos amó aunque nada amable había en nosotros.

“Impíos” – ver Romanos 4:5. Impíos son los que no tienen temor de Dios, no tienen respeto a Dios y no
reverencian a Dios (ver Romanos 3:18). Cristo murió por esa clase de personas.

“Por” = a favor de (esto comunica claramente la idea de SUSTITUCIÓN –comparar 1 Pedro 3:18).

Romanos 5:7

Este versículo proporciona más explicaciones por vía de contraste. El amor más grande que un hombre
pueda tener queda corto frente al amor de Dios. Un hombre podría dar su vida por su amigo (aunque esto
puede suceder a veces, no sucede a menudo), pero el DIOS-HOMBRE puso Su vida por Sus enemigos.

“Apenas” = difícilmente, poco probable

“Justo” – ésto implica, por vía de contraste, que Cristo murió por hombres injustos (ver 1 Pedro 3:18)
“Pudiera ser” = quizás

“Osara” = tuviera la valentía, se atreviera.

Romanos 5:8

“Mas” – Note el contraste. Dios hizo mucho más de lo que los hombres jamás se atreverían a hacer. ÉL
dio Su vida por Sus enemigos.

“Muestra” = demuestra, comprueba.

“Pecadores” = Los que han errado el blanco, los que han quedado cortos ante los justos  requerimientos
de Dios (todos nosotros hemos pecado contra el Dios Todopoderoso. Ver Romanos 3:23).

¿Cómo muestra Dios Su amor? ¿Dónde debemos mirar para ver el amor de Dios? Muchas veces la gente
acusa a Dios de no tener amor. “¿Cómo puede un Dios de amor permitir que millones de personas mueran
de hambre en la India o en África?” “¿Cómo puede un Dios de amor permitir que un terremoto arrase con
miles de vidas?” etc. Pero para ver el amor de Dios tienes que mirar al lugar correcto. La más grande
demostración del amor de Dios tuvo lugar en la cruz del Calvario. Ver también Juan 3:16; 1 Juan 3:16;
4:9-10. (Ver el estudio: El Nuevo Mandamiento).

Romanos 5:9-10

En estos dos versículos Pablo está argumentando de lo mayor a lo menor. En otras palabras, si Dios ha
hecho la cosa más grande, ciertamente que también hará la más pequeña. Ver Romanos 8:32 para un
argumento similar y compare también la última parte de Mateo 6:25 – si Dios te ha dado un cuerpo y vida
(las cosas más grandes), ¿no proveerá también aquellas cosas necesarias para alimentar el cuerpo y
sustentar la vida?

Romanos 5:9

Si Dios nos ha justificado por Su sangre, cuánto más seremos salvos de la ira por medio de Jesucristo. En
otras palabras, si Cristo murió para salvarte cuando eras injusto, con mayor razón ÉL te salvará ahora que
eres justo (en ÉL) y que has sido justificado. Si ÉL murió por ti cuando tú eras Su enemigo, cuánto más
hará ÉL por ti ahora que eres Su amigo. Si Dios me amó cuando yo era un pecador (v.8), cuánto más
derramará Su amor sobre mí ahora que soy Su hijo.

Romanos 5:10

Este versículo amplía la explicación del versículo 9 (“porque”). Si Dios nos reconcilió Consigo Mismo
cuando aún éramos Sus enemigos, cuánto más hará por nosotros ahora que hemos entrado en una
preciosa relación con ÉL.

“Reconciliado” = Dios y el hombre han sido reunidos en armonía, en paz (v.1), toda hostilidad ha sido
removida y todas las barreras para tener compañerismo han sido quitadas. El profundo abismo que
separaba a un Dios santo de un hombre pecador ha sido subsanado y superado. Hemos sido reconciliados,
no porque Dios comprometiera Su santidad (“permitiré que el hombre se acerque a mí, pasando por alto
su pecado y comprometiendo Mi santidad” –perezca ese pensamiento), sino porque Dios sacrificó a Su
Hijo.

“Salvos por Su vida” –ver Hebreos 7:25, que constituye  un comentario perfecto para estas cuatro
palabras. Mi eterna seguridad está atada a Su vida. Para que yo pudiera perder mi salvación, el Señor
Jesús resucitado tendría que morir (pero vea Romanos 6:9-10 y Apocalipsis 1:18). ÉL murió UNA VEZ,
pero nunca más. ÉL vive siempre para interceder por nosotros. ÉL murió para salvarme; ÉL vive para
mantenerme salvo.
Romanos 5:11

“Reconciliación” – La reconciliación es otro de los grandes beneficios que recibimos junto con la
salvación. Para saber más acerca de la reconciliación, ver 2 Corintios 5:17-21.

En Romanos 5:1-11 hay tres cosas en las cuales regocijarse (gloriarse):

1) NUESTRO REGOCIJO FUTURO –“nos regocijamos en la esperanza de la gloria de Dios” (v.2).


2) NUESTRO REGOCIJO PRESENTE – “nos regocijamos en las tribulaciones” (v.3).
3) NUESTRO REGOCIJO PASADO – “nos regocijamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien
hemos recibido ahora la reconciliación” (v.11).

Nuestra reconciliación ha sido efectuada (PASADO), Dios nos está moldeando y formando por medio de
las tribulaciones (PRESENTE) y nuestra glorificación está por venir (FUTURO).

La Sangre de Cristo (Romanos 5:9)

1. Nunca debemos minimizar la importancia y el valor de la sangre de Cristo:


ver Romanos 3:25; 5:9; 1 Co. 6:20; Ef. 1:7; Col. 1:14; Ap. 1:5; 5:9; 1 P.
1:18-19. Ver también Hechos 20:28 (la sangre del Señor). Nota: La sangre
del Señor se refiere a la sangre de Cristo. Dios no tiene un cuerpo y no tiene
sangre. Dios es invisible, inmaterial e incorpóreo, y ÉL no tiene sangre. Pero
Dios se hizo hombre (Juan 1:14) y el Dios – Hombre tenía un cuerpo y tenía
sangre y derramó Su sangre en la cruz del Calvario. Hemos sido salvos por la
sangre del Cordero.

2. Hebreos 9:22 es un pasaje clave. Sin el derramamiento de sangre no hay


perdón de pecados. Nuestra redención del mercado de esclavos del pecado
demandaba que se pagara un precio. Ese precio fue la sangre preciosa de
Cristo.

3. ¿Cuál es el significado del derramamiento de sangre? Si Cristo hubiese sido


apedreado hasta la muerte (como los judíos querían hacer con ÉL), ¿podría
esto haber sido considerado como “el derramamiento de sangre”? La
respuesta es “sí” como leemos en Hechos 22:20. En el caso de Cristo,
sabemos que la muerte por crucifixión era esencial, porque las Escrituras
tienen que cumplirse—Juan 12:32-34; 18:32; 19:36-37; Salmo 22; etc.

4. Lea Génesis 9:6 donde fue instituida la pena capital. Note la expresión “por el
hombre su sangre será derramada”. Piense en la ejecución por medio de la
horca, como se hacía en el salvaje oeste. ¿Violaría esto Génesis 9:6? ¿Sería
ésto una forma válida de aplicar la pena capital?

5. Ver Mateo 23:35 y Romanos 3:15 (muerte violenta por asesinato). En la


mayoría de los casos, cuando una persona es asesinada, sangre es
derramada. Si entraras en una habitación y encontraras un charco de sangre
en el suelo, probablemente no estarías muy sorprendido si encontraras cerca
un cuerpo muerto. Cuando los judíos mataban los corderos del
sacrificio,  derramaban sangre.

6. Otro versículo clave es Levítico 17:11. “Porque la VIDA de la carne en la


sangre está. . . y la misma sangre hará expiación de la persona”. La sangre
es esencial para la vida (compare los constantes pedidos de la Cruz Roja por
donación de sangre). Cuando se ha derramado o perdido suficiente sangre,
sobreviene la muerte (si no se repone la sangre por procedimientos
médicos). De modo que el “derramamiento de sangre” habla de muerte. Esto
se ve claramente en Romanos 5:9-10 donde la sangre de Cristo (v.9) es
igualada con la muerte de Cristo (v.10).

“justificado en Su sangre” (v.9)


“reconciliado por Su muerte” (v.10)

Estas son afirmaciones paralelas, porque el versículo 10 es una explicación


del versículo 9. El tema de la MUERTE también se encuentra en el contexto de
Hebreos 9:22 (ver versículos 16, 27-28). Cuando el sumo sacerdote llevaba
la sangre al Lugar Santísimo (Hebreos 9:7), la sangre llevaba este mensaje:
“una muerte ha tenido lugar; un sustituto inocente ha muerto y así la pena
ha sido pagada”.

7. La cantidad de sangre que Cristo derramó efectivamente en la cruz fue


mínima (de las heridas de los clavos en las manos y los pies y quizás de la
corona de espinas). Una cantidad mayor de sangre emanó de la herida de la
lanza en Su costado (Juan 19:33-35), pero ésto fue después que Jesús ya
había  muerto.

8. Cuando en la epístolas se usa la expresión “la sangre de Cristo”, se refiere a


la preciosa OBRA DE LA CRUZ de Jesucristo, especialmente Su MUERTE
SUSTITUTIVA a favor de los pecadores. El derramamiento de Su sangre
incluye entre otras cosas la ENTREGA DE SU VIDA (Juan 10:11).

9. Que nunca olvidemos el precio que fue pagado por nuestra redención (1
Corintios 6:20; 1 Pedro 1:18-19). ¡Que la sangre de Cristo siempre sea
preciosa para nosotros!

10. Guardémonos de hacer de la sangre de Cristo algo místico y mágico como lo


han hecho los católico romanos (cf. LA MISA, etc.)

LA SANGRE DE JESÚS
No hay perdón sin ella.
“Sin derramamiento de sangre no se hace remisión”.  Hebreos 9:22

Satisface las Santas demandas de Dios.


“Veré la sangre y pasaré de vosotros”.  Éxodo 12:13

Hace expiación por la persona.


“La misma sangre hará expiación de la persona”.  Levítico 17:11

Redime al creyente.
“Rescatados. . . con la sangre preciosa de Cristo”.  1 Pedro 1:18-19

Limpia de todo pecado.


“La sangre de Jesucristo. . . nos limpia de todo pecado”.  1 Juan 1:7

Justifica al creyente.
“Estando ya justificados en Su sangre”.  Romanos 5:9
                                        (De Moments for You)

Romanos 5:12 (Introducción)

En Romanos 1-3 hemos aprendido acerca de la CONDENACIÓN del hombre ante un Dios santo.

En Romanos 3-5 hemos aprendido acerca de la JUSTIFICACIÓN (el hombre siendo declarado justo por
Dios, basado en la obra de Cristo en la cruz y de acuerdo a las riquezas de la gracia de Dios).

En Romanos 5:12-21 tenemos comparada y contrastada la CONDENACIÓN y la JUSTIFICACIÓN. Note


las palabras de COMPARACIÓN: “ASÍ COMO. . . ASÍ TAMBIÉN. . .” (Romanos 5:18, 19, 21). Note las
palabras de CONTRASTE: “NO COMO. . .” (Romanos 5:15, 16); “MUCHO MÁS” (Romanos 5:15, 17,
(cuando - sobreabundó) 20).

Note también la comparación y el contraste entre DOS HOMBRES: Adán y Cristo.

Note los DOS ACTOS: El acto de desobediencia de Adán al comer el fruto prohibido (Génesis 3:6); el acto
de obediencia de Cristo cuando murió en la cruz (Filipenses 2:8). Ver Romanos 5:18-19.

Note los DOS RESULTADOS: Por lo que hizo Adán: MUERTE, JUICIO y CONDENACIÓN. Por lo que hizo
Cristo: VIDA y JUSTICIA y GRACIA.

Note que Adán y Cristo son hombres representativos. Ellos actuaron en nombre del hombre (tal como
nuestros representantes elegidos en el Congreso votan por nosotros). Adán pecó por nosotros y Cristo
murió por nosotros.

Es muy importante ver NUESTRA HISTORIA EN ADÁN y ver NUESTRA HISTORIA EN CRISTO. Es


importante darse cuenta que cuando Adán pecó en el jardín del Edén, TÚ ESTABAS ALLÍ. En Adán tú
pecaste y tú moriste. Del mismo modo, es vital darse cuenta que cuando Cristo murió en la cruz, TÚ
ESTABAS ALLÍ. “¿Estabas allí cuando crucificaron a mi Señor?” – ¡SÍ!

El punto principal de esta sección es el triunfo de la gracia de Dios sobre el pecado (ver Romanos 5:20-
21). La frase clave es “MUCHO MÁS” (Romanos 5:15, 17, 20). Si piensas que lo que hizo Adán fue
significativo (y lo fue), CUÁNTO MÁS significativo y grande e importante es lo que hizo Cristo. Lo que
Cristo hizo superó y sobrepasó en mucho lo que hizo Adán.

A algunos parece que la falsa doctrina del UNIVERSALISMO es enseñada en Romanos 5:18-19. El
universalismo enseña que finalmente todos los hombres serán salvos. Esto no es cierto y sería contrario al
mensaje de todo el libro de Romanos que dice que nadie será salvo sin fe (Romanos 10:9-17). La clave en
esta sección es Romanos 5:17 – RECIBIR. Lo que Adán hizo por la humanidad se hereda por nacimiento.
Lo que Cristo hizo por la humanidad tiene que ser recibido personalmente y tiene que ser apropiado por
fe.

Considera la historicidad de Adán. ¿Fue Adán una persona real e histórica que vivió verdaderamente en
esta tierra como el progenitor de la raza humana? Nadie niega la historicidad de Jesucristo, que Él fue una
Persona histórica real que vivió en la tierra. Sin embargo, muchos niegan la historicidad de Adán. Esto se
debe a la incredulidad del hombre y a la popular teoría de la evolución que rechaza los primeros 11
capítulos de Génesis y que alega que estos capítulos están desprovistos de toda veracidad histórica. Los
patrocinadores de este punto de vista dicen muchas veces que las cosas que sucedieron en esos primeros
capítulos de Génesis son sólo  historias interesantes (pero falsas) que contienen ciertas lecciones morales
para nosotros. Pero en Romanos 5:12 y siguientes, Pablo asume que Adán fue una persona histórica real,
tan histórica como Moisés (Romanos 5:14) y Cristo (Romanos 5:15). Ver también 1 Corintios 15:22, 45,
47; 2 Corintios 11:3 (si Eva desaparece, también tiene que desaparecer el diablo); 1 Corintios 11:8-9; 1
Timoteo 2:13-14; etc. Ver también la genealogía de Lucas capítulo 3 que comienza con Adán y termina
con Cristo (en orden inverso). Si Cristo fue una Persona histórica pero no así Adán (como les gustaría a
los incrédulos que pensáramos), entonces ¿en qué momento de la genealogía pasamos de la ficción a lo
histórico o de lo mitológico a lo histórico?
Para todo creyente cristiano la prueba final de la historicidad de Adán y Eva se encuentra en las palabras
de Jesucristo Mismo, tal como están registradas en Mateo 19:4-5. Estos dos versículos no solo muestran
que Adán y Eva fueron personas reales que vivieron en la historia, sino muestran también que Cristo
aceptaba ampliamente la veracidad de los dos primeros capítulos de la Biblia (Mateo 19:4 está basado en
Génesis 1 y Mateo 19:5 está basado en Génesis 2).

Romanos 5:12

“Un hombre” = Adán. El pecado entró al mundo por Adán. Y siempre que aparece el pecado, trae
consigo a su estrecho compañero: LA MUERTE. El pecado y la muerte son una pareja, siempre andan
juntos. El pecado da a luz la muerte (Santiago 1:5).

“y por el pecado la muerte” = esta es una frase incompleta. Esto es lo que significa la frase cuando es
completada:

POR ADÁN ENTRÓ EL PECADO AL MUNDO; POR EL PECADO LA MUERTE ENTRÓ AL MUNDO.

Note también la conexión entre el pecado y la muerte en Génesis 2:17.

“Por cuanto” = porque

“Todos pecaron” = todos han pecado

TODOS LOS HOMBRES PECARON EN ADÁN Y TODOS LOS HOMBRES MURIERON EN ADÁN. Ilustración:
Piensa en un gran incendio forestal (Santiago 3:5). Puedes tomar un pequeño fósforo, encenderlo y
lanzarlo a tierra y como resultado de ese pequeño acto, todo el bosque puede ser arruinado. Porque cayó
un fósforo, todo árbol del bosque puede caer también. Del mismo modo, por un “pequeño” acto de
desobediencia de Adán, todo el bosque de la humanidad cayó y se arruinó. Adán encendió el fósforo y
cada uno de nosotros se ha quemado. Es asombroso lo que causó un hombre.

Las palabras “a todos los hombres” (en la mitad de Romanos 5:12) están enfatizadas en el griego. La
muerte pasó a ¿quién? A TODOS LOS HOMBRES. ¿Por qué pasó la muerte a TODOS LOS HOMBRES? ¿Por
qué fue infectada toda la humanidad con esta horrible enfermedad de pecado y muerte? ¿Por qué todos
los hombres? ¿Por qué no sólo Adán? Si él es el que pecó, entonces él y solamente él es el que debería
morir. ¿Por qué la muerte pasó a todos los hombres? He aquí la respuesta de Dios: CUANDO ADÁN PECÓ,
TODOS NOSOTROS PECAMOS. Cuando Adán cayó, caímos todos nosotros. ¿Por qué pasó la muerte a
todos los hombres? “Porque todos pecaron” (Romanos 5:12, ver el final del versículo). ¿Cuándo pecaron
todos los hombres? Cuando Adán pecó.

Esta verdad, aunque sea difícil de aceptar, es enseñada en todo este pasaje: Romanos 5:15—Por la
trasgresión de Adán muchos murieron. Por el pecado de Adán, yo morí. Romanos 5:18—Por causa del
pecado de Adán, yo estoy bajo juicio y condenación. Romanos 5:19—Por el acto de desobediencia de
Adán, yo llegué a ser un pecador. Ver también 1 Corintios 15:22 – EN ADÁN TODOS MUEREN.

En las antiguas escuelas coloniales de Nueva Inglaterra se usaba un texto educacional


llamado The New England Primer para enseñar a los niños a leer y escribir, etc. Para enseñar el alfabeto,
se daban unos breves versos para ayudar a los niños a recordar cada letra. Para la letra “A” ellos
aprendían esto:

A. EN LA CAÍDA DE ADÁN TODOS PECAMOS.


    Así se les enseñaba a los niños las verdades de Romanos 5:12.
   Aquí hay algunas otros versos que riman con otras letras:

B. PARA LLEGAR AL CIELO, RECUERDA LA BIBLIA. 


    ¿A cuántos niños hoy en día se les enseña acerca del cielo?
C. CRISTO CRUCIFICADO, MURIÓ POR LOS PECADORES.
    La cruz ocupaba un lugar central en su enseñanza.

D. EL DILUVIO INUNDÓ EL MUNDO ALREDEDOR.


    ¿A cuántos niños se les enseña hoy acera del diluvio universal de los días de Noé?

E. ELÍAS SE ESCONDIÓ, FUE ALIMENTADO POR CUERVOS.

F. EL JUICIO ASUSTÓ A FELIX, etc.

En Adán todos pecaron. También es cierto que en Adán todos fueron creados. Hablando en forma precisa,
la gente que vive hoy no fue creada. Nosotros hemos llegado al mundo por procreación, no por creación.
Las únicas personas que fueron creadas son Adán y Eva. Sin embargo, en cierto sentido es correcto decir
que yo fui creado en Adán. Sin Adán, yo no tendría existencia. Cuando Adán fue creado, yo estaba en los
“lomos” de Adán (cf. Hebreos 7:10). Yo formaba parte de “su simiente”. (Del mismo modo podemos decir
que toda la nación de Israel estaba en Abraham, Isaac y Jacob).

Cuando Adán pecó, yo no estaba allí. Yo no comí la fruta, Adán lo hizo. Yo no desobedecí a Dios, Adán lo
hizo. Sin embargo, en cierto sentido yo estaba allí. Yo estaba allí en Adán. Yo pequé en Adán. Yo morí en
Adán. Podría preguntársele a una persona, “¿Cuál es la peor cosa que te ha sucedido?” Esto podría ser
respondido de muchas maneras: la muerte de un ser querido, un terrible accidente en automóvil, alguna
tragedia inesperada, etc. Pero todas esas respuestas son incorrectas. La Biblia revela una sola respuesta
verdadera para esta pregunta: LA PEOR COSA QUE JAMÁS ME HA SUCEDIDO, ES CUANDO ADÁN
COMIÓ EL FRUTO PROHIBIDO HACE MILES DE AÑOS (Romanos 5:12). De igual manera, LA
MEJOR COSA QUE JAMÁS ME HA SUCEDIDO, ES CUANDO CRISTO MURIÓ EN LA CRUZ HACE
COMO 2000 AÑOS (Romanos 5:18-19).

¿Por qué es cierto que YO PEQUÉ EN ADÁN, YO MORÍ EN ADÁN Y ESTOY CONDENADO EN ADÁN? Yo no
estaba allí cuando sucedió, ¿o sí lo estaba? Considere lo siguiente:

1. Como creyentes en la Biblia, todos estaríamos de acuerdo de que Adán es el padre de todos
nosotros. Todos procedemos de Adán. Todos podemos trazar nuestros ancestros hasta Adán, no a
primates. Todos somos “hijos de Adán” (cf. Salmo 14:2-3; Génesis 6:5-6; 11:5).

2. Cuando Adán pecó, en cierto sentido yo estaba allí. Yo estaba en los lomos de mi padre Adán (yo
estaba en su simiente). Para ilustrar esto ver Génesis 14:18-20. Note que Abraham pagó diezmos
a Melquisedec. De Abraham vinieron Isaac y luego Jacob. Jacob (Israel) tenía 12 hijos, uno de los
cuales era Leví. De Leví vinieron Aarón y sus hijos que eran los sacerdotes. Con estos hechos en
mente, vea Hebreos 7:4-10. Si el escritor de Hebreos podía decir que Leví pagó diezmos a
Melquisedec porque estaba en los lomos de Abraham, aunque sabemos que en realidad fue
Abraham quien lo hizo y que Leví aún no había nacido, entonces de la misma manera puedo decir
esto: “Yo también pequé en Adán, porque yo aún estaba en los lomos de mi padre Adán cuando
Adán pecó”. De modo que, cuando Adán pecó, en cierto sentido yo estaba allí. (Esto es similar a
alguien que tiene ancestros que cruzaron el océano en el Mayflower y dice, “Yo vine aquí en
el Mayflower”.)

3. Adán actuó por mí como mi representante. Adán fue la cabeza de nuestra raza y él representó la
raza. Es interesante notar que la caída del hombre se vincula con la desobediencia de Adán no con
la desobediencia de Eva, aunque Eva desobedeció primero. Pero Eva no era la cabeza de la raza.
Lo determinante fue cuando Adán comió. Fue entonces cuando la raza cayó. Un representante es
alguien que actúa en lugar de otro. Adán estaba allí en el jardín del Edén actuando por ti y
representándote a ti. Hoy en día elegimos hombres al Congreso llamados “representantes”. Ellos
están allí para votar por mí. Yo no puedo votar, pero ellos pueden y ellos votan por mí. Cuando
Adán estaba en el jardín del Edén, como mi representante, él tenía que hacer un voto. El tenía que
votar a favor de Dios o en contra de Dios. El tenía que escoger obedecer a Dios o desobedecer a
Dios. El escogió desobedecer. Hay un sentido en que su voto llegó a ser mi voto.
Antes de condenar a Adán por votar equivocadamente, pongámonos en sus zapatos. Supongamos
que yo hubiese estado en el jardín en lugar de Adán. Supongamos que yo hubiese estado sometido
a esa simple prueba de obediencia. ¿Habría actuado yo de una manera diferente que Adán?

Puedes objetar, “No me gusta esa doctrina de representación. No es justo. Yo no quiero ser representado
por Adán”. Pero en el momento en que rechazas la doctrina de la representación, has rechazado una de
las más maravillosas doctrinas de la Biblia. Verás, no fue solamente Adán tu representante, sino Cristo
también fue tu representante. No fue solamente Adán quien actuó en tu lugar, sino Cristo también actuó
en tu lugar. Adán te metió en el problema, pero Cristo puede sacarte de él. Y si dices que no es justo que
Adán te representara puesto que tú ni siquiera estabas allí, piensa por un momento lo siguiente: ¿cuán
justo era que Cristo te representara a ti? ¿Era justo que un Hombre perfectamente inocente fuese
ejecutado? ¿Era justo que ÉL fuese juzgado por los pecados que tú cometiste? ¿Era justo que el juicio y la
ira de un Dios santo cayeran sobre ÉL en vez de sobre ti? Recuerda, lo que hizo Adán fue la peor cosa que
pudo sucederte, PERO LO QUE CRISTO HIZO FUE LO MEJOR QUE JAMÁS PUDO SUCEDERTE.

Entender este principio hará que la Biblia cobre vida para ti. Cuando leas el relato de la caída de Adán en
Génesis 3, te darás cuenta que esto no es una narración remota que nada tiene que ver contigo, sino que
tu estabas allí en un sentido real. Por cuanto Adán era tu representante, tú participaste de lo que Adán
hizo. En la caída de Adán todos pecamos.

Del mismo modo, cuando leas la historia de la crucifixión, recordarás que tú estabas allí en un sentido
muy real. Su muerte llegó a ser tu muerte. SU historia llegó a ser tu historia (tal como veremos en
Romanos 6). Cuando leo acerca de Cristo siendo crucificado, esto llega a ser muy personal, porque yo
también fui crucificado allí (Gálatas 2:20), y, alabado sea Dios, yo también salí de aquella tumba con ÉL.

Romanos 5:12 también dice algo que se relaciona con la ciencia y en particular con el debate
creación/evolución. Este versículo enseña que la muerte fue el resultado del pecado de Adán. La caída del
hombre también afectó al reino animal y como veremos en Romanos 8:19-22, los animales gimen,
esperando ser liberados de la esclavitud en que se encuentran por el pecado del hombre. Antes de la caída
de Adán, la muerte no era una realidad en el reino animal, por lo cual no puede haber fósiles anteriores a
la caída del hombre (contrariamente a lo que dice la teoría de la evolución). Los creacionistas creen que la
vasta mayoría de los fósiles se formaron en el tiempo del diluvio universal en los días de Noé.

Romanos 5:13-14

Aquí empieza un largo paréntesis de Pablo (desde el versículo 13 al versículo 17). El versículo 12 se
conecta con el versículo 18.

“Antes” = previamente. Pablo está considerando el período de tiempo anterior a la entrega de la ley (ver
versículo 13—el período desde Adán hasta Moisés). Este es el período anterior a Moisés y anterior a la ley
(comparar Romanos 4:15). Durante el período desde Adán hasta Moisés había pecado y muerte, pero no
había trasgresión. No puedes transgredir una ley que no existe. Había pecado, como se ve en el acto de
asesinato de Caín (Génesis 4) y la maldad del mundo antediluviano. También existía la muerte en el
mundo, como se ve en Génesis 5 (el capítulo de las Lápidas Sepulcrales).

“Inculpa” = incriminar, acusar, reprochar. El pecado estaba presente, pero no era contado (considerado)
como trasgresión hasta que vino la ley. Comparar Gálatas 3:19 (la ley fue dada para dar al pecado el
carácter adicional de trasgresión y para que el pecado fuera aún más pecaminoso –Romanos 7:13). El
pecado de Adán fue considerado una “trasgresión” (v. 14) porque él violó una ley dada divinamente
(Génesis 2:17). La muerte reinó como rey (v.14) desde Adán hasta Moisés, aunque la gente no infringió
igual como hizo Adán (ellos no quebrantaron un mandamiento claramente revelado, como lo hizo Adán).

El punto principal de Pablo en estos dos versículos es que la muerte pasó a todos los hombres (v.12), no
porque ellos pecaron, sino porque Adán pecó. Fue el pecado de Adán lo que trajo la muerte sobre la
humanidad. La gente desde Adán hasta Moisés no pecaron como Adán (el pecado de Adán fue una
violación voluntaria de un mandamiento directo de Dios). Sin embargo, la muerte reinó sobre ellos, no por
causa de sus acciones, sino por causa del acto de Adán. Hoy podríamos usar la ilustración de niños que
mueren. Estos bebés nada saben acerca del bien y del mal, pero ellos mueren. Esto debe recordarnos del
efecto universal del pecado de Adán. Por causa de su trasgresión, la sentencia de muerte pasó a todos los
hombres.

Adán es una “figura” o TIPO de Aquél que había de venir, es decir, Jesucristo (Romanos 5:14). Adán es un
tipo de Cristo. En 1 Corintios 15:45 Jesucristo es llamado “Adán” (“el postrer Adán”) y Cristo también es
llamado el “segundo hombre” en contraste al primer hombre, Adán (1 Corintios 15:47). Si comparamos a
estos dos hombres. Encontraremos similaridades y diferencias entre ellos:

   

ADÁN JESUCRISTO 
El primer hombre Adán (1 Co. 15:45) El postrer Adán (1 Co. 15:45)
 
“Fue hecho un alma viviente” (1 Co. 15:45) “Fue hecho espíritu vivificante” (1 Co.
(a Adán le fue dada vida – Génesis 2:7) 15:45). Cristo da vida – Juan 5:21, 25;
6:33; etc.).
   
“Animal” (natural) (1 Co. 15:46) “Espiritual” (1 Co. 15:46)
   
ORIGEN— “de la tierra” (1 Co. 15:47) ORIGEN—“del cielo” (1 Co. 15:47)
   
El hombre refleja a Adán (1 Co. 15:49 y ver El hombre salvo puede y debe reflejar a
Génesis 5:3) Cristo (1 Co. 15:49 y ver Col. 3:10; Ef.
4:24; Rom. 8:29; 2 Co. 3:18; 1 Juan 3:2;
etc.)
   
“Muertos en Adán” (1 Co. 15:22) “Vivificados en Cristo” (1 Co. 15:22)
   
Adán es la Cabeza de la Vieja Creación Jesucristo es la Cabeza de la Nueva
Creación (2 Co. 5:17; Ef. 2:10)
   
Adán fue un hombre representativo (Rom. Jesucristo fue un hombre representativo
5) y actuó en nombre de toda la raza (Rom. 5) y ÉL actuó a favor de toda la
humana raza humana
   
Adán realizó un acto que tuvo tremendas Cristo realizó un acto que tuvo
consecuencias consecuencias aún mayores
   
El acto de Adán fue un acto pecaminoso El acto de Cristo fue un acto justo (Rom.
(Rom. 5:12, 15, 16, 17, 18) 5:18—“la justicia”)
   
El acto de Adán fue un acto de El acto de Cristo fue un acto de obediencia
desobediencia, al comer el fruto prohibido al morir en la cruz (Rom. 5:19 y ver Fil.
(Rom. 5:19, y ver Gen. 2:17; 3:6) 2:8)
   
Esto es lo que produjo el acto de Adán:  Esto es lo que produjo el acto de Cristo: 

MUERTE (Rom. 5:12, 14, 15) VIDA (Rom. 5:17, 18, 21)
JUICIO (Rom. 5:16, 18) EL DON GRATUITO (Rom.5:15, 16, 17, 18)
CONDENACIÓN (Rom. 5:16, 18) GRACIA (Rom. 5:15, 17, 20, 21)
JUSTIFICACIÓN (Rom. 5:16, 18, 19)
JUSTICIA (Rom. 5:17, 19, 21)
REINAR (Rom. 5:17; compare v.21)
Romanos 5:15

Note el “mucho más” en este versículo (la expresión “mucho más” se encuentra 4 veces en Romanos 5.
¿Puedes encontrarlos? Versículos ____ ____  ____  ____).

Adán hizo “MUCHO” (para mal), pero Cristo hizo “MUCHO MÁS” para el beneficio y la bendición del
hombre. Por la ofensa de Adán MUCHOS MURIERON. En la caída de Adán todos pecamos y en la muerte
de Adán todos morimos.

Note la preciosa expresión “EL DON”. La salvación/justificación es un don gratuito, pero no es barato. Fue
adquirido a un costo infinito (1 Co. 6:20; 1 Pedro 1:18-19).

La ofensa de Adán trajo desastre y muerte sobre la raza humana (“la muerte pasó a todos los hombres” –
v.12), pero el don gratuito que ofrece el Cristo crucificado y resucitado trae perdón y vida a todos los que
quieran recibir el don. Por causa de la ofensa de Adán todos los hombres mueren (v.15—aquí hay un
ejemplo importante de que “MUCHOS” es igual a “TODOS”), pero por medio de la muerte de Cristo el
benevolente don de Dios de la vida y la justicia es ofrecido a todos.

“Abundaron” = rebosa, desborda. Esta es una referencia a la exuberante, superabundante gracia de Dios
(cf. v.20-21). Comparar v.12 -  “pasó”  o se extendió. El pecado y la muerte se extendieron a todos los
hombres. El bondadoso don de Dios rebosó MUCHO MÁS sobre todos.

Romanos 5:16

En este versículo hay un contraste entre “un pecado para condenación” y “muchas transgresiones para
justificación”. Por una ofensa de Adán vino el juicio. El remedio exigió que MUCHAS OFENSAS fuesen
puestas sobre Cristo cuando ÉL murió en la cruz. Una sola ofensa de Adán trajo juicio y condenación sobre
la humanidad. Lo que Cristo hizo es mucho más grande, porque Él proveyó un camino para que MUCHAS
OFENSAS pudieran ser borradas. Alva McClain da esta ilustración: Un hombre va al bosque y toma un
fósforo y pone fuego a un árbol. Esta es una acción pequeña que cualquiera puede realizar. Pronto todo el
bosque podría estar incendiándose. Supongamos que alguien viene y apaga todo. ¿La segunda acción no
sería bastante mayor “mucho más” que la primera? Por una acción de Adán cayó todo el “bosque” de la
humanidad. Por el acto justo de Cristo millones y millones de ofensas fueron pagadas y fue posible
borrarlas. Cristo hizo MUCHO MÁS.

Romanos 5:17

La palabra “abundancia” está relacionada con la palabra “abundaron” del versículo 15. La gracia de Dios
es superabundante y profusa. El don gratuito ha sido provisto para todos los hombres, pero todos los
hombres tienen una responsabilidad. Ellos tienen que RECIBIRLA. “Recibir” es una palabra de fe (ver
Juan 1:12).

Los que “reciben” esta abundancia de gracia, con ella tienen el don de justicia. ¡Qué don!
¡Aparte de las obras, aparte de la Ley, aparte de las ordenanzas, aparte de la dignidad
personal, un don de justicia sin reserva de parte de Dios! Muchas veces, al enseñar este
pasaje a clases bíblicas las he aconsejado repetir tres veces cada una de estas
expresiones: “La abundancia de la gracia”, “el don de la justicia”. Te recomendamos
sinceramente que hagas lo mismo, querido lector. Pruébalo. (William Newell, Romanos).

Por causa de Adán ha reinado la muerte (los numerosos cementerios dan testimonio de ésto). Por causa
de Cristo, los creyentes reinan (literalmente ellos “reinan como reyes”).

Romanos 5:18

El paréntesis ha terminado ahora y este versículo debe conectarse con el versículo 12 (y probablemente la
palabra “muerte” debería ser reemplazada por “juicio”).
“Por la justicia de uno” = por el acto de justicia de Uno (es decir, el justo acto de Cristo de morir en la
cruz).

El don gratuito vino para todos los hombres (la obra de Cristo en la cruz fue hecha a favor de toda la raza
humana), pero, lamentablemente, no todos los hombres la reciben (v.17). Calvino lo dijo de esta manera:
“ÉL (Dios) da Su favor a todos, porque es asequible para todos, y no porque sea en realidad extendido a
todos (es decir, en su experiencia); porque aunque Cristo sufrió por los pecados de todo el mundo y es
ofrecido, por la benignidad de Dios, indiscriminadamente a todos, no todos lo reciben”. (Nota: Calvino
parece enseñar aquí que Cristo murió por todos los hombres. Para una mayor discusión sobre el punto de
vista de Calvino sobre la expiación ver ¿Por Quiénes Murió Cristo?

Romanos 5:19

“Fueron constituidos” = llegaron a ser, fueron hechos. Todos los que están en Adán son pecadores;
todos los que están en Cristo son justos. Por nuestro nacimiento físico estamos en Adán; por el nuevo
nacimiento estamos en Cristo.

“La obediencia de Uno” –esto no se refiere a Su vida de obediencia en general, sino a Su acto de


obediencia de ir a la cruz (Filipenses 2:8; Mateo 26:42; y comparar con Hebreos 5:8). El acto de
desobediencia de Adán se centró alrededor de un árbol (Génesis 2:16-17) y el acto de obediencia de
Cristo se centró alrededor de un árbol (1 Pedro 2:24).

El Cumplimiento Vicarial De La Ley

Este versículo (Romanos 5:19) es a menudo mal interpretado por quienes no


entienden que la obediencia de la cual se habla aquí, es la obediencia de Cristo a la
voluntad del Padre de ir a la cruz (Filipenses 2:8). En vez de ello, ellos dicen que se
refiere a Su obediencia para guardar la ley durante Su vida. Esta teoría, sostenida
mayormente por teólogos reformados, es llamada “el cumplimiento vicarial de la ley”.
Esta teoría dice que Cristo no solo murió por nosotros como nuestro Sustituto (con lo
cual estamos completamente de acuerdo), sino que Cristo también vivió por nosotros
(durante Sus días previos a la cruz) y que guardó los mandamientos de Dios por
nosotros como nuestro Sustituto. Ellos enseñan que la deuda que el hombre debía a
Dios fue pagada y totalmente satisfecha no solo por la muerte sustitutiva de Cristo,
sino también por la obediencia durante Su vida (lo que ellos llaman la “justicia activa”
de Cristo). Ellos enseñan que la justificación no está cimentada solamente en la
muerte de Cristo en la cruz, donde Él llevó el castigo del juicio de Dios en contra
nuestra, sino que también “está basada en la obediencia de Cristo a lo largo de Su
vida al cumplir los preceptos de la ley de Dios por nosotros” (Biblia de Estudio
Reformada, nota bajo Romanos 3:24). Respecto a esta “justicia de obediencia de
Cristo”, ellos aseguran y mantienen que Cristo expió tanto por Su vida como por Su
muerte, y que esto era absolutamente necesario y esencial para procurar nuestra
justicia. Ellos dicen que cuando somos salvos, Dios nos imputa la justicia de Cristo al
guardar la ley.

En primer lugar, reconocemos que el Señor Jesucristo vivió una vida perfecta y sin
pecado y que ÉL obedeció perfectamente los mandamientos de Dios y que siempre
hizo aquellas cosas que agradaban al Padre. Él era el inmaculado e impecable Cordero
de Dios. Sin embargo, la justicia con la cual somos justificados no proviene del Jesús
terrenal; llega a ser nuestra por causa del Hijo de Dios resucitado y glorificado y por
nuestra unión con ÉL. Rogamos notar que Romanos 4:25 no dice: “que fue entregado
por nuestras transgresiones y que obedeció la ley para nuestra justificación”. La
teología reformada, como sucede a menudo, tiene a Cristo en el lado equivocado de la
cruz. No encontramos nuestra justicia en la ley ni tampoco en Cristo guardando la ley,
sino encontramos nuestra justicia solo EN ÉL, el Cristo resucitado (2 Corintios 5:21).
Nuestra posición justificada en Cristo se debe al hecho de que hemos sido UNIDOS al
Cristo resucitado y ÉL ha llegado a ser nuestra justicia (1 Corintios 1:30).

Para más información sobre lo erróneo de la doctrina del cumplimiento vicarial de la


ley, ver el comentario de William Newell en su libro Romanos bajo Romanos 5:19.

Romanos 5:20

“Se introdujo” = se añadió. ¿Por qué se añadió la ley? ¿Por qué se agregó la ley (comparar Gálatas
3:19)? “Para que el pecado ABUNDASE”. La ley hace que el pecado se vea peor. La ley da al pecado el
carácter adicional de trasgresión y hace aparecer el pecado aún más pecaminoso (cf. Romanos 7:13).
Piensa en un lente de aumento y sustituye la palabra “abundar” por “aumentar”: “Pero la ley se introdujo
para que el pecado aumentase. Mas cuando el pecado aumentó, la gracia aumentó mucho más”. La ley
aumenta el pecado. El pecado aumenta la gracia. La gracia de Dios brilla con mayor fulgor frente al negro
telón del pecado. “Admirable gracia, cuán dulce canto, que salva a un miserable como yo”. ¿Por qué
permitió Dios que el pecado entrara en Su universo? Una razón (entre otras) es para que ÉL pudiera
mostrar MUCHO MÁS de Su gracia. DONDE EL PECADO ABUNDÓ, SOBREABUNDÓ LA GRACIA. Donde el
pecado abundó, la gracia se desbordó completamente.

 Romanos 5:21

Al comienzo de esta sección estaban reinando el pecado y la muerte; ahora está REINANDO LA GRACIA.
“Para que así como el pecado reinó para muerte, así la gracia reine por la justicia para vida eterna
mediante Jesucristo, Señor nuestro”. Este versículo desarrolla el gran objetivo de Dios: que la Gracia
tenga un reino en donde la Muerte había tenido el suyo, y eso naturalmente, por la justicia, es decir, que
todas las demandas divinas debían ser primero justamente satisfechas en la cruz, y que así todo fuera
“por medio de Jesucristo nuestro Señor” . –William Newell. De modo que el tema de la última sección de
Romanos 5 es la condenación por el pecado de Adán y la justificación por la muerte de Cristo.

ROMANOS
CAPÍTULO  6
Introducción

Los primeros cinco capítulos de Romanos han tratado con la JUSTIFICACÓN. Romanos capítulo 6 trata con
la SANTIFICACIÓN. La palabra “santificación” significa “consagración” (ser apartado para el servicio de
Dios). Esta palabra se encuentra en Romanos 6:19, 22.

Dios me ha salvado de la PENA del pecado – ésto es la JUSTIFICACIÓN (Romanos 1-5).

Dios me está salvando del PODER del pecado – ésto es la SANTIFICACIÓN  (Romanos 6-8).

Dios me salvará de la PRESENCIA del pecado cuando mi salvación sea completada – ésto es la


GLORIFICACIÓN  (Romanos 8).

De manera que Romanos 6 trata con estas preguntas importantes: ¿Cómo debo vivir la vida cristiana?
¿Cómo puedo tener victoria y dominio sobre el pecado? ¿Cómo puedo vivir una vida consagrada al servicio
del Señor Jesucristo? ¿Cómo puedo ser libre de la esclavitud del pecado? ¿Qué tengo que hacer para vivir
una vida que agrade a Dios? Ver estudio La Vida Cristiana.
Si alguien preguntara, “¿Qué debo hacer para ser salvo?” o “¿Qué debo hacer para ser justificado?”
ciertamente querríamos dar a esa persona la respuesta que Dios tiene en la Biblia (comparar Hechos
16:30-31). De igual manera, si un creyente preguntara, “¿Qué tengo que hacer para vivir la vida
cristiana?” o “¿Qué tengo que hacer para andar en novedad de vida?” deberíamos poder dar claras
respuestas de la Palabra de Dios. Las respuestas se encuentran en Romanos capítulo 6. La tragedia es que
tantos cristianos no entienden los principios de Dios de victoria y santidad. En vez de seguir los principios
de Dios, ellos siguen varios programas carnales y métodos carnales. Ellos intentan técnicas de auto
perfeccionamiento. Ellos intentan con técnicas de auto disciplina. Ellos intentan con la confesión de
pecados (lo que está bien y es correcto, ver 1 Juan 1:8-10), pero la confesión no parece impedir el pecar
y caen en un ciclo de pecar-confesar-pecar-confesar-pecar-confesar (confesando constantemente sus
pecados, sin ser capaces de abandonar sus pecados). Se esfuerzan, trabajan, luchan para hacerlo mejor,
etc. pero siempre es la misma vieja historia – DERROTA. Pablo lo describe bien en Romanos 7:14-18: Las
cosas que quiero hacer, no las hago y las cosas que detesto, esas cosas hago. Deseo hacer la voluntad de
Dios, pero no puedo hacer lo que es recto. Mientras más asiduamente trato, tanto más parezco fracasar.

Hagamos un breve examen para ver de qué trata Romanos 6:

v.1 – no continuar en el pecado;


v.2 – no vivir en el pecado;
v.4 – andar en novedad de vida;
v.6 – no servir al pecado (no ser esclavo del pecado);
v. 10-11 – vivir para Dios;
v.12 – no permitir que el pecado reine sobre nosotros;
v.13 – servir a Dios con nuestros miembros;
v. 14 – no estar bajo el dominio del pecado; 
versículos 19 y 20 – santidad

Sí, estos versículos hablan de la vida cristiana, de nuestra relación con el pecado, de cómo tener victoria,
etc.

¿Qué debo hacer para vivir una vida santa? Escudriñemos Romanos 6 para buscar mandamientos. Es
interesante que el primer verdadero mandamiento no se encuentra sino hasta el versículo 11
– “CONSIDERAOS”. En estos versículos el énfasis no está sobre HACER, sino sobre SABER (ver
Romanos 6:3, 6, 9, 16; 7:1). Para tener victoria, debo SABER ciertas cosas. No es que yo necesite HACER
ALGO, sino que yo necesito SABER ALGO.

Las tres palabras clave de Romanos 6 son éstas: 1) SABER (v. 3, 6, 9); 2) CONSIDERAR (v.11);
3) PRESENTAR (v.13). Primero, el creyente tiene que SABER LOS HECHOS. Estos hechos
están  centralizados en la muerte y resurrección de Cristo (los hechos de la justificación también se
centralizaban en los mismos hechos del evangelio – Romanos 4:25). Estos hechos se centran en lo que
Cristo ya ha realizado por Su muerte y resurrección (SU OBRA TERMINADA). El énfasis no está en lo que
yo hago, sino en lo que Cristo ya ha hecho. Segundo, el creyente tiene que CONSIDERAR o CONTAR CON
ESOS HECHOS (considerar que son verdad). Le fe es la clave. La fe fija la mirada en los hechos de la
Palabra de Dios y los considera ser la verdad. La fe dice “Amén” a los hechos de la Palabra de Dios. La fe
dice, “Sí, es cierto. Yo estoy muerto al pecado y vivo para Dios. Me gozo en ese hecho” (comparar
versículo 11). Tercero, el creyente en Cristo debe PRESENTAR o someter sus miembros a Dios como
alguien que está VIVO DE ENTRE LOS MUERTOS (v.13). Como una nueva criatura en Cristo, él se da
cuenta de que debe presentar para el servicio del Rey de Reyes todo lo que tiene.

Es necesario observar los tiempos de los verbos en Romanos 6:1-14. No dice que somos (presente) o que
seremos (futuro) o que deberíamos (indicando que es algo que debemos hacer nosotros), sino que hemos
muerto (pasado) al pecado.

Romanos 6:1-14

1.      ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?


2.      En ninguna manera (Dios no lo permita). Porque los que hemos muerto (tiempo pasado)
al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?

3.      ¿O no sabéis (ignoráis este hecho) que todos los que hemos sido bautizados
(sumergidos) en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en Su muerte?

4.      Porque somos sepultados juntamente con ÉL para muerte por el bautismo (inmersión), a
fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en vida nueva.

5.      Porque si fuimos plantados juntamente (en unión) con ÉL en la semejanza de Su muerte,


así también lo seremos en la de Su resurrección;

6.      sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado (tiempo pasado) juntamente con
ÉL, para que el cuerpo del pecado sea destruido (sea incapacitado), a fin de que no
sirvamos más al pecado.

7.      Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.

8.      Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con ÉL;

9.      sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se


enseñorea más de ÉL.

10.  Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; más en cuanto vive, para
Dios vive.

11.  Así también vosotros consideraos (contar con ello como verdad) muertos al pecado, pero
vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

12.  No reine (gobierne como rey), pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo
obedezcáis en sus concupiscencias (pasiones, malos deseos);

13.  ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino
(por el contrario) presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y
vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.

14.  Porque el pecado no se enseñoreará (no tendrá dominio) de vosotros; pues no estáis bajo
la ley, sino bajo la gracia.

Romanos 6:1

“Pues” = por lo tanto. Esta palabra nos enlaza con el final del capítulo 5 (ver especialmente 5:20, que
habla de la gracia que sobreabunda al pecado).

“¿Perseveraremos en el pecado?” - ¿Continuaré abundando en el pecado, para que abunde la gracia?


Los que no entienden la gracia de Dios pueden razonar de la siguiente manera: Si la gracia de Dios es
magnificada por el pecado, entonces yo realmente pecaré, para que yo pueda mostrar más
abundantemente la asombrosa gracia de Dios. Si la gracia de Dios es magnificada por un pecador
desdichado como yo, entonces me haré aún más malvado, para que la gracia de Dios sea aún más
asombrosa.

Así es como el hombre natural (1 Corintios 2:14) vuelve la gracia de Dios en lascivia (una conducta
vergonzosa, un desenfrenado libertinaje –Judas 4): “Si, como ustedes los cristianos dicen, una persona es
salva por gracia y no por alguna obra (no por lo bueno que pueda ser) y si la persona salva es salva para
siempre, entonces me parece que una vez que la persona es salva, puede vivir como quiera. Si una
persona no es salva por cuán buena sea, y una persona salva no se pierde por cuán mala sea, ¿qué le
impedirá ser mala? ¿Por qué no puede continuar en pecado para mostrar a todos cuán benevolente y
perdonador Dios puede ser con Su malvado hijo?”

Todo verdadero creyente que conoce la gracia de Dios, debería responder a ésto de una sola manera:
¡QUE ESTO NUNCA SEA ASÍ! ¡DIOS NO LO PERMITA! ¡PEREZCA ESE PENSAMIENTO!

Los que conocen verdaderamente la gracia de Dios, no la usan como licencia para pecar. La gracia de Dios
nos enseña lo contrario (ver Tito 2:11-12). Las profundidades que ya han alcanzado nuestra maldad y
miseria son ciertamente lo suficiente como para magnificar a nuestro bondadoso Dios y no hay necesidad
de agregar pecado sobre pecado. Ya hemos pecado lo suficiente (ver 1 Pedro 4:3). Ya hemos explorado
las profundidades de la depravación y no necesitamos penetrar más profundamente en la inmundicia y en
el fango del pecado. Por lo demás, el libro de 1 Juan enseña que aquellos que continuamente practican el
pecado, nunca han nacido de Dios (ver 1 Juan 3:6, 8, 9; 5:18). El verdadero hijo de Dios odia el pecado y
desea ser libre de su terrible esclavitud. Ciertamente no desea continuar en ello.

Romanos 6:2

“Los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?”

Note que este versículo no es un mandamiento. Pablo no está diciendo, “Tienes que morir al pecado”. Este
versículo es la declaración de UN HECHO: El hecho es éste: Yo, (coloca tu propio nombre si eres un
creyente), MORÍ AL PECADO”. Nota también que esto no es algo que sucederá, sino es algo que ya
sucedió (tiempo pasado). Ya está hecho. Ya se ha efectuado. Yo morí al pecado. Ten cuidado de andar por
el HECHO y no por la EXPERIENCIA. Nuestra experiencia personal a menudo parece contradecir este
hecho. Mi experiencia (la manera en que vivo) muchas veces me dice que estoy muy vivo al pecado, pero
Dios dice que yo morí a él. La persona no salva está muerta para Dios (Efesios 2:1—no hay vínculo, no
hay contacto vital) y vive para el pecado. La persona salva está muerta al pecado y vive para Dios
(comparar versículo 11). El pecado ya no tiene derechos sobre su vida. Dios tiene todos los derechos
sobre su vida, de hecho, DIOS ES SU VIDA. (Ver Colosenses 3:3-4).

No debemos confundir nuestra relación al pecado con su presencia. Distíngase el hecho revelado


de que morimos, de nuestra experiencia de liberación. Porque no estamos muriendo al pecado
por nuestras experiencias: ya morimos a él en la muerte de Cristo. Porque el hecho de que
morimos al pecado es una palabra revelada divinamente acerca de nosotros y no podemos negarla.
La presencia del pecado “en nuestros miembros” hará que el hecho de que morimos a él sea difícil
de percibir y retener: pero Dios lo dice. Y a Su tiempo lo explicará todo a
nuestra fe (William Newell, Romanos).

La muerte del creyente al pecado incluye nuestra UNIÓN con Jesucristo, como se explicará en los
versículos siguientes. Hemos sido identificados de tal manera con Jesucristo, que SU muerte al pecado
(v.10) ha llegado a ser nuestra muerte al pecado. Nosotros morimos al pecado en ÉL.

Romanos 6:3

Note la palabra clava “SABER”. Pablo está comunicando un hecho que el creyente necesita saber y que
debe tomar en cuenta. No ignores este hecho. Créelo.

“Todos los” = todos nosotros. Esto ha sucedido a todo aquel que es un verdadero creyente en Cristo. Los
únicos que no han sido bautizados en Jesucristo son aquellos que no son salvos.

“Bautizados en Cristo Jesús”. Esto no es el bautismo en agua. Esto no es bautismo en agua, sino
bautismo en Cristo Jesús. Alguien ha dicho bien que en Romanos 6 no hay una gota de agua. El bautismo
del cual está hablando Pablo en Romanos 6, es un BAUTISMO REAL y no un BAUTISMO RITUAL. Este
bautismo real ocurre en el momento en que una persona es salva y es una obra que solo Dios puede
realizar. El bautismo ritual (bautismo en agua) tiene lugar después de que una persona es salva y su
propósito es ser un símbolo del bautismo real (una ilustración de lo que me sucedió en el momento en que
fui salvo). El “bautismo en Jesucristo” es mencionado también en Gálatas 3:26-27. El resultado de este
bautismo es que el creyente está “EN CRISTO” (ver Gálatas 3:28; 2 Corintios 5:17; Romanos 8:1; etc.) La
palabra bautismo viene de un verbo que  significa “sumergir, bañar, zambullir, poner algo dentro de algo y
así identificarlo totalmente con algo”. El creyente ha sido sumergido en Jesucristo y ha sido puesto en el
Hijo de Dios con el resultado de que él está “EN CRISTO”. Allí es donde ha sido puesto (colocado,
instalado). Por ello a menudo nos referimos a la POSICIÓN EN CRISTO del creyente.

Hay dos grandes verdades que se repiten una y otra vez en el Nuevo Testamento: 1) BAUTISMO 2)
MORADOR. El bautismo me pone en Dios y el morar pone a Dios en mí. El Señor predijo esta relación en
Juan 14:20 – “vosotros en MÍ” (BAUTISMO) y “YO en vosotros” (MORAR)” y ver también Juan 17:21,
23, 26.

BAUTISMO EN CRISTO JESÚS:

Si yo he sido BAUTIZADO EN JESUCRISTO, ésto significa que yo he sido. . .

1. bautizado en SU muerte (Romanos 6:3)


2. bautizado en SU sepultura (Romanos 6:4)
3. bautizado en SU resurrección (Romanos 6:4-5)
4. bautizado en SU cuerpo, la Iglesia (1 Corintios 12:13)

La HISTORIA de Cristo ha llegado a ser mi historia, porque yo estoy EN CRISTO. De modo que Su muerte,
es mi muerte; Su sepultura, es mi sepultura; Su resurrección, es mi resurrección y Su ascensión, es mi
ascensión (ver Efesios 1:20-21; 2:6 – En Cristo estoy sentado en lugares celestiales). El cristiano está tan
estrechamente identificado en y con Cristo, que el Señor Jesús pudo decir a Saulo de Tarso, “¿POR QUÉ
ME PERSIGUES?” (Hechos 9:4). Cuando el CUERPO (la iglesia) es herida, la CABEZA lo siente.

El bautismo en agua es una FIGURA de esta gloriosa relación y posición que el creyente tiene EN CRISTO.
Considera lo siguiente:

1.      Por cuanto estoy EN CRISTO, yo he sido identificado con ÉL en Su muerte, sepultura y


resurrección (Romanos 6:3-4), de modo que el bautismo es una figura del hecho de que
yo morí con ÉL y que resucité con ÉL (Gálatas 2:20).

2.      Por cuanto estoy EN CRISTO, yo soy una nueva criatura (2 Corintios 5:14-17), de modo
que el bautismo en agua es una figura del hecho de que yo tengo una nueva vida y un
nuevo andar (Efesios 2:10 y Romanos 6:4).

3.      Por cuanto estoy EN CRISTO, yo soy un miembro de Su cuerpo, la iglesia (1 Corintios


12:13), de modo que el bautismo en agua ha de dar testimonio del hecho de que yo soy
ahora un miembro del cuerpo de Cristo y que estoy identificado con una asamblea local
de creyentes (ver Hechos 2:41-42).
4.      Por cuanto estoy EN CRISTO, yo tengo perdón de pecados (Efesios 1:7), de modo que el
bautismo es una figura simbólica de que mis pecados han sido lavados (comparar Hechos
2:38; 22:16).

5.      Por cuanto estoy EN CRISTO, yo ya no estoy bajo condenación (Romanos 8:1), de modo
que el bautismo da testimonio del hecho de que yo estoy libre de culpa y que tengo una
buena conciencia hacia Dios (1 Pedro 3:21).

Romanos 6:4

“Somos sepultados juntamente con Él”. ¿Cuál es el significado de la sepultura de Cristo? Considera
estos dos hechos:

1) LA SEPULTURA DE CRISTO MIRA HACIA SU MUERTE EN LA CRUZ . La sepultura de Cristo


está relacionada con Su muerte, tal como lo indica Romanos 6:3-4. Decir que alguien ha sido sepultado,
es decir que alguien murió. “Mi padre fue sepultado la semana pasada” (esto significa que “mi padre
murió”). Normalmente, las únicas personas que son sepultadas son personas muertas. Lázaro fue
sepultado (Juan 11), porque él había muerto. La sepultura de Cristo fue la gran demostración de que
Cristo había muerto realmente. Compare el argumento de 1 Corintios 15:3-5 que primero presenta un
informe y luego lo confirma con la prueba: Cristo murió por nuestros pecados. La prueba: Él fue
sepultado. Cristo resucitó de los muertos. La prueba: ÉL fue visto.

2) LA SEPULTURA DE CRISTO MIRA HACIA SU RESURRECCIÓN. Cristo fue sepultado


realmente y Su cuerpo muerto fue puesto realmente en la tumba. El glorioso hecho de Su resurrección
quedó demostrado a todos cuando Su cuerpo, que había sido sepultado, DE REPENTE HABÍA
DESAPARECIDO. Se había ido. “”No está aquí…ved el lugar donde fue puesto el Señor” (Mateo 28:6). Ven,
mira el lugar donde fue sepultado.

De modo que, cuando pienses en la sepultura de Cristo, recuerda siempre ésto: 1) que ese cuerpo en el
sepulcro estaba realmente muerto; 2) tres días después, ese cuerpo en el sepulcro se había ido
realmente. Cristo había resucitado y estaba vivo para siempre.

Romanos 6:4b-5

No hemos sido identificados con Cristo solamente en Su muerte, sino también en Su resurrección. Cristo
murió y, en ÉL, yo también morí. Cristo fue resucitado de los muertos (Romanos 6:4) y en Cristo yo
también fui resucitado. Esta idea se repite en el versículo 5: “plantados juntamente” = unidos. Mi andar
(Romanos 6:4b) debe corresponder a mi posición en Cristo (Romanos 6:5). En Cristo tengo una NUEVA
VIDA y debo andar a la luz de ESTE HECHO. Debemos apropiarnos Su Vida por fe (comparar v.11 –
considerar”).

Romanos 6:6

“Sabiendo esto” –Esto introduce un hecho clave que debe ser creído. ¿Qué es el “viejo hombre”
(Romanos 6:6; Efesios 4:22; Colosenses 3:9) y qué es el “nuevo hombre” (Colosenses 3:10; Efesios
4:24)? El viejo hombre se refiere a todo lo que soy y a todo lo que tengo en Adán; el nuevo hombre se
refiere a todo lo que soy y a todo lo que tengo en Cristo. El viejo hombre es mi vieja vida en Adán; el
nuevo hombre es mi nueva vida en Cristo. Lo primero se refiere a la VIDA PROPIA; lo segundo a la VIDA
EN CRISTO. Lo primero tiene que ver con el HOMBRE CAÍDO; lo segundo con el HOMBRE REDIMIDO o
REGENERADO. El viejo hombre es el viejo yo; el nuevo hombre es el nuevo yo, la nueva criatura en
Cristo. El viejo hombre se caracteriza por esa naturaleza pecaminosa y caída recibida de Adán; el nuevo
hombre se caracteriza por esa naturaleza divina y santa recibida de Dios en el momento del nuevo
nacimiento. El viejo hombre es nacido de la carne; el nuevo hombre es nacido de Dios. El viejo hombre
vino por nacimiento natural; el nuevo hombre viene por el nuevo nacimiento. El viejo hombre está
“VICIADO conforme a los deseos engañosos” (Efesios 4:22; y comparar Romanos 7:24); el nuevo hombre
es “creado según Dios (de acuerdo a Dios, modelado según Dios, un reflejo de Dios, etc.) en la justicia y
santidad de la verdad” (Efesios 4:24). El nuevo hombre es una cosa nueva, que no existía previamente,
pero que fue creada (Efesios 4:24; 2 Corintios 5:17). Cinco años antes de que fueras salvo, el nuevo
hombre no existía en absoluto, pero existía el viejo hombre.

El viejo hombre no es (simplemente) la vieja naturaleza, aunque incluye la vieja naturaleza; el


viejo hombre se caracteriza por tener una naturaleza que se opone a Dios, y esa naturaleza
imprime su carácter a las actividades del viejo hombre (Roy Huebner).

El viejo hombre es descrito por sus obras (sus hechos) en Efesios 4:25-31: es un infame mentiroso
(v.25), tiene un genio detestable (v.26), es un malvado ladrón (v.28), tiene una boca corrupta de la cual
sale basura (v.29) y se caracteriza por amargura, ira, enojo, gritería, maledicencia y un espíritu vengativo
(v.31-32). El nuevo hombre, por el contrario, habla verdad (v.25), se enoja de manera recta, cuando
corresponde (v.26), trabaja duro y sabe dar (v.28), habla lo que es bueno y lo que edifica (v.29), y se
caracteriza por amabilidad, bondad y un espíritu perdonador. El nuevo hombre es un reflejo de Dios, de
Aquel que lo ha creado.

Es importante saber que el viejo hombre es inmutable. No cambiará nunca. Es siempre y perpetuamente
CORRUPTO. El viejo hombre nunca mejorará (de hecho, cuando eres salvo, el viejo hombre parece aún
peor). El viejo hombre nunca se reforma. Es incorregible. Es totalmente depravado y siempre será así.
Cuando una persona es salva, el viejo hombre no es cambiado y el viejo hombre no es transformado.

¿Cómo trata Dios entonces con el viejo hombre? Dios no cambia al viejo hombre. Dios no transforma al
viejo hombre. ¿Qué hizo Dios con tu viejo yo? ¿Qué hizo Dios con todo lo que eres y con todo lo que
tienes en Adán? Romanos 6:6 responde esto: “TU VIEJO HOMBRE FUE (tiempo pasado) CRUCIFICADO
CON ÉL”. Dios condenó al viejo hombre, lo juzgó y derramó Su ira sobre él cuando nuestro bendito
Salvador murió en la cruz. Mi viejo hombre fue crucificado.

“Fue crucificado” – Está hecho. Está terminado. Tú no necesitas crucificar al viejo hombre. Esto ya fue
hecho hace 2000 años atrás. No es algo que tú haces, es algo que Dios ya ha hecho. No es un
mandamiento que deba ser obedecido; es un hecho que debe ser creído. No necesitas tratar con el viejo
hombre. Ya ha sido tratado en la cruz. Los que tratan de conquistar al viejo hombre nunca ganan.

En Romanos 6:6 necesitamos hacer una diferencia entre nuestra posición y nuestra experiencia. Este
versículo no se refiere a la experiencia de un cristiano, como aseguran muchos hombres Reformados.
“Nuestro viejo hombre fue crucificado” es un hecho relacionado con nuestra posición en Cristo. En
nuestra experiencia, nuestro viejo hombre parece estar muy bien y muy vivo, pero no debemos guiarnos
por nuestra experiencia. Debemos guiarnos por lo que Dios ha dicho (los HECHOS). El hecho de tu
posición es que tu viejo hombre fue crucificado con Cristo. Afirma por fe ese hecho, a pesar de que
parezca lo contrario. Cuenta con que es así. Mientras más nos apoyamos en este hecho por fe, tanto más
se hará realidad en nuestra experiencia. Mientras más consideramos nuestra posición, tanto más Dios el
Espíritu Santo la hará realidad en nuestra condición. La clave es la fe.

Considera Colosenses 3:9-10. Observa con cuidado el lenguaje. Dice, “habiéndoos despojado” y
“revestido”. Estos no son mandamientos, estos son hechos. ¿Por qué ha sido quitado el viejo hombre? La
respuesta se encuentra en Romanos 6:6. El viejo hombre ha sido quitado porque Dios lo puso en la cruz.
Mi viejo hombre fue quitado y crucificado en el Calvario. Fui vestido del nuevo hombre en el momento en
que fui salvo, porque soy una nueva criatura en Cristo.

Considera ahora el lenguaje de Efesios 4:22, 24. Aquí se nos dice que hagamos algo. Despojaos y vestíos.
Estos son mandamientos. Pero, ¿no decía Colosenses capítulo 3 que eso ya había sido hecho? Observa la
diferencia:

Colosenses expone el hecho; Efesios apela a la fe. En Efesios se nos instruye que hagamos por
fe lo que Colosenses nos dice que Dios ya ha realizado en el hecho. ¿Cómo me despojo del viejo
hombre? Tomando en cuenta que Dios ya lo ha hecho. Dándome cuenta que mi viejo hombre fue
crucificado con Cristo. ¿Cómo me visto del nuevo hombre? Viéndome y considerándome como una nueva
criatura en Jesucristo. Por fe en la obra realizada en la cruz, me despojo del viejo hombre; por fe en mi
gloriosa posición en Cristo, me revisto del nuevo hombre.

Otra ilustración de este mismo principio se encuentra en Gálatas 3:27 y Romanos 13:14. El primer pasaje
nos dice que estamos revestidos de Cristo. El segundo pasaje nos ordena: “vestíos del Señor Jesucristo”.
Gálatas 3:27 es el HECHO (estáis revestidos de Cristo). Romanos 13:14 apela a la FE (se nos dice que
hagamos por fe lo que Dios ya ha realizado en el hecho).

Considera Gálatas 2:20—“Con Cristo yo (el viejo hombre en Adán) estoy juntamente crucificado, y ya no
vivo yo (el viejo hombre en Adán), mas vive Cristo en mí (la nueva criatura en Cristo); y lo que ahora yo
(el nuevo hombre) vivo en la carne, yo (el nuevo hombre) lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó
y se entregó a sí mismo por mí”.

La fe tiene que creer los hechos de Dios y contar con que son verdad.

“El cuerpo del pecado” (comparar Romanos 7:24) – esta expresión se refiere a mi cuerpo no redimido,
que el pecado usa como su instrumento. En el capítulo 8 leeremos que la esperanza futura del creyente es
que su cuerpo será redimido (8:23) y entonces nunca más volveremos a pecar. Sin embargo, hoy
poseemos un cuerpo no redimido que aún está sujeto al deterioro, a la  corrupción, al pecado, a la
enfermedad y, finalmente, a la muerte física. El PECADO aún está presente en nuestros miembros (ver
Romanos 6:12; 6:16; 6:19; 7:5; 7:13; 7:17; 7:20 – el pecado que mora en mí; 7:23; 7:25).

“Destruido” –esto debería traducirse “hacer inefectivo, hacer inactivo, hacer inoperativo, paralizar, poner
fuera de uso, frenar, dejar inerte”. Por causa de la obra de Cristo en la cruz y porque por fe tomo en
cuenta esa obra, EL PECADO HA PERDIDO SU PODER SOBRE MÍ: “a fin de que no sirvamos más al
pecado” (Romanos 6:6). Ya no necesitamos estar sirviendo como esclavos del pecado. Antes de la
salvación, yo era un continuo un esclavo del pecado (Juan 8:34 y Romanos 8:7-8). En Cristo, ahora soy
libre (ver Romanos 6:18, 22).

Es importante recordar que, cuando una persona es salva, su naturaleza pecaminosa no es ERRADICADA
(sacada de raíz y completamente removida, de modo que nunca más se mostrará ni se expresará).
Sabemos ésto por tres razones:

1. Por las simples declaraciones de las Escrituras—1 Juan 1:8, 10; 2:1-2.

2. Por el hecho obvio de que mientras está en este cuerpo, el creyente puede pecar y de hecho, peca
(si mi pecado hubiese sido erradicado, me sería IMPOSIBLE pecar).

3. Romanos 7:14-24 habla del PROBLEMA y de la PESENCIA y del PODER del PECADO que MORA en
la vida del creyente.

Si el pecado hubiese sido erradicado, entonces éste no sería un problema para el creyente, no estaría
presente en absoluto y no tendría poder.

Cuídate de dos extremos:

1. Los que creen en una PERFECCIÓN IMPECABLE.


“Desde que he sido salvo, nunca he pecado y no puedo pecar”.
Esta visión equivocada es contestada en 1 Juan 1:8, 10.
(Ver el libro de Harry Ironside, Santidad, ¿Verdadera o Falsa?
que trata con esta herejía de perfección impecable).

2. Los que creen en una IMPERFECCIÓN PECAMINOSA.


“No puedo hacer otra cosa sino pecar. Estoy atado al pecado.
No tengo otra alternativa, sino pecar”, etc.)
Esta visión equivocada es respondida en 1 Juan 2:1; Romanos
capítulo 6, etc. Dios ha hecho provisión para que el creyente
tenga victoria sobre el pecado (Romanos 8).

Las palabras “ya no más” en Romanos 6:6 significan “desde ahora en adelante, en el futuro”. Considera
los siguientes pasajes “YA NO”:

1. Romanos 6:6- ya no más esclavo del pecado


2. Gálatas 2:20—ya no más yo (ya no es la VIDA PROPIA, sino es la VIDA DE CRISTO –
SU vida en mí).
3. 2 Corintios 5:15 –ya no vivo para mí
4. Efesios 4:17 – ya no ando como los otros gentiles
5. Efesios 4:28 – ya no practico las obras del viejo hombre
6. 1 Pedro 4:2 – ya no vivo conforme a los deseos de los hombres
7. Efesios 4:14 –ya no soy niño (los creyentes deben crecer, llegar a la madurez, crecer
en la gracia y en el conocimiento de Cristo cada día, etc.).

Romanos 6:7

Este versículo explica por qué (“porque”) el creyente ya no tiene que ser esclavo del pecado: “el que ha
muerto, ha sido justificado (libertado) del pecado”. Ver también Romanos 6:18, 22—“libertado del
pecado”. Cuando Abraham Lincoln y el gobierno de los Estados Unidos libertaron a los esclavos, ellos
tuvieron que hacer cinco cosas para beneficiarse de su libertad: 1) conocer la proclamación; 2) creer que
era verdad (considerar, contar con ella); 3) reclamar su libertad: empacar sus bolsos, etc. 4) negarse a
ser un esclavo –vivir como una persona libre; 5) contar con  que todo el poder de la legislatura de los
Estados Unidos los apoyaban. Del mismo modo, el creyente en Cristo necesita “estar firme en la libertad
con que Cristo nos hizo libres (Gálatas 5:1) y necesita contar con todo el poder de Dios el Espíritu Santo
(Romanos 8), que es el Único que puede hacer que esta libertad sea una realidad en la experiencia diaria.

Romanos 6:8

Si morimos con Cristo (y lo hemos hecho), creemos que también viviremos con ÉL. La clave es la fe.
Debemos creer los hechos de Dios. “El método de Dios no es comportarse, sino creer; el
comportamiento viene después del creer” (Newell, pág.183). Dios ha revelado los hechos de nuestra
identificación con Cristo y nuestra posición EN ÉL. La fe debe descansar sobre estos hechos. No solo
CRUCIFICADO JUNTAMENTE, sino también RESUCITADO JUNTAMENTE. Yo participo en SU muerte y
también participo en SU vida.

Romanos 6:9

¿De qué clase de vida participo? De vida eterna, vida sin fin. La muerte ya no tiene dominio sobre Cristo y
ya no tiene dominio sobre mí. Ver Apocalipsis 1:18. La muerte ya no es amo o señor sobre Cristo. ÉL la
conquistó. SU muerte ha quedado para siempre en el pasado. La resurrección de Cristo fue muy diferente
de la resurrección de Lázaro. Lázaro solo fue resucitado para morir otra vez. Cristo fue resucitado para no
morir nunca más. En la vida de Cristo, yo vivo. En Su muerte, yo morí. “Fui crucificado. . . sin embargo,
yo vivo” (Gálatas 2:20). Por causa de mi unión con Cristo, yo comparto Su vida interminable. En realidad,
ÉL es mi vida (Colosenses 3:3-4).
Romanos 6:10

Pablo explica ahora (“porque”) que la muerte de Cristo sucedió una vez y que nunca se repetirá. “Una
vez” =una vez para siempre. Esta doctrina de Cristo muriendo UNA VEZ es importante y es enfatizada en
los siguientes pasajes: Hebreos 9:26, 28; 10:10-14; 1 Pedro 3:18. Si Cristo tuviera que morir otra vez,
esto significaría que Su muerte no fue suficiente y que Su obra en la cruz no fue terminada (ver Juan
19:30 y 17:4). Compara la clara enseñanza de la Biblia sobre la obra de Cristo terminada una vez para
siempre en la cruz con la falsa enseñanza católica de la MISA. La cita siguiente ha sido sacada del
Catecismo Oficial de Baltimore:

La Santa Eucaristía es un sacramento y un sacrificio. . . Cristo instituyó la Eucaristía como una


ceremonia por la cual Su sacrificio del día siguiente en el Calvario debía continuar a través de
los siglos. . . La Misa continúa el Sacrificio de la Cruz. CADA VEZ QUE ES OFRECIDA LA MISA,
SE REPITE EL SACRIFICIO DE CRISTO. . . En la Misa, Cristo continúa ofreciéndose a Sí
Mismo al Padre como lo hizo en la cruz (énfasis añadido).

Note que el versículo 10 dice que Cristo “murió al pecado”. No dice que “murió a los pecados”. Romanos
6 trata con “el pecado” (la raíz), no con “los pecados” (el fruto corrupto). Trata con la liberación del poder
del pecado, no de la pena (castigo) por los pecados. Éste es el énfasis de los capítulos 6-8.

Es importante también entender que Romanos 6:10 no habla de Cristo muriendo “por nuestros pecados”,
es decir, para librarnos de la pena (castigo) por los pecados, para procurar el perdón  por nuestros
pecados. La muerte de Cristo por nuestros pecados fue el énfasis de los capítulos 3 y 4 de Romanos (y
note el plural “iniquidades”, “pecados”, “ofensas” en Romanos 4:7, 25).

En Romanos 6:10 se dice que Cristo murió una vez por todas “al pecado”, no “por los pecados”. Y puesto
que los creyentes están identificados con ÉL, yo puedo decir, “Yo morí una vez por todas al pecado (en
ÉL)”. En virtud de nuestra posición en y nuestra unión con Cristo por el bautismo del Espíritu (Romanos
6:3-4), lo que sucedió a Cristo en Su muerte, sepultura, resurrección y ascensión, nos sucedió a nosotros
también.

Romanos 6:10 debería conectarse a Romanos 8:3, donde se dice que la muerte de Cristo “condenó al
pecado en la carne”. “Los pecados”, el fruto, son perdonados (note el plural “pecados” en Hechos 10:43;
2:38; 3:19; Lucas 24:47; etc.), pero la naturaleza  “pecaminosa” es condenada (no perdonada). Dios no
perdona nuestra naturaleza pecaminosa (la fuente del pecado), sino la condenó en el Calvario (Romanos
8:3).

“Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en
semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne (la naturaleza
pecaminosa)” (Romanos 8:3).

Cristo “murió al pecado una vez” (Romanos 6:10). En la Biblia, la muerte a menudo se refiere a
separación. Posicionalmente, yo he sido separado de la fuente del pecado (el viejo hombre, la naturaleza
pecaminosa, etc.). Posicionalmente ya no estoy en la vieja carne adánica (ver Romanos 8:9), aunque
experimentalmente aún está en mí.

Por causa de nuestra identificación con Cristo, tenemos una posición enteramente nueva en ÉL. Ya no
estamos en el primer Adán, la cabeza de la vieja creación a la cual pertenecimos una vez, sino estamos en
el Postrer Adán, la Cabeza de la Nueva Creación. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura
es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).

“Nuestro viejo hombre (adánico)” incluye todo lo que éramos posicionalmente en Adán; de modo que en
la crucifixión de nuestro viejo hombre con Cristo (Romanos 6:6), nuestra historia en Adán llegó a su
completo fin; hemos sido cortados y separados de nuestra posición y de nuestra condición en el
primer/viejo Adán.

William Newell lo explica de la siguiente manera:


¿No podía Cristo, el Inocente, llevar la culpa de nuestros pecados y nada más? De ninguna manera,
pues que estábamos federalmente relacionados con el primer Adán, con una raza probada como
completamente injusta y mala. Y para que fuésemos relevados de ese estado de Adán, no sólo
debían ser llevados nuestros pecados, sino que teníamos que ser librados de la antigua potestad de
Adán.

Ahora, el plan de Dios no era “cambiar” al viejo hombre, sino enviarlo a la cruz, a la muerte, y
libertarnos de él. ¡Nadie que permanezca en la raza de Adán será salvo! “Tenéis que renacer” es el
toque de alarma, más aún, de terror, para cada uno de los que aún no están en Cristo. Porque el
método de Dios consistió en proponer a un Segundo Hombre, un último Adán, a Cristo. Nuestro
viejo hombre, pues, tenía que ser crucificado con Cristo, para que toda la maldad del viejo hombre,
así como todas sus responsabilidades fueran completamente anuladas delante de Dios, en favor de
todos los creyentes. Porque tenían que ser justamente libertados de Adán, antes de ser creados en
Cristo, el otro Adán. Y esto tenía que ser por la muerte. (Romanos, páginas 173-174).

El creyente no necesita morir al pecado cada día. Cristo murió al pecado UNA VEZ. El creyente murió al
pecado UNA VEZ (hace como 2000 años). Yo no necesito estar muriendo. . .YO MORÍ. Cuando Cristo
murió, ¡yo morí! Pero hay algo que debo hacer cada día. Esto nos lleva al versículo 11—CONSIDERAR.

Romanos 6:11

“Así también” = a la luz de los hechos recién mencionados en los versículos precedentes. En la muerte
de Cristo, yo morí (v.6-8,10) y en la resurrección de Cristo, yo vivo (v.8-10). Lo que es verdad en cuanto
a Cristo, es verdad en cuanto a mí. Tal como Cristo murió al pecado y ahora vive para Dios (v.10), así
también yo morí al pecado y estoy vivo para Dios (v.11). Estas VERDADES GEMELAS (mi muerte y
resurrección en Cristo) se ven en Gálatas 2:20 y en muchos otros pasajes (ver Colosenses 2:20 con
Colosenses 3:1).

“CONSIDERAOS” – Este es el primer verdadero mandamiento del capítulo. Antes de ésto, Dios había
estado exponiendo HECHOS que necesitamos saber. ¿Qué significa esta palabra clave? Es un término
matemático: calcula, cuenta, cuenta con ello, cuenta con que algo es verdadero, toma en cuenta estos
hechos y créelos, considera estas cosas como verdaderas, contémplate a ti mismo como muerto y
contémplate a ti mismo como vivo en Cristo. El verbo está en tiempo presente: debemos seguir
considerándonos, día tras día, momento tras momento. Al caminar por fe,  nuestro constante deber es
considerarnos. La palabra CONSIDERAR es una palabra de fe. Por fe el creyente debe contar con los
hechos de Dios y reclamarlos como propios. No es suficiente conocer solamente los hechos. Los hechos
deben ser apropiados personalmente por fe.

Veamos otros usos de la palabra “considerar” (logizomai, en griego)

Romanos 3:28—La salvación es por fe y no por obras, y con este hecho debe contar toda
persona que realmente es justificada.

Romanos 8:18-necesitamos hacer un cálculo sumando todos los sufrimientos de la vida y


sumando todas nuestras futuras glorias y luego compararlas.

2 Corintios 10:10-11 (“tener en cuenta”) —así como somos en la palabra por carta, lo
seremos en los hechos, y PUEDEN CONTAR CON ELLO.

Hebreos 11:19—“pensando” (calculando) es una palabra de fe. Abraham tuvo que hacer una
evaluación. Tenía estos hechos con los cuales trabajar: 1) El mandamiento de Dios:
sacrifica a tu hijo; 2) La promesa de Dios: Tu hijo tendrá descendencia. Por fe él sumó
estos hechos y llegó a esta conclusión: UN HIJO MUERTO NO PUEDE TENER HIJOS, DE MODO
QUE DIOS TENDRÁ QUE LEVANTARLO DE LOS MUERTOS.
En Romanos 6:11 debemos contar con los hechos gemelos de que 1) yo morí en Cristo; 2) yo estoy vivo
en Cristo.

“Muertos al pecado” -- ¿Por qué estoy muerto? Porque morí (v.2). ¡EN CRISTO YO MORÍ y EN CRISTO
YO VIVO! Yo estoy EN CRISTO (Romanos 6:3) de modo que estoy IDENTIFICADO con ÉL en SU muerte y
resurrección. Había un tiempo en que yo estaba FUERA DE CRISTO (ver Colosenses 4:5; 1 Timoteo 3:7;
etc.) y en ese tiempo yo estaba VIVO AL PECADO (el pecado tenía poder y derechos sobre mi vida) y
MUERTO PARA DIOS (por causa del pecado yo estaba separado de Dios y no tenía una relación vital con
ÉL—Efesios 2:1; 4:18). Pero ahora, las demandas que el pecado tenía sobre mí han sido canceladas en la
cruz y ahora estoy unido a un Salvador vivo (Romanos 7:4). Nuestro gloriamos es en Cristo y en Su cruz
(1 Corintios 1:29-31; Gálatas 6:14).

Dios no nos pide que “consideremos” algo como verdadero para que llegue a ser verdadero, sino que
lo consideremos así, porque es así (posicionalmente, en ÉL). Los hechos son hechos, los consideremos
verdaderos o no, creamos o no creamos los hechos. Pero no nos beneficiaremos de los hechos a menos
que los reclamemos por fe.

Romanos 6:12

Aquí tenemos otro mandamiento: “No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal”. Es posible que un
creyente permita que esto suceda (de otro modo el mandamiento no tendría sentido). Cuando los
creyentes fallan en andar por fe y fallan en contar con los hechos de Dios (v.11), entonces reinará el
pecado. No permitas que el pecado sea el soberano en tu vida.

No permitas que el pecado te controle y gobierne. Necesito considerar y creer que el pecado es un
monarca destronado. El pecado ya no reina sobre mí. El pecado ya no es mi amo y no necesito obedecerlo
como hacía anteriormente (última parte del versículo). Dios es ahora Mi Rey y Señor, no el pecado.

“Cuerpo mortal” = mi cuerpo no redimido, el cuerpo que está expuesto al pecado y a la muerte. Cuando
tenga lugar la redención de nuestro cuerpo (ver Romanos 8:23), entonces nuestro cuerpo será
“INMORTAL” (1 Corintios 15:51-54) y el pecado nunca reinará en nuestros cuerpos. En ese entonces un
mandamiento como el que se ha dado en este versículo, será totalmente innecesario. Nota: el hecho de
que el pecado aún puede expresarse en nuestros cuerpos mortales y que puede aún “reinar”, es prueba
de que el pecado no ha sido erradicado.

Romanos 6:13

Aquí tenemos otro mandamiento. “No presentéis. ¡Dejen de someterse!” La palabra “presentarse” significa
“someterse, estar a disposición de alguien”. No pongan sus miembros a disposición del pecado (para que
el pecado los utilice). Esta palabra se usa en los siguientes pasajes: Lucas 2:22; Hechos 1:3; 9:41 (como
alguien que está vivo de entre los muertos); Romanos 12:1. En el contexto de Romanos 6:13 lleva la idea
de un esclavo que está de pie al lado de su amo, listo para hacer cualquier cosa que le ordene
(literalmente, la palabra significa “estar al lado”); a su disposición, listo para cumplir la orden. ¡Señor, mis
miembros están a TU servicio!

“Instrumentos” = herramientas, armas, utensilios. Dios quiere tener nuestros miembros como Sus
herramientas. Nuestros miembros han de ser herramientas justas para la gloria de Dios.

En este versículo tenemos la tercera palabra clave en este versículo que se relaciona con  la
responsabilidad del creyente: 1) SABER (v. 3, 6, 9); 2) CONSIDERAR (v.11); 3) PRESENTAR o

SOMETER (v.13). Debemos conocer los hechos de Dios en cuanto a nuestra identificación con Cristo en
Su muerte y resurrección. Debemos contar con esos hechos por fe y apropiarnos de ellos. Debemos
presentarnos a Dios a la LUZ DE ESTOS HECHOS.

La frase clave en el versículo 13 es ésta: “sino presentaos vosotros mismos a Dios COMO VIVOS DE
ENTRE LOS MUERTOS” (esto nos hace volver a los grandes hechos que consideramos en el versículo
11). Aquí es donde yerran muchas personas cuando se trata de la consagración. Ellos presentan a Dios su
viejo yo. Dios no puede utilizar y no utilizará al “viejo hombre”. Dios no cambiará al viejo hombre y ÉL no
reformará al viejo hombre. Cuando nos presentamos a nosotros mismos ante Dios, ¿a quién estamos
presentando? ¿Nos estamos presentando como quienes están vivos de entre los muertos?

Señor, te doy gracias de que en Cristo las cosas viejas pasaron y que todas las cosas han llegado a
ser nuevas. Como una nueva criatura (creación) en Cristo, me presento a mí mismo a TÍ,
esperando que TÚ hagas en mí aquellas buenas obras que has preparado de antemano para que
ande en ellas (Efesios 2:10). Me presento ante TÍ como alguien que está muerto al pecado, pero
vivo para Dios.

Esta es la clase de consagración que agrada a Dios. Para Su santo servicio, Dios usa solamente lo que
somos en Cristo, no lo que somos en Adán. Lo que somos en Adán ha sido rechazado y condenado en la
cruz.

Romanos 6:14

“Se enseñoreará” viene de la palabra griega “kurios” que significa “Señor” o “Amo”. El pecado no debe
ser nuestro amo o señor. Si el pecado fuese tu  amo y señor, entonces serías un ESCLAVO del pecado. De
modo que Pablo está diciendo, “No serás un esclavo del pecado. El pecado no será tu amo”. ¿Por qué no
se enseñoreará el pecado sobre nosotros? “Porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia”. No
estamos bajo un sistema legal; estamos bajo el sistema de la gracia. No estamos bajo el régimen de la
ley, estamos en el reino de la gracia. La ley no tiene soberanía sobre nosotros. La gracia es soberana
sobre nosotros (ver Romanos 5:21—la gracia reina). No estoy bajo la ley como regla de vida, sino bajo la
gracia.

Hay muchos hoy en día que tratan de poner al creyente cristiano bajo la ley. Este es un error peligroso y
tiene como resultado poner al creyente bajo el dominio del pecado. Alva McClain en su libro Ley y
Gracia hace estos valiosos comentarios respecto a la relación del creyente con la ley:

¿Está el creyente cristiano bajo la ley? a) Algunos argumentan que el creyente está bajo la ley
moral (los 10 Mandamientos, etc.), pero no bajo la ley ceremonial (el sistema de sacrificios,
etc.);  b) Otros dicen que estamos bajo la ley moral, pero no bajo sus castigos;  c) Hay otros que
aseguran que estamos bajo la ley moral como regla de vida, pero no como camino de salvación
(estamos bajo la ley para la santificación, pero no para la justificación). . . No nos dejaremos
extraviar por ninguna de las opiniones mencionadas, si nos asimos a una definición completa de la
ley divina, es decir, que la ley de Dios en la Biblia es una ley, incluyendo elementos morales,
ceremoniales y civiles y que es inseparable de sus castigos.

La preposición bajo (hupo) significa “sometido al poder de alguna persona o cosa, estar bajo el


poder de algo, estar bajo el gobierno o la soberanía de algo”. Se puede encontrar una excelente
ilustración en Mateo 8:9 donde el centurión romano dice, “Porque también yo soy hombre bajo
(hupo) autoridad, y tengo bajo (hupo) mis órdenes soldados”. Tal como el centurión estaba
totalmente bajo la autoridad militar Romana, tanto a sus leyes como a sus castigos, así también
sus soldados estaban bajo su autoridad. Resumiendo, podemos decir que para que alguien esté
“bajo la ley” en el sentido bíblico, es estar bajo la ley de Dios—todo el sistema legal mosaico en su
indivisible totalidad – sometido a sus mandamientos y sujeto a sus castigos.

La Palabra de Dios declara abiertamente que el creyente no está “bajo la ley”. Al menos cuatro
veces, de manera simple y sin condiciones, el Nuevo Testamento asegura esta gran verdad: 1)
Romanos 6:14;  2) Romanos 6:15;  3) Gálatas 5:18;  4) 1 Corintios 9:20.

La Biblia establece muy claramente que una persona no está bajo la ley como camino de salvación. La ley
(tratar de guardar la ley) nunca puede justificar (ver Romanos 3:20; Gálatas 2:16; Hechos 15:7-11;
Hechos 13:38-39, Romanos 3:27-28). Un hombre es salvo por gracia mediante la fe sin las obras de la
ley.
La Biblia también establece claramente que una persona no está bajo la ley como regla de vida. La ley
(tratar de guardar la ley) nunca puede santificar (producir santidad). La ley es santa (Romanos 7:12),
pero no nos puede hacer santos. Romanos capítulo 6 pone en claro que la santificación no es por las obras
de la ley. Esto también es la enseñanza del libro de Gálatas (ver especialmente Gálatas 3:2-3). En
realidad, Romanos 7 (como veremos más adelante) nos muestra la tremenda frustración de un hombre
que trata de ser santo cumpliendo la ley.

Cuando Pablo dice en Romanos 6:14 que el creyente no está “bajo la ley sino bajo la gracia”, se está
refiriendo a la santificación (el progreso en santidad del creyente) no a la justificación (la justa
posición del creyente ante Dios en Cristo). Anteriormente en esta epístola, Pablo había puesto en claro
que ninguna persona es justificada por las obras de la ley (Romanos 3:20, 3:28). El tema del capítulo 6 es
la santificación (santidad—v. 19, 22), no la justificación (con la cual se trató en los capítulos 3-5).
Romanos 6:14 deja en claro que Pablo está hablando de ser libre del dominio y del poder y de la autoridad
del pecado, y de ésto se trata la santificación.

Estar “bajo la ley” es estar bajo el dominio de la ley (Romanos 7:1) y estar sujeto a ella (Romanos 7:6).
Cuando una persona está “bajo la ley”, está “bajo el dominio del pecado” (ver Romanos 6:14). Ambos van
juntos. Estar bajo la ley es estar bajo la esclavitud y el dominio del pecado. Esto es así porque la LEY
DEMANDA, pero no da poder para hacer (comparar Romanos 7:18). Juan Bunyan escribió acerca del
contraste entre la ley y la gracia de esta manera:

¡Corre, Juan, corre! Ordena la ley,


Pero no me da manos ni pies.
Mayores nuevas trae el evangelio—
¡Me ordena volar y me da alas! 

La ley solo lleva a la persona a la esclavitud (como veremos en Romanos 7). Sólo la gracia de Dios y el
Dios de toda gracia trae liberación. El problema no está en la ley (Romanos 7:12); el problema está en el
hombre que es un pecador (Romanos 7:14). La ley confronta al hombre con los impresionantes y santos
requerimientos de Dios. El hombre está desvalido y sin esperanza y es incapaz de cumplir las demandas
de Dios (Romanos 7:15-24).

Para un estudio detallado que demuestra que le creyente no está bajo la ley como regla de vida, ver ¿Cuál
es la Regla de Vida del Creyente?

El siguiente diagrama es de ayuda para mostrar la diferencia entre la ley y la gracia:

   

LEY
                                         GRACIA
Ley es lo que el hombre tiene que Gracia es lo que Dios ha hecho
hacer
   
Yo hago algo para Dios Dios hace algo por mí
 
Las obras de la carne La obra terminada de Cristo
   
El hombre esforzándose Dios obrando
   
Tratar y esforzarse por alcanzar las Dios me eleva a Sus normas (lo que
normas de Dios (lo que el hombre Dios por Su gracia ha hecho en
pecador nunca puede lograr) Cristo).
   
Fomenta un espíritu de justicia Fomenta un espíritu de genuina
propia: “Mira lo que he logrado”. humildad excluyendo toda jactancia:
“Todos los méritos son de Dios”.
   
El Monte Sinaí es central El Monte del Calvario es central
   
Esclavitud: “NO PUEDO” Liberación: “DIOS PUEDE”.
   
Dios demanda vida y amor Dios provee vida y amor
(“HARÁS. . . NO HARÁS”). (“CRISTO MORA EN MÍ”).

Para un admirable tratado sobre la relación del creyente con la ley, ver C.H. Mackintosh, Estudios sobre el
Pentateuco, sus comentarios en Éxodo 20.

Romanos 6:15

El hombre natural falla totalmente en entender la gracia de Dios. Cree que estar bajo la gracia es una
licencia para pecar. La gracia no es LICENCIA (libertad para pecar) sino es LIBERACIÓN  (libertad para
no pecar). ¿Enseña la gracia de Dios al creyente a vivir inicuamente y a continuar en el pecado (ver Tito
2:11-12)? Piensa en una persona que lleva una terrible y pesada carga de pecados en su espalda. Cuando
viene al Monte Sinaí, ¿qué sucede? Siente que su carga se vuelve más y más pesada (Romanos 7:13).
Cuando viene al Monte Calvario, ¿qué sucede? La carga cae a los pies de la cruz. El Monte Sinaí nunca
puede quebrantar el poder del pecado, sólo la gracia puede hacer eso. El Monte Sinaí nunca puede libertar
a un alma cargada de pecado, pero el Monte Calvario puede hacerlo. La ley nunca puede romper el poder
del pecado. La Biblia nos dice lo que la ley hace con el pecado -- ¡LE DA PODER! (1 Corintios 15:56) y por
la ley el pecado llega a ser SOBREMANERA PECAMINOSO (Romanos 7:13).

