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Amazonia Colombiana:

Geografía, Ecología y Ambiente

Hugo Hernando Rincón López

Universidad de la Amazonia
Facultad de Ciencias de la Educación
Programa de Licenciatura en Ciencias Sociales

I
AMAZONIA COLOMBIANA: GEOGRAFÍA, ECOLOGÍA
Y AMBIENTE

HUGO HERNANDO RINCÓN LÓPEZ


Magíster en Geografía con énfasis en Ordenamiento Territorial
Especialista en Alternativa de Desarrollo Sostenible para la Amazonia
Colombiana
Especialista en Desarrollo de Áreas Amazónicas
Geógrafo. Matrícula Profesional No. 009/2005
Licenciado en Ciencias Sociales

UNIVERSIDAD DE LA AMAZONIA
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
PROGRAMA DE LICENCIATURA EN CIENCIAS SOCIALES
Florencia, 2011 y actualizado 2019

2
INTRODUCCIÓN
La Amazonia es la región de bosque húmedo tropical más grande de la tierra y por sus
condiciones ambientales y ecológicas, una de las de mayor diversidad biológica y de
alternativas para fomentar un desarrollo con base en el aprovechamiento sostenible de
los recursos naturales mediante el mantenimiento de todos los procesos biológicos que
allí se presentan.

Es innegable el valor que tiene como hábitat de una gran diversidad de especies de flora,
fauna y microfauna. Además, la Amazonia es un gran reservorio de agua dulce de la tierra,
pues contiene la quinta parte del agua disponible para el consumo humano y otros usos.
Adicionalmente, en ella habitan importantes poblaciones humanas desde hace miles de
años desarrollando sistemas de producción, reproducción, conservación, uso y manejo
sin causar mayor daño al ecosistema amazónico.

Igualmente, la Amazonia constituye uno de los más importantes controles climáticos de la


tierra, pues con su inmensa masa boscosa y gran cantidad de agua, ayuda a mantener el
equilibrio térmico y el ciclo hidrológico a nivel global.

En esta ocasión presento la versión 2019 de este documento que fue elaborado en su
primera versión en el año 2011 con actualizaciones permanentes casi todos los años. En
él se hace una exhaustiva revisión de innumerables documentos escritos y de
publicaciones virtuales, noticias y revistas de muchos autores e instituciones
gubernamentales y no gubernamentales que han escrito sobre la Amazonia desde
diferentes miradas y sobre una diversidad de temas. Por tanto, este documento es una
compilación sistemática y organizada que permite tener una mirada general sobre la Gran
Amazonia o Amazonia continental y la Amazonia colombiana, desde el punto de vista
geográfico, ecológico y ambiental.

El objetivo principal de este documento es servir como texto guía para la cátedra
Amazónica que se orienta en todos los programas de pregrado (presencial y a distancia)
de la Universidad de la Amazonia, además de ofrecer una visión general de la región
amazónica a todas las personas interesadas.

Este documento está organizado en cinco unidades temáticas:

Primera Unidad : Región de la gran Amazonia


Segunda Unidad : Caracterización Geográfica de la Amazonia Colombiana
Tercera Unidad : Caracterización Ecología de la Amazonia Colombiana
Cuarta Unidad : Amazonia y Ambiente
Quinta Unidad : El futuro de la Amazonia colombiana

HUGO HERNANDO RINCÓN LÓPEZ


Geógrafo, M.Sc.

3
Contenido
Pág.
INTRODUCCIÓN 3

PRIMERA UNIDAD
REGIÓN DE LA GRAN AMAZONIA

CAPÍTULO 1
LOS BOSQUES TROPICALES HÚMEDOS DE LA TIERRA 18
1. ZONA TROPICAL DE LA TIERRA 18

CAPÍTULO 2
REGIÓN DE LA GRAN AMAZONIA 21
1. AMAZONIA CONTINENTAL O PANAMAZONIA 21
2. DEFINICIONES DE LA AMAZONIA 21
2.1. CUENCA AMAZÓNICA O AMAZONIA HIDROGRÁFICA 21
2.2. SELVA AMAZÓNICA O AMAZONIA SELVÁTICA 24
2.3. AMAZONIA LEGAL O REGIÓN DEL TRATADO DE COOPERACIÓN
AMAZÓNICA 26
2.4. PANAMAZONIA O GRAN AMAZONIA 28

CAPÍTULO 3
REGIONALIZACIÓN DE LA AMAZONIA CONTINENTAL 31
1. CLASES DE PAÍSES AMAZÓNICOS 31
1.1. PAÍSES ANDINO-AMAZÓNICOS 31
1.2. PAÍSES DE LA REGIÓN DE LAS GUAYANAS 31
1.3. EL BRASIL 31
2. GRANDES REGIONES GEOMORFOLÓGICAS DE LA AMAZONIA 32
2.1. EL MACIZO Y LA PENIPLANICIE DE LAS GUAYANAS 33
2.2. EL MACIZO CENTRAL BRASILEÑO 35
2.3. LA PLANICIE AMAZÓNICA 37
2.4. REGIÓN ANDINO-AMAZÓNICA 39

4
CAPITULO 4
HISTORIA Y CULTURA DE LA AMAZONIA CONTINENTAL 41
1. OCUPANTES PRECOLONIALES DE LA AMAZONÍA 41
2. CONFIGURACIÓN DEL TERRITORIO 43

CAPITULO 5
ORGANIZACIONES PANAMAZÓNICAS 47
1. EL TRATADO DE COOPERACIÓN AMAZÓNICA – TCA 47
2. LA ASOCIACIÓN DE UNIVERSIDADES AMAZÓNICAS- UNAMAZ 50
3. CONSORCIO INICIATIVA AMAZÓNICA – IA 51

CAPITULO 6
LOS MITOS DE LA AMAZONIA 55
1. EL MITO DE LA HOMOGENEIDAD 55
2. EL MITO DEL "VACÍO AMAZÓNICO" 57
3. LOS MITOS DE LA RIQUEZA Y DE LA POBREZA 58
4. EL MITO DEL “PULMÓN DE LA TIERRA” 59
5. EL MITO DEL “INDÍGENA, FRENO PARA EL DESARROLLO” 60
6. EL MITO DE LA AMAZONIA COMO SOLUCIÓN DE PROBLEMAS PERIFÉRI… 61
7. EL MITO DE LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LA AMAZONIA 62

SEGUNDA UNIDAD
CARACTERIZACIÓN GEOGRÁFICA DE LA AMAZONIA COLOMBIANA

CAPÍTULO 1
CARACTERIZACIÓN ESPACIAL 73
1. DEFINICIONES DE LA AMAZONIA COLOMBIANA 73
1.1. CUENCA AMAZÓNICA O AMAZONIA HIDROGRÁFICA 73
1.2. SELVA AMAZÓNICA O AMAZONIA SELVÁTICA 75
1.3 REGIÓN DEL TRATADO DE COOPERACIÓN AMAZÓNICA O AMAZONIA
LEGAL 76
1.4 REGIÓN AMAZÓNICA COLOMBIANA 76
2. REGIONALIZACIÓN 79
2.1. AMAZONIA OCCIDENTAL 81

5
2.2. AMAZONIA NOROCCIDENTAL 83
2.3. AMAZONIA NORORIENTAL 84
2.4. AMAZONIA SUR 86
3. ORDENAMIENTO DEL TERRITORIO 87
3.1. RESGUARDOS INDÍGENAS DE LA AMAZONIA COLOMBIANA 89
3.2. ÁREAS DEL SISTEMA NACIONAL DE ÁRAS PROTEGIDAS DE LA AMAZONIA
COLOMBIANA – SINAP 90
3.4. RESERVA FORESTAL DE LA AMAZONIA 93
3.5. TERRITORIO Y TERRITORIALIDAD EN LA AMAZONIA 96

