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Las pulperías. Un viaje en el tiempo.

- En la actualidad todo lo que consumimos lo compramos en grandes supermercados,


edificios enormes como muchísimas cosas. Desde la comida hasta los electrodomésticos
pueden conseguirse en estos lugares. Los ubican en estanterías larguísimas, todo en
diferentes paquetes, solo hay que encontrarlo y ponerlo en el changuito. Pagamos con
efectivo o tarjeta. ¡Esto no siempre fue así! Te invitamos conocer como lo hacían hombres
y mujeres en la época de la independencia.

- En aquel momento existían las pulperías


Pequeños comercios que en las zonas rurales abastecían a gran parte de los habitantes.
Por lo general contaban con pocos productos pero en ocasiones tenían todo lo que se
pudiera necesitar.
Su construcción era sencillas, muchas veces de adobe, paja y cañas, con piso de tierra y
muebles rústicos. Cuando el edificio era un chico, un terreno al costado de la pulpería
podía servir como espacio para bailes y juegos.
También había pulperías volantes, eran carretas cargadas con artículos que deteniéndose
en los poblados, organizaban reuniones de juego y vendían bebidas. Pero las peleas entre
gauchos por el juego y el alcohol hicieron que en 1831 fueran prohibidas.

- En las pulperías los gauchos podían conseguir desde yerba y harina, entre otras cosas.
Estos artículos se vendían “sueltos” es decir que no venían en paquetes cerrados, con una
balanza el pulpero vendía la cantidad que el gaucho le pidiera. El vino también se vendía
suelto. Llegaba a las pulperías En grandes barriles de madera. Si no querían vino podían
elegir entre caña grapa o ginebra y disfrutarla mientras escuchaban las payadas de
quienes se enfrentaban en un duele de habilidad con la guitarra.

- Tomando una copa podían jugar a las cartas. Apostar en la riña de gayos o jugando al
zapo. Estos juegos muchas veces terminaban en peleas y era muy común que estos juegos
terminaran en peleas a cuchillo.
Para protegerse de aquellas peleas o de alguien que le quisiera robar, el pulpero ponía
rejas en una parte de la pulpería y atreves de ellas atendía a los que iban llegando.

En la segunda fundación de Buenos Aires, allá por 1580, llegaría Ana Díaz, quien instalo
una de las primeras pulperías de nuestro territorio. Estaba ubicada en la esquina de
Florida y Corrientes.
El recuerdo de otra mujer a cargo de estos comercios llega a nosotros a través de la
música de Pedro Blomber, quien habla de la “pulpera de santa lucia” quien atendía un
local ubicado en la parroquia de Santa Lucia en los años 1840.

Música
Cacho Tirao – Payada.
Pedro Blomberg - La pulpera de santa Lucia.

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