Romanos 6:16

En este versículo Pablo recuerda a sus lectores un principio muy sencillo. ERES UN ESCLAVO DE
QUIENQUIERA TU OBEDEZCAS. Eres un siervo de quienquiera tu sirvas. Si tú sirvieras a Hank, entonces
serías un siervo de Hank. Si sirves a Dios, eres un siervo de Dios. Si sirves al pecado, entonces eres un
siervo del pecado. Hay otro principio obvio implicado en este versículo: “Ninguno puede servir a dos
señores” (Mateo 6:24). No puedes servir a Dios y al pecado. Tienes que servir a uno o al otro (ver
también Juan 8:34).

Romanos 6:17-18

Los creyentes siempre necesitan recordar lo que ERAN (v.17) y lo que SON ahora (v.18), por causa de la
gracia de Dios. Ver el estudio: Las Riquezas de Su Gracia—215 Cosas que Me Sucedieron en el Momento
en que fui Salvo.

Ustedes eran Ustedes llegaron a ser


ESCLAVOS DEL PECADO ESCLAVOS DE LA JUSTICIA
(v.17) (v.18)

¿Cómo sucedió este cambio? “Habéis obedecido de corazón  (Romanos 10:9-10) a aquella forma de
doctrina a la cual fuisteis entregados” (v.17). Pablo se está refiriendo, por supuesto, al mensaje del
evangelio acera del Salvador crucificado y resucitado que estas personas habían recibido y habían creído
(ellos obedecieron el evangelio al creer en el Señor Jesucristo). El versículo 18 dice literalmente, “habéis
sido esclavizados por la justicia”. ¡Qué esclavitud tan maravillosa!

Pablo comienza estos versículos con GRATITUD a Dios. Dar gracias es en realidad un acto de fe y un acto
de consideración (comparar v.11). Pablo estaba diciendo, “Gracias Señor, que aunque antes yo era un
esclavo del pecado, ahora soy un siervo de la justicia”. En otras palabras, él estaba diciendo, “Señor, yo
creo que antes era un esclavo del pecado, pero ahora soy un siervo de la justicia”. La acción de gracias es
un excelente medio ordenado por Dios por el cual el creyente puede expresar su fe en los hechos que Dios
ha realizado. Verdadera gratitud es consideración en acción: “Gracias Señor que yo morí al pecado y que
estoy vivo para Dios en Cristo Jesús, mi Señor” (ver Romanos 6:11).
¿De qué se trata la libertad? ¿Es una licencia para hacer lo que yo quiera? ¿Es libertad para pecar? ¡Dios
no lo permita! Estos versículos nos muestran que la verdadera libertad cristiana es libertad para servir a
Dios. El creyente sigue siendo un esclavo. La diferencia está en que ha cambiado a de amo.

Un Esclavo

Yo soy un hombre marcado, marcado con las marcas del Maestro. Soy un esclavo—
un esclavo de la justicia, no del pecado; un esclavo de la honestidad, y no del
engaño; un esclavo de la pureza, y no del vicio; un esclavo de la libertad, y no de la
licencia; un esclavo del reino, y no de la multitud; un esclavo de la fe, y no del
temor; y, lo mejor de todo, un esclavo del Maestro, y no de Mamón. Como esclavo
debo darme prisa y estar en los negocios de mi Maestro.

Wesley G. Huber

Romanos 6:19

Aquí Pablo está hablando en términos humanos usando una ilustración común de las relaciones humanas,
la relación de esclavo-amo.

“Debilidad” = flaqueza

“Iniquidad” = ilegalidad

“Siervos = esclavos

Antes de venir a Cristo, servíamos al pecado; ahora servimos a la justicia.

“Presentad” = sométanse, pónganse a disposición de Dios, para el uso de Dios (ver v.13).

Como creyentes comprados con sangre, debemos dejar muy en claro que ahora tenemos un nuevo Amo.

“Alabad al Salvador, todos los que lo conocéis.


¿Quién puede decir lo mucho que le debemos?
Rindamos a ÉL todo lo que somos y tenemos”.

Romanos 6:20

Esto es una descripción de mi vida cuando no era salvo. Yo estaba libre respecto a la justicia. Yo estaba
libre de vivir justamente y de pensar rectamente. Era un esclavo de la injusticia. No podía hacer nada
para agradar a Dios (Romanos 8:8). Era un esclavo del pecado. Pero, gracias sean a Dios, he sido
redimido.

Romanos 6:21

Cuando miramos hacia atrás, hacia nuestra vida cuando no éramos salvos, no hay cosa alguna que
podamos reclamar como fruto. Yo era libre (de la justicia) y sin fruto. Ver Mateo 7:17-18 (un árbol malo
no puede llevar buen fruto). Al mirar mi vida anterior desde el punto de vista de Dios, me siento
avergonzado. No puedo estar orgulloso de la vida que viví en la carne, separado de Dios y separado de SU
vida. El fin de una vida no salva es la MUERTE. Una vida no salva puede describirse como sigue: sin fruto,
sin fruto, sin fruto. . . MUERTE.

Años mi alma en vanidad vivió,


Ignorando a quien por mí sufrió
William Newell 
Romanos 6:22

¡Qué contraste! ¡Qué diferencia ha hecho la gracia de Dios! La vida de una persona salva puede
describirse de esta manera: fruto, fruto, fruto. . . ¡VIDA ETERNA! El creyente está libre del pecado, un
siervo de Dios, viviendo una vida que está separada del pecado y separada PARA DIOS (santificación) y el
fin es la vida eterna (una relación eterna con Dios – ver Juan 17:3).

Como hijos del Dios vivo, que nuestras vidas estén marcadas por Su fruto (Gálatas 5:22-23). Que
llevemos mucho fruto (Juan 15) para la alabanza de la gloria de Su gracia.

Romanos 6:23

Este versículo está dividido en dos partes. La primera parte muestra lo que el hombre merece; la segunda
parte muestra lo que Dios da. El versículo 23 es, en realidad, un resumen de los versículos 21 y 22. La
primera parte del versículo 23 resume el versículo 21 y la segunda parte del versículo 23 resume el
versículo 22.

“¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de
ellas es muerte. . . Porque la paga del pecado es muerte” (v. 21, 23 a)

“Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro
fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. . . Mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo
Jesús Señor nuestro (v. 22, 23 b).

“La paga” = salario, lo que nos hemos ganado, lo que merecemos, porque hemos trabajado por ello.
¡Qué sueldo tan infernal! El pecado es un pagador terrible. ¡Qué empleador tan repugnante! Por una vida
de malas obras me he ganado la muerte. Eso es lo que mi vida de pecado me ha ganado. Yo no estaría
esperanzado por recibir el sueldo que me he ganado por la manera en que he vivido.

“Dádiva” = don gratuito (griego = charisma). Una dádiva es totalmente diferente al salario. El uno se
gana; el otro no puede ganarse, sólo puede recibirse con gratitud. El uno es merecido; el otro no se
merece en absoluto. Podemos estar agradecidos que Dios trata con nosotros de acuerdo a la gracia y no
de acuerdo a la ley. Todo sistema legal es un sistema de obras e incluye recibir exactamente lo que la
persona ha ganado. La dádiva de Dios de vida eterna se encuentra “EN” (no por medio) de Jesucristo
nuestro Señor (comparar 1 Juan 5:11 “esta vida está EN Su Hijo” y Romanos 6:11).

La pregunta inicial de Romanos 6:1 es respondida en el versículo 23. Si una persona vive continuamente
en pecado, está demostrando que ignora lo que es la gracia de Dios. Recibirá exactamente lo que merece
por su vida pecaminosa: MUERTE. Esta MUERTE incluye fundamentalmente dos cosas: 1) separación de
Dios; y 2) castigo por parte de Dios. Ver 2 Tesalonicenses 1:8-9; Mateo 25:41, 46; Apocalipsis 20:15;
etc. El Señor Jesucristo pagó esta pena de muerte por mí. ÉL fue separado de Dios (Salmo 22:1; Mateo
27:46) y ÉL fue castigado por Dios (Isaías 53; 1 Pedro 3:18). Dios está totalmente SATISFECHO con la
obra terminada del Señor Jesucristo a mi favor.

Mi Vida no Salva Mi Vida Salva 


Ningún fruto (v.21) Mucho fruto (v.22)
Iniquidad a iniquidad (v.19) Justicia para santificación (v.19) 

Avergonzado (v.21) Agradecido (v.17)


Libre de justicia (v.20) Libre del pecado (v.22)
Siervo del pecado (v.20) Siervo de Dios (v.22)
Muerte (v. 21, 23) Vida eterna (v. 22, 23)

UN RESUMEN DE LA VIDA CRISTIANA


EN UN VERSÍCULO

GÁLATAS 2:20

“NO YA YO, MAS CRISTO”


   
NO YA YO MAS CRISTO 

¿PORQUÉ YA NO SOY YO? ¿PORQUÉ ES CRISTO VIVIENDO EN MÍ? 


Porque Porque
 
 
En mí (esto es en mi carne) no mora el bien… La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha
librado de la ley del pecado y de la muerte
¡Miserable de mí! (Romanos 7:18,24).
(Romanos 8:2).
 
Todas mis justicias son como trapo de inmundicias Estoy en Cristo Jesús quien me ha sido hecho
(Isaías 64:6). sabiduría y justificación (1 Corintios 1:30).
   
El pecado mora en mí (Romanos 7:20). Cristo vive en mí (Gálatas 2:20).
   
Yo vivo para mí (2 Corintios 5:15). Vivo para Aquel que murió y resucitó por mí (2
Corintios 5:15).
 
Las obras de la carne son adulterio, fornicación, El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz….
inmundicia…. (Gálatas 5:19). (Gálatas 5:22-23).
 
Los que viven según la carne, no pueden agradar a No estoy en la carne, sino en el Espíritu. El Espíritu
Dios (Romanos 8:8). de Dios mora en mí (Romanos 8:9).
 
Me he despojado del viejo hombre con sus hechos Me he revestido del nuevo hombre, que es renovado
(Colosenses 3:9). a la imagen del que lo creó (Colosenses 3:10).
 
Mi viejo hombre está viciado conforme a los deseos Mi nuevo hombre ha sido creado en la justicia y
engañosos (Efesios 4:22). santidad de la verdad (Efesios 4:24).
 
Mi viejo hombre fue crucificado con Él (Romanos Mi vida está escondida con Cristo en Dios
6:6). (Colosenses 3:3).
   
He muerto con Cristo (Colosenses 2:20). He resucitado con Cristo (Colosenses 3:1).
 
He sido bautizado en Su muerte (Romanos 6:3; He sido plantado juntamente en la semejanza de Su
Gálatas 2:20). resurrección (Romanos 6:5).
 
He sido crucificado con Cristo (Gálatas 2:20) Sin embargo vivo…y la vida que ahora vivo, la vivo
en la fe del Hijo de Dios (Gálatas 2:20).
 
Las cosas viejas pasaron (2 Corintios 5:17) Todas las cosas han llegado a ser nuevas. Soy una
nueva criatura en Cristo (2 Corintios 5:17).
   
Estoy muerto al pecado (Romanos 6:11). Estoy vivo para Dios (Romanos 6:11).
 
He muerto en Adán  (1 Corintios 15:22). He sido vivificado en Cristo (1 Corintios 15:22).
   
Antes era un esclavo del pecado (Romanos 6:17, He sido libertado del pecado y soy siervo de Dios
20). (Romanos 6:18, 22).
ROMANOS
CAPÍTULO 7
La Relación del Creyente con la Ley

Los dos temas de Romanos capitulo 7 son 1) la relación del creyente con la ley y 2) la absoluta
incapacidad de la ley para santificar. Comparemos Romanos capítulo 7 con Romanos capítulo 6:

     
Romanos 6 Romanos 7
     
Palabra Clave del PECADO (ver versículos 1, 2, LEY (ver versículos 1-14, 16,
Capítulo 6, 7, 10-23) 11 veces 22, 25)  18 veces
     
La Relación del La Relación del La Relación del Creyente con la
Creyente Creyente con el Pecado Ley
     
 Dominio El pecado domina (6:14) La ley domina (7:1)
     
Muerte Yo morí al pecado (6:2) Yo morí a la ley (7:1)
     
Libertad Libre del pecado (6:8) Libre (libertado) de la ley
(7:3,6)
     
Novedad Andar en VIDA nueva (6:4) Servir en un régimen nuevo del
ESPÍRITU (7:6)
     
Fruto de la Carne Romanos 6:21 Romanos 7:5
Fruto del Espíritu Romanos 6:22 Romanos 7:4
(VIDA de Dios)

Para tener victoria en la vida cristiana, el creyente tiene que SABER, CONSIDERAR y PRESENTAR (ver
apuntes de Romanos 6). La fe en la obra terminada de Cristo es clave. La tendencia humana es tratar de
vivir la vida cristiana en la carne, por obras, por nuestro propio esfuerzo humano, por nuestro afán y
desvelo, por nuestras luchas y contiendas, haciendo resoluciones, tratando de seguir reglas, normas y
programas, etc. Mientras más tratamos, tanto más fallamos. El tema de Romanos capítulo 7 es que la
santificación (santidad) por medio de la ley no da resultado. Ver Gálatas 3:1-5.

Debemos recordar la afirmación que Pablo hace en Romanos 6:14 –“Porque el pecado no se enseñoreará
de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia”. Esto implica que si estuviéramos bajo la ley,
el pecado tendría dominio sobre nosotros. ¿Qué significa GRACIA y qué significa LEY? Considere las
palabras de Watchman Nee:

Gracia significa que Dios hace algo por mí; ley significa que yo hago algo por Dios. Dios pone sobre
mí ciertas demandas santas y rectas: eso es ley. Ahora, si ley significa que Dios requiere de mí que
yo cumpla algo, entonces liberación de la ley significa que ÉL ya no requiere eso de mí, SINO QUE
ÉL MISMO LO PROVEE. La ley implica que Dios requiere que yo haga algo para ÉL; liberación de la
ley implica que ÉL me exime de hacer aquello, y que en gracia, ÉL Mismo lo hace. . . El problema
de Romanos 7 es que el hombre en la carne trató de hacer algo para Dios. Tan pronto como tú
tratas de agradar a Dios de esa manera, te pones bajo la ley, y la experiencia de Romanos 7
empieza a ser  tuya. (La Vida Cristiana Normal. El uso citas de Watchman Nee en este capítulo no
significa que estemos de acuerdo con todo lo que él escribe).

El problema no es la ley (ver Romanos 7:12); el problema es el hombre pecador (Romanos 7:14;
8:7).

Breve reseña de Romanos 7:1-6

Versículo 1- Se expone el principio


Versículo 2-3 – Ilustración del matrimonio
Versículo 4 – Se da la aplicación
Versículo 5-6 – Se explica más ampliamente la aplicación

Romanos 7:1

“Dominio” significa estar bajo el señorío de. La ley es señor sobre el hombre (gobierna al hombre), de
modo que el hombre está sometido a la ley mientras vive. EL ESTÁ BAJO LA LEY MIENTRAS VIVE. Hay una
sola cosa que puede romper la relación del hombre con la ley: MUERTE.

Romanos 7:2-3 (la ilustración del matrimonio)

“Mujer casada” – tiene un marido y está sujeta a él. “Está sujeta” significa “unidos” (cuando dos
personas se casan, ellos están unidos de por vida; están unidos el uno al otro hasta que la muerte los
separe – ver Mateo 19:5-6). El matrimonio es un COMPROMISO hasta que una de las dos personas muere
(ver 1 Corintios 7:39). Nadie puede ser libertado de la ley del matrimonio hasta que ocurre esta muerte.

El matrimonio es un compromiso de por vida. Mientras el marido viva, ella no es libre para casarse con
otra persona o para iniciar una relación con otra persona—esto sería adulterio. Si su marido muere,
entonces ella es libre (1 Corintios 7:39). La muerte termina con la relación y permite una nueva relación.
Para ver la enseñanza del Señor en cuanto al matrimonio y al divorcio, ver Lucas 16:18 (entre muchos
otros lugares). El punto principal de esta ilustración es el siguiente: LA MUERTE ACABA LA RELACIÓN Y
HACE POSIBLE UNA NUEVA RELACIÓN.

Romanos 7:4

Estoy atado por la ley. La ley tiene dominio sobre mí (v.1). ¿Cómo puedo ser rescatado y puesto en
libertad? (cf. v.6). En la muerte de Cristo, YO MORÍ: Yo morí a la ley. La ley no puede morir, pero yo morí.
Mi muerte hace posible una nueva relación con un nuevo marido: “Para que seáis de Otro, del que resucitó
de los muertos” (v.4). Por cuanto yo morí con Cristo, yo estoy LIBRE DE LA LEY. Por cuanto estoy vivo en
Cristo, puedo ser UNIDO A ÉL EN UNA MARAVILLOSA RELACIÓN. Dios ha hecho posible (por SU gracia)
que fuéramos desatados de la ley y fuéramos juntados a Jesucristo (en UNIÓN con ÉL). Ahora Cristo tiene
dominio sobre mí, no la ley. La ley es un marido terrible –estricto, inflexible, severo, rígido, exigente e
inconmovible. El Señor es un marido maravilloso—misericordioso, bondadoso y ÉL, por Su poder y por Su
vida, me CAPACITA para agradarle. Tal como una relación matrimonial produce FRUTO (hijos), así mi
matrimonio con Cristo produce fruto (ver Romanos 6:22; Gálatas 5:22-23). Ver también Juan 15:1-7;
“fruto” “más fruto” “mucho fruto”.

Note que hay una sola mujer, en tanto que hay dos maridos. La mujer está en una posición muy
difícil, porque ella solo puede ser la esposa de uno de los dos y, desafortunadamente, ella está
casada con el menos deseable. El hombre con el cual está casada es un buen hombre; pero el
problema está en que el marido y la mujer son totalmente inadecuados el uno para el otro. El es un
hombre muy meticuloso, sumamente preciso; ella, por otra parte, es muy despreocupada. Con él
todo es preciso y exacto; con ella todo es informal e improvisado. El quiere que todas las cosas
sean metódicas, mientras que ella toma las cosas como vienen. ¿Cómo puede haber felicidad en un
hogar como ese?

El marido es también tan estricto. El está continuamente exigiéndole algo a su esposa. Sin
embargo, no se le pueden encontrar faltas a él, porque como marido, él tiene derecho a esperar
algo de su mujer; y todas sus demandas son perfectamente legítimas. Nada malo hay en el
hombre y nada malo hay con sus demandas; el problema es que él no tiene la mujer adecuada
para cumplirlas. La pobre mujer está muy atribulada. Ella está consciente de que a menudo comete
faltas, pero, al vivir con semejante marido, parece que todo lo que ella dice o hace está mal. ¿Hay
alguna esperanza para ella? Si solo estuviese desposada con ese otro Hombre, todo estaría bien. El
no es menos exigente que su marido, pero él también le ayuda mucho. Ella desearía mucho
desposarse con ÉL, pero su marido vive aún. ¿Qué puede hacer? Ella está sujeta por ley a su
marido, y a menos que él muera, ella no puede casarse legítimamente con ese otro Hombre.

El primer marido es la Ley; el segundo marido es Cristo; y tú eres la mujer. La Ley requiere
mucho, pero no ofrece ninguna ayuda para cumplir sus exigencias. El Señor Jesús requiere aún
más (Mateo 5:21-48), pero lo que Él requiere de nosotros, Él mismo procede a efectuarlo en
nosotros. La Ley nos hace demandas, pero nos deja sin ayuda para cumplirlas; Cristo hace
demandas, pero ÉL Mismo las cumple en nosotros. No es sorprendente que la mujer desee librarse
del primer marido para poder desposarse con aquel otro Hombre. Pero su única esperanza de
liberación reside en la muerte del primer marido, y éste se aferra tenazmente a la vida. En
realidad, no hay la más mínima esperanza de que muera (Mateo 5:18). La Ley permanecerá por
toda la eternidad. Si la Ley nunca dejará de ser, ¿cómo podré unirme algún día a Cristo? ¿Cómo
puedo casarme en segundas nupcias, si mi primer marido no quiere morir? Hay una única salida. Si
él no quiere morir, yo puedo morir; y si yo muero, la relación matrimonial está disuelta. Los
versículos 1-3 muestran que el marido debe morir, pero en el versículo 4 vemos que en realidad es
la mujer la que muere. La Ley no se va, pero yo sí y mediante la muerte me libro de la Ley. ¿Cómo
muero? Cuando Cristo fue crucificado, yo fui crucificado con ÉL. Esto fue hecho para siempre en el
Monte Calvario (Watchman Nee, La Vida CristianaNormal).

Pero si yo estoy muerto, ¿cómo me puedo casar con otro? En la muerte de Cristo, yo morí y en la
resurrección de Cristo, yo VIVO. De modo que puedo unirme en matrimonio a Cristo.

El creyente está desposado con Cristo. Es una RELACIÓN DE AMOR y no una RELACIÓN DE LEY (LEGAL).
El Cristianismo consiste en esta relación de amor (vinculado a Cristo y en unión con ÉL). El Cristianismo
no es una RELIGIÓN, es una relación con una PERSONA, el Hijo de Dios (Juan 17:3). No es hacer algo,
sino es conocer a Alguien (Juan 17:3; 1 Juan 2:3-4). No es un conjunto de reglas y no es un sistema de
moral. Es una relación única e íntima con el único verdadero Dios y con Jesucristo, a quien ÉL ha enviado.

Muchos en nuestros días han perdido la visión de esta verdad. Para muchos la vida Cristiana ha
degenerado en otro sistema religioso legal. Es común que la gente se vea envuelta en reglamentos y
regulaciones y requerimientos y obligaciones. Es fácil que uno piense que la vida Cristiana consiste en leer
la Biblia y en orar y en testificar y en memorizar y en hacer ciertas cosas y en dejar de hacer ciertas
cosas. Sabemos como debería vivir un Cristiano, sabemos como debería actuar un Cristiano, sabemos
como debería hablar un Cristiano, sabemos como debería pensar un Cristiano, sabemos la clase de cosas
que un Cristiano debería hacer y sabemos la clase de cosas que un Cristiano no debería hacer, Y SIN
DARNOS CUENTA, LA VIDA CRISTIANA HA PERDIDO EXACTAMENTE LO QUE LA DIFERENCIA DE
CUALQUIER OTRA RELIGIÓN. No hemos comprendido el verdadero sentido.

Para enfatizar ésto, veamos lo que la Biblia no dice:

Filipenses 1:21 – Para mi vivir es leer mi Biblia, memorizar las Escrituras, orar al
menos 15 minutos diariamente y testificar en cada oportunidad.

Filipenses 3:8 – Estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia de tratar de cuidar mi
lengua, tratar de vencer mis malos hábitos y tratar de tener mis devocionales diarios.
Filipenses 3:10 – A fin de hacer ésto y evitar hacer aquello y obligarme a testificar y
evitar toda apariencia de mal.

Apocalipsis 2:4 – Pero tengo contra ti que has dejado tu programa de lectura diaria de la
Biblia y has quebrantado tus resoluciones de Año Nuevo y has fallado en guardar los 10
Mandamientos.

2 Corintios 5:9 – Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, cuidar nuestra


compostura, seguir nuestra dieta, memorizar versículos, tener suficiente descanso y no
ver demasiados malos programas de televisión.

¿Qué es lo que dicen realmente estos versículos? El énfasis en los versículos mencionados está en
CONOCER y AMAR y AGRADAR a una PERSONA. Lee Colosenses 1:9-12 con cuidado. Nota el énfasis de
esta gran oración: conocer Su voluntad (v.9), andar con ÉL (v.10), agradarle a ÉL (v.10), crecer en el
conocimiento de ÉL (v.10), ser fortalecido por ÉL (v.11), tener gozo en ÉL (v.12), dar gracias a ÉL (v.12).

Pensemos nuevamente en la relación matrimonial. Hay muchas cosas que el marido debe hacer y hay
muchas cosas que el marido no tiene que hacer. Hay tareas que él debe ejecutar, hay responsabilidades
que él debe llevar y hay obligaciones que él debe cumplir. Pero, ¿por qué hace él todas estas cosas?
PORQUE EL HA DECIDIDO AMAR A UNA PERSONA –es decir, a su esposa. La esposa hace muchas cosas:
prepara las comidas, lava los platos, limpia el piso, lava la ropa, etc. Pero, ¿POR QUÉ hace ella todas esas
cosas? ¿Porque su esposo le ha dado una larga lista de DEBES y NO DEBES? Esperamos que no sea ésta
la razón. Ella hace estas cosas porque está respondiendo al amor de su esposo. La relación matrimonial se
basa en el amor, no en la ley.

¿De qué se trata entonces la vida cristiana? La Vida Cristiana simplemente es conocer a una Persona,
amarlo a ÉL, buscar agradarle a ÉL, andar con ÉL, honrarle a ÉL, obedecerle a ÉL, agradecerle a ÉL,
gozarse en ÉL, deleitarse en ÉL, confiar en ÉL, crecer en ÉL, hablar con ÉL, hablar a otros acerca de ÉL,
permanecer en ÉL, aprender de ÉL, aprender acerca de ÉL, estar a Sus pies y disfrutar de Su presencia.
Note el énfasis en ÉL (en una PERSONA).

Al vivir cada día, ¿estamos andando con una Persona y disfrutando SU presencia o estamos siguiendo una
rutina religiosa legal? Si tenemos realmente esa relación de amor íntima y única con el Señor Jesucristo,
ésto cambiará entonces todo lo que hagamos. Esto cambiará la ORACIÓN (orar es hablar a la Persona que
amo). Esto cambiará nuestro ESTUDIO DE LA BIBLIA (deseo conocer mejor a esta Persona). Esto
cambiará el TESTIFICAR (deseo que otros conozcan a esta Persona maravillosa. Deseo que otros conozcan
al Cristo que yo conozco y amo). Compare Apocalipsis 2:2-4.

¿Estamos caminando con una Persona o estamos ocupados con una religión? A la luz de Juan 17:3,
¿podemos decir de corazón: “YO CONOZCO A ESTA PERSONA COMO A MI SALVADOR, MI SEÑOR, MI
AMIGO, MI SOBERANO MAESTRO, MI AYUDADOR, MI PASTOR, MI COMPAÑERO SIEMPRE-PRESENTE… (y
tantas cosas más que podrían decirse)”?

Romanos 7:5

El versículo 4 habla sobre el fruto de la nueva relación; el versículo 5 mira el fruto que se producía bajo la
antigua relación. En unión con Cristo y permaneciendo en ÉL, puedo llevar fruto para Dios (v.4). En la
carne (ver Romanos 8:8-9), las pasiones pecaminosas que eran (excitadas) por la ley, obraban en
nuestros miembros llevando fruto para muerte (v.5). Comparar también Romanos 6:21 (el fruto de la vida
vieja) y Romanos 6:22 (el fruto de la vida nueva). La ley nunca podrá vencer mis pasiones. Solo puede
excitar mis pasiones. Note las palabras que están unidas en este versículo: LEY— PECADO —MUERTE y
compare luego con Romanos 8:2.

Romanos 7:6

“Pero ahora (ahora que somos salvos y que estamos EN CRISTO), hemos sido (tiempo pasado) librados
(soltados, relevados, compare 7:2 y 7:3 “libre”) de la ley por haber muerto para aquella en que
estábamos sujetos (atados), de modo que sirvamos (como esclavos de Dios—Romanos 6:22) bajo el
régimen nuevo del Espíritu (compare Romanos 8:2) y no bajo el régimen viejo de la letra (una referencia
a la ley)”. La ley nunca puede libertar a una persona. Necesitamos el Espíritu de Dios y la vida de Dios. El
creyente puede decir, “Yo morí a la ley por la muerte de Cristo y yo vivo para servir a Dios por la
resurrección de Cristo”. Pablo lo dijo de esta manera, “Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin
de vivir para Dios” (Gálatas 2:19 y ver también Gálatas 2:20). ¿Has descubierto el maravilloso hecho de
que como creyente en Cristo tú has MUERTO a la ley y que VIVES para Dios?

Romanos 7:7

Note lo que se nos ha dicho hasta ahora acerca de la ley en este capítulo:

Versículo 2 - sujeto por la ley . . . libre (relevado) de la ley


Versículo 3 – libre de la ley
Versículo 4 – muerto a la ley
Versículo 5 – la ley excita nuestras pasiones pecaminosas
Versículo 6 – libres (relevados). . . estábamos (sujetos)

La ley suena como algo horrible. Cuán terrible debe ser la ley que yo necesite ser librado de ella y
necesite ser rescatado de ella. Me tiene sujeto y atado. Excita mis pasiones pecaminosas.

La ley parece ser algo muy malo, pero no lo es, y Pablo corrige esta idea equivocada: “¿LA LEY ES
PECADO?” ¿La ley es algo malo, pecaminoso, malvado? ¡DIOS NO LO PERMITA! ¡Que perezca tal
pensamiento! ¡Que no sea así! El verdadero problema no es con la ley. ¡No culpes a la ley! (La pregunta
es contestada en realidad en Romanos 7:12. La ley es, en efecto, lo opuesto al pecado).

Ver la ilustración del espejo bajo Romanos 3:20 de estos apuntes. El propósito del espejo es mostrar a la
persona que su cara está sucia. El problema no es el espejo, sino la cara de la persona. El espejo no está
sucio en absoluto. Pero el espejo revela la suciedad que hay en la cara. No puedes culpar al espejo por la
cara sucia. “Pero”, significa “por el contrario”. La ley no es pecado, pero revela el pecado (Romanos 3:20).
El espejo no está sucio, pero revela la suciedad. “No conocí el pecado”. Pablo ignoraba su propio pecado.
(Antes de que apareciera el espejo, la persona pensaba que tenía una cara limpia). Tal como el espejo
muestra la suciedad, así la ley muestra (y convence de) el pecado.

Pablo da un ejemplo específico de cómo la ley revela el pecado. Su ilustración es el Décimo Mandamiento.
“Codiciar” significa “deseo intenso, tener un fuerte deseo por lo que otros tienen, avaricia, un gran anhelo
por lo que pertenece a otro”. Parafraseando: “Yo habría sido ignorante de este desagradable pecado de
codicia que había en mí, a no ser por el hecho de que Dios tiene un excelente espejo, hecho
especialmente para revelar la avaricia de mi propio corazón, es decir, el Décimo Mandamiento (Éxodo
20:17): “NO CODICIARÁS (NO TENDRÁS UN DESEO VEHEMENTE POR COSAS QUE PERTENECEN A
OTROS)”.  Dios tiene un espejo muy especial para mostrar esa clase especial de suciedad, la suciedad de
la codicia, y este espejo se llama el Décimo Mandamiento.

Romanos 7:8

“Mas el pecado (el verdadero culpable), tomando ocasión (oportunidad) por el mandamiento (el


Décimo Mandamiento), produjo (causó) en mí toda (toda clase de) codicia (anhelo, un fuerte y ardiente
deseo, pasión); porque sin la ley (antes de que viniera el mandamiento-v.9) el pecado está
muerto (inactivo, sin vida, dormido, mostrando poca actividad)”. Sin el espejo, la persona no se da
cuenta de su cara sucia, pero cuando aparece el espejo, esa suciedad parece cobrar vida. “Guau, mira esa
suciedad”. Estaba allí todo el tiempo, pero el espejo lo hizo tomar conciencia de ella. Piensa en una
serpiente enrollada durmiendo al sol. Está inactiva y casi parece muerta. Pero si vienes y la golpeas y
molestas, esa serpiente realmente cobra vida (es puesta en actividad). Esto es lo que la ley hace con el
pecado.

Ilustración: Piensa en el Segundo Mandamiento en Éxodo 20:4. Este mandamiento es santo y justo y
bueno. Nada tiene de malo. Pero cuando el hombre pecador es confrontado con un mandamiento santo,
¿qué es lo que hace naturalmente? Se rebela y subleva en su contra. Dios dice TU DEBES y el rebelde
responde ¡NO QUIERO! Dios dice TU NO DEBES y el rebelde dice ¡POR CIERTO QUE QUIERO! Así tenemos
el trágico relato de Éxodo 32:7-8. El pecado de idolatría siempre estuvo en sus corazones, pero el
mandamiento lo despertó. El pecado de idolatría estaba muerto e inactivo y dormido antes de que el
mandamiento fuese dado. No habían tenido antes el hábito de hacer becerros de oro. La ley despertó e
incitó el pecado. ¿Podemos culpar al Segundo Mandamiento por el becerro de oro? ¡Dios no lo permita!

Romanos 7:9

“En un tiempo” se refiere al tiempo antes de que Pablo fuese confrontado con la ley de Dios, al tiempo
antes de que viniera la ley. “Vivía” conlleva el significado de inalterado, despreocupado, no darse cuenta
de la grave sentencia de muerte que pendía sobre él. Todo parecía en orden (como la persona con la cara
sucia que aún no se había mirado en el espejo. Todo parecía bien, pero no estaba bien. El problema está,
aún cuando yo todavía no me doy cuenta). “El pecado revivió” significa “el pecado volvió a la vida,
volvió a vivir” (es una palabra que se usa para la resurrección). El mandamiento hace revivir el pecado y
resucita el pecado (tal como la serpiente que repentinamente volvió a la vida). “Yo morí” –de improviso
me di cuenta que soy un trasgresor de la ley y los trasgresores de la ley merecen la muerte. Por lo cual la
ley es llamada “el ministerio de muerte” y “el ministerio de condenación” (2 Corintios 3:7,9). La santa ley
de Dios convence y “mata” al pecador.

Romanos 7:10

“Era para vida” – Esta expresión es explicada en Mateo 19:16-17 y en Lucas 10:25-28. Todo lo que una
persona necesita hacer para VIVIR y para heredar la vida eterna es guardar la ley. Pero tiene que
guardarla perfecta y completamente y tiene que hacerlo así durante toda su vida. El problema es que
ninguna persona jamás ha hecho ésto y ningún pecador jamás hará esto. Los que tienen sus caras
limpias, no tienen que temer al espejo. El problema es que ninguno de nosotros tenemos una cara limpia.
Todos somos pecadores, de modo que la ley nos condena a todos. “A mí me resultó para muerte”—
Cuando fui confrontado con la ley, me di cuenta de mi pecaminosa desobediencia a la ley y tuve que
enfrentar el horrible castigo de una ley quebrantada, que es la muerte.

Romanos 7:11

¿Quién es responsable por engañarte y matarte? ¿Quién es el verdadero culpable? ¿Quién es el verdadero
engañador y el verdadero homicida? EL PECADO.

Hebreos 3:13—EL PECADO, el engañador


Santiago 1:15 – El PECADO, el homicida

El pecado tomó ventaja de la ley, se aprovechó de la ley.

Romanos 7:12

Este versículo es la conclusión de la sección (la conclusión es indicada por las palabras “de
manera que”) y responde a la pregunta surgida en el versículo 7. El problema no es la ley. La ley es
una  imagen perfecta del Dios que la dio. (Es un excelente espejo. Puede mostrarme mi suciedad, pero no
me puede limpiar). La ley es santa, pero no me puede hacer santo. La ley nunca puede santificar. Sólo
puede mostrarme cuán impío soy. La ley es justa, pero nunca podrá justificarme (Romanos 3:20; Gálatas
2:16). Solo me puede condenar. La ley es buena, pero nunca puede hacerme bueno. Solo puede
mostrarme mi miseria (Romanos 7:24) y el mal que mora en mí (Romanos 7:17-21).

Romanos 7:13

Vemos nuevamente que el verdadero culpable es el pecado.  La ley no trae la muerte, EL PECADO LO
HACE (Santiago 1:15; Romanos 6:23). No culpes a la ley. El verdadero enemigo es el pecado.
Pero el pecado usa lo que es bueno (la ley). “Sobremanera pecaminoso” significa “extremadamente
pecaminoso”. La ley aumenta el pecado (la suciedad estaba allí todo el tiempo, pero yo no pensaba que
tenía un problema hasta que me miré al espejo, y entonces pareció extremadamente sucio). Cuando
quiera que nos miremos al lado de algo SANTO, nos veremos a nosotros mismos como absolutamente
pecaminosos (comparar Isaías 6:1-5). Al lado de la SANTA LEY de Dios (v.12), nosotros aparecemos como
totalmente impíos.

Note las tres cosas que la ley hace respecto al pecado:

La ley REVELA EL PECADO (como un espejo) –v.7; Romanos 3:20

La ley DESPIERTA EL PECADO (ilustración de la serpiente) –v.5, 9

La ley a AUMENTA EL PECADO –v.13 y comparar con 1 Co.15:56

Romanos 7:14

La ley es espiritual. No hay problema con la ley. La ley no es carnal. El verdadero problema SOY YO. En el
versículo 14 el pronombre “YO” es enfático. Yo soy carnal, vendido al pecado (soy un esclavo del pecado).
Note cuántas veces el pronombre “yo” es repetido en los versículos siguientes. Note también que en el
versículo 14 Pablo dice “Yo soy carnal”. El no está hablando de su estado pasado, cuando era inconverso,
sino de su condición presente. ¿Cómo es posible que un cristiano sea carnal, un esclavo del pecado?

Ante todo debemos reconocer que hay un sentido en el cual el verdadero creyente no es carnal. Romanos
8:9 dice  “no vivís según la carne, sino según el Espíritu”. Pablo se refiere a su vida no salva como el
tiempo en que estaba “en la carne” (ver Romanos 7:5). En otras palabras, hablando posicionalmente, un
verdadero creyente (una persona salva) ya no está en el reino de la carne, sino en el reino del Espíritu
(Romanos 8:9): El está en Cristo y Cristo está en él. Posicionalmente así mismo, la persona salva ya no es
esclava del pecado, como hemos visto en Romanos 6:17-18; 6:22. Sin embargo, en Romanos 7:14  Pablo
no se está refiriendo a su gloriosa posición, sino a su condición presente. Se está refiriendo a su
experiencia actual al vivir la vida cristiana. Y es posible que un verdadero cristiano tenga un ANDAR carnal
(comparar 1 Corintios 3:1-4). Esto no significa que la vida cristiana de Pablo estuviera marcada y
caracterizada por la carnalidad. Esto se contradice con todo lo que sabemos sobre el apóstol. Pero
debemos decir que Romanos 7:15-24 fue la experiencia muy real del apóstol y todo creyente honesto
debe confesar que de un modo u otro, él también ha tenido las mismas experiencias y que ha pasado por
las mismas luchas que el apóstol describe aquí.

La esclavitud que estaba experimentando Pablo es explicada en los siguientes versículos:

Romanos 7:15

“Porque” –esto explica la expresión “vendido al pecado” (esclavo del pecado) del v.14. ¿Qué es un
esclavo? Un esclavo es una persona que está bajo el dominio de otro, y por ésto no puede hacer, lo que
quiere hacer; y tiene que hacer, lo que no quiere hacer, incluso, lo que odia hacer. Un ejemplo de ésto
serían los hijos de Israel que sufrían bajo la esclavitud en Egipto. El esclavo israelita estaba obligado a
hacer ladrillos. El no quería hacer esto, pero tenía que hacerlo. El quería hacer otras cosas, pero no podía
hacer lo que quería. Del mismo modo, la persona que es esclava del pecado está en una lucha
desconcertante (“no entiendo”, “no comprendo, estoy perplejo”). Lo que él quiere hacer, no lo hace. Lo
que detesta hacer, eso hace. No puedo hacer, lo que quiero hacer; y tengo que hacer, lo que odio hacer.

Romanos 7:16
“Apruebo” =estar de acuerdo. Esta persona está de acuerdo con la ley. Ejemplo: “No codiciarás”. “Estoy
de acuerdo. Esta es una buena ley. El mandamiento de Dios contra la codicia es santo y recto y bueno.
Digo ¡AMEN! a ello. No quiero codiciar. Yo se que codiciar es malo. Odio la codicia, ¡PERO NO PUEDO
HACER OTRA COSA QUE CODICIAR! Soy un esclavo de este pecado”.

Romanos 7:17

Aquí tenemos el problema del pecado que mora en mí, un gran problema que enfrenta todo creyente. Es
interesante cómo Pablo hace una diferencia entre él y el pecado que mora en él: “NO YO. . . SINO EL
PECADO”. Esto indica que Pablo está escribiendo desde la perspectiva de una persona salva. El yo
pecaminoso no es su verdadero yo. Pablo era un hombre nuevo en Cristo, pero el viejo Pablo era
responsable del pecado. Pablo no está tratando de desligarse de su responsabilidad por sus acciones, sino
está distinguiendo entre las dos naturalezas, como también lo hace en el v.20.

Romanos 7:17 – “ya no soy yo, sino el pecado”. Esto es ¡EL GRITO DE DERROTA!

Gálatas 2:20 – “ya no yo, sino Cristo”. Esto es ¡EL GRITO DE VICTORIA!

Romanos 7:18

Literalmente podría traducirse: “Ninguna cosa buena mora en mí”. Esta es una frase dura, pero todo
creyente necesita ver ésto y creerlo. ¿Por qué tenemos el paréntesis que contiene las palabras, “esto es,
en mi carne”? Esto es otro indicio de que Pablo estaba escribiendo desde la perspectiva de una persona
salva, no de una persona no regenerada. Pablo tenía que hacer esta aclaración entre paréntesis, porque él
sabía que, además de su carne pecaminosa, algo (Alguien) muy bueno moraba en él (ver Romanos
8:9). “Querer” significa “desear, tener la voluntad de”. Yo quiero hacer el bien, yo quiero tener victoria
sobre el pecado, yo quiero guardar la santa ley de Dios y obedecer la Palabra de Dios, pero yo NO
TENGO PODER para hacerlo. Soy inhábil. Soy impotente. No puedo hacerlo. ¡Soy absolutamente
INCAPAZ de vivir la vida cristiana! ¿Has hecho este descubrimiento? La nueva criatura en Cristo tiene la
voluntad de hacer lo que es bueno y justo (vs. 18, 19, 21), pero no tiene poder. El poder no está en
nosotros mismos, sino se encuentra solo en Dios el Espíritu Santo (Romanos capítulo 8 y comparar con
Filipenses 2:13).

Romanos 7:19

El pensamiento es el mismo que en el versículo 15. El bien que quiero hacer, no lo hago; el mal que no
quiero hacer, eso hago. Todos estos versículos describen la lucha de quienes son verdaderos creyentes.
Las personas no regeneradas no tienen esta clase de lucha, porque ellos tienen solo una naturaleza (una
naturaleza corrupta, pecaminosa). Ellos desean el mal y lo hacen (a menos que sean reprimidos por otros
medios). Ellos odian lo que es bueno y justo y lo evitan. Las personas no salvas pecan y lo hacen con
gusto. El creyente peca y odia hacerlo. El deseo de hacer bien, tal como lo encontramos en el v.20, es el
deseo del “hombre nuevo” y no el deseo del hombre inconverso.

Romanos 7:20

El pensamiento es paralelo al v.17. Soy incapaz de quebrar el poder del pecado que mora en mí. No puedo
hacerlo. De igual manera, nada podían hacer los israelitas para romper el poder que los egipcios tenían
sobre ellos. ¿Qué es lo que necesitaban? UN LIBERTADOR. Alguien que pudiera rescatarlos de la esclavitud
por SU PODER.

Romanos 7:21
Esta ley es la “ley del pecado y de la muerte” que también es mencionada en 7:23; 7:25 y 8:2. Yo no
quiero codiciar; yo quiero contentarme, pero ese pecado de codicia está en mí (en mi corazón) y como soy
esclavo de ese pecado, tengo que codiciar. Yo no quiero, pero lo hago.

Romanos 7:22

Estas palabras son inapropiadas en la boca de un hombre no regenerado. Solo un hombre salvo se deleita
en la ley de Dios (como David, Sal.19:7-10; cf. Sal.119:35).

“Deleitar” significa estar de acuerdo (comparar v.16 “consentir”). “Yo estoy felizmente de acuerdo con la
ley de Dios”. Estoy de acuerdo con la ley de Dios y deseo sinceramente obedecerla, pero soy un esclavo y
un cautivo del pecado (v.23).

Romanos 7:23

Note la gran batalla y conflicto y lucha que está teniendo lugar (comparar Gálatas 5:17). Note quién está
luchando en esta contienda:

   
              Por un lado            Por el otro lado
 
   
El que está de acuerdo con la ley de Dios y El pecado morador (v.17, 20)
se deleita en ella (v.16,22)
 
El que odia el pecado (v.15) La carne, en la cual nada bueno hay (v.18)
 
El que quiere y desea hacer bien (v.18, 19) El mal siempre-presente (v.21)
   
“El hombre interior” (v.22) El “hombre miserable” (v.24)
   
La “mente” renovada (v.23, 25) La carne que está bajo la ley del pecado y
la muerte (v. 23, 25).

¿Quién está ganando esta guerra? El versículo 23 dice que yo ya he perdido. Soy un prisionero de guerra.
Un cautivo. ¡Estoy vencido!

Romanos 7:24

“Miserable de mí” significa “desventurado”. Ver las mismas palabras en Apocalipsis 3:17. ¡Un hombre
miserable en una condición miserable! Todo creyente necesita llegar al punto en que reconoce su propia
miseria. Tenemos que ver nuestra desesperada necesidad, aún como creyentes. Dios nos lleva a las
profundidades de la desesperación, no para dejarnos allí, sino para llevarnos a las alturas de Su gracia. El
hombre miserable es un cautivo y un esclavo del pecado –queriendo hacer lo que es recto, pero no
teniendo el poder para hacer el bien y termina haciendo lo que detesta.

“¿Quién me librará?” En este clamor por un LIBERTADOR, note que él no dice: ¿QUÉ DEBO HACER? o
¿CÓMO ME LIBERTO A MÍ MISMO? No, esta persona ha llegado al final de sí misma. La dependencia de sí
MISMO lo ha llevado solo al fracaso y a la derrota. Ha descubierto que por sí mismo es totalmente
incapaz, impotente y sin esperanza, y finalmente clama por liberación fuera de sí mismo. La ley no le
puede ayudar. La ley no puede hacerlo santo. La ley no lo puede santificar. El clama por el SEÑOR, no
por la ley. La ley no es cumplida por nosotros; es cumplida EN NOSOTROS (como veremos en Romanos
8:4) por el poder del Espíritu Santo, cuyo fruto es AMOR, que es el cumplimiento de la ley (Gálatas 5:22;
Romanos 13:8-10).

“Este cuerpo de muerte” – comparar Romanos 6:6—“cuerpo de pecado”; Romanos 7:23 “la ley del
pecado que está en mis miembros”. Nuestros cuerpos aún no han sido redimidos (ver Romanos 8:23). El
cuerpo es el cuartel general del pecado morador y los miembros del cuerpo son los instrumentos del
pecado morador (comparar 6:13).

Romanos 7:25

El Señor Jesucristo es el gran Libertador (Romanos 11:26 y compare 2 Corintios 1:10). La


palabra “gracias” es una palabra de fe. “Yo creo que Jesucristo es mi gran Libertador del pecado.
¡Gracias! Yo creo que ya no soy esclavo del pecado. ¡Gracias! Yo creo que ya no soy prisionero del pecado,
sino que soy prisionero de Jesucristo. ¡Gracias! Mi ayuda no viene de MÍ MISMO, sino de mi SALVADOR.
¡Gracias!” La victoria no viene por medio de nuestros programas carnales ni por métodos de auto-ayuda.
La victoria solo viene por y en el Dios viviente: “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en
Cristo Jesús” (2 Corintios 2:14).

La última parte del versículo 25 concluye y resume los versículos 15-24 (“así que”). Con la mente sirvo a
la ley de Dios (ver v.22), mas con la carne a la ley del pecado (ver v.23).

Pensamientos Adicionales en Romanos Capítulo 7


Las palabras clave:   “LEY”  “YO”
La pregunte clave: ¿Cómo puedo vivir una vida santa?
La sorprendente respuesta: “Yo no puedo” (v.15, v.18). 

Hay dos grandes lecciones que toda persona necesita aprender. La primera lección se relaciona con la
salvación; la segunda lección se relaciona con el vivir la vida cristiana:

Lección # 1— YO NO PUEDO SALVARME A MÍ MISMO (necesito un Libertador, Alguien que pueda


salvarme). Ver Tito 3:5; Efesios 2:8-9; Jeremías 13:23; etc.

En mi vida debo llegar al punto en que reconozca que soy un pecador y que estoy desvalido y sin
esperanza (Romanos 5:6 “sin poder”). El Señor tiene que hacerlo todo. Debo dejar de tratar y debo
empezar a confiar. Yo tengo que creer; Dios tiene que salvar.

Lección # 2 – YO NO PUEDO VIVIR LA VIDA CRISTIANA (necesito un Libertador, Alguien que pueda
salvarme del poder del pecado que mora en mí).

Yo confié en Cristo para salvación y yo soy salvo. Inmediatamente yo amo a Cristo y deseo agradarle y
servirle y hacer Su voluntad y andar en Sus caminos. Al principio las cosas parecen ir muy bien, pero
pronto empiezo a tener problemas con el pecado. No puedo entender el motivo. A veces parece que estoy
perdiendo más veces que ganando. Parece que hay más fracasos que victorias. En Romanos 7 la lucha es
muy real. Finalmente llego al punto en que me doy cuenta de que “YO NO PUEDO”. “No puedo hacer el
bien” (v.18). No tengo lo necesario para vivir la Vida Cristiana. No puedo hacerlo. Y esto es exactamente
lo que Dios quería que yo descubriera. Ver Juan 15:5. Tal como necesité a Dios para la salvación, así
necesito a Dios para la santificación (para vivir una vida separada y santa). Es la VIDA de Dios (Gálatas
2:20); es la GRACIA de Dios (1 Corintios 15:10); es la OBRA de Dios (Filipenses 2:13); es el PODER de
Dios (Colosenses 1:29; Filipenses 3:10) y es la VICTORIA de Dios (2 Crónicas 20:15, 17).

OTROS PUNTOS DE VISTA RESPECTO A 

ROMANOS CAPÍTULO 7, VERSÍCULOS 14-25

1) Hay un punto de vista que dice que el hombre descrito en Romanos


7:14-25 es el hombre no regenerado (el hombre no salvo)
Los siguientes puntos son un fuerte argumento en contra de esta opinión:

a) El tiempo presente del versículo 14 (“yo soy”) indica que Pablo ha hecho una transición desde su
experiencia como no regenerado de los versículos 7-13, hasta su experiencia presente como creyente.

b) Este hombre “según el hombre interior, se deleita en la ley de Dios” (v.22), en tanto que la mente
carnal del hombre no salvo es enemistad contra Dios y no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede
(Romanos 8:7). Enemistad es lo contrario de deleitarse, de modo que el hombre de 7:22 no “está en la
carne” y su mente, no es “la mente de la carne”.

c) En 7:25 dice, “con MI MENTE sirvo a la ley de Dios”, lo cual, ciertamente, no es una descripción de la
mente de la carne descrita en Romanos 8:5-7.

d) La persona descrita en 7:14-25 es una persona que quiere hacer el bien (v.15, 18, 19, 21), y el mal
que hace, lo hace en contra de su deseo y voluntad (v. 16, 19, 20). Ciertamente que ésto no se
corresponde con el hombre no salvo descrito en Romanos 8:5-8.

e) Todo verdadero creyente conoce demasiado bien la lucha con el pecado que mora en él y puede
identificarse muy bien con el hombre descrito en Romanos 7:14-25. El hombre no regenerado, que solo
posee la naturaleza de Adán, no tiene esta clase de lucha. La contradicción existe solo en el creyente. La
persona no salva no tiene este conflicto entre las dos naturalezas, porque tiene solamente una naturaleza
(para pelear, son necesarios dos).

f) El clamor de 7:24 no es el clamor de una persona no salva que quiere ser salva de la pena del pecado;
es el clamor de una persona salva que quiere ser salva del PODER pecado que mora en ella.

(Ver Romanos de John Murray, que explica estos argumentos con mayor claridad y con más detalles).

2) Los hombres de tradición Reformada tienen otro punto de vista,


incluyendo a A.W.Pink, que básicamente dice que Romanos 7:14-25 es
la experiencia normal del cristiano
De acuerdo a este punto de vista, los cristianos no deben abandonar Romanos 7 para entrar en Romanos
8, sino que los cristianos deben permanecer durante toda su experiencia cristiana en Romanos 7. Estos
versículos describen simplemente el conflicto entre las dos naturalezas en el hijo de Dios. De modo que
ellos dirían que Romanos 7:14-25 describe la experiencia normal, propuesta por Dios, de la persona salva
mientras esté en este cuerpo. “No hay liberación presente de la naturaleza carnal por el poder del Espíritu
Santo” (como A.W. Pink dice en su folleto titulado, El Cristiano en Romanos 7).

Ante todo, debemos decir que hay mucha verdad en esta opinión. Es cierto que el creyente tendrá un
conflicto entre las dos naturalezas mientras viva en este cuerpo. La naturaleza pecaminosa nunca será
erradicada o desarraigada. Hay ciertas cosas en este pasaje de Romanos 7, que siempre deben ser ciertas
en cuanto al creyente. Mientras más maduramos en la fe, tanto más conscientes deberíamos estar de
nuestra propia miseria y pecaminosidad (v.24). Mientras más crecemos en el Señor, tanto más
conoceremos la plaga de nuestro propio corazón (1 Reyes 8:38) y nuestra propia perversidad. También
deberíamos tener conciencia siempre de nuestra total incapacidad de hacer lo justo en y por nosotros
mismos. No tenemos el poder para realizar lo que es bueno (v.18). Sin Cristo, nada podemos hacer (Juan
15:5), y esto siempre será así. De modo que estamos de acuerdo con estos hombres Reformados en que
siempre debemos permanecer en Romanos 7, en el sentido de reconocer nuestra pecaminosidad e
incapacidad y nuestra necesidad, momento tras momento, de un Libertador, que es Cristo Jesús.

Pero por otra parte, tenemos que estar en desacuerdo con estos hombres de la Reforma por las siguientes
razones. Romanos 7 describe a un hombre que, en contra de su voluntad, FALLA EN HACER LO BUENO Y,
EN CAMBIO, HACE LO MALO (Romanos 7:19). Esta puede ser la experiencia común de los cristianos, pero
sería absurdo decir que ésta es la experiencia que Dios tiene para una persona salva. Esto sería contrario
a todas las Escrituras que enseñan que el creyente es responsable no solo de querer la voluntad de Dios,
sino también de hacerla (Filipenses 2:13; Santiago 1:22, etc.). Ciertamente, la vida cristiana normal que
Dios quiere para nosotros, no es una de fracasos y de derrotas y de total frustración. No es el deseo de
Dios que nosotros fallemos en hacer el bien que queremos hacer, y no es la voluntad de Dios que
hagamos el mal que detestamos hacer. Romanos 7 nos lleva al punto en que clamamos “YO NO PUEDO”,
pero Romanos 8 nos da la respuesta, “DIOS PUEDE”. Yo no puedo cumplir la ley (Romanos 7:22-24), pero
la ley puede ser cumplida EN MÍ por el poder de Dios (Romanos 8:4). Así, técnicamente, no es que el
creyente deja Romanos 7 para ir a Romanos 8, sino quizás sea mejor decir que Romanos 7 nos lleva a
Romanos 8. Romanos 7 nos enseña lecciones valiosas acerca de nosotros mismos—acerca de nuestra
impotencia y pecaminosidad e incapacidad de agradar a Dios por nosotros mismos. Que nunca olvidemos
estas lecciones.

A.W. Pink enseñaba que el tiempo futuro en Romanos 7:24 (quién me librará) indica que al presente no
hay “liberación” de la naturaleza carnal por el poder del Espíritu Santo. Los cristianos no serán liberados
de “este cuerpo de muerte” hasta la futura venida de Cristo, enseñaba. Esta enseñanza, de que al
presente no hay liberación del poder del pecado, ciertamente es contraria a muchos pasajes de las
Escrituras. De hecho, Pablo mismo, tres versículos más adelante escribe, “Porque la ley del Espíritu de
vida me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:2). Pink dice que tal liberación es
futura, pero Pablo dice que ya ha sido efectuada. Los creyentes deben reclamarla por fe. Es cierto que la
redención final de nuestro cuerpo es aún futura (como veremos en nuestro estudio de Romanos 8:23) y
que vivimos en cuerpos no redimidos, que aún están muy subyugados al pecado y a la muerte. Pero
tenemos que hacer una diferencia entre la liberación de la PENA DEL PECADO (Dios me ha liberado de
ésto), liberación del PODER DEL PECADO (Dios me está liberando de ésto a medida de que yo, por fe,
acepto la obra terminada de Cristo – ver Romanos capítulo 6) y liberación de la misma PRESENCIA
DELPECADO (Dios hará ésto, cuando yo sea llevado a Su presencia).

La vida cristiana que Dios tiene para sus creyentes, no es una vida de hacer el mal que odio y fallar en
hacer el bien que quiero (Romanos 7:19). El propósito de Dios para la vida cristiana no es una vida de
cautividad y esclavitud al pecado (Romanos 7:23). Cristo vino para darnos libertad (Juan 8:31-36). No es
el deseo de Dios que vivamos en perpetua derrota y fracaso y frustración, por días sin fin. No, el propósito
de Dios para la vida cristiana se despliega en muchos pasajes, incluyendo los siguientes: Colosenses 1:10-
12; 1 Juan 3:18, 22; Efesios 4:1-3; Filipenses 4:1-9; 1 Corintios 15:10; Gálatas 2:20; 5:22-23; etc. ¡Que
vivamos y andemos así!

“¡Corre, Juan corre! ¡Ordena la ley!


Pero no me da pies ni manos.
Noticias mayores trae el evangelio:
¡Me ordena volar y me da alas!”
Atribuido a Juan Bunyan.

Demasiados creyentes están tratando de correr sin pies y sin manos. ¡Que por el poder y la gracia de Dios
podamos remontarnos!

ROMANOS
CAPÍTULO 8
Romanos 8:1
Romanos capítulo 8 es uno de los capítulos de la Biblia más estimulantes y conmovedores y de mayor
bendición para la persona que está “EN CRISTO JESÚS” (comparar v.1 y v.39). El capítulo comienza
con NINGUNA CONDENACIÓN (v.1) y termina con NINGUNA SEPARACIÓN (vs.35-39). La palabra
clave en la primera parte de este capítulo es la palabra “ESPÍRITU” (aparece 20 veces en el capítulo 8, en
tanto que solo aparece 4 veces en los primeros 7 capítulos).

La persona que está “EN CRISTO JESÚS” está salva y segura para siempre (v.1). Romanos capítulo 8 es
uno de los capítulos clave de la Biblia, que expone muy claramente la doctrina de la seguridad eterna.

“Ninguna condenación (juicio)” (v.1). Ni un poco de condenación. Comparar también Juan 3:18; 5:24
y 1 Corintios 11:32. La palabra “condenación” significa literalmente “juicio que cae (sobre alguien)”. El
juicio de Dios no caerá sobre mí. ¿Por qué no? Ver Romanos 7:24; 8:2 – He sido liberado y libertado de la
ley del pecado y de la muerte. Si aún estuviera bajo la ley del pecado y de la muerte, entonces yo estaría
bajo la condenación de Dios (el pecado demanda juicio, muerte y condenación – el castigo por el pecado
tiene que pagarse). Pero, alabado sea Dios, el Calvario se ocupó de todo ello. Dios condenó a Su Hijo
(Romanos 8:3) para que yo nunca fuese condenado (Romanos 8:1). El juicio de Dios cayó sobre Su único
Hijo unigénito, para que Su juicio no tuviera que caer sobre mí. Yo no estoy condenado, antes bien YO
ESTOY JUSTIFICADO. Recuerda la enseñanza de la última parte de Romanos 5. EN ADÁN yo estoy
condenado, pero EN CRISTO, estoy justificado.

El verdadero creyente no vendrá a condenación o juicio (Juan 5:24). “No hay condenación” para él (Rom.
8:1). Todos sus pecados han sido tratados en la cruz. El juicio del creyente por el pecado tuvo lugar hace
como 2000 años, cuando Cristo fue juzgado y condenado por nosotros. ÉL fue castigado y condenado por
mis pecados. La ira de Dios fue derramada sobre ÉL. “ÉL herido fue por nuestras rebeliones, molido por
nuestros pecados. El Señor cargó en ÉL el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6). Y cuando venimos a
Cristo en fe, somos justificados y declarados “NO CULPABLE” por el Juez del universo entero. “¿Quién
acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que
murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también
intercede por nosotros” (Romanos 8:33-34). Si Dios nunca nos condenará y si Dios nunca nos acusará de
culpa, entonces no necesitamos preocuparnos.

Estamos “en Cristo Jesús”, en Aquel que es NUESTRA VIDA. Estamos tan identificados con el Cristo
resucitado y glorificado, que tal como ÉL es, así somos nosotros. La condenación nunca podría caer sobre
nosotros, porque estamos identificados y unidos a ÉL. En otras palabras, estamos tan identificados con
Cristo, que si Dios nos condenara a nosotros, ÉL tendría que condenar también a Su Hijo. ¡Imposible! “En
ésto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues
como ÉL es, así somos nosotros en este mundo” (1 Juan 4:17).

Por una parte se nos dice que el creyente no vendrá a condenación (Juan 5:24 y Romanos 8:1) y por otra
parte se nos dice que todo creyente estará ante el Tribunal de Cristo (Romanos 14:10). ¿Cómo pueden
entenderse estos dos hechos aparentemente contradictorios? 1) El creyente nunca estará ante Dios como
JUEZ para ser condenado por sus pecados y para ser castigado por sus pecados. Esta condenación y este
castigo ya han caído sobre Cristo, nuestro Sustituto (Romanos 8:3 y ver el párrafo anterior). Recuerda, si
el creyente tuviera que ser condenado por un solo pecado, eso sería suficiente como para condenarlo para
siempre al lago de fuego. 2) El creyente estará ante el BEMA o el Tribunal de Cristo para dar cuenta sobre
qué tan fielmente ha vivido la Vida Cristiana desde el día en que fue salvo. El asunto no será condenación
o no condenación, sino el asunto será recompensas o pérdida de recompensas (1 Corintios 3:12-15). La
pérdida de recompensas no significa pérdida de la salvación. Aún el cristiano más infiel “será salvo” y no
condenado ante el tribunal de Cristo (1 Corintios 3:15).

¿Quién puede reclamar y disfrutar de esta maravillosa declaración de “NINGUNA CONDENACIÓN”? Sólo los
que están “EN CRISTO JESÚS” (v.1). No hay lugar más seguro donde estar. En los días de Noé había un
solo lugar seguro donde estar – en el arca. El juicio de Dios cayó sobre todos los que no estaban en el
arca. Jesucristo es hoy nuestra Arca de Salvación. Los que tienen una posición en ÉL, están salvos y
seguros y ya no están en peligro del juicio de Dios.

“En Cristo Jesús” – todas las cosas maravillosas acerca de las cuales nos hablará Pablo en Romanos 8 se
aplican solamente a los que están en Cristo Jesús. Todo verdadero creyente está “en Cristo” (ver Gálatas
3:26-28: “bautizados en Cristo” por fe). La última vez que nos encontramos con esta expresión “en Cristo
Jesús” fue en Romanos 6:23. En Cristo tenemos vida eterna (Rom. 6:23). En Cristo no hay condenación
(Rom. 8:1). En Cristo somos realmente bendecidos (Efesios 1:3).

“Los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”. Hay alguna duda si acaso estas
palabras pertenecen al texto inspirado de las Escrituras. Los que estudian los manuscritos griegos nos
dicen que algunos manuscritos griegos contienen estas palabras y que otros manuscritos griegos no
contienen estas palabras. Ver por ejemplo las traducciones del Nuevo Testamento de John Darby y William
Kelly de Romanos 8:1: “Ahora pues no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús”.
(Comparar también otras traducciones). Deberíamos notar también que estas mismas palabras se
encuentran al final del versículo 4 (donde los manuscritos griegos coinciden), y es posible que un escriba
tomara estas palabras del versículo 4 y equivocadamente las añadiera al versículo 1.

La mayoría de las variaciones textuales del Nuevo Testamento griego son de tan poca importancia, que no
afectan en ninguna manera el sentido del texto y normalmente no vale la pena mencionarlos, pero la
variación textual aquí en Romanos 8:1, tiene algún significado doctrinal. La pregunta clave es ésta:
¿Nuestro bendito estado de “ninguna condenación” depende de nuestra posición “en Cristo Jesús” o
depende también de  la manera en que andamos y vivimos la vida cristiana? ¿Depende de Cristo y Su
obra consumada o depende también de nuestro ANDAR?

Si nuestra ninguna condenación dependiera de nuestro andar, todos nosotros estaríamos en problemas.
¿Quién de nosotros tiene un ANDAR tan perfecto que pudiera presentarlo a Dios y que Dios no encontrara
falta ni condenación en él? ¿Quién de nosotros anda siempre conforme al Espíritu y nunca anda conforme
a la carne? ¿Quién de nosotros podría decir que nuestro andar es perfecto y sin pecado (1 Juan 1:8-10)?
¿Quién de nosotros podría decir que no necesita un Abogado para con el Padre, a Jesucristo el Justo, para
aquellos momentos en que nuestro andar no es lo que debería ser? Todas las gracias sean a nuestro
bondadoso y misericordioso Salvador, que nuestra justificación y liberación de la condenación depende
solamente de nuestro Señor Jesucristo, Su sangre derramada y de Su VIDA sin fin. Si dependiera de
nuestro andar, todos nos bañaríamos en el lago de fuego para siempre.

Para un mayor estudio sobre esta materia textual, ver Estudios sobre el Libro del
Deuteronomio de C.H.Mackintosh (su disertación sobre Deuteronomio capítulo 4). Mackintosh diserta
largamente sobre Romanos 8:1 y del motivo por el cual la última cláusula no pertenece al texto inspirado
por Dios de las Escrituras (pero pertenece ciertamente al versículo 4).

Romanos 8:2

Comparar con Romanos 7:24. La pregunta era “¿Quién me librará?” La respuesta en Romanos 8:2 es
ésta: “Cristo ya me ha librado”. La última parte de Romanos capítulo 7 era una descripción de la lucha del
creyente y su CONDICIÓN de fracaso. En el capítulo 8, Pablo anima al creyente a fijar su mirada en su
prefecta e infalible POSICIÓN en Cristo Jesús. Mientras más confiemos en los hechos de Dios acerca de
nuestra POSICIÓN, tanto más esto afectará y cambiará nuestra presente CONDICIÓN.

Romanos 8:2 menciona dos leyes. Ilustración: La ley de la gravedad y la ley de la aerodinámica. La ley de
la gravedad dice que un objeto metálico grande y pesado en el cielo tiene que caer y estrellarse (el avión
tiene que estrellarse). Pero la ley de la aerodinámica es una ley superior y vence la ley de la gravedad y
permite que el pesado avión remonte y vuele y no se estrelle. La ley del pecado y de la muerte me lleva a
caer y a fracasar y a derrumbarme (Rom. 7:23-25), pero la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me
capacita para vivir una vida que agrade a Dios (Rom. 8:2).

Romanos 8:3

Hay ciertas cosas que la ley no puede hacer. La ley es justa, pero no puede justificar (Rom. 7:12; 3:20).
La ley es santa, pero no puede santificar (Rom. 7:12). La ley me puede decir que soy un pecador, pero no
puede hacerme santo. (El espejo puede mostrarme mi suciedad, pero no puede limpiarme). Lo que la ley
no pudo hacer, DIOS LO HIZO. Lo que LA LEY no pudo hacer, EL CORDERO sí lo pudo hacer.
¿Por qué era débil la ley? El problema no era con la ley, sino conmigo. Era “débil por la carne” (comparar
7:14). En realidad, la ley es muy poderosa. La ley puede DAR VIDA si una persona CUMPLE TODOS LOS
MANDAMIENTOS TODO EL TIEMPO (Lucas 10:25-28; Mateo 19:16-17), pero nadie de nosotros ha hecho
ésto o podría hacer ésto, de modo que la ley no puede dar vida. No puede traer bendición, sólo maldición
(Gálatas 3:10-11). Pero la debilidad es nuestra y no de la ley. Ilustración: Piensa en un ancla resistente.
¿El ancla es capaz de sujetar? SÍ. Pero si echas el ancla en el fango blando no sujetará. “Lo que el ancla
no pudo hacer porque era débil por el fango”. El problema no es la santa ley de Dios, sino nuestra carne
pecaminosa.

Note como se expone el evangelio en Romanos 8:3. En esencia está diciendo que Dios envió a Su Hijo
único e impecable (literalmente “Hijo de ÉL Mismo”) para ser condenado en nuestro lugar y para morir por
nuestros pecados. ¿Por qué hizo ésto? Para que podamos vivir a la justicia (v.4 comparar 1 Pedro 2:24).

Note con cuanto cuidado Pablo dice estas cosas. Si lo hubiese dicho de una manera ligeramente diferente,
habría sido una herejía (una enseñanza falsa acerca de la persona de Cristo). El no dijo “en semejanza de
carne”, porque esto sería decir que Cristo no era realmente un hombre. Cristo vino en carne y fue un
verdadero Hombre (1 Juan 4:2-3). Pablo no dijo “en carne de pecado”, porque eso habría hecho de Cristo
un pecador. ¿Qué estaba diciendo Pablo? El está diciendo que Cristo era verdaderamente un hombre, pero
que no era un hombre pecador.

“A causa del pecado” – como un sacrificio por el pecado. ÉL ocupó mi lugar. Comparar 2 Co. 5:21. La
condenación se refiere al juicio de Dios que cae sobre una persona. El juicio de Dios por el pecado cayó
sobre mi inocente Sustituto cuando ÉL murió en la cruz, para que no caiga sobre mí (Rom. 8:1). El fuego
del juicio de Dios quemó la cruz y la tierra alrededor, para que cuando yo tome mi lugar (por fe) al pie de
la cruz, el fuego de Dios no me queme a mí (el fuego no quemará dos veces la misma área).

Romanos 8:4

“Justicia” significa “justas demandas”. La ley tiene ciertas demandas justas. La ley demanda y requiere
que una persona viva una vida justa, amando a Dios (perfectamente) y amando al prójimo
(perfectamente). ¿Cómo puedo cumplir lo que la ley requiere? ¿Cómo puedo guardar la ley? La Persona y
el Poder del Espíritu Santo lo hace posible. Observe con cuidado que el versículo no dice “por
nosotros”, dice “en nosotros”. Esto es algo que Dios hace EN MÍ por Su poder y por Su operación y
por Su Espíritu. “La carne” es lo que yo hago en y por mí mismo (lo que yo produzco). “El Espíritu” se
refiere a lo que Dios hace en mí por la Persona del Espíritu Santo que mora en mí. La ley requiere que YO
AME A DIOS y QUE AME A MI PRÓJIMO (Mateo 22:36-40). Estos dos mandamientos no solo resumen los
Diez Mandamientos, sino todos los mandamientos de Dios. Yo no puedo cumplir la ley tratando de cumplir
la ley. Un pecador no puede guardar la santa ley de Dios; es imposible. Aún un “pecador renovado” no
puede hacer ésto. Como vimos en Romanos 7:14-25, la persona salva quiere, pero no puede: “El querer
el bien (cumplir la ley de Dios) está en mí, pero no el hacerlo” (Rom. 7:18). La clave para cumplir la ley es
AMOR (Rom. 13:8-10 y Gál. 5:14). La clave para tener AMOR es un andar conforme al Espíritu (Gál.5:13-
23 y Rom. 8:4). Es el Espíritu de Dios entonces el que produce en mi este AMOR (Gálatas 5: 22). Yo no
puedo, pero ÉL puede. Si una persona está andando conforme al Espíritu, entonces Dios está obrando en
ella produciendo esa vida justa. Somos hechura Suya (Efesios 2:10). Es imposible para mí, esto es en mi
carne, cumplir la ley de Dios. Es imposible para Dios en mí, (cuando le permito hacer Su obra) no cumplir
la ley. Lo que la carne nunca podría hacer, Dios puede hacer (comparar versículo 3).

Considere el siguiente diagrama que muestra el contraste entre la persona dominada por la carne y la
persona dominada por el Espíritu. Este diagrama trata con los primeros 14 versículos de Romanoscapítulo
8:

Romanos 8:1-14

Contraste Entre la Persona Dominada por la Carne


y la Persona Dominada por el Espíritu Santo
 
Dos Categorías
 
   
LA PERSONA LA PERSONA 
DOMINADA POR LA CARNE DOMINADA POR EL ESPÍRITU
“los que son de la carne” (v.5) “los que son del Espíritu” (v.5)

 
Dos Reinos
 
   
“EN LA CARNE” (v.8) “EN EL ESPÍRITU” (v.9)

 
Dos Condiciones Espirituales
 
   
“No es de ÉL” (v.9) “Es de ÉL” (El es un Cristiano)

 
Dos Nacimientos
 
   
Nacido de la carne (Juan 3:6) Nacido del Espíritu (Juan 3:5-6)

(Estamos en la carne por nacimiento (estamos en el Espíritu por el nuevo


natural) nacimiento, por regeneración)
 
Dos Propósitos
 
   
Piensa en las cosas de la carne (vs.5-7) Piensa en las cosas del Espíritu
(v.5 y ver Col.3:1-2; Mat. 16:23)
 
 
Condición Presente
 
   
Muerte (versículo 6) Vida y Paz (versículo 6)
(No tiene relación con Dios) Vida en un mundo muerto
No puede agradar a Dios (v.8) Paz en un mundo agitado

 
Condición Futura
 
   
Muerte (versículo 13) Vida resucitada (versículos 11, 13)
(Ver Gálatas 5:19-21)
 
 
Posesión Presente
 
 
No tiene el Espíritu (v.9) Tiene el Espíritu (v.9)

 
Relación con la Ley de Dios
 
 
Sin ley (v.7) La ley es cumplida en esta persona
controlada por el Espíritu (v.4)
Se rebela contra la ley de Dios
Y no PUEDE someterse a ella

 
Relación con Dios
 
 
Un enemigo (v.7 y compare Rom.5:10) Un hijo (v.14)

 
Guía 
 
 
No hay guía sobrenatural (v.14) Guiado por el Espíritu (v.14)

 
La Obligación de la Persona
 
 
Está obligado a vivir según la carne (v.12). Está obligado a mortificar (hacer morir) las
obras de la carne (v.13).
No puede vivir de otra manera. “Lo que es POSICIONALMENTE ésto ya ha sido hecho
nacido de la carne, carne es” (Juan 3:6). (Gál. 5:24), pero EXPERIMENTALMENTE
La persona que está “en la carne” tiene esto necesita ser realizado por fe (Col.
que vivir en ese reino. Está dominado por 3:5; Rom.6:11 en vista de Rom. 6:6;
su naturaleza pecaminosa heredada de etc.). Por fe tengo que considerar lo que
Adán. ya ha sido hecho por Cristo.

OBSERVACIONES: hay una sola manera en que puede vivir un hombre no salvo. El está “en la carne” y
tiene que vivir y andar “conforme a la carne” (Romanos 8:8 y compare v.4). No puede hacer otra cosa
sino cumplir los deseos de la carne. Está totalmente esclavizado por el pecado que mora en él. Este andar
conforme a la carne se describe en Efesios 2:1-3 y Efesios 4:17-19.

La persona salva es descrita como estando “en el Espíritu” (Romanos 8:9) y ya no está en el reino de la
carne (Romanos 8:9). El santo Espíritu de Dios mora en él. Su vida está dominada por la Persona y la
Presencia de Dios el Espíritu Santo y aún cuando no ande rectamente, el Espíritu hará notar Su presencia
contristada (Efesios 4:30).
Considerando la vida de una persona salva en su totalidad, no puede decirse que esté dominada por la
carne. Podrá caer en pecado, pero no persistirá en el pecado (1 Juan capítulo 3). Por la convicción del
Espíritu, por confesión y, si es necesario, por disciplina (1 Co. 11:31-32) él es llevado de vuelta al
camino de la obediencia. El creyente puede manifestar en cualquier momento cualquiera de las obras de la
carne (Gálatas 5:19-21), pero su vida no estará dominada por las obras de la carne, porque los que
“practican tales cosas (tiempo presente—siguen haciendo; los que persisten en estas cosas) no heredarán
el reino de Dios” (Gálatas 5:21 y comparar 1 Corintios 6:9-11 y Efesios 5:5).

Al mismo tiempo, la Biblia pone en claro que el creyente puede estar controlado por la carne. Romanos
capítulo 8 no trata con ésto, sino Romanos 13:12-14. Ver también 1 Corintios 3:1-3 y Gálatas 5:16-25. Es
una anormalidad terrible que un creyente que está “en el Espíritu” ande como el hombre que está “en la
carne”, y que una nueva criatura en Cristo, ande como un mero hombre no regenerado (1 Co. 3:3), pero,
lamentablemente, sucede.

Romanos 8:5-6

“Pensar”= poner la mira (esta expresión es usada en Mateo 16:23 y Col. 3:2). “En las cosas de la
carne”—se refiere a quienes están dominados por su naturaleza adánica pecaminosa (ver diagrama
anterior). El versículo 6 debería traducirse “porque la mente de la carne es muerte; pero la mente del
Espíritu es vida y paz” (comparar Romanos 6:21-23).

Romanos 8:7

“Por cuanto los designios de la carne (la mente de la carne) son enemistad contra Dios ”. La
carne siempre está contra Dios. La carne es enemiga de Dios. “Se sujeta” = somete. La carne no es
sumisa. En cambio, se rebela contra Dios. Se subleva contra Dios y contra la ley de Dios. Una ilustración
de esto se encuentra en Números 14:9-10, 27-29; 40-44 (Si Dios viene con nosotros, no iremos. Si Dios
no va con nosotros, iremos. Cualquier cosa que Dios diga, ellos harán lo contrario). “Ni tampoco
pueden” – la carne es incapaz de someterse. Es imposible que la carne se someta a Dios. La carne
pecaminosa del hombre (la naturaleza pecaminosa del hombre) es rebelde (no se somete).

Hay cinco cosas que nunca sucederán a la carne:

1. La carne no puede ser cambiada. La carne rebelde que no se somete, nunca


será transformada en una carne sumisa y obediente. El método de Dios para
tratar con la carne no es cambiarla, sino CONDENARLA (Romanos 8:3)
y CRUCIFICARLA (Gá. 5:24; 2:20 y comparar Rom.6:6).

2. La carne no puede ser reformada. No puede ser corregida o restaurada o


purificada. Lo que es corrupto, permanece corrupto. Lo que es
desesperadamente malvado, permanece desesperadamente malvado (Jer.
17:9). La Iglesia fue reformada (nos referimos a la “Reforma” protestante) y
restaurada hasta cierto grado de pureza, pero la carne nunca tendrá una
reforma. Hace 2000 años no tuvo una REFORMA sino una CRUCIFIXIÓN.

3. La carne no puede ser entrenada (educada). La carne es porfiada. Se


niega a cambiar sus caminos. Es inmutable. Nunca podrás enseñar a la carne
como agradar a Dios. La carne es incorregible –no es posible que sea corregida
o enmendada. La carne se niega a cambiar sus costumbres. Las obras de la
carne siempre permanecen las mismas (ver Gálatas 5:19-21).

4. La carne no puede ser mejorada. Siempre permanece igual: depravada,


corrupta, malvada, pecaminosa, mala, contraria a Dios, rebelde, porfiada,
orgullosa, etc.

5. La carne no puede ser reconciliada con Dios. Siempre se opondrá a Dios


(ver Gálatas 5:17). Nunca estará en paz con Dios; por el contrario, hay una
lucha constante. Dios nunca podrá estar en armonía con lo que no está en
armonía con Su carácter santo y justo.

Todo hijo de Dios puede regocijarse en este hecho: “Pero los que son de Cristo (los que pertenecen a
Cristo) han crucificado la carne con sus pasiones y deseos” (Gálatas 5:24).

Romanos 8:8

Por cuanto estas cosas, respecto a la carne, son así (v.7), los que están EN LA CARNE (los que no son
salvos) NO PUEDEN agradar a Dios (es imposible para ellos agradar a Dios). Comparar Hebreos 11:6
(los que están en la carne, son los que están sin fe). Para un comentario del Antiguo Testamento sobre
Romanos 8:8 ver Proverbios 15:8, 9, 26. La carne nunca jamás podrá agradar a Dios. Para la mayoría de
las personas es muy, muy difícil aceptar la verdad de este versículo. Está diciendo que todo lo que hice en
mi vida (antes de venir a Cristo) era inaceptable para Dios y no le agradaba. Nosotros podemos haber
considerado muchas cosas como buenas y rectas y dignas de alabanza, pero Dios no estaba complacido.
La única manera en que podemos agradar a Dios es “POR JESUCRISTO” (Hebreos 13:21).

¿Qué sugieren los versículos 7 y 8 acerca de la persona que tiene la mente del Espíritu? (Ocuparse del
Espíritu es tener la mente del Espíritu o tener una mente espiritual). Veamos lo opuesto: La mente
espiritual (la mente del Espíritu) es un amigo de Dios (está en paz con Dios, no hay guerra, no hay
hostilidad), porque es sumisa a la ley de Dios (Rom. 8:4) y siempre lo será. De modo que los que viven
según el Espíritu PUEDEN agradar a Dios. El versículo siguiente habla de los que están en el Espíritu:

Romanos 8:9

“Mas vosotros” (en contraste con los que están en la carne). Vosotros no estáis en la carne. Ustedes
pueden agradar a Dios. Toda persona salva está “EN EL ESPÍRITU” y toda persona no salva está “EN LA
CARNE”. Todo creyente es “espiritual” en el sentido que TIENE el Espíritu (ver Judas 19). “Mora” = tiene
su hogar en ti. Tu cuerpo es la casa del Espíritu o su morada o su templo santo (1 Corintios 6:19-20).

Pablo está diciendo aquí que TÚ ESTÁS EN EL ESPÍRITU, SI EL ESPÍRITU ESTÁ EN TÍ. Si el Espíritu no está
en ti, entonces estás en la carne (no eres salvo). “Alguno” = alguien. “No es de ÉL” = él (esta persona,
que no tiene el Espíritu) no es “de ÉL”, es decir, no pertenece a Cristo, no es de ÉL, no es un cristiano, de
modo que no es salvo. Por inferencia, este versículo nos enseña claramente que en todo verdadero
cristiano mora el Espíritu Santo. Si una persona es salva, el Espíritu Santo MORA (habita) en ella, y ella
está en (la esfera del) el Espíritu. Cada creyente en Cristo recibe el Espíritu Santo con la única condición
de su fe en Cristo (Juan 7:37-39). No hay tal cosa como un verdadero creyente que no tiene el Espíritu
Santo. El verdadero cristiano ya no está “en la carne” (en la esfera de la carne). El no está en la carne,
pero la carne está en él (Romanos 7:18). Observe como es designado el Espíritu Santo: “Espíritu”,
“Espíritu de Dios”, “Espíritu de Cristo”.

El versículo 9 dice que el Espíritu está en ti.


El versículo 10 dice que Cristo está en ti (ver también Juan 14:17, 20).

Romanos 8:10

Compare con Romanos 8:1 – Cristo está en mí (v.10) y yo estoy en Cristo (v.1). Romanos 8:9 enseña que
yo estoy en el Espíritu y que el Espíritu está en mí. ¡Benditas relaciones! En Romanos 7:18 Pablo dice, “yo
sé que en mí no mora el bien”, pero el creyente también puede decir, “yo sé que en mí mora el Dios vivo”.
Si una persona es realmente salva, entonces Jesucristo está EN esa persona (ver 2 Corintios 13:5). De
modo que lo que Pablo dice en el v.10 se aplica al verdadero creyente. Si tú eres realmente salvo,
entonces esto es cierto: el cuerpo está muerto a causa del pecado. ¿En qué sentido está muerto? Tú
aún no estás físicamente muerto. Pablo dice “muerto” en el sentido de “mortal” (ver v.11), lo que
significa sujeto a muerte y decadencia y enfermedad a causa del pecado. El cuerpo del creyente aún no ha
sido redimido (pero lo será en el futuro—Romanos 8:23). El cuerpo del creyente aún no ha sido renovado
o vigorizado o vivificado, pero lo será en el futuro (Romanos 8:11).

“El espíritu vive a causa de la justicia”.  Este versículo hace un contraste entre el cuerpo del creyente
y el espíritu del creyente. El espíritu no está muerto, es VIDA. Hemos sido vivificados o avivados (se nos
dio vida) espiritualmente (Efesios 2:1,5). Mi espíritu fue vivificado o reavivado en el momento en que fui
justificado. La vivificación de mi espíritu ya tuvo lugar en el momento de mi salvación (Romanos 8:10); la
vivificación de mi cuerpo tendrá lugar en el futuro, en el día de la resurrección (Romanos 8:23).

Romanos 8:11

“El que levantó de los muertos a Cristo Jesús” se refiere a Dios el Padre. Si el Espíritu de Dios mora
en ti (y esto es así, si eres salvo—Rom.8:9), entonces Dios vivificará (dará vida en el futuro) tu cuerpo
mortal (tu cuerpo que todavía no ha sido redimido y que está sujeto a enfermedad, deterioro y muerte).
Si el Dios Omnipotente pudo levantar a Jesús de los muertos, ciertamente también podrá cuidar de
nuestros cuerpos. Esta es una maravillosa promesa de la futura resurrección de los creyentes. La
presencia del Espíritu en tí ahora, es la garantía de tu futura resurrección (Efesios 1:13-14; 4:30).

Romanos 8:12

“Deudores” = los que tienen una obligación (Rom.1:14). No somos deudores a la carne, porque ahora
vivimos en la esfera del Espíritu. No tenemos ninguna obligación para con la carne. Nada le debemos a la
carne. De hecho, ya le hemos dado demasiado a la carne. Ya hemos estado demasiado tiempo en la carne
(ver 1 Pedro 4:2-3) y ya hemos pecado demasiado en la carne. Más bien, soy deudor a vivir según el
Espíritu. Esta es mi obligación cristiana.

Romanos 8:13

“Vivamos” =tiempo presente (constante y habitualmente). La muerte (separación de Dios) está al final


de una vida vivida según la carne (Romanos 6:21). “Hacer morir” = mortificar (la misma palabra se
encuentra en Romanos 8:36 “muertos”). ¿Cómo hacemos ésto? ¿Cómo mortifica y hace morir el creyente
las obras de la carne?

La Doctrina Bíblica de la MORTIFICACIÓN

Notemos primeramente que debemos mortificar (hacer morir) “por el Espíritu”. Esto es algo que se hace
por el poder del Espíritu, no por nuestro propio poder. Hay dos aspectos de la mortificación del creyente
que deben ser considerados:

1. POSICIONALMENTE ya ha sucedido. Gálatas 5:24 dice, “los que son de Cristo (los que le
pertenecen a ÉL, comparar Rom.8:9), han crucificado la carne con sus pasiones y deseos”. Note
que este versículo no dice que debemos hacer ésto, sino que dice que ya ha sido hecho. No dice
“crucifica la carne”, sino dice (ya) “has crucificado la carne”. ¿Cuándo sucedió ésto? Hace 2000
años (comparar Gálatas 2:20). Cuando Cristo murió, yo morí. Fue entonces cuando mi crucifixión
tuvo lugar.

2. EXPERIMENTALMENTE el creyente necesita hacerlo: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros”


(Colosenses 3:5). Pero la pregunta clave es: ¿CÓMO HA DE HACERSE ESTO? La clave es la fe. La fe
se afirma en el hecho de que en Cristo yo ya he muerto (ver Colosenses 3:3—“porque habéis
muerto”), y por fe considero que este hecho es verdad. El “pues” de Col.3:5 señala hacia la
gloriosa verdad del v.3 de que ya hemos muerto con Cristo y en Cristo. De modo que se nos dice
que realicemos por fe  (Col. 3:5) lo que Dios ya ha realizado en los hechos (Gá.5:24; Col.3:3;
Gá.2:20). Gálatas 5:24 expone el hecho y Colosenses 3:5 apela a la fe (basada en el hecho—
Col.3:3). Mientras más consideremos nuestra POSICIÓN por fe, tanto más se hará realidad (por el
poder del Espíritu) en nuestra presente CONDICIÓN. Ver Romanos 6:11 y la exposición sobre
“CONSIDERAR”.

Romanos 8:14

En el versículo 9 aprendimos que un verdadero cristiano es aquel en quien mora el Espíritu Santo. En este
versículo tenemos otra característica de un verdadero cristiano. Todos los que son GUIADOS por el
Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Un verdadero creyente es guiado por el Espíritu. La persona que
vive según la carne (v.12), ciertamente no es guiada por el Espíritu. Ver Juan 10:26-27. ¿Cuál es el
distintivo de una verdadera oveja? La verdadera oveja sigue al verdadero Pastor. Cristo guía y Sus ovejas
siguen. Así mismo, aquí en Rom.8:14 leemos que el verdadero hijo es guiado por el Espíritu. El verbo se
encuentra en tiempo presente: somos guiados continua y constantemente por el Espíritu. Él está obrando
siempre en nuestras vidas. Nos está guiando por el camino correcto o nos está guiando de regreso al buen
camino. Nos está controlando o nos está convenciendo, pero ÉL siempre está obrando en nosotros (Él
nunca nos dejará—ver Efesios 4:30). Nosotros lo estamos contristando o agradando. Nosotros estamos en
la esfera del Espíritu y nunca podremos salir de esa esfera. Recuerde, estamos “en el Espíritu” (Romanos
8:9).

Romanos 8:15

La palabra clave en el capítulo 8 es “ESPÍRITU” (se encuentra 19 veces en este capítulo). En el momento
en que una persona es verdaderamente salva, ella recibe el Espíritu de Dios, que aquí es llamado “el
Espíritu de adopción”. La persona salva no entra en una relación legal sino en una RELACIÓN DE AMOR
(comparar Rom.7:4). No somos como un esclavo que está temblando ante un amo duro y riguroso, sino
somos como hijos ante el padre. La palabra aramea “ABBA” es explicada por la palabra siguiente “Padre”.
Era una palabra muy familiar por padre, quizás parecida a la palabra “papá”. Nos asombra encontrar esta
misma expresión, usada por el Señor Jesucristo Mismo, en Marcos 14:36. Los creyentes tienen la misma
relación íntima con su Padre Celestial como la que Cristo tenía, para la alabanza de Su gracia. Nadie
puede estar más cercano y ser más amado por el Padre Celestial que aquellos que están “en Cristo”.

 “Cerca, tan cerca de Dios, más cerca no podría estar


Pues en la persona del Hijo de Dios, estoy tan cerca como ÉL
Amado, tan amado por Dios, no podría ser más amado Pues en la persona del Hijo de
Dios, soy tan amado como ÉL”

La palabra “adopción” consiste de dos partes:1) hijo 2) poner. Dios ha tomado al creyente (que era un
hijo de ira y de desobediencia—Efesios 2:1-3) y lo ha puesto en la posición de hijo, con todos los derechos
y privilegios y beneficios y bendiciones y herencias que se le otorgan por ser un hijo.

Romanos 8:16

“Mismo”. El Espíritu Santo es una bendita Persona, no un “lo” impersonal. El Espíritu Santo da testimonio
a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Este corto versículo trata con la importante doctrina de la
SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN. La Biblia enseña claramente que una persona puede saber y estar segura
(en esta vida) de que es un hijo de Dios. ¿Cómo podemos saber? Este versículo dice que sabemos que
somos hijos de Dios porque el Espíritu Santo da juntamente (como dice la versión 1977) testimonio a
nuestro espíritu. De modo que hay dos testigos que me dicen que soy un hijo de Dios. El primer testigo es
mi espíritu humano—esa parte de mí que (ahora que soy salvo) es sensible a Dios y es sensible a las
cosas espirituales. Mi espíritu dice, “Sí, soy un hijo de Dios. Yo soy salvo. Estoy justificado. Tengo una
relación genuina y real con Dios por medio del Señor Jesucristo y por Su gracia. Conozco a Dios como a mi
Padre celestial y puedo orar a ÉL, no de una manera ritual y mecánica, sino de una manera directa y
real.”  El segundo testigo es el Espíritu Santo, al cual recibí en el momento en que fui salvo. Su presencia
en mi vida es la base de mi seguridad. Si ÉL no está presente en mi vida, no tengo en qué basar mi
seguridad (Romanos 8:9). Comparar también 1 Juan 4:13. ÉL mora en mí y ÉL me asegura que
pertenezco a Dios. Aún cuando no estoy bien con Dios, ÉL me hace admitir mi culpa y me hace sentir Su
presencia contristada (Efesios 4:30), y ésto también es una indicación de que ÉL mora en mí y de que yo
le pertenezco a ÉL.

Cuando una persona es salva, de alguna manera comprende y se da cuenta y está conciente de que es un
hijo de Dios (que ha nacido de nuevo, que ha nacido de Dios). El sabe que pertenece a Cristo y que Cristo
le pertenece a él. Al mismo tiempo, el Espíritu de Dios transmite Su testimonio silencioso confirmando el
mismo hecho. Yo digo en mi corazón, “Yo soy de ÉL y ÉL es mío” y el Espíritu dice “Sí, Amén, y yo estoy
en ti como prueba de ello”. Ver Gálatas 4:1-6 como pasaje paralelo. En Romanos 8:15 el creyente
(“nosotros”) dice, “ABBA PADRE”. En Gálatas 4:6 es el Espíritu quien clama “ABBA PADRE”. El Espíritu da
testimonio junto con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios (ver Deut. 19:15 donde dos testigos dan
su testimonio). El espíritu humano dice, “Soy un hijo de Dios, ABBA PADRE”. El Espíritu Santo dice, “Sí, él
es un hijo de Dios, ABBA PADRE”. Por la boca de dos testigos queda ESTABLECIDO.

El Espíritu Santo tiene un ministerio muy importante de CONVENCER A LOS HOMBRES (hacerles confesar
su culpa). Una vez me convenció de que yo era un pecador. Ahora me convence de que soy
un santo(salvo, un hijo de Dios). ¿Cómo realiza el Espíritu esta obra? ÉL convence y persuade a los
hombres usando la Palabra de Dios. El Espíritu usó la Palabra de Dios para convencernos de nuestra
pecaminosidad. El mismo Espíritu usa la misma Palabra para convencernos de que pertenecemos a Dios:
“Estas cosas os he escrito para que SEPÁIS que tenéis vida eterna” (1 Juan 5:13 y comparar con el
v.10 que también habla de un TESTIMONIO INTERNO). (Nota: el evangelio de Juan fue escrito para que
los hombres crean en Cristo y su palabra clave es CREER—Juan 20:31; el libro de 1 Juan fue escrito para
que los creyentes tengan seguridad y la palabra clave es SABER -1 Juan 5:13).