CAPÍTULO 2
CARACTERIZACIÓN SOCIOECONÓMICA 100
1. LA POBLACIÓN 100
1.1. POBLACIÓN INDÍGENA 100
1.1.1 Patrones de Asentamiento 103
1.1.2 Tenencia de la Tierra 104
1.2. POBLACIÓN NO INDÍGENA 106
1.2.1. La Colonización 106
1.2.2. Tenencia de la Tierra 109
2. ANILLO DE POBLAMIENTO DE LA AMAZONIA COLOMBIANA 110
3. EL PROCESO DE URBANIZACIÓN 111
4. SISTEMA URBANO EN LA REGIÓN AMAZÓNICA COLOMBIANA 112
5. ANÁLISIS DEMOGRÁFICO 113
6. EL DESPLAZAMIENTO POBLACIONAL EN LA AMAZONIA COLOMBIANA 115
7. CARACTERIZACIÓN SOCIAL 117
8. CARACTERIZACIÓN ECONÓMICA 118
8.1. ECONOMÍA DE LA POBLACIÓN INDÍGENA 118
8.2. ECONOMÍA DE LA POBLACIÓN NO INDÍGENA 118
8.2.1. Actividades extractivas 118
8.2.1.1. Actividad maderera 118
8.2.1.2. Actividad petrolera 119
8.2.1.3. Extracción mineral (oro y coltán). 130
8.2.1.4. Actividad pesquera 135

6
8.2.2. Actividades productivas 137
8.2.2.1. Ganadería. 137
8.2.2.2. Agricultura 138
8.2.2.3. Turismo de naturaleza 138
8.2.3. Economía de los centros urbanos 139
8.2.4. Tenencia y concentración de la tierra 140

CAPITULO 3
CARACTERIZACIÓN BIOFÍSICA 142
1. GEOLOGÍA 142
1.1. HISTORIA GEOLÓGICA 142
1.2. MACIZOS GUAYANÉS Y CENTRAL BRASILEÑO 143
1.3. GEOLOGÍA ACTUAL DE LA AMAZONIA COLOMBIANA 144
1.3.1. Unidades del Precámbrico. 145
1.3.2. Unidades del Paleozoico 146
1.3.3. Unidades del Mesozoico 147
1.3.4. Unidades del Cenozoico 148
1.4. GEOLOGÍA ESTRUCTURAL 149
2. GEOMORFOLOGÍA 150
2.1. PAISAJE DE MONTAÑA 151
2.1.1. Filas y vigas 152
2.1.2. Crestones. 153
2.1.3. Lomas y colinas 153
2.1.4. Hogbacks y espinazos 154
2.1.5. Vallecitos intermontanos 155
2.1.6. Conos y glacis 155
2.1.7. Depresiones tectónicas 155
2.2. PAISAJE DE PIEDEMONTE 156
2.2.1. Abanicos recientes y subrecientes 157
2.2.2. Abanicos antiguos 158
2.2.3. Glacis de acumulación 158
2.2.4. Vallecitos de piedemonte 158
2.3. PAISAJE DE LOMERÍO AMAZÓNICO (ALTIPLANICIE ONDULADA) 159

7
2.3.1 Lomas y colina 159
2.3.2 Mesas 160
2.3.3 Lomas y mesas 161
2.3.4 Vallecitos 161
2.4. PAISAJE DE VALLE ALUVIAL 162
2.4.1. Planos de inundación 162
2.4.2. Terrazas medias 163
2.4.3. Terrazas altas 164
2.5. PAISAJE DE PLANICIE O LLANURA AMAZÓNICA 164
2.5.1. Plano inundable o várzeas 165
2.5.2. Terrazas aluviales 166
2.6. PAISAJE DE MACIZO TECTÓNICO 166
2.6.1. Serranías 167
2.6.2. Montes islas 168
2.6.3. Penillanura nororiental 168
3. EL CLIMA 169
3.1. DINÁMICA DEL CLIMA EN AL AMAZONIA 170
3.2. FAJA ECUATORIAL 175
3.3. CLASIFICACIÓN CLIMÁTICA 175
3.3.1. El clima Af 175
3.3.2. El clima Am 176
3.4. RÍOS VOLADORES 177
4. VEGETACIÓN 179
4.1. FORMACIONES DE LA PLANICIE TERCIARIA 180
4.2. FORMACIONES DE PIEDEMONTE Y MONTAÑA 181
4.3. FORMACIONES DEL MACIZO DE LAS GUAYANAS 182
4.4. FORMACIONES DE LA LLANURA AMAZÓNICA Y VALLES ALUVIALES 184
4.5. FORMACIONES DE LA REGIÓN DE LA MACARENA 185
4.6. FORMACIONES DE SELVA TRANSICIONAL NORTE 185
5. SUELOS 186
5.1. GENERALIDADES 186
5.2. FORMACIÓN DE LOS SUELOS AMAZÓNICOS 187
5.3. TIPOS DE SUELOS AMAZÓNICOS 189

8
5.3.1. Suelos del paisaje de Montaña (M) estructural-erosional 189
5.3.2. Suelos del paisaje de Piedemonte (P) aluvial 193
5.3.3. Suelos del paisaje de Lomerío (L) Amazónico (planicie terciaria) 196
5.3.4. Suelos del paisaje de Valle Aluvial (V) 199
5.3.5. Suelos del paisaje de planicie amazónica (A) de clima cálido húmedo (planicie
cuaternaria) 202
5.3.6. Suelos del paisaje macizo estructural de clima cálido húmedo (Z) 203
5.4. EVOLUCIÓN DE LOS SUELOS AMAZÓNICOS 204
5.5. TAXONOMÍA DE LOS SUELOS AMAZÓNICOS 205
6. AGUAS 206
6.1. CLASIFICACIÓN DE LAS AGUAS 207
6.1.1 Aguas andinas 208
6.1.2 Aguas de planicie 208
6.2. EL CICLO HIDROLÓGICO 210
6.3. CICLO BIOLÓGICO DE LOS PECES 212
6.3.1. Aspectos Migratorios 212
6.3.2. Aspectos tróficos 213
6.3.3. Aspectos reproductivos 214
6.4. CICLO BIOLÓGICO DE LAS TORTUGAS Y OTROS REPTILES 214
7. FAUNA 215
7.1. FAUNA ACUÁTICA 216
7.2. AVIFAUNA 218
7.3. MAMÍFEROS 219
7.4. INSECTOS 222

TERCERA UNIDAD
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA DE LA AMAZONIA COLOMBIANA

CAPITULO 1
DINÁMICA DEL ECOSISTEMA AMAZÓNICO 226
1. EL FLUJO DE LA ENERGÍA EN EL ECOSISTEMA AMAZÓNICO 226
2. EL CICLO DE LOS NUTRIENTES 229
3. ESTRUCTURA DE LA SELVA AMAZÓNICA 231

9
4. INTERACCIONES ECOLOGICAS 232

CAPÍTULO 2
CARACTERÍSTICAS DEL ECOSISTEMA AMAZÓNICO 236
1. LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA 236
1.1. ARGUMENTOS QUE EXPLICAN LA BIODIVERSIDAD 238
1.1.1 Los Refugios pleistocénicos 238
1.1.2 La radiación solar 238
1.1.3 El aislamiento geográfico 238
1.1.4 La diferencia de hábitats 238
1.1.5 La especiación en el mismo lugar 238
1.1.6 La inexistencia de un factor limitante único 239
1.2. IMPORTANCIA DE LA BIODIVERSIDAD 239
1.2.1. Valor ecológico y social 239
1.2.2. Valor económico directo 240
1.2.3. Valor económico indirecto 240
2. REGENERACIÓN NATURAL DE LA SELVA 240
3. RESUMEN DE LA DINÁMICA DE LOS ECOSISTEMAS AMAZÓNICOS 243
3.1. ESPECIFICIDAD 243
3.2. ESTRATIFICACIÓN 243
3.3. REGENERACIÓN 243
3.4. LEJANÍA O DISTANCIA ENTRE LOS INDIVIDUOS DE LA MISMA ESPECIE 243
3.5. POLINIZACIÓN 244
3.6. DISPERSIÓN DE SEMILLAS 244
3.7. RECICLAJE DE NUTRIENTES 244
3.8. CICLO HIDROLÓGICO 244
3.9. ESTACIONALIDAD 244
3.10. HETEROGENEIDAD ESPACIAL 245

10
CUARTA UNIDAD
AMAZONIA Y AMBIENTE
CAPÍTULO 1
LA AMAZONIA Y LOS PROBLEMAS AMBIENTALES GLOBALES 247
1. AMAZONIA Y EL CLIMA DE LA TIERRA 247
2. AMAZONIA Y EL EFECTO DE INVERNADERO 249
3. LA AMAZONIA Y LA DEFORESTACIÓN 250
3.1. EXTINCIÓN DE LA BIODIVERSIDAD 253
3.2. ALTERACIÓN DEL CICLO DEL AGUA 255
3.3. AFECTACIÓN DEL SUELO Y EL CICLO DE LOS NUTRIENTES 257
3.4. ALTERACIÓN DE LAS CADENAS TRÓFICAS 258

