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Guajardo, Alejandro (2014) Prefacio en “Cuestiones Contemporáneas de la Terapia

ocupacional en América del Sur”. Editora CRV. Curitiba. Brasil. P 13

PREFACIO

Alejando Guajardo C.

Parece ser que 50 años de desarrollo de una profesión, tanto a nivel nacional e
internacional, suele ser un tiempo prudente para conmemorar, reflexionar y proyectar lo que
puede ser una profesión. Esto está sucediendo con la Terapia Ocupacional (TO) tanto a nivel
regional como local y que se ha traducido en variadas jornadas, congresos entre los años 2009 y
2013, en Chile y en la Región. Entre estos, el propio congreso mundial de TO, organizado en Chile
el año 2010 y que marca, a mi parecer, un punto de inflexión en la TO mundial al introducirse de
manera definitiva en el debate otras formas de comprender los fundamentos y prácticas de lo
profesional y disciplinar, con el aporte sustantivo de la acción Latinoamérica en lo que se ha
llamado la TO Social y de posturas de orden político de lo que se ha llamado la red de Terapia
Ocupacional Sin Fronteras.

Los 50 años en países como Chile, Argentina, Brasil y Colombia, nos encuentran en un
período histórico vertiginoso, dinámico, con un acelerado desarrollo tecnológico y de las fuerzas
productivas. Una época caracterizada por avances notables y por grandes contradicciones e
injusticias sociales. Una etapa marcada por la globalización, neoliberalismo y el mercado, que pone
en tensión el aumento significativos de la oferta de bienes y servicios y una limitación cada vez
mayor de grupos de personas, comunidades y colectivos que quedan excluidos de dichos
intercambios simbólicos y materiales. Un cambio cultural en que lo local es transformado en
homogeneidad, con pérdida de identidades, donde las ocupaciones dejan de tener sentido
personal y se comprenden como patrones estandarizados de actuación. Desaparecen los meta
relatos y prima el individualismo expresado como emprendimiento y capacidad de autogestión
para asumir la existencia cotidiana. En este escenario, lo público se privatiza, lo colectivo y
asociativo se precariza, lo comunitario se atomiza, las ideologías y proyectos sociales se reducen a
necesidades individuales y particulares. Una sociedad del consumo, en la que el vaciamiento de la
conciencia y subjetividad dejan a la intemperie el sentido mismo de lo que nos produce como
sujeto: las ocupaciones.

En este escenario social, político, económico y cultural, emergen grandes sufrimientos


humanos, cuyo centro es la violación de los derechos humanos o la ausencia de éstos. La pobreza,
exclusión social, el debilitamiento de los vínculos afectivos y sociales, la falta de accesos a
educación, salud, vivienda, acompaña a grandes grupos humanos. La pérdida del bienestar social y
de la calidad de vida de un número significativo de personas, conlleva daño psicosocial e
importantes alteraciones en el proceso salud enfermedad. Violencia, consumos de drogas, el
aumento de la prevalencia de problemas de salud mental, mayor discapacidad, son la expresión
más crítica de la exclusión y la ausencia de participación ocupacional de grupos y personas en
condiciones dignas y respetuosas. Es el contexto socio histórico que interpela a la Terapia
Ocupacional en esto a 50 años de su fundación. Es el marco en cual está convocada a fijar una
posición ética, política, conceptual y metódica. No es posible la neutralidad en una profesión cuyo
centro es la actividad social manifestada como ocupación y materializada en sujetos que se
encuentran en situación de exclusión, privación o segregación. Tras 50 años de desarrollo de TO en
nuestra región, con una clara preeminencia teórica metodológica de carácter positivista, cuya
centralidad es el individuo disfuncional, comienzan a delinearse otras prácticas de TO que pueden
constituirse en nuevas formas de comprensión disciplinar y profesional. Al sustrato naturalista
darwiniano, liberal del sujeto, a su manifestación en la ocupación como exterioridad del mismo y
como única vía de mediación con el medio, emergen otras propuestas de fundamentos en nuestro
campo que interpelan el dominio hegemónico del mundo cientificista de orden positivista.
Aparece con fuerza una comprensión más subjetiva de la persona, donde lo central pasa a ser lo
significados y sentidos de las ocupaciones en contextos socioculturales particulares. La centralidad
pasa a ser lo narrativo, mirada que se sustenta desde vertientes hermenéuticas y constructivistas.

Así también, posiciones de orden social y política de la TO, no sólo por las problemáticas
que se deben abordar, sino por la naturaleza histórica de nuestra propia profesión y los marcos de
intervención en los que participa en la actualidad. Ejemplo de ello, son los desarrollos
conceptuales referidos justicia e injusticia ocupacional, privación ocupacional, apartheid
ocupacional y la TO Social, entre otros. La TO ha dejado de ser una institución homogénea,
unilateral, que sólo podía ser comprendida de una sola forma. Hoy el debate de las prácticas y la
construcción diversa de fundamentos pone claramente en cuestión este postulado. Esto no es un
fenómeno abstracto y ahistórico, por el contrario, responde a las condiciones objetivas en las que
nos encontramos, marcada por la necesidad de los Estados, vía políticas sociales, de generar
condiciones más dignas para las personas, promover la inclusión social, la cohesión, la ciudadanía
y, finalmente, un modo de vida democrático sustentado en el pleno respeto de los grupos y
personas. Ya no es posible pensar la TO desde un sólo lugar. Y no me refiero solamente a
posiciones geográficas o epistemológicas, sino principalmente, al fundamento en nuestra
comprensión de lo real, manifestada como realidad, sujetos, ocupaciones. No existe un no lugar,
como tampoco un sólo lugar. Existen muchos lugares de enunciación, de fundamentos, de
supuestos de orden ontológico, lógico, para comprender y producir la TO, tanto en sus aspectos
disciplinares como profesionales. Es decir, hay “Terapias Ocupacionales”. Terapias Ocupacionales,
implica reconocer diversidad de fundamentos, variedad de posiciones y articulaciones en la
comprensión de lo real. Conlleva, una democratización del oficio, el conocimiento y del saber.
Esta, en mi opinión, es el gran desafío al cual estamos convocados como institución social
(profesional y académica).

Este desafío no es un tema primariamente conceptual, de conocimiento, sino


primariamente práctico, histórico, situado. Lo que nos interesa, son los efectos de nuestra
actuación, tanto como reproductores o transformadores del orden social existente. No es posible
zafarse de las implicancias políticas y éticas de nuestro accionar. Asumir la existencia de Terapias
Ocupacionales, es el resultado, justamente, de reconocer estos efectos e implicancias en la
producción de sujetos y de realidades. Esta declaración y posición política, ética, epistemológica
no es abstracta. Ella es productos de los propios procesos y articulaciones históricas en las cuales
hemos estado inmersos en estos 50 años de acción profesional.
REFERENCIAS

1. KRONENBERG, F.; ALGADO, S.; POLLARD, N. Terapia Ocupacional sin Fronteras. Aprendiendo del
espíritu de supervivientes. Editorial Panamericana, Madrid, 2007.

2. TRUJILLO, A., et al. Ocupación: sentido, realización y libertad. Diálogos ocupacionales en torno al
sujeto, la sociedad y el medio ambiente. Editorial Universidad Nacional de Colombia, Colombia,
2011.

3. GUAJARDO, A. Construcción de identidades, episteme y prácticas de Terapia Ocupacional en


América Latina. Conferencia de Clausura XII Congreso Brasilero de Terapia Ocupacional y IX
Congreso Latino Americano de Terapia Ocupacional. San Pablo, Brasil. 2011.

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