Ver 1 Juan 5:10—La clave es ésta: CREE Y SABRÁS (tendrás el testimonio en ti mismo). De acuerdo con
Romanos 8:15-16, si tu crees, el Espíritu dará testimonio con tu espíritu de que eres un hijo de Dios.
CREE Y SABRÁS. Salmo 34:8 ilustra ésto. ¿Cómo puedo saber si el Señor es bueno? ¡GUSTAD Y VED! Los
que gustan, sabrán. Comparar 1 Pedro 2:3. ¿Cómo puedes saber si un postre es delicioso si nunca lo has
gustado? ¿Cómo puedes conocer la bienaventuranza de una relación personal con Dios si nunca has
creído?

Romanos 8:17

No somos sólo hijos de Dios, también somos herederos. Tenemos una espléndida herencia. Somos
millonarios espirituales (Efesios 1:3). Ver también 1 Pedro 1:3-4. El Espíritu Santo ha venido a nuestros
corazones 1) para decirnos y asegurarnos de que ahora somos hijos de Dios (Romanos 8:15-16); 2) para
garantizar de que más adelante recibiremos nuestra herencia (Efesios 1:13-14). No somos sólo
HEREDEROS DE DIOS, somos también COHEREDEROS con Cristo. Lo que le pertenece a ÉL, nos pertenece
a nosotros. Lo que es de ÉL, es mío. Yo participo de todas las riquezas de Cristo. ¿Cuán rico es Cristo? Ver
Hebreos 1:2—heredero de TODAS LAS COSAS y ver también 1 Corintios 3:21-23. De ésto se trata la
ADOPCIÓN. Dios me ha puesto en la posición de un hijo, con todos los derechos y privilegios y beneficios
y bendiciones y herencia que un hijo de Dios debe tener. Con Cristo yo recibo gustoso TODAS LAS COSAS
(Romanos 8:32), aún cuando yo sé que no merezco ninguna de ellas.

Compartiremos con Cristo entonces, pero también compartimos con Cristo ahora. Participaremos de Sus
riquezas y de Su gloria, pero también participaremos de Sus sufrimientos: “si es que padecemos
juntamente con ÉL”. El creyente debe esperar SUFRIMIENTO PRESENTE Y GLORIA FUTURA. Cuando el
Señor Jesús estaba en el mundo, ÉL fue tratado de cierta manera y cada creyente participa de ello.
Cuando el Señor Jesús regresó a Su Padre, ÉL fue tratado de cierta manera y nosotros también
participaremos de ello.

En la experiencia de Cristo, era SUFRIMIENTO PRIMERO Y GLORIA DESPUÉS (Lucas 24:26)  y así será
para el creyente. PRIMERO SUFRIMIENTO y DESPUÉS GLORIA, es en realidad el tema del libro 1 Pedro.
Por ejemplo, ver 1 Pedro 1:5-6 que hace un contraste entre la gloria futura de la salvación, con las
dificultades de las pruebas presentes. Ver 1 Pedro 1:11 que habla de los sufrimientos de Cristo y de las
GLORIAS que vendrían después. Esto también se ve en 1 Pedro 3:18 (los sufrimientos de Cristo) y 3:22
(la gloria de Cristo). De modo que el creyente participará de los sufrimientos de Cristo AHORA y
participará de Su gloria  DESPUÉS (1 Pedro 4:13). 1 Pedro 5:1 repite el mismo tema. Cuidar del rebaño
del Señor incluye ahora mucho sufrimiento y dificultades (1 Pedro 5:2-3), pero incluirá gloria en el futuro
(1 Pedro 5:4). Finalmente el tema de 1 Pedro se resume en 5:10. Note que el sufrimiento, que es sólo por
un tiempo (el sufrimiento presente no es muy largo a la luz de la eternidad), será seguido por una gloria
futura que durará para siempre (1 Pedro 5:10).

Debe esperarse el sufrimiento presente (ver Juan 15:18-21; 16:1-3; 16:33; 17:14; 1 Tesalonicenses
3:3; 2 Timoteo 3:12; 1 Juan 3:13). El sufrimiento presente es un privilegio dado por Dios (Filipenses
1:29; Hechos 5:41).

Hay algunos que enseñan que todo creyente es un “heredero de Dios”, pero que no todo creyente es
“coheredero con Cristo”. Ellos entienden que ser “coherederos” es ser una clase especial de creyentes que
son victoriosos y que perseveran hasta el fin, aún cuando hacer ésto, signifique dificultades y sufrimiento.
Esta enseñanza refleja un serio error de comprensión de este versículo. Pablo no está hablando de una
clase especial de creyentes vencedores, que califican como coherederos de Cristo y que reinarán con ÉL
en el reino, en contraste con creyentes mundanos que no sufren y que serán excluidos del reino milenial y
que serán castigados en las tinieblas de afuera con lloro y crujir de dientes durante mil años. Aunque es
cierto que algunos creyentes sufren más que otros, también es cierto que todos los creyentes participan
de los sufrimientos de Cristo (2 Corintios 1:5; Juan 15:18-21; 16:33, etc.). Todo creyente es un
coheredero con Cristo y participa de su gloria. Todos los creyentes reinarán con Cristo en Su reino (Mateo
13:40-43).

¿Los Coherederos con Cristo son una Clase Élite Especial de

Cristianos Victoriosos y Vencedores?

William Newell dice lo siguiente en su comentario bajo Romanos 8:17:

Si es que padecemos juntamente con ÉL, para que juntamente con ÉL seamos
glorificados—De aquí se separan dos escuelas de interpretación. La una sostiene
osadamente que todos los santos están designados y que todos reinarán con Cristo. La
otra dice que para reinar con Cristo se necesita escoger voluntariamente el camino del
sufrimiento con ÉL. Bien, la palabra griega eiper, que se traduce “si es que”, soporta
ambas interpretaciones.

“Para que juntamente con ÉL seamos glorificados.” Esta es la llave de nuestra cuestión:


¿QUIENES serán glorificados con Cristo cuando venga? En el capítulo 5 Pablo dice (y lo
dice de todos y para todos los santos): “Nos regocijamos en la esperanza de
la gloria de Dios.”  En 2 Tes.1:10 leemos: “Cuando venga para ser glorificado en Sus
santos y ser admirado en todos los que creyeron”. En 1 Co.15:23: “Cristo las primicias;
luego, los que son de Cristo en Su venida.” En Col. 3:4: “Cuando Cristo, nuestra vida
sea manifestado, entonces vosotros también (evidentemente todos los santos) seréis
manifestados con Él en gloria.” En 1 Juan 3:2: “Ahora somos (todos los santos) hijos de
Dios. . . Sabemos que cuando ÉL fuere manifestado, seremos (todos los santos)
semejantes a ÉL, porque le veremos tal como ÉL es.”

Zane Hodges está entre quienes enseñan que sólo un grupo élite de creyentes reinará con
Cristo, dividiendo así el cuerpo de Cristo durante el milenio y entregando, durante mil años, a
los creyentes infieles, que no han sufrido, a las tinieblas de afuera donde habrá lloro y crujir de
dientes. Hodges enseña que todos los creyentes son “herederos de Dios”, pero que sólo los
creyentes victoriosos y vencedores y que sufren, son “coherederos con Cristo”. Pero ésto no es
lo que el texto de Romanos 8:16-17 dice realmente. Romanos 8:16 enseña que nosotros
somos los hijos (tekna) de Dios (y ciertamente, esto es verdad en cuanto a todos los creyentes
—Juan 1:12). Romanos 8:17 enseña que si somos hijos (y lo somos), entonces también
somos herederos. Como hijos de Dios, ¿qué clase de herederos somos? Somos herederos de
dos maneras: 1) Somos herederos de Dios; 2) somos coherederos con Cristo (ver
Hebreos 1:2 donde leemos que Cristo es el gran Heredero).

En su excelente Gramática Griega, Daniel B. Wallace traduce Romanos 8:17 como sigue:


“Ahora, si somos hijos, también (somos) herederos; por una parte, herederos de Dios, por
otra parte, herederos compañeros con Cristo”.

“Si es que” (eiper) es usado seis veces en el Nuevo Testamento. Es usado por Pablo en
Romanos sólo en un lugar más, en este mismo capítulo. Romanos 8:9—“Mas vosotros no
vivís según  la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros.”
Pablo está haciendo una declaración que es cierta en cuanto a cada creyente (“no estáis en la
carne sino en el Espíritu”) y luego prosigue con otra afirmación, que es cierta en cuanto a cada
creyente (“el Espíritu de Dios mora en vosotros”). Pablo estaba diciendo algo como ésto: “Eres
un verdadero cristiano (no en la carne sino en el Espíritu) porque estoy asumiendo que el
Espíritu de Dios mora en ti”.

Sigamos el mismo modelo en Romanos 8:17. Pablo está haciendo una afirmación que es cierta
en cuanto a cada creyente (“sois herederos—herederos de Dios y coherederos con Cristo”) y
luego prosigue con otra afirmación que es verdadera en cuanto a cada creyente (un verdadero
creyente sufre con Cristo—Juan 15:18-21; 1 Pedro 5:10; Filipenses 1:29, etc.). Pablo estaba
diciendo algo como ésto: “Vosotros sois verdaderos cristianos (herederos de Dios y
coherederos con Cristo) porque estoy asumiendo que ÉL está EN VOSOTROS, y si ÉL está en
vosotros, entonces el mundo que lo odió a ÉL, os odiará a vosotros, porque os habéis
identificado con ÉL (Col. 1:24; Juan 16:33). Por lo tanto, todo verdadero creyente sufre con
ÉL. Es decir, los que comparten Su gloria entonces, son los que comparten
Sussufrimientos ahora (ver 1 Pedro 5:10, donde Pedro no da ninguna indicación de
que  estuviera hablando de un grupo de élite de creyentes que sufren, como opuesto a
creyentes carnales que no sufren; tampoco lo hace Pablo en Filipenses 1:29).

Otro ejemplo similar de “si es que” se encuentra en 1 Pedro 2:2-3. Aquí encontramos un
modelo parecido. Pedro da un mandamiento a todo niño en Cristo recién nacido: “Desead la
leche espiritual de la palabra”. El sigue con otra declaración que es verdad en cuanto a cada
creyente: “Habéis gustado la benignidad del Señor.” Pedro estaba diciendo algo como ésto:
“Ustedes son verdaderos cristianos (verdaderos niños en Cristo) y deberían desear la leche
pura de la Palabra, porque estoy asumiendo que han gustado que el Señor es benigno (y todo
creyente lo ha gustado). Si realmente has gustado la gracia del Señor, entonces desearás más
y más y más.

Cuando Cristo estaba en el mundo, Él estaba bajo el constante ataque del mundo y del diablo.
Hoy Cristo está en Sus creyentes que están en el mundo, y Él, en ellos, continúa estando bajo
continuo ataque. El resultado de ésto, es que nosotros participamos de los sufrimientos de
Cristo. Pablo, escribiendo a los Corintios que a menudo eran muy carnales, les dijo, “Porque
como los sufrimientos de Cristo abundan en nosotros” (2 Corintios 1:5 y comprar 2 Corintios
4:16-18). En Romanos 8:18 Pablo habla de “las aflicciones del tiempo presente” y ¿qué
creyente, en el cual mora el Espíritu, está exento de eso?

Finalmente, Pedro les dice a todos los creyentes que esperen “fuegos de pruebas” y difíciles
tribulaciones y que se gocen en ello, “por cuanto sois participantes de los padecimientos de
Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría” (1 Pedro
4:12-13). No hay aquí ni el más leve indicio que Pedro esté dirigiendo sus palabras a algún
grupo élite de creyentes sufrientes, en contraste a otros creyentes, que no están dispuestos a
sufrir por Cristo. Pedro estaba hablando sobre los sufrimientos que todos los creyentes
comparten y participan.

Es ciertamente verdad que unos creyentes sufren más que otros. De igual manera, algunos
creyentes son más fieles en su servicio al Señor que otros. Algunos creyentes son más
efectivos para compartir el evangelio que otros. Algunos creyentes andan más en el Espíritu
que otros. Nadie duda que los hijos de Dios exhiben diferentes niveles de fidelidad y que
muchos sufrirán pérdida en el Tribunal de Cristo. Sin embargo, no podemos decir que algunos
creyentes están exentos de los sufrimientos de Cristo, de los cuales todos participamos. Cristo
anduvo por el camino del sufrimiento y nosotros, que lo seguimos, debemos hacer lo mismo.
El sufrimiento no es opcional en este mundo que odia a Cristo y que rechaza a Cristo. En este
mundo, los hijos de Dios están marcados por el sufrimiento (comparar Hebreos 11:36-38,
donde este mismo principio está ilustrado por los santos del Antiguo Testamento).

“Está la circunstancia de sufrir con ÉL para que seamos juntamente glorificados; pero
ésto será favorable para todos los que le pertenecen a ÉL. . Todos los que tienen la
naturaleza divina, incluso a ÉL mismo como su vida, sufren en un mundo malo, que
constantemente hiere y pone a prueba a quienes tienen esa naturaleza. . . Este
sufrimiento (en conjunto) se debe a tener vida en ÉL, mientras se vive en un ambiente
en que todo se opone a ÉL. . .  Por lo cual, si este sufrimiento en un mundo tal como es
ahora, es una consecuencia necesaria de la vida divina, rodeada de todo lo que está
resultando en miseria y alejamiento y rebelión contra ÉL, es un gran privilegio sufrir con
Cristo, gozándose, mientras tanto, en la esperanza de compartir Su gloria.” (William
Kelly, Epístola a los Romanos).

Tal como enseña el escritor de Hebreos, que los que están sin disciplina son bastardos (hijos
ilegítimos) y no hijos (Hebreos 12:8), así Pedro (1 Pedro 4:12-13) y Pablo (Romanos 8:16-18;
2 Corintios 1:5; Filipenses 1:29) dirían lo mismo: Pero si estáis sin sufrimiento, de lo cual
todos participan  (1 Pedro 4:13; 2 Corintios 1:5), entonces sois bastardos y no hijos.
Pero regocijaos puesto que ustedes son hijos y son herederos de Dios y son coherederos con
Cristo (Romanos 8:16-17). Ustedes comparten Su cruz y ustedes compartirán Su corona.

Romanos 8:18  VIENDO NUESTROS SUFRIMIENTOS PRESENTES A LA LUZ DE LA ETERNIDAD

Pablo está hablando aquí de los sufrimientos presentes que experimentan los creyentes a través del
tiempo, y los hace contrastar con la gloria que los creyentes experimentarán en el futuro, cuando estén
con el Señor. “Tengo por cierto” –“calculo, cuento con que este hecho es cierto, sé que es un hecho”.
Dios quiere que creamos este hecho y que contemos con él, estando convencidos de que es verdad. Los
sufrimientos del tiempo “ahora” no son comparables a la gloria que será revelada en nosotros. Cuando
algo es comparable (digno) a otra cosa, significa que son iguales. Aquí se nos dice que los sufrimientos NO
SON COMPARABLES a la gloria, es decir, tenemos una situación desequilibrada. La gloria es muy superior
a los sufrimientos. Puedes decirlo de esta manera: a un lado de la balanza tienes una insignificante
partícula de polvo, que representa los sufrimientos del tiempo presente. En el otro lado de la balanza
tienes una gran pieza de oro que pesa diez toneladas, que representa la gloria futura. ¡No hay
comparación! En 2 Corintios 4:17 tenemos la misma verdad. Los sufrimientos y aflicciones presentes son
muy “leves” y “temporales”. La gloria es muy PESADA y ETERNA. Desde luego, cuando
personalmente  pasamos por tiempos de sufrimiento y pruebas, nos parecen muy, muy pesados y muy,
muy largos, (como si no fueran a terminar nunca). Pero esto nos parece así desde nuestro muy limitado
punto de vista. Desde el punto de vista de la eternidad, los sufrimientos y aflicciones que soportamos en
esta vida son muy leves.

¿Sabía Pablo lo que era el sufrimiento? En Romanos 8:18 y en 2 Corintios 4:17 Pablo nos dice que sus
sufrimientos presentes son “leves” comparados con su gloria futura. Nos asombramos cuando leemos
acerca de los sufrimientos que Pablo experimentó realmente en 2 Corintios 11:23-28 (y compare Hechos
9:16). En realidad, la mayoría de nosotros diríamos ésto: “Mis sufrimientos no son dignos de ser
comparados con los del apóstol Pablo”. Pero Pablo sabía que aún sus sufrimientos no eran dignos de
compararse con la gloria futura que le pertenecerá como coheredero con Cristo.

Romanos 8:19

Este versículo y los versículos siguientes hablan de la creación de Dios, tanto la animada (animales y
plantas) como la inanimada (rocas, montañas, etc.). Podríamos usar el término “naturaleza”. Aquí la
naturaleza es personificada de una manera interesante. La naturaleza o la creación está esperando algo
ansiosamente, está aguardando algo ansiosamente. Las bestias y las aves, las rocas y los ríos—todos
están diciendo, “No puedo esperar que ésto suceda”. La creación de Dios está bajo la terrible maldición y
esclavitud del pecado. Abundan las evidencias de que vivimos en un mundo caótico, maldito por el pecado
(animales que atacan a animales, animales que devoran animales, tempestades violentas, tornados,
huracanes, inundaciones, etc.). Esto no siempre fue así. Antes de la caída del hombre, la creación de Dios
estaba en pacífica armonía (Génesis 1-2). En un tiempo futuro, esta armonía será restaurada nuevamente
(ver Isaías 11:6-9). La creación será libertada de la maldición y ésto sucederá en la “manifestación
(revelación, presentación) de los hijos de Dios”. Cuando el Señor Jesucristo sea revelado en Su segunda
venida (2 Tesalonicenses 1:7), entonces también los “hijos de Dios” serán revelados con ÉL (ver
Apocalipsis 19:14 y comparar Apocalipsis 19:7-8).

Romanos 8:20

“Vanidad” = vacío, frustración, desilusión. La creación (naturaleza) fue sujeta a vanidad después de la
caída del hombre en pecado, cuando Dios maldijo la tierra. Todo el universo sintió los efectos del pecado
de Adán.

“No por su propia voluntad”—la naturaleza no escogió estar bajo esta maldición. Los animales no
sostuvieron una convención en la cual todos decidieron voluntariamente ponerse bajo la maldición divina.
Fue Adán quien hizo la elección y fue Dios quien trajo la maldición. “Del que” se refiere a Dios que
pronunció la maldición y sojuzgó la tierra. No se refiere a Adán. Pero aunque toda la naturaleza ha sido
llevada a este estado de vanidad, hay esperanza. El futuro contiene una promesa de esperanza. La
maldición no durará para siempre.

Romanos 8:21

Aquí está la promesa de esperanza. La naturaleza será libertada y emancipada. “Esclavitud” = yugo. Hoy
la naturaleza está sometida a un estado de corrupción, está sujeta al deterioro, enfermedad, muerte,
destrucción (comparar con la segunda ley de la termodinámica que la ciencia puede observar, pero que
solo la Biblia puede explicar). Es interesante que la condición y el estado del hombre es reflejado en la
naturaleza. Cuando el hombre está bajo maldición, la naturaleza lo refleja. Cuando el hombre redimido
finalmente sea libertado, la naturaleza lo reflejará.

 Romanos 8:22

“Toda la creación”= toda la naturaleza. “Gime” = proferir un intenso lamento que indica dolor y


sufrimiento. Una vez más, la naturaleza es personificada. Aquí es representada como una madre que está
sufriendo dolores de parto. Una madre con dolores de parto tiene esperanza. Ella sabe que habrá un
nacimiento y que el sufrimiento no durará para siempre. Después del dolor y la aflicción viene la alegría de
una nueva existencia. Así también el mundo de la naturaleza tiene la promesa de libertad y de una
existencia nueva que se cumplirá en el reino milenial de Cristo y, finalmente, en los nuevos cielos y la
nueva tierra.

Romanos 8:23

La creación de Dios (la naturaleza) no es la única que está gimiendo. Los creyentes también están
gimiendo. Nosotros también estamos esperando ansiosamente un evento futuro. Este evento es llamado
“la adopción” y se refiere a una adopción futura, cuando nuestra condición de hijos se materialice
plenamente. La “adopción” se describe aquí como la “redención de nuestro cuerpo”. Esta es la futura y
final redención que se cumplirá cuando Cristo venga por Su iglesia. Hay un aspecto presente de la
redención mencionado en versículos como Efesios 1:7; Colosenses 1:14; 1 Corintios 1:30; 1 Pedro 1:18-
19, pero también hay un aspecto futuro de la redención (cuando nuestra salvación sea acabada) como se
expone en Efesios 1:14 y 4:30 y también aquí en Romanos 8:23. Del mismo modo, hay un aspecto de la
adopción que es realidad para los creyentes ahora (Romanos 8:15), y también hay un aspecto futuro de
adopción, que espera un cumplimiento futuro (Romanos 8:23). Las “primicias”  es la prenda o garantía
de que nuestra salvación será completada, y aquí las “primicias” es nada menos que la Persona y la
Presencia de Dios el Espíritu Santo en la vida del creyente. ¿Qué significan las primicias? Cuando cosechas
los primeros tomates de tu huerto, ésto indica que habrá muchos más. Vendrán muchos tomates más. Se
disfrutarán muchas más bendiciones del huerto. En el momento en que una persona confía en Cristo, ella
recibe el Espíritu Santo que es, ÉL Mismo, las ARRAS (el anticipo, garantía—Efesios 1:13-14) de que
mucho más seguirá (un cuerpo nuevo, una herencia eterna, un hogar en el cielo, glorificación futura-
v.18, etc.).

Romanos 8:24-25

“Porque en esperanza fuimos salvos”. Cuando fuimos salvos, no fuimos salvos en el sentido completo
y final de esa palabra. Todavía estamos en estos cuerpos no redimidos, todavía luchamos con el pecado y
la tentación y gemimos y esperamos anhelantes ese día cuando seamos liberados hasta de la presencia
misma del pecado. La persona salva tiene una segura esperanza (certidumbre) de que algún día su
salvación será perfeccionada (ver Filipenses 1:6—Dios completará y terminará lo que ha comenzado).
Cuando el agricultor recoge sus primicias, esto no significa que ha terminado de cosechar toda su
labranza. No, sólo ha comenzado, pero tiene la esperanza y la promesa de que algún día recibirá toda la
cosecha. Pero tiene que esperarla.

La palabra esperanza, como se usa usualmente en el Nuevo Testamento, no lleva la idea de duda o
incertidumbre (como a menudo sucede en nuestra lengua común). Más bien habla de una EXPECTATIVA
SEGURA y puede traducirse de esa manera. Esperanza es algo en el futuro, que aún no se ha realizado o
recibido, pero que es absolutamente seguro, porque Dios lo ha prometido. Un ejemplo de ésto sería la
esperanza de la venida del Señor (comparar Tito 2:13—“la bienaventurada esperanza” o FELIZ
EXPECTATIVA). La única cosa incierta acerca de eso es el TIEMPO (no sabemos cuándo), pero el hecho es
seguro, porque tenemos la promesa del Señor (Juan 14:3; etc.). Es una esperanza futura que aún no se
ha cumplido, y estamos esperando y observando ansiosamente que ÉL venga. Por cuanto es seguro que la
promesa de Dios se cumplirá, podemos esperar pacientemente su realización. Tal como la madre
embarazada puede soportar los dolores y pesares del alumbramiento porque la esperanza de un
nacimiento es su expectativa, así el creyente también puede permanecer pacientemente bajo las difíciles
pruebas de la vida, sabiendo que nuestro futuro es tan brillante como las promesas de Dios (comparar 1
Tesalonicenses 1:3—“constancia en la esperanza”).

Resumen y esquema de Romanos 8:19-25

La creación (toda la naturaleza) está esperando anhelante la revelación de los hijos de Dios (v.19). Los
hijos de Dios están esperando anhelantes la redención del cuerpo (v.23). Ambos eventos están
conectados con la segunda venida de Cristo. Si la segunda venida de Cristo es vista como un suceso
general, entonces estos dos aspectos pueden verse juntos. Pueden hacerse las siguientes distinciones:

Nota: El rapto es una revelación (1 Corintios 1:7; 1 Pedro 1:7; 1:13; 4:13), pero no son los hijos los que
son revelados al mundo, sino más bien es Cristo, en toda Su gloria, quien es revelado a los hijos.

Romanos 8:26-27
Note los tres gemidos en este capítulo:

Versículo 22—toda la creación gime


Versículo 23—todos los creyentes gimen
Versículo 26—Dios el Espíritu Santo gime

“Debilidades” = fragilidad, estar sin fuerza (señalando nuestra flaqueza). “Mismo”= el Espíritu Santo es
una Persona, la bendita Tercera Persona de la Trinidad. El creyente fuerte es el que reconoce cuán débil es
realmente (2 Corintios 12:10). Aún en la oración (que es venir a Dios el Padre en total dependencia)
necesitamos reconocer nuestra debilidad (no sabemos cómo orar y no sabemos qué pedir). Pero en medio
de nuestra debilidad, tenemos un gran AYUDADOR, es decir, Dios el Espíritu Santo (comparar la palabra
“Consolador”, que significa Alguien llamado para ayudar, un Ayudador). El Espíritu Santo es nuestro
Ayudador en la oración. “¡Qué amigo nos es Cristo!” ¡Qué amigo tenemos en el Espíritu Santo!

Ilustración de la Historia de la Iglesia. San Agustín era un hombre muy malvado en su juventud, pero
más tarde se convirtió. Su piadosa madre, Mónica, llevaba una gran carga por su hijo. Ella supo que él
dejaría el hogar para ir a Italia, de modo que pidió que Dios no le permitiera ir allá, porque ella temía que
él solo caería en peores pecados. Ella no sabía como debía orar. Dios no respondió su oración como ella
quería. Dios permitió que Agustín fuera a Italia y fue allí donde él fue gloriosamente convertido. Dios no
contestó su especial petición para poder contestar su verdadera petición, la salvación de su hijo.

Dios el Espíritu Santo toma nuestras débiles y defectuosas y vacilantes peticiones y las lleva ante Dios el
Padre, traduciéndolas a lo que es aceptable a Dios y en armonía con la voluntad de Dios. Aquí se nos dice
que hay una admirable comunicación entre Dios el Espíritu Santo y Dios el Padre y de la cual poco
entendemos (pero cuán agradecidos debemos estar por ella). No sabemos cómo orar. . .de modo que ÉL
ora por nosotros. ÉL SABE COMO ORAR.

La intercesión del Espíritu Santo es una obra de Dios poco conocida y poco apreciada. Note que en este
mismo capítulo se hace mención de la intercesión del Hijo de Dios (v.34). El Espíritu intercede por los
santos (v.27) y así hace Cristo (v.34). Ambos oran y ruegan a nuestro favor, pero de maneras diferentes.
Ambos ruegan a Dios el Padre por nosotros. Ambos ministerios son esenciales.

Los “gemidos que no pueden expresarse (gemidos indecibles)” es una referencia a esa bendita
comunicación entre Dios el Espíritu y Dios el Padre. Esto no es una referencia al don de lenguas (el don de
lenguas solo se menciona en una de las epístolas de Pablo, 1 Corintios, y aún allí es tratado por constituir
un problema). Las razones por las cuales no se refiere al don de lenguas son las siguientes:

1. Es el Espíritu el que gime, no el creyente.

2. Si fueras a describir lenguas en términos de gemidos, deberías decir que el don de lenguas consiste
en gemidos que pueden ser expresados (comparar la expresión “exclamaciones extáticas” que se
usa a menudo para describir el fenómeno carismático moderno). Aquí tenemos gemidos indecibles,
que no pueden expresarse por lengua humana.

3. El don de lenguas era algo que se podía oír (aunque no entender) por los hombres. Estos gemidos
solo Dios el Padre los puede oír.

4. El don de lenguas era un don de gracia (“charisma” en griego) que era dado sólo a algunos
creyentes, no a todos (1 Corintios 12:29-30). El ministerio de intercesión del Espíritu, por el
contrario, es a favor de todos los santos.

Romanos 8:28

Note el contraste consolador: v.26—“no sabemos”; v.28—“sabemos”. No sabemos cómo orar como


deberíamos, pero nuestro Dios sabe lo que ÉL está haciendo y nosotros confiamos en que ÉL hará que
todas las cosas sean para Su gloria y para el bien de Sus hijos. El versículo 28 es uno de los versículos
más consoladores de la Biblia para la persona que ama a Dios (el verdadero creyente). La animadora
verdad de este versículo se basa especialmente en un atributo de Dios—SU SOBERANÍA. Si todas las
cosas ayudan a bien (todos los sucesos, todas las circunstancias, todas las pruebas, todos los
acontecimientos, etc.), se desprende que Dios está por encima y que ÉL tiene que controlar todas las
cosas. Esto no es un fatalismo y determinismo sobrecogedor. Esto es el maravilloso hecho que un DIOS
JUSTO y SABIO Y AMANTE está en completo control se todas las cosas.

La actividad soberana de Dios es declarada en Efesios 1:11 y se implica en Efesios 5:20 (podemos dar
gracias por todas las cosas, no porque todas las cosas sean buenas, sino porque nuestra confianza está en
un Dios soberano, que hace que todas las cosas nos ayuden a bien para Su gloria). Romanos 8:28 es la
afirmación de un hecho que necesitamos SABER y con el que debemos contar, pero esta maravillosa
verdad no puede ser reclamada por todos. Es sólo para “los que aman a Dios”, lo que es una descripción
de los que son verdaderos creyentes (ver 1 Corintios 2:9; 8:3). Le amamos a ÉL, porque ÉL nos amó
primero (1 Juan 4:19). Pablo no está hablando aquí de una clase especial de creyentes que aman a Dios,
en contraste con otros creyentes que no aman a Dios. Si bien es cierto que algunos creyentes aman al
Salvador más que otros y lo demuestran por su fiel obediencia a Su Palabra, también es cierto que hay un
sentido en el cual todos los creyentes aman a Cristo. El amor a Cristo se demuestra por la obediencia a Su

Palabra (Juan 14:21-24), y los que se niegan a guardar Sus mandamientos son mentirosos si aseguran
conocer a Cristo (1 Juan 2:3-5 y comparar Juan 17:3). Como hijos de Dios, nuestra vida debe estar
caracterizada por la obediencia (1 Pedro 1:14). Obedecemos, porque amamos a nuestro Padre Celestial.
¿Cómo podríamos hacer algo menos?

Los que no lo aman a ÉL, no son salvos y están bajo la maldición de Dios (1 Corintios 16:22). Si una
persona dice, “yo no amo a Cristo, no, de ningún modo”, ¿cómo podría entonces esa persona asegurar
que cree en ÉL? Por otra parte, hay quienes aseguran amar a Dios, pero con sus hechos prueban que ellos
no lo aman realmente (1 Juan 4:20). En Romanos 8:28 Pablo no está hablando de un grupo especial de
cristianos que aman a Dios en contraste con otra gente salva que no ama a Dios. Los que aman a Dios
(v.28) son identificados como los llamados (v.28), y los que son LLAMADOS, son identificados como los
que antes conoció, los predestinados, justificados y glorificados (v.29-30). Estos son hechos que son
verdad en cuanto a cada y todo creyente. Es impensable que hubiera algunos creyentes que no hubiesen
sido conocidos antes, que no hubiesen sido predestinados, llamados, justificados y glorificados.

Este versículo no dice que “todas las cosas son buenas” sino que “todas las cosas ayudan a
bien”. Ilustración del pastel: Para hacer un pastel se necesitan varios ingredientes y varios de estos
ingredientes, por sí solos, no tienen buen sabor (pocos se deleitan comiendo huevos crudos, o harina o
manteca, etc.), pero si juntamos todos estos ingredientes, todos ellos ayudan para hacer un exquisito
pastel (producto final). Así Dios toma lo amargo y lo dulce, lo difícil y lo fácil, lo malo y lo bueno y hace
que todo ello resulte en algo bueno.

La verdad de Romanos 8:28 es tan importante que Dios ha apartado 9 capítulos del libro de Génesis (la
historia de José) para ilustrarla. A José le sucedieron algunas cosas muy malas y terribles – sus hermanos
lo odiaban, trataron de matarlo, lo vendieron como esclavo, etc. (Génesis 37) y luego José fue acusado
falsamente por una mala mujer y fue echado en prisión (Génesis 39). Pero Dios tenía un plan y un
propósito para José, un hombre que amaba a Dios. El padre de José no entendió la verdad de Romanos
8:28 (ver Génesis 42:36—“contra mí son todas estas cosas”), pero José sí las entendió (ver Génesis 50:20
y ver también Génesis 45:5,7 “Dios me envió”). Las cosas terribles que le sucedieron a José fueron en
realidad usados por Dios como los medios por los cuales salvaría a los hijos de Israel del hambre y de la
muerte.

Quizás la mayor ilustración de Romanos 8:28 se encuentra en la vida de Cristo Mismo. Al inocente Hijo de
Dios se le hicieron muchas cosas malas y terribles. ÉL fue negado, traicionado, acusado falsamente,
juzgado maliciosamente, siendo inocente lo encontraron culpable, fue azotado, golpeado, le escupieron, se
burlaron de ÉL y finalmente fue crucificado. ¿Podría resultar algo bueno de todo esto? Ciertamente, tuvo
por resultado EL MAYOR DE TODOS LOS BIENES, la salvación del hombre. La crucifixión de Cristo ayudó
para proveer salvación para todos los hombres (1 Timoteo 4:10—Su muerte proveyó salvación para
todos) y para la salvación efectiva de todos los que confían en Él y solamente en ÉL para la salvación de
su alma (1 Timoteo 4:10—“mayormente de los que creen”). Sí, aún en el acto más pecaminoso ejecutado
jamás por los hombres, Dios tenía un propósito y un plan que ÉL estaba llevando a cabo. Esto se ve en los
siguientes pasajes: Hechos 2:23; 3:13-18; 4:26-28 y comparar con Lucas 22:22 (observe en éstos
versículos el delicado equilibrio entre la responsabilidad del hombre y la soberanía de Dios—los hombres
ejecutaron sus malvadas acciones y son totalmente responsables por lo que hicieron, pero Dios usó lo que
hicieron para llevar a cabo su plan para la salvación del hombre).

“A los que conforme a Su propósito son llamados” – Dios tenía un propósito, un plan y un designio
para los que son verdaderos creyentes (y los dos siguientes versículos explican cuál es ese propósito). El
propósito de Dios no fallará. Dios tiene un plan para cada creyente y ese plan se llevará a cabo de acuerdo
al infalible propósito de Dios. El plan de Dios nunca fallará (ver Romanos 9:11; Isaías 14:27; 46:10-11).
El plan de Dios nunca se frustrará.

Romanos 8:29-30 –El plan de Dios para todo verdadero creyente.

Note la progresión: 1) conocimiento previo 2) predestinación 3) llamado 4) justificación 5) glorificación. Es


de ayuda pensar aquí en una cadena con cinco firmes eslabones. Podríamos llamarla la CADENA DE
SALVACIÓN DE DIOS, empezando por el conocimiento previo y terminando con la glorificación. Esta
cadena se extiende desde la eternidad pasada hasta la eternidad futura. Ningún eslabón de esta cadena
podrá jamás romperse (como veremos). El creyente está eternamente seguro.

Nótese que en estos versículos el énfasis está puesto sobre la obra de Dios—“ÉL conoció de antemano, ÉL
predestinó, etc.”. Todo esto es obra de Dios, no del hombre. Dios conoció al creyente de antemano, Dios
lo predestinó, Dios lo llamó, Dios lo justificó y Dios lo glorificó. Esto es lo que Dios hizo. La salvación es del
Señor (comparar Jonás 2:9). La salvación empieza y termina con Dios. Dios recibe todo el mérito y toda la
gloria por nuestra salvación (1 Corintios 1:29, 31). El hombre no puede jactarse (Efesios 2:8-9) y decir,
“Mira, lo que yo he hecho”. No, la salvación es “DE DIOS” (1 Corintios 1:30; Juan 1:13). Nosotros no nos
damos gracias a nosotros mismos, sino decimos, “GRACIAS SEAN A TI SEÑOR, POR SALVAR MI ALMA”.

Dios lo hace todo en la salvación. Esto no quita la responsabilidad del hombre. El hombre tiene que creer
(Juan 3:16-18; Hechos 16:31) y el hombre es culpado por no hacerlo (2 Tesalonicenses 2:10-12; Juan
5:40; comparar Mateo 23:37), pero Dios, y solamente Dios puede salvar. Dios lo hace todo de acuerdo a
Su maravillosa gracia y a Su soberano propósito (ver 2 Timoteo 1:9 y compare 2 Tesalonicenses 2:13-14;
Efesios 1:3-14).

Echemos un vistazo ahora sobre los diferentes eslabones de la cadena de salvación de Dios:

1) ESLABÓN # 1—“A LOS QUE ANTES CONOCIÓ”

Las palabras “A LOS QUE” se refieren al mismo grupo mencionado en el versículo 28—“a los que aman a
Dios, a los que conforme a Su propósito son llamados”. Se está refiriendo a verdaderos creyentes. Es este
grupo al que Dios conoció de antemano. En la eternidad pasada, antes de que el mundo fuese creado,
Dios conocía a Sus verdaderos creyentes (comparar 2 Timoteo 2:19—“conoce el Señor a los que son
Suyos”).

Note atentamente lo que el versículo dice y lo que el versículo no dice. Dice “a LOS que antes conoció”;
no dice, “LO que antes conoció”. Dice que DIOS TE CONOCIÓ A TÍ DESDE ANTES. No dice que Dios sabía
desde antes lo que tú harías. Mucha gente entiende la presciencia (saber de antemano) en este sentido:
en la eternidad pasada Dios, que sabe todas las cosas, sabía cuales personas creerían en Su Hijo y cuales
personas no creerían. Esto ciertamente es verdad y es enseñado en la Palabra de Dios (ver Juan 6:64 y
ver versículos 70-71), pero esto no es lo que enseña Romanos 8:29. Este versículo no está hablando
acerca de que Dios sabía de antemano que tú creerías. Está diciendo que Dios te conocía a TÍ de
antemano. Desde antes, Dios te conocía. De acuerdo con este versículo, lo que se conoce de antemano
son PERSONAS. Tampoco dice que Dios conoció desde antes a todos los seres humanos (aunque
ciertamente Dios sabía de antemano acerca de todos ellos). Pero este versículo enseña que Dios antes
conocía a los llamados según Su propósito (lo que excluye a todos los que persisten en su incredulidad y
que por eso nunca serán salvos). ¿Qué significa ésto?
Otros pasajes de la Biblia dan luz sobre la presciencia (Su conocer de antemano) de Dios. Considera Amos
3:2—“A vosotros (los hijos de Israel) solamente he conocido de todas las familias de la tierra”. ¿Qué
significa ésto? Ciertamente Dios conocía también todo sobre los egipcios y las otras naciones. Tiene que
significar más que simplemente saber acerca de ellos. Dios sabía todo acerca de cada nación y cada
persona sobre la tierra. Pero Dios entró en una relación especial con Israel, y no así con las otras
naciones: “Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que
están sobre la tierra. . . os ha querido Jehová” (Deuteronomio 7:6-7).

Mateo 7:23 también es instructivo. El Señor Jesús dirá a algunos:”Nunca os conocí”. Como Dios, ÉL sabía
todo sobre ellos, pero lo que Él está diciendo es ésto: “Yo nunca he tenido una relación personal con
ustedes. Ustedes realmente nunca me pertenecieron. Ustedes no son Míos”. De modo que “ser conocidos
por Dios” (ver 1 Corintios 8:3) significa que tú tienes una relación personal con ÉL, que tú realmente le
perteneces a ÉL y que eres Suyo. Comparar Juan 10:14—“Conozco mis ovejas”. Es una cosa maravillosa
ser “conocido por Dios”, “ser amado por Dios” (Juan 13:1) y “ser escogido en Él antes de la fundación del
mundo” (Efesios 1:4).

Antes de que yo conociera a Dios (Juan 17:3), ÉL ME CONOCÍA (comparar Mateo 25:34). Nunca
deberíamos olvidar que cuando se trata de la salvación, Dios es EL GRAN INICIADOR. Yo lo amo a ÉL,
porque ÉL me amó primero (1 Juan 4:19). Yo lo busqué a ÉL, porque ÉL me buscó primero (Lucas 19:10).
Yo lo escogí a ÉL, porque ÉL me escogió a mí primero (Juan 15:16). Yo vine a ÉL, porque ÉL me trajo
primero (Juan 6:44, 65). Yo vi y entendí, porque ÉL me dio visión y entendimiento (Mateo 16:16-17;
Hechos 16:14).

Antes que yo le amara a ÉL, ÉL me amó a mí


Antes que yo le encontrara a ÉL, ÉL me encontró a mí
Antes que yo le buscara a ÉL, ÉL me buscó a mí
Sí, Jesús cuida de mí.

Ron Hamilton

Sí, mucho antes de la creación del universo, YO EXISTÍA. Yo existía en la mente y en el propósito y en el
plan de Dios. ÉL me conocía. Comparar Jeremías 1:5.

2) ESLABÓN # 2—TAMBIÉN LOS PREDESTINÓ

Dios no solo conoció de antemano al verdadero creyente, ÉL también lo predestinó a ser hecho conforme
a la imagen de Su Hijo (Romanos 8:29). La palabra “predestinación” asusta a mucha gente. En realidad es
una hermosa doctrina que debería llevar mucho consuelo y ánimo y gratitud al corazón de cada creyente.
La palabra está compuesta por dos palabras: PRO = antes; HORIZO = frontera o límite (de la cual
proviene nuestra palabra “HORIZONTE”, que es el límite de Dios entre el cielo y la tierra). De modo que
predestinar significa “marcar de antemano las fronteras o los límites; predeterminar de antemano los
límites de algo”. Cuando se usa para una persona, como en este versículo, significa “predeterminar el
destino o futuro de esa persona”. Por lo tanto, predestinación significa simplemente que DIOS HA
DESIGNADO UN GLORIOSO FUTURO PARA LOS QUE LE AMAN, es decir, ser hechos conformes a la imagen
de Su Hijo (ser como Cristo).

Ilustración de la marmota: En el verano de 1978 una marmota se metió dentro de la tubería de desagüe
del edificio de la iglesia. Colocamos una piedra delante de la abertura de la tubería de modo que estaba
atrapada. Queríamos agarrar a la marmota, de modo que teníamos un plan. Queríamos que la marmota
terminara dentro de una caja para que pudiésemos llevarla lejos de la propiedad de la iglesia y lejos de los
niños. De modo que armamos un tubo de cartón, lo conectamos con la abertura de la tubería y
conectamos el otro extremo a la caja de cartón. Los límites estaban señalados. Habíamos determinado un
futuro para esa marmota y todo lo que teníamos que hacer, era esperar. Estaba predestinada a entrar en
esa caja y eso es lo que sucedió y todo ayudó para su bien, aunque la marmota no lo pensó así en ese
momento (es mejor ser llevada lejos a un nuevo hogar, que ser baleada como una sabandija indeseable).
Dios tiene un plan y un propósito para quienes le pertenecen a ÉL y nuestro futuro está demarcado y
determinado por adelantado. ¡Es un buen futuro! ¡Es un futuro glorioso!
EL USO DE LA PALABRA “PREDESTINACIÓN”

1. Hechos 4:28—“habían antes determinado” (ver el versículo anterior en el contexto de Hechos


4:28). Lo que estos hombres hicieron resultó ser exactamente lo que Dios había planificado y
proyectado y determinado. Poco comprendieron de que cuando estaban crucificando a Cristo,
estaban cumpliendo el propósito eterno de Dios. Comparar Hechos 2:23 (la palabra “determinar”
es la palabra por predestinar sin el prefijo que significa “antes”). El hombre es responsable y
culpable de sus malvadas obras, pero el propósito de Dios se cumple. Comparar Lucas 22:22
—“determinado”—en el plan de Dios ya había sido señalado y determinado que Su Hijo sería
traicionado y entregado en las manos de hombres pecadores y que debía ir a la cruz, sin embargo,
JUDAS ERA TOTALMENTE RESPONSABLE DE SUS MALVADOS HECHOS. La MALDICIÓN de Dios está
sobre él. En Hechos 4:27-28 vemos que las acciones que realizaron los enemigos de Cristo estaban
dentro de las fronteras y los límites del plan perfecto de Dios que se centraba en la crucifixión de
Cristo. En la eternidad pasada Dios determinó que Jesucristo moriría en la cruz para la salvación de
hombres pecadores y este plan se cumplió a cabalidad. Dios usó las malas obras de hombres
pecadores para llevar a cabo Su propósito.

2. 1 Corintios 2:7—antes de los siglos, Dios predestinó la sabiduría de Dios para nuestra gloria. La
“sabiduría de Dios” como se define en este contexto, se refiere a CRISTO CRUCIFICADO (ver 1
Corintios 1:23-24; 2:2; 2:8). Por lo cual podemos reemplazar este significado: “antes de los siglos
Dios predestinó a Cristo crucificado para nuestra gloria”. En la eternidad pasada Dios, en Su infinita
sabiduría, determinó que Cristo sería crucificado, lo cual resultaría en la gloria del creyente. Así
que, 1) el eterno plan de Dios es de acuerdo a Su sabiduría; 2) el eterno plan de Dios se centra en
la obra de Cristo en la cruz; 3) el plan eterno de Dios es inalterable—fue determinado en la
eternidad pasada (“antes de los siglos”); 4) el eterno plan de Dios incluye la glorificación de
creyentes (“para nuestra gloria”). Comparar Romanos 8:30—“a éstos también glorificó”.

3. Efesios 1:4-5. Dios ha determinado un glorioso futuro para el creyente. Nuestro glorioso futuro es
descrito por la palabra “ADOPCIÓN” (estudiamos ésto en Romanos 8:23). Los creyentes tendrán
todos los derechos y privilegios y bendiciones y herencia que vienen por tener la posición de hijos
de Dios. Comparar Efesios 1:11-12.

4. Romanos 8:29—nuestro destino futuro está garantizado: “para que fuésemos hechos conformes a
la imagen de Su Hijo”. El PROCESO está teniendo lugar cada día (2 Corintios 3:18), pero la total
realización de ésto, espera un cumplimiento futuro (1 Juan 3:1-4). SEREMOS COMO ÉL. Esa es la
meta de la Vida Cristiana. La predestinación es la garantía de que esa meta será alcanzada. Dios
me llevará hacia donde debo estar. “Entonces estaremos, donde quisiéramos estar, entonces
seremos, lo que deberíamos ser; las cosas que ahora no son ni podrían ser, pronto serán
nuestras”. Esto es ciertamente la sabiduría de Dios—nosotros, que reflejamos tan perfectamente a
Adán (en su estado caído, pecaminoso), algún día reflejaremos perfectamente a Cristo.

Nota: La palabra “predestinación” nunca se usa en la Biblia de las maneras siguientes: 1)


Dios ha predestinado a ciertas personas para que crean en Cristo; 2) Dios ha predestinado a
ciertas personas para el infierno.

En Romanos 8:28 la palabra “primogénito” se refiere a Cristo y significa “el más alto en rango y posición”.
Cristo es el Hijo Supremo, el Preeminente (comparar Juan 3:16—“el Hijo unigénito” o el ÚNICO, único en
su clase, HIJO). Cristo está como Cabeza y Principal entre y sobre esas incontables multitudes que por
medio de ÉL son hechos hijos de Dios. Cristo es EL HIJO, pero “llevará muchos hijos a la gloria” (Hebreos
2:10).

3) ESLABÓN # 3—“A ESTOS TAMBIÉN LLAMÓ”

El próximo eslabón en la cadena del propósito eterno de Dios: LLAMADO. Vimos ésto en el versículo 28—
“los que conforme a Su propósito son llamados”. ¿Quiénes son LOS LLAMADOS? No todos los hombres,
porque en el versículo 28 se dice que ellos son los que “aman a Dios” (creyentes verdaderos, los que
pertenecen a Dios, los que fueron conocidos de antemano, etc.). Por cierto, hay un sentido general en que
TODOS LOS HOMBRES son llamados para salvación y todos los hombres son invitados a venir a Cristo.
Este llamado o invitación general y universal a la salvación se ve en pasajes como Romanos 10:9-13;
Mateo 11:28; Juan 3:16; Juan 7:37-38; Apocalipsis 22:17; etc. Pero hay un sentido especial en el cual
Dios llama solamente a aquellos que responden verdaderamente al llamado general del evangelio (los que
vienen a Cristo y realmente le pertenecen). Así, en un pasaje como 1 Corintios 1:24-27 la expresión “los
llamados” se refiere a los escogidos de Dios, los que realmente son salvos. No son muchos los llamados (1
Corintios 1:26), pero algunos lo son. Ver 2 Timoteo 1:9; 1 Pedro 1:15; 2:9; 5:10; 2 Pedro 1:3; 1:10;
Apocalipsis 17:14 “llamados y elegidos y fieles”. Note que todos estos versículos están hablando acerca de
verdaderos creyentes, no de todos los hombres en general. Dios nos ha llamado a Sí Mismo (1 Corintios
1:9) para que le pertenezcamos a ÉL. Como dice un himno: “ÉL me llamó mucho antes de que yo
escuchara, antes de que mi corazón pecaminoso fuera turbado. Pero cuando creí en Su Palabra, me
levantó perdonado”.

4) ESLABÓN # 4 – “A ESTOS TAMBIÉN JUSTIFICÓ”

Dios me ha declarado justo en Su Hijo justo. Hemos estudiado en detalle la doctrina de la justificación
previamente en el libro de Romanos (ver Romanos 3:24-5:1). Ver también Hechos 13:39).

5) ESLABÓN # 5 – “A ESTOS TAMBIÉN GLORIFICÓ”

La glorificación del creyente es un evento futuro. No ha sucedido aún (ver el análisis en Romanos 8:17-
18). Aún no estamos en el cielo. Nuestra salvación aún no está completa. Aún no somos “COMO CRISTO”,
como lo seremos. Aún no tenemos nuestros cuerpos glorificados. Aún no somos impecables. Pero en este
versículo Dios dice, SÍ, ¡LO ERES! ¡TE HE GLORIFICADO! ¡ES UN HECHO! Se usa el tiempo pasado. Desde
el punto de vista del creyente, aún no ha sucedido. Pero en la mente y propósito de Dios, ya es un hecho.
¡Ya ha sucedido! Esta glorificación es un evento futuro tan seguro, que está escrito en tiempo pasado,
como si realmente ya hubiera sucedido. Es un hecho consumado, aún cuando desde nuestra perspectiva
aún no haya sucedido. 

Revisemos y examinemos nuevamente estos cinco eslabones de la cadena:

1. PRESCIENCIA—Antes que el mundo fuese, Dios me conoció y Dios sabía que yo le


pertenecería a ÉL. Esto incluye una relación de amor especial.
2. PREDESTINACIÓN—En la eternidad pasada Dios delineó para mí un maravilloso
futuro, que yo fuera como Su Hijo.
3. LLAMADO – Dios me atrajo a Sí Mismo de una manera maravillosa, me sacó de mis
tinieblas a Su luz admirable.
4. JUSTIFICACIÓN – Dios me ha declarado perfectamente justo en Su Hijo justo,
basado en la obra del Señor Jesucristo en la cruz.
5. GLORIFICACIÓN – Dios completará mi salvación y en la mente y propósito de Dios
ya es un hecho.

Deberíamos notar que estas cinco cosas son ciertas en cuanto a todo creyente. Tú no puedes tener solo
una de estas cinco cosas. Es imposible que una persona sea antes conocida y no sea justificada. Es
imposible que una persona sea justificada y no sea glorificada (por tanto, es imposible que una persona
pierda su salvación). Es imposible que una persona sea llamada y no sea justificada: “a los que llamó, a
estos también justificó”. ¿Pueden ser ciertas de una persona sólo tres de las cinco cosas? No, todas ellas
tienen que ser verdad. Es todo o nada. Una persona es salva o no lo es, y si es salva, entonces estas
cinco cosas son verdad. Deberíamos notar también que NINGUNA DE ESTAS COSAS es verdad de los
que nunca llegan a ser creyentes. Judas nunca fue conocido, predestinado, llamado, justificado o
glorificado.
Nota: Debemos ser muy cuidadosos con un tratado evangelístico muy popular que comienza:”Dios te ama
y tiene un maravilloso plan para tu vida”. Lo que Dios tiene para aquellos que rechazan a Su Hijo no es
maravilloso (ver Juan 3:18; 3:36; 2 Tesalonicenses 1:8-9, etc.). El maravilloso plan de Dios es para los
que aman a Dios, para los que conforme a Su propósito son llamados (Romanos 8:28). Una vez que una
persona da buena evidencia de tener una fe salvadora, podemos animarla a reclamar las maravillosas
verdades que se encuentran en Romanos 8:28-30, pero nunca debemos aplicar descuidadamente estos
pasajes a quienes no son salvos en absoluto. De hecho, todas las grandes verdades de Romanos capítulo
8 son solamente para los que de veras están “EN CRISTO” (Romanos 8:1). Por otra parte, no olvidemos
que Dios quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad (1 Timoteo
3:3-4).

Romanos 8:31

¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios ha hecho todo esto (Romanos 8:28-30), ¿qué podemos decir
entonces? Empecemos por decir simplemente y sin cesar, “GRACIAS SEÑOR”. Si Dios es por nosotros
(está a nuestro lado), ¿quién puede estar contra de nosotros? La respuesta obvia: NADIE. Muchas
personas pueden estar en contra nuestra y los creyentes pueden tener muchos enemigos, pero si Dios
está por nosotros, no importa quién esté en contra nuestra. Es Dios y yo contra cualquiera. Dios con el
creyente es mayoría siempre, y en cualquier lugar. Ver Salmo 118:6 y Hebreos 13:6. Los versículos
siguientes muestran cómo Dios está POR NOSOTROS. En el versículo 32 vemos como ÉL murió POR
NOSOTROS y en el versículo 34 vemos como ÉL vive POR NOSOTROS.

Romanos 8:32

Se nos recuerda el relato de Génesis 22 cuando Abraham escatimó a su hijo en el último minuto. En
contraste a ésto, Dios no escatimó a Su amado Hijo. Se cuenta la historia de un hombre que trabajaba en
un puente levadizo. El puente se levantaba para que los barcos pudieran pasar por debajo y el puente
volvía a bajarse, para que los trenes pudieran cruzar el río sin problema. Un día, justo antes que fuera la
hora de llegada del tren, el hombre vio que su hijo estaba jugando alrededor de los enormes engranajes y
sus ropas se habían atascado en los engranajes. El hombre tuvo que hacer una rápida elección: 1) Puedo
salvar a mi hijo, lo que significa que muchas personas se precipitarán a su muerte cuando el tren caiga al
río; 2) Yo puedo salvar al tren, lo cual significa que mi hijo será magullado y triturado y muerto en los
enormes engranajes. Por amor a los pasajeros del tren, el hombre decidió sacrificar a su hijo a quien
amaba tanto. Esto es solo una ilustración humana, pero quizás nos ayude en alguna manera a apreciar lo
que Dios hizo por nosotros al “no escatimar a Su Hijo”.

¿Quién fue realmente culpable de poner a Cristo en la cruz? Note la palabra “entregó” en Romanos 8:32
que a veces se traduce como “traicionar”. Note los siguientes usos de esa palabra:

En Mateo 20:18 Judas entrega a Cristo a los líderes judíos


En Mateo  20:19 los líderes judíos entregan a Cristo a los romanos
En Mateo 27:2 los líderes judíos entregan a Cristo a Pilato, el gobernador
En Mateo 27:3 Judas entrega a Cristo a los líderes judíos (la misma idea de Mat.20:18)

¿Quién entonces fue responsable de poner a Cristo en la cruz? Judas lo traicionó. Los líderes judíos lo
condenaron y lo entregaron a los romanos. Pilato lo entregó a los soldados romanos. Los soldados
romanos lo clavaron a la cruz. TODOS ELLOS TUVIERON PARTE, pero en última instancia fue DIOS
MISMO quien lo entregó. Fue Dios quien “LO ENTREGÓ POR TODOS NOSOTROS” (Romanos 8:32).
Fue Dios quien “DIO A SU HIJO UNIGÉNITO” (Juan 3:16) para morir en la cruz. “Dios quiso
QUEBRANTARLO” (Isaías 53:10). ¿Por qué Dios hizo esto? FUE POR NOSOTROS. Fue por nuestros pecados
que ÉL sufrió y sangró y murió. ÉL “FUE ENTREGADO POR NUESTRAS TRANSGRESIONES” (Romanos
4:25). Cada uno de nosotros era responsable por la muerte de Cristo, porque ÉL murió en nuestro lugar
como nuestro Sustituto. A ÉL se le dio el pago que nosotros merecíamos (Romanos 6:23). Él murió la
muerte que nos correspondía a nosotros.

El argumento del versículo 32 debería conmover el corazón de todo creyente: si Dios entregó a Su Hijo
por nosotros, ¿no nos dará CON ÉL gratuitamente todas las cosas? Si Dios nos dio la dádiva más costosa
de todas, ¿no nos dará dádivas menos costosas? Aquel que dio la dádiva mayor, ciertamente no negará
las dádivas menores. Si Dios nos ha dado Su posesión más preciosa, ¿no nos dará las cosas menores que
necesitamos? Si un padre gasta cientos de dólares para construir una completa cancha de baloncesto en el
patio de la casa para su hijo, ¿no le dará a su hijo también la pelota? Dios nos ha dado lo mejor que tiene.
Dios nos ha dado Su Hijo. Si tenemos a Cristo, tenemos todo lo que necesitamos (Hebreos 13:5).

Romanos 8:33

¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Los escogidos de Dios son los que están descritos en Romanos
8:29-30. Ellos son los escogidos de Dios, los que conforme al propósito de Dios son llamados en Cristo.
Dios te ha justificado. Tú has comparecido ante la corte más alta del universo y has sido encontrado NO
CULPABLE. Tu caso ha sido sellado en la corte suprema del universo, y no hay otra corte más alta que
pueda condenarte. Si Dios, el Juez justo, te ha justificado, ¿qué juez más alto te puede condenar? Si el
Juez de toda la tierra está DE NUESTRO LADO, no tenemos absolutamente nada que temer.

Romanos 8:34

¿Quién me condenará? Cristo ciertamente no, porque ÉL murió por mí. Mi condenación cayó sobre ÉL
(Romanos 8:3). ÉL no solo murió por mí, sino vive por mí. Satanás me podrá acusar y sus acusaciones en
mi contra aún pueden ser ciertas, pero el Señor Jesucristo vive para interceder por mí (rogar y orar por
mí). Ver estos importantes pasajes: 1 Juan 2:1-2; Hebreos 7:25; 9:24.

Note en el contexto lo siguiente: El Espíritu Santo es por nosotros (Romanos 8:26); Dios el Padre es por
nosotros (Romanos 8:31); Dios el Hijo es por nosotros (Romanos 8:34). Sí, el Dios trino está de
nuestro lado.

Romanos 8:35

“El amor de Cristo” se refiere al amor que Cristo tiene por nosotros. Nadie (v.35) y nada (v.39) podrá
separarnos de ese amor. Estamos salvos y seguros para siempre en el amor de Cristo. Consideremos
algunas de las palabras que se usan en este versículo:

TRIBULACIÓN = apremio, aflicción, miseria, apuro debido a circunstancias y dificultades


externas

ANGUSTIA = desconsuelo, infortunio, desamparo apremiante (2 Co. 4:8)

PERSECUCIÓN = acoso a los creyentes para dañar y herir (ver 2 Timoteo 3:12; 2 Corintios
4:9)

HAMBRE = los creyentes del primer siglo sabían lo que era el hambre (ver Hechos 11:28);
ni siquiera los desastres naturales nos podrán separar del amor de Cristo

DESNUDEZ = condición indigente, falta de suficiente vestuario, extrema pobreza

PELIGRO = riesgo, inseguridad (ver 1 Corintios 15:30)

ESPADA = muerte por la espada (ver Hechos 12:2—Santiago, el hermano de Juan estaba
seguramente agradecido por la verdad de Romanos 8:35)

Romanos 8:36
“Muertos”. Está en tiempo presente: “Estamos siendo constantemente inmolados todo el día”. La
expresión es una hipérbole (una exageración para causar efecto) que significa que estamos
constantemente en peligro de muerte (1 Corintios 15:30). Note el trato al pueblo de Dios descrito en
Hebreos 11:36-28.

Romanos 8:37

En el versículo 36 somos como ovejas de matadero. En el versículo 37 somos MÁS QUE VENCEDORES.
¡Qué contraste!

“Somos” (v.37) — esto es cierto ahora mismo. “En todas estas cosas” –en medio de todas las
dificultades, nosotros triunfamos. “Más que vencedores” = hiper-vencedores, súper-vencedores, súper-
victoriosos, súper-triunfadores. Se refiere a alguien que gana una victoria arrolladora y aplastante, alguien
que gana la más brillante victoria. No somos sólo vencedores, somos más que vencedores. No somos sólo
triunfadores, somos más que triunfadores.

Es la palabra griega hupernikao (de “huper” –comparar con “hiper” o “súper” y el verbo “nikao” –vencer,
tener victoria (es la misma palabra usada para vencedores en Apocalipsis 2 y 3). No somos sólo
vencedores, somos más que vencedores. No somos sólo triunfadores, somos más que triunfadores. En
vista de ésto, cómo puede alguien decir que algunos creyentes no son vencedores (como enseñan algunos
que creen en un rapto parcial, como también otros). Ningún creyente es menos que un vencedor, todos
los creyentes son “más que vencedores”. Nos pertenece una victoria abrumadora.

“Todas estas cosas” = las cosas mencionadas el versículo 35.

¿Quién es Aquel que nos amó? Ver Romanos 8:35—Cristo Mismo. Por medio de Cristo somos más que
vencedores. Comparar 2 Corintios 2:14 (en nosotros mismos fallamos, pero en Cristo triunfamos).

Romanos 8:38-39

En estos gloriosos versículos Pablo está explorando el universo entero para ver si hay algo que pudiera
separarnos del amor de Cristo. La muerte se menciona primero, porque es el mayor temor del hombre
(Hebreos 2:15—la muerte es “el rey de los temores”). Dios no está diciendo que ÉL librará al creyente de
la muerte física, sino dice que la muerte física nunca nos separará de ÉL. De hecho, para el creyente en
Cristo la muerte es en realidad la entrada a la presencia misma de Dios, donde conoceremos más y más
Su amor:

Filipenses 2:21, 23—“Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. .


.teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor”.

2 Corintios 5:8—“Pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y


presentes al Señor”.

Dios no elimina la muerte física (con la excepción de aquellos que estén vivos cuando Cristo venga por Su
iglesia—1 Corintios 15:51-52), sino elimina el aguijón de la muerte (1 Corintios 15:55). La muerte sin su
aguijón no es de temer (tal como una abeja, sin su aguijón, no es más que una inofensiva bola de
pelusas).

“Vida”—ninguna circunstancia de la vida, no importa cuán difícil o irritante sea, podrá separarme del
amor de Cristo.

“Principados”—ésto se refiere a los ángeles gobernantes, a ángeles principales.

“Potestades” – ángeles gobernantes poderosos. Ni ángeles, ni demonios, ni Satanás mismo, podrán


separar al creyente del amor de Cristo (ver 1 Juan 4:4).
“Ni lo presente, ni lo por venir”—Ninguna circunstancia por la cual estés pasando ahora y nada de lo
que puedas enfrentar en el futuro, podrá separarte de Cristo y de Su amor. Los que están en Cristo, están
unidos a Él para siempre. ¡Bendita unión!

“Ni lo alto, ni lo profundo” (v.39) –por muy alto que subas o por mucho que desciendas, en el valle
más profundo o en la montaña más alta, nunca encontrarás algo o alguien que te separe del amor de
Cristo.

“Ni ninguna otra cosa creada” = nada en toda la creación. Pablo agrega ésto, para asegurarse de no
haber olvidado algo. Pablo nos asegura, con las palabras más vehementes, nuestra total seguridad en el
amor de Dios que se encuentra SOLAMENTE EN EL SEÑOR JESUCRISTO.

Hay muchas personas que toman estos dos últimos versículos de este capítulo y lo aplican
indiscriminadamente a todas las personas, sin considerar si la persona es realmente salva o no. Estos
versículos sólo son aplicables a los que están “EN CRISTO JESÚS” (Romanos 8:1) y que “aman a Dios y
que conforme a Su propósito son llamados” (Romanos 8:28). Nadie más tiene derecho a estos versículos.
Los incrédulos estarán separados del amor de Cristo, y esta separación durará por toda la eternidad (ver 2
Tesalonicenses 1:8-9; Mateo 25:41, 46; 7:21-23; etc.)

Así, el capítulo 8 de Romanos comenzó con NINGUNA CONDENACIÓN y termina


con NINGUNA SEPARACIÓN. Mientras más entendamos de la gracia de Dios y de nuestra salvación tan
grande, tanto más desearemos vivir sobria, justa y piadosamente en este presente siglo (Tito 2:11-12),
para que podamos agradar a Dios que ha hecho cosas tan grandes por nosotros. ¡A ÉL sea la gloria ahora
y por los siglos de los siglos!

ROMANOS
CAPÍTULO 9

Introducción
Los capítulos 9 al 11 de Romanos forman una unidad. El tema de los tres capítulos es la nación de Israel
(ver 9:3-4; 10:1, 21; 11:1-2, 26, 28). En cierto sentido, estos capítulos son un paréntesis. La corriente
del pensamiento de Pablo podría haber seguido del capítulo 8 directo al capítulo 12. En los primeros 8
capítulos, Pablo ha expuesto el Evangelio de Dios, es decir, las buenas nuevas de
la JUSTIFICACIÓN(Romanos 1-5), SANTIFICACIÓN (Romanos 6-8) y GLORIFICACIÓN (Romanos 8).
En el capítulo 12, él trata con las implicaciones prácticas del evangelio (cómo la verdad del evangelio debe
afectar nuestro diario vivir en cuanto a Dios y a nuestro prójimo). De modo que el capítulo 8 debería
desembocar naturalmente en el capítulo 12, pero en vez de hacer eso, Pablo nos da un paréntesis de tres
capítulos en los cuales nos ayuda a entender donde cabe la nación de Israel en los planes y propósitos de
Dios.

Esta sección comienza con una GRAN TRISTEZA (9:1-3) y termina con una GRAN DOXOLOGÍA a Dios
(11:33-36). Una manera sencilla de ver estos tres capítulos es como sigue:

Capítulo 9 trata principalmente con el PASADO de Israel (como el pueblo


escogido y privilegiado de Dios).

Capítulo 10 trata principalmente con el PRESENTE de Israel (como una nación


que ha rechazado someterse al evangelio de Dios).

Capítulo 11 trata principalmente con el FUTURO de Israel (una nación que algún
día será salva y que disfrutará el cumplimiento de las promesas nuevo pacto).
Para entender esta sección, tratemos  de ponernos en los zapatos de los que vivieron en el primer siglo y
tratemos de entender el PROBLEMA JUDÍO.

Hecho #1—Los israelitas son el pueblo escogido de Dios (Deuteronomio 7:6-9;


Romanos 11:28).

Hecho # 2— Dios prometió a Su pueblo escogido que ellos disfrutarían de un


glorioso reinado bajo su Mesías (Daniel 7:13-14; Isaías 2:1-5; 9:6-7; 11:1-9;
Jeremías 23:5-8; 31:31-37; 33:14-16; Lucas 1:32-33).

Hecho # 3—La nación de Israel (al menos la gran mayoría de la nación) rechazó a
su Mesías cuando vino a la tierra (Juan 1:11; Mateo 12:22-24; Mateo 21:33-46;
27:22, 23, 25; Juan 19:15; Hechos 22:22; 1 Tesalonicenses 2:14-15).

Hecho # 4—Cuando recién comenzó la iglesia, ésta estaba formada enteramente


por creyentes judíos (Hechos capítulo 2, el Día de Pentecostés). Pero lentamente
esto cambió. Con el paso de los años entraban cada vez más gentiles a la iglesia y
cada vez menos judíos (vemos esto a medida que transitamos a través del libro de
los Hechos y también en el transcurso de la historia de la iglesia). Hoy día (y esto
ha sido así a través de gran parte de la historia de la iglesia) la iglesia se compone
casi completamente de creyentes gentiles. Damos gracias a Dios por los judíos que
han creído en Cristo como su Mesías y como su Salvador, pero son pocos en
número. La nación como un todo está ciega, aunque felizmente hay algunas
excepciones (ver Romanos 11:25).

¿Estás empezando a ver el problema? Los hechos #1 y #2 parecen contradecir los hechos #3 y #4. ¿Qué
ha sucedido con el glorioso reino de Israel? ¿Qué ha sucedido con todas las promesas que Dios ha dado a
los judíos? El programa de Dios en el presente (la iglesia) comprende principalmente a los gentiles y no a
los judíos. ¿Por qué es esto así? ¿Ha desechado Dios a Su pueblo (comparar Romanos11:1)? ¿Ha
terminado Dios con la nación de Israel? ¿Tiene la nación algún futuro en el programa de Dios?

Ponte en el lugar de un judío del primer siglo. El evangelio que predicaba Pablo era cierto o era falso.
Jesucristo, a quien Pablo predicaba, era el verdadero Mesías o no lo era. De modo que tenemos dos
alternativas: 1) El evangelio que predicaba Pablo no es cierto y, por lo tanto, Jesucristo no es el verdadero
Mesías y entonces tenemos que seguir esperando la venida del verdadero Mesías. Si esto es así, la razón
por la cual el Reino no ha llegado aún, es porque el verdadero Mesías aún no ha venido. 2) El evangelio
que predicaba Pablo es verdadero, por lo cual Jesucristo es el verdadero Mesías. Si esto es así, ¿por qué
no hay un reino? ¿Por qué sigue sufriendo en este mundo el pueblo judío? ¿Por qué no se han cumplido
las promesas, en cuanto al reino, del Antiguo Testamento? ¿Ha desechado Dios a Su pueblo? DIOS NOS
HA DADO LOS CAPÍTULOS 9-11 DE ROMANOS PARA RESPONDER ESTAS PREGUNTAS.

Estas cuestiones son muy relevantes también en nuestros días. Hoy en día hay
numerosos cristianos profesantes, especialmente aquellos bajo la influencia de la
Teología Reformada/del Pacto, que niegan que la nación de Israel tenga alguna
esperanza de un futuro reino en la tierra bajo su Mesías, tal como ha sido
predicho en cientos de profecías del Antiguo Testamento. Algunos enseñan que
la IGLESIA ha heredado las promesas que fueron hechas a ISRAEL. Otros
enseñan que el reino ya está aquí y que Cristo está reinando espiritualmente en
los corazones de Sus creyentes. Aunque hay un sentido en que esto es cierto,
esto no resuelve el problema de que hay cientos de promesas y predicciones
referentes al reino que aún no se han cumplido. ¿Quiso Dios realmente decir lo
que dijo acerca del reino y de la venida del Mesías o no? De modo que los
capítulos 9-11 de Romanos son capítulos de vital importancia para entender
correctamente el lugar de Israel en el programa de Dios.

¿Qué está haciendo Dios con la nación de Israel? La respuesta es básicamente doble:

1. Dios tiene para el judío HOY un maravilloso plan y propósito, pero este plan y propósito no puede
cumplirse hasta que la persona judía crea en el Señor Jesucristo (ver Romanos 10:9-13; 11:1-5).

2. Dios tiene un maravilloso plan y propósito para el judío MAÑANA, pero este plan y propósito no
puede cumplirse hasta que el verdadero Mesías de los judíos venga a la tierra por segunda vez. Ver
Romanos 11:25-28. La presente incredulidad de Israel y su rechazo del evangelio no impedirán
que Dios cumpla para con Israel cada una de Sus promesas referentes al reino.

Deberíamos notar que en esta presente era de la iglesia (que ha durado como 2000 años) no fue revelada
en el Antiguo Testamento. El judío del Antiguo Testamento miraba hacia el futuro distante y veía la cima
de una montaña que era la venida del Mesías y la gran edad el reino. No se daba cuenta que lo que estaba
viendo era en realidad dos cimas de montañas con un valle entremedio:

Consideremos algunos pasajes del Antiguo Testamento que ilustran ésto:

1) ISAÍAS 9:6-7

El versículo 6 habla del nacimiento del Mesías y el versículo 7 habla de Su reino, pero no se da
ningún indicio de que estos dos eventos están separados por cientos de años.

2) MIQUEAS 5:2

El Mesías tenía que nacer en Belén y ÉL tiene que gobernar en Israel. Sólo se cumplió lo primero en
Su primera venida.

3) ISAÍAS 61:1-2 (comparar Lucas 4:18-19)

El Señor Jesús sabía donde detener la lectura, porque Él sabía cual parte de este pasaje se
cumpliría en Su primera venida. El día del juicio espera Su segunda venida.

4) ZACARÍAS 9:9-10

¿Cuál parte de esta profecía se cumplió en la primera venida del Señor? (Comparar Mateo 21:4-5).
¿Qué parte de esta profecía tiene que esperar un cumplimiento futuro?

5) LUCAS 1:31-33
Esta profecía del Nuevo Testamento es similar a las profecías del Antiguo Testamento ya
mencionadas, en la parte relativa a Su primera venida y una parte tiene que esperar un
cumplimiento futuro en Su segunda venida.

Cuando el judío del Antiguo Testamento leía su Biblia, él sólo podía ver una venida. Hoy estamos
viviendo en el período entre las dos venidas de Cristo, durante el cual ÉL está edificando SU IGLESIA
(Mateo 16:18) y tomando de entre las naciones pueblo para Su Nombre (Hechos 15:14). Cuando leemos
nuestra Biblia hoy, tenemos la ventaja de estar más capacitados para poder ver mejor dos venidas
distintas de Cristo –una ya es historia y la otra aún es profecía (ÉL ha venido y ÉL volverá
nuevamente).

Romanos 9:1

En el capítulo 8 Pablo escribió de la gloriosa protección y seguridad de los que están EN CRISTO. Ahora,
en el capítulo 9, lo encontramos muy preocupado por la mayoría de los israelitas que no están en Cristo.
“Verdad digo” “No miento”—Pablo nos está preparando para lo que va a decir. Lo que está por decir es tan
increíble, que él tiene que asegurarles a sus lectores que él realmente está diciendo la verdad. Pable deja
muy en claro que está diciendo la verdad, al decirlo de tres maneras: 1) “Verdad digo en Cristo” (aparte
de Cristo, él no podría haber dicho ésto, porque aparte de Cristo, no habría sido cierto), 2) “No miento”
(aunque sea increíble, lo que estoy por decir es verdad), 3) “mi conciencia me da testimonio en el
Espíritu Santo”. Si Pablo estuviera mintiendo, el Espíritu Santo hubiera aguijoneado y convencido su
conciencia y su conciencia no lo habría dejado en paz, sino le habría dicho, “Pablo, estás mintiendo”. Pablo
sabía que no tenía una conciencia culpable. El sabía que estaba diciendo la verdad.

Romanos 9:2

“Tristeza” = pena, congoja, aflicción. Pablo estaba muy apenado y con gran dolor. “Continuo” =sin
cesar (1 Tesalonicenses 5:17), constante, incesante. “Dolor”= sufrimiento, angustia (1 Timoteo 6:10). Si
aquí vemos solamente la pesadumbre de Pablo, no estamos divisando todo el cuadro. Debemos ver más
allá del pesar de Pablo y ver al Señor Mismo llorando y apenado y lamentando sobre Israel, Su pueblo
escogido (tal como Jeremías, el profeta llorón, es un cuadro del afligido corazón de Jehová Mismo). Este
versículo puede parecer sorprendente a algunos en vista de las duras declaraciones de Pablo en Romanos
11:28 respecto a los judíos (“enemigos”) y especialmente 1 Tesalonicenses 2:15, pero Pablo, tal como su
Señor, podía odiar el pecado pero aún así, amar al pecador.

Romanos 9:3

Llegamos ahora a la increíble e impactante declaración de Pablo. “Anatema”—esta es una palabra muy
fuerte. Significa maldito, algo apartado y destinado a la destrucción, algo dedicado a la ruina, a la
perdición, algo aniquilado y separado de Dios”. Ver su uso en Gálatas 1:8-9; 1 Corintios 16:22.

“Deseara” = implorar, ansiar. “Parientes” = conciudadanos, miembros de la misma nación. Pablo estaba
diciendo, “Estaba deseando ser aniquilado (maldecido para siempre, separado de Cristo y destinado a
eterna destrucción) con tal de que Israel pueda ser salvo”. Podemos imaginar una objeción: “Pablo, no te
creo. ¿Cómo puede alguien decir eso y decirlo en serio? ¿Quieres decir que estarías dispuesto a renunciar
al cielo e ir al infierno con tal de que Israel fuera salvo?” Pablo dice, “Estoy diciendo la verdad. No
miento”. Separado de Cristo Pablo nunca podría haber dicho ésto, porque no habría sido cierto (comparar
versículo 1 “Verdad digo en Cristo”). El amor y la preocupación que Pablo tenía por Israel estaban más
allá de cualquier clase de amor humano. Era nada menos que el amor de Cristo en él. LO QUE PABLO
DESEABA PODER HACER; ES LO QUE CRISTO REALMENTE HIZO. El Señor Jesucristo dejó el cielo (2
Corintios 8:9), y fue realmente al infierno (en el sentido de estar separado de Dios y ser castigado por
Dios) y fue hecho MALDICIÓN por nosotros (Gálatas 3:13). ÉL fue SEPARADO de Dios (Mateo 27:46) y ÉL
fue CASTIGADO por Dios (Isaías 53:5, 6, 10), lo cual es la esencia misma del infierno (ver Mateo 25:41,
46; 2 Tesalonicenses 1:8-9 y note los dos elementos de ambos, separación y castigo). ÉL hizo todo ésto
para que nosotros pudiésemos ser salvos. Esto es en verdad “amor Calvario”. La única manera en que
Pablo podía hacer semejante declaración era porque su corazón estaba lleno del amor de Cristo,
precisamente del amor que causó que Cristo fuera ANATEMA, para que nosotros fuéramos SALVOS.
Sabemos que Pablo no pudo cumplir su deseo, aunque fue dicho con toda sinceridad y verdad. ¿Por qué
no? 1) Romanos 8:38-39: Si nada podía separarlo del amor de Dios, entonces era imposible que fuera
maldecido;  2) No había necesidad de ello, porque Cristo ya lo ha hecho. En vez de ello, Pablo dedicó su
vida a predicar el evangelio acerca de un Salvador que pasó por juicios y fuegos infernales para salvar a
los pecadores y Pablo dijo que si alguien no predicaba este evangelio, que fuera ANATEMA (Gálatas 1:8-
9). ¿Cómo puede una persona no amar a este Cristo, quien hizo ésto por nosotros? (Comparar 1 Corintios
16:22). (Moisés estaba lleno del amor de Dios y de profundo pesar y preocupación por su pueblo—Éxodo
32:32; y compare Judá en Génesis 44:33 y el pesar de David en 2 Samuel 18:33).

Romanos 9:4

Pablo identifica a sus hermanos y parientes según la carne como “Israelitas”, aquellos que descienden de
Jacob cuyo otro nombre era Israel (Génesis 32:38). Por definición, un judío de raza es uno que puede
decir, “Mis padres antiguos son Abraham, Isaac y Jacob”. Los que no pueden decir ésto, son gentiles. Los
judíos y gentiles que han creído en Cristo durante la presente edad son miembros de un organismo único
de Dios, LA IGLESIA (ver 1 Corintios 10:32 y 12:12-13).

“De los cuales son” –Pablo quería que los judíos supieran lo que les pertenecía. ¡Dios les había dado
tanto! Ellos eran una nación especial, bendecida por Dios de una manera singular (Deuteronomio 7:6-8).
A este pueblo escogido pertenecían numerosos beneficios y bendiciones y privilegios y ventajas. A ninguna
otra nación bajo el cielo fue dado tanto por la mano de Dios.

Uno de los beneficios y ventajas dados a Israel ya fue mencionado por Pablo en Romanos 3:1-2: Dios
encomendó y confió Su Palabra a este pueblo. Los judíos eran los custodios de la Palabra de Dios. Dios
usó a ciertos judíos como Sus escritores (2 Pedro 1:21) y Dios usó a muchos otros judíos para copiar y
transmitir Su Palabra, y ellos realizaron un trabajo muy cuidadoso y notable. En Romanos capítulo 9 Pablo
da una lista adicional de ocho beneficios y ventajas que pertenecían a Israel.

1) A Israel pertenecía la ADOPCIÓN

La nación de Israel tenía una relación única con Dios. Se les había dado el privilegio de la FILIACIÓN.
Ninguna otra nación sobre la tierra ha sido llamada por Dios como “MI HIJO”. Note en Éxodo 4:22-23,
“Israel es mi HIJO, mi PRIMOGÉNITO. Ya te he dicho (Faraón) que dejes ir a mi HIJO, para que me sirva”.
Tal como el hijo primogénito disfruta de privilegios, rango y posición especiales, así Israel disfrutaba de
una posición privilegiada entre las naciones. Tenga presente que cuando Dios habló estas palabras
registradas en Éxodo 4:22-23, Israel no era más que un puñado de esclavos en un país extranjero. Ver
también Oseas 11:1. Dios llamó a Su hijo Israel fuera de Egipto en el tiempo del Éxodo y cientos de años
después Dios llamó a Su único Hijo fuera de Egipto luego de la muerte de Herodes el Grande—Mateo 2:15.
Ver también Malaquías 1:6 (note la relación Padre-Hijo; el problema era que Israel no honraba a su
Padre). [Favor notar que Romanos 9:4 se refiere a la adopción nacional, que es diferente a la adopción
individual mencionada en Romanos 8:15, 23].

2) A Israel pertenecía la GLORIA

Esto se refiere a la manifestación visible de la presencia de Dios. Es la majestuosa presencia o


manifestación de Dios en la cual ÉL desciende para morar entre los hombres. Esto ha sido llamada la
gloria de la Shekinah (Shekinah viene de una palabra hebrea que significa morar). La Biblia a menudo se
refiere a ella como “la gloria del SEÑOR”. La mayoría de estas manifestaciones tomaron la forma de luz,
fuego o nube o una combinación de estos. Aquí hay algunos ejemplos:

Génesis 15:17 Un horno humeante y una antorcha de fuego (Abraham)

Éxodo 3:1-5  Zarza ardiente (Moisés)

Éxodo 13:21-22; 14:19-20, 24  Columna de nube y columna de fuego (el Éxodo)

Éxodo 19:16-20  Fuego, humo, truenos, etc. (Monte Sinaí)


Éxodo 33-34  Una manifestación especial a Moisés.

Éxodo 40:34-38  Nube y fuego sobre el tabernáculo; comparar 1 Sam. 4:21-22).

1 Reyes 8:10-11 Nube (la gloria de Dios en el templo de Salomón)

Lucas 2:8-9  Gloria resplandeciente (los pastores de Belén)

Mateo 17:1-8  El resplandor de Cristo transfigurado.

Dios nunca dio a conocer Su presencia de una manera tan singular a ninguna otra nación. “Porque ¿qué
nación grande hay que tenga A DIOS TAN CERCANO A ELLOS?” (Deuteronomio 4:7).

3) A Israel pertenecían los PACTOS

Note el plural. A las otras naciones pertenecía solo un pacto—el pacto Noético (Génesis 9:8-17). Este
pacto fue hecho entre Dios y todos los que descienden de Noé y sus hijos, que incluye a gente de todas
las naciones (Génesis 9:15) y ÉL prometió la perpetuidad del ciclo del día y la noche, de las estaciones,
etc. (Génesis 8:21-22).

Todos los demás pactos pertenecen a Israel y pueden ser enumerados como sigue:

EL PACTO ABRAHÁMICO (Génesis 15:7-21; 17:1-14)

Dios prometió que de Abraham procedería una gran nación que poseería la
tierra prometida con ciertos límites definidos.

EL PACTO MOSAICO (Éxodo 19:5-8)

Un pacto condicional, legal que demandaba de Israel obediencia a los


mandamientos de Dios. Este es conocido también como el Antiguo Pacto y
este era el pacto que Israel quebrantó (Jeremías 31:32).

EL PACTO PALESTINO (Deuteronomio 29-30)

Este pacto hablaba de un recogimiento global de los judíos y que después de


su dispersión volverían a poseer la tierra (Deuteronomio 29-30).

EL PACTO DAVÍDICO (2 Samuel 7:5-19; cf. Salmo 89)

Este pacto prometía una casa eterna (dinastía), un trono eterno, un


reinoeterno y una Persona eterna que sería el Rey, es decir, Cristo, el Hijo de
David.

EL NUEVO PACTO (Jeremías 31:31-36)

Este pacto hablaba de la regeneración y salvación nacional de Israel, cuando


la ley de Dios y el Espíritu de Dios sería puesto en los judíos (cf. Ezequiel
36:26-29) y el Espíritu de Dios sería puesto en Su pueblo (Ezequiel 36:27).
Romanos 11:26-27 se refiere a este pacto.

4) A Israel pertenecía la PROMULGACIÓN DE LA LEY


Ninguna otra nación recibió la ley. Los Mandamientos no fueron dados a los egipcios o a los babilonios o a
los persas o a los romanos. Israel tuvo el privilegio de conocer la impresionante santidad de Dios como se
revela en Su santa ley: “¿Qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta
ley? (Deuteronomio 4:8).

5) A Israel pertenecía el CULTO A DIOS

Esto incluía la adoración en el tabernáculo y en el templo bajo un sacerdocio que fue instituido por Dios.
La palabra culto se usa en Hebreos 9:1, 6, 9 cuando se refiere al servicio sacerdotal en el tabernáculo de
Dios. Las otras naciones eran ignorantes de Dios (comparar Juan 4:22-23), pero a Israel fue dada la
verdadera manera de adorar y acercarse a Dios, todo lo cual retrata bellamente la Persona y la obra del
Señor Jesucristo.

6) A Israel pertenecían las PROMESAS

Estas promesas están contenidas en las grandes declaraciones de Dios de lo que ÉL haría. Piensa en todo
lo que Dios había dicho que haría a favor de Su pueblo. Un ejemplo se encuentra en Isaías 41:8, 10
—“Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham  mi amigo. No
temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te
ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. Las grandes y preciosas promesas de Dios a
Israel incluían las promesas de la venida del Mesías, en quien la nación tenía puesta su esperanza (Isaías
2:1-4; 7:14; 9:6-7; 11:1-11; 28:16; etc.).

Romanos 9:5

7) A Israel pertenecían los PATRIARCAS

Esto se refiere en particular a Abraham, Isaac y Jacob, que eran los patriarcas de la nación. El Dios de
Israel se identificaba a menudo con estos tres hombres (ver Éxodo 3:6, 15).

8) A Israel pertenecía el CRISTO (EL MESÍAS—EL REY UNGIDO DE DIOS)

El beneficio más grande es guardado para el final. La Persona más importante que jamás ha nacido, nació
judío, “hijo de David, hijo de Abraham” (Mateo 1:1). ÉL es el “León de la tribu de Judá” (Apocalipsis 5:5).
La salvación viene de los judíos (Juan 4:22), porque el Salvador viene de los judíos, y fuera de ÉL no hay
salvación (Hechos 4:12). En cuanto a Su HUMANIDAD, ÉL es un israelita según la carne; en cuanto a Su
DEIDAD, ÉL es “DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS (totalmente soberano), BENDITO POR LOS SIGLOS”
(Romanos 9:5).

¿Qué hizo Israel con todos estos beneficios? ¿Tomaron ventaja de sus ventajas? ¿Fueron bendecidos por
sus bendiciones? ¿Se beneficiaron de todos sus beneficios? Aquí está la tragedia. Aunque había piadosas
excepciones (José, Moisés, Josué, Caleb, David, Daniel, Jeremías, etc.), la nación, en su mayoría, no
aprovechó lo que tenía. En cambio, ellos (1) deshonraron y menospreciaron a Dios como su Padre
(Malaquías 1:6); (2) ellos no dieron importancia a la presencia de Dios en medio de ellos; (3) perdieron
de vista los compromisos del pacto de Dios; (4) quebrantaron la ley de Dios (Jeremías 31:32); (5) su
adoración perdió su significado y se volvió un ritual vacío; (6) las grandes promesas no estaban
acompañadas por fe (Hebreos 3:18-4:2); (7) ellos no siguieron en las pisadas del fiel Abraham que creyó
a Dios (Romanos 4:11-12); y por último, y lo más significativo, (8) ellos crucificaron a su propio Mesías
(Mateo 27:22; Juan 19:15-16; 1 Tesalonicenses 2:14-15).

Principio espiritual: “Porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, más se le demandará” (Lucas
12:47-48). A los israelitas se les dio mucho, por lo cual mucho se les demandará. Este principio también
se ve en Mateo 11:20-24 y 12:38-42. A los que se les ha dado más, serán juzgados más severamente. El
juicio será proporcional a la luz recibida.

Aplicación espiritual: ¿Qué nos ha dado Dios? ¿Qué ventajas y beneficios tenemos? ¿Qué estamos
haciendo con lo que nos ha sido dado? ¿Tenemos una Biblia? (No solamente el Antiguo Testamento, sino
la Biblia completa, 66 Libros). ¿Qué estamos haciendo con la Biblia que tenemos? ¿Nos ha dado Dios el
privilegio de ser Sus hijos (Juan 1:12)? ¿Nos ha dado mandamientos que cumplir y promesas que creer?
¿Nos ha dado ejemplos de hombres y mujeres piadosos del pasado para que los sigamos? ¿Nos ha sido
dada una iglesia local donde se adora verdaderamente a Dios? ¿Qué estamos haciendo con Su Iglesia?
¿Qué estamos haciendo con Su Palabra? ¿Qué estamos haciendo con el Señor Jesucristo? Debemos tomar
ventaja de todos nuestros beneficios. Si lo hacemos, ¡cuán bendecidos seremos! Si no lo hacemos, ¡pobre
de nosotros!

Romanos 9:5 (LA DEIDAD DE CRISTO)

Romanos 9:5 es una de las afirmaciones más contundentes de la plena deidad de Cristo que se encuentra
en la Biblia. Se encuentra junto a otros pasajes que nos dicen claramente quién es realmente Jesucristo:

Juan 20:28 – ÉL es SEÑOR y ÉL es DIOS

Tito 2:13 – ÉL es el GRAN DIOS

Isaías 9:6 – ÉL es el DIOS FUERTE (TODOPODEROSO)

Romanos 9:5 – ÉL es el DIOS BENDITO

Juan 1:1 – ÉL es el DIOS ETERNO

Nunca lo hagamos menos que Dios, como lo hacen los Testigos de Jehová y otros cultos falsos. El
liberalismo religioso también ha negado la deidad de Cristo, enfatizando Su humanidad como nuestro
“gran maestro” “ejemplo perfecto” “profeta importante” etc.

Romanos 9:5 es una de las afirmaciones más perentorias sobre la deidad de Cristo que se encuentran en
la Biblia. Pablo declara en los términos más precisos que Cristo, quien según la carne vino de Israel, es
nada menos que Aquel que es SOBRE TODAS LAS COSAS, DIOS BENDITO POR LOS SIGLOS.

Sin embargo, la erudición moderna ha realizado todo esfuerzo por evitar las implicaciones obvias de tal
afirmación, y con ese objeto han estado jugando un ingenioso juego de repuntuación. Ellos han puesto
mañosamente un punto después de “Cristo” (… Cristo. Dios, el cual es sobre todas las cosas sea bendito
por los siglos) o después de “sobre todas las cosas” (…Cristo, que es sobre todas las cosas. Dios sea
bendito por los siglos), pero en todos los casos hacen que la doxología no se refiera a Cristo, sino a Dios el
Padre. Si permitimos una puntuación semejante, el versículo se vuelve dudoso y Romanos 9:5 no puede
usarse como prueba de la deidad de Cristo.

¿La puntuación de este versículo depende del capricho del traductor? ¿Hay alguna manera segura de
saber cuál versión es correcta? En verdad, cuando Romanos 9:5 se examina objetivamente a la luz de las
reglas del contexto, lenguaje, uso y gramática, el traductor reverente puede llegar con seguridad a una
sola conclusión. Considera los siguientes hechos:

1) Como todo Testamento griego interlinear revela, el texto griego puede traducirse como sigue: “de los
cuales vino Cristo según la carne el cual es sobre todas las cosas Dios bendito por los siglos Amén”.
¿Cómo puntuarías esta frase? (He omitido deliberadamente toda puntuación).

2) De acuerdo con un pasaje paralelo en Romanos 1:3-4, esperaríamos que Pablo dijera algo sobre la
deidad de Cristo en Romanos 9:5. En Romanos 1:3-4 Pablo dijo (permítame parafrasear), “en cuanto a Su
Humanidad, Él es del linaje de David; pero en cuanto a Su deidad, ÉL es el Hijo único de Dios”. De igual
modo en Romanos 9:5, “en cuanto a Su humanidad, ÉL vino de Israel, pero en cuanto a Su deidad, ÉL es
sobre todo, Dios bendito por los siglos”. O como Hodge ha escrito, “Cristo, según la carne era un israelita,
pero según Su naturaleza superior, era el Dios supremo”. Esperaríamos esa antítesis.

3) Hay otros dos lugares en que Pablo usa la expresión “bendito por los siglos”:
i. Romanos 1:25:”. . . el Creador, el cual es bendito por los siglos”.

¿Quién es “bendito por los siglos”? EL CREADOR.

ii. 2 Corintios 11:31: “El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es bendito por los siglos”.

¿Quién es “bendito por los siglos”? EL DIOS Y PADRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.

De modo que, si seguimos el mismo molde:

Romanos 9:5: “. . .Cristo, quien es sobre todas las cosas, Dios bendito por los siglos.

¿Quién es “Dios bendito por los siglos”? CRISTO QUIEN ES SOBRE TODAS LAS COSAS.

De modo que de acuerdo al uso de Pablo, la doxología debe referirse a Cristo.

4) Los traductores liberales no tiene un verdadero precedente para hacer “Dios bendito” una doxología
independiente. La forma normal de doxologías tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento (y en
otra literatura antigua) es casi siempre “Bendito sea Dios” y no “Dios sea bendito”. Comparar 1 Reyes
8:15,56; Efesios 1:3; 2 Corintios 1:3; 1 Pedro 1:3; etc.

5) La interpretación que hace que el pasaje se refiera a Cristo calza con la estructura de la frase, en
cambio la interpretación que toma las palabras como una doxología dirigida en forma independiente al
Padre, es amañada y no es natural. A.T.Robertson, el distinguido gramático, agrega: “Comenzar una
nueva frase para la doxología es abrupto e inconveniente”.

6) Los padres de la Iglesia entendían en forma casi unánime que el pasaje se refiere a Cristo.