CAPÍTULO 2
LA AMAZONIA Y LOS PROBLEMAS AMBIENTALES REGIONALES 260
1. AMPLIACIÓN DE LA FRONTERA AGRÍCOLA 260
2. PROBLEMAS DE LA EXTRACCIÓN FORESTAL 269
3. PROBLEMAS DE LA EXTRACCIÓN MINERA 271
4. PROBLEMAS DE LA EXTRACCIÓN DE HIDROCARBUROS 274
5. PROBLEMAS DE LA GANADERIZACIÓN 277
6. PROBLEMAS DE LOS CULTIVOS ILÍCITOS 279
7. PROBLEMAS DE LA URBANIZACIÓN 282

QUINTA UNIDAD
EL FUTURO DE LA AMAZONIA COLOMBIANA

CAPÍTULO 1
DESTRUCCIÓN O SOSTENIBILIDAD 286
1. ESCENARIOS POSIBLES DE FUTURO 286

CAPÍTULO 2
EJE MULTIMODAL AMAZONIA NORTE 289

11
CAPÍTULO 3
AMAZONIA COMO SUJETO DE DERECHOS 293

CAPÍTULO 4
PAGOS POR SERVICIOS AMBIENTALES-PSA EN LA AMAZONIA
COLOMBIANA 298

CAPÍTULO 5
EL CORREDOR AAA (TRIPLE A): SALVAVIDAS DE LA AMAZONIA 301

CAPÍTULO 6
REGIÓN ADMINISTRATIVA Y DE PLANIFICACIÓN – RAP AMAZONIA
304

BIBLIOGRAFÍA 306

12
Lista de Mapas
Mapa 1. Distribución de los bosques tropicales en la Tierra 18
Mapa 2. Distribución de los bosques tropicales húmedos en la Tierra 19
Mapa 3. Distribución de la cuenca hidrográfica del río Amazonas 22
Mapa 4. Distribución de la selva amazónica 25
Mapa 5. Áreas deforestadas en la Amazonia 26
Mapa 6. PanAmazonia o Gran Amazonia 29
Mapa 7. Anillo de poblamiento 30
Mapa 8. Carretera Transamazónica (trazado original) 32
Mapa 9. Grandes regiones geomorfológicas de la Amazonia continental 33
Mapa 10. Áreas protegidas y territorios indígenas en la Amazonia 64
Mapa 11. Cuenca amazónica colombiana 73
Mapa 12. Zonas hidrográficas del área hidrográfica Amazonas 74
Mapa 13. Selva amazónica colombiana 75
Mapa 14. Amazonia Legal 76
Mapa 15. Región amazónica colombiana 78
Mapa 16. Regiones de la Amazonia colombiana 81
Mapa 17. Resguardos indígenas de la Amazonia colombiana 89
Mapa 18. Áreas protegidas de la Amazonia colombiana 93
Mapa 19. Sustracciones de la RFA 95
Mapa 20. Anillo de poblamiento de la Amazonia colombiana 111
Mapa 21. Jerarquía urbana en la Amazonia colombiana 113
Mapa 22. Bloques petroleros en la Amazonia colombiana 120
Mapa 23. Geología de la Amazonia colombina 145
Mapa 24. Sistema de fallas del borde amazónico 150
Mapa 25. Masas de aire en enero (invierno del hemisferio norte) 173
Mapa 26. Masas de aire en julio (verano del hemisferio norte) 174
Mapa 27. Tipos de clima 176
Mapa 28. Frontera agropecuaria nacional 261
Mapa 29. Área intervenida en 2016 262
Mapa 30. Minería ilegal y títulos mineros 272
Mapa 31. Densidad del cultivo de coca (ha/km2) 281
Mapa 32. Proyectos del Eje Amazonas 290
Mapa 33. Área de influencia del Eje Amazonas en Colombia 290
Mapa 34. Eje multimodal Amazonas norte 291
Mapa 35. Amazonia colombiana en traslape 299
Mapa 36. Propuesta de corredor AAA 301

13
Lista de Cuadros
Cuadro 1. Cuenca amazónica 22
Cuadro 2. Selva amazónica 25
Cuadro 3. Países amazónicos y su área amazónica 27
Cuadro 4. Región del Tratado de Cooperación Amazónica – TCA 28
Cuadro 5. Áreas Naturales Protegidas y Territorios Indígenas en la Amazonia (km 2) 65
Cuadro 6. Minería ilegal por país amazónico 66
Cuadro 7. Departamentos de la Región Amazónica colombiana 78
Cuadro 8. Figuras de ordenamiento del territorio 89
Cuadro 9. Áreas del Sistema Nacional de Áreas Protegidas en la Amazonia 91
Cuadro 10. Áreas de sustracción de la Reserva Forestal de la Amazonia – RFA 94
Cuadro 11. Familias lingüísticas 101
Cuadro 12. Pueblos indígenas de la Amazona colombiana 102
Cuadro 13. Dominio territorial indígena 104
Cuadro 14. Evolución histórica de la población 115
Cuadro 15. Municipios amazónicos donde se han asignado áreas petroleras 120
Cuadro 16. Número de títulos mineros y superficie por departamentos en 2018 132
Cuadro 17. Suelos de montaña estructural-erosional 189
Cuadro 18. Suelos de Piedemonte Aluvial 193
Cuadro 19. Suelos de Lomerío Amazónico 197
Cuadro 20. Suelos de Valle Aluvial. 200
Cuadro 21. Suelos de Valle Aluvial 202
Cuadro 22. Suelos de Valle Aluvial 203
Cuadro 23. Oferta hídrica total por áreas hidrográficas en Colombia 207
Cuadro 24. Especies de la tierra 236
Cuadro 25. Número de especies de fauna y flora registrado en cada núcleo de
deforestación 255
Cuadro 26. Área sembrada en cultivos de coca y bosque talado por departamento en 2017
280

14
Lista de Figuras
Figura 1. Quebrada Apacheta 23
Figura 2. Macizo de la Guayanas 34
Figura 3. Macizo Central Brasileño 36
Figura 4. Lomerío Amazónico (planicie amazónica Terciaria) 38
Figura 5. Várzea (planicie amazónica Cuaternaria) 39
Figura 6. Región andino amazónica 40
Figura 7. Organigrama de la OTCA 49
Figura 8. Agenda Científica de Iniciativa Amazónica 53
Figura 9. Río y selva amazónica 56
Figura 10. Pueblos indígenas de la Amazonia 57
Figura 11. Procesos extractivos en la Amazonia 58
Figura 12. El mito de Amazonia “pulmón del mundo” 59
Figura 13. Indígenas cazando 60
Figura 14. Colonización de la Amazonia 62
Figura 15. Importancia de la Amazonia 63
Figura 16. Minería ilegal en el Parque Nacional Canaima –Venezuela 67
Figura 17. Puntos identificados con presencia de minería ilegal en la Amazonía 67
Figura 18. Minería ilegal en Madre de Dios y Reserva Nacional Tambopata en Perú 68
Figura 19. Represa en la Guayana Francesa 68
Figura 20. Carretera en la Amazonia brasilera 70
Figura 21. Deforestación en la Amazonia 71
Figura 22. Agricultura y ganadería en la Amazonia 71
Figura 23. Población y superficie de los resguardos por departamento 105
Figura 24. Área estratégica minera 133
Figura 25. Zonas mineras indígenas 134
Figura 26. Minería ilegal de aluvión 135
Figura 27. Macizos guayanés y central brasileño 144
Figura 28. Relieve de filas y vigas 152
Figura 29. Relieve de crestones 153
Figura 30. Lomas y colinas 154
Figura 31. Relieve de hogbacks y espinazos 154
Figura 32. Relieve de vallecitos intermontanos 155
Figura 33. Relieve de fosas tectónicas (Balsillas y Sibundoy) 156
Figura 34. Relieve de abanico reciente 157
Figura 35. Relieve de abanico subreciente 157
Figura 36. Relieve de glacis de acumulación 158
Figura 37. Vallecito de piedemonte 159
Figura 38. Relieve de lomas y colinas 160
Figura 39. Paisaje de mesas 161
Figura 40. Relieve de vallecitos 162
Figura 41. Relieve de plano de inundación 163
Figura 42. Relieve de terraza media 163

