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- En las pulperías los gauchos podían conseguir desde yerba y harina, entre otras cosas.
Estos artículos se vendían “sueltos” es decir que no venían en paquetes cerrados, con una
balanza el pulpero vendía la cantidad que el gaucho le pidiera. El vino también se vendía
suelto. Llegaba a las pulperías En grandes barriles de madera. Si no querían vino podían
elegir entre caña grapa o ginebra y disfrutarla mientras escuchaban las payadas de
quienes se enfrentaban en un duele de habilidad con la guitarra.
- Tomando una copa podían jugar a las cartas. Apostar en la riña de gayos o jugando al
zapo. Estos juegos muchas veces terminaban en peleas y era muy común que estos juegos
terminaran en peleas a cuchillo.
Para protegerse de aquellas peleas o de alguien que le quisiera robar, el pulpero ponía
rejas en una parte de la pulpería y atreves de ellas atendía a los que iban llegando.
En la segunda fundación de Buenos Aires, allá por 1580, llegaría Ana Díaz, quien instalo
una de las primeras pulperías de nuestro territorio. Estaba ubicada en la esquina de
Florida y Corrientes.
El recuerdo de otra mujer a cargo de estos comercios llega a nosotros a través de la
música de Pedro Blomber, quien habla de la “pulpera de santa lucia” quien atendía un
local ubicado en la parroquia de Santa Lucia en los años 1840.
Música
Cacho Tirao – Payada.
Pedro Blomberg - La pulpera de santa Lucia.