7) Finalmente, si es tan abrumadora la evidencia que las palabras “Dios bendito” se refieren a Cristo, ¿por
qué tantos eruditos modernos quieren traducirlas de una manera diferente? Su principal argumento es
realmente chocante. Ellos dicen que en ninguna otra parte de sus epístolas genuinas, Pablo jamás designa
a Cristo como Dios: “Es casi imposible que Pablo quisiera expresar la grandeza de Cristo llamándolo Dios
bendito por los siglos”. ¿No ves aquí algún prejuicio? Aparentemente, estos críticos incrédulos nunca han
leído lo que Pablo dijo sobre Cristo en Tito 2:13 o Colosenses 2:9 o Filipenses 2:6 (“igual a Dios”).

En conclusión, permítame citar las palabras de Charles Hodge y Henry Alford quienes afirman que la
expresión “Dios bendito” sólo puede referirse a Cristo: “Considerando las mínimas reglas de redacción,
este importante pasaje se puede interpretar de una sola manera”. La versión dada más arriba (que señala
la deidad de Cristo) no es entonces solo la más compatible con los usos del Apóstol, sino que es la única
admisible según las reglas de la gramática y redacción”.

Antes de dejar el tema de la deidad de Cristo, es provechoso leer lo que C.S.Lewis tuvo que decir acerca
de las notables afirmaciones hechas por Jesús mismo:

Entre los judíos apareció repentinamente un hombre que andaba hablando como si ÉL fuera Dios.
ÉL asegura que perdona pecados. ÉL dice que ÉL ha existido siempre. ÉL dice que vendrá a juzgar
al mundo al final de los tiempos. Algunas de sus afirmaciones pasan desapercibidas por nosotros,
porque las hemos escuchado tantas veces que ya no vemos su significado. Me refiero a la
afirmación de perdonar pecados, cualquier pecado. A menos que el que habla sea Dios, esto es
realmente tan descabellado que parece divertido. Él dijo a la gente que sus pecados estaban
perdonados y nunca esperó para consultar a todas las demás personas a quienes sus pecados sin
duda habían herido. Resueltamente se comportaba como si ÉL fuera la parte principalmente
afectada, como si Él fuera la persona principalmente ofendida por las ofensas. Esto sólo tiene
sentido si ÉL realmente es Dios cuyas leyes han sido quebrantadas y cuyo amor es herido con cada
pecado. En la boca de cualquier orador que no sea Dios, estas palabras implicarían lo que yo
solamente puedo ver como una necedad y un engaño que no tienen rival en la historia.
Sin embargo (y esto es la cosa extraña y significante) hasta Sus enemigos, cuando leen los
evangelios, no reciben la impresión de necedad o engaño. Menos aún los lectores desprejuiciados.
Cristo dice que ÉL es “manso y humilde” y nosotros le creemos, sin darnos cuenta de que si ÉL
fuera un mero hombre, la mansedumbre y la humildad son las últimas características que
podríamos atribuir a alguien que dice las cosas que ÉL dijo.

(Lunático, Mentiroso o Señor)

Estoy tratando de prevenir que alguien diga esa cosa tonta que la  gente a menudo dice sobre ÉL:
“Estoy dispuesto a aceptar a Jesús como un gran maestro de moral, pero no acepto Su afirmación
de que es Dios”. Eso es algo que no podemos decir. Un hombre que es solamente un hombre y dice
esa clase de cosas que Jesús dijo, no podría ser un gran maestro de moral. ÉL sería un lunático—al
nivel de alguien que dice que es un huevo escalfado – o sería el diablo del mismo infierno. Tienes
que escoger. Este hombre era y es el Hijo de Dios o es un malvado o algo peor. Puedes hacerlo
callar por necio, puedes escupirle y matarle como a un demonio; o puedes caer a Sus pies y
llamarle Señor y Dios. Pero no vengamos con el condescendiente disparate de que ÉL es un gran
maestro humano. Él no nos ha dejado esa opción y no era esa tampoco su intención.

                                                                 (Mero Cristianismo, libro 2, final capítulo 3)

(Nota: Compartimos la cita anterior porque el autor hace una excelente observación y lo dice muy bien. El
uso de esta cita no intenta ser una aprobación de C.S.Lewis o de alguna de sus enseñanzas).

Romanos 9:6

Las Promesas: En Su Palabra, Dios ha dado maravillosas promesas a los israelitas. Él les prometió la tierra
(Génesis 15:18; 17:8). ÉL les prometió que de Abraham procedería una gran nación (Génesis 12:2), la
cual nunca dejaría de ser una nación delante de Dios (Jeremías 31:36-37). ÉL prometió un reino futuro
durante el cual habría justicia en toda la tierra (Jeremías 23:5) y paz en todo el mundo (Miqueas 4:3). ÉL
prometió a los israelitas que ÉL haría un nuevo pacto con ellos que incluiría el perdón de pecados y una
relación única con Dios (Jeremías 31:31-34 y ver Ezequiel 36:24-29). Y lo más importante, ellos
disfrutarían de la presencia personal de Jehová Mismo (Jehová Jesús) en medio de ellos (Isaías 33:17, 22;
Ezequiel 48:35; Jeremías 23:5-6).

El Problema: Cuando Pablo escribió a los Romanos, la mayoría de los judíos estaba rechazando a Cristo y
rechazando el evangelio. El evangelio que Pablo predicaba dejaba muy en claro que los que rechazaban a
Cristo estaban condenados y perdidos por la eternidad, y esto incluye a los judíos incrédulos. El evangelio
estaba llegando a más y más naciones gentiles. Cuando comenzó la iglesia, ésta estaba compuesta por
creyentes judíos (Hechos 2), pero al paso del tiempo, más y más gentiles eran salvos y llegaban a formar
parte del cuerpo de Cristo. De modo que tenemos un problema: ¿Qué de los judíos que rechazan creer en
Cristo? ¿Qué de los muchos judíos que enfrentarán la ira de Dios por rechazar a Cristo y que nunca
participarán en el reino prometido? SI DIOS HA PROMETIDO A LOS ISRAELITAS TODAS ESTAS COSAS,
¿POR QUÉ MUCHOS ISRAELITAS NUNCA VERÁN EL CUMPLIMIENTO DE ESTAS PROMESAS? ¿Ha fallado
Dios en guardar Su Palabra?

“No ha fallado”. La Palabra de Dios no ha fallado. Las promesas de Dios a Israel nunca caerán en tierra
sin cumplirse (Josué 21:45). Dios nunca ha quebrantado y nunca quebrantará ninguna de las promesas
que ÉL hizo a Abraham, Isaac o Jacob. PERO SI DIOS CUMPLE SUS PROMESAS, ¿CÓMO EXPLICAS EL
HECHO DE QUE MUCHOS JUDÍOS NUNCA VERÁN EL CUMPLIMIENTO DE LAS PROMESAS? Pablo lo explica
dando un principio: No todos los que descienden de Israel son israelitas. No son israelitas todos los
que descienden de Israel. Sólo porque desciendes de Israel (es decir, eres un descendiente de Jacob) no
te hace un verdadero israelita. Sólo por ser un judío, eso no te hace un verdadero judío. Sólo por ser
exteriormente un judío, eso no te hace un judío interiormente (Romanos 2:28-29). Sólo por haber sido
circuncidado exteriormente, eso no significa que has sido circuncidado en el corazón (Romanos 2:28-29).

Romanos 9:7
Pablo comienza ahora a ilustrar el principio de que puedes descender de alguien muy importante y, sin
embargo, no ser bendecido por Dios y no ser un receptor de las promesas de Dios. Es interesante notar
que Pablo se dirige primero al libro de Génesis, ilustrando este punto por las vidas de Abraham, Isaac,
Jacob, etc. El espera que el lector esté muy familiarizado con el libro de Génesis. Más adelante en el
capítulo, él usará el ejemplo del Faraón, asumiendo así que el lector domina el contenido del Éxodo. Luego
en el capítulo, él citará a Oseas e Isaías y él asume que el lector está familiarizado con estos libros.
Recuerda, en el libro de Romanos Pablo cita del Antiguo Testamento como 60 veces. Es muy trágico que
con todas las Biblias que circulan hoy en América, la mayoría de las personas sean tan ignorantes de la
Biblia. Para la mayoría de las personas (aún para la gente que asiste a la iglesia), la mayoría de las
páginas de las Escrituras son territorio desconocido. Cuando abres tu Biblia, ¿te encuentras ante un
territorio inexplorado y extraño o te encuentras en un lugar que te es familiar y bien conocido? Que Dios
nos ayude a estar cada día más en casa en Su Palabra.

Considera el versículo 7 –Isaac no era el único hijo de Abraham. Ismael era el hijo primogénito de
Abraham e Isaac nació varios años después. De modo que Abraham tuvo dos hijos (dos que eran de la
simiente de Abraham), pero solo uno de esos hijos pudo decir realmente, “Soy un verdadero hijo de
Abraham”. Ambos eran físicamente hijos de Abraham, pero en la esfera espiritual, Dios escogió solo a uno
de esos hijos para ser el que recibiría las bendiciones y las promesas (ver Génesis 17:19-21; 21:12).

En los días de Cristo, los judíos se enorgullecían de ser hijos de Abraham (ver Mateo 3:9; Juan 8:33, 37,
39, 44). Los judíos pensaban que todos los que procedían de Abraham eran bendecidos y eran recipientes
de las promesas. Ellos pensaban equivocadamente que todos los que descendían de Israel eran el
verdadero Israel. Ellos fallaron en darse cuenta de que un verdadero judío debía tener cuatro PADRES—
Abraham, Isaac, Jacob y DIOS. Compare a los ismaelitas (los árabes de hoy) que pueden reclamar a
Abraham como su padre. Compare los descendientes de Esaú (edomitas) que pueden reclamar a ambos,
Abraham e Isaac. Comparar los incrédulos judíos de los días de Cristo que reclamaban a Abraham, Isaac y
Jacob (los tres) como sus padres, pero el problema es que Dios no era su padre (Juan 8:42). Necesitas a
los cuatro para calificar como verdadero judío: Abraham, Isaac, Jacob y DIOS. Una persona llega a estar
relacionada correctamente con Dios sólo por fe personal.

Romanos 9:8-9

Ismael era un hijo de la carne; Isaac era el hijo de la promesa (ver Gálatas 4:22-23, 28). El nacimiento de
Ismael fue natural (Génesis 16). No sucedió porque Abraham escuchara a Dios, sino porque escuchó a su
esposa. Fue el intento carnal de ayudar a Dios a cumplir Su promesa. El resultado fue Ismael, el hijo de la
carne. El nacimiento de Isaac fue sobrenatural (Génesis 18:14). Fue un nacimiento milagroso— ¡Dios lo
hizo! Dios cumplió Su promesa de una manera notable. Isaac fue el hijo de la promesa. El punto que Pablo
estaba haciendo es éste: Abraham tuvo dos hijos, pero sólo uno de estos hijos participó de las promesas
del pacto y llegó a formar parte del linaje escogido que llegaría a ser una gran nación y de la cual vendría
el Mesías. Isaac fue incluido; Ismael quedó excluido.

Romanos 9:10

Aquí hay otro ejemplo que es aún más asombroso. En el caso de los hijos de Abraham las madres eran
diferentes y los nacimientos fueron diferentes. En el caso de los hijos de Isaac, tenemos a la misma madre
y al mismo padre (“concibió de uno, de Isaac nuestro padre”) y un mismo nacimiento. Era un
nacimiento y dos hijos (mellizos). El primogénito fue rechazado y el que nació segundo, fue escogido (v.
12-13). Si los hombres escogieran, el escogido sería Esaú, porque usualmente el hijo primogénito era el
hijo preferido, y Esaú fue ciertamente el hijo favorecido por su padre (ver Génesis 25:28). Pero la elección
pertenecía a Dios y no al hombre.

Romanos 9:11-12

Ver Génesis 25:23. Cuando los dos hijos estaban aún en su vientre y aún no habían nacido, Dios habló a
Rebeca y dijo, “El mayor (el primogénito Esaú) servirá al menor (Jacob)”. Dios escogió al menor y no
escogió al mayor y con esa elección, ÉL hizo mayor al menor. Esta elección fue hecha antes de que los
hijos hubieran nacido y antes de que hubieran hecho bien o mal. El propósito de Dios, de acuerdo a Su
elección, debe permanecer (perdurar sin cambios). ¿Cuál es la base de la elección de Dios? No es “por
obras”. La elección no es por obras, no es por méritos, no es por virtudes (tú no eres escogido porque
merezcas ser escogido). No está basada en obras. La elección de Dios es “por el que llama”. Está basada
en Dios Mismo. La razón de la elección se encuentra en el que escoge y no en el escogido. Así, Isaac tuvo
dos hijos, pero solamente uno de ellos pudo decir realmente, “Soy un verdadero hijo de Abraham e
Isaac”. Físicamente, ambos eran hijos, pero en la esfera espiritual, Dios escogió solamente a uno para
recibir las bendiciones y las promesas.

Romanos 9:13

Encontramos esta cita en Malaquías 1:2-3. Es Dios el que está hablando y esta es una aseveración muy
fuerte. Una mujer dijo una vez al Sr. Spurgeon, “No puedo entender por qué Dios dijo que ÉL aborrecía a
Esaú”. Spurgeon contestó, “Eso no me causa problema, señora. Mi problema es que no entiendo cómo
Dios pudo amar a Jacob”. En verdad, Jacob era todo un bribón. Todos los hombres lo son. Lo asombroso
no es que los hombres estén perdidos y estén destinados al infierno, porque eso es lo que todos
merecemos. Lo asombroso es que alguien sea salvo y esté destinado al cielo. El juicio de Dios no es
asombroso, porque eso es exactamente lo que nos hemos ganado. Lo que es asombroso, es la gracia de
Dios. Ver Salmo 5:5 y compare el v.4 (es asombroso que a alguien le sea permitido entrar a la presencia
de Dios). ¿Cómo podemos entender la palabra “aborrecer” en Malaquías 1:2-3? Comparar Lucas 14:26
con Mateo 10:37 (nuestro amor por el Señor tiene que ser tan grande que, en comparación, nuestro amor
por cualquier otro parece odio). Otro pasaje instructivo es Génesis 29:16-18, 30, 33. Jacob escogió a
Raquel. El la escogió para que fuera su cónyuge. El escogió amarla. Lea fue aborrecida en el sentido de
que ella no fue escogida. El asunto en Romanos capítulo 9 es este: ¿A QUIÉN HA ESCOGIDO DIOS? El
punto principal de Pablo es: No todos los que descienden de Israel son israelitas. Dentro de Israel hay un
grupo especial conocido como el Israel escogido (el verdadero Israel, el Israel creyente). El asunto que
aquí se trata es la ELECCIÓN. De modo que cuando Dios dice “a Esaú aborrecí”, significa “No he escogido
a Esaú”. Cuando dice “Amo a Jacob”, significa “he escogido a Jacob y mis promesas y bendiciones se
cumplirán en él y en su simiente después de él”.

PRINCIPIO = NO TODOS LOS QUE DESCIENDEN DE ISRAEL SON ISRAELITAS

LAS ILUSTRACIONES DE PABLO:


Aplicación: Los que hoy creen en el Señor Jesucristo, son los hijos de Abraham (la simiente de
Abraham). Ver Gálatas 3:9, 26, 29 y Romanos 4:11-12, 16. Abraham es el padre de todos los creyentes
(de todos los creyentes, sean judíos o gentiles). Los creyentes gentiles son descendientes espirituales de
Abraham, no descendientes físicos. Los judíos creyentes son descendientes físicos y espirituales de
Abraham. Los judíos incrédulos son descendientes físicos pero no espirituales de Abraham. Los gentiles
incrédulos no tienen ninguna relación con Abraham. ¿Cuál es tú relación con Abraham?

Romanos 9:14

Pablo anticipa una objeción: “¿Cómo puede Dios escoger a una persona y no escoger a otra persona? Eso
no es justo”. Esto lleva a una pregunta importante: “¿Qué hay injusticia en Dios?” (En el griego, esta
pregunta exige una respuesta negativa). “Injusticia” = maldad, arbitrariedad,  mala acción o mala
decisión, parcialidad, atropello. ¿Hay injusticia (incorrección) en Dios? ¡Perezca ese pensamiento! (¡Dios
no lo permita!). Dios es perfectamente justo, correcto y honesto en todo lo que hace. Hay injusticia en
Esaú y en Jacob y en cada uno de nosotros, pero no en Dios. La INJUSTICIA está en el hombre, pero no
en Dios (ver Romanos 1:18, 29; 2:8; 3:5; 6:13 donde se encuentra esta misma palabra “injusticia”;
comparar también Romanos 3:10). Clarifiquemos de una vez por todas: EL JUEZ DE TODA LA
TIERRA HARÁ LO QUE ES JUSTO (ver Génesis 18:25). Si Dios fuera injusto, dejaría de ser Dios. ¡El Dios
Justo no puede hacer mal!

Si Dios operara en base a las obras de los hombres o del mérito humano o de la calidad humana (lo que el
hombre merece recibir de Dios), o si Dios operara en base a la absoluta justicia, ENTONCES NINGUNO DE
NOSOTROS LO LOGRARÍA. Todos nosotros merecemos la ira y el juicio de Dios. Todos merecemos el
infierno de Dios. Si Dios enviara a CADA UNO DE NOSOTROS al lago de fuego para siempre, ÉL SERÍA
PERFECTAMENTE JUSTO Y CORRECTO, porque esto es lo que cada uno de nosotros merecemos (Romanos
6:23a; Romanos 1:32; 1:18). Lo asombroso no es que Dios salve a unos pocos, sino que Dios sea
misericordioso con alguien. Lo asombroso no es que muchos sean juzgados, sino que alguien sea
justificado. Lo asombroso no es que Dios aborreciera a Esaú, sino que Dios amara a Jacob. Los que
meditan sobre los misterios de la elección de Dios, nunca deberían dejar de maravillarse y de estar
agradecidos de que Dios, en Su infinita gracia y misericordia, haya escogido a algunos: “Pero
nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de
que Dios OS HAYA ESCOGIDO desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y
la fe en la verdad” (2 Tesalonicenses 2:13).

Romanos 9:15

Aquí aprendemos de la maravillosa misericordia y compasión de Dios. El Dios soberano derrama Su


misericordia sobre algunos (“del que yo tenga misericordia”). Objeción: “¿Pero por qué Dios no tiene
misericordia de todos?” Pero el objetante no comprende el verdadero sentido de todo esto. La verdadera
pregunta es ésta: “¿Por qué tiene Dios misericordia de alguien? Ninguno de nosotros merece la
misericordia de Dios. No merecemos ni siquiera una gota de la misericordia de Dios”. Si Dios no tuviera
misericordia de nadie y derramara Su juicio sobre cada persona, ÉL sería absolutamente justo, porque
esto es exactamente lo que cada persona merece. Lo asombroso es que Dios tenga misericordia de
alguien. Lo asombroso es que alguien llegue a ser salvo.

Pablo está citando Éxodo 33:19 y es importante entender el contexto del pasaje. En Éxodo capítulo 32 los
hijos de Israel se habían apartado rápida y perversamente del camino que Dios les había ordenado (v.8) y
habían hecho un becerro de oro, violando el segundo mandamiento. El pueblo era culpable y todos ellos
merecían ser juzgados y destruidos (ver Éxodo 32:10—Dios podría, con toda justicia, haberlos destruido a
todos). Es asombroso que sólo murieran 3000 (Éxodo 32:28). Comparar la preocupación de Moisés por su
pueblo (Éxodo 32:32) con la preocupación de Pablo por los judíos (Romanos 9:1-3). Que nunca dejemos
de maravillarnos por la gran misericordia de nuestro Dios (Éxodo 34:5-7) y que, como Moisés, inclinemos
nuestras cabezas y lo adoremos (Éxodo 34:8), diciendo, “Señor, no hay injusticia en TI”.

Romanos 9:16

Este versículo está hablando de la misericordia que Dios concede: “. . .Dios tiene misericordia”. ¿Sobre
qué base concede Dios Su misericordia? Note lo que dice el versículo, “No depende del que . . .ni del
que. . .SINO DE DIOS”. No depende del hombre, sino de Dios. Comparar Juan 1:13.

“No depende del que quiere” =no depende del deseo o de la voluntad o del querer del hombre; “Ni del
que corre” = no depende de los esfuerzos del hombre (tenaz afán y desvelo).

No depende del esfuerzo ni de la voluntad humana que Dios otorgue Su misericordia. Depende de Dios, de
Aquel que dijo, “Tendré misericordia del que yo tenga misericordia”. Recuerda, nadie merece la
misericordia. Nosotros merecemos ira (Efesios 2:3-5). Pero Dios es RICO en misericordia (comparar
Romanos 10:12).

Romanos 9:17 (una cita de Éxodo 9:16 y comparar Éxodo 14:4)

Aquí tenemos el ejemplo de Faraón, un hombre famoso por su obstinado y duro corazón y su
negativa pecaminosa de hacer lo que Dios le dijo. Aquí hay un hombre que no obtuvo misericordia y cuyo
corazón fue endurecido (Romanos 9:18b). Pero antes de condenar a Faraón por su maldad, necesitamos
recordar que todos tenemos un corazón como el de Faraón (Jeremías 17:9). Todos los hijos de Adán son
corruptos (Salmo 14:1-3) y totalmente depravados (Rom. 3:9-19).

“Mostrar” = demostrar, exhibir, manifestar, exponer (comparar Rom.9:22 y Efesios 2:6-7). Dios tenía un
propósito al levantar a Faraón. Dios quería MOSTRAR Y EXHIBIR SU PODER y Dios quería ANUNCIAR SU
NOMBRE por toda la tierra. La salvación de pecadores es muy importante para Dios (1 Timoteo 1:15; Juan
3:17, etc.), pero no es lo más importante para Dios. Lo que sobre todas las cosas interesa a Dios es SU
PROPIA GLORIA (la demostración, manifestación y revelación de QUIÉN ES ÉL).

Dios pudo darse a conocer de una manera maravillosa por medio de Faraón. Faraón era un gobernante
muy poderoso y su reputación se extendía a lo largo y ancho del mundo. En muchos aspectos, el imperio
egipcio no tenía rivales.

“Anunciado por” = declarar por, proclamar a lo largo y ancho. Por causa del trato de Dios con Faraón,
los gentiles llegarían a saber algo del poder del Dios de Israel (ver Josué 2:9-10; 1 Samuel 4:7-8).
Romanos 9:18

“De modo que ÉL tiene misericordia de quien ÉL quiere y endurece a quien Él quiere”. Es Dios quien
muestra misericordia; es Dios quien endurece el corazón (el verbo significa “hacer duro o seco”). El mismo
sol que derrite la mantequilla, también endurece la arcilla. “El que es perdonado, no puede decir que lo
fue por ser mejor que otros; mientras que el que es condenado, tiene que reconocer que recibe nada más
que la justa recompensa por sus pecados” (Hodge). Los que se pierden sólo pueden culparse a sí mismos;
los que son salvos, se lo agradecen solo a Dios. El hombre recibe toda la culpa (y la merece); Dios recibe
todo el mérito (y ÉL lo merece). Dios recibe toda la gloria (1 Corintios 1:29-31).

Al meditar en el trato de Dios con Faraón, debemos recordar varias cosas:

1) Dios no fue injusto con Faraón, porque Dios nunca es injusto (Romanos 9:14).

2) Dios endureció el corazón de Faraón (Éxodo 4:21; 9:12; Rom.9:17-18).

3) Faraón endureció repetidas veces su corazón (Éxodo 8:32).

4) Dios fue extremadamente paciente con Faraón (Rom. 9:22). Faraón dijo repetidas
veces “NO” a Dios y Dios esperó y le dio oportunidades adicionales (si tú o yo
fuésemos Dios, seguramente habríamos destruido mucho antes a este hombre).

5) Dios fue glorificado en este hombre (Éxodo 9:16; 14:4).

Romanos 9:19

Pablo anticipa otra objeción: “¿Por qué entonces Dios nos censura y nos culpa? Porque, ¿quién puede
resistir Su voluntad?” Si Dios nos endurece, ¿por qué nos culpa por ser duros? “Resistir” = oponerse,
estar en contra. Podemos imaginarnos a Faraón diciendo, “¿Cómo puede Dios culparme? Yo solo estoy
haciendo la voluntad de Dios y estoy dando gloria a Dios”.

Romanos 9:20

Es interesante que Pablo en realidad no conteste la objeción, sino que nos muestra cuál debería ser la
actitud de nuestro corazón delante del Señor. En Romanos capítulo 9 Pablo está tratando  con doctrinas
que son muy difíciles de entender (el propósito de Dios conforme a la elección-v.11; Dios otorgando
soberanamente misericordia- v.15-16; Dios mostrando misericordia a algunos y endureciendo a otros—
v.18; etc.). Hay una sola manera de entender estas cosas. Debemos ponernos en el lugar apropiado
delante de Dios (comparar Éxodo 34:8—Moisés inclinó su cabeza y adoró). Debemos darnos cuenta de
quienes somos. No solo somos frágiles criaturas hechos de polvo, sino también somos criaturas caídas y
depravadas. Solo cuando inclinamos nuestras cabezas y nos humillamos ante nuestro Hacedor, estaremos
preparados para aprender el trato soberano de Dios hacia hombres pecadores que sólo merecen la ira y el
juicio de Dios.

¿Qué derecho tiene el hombre de debatir con Dios? ¿El hombre sabe más que su Hacedor? ¿Es la criatura
más sabia que el Creador?  ¿Quiénes somos nosotros para cuestionar la justicia de lo que Dios hace?
¿Quiénes somos nosotros para poner en duda Su rectitud? El alfarero tiene todo derecho de tomar un
trozo de arcilla y transformarlo en el vaso que quiera y el vaso no tiene derecho de reclamar.

Ver Isaías 29:16 donde el profeta muestra lo absurdo que es que la vasija niegue que ha sido hecha (“ÉL
no me hizo”) o que neciamente diga que el alfarero no tiene entendimiento (“No sabe nada”). Ver Isaías
45:9 donde el profeta muestra cuan necio sería que el tiesto altercara o discutiera con su hacedor.
Comparar Jeremías 18:1-6.
Romanos 9:21

“Potestad” = poder, autoridad, derecho. La pregunta requiere una respuesta afirmativa. SÍ, Dios tiene
todo el derecho de hacer un vaso para honra y otro para deshonra. “Masa” = la mezcla con la cual el
alfarero forma sus objetos. “Arcilla” = se refiere a la humanidad pecaminosa, caída (Dios no hace
pecador al hombre). Como ha dicho Alva McClain,

Pablo no está hablando de la creación del hombre. Dios creó al hombre bueno, santo y justo, pero
la arcilla de la cual Pablo está hablando aquí es una arcilla pecaminosa. Todos los hombres son de
esa misma arcilla. Todo hombre es un pecador y todo hombre merece el juicio. Dios tiene el
derecho de tomar a un hombre de esa masa y tener misericordia de él.

“Vaso” = pieza de alfarería, jarro, plato, etc. Comparar 2 Timoteo 2:20 que también habla de vasos de
honra y vasos de deshonra. En el palacio de un rey puede haber un vaso o vasija para poner bellas flores
y otra vasija para colocar basura infestada de gusanos. Otra vasija puede usarse para acarrear agua y
otra para sacar residuos o desperdicios. El alfarero tiene todo el derecho de hacer diferentes tipos de
utensilios para diferentes propósitos.

Romanos 9:22

“Queriendo” = deseoso (esto es lo que Dios quiere): “mostrar”= demostrar (la misma palabra como en
el v.17). Dios desea desplegar y exhibir SU IRA (ver Romanos 1:18). La palabra “ira” se refiere a la
severidad de Dios y al disgusto divino contra el pecado. No se trata de un mero arranque de enojo, sino
de un sólido y permanente estado de enojo contra el pecado; una santa ira e indignación. Estos vasos de
ira (se refiere a los que pasan a la eternidad sin haber sido salvos) demostrarán la santidad y la rectitud y
la perfecta justicia de Dios (comparar Apocalipsis 16:5—“Justo eres tú oh Señor. . .porque has JUZGADO
estas cosas”). “Hacer notorio”= revelar. Dios se deleita en revelarse a Sí Mismo y en darse a conocer a
Sí Mismo. Faraón ciertamente llegó a conocer el poder de Dios y los juicios de Dios (comparar Éxodo 5:2,
cuando Faraón dijo, “no conozco a Jehová”. Dios procedió a darse a conocer a Sí Mismo a este hombre de
una manera muy dramática). Todos los hombres llegarán a conocer a Dios, sea como JUEZ o como
SALVADOR.

Nótese cuán misericordioso ha sido Dios aún con estos vasos de destrucción. “Soportó”= aguantar
sobrellevar. “Con mucha paciencia”= lento para la ira, esperar antes de enojarse. Dios fue muy
paciente con Faraón y con muchos otros incrédulos a través de las páginas de la historia. El trato
bondadoso y paciente de Dios con los que se niegan a arrepentirse se ve también en Romanos 2:4-5.

“Preparados para destrucción” –Estos vasos de ira se ajustan perfectamente a la destrucción que


merecidamente les pertenece. “Preparados” =dispuestos, ajustados, listos, prontos para la destrucción,
merecedores de destrucción. “Preparados para la destrucción” “maduros para la destrucción”. Hay
algunos que entienden el verbo en participio perfecto, “habiéndose preparados ellos mismos para
destrucción” (Bauer, Atndt&Gingrich). Vine,--“el tiempo perfecto aquí significa que ellos mismos se
prepararon para la destrucción” (ver también McClain en Romanos). No dice que Dios los preparara
(contraste con el versículo 23 donde se dice claramente que Dios preparó de antemano). En cuanto a
la así llamada “doctrina de reprobación” ver bajo Romanos 9:23.

¿Qué quiso decir Pablo cuando dijo que estas personas están “preparadas para destrucción”? Esto está
ilustrado en el caso de Faraón.

Dios no lo hizo malvado y obstinado; pero como castigo por su pecado, ÉL trató con él de tal modo
que la MALDAD DE SU NATURALEZA se reveló en una forma y bajo circunstancias tales, que lo hizo
un objeto preparado para la justicia punitiva de Dios (Hodge).

Piense de esta manera: ¿Cómo puede ser hecho malo un hombre? No es necesario hacer nada. Ya es malo
y si es dejado a su propio arbitrio, con el tiempo revelará totalmente la pecaminosidad de su corazón y lo
merecedor que es del juicio de Dios. ¿Cómo puede ser hecho bueno el hombre y ser preparado para el
cielo? Esto es imposible aparte de la gracia de Dios y el Dios de gracia. El hombre no necesita de Dios
para ser malo. El hombre necesita de Dios para ser bueno. El hombre nunca puede ser bueno sin Dios.
Había una vez un tratado evangelístico que tenía estas palabras en su cubierta: “¿QUÉ TENGO QUE HACER
PARA PERDERME?” Cuando se abría, el interior estaba en blanco.

“Destrucción”= destrucción eterna, estar arruinado y perdido para siempre, castigado y pereciendo para
siempre. La palabra se usa en Mateo 7:13; Filipenses 1:28 (perdición); 3:19; 1 Timoteo 6:9; Hebreos
10:39; 2 Pedro 2:1; 3:7 (perdición) y en otras partes.

Romanos 9:23

Los vasos de misericordia tienen la esperanza y la expectativa de un futuro glorioso y Dios usará a estos
vasos para dar a conocer QUIÉN ES ÉL (Su gloriosa Persona- Su misericordia, bondad y gracia).
“Preparado de antemano” =alistado de antemano, dispuesto de antemano. En Efesios 2:10 se usa el
mismo verbo para referirse a las buenas obras que Dios “preparó de antemano” para que anduviésemos
en ellas. Comparar también Mateo 25:34—“heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación
del mundo”.

Este versículo deja muy en claro que es DIOS quien ha preparado de antemano los vasos para gloria (en
contraste con el v.22 que no dice que Dios preparó los vasos de ira o destrucción).

¿Enseña la Biblia la REPROBACIÓN?


La doctrina de la elección es enseñada claramente en la Palabra de Dios: “Dios os ha escogido (a los
creyentes en Cristo) desde el principio para salvación” (2 Tesalonicenses 2:13; comparar también Efesios
1:4; 2 Timoteo 1:9; Colosenses 3:12; etc.). Puesto que se enseña la elección, los hombres han asumido y
razonado equivocadamente que lo opuesto también tiene que ser cierto. En otras palabras, si Dios ha
escogido a algunos para salvación, también tiene que ser cierto que Dios ha escogido a otros para
condenación. Lo opuesto a elección se ha llamado “REPROBACIÓN”, la doctrina de que ciertas personas
han sido ordenadas de antemano para condenación o escogidas antes de los tiempos para condenación.
Esto puede parecer lógico y razonable a algunos, PERO NO ES BÍBLICO. Aquí hay tres ejemplos de las
Escrituras que muestran que la REPROBACIÓN no es una doctrina bíblica:

1. Romanos 9:22-23. En el versículo 23 se dice que ÉL (Dios) preparó de antemano los vasos de
misericordia para gloria. Si la REPROBACIÓN fuera cierta, podríamos esperar que el versículo 22
dijera algo como ésto: los vasos de ira que ÉL (Dios) preparó para destrucción”. Esto no es lo que
dice el texto.

2. Comparar Mateo 25:34 con Mateo 25:41. El reino fue preparado por Dios para los justos desde
la fundación del mundo (v.34). Si la REPROBACIÓN fuera cierta, entonces deberíamos esperar que
se dijera lo contrario en el versículo 41. Esperaríamos leer, “Apartaos de mí, malditos, al fuego
eterno preparado (por Dios) para USTEDES”. No, el fuego eterno no fue preparado para el hombre,
sino para el diablo y sus ángeles.

3. 2 Tesalonicenses 2:10-13. Nótese que en el versículo 13 tenemos una clara declaración de la


gloriosa doctrina de la elección (por la cual Pablo daba muchas gracias). El v.10 habla de “los que
se pierden”. ¿Por qué se pierden? Si la REPROBACIÓN fuera cierta, esperaríamos que Pablo dijera,
“. . . porque Dios no los ha escogido para salvación”. Esto no es lo que dice el v.10. Ellos están
condenados, no porque Dios los escogiera para condenación, sino porque ellos “no creyeron a la
verdad” (v.12).

C.H. Mackintosh, el muy estimado escritor de los Hermanos, argumenta de una manera similar:

Es muy interesante notar la manera en que las Escrituras toman precaución contra la repulsiva
doctrina de la reprobación. Mire, por ejemplo, en Mateo 25:34. Aquí el Rey, dirigiéndose a los que
están a Su derecha, dice, “Venid, benditos de Mi Padre, heredad el reino preparado para
vosotros desde la fundación del mundo”. Contrástelo con lo que dice a los que están a Su izquierda
(v.41): “Apartaos de mí, malditos (ÉL no dice ‘de Mi Padre'), al fuego eterno preparado (no para
ustedes, sino) para el diablo y sus ángeles”. Así también en Romanos 9. Hablando de los “vasos de
ira” dice “preparados para destrucción” — ciertamente no preparados por Dios, sino por ellos
mismos. Por otra parte, cuando habla de los “vasos de misericordia”, dice, “que ÉL preparó de
antemano para gloria”. La gran verdad de la elección queda plenamente establecida; el error
repulsivo de la reprobación es evitado diligentemente (The Mackintosh Treasury).

Debemos ser muy cuidadosos de no adoptar una enseñanza sólo porque parezca tener sentido o porque
sea razonable o lógica. La única prueba segura de cualquier doctrina es ésta: “¿QUÉ DICEN LAS
ESCRITURAS?” (Romanos 4:3). Si es conforme a la Biblia, somos responsables de creerlo, tenga o no
tenga sentido, lo entendamos o no, parezca ser razonable o no. La Biblia hace muy claro que LOS QUE
SON SALVOS Y VAN AL CIELO, PUEDEN DAR SÓLO GRACIAS A DIOS y que LOS QUE ESTÁN PERDIDOS
Y CONDENADOS, PUEDEN CULPARSE SÓLO A SÍ MISMOS.

Los que son salvos, sólo a Dios pueden dar gracias por ello: Ver 1 Corintios 1:29-31 (Dios debe recibir
todo el reconocimiento); Efesios 2:8-9 (no hay motivo para jactarse); Mateo 16:16-17 (Pedro no se abrió
sus propios ojos); Juan 6:44-45, 65 (nadie puede venir al Salvador sin ser sobrenaturalmente capacitado
para ello). Los que están perdidos, sólo pueden culparse a sí mismos: 1 Timoteo 2:4 (Dios quiere que
todos los hombres sean salvos); Romanos 10:12-13 (Dios es rico para con todos los que lo invocan);
Mateo 23:37 (Dios estaba dispuesto, pero el hombre no quería); Juan 5:40 (la razón por al cual el hombre
no tiene vida eterna es por su porfiada NEGATIVA a venir al único Salvador); 2 Tesalonicenses 1:8-9 (los
que sufren el eterno castigo son los que DESOBEDECIERON las buenas nuevas del evangelio). El hombre
tiene que asumir toda la responsabilidad y culpa por su destino eterno.

La persona salva dirá con gratitud, “ESTOY EN EL CIELO GRACIAS A DIOS”. La persona perdida tendrá
que decir con verdad, “YO ESTOY EN EL INFIERNO POR CULPA MÍA”. Los que están condenados nunca
podrán culpar a Dios o decir, “Estoy condenado porque DIOS NO ME ESCOGIÓ”. Su condenación no se
debe a que Dios los rechazara a ellos, sino porque ELLOS RECHAZARON A DIOS: “El que no creyere, será
condenado” (Marcos 16:16). “El que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el Nombre del
unigénito Hijo de Dios” (Juan 3:18). “De pecado, por cuanto no creen en Mí” (Juan 16:9). “Y no queréis
venir a Mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).

El hombre no contribuye a su propia salvación. Es la obra de Dios, “no por obras, para que nadie se gloríe”
(Efesios 2:8-9). Dios no contribuye a la incredulidad del hombre. Esa es obra del hombre. Solamente Dios
puede llevar a cabo la salvación. El hombre tiene que creer. Dios debe recibir toda la gloria y todo el
mérito. El hombre incrédulo tiene que asumir la culpa. “A Dios sea la gloria, grandes cosas HA HECHO ÉL”.
“Soy un gran deudor de la gracia”.

Romanos 9:24

¿Quiénes son estos vasos de misericordia? “ESTO ES, NOSOTROS”. Los vasos de misericordia son los que
Dios ha llamado (ver Romanos 8:28, 30). La IGLESIA es la ASAMBLEA LLAMADA POR Dios (ekklesia)
compuesta de judíos y gentiles (comparar Romanos 3:29).

Recuerda el trasfondo histórico. El libro de Romanos fue escrito por Pablo alrededor del año 56 D.C., esto
es, 25 años después de la muerte y resurrección de Cristo. La mayoría de los judíos no estaba
respondiendo al evangelio (Rom. 11:28). Una muy pequeña minoría de judíos había puesto su fe en Jesús
como su Mesías, incluyendo a Pablo. Cuando recién comenzó la iglesia, la membresía era totalmente judía
(Hechos 2). En Hechos capítulo 10 fueron salvos los primeros gentiles y fueron añadidos a la iglesia. Al
paso del tiempo, más y más gentiles vinieron a Cristo y antes de mucho, la mayoría de cristianos eran
gentiles. Pronto los judíos salvos llegaron a ser una minoría en las iglesias. Hoy en día, un creyente judío
es una rareza. En los días en que Pablo escribió a los Romanos, esto constituía todo un problema: Si los
judíos son el pueblo escogido de Dios (Rom. 9:1-5), ¿entonces por qué tan pocos judíos son salvos? “¿Ha
desechado Dios a Su pueblo?” (Ver Rom.11:1). En Romanos 9:24 Pablo está ayudando a entender que en
esta presente edad el pueblo escogido de Dios son aquellos que ÉL ha llamado “no sólo de los judíos, sino
también de los gentiles”.
Hay algunos que creen que la iglesia es el “VERDADERO ISRAEL”. Sin embargo, nótese que Pablo no dice,
“A los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros los VERDADEROS JUDÍOS, el VERDADERO ISRAEL,
compuesto de judíos salvos y de gentiles salvos”. No, en la Iglesia de Dios no hay judío ni gentil (ver
Colosenses 3:10-11; Gálatas 6:15).

Romanos 9:25-26 (estos versículos se centran en los gentiles mencionados en 9:24).

¿Qué derecho tienen los gentiles de ser el pueblo de Dios? ¿Por qué deberían ser incluidos en  aquella
especial asamblea llamada por Dios, la iglesia? En el pasado, los gentiles no habían sido el pueblo de Dios.
Los judíos habían sido el pueblo de Dios. ¿Cómo puede Dios dejar que un pueblo llegue a ser Su pueblo, si
previamente no habían tenido en absoluto una real y recta relación con Dios?

Pablo responde a esto citando dos pasajes del libro de Oseas. Ver Oseas 2:23 (Rom.9:25) y Oseas 1:9-10
(Rom.9:26). El profeta Oseas se refiere a Israel, las diez tribus del norte, que se habían apartado del
Señor y que se habían vuelto a la idolatría. Por su infidelidad, Dios los deshereda y los llama “LOAMMI”
(Oseas 1:9), una expresión hebrea que significa “no Mi pueblo”. “Porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo
seré vuestro Dios” (Oseas 1:9). Sin embargo, nos asombra leer que en el futuro Israel será restaurado
nuevamente en el favor de Dios y que Dios los reclamará como propios: “les será dicho: Sois hijos del
Dios viviente” (Oseas 1:10 y ver 2:23). Estos judíos se apartaron de Dios y se volvieron a un estado
apóstata y pagano, pero Dios promete que un día estos israelitas serán restaurados a Su favor. Aunque
Oseas se estaba refiriendo a los israelitas, el principio se aplica a los gentiles. El principio es éste: Dios,
en Su misericordia, traerá a un pueblo, previamente rechazado, a una relación con ÉL.  Pablo
aplica este principio a los gentiles: ellos no eran el pueblo de Dios, pero ahora lo son. Lo que se enfatiza
en esta cita de Oseas es la soberana y compasiva gracia de Dios mostrada hacia aquellos que (sean judíos
o gentiles) carecen del derecho de considerarse a sí mismos pueblo de Dios (ver 1 Pedro 2:9-10).

Romanos 9:27-29 (estos versículos se centran en los judíos mencionados en 9:24)

“Bien, dejaremos que los gentiles sean parte del pueblo de Dios, pero, ¿qué de los judíos? ¿No son los
judíos el pueblo de Dios? ¿Por qué no pueden todos los judíos ser el pueblo de Dios? ¿Por qué se opone al
evangelio la vasta mayoría de los judíos y son enemigos de la cruz (11:28)? ¿Por qué son tan pocos los
judíos que han reconocido a Cristo como Salvador y lo han recibido por fe?”

Pablo responde estas preguntas en Romanos 9:27-29. Su punto principal: Sólo un pequeño remanente


de judíos será salvo. La mayoría se perderá y perecerá. Pablo cita de las Escrituras judías del Antiguo
Testamento que enseñan claramente que esto sería así. El cita Isaías 10:22-23 e Isaías 1:9.

“Clama” = llamar, exclamar (indica el urgente discurso del profeta). “Como la arena del mar” = un
número incontable (tantos, que no los puedes contar). “Remanente” = parte pequeña, pequeño grupo
sobreviviente. De los millones y millones de judíos, sólo un pequeño número (un remanente) será salvo.
El resto perecerá. Comparar Romanos 9:6—Dentro de la nación de Israel (los judíos) hay un grupo mucho
más pequeño conocido como el verdadero Israel o el Israel elegido o el remanente piadoso (ver Romanos
11:5—“un remanente escogido por gracia”).

Romanos 9:28 habla del juicio de Dios. Dios podará y recortará a la nación de modo que quedará sólo un
remanente. Cuando Dios juzga, es poco lo que queda. (“Ejecutará Su sentencia” llevará a su fin,
completará Su resolución). La mayoría de los judíos serán “enjuiciados” (cortados), pero un remanente
será salvo. Compare “el tiempo de angustia para Jacob” (Jeremías 30:7) cuando dos tercios de la nación
serán cortados de ella y se perderán (Zacarías 13:8).

Romanos 9:29 parece responder a una objeción: “No es justo que sólo unos pocos (un pequeño
remanente) sea salvo. ¿Por qué no puede ser salva la mayoría de los judíos? ¿Por qué habrá solo unos
pocos sobrevivientes?” Paro al leer el versículo, debemos estar agradecidos de que habrá ALGUNOS
SOBREVIVIENTES. Gracias a Dios que algunos serán salvos. No hubo sobrevivientes en Sodoma. Ningún
habitante de Sodoma escapó (Lot no era sodomita, aunque él vivía allí). Fue una DESTRUCCIÓN TOTAL.
Ellos fueron TOTALMENTE destruidos. “Señor de los ejércitos” = “Señor de las huestes” (Señor del
Universo, Soberano, Comandante y Jefe). “Descendencia”—esta palabra debería relacionarse con la
palabra “remanente” del v. 27.

Romanos 9:30-31

“Iban tras” = seguían, perseguían, lograr alcanzar algo. Los gentiles no iban en busca de la justicia de
Dios, pero terminaron recibiéndola, poniendo simplemente su fe en Jesucristo (Romanos 3:22-24; 4:5;
5:1). Los judíos buscaban la ley de la justicia y trataban diligentemente de guardar la ley, pero nunca
obtuvieron la justicia de Dios, porque la justicia de Dios no  se consigue por las obras de la ley
(Rom.3:20; 10:3-4; Gálatas 2:16). Para alcanzar y obtener la justicia por la ley, una persona tendría que
cumplir perfectamente la ley en cada momento de su vida. Ningún judío (o gentil) pecador ha hecho esto
jamás y jamás podría hacerlo (Gálatas 3:10-11). Los gentiles no buscaban la justicia de Dios, pero
escucharon el evangelio, confiaron en Cristo y fueron justificados total y gratuitamente (multitudes de
gentiles habían abrazado el Cristianismo cuando el libro de Romanos fue escrito). Los judíos estaban a la
siga de la justicia de Dios, pero trataban de conseguirla de manera equivocada, dependiendo de ELLOS
MISMOS en vez de depender del SALVADOR (Rom.10:3). Ellos no lograron ni alcanzaron la justicia que
buscaban y necesitaban desesperadamente. Los judíos buscaron, pero no encontraron. Los gentiles no
buscaron, pero encontraron. (Como un hombre que ha estado buscando oro durante toda su vida sin
encontrarlo; otro hombre que no está buscando oro, excava un fundamento para su casa y se encuentra
con una gran veta de oro. Otro ejemplo: un cazador persigue a una liebre durante todo el día sin lograr
alcanzarla. Otro hombre que no estaba cazando, va caminando en el momento preciso y en el lugar
preciso y sucede que una liebre salta a sus brazos).

Otra ilustración: Imagínate a mucha gente que está en el muelle del puerto de Nueva York tratando de
dar un salto para llegar a Londres. Esto es una absoluta imposibilidad (tal como es absolutamente
imposible que hombres pecadores guarden la santa ley de Dios). Ninguno de los saltadores lo logra,
aunque algunos logran saltar más lejos que otros. Pero todos quedan muy lejos de la distante costa de
Londres. Otra persona no está tratando de saltar. Está allí parado observando a todos esos necios
saltadores. Sucede que se sube a un barco que está junto al muelle para poder observar mejor y,
repentinamente, el barco abandona el muelle y lo lleva a Londres. Los saltadores que estaban tratando de
lograrlo por sí mismos, no lo consiguieron y no alcanzaron su meta. El espectador logró llegar a Londres
(aunque no estaba tratando de llegar allá) en virtud del barco que hizo todo el trabajo. Comparar 1 Pedro
3:18.

Romanos 9:32-33

¿Por qué Israel no alcanzó la justicia de Dios? Porque trataron de lograrla de una manera equivocada. Y
rechazaron a Cristo mismo, cuya muerte en la cruz habría hecho posible que fueran justificados. Pablo cita
nuevamente del Antiguo Testamento (ver Isaías 8:14 y 28:16). Piensa otra vez en la ilustración del barco.
El pueblo judío está tratando (con sus propias fuerzas) de saltar a Londres y ninguno lo está logrando.
Llega un barco (que representa a Cristo que los puede llevar a donde necesitan estar –1 Pedro 3:18). Ellos
resienten esto y están ofendidos (“Saquen este barco de nuestro camino. Estamos tratando de saltar”).
Todo lo que ellos necesitaban hacer era subirse al barco y dejar que hiciera todo el trabajo para llevarlos a
Londres (el barco representa a Cristo; subirse al barco representa la fe; saltar representa tratar de llegar
a Dios por las obras de la ley o por los propios esfuerzos religiosos del hombre).

Comparar Mateo 21:42-44. ¿Cuál es tu relación con la Piedra, Cristo Jesús? Tres alternativas:

1) Puedes tropezar sobre la piedra y ser quebrantado (1 Pedro 2:8); 2) Puedes dejar que la piedra caiga
sobre ti y te pulverice. 3) Puedes pararte firme sobre la piedra y estar salvo y seguro (un cuadro de la fe).
Apliquemos estas tres alternativas a la ilustración del barco: 1) tropezar con el barco y ser herido; 2)
saltar al agua y tener al barco atropellándote; 3) subir al barco y dejar que te lleve a Londres.

Romanos 9 ha enfatizado la soberanía de Dios. Estamos ahora preparados para examinar Romanos 10,
que enfatiza la responsabilidad del hombre, y, en particular, la responsabilidad del pueblo judío de creer
en el Mesías y de encontrar la justicia que solamente ÉL puede proveer.
ROMANOS
 CAPÍTULO 10

Salvación, Tanto Para Judíos Como Para Gentiles


Introducción

El Capítulo 9 de Romanos enfatizó la soberanía de Dios: Es Dios quien lleva a cabo Su propósito (9:11);
es Dios quien escoge (9:11); es Dios quien llama (9:11); es Dios quien tiene misericordia y compasión
(9:15-16); es Dios quien endurece (9:18); es Dios quien prepara los vasos de misericordia para gloria
(9:23); es Dios quien ha llamado a judíos y gentiles en un cuerpo (9:24).

Romanos capítulo 10 enfatiza destaca la responsabilidad del hombre: Es el hombre el que debe orar
(10:1); es el hombre el que debe sujetarse (10:3); es el hombre el que debe creer (10:4); es el hombre
el que debe creer en su corazón y confesar con su boca (10:9-10); es el hombre el que debe invocar el
nombre del Señor (10:12-13); es el hombre el que debe oír y creer el evangelio (10:14-17). Dios es el
que salva, pero el hombre el que debe creer (ver Hechos 16:31; 1 Corintios 1:21).

Romanos 10:1 (comparar con 9:1-4)

“Anhelo” significa “deseo, añorar” (el verbo significa “estar complacido”; por lo tanto, Pablo estaba
diciendo, “Estoy anhelando su salvación, y su salvación traería mucha alegría y regocijo a mi corazón”). La
palabra “oración” no es la palabra que se usa comúnmente en el Nuevo Testamento para oración, sino es
una palabra que indica un pedido específico en vista de una necesidad. Era una oración específica para
una necesidad específica: que ellos fueran salvos. En el futuro, Israel, como nación, será salva (ver
Romanos 11:26). En el presente, Pablo estaba orando para que judíos individuales creyeran en Cristo y
fueran salvos. Pablo mismo era un judío que confió en Cristo para salvación (Hechos capítulo 9). Nosotros,
tal como Pablo, debemos tener la compasión de Cristo por los que están perdidos (Mateo 9:36-38).

Hay una enseñanza extrema y errónea que dice que la soberanía de Dios contradice la responsabilidad
humana. Dice algo como esto: “¿Por qué habría de molestarme en orar? Una persona ha sido elegida o no
ha sido elegida. Dios la salvará o no la salvará. Si Dios ha determinado que esa persona sea salva,
entonces ella será salva, tanto si yo oro, como si no. Así, ¿por qué habría yo de orar?” Pablo oraba. La
doctrina de la soberanía de Dios, si es entendida correctamente, nunca es un obstáculo para la oración. La
soberanía de Dios debería ser un gran incentivo y aliciente para la oración. El Dios a quien oramos es el
Dios que controla todas las cosas y que hace “todas las cosas según el designio de Su voluntad” (Efesios
1:11). La oración nos pone a nosotros a tono y en armonía con la mente y el corazón y la voluntad de
nuestro Dios soberano, de modo que ÉL pueda obrar más efectivamente en y por medio de nosotros para
llevar a cabo Su propósito (Filipenses 2:13).

Cuando una persona es realmente salva, tendrá una preocupación y deseo y carga por la salvación de
otros. El verá a otros como hombres y mujeres perdidos que necesitan desesperadamente a Cristo. El
comparte el deseo de su Dios y Salvador (ver 1 Timoteo 2:3-4).

Romanos 10:2

Aquí, Pablo está diciendo: “Yo soy un testigo. Yo se todo acerca de su celo (su afán, su desvelo), porque
yo soy judío y yo era igual (ver Gálatas 1:14; Filipenses 3:6 celo sin conocimiento; 3:9-10 celo con
conocimiento). Un celo que es sin conocimiento es como un jugador de fútbol que toma la pelota y corre
con todas sus fuerzas, pero que corre hacia el lado equivocado. “Celo de Dios” significa celo por Dios
(Dios es el objeto de mi celo). Algunos tienen celo sin conocimiento; otros tienen conocimiento sin celo
(una ortodoxia muerta).

En religión, el celo es un ardiente deseo de agradar a Dios, de hacer Su voluntad y  promover Su


gloria en el mundo de toda forma posible. Un hombre celoso es un hombre de una sola cosa. No es
suficiente decir que él es serio, sincero, intransigente, minucioso, entusiasta, ferviente en espíritu.
El ve una sola cosa, se preocupa por una sola cosa, vive por una sola cosa, está embebido de una
sola cosa; y esa cosa es agradar a Dios. Tanto si vive o si muere—tanto si está sano o si está
enfermo—ya sea rico o sea pobre—sea considerado sabio o necio- tanto si es censurado o si es
alabado—sea que reciba honores o que sea avergonzado—todo esto no preocupa en absoluto al
hombre celoso. El arde por una sola cosa y esa cosa es agradar a Dios y fomentar la gloria de Dios.
Si él es consumido por este ardor, eso no le preocupa—él está contento. El siente que ha sido
hecho para arder, igual que una lámpara; y si el ardor lo consume, él no ha hecho más que cumplir
con la tarea que Dios le ha dado. –J.C. Ryle.

Romanos 10:3

La palabra “ignorante” se conecta con la frase “no conforme a ciencia” del v.2. Ellos ignoraban por
completo el método de justificación de Dios basado en la gracia y estaban intentando su propio método de
justificación basado en las obras/ley/carne. El énfasis está sobre las palabras “SU PROPIO”. La frase
“procurando” significa “buscando”. Esta es la elección: ¿Debería tratar de obtener la justicia por mis
propios esfuerzos o por la gracia de Dios? ¿Debo establecer mi propia justicia o debo sujetarme a Su
justicia? ¿Soy YO LLEVÁNDOME A DIOS o es CRISTO LLEVÁNDOME A DIOS (1 Pedro 3:18)? ¿Encuentro la
justicia en el Monte Sinaí (tratando de guardar la ley) o encuentro la justicia en el Monte Calvario
(confiando en el Salvador que fue crucificado por mí)?

Ilustración: Los que buscan establecer su propia justicia cumpliendo la ley son como la gente que trata
de nadar de Nueva York a Londres por sus propios esfuerzos. Es imposible. Algunos lo harán mejor que
otros. Algunos incluso podrán nadar varias millas. Pero todos se ahogarán y perecerán en el océano. Nadie
lo logrará. “Los que “se sujetan” son como los que sencillamente se suben al barco y dejan que el barco
los lleve de Nueva York a Londres. El barco hace todo el trabajo. No son ellos mismos los que se llevan
allá, es el barco el que los lleva. Cristo es Aquel que nos lleva a Dios (1 Pedro 3:18; Juan 14:6). Nuestras
propias obras y nuestros propios esfuerzos, no importa cuán diligentes y sinceros seamos, nunca nos
llevarán a Dios (ver Efesios 2:8-9; Tito 3:5).

Romanos 10:4

Cuando vengo a Cristo por salvación, esto pone fin a mi búsqueda de encontrar y obtener justicia por
medio de guardar la ley. Toda la justicia que necesito se encuentra en Jesucristo. La ley puede mostrarme
mi INJUSTICIA, pero no puede darme justicia: “pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás
murió Cristo” (Gálatas 2:21). La justicia de Dios se obtiene en el Monte Calvario, no en el Monte Sinaí.
Usando nuevamente la ilustración del barco: subir al barco representa la fe en Cristo (“todo aquel que
cree”). Todo aquel que ha abordado el barco puede decir: “Ya no necesito nadar. He encontrado una vía
mejor. Estoy confiando en que este barco me llevará al lugar que yo nunca podría alcanzar nadando. Mis
días de natación han llegado a su fin, porque ahora estoy en el barco”. ¡Mis días tratando de obtener
justicia por la ley han terminado!

Como Pablo escribió en otro lugar, “Y ser hallado en ÉL, no teniendo MI PROPIA justicia, que es por la ley,
sino la (justicia) que es por la fe de Cristo (aquella fe que tiene a Cristo como objeto), la justicia que es de
Dios (literalmente, “la justicia que viene de Dios”, lo que significa que mi justicia viene de Dios, ÉL es la
fuente de ella) por la fe” (Filipenses 3:9). Los judíos incrédulos estaban bajo la ira de Dios, porque ellos
no podían vivir conforme a Su ley y no querían someterse a Su gracia.

La palabra “fin” significa “término”. El Comentario de Murray al respecto:

Nótese que se ha agregado un requisito: “a todo aquel que cree”. Este requisito implica que
solamente para el creyente, Cristo es el fin de la ley para justicia. [Los incrédulos, según se ve en
el v.3, todavía están muy ocupados siguiendo la ley para justicia, a pesar de que este método
nunca funcionará. La ley no ha terminado para ellos, porque todavía están confiando en ella para
su justificación]. Pablo dice que es para todo aquel que cree, que Cristo es el fin de la ley, y toda
su declaración es simplemente en el sentido de que todo creyente ha acabado con la ley como
método para lograr justicia [el material entre paréntesis y enfatizado ha sido agregado] —
(Epístola a los Romanos).
La ley demanda justicia perfecta la cual yo nunca podré lograr ni obtener por mí mismo. Cuando recibí al
Señor Jesucristo como a mi Salvador, en Cristo me fue dada toda la justicia que Dios jamás requerirá de
mí. He encontrado lo que necesitaba, no por la ley, sino en Jesucristo. ÉL es mi justicia.

Romanos 10:5

Esta cita es de Levítico 18:5 y el énfasis está sobre la palabra “HACER”. Literalmente, “el hombre que
haya hecho estas cosas, vivirá”. Si una persona ha guardado la ley, entonces vivirá. Este es el “evangelio”
según la ley, pero realmente no son buenas nuevas cuando nos damos cuenta de que lo contrario también
es cierto: “Si has fallado en guardar la ley, morirás”. El castigo por una ley quebrantada es la muerte.
Pero si un hombre cumple la ley, vivirá.

Usando nuevamente la ilustración del nadar/barco: Si sigues nadando, llegarás a Londres. Esto es muy
cierto, pero también es muy imposible. Si guardas la ley (perfectamente), vivirás. Esto también es muy
cierto, pero muy imposible. La total imposibilidad de que un pecador se gane la salvación guardando la ley
se ilustra en Mateo 19:16-17; Lucas 10:25-28 y Gálatas 3:10-13.

La fórmula legal de salvación es esta: HAZ Y VIVIRÁS. (Cumple todos los mandamientos y guárdalos
perfectamente y guárdalos continuamente y vivirás).

La fórmula gracia/cruz de salvación es esta: CREE Y VIVIRÁS. Cree y descansa en lo que Cristo ya ha
hecho (Su obra acabada) y tendrás vida eterna (Juan 3:16; 5:24; 6:47; etc.).

El hombre nunca podrá decir, “ESTÁ HECHO. Lo logré. He guardado la ley y la he cumplido perfectamente.
(He llegado a Londres nadando)”. Es absolutamente imposible. Pero lo que el hombre no pudo lograr
mediante la ley, Dios lo pudo hacer y lo hizo por gracia (ver Romanos 8:3-4). Lo que no se pudo hacer
nadando, se logró subiendo al barco.

Romanos 10:6-7

El lenguaje que Pablo utiliza aquí fue tomado de Deuteronomio 30:11-14. ¿Quién hará bajar a Cristo del
cielo? ¿Quién hará subir a Cristo de los muertos? “El hombre no podía hacer ninguna de las dos cosas,
pero Dios, por gracia, va al encuentro del hombre. Fue el Padre quien envió a Su Hijo al mundo. Fue por la
gloria del Padre que ÉL fue levantado de los muertos. ‘De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a
Su Hijo unigénito' y ‘Dios le levantó de los muertos'” (William Kelly). No necesitas hacer bajar a Cristo del
cielo. El Padre envió al Hijo. ÉL ya vino. Ya ha sucedido. “Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los
pecadores” (1 Timoteo 1:15). Es un glorioso hecho consumado (que debe ser creído).

Cristo no necesita ser resucitado de los muertos. Eso ya fue hecho. Es un hecho que tiene que ser creído
(v.9). No hay nada que el hombre necesite hacer. Dios, no el hombre, llevó a cabo la encarnación y Dios,
no el hombre, llevó a cabo la resurrección. Cristo Jesús realizó todo lo que era necesario para la salvación
del hombre. ÉL descendió a la tierra, murió en la cruz y resucitó de los muertos. Estos grandes hechos
tienen que ser predicados y creídos.

Hay una enorme diferencia entre el verdadero Cristianismo y todas las demás religiones del mundo. Las
religiones del mundo pueden resumirse en tres letras: HAZ, el verdadero Cristianismo en cambio, se
puede resumir en cuatro letras: HECHO. ¿Quién puede decir del alivio que experimenta un corazón
agobiado cuando descubre que todo está hecho y que todo fue realizado por Otro (Juan 19:30)? (Quién
puede decir del alivio del nadador cuando se da cuenta de que no necesita nadar hasta Londres, sino que
puede simplemente subir al barco y dejar que el barco haga todo el trabajo).

Romanos 10:8-9

“Cristo ha sido dado y es predicado. Es del hombre confesarlo con su boca y creerlo con el corazón”
(William Kelly). El glorioso anuncio acerca de Cristo está CERCA. No está lejos. Es asequible a todos y está
disponible para todos. Las buenas nuevas de salvación están al alcance de todos. (Ilustración
nadar/barco: el barco está allí. Sólo necesitas subir a él). ¿Cuán cerca está? En tu boca y en tu corazón.
Pero necesitas hacer algo con ello. Con tu corazón créelo. Con tu boca, confiésalo. (Está cerca y próximo a
la gente en América hoy, está tan cerca, que está en sus bocas—usan el Nombre del Señor todo el
tiempo, pero de mala manera, no para confesar, sino para blasfemar).

Los versículos 8-9 pueden ser ilustrados por el ladrón en la cruz (ver Marcos 15:32 y Lucas 23:39-43). El
Cristo crucificado estaba muy cerca de él. La palabra estaba en la boca del ladrón, pero de manera
equivocada (él primero lo insultó). Pero este hombre se arrepintió y creyó en su corazón que Dios le
levantaría de los muertos (Lucas 23:42) y con su boca él confesó a Cristo como Señor y Rey (Lucas
23:42).  ¡Que creamos y confesemos como lo hizo este hombre!

Cristo ha realizado la obra de la salvación; el hombre es responsable de creer y confesar. (El barco es
totalmente capaz de llevarte a Londres, pero tú tienes que subirte al barco). ¿Cuál es la palabra de fe que
predicamos (v.8)? El versículo 9 da la respuesta (“que” significa “es decir”). CONFESAR es la palabra
griega “homologeo (homo=igual; logeo= de un verbo que significa decir, hablar”), de modo que significa
“decir lo mismo que otro, estar de acuerdo con otra persona”. El creyente debe confesar a Cristo delante
de los hombres (Mateo 10:32), lo que significa que él debe estar de acuerdo verbal y públicamente con lo
que Dios ha dicho en cuanto a Su Hijo (1 Juan 5:9-12). Dios ha dicho, “Este es mi Hijo amado” (Mateo
17:5) y el creyente que confiesa a Cristo está de acuerdo con esa declaración (ver 1 Juan 4:15). Dios el
Hijo vino al mundo y tomó sobre Sí Mismo carne humana (Juan 1:14) para que pudiera morir por hombres
pecadores (1 Timoteo 1:15), y el creyente que confiesa a Cristo está de acuerdo con este hecho (leer 1
Juan 4:2-3).

Confesar que Jesús es el Cristo significa que una persona está de acuerdo de que Jesús es en verdad el
Mesías (Juan 1:41; 4:25-26, 42). Según las Escrituras del Antiguo Testamento, el Mesías era retratado
como 1) el Dios-Hombre (Isaías 7:14); 2) el Dios fuerte (Isaías 9:6); 3) el Sustituto y Salvador del
pecador (Isaías 53:4); 4) el Rey eterno (Miqueas 5:2) y 5) EL SEÑOR (JEHOVÁ) JUSTICIA NUESTRA
(Jeremías 23:5-6). Confesar que Jesús es el Mesías tiene un costo (Juan 9:22) y por causa de este costo,
muchos no lo confiesan (Juan 12:42). Pero los que confiesan a Jesús delante de los hombres, tienen la
promesa de Cristo mismo de que ÉL los confesará a ellos ante los ángeles y ante Su Padre celestial (Mateo
10:32; Lucas 12:8).

La palabra que significa lo contrario de “confesar” es la palabra “negar” (Juan 1:20; Juan 2:22-23).
Confesar es decir “SÍ”; negar es decir “NO”. En Lucas 22:57-60 Pedro debió haber dicho, “Sí, yo lo
conozco (v.57)”. “Sí, yo soy uno de ellos (v.58)”. “Sí, yo estuve con ÉL (v.59-60)”. Pero Pedro negó a
Cristo (aunque su negación solo fue temporal, porque después, en el Día de Pentecostés, él confesó a
Cristo con denuedo y predicó a Cristo ante miles de personas –Hechos capítulo 2). De modo que, cuando
se le hace esta pregunta, “¿Conoces a Jesús como tú Salvador y Señor? ¿Puedes decir que Él te
pertenece?” el creyente puede responder: “Sí, reconozco que ÉL es mío. Yo pertenezco al Hijo de Dios que
me amó y se entregó a Sí Mismo por mí”. Durante las grandes persecuciones cristianas del segundo y
tercer siglo, los creyentes que no negaban al Señor, aún a riesgo de grandes sufrimientos, eran conocidos
como CONFESORES. Qué nunca nos avergoncemos de Dios, que no se avergonzó de morir por nosotros (2
Timoteo 1:8; Rom. 1:16; 1 Pedro 4:16).

Finalmente, la confesión de nuestra boca tiene que concordar con la conducta de nuestra vida. En Tito
1:16 Pablo describe a un grupo de personas que confiesan que ellos conocen a Dios. ¿Pero conocen
realmente al Dios vivo? Sus labios dicen, “Sí, conocemos a Dios”. Pero sus vidas dicen, “No, no
conocemos a Dios”. Su andar está en conflicto con su hablar y esto es una abominación al Señor. Estas
personas nombran el nombre de Cristo, pero ellos no pertenecen a Dios (2 Timoteo 2:19). Aunque ellos
alegan conocer a Dios, ellos son mentirosos y la verdad no está en ellos (1 Juan 2:3-4). Como creyentes
en Cristo, hagamos una buena profesión (confesión) ante muchos testigos (ante los hombres) igual como
Timoteo (1 Timoteo 6:12). Que el mundo vea que el Cristo que nombramos con nuestros labios, es el Dios
a quien servimos con nuestras vidas. Tal como la etiqueta de un envase está para confesar su contenido,
así los creyentes deben confesar a su Señor y Salvador claramente, sin estar avergonzados.

“Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor”—el énfasis está sobre la palabra “Señor”. La
construcción de la frase es similar a Filipenses 2:11 (“Todo lengua confiese que Jesucristo es el Señor”).
¡Jesús es Señor! Esta es la verdad  que debe se confesada por la boca del creyente. La PALABRA “Señor”
es la palabra griega “kurios”, que es la palabra que es usada consistentemente en el Antiguo Testamento
para JEHOVÁ (en la Septuaginta). Debemos confesar que Jesús es JEHOVÁ, lo cual significa que ÉL es
DIOS (el único Salvador y el único Dios—ver Isaías 43:11; 44:6, 8; 45:21-22 donde JEHOVÁ declara que
ÉL es el único Dios y el único Salvador. No hay otro). Jesucristo es Dios. ÉL es el soberano Señor. ÉL es
Jehová Jesús. Los creyentes confiesan ahora gustosamente esta verdad (Romanos 10:9). Todos los
hombres confesarán algún día esta verdad (Filipenses 2:11). Durante los primeros siglos los cristianos se
negaron a inclinarse ante César y se negaron a llamarlo Señor. En vez de ello confesaron que Jesús era
Señor.

Si Jesucristo es realmente MI Señor, entonces Él demanda y merece mi gustosa sumisión y total


obediencia. Me inclino humildemente ante Su autoridad y hago con alegría aquellas cosas que son
agradables a ÉL. ¿Cómo podría hacer menos? Jesús dijo, “¿Por qué me llamáis Señor, Señor y no hacéis lo
que yo digo?” (Lucas 6:46). En una tumba en Alemania se encuentran las siguientes palabras:

Así nos dice Cristo nuestro Señor: 


Me llaman Maestro, y no me obedecen;
Me llaman Luz, y no me ven;
Me llaman Camino, y no andan por mí;
Me llaman Sabio, y no me siguen;
Me llaman Bueno, y no me aman;
Me llaman Rico, y no me piden;
Me llaman Eterno, y no me buscan;
Me llaman Bondadoso, y no confían en mí;
Me llaman Ilustre, y no me sirven;
Me llaman Poderoso, y no me honran;
Me llaman Justo, y no me temen; 

¡¡SI YO LOS CONDENO, NO ME CULPEN!!


El Señorío de Cristo

Hoy en día hay un gran debate en cuanto al Señorío de Cristo. A menudo se hace la pregunta, “¿Puede
una persona recibir a Cristo como Salvador, y no como Señor?”  En un extremo están quienes enseñan
que 1) la gente puede recibir a Cristo como Salvador pero rechazar Su Señorío, de modo que pueden vivir
como les plazca; 2) los creyentes irán al cielo porque son salvos, pero muchos de ellos vivirán vidas
inmorales e inicuas mientras estén en la tierra, de modo que no podrás siquiera distinguirlos de los
inconversos; sin embargo, estos carnales no recibirán ninguna recompensa; 3) los creyentes pueden vivir
en total rebeldía contra la autoridad de Cristo sobre sus vidas y aún así ser salvos. En el otro extremo
están aquellos que enseñan que toda persona salva se inclinará inevitablemente ante la autoridad de
Cristo y se someterá totalmente a Su Señorío en cada área de su vida y que será Su fiel discípulo. Ellos
dicen que no hay tal cosa como un cristiano carnal y que cualquier evidencia significativa de carnalidad
indicaría que esa persona no es salva. Como sucede a menudo, la enseñanza de la Biblia al respecto se
encuentra entre estos dos extremos. La verdad de Dios debe mantenerse siempre en un cuidadoso
equilibrio. “El péndulo oscila a extremos ridículos, pasando por alto la verdad que está en el medio”.
Considere lo siguiente:

1. El término “Señor” (kurios) se usa para un amo que es señor sobre su esclavo o esclavos
(Colosenses 3:22). El creyente puede decir, “Jesucristo es mi Dueño y yo soy Su esclavo por
amor”.

2. El término “Señor” se usa para un emperador o rey, que es señor sobre sus súbditos. Se usaba
para el emperador romano: “César es Señor”. Comparar Hechos 25:26; Mateo 27:63 (Pilato) y
Apocalipsis 17:14. El creyente puede decir, “Jesucristo es mi Rey y yo soy Su súbdito”.

3. El término “Señor” se usa para un esposo que es señor sobre su esposa (1 Pedro 3:6). El creyente
está desposado con el Señor Jesucristo (Romanos 7:4; Efesios 5:22 ss.).
4. El término se usa para un empleador que es señor sobre sus empleados (Lucas 16:3, 5). El
creyente puede decir, “El Señor Jesús es mi Amo y mi Jefe”.

5. El término se usa para un padre que es señor sobre su hijo (Mateo 21:30). El creyente se somete a
Dios como su Padre celestial.

6. Para los judíos el término “kurios” era una palabra griega que se usaba para traducir dos nombres
importantes de Dios: 1) Adonai (que significa Amo y Señor y Soberano; y 2) Jehová (el Nombre
más sagrado para Dios en lo que concierne a los judíos; se refería a la deidad absoluta). Ver Salmo
110:1—“El Señor (Jehová) dijo a mi Señor (Adonai)”. En la traducción griega ambos Nombres
fueron traducidos como KURIOS (Señor).

7. Cuando Tomás vio al Señor resucitado él dijo, “Mi Señor y mi Dios” (Juan 20:28) y esto incluía
significados tales como “mi Señor, mi Amo, mi Soberano, mi Dueño, mi Autoridad, etc.

8. ¡El Salvador que predicamos es Jesucristo el Señor! “Porque no nos predicamos a nosotros mismos,
sino a Jesucristo como Señor” (2 Corintios 4:5). ÉL no puede ser sino Quién es. Cristo no puede ser
dividido (una parte de ÉL es Salvador y otra parte es Señor).

9. Cuando una persona recibe a Cristo como Salvador, también lo recibe como Señor, porque eso es
exactamente lo que Él es. Note con cuidado Colosenses 2:6—“De la manera que habéis recibido al
Señor Jesucristo”. ¿Quién es este Salvador en quién he creído? Ver Lucas 2:11—“Un Salvador, que
es Cristo el Señor”. Nunca debemos divorciar el Señorío de Cristo de Su calidad de Salvador (o
viceversa). Una persona no puede decir, “Yo recibo a Jesús como Salvador, pero lo rechazo como
Señor”. Esto es imposible porque la Persona que has recibido (si es que lo has recibido realmente)
es Señor de todos (Hechos 10:36). ÉL es el Señor Jesucristo y ÉL es Señor de todo. Precisamente
ahora ÉL es Señor, lo creas o no lo creas, te guste o no te guste, lo reconozcas o no lo reconozcas,
tanto si te sometes a Él como si no. ÉL es todo lo que ÉL es y ÉL es todo lo que Dios dice que es.
Cuando una persona recibe al Señor, lo recibe como todo lo que ÉL es.

10. Ver Hechos 9:6 y Hechos 22:10. El apóstol Pablo se rindió al Señorío de Cristo desde un comienzo.
Que el clamor del corazón de todo verdadero creyente sea, “Señor, ¿qué quieres que yo haga?”
(comparar Isaías 6:8—heme aquí, Señor).

11. Ver Hechos 16:31. Aquel en quien hemos de creer es SEÑOR. cf. Juan 9:38.

12. ¿ES JESUCRISTO TU SEÑOR? Todo verdadero creyente debería decir sin vacilación “SÍ” Y
“AMÉN”. Si una persona no puede decir eso, deberíamos dudar si acaso esta persona es realmente
salva (1 Corintios 12:3).

13. ¿ESTÁS VIVIENDO CONSISTENTEMENTE CON EL HECHO DE SU SEÑORÍO? Esta es una


pregunta diferente, y el creyente honesto confesará que a menudo él es inconsistente. Con
vergüenza pero con honestidad él diría, “Muchas veces he fallado en obedecer a mi Señor y en
someterme a Él y he fallado en permitirle ser la autoridad absoluta sobre mi vida. En y por mí
mismo soy muy propenso a rebelarme. Pero yo se que ÉL es Señor y es mi deseo obedecerle en
todas las cosas”.

14. Estas inconsistencias se encuentran con frecuencia en las páginas de la Biblia. Ejemplos: Si Jesús
es realmente Señor, ¿cómo pudo decir Pedro, “No, Señor” (Hechos 10:14)?  Si Jesús es realmente
Señor, ¿cómo pudo Pedro contradecir Su Palabra y decir, “Señor, ten compasión de ti; en ninguna
manera esto te acontezca” (Mateo 16:22)? Si Jesús es realmente Señor, cómo pudo decir Pedro lo
que dijo en Juan 13:6, 8? Todo acto de desobediencia, todo pecado cometido por un creyente es
una afrenta al Señorío de Cristo. Pero Dios no nos repudia por estas cosas. ¡Cuán misericordioso es
ÉL! Es por ésto que tenemos un Abogado (1 Juan 2:1-2).
15. Mientras más crecemos en el Señor, tanto más entenderemos las muchas implicaciones del Señorío
de Cristo y cómo esta verdad afecta cada área de nuestra vida. Esto sucede gradualmente, no de
una vez (2 Corintios 3:18).

“Y creyeres en tu corazón” –aquí el orden no es cronológico. En realidad, el creer precede el confesar


(como en el v.10). La confesión es la expresión exterior y audible de la fe interior. “Con el corazón”—
muchos tienen un conocimiento intelectual, mental de Cristo, pero esto no es suficiente (ver Hechos 8:37
—“de todo corazón”). Cuando una persona es salva, Dios hace una obra maravillosa en el corazón (Hechos
16:14). El evangelio tiene que ser “obedecido de corazón” (Romanos 6:17). El corazón también está
involucrado en el servicio al Señor, “Haciendo de corazón la voluntad de Dios” (Efesios 6:5-6).

“Creer que Dios le levantó de los muertos”. Creer en la resurrección corporal de Cristo es esencial
para la salvación. Nosotros tenemos fe en un Salvador que vive (Romanos 4:25; 1 Corintios 15:14-19). La
muerte sustitutoria de Cristo no se menciona aquí, pero está implícita (para resucitar, ÉL tiene que haber
muerto), y la importancia de Su muerte ya ha sido enseñada repetidas veces por Pablo en este libro de
Romanos. “Serás salvo” es la segura promesa de salvación de Dios. Si el hombre cree, Dios salvará.
¿Has apelado a esta gloriosa promesa de salvación apropiándote de ella? ¿Está tu corazón creyendo en
ÉL? ¿Está tu boca hablando de ÉL?

Romanos 10:10

Este versículo explica el versículo 9 (“porque”) y da el correcto orden de los eventos: Primero creer y
luego confesar. “Con el corazón se cree para justicia”—comparar Romanos 4:3,5 (una persona cree a
Dios y le es contado por justicia). El creer es interior; la confesión es exterior (tal como el corazón y la
boca—el corazón está en el interior y no es visible; la boca está en el exterior y es visible).

LA CONFESIÓN ES FE HECHA AUDIBLE (tal como las buenas obras son fe hecha visible –ver Santiago
2:14-26). ¿Cómo puedo saber si eres realmente salvo antes de que lo confieses? “Se confiesa para
salvación”. Esto no significa que la confesión sea una condición para la salvación (tienes que confesar a
Cristo para ser salvo), sino que significa que la confesión es el resultado o evidencia de la salvación (tu
confiesas a Cristo para mostrar que eres salvo). La confesión no es algo que la persona hace para ser
salva; la confesión es algo que hace la persona salva. La fe tiene que ser expresada EXTERIOR y
PÚBLICAMENTE. La fe es la raíz; la confesión es el fruto. Todo aquel que realmente cree, confesará a
Cristo (Mateo 10:32; Romanos 10:9 y cf. Apocalipsis 3:5). Sin embargo, no todo el que confiesa a Cristo
es un verdadero creyente (ver Mateo 7:23; Tito 1:16 y 2 Timoteo 2:19). En el ejército de Dios no hay
lugar para “creyentes secretos”. Que nunca nos avergoncemos de nuestro Comandante en Jefe (2 Timoteo
2:3-4).

Tal como la etiqueta en un envase proclama su contenido, así también por la confesión el creyente
proclama quién mora en él (2 Corintios 13:5 “. . Jesucristo está en vosotros”).

Romanos 10:11

Este versículo explica el versículo 10 (“pues”). Si realmente creemos en Cristo, no nos avergonzaremos de
ÉL, por lo cual lo confesaremos con alegría. “Todo aquel que creyere” (comparar con Romanos 1:16,
donde se usa la misma frase “todo aquel que cree”). Si entendemos realmente lo que nuestro Salvador
hizo por nosotros, ¿cómo no podríamos estar orgullosos de ÉL? ¿Cómo no podríamos hablar con
satisfacción de lo que ÉL hizo por nosotros? “Grandes cosas ha hecho el Señor con nosotros; estaremos
alegres” (Salmo 126:3).

Romanos 10:12

La expresión “porque no hay diferencia” la encontramos también en Romanos 3:22-23. En ese pasaje no
hay diferencia por cuanto todos pecaron y todos están bajo condenación (todos los hombres participan de
la misma condenación). En Romanos capítulo 10 no hay diferencia porque el mismo Señor derramará Sus
riquezas sobre todos los que lo invocan (todos lo hombres están invitados a participar de la misma
salvación). Todos han pecado, pero hay un Salvador que ha sido provisto para todos. Todos los hombres,
sin distinción, están condenados; todos los hombres, sin distinción, están invitados para ser salvos.

ÉL es Señor sobre los judíos y ÉL es Señor sobre los griegos (gentiles). Ver Romanos 3:29 y Hechos
10:34-36 (la primera vez que el evangelio fue predicado a los gentiles). Dios es RICO para con toda
persona que lo invoque. ÉL derrama Su riqueza sobre todos los que invocan Su Nombre. Sólo los que
reciben el don de Dios (Romanos 6:23; 5:17; Efesios 2:8-9; etc.) saben lo valioso y precioso que es este
don.  La bondad de Dios sólo es conocida por los que “gustan y ven” (Salmo 34:8 y 1 Pedro 2:3). Sólo los
creyentes pueden empezar a conocer “las riquezas de Su gracia” (Efesios 1:7) y “las inescrutables
riquezas de Cristo” (Efesios 3:8). ¿Cuán rico eres tú? (Ver Las Riquezas de Su Gracia—215 cosas que son
ciertas en cuanto a mí ahora que soy salvo).

Romanos 10:13

Encontramos aquí una maravillosa promesa de salvación. El hombre debe hacer la INVOCACIÓN; Dios
hará la SALVACIÓN. Este versículo es una cita de Joel 2:32 que tiene una referencia al Nombre de Jehová.
El Nuevo Testamento cita este pasaje de Joel en Hechos 2:21 y aquí en Romanos 10:13, refiriéndose
ambos al Nombre de JESÚS (de modo que Jesús es igualado a Jehová, un argumento sólido para la deidad
de Cristo). La gente más rica del mundo es la que es salva. Los millonarios incrédulos de este mundo son
ricos por un segundo, pero serán pobres por toda la eternidad. Nótense las importantes palabras de
invitación de este pasaje: v.11—“TODO AQUEL”; v.12—“TODOS”; v.13—“TODO AQUEL”.

En la Biblia hay dos ejemplos muy claros de hombres que invocaron el Nombre del Señor:
1) El publicano o cobrador de impuestos de Lucas 18:10-14—“DIOS, SÉ PROPICIO A MÍ, PECADOR”.
2) El malhechor en la cruz de Lucas 23:39-43 “SEÑOR, ACUÉRDATE DE MÍ CUANDO VENGAS EN TU
REINO”. Conociendo su desesperada necesidad, ellos clamaron con fe al Único que podía hacer frente a su
necesidad. El publicano fue “justificado” y el malhechor estaría pronto en el “paraíso”. El Fariseo y el otro
malhechor se negaron a invocar al Señor y ambos desecharon clamar por salvación, y ambos
permanecieron en sus pecados. Ellos enfrentarán una eternidad sin Cristo en el infierno.

Romanos 10:14-15

Estos son grandes versículos misioneros que muestran la importancia de predicar el evangelio a quienes
no han escuchado. Pablo da el ORDEN exactamente al revés del orden cronológico: Invocar, Creer, Oír el
evangelio, Predicar el evangelio, Ser enviado. El orden cronológico es lo contrario: primero Dios envía al
predicador que predica el evangelio, el pecador oye, cree en su corazón e invoca el Nombre del Señor. Los
que somos salvos, podemos dar gracias a Dios por enviar a alguien con el mensaje de buenas nuevas por
nuestro camino. Los que somos salvos, “debemos” el evangelio a otros que no han oído (ver Romanos
1:15-16, donde leemos que Pablo era un deudor).

Antes de que una persona pueda invocar a Cristo, primero tiene que creer de corazón en Cristo. Antes de
que el malhechor clamara, “Señor, acuérdate de mí” él primero creyó en su corazón. Sus palabras
solamente expresaron la fe que ya tenía. Antes de que una persona crea en Cristo, tiene que OÍR
(comparar Juan 9:35-38). Una persona no puede creer en Cristo si nunca ha escuchado de Cristo. La fe se
radica sobre los hechos respecto a QUIÉN ES CRISTO y LO QUE ÉL HA HECHO. Los hechos se encuentran
en la Palabra de Dios y esos hechos tienen que ser OÍDOS (comparar Romanos 10:17).

Antes de que una persona pueda oír, el evangelio tiene que serle predicado (o que se le entregue el
evangelio de alguna manera, como con un tratado o un Evangelio de Juan, etc.). Sin predicador no hay
mensaje del evangelio y así no puede haber fe ni salvación. Por eso los creyentes tienen una tremenda
responsabilidad en esto, porque NOSOTROS SOMOS LOS PREDICADORES QUE DIOS USA (no ángeles o
algún otro ser).

Antes de que una persona pueda predicar (v.15), tiene que ser ENVIADA (POR DIOS). Dios es el que
envía. Dios, no el hombre, envía a Sus siervos y a Sus misioneros. Nosotros hacemos el PEDIDO (Mateo
9:38) y Dios hará el ENVÍO. Cuán hermosos son los pies de aquellos que Dios ha enviado y que proclaman
fielmente las buenas nuevas. Cuán feos son los pies de aquellos que han salido predicando un mensaje
falso, no habiendo sido enviados nunca por Dios (ver Jeremías 14:14, 15; 23:21, 32 y también Gálatas
1:8-9).

Un misionero estaba predicando en la plaza de un pueblo y algunas de las personas se estaban riendo de
él, porque no era un hombre muy bien parecido. El escuchó por un rato y luego dijo a la multitud, “Es
cierto que no tengo un cabello hermoso, porque casi soy calvo. Tampoco tengo una hermosa dentadura,
porque realmente no es mía; fue hecha por el dentista. No tengo una cara bonita y tampoco puedo
permitirme usar vestimenta bonita. Pero ésto sé: TENGO PIES HERMOSOS. DIOS ME LO DICE ASÍ”.
Luego él citó los versículos que se encuentran en Isaías 52:7 y Romanos 10:15.

Sería maravilloso si todos los que oyen las buenas nuevas, creyeran las buenas nuevas y fueran salvos. La
tragedia es que la gran mayoría de los que oyen el evangelio lo rechazan, y ésto nos lleva al versículo 16.

Romanos 10:16

¡Qué trágico! Dios tiene buenas noticias y el hombre no las quiere. Ellos rechazan la oferta de paz de Dios
(v.15). Rechazan la invitación de Dios de ser salvos (v.13). Ellos rechazan las riquezas de Dios (v.12).
Ellos rechazan la salvación tan grande de Dios (v.9). Ellos rechazan la justicia de Dios (v.3). ¡Es la
tragedia de la insensata incredulidad humana! No todos obedecieron al evangelio. En verdad, la gran
mayoría de la gente ha DESOBEDECIDO el evangelio. ¿Cómo desobedece una persona el evangelio? Al
negarse a creerlo. El mandamiento de Dios se ve claramente en 1 Juan 3:23 (la primera parte del
versículo), y los que desobedecen este mandamiento son desobedientes al evangelio. Isaías, el profeta,
anticipó esta terrible incredulidad en el primer versículo de ese importante capítulo 53, que habla del
Mesías muriendo por nuestros pecados. “¿Quién ha creído a nuestro anuncio?” ¡No muchos! Qué triste que
la gran mayoría de los judíos rechazan el gran mensaje de Isaías 53 aún hasta el día de hoy (y también la
mayoría de los gentiles). “¿Y sobre quién se ha manifestado (descubierto, revelado) el brazo (símbolo de
fuerza y poder) de Jehová?” El evangelio está encubierto a los que se pierden (2 Corintios 4:3) y el
mensaje de la cruz es “locura” para ellos (1 Corintios 1:18), pero para nosotros que somos salvos, es el
PODER de Dios (1 Corintios 1:18, 24; Romanos 1:16). Isaías 53:1 encontró su cumplimiento en Juan
12:37-38, y sigue cumpliéndose hoy cuando hombres y mujeres rechazan el evangelio de la gracia de
Dios y se niegan a confiar en el Hijo de Dios, el único Salvador.

Romanos 10:17

La palabra “el oír” (dos veces en el v.17) es la misma palabra griega como la palabra “anuncio” del v.16.
Para que una persona sea salva tiene que haber un anuncio y un mensaje que es oído y este anuncio o
mensaje tiene que ser creído. ¿Cómo puedo obtener una fe que salva? ¿Cómo me puede venir una fe
salvadora? Tengo que escuchar el mensaje de la Palabra de Dios y responder a él de una manera positiva.
La Palabra de Dios es PODEROSA (Hebreo 4:12). La Palabra de Dios es EFICAZ (1 Tesalonicenses 2:13).
La Palabra de Dios es VIVA (Juan 6:63, 68; Hebreos 4:12). La Palabra de Dios es PENETRANTE (Hebreos
4:12; Efesios 6:17). La Palabra de Dios puede hacer SABIA PARA LA SALVACIÓN  a una persona (2
Timoteo 3:15). La fe del hombre debe radicarse sobre los hechos de Dios y los hechos de Dios se
encuentran en la Palabra de Dios. Esto no significa que todo el que oye los hechos del evangelio de la
Biblia será salvo (como hemos visto en Romanos 10:16). Pero significa que nadie será salvo sin oír los
hechos del evangelio de la Biblia.

Tratar de penetrar el corazón de un pecador sin la Biblia es como un soldado tratando de traspasar el
corazón del enemigo sin una espada. Los creyentes no necesitan defender la Biblia y tampoco necesitan
probar que es verdad. Necesitan simplemente USAR LA BIBLIA, confiando que un gran Dios honrará Su
Palabra y que hará Su obra en los corazones de hombres y mujeres. La Palabra de Dios saldrá y cumplirá
su propósito (ver Isaías 55:11). Los predicadores de Dios tienen que ser hombres del Libro. Que nunca
sustituyamos con nuestras propias ideas y opiniones y filosofías la verdad pura, no adulterada, de la
Palabra de Dios. Comparar Efesios 1:13 (la fe viene por oír el evangelio).

Romanos 10:18
¿Por qué la gente no obedece el evangelio (v.16)? ¿Por qué la gente no llega a tener fe en Cristo (v.17)?
¿Por qué tantos judíos han fallado en obedecer el evangelio y en venir a Cristo con fe? ¿ES PORQUE NO
HAN OÍDO? No, ellos han oído. Ellos recibieron el mensaje. Ellos escucharon el mensaje. El problema es
que ellos no respondieron con fe al mensaje. Dios no tiene problemas en hacer llegar Su mensaje a los
hombres. Pablo cita del Salmo 19:4, un pasaje que expresa la verdad de que el conocimiento de Dios y la
gloria de Dios han sido dados a conocer a todos los hombres, en todos los lugares de la tierra, por vía de
la CREACIÓN. Estudiamos esto en detalle en el Capítulo 1. Como resultado, todos los hombres están SIN
EXCUSA, porque Dios se ha dado a conocer a Sí Mismo. La gente pregunta a menudo, “¿Y qué de la gente
de países lejanos que nunca han oído el evangelio?” Por una parte es cierto que ellos no pueden oír el
mensaje del evangelio (de Cristo y la cruz) sin un predicador (Romanos 10:14), y a la iglesia de Jesucristo
ha sido dada la responsabilidad y el mandamiento de predicar el evangelio a toda criatura (Marcos 16:15)
y de hacer discípulos a todas las naciones (Mateo 28:19-20). Debemos notar también que es Dios quien
ENVÍA PREDICADORES (Romanos 10:15 y Mateo 9:38) y en Su sabiduría Dios envía la persona precisa, al
lugar preciso, en el momento preciso, con el mensaje preciso. Por otra parte, es cierto que todos los
hombres sobre la faz de la tierra han OÍDO el mensaje de Dios como es revelado en la CREACIÓN. Por
causa del pecado los hombres rechazaron, suprimieron y desecharon el conocimiento de Dios que tenían
(Romanos capítulo 1, ver especialmente versículos 21-23, 28).

Los hombres no sólo han oído la revelación de Dios en la naturaleza, sino hay otro mensaje que es
proclamado durante esta era de la iglesia a través de todo el mundo, es decir, el mensaje del evangelio:

“Predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15)


“Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes” (Marcos 16:20)
“La verdad del evangelio ha llegado a vosotros, así como a todo el mundo” (Col. 1:5-6)
“El evangelio que habéis oído y que se predica a toda criatura debajo del cielo” (Col 1:23)
“Mi evangelio. . dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe” (Rom. 16:26)

Romanos 10:19

¿Sabía Israel acerca del mensaje de Dios que iría a todo el mundo, hasta los fines de la tierra habitada,
incluso hasta donde los despreciados gentiles? Ellos deberían haberlo sabido, porque sus propias
Escrituras lo indicaban así. Pablo cita primero a Moisés (ver Deut. 32:21 y nótese que la Biblia enseña
claramente que Moisés es el autor humano de Deuteronomio, un hecho que es negado por los incrédulos
hoy). En Deuteronomio 32:21 la gente provocó a Dios a celos con lo que no es Dios, y así Dios los
provocaría a celo a ellos con aquellos que “no eran pueblo”. ¡Ellos escogieron otro dios; Él escogería otro
pueblo! “Insensato” significa sin entendimiento. Aquí hay un pueblo sin entendimiento (ver Tito 3:3), y,
sin embargo, ellos creen el evangelio. Los judíos, que tenían las Escrituras y que deberían haber tenido
entendimiento, rechazan a Cristo y Su evangelio. Ver Romanos 11:11.