15
Figura 43. Relieve de terraza alta 164
Figura 44. Relieve de plano de inundación 165
Figura 45. Relieve de serranía (mesetas estructurales) 167
Figura 46. Relieve de serranía (mesas) 168
Figura 47. Relieve de montes islas 168
Figura 48. Relieve de caatingas bajas 169
Figura 49. Ríos voladores 177
Figura 50. Formación y ruta de los ríos voladores 178
Figura 51. Vegetación de la planicie terciaria 181
Figura 52. Bosque de montaña baja y piedemonte 182
Figura 53. Caatingas alta, media y baja 182
Figura 54. Vegetación de várzeas e igapós 184
Figura 55. Vegetación de la serranía de la Macarena 185
Figura 56. Selva transicional 186
Figura 57. Distribución por área hidrográfica de la oferta total 207
Figura 58. Ríos de aguas blancas o barrosas 208
Figura 59. Ríos de aguas negras 209
Figura 60. Río de aguas cristalinas 209
Figura 61. Lagos y madreviejas 210
Figura 62. Peces de la Amazonia colombiana 217
Figura 63. Peces ornamentales de la Amazonia colombiana 217
Figura 64. Tortugas de la Amazonia colombiana 218
Figura 65. Reptiles de la Amazonia colombiana 218
Figura 66. Aves de la Amazonia colombiana 219
Figura 67. Mamíferos arbóreos de la Amazonia colombiana 220
Figura 68. Mamíferos arbóreos-terrestres de la Amazonia colombiana 221
Figura 69. Mamíferos terrestres de la Amazonia colombiana 221
Figura 70. Mamíferos con hábitos subterráneos de la Amaz onia colombiana 222
Figura 71. Mamíferos terrestres-acuáticos de la Amazonia colombiana 222
Figura 72. Insectos de la Amazonia colombiana 223
Figura 73. Utilización de la energía solar 227
Figura 74. Estratos del bosque 231
Figura 75. Reciclaje de las lluvias en la Amazonia 248
Figura 76. Deforestación en la región amazónica colombiana 251
Figura 77. Resguardos indígenas que presentaron deforestación en 2017 252
Figura 78. Balance hidrológico en la Amazonia 257
Figura 79. Ampliación de la frontera agropecuaria 263
Figura 80. Tramo vía Calamar – Miraflores (Guaviare) 265
Figura 81. Cultivo de palma africana en el Guaviare 266
Figura 82. Extracción ilegal de madera 271
Figura 83. Sustitución de la selva amazónica por pasturas 278
Figura 84. Deforestación de la selva para ganadería extensiva 279

16
17
CAPÍTULO 1
LOS BOSQUES TROPICALES HÚMEDOS DE LA TIERRA

1. ZONA TROPICAL DE LA TIERRA

La zona tropical de la Tierra hacen referencia, de manera amplia, a toda la franja latitudinal
comprendida entre los 25° norte y sur del Ecuador geográfico, un poco más allá de los
trópicos de Cáncer y Capricornio, incluyendo la zona ecuatorial, y cubre aproximadamente
el 42% de la superficie terrestre. En esta zona el área potencial de bosques constituye
alrededor de 48,6 millones de km2, distribuidos en un 52% de bosques secos y un 48% de
bosques húmedos.

Hay aproximadamente 70 países que se encuentran en la región de los bosques


tropicales, que abarca 23 países en América, 31 en África, y 16 en Asia y Oceanía.

Mapa 1. Distribución de los bosques tropicales en la Tierra

FUENTE: Ofosu-Asiedu, 2005

BOSQUES TROPICALES HÚMEDOS

El término genérico de "bosques húmedos" fue utilizado por primera vez en 1898 por el
botánico alemán Schimper, para describir los bosques que crecen en un ambiente
húmedo. Los bosques húmedos se pueden hallar en cualquier lugar donde las
precipitaciones medias anuales sean superiores a los 2.000 mm, proporcionalmente
distribuidas durante todo el año. Bajo estas condiciones, estos bosques se encuentran
tanto en las regiones templadas como en las tropicales. El término específico de "bosques
tropicales húmedos" se refiere a los bosques húmedos ubicados en la zona tropical y más
particularmente en la zona ecuatorial (10º norte y sur del Ecuador terrestre) del globo
Terrestre. La zona ecuatorial ocupa una faja de 17,36% de la superficie de la tierra y está

18
repartida entre África (18%), Sureste Asiático y Oceanía (26%) y Suramérica y Centro
América (56%).
Esta significativa proporción suramericana corresponde principalmente a las selvas
húmedas de las cuencas de los ríos Amazonas, Orinoco y de los ríos del escudo
Guayanés de la vertiente del Atlántico, las cuales conforman en conjunto la cobertura
vegetal más grande en forma continua del mundo, la selva amazónica.

Mapa 2. Distribución de los bosques tropicales húmedos en la Tierra

FUENTE: http://ocw.unican.es/ciencias-sociales-y-juridicas/biogeografia/materiales/tema-6/6.3.3-la-
pluvisilva-ecuatorial-y-monzonica

El Bosque Tropical Húmedo es el bioma más complejo de la tierra en términos de su


estructura y diversidad de especies. Ocurre bajo condiciones ambientales óptimas para la
vida: disponibilidad de calor durante todo el año y abundante precipitación. No hay
estaciones de crecimiento e hibernación como en las zonas templadas de los hemisferios
norte y sur.

La luz del sol en el bosque húmedo tropical es un factor condicionante importante. Una
variedad de estrategias han desarrollado las especies para obtener luz o adaptarse a una
baja intensidad de la misma por debajo del dosel

Los Bosques Tropicales Húmedos presentan, a nivel general, las siguientes


características:

 Altas precipitaciones durante todo el año por encima de los 2.000 mm. Ningún mes es
considerado seco ya que las precipitaciones mínimas mensuales son superiores a 100
mm, por tanto, la humedad relativa siempre es elevada.
 No existen estaciones térmicas debido a que el Sol permanece cerca de la vertical
durante todo el año.

19
 Existe megaisotermia, es decir, altas temperaturas constantes durante todo el año,
debido a que los rayos del Sol inciden con ángulos grandes a lo largo del año.
 Hay períodos de lluvias y períodos secos en el año, que se pueden distribuir en dos
regímenes pluviométricos: el monomodal o unimodal, el cual presenta un período largo
de lluvias seguido de un período corto de sequía; y el bimodal, caracterizado por dos
períodos de lluvias durante el año intercalados por dos cortos períodos secos.
 El parámetro climático que determina las condiciones del clima es la precipitación a
diferencia de otras regiones de la Tierra donde la temperatura es la que juega el papel
principal.
 Existe una gran diversidad biológica de especies de flora, fauna y microorganismos
constituyéndose en la región más megabiodiversidad de la Tierra.
 A nivel general, existen suelos oligotróficos, pobres en la fase mineral pero ricos en la
fase orgánica.
 Existe una vegetación exuberante, ocupando diferentes estratos verticales, con unas
complejas interacciones ecológicas y ciclos biogeoquímicos que permiten que el
sostenimiento de árboles de gran porte.

El área más representativa de los bosques ecuatoriales húmedos es la Selva Amazónica,


que cubre un área cercana a los 8 millones de km2 (7.989.004 km2), distribuidos en nueve
(9) países suramericanos (Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004).

20
CAPÍTULO 2
REGIÓN DE LA GRAN AMAZONIA

1. AMAZONIA CONTINENTAL O PANAMAZONIA

El concepto de Región de la Gran Amazonia, también llamda Amazonia Continental o


Panamazonia se refiere a toda la Amazonia, llámese Amazonia suramericana, Región
Amazónica, Cuenca Amazónica, Selva Amazónica o Gran Amazonia. Aunque exista
disparidad de criterios para definir la Amazonia, los términos Amazonia Continental o
Panamazonia hacen referencia a toda el área considerada no importa el criterio adoptado.

2. DEFINICIONES DE LA AMAZONIA

No es fácil definir la Amazonia pues existen diversos enfoques, criterios y


representaciones espaciales, todos ellos válidos, para hacerlo. Si la base de la que se
parte para definirla no es bien entendida, pueden aparecer divergencias muy marcadas.
Por ejemplo, suelen leerse datos muy diferentes sobre su extensión, pues una cosa es
tratar de la Cuenca Amazónica, o de la Selva Amazónica y otra muy diferente es de hablar
de la región incluida dentro del Tratado de Cooperación Amazónica, llamada por algunos
países como Amazonia Legal.

También hay definiciones político-administrativas de la Amazonia, que dependen de cada


país, como es el caso de la denominada Amazonia Legal del Brasil o de Colombia que
considera Amazónicos solo seis departamentos (Amazonas, Caquetá, Guainía, Guaviare,
Putumayo y Vaupés). Por eso, lo primero que el lector debe hacer al leer datos sobre esta
región es familiarizarse con el criterio seleccionado por el autor.

