Sunteți pe pagina 1din 2

SI TODO VUELVE A LA “NORMALIDAD” ESTAMOS JODIDOS

Por: Martin Chrank

Si he nacido, crecido, gozado y vivido, relativamente, de manera cómoda en este mundo y,


añoro, deseo, necesito, reclamo y exijo volver a mi “comodidad”, significa que estoy jodido y no
he despertado.

El mundo está cambiando, la salud - en su máxima expresión de la palabra – ha sufrido un gran


cambio; las cifras macroeconómicas se han visto afectadas como nunca en la historia del
planeta; la libertad ha sido restringida y a nuestra forma habitual de vivir le hemos sumado días
de cuarentena; la distancia social entre las personas es obligatoria y, dentro de nuestro atuendo
indumentario, es imprescindible el uso de guantes y tapabocas; existen protocolos de salud que
tenemos que cumplir y si no los cumplimos somos un arma mortal para nuestra autodestrucción
y la de los demás. Por otro lado, observamos con agrado un cambio climático, la contaminación
ambiental ha disminuido, el cielo está más despejado, el agujero negro en la capa de ozono se
ha reducido, el aire que respiramos está más limpio; las especies marinas, las aves y los animales
que habitan en la tierra retozan de alegría; la salud - en su máxima expresión de la palabra – ha
sufrido un gran cambio.

Se pierden vidas humanas; las grandes potencias, haciendo su mayor esfuerzo, no logran
autorregularse; la ciencia y la tecnología trabajan incansablemente para sanar al mundo de esta
pandemia que “nos está matando”; las autoridades de cada nación se reúnen día y noche,
convocan a las mejores inteligencias del mundo para escucharlos y tomar las mejores decisiones;
los decretos de urgencia emitidos, buscan disminuir el número de infectados y no colapsar los
sistemas de salud, reducir el impacto económico brindando bonos a las poblaciones vulnerables
para no entrar en pánico y mantener la calma, entre otros; todos los países llegan a la conclusión
que la mejor estrategia para combatir el temible COVID19, es ser EMPÁTICOS Y SOLIDARIOS,
cuidarme para cuidar a los otros.

Si estas viviendo todo esto y más, definitivamente tienes que despertar y gritar a los cuatro
vientos que el concepto que tenías de vivir en “NORMALIDAD ESTÁ TOTALMETE ERRADO”; no
es verdad que estamos haciendo las cosas bien, no es verdad que la forma en la que estamos
educando a nuestros niños y adolescentes es la mejor, no es verdad que acumular riqueza o
estudiar en las mejores universidades del mundo te llevan al éxito, no es verdad que la
inteligencia está en la cabeza, no es verdad que los países desarrollados son mejores que los
países del tercer mundo; todo ha sido una farsa, todo ha estado de cabeza, lo peor de todo es
que nos las hemos creído y ahora estamos pagando las consecuencias.

Hacer las cosas bien es vivir en armonía contigo y con los demás, amando y dejándote amar,
respetando la individualidad y aceptando las diferencias; hacer las cosas bien es usar tus
capacidades para crecer como ser humano y verte como parte de la naturaleza.

Nuestra educación tiene que cambiar, le hemos dado tanta prioridad a lo cognitivo y nos hemos
olvidamos de “educar el corazón”, que los niños sean quienes nos enseñen y en ese aprendizaje
potencializar sus capacidades, que las asignaturas más importantes sean el cuidado de la
naturaleza y la convivencia humana; que las universidades sean el complemento final de esa
educación para mejorar la vida en todas sus manifestaciones, que cada profesional tenga más
humanidad en su corazón y menos introyectos en su cabeza; que se denomine ser inteligente a
quien en su manera de pensar, sentir y actuar protege y cuida la naturaleza, prioriza la vida y se
muestra empático y solidario. Que las grandes empresas destinen el 80% de sus utilidades al
cuidado del planeta y si son fabricas que contaminan el medio ambiente que cambien el rumbo
de su producción y que utilicen a las grandes inteligencias del mundo para reemplazar aquello
que nos hace daño. Si paramos el sistema por un tiempo, si podemos sobrevivir; pero si paramos
el sistema y somos empáticos y solidarios, todos viviremos mejor; Finalmente cuando todo el
mundo se paraliza por el miedo a morir, no hay mucha diferencia entre las personas, los ricos
no tienen donde botar sus excesos y se quedan en casa al igual que los pobres, quienes añoran
lo mínimo e indispensable para vivir.

No podemos volver a la “normalidad”, la normalidad era lo que nos dañaba, es tiempo del gran
cambio y la sabia naturaleza nos está enseñando, en nosotros está despertar y aprender a vivir
y convivir en EMPATIA Y SOLIDARIDAD.

SI TODO VUELVE A LA “NORMALIDAD” ESTAMOS JODIDOS.

S-ar putea să vă placă și