Romanos 10:20-21

La segunda cita de Pablo es de Isaías 65:1-2. “Me manifesté” significa “me revelé”. Los gentiles no
buscaron a Dios (Romanos 9:30), pero Dios los buscó y los encontró a ellos (cf. Lucas 19:10). Dios es
quien busca y ÉL está buscando ahora “a los que no preguntaban por Mí” y ÉL ha sido hallado por los que
“No lo buscaban”. Ellos escucharon simplemente las buenas nuevas y creyeron. ¡Que alabemos Su
incomparable gracia!

Nótese el versículo 21. ¡Qué anhelo, qué amor, qué súplica! “Contradictor” significa “en oposición a Dios,
rebelde, negarse a tener algo que ver con Dios”. Qué palabras podrían expresar mejor la tierna invitación
de Dios al hombre pecador cuando ÉL extiende Sus manos (comparar Prov. 1:24; Isaías 65:2). “Las
manos extendidas todo el día, son un símbolo del amor que suplica  incesantemente y que Israel ha
despreciado consistentemente durante toda su historia” (Expositor's Greek New Testament). Ver Mateo
23:37. ¡Dios estaba tan dispuesto! ¡El hombre era tan rebelde!  Los que se pierden sólo pueden culparse a
sí mismos. Rechazar el remedio que Dios ha provisto y ofrecido con tanta bondad, es no tener remedio.

ROMANOS
 CAPÍTULO 11

Dios no ha desechado a Su pueblo, los Israelitas


Romanos 11:1

El último versículo de Romanos capítulo 10 señala claramente que Israel ha rechazado a Dios y ha
rechazado el evangelio de Dios. Los israelitas han rechazado a Dios (Romanos 10:21). De modo que la
pregunta lógica es ésta: ¿LOS HA RECHAZADO DIOS A ELLOS? “¿Ha desechado Dios a Su pueblo?” La
respuesta es un firme ¡NO: Dios no lo permita! ¡Perezca ese pensamiento! ¡Que tal pensamiento nunca
venga a nuestra mente!

El principal argumento de Pablo en este capítulo consiste de dos partes: 1) EL RECHAZO DE ISRAEL NO
ES TOTAL, SINO PARCIAL. La gran mayoría de los judíos ha rechazado el evangelio de Dios tal como se
encuentra en la Persona de Jesucristo, pero no todos lo han rechazado. Hay un remanente de judíos que
confiaron en Cristo y Pablo era parte de este remanente (v.1). El versículo clave es Romanos 11:5. 2) EL
RECHAZO DE ISRAEL NO ES PERMANENTE, SINO TEMPORAL. La nación no rechazará siempre a
Dios. En el futuro vendrá un gran día en que toda la nación será salva (versículos 26-27). Ambas ideas
clave se encuentran en Romanos 11:25: “que ha acontecido a Israel endurecimiento EN
PARTE (PARCIAL), HASTA (TEMPORAL) que haya entrado la plenitud de los gentiles”. La ceguera no es
una ceguera total y no es una ceguera permanente. Hay algunos judíos hoy que ven muy bien. (Ellos
conocen a Cristo como a su Salvador, y aunque antes eran ciegos, ahora pueden ver). Viene un día futuro
cuando la nación de Israel verá y reconocerá a Cristo como a su Mesías y Señor (Zacarías 12:10).

En este capítulo Pablo mira tanto el presente como el futuro. Cuando él mira el presente, él ve a un
remanente de judíos que son salvos (un número pequeño comparado con el número total). Cuando mira
el futuro, él ve a todo Israel siendo salvo. Nótense las palabras que enfatizan el tiempo:

1) PRESENTE, mostrando que los judíos tienen un lugar en el programa presente de Dios:”Así también
aun EN ESTE TIEMPO ha quedado un remanente escogido por gracia” (Rom.11:5). 2) FUTURO,
mostrando que los judíos tienen un lugar en el programa futuro de Dios: “Todo Israel SERÁ (tiempo
futuro) salvo” (Rom. 11:26), y esto sucederá después de la plenitud de los gentiles (11:25). Es cierto que
han caído, pero su caída será seguida por su restauración (11:12). Su “exclusión” será seguida por su
admisión (11:15). Su desgajamiento del árbol de la salvación de Dios, será seguido por su re- injerto
(11:17, 19, 21, 24). Dios se ha comprometido a Sí Mismo con la nación de Israel por medio de promesas
y pactos y, por esta causa, la nación de Israel tiene garantizado un maravillosos futuro, y Dios nunca
cambiará de opinión un cuanto a ésto (11:28-29). Israel puede contar con eso.

“Desechar” = significa literalmente apartar o rechazar (ver Hechos 7:27), de modo que toma el
significado de “expulsar, repudiar (desprenderse, suspender todo trato)”. ¿Ha rechazado Dios a Su
pueblo? ¿Se ha desprendido Dios de Su pueblo? ¿Ha suspendido Dios todo trato con ellos ahora y en el
futuro? ¡DIOS NO LO PERMITA! En verdad, hasta en Romanos 10:21 vimos a Dios con Sus manos
extendidas hacia Su pueblo. ¡Dios se preocupa!

Pablo se ofrece a sí mismo como el ejemplo número uno de que Dios no ha desechado a Su pueblo:
“Porque también yo soy israelita (y Dios no me ha repudiado)”. Pablo era un judío salvo que había venido
a Cristo y que nunca sería echado fuera (Juan 6:37). Nótese que el final del versículo define
específicamente a un israelita. Un israelita es alguien que desciende física y literalmente de Abraham,
Isaac y Jacob y que ha salido de una de las doce tribus (en el caso de Pablo, de la tribu de Benjamín,
comparar Filipenses 3:5). Esto es importante, porque hoy en día hay aquellos que enseñan falsamente
que cualquiera que es salvo y pertenece a la iglesia de Dios es un verdadero israelita (aún los gentiles
salvos). Esto no es cierto. Dios no ha cambiado Su definición de lo que es un verdadero israelita. Un
israelita, al creer en Cristo, puede llegar a ser miembro de la Iglesia, pero llegar a ser miembro de la
Iglesia no hace que una persona sea un israelita. Una persona nace como israelita; una persona llega a
pertenecer a la Iglesia por el nuevo nacimiento.
Cualquier judío que estuviera familiarizado con el Antiguo Testamento debería haber sabido que Dios
había hecho un compromiso definitivo con la nación de Israel y que ÉL nunca ABANDONARÍA o
DESECHARÍA esta nación: ver Jeremías 31:35-37 y Jeremías 33:25-26. Los que han creído en Cristo hoy,
pueden regocijarse en la verdad de que Dios se haya comprometido con nosotros de una manera
maravillosa, con el resultado de que estamos SALVOS y SEGUROS en Cristo para siempre (Juan 6:37-40;
10:27-30; Hebreos 13:5; etc.). Cuando pecamos, el Espíritu de Dios es CONTRISTADO, pero ÉL no
nos ABANDONA (Efesios 4:30). Cuando pecamos, somos CASTIGADOS, pero nunca
seremos CONDENADOS (1 Corintios 11:31-32).

Romanos 11:2-3

Pablo responde con claridad la pregunta que se encuentra en el versículo 1: “No ha desechado Dios a
Su pueblo, al cual desde antes conoció”. Dios ha puesto Su amor sobre este pueblo y lo reclama como
Suyo (ver el análisis sobre el significado de “conocer de antemano” bajo Romanos 8:29). ¿Los
abandonaría ÉL entonces? Ciertamente que no. “No sabéis”=ignoráis. “Elías”. Para entender el trasfondo
del Antiguo Testamento, leer 1 Reyes capítulo 19 (especialmente los vs.10, 14, 18). Cuando Elías dijo,
“Ellos han dado muerte a Tus profetas y han derribado Tus altares. . .” se estaba refiriendo a los hijos de
Israel (1 Reyes 19:10). Estos eran días negros en la historia de Israel (el reino del norte). El rey, Acab, y
su malvada y pagana esposa Jezabel estaban apartando al pueblo de la verdadera adoración a Jehová y
llevándolo a la falsa adoración de Baal (el dios canaanita de la fertilidad). Era un tiempo de gran apostasía
para los israelitas en general. Elías sentía que había quedado solo. El sentía que era el único que había
quedado que aún honraba a Jehová, el verdadero Dios. Todos parecían ser adoradores de Baal, excepto
él. Pero Elías estaba equivocado y Dios tuvo que corregirlo.

Romanos 11:4

La respuesta de Dios a Elías se encuentra aquí y en 1 Reyes 19:18. “Me he reservado” = he


dejado/guardado para Mí. Dios tenía un remanente de israelitas, siete mil, que no habían doblado sus
rodillas a Baal, sino que habían permanecido fieles a Jehová. La gran mayoría de los israelitas se habían
alejado del Señor y habían seguido al dios de Jezabel, pero había una minoría de 7000 que no había hecho
ésto. Aparentemente era una “minoría silenciosa”, porque Elías no sabía de su existencia, pero Dios sabía
quiénes eran, dónde estaban y cuántos eran. “Conoce el Señor a los que son Suyos” (2 Timoteo 2:19).

Romanos 11:5

Lo que era cierto en los días de Elías, también era cierto en los días del apóstol Pablo. En los días de Elías
había 7000 israelitas que no habían rechazado a Jehová. En los días de Pablo también había miles de
israelitas que no habían rechazado al Señor Jesucristo, sino que habían creído en ÉL. Dios no nos ha dicho
cuantos, pero es seguro decir que probablemente había más de 7000 judíos que habían creído en Cristo
en el tiempo en que Pablo escribió estas palabras a los Romanos (ver Hechos 2:41 y 4:4). La mayoría de
los judíos no creyeron en Cristo, pero había una minoría (un remanente) que creyó, y el Apóstol Pablo
formaba parte de este remanente creyente (Rom. 11:1), como también Juan, Pedro, Mateo y miles de
otros judíos que habían confiado en Cristo. Este remanente es llamado “un remanente escogido por
gracia”. Estos judíos habían creído en Cristo (el lado humano) y había sido escogido por Dios (el lado
divino), “no conforme a (sus) obras, sino según el propósito Suyo y la GRACIA” (1 Timoteo 1:9). Siempre
ha habido y siempre continuará habiendo un remanente escogido por gracia. En los días de Pablo, no
todos los judíos eran salvos. ¡Lejos de ello! Sólo un remanente (ver Romanos 9:27). Gracias a Dios por el
remanente creyente. Demos gracias a Dios por Su bondadoso trato con los judíos aun después que ellos
crucificaran a Su Hijo. Demos gracias a Dios por Su bondadoso trato con Saulo de Tarso, aún después que
él persiguiera ferozmente a la iglesia de Dios. En vez de desechar a Su pueblo, Dios extendió
bondadosamente Sus manos y salvó un remanente. “Para alabanza de la gloria de Su gracia” (Efesios
1:6). Dios, en Su gracia, se aseguró incluso de que el evangelio llegara “al judío primeramente” (Romanos
1:16).

Romanos 11:5 (continuación)

Nótese con atención la expresión “en este tiempo”. Es muy importante que entendamos el propósito y
programa que Dios tiene ahora, “en este tiempo”. Muchas personas ponen sus ojos en lo que está
sucediendo en el mundo hoy y se sienten frustrados y confundidos y hasta atemorizados porque no
entienden el programa y propósito de Dios para el tiempo presente.

¿Qué está Haciendo Dios en el Mundo Hoy?


1) Hechos 15:14 (el contexto: el evangelio estaba empezando a llegar a los gentiles y esto molestaba a
muchos judíos que no entendían lo que Dios estaba haciendo). ¿Qué está haciendo Dios en el mundo hoy?
ÉL está visitando a los gentiles (las naciones) para tomar de ellos pueblo para Su Nombre (“para Su
Nombre” = para mostrar la grandeza de Su Persona y, en particular, para mostrar la grandeza de Su
gracia. Ver Efesios 2:7, donde leemos que la iglesia es la vitrina o el escaparate de la incomparable gracia
de Dios).

2) Mateo 16:18 (esta era una predicción de lo que Cristo haría en el futuro, empezando en el Día de
Pentecostés, Hechos capítulo 2). ¿Qué está haciendo Dios en el mundo hoy? ÉL está edificando Su iglesia.
La palabra griega para iglesia es ekklesia y se refiere a la asamblea LLAMADA FUERA por Dios. Dios está
visitando a las naciones para tomar de ellas pueblo para Su Nombre (Hechos 15:14). ¿Quiénes son estas
personas? Ellos son los LLAMADOS FUERA de Dios, Su iglesia.

3) 1 Corintios 12:13 (este versículo explica cómo la gente llega a ser miembro de la iglesia, que es el
cuerpo de Cristo). ¿Qué está haciendo Dios en el mundo hoy? ÉL está bautizando (poniendo) a personas
(creyentes) en el cuerpo de Cristo, haciéndolos así miembros del organismo especial y único de Dios.

4) Hechos 2:47. ¿Qué está haciendo Dios en el mundo hoy? ÉL está añadiendo diariamente a la iglesia
los que han de ser salvos. Nótese que Dios está salvando individuos, ÉL no está salvando al mundo. El
sistema mundial encabezado por Satanás está condenado y está destinado a la destrucción. Dios
bondadosamente salva y saca de este sistema mundial a individuos (Juan 15:19; 17:14). Ilustración:
Piense en el Titanic cuando se estaba hundiendo. Se hicieron esfuerzos por  salvar a individuos que
estaban en los salvavidas o en las heladas aguas, pero no se hicieron esfuerzos por salvar el barco que se
estaba hundiendo. El propósito de Dios no es salvar el mundo (que se está hundiendo—1 Juan 2:17). No
es el propósito de Dios cristianizar el mundo, para que los gobiernos, los negocios, las escuelas y los
hogares del mundo operen de acuerdo a principios bíblicos. No, el propósito de Dios es añadir diariamente
a la iglesia aquellos que han de ser salvos. Dios nos ha dicho que pesquemos peces, no que limpiemos la
pecera.

5) Romanos 11:25 (que se discutirá con más detalle cuando lleguemos a este versículo). ¿Qué está
haciendo Dios en el mundo hoy? ÉL está haciendo una obra especial entre los gentiles hasta que el
número total haya entrado. Dios está añadiendo diariamente más y más personas a  Su iglesia (Hechos
2:47) a medida de que la iglesia está siendo edificada (Mateo 16:18). Llegará el día en que el edificio
estará terminado y en que el último individuo estará salvado y haya sido hecho miembro del cuerpo de
Cristo. En ese momento, Cristo regresará para tomar a Sus creyentes a Sí Mismo, un evento conocido
como el rapto (Juan 14:2-3; 1 Tesalonicenses 4:13-18; 1 Corintios 15:51-52; Tito 2:13; Fil. 3:20-21;
etc.).

Romanos 11:6

Gracia y obras son dos principios totalmente opuestos. Son contrarios el uno al otro. Si tienes gracia, no


puedes tener obras. Si tienes obras, no puedes tener gracia. La salvación no puede ser el resultado de
gracia más obras. Tiene que ser enteramente por obras (algo que el hombre se ha ganado por la manera
en que ha vivido) o tiene que ser enteramente por gracia (algo que Dios da y que el hombre no merece en
manera alguna).

GRACIA se refiere a lo que Dios da al pecador creyente como don gratuito y que él no merece y que él no
se ha ganado. Se basa en la obra de Dios en la cruz (Rom. 3:24). OBRAS se refiere a aquellas cosas que
el hombre hace para ganarse la aprobación de Dios y el favor de Dios. Se basa en los esfuerzos del
hombre, en los inútiles intentos del hombre de tratar de abrirse el camino al cielo. Comparar Romanos
4:4-5 y Gálatas 2:16. Rom. 4:4 habla de OBRAS que implica una recompensa (pago, salario) que se debe
a la persona que obra. Hombres pecadores no tienen nada que esperar en el día en que reciban su
“cheque” por la manera en que han vivido y obrado, porque la única cosa que se han ganado es la
MUERTE (Rom. 6:23). Rom.4:5 habla de “gracia” e implica una justicia perfecta que es otorgada
GRATUITAMENTE basada en la obra realizada por Cristo en la cruz.

Comparar Efesios 2:5-9

Nótese el énfasis en la GRACIA (v. 5, 7, 8) y el don gratuito de Dios (v.8). Nótese que


puesto que la salvación es por gracia, las OBRAS están excluidas (v.9). Nótense la diferente
clase de obras mencionadas en el v.10 (éstas no son obras que una persona no salva trata
de hacer para ganarse la salvación, sino son obras que hace una persona que es salva,
porque es salva; y estas obras se basan en la obra de Dios EN EL CREYENTE—Filipenses
2:12-13).

Comparar Tito 3:3-8

Nótese el énfasis sobre la GRACIA (v.7) que es definida como la bondad  y el amor de Dios
hacia el hombre que no lo merece (v.3-4). Nótese que por cuanto la salvación es por gracia,
las OBRAS están excluidas (v.5). Nótense las diferente clase de obras que son mencionadas
en el v.8 (estas son obras hechas por CREYENTES, y son el fruto de la vida de Dios en el
creyente—Mateo 7:18; Santiago 2:14-16).

Considere algunas de las riquezas de la gracia de Dios:

Somos escogidos por gracia (Romanos 11:5).


Somos salvos por gracia (Efesios 2:5, 8; Hechos 15:11).
Somos justificados por gracia (Tito 3:7). 
Somos redimidos y perdonados por gracia (Efesios 1:7).
Somos enriquecidos por gracia (2 Corintios 8:9).
Todas nuestras necesidades son suplidas por gracia (2 Corintios 9:8; cf. Hebreos 4:16).
Podemos soportar difíciles pruebas por gracia (2 Corintios 12:9).
Tenemos consolación eterna y esperanza por gracia (2 Tesalonicenses 2:16).
Nos acercamos a Dios en oración por gracia (Hebreos 4:16).
Somos enseñados e instruidos en la vida cristiana por gracia (Tito 2:11-12).
Incluso es por la gracia de Dios que hemos creído en Cristo (Hechos 18:27).

Ver nuestro artículo, Las Riquezas de SU Gracia.

Pablo lo resumió de esta manera: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy” (1 Corintios 15:10).

La gracia de Dios incluye todo lo que Dios nos ha dado y que nosotros en manera alguna merecemos.
La misericordia de Dios incluye todo lo que Dios no nos ha dado y que nosotros sí merecemos por causa
de nuestros pecados. ¡Demos gracias a Dios todos los días por Su gracia y misericordia!

Romanos 11:7

Israel (la gran mayoría de la nación) no ha obtenido lo que buscaba con tanto ahínco, pero los escogidos
(el pequeño remanente de judíos creyentes) lo obtuvieron. “Los escogidos” del v.7 es equivalente al
“remanente” del v.5. Estas expresiones se refieren a aquellos judíos que han puesto su confianza en Cristo
durante la presente edad de la iglesia. “Los demás” se refiere al resto de los israelitas que no pertenecen
al remanente creyente. En el v.7 encontramos las  expresiones “los demás” e “Israel” que se refieren
ambas a la gran mayoría de los israelitas que no creyeron en Cristo. Ver Rom.9:31 y 10:3. Los judíos
estaban tratando de obtener la justicia de Dios, pero ellos estaban tratando de obtenerlo por la vía
equivocada, por las “obras de la ley” (Rom.9:32). El remanente la obtuvo poniendo simplemente su fe en
Cristo, quien es el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree (Rom. 9:32; 10:4). Estos judíos fueron
salvos, pero el resto de los judíos que no creyeron en Cristo fueron ENDURECIDOS (o ENCEGUECIDOS),
que es la misma palabra usada en Romanos 11:25 (no todos los judíos están endurecidos o ciegos, pero la
mayoría de ellos lo están). El endurecimiento de Israel se explica en 2 Corintios 3:14-16 y ver también 2
Corintios 4:3-4 y 1 Corintios 1:18, 23-24).

El resto ha sido “enceguecido” judicialmente. La retribución de Dios cayó sobre un pueblo que
primero cerró sus ojos. Cuando un hombre dice, “No quiero”, puede que venga un tiempo en que
diga “No puedo” (Alva McClain, Romanos).

Romanos 11:8-10

Este “endurecimiento” o “enceguecimiento” estaba de acuerdo con las Escrituras del Antiguo Testamento,
como Pablo demuestra ahora. Primero él cita de dos pasajes de Isaías (Isaías 29:10 y 6:9). “Espíritu de
estupor”= estar lerdo, embotado, obtuso, insensible, sin sentido. Si alguien debió haber reconocido al
Mesías, los judíos deberían haberlo reconocido, pero ellos perdieron su sensibilidad espiritual por causa de
la incredulidad. Luego Pablo cita a David en el Salmo 69:22-23 (ver vs. 9-10). Este es un Salmo Mesiánico
que retrata Salvador sufriente (ver v.21 y compare con Mateo 27:34, 48; Marcos 15:23; Lucas 23:36 y
Juan 19:29-30). La nación judía rechazó al Crucificado y aceptaron toda la responsabilidad por lo que
hicieron (Mateo 27:25). No deberíamos sorprendernos por el juicio que cayó sobre la nación (incluyendo
su ceguera y el endurecimiento de su corazón).

Romanos 11:11

“Tropezar” =trastabillar; caer = arruinarse, caer de tal modo que no hay recuperación, “caer más allá
de toda recuperación”. La segunda palabra para “caer” (transgresión) es una palabra diferente que
significa un paso en falso, transgresión, pecado (es decir, incredulidad). La misma palabra se encuentra
en Rom.5:20 “pecado”. La nación de Israel pecó y cayó y rechazó a Cristo, pero no fue una caída fatal. La
nación no ha sido arruinada más allá de toda esperanza de recuperación. Vendrán días mejores. La nación
se levantará nuevamente. Cuando Cristo vino la primera vez, la nación “no lo recibió” (Juan 1:10-12).
Cuando Cristo venga por segunda vez, la nación bendecirá a su Mesías, justo antes de Su regreso (Mateo
23:39). Hoy en día la nación esta enceguecida y Dios le ha dado “un espíritu de estupor” (Rom.11:8). En
el futuro la nación podrá mirar (Zacarías 12:10) y Dios derramará sobre Su pueblo “espíritu de gracia y de
oración”. El presente rechazo será seguido por una futura admisión.

El presente rechazo y caída de Israel es una maldición para Israel pero es una bendición para los gentiles,
porque “por su transgresión vino la salvación a los gentiles”. Durante la presente edad de la iglesia
la gran mayoría de los que son miembros del cuerpo de Cristo son gentiles (aunque damos gracias a Dios
por las excepciones judías). Dios está visitando a los gentiles para tomar de ellos pueblo para Su Nombre
(Hechos 15:14). Esto está ilustrado en Juan 1:11-12 (los judíos no recibieron a Cristo, de modo que Dios
ofrece Su salvación a TODO AQUEL que quiera recibirla). Dios tiene un propósito con la caía de Israel:
traer salvación a los gentiles. Dios tiene un propósito en traer salvación a los gentiles: provocar a celos
a Israel, para hacer celoso a Israel (ver Romanos 10:19 y también Romanos 11:14). Cuando los judíos
rechazaron a su Mesías, Dios tuvo en mente el bien de los gentiles y la salvación fue llevada a ellos
(Rom.11:11). Dios, al tratar con los gentiles durante la edad presente, tiene en mente el bien de los
judíos, buscando provocarlos a celos por medio de los gentiles.

Tres veces habla Pablo del propósito de Dios de provocar a celos a los judíos por medio de los gentiles
(ver Romanos 10:19; 11:11 y 11:14, y comparar Deuteronomio 32:21). Cuando una persona está celosa
o envidiosa está diciendo, “Tú tienes algo que yo quiero. Tú tienes algo muy bueno que yo no tengo”.
Consideremos ahora algunas de las cosas, que tienen ahora los gentiles salvos, que deberían provocar a
celos a los judíos. Estas son bendiciones que deberían poseer los judíos, pero ellos se perdieron estas
cosas por causa de su incredulidad. Estas son bendiciones que ahora la iglesia (compuesta mayormente
por gentiles) posee y disfruta en Cristo. Considere lo siguiente:

Lo que tenían los Judíos o lo Lo que la Iglesia (compuesta


que había sido prometido a los en su mayoría por Gentiles)
Judíos ahora disfruta
SALVACIÓN “La salvación viene de los “Por su (de Israel)
judíos”(Juan 4:22). trasgresión vino la salvación a los
gentiles”
(Romanos 11:11).

“Sabed (Israel) que a los gentiles


es enviada esta salvación de Dios
y ellos oirán (Hechos 28:28; cf.
13:46).

BENDICIÓN “Te bendeciré y engrandeceré tu “Bendito sea el Dios y Padre de


nombre” (Génesis 12:2). nuestro Señor Jesucristo, que nos
bendijo con toda bendición
“Yo (el Señor) los espiritual en los lugares
bendeciré(Números 6:27). celestiales en Cristo (Efesios
1:3; cf. Gálatas 3:14).

UN “Porque tú eres pueblo santo para “Quien se dio a Sí Mismo por


Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te nosotros para redimirnos de toda
PUEBLOESPECIAL ha escogido para serle un pueblo iniquidad y purificar para Sí un
especial, más que todos los pueblo propio (un pueblo
pueblos que están sobre la tierra” especialpropio), celoso de buenas
(Deut. 7:6). obras(Tito 2.14 y cf. 1 Pedro 2:9).

UN PUEBLO “Jehová tu Dios te ha escogido “Pero nosotros debemos dar


para serle un pueblo especial. No siempre gracias a Dios respecto a
ESCOGIDO por ser vosotros más que todos los vosotros, hermanos amados por
pueblos os ha querido y os ha el Señor, de que Dios os haya
escogido Jehová, pues vosotros escogido desde el principio para
erais el más insignificante de todos salvación (2 Tes. 2:13).
los pueblos”(Deuteronomio 7:6-7).
“Nos escogió en Él antes de la
fundación del mundo” (Ef. 1:4).

REDIMIDOS “¿Y qué pueblo hay en la tierra “En quien (Cristo) tenemos
como tu pueblo Israel, cuyo Dios redención por Su sangre” (Efesios
fuese y se redimiese un 1:7).
pueblo?” (1 Crónicas 17:21)
“Porque habéis sido comprados
por precio” (1 Cor. 6:20).

DESCANSO “A los cuales él dijo: Este “Venid a Mí todos los que estáis
es elreposo; dad reposo al trabajados y cargados, y Yo os
cansado; y este es el refrigerio; haré descansar. . .y halaréis
mas no quisieron oír” (Isaías descanso para vuestras
28:12; cf.30:15). almas” Mateo 11:28-29).

EL REINO “He aquí que vienen días, dice “El cual nos ha librado de la
Jehová, en que levantaré a David potestad de las tinieblas, y
renuevo justo, y reinará como trasladado al reino de su amado
Rey, el cual será dichoso. . .En Hijo” (Colosenses 1:13).
Sus días será salvo Judá e Israel
habitará confiado (Jeremías 23:5- “Porque el reino de Dios no es
6; cf. Lucas 1:32-33). comida ni bebida, sino justicia ,
paz y gozo en el Espíritu
Santo”(Romanos 14:17).

CERCANÍA A DIOS “¿Porque qué nación grande hay “Pero ahora en Cristo Jesús,
que tenga dioses tan cercanos a vosotros que en otro tiempo
ellos como lo está Jehová nuestro estabais lejos, habéis sido
Dios en todo cuanto le hechos cercanos por la sangre de
pedimos?” (Deut. 4:7). Cristo” (Efesios 2:13).

POSEYENDO LA “Y ¿qué nación grande hay que “Porque las palabras que me
tenga estatutos y juicios justos diste, les he dado…Yo les he dado
SANTA PALABRA Tu Palabra (Juan 17:8,14).
como es toda esta ley que yo
DE DIOS pongo delante de vosotros?”
(Deuteronomio 4:8)

LA BENDICIÓN “Bienaventurado aquel cuya “En quien tenemos redención por


trasgresión ha sido perdonada, y Su sangre, el perdón de
DEL PERDÓN cubierto su pecado” (Salmo 32:1). pecados”(Efesios 1:7).

“Haré nuevo pacto con la casa de “Perdonándoos todos los


Israel. . .porque perdonaré la pecados”(Col. 2:13: cf. Rom. 4:6-
maldad de ellos, y no me acordaré 9).
más de su pecado” (Jer. 31:31,34)

LA PROMESA DEL “Y pondré dentro de vosotros Mi “¿O ignoráis que vuestro cuerpo


Espíritu, y haré que andéis en Mis es templo del Espíritu Santo, el
ESPÍRITU estatutos” (Ezequiel 36:26-27). cual está en vosotros?” (1
Corintios 6:19).
“Y pondré Mi Espíritu en vosotros,
y viviréis, y os haré reposar sobre “Mas vosotros no vivís según la
vuestra tierra” (Ez. carne sino según el Espíritu, si es
37:14, compararIsaías 32:15; que el Espíritu de Dios mora en
44:3). vosotros” (Romanos 8:9).

ACCESO AL “Pero en la segunda parte (el lugar “Teniendo libertad para entrar en
santísimo), entraba sólo el sumo el Lugar Santísimo por la sangre
LUGARSANTÍSIMO sacerdote una vez al año, no sin de Jesucristo. .
sangre” (Hebreos 9:7). .acerquémonos”(Hebreos 10:19-
22; 4:16).

HIJOS “Sé que sois descendientes de “Los que son de la fe, éstos son
Abraham; pero procuráis matarme hijos de Abraham. . .y si vosotros
DEABRAHAM .. .Respondieron y le dijeron: sois de Cristo, ciertamente linaje
Nuestro padre es Abraham. Jesús de Abraham sois” (Gá.3:7, 9, 29).
les dijo: Si fueseis hijos de
Abraham, las obras de Abraham “Para que fuese (Abraham) padre
harías” (Juan 8:37, 39; cf. Mateo de todos los creyentes” (Romanos
3:9) 4:11).

Nota: El hecho de que verdaderos


creyentes que viven hoy sean los
hijos espirituales de Abraham no
significa que la iglesia sea el
“Israel espiritual”.

Romanos 11:12
La “transgresión” (caída) de Israel es la “riqueza del mundo”. La palabra “transgresión” es la misma
palabra como en el v.11 (“por su transgresión vino la salvación a los gentiles”). La gran mayoría de la
nación de Israel ha CAÍDO en incredulidad en esta presente edad, pero el mundo se ha beneficiado. El
mensaje de salvación ha llegado a todo el mundo (Marcos 16:15). Las riquezas espirituales son ofrecidas
a todos los hombres en todo lugar que quieran simplemente recibirlas por fe en Cristo. ¿Qué clase de
“RIQUEZAS” puede poseer el mundo? Romanos 2:4—“las riquezas de la benignidad de Dios”; Efesios 1:7
—“las riquezas de la gracia de Dios”; etc. Es por esto que Cristo vino al mundo y murió en la cruz—para
que fuésemos enriquecidos” (2 Corintios 8:9).

“Defección” = abandono, disminución, pérdida, reducción. Israel ha estado decreciendo (esto está bien
ilustrado en el libro de los Hechos, donde en Hechos 2 la recién formada iglesia se compone solamente de
judíos, pero a medida que se avanza por el libro de los Hechos, se encuentran cada vez menos judíos en
la iglesia y cada vez más gentiles). Pero en el plan de Dios, Israel tiene un maravilloso futuro. Pablo habla
aquí de la “RESTAURACIÓN” de Israel. Esta presente edad de la iglesia es el tiempo de la plenitud de los
gentiles (ver Rom. 11:25), pero el milenio futuro será el tiempo de la plenitud (restauración) de los judíos
(Rom. 11:12). Israel está ahora en la “etapa de la transgresión (caída)”, pero llegará el día cuando se
encuentre en la”etapa de la restauración (plenitud)”. Si las riquezas espirituales llegan al mundo y a los
gentiles con Israel “caído”, cuánto más será bendecido el mundo durante el tiempo de la restauración de
Israel (durante el milenio: un tiempo de bendición tanto para judíos como para gentiles). El hecho de que
Pablo hable de la  restauración (plenitud) de Israel es una evidencia sólida de que para los judíos hay
preparado un maravilloso futuro de acuerdo al plan y propósito de Dios.

Romanos 11:13-14

 Pablo era el “apóstol a los gentiles”. Ver Romanos 15:16; Hechos 9:15  y Gálatas 2:7-8. “Ministerio”
=servicio, cago, ocupación; “honro”= reconocer, apreciar, ensalzar. La obra de amor de Pablo entre los
gentiles no era hecha sin preocupación por los judíos. Muy por el contrario. Pablo tenía la esperanza de
que la gran obra de salvación de Dios entre los gentiles provocara a celos a los judíos, resultando en la
salvación de algunos de ellos. La preocupación de Pablo por la salvación de sus hermanos, los judíos, se
encuentra a lo largo de estos capítulos (ver 9:1-4; 10:1).

Romanos 11:15

“Exclusión”—esta palabra es diferente a la que se encuentra en el v.1. Dios no ha excluido a los judíos
en el sentido de repudiarlos y desconocerlos y finalmente desecharlos (v.1). Ellos siguen siendo Su pueblo
escogido, pero muchos (la mayoría) de su pueblo escogido ha escogido rechazar a su Mesías, y por ésto,
ellos no pueden disfrutar del favor de Dios (y en este sentido han sido excluidos, como en el v.15). Al
rechazo de Cristo por parte de Israel, siguió que Dios alcanzara al mundo con el mensaje de reconciliación
(Juan 1:11-12; y ver 2 Corintios 5:19-21). Este versículo es paralelo al v.12 (la transgresión de Israel es
paralela a la exclusión de Israel; la restauración de Israel es paralela a la admisión de Israel; y vemos en
ambos versículos como el mundo se beneficia tanto por la transgresión de Israel como por su
restauración). Israel tiene un glorioso futuro por delante. La nación será ADMITIDA. Su “exclusión”
(primera parte del versículo) será sólo temporal, pero vendrá el día en que Dios los recibirá y ellos lo
recibirán a ÉL (ver Zacarías 12:9-11: Mateo 23:37-39). Durante la edad presente, durante la exclusión de
Israel, el mundo está siendo reconciliado. Durante la edad futura, durante la admisión de Israel, el mundo
disfrutará de lo que podría describirse como una resurrección (vida de la muerte). Será como un mundo
totalmente nuevo (ver Isaías 11:9). El establecimiento del reino de Cristo sobre la tierra traerá un  cambio
radical y extenso en cada departamento de la actividad humana, es tan amplio que Isaías habla de ello
como “una nueva tierra” (Isaías 65:17). Se anticipará y proveerá para cada necesidad humana. Es
durante este tiempo que el himno navideño “AL MUNDO PAZ” encontrará su cumplimiento. Algunos de los
resultados serán: todas las guerras serán abolidas (Miqueas 4:3); habrá un gobierno perfecto
(Isaías33:22); desaparecerán las enfermedades y deformidades físicas (Isaías 35:5-6; 33:24); habrá un
cambio en la naturaleza de los animales (Isaías 11:6-8); etc.

Romanos 11:16

“Si”—Pablo da ahora una explicación más amplia de la futura restauración de Israel, como también de la
situación presente de los gentiles. Esta explicación se encuentra en varios de los siguientes versículos que
tratan de la ilustración del olivo. “Primicias” se refiere a la masa (“si la parte de la masa ofrecida como
primicia es santa, entonces toda la masa es santa”). “Masa” se refiere a todo el amasijo (ver Números
15:17-21 donde de lo “primero que amaséis” era ofrecido al Señor). Como dice Murray, “Lo primero del
amasijo dado al Señor significaba la consagración de todo el amasijo”. Después de la ilustración de la
masa, Pablo va a la ilustración del olivo, que continua hasta el versículo 24. Todo el amasijo es tan santo
como lo son las primicias de la masa. Así también las ramas tienen que ser santas como lo son las raíces.
Una raíz santa tendrá ramas santas. Las primicias y la raíz se refieren a Abraham, Isaac y Jacob
(comparar Rom.11:28 y 9:5 “los padres”). Los padres eran santos porque fueron escogidos por Dios. Ellos
fueron separados y escogidos por Dios con un propósito especial. De ellos provendría la nación especial y
santa de Dios (Deuteronomio 7:6-8; cf. Jeremías 2:2-3).

Romanos 11:17

Dios tiene que tener ramas que estén en armonía con las raíces. Los judíos incrédulos no tienen ninguna
semejanza con el padre Abraham que “creyó a Dios” (Génesis 15:6). Las ramas naturales se refieren a
Israel. Las ramas silvestres se refieren a los gentiles. El olivo cultivado se refiere al lugar de bendición de
Dios. El olivo silvestre no es el lugar de bendición (cf. Efesios 2:22-13), pero las ramas del olivo silvestre
fueron injertadas en el olivo cultivado y pueden participar así de la raíz y de la rica savia del olivo (Rom.
11:17). Algunas de las ramas naturales fueron “desgajadas”, y el v.20 da la razón de ello (“por su
incredulidad”). Ramas silvestres fueron “injertadas en lugar de ellas” por su fe en Cristo—comparar Rom.
9:30-32—y así están en el lugar de bendición. Gentiles creyentes pueden disfrutar de la salvación de Dios
y de la justicia de Dios y del Espíritu de Dios—ver Gálatas 3:14 – para que la bendición de Abraham
alcanzara a los gentiles por medio de Jesucristo, para que recibiésemos el Espíritu por fe.

Romanos 11:18

“No te jactes contra las ramas (naturales)”. Pablo se está dirigiendo a los gentiles con una fuerte
advertencia. Ellos no sustentan a la raíz, sino la raíz los sustenta a ellos, y ellos deben darse cuenta de
ello. Ellos están en el lugar en que están, no por algún mérito o bondad de su parte, sino sólo debido a su
fe en el Dios de Abraham (Rom.4:12,16).

Romanos 11:19-20

Las palabras de Murray caben aquí: “La jactancia que se condena es la arrogante y presuntuosa confianza
de la cual son capaces los gentiles cuando consideran el lugar de privilegio y honor que ellos ocupan por el
desplazamiento de Israel. . . .La persona que es llamada a ocupar el lugar dejado vacante por otro, por
haberse ejercido disciplina, está expuesta a sentir un placer de auto-justicia por este ascenso, y a mirar al
caído con desdén”.

Los gentiles dicen, “Las ramas fueron desgajadas, para yo fuese injertado”. Pablo dice, “Bien dicho.
Tienes razón” (v.20). Es cierto que la salvación alcanzó a los gentiles por la transgresión de Israel (v.11),
pero los gentiles deben entender por qué esto es cierto. Israel cayó por su incredulidad y fue por su
incredulidad que las ramas naturales fueron desgajadas. Es por fe que los gentiles están en pie. Por ello la
advertencia: “No te ensoberbezcas, sino teme”. No pienses que no puedas también caer. Si los judíos
rechazaron a Cristo por incredulidad, ¿pueden los gentiles hacer ésto también? Esta advertencia ha sido
pasada por alto durante estos 2000 años de la historia de la iglesia. Hemos visto como los gentiles han
creído que pueden permanecer en el lugar de bendición sin fe genuina en Cristo (sustituyendo la fe por
ritualismo, religión, racionalismo, etc.).

Romanos 11:21

Si Dios quitó las ramas naturales (por causa de la incredulidad) que deberían haber sido parte del árbol,
¿cuánto más quitará Dios a las ramas silvestres que realmente no estarían allí, si no fuera por la bondad y
la misericordia de Dios? Si Dios no perdonó a los judíos, ¿por qué habría de perdonar a los gentiles? Si
Dios juzgó la incredulidad en Israel, ¿no juzgará la incredulidad entre los gentiles? Si el pueblo escogido
de Dios cayó en incredulidad, ¿no deberían prestar atención los gentiles para cuidarse de caer en lo
mismo?
Romanos 11:22

Pablo, el apóstol a los gentiles (v.13), quiere que los gentiles consideren atentamente tanto la bondad
(gentileza) como la severidad (firmeza) de Dios. La severidad de Dios se ve en Su trato con el incrédulo
Israel. Ellos han sido cortados del lugar de bendición. La bondad de Dios se ve en Su trato amable con los
gentiles creyentes que han participado en las bendiciones de la salvación. “Si permaneces en esa
bondad”. La palabra “permanecer” se emplea también en el v.23. Israel no permanecerá para siempre en
la incredulidad (v.23), pero sería conveniente que los gentiles se aseguraran de permanecer en la fe, para
así continuar en la bondad de Dios, de otra manera serán cortados.

Nota: Este pasaje no debe ser usado como argumento en contra de la sólida doctrina de la seguridad
eterna del creyente. Pablo está considerando a judíos y gentiles, pero no está considerando a individuos.
Su punto es simplemente el siguiente: Tal como los judíos fueron removidos del lugar de bendición
cuando rechazaron a Cristo, los gentiles también serán removidos del lugar de bendición si rechazan a
Cristo. Pablo no está hablando de un creyente individual que cree en Cristo y es salvo, y que luego, más
tarde en su vida rechaza a Jesucristo como Salvador y pierde su salvación y se va al infierno. Esto es una
imposibilidad bíblica. Los que el Padre ha dado a Cristo (verdaderos creyentes) nunca se perderán (Juan
6:37-40; 10:27-30). Dios no solamente nos salva, sino también nos mantiene salvos.  El verdadero
creyente nunca se apartará final y fatalmente de la fe (aunque pueda tener serios lapsos de fe). Esto está
muy bien ilustrado en Lucas 22:31-32. Pedro tuvo un serio lapso de fe y aún negó a su Señor, pero
gracias a la intercesión de Cristo, su fe no faltó. Aunque hay tiempos de debilidad y tentación y fracaso,
Dios obra en nuestros corazones para que continuemos creyendo: “Que sois guardados por el poder de
Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo
postrero” (1 Pedro 1:5). Esto está bien ilustrado en Hechos 27:22-31. La salvación y seguridad de estos
hombres estaba predicha y prometida y garantizada por Dios (Hechos 27:22, 24, 25), sin embargo, la
manera en que Dios los mantendría salvos era que permanecieran en el barco (v.31). La seguridad de
aquellos que están en el “barco de la fe” (verdaderos creyentes) ha sido prometida y garantizada por Dios
(Juan 10:27-30), la manera, sin embargo, en que Dios nos mantiene salvos es dándonos repetidas
advertencias sobre el peligro de abandonar el barco (apartarnos de la fe). Tales advertencias (como en
Colosenses 1:23; Hechos 13:43; Hechos 14:22) son usadas por Dios como medio para mantener al
creyente salvo y seguro en Cristo para siempre. Un verdadero creyente permanece siempre en el barco de
la fe. Puede caer seriamente en la cubierta del barco (como hizo Pedro), pero nunca caerá fuera de borda.

Romanos 11:23-24

Pablo vuelve a su punto principal acerca de la futura restauración de la nación de Israel (comparar v. 12 y
15). “Ellos” se refiere a Israel (los judíos). Los judíos hoy están en incredulidad (la mayoría de ellos,
aunque no todos ellos), y por este motivo no son parte del olivo. Pero si no permanecen en incredulidad
(es decir, si creen en Cristo como Salvador), entonces serán injertados en el olivo y estarán una vez más
en el lugar de bendición, participando de la raíz y savia del olivo (comparar v.17). Fueron desgajados por
su incredulidad (v.20) y pueden ser injertados  si creyeren (v.23). Dios, que los removió y desgajó,
ciertamente puede injertarlos nuevamente. De hecho, injertar ramas naturales no es tan insólito como
injertar ramas silvestres. Lo que Dios hizo con los gentiles es “contra naturaleza”. ¿Cuanto más no
serán injertados los judíos (las ramas naturales) en su propio olivo? Después de todo, ese es su lugar, el
lugar que les corresponde.

Nota sobre el injertar: Injertar significa insertar o introducir un vástago o brote de una planta o de un


árbol dentro de otra planta o árbol, donde el injerto continua creciendo, llegando a ser una parte
permanente. “El olivo a menudo crece silvestre, de modo que cuando los árboles son cultivados, deben ser
injertados. Un vástago de un olivo cultivado es insertado en el tronco del olivo silvestre, y luego el olivo
silvestre es cortado casi por completo y la parte que queda llega a ser la raíz y el alimentador del vástago
insertado. Este es el procedimiento común para el injerto. El Apóstol Pablo, a manera de argumento, habla
de un injerto contrario al procedimiento natural. El habla de Dios injertando el olivo silvestre de los
gentiles dentro del buen tronco de la nación judía, lo cual es contrario a la costumbre (Rom. 11:24)”
(Usos y Costumbres en Tierras Bíblicas, Fred H. Wright).

Romanos 11:25
Pablo no quería que los creyentes romanos fuesen ignorantes en cuanto al misterio del endurecimiento en
parte de Israel durante la presente edad. En el Nuevo Testamento, un misterio es algo que había estado
escondido, algo que permanecía en secreto, algo que no se había dado a conocer previamente a los
hombres, pero que ahora se manifestaba y se daba a conocer y se revelaba en la presente edad por los
apóstoles y profetas del Nuevo Testamento (ver Efesios 3:4-5; 3:9; Col.1:26; Rom. 16:26). Pablo quería
que los creyentes romanos supieran algo que los creyentes de otras edades ignoraban. Moisés, David e
Isaías nada sabían de lo que Pablo estaba hablando ahora. Pablo está hablando de una obra especial que
Dios está haciendo entre los gentiles durante el tiempo presente (comparar Hechos 15:14). Entre las dos
venidas de Cristo y durante este tiempo, Israel está CIEGO. En cuanto a la ceguera de Israel ver 2
Corintios 3:14-16. La ceguera puede ser quitada hoy de un judío individual cuando se vuelve al Señor
Jesús; la ceguera será quitada de la nación en la segunda venida, cuando la nación se vuelva al Señor
(comparar 2 Corintios 3:16 y Romanos 11:26).

Pablo no quería que los gentiles se hincharan de orgullo (“para que no seáis arrogantes en cuanto a
vosotros mismos”), y para prevenir ésto, los creyentes gentiles necesitan entender el programa
presente y futuro de Dios para Israel. Pablo resalta dos cosas en cuanto al endurecimiento de Israel:
1) Su endurecimiento es parcial, no es total. Aunque hoy la mayoría de los judíos están ciegos, no
todos los judíos lo están. Hay algunos judíos que pueden ver muy bien, porque han recibido a Cristo como
su Mesías y Salvador; 2) Su endurecimiento es temporal, no es permanente. Durará “hasta que
haya entrada la plenitud de los gentiles” (v.25). La restauración de Israel (v.12) tendrá lugar después
que haya entrado la plenitud de los gentiles. Cristo está edificando hoy Su Iglesia que se compone
principalmente de gentiles. Dios está visitando las naciones del mundo para tomar pueblo para Su Nombre
(Hechos 15:14). En algún momento en el futuro (un momento sólo conocido por Dios) habrá entrado el
número total de gentiles (es decir, todos aquellos a quienes  Dios tenía el propósito de incluir en Su
Iglesia, serán salvos y habrán entrado).

No confundir “la plenitud de los gentiles” (Rom.11:25) con “los tiempos de los gentiles” (Lucas 21:24).

1) LA PLENITUD DE LOS GENTILES implica la relación de los gentiles con la iglesia en esta edad
presente. Dios está añadiendo cada día a Su Iglesia a los que han de ser salvos (Hechos 2:47), y son
principalmente (aunque no exclusivamente) gentiles los que están siendo añadidos a este cuerpo. Cuando
haya entrado el número total de gentiles, entonces tendrá lugar el rapto de la iglesia (el cuerpo de Cristo
estará completo).

2) LOS TIEMPOS DE LOS GENTILES implica la relación de los gentiles con la nación de Israel. Tal como
dice en Lucas 21:24—“Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se
cumplan”. Scofield define este tiempo como sigue: Los tiempos de los gentiles son aquel largo período
que comienza con la cautividad babilónica de Judá bajo Nabucodonosor y que llegará a su término con la
destrucción del poder mundial gentil por la ‘piedra cortada no con mano' (Daniel 2:34, 35, 44), es decir,
con la venida del Señor en gloria (Ap. 19:11, 21). Hasta entonce, Jerusalén estará sometida al gobierno
gentil” (Lucas 21:24).

En cuanto a “la plenitud de los gentiles”, son los gentiles quienes están siendo salvos y que son añadidos
a la iglesia hasta que el cuerpo de creyentes esté completo. En cuanto a “los tiempos de los gentiles” son
los gentiles los que están gobernando sobre Jerusalén y controlándola hasta la segunda venida de Cristo.
Aunque estas dos frases se parecen, deben ser distinguidas (a menudo Rom. 11:25 se asocia
erróneamente con Lucas 21:24 en referencias cruzadas en los márgenes de las Biblias, etc.). Debemos
diferenciar las cosas que son distintas.

Romanos 11:26

Después que haya entrado la plenitud de los gentiles (v.25), vendrá la restauración de Israel (v.12; v.26
“todo Israel será salvo”). Este versículo predice claramente la futura salvación de la nación de Israel.
También nos dice el tiempo en que sucederá esto: cuando el gran LIBERTADOR venga a Sion (una clara
referencia a Jesucristo en Su segunda venida—comparar Isaías 59:20). Israel tiene un brillante futuro.
Debe notarse que hoy la nación de Israel no es una nación PIADOSA. Es una nación incrédula y en su
mayor parte, es una nación que rechaza a Dios (los que no honran la Hijo, no honran al Padre—Juan 5:23,
y los que niegan al Hijo, no tienen al Padre –1 Juan 2:23). Pero llegará el día en que Cristo, el Libertador,
quitará la impiedad de esta nación e Israel será una nación temerosa de Dios y una nación que honrará a
Dios.

Romanos 11:27

La salvación nacional de Israel (v.26) fue garantizada por un pacto especial que Dios hizo con esta nación.
Un compromiso de este pacto era que los pecados de Israel serían quitados. ¿Qué pacto era éste? Esto es
claramente una referencia al NUEVO PACTO del cual leemos en Jeremías 31:31-34 (nótese al final del
versículo 34 la notable promesa, “Porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su
pecado”). En el v.27 las palabras “ellos” y “sus” se refieren a “Israel” y a “Jacob” del v.26. Jeremías 31:31
indica claramente que el nuevo pacto se hizo con la casa de Israel y con la casa de Judá (de modo que
incluye a toda la nación). Este versículo entrega en el Nuevo Testamento la prueba de que Dios cumplirá
Su promesa del nuevo pacto a la nación de Israel en el futuro.

Nota: Hay muchos que enseñan que Dios ha terminado con la nación de Israel y que Dios no cumplirá
Sus promesas del nuevo pacto con esta nación. Ellos enseñan que la iglesia es el “verdadero Israel de
Dios” y que las promesas del nuevo pacto se están cumpliendo en la iglesia basados en pasajes tales
como Mateo 26:28; 2 Corintios 3:1-8 y Hebreos 8:6-13; 10:16-17. Aunque es cierto que los creyentes de
este tiempo participan de las bendiciones del Nuevo Pacto (ver los pasajes recién citados) para provocar a
celo a Israel (ver comentarios bajo Romanos 11:11), también es cierto que Israel recibirá todas las
bendiciones del Nuevo Pacto prometidas cuando regrese Cristo, como se enseña en  Rom. 11:26-27. En
verdad, los versículos 28-29 muestran la imposibilidad de que Dios falle en guardar estas promesas a
Israel. Considere atentamente lo que Dios dijo por medio de Jeremías respecto a lo que tendría que
suceder para que Israel ya no fuera una nación delante de Dios—Jer. 31:35-37 y Jer. 33:19-26. Esto es
todo un desafío para todos los que son antisemitas. ¡Esto es todo un desafío dado por Dios a quienes
desean destruir a Israel!

Romanos 11:28

En cuanto al evangelio, los judíos son enemigos; en cuanto a la elección, los judíos son elegidos por Dios y
son objeto de Sus inalterables promesas que ÉL hizo a Abraham, Isaac y Jacob. En los primeros días de la
iglesia (como se ve en el libro de los Hechos) la mayor oposición a la predicación del evangelio vino de los
judíos incrédulos. Esto se ve quizás más claramente en 1 Tesalonicenses 2:14-16 (estas son palabras muy
fuertes, pero recuerde que fueron escritas por el mismo Apóstol que escribió Romanos 9:1-4 y 10:1). La
incredulidad y hostilidad de ciertos judíos no alteran las promesas de Dios para con la nación que Él ha
escogido (ver Deuteronomio 7:6-8 y Deut. 10:15). Romanos 11:28 es de gran ayuda para mostrar la
actitud que debemos demostrar hoy hacia el pueblo judío. Por una parte no debemos excusar o minimizar
el mal que están haciendo. No deseamos llegar a ser tan “pro-Israel” que pretendamos que ellos no
pueden hacer ningún mal. Dios aún no ha quitado la impiedad de esta nación (ver v.26) y hay bastantes
acciones impías cometidas por el pueblo judío. Por otra parte, no deseamos olvidar el lugar muy especial
que esta nación tiene en el plan y programa de Dios y esperamos con emoción el cumplimiento de todas
las promesas de Dios a esta nación. En los días de Moisés y Balaam se hizo un esfuerzo por parte de los
paganos de MALDECIR a la nación de Israel, pero lo que Dios ha bendecido, el hombre no lo podrá
maldecir (ver Números 23:20), porque Dios llevará a cabo todo lo que Él ha dicho y todo lo que ÉL ha
prometido (ver Números 23:19).

Romanos 11:29

Aquí está la razón por la cual Israel sigue siendo una nación amada delante de
Dios. “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios”. Dios no cambiará de parecer y
no alterará Su futuro plan y programa para Israel. El compromiso de Dios para con esta nación es
IRREVOCABLE (algo que Dios no modificará). Dios no cambiará de opinión. Dios no alterará Su Palabra o
Sus promesas hechas a Abraham, Isaac y Jacob. Dios ha hecho un compromiso con este pueblo y ÉL no lo
quebrantará.

Romanos 11:30-32
Este versículo está hablando de los gentiles (“vosotros” =los gentiles) y el versículo siguiente habla de
los judíos (“éstos” y “ellos” (v.31)= los judíos). Como ha dicho Newell, “nuestra historia gentil se resume
en las palabras “desobedientes a Dios”, nuestra posición presente en las palabras, “habéis obtenido
misericordia por la desobediencia de ellos (de Israel)”. Dios se deleita en ser misericordioso para con los
miserables, para con los que no lo merecen. En el v.31 leemos que hoy en día los judíos son
desobedientes e incrédulos, pero ellos también obtendrán misericordia en el futuro. Por la incredulidad de
Israel, los gentiles reciben ahora misericordia (v.30); por la misericordia de Dios mostrada a los gentiles,
Israel obtendrá misericordia algún día (v.31). Ver también Romanos 11:11 donde encontramos la misma
verdad (Israel cayó, para que la salvación pudiera llegar a los gentiles; los gentiles provocan a celos a
Israel, para que Israel pueda llegar a ser salvo). La misericordia de Dios se derrama sobre aquellos que no
merecen otra cosa sino Su ira (v.32).

Romanos 11:33-36

Pablo termina esta sección con una gloriosa doxología, rebosando en alabanza por la inescrutable
sabiduría de Dios. Las palabras de Pablo están en agudo contraste con la persona mencionada en Rom.
9:19-20 que estaba alegando contra Dios. Con humildad de corazón, Pablo adora a Dios, confesando que
hay mucho en cuanto a Dios y en cuanto a los caminos de Dios que él no entiende, sin embargo sabe con
toda confianza que Dios hace solamente lo que es perfectamente sabio y mejor. Dios no necesita
consejeros humanos. Antes bien, nosotros necesitamos inclinarnos ante ÉL y someternos a Su consejo.
Dios es el gran Maestro. Nosotros no le enseñamos a ÉL, sino ÉL nos enseña a nosotros (v.34). Dios es el
gran Dador (v.35). ¿Qué tenemos nosotros que no hayamos recibido de ÉL? (Comparar 1 Corintios 4:7).
Dios nada nos debe, nosotros le debemos a ÉL.

En el último versículo (v.36) vemos cuán centrados en Dios eran el pensamiento y la teología de Pablo (en
contraste con los múltiples acercamientos humanistas y centrados en el hombre del día de hoy):

“DE ÉL”—literalmente “saliendo de ÉL”. Dios es el origen de todas las cosas. ÉL es el comienzo de todas
las cosas. Todo proviene de ÉL. Todo empieza con ÉL. ÉL es el Alfa (la primera letra del alfabeto), el
Comienzo.

“POR ÉL”—todo pasa por Dios. ÉL es el canal de todo. ÉL está totalmente involucrado en todo. Nada
puede quedar fuera de Su plan y propósito. Todo tiene que fluir a través de ÉL y nada puede suceder sin
ÉL.

“PARA ÉL”—ÉL es la meta de todas las cosas. Todo tiene que terminar en Dios. ÉL es el propósito y la
meta final de todas las cosas. ÉL no es solamente el Alfa, ÉL también es el Omega; ÉL no es solamente el
comienzo, ÉL también es el final. ÉL no es solamente el Primero, ÉL también es el Último. Qué podemos
decir, sino, “¡A ÉL SEA LA GLORIA POR LOS SIGLOS! ¡AMÉN!”

ROMANOS
CAPÍTULO 12

Introducción

Con este capítulo comienza la sección práctica del libro. Hasta aquí, en el libro de Romanos, hemos
encontrado muy pocos mandamientos (con la excepción de ciertos mandamientos en el capítulo 6 –
“saber”, “considerar”, “presentar”, etc.). En los primeros capítulos, el énfasis no está en lo que nosotros
debemos hacer, sino en lo que Dios ha hecho. Un modelo similar se encuentra en el libro de Efesios. Los
primeros tres capítulos enfatizan lo que Dios ha hecho por GRACIA y no se encuentran mandamientos. Los
últimos tres capítulos son prácticos y en ellos se encuentran varios mandamientos. Lo que Dios ha hecho
por GRACIA es siempre la base de toda conducta y comportamiento cristiano.

Romanos 12:1
“Así que”—esto apunta a todo lo que Pablo ha expuesto en los primeros 11 capítulos (todo lo que Dios ha
hecho por pecadores impíos y culpables).

“Hermanos”—Pablo se está dirigiendo a los creyentes de Roma. Presentar el cuerpo como una ofrenda a
Dios (Rom. 12:1) no es algo que se le dice a gente inconversa que haga (como pueden implicar los
defensores de la salvación por el Señorío de Cristo). Sino es algo que las personas salvas deben hacer (lo
hacemos porque somos salvos, no para ser salvos).

“Os ruego”—Pablo estaba implorando, suplicando (es la misma palabra como en Ef.4:1). La ley dice, “te
mando”, pero la gracia dice “te ruego”. La obediencia a la ley se basa en el temor (la persona obedece
porque tiene miedo del castigo que tendrá que sufrir si no obedece); la obediencia del evangelio se basa
en el amor (2 Co. 5:14—“el amor de Cristo nos constriñe”).

“Por las misericordias de Dios”—esta no es la misma palabra por misericordia que se encuentra en
Rom. 11:30-32, pero la idea es similar. Significa “lástima, clemencia, compasión”. Recordar cuán
misericordioso y compasivo Dios ha sido con nosotros, debería ser un gran incentivo para una vida
cristiana piadosa. Si Dios ha sido tan compasivo y clemente conmigo, ¿no debería yo dar mi vida y mi
todo para servirle? Si el Hijo de Dios murió por mí, ¿cómo puedo hacer menos que vivir para ÉL? Como
escribió Isaac Watts: “Amor tan asombroso y divino, DEMANDA MI ALMA, MI VIDA, MI TODO”.

“Presentéis vuestros cuerpos”—la palabra “presentar” es la misma palabra que se encuentra en


Romanos 6:13, y una comparación de ambos versículos indica que “tu cuerpo” es equivalente a “tú
mismo”. Cuando das a Dios tu cuerpo, tú estás dándole todo lo que eres y todo lo que tienes. El verbo
“presentar” está en tiempo aoristo que significa simplemente “¡HAZLO!” No es algo que se hace de
continuo (o se habría usado el tiempo presente). Sería ideal si todo creyente pudiese hacer ésto y dejarlo
establecido de una vez para siempre. En ocasiones futuras el creyente consagrado puede recordar y
considerar que ha sido hecho (“Señor, mi cuerpo ha sido ofrecido y dado a Ti. He sido comprado por
precio. Soy Tu siervo. Que nunca olvide que mi cuerpo te pertenece”, compare 1 Co. 6:19-20). El tiempo
aoristo no significa (como muchos maestros bíblicos dicen) que es un acto que se hace una vez y que
nunca se vuelve a repetir. Hay momentos en que, como creyentes, fallamos y caemos y necesitamos
hacer lo que dice Romanos 12:1, “Señor, Tu me has salvado por Tu maravillosa gracia y misericordia y
aunque yo he pecado y te he fallado, gustosamente te presento mi cuerpo, para Tu servicio. Me dedico a
mí mismo (todo lo que soy y todo lo que tengo) nuevamente a Ti. Toma mi vida y que esté consagrada a
Ti, Señor. Tómame y seré para siempre, total y enteramente Tuyo”.

“Sacrificio”—todo creyente del Nuevo Testamento es un sacerdote y los sacerdotes ofrecen sacrificios.
Un sacrificio pertenecía totalmente a Dios—era de ÉL. Un creyente sacerdote ha de ofrecerse y darse a sí
mismo (su cuerpo) totalmente a Dios para el uso de Dios. Un creyente, después de leer Romanos 12:1,
fue efectivamente a la ladera de una monte y construyó un tosco altar de piedras. Luego se puso sobre el
altar y dijo, “Señor, aquí estoy. Soy Tu sacrificio vivo. Quiero que me uses como Tú quieras. Mi vida Te
pertenece”. Dios no nos dice que construyamos literalmente un altar de piedras, sino nos dice que
presentemos nuestros cuerpos como un sacrificio vivo.

“Vivo”—en contraste con los sacrificios de animales del Antiguo Testamento que eran inmolados y
terminaban muertos. James Ventilato ha agregado los siguientes comentarios que son útiles para
entender mejor por qué es un sacrificio vivo:

“Debemos presentarnos a Dios como vivos de entre los muertos (Rom. 6:13)”. Es decir, un


sacrificio “vivo” no es sólo un contraste con sacrificios inmolados, sino que es también  un sacrificio
“vivo” desde el punto de vista, fundamento o posición, de la VIDA RESUCITADA en Cristo Jesús, de
modo que se relaciona con la verdad de la identificación con Cristo de Romanos 6-8.

Esto muestra también lo absurdo de la posición del Señorío. Exhortar a “pecadores” que se
presenten, se rindan, se entreguen, se sometan a sí mismos a Dios—antes de que se encuentren
en el terreno de la resurrección en Cristo Jesús, su Vida (y así muertos a la vieja vida adánica)—es
inútil e inservible. El “considerar” de Romanos 6 tiene que venir antes que el “presentarnos” a
nosotros mismos a Dios de Romanos 12. Y una persona que no es salva, que no está en Cristo
Jesús, obviamente no tiene base para considerarse así. “La crucifixión viene antes que
la consagración”.

Miles J. Stanford lo dice de esta manera: “Esto es el quid del asunto. La pregunte es ésta: Cuál
vida ha de ser consagrada a ÉL, ¿la vieja vida del yo o la nueva vida de Cristo? Dios no puede
aceptar absolutamente nada de la vieja naturaleza (que fue condenada en la cruz) —ÉL ve y
reconoce sólo lo que está centrado en Su Hijo, Quien es nuestra vida. De aquí que Dios ha puesto
una condición para la consagración: “presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los
muertos” (Rom. 6:13). Este es nuestro único fundamento y desde esta plataforma hemos de
considerarnos muertos al pecado, al yo, a la ley, al mundo y vivos para Dios en el Cristo resucitado
—para andar en “novedad de vida”, “vida resucitada” (Romanos 6:11, 4b)”.

“Presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos” (Rom.6:13). Este es el
verdadero lugar de consagración. Para creyentes, consagrarse a sí mismos a Dios antes de que
hayan aprendido acerca de su unión con Cristo en Su muerte y resurrección (identificación) es solo
presentar a Dios los miembros del hombre natural (la vieja vida adánica que fue condenada a la
cruz), lo cual ÉL no puede aceptar. Solo aquellos “vivos de entre los muertos” –es decir, los que se
han apropiado de su semejanza con Su muerte) – son conminados a presentar sus miembros como
instrumentos a Dios”.

“Un atento estudio de todas las Epístolas de Pablo demostrará que fueron escritas basadas en la
Cruz expuesta en Romanos 6—el hecho de que Dios ha entregado la vieja vida adánica caída a la
cruz y que no tiene nada que decirle. Dios trata con todos los creyentes sobre una base—“han
muerto en Cristo” (Miles Stanford).

“Santo”—apartado para la santa voluntad y el servicio de Dios. El pueblo de Dios es “santo”, apartado
para el servicio del Rey de Reyes. ¿Te ves a ti mismo como un siervo santo del Dios Altísimo?

“Agradable”—aceptable (Dios se complace en esos sacrificios). Dios no se agrada cuando los creyentes
se niegan a darle su todo. ¡Que nada se interponga entre nosotros y nuestro Salvador!

“Racional” – la palabra “lógico” viene de esa palabra griega. A la luz de lo que Cristo ha hecho por
nosotros, darnos enteramente a ÉL mediante un acto de total consagración, es la única cosa RACIONAL Y
LÓGICA que podemos hacer. Ninguna otra cosa tiene sentido para el verdadero creyente. Es hacer lo que
es lógico. Así es como los creyentes ADORAN A DIOS (es un “servicio”), dándose a sí mismos enteramente
a ÉL para Su servicio.

LA PARÁBOLA DE LA GALLINA Y DEL CERDO: Un granjero se acercó a una gallina y a un cerdo


e hizo una pregunta de conciencia: “¿Quieren contribuir para un desayuno con jamón y huevos?”
Para uno, era solamente una contribución. Para el otro significaba un sacrificio total. El creyente
debe ponerse totalmente en las manos de Dios, tal como lo hicieron los creyentes de Macedonia, “Y
no como lo esperábamos, sino que A SÍ MISMOS SE DIERON PRIMERAMENTE AL SEÑOR” (2
Corintios 8:5). Podemos hacer esto cuando recordamos que nuestro Salvador dio Su todo por
nosotros.

Una palabra en cuanto a la dedicación: Algunas iglesias insisten decididamente en que los creyentes
caminen por el pasillo o vengan hacia adelante para dedicar sus vidas al Señor Jesús. De ninguna manera
queremos minimizar la importancia de tal dedicación, pero debemos ser cuidadosos en mantener el
equilibrio bíblico. Los defensores de la salvación Señorial parecen dar la impresión de que dedicar la vida
al Señor o someterse al Señorío de Cristo es un requisito para la salvación. Someterse al Señorío de Cristo
debería ser el fruto de la salvación y no una condición para ser salvo. La salvación no se basa en lo que
nosotros hacemos por Dios, sino en lo que Dios ha hecho por nosotros.

Muchos enseñan que la dedicación es algo que se hace después de la salvación, en algún momento más
adelante en la vida cristiana. Pueden decir algo como ésto: “Primero una persona tiene que recibir a Cristo
como Salvador. Luego, meses o quizás años más tarde, la persona tiene que hacer a Cristo el Señor de su
vida y dedicar su vida al Salvador”. Aunque puede haber alguna verdad en esto, considere los siguientes
puntos:

1) La dedicación debería tener lugar al mismo tiempo de la salvación. Esto fue ciertamente el caso
en la vida del apóstol Pablo. Tan pronto como se hubo convertido él dijo, “Señor, ¿qué quieres que
haga?” El se rindió al Señorío de Cristo desde un comienzo. Cuando recién somos salvos, estamos
tan agradecidos por todo lo que Cristo hizo por nosotros, que es nuestro deseo agradar a Aquel que
murió y resucitó por nosotros (2 Co. 5:14-15). Deseamos vivir para Aquel que murió por nosotros
y honrarle en todo lo que hacemos.

2) ¿Puede una persona hacer Señor a Cristo? ¡No! Tú no lo haces Señor; ÉL es Señor. ÉL es
precisamente Quien es. Tú no puedes hacerle Señor de tu vida. ÉL es el Señor de tu vida, tanto si
reconoces este hecho como si no. Por cuanto ÉL es Señor, debo reconocerlo como tal. Por cuanto
ÉL es Señor, debo honrarlo como Señor, inclinarme ante SU autoridad, temblando ante Su Palabra.
Por cuanto ÉL es Señor, puedo presentarle mi cuerpo como un sacrificio vivo (Rom.12:1-2).
Ciertamente entendemos lo que la gente quiere decir cuando dice, “Quiero hacer a Cristo Señor de
mi vida”. Están indicando que quieren entregarse a Su Señorío y someterse a Su autoridad. Sin
embargo, hay una manera mejor de decirlo: “Debo vivir mi vida considerando seriamente que
Cristo es mi Señor. Su Señorío encarece mi sumisión y obediencia y gustosa rendición a Su
perfecta voluntad para mi vida”.

3) Si somos honestos y enfrentamos la realidad, tenemos que admitir que hay ocasiones en que
todo verdadero creyente se rebela contra la autoridad de Cristo y desobedece Su
Palabra.Una total sumisión a Su Señorío requiere una total obediencia a todos Sus mandamientos
y en ésto, todos hemos quedado cortos. Considere las siguientes afirmaciones del creyente
profesante A y del creyente profesante B:

Creyente profesante A: “He recibido a Cristo como a mi Salvador, pero me niego a someterme a
ÉL como a mi Señor. Rechazo Su autoridad sobre mi vida y me niego a obedecerle. Me alegro que
ÉL sea mi Salvador del infierno, pero que ÉL no venga a decirme lo que tengo que hacer”.

Creyente profesante B: “Yo quiero obedecer a mi Señor, a Aquel que murió por mí, pero muchas
veces fallo. Mi corazón se entristece mucho cuando fallo en obedecerle y me siento culpable y
molesto y miserable. He deshonrado a mi Señor y he afrentado Su Nombre”.

Creyente profesante A, por sus palabras y actitudes, no da mucha evidencia de tener una real y
personal relación salvadora con el Señor Jesucristo. Creyente profesante B, parece ser un
verdadero poseedor de Cristo, porque aunque él ha pecado y se ha rebelado contra su Señor, él
está molesto y angustiado por eso. El Espíritu de Dios que mora en el creyente que peca está
contristado y ÉL hace sentir Su presencia contristada. R. Gene Reynolds ha escrito lo siguiente:

Una persona que está viviendo en pecado, que sabe que está viviendo en pecado,
que disfruta vivir de esa manera, que tiene la intención de continuar viviendo esa vida de
pecado—esa persona no tiene al Espíritu Santo morando en ella. El hecho mismo de que se
sienta “confortable” con su pecado es prueba de que el Espíritu está ausente. Sus signos
vitales espirituales registran, “no hay vida”.

4) ¿Entiende un creyente nuevo todo lo que el Señorío de Cristo implica? No, el nuevo


creyente está recién empezando a entender lo que significa el Señorío de Cristo y las obligaciones
que lo acompañan. El niño recién nacido en Cristo sabe muy poco acerca de la sumisión y la
rendición. El sabe que sus pecados han sido perdonados y que él ha recibido a Cristo y que posee
vida eterna. De modo que está lleno de gratitud por esta salvación tan grande y desea agradar a
Aquel que murió por él. Pero cómo el Señorío de Cristo afectará a su matrimonio, su familia, su
trabajo, sus finanzas, su iglesia, la manera en que cuida su cuerpo, etc. – todas estas cosas las
aprenderá con el tiempo.
Un creyente nuevo tampoco entiende de una vez todo lo que implica la gracia salvadora de Cristo.
El está aprendiendo lo que significa ser salvo por gracia y este aprendizaje dura toda una vida.
Juan 3:16 debería significar más para un creyente ahora, que hace un año y debería significar más
para él dentro de un año, de lo que significa ahora. Así es también con el discipulado y con el
Señorío. Hay involucrado un proceso de aprendizaje. El hecho del Señorío de Cristo debe ser para
mí ahora más precioso que hace un año. A medida que crezco en Cristo (2 Pedro 3:18), entenderé
gradualmente mejor lo que significa someterme a Cristo como a mi Señor.

Que Romanos 12:1 sea un recordatorio constante para cada creyente de que no nos pertenecemos a
nosotros mismos, porque hemos sido comprados por precio (1 Corintios 6:19-20). No tenemos el derecho
de usar nuestro cuerpo como nos guste; como siervos amantes de Jesucristo tenemos el deber de usar
nuestro cuerpo como ÉL quiere. Hemos sido comprados con sangre y estamos ligados por amor. Hemos
de presentarnos a nosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos (Rom. 6:13). A la luz de la
misericordia y de la gracia de Dios demostrada en el Calvario, ¿cómo podríamos hacer menos?

Romanos 12:2

Nótese que en este versículo hay dos mandamientos, el primero es negativo (lo que no debemos hacer) y
el segundo es positivo (lo que debemos hacer).

“Este mundo” = esta edad. En 2 Corintios 4:4 leemos que Satanás es el “dios de este siglo (edad)”.
Cristo se dio a Sí Mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo (edad) malo –Gálatas 1:4.
Cuando no éramos salvos, éramos parte de este siglo (edad) malo y satánico, pero Dios nos ha librado de
él. Demas, que era considerado un creyente leal en Colosenses 4:14, fue descrito más adelante por Pablo
con estas tristes palabras, “porque Demas me ha desamparado, amando este mundo” (2 Tim. 4:10 –
“este” indica que ahora está aquí, pero que no durará mucho; es pasajero). Finalmente en Tito 2:12, los
creyentes son enseñados por gracia a vivir piadosamente en este siglo. Estamos en este mundo, pero no
hemos de vivir como los que son de “este mundo” y que forman parte de este sistema mundial que está
en oposición al verdadero Dios vivo.

“No os conforméis”—el verbo significa “ser formado como, ser conformado a, ser modelado por,
amoldar o adaptar una cosa a otra”. Pablo está diciendo, “No permitas que el mundo te presione dentro de
su molde”. No seas moldeado por las poses, conversaciones, expresiones,  estilos y hábitos de este
mundo. Kenneth Wuest ha parafraseado este versículo como sigue: “deja de adoptar una expresión
exterior que está moldeada por este mundo, una expresión que no viene de y que no representa lo que tú
eres en tu interior como un hijo de Dios regenerado”.

“Sino”—indicando un fuerte contraste. Después del mandamiento negativo, Dios prosigue con un rotundo
mandamiento positivo.

“Transformaos”—este verbo significa ser cambiado, ser modificado. La palabra griega


es metamorphosis (pensemos en la notable transformación de una oruga en una mariposa). Esta
palabra se usa en Mateo 17:2 para la transformación de nuestro Señor (comúnmente llamada la
“transfiguración”). El Señor fue cambiado de tal manera, que Su gloria interior llegó a ser visible en el
exterior (comparar Juan 1:14). Aquí y en 2 Corintios 3:18 la palabra se usa para el proceso  de
transformación que tiene lugar en la vida cristiana cuando el creyente es conformado más y más a la
imagen de Cristo (más como ÉL hoy, de lo yo que era ayer; más como ÉL mañana, de lo que soy hoy). En
2 Corintios 3:18 la palabra se usa respecto al cambio producido por el Espíritu Santo mientras el creyente
contempla la gloria del Señor Jesús a través de Su Palabra, siendo gradualmente (de una etapa de gloria a
otra) transformado a la imagen de Cristo. Ya hemos visto en el Libro de Romanos que el propósito de Dios
es conformarnos a la imagen de Cristo (Rom. 8:29). El tiempo del verbo está en presente (en 2 Co. 3:18):
hemos de ser constantemente transformados. Todo esto no sucede en un día o en un mes o en un año. Es
un proceso que no terminará hasta que estemos con Cristo (1 Juan 3:2). El verbo está en voz pasiva (en
2 Co.3:18), indicando que no somos nosotros mismos los que hacemos el CAMBIO O LA
TRANSFORMACIÓN. Nosotros SOMOS transformados. Esto es algo que Dios hace en y por medio de
nosotros. Debemos confiar en ÉL y permitir que ÉL haga lo que solamente ÉL puede hacer.
¿Cómo se lleva a cabo esta transformación? “Por medio de la renovación de
vuestro entendimiento”. Es un proceso mental que Vine describe como “adaptar nuestro pensamiento y
nuestra visión  moral y espiritual a la mente de Dios, lo cual tiene un efecto transformador sobre nuestras
vidas”. La mente del  creyente debe llegar a estar saturada con la Palabra de Dios, de modo que pueda
ver, pensar y sentir cada vez más como Dios ve, piensa y siente. Para otros versículos en el Nuevo
Testamento acerca de renovación, ver Colosenses 3:10 y 2 Corintios 4:16. El creyente que está siendo
renovado está comprobando (descubriendo y examinando)  constantemente cual sea la buena voluntad
de Dios agradable (grata, placentera) y perfecta. El clamor del corazón del creyente: “Quiero querer lo
que Dios quiere, nada más y nada menos. No quiero nada sino lo mejor de Dios. No  se haga mi voluntad
sino la Tuya”.

Y DIOS DIJO: FORMEMOS (hagamos) al hombre a nuestra imagen.

EL DIABLO DIJO: DEFORMARÉ al hombre por medio del pecado.

EL MUNDO DICE: CONFORMAREMOS al hombre a nuestra imagen.

LA EDUCACIÓN DICE: INFORMAREMOS al hombre por medio del conocimiento.

LA SOCIEDAD DICE: REFORMAREMOS al hombre por medio de la cultura.

SÓLO CRISTO DICE: TRANSFORMARÉ al hombre por medio de la gracia

Romanos 12:3

En el versículo dos leímos que debemos dejar que el Espíritu de Dios nos transforme a la imagen y
semejanza de Cristo (comparar 2 Corintios 3:18). Si hemos ser como Cristo, entonces debemos ser
HUMILDES (comparar Filipenses 2:5-8) y a ésto apunta Pablo en el versículo 3. “Digo”—esta es la manera
de Pablo de dar una instrucción sencilla y sobria. “Por la gracia que me es dada”—Pablo había recibido
gracia (el inmerecido favor de Dios) para ser un apóstol (Rom. 1:5), y como apóstol, está escribiendo
ahora a estos creyentes romanos dándoles con cordialidad y con cariño un mandamiento en cuanto a la
humildad.

“No tenga más alto concepto de sí que el que debe tener” – tenemos que pensar con sobriedad en
cuanto a nosotros mismos y no inflarnos con una idea irreal y exagerada respecto a nuestra importancia y
superioridad. No debemos tener un concepto elevado, altivo, excelso de nosotros mismos, sino que
debemos vernos como Dios nos ve. “Cordura”—tener un juicio justo y acertado, pensar sobria y
sensatamente acerca de sí mismo, verse a sí mismo como Dios nos ve.

Considere Gálatas 6:3. Pensamos ser algo; Dios dice que somos nada. Pensamos ser algo
importante, pero sin Dios somos realmente igual a cero. Pero no debemos desanimarnos por
nuestra propia insignificancia y falta de importancia. La buena noticia es que Dios en Su gracia,
puede hacer algo de nada. Martín Lutero dijo, “Dios creó el mundo de la nada (Génesis 1:1;
Hebreos 11:3) y mientras seamos nada, Dios puede hacer algo con nosotros”. Considera también
la humillante verdad de 1 Corintios 4:7-- ¿Qué tienes que no hayas recibido?

Ilustraciones: Aquí hay algo para quien se considera un V.I.P. (Very Important People –Persona Muy
Importante):

Cuando te sientas muy importante, cuando tu ego se esté inflando, cuando tomes por sentado de
que eres el “cachorro” que ganará el premio, cuando sientas que tu ausencia dejará un vacío difícil
de llenar, sigue estas sencillas instrucciones y mira como humilla tu alma. Toma un balde de agua
y llénalo con agua, mete tu mano hasta la muñeca. Saca luego rápidamente tu mano y el hueco
que quede, es la medida en que serás echado de menos. Puedes salpicar todo lo que quieras al
entrar y agitar mucho las aguas, pero cuando te detengas, verás que en menos de un minuto el
agua estará igual que antes.

Otro poema representa la verdadera humildad:

Un pequeño árbol, chico pero presumido, echó una mirada alrededor del suelo y luego alzó su
cabeza y clamó, “Miren, que grande soy, cuán encima de la tierra”. Y jactándose así, se balanceaba
en desdeñosa hilaridad. El pino más alto del bosque levantó su cabeza al cielo y suspiraba mientras
lo contemplaba, “Ved, cuán pequeño soy y cuán lejos estoy del cielo. Cuántos años de espacio hay
entre mi y las estrellas”. Nuestra grandeza depende con qué nos medimos—si sobre la tierra, o
debajo del cielo.

El hombre humilde es el que ha divisado al Alto y Sublime (Isaías 6:1,5; 57:15).

El creyente que tiene un concepto muy elevado de sí mismo, se compara con otros y se exalta por encima
de otros, creyéndose más importante que otros. En Romanos 12:3 Pablo quiere que los Romanos
entiendan que cada creyente tiene un lugar especial en el cuerpo de Cristo y que tiene un don especial
dado por Dios para el beneficio de todo el cuerpo.

“Repartió” =partición, entrega, distribuir. Dios es el gran Dador (Repartidor) de los dones, y en Su


sabiduría ÉL distribuye los dones de la manera correcta. “Cada uno”—cada creyente (nadie ha sido
excluido). No hay un creyente que no tenga algún don. Todo creyente ha sido dotado. Esto sucedió en el
momento de la salvación. No hay necesidad de BUSCAR algún don. Un creyente sería necio si buscara y se
esforzara por obtener algo que ya le ha sido dado. Es necesario desarrollar y ejercitar los dones que ya
tenemos y esto se lleva a cabo siendo creyentes robustos, permaneciendo en la Vid, que es nuestra Vida
(Juan 15:1-5).

“La medida de la fe”—comparar con el v.6.  Pablo no está hablando aquí de la fe que salva (la fe por
medio de la cual somos salvos—Ef.2:8), sino está hablando de diversos y particulares dones que Dios ha
dado a los creyentes y de la fe necesaria para ejercer esos dones. Los dones no pueden ejercerse
apropiadamente sin fe y confianza en el Salvador.

Romanos 12:4-5

Tal como es en el cuerpo humano, así es en el cuerpo de Cristo. Hay un cuerpo, pero muchos miembros y
los miembros tienen diferentes funciones, pero todos ellos son miembros del mismo cuerpo y todos ellos
tienen una función importante. Todos tienen una función, todos son importantes, todos tienen una parte,
pero las funciones son diferentes. En un aspecto somos muchos (muchos miembros); pero en otro aspecto
somos uno (un cuerpo). Somos miembros del mismo cuerpo, compartiendo la misma vida. La verdad de
estos versículos se explica ampliamente en 1 Corintios 12:12-31. Cuando el cuerpo local de creyentes es
robusto, la vida de Cristo se manifestará, los incrédulos serán convictos y Dios será glorificado.

Romanos 12:6

Pablo está considerando ahora los dones espirituales (otros capítulos del Nuevo Testamento que tratan
con los dones espirituales son  1 Corintios 12-14, Efesios 4 y 1 Pedro 4). La palabra “don” es la palabra
griega “charisma” (de la cual derivamos la palabra “carismático”, un término que ahora se usa para un
movimiento religioso moderno, que lamentablemente exagera los dones espirituales). “Charis” es la
palabra griega para GRACIA, por lo cual estos son “dones de gracia”. Dios, en su bondad, ha dado estos
dones a Su cuerpo, de modo que ningún miembro del cuerpo carece de un don, y los dones son para el
beneficio de todo el cuerpo.

“Diferentes dones”—todos los miembros tienen diferentes (no los mismos) dones y diferentes


habilidades que se complementan unos con otros. Esto es ilustrado por los miembros del cuerpo humano
que tienen diferentes funciones (ver 1 Corintios capítulo 12). “A la medida de la fe”- esta es una
expresión interesante de la cual derivamos el término teológico “analogía (similitud, parecido,
semejanza) de la fe” (la cual a veces es referida como “analogía de la Escritura”). “Analogía de la fe”
significa que la Escritura debe interpretarse a la luz de la Escritura y de acuerdo con la Escritura. La regla
infalible para la interpretación de la Escritura, es la Escritura misma. Todo versículo debe entenderse a la
luz de la enseñanza general de la Biblia y no puede contradecir lo que la Biblia enseña claramente en otra
parte. La Biblia no puede contradecirse a sí misma. Ejemplo: A primera vista parece que Hebreos 10:26-
30 enseñara que un verdadero creyente puede perder su salvación, pero por analogía de la Escritura
sabemos que eso no puede ser (Juan 10:27-30; Juan 6:37-40; etc.). Este es un principio fidedigno de
interpretación de la Biblia, pero esto no es exactamente lo que la expresión “medida de la fe” significa en
este versículo. Los que tienen el don de profecía deben profetizar en proporción a su fe. Todos los dones
espirituales deben ser ejercidos por fe, mirando a Dios, examinando Su Palabra, buscando mantener una
recta relación con Cristo.

1) EL DON PROFECÍA—Es muy importante entender lo que involucra el don de profecía. Algunas
definiciones incorrectas de este don son: “la habilidad de entender y exponer la Palabra de Dios” (Billy
Graham, El Espíritu Santo). “El don de profecía era en verdad la habilidad de hablar ante la gente, de
proclamar la Palabra de Dios, a veces con un elemento de predicción” (John MacArthur Jr., Los
Carismáticos). De acuerdo con estas definiciones, cualquier maestro o predicador dotado de la Biblia
tendría el don de profecía. Sin embargo, Romanos 12:6-7 hace una clara distinción entre el don de
profecía y el don de maestro.

Para una definición bíblica de lo que es el don de profecía ver Éxodo 4:15-16; 7:1-2 y 2 Pedro 1:21 (un
profeta era el vocero o portavoz de Dios, y lo que decía como profeta era un discurso inspirado; era la
Palabra de Dios). Los profetas eran “hombres que hablaban bajo la directa influencia del Espíritu de Dios y
entregaban una comunicación divina respecto a verdades doctrinales, obligaciones presentes, eventos
futuros, como fuera el caso” (Hodge). En la iglesia primitiva había una gran necesidad de profecía, porque
la iglesia no tenía el Nuevo Testamento completo (tomó algunas décadas para que estos libros fueran
escritos). ¿Cómo puede funcionar una iglesia sin la verdad del Nuevo Testamento? No puede. Aunque la
iglesia primitiva carecía de los libros del Nuevo Testamento, Dios se aseguró de que no le faltara la verdad
del Nuevo Testamento. ÉL proveyó ésto a través de los profetas del Nuevo Testamento, que
proporcionaron a las iglesias la revelación necesaria (revelación respecto a la verdad sobre la iglesia,
respecto al divorcio, en cuanto a los líderes de la iglesia, en cuanto a la disciplina en la iglesia, en cuanto a
eventos proféticos y en cuanto a varias otras materias importantes que ahora se tratan en los libros del
Nuevo Testamento, especialmente en las epístolas). Que el don de profecía sería un don temporáneo se
sugiere en Efesios 2:20 (un fundamento se coloca una sola vez). Si hoy fuese entregada profecía, eso
significaría que la Biblia no estaría completa y que no es suficiente para la iglesia. Significaría que
necesitamos revelación adicional y que no es suficiente lo que tenemos en nuestra Biblia. ¡Perezca ese
pensamiento! La Palabra de Dios es totalmente suficiente para la iglesia de hoy.

Romanos 12:7

2) EL DON DE SERVICIO – este es el don de servir (servicio humilde). La palabra “diácono” viene de
esta palabra (la Biblia define a los diáconos como siervos humildes, aquellos que alivian la carga de los
ancianos y de los líderes espirituales para que éstos puedan dedicarse a la oración y a la Palabra de Dios).
El ejemplo de nuestro Señor se encuentra en Marcos 10:45. Todos los creyentes deberían servir de esta
manera, pero hay algunos especialmente dotados en este aspecto. ¡Quiera Dios dar a cada creyente un
corazón de siervo!

3) EL DON DE ENSEÑANZA—esto incluye el adoctrinamiento (impartir doctrina o la verdad de Dios al


corazón y a la mente del pueblo de Dios por medio del ministerio del Espíritu Santo y por una clara
exposición de las Escrituras).

El maestro debe saturar al pueblo con la doctrina y la verdad. Todos los creyentes deberían, en cierta
medida, poder enseñar y compartir la verdad; pero hay algunos creyentes que están especialmente
dotados para ésto. La diferencia entre un maestro y un profeta es ésta: Un profeta recibe su mensaje
directamente de Dios, por lo cual su discurso es inspirado: “Así dice el Señor”. Un maestro obtiene su
mensaje estudiando diligentemente la Palabra de Dios, dependiendo en oración del ministerio iluminador
del Espíritu Santo. El profeta transmite la Palabra de Dios. El maestro explica y anuncia la Palabra de Dios
(pero no bajo directa inspiración). Las explicaciones de la Palabra de Dios del maestro pueden ser
discutibles. El tiene que apoyarse mucho en el Señor para entenderla, pidiendo al Señor que lo guíe a una
correcta interpretación de las Escrituras y que lo guarde del error.

Romanos 12:8

4) EL DON DE EXHORTACIÓN—este es el don de consolar, animar y ayudar a otros (compare la palabra


“Consolador”). El pueblo de Dios necesita de palabras de consuelo y ánimo. Todos deberíamos hacer ésto
(ver Hebreos 3:13, 10:25), pero algunos están dotados especialmente para esto. No queremos ser
“consoladores molestos” (Job 16:2) como los amigos de Job.

5) EL DON DE DAR – la palabra significa “dar una parte de, repartir, contribuir, compartir, contribuir a
las necesidades de otros (en ayuda material o financiera)”. “Liberalidad”—generosamente, con
desprendimiento. Todos debemos ser DADORES (Ef. 4:28), pero algunos creyentes tienen un don especial
para ésto.

6) EL DON DE PRESIDIR—esta palabra significa “estar delante”, es decir, “estar a la cabeza, gobernar,
dirigir”. Se refiere al liderazgo en la asamblea local. No todos están dotados como líderes. Esta palabra se
usa también para el liderazgo en una iglesia local en 1 Tesalonicenses 5:12; 1 Timoteo 3:4-5; 5:17).
“Solicitud” = Diligencia, con todo afán, haciendo todo esfuerzo para que el liderazgo honre a Dios.

7) El DON DE MISERICORDIA—esto se refiere a la compasión (ser un rayo de sol a un alma triste,


afligida, enferma, sumida en la confusión y la duda). “Alegría” – alegre (es la misma palabra como en 2
Corintios 9:7). Alegre se refiere a quien puede disipar la tristeza y el desaliento, que puede despertar
esperanza y ánimo en el corazón de quien está abatido, alguien que puede sosegar el corazón.

Pablo menciona en estos tres versículos (6-8) siete distintos y diferentes dones. Esta es sólo una muestra
de los dones y la lista ciertamente no es exhaustiva. Uno de estos dones, el de profecía, era un don
temporáneo que ahora “ha acabado” (1 Corintios 13:8), pero los demás dones aún son necesarios en las
iglesias locales hoy día.

Es de vital importancia reconocer que las Escrituras enfatizan el mayor de todos los dones: el don de la
vida de Dios, que es la posesión presente de todo creyente (1 Juan 5:11-12: Rom. 6:23; Juan 6:47).
Ningún creyente carece de este don. Es nuestra primera y primordial responsabilidad procurar manifestar
la vida resucitada de nuestro Señor Jesucristo (2 Corintios 4:10-11; Gálatas 2:20; 4:19; 5:22-23) por el
poder del Espíritu Santo morador. Cada miembro del cuerpo de Cristo necesita mantenerse en una vital y
debida relación con el Señor Jesucristo, permaneciendo en ÉL como la Vid Verdadera (Juan 15:1-5). ÉL es
nuestra vida. (Colosenses 3:4). Mientras nos mantenemos en una vital relación con Cristo, Dios
desarrollará nuestro don o dones para Su gloria y para el beneficio de la asamblea local de la cual
formamos parte.

Romanos 12:9

“Amor”—es lo que busca lo mejor y lo supremo de Dios para la persona amada; incluye mi decisión y mi
elección de dar de mí mismo por el bienestar de la otra persona sin considerar el costo o sacrificio
personal. “Sin fingimiento” = sin hipocresía, franco, un amor que es genuino y sincero. No pretendas
que amas, cuando no amas; no uses la máscara de amor. No pretendas que amas a alguien, demuéstralo.
Ejemplos de amor hipócrita se encuentran en Santiago 2:14-16 y 1 Juan 3:16-18. Algunas personas aman
con palabras pero no con hechos (1 Juan 3:18).

“Aborrecer” = odiar, rehuir de algo con horror, tal como rehuirías la muerte misma (de una raíz
griega stug de la cual viene la palabra griega Styx que era el río del Hades, el río de la muerte). Lo
malo = vil, malvado. “Los que amáis al Señor, ABORRECED EL MAL” (Salmo 97:10 y ver Proverbios 8:13;
Amos 5:15). Los cristianos deberían ser reconocidos por su amor (Juan 13:35) y también deberían ser
reconocidos por su odio. Debemos odiar las cosas que nuestro Dios odia. “Seguid” = asirse (firmemente)
a algo, estar aferrado y dedicado a lo que es bueno, estar atado a lo que es bueno.
Nota: La idea de un amor sincero ocupa el resto del capítulo 12. En cierto sentido es otro “capítulo de
amor” como 1 Corintios capítulo 13. Ciertamente, el amor de Dios es un tema importante en el capítulo 12
de Romanos.

Romanos 12:10

“Amaos los unos a los otros” = tener afecto, ser leales unos con otros, amar con ternura. Se refiere al
amor y afecto que debería encontrarse en las relaciones familiares –afecto familiar, lealtad y
preocupación. Se refiere al amor de relaciones cercanas, atados por lazos familiares. Los creyentes están
unidos en la familia de Dios y deberían tener ese afecto y ese amor los unos por los otros (1 Juan 3:14).
“Amor fraternal” = esta es la palabra griega “Philadelphia” que significa “amor por los hermanos”. Se
refiere a aquel amor por nuestros hermanos y hermanas en Cristo. “En cuanto a honra” –debemos
honrar y valorarnos unos a otros; debemos ver el valor de la otra persona y debemos darle el debido
honor y respeto. No trates a la persona como si no valiera nada. Si Cristo mora en esa persona, esa
persona es valiosa.

“Prefiriéndoos los unos a los otros” – con una disposición humilde debería considerar a los hermanos
creyentes como mejores que yo (ver Fil. 2:3). Otras versiones dicen: previniéndoos con honra unos a
otros (Reina Valera 1909); “dando preferencia los unos a los otros” (Reina Valera 1977); “Dándose
preferencia y respetándose mutuamente (Dios Habla Hoy). Cuán enceguecida por el orgullo está la
persona que siempre se ve a sí misma como mejor y superior a los demás.