Por otro lado, la Amazonia no es de ninguna manera una unidad homogénea; es la unidad
de la diversidad, pues contiene una gran heterogeneidad ecológica, geográfica, geológica,
geomorfológica, hidrológica, edáfica, climática, florística y faunística, y también cultural.
No obstante, a pesar de esas variaciones, especialmente marcadas en las vertientes
andinas, la mayor parte de la región se reconoce por su clima cálido y húmedo que hace
posible una vegetación de selva tropical húmeda.

A nivel general las definiciones más usadas para referirse a la Amazonia, son las
siguientes: Cuenca Amazónica o Amazonia Hidrográfica, Selva Amazónica o Amazonia
selvática, Amazonia Legal o Región Amazónica del Tratado de Cooperación Amazónica,
y la PanAmazonia o Gran Amazonia.

2.1. CUENCA AMAZÓNICA O AMAZONIA HIDROGRÁFICA

En términos hidrográficos (de acuerdo con la extensión del sistema conformado por el río
Amazonas y sus miles de tributarios), la cuenca Amazónica comprende un área de 7.
285.617 kilómetros cuadrados (Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004), compartida por seis

21
países: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, con la siguiente distribución
superficial:

Mapa 3. Distribución de la cuenca hidrográfica del río Amazonas

FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004

Cuadro 1. Cuenca amazónica


PAÍS EXTENSIÓN (km ) %
BOLIVIA 824.000 11,3
BRASIL 4.989.361 68,5
COLOMBIA 339.505 4,7
ECUADOR 123.000 1,7
PERÚ 956.751 13,1
VENEZUELA 53.000 0,7
TOTAL 7.285.617 100.0
FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004 y ajustado Rincón, 2011

Desde el punto de vista de la Cuenca Hidrográfica del río Amazonas, se incluyen los
territorios andino-amazónicos de los países cuyos ríos nacen en el sistema Andino Bolivia,
Colombia, Ecuador y Perú) y que drenan sus aguas al río Amazonas, incluyendo su
nacimiento en los Andes peruanos.

El río Amazonas recorre una extensa y valiosa área de vida natural y cultural,
transmitiendo sensaciones de vastedad y majestuosidad, y es reconocido por ser el más
largo, caudaloso, ancho y profundo del planeta.

22
Figura 1. Quebrada Apacheta La expedición “Amazon Source‖” de 1996, en su
informe científico, da cuenta de que el Amazonas tiene
origen en la quebrada Apacheta, la cual nace en la
base del nevado Quehuisha (5.170 msnm), en la
posición 15°31’05’’ latitud sur y 71°45’55’’ longitud
oeste, en los Andes Peruanos (Arequipa). Luego de un
pequeño recorrido, la Apacheta recibe las aguas del río
Cacansa, primero, y a continuación las del Sillanque.
En la confluencia de los ríos Carhuasanta y Apacheta,
el Apacheta adopta el nombre de Loqueta, que corre
de sur a norte. El río Carhuasanta baja del nevado
Choquecorao. Los nevados Quehuisha y
Choquecorao pertenecen a la cordillera Chila, una
sección de la cordillera occidental de los Andes.

FUENTE: PNUMA/OTCA, 2009


El Informe precisa que la quebrada Apacheta se
considera el manantial principal, sobre la base de los siguientes criterios: volumen de
descarga de agua (la quebrada Apacheta descarga seis veces más agua que la quebrada
Carhuasanta) y morfológico, que corresponde al trabajo que hace el río en la definición de
su cauce a lo largo del tiempo (PNUMA/OTCA, 2009).

El río Amazonas hace un recorrido de 7.000 km aproximadamente, hasta desembocar en


el océano Atlántico. Cabe precisar que la determinación exacta de la longitud del
Amazonas es compleja, debido a los desplazamientos de su curso, sobre todo cuando
forma meandros divagantes en la zona del río Ucayali (Novoa, 1997; Martini y otros, 2007).

El ancho del río varía según la creciente. El máximo relativo es de 5 km, aunque en la
época de creciente, en algunos sectores, las inundaciones cubren entre 20 y 50 km más
allá de ambas riberas. En su cauce se ubican numerosas islas que a veces forman un
laberinto de canales. En la desembocadura del Amazonas el ancho del delta es de 320
km. Los dos principales brazos fluviales del delta, Macapá y Pará, forman la isla Marajó,
que es la mayor isla fluvial de América del Sur y del mundo con 48.000 km²
(PNUMA/OTCA, 2009).

23
CARACTERÍSTICAS DESTACADAS DE LA CUENCA Y DEL RÍO AMAZONAS

1. El río Amazonas es el río más largo del mundo, con 6.992,06 km (Instituto Nacional
de Pesquisas Espaciais, 2008).

2. El río Amazonas tiene la cuenca hidrográfica más extensa del planeta.

3. El río Amazonas tiene el mayor volumen de descarga de agua (220.000 m³ por


segundo, en promedio). Transporta más agua que los ríos Missouri-Mississippi,
Nilo y Yangtsé juntos.

4. El río Amazonas tiene más de 1.000 tributarios y 3 de ellos tienen más de 3.000
km de longitud (ríos Madeira, Purús y Yuruá).

5. Las cuencas tributarias más importantes del río Amazonas tienen su origen en la
cordillera de los Andes; los otros tributarios provienen de las mesetas guayanesas,
brasileña y sectores colindantes con la cuenca del Orinoco en Colombia.

6. La Amazonia aporta aproximadamente el 20% del agua dulce que fluye de los
continentes a los océanos.

7. El bosque amazónico representa más de la mitad del bosque húmedo tropical del
planeta.

8. Es un control climático de la Tierra. La Amazonia subsidia con agua y calor a zonas


tropicales y subtropicales del planeta.

9. Es una región megadiversa: Brasil y Colombia, países amazónicos, tienen un


tercio de las plantas vasculares conocidas en el mundo. El Perú registra la marca
mundial con el mayor número de especies de mariposas.

10. Expresión de diversidad cultural: 420 pueblos indígenas diferentes, 86 lenguas y


650 dialectos. Aproximadamente 60 pueblos en situación de aislamiento.
FUENTE: PNUMA/OTCA, 2009

2.2. SELVA AMAZÓNICA O AMAZONIA SELVÁTICA

Comprende el conjunto de selvas tropicales húmedas de América del Sur, que abarca las
selvas de los ríos Amazonas y Orinoco y las selvas de la región de las Guayanas. Cubre
una superficie de 7.989.004 kilómetros cuadrados distribuidos en ocho (8) países (Bolivia,
Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela) y la Guayana Francesa
(territorio de Francia). La selva amazónica constituye la mayor superficie forestal del
planeta.

Por países su distribución es como sigue:

24
Cuadro 2. Selva amazónica
EXTENSIÓN
DEFORESTACIÓN EXTENSIÓN
PAÍS ORIGINAL % %
HASTA 2013 2014 (km )
(km )
BOLIVIA 558.000 7,0 24.309,3 308.695 5,8
BRASIL 5.144.000 64,8 631.321,2 2.955.731 55,9
COLOMBIA 477.274 6,6 46.088,1 419.448 7,9
ECUADOR 130.000 1,6 10.435,7 87.094 1,6
GUAYANA FRANCESA 63.700 0,8 5.387,3 187.018 3,5
GUYANA 164.997 2.1 2.079,9 81.115 1,5
PERÚ 774.000 9,8 72.144,7 720.654 13,6
SURINAM 150.000 1,9 6.310,7 143.943 2,7
VENEZUELA 473.307 6,0 13.127,8 384.684 7,3
TOTAL 7.935.978 100.0 811.204,6 5.288.382 100,0
FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004 y ajustado Rincón, 2019

Mapa 4. Distribución de la selva amazónica

FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004

El área original de la selva amazónica es menor que el área de la cuenca. La cuenca


amazónica es mayor que el área cubierta por la selva en un 19,5% (1.188.535 km2), dado
que no todo el territorio de la cuenca presenta cobertura boscosa. Para el año 2014 el
área de la selva amazónica se había reducido en 811.204,6 km 2, y por tanto, su extensión

25
era de 5.288.382 km2. Guyana, Surinam y Guayana Francesa no pertenecen a la cuenca
amazónica pero poseen cobertura de selva (Domínguez, 1987).

