Siempre en una resolución (sea judicial o administrativa) se encontrarán las siguientes
partes: la parte expositiva, la considerativa y la resolutiva. Del mismo modo, se encontraran siempre en el contenido de estas resoluciones, una parte que exponga el iter procesal, y otra el análisis propio de la cuestión de fondo. El primero se refiere a todo lo que ha acontecido en el desarrollo del proceso, en el cual se dicta la resolución. En el segundo aspecto se analiza la cuestión de fondo (el derecho pretendido o discutido) La parte formal, adjetiva, procesal o procedimental, generalmente se encuentra en la parte expositiva de la resolución; mientras que el análisis de fondo, del derecho discutido se encuentra en la parte considerativa de la misma. Entonces, en todo análisis e resoluciones, se tiene que tomar en cuenta estos dos aspectos (de forma y de fondo). Formaran parte del primero, por ejemplo la identificación del proceso donde se emite la resolución, los nombres de las partes, el órgano jurisdiccional o administrativo que emite la resolución, la fecha de inicio, así como la del término del proceso o procedimiento. Entre otras. Del mismo modo se hará referencia en esta, a la demanda, contestación y otros escritos que presenten las partes. Se resume los argumentos del demandante demandado, la pruebas aportadas u ofrecidas por estas, las actuaciones procesales que se desarrollaron, las pruebas actuadas, así como las incidencias que se dieron al interior del proceso o procedimiento. En el análisis de fondo, se tiene que realizar un análisis exhaustivo del derecho pretendido por las partes; precisamente allí radica la obligación de motivación de las resoluciones, como mandato constitucional. Es en esta parte donde se tiene que analizar, cuál de las partes tiene derecho a que se ampare su pretensión; lo que se verá reflejado en la resolución final. La parte resolutiva va a reflejar el análisis conjunto de estas dos partes (expositiva y considerativa) pues si se ha hecho un análisis de fondo habrá un resolución de fondo; por el contrario, si no, habrá una resolución advirtiendo los errores de tramite (las primeras que declaran el fondo, son fundadas o infundadas; mientras que las segundas, que no se pronuncian sobre fondo son las que declaran la improcedencia)
B.- DE LA ESTRUCTURA DEL ANÁLISIS.-
Dicho lo anterior, no siendo la estructura propuesta, una estandarizada o única, podemos
estructurar el análisis de resoluciones del siguiente modo:
I.- Datos de identificación del expediente:
1.- Numero de expediente; 2.- Nombre de las partes; 3.- Nombre o designación del órgano jurisdiccional o administrativo; 4.- Materia; 5.- Fecha de inicio y fecha de término; 6.- La indicación de terceros, si es que existiesen.
II.- Resumen del proceso:
1.- La demanda, sus argumentos y las pruebas ofrecidas; 2.- Autoadmisorio o la resolución que da inicio al procedimiento; 3.- La contestación de la demanda, sus argumentos y las pruebas ofrecidas; 4.- Las actuaciones o diligencias procesales (procedimentales) que se hubieren dado (esto incluye la notificaciones) 5.- Cualquier otra incidencia procesal o procedimental. 6.- La sentencia o resolución final. Cabe aclarar que en este análisis, se debe tomar en cuenta los plazos y términos. De igual modo en el análisis de las actuaciones procesales, tanto de parte como del órgano jurisdiccional o administrativo, si estos cumplen con los requisitos de ley.
III.- Análisis de fondo:
En esta parte se hace un análisis del derecho discutido, si corresponde o no al demandante o demandado. Este análisis, preliminarmente se hace en la demanda, contestación, para luego hacerlo en la sentencia o resolución final.
IV.- Comentarios finales:
Esta etapa comprende la apreciación personal del que realiza el análisis, tanto de forma cómo de fondo (por ejemplo ,la observación a errores de procedimiento, si es que lo hubiera; o errores en el derecho aplicado)