Romanos 12:11

“Perezosos” =indolente, flojo, negligente (comparar Mateo 25:26). “En lo que requiere diligencia” =


esmero. La palabra significa afán, vehemencia, seriedad, celo, hacer todo esfuerzo para agradar al Señor
en las cosas que hacemos.

“Ferviente en Espíritu”—la palabra “ferviente” viene de un verbo que significa “hervir, burbujear”.
Debemos estar espiritualmente ardiendo por el Señor, inflamados, hirviendo, llameando, fulgurando. A
veces nos enfriamos y nos volvemos tibios (Ap. 3:16, 19). Dios quiere que estemos calientes, que
tengamos un devoto entusiasmo y pasión por las cosas del Señor. Compare Tito 2:14— “celoso de buenas
obras” (teniendo un ardiente celo por hacer lo bueno). ¿Cómo está tu temperatura espiritual? ¿Estás con
fiebre? ¿Estás ferviente? Cuando se trata del entusiasmo por las cosas divinas, ¿estás en el punto de
ebullición? En Hechos 18:25 leemos de un hombre así. “Sirviendo al Señor”—debemos estar
constantemente sirviendo al Señor como siervos amantes. ÉL es nuestro bendito Maestro. Dios no quiere
siervos perezosos. ÉL quiere creyentes que sean diligentes y fervorosos.

Romanos 12:12

Como creyentes debemos regocijarnos constantemente en la esperanza que tenemos. La esperanza se


refiere a esa gloriosa futura expectativa que está garantizada porque Dios lo dijo. Al mirar hacia el futuro,
podemos hacerlo con confiada y gozosa expectativa. El futuro es tan brillante como las promesas de Dios.
La venida del Señor Jesús es una cosa segura. Todo hijo de Dios tiene un futuro muy brillante y esto
debería traer gran regocijo a nuestros corazones. Romanos capítulo 8 tiene mucho que decirnos sobre
nuestra expectativa futura.

“Sufridos en la tribulación”—la palabra “sufrido” lleva la idea de resistir con paciencia las vicisitudes
de la vida, perseverando, soportando, persistencia, continuar, no darse por vencido sino proseguir a pesar
de todas las dificultades y obstáculos y problemas y presiones. En 1 Tesalonicenses 1:3 leemos que la
esperanza produce paciencia. Es por causa de la esperanza que podemos soportar y continuar en medio
de la tribulación y del apremio. La esperanza mira más allá de las pruebas presentes y se aferra a las
promesas de Dios. “Constantes” = adhiriéndose, persistiendo en. El creyente tiene que entregarse a la
oración y afirmarse en ella. La oración  requiere esfuerzo y persistencia. No es fácil orar y no es fácil
perseverar en ella (ver otros usos de este verbo en Hechos 1:14; 2:42; 6:4; Col.4:2).

Romanos 12:13
“Compartiendo” = comunicar, participar, tomar parte, tener interés en, contribuir. “Necesidades” =
carencia. Hay creyentes que tienen verdaderas necesidades que yo puedo suplir. ¿Soy sensible a las
necesidades de otros creyentes? ¿Estoy dispuesto a darme a mí mismo, mi tiempo, mi dinero, etc. para
auxiliar esas carencias de una manera que honre a Cristo? “Practicando la hospitalidad”= esta es una
expresión interesante y significa literalmente dedicarse o buscar con afán la hospitalidad. Es la palabra
griega traducida “perseguir”. Un perseguidor es alguien que acosa y hostiga a alguien para herirlo. Un
ejemplo bueno de un hombre que buscaba ser hospitalario es Abraham en Génesis 18:1-6 (nótese cómo
corrió). “Hospitalidad” = amor hacia los forasteros. En cuanto a hospitalidad cristiana, ver 1 Ti.3:2; Tito
1:7-8; 1 Ti. 5:10; Hebreos 13:2 (una referencia a Génesis 18:1-6); 1 Pedro 4:9 y 3 Juan 5-8.

Romanos 12:14

“Bendecir” =hablar bien de (lo opuesto a “maldecir”, como vemos en este mismo


versículo). “Persiguen” –es la misma palabra que se encuentra en el v.13 (“seguir la hospitalidad”).
Aquí se refiere a quienes acosan y asedian a los creyentes con el propósito hostil de dañar y herir. Pablo
nos está instruyendo a no pronunciar juicio sobre tales personas. No te desquites (él dirá más sobre esto
al final del capítulo). En verdad, Pablo está repitiendo aquí las enseñanzas de Cristo Mismo (ver Mateo
5:44). “Maldecir”—ésta es la reacción normal hacia nuestros enemigos, pero no es la reacción cristiana.
La última parte del capítulo 12 nos dirá cómo hemos de reaccionar y responder cuando la gente nos
maltrata.

Romanos 12:15

Somos miembros de un mismo cuerpo. Dios nos ha unido unos con otros de una manera maravillosa. “Los
miembros deben tener la misma solicitud unos por otros. Si un miembro sufre, todos los miembros sufren;
si un miembro es honrado, todos los miembros se regocijan con él” (1 Corintios 12:25-26). Debemos
sentir los unos por los otros, participar de sus alegrías y de sus penas. Por cuanto soy un miembro del
mismo cuerpo del cual también tú eres miembro, tus alegrías son mis alegrías y tus lágrimas son mis
lágrimas. No soy independiente, sino que más bien estoy conectado con todos los demás miembros del
cuerpo. Yo los necesito a ellos y ellos me necesitan a mí. Nota: a veces es más difícil regocijarse con una
persona que llorar con ella. Esto es así por causa de orgullo, celos, envidia, etc.

Romanos 12:16

“Unánimes entre vosotros” = pensar lo mismo, estar de acuerdo, vivir en armonía, ser armonioso. No
debemos estar fuera de armonía con el cuerpo (piensa en el cuerpo humano y cómo sería si un pie
quisiera ir al norte y el otro pie quisiera ir al sur, si un ojo quisiera mirar a la izquierda y el otro hacia la
derecha). Comparar Filipenses 4:2 y 2 Cor. 13:11. Los creyentes deben estar de acuerdo unos con otros,
abrigar las mismas opiniones, ser UNÁNIMES. No debe haber desacuerdos o desavenencias. “¿Quién está
a favor de glorificar a Dios?”  Todos están de acuerdo y dicen “¡AMÉN!” “¿Quién piensa que agradar a
Cristo es una prioridad?” Todos están unánimes y dicen, “¡AMÉN!” “¿Quién quiere seguir a Cristo y pelear
la buena batalla de la fe?” Todos dan un paso al frente y dicen “¡Yo!” “¿Quién odia el pecado y el error?”
Todos responden, “¡Todos nosotros!” Esta es la clase de acuerdo que debe haber entre los creyentes. No
debemos tener ambiciones y metas  diferentes. Esto no significa que nunca pueda haber desacuerdos
serenos y honestos acerca de algunos puntos de la doctrina a medida que crecemos en el Señor, y nos
debatimos con la verdad de Dios. Ninguno de nosotros entiende la verdad de Dios como debiera y ninguno
de nosotros tiene un correcto concepto de todo. Dios lo tiene, pero no nosotros. La clave se encuentra en
Filipenses 2:5—mientras más sentimos como Jesús, tanto más estaremos de acuerdo los unos con los
otros. Cuando hay desacuerdo respecto a la verdad, entonces una de las partes (o ambas) no están de
acuerdo con Cristo (están intencionalmente o por ignorancia fuera de armonía con el Dios de la verdad y
con la verdad de Dios en este asunto particular). Cuando tenemos la misma visión que tiene Dios,
estaremos de acuerdo los unos con los otros.

“NO ALTIVOS”—no ambicionen cosas demasiado altas. Esta es una advertencia contra la  ambición
orgullosa (buscar cosas elevadas como honores y riquezas y posición y poder, no afanosos). No aspirar
cosas elevadas (ver Salmo 131:1). “Con los humildes”—gramaticalmente esto puede significar dos
cosas: 1) hombres humildes (masculino); 2) cosas humildes (neutro). “Asociándoos” – ser llevados con,
ser acompañados por. El masculino significaría esto: asóciate con las personas humildes, no consideres a
esas personas por debajo de ti (tenemos el ejemplo de Cristo que tenía amigos entre los publicanos y
pecadores y marginados y pobres, etc.). El neutro significaría esto: acomódate a un modo sencillo, cede o
sométete a cosas, condiciones y empleos modestos, en contraste con las cosas elevadas mencionadas.

“Sabios en vuestra propia opinión”—esta es una advertencia contra el ser presumido (tener una
opinión muy elevada de ti mismo). No te creas sabio (no te estimes ser sabio—ver Prov. 3:7 e Isaías
5:21).

Romanos 12:17

“Mal por mal” = devolver mal por mal. “Paguéis” = recompensar, retornar, pagar, retribuir a alguien el
mal que ha hecho (alguien te da un puñetazo en la nariz y tu le devuelves el mismo trato). Esta actitud se
expresa de esta manera: “Te pagaré con la misma moneda. ¡Me desquitaré! ¡Me la pagarás! ¡No te saldrás
con la tuya!” En vez de la regla de oro, tenemos una regla sucia: ¡HAZ A OTROS COMO TE HAN HECHO
A TI O AÚN PEOR! Para otros pasajes del Nuevo Testamento que enseñan el mismo asunto ver 1 Tes.
5:15 y 1 Pedro 3:9. No des a la persona lo que se merece. Cuán agradecidos debemos estar de que Dios
no nos da lo que merecemos (Salmo 103:10; Sal. 130:3-4).

¿Qué de la enseñanza del Antiguo Testamento de “ojo por ojo, diente por diente” (Éxodo 21:24)? Esto
significa que el castigo debe ser equivalente al crimen, y esto es un principio de justicia válido y
verdadero. Una persona debe recibir exactamente lo que merece. Ver por ejemplo Génesis 9:6 (vida por
vida). ¿Es cierto que el Antiguo Testamento enseña una doctrina de retribución en tanto que el Nuevo
Testamento enseña la doctrina de no-retribución? Proverbios 20:22 y Proverbios 25:21-22 pertenecen al
Antiguo Testamento y ambos enseñan la no-retribución. Romanos 13:1-4 pertenece al Nuevo Testamento
y este pasaje enseña claramente que los malhechores deben ser castigados y que Dios hace ésto por
medio de los gobiernos, etc. En Romanos 12, Pablo no está diciendo que los malos hombres no deben ser
castigados. Su punto principal, como veremos, es que el creyente debe dejar que Dios, el Juez Perfecto,
se haga cargo del mal y de las injusticias a Su manera y en Su tiempo (ver v.19 por ejemplo).

“Procurad” –esta palabra se usa en 1 Timoteo 5:8 (proveer para su propia casa). La palabra aquí
significa “pensar en, tomar en consideración”. “Lo bueno” = honesto, moral, bueno y bello, noble, loable.
Este versículo es una cita de Proverbios 3:4 en la Septuaginta y comparar con 2 Corintios 8:21. “Sean
diligentes en hacer lo que es bueno y recto a la vista de todos”. Tenemos un testimonio. La gente está
mirando y observando. Ellos saben cómo debería actuar un cristiano. Ellos observarán y verán acaso
nosotros retribuimos como lo hace el mundo, acaso nos desquitaremos o no. Un versículo importante que
da mucha luz sobre Romanos 12:17 es 1 Tesalonicenses 5:15.

Hoy estamos viviendo en una sociedad hinchada de pleitos cuyo lema parece ser “DEMANDAR O SER
DEMANDADO”. El énfasis está sobre cuánto puedo obtener de la otra persona para mi beneficio personal.
Esto es lo contrario del principio del amor como se expone en este capítulo. El amor siempre pregunta,
“¿Cuánto puedo dar a esta persona aunque me signifique pérdida y sacrificio personal?” En una sociedad
tan confundida, los creyentes, cuyos corazones están llenos del amor de Cristo, deberían alumbrar
brillantemente. No es nuestra tarea usar y abusar de otros para nuestra ganancia personal.

Romanos 12:18

“Si es posible”—estas palabras implican claramente que no siempre es posible. “En cuanto dependa
de vosotros” = si está a vuestro alcance. La paz es una avenida en ambos sentidos. Debemos poner de
nuestra parte para vivir pacíficamente, pero no tenemos control sobre la conducta de otros. Yo puedo
tener una bola de nieve y la otra persona tiene una. Yo puedo escoger no lanzarle la mía, pero no puedo
controlar lo que él hará con la suya. El punto de Pablo es éste: la alteración de la paz nunca debería ser
iniciada por el cristiano. El cristiano nunca debería ser el que quiebra la paz. “Estad en paz”significa vivir
en paz, vivir pacíficamente”.

Hay cuatro pasajes en el Nuevo Testamento que indican al creyente que SIGA LA PAZ (la persiga, ir tras la
paz): Romanos 14:19; 2 Timoteo 2:22; Hebreos 12:14 y 1 Pedro 3:11.
Romanos 12:19

“Vengar” =tomar revancha, desquitarse (exigir satisfacción por el mal, castigando al malhechor). ¡No te
desquites! “Dejad lugar a la ira” – da oportunidad para que la ira de Dios logre su propósito. Hazte a un
lado y deja el asunto a Dios y deja el asunto con Dios. Cede y entrega a la persona a la ira de Dios quien
cuidará de ello en el tiempo preciso y de la manera precisa.  Comparar Efesios 4:27—no deis lugar ni
oportunidad al diablo para ejercer su influencia, no le den una ocasión. Dios quiere una oportunidad para
tomar a Su cuidado los males hechos a Sus hijos y es Su derecho hacerlo así. Dios es el vengador de ira.
Dios está mucho más airado con el pecado que nosotros. ÉL también es mucho más paciente que
nosotros. Dios enderezará las cosas. Los malos no se saldrán con la suya. Yo no necesito desquitarme,
Dios lo hará.

“MÍA ES LA VENGANZA (castigo)”. Como dice en hebreo y en griego literal (ver Deuteronomio 32:35 y
Hebreos 10:30), “¡MÍA ES LA VENGANZA!” “Pagaré” = devolver, retornar, retribuir con castigo o
venganza. Los liberales y modernistas han dicho a menudo algo como ésto: “EL DIOS DEL ANTIGUO
TESTAMENTO ES UN DIOS DE JUICIO E IRA, CRUEL, DESPIADADO, VENGATIVO, PERO EL DIOS DEL
NUEVO TESTAMENTO ES UN PADRE CELESTIAL DE AMOR Y MISERICORDIA”. Pero aquí en Romanos 12 se
nos presenta un DIOS DE VENGANZA. Y en el Salmo 103:13 Dios es comparado con un Padre compasivo.
Ver también Salmo 130:10, que implica que quienes no temen a Dios serán tratados según sus pecados y
recompensados conforme a sus iniquidades. Ver también Salmo 103:17 que implica que la ira de Dios es
desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que no temen a Dios. Horrenda cosa es caer en
manos del Dios vivo (y, por lo demás, este versículo se encuentra en el Nuevo Testamento—Hebreos
10:31).

Romanos 12:20

Aquí tenemos reseñado el amor a nuestro enemigo en forma práctica (comparar Mateo 5:44). Ver Prov.
25:21,22. El verdadero amor hacia el enemigo implica escoger DAR a esa persona lo que necesita a pesar
de lo que sintamos hacia esa persona. Por naturaleza, una persona no tiene ganas de amar a su enemigo.
Siente deseos de pegarle en la nariz o perforar los neumáticos de su automóvil, etc., pero no siente
deseos de alimentarlo y darle de beber. Amamos a nuestros enemigos, porque Dios nos lo ha mandado
(Mateo 5:44), no porque deseamos hacerlo. Si vas a esperar a tener ganas de hacerlo, nunca sucederá.
Ver 2 Reyes 6:20-23 como un ejemplo de cómo Eliseo trató a sus enemigos.

“Ascuas de fuego” = brasas ardientes, carbón, tizón ardiendo. “Amontonar”-poner una sobre otra. Al
alimentar y dar de beber a tu enemigo estarás amontonando carbones ardiendo sobre su cabeza.
Obviamente, esto no ha de entenderse literalmente. “Cuando el sentido llano tiene sentido, no busques
otro sentido, pues terminará en un sin sentido”, pero aquí, el sentido literal y llano no tiene un buen
sentido. Sin embargo, para ilustrar lo que este versículo está diciendo, tomemos esta frase literalmente.
Supongamos que estuvieras en una comida campestre y alguien te lanzara con intención y a quemarropa
la pelota para que te pegara fuerte en la cabeza y luego te echara tierra en la cara y te escupiera. Tú
podrías tomar algunos carbones encendidos al rojo y, mientras él no estuviera mirando, amontonárselos
en la cabeza. ¿Crees que esto le gustaría? Por supuesto que no. Ese sería el peor trato que podrías darle a
una persona. ¿Qué podría ser peor que eso? Eso sería insufrible. Eso dolería realmente. Dios está diciendo
ésto: si quieres devolvérsela a tu enemigo, hazle bien. Eso sería un trato insufrible. Esa sería la cosa más
efectiva que podrías hacer. Sería eliminar a la gente con amabilidad; vengarse con rectitud, destrozarlos
con obras de amor y perseguirlos con paz. Considera a Esteban. Sus enemigos habrían preferido que él les
arrojara piedras en vez de orar por ellos. Esto tiene que haber sido penoso para ellos. La próxima vez que
te ofendan, procura de dar a tus enemigos el “tratamiento de amor” y confía que Dios lo use para obrar
en sus corazones. (Nota: Hendriksen dice, “Los carbones de fuego simbolizan las quemantes punzadas de
la vergüenza y contrición que resultan de la inesperada amabilidad recibida. La magnánima conducta de la
persona ofendida, que devuelve bien por mal, tiene su efecto”—Romanos 9-16. Albert Barnes dice,
“Carbones ardientes amontonados sobre la cabeza de un hombre, expresarían intensa agonía. De modo
que el apóstol está diciendo que el efecto de hacerle bien a un enemigo sería causar dolor. Pero el dolor
sería ocasionado por la vergüenza y el remordimiento de su conciencia, por una convicción de lo malo de
su conducta, y por la comprensión del disgusto divino, que puede llevar al arrepentimiento” –Barnes,
Apuntes, Hechos-Romanos).
Romanos 12:21

Aquí tenemos la forma activa y pasiva del mismo verbo. “No seas vencido” =pasivo; “vence” = activo.
No permitas que el mal te conquiste (que tenga victoria sobre ti), sino vence el mal con el bien. Ahoga el
mal en el bien. Yo conozco a un creyente dedicado, Paul McMillan, era mi compañero de estudios en el
seminario. Era su deseo dar su vida como misionero a la misma gente que había asesinado a su padre en
el campo misionero hacía muchos años. Este es un hermoso ejemplo de vencer el mal con el bien: desear
entregar el evangelio de Cristo a las mismas personas que habían asesinado a su padre. En el corazón de
este hombre no hubo lugar para la venganza, pero hubo lugar para el amor de Cristo. El resultado fue que
Paul fue guiado por el Señor a otro campo misionero. Dios escogió no enviarlo al mismo lugar donde su
padre había trabajado, pero Paul había estado dispuesto ir allí o dondequiera que el Señor quisiera
enviarlo.

Esto concluye nuestro estudio de Romanos capítulo 12. Hay una conexión entre el capítulo 12 y el capítulo
13. Hemos aprendido que no es tarea del creyente castigar a los malhechores. Esta es tarea de Dios. ÉL
es el vengador de ira. La venganza pertenece a ÉL. ÉL pagará a Su modo y en Su tiempo. El capítulo 13
nos habla de que una de las maneras en que Dios castiga a los malhechores es por medio del gobierno
humano que ÉL ha ordenado y establecido (comparar 13:4).

ROMANOS
 CAPÍTULO 13

El Gobierno Humano

El Llamado de Alerta de Dios

(El Llamado de Dios a Despertar)


Introducción

Una de las maneras que Dios tiene para ejecutar Su ira y juicio y venganza sobre los malhechores es por
medio del gobierno humano (así tenemos la conexión entre la última parte del capítulo 12 de Romanos
y la primera parte del capítulo 13). Dios delegó autoridad al gobierno humano después del Diluvio del
Génesis. Esto se ve especialmente en que Dios otorgó al hombre el derecho de castigar a los malhechores,
especialmente a los asesinos (Génesis 9:6). Esta misma verdad es presentada aquí en Romanos capítulo
13.

Romanos 13:1

“Sométase” –este es un término militar que significa “estar bajo jerarquía, tomar su propio lugar bajo
quienes están en autoridad, estar en sujeción, rendirse, ser obediente”. Comparar con el mandamiento
dado en Tito 3:1. “Autoridades superiores” = autoridades, autoridades gobernantes, definidos en el
versículo 3 como dirigentes, autoridades civiles, magistrados. El gobierno humano fue instituido por Dios
después del Diluvio del Génesis. El versículo clave es Génesis 9:6 que dice que la persona que derrama la
sangre de un hombre (asesinato violento), por el hombre su sangre será derramada. Dios Mismo podría
haber decidido castigar directamente a los asesinos, pero ÉL escogió delegar esta responsabilidad en el
hombre. El gobierno humano fue instituido y ordenado por Dios, y sean salvos o no salvos, todos los
hombres se benefician del gobierno y todos los hombres deberían temer al gobierno cuando desobedecen
sus leyes y se rebelan contra su autoridad.

“Toda persona” = todo ser humano.


“Porque no hay autoridad sino de parte de Dios” –Dios es la máxima y más alta Autoridad. ÉL está
por sobre todo gobernante. El Señor Jesús lo dijo claramente en Juan 19:11. Comparar también Daniel
4:17, 25, 32; 2 Crónicas 20:6 y Salmo 75:7. “Establecidas” =ordenadas, designadas, puestas en su
lugar. Ningún hombre o mujer podría estar en alguna posición de autoridad sin la voluntad y el permiso
del Soberano Dios del cielo.

Romanos 13:2

Por cuanto las autoridades civiles han sido ordenadas por Dios, ¡no las resistas! No es sabio luchar contra
lo que Dios ha establecido. “Resiste” = estar en contra, oponerse (lo contrario de
“someterse”). “Condenación” =juicio o castigo. Desobedecer a las autoridades es desobedecer a Dios
(ver 1 Pedro 2:13-17).

Romanos 13:3

“Temor” = miedo, objeto de terror. Los gobernantes deben premiar las buenas obras y castigar las malas
obras. Como regla general, los gobiernos recompensan lo bueno y castigan lo malo. Usualmente, si uno
obedece las leyes y es un ciudadano observante de la ley, nada tiene que temer. El libro de 1 Pedro hace
una clara distinción entre quienes sufren como resultado del mal que han hecho y quienes sufren como
resultado de su testimonio cristiano (ver 1 Pedro 2:14, 19-20; 3:13-14; 4:14-16).

Romanos 13:4

El mandatario (la autoridad gubernamental) es siervo de Dios. Esto sería aplicable hoy al presidente, los
congresistas, gobernadores, policías, etc. Aunque la mayoría de estos hombres no son salvos, con todo,
ellos son siervos de Dios en el sentido de que están cumpliendo con la voluntad de Dios castigando a los
que hacen mal. Dios ha puesto a estos hombres en posiciones de autoridad para nuestro bien. Los que
quebrantan las leyes y hacen mal tienen motivo para temer, porque si son capturados, tienen que padecer
el castigo que las autoridades han determinado. Dios podría castigar directamente a los malhechores, pero
ÉL ha escogido usar al gobierno humano para ejecutar el rigor en la persona que hace mal. Por esto los
gobernantes son para bien y para nuestra conveniencia. El gobierno nos protege castigando a los
delincuentes y disuadiendo y desalentando a potenciales trasgresores de la ley. Es poco probable que
cometan crímenes los que temen el castigo y que piensan que pueden ser apresados. La venganza
pertenece  Dios (Rom. 12:19), y el Dios de la venganza ha permitido a Sus siervos gobernantes que
ejecuten juicio sobre los que hacen mal (Rom. 13:4).

Dios ha dado al gobierno incluso el poder sobre la vida y la muerte: el derecho a ejecutar la pena capital.
Ellos llevan de continuo la espada, y la espada se usa para castigar a los malhechores. La espada no se
lleva en vano, sino sirve para un propósito importante. En los tiempos del Nuevo Testamento, la espada
era un instrumento para ejecutar la pena capital. Juan el Bautista fue ejecutado con la espada. Así
también Jacobo, el hermano de Juan (Hechos 12:2). Pablo fue ejecutado con la espada en los días de
Nerón (no podía ser crucificado, porque era un ciudadano romano). La crucifixión era el método de
ejecutar a los peores criminales. El método usual para ejecutar la pena capital era decapitación mediante
la espada.

Es importante estudiar bien lo que la Biblia enseña acerca del importante tema de la pena capital.

LA ENSEÑANZA DE LA BIBLIA SOBRE LA PENA CAPITAL 


Nota: La ilustración anterior no ha sido dada para sugerir que la guillotina debiera ser el método
preferido de ejecución en nuestra sociedad en el día de hoy. Sin embargo tenía aspectos positivos.
Servía como elemento disuasivo al crimen por el terror que inspiraba. La perspectiva de que te
cortaran la cabeza es algo que espantaría a la mayoría de las personas, en contraste con una inyección
letal que es relativamente indolora—es como dormirse y no despertar más. Aunque era espantosa, la
guillotina no era inusualmente cruel, porque antes de que la víctima pudiera sentir mucho dolor, todo
ya había pasado. Ocasionaba una muerte rápida. Es posible que la muerte por la guillotina sea usada
nuevamente en el futuro por las fuerzas del Anticristo (ver Apocalipsis 13:4), aunque la decapitación
puede ser efectuada también con una espada u otros métodos. El método de pena capital aprobado
por Dios en los días de Moisés era la muerte por apedreamiento (Números 15:36; Deut. 21:18-23).
Los romanos usaban la muerte por crucifixión para los que no eran ciudadanos y usaban la espada
para decapitar a los criminales que eran ciudadanos romanos. El indómito Oeste usaba a menudo la
muerte por ahorcamiento. En otros lugares se han usado los pelotones de fusilamiento. En la sociedad
americana se ha usado la silla eléctrica y la inyección letal.

1. Instituida por Dios Mismo

La pena capital fue instituida por Dios Mismo después del diluvio universal. Leemos de ésto
en Génesis 9:6—“El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será
derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre”. Este versículo está hablando
acerca de un asesino, alguien que a sabiendas y con violencia derrama la sangre de un
hombre ocasionando su muerte. Aquí Dios da al hombre la autoridad y el derecho y la
obligación de ejecutar al asesino: “por el hombre su sangre será derramada”. La razón dada
para ésto está basada en el valor y el carácter sagrado de la vida humana: “porque a
imagen de Dios fue hecho el hombre”. En este caso la justicia se lleva a cabo según la regla:
“vida por vida, ojo por ojo, diente por diente” (Éxodo 21:23-24). El castigo tiene que ser
equivalente al crimen. El crimen en este caso es el asesinato y el castigo era la muerte.
Nótese que Génesis 9:6 fue dado al hombre antes de que fuera dada la ley de Moisés.

2. “¿No Matarás?”

La pena capital no es una violación del sexto mandamiento que dice, “No matarás” (Éxodo
20:13).  La traducción correcta de este verbo es, “No asesinarás”. Todo asesinato es matar,
pero no todo matar es asesinato. Algunos ejemplos de matar que no se consideran asesinato
son los siguientes: a) matar al enemigo en la guerra (ejemplos bíblicos: David matando a
Goliat, Josué y los israelitas cuando conquistaron la tierra); b) un esposo que descubre que
un hombre está a punto de matar a su esposa y/o sus hijos, protege y defiende a su familia
matando al atacante; c) un policía que mata en el cumplimiento de su deber, para proteger
vida inocente; d) la persona que ejecuta la pena capital, como el hombre que conecta el
interruptor de la silla eléctrica; e) matar por accidente, cuando el homicida no intentaba
quitar la vida a alguien. Debemos notar también que el Señor Jesucristo Mismo “juzgará y
hará guerra” en Su segunda venida, lo que resultará en una innumerable cantidad de
muertes (Ap. 19:11-20).

3. Delitos que Son Castigados con la Muerte

Estamos seguros de que la pena capital no es una violación de los Diez Mandamientos. Esto
es evidente cuando estudiamos el capítulo que sigue inmediatamente a los Diez
Mandamientos: Éxodo capítulo 21 (los Diez Mandamientos se encuentran en el capítulo 20).
En el capítulo 21 leemos que Dios, en Su ley, demandaba la pena de muerte para varios
delitos como el asesinato, el secuestro, maldecir a los padres, etc. Ver Éxodo 21:12, 15, 16,
17. Ver también en Levítico 20:10-17 otros delitos que se castigaban con la pena de muerte
en la ley de Moisés.

4. El Verdugo como Siervo de Dios

En los tiempos del Nuevo Testamento aún se practicaba la pena capital. Romanos 13:4 dice
que Dios ha dado al gobierno humano la autoridad de ejecutar severidad sobre los
malhechores por medio de la espada (un instrumento común de pena capital en los días del
Nuevo Testamento). El Apóstol Pablo vivía en un tiempo en que la pena capital se practicaba
comúnmente en el Imperio Romano (no como en nuestros días), sin embargo él no condenó
esa práctica. Por el contrario, él describió a la persona que lleva la espada como siervo de
Dios. De modo que el que castiga al malhechor, lo hace ejerciendo la autoridad delegada de
Dios.

5. Una Disuasión Efectiva

Cuando se practica consistentemente la pena capital, ésto es un freno efectivo para el delito,
porque el temor a la muerte es el mayor temor que tiene el hombre (ver Hebreos 2:14-15).
Puesto que la muerte es el rey de los temores, un hombre lo pensará dos veces antes de
cometer un crimen si sabe que le costará la vida. Será menos reacio a asesinar a alguien
cuando sabe que lo peor que le pueda suceder es estar en la cárcel por el resto de su vida,
con provisión de alimentos, viendo televisión, etc. Cuando la justicia se cumple con
prontitud, entonces “los que quedaren oirán y temerán, y no volverán a hacer más una
maldad semejante en medio de ti” (Deut. 19:20). Cuando no se ejecuta pronto el justo
castigo, eso resulta en un aliciente para el delito (ver Ec.8:11).

6. ¿Cruel e Inhumano?

¿La pena capital es cruel e inhumana? Por lo general no es agradable ser testigo de la
muerte y los que tienen la responsabilidad de ejecutar a un criminal, ciertamente no tienen
una tarea envidiable. Sin embargo, debemos cuidarnos de concentrarnos en el criminal y
olvidarnos de la víctima del crimen. El asesinato a sangre fría es muy cruel e inhumano. Una
violación forzosa es muy cruel e inhumana. Secuestrar un avión poniendo en peligro la vida
de muchas personas es muy cruel e inhumano. Promover drogas destructivas es muy cruel e
inhumano. En nuestro celo por proteger al criminal podemos perder de vista la atrocidad del
crimen. A pesar de la posición que una persona tenga en cuanto a la pena capital, todos
tendrán que estar de acuerdo en que si un asesino es ejecutado, nunca volverá a asesinar.
Es notable que las personas que condenan la pena capital como un método cruel e inhumano
de destruir la vida de una persona, sean a menudo las mismas personas que están a favor
del derecho al aborto. ¿Por qué tiene mayor derecho a la vida un asesino culpable que un
niño no nacido?

7. El Testimonio de Pablo

¿Qué pensaba el Apóstol Pablo de la pena capital? ¿La consideraba injusta y cruel e
inhumana? Ya hemos considerado la enseñanza de Pablo en Romanos 13, pero debemos
notar también lo que el Apóstol dijo en Hechos 25:11: “Porque si algún agravio, o cosa
alguna digna de muerte he hecho, no rehúso morir”. Pablo sabía que había ciertos crímenes
que eran dignos de muerte, y sabía que los culpables de dichos delitos debían ser
ejecutados. Si él era culpable de alguno, él no se negaría a morir. El se sometería a la pena
capital si hubiera hecho algo que lo mereciera. Desde luego, Pablo era inocente de
cualquiera de esos delitos, y sin embargo él fue finalmente ejecutado bajo Nerón. ¿Por cuál
delito? Por predicar el evangelio de la gracia de Dios.

8. Bárbaros Perspicaces

Aún hombres sin cultura saben en lo profundo de su corazón que ciertos delitos demandan la
pena de muerte. Esto está ilustrado en Hechos 28 cuando Pablo naufragó en la isla de Malta
donde se encontró con un grupo de naturales amables (v.1-2). Mientras Pablo echaba unas
ramas al fuego, una víbora venenosa le mordió la mano. Normalmente una mordedura así
resulta fatal en un par de minutos. Cuando los nativos vieron ésto, ellos dijeron,
“Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir”
(v.4). Estos nativos vieron lo que ellos pensaban era el castigo (muerte) y así asumieron un
crimen (él tiene que ser un homicida). Pronto se dieron cuenta que estaban equivocados,
pero el punto es que estos naturales tenían un sentido de justicia formado y sabían que los
asesinos deben pagar con su vida por su crimen.

9. El Testimonio de un Ladrón (Bandido)

En Lucas capítulo 23 tenemos un testimonio honesto de un hombre que estaba siendo


ejecutado por los crímenes que había cometido. Esta era una pena capital por medio de la
crucifixión romana. Este hombre era un malhechor, fue arrestado y fue encontrado culpable
de delitos dignos de muerte. Los métodos de ejecución modernos generalmente son ligeros
e indoloros comparados con la crucifixión romana. ¿Qué pensaba este hombre de la pena
capital? ¿Se oponía a ella? ¿La consideró cruel e inhumana? ¿Pensó que era ilegal e injusta?
Aquí está su testimonio (sus palabras al otro criminal condenado): “¿Ni aún temes tú a Dios,
estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque
recibimos lo que merecieron nuestros hechos” (Lucas 23:40-41). En otras palabras, él
estaba diciendo, “Nosotros estamos recibiendo exactamente lo que merecemos: muerte por
crucifixión. Lo que hemos hecho es digno de muerte”. La mayoría de nosotros no somos
culpables de delitos dignos de muerte ante los hombres y ante el gobierno humano. Sin
embargo, ante un Dios Santo cada uno de nosotros debemos reconocer que hemos hecho
cosas que son dignas de muerte (ver Romanos 1:29-32; 6:23a). Como dice el Antiguo
Testamento, “El alma que pecare, esa morirá” (Ezequiel 18:4). Cuán agradecidos debemos
estar de que nuestro Señor Jesucristo sufriera la pena de muerte por nosotros: “Mas Dios
muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros” (Rom.5:8).
10. La Muerte de un Hombre Inocente 

Si se practica la pena capital, ¿no puede suceder que un hombre inocente sea declarado
culpable y sea ejecutado? Sí, lamentablemente esto es cierto. Nuestro sistema judicial está
lejos de ser perfecto y a veces el culpable es justificado y el inocente es condenado
(comparar Deut. 25:1). Aún sin la pena capital, es cierto que a veces algunos hombres
inocentes son enviados a la cárcel, aún de por vida. Debemos recordar que en el cielo hay
un Juez recto y justo que ve todo y que sabe todo y que algún día rectificará todo lo que
está mal y que enderezará todo lo que está torcido. En la eternidad todo será corregido (ver
Lucas 16:25 como ejemplo de ésto). El ejemplo más grande de un hombre inocente que fue
ejecutado es el del Señor Jesús Mismo, “el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su
boca” (1 Pedro 2:22). El único Hombre sin pecado que jamás haya vivido fue condenado a
muerte por crucifixión. Al meditar sobre la muerte de Cristo, debemos recordar que fue por
nuestros pecados que ÉL sufrió y sangró y murió (1 Co.15:3; Rom.5:8). “Porque también
Cristo padeció una sola vez por los pecados, el Justo por los injustos, para llevarnos a Dios”
(1 Pedro 3:18). Nosotros somos los culpables que merecíamos la pena de muerte
(Rom.6:23), pero Jesús lo pagó todo. ÉL murió para que nosotros podamos vivir (Juan
5:24).

Romanos 13:5

Pablo está enseñando aquí que el SOMETIMIENTO a las autoridades civiles es necesaria: “es necesario
estarle sujetos”. ¡Es necesario! ¡Tienes que estarlo! Luego Pablo da dos razones por qué debemos estar
sujetos: 1) “castigo”—tememos el castigo si no nos sometemos; tememos al “servidor de Dios, que es
vengador para castigar al que hace lo malo” (v.4). Tenemos un sano temor al castigo que sufriremos si
quebrantamos la ley. Tememos lo que sucede a quienes resisten y se rebelan y quebrantan las leyes del
país. Tiene que haber una disuasión al crimen. Si las autoridades eliminan el castigo, también eliminan el
temor y no hay freno para el delito. 2) “la conciencia” –debemos someternos por causa de la conciencia.
Debemos tener una conciencia limpia. La persona que tiene una conciencia limpia puede decir, “Sé que
soy un ciudadano que observa la ley. Yo guardo las leyes de Dios y guardo las leyes del país. Lo hago así
porque Dios lo dice”. Muchas personas se someten por la primera razón (“castigo”), pero no por la
segunda razón (“conciencia”). Ellos razonan, “mientras pueda hacerlo y evite el castigo, no tengo
problemas en quebrantar la ley” (manejar a exceso de velocidad, falsear mi declaración de impuestos,
etc.).

La Biblia enseña en otra parte que a veces no debemos someternos, cuando es necesario desobedecer a
los que tienen autoridad sobre nosotros. Dos ejemplos de ésto son obvios: 1) el caso de Daniel en Daniel
capítulo 6, cuando se le dijo que no orara; 2) el caso de los primeros cristianos en Hechos 5, cuando las
autoridades religiosas les dijeron que no predicaran. En tales casos las autoridades se introducen en el
“campo de Dios”, lo cual es una violación de las órdenes de Dios. Cuando hay mandamientos que están en
conflicto, tenemos que seguir la enseñanza de Hechos 5:29—“Respondiendo Pedro y los apóstoles,
dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”.  Otros dos ejemplos de
desobediencia a las autoridades humanas a fin de obedecer a Dios son: 1) las parteras hebreas (Éxodo
1:15-17); 2) los magos que desobedecieron la orden de Herodes (Mateo 2:8, 12, 16).

Otros pasajes que se refieren a la responsabilidad del creyente frente a las autoridades civiles son: 1
Pedro 2:13-17; 3:13-14; 3:16-17.

Romanos 13:6

Debemos PAGAR (cumplir nuestras obligaciones) TRIBUTOS (impuestos). ¿Por qué? Estas personas son


ministros de Dios (servidores, ver 13:4) y debemos sustentar a los ministros de Dios. Ellos son servidores
públicos que están cumpliendo la voluntad de Dios, especialmente cuando castigan a los que hacen lo
malo. Ellos están sirviendo constantemente en  el gobierno (“atienden continuamente a esto mismo”)
y necesitan ser sustentados. Cómo debemos dar gracias a Dios por los policías, los bomberos y otros
servidores públicos que ministran y sirven a favor nuestro. Ellos deben ser remunerados.

Romanos 13:7

“Pagad a todos lo que debéis” = devuelve lo que debes, retorna lo que les pertenece. Nosotros le
debemos algo a nuestra sociedad. Debemos cumplir con nuestra obligación para con todos los hombres.
Hay cuatro cosas que debemos rendir: tributo, impuesto, respeto, honra. “Tributos” = impuestos,
impuestos gravados sobre personas y propiedades, especialmente para César (a Roma); “impuestos” =
derechos de aduana sobre bienes importados o exportados, peaje, tarifa. Hay quienes merecen nuestro
temor, nuestro respeto. Hay otros que merecen nuestro honor. Hombres como oficiales de policía,
jueces, hombres en funciones de gobierno merecen nuestro respeto y honor. En 1 Pedro 2:17 dice que
“honremos a todos”. Recordemos lo que nuestro Señor enseñó acerca de tributos e impuestos: Mateo
17:24-27 y Lucas 20:21-26.

Romanos 13:8

“No debáis a nadie nada” = No debas nada a nadie. Esta frase importante ha sido entendida de dos
maneras: 1) Yo no debo nada a nadie porque nunca he incurrido en deudas. Me niego a pedir prestado
dinero. Me niego a usar tarjetas de crédito. Me niego a comprar algo a menos que tenga el dinero en la
mano. No quiero deber nunca nada a nadie. Nunca pediré prestada cosa alguna, por lo cual nunca deberé
nada a nadie. 2) Yo no debo nada a nadie porque he pagado todas mis deudas. He cumplido con todas
mis obligaciones como es debido. Yo estaba en deuda con ciertas personas, pero he pagado esas deudas a
tiempo y he cumplido con mis obligaciones. No tengo ninguna deuda pendiente (sin pagar).

La primera interpretación de la frase no puede ser correcta por varias razones. Esta interpretación dice,
“No debo nada a nadie porque nunca he contraído una deuda”. Esto contradice al versículo anterior (v.7)
que dice que debemos pagar a todos lo que les debemos (es decir, estamos en deuda con las personas de
nuestra sociedad y debemos pagar lo que les corresponde). De modo que el énfasis del v.7 no es que no
tengamos deudas, sino que nos hagamos cargo de estas deudas y que devolvamos (paguemos) lo que
debemos. De modo que debemos entender el v.8 como sigue: “no debo nada a nadie porque he pagado
mis deudas y he rendido a todo hombre lo que le debía”. De modo que rechazamos el punto de vista que
dice que el v.8 significa “NUNCA CONTRAIGAS DEUDAS”. Debe entenderse que significa: “PAGA TUS
DEUDAS (paga lo que debes) PARA QUE NO DEBAS NADA A NADIE”.

Si el otro punto de vista fuera correcto (“NUNCA CONTRAIGAS DEUDAS”), entonces todo préstamo sería
pecado, porque te pondría en deuda y tendrías la obligación de reembolsar y de devolver lo prestado. Esto
no solo incluiría dinero, sino el tomar en préstamo de cualquier objeto (como un libro de la biblioteca, un
rastrillo de tu vecino, etc.). Esto también significaría que sería malo prestar, porque al prestar tu estarías
alentando el pecado (estarías animando a alguien a pedir prestado y estarías así animando a alguien a
deber algo a alguien).

De modo que debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿Condena la Escritura el prestar o


pedir prestado? Aunque la Biblia nos advierte acerca de los peligros de prestar, no condena esta
práctica. En verdad, la Escritura favorece el prestar. Considere los siguientes pasajes:

“El hombre de bien tiene misericordia y PRESTA; gobierna sus asuntos con juicio” (Salmo 112:5). Un
hombre bueno es el que PRESTA.

“A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar” (Prov.19:17). Prestar
al pobre es un negocio a pérdida, porque el pobre no puede devolver lo prestado. Pero DAR al pobre
(cuando se hace en el tiempo apropiado y de la manera apropiada) es considerado aquí como PRESTAR al
SEÑOR, porque el SEÑOR devolverá al que da al pobre.

“Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó diciendo: Ah,
señor mío, era prestada” (2 Reyes 6:5). No había nada malo en pedir prestada el hacha. El problema era
que el objeto prestado se había perdido en el agua haciendo imposible su devolución al que la había
prestado. Lo que la Escritura condena no es el pedir prestado, sino el no devolver los bienes prestados y el
fallar en retornar lo que había sido facilitado.

“El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta” (Prov. 22:7). El que
pide prestado llega a ser siervo del que presta. Este versículo no condena el pedir prestado, sino que
advierte de sus peligros. Hay un gran peligro en entrar en una deuda prolongada. Debemos pagar
nuestras deudas tan pronto sea posible y debemos ser cuidadosos de no pedir prestado más de lo que
podamos devolver. En nuestros días es muy importante ser cuidadosos con el uso de las tarjetas de
crédito. Los bancos y las compañías de tarjetas de crédito actúan como PRESTAMISTAS cada vez que se
usa la tarjeta de crédito y si la persona no paga pronto su deuda (a la primera facturación), terminará
pagando altas tasas de interés. Muchos se han metido en problemas financieros por el uso imprudente de
las tarjetas de crédito.

“El impío toma prestado, y no paga; mas el justo tiene misericordia, y da” (Salmo 37:21). Nótese la
primera parte de este versículo. ¿Por qué es considerado IMPÍO este hombre? No es porque pidiera
prestado, sino porque no devuelve lo que pidió prestado. No devolver lo que has pedido prestado es en
verdad una manera de robar. Es quedarte con algo por demasiado tiempo y usarlo como si fuera tuyo,
cuando debió haber sido devuelto a su legítimo dueño. ¿Qué si robaras el rastrillo de tu vecino y lo dejaras
en tu cochera? ¿Qué si pidieras prestado el rastrillo de tu vecino y meses más tarde aún estuviera en tu
cochera? En ambos casos estas quedándote malamente con lo que pertenece a tu vecino y que debería
estar en la cochera de tu vecino. No deberías actuar como si lo poseyeras, porque no es tuyo. Debemos
respetar la propiedad de los demás. La diferencia entre estos dos ejemplos está en primer lugar  en la
manera en que el rastrillo llegó a tu cochera. En el primer ejemplo llegó allí por el pecado de hurto. En el
segundo ejemplo llegó allí porque lo pediste prestado con el permiso de tu vecino. El dijo que podías
usarlo. Pero él no te dijo que podías usarlo y guardarlo durante meses.

Considera la biblioteca pública. No tiene nada de malo pedir prestado libros o grabaciones de la biblioteca.
Para eso está la biblioteca y ésto es fomentado. Lo que está mal es no traer de vuelta los libros a tiempo.
Es entonces cuando las biblioteca dan multas y censuras.

“Sino abrirás tu mano a él (un hombre pobre) liberalmente, y en EFECTO LE PRESTARÁS lo que necesite”
(Deut. 15:8). Aquí se estimula el PRESTAR.

“Y si PRESTÁIS a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores
prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y
PRESTAD, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque
él es benigno para con los ingratos y malos” (Lucas 6:34-35). Si PRESTAR fuera inherentemente
pecaminoso, el Señor Jesús nunca habría dicho ésto. La enseñanza aquí es que debemos amar a nuestros
enemigos y hacerles bien, aunque nos retribuyan con mal. El BIEN que podemos hacer incluye el
PRESTAR, y el mal que ellos pueden hacer es no devolver.

“En todo tiempo tiene misericordia y PRESTA; y su descendencia es para bendición” (Salmo 37:26). El
hombre justo es misericordioso y PRESTA.

Recuerda, si es pecado pedir prestado (como algunas personas enseñan equivocadamente basados en
Rom.13:8) entonces también es pecado prestar. ¿Por qué? Porque al prestar a alguien, haces de esa
persona un prestatario y por tanto un pecador. Si prestar hace PECAR a alguien, entonces sería malo
prestar. Esto no es lo que enseña el pasaje anterior. En realidad, el Señor Jesús dijo, “Al que quiera tomar
de ti prestado, no se lo rehúses” (Mateo 5:42).

El verdadero significado de Romanos 13:8 es que debemos PAGAR NUESTRAS DEUDAS de una manera
responsable, con el resultado de que “no debemos nada a nadie”. No significa que nunca puedas contraer
una deuda, porque si fuera ese el significado, nunca podrías pedir prestado un libro de la biblioteca, nunca
podrías pedir prestado un lápiz de tu compañero de colegio y nunca podrías pedir prestado un huevo o un
cuarto de mantequilla de tu vecina.
El resto del versículo da claridad de que éste es el verdadero significado: “No debáis a nadie a
nada, SINO EL AMAROS UNOS A OTROS; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley”
(Rom.13:8). El punto de vista que dice que nunca debemos contraer una deuda, está enseñando que
nunca debemos tener obligación alguna. Romanos 13:8 no enseña que nunca debemos tener obligación
alguna, sino que debemos cumplir con nuestras obligaciones pagando nuestras deudas. Sin embargo, hay
una obligación que tendremos siempre. Hay una deuda que nunca podremos pagar, y esa es la DEUDA
DEL AMOR. Mientras más pagas esa deuda, más debes.

Supongamos que tú debes a alguien $10.00. Una semana más tarde, tú devuelves a esa persona toda la
cantidad. Entonces puedes decir: “He cumplido con mi obligación y con mi responsabilidad. Ya no estoy en
deuda. He terminado con esto. Ya no tengo que pagar más”. Mas, por el contrario, cuando tú demuestras
amor hacia alguien y te das a ti mismo por el bien de otra persona, entonces no puedes decir, “He
cumplido con mi responsabilidad. He amado a esa persona y ya no tengo obligaciones. Nunca más
necesitaré amar otra vez a esa persona”. No, el amor es una obligación constante y debemos seguir
cumpliéndola.

Aplicación a la salvación: Por causa de nuestro pecado, teníamos una gran deuda para con Dios. Cristo
vino a pagar una deuda que no era Suya, porque nosotros teníamos una deuda que no podíamos pagar.
“La paga del pecado es MUERTE” y la única manera en que podríamos pagar esa deuda, sería sufriendo la
eterna separación (MUERTE) de Dios en el lago de fuego. Cuando el Señor Jesús tomó nuestro lugar en la
cruz, ÉL murió como nuestro SUSTITUTO y ÉL pagó totalmente la deuda que nosotros teníamos. El
pecador podría preguntar, “Pero, Dios, ¿no estoy obligado a pasar la eternidad en el lago de fuego por
causa de mi pecado?” Dios podría responder, “Estoy completamente satisfecho de que la deuda ha sido
pagada. Mi amado Hijo la pagó por completo”. Como dice el himno, “Cantaré de mi Redentor y de Su
maravilloso amor por mí; ÉL sufrió en la cruenta cruz para librarme de la maldición. Canta, canta de mi
Redentor, con Su sangre me compró, en la cruz selló mi perdón, ÉL PAGÓ LA DEUDA y me libertó”.

¿Cómo puedo cumplir con mi responsabilidad hacia mi prójimo? Es imposible hacerlo sin amor: “Porque el
que ama al prójimo, ha cumplido la ley” (Rom. 13.8). Gálatas 5:14 enseña lo mismo: “Porque toda la ley
en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

Romanos 13:9-10

En este versículo Pablo cita de la segunda tabla de la ley que trata de nuestras responsabilidades hacia el
hombre, nuestras obligaciones hacia nuestro prójimo. El cita el 6º, 7º, 8º, 9º y 10º mandamiento (ver
Éxodo 20:13-17) y luego da el mandamiento resumen, que se encuentra en Levítico 19:18, amarás a tu
prójimo como a ti mismo, que el Señor Jesús llamó el segundo gran mandamiento (Mateo 22:38-39). Si
realmente AMAMOS al Señor Dios con todo nuestro corazón (el mandamiento más grande), entonces no
nos inclinaremos ante un ídolo, no tomaremos Su Nombre en vano, etc. “El amor no hace mal al
prójimo” (v.10). Si realmente AMAMOS a nuestro prójimo, entonces no le robaremos, no cometeremos
adulterio con su mujer, no lo asesinaremos, no codiciaremos lo que le pertenece, etc. Por esto el AMOR es
el cumplimiento de la LEY. Si AMAS a Dios y a tu prójimo como corresponde, entonces has practicado y
cumplido las demandas de la LEY. Nota: La palabra “matar” del v.9 debería traducirse “asesinar” (ver
Mateo 19:18). Todo asesinato es matar, pero no todo matar es asesinato (como ya hemos discutido
anteriormente en este capítulo, en la sección de la pena capital). La palabra “se resume” en el v.9
significa “síntesis, recapitular”. Aquí tenemos toda la LEY condensada en pocas palabras. Los 613
mandamientos de la ley se pueden resumir en los dos mandamientos que se encuentran en Mateo 22:36-
40. Estos dos mandamientos se pueden resumir en una palabra, “AMOR”.

Pero, ¿cómo podemos AMAR? Por nosotros mismos es imposible. La clave se encuentra en Gálatas 5:16-
22 y Romanos 8:2-4.

EL LLAMADO DE DIOS A DESPERTAR


Romanos 13:11-14
Como creyentes en Cristo no debemos estar durmiendo. Debemos estar alerta y muy despiertos, sirviendo
al Señor. Sin embargo, es triste y a menudo cierto, que los creyentes se encuentran en un estado
espiritual de somnolencia y modorra y por ésto Dios tiene que hacer un llamado a despertar. Hay cuatro
pasajes en el Nuevo Testamento en los que Dios llama a los creyentes a DESPERTAR.

1) Efesios 5:14

¡DESPIÉRTATE TÚ QUE DUERMES! ¡Levántate! ¡Es tiempo de despertar! ¡Anímate! Los creyentes necesitan
ser sacudidos de su modorra espiritual.

A veces escuchamos la expresión, ¡LEVÁNTATE Y ALUMBRA! Los creyentes deben LEVANTARSE Y


ALUMBRAR para Cristo. ¿Por qué? Porque somos hijos de luz, no de la tinieblas (v.8). “LEVÁNTATE DE LOS
MUERTOS”. El lenguaje que se usa en estos versículos es el de resurrección. Los creyentes necesitan un
reavivamiento espiritual y los creyentes necesitan despertar del estancamiento espiritual. Debemos estar
espiritualmente DESPIERTOS y debemos estar espiritualmente VIVOS. Nuestro propósito de vivir en esta
tierra es MANIFESTAR la VIDA misma de nuestro Señor Jesucristo (2 Co.4:10-11), expresar Su VIDA.
¿Cómo sabrá el mundo que Jesucristo vive hoy?  Viéndolo  vivir en y por medio de Sus creyentes: “Cristo
vive en mí” (Gálatas 2.20). ¿Cómo puede realizarse ésto? Efesios 5:18 es a clave: “SED LLENOS DEL
ESPÍRITU”.

2) 1 Corintios 15:32-34

En la iglesia de Corintio había un serio problema doctrinal. Había algunos entre los corintios que estaban
diciendo que no había resurrección de los muertos (1 Co.15:12). De acuerdo con esta falsa enseñanza, la
gente muere, ¡y eso sería! Ellos no resucitarán.

Negar la sana doctrina es algo muy serio, porque lleva a la decadencia moral. Lo que una persona CREE
afecta a como una persona se COMPORTA. La doctrina falsa afecta la manera en que la gente vive. Si no
creen bien, no vivirán bien.

Si los muertos no resucitan, ¿por qué no ser indulgentes ahora con los deseos de la carne? Si vas a morir
mañana, ¿por qué no pasarlo bien hoy? La filosofía epicúrea era que la meta del hombre era vivir una vida
de placer: “Comamos y bebamos y seamos felices, porque mañana moriremos”. Comparar 1 Co.15:32.
Hay una antigua fábula acerca de una mosca epicúrea que se estaba ahogando y muriendo en un frasco
de miel. La mosca dice: “He comido y bebido y me he bañado y no me importa nada si muero”. 
“No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1 Co. 15:33). “Malas
conversaciones” significa “mala compañía, malos compañeros”. No te asocies con quienes sostienen falsas
doctrinas y que se comportan de acuerdo a ellas. Si lo haces, terminarás corrompiéndote. La mala
compañía corrompe la moral (el buen carácter). Es muy importante andar y asociarse con el tipo de
personas apropiado (Prov. 13:20; Salmo 119:63).

El LLAMADO DE ALERTA de Pablo se encuentra en el v.34: “VELAD debidamente, y no pequéis; porque


algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo” (1 Co.15.34). “Velad” significa despertar
sobriamente después de un sueño aletargador, recobrar los sentidos después de haber estado amodorrado
y adormecido. Pablo está diciendo: “Despierta a la sobriedad. Levántate de tu intoxicación moral. No sigas
embriagado con esa doctrina falsa y corrupta. No sigas bajo la terrible influencia de esas doctrinas
engañosas”.

3) 1 Tesalonicenses 5:4-9

Por cuanto la Palabra de Dios es verdad, los creyentes están informados sobre lo que está sucediendo en
el mundo. Los creyentes conocen el programa profético de Dios que ÉL ha revelado en las Escrituras. Los
inconversos se verán totalmente cogidos por sorpresa por los eventos que han de suceder (1
Tesalonicenses 5:2-3).
Ver los versículos 4-5. Los creyentes no estamos en tinieblas, aunque antes lo estábamos (1 Pedro 2.9;
Col. 1:13). Los creyentes son hijos de luz. Estamos en el mundo, pero no somos del mundo. Estamos en
un mundo de tinieblas, pero no somos de las tinieblas. Pertenecemos a la luz y al día.

“Por tanto, no durmamos como los demás” (1 Ts. 5:6). Este es un LLAMADO DE ALERTA diferente. Los
otros pasajes decían: “¡DESPIERTA!”. Este pasaje es diferente porque dice: “¡NO TE DUERMAS!” Los
“otros”, a los cuales se refiere este versículo, son los INCONVERSOS. Los inconversos son “los que
duermen”. Los creyentes deben permanecer despiertos. Los que no conocen al Señor Jesucristo como a su
Salvador, están durmiendo. Sus ojos espirituales están cerrados. Ignoran totalmente lo que está
sucediendo y el peligro en que se encuentran.

En el v.7 leemos que se duerme de noche. Es totalmente inapropiado dormir de día. Cuando vas al banco,
normalmente no encuentras al cajero durmiendo. Normalmente no encuentras al cartero durmiendo en el
antejardín de tu casa. Esas actividades están fuera de lugar y son inapropiadas durante el día.

Los creyentes son personas del día. Los inconversos son personas de la noche (ver v.8). Gente del día son
los que están despiertos, están sobrios y alerta. Una hermosa descripción de un creyente sobrio, que está
despierto y que está brillando para Cristo, se encuentra en 1 Ts. 5:16-19.

4) Romanos 13:11-14

Este es el cuarto pasaje del Nuevo Testamento que nos da un LLAMADO DE ALERTA. Consideremos cada
uno de estos versículos separadamente:

Romanos 13:11

¡Es tiempo de despertar! De hecho, ya deberías estar despierto. Piensa en un adolescente que está
durmiendo y su madre y su padre dicen, “¡DESPIERTA! ¿Qué estás haciendo aún en cama? ¿No sabes que
hora es? ¡Es tarde! Deberías haberte levantado hace dos horas”. Pablo estaba diciendo, “¿NO SABES QUE
HORA ES? No es hora de dormir. Es hora de estar despierto y alerta. ¡Levántate y sirve al Señor!”

“NUESTRA SALVACIÓN” se refiere a nuestra futura y final salvación. Esto también se llama el “día de la
redención” (Efesios 4:30; Rom. 8:23). Es cuando nuestra salvación será completada y finalizada y, ¡qué
día de regocijo será ese! Entonces estaremos en la presencia del Señor y libres para siempre de la
presencia del pecado. El día de nuestra completa salvación está más cerca ahora que cuando primero
creímos en Cristo. Tu has sido salvo ¿por cuantos años? ______ Esto significa que ahora estás ______
años más cerca de aquel día de la salvación final que cuando primero creíste. La venida del Señor se está
acercando, el día de Cristo es inminente y el Dios que comenzó la buena obra en ti, la terminará en ese
momento (Filipenses 1:6). El día final de nuestra redención y salvación se está acercando (comparar
Lucas 21:28). Ese día se está acercando rápidamente (comparar Hebreos 10:25). Alford ha escrito: “Una
correcta exégesis de este pasaje no puede dejar de reconocer el hecho de que el Apóstol, tanto aquí como
en otras partes (1 Ts.4:17; 1 Co.15:5), habla de que la venida del Señor se acerca rápidamente”.

El tiempo que tenemos ahora para servir al Señor es limitado. Nuestros días son pocos en número. Cómo
no debemos permanecer despiertos y redimir el tiempo, aprovechando al máximo cada oportunidad que
nuestro Dios nos da, mientras le servimos en el tiempo. Cuando llegue el día de nuestra final salvación, ya
no proclamaremos el evangelio. Ya no ganaremos almas para Cristo. Hemos de hacer estas cosas ahora,
por causa de Cristo y para la gloria de Dios. 

Romanos 13:12

La noche está avanzada (casi ya ha pasado). Aún es de noche, pero la noche casi ha terminado. Aún no es
de día, pero casi. El día está “cerca”. El día se está aproximando y acercando más y más (comparar
Hebreos 10:25). El término “cerca” significa “está a la mano” (es la misma palabra del v.11—“más
cerca”). Es usada para el reino en Mateo 3:2 (el reino “se ha acercado”) y para la venida del Señor en
Santiago 5:8. La venida del Señor está tan CERCA que casi ya está AQUÍ. Estamos viviendo en este
mundo de tinieblas. Aún es de noche, pero pronto será de día. Como creyentes, estamos esperando el día.
Estamos esperando el día de Cristo, el día del regreso de Cristo (el día del rapto). “Aguardando la
esperanza bienaventurada” (Tito 2:13). “Esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo” (1 Co.
1:7 y ver el v.8 donde Su venida es equivalente al “día de Cristo”). DESECHEMOS” significa “quitar,
sacar, desembarazarse de algo”, como quitarse la ropa. “VISTÁMONOS” tiene el significado contrario (de
modo que significa ponerse la ropa, ataviarse, usar algo). Las “ARMAS” indican que estamos en una
lucha. Aún es de noche. Estamos metidos en una verdadera batalla. Los soldados no deben encontrarse
durmiendo. Debemos estar despiertos y alerta, para que podamos luchar y vencer. Levántate y brilla y
lucha. Usa las armas de la luz. Ver Efesios 6:10-18 y 1 Tesalonicenses 5:8 para una completa descripción
de la armadura que Dios ha provisto para el creyente. Es interesante que estos dos pasajes clave, que
tratan de la armadura del creyente, están precedidos por el LLAMADO DE ALERTA de Dios (ver Efesios
5:14 y 1 Tesalonicenses 5:6).

Romanos 13:13

Los creyentes deben andar “honestamente” o DECENTEMENTE (la misma palabra como en 1 Co.14:40).
Debemos andar correctamente, como corresponde a hijos de luz. Aunque aún es de noche, no somos de la
noche y debemos andar de la manera que es adecuada y decente para los que pertenecen al día y al reino
de luz.

En este versículo se enumeran específicamente algunos de los pecados de las tinieblas que tenemos que
DESECHAR:

PECADOS DE FIESTA o PECADOS DE MESA: DESENFRENO—fiestas excesivas, parrandas, orgías


(mencionadas en Gálatas 5:21 como una de las obras de la carne). Ver esta palabra también en 1 Pedro
4:3 (“disipación”), como era nuestra vieja vida antes de que fuésemos salvos. BORRACHERAS—ver
Lucas 21:34. Debemos estar despiertos, alertas y sobrios, llenos del Espíritu, no embriagados con vino
(Efesios 5:18).

PECADOS DE ALCOBA: LUJURIAS – se refiere a actividades pecaminosas que se cometen en la cama.


La cama matrimonial es santa y sin mancha, pero todas las otras “camas” caen bajo el juicio de Dios
(Hebreos 13:4). Toda clase de inmoralidad sexual es abominación para el Señor, quien estableció el
matrimonio como una institución santa para el bien de la humanidad. LASCIVIA—este término significa
que no hay restricción sexual, pasión desenfrenada, libertinaje, extrema indulgencia sensual y puede
incluir orgías, intercambio de esposas y otros excesos sexuales. Este término se usa para las obras de la
carne (Gálatas 5:19), para el andar de los inconversos (1 Pedro 4:3), para la condición del corazón
(Marcos 7:22) y para la conducta de los sodomitas (2 Pedro 2:7).

PECADOS SATÁNICOS: CONTIENDAS—discordias, conflictos, altercados (ver Gálatas 5:20  y 1 Co.


1:11 y 3:3). ENVIDIAS – celos, tener envidia de lo que otro tiene o de lo que otro puede hacer (ver
Gálatas 5:20). Los pecados de CONTIENDA y ENVIDIA tienen su raíz en el ORGULLO, el pecado que
resultó en la caída de Satanás (ver 1 Timoteo 3:6 y comparar con 1 Timoteo 6:4).

Romanos 13:14

En agudo contraste con las obras de las tinieblas mencionadas en el v.13, los creyentes han de vestirse
con las armas de la luz, AÚN DEL SEÑOR JESUCRISTO, Aquél que es nuestra VIDA (Col. 3:3-4). El término
“provisión” significa “previsión, cuidado, premeditación”. Por ejemplo, cuando una familia sale de viaje,
usualmente hace provisión para el viaje. Ellos lo planifican, lo ponderan, compran lo que necesitan para el
viaje, se preocupan de que el automóvil esté arreglado, llenan el estanque de combustible, etc. El pecado
hace su obra mortal, porque nosotros lo permitimos. Hacemos provisión para ello. Lo planificamos y
pensamos en ello y proveemos para ello de mil maneras diferentes. No debemos pensar y discurrir en
cómo lo haremos para gratificar nuestra vieja naturaleza pecaminosa. Recuerda, la carne NO PUEDE ser
reformada, mejorada, transformada, hermoseada o perfeccionada. La Cruz (MUERTE) es la única solución:
“Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos” (Gálatas 5:24).

“VESTÍOS DEL SEÑOR JESUCRISTO”. El verbo “VESTIRSE” significa ponerse ropa, ataviarse, cubrirse.
Debemos vestirnos de Cristo. Debemos VESTIRNOS de Su carácter. Los vestidos son muy visibles. Cuando
la gente nos mira, puede ver fácilmente nuestros vestidos. La vestimenta se nota. Cuando la gente nos
mira, ¡que Cristo sea visto! Que ÉL sea visto en toda nuestra conducta. Cuando la gente nos mira, ¿ven al
Señor Jesús en nosotros o ven toda la fealdad de la carne? ¿Ven una vida vivida para el yo o una vida que
se vive para Aquel que murió y resucitó por nosotros (2 Corintios 5:15)?

A nosotros nos parece una expresión inusual hablar de VESTIRSE DE UNA PERSONA, pero los griegos
entendían que este lenguaje significaba “imitar Su ejemplo, reproducir Su espíritu, ser como ÉL”.
(Ilustración: cuando una persona se pone un disfraz de gorila, normalmente trata de actuar como un
gorila, caminar como un gorila, hacer ruidos como de gorila, etc.) Debemos vestirnos del carácter amable
del Señor Jesucristo, para que ÉL sea visto. ¡Vístete de Cristo! ¡Identifícate totalmente con ÉL! ÉL es
nuestra VIDA, nuestra VESTIDURA.

Compare este versículo con Gálatas 3:27 que enseña que cada creyente ya está revestido de Cristo:

DE CRISTO ESTÁIS REVESTIDOS (Gálatas 3:27)


VESTÍOS DEL SEÑOR JESUCRISTO (Romanos 13:14)

Un pasaje dice que lo has hecho; el otro pasaje dice que debes hacerlo. El pasaje de Gálatas está
hablando de la POSICIÓN del creyente; el pasaje de Romanos está hablando de la CONDICIÓN del
creyente. Tenemos una posición perfecta EN CRISTO, y por eso estamos REVESTIDOS DE CRISTO.
Cuando Dios me ve EN CRISTO, yo soy como Cristo. Tengo Su justicia. Soy perfecto y completo en ÉL. No
tengo imperfecciones de carácter. Pero en cuanto a mi condición (mi andar en el tiempo), cuando la gente
me ve, ¿ellos ven a Cristo? ¿Ven Su carácter? ¿Ven el fruto del Espíritu (Gá.5:22-23)?

Vemos igual cosa respecto al vestirse del NUEVO HOMBRE:

1. Col. 3:9-10: REVESTIDO DEL NUEVO HOMBRE (hecho consumado, no es mandamiento)


2. Efesios 4:22-24: VESTÍOS DEL NUEVO HOMBRE (un mandamiento)

Colosenses expone el HECHO; Efesios apela a la FE. Se nos dice que hagamos por FE lo que Dios ya ha
realizado en el HECHO. Romanos 13:14 también apela a la FE basado en el HECHO de nuestra posición en
Cristo. Por FE hemos de VESTIRNOS DEL SEÑOR JESUCRISTO, y dejar que Su vida y carácter sean vistos
en nosotros.

Que por fe nos “consideremos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús Señor nuestro”
(Rom.6:11).

ROMANOS
CAPÍTULO 14
Romanos 14:1

¿Quién es la persona débil descrita en este versículo? El es débil, no es fuerte, pero es un creyente,
porque está “en la fe”. Es débil en el conocimiento de la doctrina. Quizás sea un creyente nuevo o quizás
sea un creyente que ha fallado en crecer en las cosas de Dios (2 Pedro 3:18; 1 Co.3:1-4). Quizás no ha
recibido sana enseñanza. Este creyente débil no está viviendo en pecado. Por el contexto, no hay
indicación de que hay involucrado un problema moral. Sin embargo, la persona no entiende de lo que se
trata la libertad cristiana.

¿Cuál es nuestra responsabilidad hacia este hermano débil? “RECIBIRLO”. No rechaces a esta persona.
Recíbelo, acéptalo, admítelo, reconócelo como uno de los tuyos, considéralo como un hermano amado en
Cristo. Esta palabra “recibir” es ilustrada en Hechos 28:2 – “Y los naturales nos trataron con no poca
humanidad; porque encendiendo un fuego, nos RECIBIERON a todos, a causa de la lluvia que caía y del
frío”. Pablo fue recibido amablemente por esta gente inculta y fue tratado muy bien. Los creyentes débiles
deben ser tratados con amabilidad por causa de Cristo.

¿Por qué debemos recibir a este creyente débil? La razón se da al final del v.3: “Porque Dios le ha
recibido”. Ver también Romanos 15:7. Si Cristo lo recibió, ¿cómo lo podemos rechazar? Cuán agradecidos
debemos estar de que el Señor nos recibiera: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí
viene, no le echo fuera” (Juan 6:37). Dios nos ha recibido y nunca nos echará o nos dejará de lado.

“Contender sobre opiniones”—no recibas al creyente débil con el objeto de tener una gran discusión o
disputa. No lo admitas solo para criticar sus escrúpulos y juzgar sus opiniones: “Te permitiré entrar en
nuestra asamblea, pero debes darte cuenta que cuando se trata de las cosas que un cristiano puede
comer, tienes mucho que aprender”. “Eres bienvenido aquí, aunque tienes algunas serias vacilaciones, y
necesitamos enderezarte”. “Ahora que eres uno de los nuestros, discutamos lo que podemos o no
podemos comer, y te probaré por medio de las Escrituras que tú estás equivocado”. Esta no es la manera
de recibir al hermano débil.

Romanos 14:2

El creyente que tiene un conocimiento doctrinal correcto sabe que puede comer todas las cosas. Bajo la
ley, había ciertos alimentos que los judíos podían comer y había ciertos alimentos que no podían comer
(ver Levítico 11). Dios les estaba enseñando a hacer diferencia entre lo limpio y lo inmundo, entre lo santo
y lo profano (Lv. 11:44-47). Durante la dispensación actual nada de lo que Dios ha creado está prohibido
si se recibe con acción de gracias: “Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se
toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado” (1 Ti. 4:4-5). El
creyente débil mencionado en Rom.14:2 tenía el hábito de comer solamente hierbas o vegetales,
creyendo que no estaba permitido comer todas las cosas (creyendo que la carne estaba prohibida).

Romanos 14:3

Este versículo es una advertencia, tanto al creyente fuerte como al débil. La tendencia del creyente fuerte
sería despreciar al débil (desdeñar, desvalorizar). La tendencia del creyente débil sería juzgar o criticar o
condenar al creyente fuerte.

El creyente fuerte podría decir, “Vegetariano necio. ¿Cómo puedes ser doctrinalmente tan débil? ¿No
sabes que como creyentes en Cristo podemos comer todas las cosas?” (DESPRECIANDO).

El creyente débil podría decir, “No deberías comer carne. No deberías comer cerdo. Estás mal haciendo
eso”. (JUZGANDO).

La última frase del v.3 (“porque Dios le ha recibido”) podría referirse sólo al creyente fuerte que está
siendo juzgado por el creyente débil, pero puede referirse a ambos (“al que no come” y “al que come”).
Aunque se refiera solo “al que come”, permanece cierto que Dios ha recibido a ambos. Dios ha recibido
bondadosamente a cada creyente (Rom. 15:7) y por ésto debemos recibir a nuestros prójimos creyentes,
sean débiles o fuertes (Rom.14:1 donde a los creyentes se les dice que reciban a los que son débiles).

Nótese que Dios (por medio de Pablo) menciona al “que es débil” (v.1) pero no se refiere al creyente
fuerte como “fuerte”. Aún el creyente que es maduro y que entiende los asuntos doctrinales, es muy débil
aparte de la gracia de Dios (comparar 2 Timoteo 2:1, “Esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús”),
incluso es propenso a ciertos pecados, como despreciar a su hermano (Rom. 13:3, 10) y envanecerse en
su conocimiento (1 Co. 8:1). Es en nuestra debilidad que aprendemos del poder de Dios (2 Co. 12:10).

Romanos 14:4

Este versículo es para la persona que juzga a su prójimo creyente por lo que come. La palabra “criado” se
refiere a un esclavo doméstico. El que está juzgando debe darse cuenta de que él no es la cabeza del
hogar. El no es el amo o señor de este hombre. El no es más que un consiervo, un colaborador, un
creyente compañero. Un siervo es responsable solamente ante su amo. Es responsable ante su amo y
ante nadie más. Su amo es el único que tiene el derecho de juzgarlo. El Amo del creyente es el SEÑOR
Jesucristo (ver v.9). A ÉL responde y rinde cuenta el creyente. Ante Su tribunal compareceremos todos
(v.10).

Supongamos que dos hombres trabajan en una fábrica y uno le dice al otro, “estás haciendo un trabajo
horrible”. Lo que diga este correligionario, sea verdadero o falso, realmente no tiene importancia. El no es
el jefe. Si el jefe le dice que está haciendo un trabajo terrible, entonces debe preocuparse.

¿Qué clase de Maestro es nuestro Señor Jesús? Nuestro Señor no quiere que Sus siervos caigan. ÉL quiere
que ellos estén en pie. Dios los sostiene. Dios está por ellos, no contra ellos (Rom. 8:31). Como dice el
himno: “Sustentados por Su bondadosa, poderosa mano”. Dios puede sostenerlos en pie. Como creyentes,
deberíamos imitar a nuestro Dios en ésto. Nuestro deseo debería ser sostener a nuestros hermanos
creyentes y hacer todo lo posible para ayudarles a estar en pie. No debemos empujarlos para que caigan,
JUZGÁNDOLOS o DESPRECIÁNDOLOS. Que les ayudemos a levantarse y a alcanzar un lugar más elevado.
“Hágase todo para edificación” (1 Corintios 14:26).

Romanos 14:5

Nuestro tema pasa ahora de los alimentos a los días. ¿Debemos considerar un día más especial o más
santo que otro día? Un creyente lo piensa así, pero otro creyente considera todos los días iguales. En el
asunto de los alimentos, Pablo identificó al creyente débil (v.2). Aquí Pablo no hace tal distinción. Un
creyente escoge un día y dice, “Este día es especial. Este día es santo”. Otro creyente considera santos
todos los días: “El sábado es tan santo como el domingo y el domingo es tan santo como el lunes”. ¿Cuál
creyente tiene la razón? ¿Cuál creyente es el creyente fuerte que tiene el entendimiento doctrinal correcto
en cuanto a los días?

En otro lugar Pablo advierte contra el peligro legalista de observar ciertos días: “Guardáis los días, los
meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros” (Gálatas
4:10-11). Es cierto que la costumbre de los creyentes ha sido adorar en el Día del Señor, el primer día de
la semana (domingo), el día en que Cristo resucitó de los muertos. Hebreos 10:25 da una seria
advertencia a quienes pudieran dejar de congregarse con otros creyentes. Sin embargo, nunca
encontramos en el Nuevo Testamento el mandamiento: “GUARDA EL DÍA DEL SEÑOR”. Para el creyente
en Cristo, cada día es “terreno santo” cuando servimos al Salvador y andamos de una manera digna de
nuestro alto, celestial y santo llamamiento (Efesios 4:1). Obviamente, no debemos estar más dedicados a
Cristo el día domingo que en cualquier otro día. Sin embargo, admitimos que en círculos religiosos hay
muchos “cristianos del día domingo”, que hacen una muy buena presentación el domingo en la mañana y
que viven de manera muy diferente el resto de la semana. Hermanos, estas cosas no deben ser así.

El mismo principio es aplicable al DAR. Es el creyente débil el que piensa que un décimo de sus ingresos
pertenece al Señor y que el resto le pertenece a él: “Tengo diez centavos. Este centavo es santo y
especial. Es el diezmo. Los otros nueve son para mi uso personal”. El creyente fuerte ve las cosas de una
manera muy diferente: “Todo lo que tengo pertenece al Señor, porque yo no me pertenezco a mí mismo;
he sido comprado por precio (1 Co.6:19-20). Puedo dar uno o más de mis diez centavos a la asamblea
local, pero los centavos restantes también pertenecen al Señor y deseo ser un buen administrador de todo
lo que el Señor me ha dado”.

Romanos 14:5 concierne a la pregunta en cuanto a guardar el sábado en los tiempos


apostólicos. Alford comenta sobre este pasaje:

La pregunta ahora es, suponiendo que Pablo hubiese reconocido de alguna manera la obligación
divina de guardar un día de los siete, ¿podría haber hablado así? La inferencia obvia de su estilo de
argumentar es que él no sabía de tal obligación, sino que creía que todos los días y todos los
tiempos eran IGUALES para el cristiano fuerte en la fe. No veo cómo el pasaje pueda ser entendido
de otra manera. Si cualquier día de la semana estuviese investido del carácter sagrado del Sábado,
habría sido totalmente imposible que el Apóstol recomendara o defendiera al hombre que juzga ser
todos los días de igual honor,--quien, como en el v.6, no observa ningún día. Debería haberle
otorgado la más seria desaprobación, como violando un mandamiento de Dios. Por lo cual infiero
que esa obligación sabática de guardar un día, sea el séptimo o el primero, no era reconocida en
los tiempos apostólicos. (Alford's Greek Testament).

William Newell, en su comentario sobre Romanos, cita a los padres de la iglesia respecto a su


entendimiento de la observancia del Sábado. El cita a Ignacio, que fue martirizado alrededor del año 115
D.C.: “Los que se preocupaban de las cosas antiguas han venido a una nueva confianza, no guardando por
más tiempo los sábados, sino viviendo de acuerdo con el Día del Señor, de quien depende nuestra vida,
como resucitados por medio de ÉL”. Y Justino Mártir (quien sufrió el martirio por el año 168 D.C.), cuando
fue reprendido por Trifo por “abandonar el sábado”, dijo: “¿Cómo podemos guardar el sábado, si
descansamos del pecado todos los días de la semana?”

Al final del versículo 5 Pablo dice, “Cada uno esté PLENAMENTE CONVENCIDO (totalmente persuadido,
seguro) en su propia mente”. Estamos viviendo hoy en tiempos en que la importancia de la doctrina es
minimizada y la actitud es a menudo ésta: “En realidad, no importa lo que lo cristianos creen,
especialmente en cuestiones donde hay diferentes opiniones. Lo importante es que nos amemos unos a
otros”. Pero nótese que Pablo no dice que estas cosas no son importantes. El no dice, “No importa lo que
creas acerca de comer alimentos y observar días”. No, por el contrario, él dice que cada creyente debe
estar persuadido en su propia mente en cuanto a estos asuntos. Deja que Dios te convenza y persuada de
lo que es correcto. Debemos amar a los que son débiles en la fe (v.1,3) y debemos edificarlos, pero Dios
nunca anima al creyente a ser débil en la fe y débil en la doctrina. Cuando se trata de asuntos doctrinales
y de materias de fe y práctica, los creyentes deben estar  “plenamente persuadidos”. Que Dios nos ayude
a estar firmes, a persistir y entender.

Romanos 14:6

El creyente no debe estar solo “plenamente persuadido” (v.5), sino que también debe hacer lo que hace
“para el Señor” (v.6). “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los
hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís”
(Col. 3:23-24). El versículo 6 trata de los dos temas discutibles que fueron introducidos: comer (v.2) y
observar los días (v.5). La estructura del versículo es un paralelismo invertido:

A. El creyente débil que observa el día

B. El creyente fuerte que no observa el día


B. El creyente fuerte que come (todas las cosas) - ver v.2

A. El creyente débil que no come (todas las cosas) solamente hierbas.

Aunque hay diferencias en la práctica de comer y observar los días, es importante notar que, en lo que
respecta a cada una de estas personas, el motivo es recto, el corazón es recto y la actitud es recta. Cada
creyente hace lo que hace PARA EL SEÑOR, para agradar al Señor, para honrar al Señor. Cada uno lo está
haciendo con acción de gracias, teniendo a Dios presente. Cada uno está poniendo en práctica el principio
de 1 Corintios 10:31—“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de
Dios”.  El creyente que se daba cuente que era libre para comer todas las cosas era diligente en dar
gracias a Dios (ver 1 Timoteo 4:3-5). El creyente que comía hierbas (v.2) era diligente en dar gracias a
Dios por los vegetales que eran puestos ante él. Los primeros cristianos daban gracias a Dios cuando
comían (ver el buen ejemplo de Pablo en Hechos 27:35).

Romanos 14:7-9

Lo que hacemos es importante y cada creyente debe estar plenamente convencido en su propia mente.
Aún más importante es cómo hacemos lo que hacemos y cada creyente debe asegurarse de que lo que
hace, lo hace como para el Señor. El verdadero asunto es el hecho que “SOMOS DEL SEÑOR”. Le
pertenecemos a ÉL en espíritu, alma y cuerpo. ÉL es nuestro Amo y nosotros somos Sus esclavos. Esta es
nuestra libertad cristiana: somos LIBRES para servir a Cristo como Sus esclavos por amor. Ningún
creyente “vive para sí” (v.7). ¿Por qué no? Esto es explicado en 2 Corintios 5:14-15, “Porque el amor de
Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos
murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por
ellos”.  Ya no debemos vivir para nosotros mismos.
Hemos pasado nuestra vida de inconversos viviendo de esta manera (1 Pedro 4:1-2). Más bien debemos
vivir para Aquel que murió y resucitó por nosotros.

La vida cristiana es VIVIR PARA ÉL—servirle, honrarle, agradarle, obedecerle gustosamente. Hemos de
MAGNIFICARLO, o por vida o por muerte (ver Filipenses 1:20-23). Aún nuestro morir ha de ser un servicio
rendido a ÉL (comparar Juan 21:19). Nuestro vivir y nuestro morir están en Sus manos porque le
pertenecemos a ÉL. ÉL gobierna nuestros días y la duración de nuestros días. La muerte no cambia la
relación. Él es nuestro Señor cuando estamos vivos. ÉL es nuestro Señor cuando estamos muertos. Si algo
cambia, la muerte MEJORA la relación, porque partir y estar con Cristo es MUCHO MEJOR (Filipenses 1:23)
y es considerado “GANANCIA” (Fil. 1:21), y estar ausente del cuerpo es ESTAR PRESENTE CON EL SEÑOR
(2 Co.5:8). Cristo murió y resucitó y vivió otra vez con éste propósito, para que ÉL sea el Señor (Fil.2:9-
11).

1. No soy mi propio Señor (1 Co. 6:19-20).


2. No soy Señor y Juez de mis hermanos creyentes (Rom.14:10).
3. ÉL ES SEÑOR y yo soy Su siervo y esclavo, sirviéndole junto con mis hermanos en la fe,
responsable ante ÉL y solamente ante ÉL.

Romanos 14:10

El pensamiento de este versículo vuelve al v.3. En el versículo 3 se le dice al creyente débil que no juzgue
a su hermano y al creyente fuerte se le dice que no menosprecie al creyente débil. Los creyentes no
deben juzgar a otros creyentes y no deben mostrar desdén hacia ellos. A la luz del v.6, recuerda que la
persona que estás juzgando o menospreciando es TU HERMANO. El tiene la actitud recta, un corazón
recto, y está sirviendo al Señor y dando gracias. Su motivación es correcta. El no es tu enemigo. Trata de
ayudarle y edificarle y ser un ejemplo para él, pero no lo juzgues o lo mires en menos. El Señor Jesucristo
Mismo será el Juez de todo verdadero creyente: “Porque todos compareceremos ante el tribunal de
Cristo”.

“Nosotros”—según el contexto, esto se refiere sólo a los creyentes, los que “son del Señor” (v.8).

“Todos” –es un juicio para todos los creyentes; nadie estará excluido.

“Compareceremos”—este es un evento futuro que tendrá lugar inmediatamente después del rapto de la
iglesia (comparar 1 Juan 2:28). También es una promesa. Todos estaremos allí. Está garantizado.
Comparecer—aparecer ante un juez (comparar Hechos 27:24, donde se usa el mismo verbo—Pablo tenía
que comparecer ante César, el más alto juez o gobernante humano de ese tiempo).

¿QUIÉN es el Juez ante el cual comparecerá cada creyente para rendir cuenta? El Juez es Cristo Mismo. Es
el Tribunal de Cristo. Cristo está sentado en este tribunal. Esta es una clara evidencia de la deidad de
Cristo. Se dice aquí que Cristo será el Juez final de cada creyente, Aquel ante quien daremos cuenta de
toda palabra, pensamiento o hecho. Algunos manuscritos hasta dicen “el tribunal de Dios”, aunque en 2
Corintios 5:10 los manuscritos concuerdan en que es el tribunal de Cristo. Ambos son ciertos, porque es
Cristo el que está sentado como Juez y Cristo es Dios. Dios el Padre ha dado todo juicio a Dios el Hijo (ver
Juan 5:22, 27).

La expresión “tribunal” es el término griego “bema”. Cada creyente debe comparecer ante el “bema” de
Cristo. La traducción es correcta. Se refiere a un tribunal cuyo sillón está ocupado por un juez.
Usualmente era un lugar elevado, a veces unas gradas llevaban allí. Generalmente el sillón se encontraba
sobre una plataforma, tal como el trono de un rey se encontraba en alto. Comparar con el sillón del juez
en nuestras salas de corte de hoy, que se encuentra generalmente sobre una plataforma y está más
elevado que cualquier otro sillón en la sala. El “bema” también se usaba en referencia a los Juegos
Olímpicos. El juez de los atletas daría el “stephanos” (corona) al vencedor de la competencia (al corredor,
luchador o lo que fuera). El término “bema” se usa 12 veces en el Nuevo Testamento. Pilato se sentó en
su tribunal cuando juzgó a Cristo (Mateo 27:19). En Hechos 25:6 Pablo estuvo ante el tribunal de Festo en
Cesarea. Más tarde, Pablo compareció ante el tribunal de César (Hechos 27:24). Pablo tenía experiencia
en comparecer ante diferentes tribunales, pero el único BEMA que realmente le importaba a Pablo, era el
tribunal de Cristo. “Por tanto procuramos (ambicionamos) también, o ausentes o presentes, serle
agradables (que le agrademos a ÉL)” (2 Corintios 5:9). “Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como
pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido
todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo (para que obtenga la aprobación de Cristo en Su
tribunal)” (Fil.3:8).

¿Cuál era entonces el punto de Pablo en este versículo? ¿Por qué estás juzgando a tu hermano? Tú no
eres el Juez, Cristo lo es. No solo tu hermano será juzgado, tú también lo serás. Preocúpate de ti mismo,
para que puedas recibir el “BIEN HECHO” de Cristo y seas recompensado.

Recuerda que al hablar del tribunal de Cristo no estamos hablando de un juicio condenatorio que resulta
en condenación eterna. Eso es imposible para el creyente que está EN CRISTO JESÚS (ver Romanos 8:1 y
Juan 5:24). El creyente mismo será salvo (ver 1 Co.3:15—“él mismo será salvo, aunque así como por
fuego”). Qué trágico que para algunos creyentes será su ALMA SALVADA pero su VIDA PERDIDA (su alma
será salva por toda la eternidad, pero su vida no sirvió de mucho, cuando se mide con los valores
eternos).

Romanos 14:11

En este versículo Pablo cita Isaías 45:23—“Por MI MISMO hice juramento, de MI boca salió palabra en
justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.” En el contexto de
este pasaje de Isaías, el que está hablando es el SEÑOR (Jehová), el Creador (Isaías 45:18, 21). En el
versículo 22 se hace un llamado a la salvación a todos los hombres en todo lugar: “Mirad a mí, y sed
salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios y no hay más” (Isaías 45:22). En el v.22 el
punto principal de Isaías es este: Hay salvación para todos. En el v.23 el punto principal de Isaías es
este: Todos tendrán que rendir cuenta personalmente. TODA rodilla se flexionará y se doblará. Los
que se niegan a doblar su rodilla ante el Salvador ahora (v.22) doblarán más adelante su rodilla ante el
Juez (v.23).

Un juramento es una declaración, basada en una apelación a Dios o a alguna persona u objeto respetado,
que uno dirá la verdad, cumplirá una promesa, permanecerá fiel, etc. Los hombres juran por alguien
mayor (Hebreos 6:16), pero, puesto que no hay nadie mayor que Dios, Jehová jura por Sí Mismo (ver
Isaías 45:23, “Por mí mismo hice juramento” y comparar Hebreos 6:13). El hecho de que toda rodilla se
doblará está garantizado por este juramento inmutable.

A menudo pensamos en Isaías 45:23 como aplicable a los inconversos impíos: “Conozco una persona que
tiene una boca sucia y que siempre blasfema de Cristo. Algún día esta misma persona doblará sus rodillas
ante Cristo y confesará que Jesús es Señor”. Esto es cierto y es enseñado claramente en Filipenses 2:9-
11, donde se cita este mismo pasaje de Isaías. Los verdaderos creyentes rechazan la doctrina del
UNIVERSALISMO –la enseñanza de que finalmente todos los hombres serán salvos. Sin embargo, nosotros
creemos en el universalismo cuando del doblar la rodilla y del confesar (reconocer) a Cristo como Señor se
trata. Todos los hombres en todo lugar harán esto. La diferencia está en que es el privilegio de la persona
salva CONFESAR a Cristo como Señor en esta vida (Rom. 10:9-10). Ahora es el momento de doblar la
rodilla ante el Salvador. Debemos hacerlo ahora con un corazón dispuesto, en vez de hacerlo más
adelante por obligación.

Tenemos aquí una firme evidencia de la absoluta deidad de Jesucristo. En el pasaje de Isaías es el SEÑOR
(JEHOVÁ) ante Quien todo hombre doblará la rodilla. Pero cuando este pasaje es citado en el Nuevo
Testamento, tanto en Filipenses 2:9-11 como en Romanos 14:11, es el SEÑOR Jesucristo ante Quien todo
hombre doblará su rodilla. ÉL es ciertamente JEHOVÁ JESÚS, un hecho explícito de la Biblia, que los
Testigos de Jehová niegan por completo. Ver nuestro estudio “La Deidad de Cristo” que muestra los
muchos lugares de la Biblia donde el sagrado Nombre  “Jehová” es identificado con Jesucristo.

Aquí en Romanos 14:11 Pablo toma la verdad de Isaías 45:23 y la aplica a los creyentes. El énfasis está
sobre “todos”. Cada creyente doblará su rodilla ante Cristo en Su tribunal. Todo creyente confesará y
reconocerá Su absoluta autoridad como el Juez Supremo.
Romanos 14:12

El énfasis nuevamente está sobre “todos”. “CADA UNO DE NOSOTROS”. No hay manera de escapar de
este juicio. Nótese el énfasis:

“todos” – v.10
“toda rodilla” –v.11
“toda lengua” –v.11
“cada uno de nosotros” –v.12

Nótese la tremenda responsabilidad personal. “Cada uno dará cuenta de (respecto a) sí mismo”. Yo no
daré cuenta por ti. Tú no darás cuenta por mí. Cada creyente estará como un individuo ante Dios. Olvídate
de la otra persona—de lo que hizo o cómo sirvió. El problema eres TÚ. Cada creyente es personalmente
responsable ante Cristo y debe dar cuenta de sí mismo. Que nuestra gran ambición sea serle agradable a
ÉL (2 Co.5:9). Que permanezcamos en Cristo, nuestra Vid (nuestra Fuente de Vida) para que en Su
Venida, no nos sintamos avergonzados ante ÉL (1 Juan 2:28). ¿Qué podría ser entonces más gratificante
para mí que escuchar algún día el “Bien Hecho” de los labios de Aquel que murió y resucitó por mí
(comparar Mateo 25:21)? ¿Qué podría ser más satisfactorio que poder decir, como dijo Pablo, “He peleado
la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de
justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que
aman su venida” (2 Timoteo 4:7-8)?

Otro pasaje clave del tribunal de Cristo se encuentra en 2 Corintios 5:10—“Porque es necesario que todos
nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno RECIBA según lo que haya hecho
mientras estaba en el cuerpo, sea BUENO o sea MALO”. Esta palabra “RECIBIR” es importante. Significa
recibir de vuelta lo que te pertenece (compensación), recibir lo que previamente era de uno, recuperar,
recobrar lo que te has ganado, recibir lo debido, obtener lo que te corresponde debido a lo que has hecho.
En el tribunal de Cristo, la recuperación o retribución puede ser negativa o positiva: “sea BUENO (positivo)
o sea MALO (negativo)”. En Efesios 6:8 Pablo, al hablar de este mismo tribunal, usa la misma palabra
“RECIBIR” para referirse a una retribución positiva: “Sabiendo que el bien (positivo) que cada uno hiciere,
ése RECIBIRÁ del Señor, sea siervo o sea libre”. En el pasaje paralelo de Colosenses 3:25 Pablo, al
hablar nuevamente del tribunal de Cristo, usa esta misma palabra “RECIBIR” para referirse a la
retribución negativa: “Mas el que hace injusticia (negativo), RECIBIRÁ la injusticia que hiciere, porque
no hay acepción de personas”.

Cuando se trata de la SALVACIÓN, los creyentes no reciben lo que justamente merecen. Ellos no
reciben de vuelta lo que se han ganado. Ellos se han ganado la muerte eterna, pero por la gracia de Dios,
se les ha dado vida eterna (Romanos 6:23). Cuando se trata de RECOMPENSAS, los creyentes
recibirán en el tribunal de Cristo lo que se han ganado, de acuerdo a lo que han hecho en el cuerpo desde
el día en que fueron salvos.

La Diferencia Entre Salvación y Recompensas


En el Libro de Romanos y a través de toda la Palabra de Dios, el creyente en la Biblia debe hacer una
cuidadosa distinción entre salvación y recompensas. Por ejemplo, en Romanos 8:1 leemos que no hay
juicio o condenación para la persona que está en Cristo, porque nuestro Sustituto fue condenado en
nuestro lugar (Rom.8:3). Sin embargo, aquí en Romanos 14, leemos que hay un juicio para los creyentes,
porque todos tenemos que comparecer ante el tribunal de Cristo (Rom. 14:10). El juicio de Romanos 8:1
es uno del cual hemos sido eximidos (comparar también Juan 3:18; 5:24). El juicio de Rom.14:10 es un
juicio para todas las personas salvas e incluye recompensas o pérdida de recompensa. La necesidad de
discernir con cuidado entre salvación y recompensas se ve en un pasaje como 1 Corintios 3:15—“Si la
obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por
fuego”. Aunque la pérdida de recompensa tendrá consecuencias eternas para el creyente, ésto no afecta
la seguridad de su salvación.