La selva amazónica ha venido siendo intervenida por diferentes actores y con diversos
fines, especialmente para el desarrollo de ganadería extensiva, cultivos lícitos e ilícitos,
minería y extracción de hidrocarburos, lo cual ha generado que inmensas áreas boscosas
hayan sido reemplazadas por otras coberturas. De otra parte, existen dentro de la selva
algunos enclaves con vegetación no boscosa, tales como, sabanas, cerrados, caatingas,
igapós, eriales, suelos desnudos de las estructuras rocosas, entre otros. De esta manera,
el área de la selva amazónica varía permanentemente en virtud de las tasas anuales de
deforestación.

Mapa 5. Áreas deforestadas en la Amazonia

FUENTE: RAISG, 2015

2.3. AMAZONIA LEGAL O REGIÓN DEL TRATADO DE COOPERACIÓN


AMAZÓNICA

De conformidad con el Tratado de Cooperación Amazónica - TCA (desde 1995


Organización del Tratado de Cooperación Amazónica – OTCA), los países considerados
Amazónicos son ocho: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y
Venezuela. La Guayana Francesa, aunque posee selva amazónica, no es considerada un

26
país amazónico en el marco del Tratado, ya que se trata de un territorio perteneciente a
Francia.
El área cubierta por el Tratado de Cooperación Amazónica - TCA de acuerdo con el
territorio incluido por cada país es de 7.574.085 km2 (Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2003) y
se distribuye en cada país amazónico de la siguiente manera:

Cuadro 3. Países amazónicos y su área amazónica


PAÍS EXTENSIÓN (km ) %
BOLIVIA 600.000 7,9
BRASIL 5.144.800 67,9
COLOMBIA 403.348 5,3
ECUADOR 131.000 1,7
GUYANA 215.000 2,8
PERÚ 756.992 10,0
SURINÁM 142.800 1,9
VENEZUELA 180.145 2,4
TOTAL 7.574.085 100.0
FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004 y ajustado Rincón, 2011

El área que cada país incluyó en el marco del Tratado de Cooperación Amazónica – TCA,
obedece a criterios político – administrativos o legales, sin tener en cuenta las superficies
de la cuenca ni de la selva amazónicas.

27
Cuadro 4. Región del Tratado de Cooperación Amazónica – TCA

FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004.

2.4. PANAMAZONIA O GRAN AMAZONIA

Según Salazar y Riaño (2015), la región de la Panamazonia la conforman los países que
pertenecen, tienen jurisdicción o territorio en la cuenca hidrográfica del río Amazonas;
tienen cobertura de selva o son miembros del Tratado de Cooperación Amazónica-TCA,
de donde se deriva este criterio; reúnen características políticas, socioeconómicas y
ambientales similares, pero geográficamente se diferencian, en razón a que algunos
comparten territorios de relieve andino, con los de las planicies amazónicas. Otros, como
los de la franja atlántica del norte, no pertenecen a la cuenca hidrográfica del Amazonas,
pero cuentan en su territorio con coberturas de selva de tipo amazónico y otros, como
Brasil, tienen la mayor parte de su territorio (70 %), en la planicie amazónica.

La Gran Amazonia es la región que se construye mediante la integración de los conceptos


político-administrativos, ambientales y geográficos.

28
Mapa 6. PanAmazonia o Gran Amazonia

FUENTE: Salazar y Riaño, 2015

La Gran Amazonia no ha sido ajena al proceso de urbanización y al igual que en América


Latina y el Caribe, se trata de un fenómeno creciente y dinámico. Según los datos de
PNUMA/OTCA (2009), se estima que en los países de la región se consideran habitantes
amazónicos unos 33,5 millones de personas aproximadamente, de las cuales el 62,8%
reside en áreas urbanas, lo que equivale a 20,9 millones de habitantes localizados en los
centros urbanos de la gran región.

El mundo preeminente de lo natural con que ha sido conocida la región ya no corresponde


a su realidad. La existencia de un vasto anillo de urbes, pueblos y caseríos, que avanzan
desde su borde perimetral hacia el centro, consolida el fenómeno urbano. El peso
poblacional y sociocultural del anillo es desproporcionadamente superior al de los
indígenas y mestizos (caboclos) de su interior.

Por anillo de poblamiento se entiende el espacio ocupado, continuo y jerarquizado, que


cuenta con una red de comunicaciones e integra el conjunto de los diferentes tipos de
centros a la economía de mercado que, a su vez, son soporte de nuevas avanzadas de
ocupación. Los asentamientos con perfil urbano están creciendo en número y tamaño y
no solamente los del anillo de consolidación del espacio urbano-rural, sino que en su
interior hay metrópolis como Manaos en Brasil e Iquitos en Perú, que ejercen una gran
fuerza centrípeta (polarización), sobre territorios de centenares de kilómetros cuadrados,

29
creando islas geopolíticas hacia el centro, al igual que lo hacen en los espacios
intermedios los centros de enclave.

Mapa 7. Anillo de poblamiento

FUENTE: Salazar y Riaño, 2015

Desde el punto de vista de los procesos de ocupación y consolidación de la actividad


antrópica, la Gran Amazonia se puede dividir en dos grandes subregiones: la Amazonia
del anillo de poblamiento (consolidación urbano-rural), que corresponde al área de
poblamiento continuo, organizado en jerarquías de ciudades o pueblos, con una red de
comunicaciones que integra el conjunto y cuya economía se basa en la producción de
mercancías (actividad extractiva-productiva de generación de excedentes -autoconsumo
y mercadeo), y la Amazonia del centro, que se encuentra a partir de la anterior región y
que corresponde al área predominantemente de bosque húmedo tropical (selva), donde
vive una población dispersa, en su gran mayoría indígena, cuya economía se basa
especialmente en la subsistencia y donde el impacto ecológico es menor.

El avance de las estructuras urbanas, por medio de los asentamientos humanos de


economía de mercado y de la red vial consolidada (anillo de poblamiento), sin planificación
y políticas de desarrollo sostenible, hace que la Gran Amazonia tenga dificultad para
subsistir a largo plazo y más cuando de esta dependen todos los sistemas acuáticos
(nacimientos, parte alta y media de los ríos amazónicos), que son deteriorados por las
actividades antrópicas.

30
CAPÍTULO 3
REGIONALIZACIÓN DE LA AMAZONIA CONTINENTAL

1. CLASES DE PAÍSES AMAZÓNICOS

Los países pertenecientes a la Amazonia Continental o países Panamazónicos, se pueden


agrupar en tres clases, de acuerdo con sus características derivadas de su localización
geográfica y evolución histórica y cultural (Domínguez, 1985):

1.1. PAÍSES ANDINO-AMAZÓNICOS

Son aquellos países que comparten simultáneamente los Andes y la Amazonia. Ellos son:
Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia y Venezuela.

Los países Andino-Amazónicos tienen ya una larga trayectoria de relaciones muy


estrechas: históricamente se han desarrollado en forma paralela y por lo tanto, se
enfrentan a problemáticas similares; tienen economías y culturas muy semejantes;
comparten el Español como su idioma natal; mantienen estrechos vínculos comerciales,
tienen un legado histórico común con el libertador Simón Bolívar e hicieron parte de la
denominada ―Gran Colombia‖, en el siglo XIX.

En cuanto a la cooperación internacional tienen la experiencia del Pacto Andino y del


Tratado de Cooperación Amazónica. También del megaproyecto de construcción de la
Carretera Marginal de la Selva, que parte desde Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, pasa
por Perú, Ecuador y Colombia, siguiendo el cinturón del piedemonte Andino hasta terminar
en los llanos de Venezuela.

1.2. PAÍSES DE LA REGIÓN DE LAS GUAYANAS

Son los países de la orla Atlántica que no pertenecen a la Cuenca Amazónica pero si a la
Amazonia Selvática y, por tanto, son del dominio Amazónico, por tener la mayor parte de
su territorio cubierto por selvas tropicales húmedas. Estos países son: Guyana y Surinam.

Guyana era una colonia de Inglaterra y Surinam de Holanda, territorios que alcanzaron su
independencia en 1970 y 1975 respectivamente.

Estos dos países tienen sus mayores vínculos con Estados Unidos y Europa
(principalmente con Inglaterra y Holanda, sus antiguas metrópolis) y muy pocos con los
países Suramericanos incluidos los Amazónicos, no obstante de pertenecer al Tratado de
Cooperación Amazónica. Comparten el inglés como su idioma natal.

1.3. EL BRASIL

31
El Brasil, por la magnitud de su territorio, por concentrar cerca del 68% del área de la
Región del Tratado de Cooperación Amazónica, por su historia y cultura muy diferente a
los demás países amazónicos, su idioma el Portugués, y en general por su nivel de
desarrollo, constituye por sí mismo, una modalidad especial de país amazónico.

