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La singularidad de los paisajes culturales

en América Latina y el Caribe

En la actualidad, América Latina y el Caribe presentan diferentes territorios con una diversidad
geográfica, gracias a su riqueza natural y valores históricos y culturales, sin embargo, muchos de
ellos no son considerados por los lineamientos de la Unesco para ser reconocidos como paisajes
culturales y de esta manera conservar, proteger además de potenciar las actividades turísticas y
repercutir en el desarrollo de las comunidades locales.
Un paisaje cultural según la Unesco lo define como “la representación combinada de la labor de
la naturaleza y el hombre. En este ensayo, se busca exponer las paradojas conceptuales y
metodológicas en los criterios de selección en la Lista de Patrimonio Mundial.

En primer instancia la clasificación planteada por la Unesco son: a) paisajes definidos, diseñados
y creados por el hombre, como parques y jardines; b) paisajes evolutivos, que a su vez se
diferencian entre: fósiles y continuos en el tiempo; y c) los paisajes asociativos, que están
relacionados con creencias, obras artísticas o creaciones culturales; todo ello pueden ser
considerados elementales, lo cual difiere de la gran variedad de valores patrimoniales que
disponen los paisajes y su dinamismo, en este caso la categoría paisajes evolutivos resulta poco
conveniente puesto que todos los paisajes tienden al cambio tanto en el aspecto físico como en
las percepciones, demostrando así que son poco eficaces.

En segundo lugar es evidente la diferencia que hay del área que abarca el territorio de cada paisaje
cultural, debido a la falta de un criterio adecuado en la delimitación ya que según la magnitud se
presentan distintos escenarios respecto a las necesidades y problemas a los que se ven
sometidos, por ello la gestión de los paisajes culturales se ve comprometida por la delimitación de
la extensión, un claro ejemplo es el caso del Santuario histórico de Machu Picchu el cual fue
determinado como un Bien Mixto puesto que en 1922 recién se dispuso del término “paisaje
cultural” y hasta la actualidad no está reconocido como tal, y por la gestión dada a pesar de que
dicho Santuario cuente con una dimensión territorial y paisajística indiscutible, sigue sujeta a ser
considerado Bien Mixto.

Sin embargo, los criterios para el desarrollo de la Lista están en constante mejora y están abiertos
a actualizaciones y constante debate, entre las medidas que se tomaron está la inclusión de
conceptos nuevos o reelaborados en las directrices, además de una estrategia global para la
ejecución de una Lista del Patrimonio Mundial representativa, equilibrada y creíble. No obstante,
aún queda mucho por solucionar, es indudable la dificultad para conseguir una definición
consensuada.

Por tanto, como se demuestra es importante esclarecer la conceptualización y clasificación


planteada por la Unesco respecto a sus paisajes culturales en América Latina y Caribe, siendo esta
una tarea compleja en la mejora de preservación y gestión de los paisajes culturales.

Castillo Rodriguez Cynthia Katherine


Escobar Perales Nataly Selene

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