El siguiente esquema ayudará a esclarecer algunas diferencias clave entre la salvación y las recompensas:
SALVACIÓN RECOMPENSAS

1) La salvación es un don gratuito y no 1) Las recompensas pueden ser ganadas


puede ser ganada mediante un servicio fiel

  “Pero el DON no fue como la transgresión; Siervos, obedeced en todo a vuestros amos
porque si por la transgresión de aquel uno terrenales, no sirviendo al ojo, como los que
murieron los muchos, abundaron mucho quieren agradar a los hombres, sino con
más para los muchos la gracia y el DON de corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo
Dios por la gracia de un hombre, que hagáis, hacedlo de corazón, como para el
Jesucristo.  Y con el DON no sucede como Señor y no para los hombres; sabiendo que del
en el caso de aquel uno que pecó; porque Señor RECIBIRÉIS LA RECOMPENSA de la
ciertamente el juicio vino a causa de un herencia, porque a Cristo el Señor servís” (Col.
solo pecado para condenación, pero el DON 3:22-24 y nótese que el énfasis en este pasaje
vino a causa de muchas transgresiones está en el SERVICIO).
para justificación” (Rom.5:15-16; y ver
también Ef. 2:8-9; Rom.6:23; Juan 4:10).

2) La salvación no es algo que 2) La recompensa es algo que el creyente


merecemos merece

Si Dios nos diera exactamente lo que “Vino el primero, diciendo: Señor tu mina ha
merecemos por la manera en que hemos producido diez minas. El le dijo: Está bien,
vivido y por los pecados que hemos buen siervo; por cuanto en lo poco has sido
cometido, ¿qué nos daría? fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades”
(Lucas 19.16-17). Este hombre merecía una
“SEÑOR, si mirares a los pecados, ¿Quién, recompensa porque su mina produjo diez
oh Señor, podrá mantenerse? (Salmo minas y porque había sido fiel en lo poco.
130:3). (Advertencia: El creyente que trabaja
La paga del pecado es MUERTE fielmente para Cristo nunca debe olvidar lo que
(Rom.6:23)Ver también Salmo 130:10. Pablo dijo en 1 Co. 15:10, “Por la gracia de
Dios soy lo que soy.. hetrabajado… pero no yo,
sino la gracia de Dios conmigo”. De modo que
aun al ganar recompensas, está en operación
la gracia).

3) La salvación no se da en base a las 3) Las recompensas se dan en base a las


obras. obras

“Quien nos salvó y llamó con llamamiento “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria
santo, NO CONFORME A NUESTRAS de Su Padre con Sus ángeles, y entonces
OBRAS, sino según el propósito Suyo y la pagará a cada uno CONFORME A SUS OBRAS”
gracia (2 Ti.1:9). “Nos salvó, NO POR (Mateo 16:27). “He aquí yo vengo pronto, y mi
OBRAS de justicia que nosotros hubiéramos galardón conmigo, para recompensar a cada
hecho, sino por su misericordia” (Tito 3:5). uno SEGÚN SEA SU OBRA” (Ap.22:12).
“Como también David habla de la
bienaventuranza del hombre a quien Dios
atribuye justicia SIN OBRAS” (Rom.4:6).
 
4) La salvación es una posesión 4) Las recompensas son una
presente (es algo que el creyente tiene realización  futura (son algo que el
ahora). creyente recibirá más adelante)
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi “Y serás bienaventurado; porque ellos no te
palabra, y cree al que me envió, TIENE pueden recompensar, pero TE SERÁ (futuro)
VIDA ETERNA” (Juan 5:24). “De cierto, de RECOMPENSADO EN LA RESURRECCIÓN DE
cierto os digo: el que cree en mí, TIENE LOSJUSTOS” (Lucas 14:14). Los creyentes
VIDA ETERNA” (Juan 6:47). “El que tiene al recibirán recompensas en la primera
Hijo, TIENE LA VIDA” (1 Juan 5:12). resurrección, y para los creyentes de la edad
de la iglesia ésto tendrá lugar en el rapto.

5) La salvación es algo que nunca se 5) Las recompensas se pueden perder


puede perder.
“He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes,
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, para que ninguno tome tu corona (Ap.3:11).
y me siguen, y yo les doy vida eterna; y “Mirad por vosotros mismos, para que no
NO PERECERÁN JAMÁS (griego-“ellos nunca perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que
jamás perecerán, nunca jamás”), ni nadie recibáis galardón completo” (2 Juan 8). “Y
las puede arrebatar de mi mano” (Juan cualquiera que os diere un vaso de agua en Mi
10:27-28). Nombre, porque sois de Cristo, de cierto os
digo que no perderá su recompensa” (Marcos
9:41).

Esta distinción se ve claramente en 1 Corintios 3:14-15, “Si permaneciere la obra de alguno


que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, el sufrirá pérdida
(habrá pérdida de recompensa); si bien él mismo será salvo (no habrá pérdida de
salvación), aunque así como por fuego”.

6) El enfoque de la salvación está 6) El enfoque de las recompensas está


sobre el PECADO (tenemos un sobre el SERVICIO (tenemos la
PROBLEMA CON EL PECADO). responsabilidad de servir fielmente al
Dios que nos salvó).
“Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre
JESÚS, porque ÉL salvará a Su pueblo DE “SIRVIENDO de buena voluntad, COMO AL
SUS PECADOS” (Mateo 1:21). SEÑOR y no a los hombres, sabiendo que el
bien que cada uno hiciere, ése recibirá del
Señor, sea siervo o sea libre (Ef. 6:7-8).

7) La salvación incluye poseer a 7) Las recompensas incluyen poseer


CRISTO. CORONAS

EL que TIENE AL HIJO tiene la vida; el que “¿No sabéis que los que corren en el estadio,
no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida (1 todos a la verdad corren, pero uno solo se
Juan 5:12). lleva EL PREMIO? Corred de tal manera QUE
LO OBTENGÁIS. Todo aquel que lucha, de todo
se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una
CORONA corruptible, pero nosotros, una
incorruptible” (1 Co. 9:24-25).

8) El pecador que viene a Cristo por 8) El creyente fiel que está recibiendo
salvación escucha estas palabras: recompensa escucha estas palabras:
“HECHO ESTÁ”. “BIEN HECHO”.

“Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, “Su señor le dijo: BIEN, buen siervo y fiel;
dijo: CONSUMADO ES” Juan 19:30). sobre poco has sido fiel, sobre mucho te
pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mateo
25:23).
9) La salvación se llevó a cabo en la 9) Las recompensas serán otorgadas al
primera venida de Cristo. creyente en la segunda venida de Cristo.

“Palabra fiel y digna de ser recibida por “Por lo demás, me está guardada la CORONA
todos: que Cristo Jesús vino al mundo para de justicia, la cual me dará el Señor, juez
salvar s los pecadores” (1 Timoteo 1:15). justo, en aquel día; y no solo a mí, sino
también a todos LOS QUE AMAN SU VENIDA”
(2 Ti. 4:8). “He aquí yo vengo pronto, y mi
galardón conmigo” (Ap. 22:12).

10) La salvación se recibe 10) Las recompensas se ganan durante


gratuitamente en un momento. toda la vida de creyente.

En un momento de tiempo, una persona “Porque es necesario que todos nosotros


cree en el Señor Jesucristo y pasa de comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para
muerte a vida” (Juan 5:24). que cada uno reciba según lo que haya hecho
mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea
malo” (2 Co.5:10).

11) La salvación se basa sobre lo que 11) Las recompensas se basan sobre lo
Cristo ha hecho. que nosotros hemos hecho (como
creyentes).
“Siendo justificados gratuitamente por su
gracia, MEDIANTE LA REDENCIÓN que es “…para que cada uno reciba SEGÚN LO QUE
en Cristo Jesús” (Rom. 3:24). HAYA HECHO mientras estaba en el cuerpo,
sea bueno o sea malo” (2 Co. 5:10).

12) Cuando se trata de la salvación, 12) Cuando se trata de las recompensas,


¿cuál es la parte del hombre? ¿cuál es la parte del hombre? Respuesta:
Respuesta: FE FIDELIDAD

“Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, “El que es fiel en lo muy poco, también en lo
y serás salvo (Hechos 16:31). Dios se más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto,
encarga de salvar; nosotros nos también en lo más es injusto. Pues si en las
encargamos de creer. riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os
confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no
fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo
verdadero?” (Lucas 16:10-12).

13) La pregunta de salvación: ¿HAS 13) La pregunta de recompensas: ¿HAS


CREIDO EN CRISTO? PERMANECIDO EN CRISTO?

“Agradó a Dios SALVAR a los CREYENTES “Y ahora, hijitos, PERMANECED EN ÉL, para
por la locura de la predicación” (1 Co. 1:21) que cuando se manifieste, tengamos
confianza, para que en su venida no nos
alejemos de él avergonzados (1 Juan 2:28).

14) Cuando se trata de la salvación, 14) Cuando de las recompensas se trata,


hay cosas que Dios no recuerda hay ciertas cosas que Dios recuerda.

“Y nunca más me acordaré de sus pecados “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra
y transgresiones (Hebreos 10:17). obra y el trabajo de amor que habéis mostrado
hacia Su Nombre, habiendo servido a los
santos y sirviéndoles aún” (Hebreos 6:10).

15) La salvación siempre involucra la 15) Las recompensas pueden involucrar la


total aceptación de Dios en Cristo. desaprobación de Dios.

“Para alabanza de la gloria de Su gracia, “Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia
con la cual nos hizo ACEPTOS (nos que hiciere, porque no hay acepción de
favoreció altamente) en el Amado (Ef.1:6) personas (Col. 3:25). Ver también 1 Juan 2:28
que implica la posibilidad de VERGÜENZA por
la desaprobación de Dios y ver Fil. 3:8 donde
Pablo sacrifica todo para ganar a Cristo y Su
aprobación.

16) Todos los creyentes comparten la 16) Todos los creyentes no comparten las
misma salvación. mismas recompensas.

El “paquete de salvación” de un creyente “Y él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que
contiene todo lo que  se encuentra en el en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a
“paquete de salvación”  de otro creyente. tu derecha, y el otro a tu izquierda. …El les dijo: A
la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo
Compartimos la misma “salvación tan
con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el
grande” (Heb.2:3). Somos RICOS en Cristo
sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío
y poseemos toda bendición espiritual en ÉL dalo, sino a aquellos para quienes está preparado
por mi Padre” (Mateo 20:21,23). No todos los
(Efesios 1:3). creyentes se sentarán a la derecha o a la izquierda
de Cristo. Este lugar y posición está reservada para
dos creyentes, como está determinado por el Padre,
el Juez justo.

17) Cuando se trata de mi salvación, 17) Cuando se trata de la recompensa,


¿cuando tendrá lugar mi juicio? ¿cuándo tendrá lugar mi juicio?
Respuesta: ya tuvo lugar en la cruz. Respuesta: En el Tribunal de Cristo.

“..el Señor cargó en él el pecado de todos “Porque es necesario que todos nosotros


nosotros” (Isaías 53:6). “Porque también comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para
Cristo padeció una sola vez por los que cada uno reciba según lo que haya hecho
pecados, el justo por los injustos, para mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea
llevarnos a Dios” (1 Pedro 3:18). Por causa malo” (2 Co.5:10). “Pero tú, ¿por qué juzgas a
de este hecho, el Señor asegura al tu hermano? O tú también, ¿por qué
verdadero creyente que él no vendrá a menosprecias a tu hermano? Porque todos
condenación o juicio (ver Juan 5:24; compareceremos ante el tribunal de Cristo”
Romanos 8:1). (Rom. 14:10).

18) La salvación no cuesta nada. 18) Las recompensas cuestan una vida de
servicio.
“A todos los sedientos: venid a las aguas; y
los que no tienen dinero, venid, comprad y Servir fielmente a Cristo en un mundo que
comed. Venid, comprad SIN DINERO y SIN odia a Cristo puede ser costoso:
PRECIO, vino y leche” (Isaías 55:1). “Bienaventurados los que padecen persecución
por causa de la justicia, porque de ellos es el
reino de los cielos….Gozaos y alegraos, porque
VUESTRO GALARDÓN ES GRANDE en los
cielos” (Mateo 5:10,12).

19) La salvación se recibe en el 19) Las recompensas se reciben en el


momento de la JUSTIFICACIÓN. momento de la GLORIFICACIÓN.

La salvación es algo que recibimos al Las recompensas son algo que recibimos al
comienzo. final.

20) Mostramos nuestra gratitud por la 20) Mostramos nuestra gratitud por las
recompensas echando nuestras coronas
salvación mediante un servicio fiel. delante e nuestro Salvador.

“Así que, hermanos, os ruego por las “Los veinticuatro ancianos se postraron delante
misericordias de Dios, que presentéis del que está sentado en el trono, y adoraron al
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, que vive por los siglos de los siglos, y ECHAN
agradable a Dios, que es vuestro culto SUS CORONAS DELANTE DEL TRONO,
racional. No os conforméis a este siglo, sino diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria
transformaos por medio de la renovación y la honra y el poder; porque tú creaste todas
de vuestro entendimiento, para que las cosas, y por tu voluntad existen y fueron
comprobéis cuál sea la buena voluntad de creadas” (Ap. 4:10-11).
Dios, agradable y perfecta” (Rom. 12:1-2).

Pablo reconoció que toda cosa buena que él hizo era atribuible a la gracia de Dios: “Pero por
la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he
trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo” (1 Co. 15:10).
Aun cuando se trate de un servicio fiel a Cristo, somos deudores a la gracia de Dios.

*******

Romanos 14:13

No nos juzguemos más los unos a los otros. Deja el juicio en las manos de Dios (v.10). Tú no eres el juez
de tu hermano, Cristo lo es. En vez de estar juzgando a tu hermano, debes estar amando a tu hermano.
Pablo está presentando en este versículo el principio del “tropiezo”, al cual muchos se han referido como
“la ley del amor”. Nótese lo que se dice en este versículo: “No juzgues… pero juzga (decide)”. El punto de
Pablo es éste: No juzgues a tu hermano, pero JÚZGATE A TI MISMO y asegúrate de no poner tropiezo
en el camino de tu hermano. Es a nosotros mismos, no a nuestro hermano, a quien debemos juzgar.
Comparemos la expresión que se repite en los Salmos: “Júzgame, oh Dios”. Asegurémonos de no estar
haciendo algo que haga cometer un desliz o que dañe a nuestro hermano en Cristo. Trata de edificar a tu
hermano, no de causarle una caída. Busca ayudarle, no herirlo. Busca levantar a tu hermano, no echarlo
abajo. Coloca ante el camino de tu hermano un escalón, no un tropiezo.

Romanos 14:14

Cuando Pablo habla de que nada es inmundo, se está refiriendo, en el contexto, a los alimentos que se
comen (v.2,6,15,17,21,23). El reconocía ciertamente, que había algunas cosas que eran moralmente
INMUNDAS (ver por ejemplo lo que Pablo escribió en Efesios 5:3-6; Gálatas 5:19-21 y Colosenses 3:5-6).
El punto de Pablo en este versículo es este: “En cuanto a los alimentos que se pueden comer, yo sé y
estoy persuadido de que nada es inmundo en sí mismo”. ¿Quién persuadió a Pablo en cuanto a esta
verdad? El Señor Jesús Mismo (“Confío [he sido persuadido por] en el Señor Jesús”). Dos veces se
menciona la palabra inmundo en este versículo. Es la palabra griega que significa “común” y sugiere
ordinario, vulgar. La palabra se usa en Hechos 10:14—“Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna
cosa COMÚN o inmunda he comido jamás”. Aquí vemos que la palabra es sinónimo de “inmundo”. Pedro,
como buen judío, observaba las distinciones que se encontraban en Levítico entre los alimentos que eran
limpios y los alimentos que eran inmundos. En esta ocasión, la respuesta de Dios a Pedro fue ésta: “Lo
que Dios limpió, no lo llames tú común” (Hechos 10:15). Las Escrituras enseñan claramente que en la
presente edad de la iglesia, no hay alimentos que deban ser considerados inmundos por los creyentes:
“Prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de
gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. Porque todo lo que Dios
creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de
Dios y por la oración es santificado” (1 Timoteo 4:3-5).

Dios dice que el alimento no es inmundo y Pablo está de acuerdo: “nada es inmundo en sí mismo”
(Rom.14:14). Entonces, ¿qué es lo que hace que algo sea inmundo? Cuando una persona considera que
algo es inmundo, entonces para él es inmundo. Considera por ejemplo a un judío creyente que aún piensa
que debe seguir las regulaciones dietéticas que se encuentran en Levítico capítulo 11. “¿Puedo comer
carne de cerdo? El cerdo estaba catalogado como animal inmundo en Levítico 11. De modo que mi
conciencia me dice que no debo comer cerdo y que para mí el cerdo es inmundo. ¿Qué sucede si como
cerdo? Mi conciencia me condena y me dice que hago mal al comer algo que es común e inmundo”
(comparar la experiencia de Pedro en Hechos 10:14). Si ese creyente comiera carne de cerdo, estaría
actuando en contra de su conciencia y estaría haciendo lo que él considera malo. “Aunque yo sé que está
mal comer cerdo, igual lo haré”. Esto es PECADO (ver Romanos 14:22-23). ¿Por qué es pecado? ¿Por qué
está mal? ¿Porque está mal comer cerdo? ¡No! Ya hemos demostrado que, en esta presente dispensación,
la carne de cerdo puede recibirse con acción de gracias (1 Timoteo 4:3-5). Es malo para este hombre
comer cerdo, porque se está permitiendo hacer algo que él cree que es malo. Si en mi corazón y
conciencia considero que algo está mal, entonces no debo hacerlo. Con el pasar del tiempo puedo repasar
algunas cosas y volver a evaluar algunas cosas a la luz de la Palabra de Dios y descubriré que lo que yo
pensaba que estaba mal, después de todo, no estaba mal. Pero en este capítulo Pablo se está refriendo al
creyente débil que no entiende estas cosas en esta etapa de su crecimiento en Cristo.

Romanos 14:15

Si eres un tropiezo para tu hermano por causa de los alimentos que comes, entonces no estás andando
caritativamente. Es decir, no estás andando conforme al amor. Recuerda, el amor edifica o construye (1
Co. 8:1). El amor quiere lo más elevado y lo mejor de Dios para el hermano. Ilustración de Romanos
14:15—Tú comes carne de cerdo y no tienes problema con ello. Tú hermano, que considera que es malo
comer cerdo, te ve haciendo esto y se dice a sí mismo, “Si él lo hace, ¿por qué no puedo hacerlo yo?”
Entonces él va y come carne de cerdo, pero luego se siente culpable y su conciencia lo condena por hacer
algo que él cree que no debe hacer. Tú lo has animado entonces a hacer algo que él considera malo.
Compara el pasaje paralelo que se encuentra en 1 Corintios 8:10-13.

La palabra “perder” es una palabra muy fuerte. Generalmente se usa para la perdición eterna de los
inconversos. Significa “causar la ruina, hacer sucumbir”. Es la misma palabra que se usa en Juan 3:16
(“pierda”). Pablo está diciendo, “No arruines a tu hermano”. En cambio, trata a tu hermano de acuerdo a
la ley del amor, ilustrada por Dios Mismo en Juan 3:16 –“De tal manera amó Dios al mundo”. Dios, en
Cristo, amó tanto a este hermano, que estuvo dispuesto a hacer el sacrificio más grande para que no se
perdiera eternamente. En vista de la cruz del Calvario, ¿no deberíamos estar dispuestos a hacer un
pequeño sacrificio (renunciando a algunas tajadas de jamón) por el bienestar temporal de nuestro
hermano? Cristo lo sacrificó todo para que este hermano no se perdiera eternamente. ¿No puedo yo
sacrificar unas tajadas de cerdo para que mi hermano no se arruine o pierda en su caminar en el tiempo?
Este versículo nos da algún indicio de cuán importante es para Dios la edificación de los creyentes. Dios
usa un término tan fuerte (“no se pierda”) para describir lo opuesto a edificar. Esta palabra también se
usa en 1 Corintios 8:11 en un contexto similar. No debemos tomar con liviandad si un hermano no es
edificado. Su bienestar temporal es crucial, no sea que “se pierda” o “arruine”.

Obviamente, la perdición eterna de un creyente es imposible. Juan 10:28 dice, “Y yo les doy vida eterna;
y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”. En griego dice literalmente, “jamás nunca
perecerán” o “jamás ellos por nunca jamás perecerán”. Dios ha asegurado que el creyente nunca se
perderá eternamente. Necesitamos hacer todo lo posible para que nuestro hermano en Cristo no se pierda
en su andar en el tiempo.

Romanos 14:16

Para ti es “bueno” comer. No tiene nada de malo. No hay ningún problema por ejemplo, en comer
cerdo, a menos que cause tropiezo a tu hermano. Estás persuadido en tu propia mente que todo lo
que Dios ha creado es bueno y que ha de recibirse con acción de gracias. Eres libre de comer, pero no
abuses de esta buena libertad tuya. No eres libre de comportarte de una manera que pueda herir a tu
hermano. Debemos andar de acuerdo al amor. Comparar 1 Corintios 8:1—“En cuanto a lo sacrificado a los
ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica”.
El conocimiento dice, “Sé que soy libre para comer esta vianda, porque Dios lo dice así en 1 Timoteo 4:3-
5”. El amor dice, “Renunciaré mi derecho de comer esta vianda por el bien de mi hermano más débil. No
quiero que mis actos sean un problema para él”.
Romanos 14:17

No debemos perder de vista lo que es esencial y lo que es realmente importante. Si un creyente no come
carne de cerdo por amor a otro creyente, no ha perdido ni sacrificado nada esencial. Si un creyente pierde
o sacrifica justicia, esto es un problema serio. Si comes o no una hamburguesa, no es importante. Sin
embargo, si te estás perdiendo el gozo de Dios o la paz de Dios, esto es preocupante para la persona a la
cual ha sido dado el mandamiento de estar constantemente llena del Espíritu (Efesios 5:18 y comparar
Gálatas 5:22-23). Lo que es realmente importante no es el ALIMENTO que entra, sino el FRUTO que es
producido por Dios.

En un sentido general, el “reino de Dios” está dondequiera Dios reina. En el futuro, Dios reinará
efectivamente en esta tierra. En ese tiempo:

LA JUSTICIA será una realidad en el mundo (Jeremías 33:15).

LA PAZ será una realidad en el mundo (Isaías 9:6-7).

EL GOZO será una realidad en el mundo (Isaías 65:18-19 y comparar el himno “Al mundo paz,
el Señor llegó”, que es en realidad un himno de la segunda venida, pues describe más bien la
segunda venida de Cristo, y no tanto la primera venida). También Mateo 25:21, 23 se dirige a
aquellos que están por entrar al reino con estas palabras, “Entra en el gozo de tu Señor”.

¿Dónde gobierna Dios hoy? ÉL gobierna en los corazones de los creyentes. Cristo vino la primera vez para
poner orden en los corazones de los hombres. Cristo vendrá por segunda vez para poner orden en el
mundo. La justicia, la paz y el gozo no son realidades en el mundo hoy, pero pueden ser realidad en
nuestras vidas personales por vía del fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23, “amor, gozo, paz”). ¿Es
la justicia fruto del Espíritu? Ver Efesios 5:9 y Filipenses 1:11.

Romanos 14:18

¿A qué se refiere la palabra “esto”? Esto nos lleva al versículo anterior y se refiere a la justicia, la paz y el
gozo. ¿Cómo hemos de servir a Cristo? Hemos de servir a Cristo viviendo para la justicia (1 Pedro 2:24),
apropiándonos de la paz de Dios (Juan 14:27) y experimentando la plenitud del gozo de Dios (Juan
15:11). La palabra “agradable” significa “satisfactorio”. Dios se deleita y se siente complacido cuando los
creyentes son llenos del Espíritu (Efesios 5:18), manifestando el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23). Dios
se agrada de esa conducta y también los hombres aprueban esa conducta. ¿Qué otra cosa podrían hacer
sino aprobar tal comportamiento? ¿Cómo podrían desaprobar una vida justa? ¿Cómo podrían hablar en
contra de quien está en paz en medio de las pruebas? ¿Cómo podrían objetar el hecho de que una
persona está gozosa, con un gozo que no depende de las circunstancias?

Romanos 14:19

La palabra “sigamos” significa buscar, rastrear, asediar, como un cazador acecha a su presa o como un
corredor se apresura tras el premio o la medalla. El mismo verbo se usa en pasajes tales como 1 Timoteo
6:11; 2 Timoteo 2:22; Filipenses 3:12 (“alcanzar”); Filipenses 3:14 (“prosigo”). Persigamos y demos caza
a las cosas que pertenecen a la paz. Comparar Hebreos 12:14— “seguid la paz” (el mismo verbo). Tal
como se nos dice en Efesios 4:3, hemos de hacer todo esfuerzo (“solícitos”) en guardar la unidad del
Espíritu en el vínculo de la PAZ. Pablo subraya también la importancia de la EDIFICACIÓN, por cuanto los
creyentes tienen la responsabilidad de edificarse mutuamente. Uno de los capítulos clave en cuanto a
EDIFICACIÓN es 1 Corintios 14. Lea ese capítulo y subraye cada vez que aparece la palabra “edificar” o
“edificación”. Luego vea el resumen en 1 Corintios 14:26 (final del versículo).

Romanos 14:20

No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. El término “destruir” significa “echar abajo,
demoler”, tal como se demolería un edificio. Esta palabra “destruir” es diferente a la palabra que se
encuentra en el versículo 15. ¿Cuál es la obra de Dios? La obra de Dios es construir, edificar. No eches
abajo, sino edifica. El amor edifica (1 Corintios 8:1). Todas las cosas son limpias (v.14), por lo cual puedo
comer todas las cosas. Pero dejaré de lado mi libertad y escogeré no comer algo si eso hiciera tropezar a
mi hermano: “Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para
no poner tropiezo a mi hermano” (1 Corintios 8:13). Comer y causar ofensa (hacer tropezar a un
hermano) es MALO. Es pecado. En el momento en que usas tu libertad para hacer tropezar a un hermano,
has pecado. Has pecado contra tu hermano y has pecado contra Cristo (1 Corintios 8:12).

Romanos 14:21

En este versículo tenemos la conclusión de la materia. Tengo el derecho de comer y beber, pero
renunciaré gustoso a mi derecho por el bien de mi hermano. Me niego a hacer cosa alguna que pueda
hacer tropezar a mi hermano. Edificar a mi hermano es para mí más importante que comer o beber.
Comparar 1 Corintios 8:13. Note las palabras “nada en que” de Romanos 14:21. Esto nos muestra la
aplicación universal del principio de la piedra de tropiezo. Pablo utilizó el ejemplo de comer y beber, pero
podría ser cualquier cosa. Normalmente, los creyentes de hoy no enfrentan el problema de las viandas
sacrificadas a los ídolos, pero enfrentan el problema de hacer tropezar al hermano. Ningún sacrificio será
demasiado grande, si ayuda al crecimiento de un hermano creyente y es causa de su fortalecimiento en el
Señor.

Romanos 14:22

Este versículo atañe al creyente fuerte. En este contexto, la “fe” se define como la firme creencia y
convicción de que lo que estoy haciendo es correcto. La persona que tiene fe es contrastada con la que
duda (v.23), la que no está segura de que lo que está haciendo es correcto. El creyente fuerte tiene una
convicción fuerte de que tiene toda la libertad para comer: “Yo sé y estoy persuadido de que puedo comer
este alimento” (comparar v.14). Se le dice al creyente fuerte que no haga alarde de esta libertad ante
otros, sino que la tenga para consigo delante de Dios: “Señor, tú sabes que soy libre para comer este
alimento, pero al comer y beber, quiero hacer todo para la gloria de Dios (1 Corintios 10:31), no siendo
tropiezo para nadie, creyente o inconverso (1 Corintios 10:32)”. Hendriksen explica la última parte del
versículo como sigue:

Bienaventurada es la persona –es decir, ese creyente “fuerte”—que evita traer el juicio de Dios


sobre sí mismo al insistir en el ejercicio de su “libertad”, aún cuando tal insistencia terminara
dañando a su hermano “débil”.

Romanos 14:23

Este versículo atañe al creyente débil. La conciencia es como un juez moral interior:”Lo que estás
haciendo está mal. Eres culpable” o “Has hecho lo correcto”. El creyente nunca debería permitirse hacer lo
que su conciencia condenaría. En otras palabras, el creyente debe estar convencido de la rectitud de su
actuar. Debemos tener una conciencia buena y limpia en cuanto a lo que hacemos. Si tenemos dudas en
cuanto a un curso de acción, no es prudente persistir en ese curso de acción y debería abandonarse de
una vez. “El que duda, se condena si come”. El que duda es como el creyente débil descrito en 1 Corintios
8:7, 10, 11. Personalmente piensa que es malo comer lo sacrificado a los ídolos, pero él ve que el
creyente fuerte come y se siente confundido: “Bueno, quizás está permitido comer”, y, sin embargo, él
cuestiona si acaso es correcto. Cualquier cosa que no se haga con la total convicción de que está bien,
es pecado. El creyente nunca debe hacer algo que piensa que está mal o algo que piensa que podría estar
mal. Si un creyente hace algo que él no cree que está bien, es pecado. Si un creyente sigue adelante y
hace algo que él cree que está mal, esto es rebelión. No debemos proseguir con un curso de acción que
creemos que está mal o que pensamos que podría estar mal.

Si un hombre está convencido de que algo está mal y lo hace, eso es pecado. Lo contrario no es
verdadero. Si un hombre cree que algo está bien y lo hace, eso no es necesariamente correcto. Ver Juan
16:2 donde ciertos judíos estaban convencidos que era bueno matar a los creyentes. Ver también Hechos
26:9 donde Pablo (Saulo) estaba convencido que era su deber hacer muchas cosas en contra del Nombre
de Jesús de Nazaret.
La voz de la conciencia no debe ser ignorada. A medida que crecemos en el conocimiento de la Palabra de
Dios, sin duda que nuestra conciencia necesitará ser corregida. El creyente débil de 1 Corintios 8:7, 10, 11
aprenderá con el tiempo que no es pecado comer carne sacrificada a los ídolos (a menos que cause
tropiezo a un hermano). Si hacemos algo que no es de fe (que es contrario a lo que creemos que es
bueno y permisible), entonces es pecado.

Pregunta: ¿Cuántas veces hacemos cosas con la certeza absoluta de que lo que estamos
haciendo es correcto y que agrada a Dios?

“Y todo lo que no proviene de fe, es pecado”.

La verdadera fe está anclada sobre los hechos de las Escrituras, no sobre


nuestras impresiones personales (la manera de como sentimos acerca de algo). Jorge Mueller dijo en
cierta ocasión, “Las impresiones no tienen nada que ver con la fe. La fe tiene que ver con la Palabra de
Dios. No son las impresiones, fuertes o débiles, las que harán la diferencia. Nosotros tenemos que ver con
la Palabra Escrita y no con nosotros o con nuestras impresiones”.

La fe no se basa en probabilidades (“Lo creeré, porque es probable que suceda”). Mueller nuevamente


responde: “Muchas personas están dispuestas a creer en las cosas que les parecen probables. La fe nada
tiene que ver con las probabilidades. La esfera de la fe comienza donde terminan las probabilidades y la
vista y el sentido fallan. No debemos tomar en cuenta las apariencias. La pregunta es si acaso Dios lo ha
dicho en Su Palabra”.

ROMANOS
CAPÍTULO 15
Romanos 15:1

Quizás esta sea una desafortunada división de capítulos. (La división en capítulos fue agregada
posteriormente y no forma parte del texto original inspirado por Dios). Pablo continúa con el tema del
capítulo 14, mostrando la responsabilidad del creyente fuerte hacia su hermano más débil.

Pablo presenta la responsabilidad de aquellos que son fuertes en la fe. “Los que somos fuertes”—Pablo se
incluye entre los fuertes. La palabra “debemos” significa “necesitamos, estamos obligados”. Es decir,
tenemos una obligación moral. Esta obligación moral es hacia los débiles. Les debemos nuestro amor
(Rom.13:8). El término “flaquezas” significa debilidades, literalmente “falta de fortaleza”. El verbo
“soportar” significa “cargar, sostener como una carga, llevar una carga, respaldar con paciencia,
sustentar”. Considera el ejemplo del Señor Jesús con Sus discípulos. Ellos eran débiles en muchas
maneras, pero ÉL soportó sus flaquezas, era paciente con ellos y poco a poco los llevó a la madurez.

La responsabilidad del creyente fuerte hacia el creyente débil:

1. recibir al creyente débil, como Dios lo recibió (Rom.14:1, 3).


2. no despreciar al creyente débil (Rom.14:2).
3. no poner tropiezo en su camino (Rom.14:13, 20).
4. andar “caritativamente”, es decir, de acuerdo al amor (Rom. 14:15).
5. estar dispuesto a sacrificar sus propios derechos y libertades para no arruinar al hermano
(Rom.14:15).
6. perseguir la paz en el cuerpo de Cristo (Rom. 14:17, 19).
7. edificar y levantar al hermano débil, poniendo gradas para el crecimiento (Rom. 14:19).
8. no hacer alarde de la propia libertad ante el hermano débil (Rom.14:22).
9. soportar con paciencia sus flaquezas (Rom.15:1).
10. no agradarse s sí mismo (Rom.15:1).
El creyente fuerte no debe agradarse a sí mismo. Es decir, no debe gratificar sus propios deseos egoístas.
Nuestra primera preocupación no debe ser nuestra auto-gratificación, sino la edificación de nuestro
hermano débil, aunque esto signifique sacrificio personal y auto-negación (decir “NO” al yo).

Romanos 15:2

Cada creyente tiene la tarea y la obligación de AGRADAR a su prójimo. Pablo no está diciendo que
debemos ser personas que buscan complacer al hombre. “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el
de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo
de Cristo” (Gálatas 1:10). Los que agradan a los hombres, no agradan a Cristo y no le sirven a ÉL. El que
busca complacer al hombre en realidad busca complacerse a sí mismo. Trata de agradar a la gente para
su propio beneficio y ventaja. El que “complace a su prójimo” que Pablo está describiendo en este
versículo, no está buscando su propia ventaja, sino está buscando el bien de su prójimo. Está dispuesto al
sacrificio personal para el beneficio de su prójimo. Pablo sigue explicando más esto en 1 Corintios 10:33
—“Como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de
muchos, para que sean salvos”. Comparar 1 Corintios 13:5—“el amor no busca lo suyo”. Esta es la actitud
apropiada: “Amo a mi prójimo y busco su bien y su bienestar, aún lo mejor y más elevado de Dios para él.
Deseo que él sea edificado y levantado, aunque esto requiera un gran sacrificio personal de parte mía.
Deseo que esta persona sea espiritualmente sana y espiritualmente rica”.

Romanos 15:3

Pablo nos da ahora el ejemplo de Cristo. No puede encontrarse un mejor ejemplo de un hombre que no se
agradaba a Sí Mismo por considerar el bien de otros. El camino a la cruz de Cristo no fue una experiencia
“auto-complaciente”. Pablo cita el Salmo 69:9—“Porque me consumió el celo de tu casa, y los denuestos
(insultos, injurias) de los que te vituperaban cayeron sobre mí”. Estas palabras están dirigidas a Dios el
Padre. Cristo vino a un mundo que odiaba a Dios y que injuriaba a Dios. ÉL representaba al Padre y tomó
sobre Sí Mismo las injurias y las expresiones de odio que iban dirigidas al Padre. De igual manera,
nosotros representamos al Hijo y debemos llevar Su vituperio (ver Hebreos 13:13). Cuando somos
tentados a agradarnos a nosotros MISMOS y a entregarnos a la AUTO-INDULGENCIA en vez de edificar a
otros, consideremos entonces la cruz del Calvario y el ejemplo de nuestro bendito Salvador que vino, no
para ser servido, sino para servir y DARSE A SÍ MISMO en rescate por muchos (Marcos 10:42-45).

Cristo nunca “tuvo cuidado de sí mismo”; ¡todo el mundo lo sabe! “Las zorras tienen sus cuevas, y
las aves del cielo nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde reclinar Su cabeza”. ¡Antes por
toda su vida, desde el amanecer hasta el anochecer, y a menudo hasta muy de noche, estaba
ocupado en ministrar a los demás! El continuo asedio de que era objeto por parte de las
multitudes, a la que repartía Su tiempo, Su amor, Sus enseñanzas, Sus sanidades, ¡era la
maravillosa prueba de que ellos podían contar con la absoluta ausencia en Él de agradarse a Sí
Mismo!  (William Newell).

La Ley del Amor (Romanos 14:1-15:3)

Para una ulterior ayuda para entender como vivir para no ser tropiezo a un hermano, ver
nuestro estudio titulado, “Guiándome por la Palabra de Dios: 67 Preguntas que puede hacer
un Creyente para decidir un Curso de Acción”.

Romanos 15:4

Si el fuerte ha de ser lo que debe ser para el débil (v.1-2), es esencial que tenga la mente de Cristo (v.3).
La única manera de tener la mente de Cristo es mediante el entendimiento de las Escrituras, las cosas que
se “ESCRIBIERON ANTES”.
Cuán agradecidos debemos estar que estas cosas hubiesen sido ESCRITAS para nosotros:

“Pero éstas se han escrito para que CREÁIS….” (Juan 20:31).

“Estas cosas os he escrito a vosotros….para que SEPÁIS….” (1 Juan 5:13).

“Pues por nosotros se escribió…” (1 Corintios 9:10).

“Están escritas para amonestarnos a nosotros…” (1 Corintios 10:11).

La Palabra de Dios es PARA NOSOTROS. ¡Precioso Libro! Dios no nos ha dejado a obscuras. Dios no nos ha
dejado sin instrucción. Dios no nos ha dejado sin consuelo y sin esperanza. Dios no nos ha dejado sin
compás y sin mapa. ÉL nos ha dado instrucciones precisas de cómo vivir ahora para Su gloria. Estas cosas
fueron escritas PARA NOSOTROS, para nuestra instrucción (v.4), para nuestra doctrina, para nuestra
enseñanza. Comparar 2 Timoteo 3:16 – “toda Escritura es útil para enseñar”.

En este versículo aprendemos que hay dos cosas que llegan al corazón creyente por medio de las
Escrituras – paciencia y consolación: “A fin de que por la paciencia y la consolación de (que viene por) las
Escrituras tengamos esperanza”. Las Escrituras son la FUENTE de la paciencia y de la
consolación. PACIENCIA incluye resistencia, perseverancia en medio de grandes dificultades y pruebas y
aflicciones. Literalmente significa “permanecer bajo”, es decir, permanecer firme bajo las duras pruebas
de la vida. CONSUELO significa aliento. El creyente, cuya mente está saturada con las Escrituras y cuya
mente está sumergida en la Palabra de Dios, encontrará en esta fuente toda clase de aliento para
perseverar y permanecer fiel a Dios aún bajo las circunstancias más difíciles. ¿Cuál es el resultado? “Para
que tengamos ESPERANZA”. Por medio de las Escrituras somos animados a confiar en Dios y a
perseverar durante las más grandes dificultades con la gran EXPECTATIVA y la certera ESPERANZA que
Dios nos llevará a través de ellas con éxito y que el futuro sólo puede ser brillante.

Ilustración de una carrera: La vida cristiana ha sido comparada con una carrera (Hebreos 12:1-2; 1
Corintios 9:24; 2 Timoteo 4:7). Cuando corremos una carrera, hay ciertas dificultades y pruebas y
obstáculos que enfrentamos a lo largo del camino, pero tenemos que seguir corriendo, no importa cuán
difícil sea, no importa cuán cansados estemos, no importa cuánto nos duela el cuerpo. Debemos persistir
(PACIENCIA, comparar Hebreos 12:1) y resistir y perseverar. No debemos abandonar. Tenemos que
acabar la carrera. A lo largo del camino recibimos CONSUELO y ALIENTO. Los espectadores pueden
aplaudirnos, nuestras fuerzas son renovadas y, lo más importante, recordamos a Aquel que ya ha corrido
exitosamente la carrera (Hebreos 12:2). Más aún, corremos con la gran ESPERANZA y
segura EXPECTATIVA de la meta, sabiendo de las alegrías y bendiciones que nos esperan allí, anhelando
con gran expectación el “Bien Hecho” que escucharemos al completar la carrera. Para que por
la paciencia y la consolación (ánimo) tengamos esperanza (feliz expectativa).

Romanos 15:5

En el versículo 4 la Palabra de Dios es la FUENTE de la paciencia y consolación.

En el versículo 5 Dios Mismo es la FUENTE de la paciencia y consolación.

¿Cómo puedo tener paciencia (resistencia en pruebas difíciles) y consuelo (aliento en medio de las
dificultades)? Tengo que permanecer en el Dios de toda consolación y tener Su Palabra morando en mí
(Juan 15:7).

En el versículo 4 las palabras clave eran paciencia, consolación y esperanza. En el versículo 5 se dice


que Dios es el Dios de la paciencia y el Dios de la consolación. En el versículo 13 se dice que ÉL es el Dios
de esperanza. Quiera este gran Dios conceder a Sus creyentes que sean de un mismo sentir, que piensen
una misma cosa, que sean de un mismo parecer, que estén de acuerdo, que sean unánimes (unánime se
compone de unun=uno y ánimus=ánimo, de modo que es estar de un mismo ánimo, sentir, parecer). Los
siguientes pasajes del Nuevo Testamento exhortan a los creyentes a tener una misma mente, tener un
mismo parecer: 2 Corintios 13:11; Filipenses 2:2 y comparar versículo 5; Filipenses 3:14, 16; 4:2;
Romanos 12:16.

¿Cómo es posible que los creyentes tengan un mismo sentir? ¿Cómo pueden pensar igual? ¿Cómo
podemos ser unánimes? ¿Cómo podemos estar de acuerdo? La clave se encuentra al final de Romanos
15:5—“según Cristo Jesús”. Nuestro pensamiento tiene que estar en línea con Su pensamiento. ÉL es el
modelo.

Ilustración: Cuando se trata de medidas lineales, tiene que haber un estándar (patrón, pauta). ¿Cuánto
mide un pie (12 pulgadas)? ¿Cómo podemos todos llegar a un acuerdo en cuanto al largo de un pie? Cada
uno podemos tener nuestra propia idea de cuánto debería medir un pie. O, si hemos decidido que un pie
debe ser el largo del pie de un adulto, algunos adultos, como los jugadores de baloncesto, tienen pies que
son grandes y largos, mientras que otros tienen pies cortos. Felizmente hay un patrón, para que todos
podamos estar de acuerdo en el largo exacto de una pulgada, un pie o una yarda. El largo exacto de un
pie ha sido establecido por el National Bureau of Standard en Washington DC. Cuando se trata de cómo
deben pensar los creyentes, el modelo es Jesucristo. Si hemos de ser de un mismo sentir (parecer),
entonces debemos tener SU sentir (Filipenses 2:2, 5). Nuestro pensamiento tiene que estar en línea con
Su pensamiento y Su pensamiento  está revelado en la Palabra de Dios. Si yo he de estar de acuerdo
contigo, entonces ambos tenemos que estar de acuerdo con Cristo. Si yo estoy en desacuerdo con Cristo o
si tu estás en desacuerdo con Cristo o si ambos estamos en desacuerdo con Cristo, entonces no seremos
de un mismo sentir. ¿Y de qué sirve que nosotros estemos de acuerdo el uno con el otro, si estamos en
desacuerdo con el estándar de Dios? El pueblo de Dios tiene que hacer todo esfuerzo para estar en línea
con Jesucristo y Su Palabra. Tenemos que amar lo que Él ama y odiar lo que Él odia y pensar como ÉL
piensa.

Los creyentes deben estar en la misma página. Debemos ser de un MISMO SENTIR. Supongamos que
todos los creyentes estén reunidos para un servicio de adoración y al momento de cantar un himno,
ningún número de himno es anunciado. Cada creyente abre el himnario en la página que desea y hasta el
pianista y el organista abren la página que ellos desean. Todos hemos abierto ahora el himnario en
páginas diferentes y el director de coro alza su mano para dar la señal de empezar a cantar. ¿Te puedes
imaginar el caos y la confusión que resulta de este método de canto? Esto sería una total disonancia.
Tenemos que estar todos en la misma página. Todos los creyentes deben dejarse guiar por Dios y Su
Palabra. Dejemos que Dios sea el Director. Todos estamos en diferentes niveles y etapas. Una persona es
un bebé recién nacido en Cristo y otro es un creyente más maduro que ha sido salvo y ha estado
creciendo por 50 años – cualesquiera sea el caso, todos necesitamos enfocarnos en nuestro Señor vivo y
en Su Palabra y recibir de Él nuestra   instrucción.

Romanos 15:6

La palabra “unánimes” está en plural. El mensaje de Pablo a los creyentes era éste: Aunque somos
muchos, hemos de ser como UNO. Aunque tengamos diversas opiniones, debemos tener UNA MISMA
MENTE, es decir, la mente de Cristo (Filipenses 2:5; 1 Corintios 2:16). Aunque tenemos muchas bocas,
debemos ser como UNA BOCA. Todos los creyentes están unidos por el deseo de que Dios sea glorificado
en todas las cosas. La frase “unánimes” significa tener un mismo parecer, estar de acuerdo. El término se
usa con frecuencia en el Libro de los Hechos (Hechos 1:14; 2:1, 46; 4:24; 5:12; 15:25) en cuanto a los
primeros creyentes que eran “de un corazón y de un alma” (Hechos 4:32). En los días de la iglesia
primitiva, un creyente habría estado fuera de lugar si no hubiese estado de acuerdo con Cristo y con Su
Palabra. En Hechos 7:57 se usa la misma palabra en cuanto a los enemigos de Esteban que
“arremetieron a una contra él”. Estaban unánimes en su oposición al evangelio de Esteban y a Cristo, a
quién él representaba.

En este versículo, la referencia a Dios el Padre se lee literalmente de esta manera: “el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo”. Esta construcción griega ofrece un ejemplo de lo que se ha llamado la regla
de Granville Sharp. Esta regla dice lo siguiente: dos sustantivos unidos por la conjunción “y” (kai), el
primero con el artículo y el segundo sin artículo, son identificados, por el artículo, como uno y el mismo
individuo o clase. De acuerdo con esta regla el nombre “Dios” tiene que referirse al “Padre” en este
versículo. De modo que está correctamente traducido: “Dios y Padre”. Hay pasajes, en que los que se
encuentra la regla Granville Sharp, que señalan claramente la deidad de Cristo, como Tito 2:13 y 2 Pedro
1:1. En esos versículos el nombre “Dios” tiene que referirse a nuestro Salvador, el Señor Jesucristo.

Romanos 15:7

¿Por qué debemos recibir a los hermanos? Porque Cristo nos ha recibido. ¿Cómo debo de recibir a otro
hermano? Tal como Cristo me recibió a mí. Comparar Romanos 14:1, 3. Si Dios me ha dado la bienvenida
a Su familia y a Su cuerpo, la Iglesia, ¿cómo puedo rehusar dar la bienvenida a otro, a quien Cristo ha
recibido? ¿Cómo puedo rechazar a una persona que Cristo ha recibido? El Nuevo Testamento enseña lo
siguiente:

Debo amar a otros, tal como Cristo me amó a mí (Juan 13:34).

Debo perdonar a otros, tal como Cristo me perdonó a mí (Efesios 4:32).

Debo soportar a otros (tolerar), tal como Cristo me soporta a mí (Colosenses 3:13).

Debo recibir a otros, tal como Cristo me recibió a mí (Romanos 15:7).

En resumen, “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús” (Fil. 2:5). Si estoy
de acuerdo con Cristo, entonces recibiré como Él recibe, amaré como ÉL ama, perdonaré como ÉL
perdona, etc. La palabra “recibir” se usa como para la clase de recibimiento que tuvo Pablo por los
naturales en la isla de Malta (Hechos 28:1-2). También se usa en Filemón 12 y 17, donde Pablo anima a
Filemón a recibir de vuelta a su esclavo fugitivo, que en el intertanto había llegado a ser un hermano en
Cristo.

Romanos 15:8

Jesucristo era un ministro (siervo, de donde obtenemos nuestra palabra “diácono”; y ver Mateo 20:28,
Cristo vino a ministrar y a servir, no a ser servido) de la circuncisión (el pueblo judío, el pueblo del pacto
de Dios). Necesitamos entender Su misión en la tierra:

“No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mateo 15:24).

“A lo Suyo vino” (Juan 1:11).

El ministerio de Cristo a los judíos fue a causa de la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a
los padres (Abraham, Isaac, Jacob, David, etc.). Las promesas de Dios son absolutamente fidedignas y
Cristo confirmó este hecho. Dios prometió a Su pueblo un Mesías y Cristo, siendo el cumplimiento de esta
promesa, confirmó la promesa y demostró cuán leal y fiel a Su Palabra es Dios. Dios prometió salvación a
Su pueblo y la veracidad de esta promesa se cumplió cuando ÉL envió al Salvador. Dios prometió a Su
pueblo un reino por boca de todos los profetas, y Dios se mostró a Sí Mismo fiel a Su promesa, enviando
al Rey Mismo que predicó este mensaje: “El reino de los cielos se ha acercado”. Dios es fiel a Su Palabra,
fiel a Sus promesas. Todas las promesas y pactos incondicionales de Dios son SÍ y AMÉN (2 Corintios
1:20).

Romanos 15:9a        

Todas estas promesas, ventiladas en el párrafo anterior, fueron dadas a los judíos, no a los gentiles. Dios
prometió a los judíos que Él enviaría al Mesías, pero los gentiles no tenían una promesa semejante. El
Salvador fue enviado a las ovejas perdidas de la casa de Israel, no a los gentiles. Las promesas del reino
fueron dadas a los Israelitas, no a las otras naciones. Los pactos (Abrahámico, Davídico, Nuevo, etc.)
fueron hechos con la nación  de Israel, no con las otras naciones.

Los judíos podían, pues, apelar a Dios basados en Sus promesas. “Señor, contamos con que Tú harás
exactamente como has prometido. Sé fiel a Tu Palabra. Cumple Tus promesas. Guarda Tu pacto que
hiciste con nuestros padres. Concédenos Tu salvación de acuerdo con Tu Palabra”. Los gentiles, por otra
parte, no podían apelar a Dios sobre esta base. Ellos no tenían tales promesas para reclamar. Dios no
estaba ligado a ellos por ningún pacto. Dios no había prometido enviarles ningún Mesías. ¿Cuál era
entonces la base para su apelación? Los gentiles sólo podían apelar a Dios basados en
Su MISERICORDIA: “Señor, ¡ten misericordia de nosotros! No nos ha sido prometido nada y no
merecemos nada sino Tu ira. Concédenos Tu salvación basado en el hecho de que TÚ eres un Dios
misericordioso”.

Los judíos podían glorificar a Dios porque Él cumplió fielmente Sus promesas y honró Sus compromisos
pactados. Los gentiles podían glorificar a Dios por Su misericordia: “Para que los gentiles glorifiquen a
Dios por Su misericordia”.

Romanos 15:9b-12

Pablo, quien era ministro de Jesucristo para los gentiles (v.16), cita cuatro pasajes del Antiguo
Testamento que muestran la preciosa misericordia de Dios hacia los gentiles. Estos son pasajes del
Antiguo Testamento que muestran que la misericordia de Dios alcanza a los gentiles resultando en su
salvación. El punto de Pablo es éste: ¿Es Él solamente el Salvador de los judíos? ¿No lo es también de los
gentiles? Sí, también de los gentiles (comparar Rom.3:29).

Pasaje #1—Salmo 18:49 (2 Samuel 22:50). Ver Romanos 15:9

David confesaría al Señor entre las naciones. David quería dar a


conocer a su gran Dios, no sólo a Israel, sino a toda la gente.

Pasaje #2 Deuteronomio 32:43. Ver Romanos 15:10

En el cántico de Moisés, se les dice a las naciones de los gentiles que


se regocijen con el pueblo de Dios (Israel). El contexto está hablando
de Dios vengándose de los enemigos de Israel y siendo misericordioso
con Su pueblo. Dios maldecirá a quienes maldigan a Israel (Génesis
12:3). Sin embargo, los gentiles que bendigan a Israel y que crean en
el Dios de Israel, pueden unirse a Israel al regocijarse en la
misericordia de Dios. Recuerda, las bendiciones del pacto de Abraham
habrían de extenderse a todas las familias de la tierra (Génesis 12:3).

Pasaje #3—Salmo 117:1. Ver Romanos 15:11

En éste, que es el más corto de todos los Salmos, se les dice a todas
las naciones y a todos lo pueblos que alaben al Señor por Su gran
misericordia.

Pasaje #4 – Isaías 11:10. Ver Romanos 15:12

En este gran pasaje milenial leemos que el Hijo más grande de Isaí,
Cristo el Mesías, reinará tanto sobre los judíos como sobre los gentiles
durante la edad del reino. Los gentiles confiarán en Él en ese día.

Hacia los judíos, Dios es fiel a Su Palabra y leal a Sus promesas.

Hacia los gentiles, Dios es abundante en misericordia.

Romanos 15:13

El Dios de la paciencia y de la consolación (v.5) también es el Dios de esperanza. ÉL es la FUENTE de mi


esperanza. Mi esperanza viene de ÉL. “Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de ÉL es mi
ESPERANZA” (Salmo 62:5). El futuro es tan brillante como la Persona y las Promesas de un Dios fiel. ÉL
puede llenar el corazón creyente con “todo gozo y paz”.

GOZO y PAZ serán las características del reino milenial de Cristo (ver nuestros comentarios sobre
Rom.14:17) cuando ÉL gobierne sobre las naciones. Cuando Cristo reina en el corazón creyente, GOZO y
PAZ son los benditos subproductos. Pero el creyente debe creer. La fe es la raíz; el gozo y la paz son el
fruto (ver Gálatas 5:22—“el fruto del Espíritu es amor, GOZO, PAZ”). Sin fe no hay gozo ni paz. No hay
gozo ni paz para el creyente carnal que anda según la carne. Pero el creyente que confía, puede tener una
actitud de continuo regocijo (1 Tesalonicenses 5:16) y puede conocer el sosiego de un corazón no turbado
(Juan 14:27). El verdadero GOZO y la verdadera PAZ vienen de Dios Mismo. Recuerda, ÉL habló de “MI
gozo” (Juan 15:11) y de “MI paz” (Juan 14:27). Dios siempre SE DELEITA en lo que ÉL está haciendo y
podemos participar de Su delicia y de Su gozo. Dios nunca está turbado por nada y podemos participar de
Su paz aunque vivamos en un mundo turbulento (Juan 16:33). Es el creyente lleno del Espíritu el que está
lleno del GOZO de Dios y de la PAZ de Dios. No puede ser de otra manera. Tiene que ser por el poder del
Espíritu Santo (Romanos 15:13).

La palabra “abundar” es un verbo que significa “exceder un número o medida fija, estar por sobre o
encima de un número o medida, ser más, desbordar”.

El Creyente Abunda Interiormente (en el corazón)

El creyente abunda en esperanza  (Romanos 15:13)

El creyente abunda en consolación  (2 Corintios 1:5)

El creyente abunda en gracia  (2 Corintios 9:8)

El creyente abunda en gozo  (Filipenses 1:26)

El Creyente Abunda Exteriormente (en el mundo)

El creyente abunda en la obra del Señor  (1 Corintios 15:58)

El creyente abunda en el trabajo para Cristo  (1 Corintios 15:10)

El creyente abunda en toda buena obra  (2 Corintios 9:8)

El creyente abunda en amor hacia otros (Fil.1:9; 1 Ts.3:12; 4:9-10)

El creyente abunda en un andar que agrada al Señor  (1 Ts. 4:1).

El Dios de esperanza puede hacer que el creyente abunde en esperanza:

El creyente abunda en la indudable confianza de que todas las cosas ayudarán a bien y para el
final  propósito de ser conformados a la imagen de Cristo (Rom.8:28-29). El creyente abunda en la
indudable confianza de que Cristo será magnificado en todas las cosas (Fil.1:20). El creyente abunda en la
indudable confianza de que cuando Cristo se manifieste, seremos semejantes a ÉL, porque le veremos tal
como ÉL es (1 Juan 3:2-3). Es asombroso que podemos abundar y desbordar en esperanza, aún nosotros,
que una vez fuimos descritos como estando “sin esperanza y sin Dios” (Efesios 2:12). Esto fue antes, pero
ahora Jesucristo es nuestra esperanza (Tito 1:1).

Romanos 15:14

La palabra “estoy seguro” (que Pablo usa en Rom.8:38; 14:14; 2 Ti.1:12, etc.) significa estar persuadido,
convencido, confiado. Había tres cosas de las cuales Pablo estaba persuadido o convencido respecto a sus
hermanos (verdaderos creyentes) que estaban en Roma:

1) Ellos estaban llenos de bondad

El término “bondad” se encuentra en Gálatas 5:22 y Efesios 5:9 y en ambos lugares se dice que es el fruto
del Espíritu (ver también 2 Ts.1:11 que es el único otro lugar en el que se encuentra la palabra). Está
relacionada con la palabra griega bueno (agathos). El Señor Jesús enseñó que no hay nadie BUENO sino
Dios (Mateo 19:16-17). “El SEÑOR es BUENO, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en ÉL
confían” (Nahum 1:7). Pablo sabía con certeza que el Dios que es BUENO moraba en los creyentes de
Roma. Cualquier bondad que tenga el creyente se debe a ÉL y solamente a ÉL. Si somos buenos, es por
causa de Dios. Si estamos llenos de bondad, es porque estamos llenos de ÉL, disfrutando Su Persona y Su
Presencia.

2) Ellos estaban llenos de todo conocimiento

Ellos estaban llenos con el resultado de que continuaban siendo llenados (tiempo perfecto). Dios había
llenado a estos creyentes con el conocimiento de Sí Mismo y de Su voluntad. Recordamos lo que Pablo
dijo de los creyentes corintios: “Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os
fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda
ciencia” (1 Corintios 1:4-5). ¿Por qué está lleno de conocimiento el creyente? Porque está habitado por
Cristo Mismo, “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”
(Colosenses 2:3). Nunca nos falta conocimiento, porque tenemos a Cristo. “Tenemos la mente de Cristo”
(1 Co.2:16). Debemos aprovechar lo que tenemos (comparar Fil.2:5—“haya pues en vosotros este
sentir…”). Podemos poseer una gran enciclopedia, pero si no la usamos nunca y nunca nos valemos de
ella, ¿de qué nos sirve todo ese conocimiento?

3) Ellos podían amonestarse los unos a los otros

Este verbo (noutheteo) es usado 8 veces en el Nuevo Testamento y es traducido “advertir” o “amonestar”.
Pablo amonestó con lágrimas, día y noche, durante tres años a los creyentes de Efeso (Hechos 20:31),
porque él era responsable de proteger a las ovejas de los lobos. Pablo amonestó a los corintios, porque él
los amaba como a sus “hijos amados” (1 Co.4:14). El ministerio de Pablo era amonestar a todo hombre y
enseñar a todo hombre para poder presentar perfecto (maduro) a todo hombre en Cristo (Col.1:28). Esta
advertencia y enseñanza también se lleva a cabo por medio de salmos e himnos y cánticos espirituales
(Col.3:16). Los que están sobre nosotros en el Señor (lideres de la asamblea local) tienen la
responsabilidad de AMONESTARNOS (advertirnos) (1 Ts.5:12). Los creyentes desordenados, que están
fuera de línea con las claras enseñanzas de las Escrituras, deben ser advertidos y amonestados (1
Ts.5:14; 2 Ts.3:15).

No nos atrevemos a menospreciar la importancia del ministerio de amonestación. La amonestación es una


manifestación de amor genuino. La persona que claramente ve un peligro y falla en advertir, no está
exhibiendo amor, sino odio. De modo que la omisión de advertir al pueblo de Dios se debe a una de dos
cosas: 1) a falta de amor; 2) a falta de discernir el peligro. Dios no permita que seamos centinelas tímidos
(Ez.33:6; Hechos 20:26-27). No es fácil dar advertencias, pero es necesario. La medicina preventiva
puede no ser agradable, pero nos puede librar de la mesa de operaciones o de la tumba. Nuestra gente
necesita una fuerte dosis de advertencia AHORA, para que puedan enmendar sus vidas a favor de la
Palabra de Dios.
La amonestación es un elemento esencial de la indoctrinación (enseñanza), y por ello del cumplimientote
la Gran Comisión (Mateo  28:20). Enseñar a nuestra gente solamente verdades “positivas” sin dar
advertencias es engordar a las ovejas para los lobos que no perdonarán al rebaño (Hechos 20:29-30).
Una enseñanza bíblica fiel debe incluir la advertencia. Pablo no solo no rehuyó anunciar todo el consejo de
Dios (Hechos 20:27), sino tampoco cesó de amonestar al rebaño por tres años, día y noche, con lágrimas
(Hechos 20:31). Un ministerio de continua enseñanza y advertencia es esencial para poder presentar a
todo hombre maduro en Cristo Jesús (Col.1:28).

¿El pueblo de Dios es inmune a los peligros? ¿Estamos libres de la contaminación de errores sutiles? ¿Es
imposible la apostasía doctrinal? ¿El dios de este siglo ha perdido todo el control y toda influencia sobre
nuestras mentes? Si no, entonces la advertencia es esencial. Debemos amonestarnos unos a otros cuando
discernimos los peligros que nos acechan diariamente. La advertencia tiene que ser objetiva, específica,
que venga al caso y personal. El error tiene que ser expuesto. Nuestra manera de pensar sesgada y no
bíblica tiene que ser corregida. Hay que tratar con el pecado. Al vivir en tiempos peligrosos con doctrinas
de demonios por todos lados, ¡quiera Dios levantar a muchos creyentes fieles que amonesten día y noche
con lágrimas!

Sin embargo, en todo esto hay un peligro. Es un desastre amonestar si no es con el propósito de edificar y
alentar. Las ovejas morirán—no por los lobos, sino de hambre. Considerémonos unos a otros al amor y a
las buenas obras, exhortándonos unos a otros y animándonos unos a otros y edificándonos unos a otros—
tanto más al ver que aquel día se acerca (Hebreos 10:24-25; Col.3:16; Efesios 4:29; 1 Ts.5:14).

Pablo estaba totalmente persuadido de que los creyentes romanos eran capaces de amonestarse unos a
otros. Nótese que este es un ministerio que debemos ejercer unos con otros. El pastor debe hacerlo, pero
no solamente el pastor. Ciertamente es algo que el pastor debe hacer desde el púlpito, pero es algo que
todos los creyentes robustos deberían estar haciendo. Los creyentes romanos no tenían en este tiempo a
ningún apóstol ministrándoles personalmente, y, sin embargo, ellos eran capaces de amonestarse unos a
otros.

El verbo (noutheteo) significa amonestar o advertir y este verbo ha adoptado un significado especial en el
área de la consejería bíblica entre los creyentes de la Biblia. El término “consejería noutética” fue acuñado
por Jay Adams basado en Romanos 15:14. Williams, en su traducción, toma la frase “capaz de amonestar”
y la transforma en “capacitado para aconsejar” (el título de uno de los primeros libros de Jay Adams;
“Capacitado para Orientar”, en español). Los creyentes no necesitan buscar el consejo de los impíos
(Salmo 1:1). Los creyentes no deben confiar en teorías sicológicas falaces de hombres
como Freud, Jung, Adler, etc., que han rechazado la verdad de Dios y al Dios de verdad. Creyentes
temerosos de Dios pueden ayudar a otros creyentes simplemente usando de manera apropiada la Palabra
de Dios.

Jay Adams señala tres elementos en su confrontación “noutética” (Capacitado para Orientar, pág. 72-80).

1) CAMBIO

Hay necesidad de CAMBIO porque hay un problema. Algo anda mal en la vida de la persona que es
confrontada. Hay algo malo, algún pecado, algún problema, alguna dificultad, alguna necesidad que tiene
que ser reconocida y tratada. La persona necesita cambiar y rectificar su vida en conformidad a la
revelación de Dios (la Palabra de Dios).

2) CONFRONTACIÓN

La persona que necesita cambiar tiene que ser CONFRONTADA verbalmente. Podemos ver un ejemplo de
esto en la confrontación de David por Natán después de su pecado con Betsabé o Urías, o Cristo
confrontando a Pedro después de la terrible negación de Pedro (Juan 21). Al confrontar a otra persona
estamos diciendo, “Este es el problema y esto es lo que Dios dice que debe hacerse al respecto”.

3) PREOCUPACIÓN
Confrontamos a la gente y la amonestamos porque el amor de Cristo nos constriñe. Queremos lo mejor de
Dios para esta persona. Queremos que esta persona cambie y que conforme su vida a la Palabra de Dios,
porque eso es lo mejor para ella. Me involucro personalmente porque amo. Si yo no amara, entonces no
confrontaría a esa persona.

El movimiento de consejería bíblica (“orientación noutética”) ha sido de ayuda en vista de que se ha


basado en principios bíblicos como estos de Romanos 15:14. Un problema ha sido que el movimiento de
consejería bíblica sido influenciado por la Teología Reformada que ha afectado la enseñanza que han
recibido los creyentes en cuanto a la santificación y la vida cristiana (ver nuestro estudio ¿Cuál es la Regla
de Vida del Creyente?). La consejería de Jay Adams es recomendable, pero su teología  (Teología
Reformada) debe ser enmendada.

Romanos 15:15-16

En el versículo 15, Pablo se refiere a su carta a los Romanos: “hermanos, os he escrito con atrevimiento”.
Pablo les entregó el evangelio de Dios con fidelidad y atrevimiento, todo el consejo de Dios. El no adulteró
las palabras. El no endulzó la verdad. El lo dijo tal cual es. No retuvo nada que fuese provechoso para sus
almas (comparar Hechos 20:20). El fue un fiel heraldo de la Palabra de Dios.

Pablo puso en su mente o puso en su memoria (literalmente “hizo volver a su mente”). El recordó a los
Romanos verdades que ellos ya sabían. Pero aun verdades que ya sabemos, necesitan ser recordadas y
refrescadas en el corazón y en la mente.

Cuando Pablo ministraba como apóstol de Cristo (enviado por Cristo en una misión especial), él siempre
estaba consciente de que era deudor a la gracia de Dios que le había sido dada. Los pasajes siguientes
destacan la gracia que había sido dada a Pablo para el ministerio: Rom. 12:3; 1 Co.3:10; Gálatas 2:7-9; 1
Ti.1:12-14 y Efesios 3:6-12. Quizás está mejor resumida en 1 Co.15:10 – “Pero por al gracia de Dios soy
lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no
yo, sino la gracia de Dios conmigo”. Pablo consideraba su ministerio como un don de la gracia de Dios y
estaba agradecido por ello, aunque incluía sufrimientos más allá de toda medida (Hechos 9:16). Los que
hemos sido salvos por gracia, debemos vivir por gracia y servir por gracia: “tengamos gratitud y mediante
ella sirvamos a Dios agradándole…” (Hebreos 12:28).

Pablo era un ministro de Jesucristo a los gentiles (v.16), y debemos recordar que la iglesia de Roma era
mayormente una iglesia de gentiles. En Romanos 11:13 Pablo escribió, “porque a vosotros hablo, gentiles.
Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles”. En Gálatas 2:6-8 vemos el contraste entre el ministerio de Pedro
a los judíos y el ministerio de Pablo a los gentiles. Esto no significa que Pedro nunca ministrara a los
gentiles (como a la casa de Cornelio en Hechos 10), y tampoco significa que Pablo nunca ministrara a los
judíos (él entraba frecuentemente a la sinagoga de la ciudad en la cual estaba y predicaba a Cristo a los
judíos).

El versículo 16 usa el lenguaje de servicio sacerdotal. Pablo ministraba en el sentido de que actuaba como
sacerdote. Tal como el sacerdote presentaba una ofrenda aceptable a Dios, así Pablo ofrecía a Dios a los
creyentes gentiles. Tal como Aarón, el primer sacerdote levita, ofreció a los levitas ante el Señor “para
que ellos ejecutaran el servicio del Señor”, así también los sacerdotes-creyentes de hoy, pueden ofrecer a
los gentiles convertidos ante Dios, para que ellos puedan servirle (ver Números 8:13). Dios se agrada
cuando convertidos gentiles le son ofrecidos, porque Su plan para la edad presente es “visitar a los
gentiles para de ellos tomar pueblo para Su Nombre” (Hechos 15:14). En este tiempo, ÉL está uniendo a
judíos y gentiles en un solo cuerpo, Su iglesia (Efesios 2:13-17). Todo nuevo creyente gentil es santificado
por el Espíritu Santo, es habitado por ÉL, es hecho santo y aceptable a Dios. El pensamiento de este
versículo puede haber sido tomado de Isaías 66:20, gente “de todas las naciones” son ofrecidas a Dios
(ver el v.18 donde se prometen bendiciones a “todas las naciones”). Como sacerdotes-creyentes, oremos
para que Dios nos use para traer a ÉL almas preciosas, que la ofrenda de nuevos convertidos a Dios le sea
aceptable y santificada por el Espíritu Santo. “Que Su belleza descanse sobre mí mientras busco ganar a
los perdidos; que ellos olviden el instrumento y le vean sólo a ÉL”.

Romanos 15:17-18
A Pablo le gustaba alardear y vanagloriarse. Pablo era un hombre muy orgulloso- orgulloso de su
Salvador. El se ufanaba de lo que Cristo había hecho. Todo creyente debería poder decir, “el Señor ha
hecho grandes cosas para mi”, de las cuales estoy orgulloso. Está prohibido jactarse de UNO MISMO (1
Co. 1:29). Somos estimulados a alardear de Dios (1 Co. 1:30-31). El gloriarse o jactarse de Pablo, era por
medio de Jesucristo (v.17). El no se hubiese atrevido a ufanarse de cualquier otra cosa (v.18). El se
negaba a jactarse o gloriarse de sus propias realizaciones, sino sólo hablaba y alardeaba de lo que Cristo
había hecho y realizado por medio de él (v.18). Pablo era solamente un instrumento en las manos de
Dios. “Ningún pincel se atribuye el mérito por la obra maestra que fue pintada con él. Ningún violín se
atribuye el mérito por la hermosa melodía que el músico tocó en él” (MacArthur).

Pablo no dijo, “Sólo me enorgulleceré de lo que yo realicé por medio de Cristo”.

Pero él dijo, “Sólo me enorgulleceré de lo que Cristo realizó por medio de mí”.

Aunque Cristo está en el cielo, ÉL está obrando activamente en la tierra (ver Marcos 16:20), por medio de
Sus instrumentos escogidos. La obra de Cristo por medio de Pablo tenía como propósito “la obediencia de
los gentiles”. Esto se refiere a la obediencia al Evangelio. Un gentil obedece el evangelio cuando cree en el
Señor Jesucristo. Rechazar a Cristo y el evangelio significa desobedecer el mandamiento de Dios para
todos los hombres, que se arrepientan (Hechos 17:30) y sean salvos (Hechos 16:31). Ver 2
Tesalonicenses 1:8-9 para un pasaje muy claro en cuanto a la desobediencia al evangelio.

Cristo hizo grandes cosas por medio de Pablo “con la palabra y con las obras”. [Nota: “con la palabra y
con las obras” debe conectarse con “hecho por medio de mí” no con “obediencia”. El no se está refiriendo
a cómo obedecieron los gentiles, sino a cómo Cristo obró por medio de él]. El hecho de que Cristo estaba
obrando por medio de Pablo “con la palabra y con las obras” nos recuerda Hechos 1:1-2. En este pasaje
se nos dice que todo lo que Cristo hizo y enseñó hasta Su ascensión fue sólo el COMIENZO de Sus hechos
y enseñanzas (“todas las cosas que Jesús comenzó a HACER y ENSEÑAR” –Hechos 1:1). El libro de los
Hechos registra la CONTINUACIÓN de Sus hechos y enseñanzas (Sus palabras y Sus obras). Lo que Cristo
comenzó en Su ministerio terrenal, ÉL lo continúa por medio de Su iglesia. Lo que Cristo comenzó en la
tierra, ÉL lo continúa desde el cielo, obrando por medio de Sus instrumentos escogidos en la tierra (Pablo
y otros creyentes). El glorioso ministerio de Cristo no terminó en la cruz o en la resurrección o en la
ascensión. ¡Continua hoy! (Marcos 16:20).

Romanos 15:19

Este versículo continúa el pensamiento del versículo 18. Cristo estaba obrando y logrando grandes cosas
por medio de Pablo (para la salvación de los gentiles) por palabras y por obras, “con potencia de señales y
prodigios”. Cristo realizó asombrosos milagros por medio de Pablo. Pablo dijo a los corintios algo muy
similar: “Porque en nada he sido menos que aquellos grandes apóstoles, aunque nada soy. Con todo, las
señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros” (2
Co. 12:11-12). Nótese que estas eran “las señales de un apóstol” (comparar también con Hechos 2:43;
5:12). De modo que en la iglesia del primer siglo eran los apóstoles los que normalmente hacían los
milagros. No era algo que hicieran todos los creyentes. Cuando los apóstoles abandonaron la escena, las
señales de un apóstol abandonaron la escena con ellos. El propósito de estas primeras señales milagrosas
se expone en Hebreos 2:3-4. Los milagros confirmaban y ratificaban el mensaje de los apóstoles. Los
apóstoles, muchos de los cuales eran “hombres sin letras y del vulgo” (Hechos 4:13), no tenían
credenciales propias, por lo que el Señor les daba credenciales, que eran tan espectaculares y
sensacionales, que ellas indicaban que el mensaje de los apóstoles venía de Dios.

Hoy, en esta era post-apostólica, los milagros de señales ya no son necesarios para evangelizar. Dios nos
ha equipado con Su Palabra completa (los 66 Libros) y con Su Espíritu poderoso y con toda la armadura
de Dios (Efesios 6:10-18). ¿Qué más necesitamos? Cuídate de aquellos que enseñan que las “señales y
milagros” son necesarios hoy día para evangelizar (a lo cual algunos se refieren como “evangelismo de
poder”). No tenemos apóstoles hoy día, tampoco tenemos las señales de un apóstol, pero tenemos la
DOCTRINA de los apóstoles, que debemos predicar y proclamar activamente. Dios, con todo el infinito
poder del cielo, respaldará y apoyará Su Palabra cuando es proclamada con el poder del Espíritu.

¿Cuáles fueron algunos de los milagros que hizo Cristo por medio de Pablo?
Hechos 13:6-12       Elimas el mago fue afectado por ceguera

Hechos 14:1-3         Señales y milagros fueron hechos por sus manos

Hechos 14:8-10       Un hombre cojo de nacimiento fue sanado instantáneamente

Hechos 16:16-18     Un demonio fue echado de una muchacha

Hechos 16:25 ss.     Liberación milagrosa de la cárcel

Hechos 19:11-16     Muchos enfermos fueron sanados y demonios fueron echados fuera

¿Cuáles fueron los resultados de esos milagros?

“Entonces el procónsul, viendo lo que había sucedido, creyó, maravillado de la doctrina del Señor”
(Hechos 13:12).

“Y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús…. Así crecía y prevalecía
poderosamente la palabra del Señor” (Hechos 19:17, 20).

El evangelismo centrado en Dios tiene que llevarse a cabo “en el poder del Espíritu de Dios”. La obra de
Dios tiene que realizarse a la manera de Dios y en el poder de Dios. “No con ejército, ni con fuerza, sino
con MI ESPÍRITU, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zacarías 4:6). En estos tiempos, Cristo está
edificando Su Iglesia (Mateo 16:18), la cual es Su casa (1 Timoteo 3:15; comparar Hebreos 3:6), y “si
Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican” (Salmo 127:1). Que los primeros
discípulos operaban en el poder y bajo la dirección el Espíritu de Dios se deduce de lo siguiente: Hechos
1:8; 2:15-17; 4:8; 4:31; 6:5; 7:55; 9:17; 13:2,4; 13:52; 15:28; 16:6.

“Desde Jerusalén…hasta Ilírico” – Esta era la extensión de la labor misionera de Pablo. ¿Hasta donde se
extendía su labor? El límite sureste era Jerusalén; el límite noroeste era Ilírico, que quedaba al norte y al
oeste de Macedonia y Acaya. La distancia entre ambos límites era como 1400 millas (y Pablo no
ministraba solo en línea recta, sino “por los alrededores” de esa área). El libro de los Hechos no menciona
específicamente un viaje a Ilírico, pero puede haber tenido lugar en el tiempo de Hechos 20:1-2 o Pablo
quizás podría haber ido a ese territorio durante su estadía en Corinto, donde él estaba cuando fue escrita
la carta a los Romanos. Pablo escribió su carta a los Romanos desde Corinto, hacia el final de su tercer
viaje misionero. La obra de Pablo había terminado. El acabó la tarea que Dios le había encomendado. El
completó su misión.

Pablo predicó de lleno el evangelio de Cristo o, literalmente, él cumplió (llenar, saturar, ejecutar, llevar a
cabo) el evangelio. Esta palabra se usa para Juan el Bautista que “terminaba su carrera (de vida)”
(Hechos 13:25). El cumplió con la tarea que Dios le había asignado. Pablo cumplió con el encargo del
evangelio. El anunció fielmente las buenas nuevas de Cristo en los lugares hacia donde Dios le dirigió. El
era un plantador de iglesias. Como dijo a los corintios, “yo planté” (1 Corintios 3:8), otros regaron. El que
planta, hace su plantación y luego sigue a otro lugar. Pablo, habiendo plantado fielmente, podía decir, “no
teniendo más campo en estas regiones” (Romanos 15:23). Era hora de proseguir, como lo indican los
versículos siguientes.

El cumplimiento del ministerio evangelístico de Pablo no era trivial o superficial. Su mensaje iba más allá
de lo esencial. Cuando daba testimonio del evangelio de la gracia de Dios (Hechos 20:24), él estaba
decidido a anunciar todo el consejo de Dios (Hechos 20:27). Esto es totalmente contrario al espíritu que
impera en nuestros días, en que se nos dice que prediquemos escasamente el mínimo y que evitemos las
doctrinas que dividen o que ofenden a otros. Nuestro Señor dijo que enseñáramos “todas las cosas que os
he mandado” (Mateo 28:20). El ministerio evangelístico de Pablo no era sólo completo, sino también era
notablemente efectivo. Durante su tercer viaje misionero Pablo permaneció en Efeso por un extenso
período de tiempo (Hechos 20:31). ¿Cuál fue el impacto de su ministerio? “Todos los que habitaban en
Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús” (Hechos 19:10). “Así crecía y prevalecía
poderosamente la palabra del Señor” (Hechos 19:20).
Pablo cumplió con el evangelio. Usa una expresión similar en Colosenses 1:25. Su ministerio era “anunciar
cumplidamente el evangelio, aún el misterio”.

“Todo lo he llenado del evangelio de Cristo” – Romanos 15:19.

“Anunciar cumplidamente la palabra de Dios, aún el misterio” – Colosenses 1:25.

Ambos pasajes se refieren al ministerio de Pablo a los gentiles. Ambos pasajes se refieren a aquel aspecto
del evangelio que era un “misterio”, que había estado escondido en edades anteriores. Discutiremos esto
en detalle cuando lleguemos a la revelación de Pablo del misterio en Romanos  16:25-26.

Romanos 15:20-21

La política de Pablo al plantar iglesias era ir a lugares donde el evangelio aun no había sido predicado.
Pablo era un misionero pionero, un precursor, un plantador de iglesias. Su política también se expone en 2
Corintios 10:14-16. La política de Pablo es violada repetidamente en nuestros días cuando hombres muy
agresivos (mayormente bautistas) entran en una comunidad para empezar una iglesia, aun cuando en el
área ya existe una sólida iglesia que cree en la Biblia,  ya hay una asamblea de creyentes bien
establecida. Esto tiene como resultado una competencia carnal y una confusión innecesaria y es
totalmente contrario al modelo del Nuevo Testamento. Es lamentable que se introduzcan en territorio que
ya ha sido reclamado para Cristo, cuando hay muchos otros lugares que necesitan desesperadamente del
testimonio del evangelio.

En el versículo 21 Pablo cita a Isaías 52:15, un pasaje que precede inmediatamente el pasaje más
importante de la muerte sustitutoria de Cristo en el Antiguo Testamento (Isaías 53). Por causa del siervo
sufriente de Jehová, el mensaje del evangelio puede llegar a reyes y a gentiles, y esto se cumplió
ciertamente en los días de Pablo (comparar Hechos 9:15). Que el corazón de cada creyente esté inquieto
y cargado por aquellos que nunca han escuchado el Nombre del Salvador. Para Pablo, el privilegio más
grande era predicar entre los gentiles las inescrutables riquezas de Cristo (Efesios 3:8).

Romanos 15:22-24

En la providencia de Dios y bajo Su dirección, Pablo fue impedido continuamente de ir a Roma (v.22 y ver
Rom.1:13). ¿Por qué fue estorbado? El no podía ir antes de que hubiera predicado y cumplido con su
ministerio desde Jerusalén hasta Ilírico (v.19). Pero habiendo cumplido con esta misión en esas regiones
“él está en condiciones de elevar sus ojos misioneros a horizontes más distantes” (Murray). El pone sus
ojos en España (v.24).

Habiendo evangelizado los territorios recorridos durante sus tres viajes misioneros, él desea ir ahora a
Roma para ver a los creyentes allí (v.23). Por muchos años Pablo tenía este gran deseo de visitar a los
santos romanos y él expresó este deseo al comienzo de su epístola (Rom.1:9-13). El deseaba ser de
bendición y estímulo para ellos (Rom. 1:11) y ellos para él (Rom.1:12). El deseaba estar con sus
hermanos y hermanas en Cristo que habían sido comprados con sangre (Romanos 15:24 y comparar 1
Juan 3:14).

El objetivo último de Pablo era ir a España, no a Roma. Esto estaba en armonía con su política de alcanzar
un área no evangelizada (v.20). Roma había sido evangelizada y la iglesia allí estaba bien establecida.
Pero al ir a España, Pablo tenía el plan de detenerse primero en Roma para ayudar a los creyentes de allí
y para ser ayudado por ellos. El esperaba que los santos de Roma lo encaminaran a España (que
proveyeran lo necesario para su viaje). “Así se extendía el evangelio en aquellos días, y no solo en
aquellos días, sino también ahora. Porque vemos compañías de santos quienes, por medio de la oración y
por sus donaciones, envían al predicador a otros campos” (Newell).

Pablo tenía planes de visitar Roma y luego, de cabeza a España, pero sus planes estaban sujetos a la
revisión de Dios. El itinerario de Pablo no resultó como él lo había planificado. El llegó a Roma, pero no
como un alto en su camino a España, sino como prisionero después de un naufragio. No resultó como
Pablo lo había previsto, pero ciertamente resultó como lo había previsto su Guía soberano. Así también
nosotros debemos poner siempre nuestros planes y programas en las manos de Dios, para que ÉL los
pueda corregir de acuerdo a Su voluntad o descartarlos totalmente.

¿Llegó Pablo alguna vez a España? La Biblia no nos da respuesta. Hay algunos escritos, aparte de la Biblia,
que pudieran indicar que Pablo llegó a España. “Pablo, habiendo enseñado justicia a todo el mundo,
habiendo llegado a los límites de Oeste…” (Clemente de Roma, 1 Corintios V.vii). Los “límites de Oeste”
probablemente se refieren a la parte oeste de Europa, que podría muy bien ser una referencia a España.

Romanos 15:25-26

Antes de que Pablo pudiera emprender viaje a España vía Roma, había algo que él tenía que hacer
primero. El tenía que ministrar a los santos judíos en Jerusalén. Pablo no olvidó lo que le habían dicho
Pedro, Jacobo y Juan cuando lo animaron a ir donde los gentiles, pero que nunca olvidara a los pobres
(Gálatas 2:10, probablemente una referencia a los creyentes pobres de Jerusalén). Estos creyentes eran
muy pobres y necesitaban asistencia y los creyentes de Macedonia y Acaya habían dado generosamente y
con sacrificio para ellos. Lo que Pablo no dijo aquí es que él había tenido un importante papel en animar a
los creyentes de Macedonia y Acaya para dar a los santos de Jerusalén (estudiar 1 Corintios 16:1-4 y 2
Corintios capítulos 8-9).

¿Por qué se encontraban los santos de Jerusalén en tan abrumadora estrechez? Sabemos que en los
primeros días de la iglesia los judíos de Jerusalén vendieron y compartieron sus posesiones: “Todos los
que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus
bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno” (Hechos 4:44-45). Esto implica que aún en
ese tiempo había creyentes necesitados. Probablemente, la razón principal para la pobreza de tantos, era
la persecución. A través de la historia de la iglesia, judíos creyentes han sido perseguidos por su propia
gente, desheredados por sus propias familias y excluidos de la sociedad judía. Un anticipo de esto se
encuentra en Juan 9:34-35 (el hombre ciego de nacimiento fue expulsado de la sinagoga, ver también
Juan 9:22), recordándonos que cuando los hombres nos expulsan, el Señor Jesús nos está esperando para
recibirnos (ver también Juan 6:37). Para conocer una emotiva historia reciente de cómo un judío creyente
fue repudiado por su propia familia, ver nuestro folleto, Charlie Coulson, Drummer Boy (acerca de un
cirujano judío en la batalla de Gettysburg, que encontró a Cristo de una manera notable). Otra razón para
la pobreza de los judíos de Jerusalén era una severa hambruna que afectó seriamente a Palestina y por
causa de esta hambre “cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos
que habitaban un Judea” (Hechos 11:27-30).

Romanos 15:27

Los creyentes gentiles estaban gustosos de dar tal donativo a los judíos que estaban sufriendo. Lo hicieron
voluntariamente. Lo hicieron de buena gana, no por necesidad. Ellos dieron de acuerdo con el espíritu de 2
Corintios 9:7.

Los gentiles son deudores de los judíos. Nosotros les debemos mucho, porque “la salvación viene de los
judíos” (Juan 4:22). Le debemos tanto porque la Biblia viene de los judíos. En verdad, aún los autores del
Nuevo Testamento eran judíos, siendo Lucas la única excepción. Somos deudores de los judíos porque su
Dios ha llegado a ser nuestro Dios. Su Mesías ha venido a ser nuestro Salvador. Los gentiles han llegado a
ser participantes de sus bienes espirituales. Corresponde, pues, que los gentiles ministren a ellos en los
bienes carnales (materiales). Grandes bendiciones espirituales nos han venido por medio de ellos. Es
apropiado entonces, que grandes bendiciones carnales o materiales de nuestra parte les lleguen a ellos.
Deberíamos ayudar a nuestros hermanos judíos lo más que podamos. En cierta forma, también somos
deudores a los judíos incrédulos por causa de su herencia divina, aunque al presente ellos no representen
esa herencia. El creyente en Cristo debería ser el mejor amigo que el judío tiene en este mundo.

Romanos 15:28-29

Pablo da a conocer sus planes e intenciones, sujetos a la voluntad de Dios:

1. Primero, entregar sin contratiempos la contribución a los creyentes de Judea.


2. Venir a los creyentes de Roma con la abundancia de la bendición del evangelio de Cristo.

3. Evangelizar España, su meta final, y llegar allá con la ayuda de la iglesia de Roma.

El “fruto” del cual Pablo está hablando es la dádiva de amor de los creyentes gentiles de Macedonia y
Acaya, entregado como sacrificio a los santos pobres de Judea (comparar Filipenses 4:17, donde “fruto”
también se usa para la generosa contribución de santo a santo). Lo que algunos estiman ser un sacrificio
inútil, Dios lo considera un fruto duradero. “Hay quienes reparten y les es añadido más” (Prov.11:24).

La misión de Pablo en Jerusalén no estaría completada hasta que él hubiera entregado totalmente la
contribución. El tiene que “entregarles este fruto”. El fruto tenía que serles entregado y tenía que estar en
su posesión. El donativo había sido reunido, pero aun no había sido entregado. La palabra “sellar” también
se usa para la fiel entrega del hijo de Dios. Dios nos ha sellado con el Espíritu Santo (2 Co.1:21-22;
Efesios 1:13; 4:30), que es la prenda o garantía de nuestra final redención. El Espíritu que nos habita es
la garantía de que seremos entregados salvos en el cielo de Dios. Nadie puede quebrar ese Sello. Pablo
dio su propia fuerza y tiempo y energía, y si era necesario, su vida (ver Hechos 21:13), para garantizar la
segura llegada de este donativo de amor de los creyentes gentiles. Dios, en Su misma Persona, es la
Garantía de nuestra llegada al tercer cielo. Estamos santificados, sellados y firmemente protegidos.

El plan de Pablo era ir a España “pasando entre vosotros” (v.28), es decir, por los Romanos. Los romanos
lo enviarían a España con su ayuda y sustento material. Es el privilegio de las iglesias sostener a los
hombres de Dios para la obra de Dios.

¿Cómo llegaría Pablo a Roma? “Con abundancia de la bendición del evangelio de Cristo” (v.29). El corazón
de Pablo estaba tan lleno y tan bendecido con las buenas nuevas de Dios que desbordaría sobre
los Romanos. El término “evangelio” es la palabra clave en el libro de Romanos. El tema de esta epístola
es “el evangelio de Dios” (Rom.1:1). Pablo no solo predicaba el evangelio, sino que vivía el evangelio, él
estaba inmerso en el evangelio, él estaba “apartado para el evangelio” (Rom.1:1). Uno no podía encontrar
a Pablo sin encontrar la bendición del evangelio. Uno no podía encontrarse con Pablo y no tener un
encuentro total con las buenas nuevas de Dios.

Romanos 15:30-33  Petición de Oración de Pablo

Por el Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu Santo (Gálatas 5:22) Pablo solicitaba a los Romanos que
agonizaran y lidiaran con él en oración  (v.30). La palabra que se ha traducida como “ayudéis” significa
contender en una prueba atlética, luchar, forcejear, pelear. Implica un arduo esfuerzo y es una palabra
que Pablo usa en otras partes en cuanto a la oración (ver Col.4:12) y en referencia a pelear la buena
batalla de la fe (1 Ti. 6:12; 2 Ti.4:7). La oración bíblica no es un ejercicio fácil (comparar Col. 2:1).
Demanda nuestro máximo por lo superior. Muy pocos santos hoy en día han experimentado
personalmente lidiar y agonizar con Dios en oración. “Señor, enséñanos a orar”. Ver Lucas 11:1.

[Nota: en el versículo 30 son mencionados los tres miembros de la Trinidad: el Señor Jesucristo, el
Espíritu, Dios. El fruto del Espíritu es mencionado en este pasaje: amor (v.30), gozo (v.32) y paz (v.33) –
comparar Gálatas 5:22].

1ª Petición de Oración (v.31) – ser librado de los judíos incrédulos en Judea.

Cuando Pablo fue a Jerusalén, se metió en gran peligro (Hechos 21:11). Es admirable que escapara con
vida. Pablo se encontró en medio de un tropel de judíos furiosos que estaban decididos a matarlo. La
multitud gritaba “¡Muera!” (Hechos 21:36). “Quiten a ese individuo de la tierra, porque no conviene que
viva” (Hechos 22:22). Para leer de la asombrosa liberación de Pablo de los incrédulos de Jerusalén, ver
Hechos capítulos 21-23. “Los rebeldes” = los que son desobedientes, es decir, desobedientes al evangelio.

2ª Petición de Oración (v.31) – poder entregar la ofrenda y que ésta sea acepta a los santos.

“Acepta” significa que sea bien recibida, aceptada. La misma palabra se usó en el v.16. Pablo deseaba
cumplir con su misión de amor para con los empobrecidos santos de Judea y ver que el donativo era
recibido con gratitud. ¿Cómo fue recibido Pablo por estos judíos? Ver Hechos 21:17. Lo más importante es
que estos judíos se dieron cuenta de que Dios estaba haciendo una gran obra entre los gentiles (Hechos
21:19-20). Ellos no resintieron la gran obra que Dios estaba haciendo al visitar a las naciones y tomar
pueblo para Su Nombre (Hechos 15:14).

3ª Petición de oración (v.32) – llegar a Roma por la voluntad de Dios.

Pablo llegó a Roma por la voluntad de Dios, pero no como él lo había planificado. El hombre propone, pero
Dios dispone. El llegó en cadenas como un prisionero romano, pero era en la voluntad de Dios y era para
“el progreso del evangelio” (Filipenses 1:12). Pablo llegó a Roma con gozo. El gozo que sintió Pablo
cuando primero se encontró con los hermanos romanos puede verse en Hechos 28:14-15. “”Ser recreado”
significa descansar o refrescar el espíritu (Thayer). El verbo (sin el prefijo) se usa en Mateo 11:28—“Yo os
haré descansar”. Para el significado de “confortar” ver 1 Corintios 16:18; 2 Corintios 7:13; Filemón 7,20.
Pablo sería un una bendición reconfortante para ellos y ellos para él.

Las tres peticiones fueron contestadas.

ROMANOS
CAPÍTULO 16
Romanos 16:1

Febe puede haber sido la persona que entregó personalmente la epístola de Pablo a los Romanos. Ella
recibió las sinceras recomendaciones de Pablo. Es interesante que de los cinco primeros creyentes que
Pablo menciona (v.1-6), tres de ellos fueran mujeres. Cuando del servicio a Cristo y a Su asamblea se
trata, las mujeres en ninguna manera ocupan un lugar secundario al hombre. Ellas son “coherederas de la
gracia de la vida” (1 Pedro 3:7) y su fidelidad será recompensada en el Tribunal de Cristo. Cuando se trata
de trabajar fielmente para el Maestro, no hay varón ni mujer en Cristo. Todos servimos al mismo Salvador
como Sus siervos amantes, aunque con diferentes capacidades. El Cristianismo Bíblico, a pesar de lo que
digan sus críticos, siempre ha dignificado a la mujer y ha permitido a las mujeres creyentes encontrar
plena satisfacción y gozo en ser la persona que Dios quiere que sean. Es en las sociedades en las cuales
los principios bíblicos no son honrados, que las mujeres son horriblemente maltratadas y tenidas en baja
estima.

Febe era tanto HERMANA como SERVIDORA (v.1). Pablo la reconoció como hermana en Cristo (un
acogedor término familiar) y como una servidora (diakonon) de la asamblea. Ella servía en la asamblea
local que estaba en Cencrea, una ciudad puerto localizada cerca de Corinto (comparar Hechos 18:18).