Posee los centros urbanos más grandes de la Amazonia, como Manaos y Belém del Pará,
ubicados en la planicie amazónica a lo largo del río Amazonas. Por tanto, concentra la
mayor densidad de población amazónica.

En los años sesenta concibió un megaproyecto vial para conectar toda la Amazonia con
el océano Atlántico, la carretera Transamazónica, la cual tenía proyectado construir cerca
de 8.000 km de longitud partiendo del puerto sobre el Atlántico João Pessoa en el Estado
de Paraiba hasta Tabatinga en el Estado de Amazonas, en la frontera con Colombia. Dada
las dificultades para construir proyectos viales en la Amazonia por falta de material de
afirmado y por la cantidad de áreas inundables, hasta hoy solamente existen algunos
tramos construidos.

Mapa 8. Carretera Transamazónica (trazado original)

FUENTE: http://hispanoteca.eu/Landeskunde-LA/Carretera%20Panamericana.htm

2. GRANDES REGIONES GEOMORFOLÓGICAS DE LA AMAZONIA

Teniendo en cuenta las grandes unidades geomorfológicas, es posible diferenciar cuatro


grandes regiones en la Amazonia Continental: el Macizo y la Planicie de las Guayanas, el
Macizo Central Brasileño, la Planicie Amazónica (Terciaria y Cuaternaria) y la Región
Andino- Amazónica.

32
Mapa 9. Grandes regiones geomorfológicas de la Amazonia continental

FUENTE: Domínguez, 1987.

2.1. EL MACIZO Y LA PENIPLANICIE DE LAS GUAYANAS

Esta gran área, también denominada Amazonia Septentrional, ocupa la mayor parte del
espacio entre los ríos Amazonas y Orinoco. Está caracterizada por la presencia de
macizos montañosos, serranías, mesetas, domos aislados (geoformas llamadas
genéricamente - tepuyes) y planicies arenosas.

Como basamento de esta región se encuentran los restos precámbricos de una gran
formación de rocas cristalinas, destruidas por la acción de más de 500 millones de años
de erosión y movimientos orogénicos. Sobre este tipo de rocas de tipo ígneo-metamórfico,
o junto con ellas, subyacen profundos estratos de rocas sedimentarias del Paleozoico y
del Mesozoico de muy poco plegamiento. Por eso al ser fracturadas y destruidas las
formaciones sedimentarias por los elementos del ciclo erosivo terrestre, aparecen mesas
de cortes aserrados donde se pueden observar los estratos de areniscas y
conglomerados, en capas horizontales muy potentes.

En otros casos se han conservado núcleos cristalinos muy duros que han resistido los
procesos erosivos y por consiguiente, sobresalen en las planicies como montes islas o
inselbergs en forma de enormes melones o panes de azúcar de extraordinaria belleza,
como es el caso del cerro o Piedra del Cocuy en el río Negro.

33
El proceso de envejecimiento del Macizo de las Guayanas ha convertido la mayor parte
de su antigua estructura en una gran planicie. Este tipo de planicie resultado de la erosión
o peniplanicie, rodea actualmente algunos relictos montañosos alargados formando la
mayor parte de las fronteras de Brasil con Venezuela y las Guayanas.

Figura 2. Macizo de la Guayanas

FUENTE: https://www.google.com.co/search?q=macizo+de+las+guayanas

En esta región las montañas se elevan considerablemente en algunos sitios, como en el


cerro de la Neblina (3.014 msnm) su mayor altitud, o en el cerro Roraima (2.875 msnm),
sin embargo, la altura media del resto de estas sierras fluctúa entre los 1.000 y 2.000
msnm. En las altas montañas se encuentran las cabeceras de importantes ríos, resultante
de la alta humedad predominante en ellas. Allí nacen entre otros el Orinoco, el Branco, el
Essequibo y el Caura, que alcanzan caudales extraordinarios. Algunos se desprenden
entre espectaculares cascadas de varios centenares de metros sobre ingentes escarpes

34
(entre las cuales se halla el salto Ángel, de 972 m considerada la caída de agua más alta
del mundo, situada en el estado de Bolívar, Venezuela) o a través de profundas gargantas
en neblinas persistentes.

Este conjunto orográfico presenta grandes depósitos de hierro en las cercanías del
Orinoco medio, diamantes, manganeso, oro, amatista, uranio, aluminio, etc. A una larga
lista de depósitos minerales hay que agregar las posibilidades energéticas que ofrecen
los ríos del área.

La peniplanicie se presenta como una extensa llanura cubierta de selvas bajas y con
suelos en su mayor parte arenosos, muy pobres. Debajo de la arena subyacen rocas
ígneo-metamórficas y estratos de areniscas, a lo largo de miles de kilómetros, entre el
territorio de Amapá en el Brasil, al oriente y las cercanías de las estribaciones andinas en
Colombia, al occidente.

En las planicies orientales de Colombia aparecen esparcidas algunas mesas y tepuyes,


tales como el complejo de las mesas y los cerros de Iguaje y Chiribiquete, que alcanzan
elevaciones hasta de 1.300 msnm, aproximadamente y la Serranía de la Macarena, cuyas
cimas exceden los 2.500 msnm. Además pueden mencionarse la mesa o escarpa de
Araracuara, los cerros de Cupatí o la Pedrera, Isibucure y Mitú y la Serranía de Naquén,
así como numerosos inselbergs, como los cerros de Mavecure y los existentes en las
proximidades del río Guainía.

Las oscilaciones climáticas reiteradas durante millones de años han actuado cada una a
su manera para determinar ese paisaje en el que alternan geoformas origen de la aridez,
con las que han resultado de la intensa humedad (Domínguez, 1987).

2.2. EL MACIZO CENTRAL BRASILEÑO

El macizo de las Guayanas encuentra continuación hacia el sur en el Macizo Central


Brasileño, los cuales se encuentran separados entre sí por la Planicie del río Amazonas.
En tiempos pasados existió un solo bloque cristalino, que se fracturó en estas dos grandes
partes.

La conformación del Macizo Central Brasileño es muy semejante a la estructura


Guayanesa: un gran bloque de rocas cristalinas, especialmente neiss y granitos con
intercalaciones y sobreposiciones de rocas sedimentarias, en su mayoría del Precámbrico
y algunas del Paleozoico. Desde el punto de vista estructural también se encuentra
intensamente perturbado por plegamientos y fracturas. La altura media del Macizo es de
300 msnm y por lo general no presenta alturas máximas superiores a los 500 msnm; posee
esencialmente un paisaje de vasta llanura cuyo paso hacia las planicies sedimentarias del
Terciario y del Cuaternario es muy notorio por la aparición de raudales y saltos que
interrumpen las navegación en los ríos que descienden de esa región rocosa hacia el
Amazonas. La diferencia de altitud y especialmente, la diferencia en la acción erosiva

35
sobre rocas de dureza desigual ocasionan desniveles que definen con gran precisión al
escalafón de ascenso del Macizo Central. Pero este Macizo dista del río Amazonas mucho
más que el Macizo de las Guayanas y por lo tanto permite trechos navegables que fluctúan
entre los 250 y 600 km en el curso inferior de los ríos, donde se presentó el mayor
poblamiento inicial hasta cuando se comenzó la construcción de la red vial
transamazónica.

Figura 3. Macizo Central Brasileño

FUENTE: https://www.google.com.co/search?tbm=isch&sa=1&ei=2SD8W5=macizo+central+brasile

La transamazónica es un sistema de carreteras construidas sobre el Macizo y en


proximidades del margen de contacto con la Planicie Amazónica. Este sistema vial permite
la penetración de los asentamientos de los interfluvios y hacia el interior del Macizo.
Obviando así el fuerte condicionamiento impuesto por los ríos al poblamiento de esta
región. Sin embargo dado que la mayor parte de los suelos sobre esas áreas rocosas o
arenosas no es de muy buena calidad, la población se sigue concentrando hacia las vegas
de los ríos, frustrando con ello el tan buscado poblamiento interior.