Febe era una “servidora” o una “diaconisa” de la iglesia. ¿Esta palabra se usa en un sentido general, para
indicar que ella era una humilde servidora de la asamblea o es usada en un sentido más técnico, de que
ella tenía un cargo en la iglesia? ¿Tenía la iglesia primitiva un cargo de “diaconisa” (diácono femenino)? No
se hace mención de “diaconisas” en el Nuevo Testamento. Sin embargo, hay un pasaje interesante que se
encuentra en 1 Timoteo capítulo 3, el capítulo que habla de los requisitos para los ancianos (obispos) y
diáconos. A la mitad de la lista de los requisitos para los diáconos, Pablo agrega esta acotación: “Las
mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo” (1 Ti.3:11). ¿Se refiere a
las mujeres de los diáconos o a otras mujeres en la asamblea (diaconisas)? Si se refiere a las esposas de
los diáconos, ¿por qué Pablo no dice nada en este capítulo acerca de los requisitos de las esposas de los
ancianos? ¿Por qué deben cumplir las esposas de los diáconos con ciertas normas, mientras hay silencio
en cuanto a las esposas de los ancianos? Alguien diría que Pablo no está estableciendo pautas para las
esposas de los diáconos, sino para las diaconisas.

Se pueda o no se pueda sustentar bíblicamente el “cargo” de diaconisa, debemos reconocer el “trabajo” de


una diaconisa. Tenga o no tenga oficialmente ese título, la santa mujer piadosa ha de ejercer como una
humilde servidora. Si entendemos el propósito de los diáconos masculinos, podemos entender la
necesidad de servidoras femeninas. El origen de los diáconos se encuentra en Hechos 6:4. Había la
necesidad de ministrar a las viudas necesitadas y este problema estaba llegando a ser una carga para los
apóstoles, hasta el punto de que dificultaba su ministerio de oración y de predicación de la Palabra de
Dios. El líder espiritual de la iglesia nunca debe ser desviado de su tarea principal
de oración y predicación. Fueron nombrados “diáconos” calificados para manejar esos asuntos, para que
los apóstoles pudiesen “persistir en la oración y en el ministerio de la Palabra”. El ministerio a las viudas
fue dado a los diáconos, para que los apóstoles pudiesen dedicarse al ministerio de la Palabra de Dios.

Esta es la función principal de un diácono hoy en día. Debe ser un hombre espiritual, un servidor humilde
y capaz de manejar cosas tales como las finanzas, el cuidado y la mantención de la propiedad y del
edifico, y todo lo que pueda aliviar la carga de los líderes espirituales de la asamblea, para que puedan
dedicarse con persistencia a la oración y al ministerio de la Palabra. Está demás decir que si un Pastor
pasa 25 horas a la semana pintando y haciendo trabajos de reparación, sacando la nieve con la pala,
limpiando el edificio de la iglesia, etc., entonces su ministerio en el púlpito sufrirá grandemente. Diáconos
fieles y capacitados deberían poder manejar muchos de estos necesarios quehaceres. Imagina una gran
tormenta de nieve que ha cubierto el suelo con 15 pulgadas de nieve fresca. El Pastor se pone su equipo
de nieve y sale a emprender la tarea. Repentinamente viene el diácono David con su maquinaria, toma la
pala y dice, “Pastor, yo haré esto. Quiero que regrese a su oficina y use el tiempo para ORAR y PREPARAR
la PREDICACIÓN. Los diáconos pueden ocuparse de la nieve, pero Dios ha dotado a algunos hombres para
alimentar a la grey (Efesios 4:11-12) y no queremos que usted descuide su tarea principal”.

De igual manera, las mujeres piadosas pueden cumplir funciones similares en la asamblea. Hay
incontables quehaceres y tareas que necesitan hacerse de las cuales podrían encargarse las mujeres y que
facilitarían las tareas y aliviarían la carga de los líderes espirituales de la asamblea. La mujer servidora
humilde podría preguntar, “¿Qué puedo hacer por el Pastor y los ancianos que pueda aliviar su carga y
hacerles más fácil dedicarse al importantísimo ministerio de la Palabra?”  Acaso las llamemos “diaconisas”
o no, esta “labor de una diaconisa” es muy necesaria en nuestro día y toda la asamblea se beneficiará de
ella. Las mujeres pueden funcionar como diaconisas, aunque no ostenten ese título oficial.

Romanos 16:2

Pablo exhorta a los creyentes romanos a “recibir” a Febe. Esto significa que la “recibieran entre ellos, que
la admitieran, la recibieran en comunión y compañerismo” (Thayer). Que le dieran una cordial bienvenida
en su medio (esta palabra “recibir” se usa en cuanto a los creyentes que esperan ansiosamente la venida
del Señor—Tito 2:13 –“aguardando”; Judas 21—“esperando”, y comparar Lucas 2:25- “esperaba” y Lucas
2:38—“esperaban”). Se usa en Filipenses 2:29 de los creyentes filipenses recibiendo a Epafrodito, el fiel
compañero de milicia de Pablo. Se usa del Señor Jesús que recibía a los pecadores y comía con ellos
(Lucas 15:2). Debían recibirla “en el Señor”, como a una hermana en Cristo, una que disfrutaba la bendita
UNIÓN con el Hijo de Dios. Debían hacerlo como “corresponde a santos”, como es digno de los santos.
Debían recibirla como es apropiado para los santos. Como creyentes debemos andar como es digno (la
misma palabra) de nuestro elevado, santo y celestial llamamiento (Efesios 4:1), y esto incluye nuestra
conducta hacia nuestros compañeros creyentes. Ser salvo es un tremendo privilegio, pero trae consigo la
enorme responsabilidad de andar y vivir de una manera digna.

Como santos, debemos andar como es digno de nuestro llamamiento (Efesios 4:1)

Debemos comportarnos como es digno de las buenas nuevas de Dios, el evangelio (Fil.1:27)

Debemos andar como es digno del Señor, agradándole en todo (Col. 1:10)

Debemos andar como es digno de Dios, que nos llamó a su reino y gloria (1 Te. 2:12)

En 3 Juan, Gayo es exhortado a ministrar a los santos “como es digno de su servicio” o de una manera
digna de Dios. Es decir, debía mostrar hospitalidad hacia ellos como si fuera Dios Mismo que hubiera
venido de visita. De la manera en que trataríamos al Salvador, deberíamos tratar también a los santos.
Son dignos de ese trato por causa de Cristo.
El Señor no quiere que olvidemos nunca QUIENES SOMOS EN CRISTO. Nunca olvidemos que somos
SANTOS (Rom.1:7). Dios nos ha santificado en Cristo Jesús (1 Co.6:11). Nosotros somos Sus SANTOS,
que han sido apartados para servir al Dios vivo. Vivamos santamente. No traigamos vergüenza sobre el
Nombre de Aquel que nos apartó para sí mismo.

Pablo instruye a los creyentes romanos que “ayuden” a Febe. Lo que significa “prestarle auxilio” (Thayer),
“proveer”, “preparar” (ver Hechos 23:24) cualquier cosa que necesitara. ¿Por qué debían asistirla? Porque
ella ayudaba y asistía a muchos, incluso a Pablo. Los que ayudan, merecen ser ayudados. Los que asisten
a otros, merecen ser asistidos. Es apropiado y corresponde asistir al que ayuda. No se nos dice
exactamente qué hacía Febe para ayudar a Pablo y a muchos otros. Pero piensa en las incontables
personas que a través de los siglos han sido ayudadas y bendecidas espiritualmente por la epístola de
Pablo a los Romanos. Al entregar esta epístola, Febe, en verdad, ha “ayudado a muchos”.

Romanos 16:3-4

Es interesante que Priscila, la esposa, es mencionada por Pablo antes que Aquila, su esposo. Considera la
siguiente información que provee el Nuevo Testamento acerca de este notable equipo marido/esposa:

1. Aquila y Priscila eran activos. Ellos eran, en buena manera, diligentes y hacendosos. Ellos hacían
tiendas (Hechos 18:2-3) y trabajaban duro en su oficio. Debemos tomar nota que Aquila era judío
(Hechos 18:2). Aunque Pablo conoció a estos dos creyentes en Corintio, ellos eran originalmente
de Roma (Hechos 18:2).
2. Ellos eran hospitalarios (Hechos 18:3). Ellos abrieron su hogar al Apóstol Pablo, que también
fabricaba tiendas. Ellos no sólo abrieron su hogar a Pablo, sino también sus corazones.
3. Ellos eran enseñables (dispuestos a aprender). Aquila y Priscila probablemente se convirtieron
bajo el ministerio de Pablo. No hay registro de que ellos hubiesen sido salvos antes de su
encuentro con Pablo en Hechos 18. Ellos no sólo recibieron a Pablo en su hogar, sino también
recibieron al Cristo de Pablo en sus corazones. Ellos recibieron con anhelo y buena disposición y
gozo el mensaje que Pablo predicaba. Ellos eran discípulos de Pablo. Ellos absorbían la doctrina y la
verdad que el Apóstol les entregaba.
4. Ellos se orientaban por la Biblia (Hechos 18:24-26). Ellos no solo estaban dispuestos a ser
enseñados, sino también eran capaces de enseñar a otros. Apolos era un gran predicador que era
muy versado en la Escrituras del Antiguo Testamento, pero ignoraba los hechos esenciales del
evangelio (y era débil en la verdad dispensacional). Teniendo una piadosa preocupación por este
hombre, Aquila y Priscila tomaron aparte a Apolos y le expusieron más exactamente el camino de
Dios. Es posible que Priscila tomara el liderazgo en estas sesiones con Apolo, porque en algunos
manuscritos su nombre es mencionado primero (ver Hechos 18:26). Algunas mujeres son más
capacitadas para explicar la doctrina bíblica que sus maridos, y para decir verdad, es permisible
que las mujeres tomen la delantera (aunque ciertamente no deben enseñar en la iglesia local). Ella
conocía la Palabra de Dios y era capaz de tratar esta clase de materias doctrinales. Esta pareja de
marido y mujer estaba bien versada en la verdad de Dios y podía ministrar a otros esa verdad.
5. Ellos tenían solicitud por la iglesia local (1 Co.16:19 y Rom.16:5). Ambos pasajes mencionan la
iglesia que estaba en su casa (tanto en Roma como en Efeso). Su hogar era un lugar de reunión
para los creyentes – un lugar de adoración, canto, predicación, compañerismo, oración y
partimiento del pan.
6. Ellos eran un equipo de marido y mujer. El nombre de Priscila se menciona seis veces en el
Nuevo Testamento y en cada lugar también se menciona el nombre de su marido. Ella siempre es
mencionada junto con él. Esto indica que había armonía en su relación y una unidad de propósito.
Ella trabajaba junto con su marido, no en contra de él. Ellos trabajaban como un equipo en el
servicio del Rey.
7. Ellos eran solícitos para con los hombres de Dios dotados (Rom.16:3). En este versículo ellos
son descritos como los “ayudantes” de Pablo (literalmente como “colaboradores”). Cuando Pablo
recordó a Priscila y Aquila, él podía decir, “estos queridos creyentes son mis ayudantes, mis
colaboradores”. ¿Puede decir tu Pastor lo mismo de ti? ¿Qué clase de relación tienes con los
hombres dotados por Dios (comparar Ef.4:11)? ¿Eres una ayuda o un obstáculo para tu Pastor?
¿Estás trabajando con él o en contra de él? ¿Te ve él como un factor positivo o como un factor
negativo? Ciertamente, Pablo consideraba a esta pareja de marido y mujer como un gran factor
positivo para su ministerio y servicio para Cristo.
8. Ellos eran valerosos (Rom.16:4). Aparentemente, Pablo debía su vida a este valiente equipo
marido-mujer. No se nos da detalle alguno, pero de algún modo, ellos arriesgaron y expusieron sus
vidas por causa de Pablo. Ellos expusieron sus propias cabezas para salvar la vida de Pablo, y como
resultado, Pablo y todas las iglesias de los gentiles estaban en deuda de gratitud para con ellos.
Pablo era el apóstol especial de Dios para los gentiles y si Priscila y Aquila no hubiesen intervenido,
Pablo podría haber muerto y su ministerio a los gentiles podría haber llegado a un abrupto final.
Priscila y Aquila manifestaron un genuino amor por Pablo en el espíritu de 1 Juan 3:16. Cualquiera
fuese el incidente al cual se refería Pablo, es posible que Priscila tuviera el rol más importante en
vista de que su nombre es mencionado primero en Romanos 16:3. Esto nos lleva al próximo punto.
9. Priscila era sumisa pero no oprimida. En las seis referencias del Nuevo Testamento en que se
menciona esta pareja marido/mujer, el nombre de Priscila viene primero en tres de estos lugares
(algunos dirían que esto es cierto en cuatro de esos seis lugares, por una variación textual en
Hechos 18:26). Como la costumbre era mencionar primero el nombre del marido, ¿por qué se
menciona primero el nombre de Priscila en estos pasajes? No se nos da la razón de ello y solo
podemos suponer. ¿Era porque ella era la más enérgica de los dos? ¿Tenía ella un carácter más
fuerte? ¿Tenía ella un celo superior? ¿Tenía ella más habilidad en ciertas áreas? ¿Tuvo un rol más
significativo al arriesgar su cabeza por Pablo? Sin tratar de hablar donde las Escrituras callan,
podemos decir lo siguiente:

Ella no era una mujer oprimida. Ella parece haber tenido dones o habilidades especiales o una
devoción a Cristo única que la capacitaban de tal modo para sobrepasar a su marido en algunas
áreas, como para merecer un reconocimiento especial de Pablo.

Ella era sumisa. En los seis pasajes en que ella es mencionada en el Nuevo Testamento (por Lucas
y Pablo), nunca se implica que ella estuviera de alguna manera fuera de línea. Ella nunca es
censurada, sino recomendada. Siempre se la menciona en conjunto con su marido. Ella era una
mujer sumisa.

10. Ellos fueron consistentes y fieles hasta el final (2 Timoteo 4:19). Esta es la última carta de
Pablo, escrita como 14 años después de que Pablo se encontrara por primera vez con Aquila y
Priscila. Ellos eran creyentes fieles. En ninguno de los escritos de Pablo o Lucas se dice
nada  negativo de estos dos creyentes. Hasta donde indican los registros, entre Pablo
y Aquila/Priscila siempre había armonía. Pablo nunca tuvo que decir de ellos lo que dijo de Demas
(2 Ti.4:10). ¿Qué de ti? ¿En qué condición espiritual estarás en catorce años más? ¡Que no
perdamos nuestro primer amor y que no perdamos el gozo de nuestra salvación!

Romanos 16:5

Pablo envió saludos a la iglesia que estaba en la casa de Aquila y Priscila. Esto nos lleva a la interesante
cuestión de las “iglesias hogareñas”. En el primer siglo no había edificios para iglesias como los
conocemos hoy. Los creyentes se reunían donde podían – en hogares, en el campo (comparar Hechos
16:13 donde vemos que los judíos se reunían junto al río), en las catacumbas, etc. Ellos tenían la promesa
de Cristo, “Porque donde están dos o tres congregados en Mi Nombre, allí estoy yo en medio de ellos”
(Mateo 18:20). El transporte tampoco era tan fácil como hoy en día. Hoy podemos viajar de un extremo al
otro de una gran ciudad sin mayor problema, pero en el primer siglo, cuando la mayor parte de los viajes
se hacían a pie, esto no era tan fácil.

Los siguientes pasajes son significativos cuando se trata de “iglesias hogareñas”:

Cuando Aquila y Priscila vivían en Efeso, se hace mención de “la iglesia que está en su casa” (1 Corintios
16:19).

En Romanos 16:14 Pablo saluda a varios creyentes y luego hace mención de “los hermanos que están con
ellos”. En Romanos 16:15 Pablo saluda a varios creyentes y luego menciona a “los santos que están con
ellos”. ¿Podría esto indicar dos localidades adicionales donde acostumbraban reunirse los creyentes?
En Hechos 12:12 leemos que “muchos estaban reunidos orando” en la casa de María, la madre de Juan
Marcos.

La casa de Lidia era usada como un lugar de reuniones para los creyentes (Hechos 16:15, 40).

En Laodicea había una iglesia hogareña cuyo anfitrión era Ninfas (saludos a “la iglesia que está en su
casa”—Colosenses 4:15).

En Filemón 2 leemos, “y a la amada hermana Apia, y a Arquito nuestro hermano de milicia, y a la iglesia
que está en tu casa”.

Aunque los creyentes se reunían en diferentes lugares, es importante recordar que en el designio de Dios,
cada ciudad grande no tenía más que una iglesia. Así en la ciudad de Roma no había varias iglesias; había
una iglesia. Cada ciudad tenía solamente una iglesia. Por ejemplo, en 1 Corintios 1:2 leemos sobre “la
IGLESIA (singular) de Dios que está en Corintio”. Corintio era una ciudad grande, pero tenía una sola
iglesia. En Apocalipsis 2:1 leemos de “la IGLESIA (singular) de Efeso”. Efeso también era una ciudad
grande, pero había una sola iglesia, aunque sabemos que había al menos una “iglesia hogareña” en esa
ciudad (ver 1 Corintios 16:19). Y aunque estemos de acuerdo en que los creyentes de Corinto puedan
haberse reunido en diferentes hogares, había ocasiones en que “TODA LA IGLESIA” se reunía “EN UN
LUGAR” (ver 1 Corintios 14:23 y 11:20).

Hoy día, a pesar de tener un sistema de transporte superior, justificamos el tener más de una iglesia en
una ciudad por el tamaño y la población de la ciudad. “Una iglesia no podría alcanzar a toda esta gente.
En esta ciudad hay lugar para varias iglesias”. En vista de esto, es interesante considerar la población
estimada de algunas ciudades que eran importantes en los tiempos del Nuevo Testamento:

JERUSALÉN

Josefo declara que en el tiempo de la Pascua (cuando había miles y miles de peregrinos y visitantes) había
2.700.000 personas en esta ciudad. La International Standard Bible Encyclopedia dice que para el año 70
D.C. la población de Jerusalén podría haber consistido de 250.000 (probablemente menos) habitantes.
Sería bastante seguro decir que había al menos 100.000 habitantes.

¿Cuántos creyentes había en la iglesia de Jerusalén (ver Hechos 2:41; 4:4; 5:14)? ¿Cuántas iglesias había
en Jerusalén (Hechos 15:4)?

ROMA

“Anteriormente se estimaba que en el primer siglo la población de Roma ascendía a entre 1.200.000 y
2.000.000 de habitantes. Sin embargo, en 1941 se descubrió en Ostia una inscripción con estadísticas que
indican que en el año 14 D.C., el año en que murió Augusto, la ciudad de Roma tenía una población de
4.100.000 habitantes” (Una Introducción al Nuevo Testamento, D. Edmond Hiebert y ver Introducción  al
Nuevo Testamento de Everett f. Harrison).

ALEJANDRÍA

Alejandría era la segunda ciudad más grande del Imperio Romano y contenía tres grandes grupos:
egipcios, judíos y griegos. De acuerdo con la Encyclopedia Schaff-Herzog, “al comienzo de la era cristiana
había 300.000 hombres libres en la ciudad de Alejandría”. La World Book Encyclopedia dice que, en su
momento culmine, esta ciudad puede haber tenido una población de 1.000.000 de habitantes.

EFESO

Había una sola iglesia en esta gran ciudad (Ap.2:1). Su población era tan grande que en el segundo siglo
rivalizaba con Alejandría en cuanto a la población.
ANTIOQUÍA

¿Cuántas iglesias había en esta ciudad (Hechos 14:26-27)? Esta también era una de las ciudades más
grandes del Imperio. Su población también consistía de una multitud diversa. De acuerdo con la Schaff-
Herzog Encyclopedia su población, en tiempos del Nuevo Testamento, era de 500.000 (medio millón).

TESALÓNICA

¿Cuántas iglesias locales se encontraban en esta ciudad (1 Ts.1:1)? En los días de Pablo, esta ciudad
puede haber tenido como 200.000 personas (ver Introducción al Nuevo
Testamento de Everett F. Harrison, p.260).

CORINTO

Esta gran ciudad comercial tenía una sola iglesia (1 Co. 1:2). La ciudad era heterogénea (una mezcla de
todo). La gente se atestaba allí para ganar dinero y gastarlo. Empresas y negocios comunes y libertinaje
común eran el único lazo que mantenía unida a la gente. Era la ciudad de pecado e inmoralidad y su
población puede haber llegado a los 700.000 (la mayoría la estima en medio millón de personas).
La Zondervan Pictorial Encyclopedia dice que había como 200.000 hombres libres y 500.000 esclavos.

Observaciones: Estas eran ciudades muy grandes aun en términos de estadísticas de población
modernas, sin embargo, había una sola iglesia en cada ciudad. Hoy día estamos lejos del modelo del
Nuevo Testamento. El Señor predijo que esto sería así en la parábola de la semilla de mostaza (Mateo
13:31-32). Del Cristianismo creció un sistema religioso monstruoso, anormal, insólito, horrible que ha
llegado a llamarse “Cristiandad”. El diablo ha tenido éxito en corromper, complicar, confundir y desordenar
lo que alguna vez fue un claro testimonio. Ha creado un caos.

Romanos 16:5 – Epeneto

Pablo se gozó en una cosecha de almas mientras ministraba en Asia. El primer fruto de esa cosecha (el
primer convertido) fue Epeneto, un creyente que fue cercano al corazón de Pablo. La Biblia dice “Acaya”,
pero el manuscrito griego apoya más bien que debemos leer “Asia”. Asia se refiere a Asia Menor (la
Turquía moderna), el área donde estaba localizada Efeso (como también las otras ciudades mencionadas
en Apocalipsis 2-3).

Pablo menciona a Epeneto después de haber mencionado a Aquila y Priscila, quienes también trabajaron
en Asia, específicamente en Efeso, una de las principales ciudades de Asia (1 Co. 16:9). Como ha
señalado William Hendricksen, “Es fácil imaginar que cuando Pablo o alguno de sus colaboradores, como
Priscila y Aquila, contemplaban la tremenda expansión del Cristianismo en y alrededor de la provincia
Romana de Asia, ellos debieron haber dicho, ‘y todo comenzó con Epeneto; él fue las primicias'”
(Romanos Capítulos 9-16, p. 503). Pablo ciertamente recordaba con gozo las primicias en Macedonia (en
realidad, las primicias de Europa), que fue una mujer llamado Lidia, cuyo corazón había abierto el Señor
(Hechos 16:14). Siempre es un gozo mirar hacia el pasado y recordar a la primera persona que fue salva
en cierto lugar, sabiendo que Dios, que comenzó esa buena obra, también la continuará. En una cosecha,
las “primicias” son el comienzo e indican que vendrá mucho más fruto. Ese fue ciertamente el caso en Asia
(ver Hechos 19:10-20). ¿Tienes en afectuosa memoria a la primera persona que guiaste al Señor? ¿Otros
la han seguido?

Romanos 16:6 – María

Poco se nos dice de María, excepto que ella “trabajó mucho” para Pablo y sus compañeros (o para la
iglesia de Roma, si aceptamos la variante de “vosotros”). El significado del término griego es que ella
trabajó mucho y se afanó diligentemente, hasta el agotamiento y la extenuación. Muchos creyentes
trabajan muy duro por la causa de Cristo y esto muchas veces pasa inadvertido, desapercibido y es
ignorado por los hombres. Pero Dios ciertamente toma nota (ver Hebreos 6:10). Que nosotros demos
nuestro todo por el Salvador y Su obra: “Levántense, hombres de Dios, olviden las cosas poco
importantes; den su corazón y su alma y su mente y sus fuerzas para servir al Rey de Reyes”.
María (Miriam) era un nombre muy común en el Nuevo Testamento y varias mujeres diferentes tenían
este nombre:

1. María, la madre de Cristo (Mateo 1:16).


2. María Magdalena (Lucas 8:2)
3. María, la madre de Juan Marcos (Hechos 12:12)
4. María de Betania, la hermana de Marta (Lucas 10:42)
5. María, la mujer de Cleofas (Juan 19:25; nótese que en este versículo, tres de las cuatro mujeres
mencionadas tenían el nombre “María”).
6. María, que es mencionada en Romanos 16:6.

Romanos 16:7

Hay alguna incertidumbre si acaso el segundo nombre representa a un hombre (Junias) o a una mujer
(Junia). Depende de cómo es acentuado el nombre. Si esta persona era una mujer, es posible
que Andrónico y Junia fueran marido y mujer. Pablo nos dice cuatro hechos interesantes sobre estos dos
creyentes:

1. Ellos eran “parientes” de Pablo. Esta palabra se usa a veces para parientes sanguíneos cercanos,
como en Marcos 6:4; Lucas 1:36 (Elisabeth, “parienta de María”), Lucas 1:58; Lucas 2:44; Lucas
14:12; Lucas 21:16; Juan 18:26 y Hechos 10:24. En Romanos 9:3 Pablo usa este término en un
sentido más amplio al referirse a todos los israelitas como sus “parientes según la carne”. En
Romanos 16 Pablo usa este término tres veces (ver versículos 7,11,21) y nombra a seis personas
como sus parientes. ¿Significa esto que estas personas eran israelitas, relacionados unos con otros
como lo eran todos los judíos, o está indicando Pablo un parentesco más cercano? Parece inusual
que Pablo (originalmente de Tarso) tuviera seis parientes cercanos en Roma que fueran todos
creyentes, de modo que es mejor entender este término en un sentido más amplio. Pablo no
saludaba a todos los judíos como sus “parientes”, porque en el versículo 3, Priscila y Aquila son
judíos, pero Pablo no los llama sus “parientes”. Si el término aquí se refiere al hecho de que esas
seis personas son israelitas, entonces es interesante que cuando Pablo saluda a la iglesia, él hace
mención especial de algunos israelitas que estaban en la iglesia. Esto puede tener relación con
Gálatas 6:16, donde Pablo hace una mención especial de un grupo que él llama “el Israel de Dios”
(el Israel que pertenece a Dios). El “Israel de Dios” no se refiere a creyentes gentiles (los gentiles
nunca son llamados israelitas en las Escrituras), sino a creyentes judíos que son judíos
“interiormente” (Romanos 1:28-29).
2. Ellos eran “compañeros de prisiones” de Pablo. El libro de Romanos fue escrito antes del primer y
segundo encarcelamiento de Pablo en Roma, pero de acuerdo con 2 Corintios 6:5 y 11:23, Pablo
estuvo a menudo en prisión y Andrónico y Junia tienen que haber compartido la aflicción de Pablo
durante uno de esos encarcelamientos.
3. Ellos eran “muy estimados entre los apóstoles”. Esto puede entenderse en una de dos maneras: 1)
ellos eran apóstoles de reputación especial, es decir, se destacaban entre los apóstoles. Si este es
el significado de Pablo, entonces está usando el término “apóstol” en un sentido no técnico, o sea,
de cualquiera que es enviado en una misión; 2) Los apóstoles tomaron nota de ellos. Este es el
significado más probable. Puesto que estos dos creyentes  vinieron a Cristo antes que Pablo (ver
punto #4), ellos probablemente eran de la cercanía de Jerusalén y eran conocidos por los apóstoles
y tenían un excelente testimonio delante de ellos.
4. Ellos fueron “en Cristo” antes que Pablo. Ellos vinieron a Cristo antes que Pablo, antes de Hechos
capítulo 9. En años espirituales, ellos eran mayores que Pablo. Este interesante punto es
significativo para entender cuando comenzó la iglesia. Si estar “en Cristo” tiene el significado
técnico que se encuentra en Gálatas 3:27-28 (estar “en Cristo”= estar en la iglesia), entonces, de
acuerdo con Romanos 16:7, la iglesia tiene que haber comenzado antes de Hechos 9. Esto también
lo sabemos por los versículos que hablan de Pablo persiguiendo a “la iglesia” (1 Co.15:9; Fil.3:6;
Gá.1:13). Esto agrega apoyo al hecho de que la iglesia empezó en Hechos capítulo 2 (Pentecostés)
y niega la noción ultradispensacionalista de que la iglesia empezó en Hechos 13 (como dicen
algunos) o en Hechos 28 (como dicen otros). Debemos notar también que si “estar en Cristo” lleva
el significado técnico de ser parte de Su iglesia, entonces 1 Tesalonicenses 4:16 (“los muertos en
Cristo resucitarán primero”) indica que la resurrección que tendrá lugar en el rapto sólo incluye a
los santos de la era de la iglesia y no incluye a los santos del Antiguo Testamento (como
enseñaban algunos antiguos dispensacionalistas).

Romanos 16:8 – Amplias

De acuerdo con Hendricksen, el nombre Amplias era un nombre común entre los esclavos. Amplias era
posiblemente un esclavo en la iglesia de Roma, pero era amado por Pablo. Los creyentes tienen un
maravilloso vínculo en Cristo, sin importar su estado en la vida o su posición social. El evangelio pone a
todos los creyentes al mismo nivel. Todos somos siervos de nuestro Amo, el Señor Jesucristo (Col. 3:23-
24). Amplias puede haber sido un esclavo, pero para Pablo, él era un muy querido hermano en Cristo. En
las iglesias del Nuevo Testamento el énfasis era sobre la espiritualidad del hombre y su andar con el Señor
y no sobre su condición en la vida. Por ejemplo, en 1 Timoteo capítulo 3 un hombre no queda
descalificado para ser anciano o diácono por ser un esclavo (no se menciona nada semejante). Esto abre
el camino a la fascinante posibilidad de que un esclavo pueda ser un oficial en una asamblea local de
creyentes y que su amo creyente tuviera que estar en sumisión a él en la asamblea; en cambio fuera de la
asamblea, el esclavo creyente estaría sometido a su amo creyente. Uno recuerda los días de William Carey
en la India cuando la gente estaba esclavizada por un estricto sistema de castas, pero cuando esta gente
confiaba en Cristo como en su Salvador e ingresaban en la iglesia del Dios vivo, ellos disfrutaban de igual
posición en Cristo, siendo coherederos de la gracia de la vida. “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo
ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28).

Romanos 16:9 – Urbano y Estaquis

Ellos eran colaboradores (la misma palabra como en el v.3). Los creyentes trabajan juntos en el mismo
equipo, teniendo la misma ambición (agradar a Cristo –2 Co.5:9) y teniendo la misma meta (la gloria de
Dios –1 Co.10:31). Tal como los miembros de nuestro cuerpo se ayudan unos a otros, así es en el cuerpo
de Cristo (1 Co.12:12, 20-27). Estaquis era amado por Pablo. Nótese cuán animadores son los saludos de
Pablo en estos versículos. Estos creyentes romanos tenían ciertamente sus debilidades y sus fallas, pero
Pablo los saluda con amor y “el amor es benigno y no hace nada indebido (1 Co. 13:4-5). Pablo no veía a
estos creyentes como eran en sí mismos, sino como estando “en Cristo” (ver v.3, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13 y
note las expresiones “en Cristo”  “en el Señor”).

Romanos 16:10

La palabra “aprobado” se encuentra en otras partes, como en Rom.14:18; 1 Co.11:19; 2 Co.10:18; 13:7
y 2 Ti. 2:15 (Timoteo debía hacer todo esfuerzo para presentarse a sí mismo “aprobado” por Dios, como
obrero que no tiene de qué avergonzarse). También se encuentra en Santiago 1:12 – “Bienaventurado el
varón que soporta la tentación (persevera en el conflicto); porque cuando (después que) haya resistido la
prueba (fuera probado y aprobado), recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”.
Esta misma palabra, con el prefijo negativo (“desaprobado”), se encuentra en 1 Co.9:27 (“eliminado”) y
significa “desaprobado, descalificado, rechazado” (ver también Rom.1:28; 2 Co.13:5, 6, 7; Tito 1:16;
Hebreos 6:8; 2 Ti.3:8). Apeles era un creyente que había sido probado en pruebas y aflicciones y
circunstancias adversas, pero él confió en el Señor y permaneció fiel a Cristo. Es de suma importancia
cómo el creyente responde a las duras pruebas que Dios pone en su camino.

Algunos (Lightfoot, Hendricksen) han sugerido que Aristóbulo puede haber sido el nieto de Herodes el
Grande (el hermano de Herodes Agripa I), si bien es difícil determinar si esto es realmente el caso. Si así
fuese, Pablo estaría probablemente refiriéndose a esclavos de su casa que eran creyentes. Nunca
debemos ser reticentes de encontrar creyentes aun en los lugares menos pensados. La familia de Herodes
era una de las familias más impías de la historia de la humanidad, pero Dios puede hacer Su maravillosa
obra de gracia aun dentro de las puertas y los muros de los incrédulos más infames. Es irónico que aún en
nuestros días, la más celebrada y publicitada atea de la segunda mitad del siglo veinte tuviera un hijo que
se hizo cristiano, muy a su pesar y disgusto.

Romanos 16:11 – Herodión, Narciso


Herodión era pariente de Pablo, lo cual probablemente indica que era judío (ver discusión bajo v.7).
Debemos recordar también el cercano parentesco que, como “hermanos”, tienen todos los creyentes. No
puede haber un pariente más cercano que un hermano. El nombre “Herodión” puede indicar alguna
relación con la familia de Herodes. Hendricksen sugiere “asociado con” o “teniendo admiración por” la
familia de Herodes. Murray sugiere que pertenecía a la familia o a la casa de Herodes. Quizás él también
estaba relacionado con la casa de Aristóbulo (v.10).

El nombre “Narciso” nos recuerda a un joven mitológico, que era tan hermoso, que todas las niñas
deseaban pertenecerle, pero él solo las evitaba. No quería a ninguna. Finalmente, una de las niñas, cuyo
corazón él había herido, hizo la siguiente oración a los dioses, “Que el que no ama a otros, se ame a sí
mismo”. La diosa Némesis concedió su petición. Cuando Narciso se inclinó sobre una límpida poza para
beber y vio su propio reflejo, se enamoró inmediatamente de él. El ardía de amor por sí mismo y no podía
dejar de contemplar su imagen. El permaneció allí, languideciendo lentamente hasta que murió. De modo
que Narciso (narcisismo) ha llegado a ser un término que se refiere a AMOR A SÍ MISMO, un interés
excesivo por la propia apariencia, bienestar, importancia, habilidades, etc. Lamentablemente, esta es una
de las principales características de los últimos tiempos – “Porque habrá hombres amadores de sí
mismos” (2 Ti.3:2).

Lightfoot sugiere que Narciso puede haber sido un rico y poderoso liberto que tenía una cercana relación
con el Emperador Claudio, sirviendo como su secretario, y que, más tarde, fue ejecutado poco después
que Nerón asumiera el trono. Si Aristóbulo estaba relacionado con la casa de Herodes (ver v.10), entonces
podría haber sido un cercano aliado de Claudio. Estas dos posibilidades nos pueden ser de alguna ayuda
para entender Filipenses 4:22 (“los santos… de la casa de César”), porque habría habido al menos dos
casas dentro del palacio que tenían creyentes entre ellos.

Romanos 16:12 – Trifena, Trifosa y Pérsida —tres mujeres trabajadoras

Estas tres creyentes eran conocidas por su TRABAJO. La palabra significa trabajo arduo, aun hasta el
punto del cansancio y agotamiento. El creyente debe aprender a DESCANSAR aun en medio del trabajo
(Mateo 11:28). Estas tres mujeres trabajaron “en el Señor” y sabemos que nuestro trabajo en el Señor no
es en vano (1 Co. 15:58). Nuestro trabajo debe ser “en el Señor” y también debe ser por amor a Su gran
Nombre  (Ap.2:3), por causa de QUIÉN ES ÉL. AQUEL para quien trabajamos, es digno de nuestro mayor
esfuerzo y energía. ÉL merece nada menos que lo mejor de nosotros. Si alguien trabajó, ese fue el Apóstol
Pablo mismo: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo,
antes he TRABAJADO más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo” (1 Co.15:10 y
comparar Col.1:29; 2 Co.11:23). Este fue un TRABAJO motivado y capacitado por la gracia de Dios.
Nuestra motivación para trabajar también debería ser el AMOR—amor por el Salvador y por los creyentes
y por todos los hombres. Dios no es injusto como para olvidar ese trabajo de amor (Hebreos 6:10).

Trifena y Trifosa tenían nombres muy similares y quizás eran hermanas (a veces los padres dan a sus
hijos nombres que suenan parecidos o que en alguna manera son similares (Ruth y Raquel, Maricarmen y
Marisol, etc.). El trabajo de Pérsida es descrito en tiempo pasado, lo cual es inusual (el trabajo de las
primeras dos mujeres es descrito en tiempo presente). Hendricksen ofrece una posible explicación: “La
distinción en el tiempo del verbo, ¿indicaría que la fragilidad, relacionada con la edad, había alcanzado a
Pérsida, de modo que ya no estaba en condiciones de trabajar tan diligentemente como antes? Si fuese
así, Pablo se preocupa de que su trabajo anterior no pase al olvido. Es una lección que todos debemos
recordar”. Pablo era cuidadoso al referirse a una santa femenina. En el v.9, él se dirige a Estaquis (un
hombre) como “amado mío”, pero se refiere a Pérsida como “la amada”. Es importante ser cuidadoso en
estas cosas, no sea que un hombre dé la impresión de ser demasiado familiar con una mujer.

Romanos 16:13 – Rufo y su madre

Es posible que aquí Pablo esté enviando saludos al mismo “Rufo” que es mencionado en Marcos 15:21, el
hijo de Simón, el hombre que llevó la cruz de nuestro Señor. El “Rufo” mencionado en Marcos 15:21 tenía
un hermano llamado Alejandro. Pablo describe a la madre de Rufo como “su madre y la mía”. Había un
sentido en que Pablo llamaba a la madre de Rufo como su madre, recordándonos Marcos 10:29-30. Sin
duda que ella tuvo ocasión de cuidar de Pablo como si fuera su propio hijo. Cuando somos salvos y
llegamos a ser miembros de la familia de Dios (Juan 1:12), pronto descubrimos que tenemos muchos
hermanos y hermanas y madres y padres. Los hijos de Dios, comprados con sangre, tienen una relación
única unos con otros. “Que las madres cristianas encuentren aquí un campo inmenso para desarrollar ese
prodigioso corazón de instintivo cuidado amoroso dado por Dios a las madres, para que extiendan su
solicitud maternal más allá del círculo de su propia familia, a todos los cristianos y especialmente a todos
los que trabajan por Cristo. ¡El Señor lo tendrá presente en Su venida! (Newell).

Todos los creyentes son “escogidos en el Señor”. Todos somos los elegidos de Dios (ver Col.3:12;
Rom.8:33; 2 Ti.2:10; 1 Pedro 1:2; 2:9 donde se usa esta misma palabra). Comparar también Efesios 1:4.
Algunos piensan que este término es usado aquí en un sentido especial, que significa que Rufo era un
creyente “selecto” (un creyente excepcional que tenía alguna eminencia). Thayer dice que puede tener el
significado de “preferente, selecto, es decir, lo mejor de su clase, excelente, preeminente”. Pero si Rufo
era un creyente tan excepcional y preeminente, ¿por qué es mencionado solamente aquí y en ninguna
otra parte de las Escrituras? (Aquila y Priscila, por ejemplo, son mencionados varias veces en el Nuevo
Testamento). De modo que es posible que Pablo usara la expresión “escogido en el Señor” en su sentido
normal y común. Quizás estaba tratando de animar el corazón de Rufo recordándole el glorioso hecho de
su elección, un hecho que debiera provocar mucha gratitud en el corazón de todo creyente (2 Ts.2:13).
Quizás Rufo llegó a ser salvo de una manera muy notable, habiendo sido una persona que parecía poco
probable que jamás viniera a Cristo. Todos conocemos personas que, desde un punto de vista humano,
parecen candidatos imposibles para ser salvos: “¡Ese hombre nunca será salvo!” Pero Dios, que convirtió a
Saulo de Tarso, puede sorprendernos maravillosamente. “Rufo, no olvides nunca la maravillosa obra de
Dios de llamarte y escogerte y atraerte a Sí Mismo. ¡Tu eres un trofeo de la gracia soberana y salvadora
de Dios!”

Romanos 16:14-15 –Diez creyentes

Cinco creyentes son saludados por nombre en el v.14 y se hace mención de los “hermanos que están con
ellos”. Cinco creyentes son mencionados en el v.15 como también los “santos que están con ellos”. Ver
nuestro comentario en cuanto a las “iglesias hogareñas” bajo Romanos 16:5. Nereo puede haber sido un
instrumento en la salvación de dos Romanos famosos. En el año 95 D.C. Roma estuvo conmocionada
cuando dos distinguidos ciudadanos Romanos fueron condenados a muerte por ser creyentes cristianos:
Flavio Clemente y su esposa Domatilla (ella era la nieta de Vespasiano, un Emperador anterior y era la
sobrina de Domiciano, el Emperador reinante). Flavio fue ejecutado y su esposa fue exiliada a una isla.
Flavio y su mujer tenían un sirviente doméstico llamado Nereo (ver v.15). Nereo era un nombre común,
pero si el sirviente doméstico de Flavio era el mismo hombre al cual se estaba refiriendo Pablo, entonces
es probable que Nereo tuviera influencia en la salvación de estas dos personas eminentes.

Romanos 16:16 - El Ósculo Santo

En la iglesia primitiva había un parentesco único entre los creyentes: “Saludaos los unos a los otros con
ósculo santo (beso santo)”. También había una relación única entre las asambleas de creyentes: “Las
iglesias de Cristo os saludan”. Los creyentes tenían una relación especial los unos con los otros y las
asambleas tenían una relación especial las unas con las otras, todo por causa de Jesucristo.

En el Nuevo Testamento el término ÓSCULO es mencionado cinco veces en conexión con saludos. Cuatro
veces Pablo habla de “un ósculo santo” (Rom.16:16; 1 Co.16:20; 2 Co.13:12; 1 Ts. 5:26) y Pedro habla
una vez de “un ósculo de amor” (1 Pedro 5:14). El Señor Jesús habló de esta costumbre cuando reprendió
suavemente a Simón el Fariseo: “No me diste beso” (Lucas 7:45). Cuando Pablo se despidió de los
efesios, ellos “echándose al cuello de Pablo, le besaban” (Hechos 20:37 y comparar la bienvenida del hijo
pródigo en Lucas 15:20). La costumbre era besar en la frente o en la mejilla, no en los labios (no era en
manera alguna un beso sensual, erótico o romántico). Puesto que Pablo los exhortaba a “saludarse” con
este beso, ¿puede ser que el saludo se extendía a todos los creyentes, y no sólo a los miembros del
mismo sexo (comparar Génesis 29:11, donde Jacob besó a Raquel, que no era un beso romántico sino un
beso afectuoso entre parientes)? Sin embargo, hay algunos que piensan que esta costumbre solo se aplica
a miembros del mismo sexo – hombres besando a hombres y mujeres besando a mujeres
(ver The Internacional Standard Bible Encyclopedia, p.1814). Era un “beso santo”, indicando que Dios
estaba involucrado y que Dios se agradaba de esta tierna y afectuosa demostración de amor entre
creyentes: “nunca debería afectar a menos que a tres partes: Dios y los dos que se están besando. El
beso santo simboliza el amor de Cristo compartido mutuamente” (Hendricksen).
En nuestra sociedad y en la mayoría de las sociedades de hoy, un cálido y afectuoso saludo se expresa de
otras maneras que con un beso. Un cálido y afectuoso “apretón de manos santo” sería ciertamente un
sustituto que honra a Dios, para lo que hacían los cristianos del primer siglo, y si de “saludarnos unos a
otros” se trata, no debe negarse la mano, aunque sea ofrecida por un miembro del sexo opuesto. Somos
hermanos y hermanas en Cristo y debemos procurar amarnos unos a otros entrañablemente de CORAZÓN
PURO (1 Pedro 1:22).

Hay ocasiones en que los creyentes tratan de obedecer la “letra de la ley”, y al hacerlo, desobedecen el
“espíritu de la ley”. Esto podría suceder con el “beso santo”. Hay algunas iglesias en América que tratan
de practicar esta costumbre, pensando que es bíblica. Sin embargo, los que han sido testigos de ésto,
informan que tal saludo es cualquier cosa, menos cálido y afectuoso.

Besar a otros creyentes es tan extraño a nuestras costumbres, que hacemos los gestos respectivos, pero
pierden toda calidez y afecto. De modo que al guardar la letra de la ley, hemos perdido el espíritu de la
ley. Es mucho mejor perder la letra de la ley reemplazando el beso por un cordial apretón de manos y así
cumplir con el espíritu de la ley (un saludo cálido y afectuoso). Los creyentes que viven en países en los
cuales esta clase de beso se practica, están en mejores condiciones para cumplir tanto con la letra como
con el espíritu de la ley.

“Las iglesias de Cristo” envían sus saludos a la iglesia de Cristo que está en Roma. Las iglesias del primer
siglo tenían un vínculo y una unidad que ya no encontramos entre las iglesias hoy en día. Esto era así,
porque las iglesias del primer siglo tenían en común lo siguiente:

IGUAL ENSEÑANZA “como enseño en todas partes y en todas las iglesias” (1 Co.4:17)

IGUAL PRÁCTICA “como el Señor llamó a cada uno, así haga; esto ordeno en todas las iglesias”
(1 Co.7:17).

IGUAL COSTUMBRE “pero si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre,
ni las iglesias de Dios” (1 Co. 11:16).

IGUAL ORDEN “Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de
los santos” (1 Co. 14:33).

Hoy hay un grupo de Iglesias llamado “LA IGLESIA DE CRISTO” que asegura basar sus prácticas y su
doctrina solamente en la autoridad de las Escrituras del Nuevo Testamento. Lamentablemente, este grupo
de iglesias promueve serios errores en al menos dos puntos: 1) Ellos enseñan la regeneración bautismal,
que una persona no puede ser salva y que no puede tener sus pecados perdonados hasta que haya sido
bautizada en agua; 2) Ellos enseñan que un creyente en Cristo puede perder su salvación.

Romanos 16:17-18 - Un Llamado a la Separación

En este punto del texto tenemos un abrupto quiebre en la corriente del pensamiento. Pablo había estado
dando una serie de saludos a los creyentes que vivían en Roma. Luego, de pronto, él se detiene, como si
recordara algo muy urgente que tenía que compartir con estos creyentes, para su propia seguridad y
protección. Nos recuerda a Judas cuando está escribiendo con toda diligencia sobre la común salvación,
pero que repentinamente cambia de tema, porque de improviso fue empujado a exhortar a la gente a
contender ardientemente por la fe que ha sido dada una vez a los santos y de guardarse de los falsos
maestros (Judas 3 y siguientes).

En estos versículos Pablo expresa una advertencia y exhortación final en cuanto a los falsos maestros, en
los cuales él enuncia dos maneras en que los creyentes pueden protegerse contra los falsos maestros. La
primera es por SEPARACIÓN (v.17) y la segunda es por PENETRACIÓN (v.18).

SEPARACIÓN (Versículo 17)


La primera manera en que podemos protegernos contra los falsos maestros es por SEPARACIÓN. Este
versículo está estructurado alrededor de dos mandamientos. La separación bíblica sólo puede llevarse a
cabo obedeciendo estos dos mandamientos. El primer mandamiento es un mandato a identificar:
FÍJENSE. Es imposible separarse de un falso maestro si no sabes quién es. Tiene que ser identificado por
lo que realmente es. Este mandamiento es dado a los “hermanos” de Roma, no solamente a los ancianos
de Roma y no solamente a la directiva de esta asamblea local. Cada creyente debe tener esta clase de
discernimiento. Pablo estaba diciendo, “Asegúrense de reconocerlos y de identificarlos. Tienen que estar
constantemente en guardia contra aquellos que pueden promover falsas doctrinas” (compare la
advertencia que Pablo dio a los ancianos de Efeso en Hechos 20:29-31).

Luego Pablo da alguna ayuda para identificar a esos falsos maestros, describiéndolos como aquellos que
“causan división y tropiezos”. Los que son fieles a la Palabra de Dios y en buena manera de “mente
estrecha” (la Biblia es un libro muy estrecho, comparar Mateo 7:13-14), son acusados de ser DIVISIVOS.
“Ustedes, los separatistas, están siempre dividiendo el cuerpo de Cristo. ¿Por qué no son más amorosos y
menos dogmáticos en cuanto a lo que creen?” Etc. Pablo nos recuerda quienes son realmente los que
causan  división: los que van en contra de la doctrina que había sido transmitida. En otras palabras, los
que causan división son los que rehúsan permanecer en obediencia y fidelidad a la Palabra escrita de Dios,
desde Génesis hasta Apocalipsis. Los que se apartan de ese seguro fundamento son los que, desde la
perspectiva de Dios, causan división. Ellos no deberían haberse movido del sólido fundamento de la roca
de la verdad.

Estos falsos maestros causan divisiones y tropiezos contrarios a la doctrina (enseñanza) que habían
recibido los creyentes romanos. Esta preposición para (contraria) se traduce normalmente “a lo largo de”.
El error trepa furtivamente alrededor de la verdad y camina en paralelo a ella. El error siempre se mueve
muy cerca de la verdad y, sin embargo, no concuerda con la verdad. Se acerca a ella y es muy sutil. Pablo
esperaba que los creyentes romanos conocieran lo suficientemente bien la doctrina como para discernir la
verdad del error y fuesen así capaces de señalar e identificar a los falsos maestros. Ellos necesitan ser
muy expertos para ver la diferencia entre lo que es falso y lo que es verdadero, aunque lo falso y lo
verdadero puedan parecer muy similares. Uno de los problemas en muchas iglesias de hoy es que la gente
no conoce suficiente doctrina como para poder reconocer a la persona cuya enseñanza es contraria a la
sana doctrina.

Una vez que el falso maestro ha sido observado e identificado, ¿qué viene luego? Esto nos lleva al
segundo mandamiento para la separación: EVÍTALOS. Esto significa literalmente, “apartarse de ellos”.
Nótese que no debemos apartarnos solamente de sus enseñanzas, sino de ellos. Alva McClain lo dijo de
esta manera, “Aléjate lo más posible de ellos”.

En cuanto a los que enseñan falsa doctrina, nótese lo que el Nuevo Testamento nos dice en otras partes:

Sea anatema (Gálatas 1:8-9)

A éstos evita (2 Timoteo 3:5)

Al herético, después de una o dos admoniciones, deséchalo (Tito 3:5)

Si alguno viene a vosotros y no trae esta doctrina, no lo recibáis… (2 Juan 10)

(Cada uno de estos pasajes debe ser estudiado en su contexto para que cada mandamiento
pueda ser entendido correctamente y obedecido apropiadamente).

PENETRACIÓN (Versículo 18)

La penetración demandada en el v.18 es doble. Primero, está la penetración en sus motivos (“Porque los
tales no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres”) y segundo, está la penetración en
sus métodos (“y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos”).
La penetración en sus motivos: Debemos penetrar detrás de su mera profesión. Ellos profesan servir a
Cristo, pero Pablo penetró en sus verdaderos motivos. El negó que ellos sirvieran a Cristo, sino discernió
que ellos servían más bien a sus propios vientres. Esta era una manera muy fuerte de decir que ellos se
estaban SIRVIENDO A SÍ MISMOS. La palabra “vientre” viene de una palabra que significa “hueco” y
puede señalar toda la cavidad física (palabra que se usaba a menudo en el Nuevo Testamento para
matriz). En Juan 7:38 simboliza metafóricamente la parte más interior del hombre (Vine). En Filipenses
3:18-19 Pablo usó este término para describir a los enemigos de Cristo: “cuyo dios es el vientre”. Hoy en
día hay muchos que aseguran estar sirviendo a Cristo, pero están en realidad esforzándose por ganancia
personal y fama. No les preocupa el Nombre y la reputación de Cristo. Ellos están sirviendo y agradándose
a SÍ MISMOS y no a Dios.

La penetración en sus métodos: Ellos engañan los corazones de los ingenuos (literalmente “sin
malicia”, inocentes, los que no sospechan). Estas víctimas son almas confiadas que no esperan nada malo.
¿Cómo engañan estos falsos maestros a estos ingenuos? Lo hacen con palabras suaves (palabras que
parecen tan buenas, tan encomiables) y lisonjas (lenguaje halagador). Los falsos maestros realmente
saben como comunicar. Es VENENO, pero servido en fuentes tan bellas. Ellos son conversadores muy
pulidos. Tienen el don de hacer que el error parezca tan bueno. Recordamos las palabras de la serpiente
en Génesis 3 que le parecieron tan buenas a Eva. Necesitamos penetrar y mirar más allá de su pulido y
adulador lenguaje y discernir el silbido de la serpiente. Tales personas deben ser indicadas y evitadas.

Romanos 16:19

Después de dar una seria advertencia contra los falsos maestros no regenerados, Pablo amonesta a los
romanos en cuanto a su responsabilidad hacia el bien y el mal. El destaca primero su fidelidad (ellos no
habían sucumbido ante la enseñanza falsa): “vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos”. Ya
hemos visto que los romanos eran famosos por su fe (Romanos 1:8). Donde hay fe, también habrá
obediencia: “por fe Abraham….obedeció” (Hebreos 11:8). El mejor antídoto contra la enseñanza falsa es
obedecer simplemente la Palabra de Dios (comparar Rom.6:17). Su obediencia causaba que Pablo
estuviera contento y se gozara sobre ellos (comparar con el regocijo del apóstol Juan sobre los creyentes
obedientes en 3 Juan 3-4). Los creyentes Romanos ocupaban un lugar crucial y estratégico en el corazón
del imperio y sería trágico que su fe se corrompiera. Históricamente sabemos que con el tiempo esto
sucedió. El sistema religioso más corrupto e influyente que jamás se desarrollara desde el cristianismo
lleva el nombre “Romano”- la iglesia Católica romana.

El sincero deseo de Pablo para esos creyentes era que ellos fuesen “sabios para el bien e ingenuos para el
mal”. Ser sabio para el bien comprende  “el constante estudio de la Palabra de verdad de Dios, y la
cuidadosa observación y valoración de lo que es bueno en las vidas que nos rodean y en las vidas y obras
que leemos. Pablo resume la idea en Filipenses 4:8” (Newell). Dios quiere que seamos estudiantes
esmerados cuando se trata de lo que es bueno, quién es bueno y cómo ser bueno. Debemos estar
comprobando constantemente cual sea esa buena voluntad de Dios (Rom.12:2), siguiendo siempre lo
bueno (1 Ts.5.15; 1 Pedro 3:13), evitando siempre lo que no es bueno (1 Pedro 3:11) y abundando
siempre en toda buena obra (2 Co. 9:8; Ef.2:10; 2 Ts.2:17; 2 Ti.3:17; Tito 3:1) llevando fruto en toda
buena obra (Col.1:10).

Ser “ingenuo para el mal” tiene que significar, en cierto sentido, lo opuesto a “ser sabio para el bien”. No
debemos ser sabios para el mal. Debemos ser ingenuos (inocentes, ignorantes) para el mal, en un buen
sentido. No debemos inspeccionar el mal, en el sentido de ir y averiguar por experiencia y por
investigaciones personales cuán podrido ha llegado a ser el sistema del mundo. Cuando se trata de
conocimiento y entendimiento, debemos ser maduros y no como niños, pero cuando se trata de la malicia
y maldad, debemos ser muy inmaduros e ignorantes (1 Co. 14:20).  Cuando hay un programa de
televisión corrupto, el creyente no necesita verlo para descubrir por sí mismo lo malo que es, para poder
advertir a otros. “Muchos cristianos razonan que ven películas y programas de televisión degradantes,
porque dicen que deben estar familiarizados con los caminos del mundo para poder analizar mejor la
cultura secular y estar mejor preparados para testificar a los mundanos. Pero no es necesario escarbar la
basura para reconocerla por lo que es, y mientras más andamos alrededor de ella, tanto más se nos
adhiere su hediondez. Mientras más estemos dispuestos a asociarnos con el mal, tanto más nos rebajará a
su nivel” (MacArthur). Debemos “aborrecer lo malo” (Rom.12:9) y esquivarlo con horror y no tratar de
acercarnos lo suficiente como para investigarlo. Como pecadores salvos por gracia, ya hemos estado lo
suficientemente cerca del pecado. Nuestro objetivo ahora es alejarnos de él no más posible, “aborreciendo
aun la ropa contaminada con su carne” (Judas 23).

La palabra “ingenuo” significa literalmente “sin mezcla, sencillo”. Viene de un verbo que significa “mezclar,
combinar, mezclar vino y agua” con el prefijo negativo, de modo que “no mezclado, separado”. Significa
sin “entremezclar el mal, libre de engaño, inocente, sencillo” (Thayer). Se usaba para vino no diluido con
agua (vino puro) y de metal que no ha sido amortiguado (metal puro). Se usa en otros dos lugares en el
Nuevo Testamento – 1) Filipenses 2:15, “para que seáis irreprensibles y sencillos hijos de Dios….en
medio de una generación maligna y perversa”. 2) Mateo 10:16 –“sed prudentes como serpientes
y sencillos como palomas” (nótese que aquí, tal como en Rom.16:19, la palabra se contrasta con la
palabra “sabio”). En las Escrituras, la “paloma” parece ser un símbolo de pureza. Se usa en Cantar de los
Cantares 6:9 como término paralelo a “inmaculado” y es un símbolo del Espíritu Santo en Mateo 3:16.

Romanos 16:20

En este versículo se da al creyente esa maravillosa promesa de que nuestra lucha con Satanás llegará
pronto a su completo y total final, con Satanás totalmente vencido y con la gloriosa victoria que
comparten los santos de Dios. Dios es el “Dios de paz” en el sentido de que ÉL solamente puede poner fin
a la guerra con Satanás, lo cual resultará en paz para los santos (“paz” en el sentido de acabar con la
guerra, libre de conflicto). Obviamente, el pueblo de Dios disfruta ahora de la paz de Dios (Juan 14:27),
pero a la luz de la promesa de este versículo, Pablo estaba pensando probablemente en la paz final que el
creyente tendrá con la derrota de Satanás.

Esta promesa se refiere directamente a Génesis 3:15, donde se nos dice que la simiente de la mujer
(Cristo) heriría o aplastaría la cabeza de la serpiente (un golpe fatal), y que Satanás heriría o golpearía el
calcañar de Cristo (la cruz del Calvario). Dios infligirá un aplastante golpe al archienemigo de nuestras
almas, y nosotros participaremos de la victoria de Dios sobre Satanás. Los que son “coherederos”
(Rom.8:17) también son “co-conquistadores”. El será aplastado “bajo vuestros pies”. Cuando los israelitas
conquistaban a reyes enemigos, ellos simbolizaban su gran victoria poniendo sus pies sobre sus cuellos
(Josué 10:24). Dios invita a Sus santos a celebrar Su victoria sobre Satanás.

¿Cuándo tendrá lugar esta gran derrota de Satanás? Sucederá “en breve, rápido, repentino, pronto”. Los
creyentes son animados por el hecho de que la lucha, aunque difícil, no será larga. Podemos esperar que
sea pronto. El tiempo de Satanás es corto y su derrota es segura.

Proféticamente sabemos que, a la mitad de la tribulación, Satanás será echado fuera del tercer cielo y que
ejecutará su furia sobre la tierra, sabiendo que su tiempo es corto (Ap.12:12). Sabe que su destino está
sellado. Tres años y medio después, será lanzado al abismo y en ese tiempo estará literalmente “bajo los
pies” de los santos del milenio. Su último y final destino se describe en Apocalipsis 20:10 (y comparar
Mateo 25:41).

Cuando Pablo escribió a los Romanos, Satanás, aunque derrotado en el Calvario, era aún un
enemigo  formidable y activo, tal como también lo es hoy (1 Pedro 5:8-9; 1 Juan 4:4). Los creyentes del
primer siglo, tal como los creyentes de hoy, están esperando ansiosamente el inminente regreso de Cristo
(Tito 2:13; Rom.13:11; 1 Co.1:7; etc.). Sabemos que una vez que suceda este evento (lo que puede ser
en cualquier momento), la derrota de Satanás seguirá prontamente. Es desde la perspectiva de la
inminencia que podemos hablar de la derrota de Satanás como “pronto”. Los creyentes de cualquier
período de la historia de la iglesia deberían animarse con el hecho del pronto regreso de Cristo y de la
pronta derrota de Satanás.

Esta frase griega “pronto” o “en breve” también se encuentra en Apocalipsis 1:1 y 22:6—“las cosas que
deben suceder pronto”. Hay quienes piensan hoy que el período de la tribulación no es futuro, sino que
ya se ha cumplido en la historia o alrededor del tiempo de la destrucción de Jerusalén en el año 70 D.C.
Ellos creen que la mayor parte de la profecía, incluso la mayoría de lo que se ha predicho en el libro de
Apocalipsis, se cumplió en ese tiempo. Puesto que dice, “las cosas que han de suceder pronto”, ellos
razonan que todas estas cosas tienen que haber sucedido en el primer siglo. Pero Romanos 16:20 sirve
como argumento en contra de tal pensamiento. Obviamente, Satanás es un enemigo activo y peligroso en
el día de hoy, y que aun no ha recibido su golpe aplastante y destructivo, aun cuando Pablo prometió hace
como 2000 años que esto sucedería pronto. Sin embargo, desde la perspectiva de los creyentes de
entonces y de ahora, puede anticiparse que este evento tendrá lugar “en breve”.

Escribí a Gary DeMar, un prominente autor, anti-dispensacionalista y defensor del punto de vista que dice
que la mayoría de las profecías se cumplieron en el pasado o alrededor del año 70 D.C. Le pregunté
simplemente cuando sería aplastado Satanás a la luz de Romanos 16:20. También le pregunté si él
pensaba que esto ya había sucedido en el año 70 D.C. Aquí está su respuesta:

La principal referencia son los cristianos Romanos a quienes Pablo estaba escribiendo
(“vuestros pies” no “sus pies”, es decir, no los pies de la gente que no estaba viva cuando Pablo
escribió esta carta). El aplastamiento debía suceder “en breve”. “En breve” significa “en breve”.
Puesto que ya han transcurrido como 2000 años, lo que sea que Pablo estuviese describiendo, es
historia. Satanás se podría referir a los judíos apóstatas que en Apocalipsis se describen como una
“sinagoga de Satanás” (Ap. 2:9; 3:9), los mismos que Jesús describe como relacionados con el
diablo en Juan 8:44 (“vosotros sois de vuestro padre el diablo”). Los judíos fueron quienes
“mataron tanto al Señor Jesús como a los profetas y nos expulsaron”, escribe Pablo. “Ellos no
agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres, impidiéndoles hablar a los gentiles para que
estos se salven; así colman ellos siempre la medida de sus pecados, pues vino sobre ellos ira hasta
el extremo” (1 Ts.2:14-16). Esta “ira” puede haber sido la metáfora del aplastamiento a la que
Pablo se refiere (21.05.01)

Nótese que DeMar, al tratar de interpretar “en breve” literalmente, está obligado a interpretar el versículo
en una forma no-literal. El dice que “en breve” significa “en breve”, pero luego sigue explicando que
Satanás realmente no significa Satanás, sino que es una mera metáfora de los judíos incrédulos que serán
aplastados en el año 70 D.C. Esto es típico de la posición preterista. Al insistir en que la mayoría de las
profecías encontraron su cumplimiento en el primer siglo, se ven forzados a entender la mayoría de las
profecías de una manera muy no literal.

Romanos 16:21-24

En la primera parte de este capítulo Pablo envía sus saludos personales a varios santos en Roma. En esta
sección, comenzando con el v.21, Pablo transmite a los romanos los saludos de sus compañeros que
estaban con él en Corinto. El libro de Romanos fue escrito en Corinto hacia el final del tercer viaje
misionero de Pablo.

Pablo menciona a su fiel colaborador Timoteo, su propio hijo en la fe (ver Filipenses 2:19-20; 1 Timoteo
1:2). Pablo tenía un especial afecto por Timoteo, aun hasta el final de su vida. Entre sus últimas palabras
registradas, Pablo manifestó dos veces su deseo de ver nuevamente a Timoteo (2 Timoteo 4:9, 21). Lucio
es probablemente el mismo hombre mencionado en Hechos 13:1, entre los profetas y maestros de la gran
iglesia de Antioquia. Algunos identifican a Lucio con Lucas (MacArthur). Jasón podría ser el mismo hombre
mencionado en Hechos 17:5-9 que hospedó a Pablo y a Silas y cuya casa fue asaltada por una
turba. Sosípater puede ser el mismo hombre llamado Sópater en Hechos 20:4-6, y si así fuera, él era una
de los nobles Bereanos de Hechos 17:10-12. Se dice de los últimos tres nombres mencionados en el
versículo 21 que eran parientes de Pablo, indicando que eran judíos (ver nuestro análisis de “parientes”
bajo Romanos 16:7), lo cual es otra razón para no identificar a Lucio con Lucas (Lucas era un gentil).

El versículo 22 es el versículo en el libro de Romanos que Pablo no escribió. Tercio era el secretario o


amanuense (un asistente, uno que toma el dictado) de Pablo. Pablo habló tal como fue movido y llevado
por el Espíritu Santo (comparar 2 Pedro 1:21) y Tercio registró o transcribió con exactitud lo que dijo.
Pero aquí, Pablo permitió a Tercio hablar por sí mismo y enviar saludos a los romanos. Aparentemente,
Pablo por lo general dictaba sus cartas, quizás debido a un problema a la vista que le obligaba a escribir
con letras grandes, si es que escribía (Gálatas 6:11). Al final de sus cartas, Pablo escribiría un saludo de
su propia mano, lo que era una señal de la autenticidad de sus cartas (ver 2 Tesalonicenses 3:17 y
Gálatas 6:11). El saludaba a los creyentes “en el Señor”, en la Persona de nuestra bendita Cabeza, el
único que puede unir a los creyentes.

Gayo (v.23) era conocido por su hospitalidad y no solo hospedaba a Pablo, sino a toda la asamblea. “Aquí
tenemos un hermano cuya hospitalidad recibió con los brazos abiertos a todos los santos. Hermano, si
anhelas ser útil a los santos de Dios, ¡sé un Gayo! No cuentes las cosas que posees como propias, sino
como de la pertenencia de Cristo, y, por lo tanto, que los que son de Cristo las usen liberalmente”
(Newell). El es probablemente el mismo hombre mencionado en 1 Corintios 1:14, a quien Pablo bautizó
(Pablo escribió Romanos desde Corinto). Algunos lo identifican con Justo de Hechos 18:7. Se piensa que
Gayo era un hombre rico y prominente y como tal él puede haber tenido una casa espaciosa, apta para
reunir a los santos para la adoración.

Erasto (v.23) era el chambelán o tesorero de la ciudad de Corinto. Es la palabra “oikonomos” (comparar
con la palabra “economía”) que significa “administrador, mayordomo” o, en este caso, “superintendente
de las finanzas de la ciudad”. Nosotros derivamos el término “dispensación” de esta palabra. Erasto, en
más de una manera, era un dispensacionalista. El estaba encargado de las finanzas de la ciudad y, más
importante, como creyente, él estaba encargado de la responsabilidad de manifestar y exhibir la gracia de
Dios (Efesios 3:2). Erasto era un hombre de elevada posición y tenía influenza política, y como tal, él tenía
la oportunidad de ser un excelente testimonio ante los dirigentes de la ciudad. Que nosotros brillemos
para Cristo dondequiera Dios nos haya colocado, sea alto o bajo (Filipenses 2:15).

Cuarto (v.23) puede no haber sido una persona prominente, pero él era un hermano amado en Cristo y
Pablo envió sinceros saludos de Cuarto a los Romanos. Cuán agradecidos debemos estar que Cristo no se
avergüenza de llamarnos “hermanos” (Hebreos 2:11). Cuarto fue el último de los compañeros de Pablo
que envió saludos.

En el v.24 Pablo da la bendición final, muy similar a lo que está escrito en el v.20. Algunos manuscritos
omiten este versículo. Escribir dos bendiciones seguidas no era ajeno al estilo de Pablo (ver 2
Tesalonicenses 3:16, 18). El creyente en Cristo no puede ser recordado demasiadas veces de su
necesidad del Dios de gracia y de la gracia de Dios (comparar 2 Co.9:8; 2 Ti.2:1).

Romanos 16:25-27 (bendiciones finales)

Hay varias similitudes entre estos versículos y los versículos introductorios de Romanos capítulo 1.
Considere lo siguiente:

Romanos 16 Romanos 1
“mi evangelio” – v.25 “el evangelio de Dios” –v.1

“no me avergüenzo del evangelio” –v.16

“la predicación de Jesucristo” –v.25 “acerca de Su Hijo, Jesucristo” –v.3

“el evangelio de Cristo”—v.16

“para confirmaros” --v.25 “a fin de que seáis confirmados” —v11

“dar a conocer a todas las gentes” –v.26 “en todas las naciones” –v.5

“para la obediencia de la fe” –v.26 “para la obediencia a la fe” –v.5

“La revelación del misterio que se ha “que ÉL había prometido antes por Sus
mantenido oculto desde tiempos profetas en las Santas Escrituras –v.2
eternos, pero que ha sido manifestado
ahora y por las Escrituras de los
profetas” –v.25-26

El último de éstos (que está en negritas) es en verdad un contraste. En el capítulo 1 Pablo habla acerca
del evangelio de Dios que había sido prometido antes por los profetas en el Antiguo Testamento, pero en
el capítulo 16, Pablo, hablando del evangelio, menciona un misterio que se había mantenido oculto, pero
que ahora es revelado por los profetas del Nuevo Testamento. Hay un sentido en el cual el evangelio es
tanto antiguo como nuevo. Hay un aspecto del evangelio que es antiguo y que fue revelado en las páginas
de las Escrituras del Antiguo Testamento. Hay otro aspecto del evangelio que es nuevo y que había sido
mantenido en secreto durante el período del Antiguo Testamento, pero que fue dado a conocer durante la
edad presente por Pablo y por otros profetas y apóstoles del Nuevo Testamento.

El Evangelio Antiguo
El mensaje del evangelio se centra alrededor de la Persona y la obra de Cristo, especialmente Su muerte
sustitutiva y Su resurrección corporal de la muerte. Pablo define más claramente el evangelio en 1
Corintios 15:1-4, donde dice “Cristo murió por nuestros pecados conforme a las Escrituras….y resucitó
al tercer día conforme a las Escrituras”. La cruz y la tumba vacía no tienen que ser predicadas
conforme a nuestras ideas y opiniones, sino estrictamente en conformidad y en concordancia con lo que
ha sido revelado acerca de estos tremendos eventos en las Escrituras, para ser exactos, en las Escrituras
del Antiguo Testamento. Por ejemplo, la explicación más descriptiva y la información más detallada de la
muerte sustitutiva de Cristo es dada en Isaías 53, como 700 años antes de que Cristo fuera crucificado.
Aún en el Nuevo Testamento es difícil encontrar la doctrina de la muerte sustitutiva de Cristo tan
minuciosamente presentada como en Isaías 53 (los escritores del Nuevo Testamento asumen que ya has
dominado lo que Dios ha dicho por medio del profeta Isaías). La prueba de que las grandes verdades de la
muerte y resurrección de Cristo fueron reveladas en el Antiguo Testamento se puede encontrar en las
palabras de nuestro Señor resucitado en Lucas 24:44-46.

Cuando Felipe predicó el evangelio al etíope, el usó Isaías 53 como punto de partida (Hechos 8:28-35). En
Hechos 2:24-32 Pedro predicó la resurrección de Cristo y usó el Salmo 16 como base de su mensaje. En
Hechos 3:18 Pedro predicó el evangelio y anunció que los sufrimientos de Cristo habían sido predichos por
boca de todos los profetas de Dios. En Hechos 4:10-11 Pedro predicó la muerte y resurrección de Cristo y
la basó en el Salmo 118. En Hechos 10:43 Pedro proclamó que todos los profetas han señalado hacia
Jesucristo y el perdón que se encuentra en ÉL. En Hechos 13:33-37 Pablo predicó el evangelio en una
sinagoga y dijo a los judíos que la resurrección de Cristo era el cumplimiento del Salmo 2 y del Salmo 16.

En Romanos, el tema principal de Pablo es la justificación por fe y Pablo pone a Abraham como ejemplo de
ésto, basado en Génesis 15:6 (Rom.4:1-8). La revelación de la justicia de Dios fue testificada por la ley y
por los profetas (Rom.3:21). En Romanos 10 Pablo analiza el evangelio de la gracia de Dios y cita varios
pasajes del Antiguo Testamento para establecer sus puntos (ver versículos 6,7,11,13,15,16,18). En
Romanos 15 Pablo cita varios pasajes del Antiguo Testamento que armonizan con el hecho de que el
evangelio llegaría a los gentiles (versículos 9-12, 21).

En Gálatas, Pablo usa nuevamente a Abraham como ejemplo de justificación por la fe (3:6) y Pablo incluso
llega tan lejos como para decir que la promesa de Génesis 12:3 fue dada por Dios, porque Dios previó que
los gentiles serían bendecidos y justificados por fe (Gálatas 3:8). En este mismo contexto, Pablo dice que
Dios “dio de antemano la nueva a Abraham” (Gálatas 3:8). Pablo cita a Habacuc 2:4 para respaldar su
doctrina de la justificación por fe (3:11).

El evangelio que predicaba Pablo era “conforme a las Escrituras (del Antiguo Testamento)” (1 Co.15:3-4).
Los temas básicos de la cruz y de la tumba vacía y de la justificación por fe se encuentran en el Antiguo
Testamento. No había ningún misterio en esto.

El Evangelio Nuevo
Hoy hay un aspecto de “misterio” en el evangelio que era desconocido en otras edades, pero que ahora,
en esta edad, forma el verdadero núcleo de la predicación del evangelio:

Misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es
revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: que los gentiles son coherederos y
miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del
evangelio….. me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las
inescrutables riquezas de Cristo, (Efesios 3:5-8).

En esta edad, por lo tanto, hay un elemento distintivo en el contenido del evangelio que es llamado “el
misterio del evangelio” (ver Efesios 6:19 y comparar Colosenses 1:26-27; 4:3). Esta nueva revelación es
que los gentiles son coherederos y co-miembros del cuerpo y copartícipes de la promesa (Efesios 3:6).
Esa igualdad –judíos y gentiles unidos en un cuerpo- era desconocida anteriormente. El mensaje distintivo
de la iglesia es que tanto judíos como gentiles pueden creer el evangelio y estar unidos en UN CUERPO (1
Co.12:13) con el propósito de manifestar y dar testimonio de Cristo, quien es la Cabeza soberana de este
organismo vivo y único.

Los escritores dispensacionalistas han reconocido hace tiempo el elemento distintivo de la predicación del
evangelio en esta era de la iglesia:

La idea de que los gentiles estarían exactamente en el mismo plano como los israelitas y,
además, en íntima relación como miembros del mismo cuerpo, es absolutamente ajena al
Antiguo Testamento. De acuerdo con Isaías 61:5, 6, los gentiles eran representados como
siendo los siervos e Israel como los sacerdotes de Dios. Aunque es cierto que a los gentiles
fueron prometidas bendiciones en el futuro reino milenial, nunca se les daba igualdad con
los judíos en el Antiguo Testamento (Walwoord, La Iglesia en la Profecía).

El Antiguo Testamento ciertamente predice la bendición de los gentiles para el período


milenial (Is.61:5-6; 2:1-4), pero las bendiciones específicas no incluyen igualdad con los
judíos como ocurre en el cuerpo de Cristo hoy. Grandes bendiciones se prometen a los
gentiles en las predicciones del Antiguo Testamento, pero no a base de igualdad de posición
con los judíos. Esta igualdad es la esencia del misterio revelado a los apóstoles y profetas en
tiempos del Nuevo Testamento (Ryrie, Dispensacionalismo Hoy, p. 125).

La verdad del misterio no es desarrollada tanto en Romanos como es desarrollada en Efesios y


Colosenses, pero la epístola a los Romanos alude a algunas de estas cosas. La singularidad de estar en el
cuerpo de Cristo es tratada en Romanos 12 y la singular UNIDAD e IDENTIFICACIÓN con Cristo, que
disfrutan tanto judíos como gentiles en virtud de estar “en Cristo”, es tratada admirablemente en
Romanos 6. El precioso y glorioso misterio de “Cristo en vosotros” (Col. 1:26-27) es esbozado en
Romanos 8:9-10. La unión del creyente con Cristo, que es comparada con una relación matrimonial
(Efesios 5:29-32) es presentada en Romanos 7:1-4. Las muchas riquezas que judíos y gentiles comparten
por igual en Cristo, son expuestas maravillosamente en Romanos 8. El misterio del endurecimiento parcial
y temporal de Israel es referido en Romanos 11:25. En verdad, Romanos nos ayuda a entender, más que
cualquier otra epístola, el propósito y programa de Dios para Israel a la luz de lo que Dios está haciendo
hoy entre los gentiles y a la luz de lo que Dios hará en el futuro (Romanos 9-11). De modo que el libro
de Romanos contribuye de manera significativa a nuestro entendimiento de la verdad del misterio. ¡Qué
Dios nos ayude a ser buenos y fieles administradores de estas cosas (1 Co.4:1-2)! 

Consideremos algunas de las palabras y frases clave de estos tres versículos finales:

Romanos 16:25

“Para confirmaros” significa hacerte firme y constante, guardarte de caer. Dios tiene todo el poder y la
habilidad para establecer a los creyentes en la verdad, que nuestra FE esté asentada en los HECHOS de
Dios. Los creyentes que no están bien versados en las verdades expuestas en el libro de Romanos, están
en terreno peligroso y son susceptibles a muchos graves errores. Pero aquellos creyentes que han
dominado la obra doctrinal maestra de Pablo, se han fortalecido en estas grandes verdades fundamentales
y es difícil lograr que se muevan o desvíen del sólido fundamento sobre el cual se han establecido. Como
caso en cuestión, el compañerismo de Iglesias Bíblicas, del cual yo formaba parte, fue dañado
profundamente por una falsa enseñanza que  negaba la Eterna Filiación de Cristo (enseñando, por el
contrario, que Cristo llegó a ser el Hijo de Dios en el momento de la encarnación). Este error es tan simple
y claramente respondido y refutado en Romanos 1:3-4 (en la encarnación, Aquel que ya era Hijo, llegó a
ser hombre “del linaje de David según la carne”, en tanto que el punto de vista erróneo enseña que en la
encarnación el Dios eterno llegó a ser el Hijo). Esto es solo un ejemplo de cómo un correcto entendimiento
de la enseñanza expuesta en Romanos puede establecer a los creyentes en la verdad y guardarlos de caer
en el error.  

Los creyentes no pueden ser establecidos plenamente en la verdad sin un entendimiento apropiado del
“misterio dispensacional” que es el tema de este párrafo final. Es triste, en verdad, que los creyentes, en
general, sean tan ignorantes de estos Sagrados Secretos que eran tan apreciados por el corazón del
apóstol Pablo. Hay un conjunto de verdades que había estado oculto y guardado en el amante corazón de
Dios durante las edades pasadas, pero que en esta presente edad, Dios quiere dar a conocer a Sus
santos. Sin embargo, la ignorancia del “misterio” en nuestro día es asombrosa. En los consejos de
ordenación se ha hecho la pregunta, “¿Qué significa ser un administrador de los misterios de Dios (1 Co.
4:1-2) y cuán importante es ésto para su ministerio?” En algunos casos no tienen idea. Cuán ignorantes
somos cuando se trata de entender las riquezas y las glorias de este misterio que Dios se deleita en dar a
conocer (Col. 1:27). La gran carga de Pablo era predicar entre los gentiles las inescrutables riquezas de
Cristo y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en
Dios, que creó todas las cosas” (Efesios 3:8-9). ¡Que apreciemos también nosotros estas cosas!

“Según mi evangelio” – la expresión “mi evangelio” se encuentra solamente en otros dos lugares en la
Biblia: 1) Romanos 2:16 – “En el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres,
conforme a mi evangelio”; 2) 2 Timoteo 2:8 – “Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado
de los muertos conforme a mi evangelio”. Cuando Pablo hablaba de “mi evangelio” no se estaba
refiriendo necesariamente al “misterio”, como lo indica este último pasaje. Que el Mesías sería de la
simiente de David y que resucitaría de los muertos eran verdades que fueron reveladas en el Antiguo
Testamento y no eran misterios.

¿Qué quería decir Pablo con “mi evangelio”? ¿En qué sentido pertenecía el evangelio a Pablo? Recuerda,
en Romanos 1:1 Pablo había dejado muy en claro que las buenas nuevas que predicaba eran “el evangelio
de Dios”. Eran las buenas nuevas de Dios. ¿En qué sentido eran las buenas nuevas de Pablo? Hay al
menos dos razones por las cuales Pablo personalizaba las buenas nuevas: 1) Era el evangelio de Pablo
en el sentido de que había sido confiado a él: “El glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha
sido encomendado” (1 Ti.1:11). “La comisión (dispensación, mayordomía) del evangelio me ha sido
encomendada….porque me fue impuesta necesidad; ¡y hay de mí si no anunciare el evangelio!” (1
Co.9:17,16). Pablo tomaba muy en serio su responsabilidad en cuanto al evangelio. 2) Era el evangelio
de Pablo en el sentido de que había sido revelado únicamente a él: “El evangelio anunciado por mí
no es según hombre; pues yo no lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de
Jesucristo” (Gálatas 1:11-12). “Mi evangelio…..según la revelación del misterio” (Romanos 16:25-26).
“Subí según una revelación, y les expuse el evangelio que predico entre los gentiles” (Gálatas 2:2). “Por
revelación me fue declarado el misterio” (Efesios 3:3 y comparar v.6— “por medio del evangelio”).

Las buenas nuevas de Pablo incluían el misterio: “a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para
dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio” (Efesios 6:19). En vista de ésto, hay dos errores
ultradispensacionalistas que deben evitarse: 1) Pablo fue la única persona que recibió la revelación
del misterio. Este error es corregido por Efesios 3:5 que enseña que el misterio es revelado a los santos
apóstoles y profetas de Dios. Sin duda, Pablo era el principal revelador del misterio, pero no fue dado
exclusivamente a él. El no fue el único administrador de los misterios de Dios (1 Co.4:1-2). 2) El misterio
no fue dado a conocer hasta que Pablo lo reveló. Los misterios de Dios son revelados en toda la
plenitud de su hermosura en las epístolas de Pablo, pero Pablo no fue el primero en revelar estos secretos.

Debería notarse que el misterio había sido revelado, al menos en forma embrionaria, por el Revelador
principal, nuestro Señor Jesucristo. Esto se ve especialmente en los misterios de Mateo 13 y en el
Discurso del Aposento Alto de Juan 14-17. Aquí hay algunos ejemplos:

1. El misterio de la iglesia fue anticipado en Mateo 13:45-46.


2. El misterio “Cristo en vosotros” (Col.1:27) fue anticipado en Juan 14:20 y 17:23.
3. El misterio de la unidad de Cristo y Su iglesia (Ef.5:31-32) fue anticipado en Jn. 17:21-23
4. El misterio del rapto (1 Co.15:51-52) fue anticipado en Juan 14:1-3.
5. El misterio del estado presente de la nación de Israel (Rom.11:25) fue anticipado en Mateo
13:44.
6. El misterio de la iniquidad que está en acción durante el tiempo presente (2 Ts.2:7) fue
anticipado en las parábolas de la semilla de mostaza y de la levadura.
7. El misterio de Judíos y Gentiles unidos en un cuerpo (Ef.3:5-6) fue anticipado en Juan 10:16.

Lewis Sperry Chafer también descubrió una significativa correspondencia entre los “misterios del reino de
los cielos” como están delineados en Mateo 13 y los misterios revelados por Pablo en las epístolas del
Nuevo Testamento:

En Mateo 13 están dadas, por Cristo Mismo y bajo siete parábolas, las características de la
presente edad. En esta Escritura, esta edad misma es declarada un misterio o un secreto sagrado
(Mateo 13:11), y las parábolas desarrollan la verdad de que hay tres aspectos principales
presentes durante esta edad, es decir, (a) lo que es aceptable – el trigo, la perla, y los peces
buenos; (b) lo que representa a Israel enceguecido (vs.14-15), que es el tesoro escondido en el
campo – el campo es el mundo- y (c) la presencia del mal- la cizaña, las aves malas, levadura y
peces malos. Debería observarse que en el Nuevo Testamento, cada uno de estos tres factores
mismos es declarado ser un misterio o un secreto sagrado: (a) la Iglesia compuesta de Judíos y
Gentiles en un cuerpo (Ef.3:4-6), (b) Israel enceguecido hasta que la Iglesia haya sido llamada
(Rom. 11:25; cf. Hechos 15:13-18), y (c) la presencia y la característica del mal en esta edad (2
Ts.2:7). Ver Teología Sistemática, vol.IV.

Como ya se ha dicho, los ultradispensacionalistas enseñan que el misterio no había sido revelado antes de
Pablo y que fue revelado exclusivamente a Pablo. El Dr. Ernest Pickering responde lo siguiente: “Decir que
verdad relativa a la iglesia nunca fue revelada antes de Pablo, es negar los pasajes de las Escrituras donde
el Señor Mismo enseñó esa verdad. El Discurso del Aposento Alto (Juan 13-17) es ciertamente aplicable
[específica y exclusivamente] a la iglesia. La bendita posición de los santos en Cristo, el acceso en
oración, el ministerio del Espíritu Santo, el rapto de la iglesia—todo esto y más es enseñado en el Discurso
del Aposento Alto” (Distinctive Teachings of Ultra-Dispensationalism).

“Y la predicación de Jesucristo” (Rom.16:25). El evangelio de Pablo se centraba en la Persona del


Señor Jesucristo. El no solo predicaba a Cristo (2 Co.4:5) sino que se regocijaba cuando otros predicaban
a Cristo (Fil.1:18). Pablo puso en claro, desde el comienzo de esta epístola, que Jesucristo, el eterno Hijo
de Dios, era el centro y corazón de su evangelio (Rom.1:1-4). Y cuando Pablo predicaba el misterio del
evangelio entre los gentiles, él no cesaba de predicar entre ellos las inescrutables riquezas de Cristo
(Ef.3:8). Solo cuando estamos separados para y dedicados a la Persona del Señor Jesucristo, podemos
estar separados y dedicados al evangelio (Rom.1:1).

“Según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos” – Este
misterio, que había estado oculto, ahora es revelado. Ya no es un secreto. Lo que estaba escondido, ahora
es dado a conocer. “Es el secreto “silenciado” durante las largas edades del pasado, pero que ahora es
dado a conocer” (Moule). La frase “desde el principio del mundo” es literalmente traducido “desde los
tiempos de las edades” (Darby) o “desde tiempos eternos (Kelly). Es el misterio que ha estado escondido
desde edades y desde generaciones (Col.1:26).

Hay cinco pasajes que definen claramente lo que es un misterio en el Nuevo Testamento. Son los
siguientes:

1. “Leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, misterio que
en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es
revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu” (Efesios 3:4-5).
2. “Y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios,
que creó todas las cosas” (Efesios 3:9).
3.  “El misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido
manifestado a sus santos” (Colosenses 1:26).
4. “Abriré en parábolas mi boca; Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo”
(Mateo 13:35).
5. “Según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos,  pero
que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el  mandamiento
del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe” (Romanos
16:26).

A la luz de estos cinco pasajes podemos deducir la siguiente definición de lo que es un misterio en el
Nuevo Testamento: Un misterio en el Nuevo Testamento es algo que estaba oculto, que se
guardaba en secreto y no se había dado a conocer a los hombres en generaciones anteriores
(anteriores a la generación de Pablo), pero que se manifestó y fue revelado en el tiempo del
Nuevo Testamento a y por los apóstoles y profetas del Nuevo Testamento. 

De acuerdo con esta definición basada en la Biblia, los dispensacionalistas han mantenido la posición de
que un misterio en el Nuevo Testamento es algo que nunca se había revelado en generaciones anteriores
(en el período del Antiguo Testamento), pero que Dios tuvo a bien revelar en los tiempos de Pablo. Como
ya se ha esbozado, esos misterios fueron dados a conocer primero por Cristo (parcialmente) y luego por
Su apóstol Pablo (totalmente). Contrario a esta posición es la Teología Reformada (Teología del Pacto),
que dice que los misterios del Nuevo Testamento fueron revelados en tiempos del Antiguo Testamento,
pero que no fueron entendidos tan claramente como hoy día. Ellos enseñan que esos misterios no estaban
del todo ausentes del Antiguo Testamento. De modo que ellos enseñan que los misterios fueron revelados
parcialmente, pero que no fueron entendidos hasta más tarde. Sin embargo, esto es contrario a los cinco
pasajes indicados anteriormente. Estos versículos no dicen que el misterio hubiese sido dado a conocer
parcialmente, sino que no había sido dado a conocer en absoluto. Estaba oculto y guardado en secreto y
encerrado en el amante corazón de Dios.

Ilustremos esto con un ejemplo específico. En 1 Corintios 15:51-52 Pablo dio a conocer un misterio que
había estado escondido en tiempos anteriores. El secreto que él reveló es que habría toda una generación
de creyentes vivos que no gustarían la muerte física. El Antiguo Testamento no dice nada, en ninguna
parte, acerca de un evento tal. Moisés, Elías, David e Isaías nunca tuvieron la más mínima indicación de
que tal cosa sucedería algún día. Esto estaba totalmente oculto para ellos y no se podía encontrar en sus
santas Escrituras. Dios nunca dijo una palabra de ésto hasta los tiempos del Nuevo Testamento, cuando
fue insinuado por nuestro Señor (Juan 14:1-3) y explicado totalmente por Pablo (1 Co.15:51-52 y 1
Ts.4:13-18). Este es un verdadero misterio del Nuevo Testamento.

El misterio del cual Pablo habló en Romanos 16 era que tanto Judíos como Gentiles eran tratados por Dios
sobre la base de total igualdad y que, al creer en Cristo, ellos serían unidos en un cuerpo con el propósito
de mostrar las excelencias de Aquel que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable. De dos, Dios hizo
UN NUEVO HOMBRE (Efesios 2:11-18) y UN NUEVO REBAÑO (Juan 10:16). Y es nuestro privilegio, en los
días en que vivimos, dar a conocer este misterio, revelar el secreto, descubrir la revelación que había
estado oculta. Este es un caso en que Dios quiere que seamos buenos para contar secretos (en contraste
con Prov.11:13 donde contar secretos es condenado).

Romanos 16:26

“Pero que se ha dado a conocer ahora por las Escrituras de los profetas”

El misterio que había estado oculto, ahora es dado a conocer. La frase “por las Escrituras de los profetas”
es una traducción pobre. Debería traducirse “por las escrituras proféticas” (Kelly, Darby). Dios ha dado a
conocer este misterio por los escritos de Sus profetas.

Es difícil entender cómo los intérpretes no-dispensacionalistas pueden pensar que ésto se refiere a los
escritos del Antiguo Testamento, especialmente después que Pablo acaba de decir que el misterio había
estado oculto en épocas anteriores. Pablo tiene que estar refiriéndose a profetas del Nuevo Testamento.
En Efesios 3:5 leemos que el misterio que no había sido dado a conocer a los hombres en otros tiempos,
ahora es revelado a los santos apóstoles y profetas de Dios. Estos son apóstoles y profetas del Nuevo
Testamento, los mismos hombres a los que se refiere Efesios 2:20 (ver también 1 Co. 12:10, 29; Efesios
4:11). Por cierto que los escritos que exponen más clara y completamente los misterios son las epístolas
de Pablo, siendo Pablo el principal, pero no el único revelador de los misterios. Cuando se trata de los
misterios, los profetas del Antiguo Testamento estaban en total oscuridad. El Único que conocía estos
misterios durante el período del Antiguo Testamento era Dios Mismo.

“Según el mandamiento del Dios eterno”

En este caso la palabra “mandamiento” significa “mandato, orden, instrucción”. No es la misma palabra
“mandamientos” que se usa para la Gran Comisión del Señor en Hechos 1:2 (que se refiere a aquellos
mandamientos que el Señor dio a Sus discípulos después de la resurrección y antes de la ascensión).

Pablo usa esta palabra, con respecto a su misión, solo en otros dos lugares: 1) “Pablo, apóstol de
Jesucristo por mandato (orden) de Dios nuestro Salvador y del Señor Jesucristo, nuestra esperanza” (1
Ti.1:1). Pablo era un apóstol (un “enviado”) por orden del Dios vivo, y hay un sentido en al cual esto es
cierto en cuanto a todo creyente: “Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo” (Juan
17:18 y ver 20:21). El mandato y orden de Dios es que nosotros debemos representarlo bien en el mundo
y que debemos dar a conocer Su glorioso evangelio a todas las naciones. 2) “Y a su debido tiempo
manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue encomendada por mandato de Dios nuestro
Salvador” (Tito 1:3). Pablo sabía que tenía una responsabilidad por el evangelio y una responsabilidad de
predicar que le había sido encomendada. El estaba bajo órdenes para dar a conocer y manifestar la
Palabra de Dios por medio de la predicación.

Por cierto que estas afirmaciones están en total armonía con la Gran Comisión que incluye el mandato de
Cristo de ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura (Marcos 16:15), hacer discípulos de
todas las naciones (Mateo 28:19-20), predicar el arrepentimiento y la remisión de pecados a todas las
naciones, empezando primero por los judíos (Lucas 24:27) y ser testigos de Cristo por todo el mundo,
empezando por Jerusalén (Hechos 1:8; y comparar Romanos 1:16- “al judío primeramente”). Pero con el
paso del tiempo, los primeros discípulos aprendían más y más acerca de las verdades de la iglesia y del
misterio y estas revelaciones adicionales sirvieron para profundizar y enriquecer su entendimiento del
evangelio de la gracia y del propósito de Dios para la edad presente. Pero ninguna de estas revelaciones
adicionales disminuyó jamás su obligación de predicar a Cristo y Su evangelio de acuerdo con las órdenes
de marcha originales que ellos habían recibido durante los 40 días entre la resurrección y la ascensión.

“Se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe”

Aquí el lenguaje es muy similar a Romanos 1:5 –“para la obediencia a la fe en todas las naciones”. Todos
los hombres en todas las naciones son mandados a creer y ser salvos (comparar Hechos 17:31 y 1 Juan
3:23a). Todos los hombres en todo lugar son responsables de OBEDECER el evangelio creyendo en el
Señor Jesucristo. Los que DESOBEDECEN el evangelio serán castigados con eterna perdición (2
Tesalonicenses 1:8-9). Debemos hacer saber a la gente que Dios les ha mandado a que sean salvos, y
que les exhorta enfáticamente a responder al evangelio de la manera correcta (comparar 2 Corintios 5:18-
21).

Romanos 16:27

Al único y sabio Dios,


sea gloria
mediante Jesucristo
para siempre
Amén

S-ar putea să vă placă și