Pero, al igual que en la Guayana, el futuro del Macizo no parece estar en la explotación
del suelo en usos agropecuarios sino en la minería, tanto de aluvión como de vega. El
caso más espectacular se presenta en la sierra de los Carajás, en el Estado de Pará, en
donde sobre una superficie aproximadamente de 30.000 km 2 se concentran varias minas
con un alto contenido de metales valiosos. La más importante es un depósito de 18.000
millones de toneladas de hierro con un 66% de mineral. Este se extrae en bruto y de
exporta en una buena proporción transportándolo por un moderno ferrocarril de 890
kilómetros hacia el puerto de São Luis en el Océano Atlántico (Companhia Vale do Río
Doce, 1984). Aparte del hierro se han descubierto minas de manganeso, níquel, cobre,
oro y bauxita (aluminio).

El impacto ambiental y humano de esas minas es muy discutido pues han resultado
afectadas once reservas indígenas y han ocasionado drástico cambios en aguas y selvas.

36
Hoy existen trabajos para minimizar ciertos efectos indeseables, pero hay algunos que ya
son irreversibles. Tal minería, junto con una gran fábrica de aluminio de propiedad de
ALUBRAS que existe cerca de Belem, recibe la casi totalidad de la energía producida por
la represa de Tucuruí, una megacentral hidroeléctrica construida sobre el río Tocatins
proyectada para producir 8.000 MW.

Fuera de los proyectos con alta mecanización y consumo de energía, existen en la región
innumerables áreas de minería manual de oro, conocida como garimpo, de la cual viven
o sobreviven pequeños productores o garimpeiros. Los lavaderos de oro, como los de
Serra Pelada, son fuente de sustento para muchos amazonenses, como lo son también la
búsqueda de diamantes, piedras preciosas sobre los aluviones de los ríos (Domínguez,
1987).

2.3. LA PLANICIE AMAZÓNICA

La Planicie Amazónica está compuesta de sedimentos del Terciario y del Cuaternario


depositados en profundos estratos geológicos, entre los Andes y los macizos cristalinos
del norte (Macizo de las Guayanas) y del sur (Macizo Central Brasileño). Es el producto
de depósitos marinos y continentales en un gran geosinclinal, que quedó luego del
surgimiento de los Andes durante el Terciario.

El espacio entre las cordilleras Andinas y los antiguos núcleos cristalinos (macizos), lo
mismo que la profunda fosa tectónica existente entre ellos, quedó como un mar interior en
donde se acumularon sedimentos tanto del producto de la erosión procedente de las
montañas andinas como de los sedimentos producidos por el mismo mar. Por último el
mar interior desapareció a finales del terciario, cuando los sedimentos desalojaron a las
aguas. Quedaron dos líneas de escurrimiento: el Amazonas y el Orinoco, los cuales, en
conjunto, drenan hoy casi 8 millones de kilómetros cuadrados.

La Planicie Amazónica, cuya superficie se calcula en 2 millones de km 2, tiene la forma de


un árbol gigante, cuyas raíces se abren sobre la orla atlántica de las Guayanas y de los
territorios brasileños de Amapá, Pará y Maranhão. El tronco sería la faja con eje central
en el río Amazonas, comprendida entre los macizos cristalinos. Las ramas se extenderían,
en forma desigual, en dos brazos paralelos de los Andes, que continúan hasta Venezuela,
al norte y Bolivia, al sur. La rama sur más larga y ancha comienza a salir del tronco central
desde el río Madeira, alcanzando una anchura, de oriente a occidente, de 1.700 km
medidos sobre el paralelo, 5° al sur.

En un mayor grado de detalle es preciso hacer la distinción entre los depósitos del
Terciario (lomeríos amazónicos) y los del Cuaternario (várzeas o vegas aluviales de los
grandes ríos). Los primeros son más antiguos y se componen principalmente de arcillas
impermeables, que forman el Gran Paisaje de Lomerío con paisajes muy disectados,
producto de la erosión originada por las lluvias y por los ríos y quebradas que los cruzan.
Localmente esta morfología recibe el nombre de ―Tierras Firmes‖ o ―Mesones‖, es

37
decir, áreas no inundables. La vegetación de la tierra firme está constituida por árboles de
madera más dura o de mejor calidad que la de áreas inundables, pero los suelos son de
menor calidad.

Figura 4. Lomerío Amazónico (planicie amazónica Terciaria)

FUENTE: El autor, 2015

Los depósitos Cuaternarios se han generado debido a la dinámica fluvial de los grandes
ríos. Debido a que los ríos han rebajado los niveles de sus lechos, presentan, por lo
general, terrazas aluviales escalonadas desde las más antiguas, en la parte superior,
hasta las más modernas, en la parte inferior. En la parte baja del río Amazonas y sus
afluentes principales es necesario penetrar por cientos de kilómetros desde las orillas,
para lograr alcanzar el inicio de las terrazas no inundables al borde de las vegas.

Las áreas de colmatación reciente en las vegas o várzeas de los ríos que llevan
sedimentos tienen los suelos de mejor calidad de toda la Amazonia: especialmente,
cuando los ríos se encuentran en cercanías de los Andes, de donde proviene una
permanente renovación de los nutrientes.

Todos los años, durante las crecientes de las épocas de lluvias, las partes más bajas
reciben deposiciones, lo cual permite el desarrollo de cultivos pero de período muy corto
debido al peligro de nuevas y rápidas inundaciones durante períodos excepcionales de
creciente, las cuales se presentan en ciclos de 5 a 7 años, o de inundaciones catastróficas,
que parecen tener ciclos de 25 a 30 años.

38
Figura 5. Várzea (planicie amazónica Cuaternaria)

FUENTE:
https://www.google.com.co/search?tbm=isch&sa=1&ei=_SL8W86kKoLfzwLG3Z2YDA&q=planicie+amaz%
Las vegas de la planicie reciente que presentan inundaciones temporales reciben el
nombre de várzeas en el Brasil y en Colombia de bajos o simplemente de vegas
inundables. Las áreas de inundación permanente reciben el nombre de igapós, que son
puntos por debajo del nivel medio de los ríos de aguas negras y eventualmente mantienen
comunicación con ellos. Aunque las várzeas han sido las áreas de poblamiento preferidas
por el hombre desde hace miles de años, tienen el problema de las inundaciones. No
existe hasta el momento una tecnología apropiada para trabajar permanentemente en
ellas con una alta posibilidad de éxito (Domínguez, 1987). No obstante, las poblaciones
de las várzeas han desarrollado una cultura anfibia‖ o cultura fluvial‖ que les ha permitido
sobrevivir en estas condiciones durante miles de años.

2.4. REGIÓN ANDINO-AMAZÓNICA

Se denomina Región Andino-Amazónica, al cinturón relativamente angosto pero muy


alargado, que bordea la Amazonia en su parte occidental y en el cual se confunde la selva
de la planicie con la vegetación de las laderas andinas. Es un corredor contiguo a partir
de la serranía de la Macarena, en Colombia, hasta Santa Cruz de la Sierra en Bolivia,
pasando por Ecuador y Perú (Domínguez, 1987).

La selva de tipo Amazónico, con sus palmeras y formaciones vegetales típicas, sólo
ascienden hasta los 950 o 1.100 msnm, en las vertientes orientales Andinas. De esa cota
en adelante se presentan las formaciones vegetales propias del bosque pluvial subtropical
(bosques subandino, andino, altoandino y páramo, éste último en Perú). En esta región,
debido a la combinación de fenómenos climáticos, como la alta lluviosidad, la disminución
de la temperatura (debido a la altura) y la presencia de constantes neblinas, han exigido
adaptaciones específicas de las plantas, en un milenario proceso de transformación de
las especies en otras nuevas (especiación), haciendo de esta región una de las más ricas
en diversidad biológica de toda la Amazonia.

Si consideramos la hidrografía, en las punas y nevados del Perú nace el río Amazonas y
sus principales afluentes de su parte alta, los ríos Apurimac, Huayaga y Ucayali, que

39
descienden hacia el norte, casi paralelos entre sí y al alcanzar la Planicie Amazónica
modifican su curso hacia el oriente En los Andes Bolivianos, Ecuatorianos y Colombianos
tienen lugar el nacimiento de importantes tributarios del gran Amazonas. Esta es la región
productora de agua de la cuenca amazónica.

Figura 6. Región andino amazónica

FUENTE: PNUMA/OTCA, 2009

40
CAPITULO 4
HISTORIA Y CULTURA DE LA AMAZONIA CONTINENTAL

La historia de la Amazonía, considerada en términos continentales, debe tener en cuenta,


cuando menos, tres aspectos: la diversidad geográfica y ecológica, que influye en los
procesos y modos de ocupación humana; la continuidad de la presencia humana en la
región, que se remonta a más de 12.000 años atrás, combinándose con rupturas y
discontinuidades de los modos y procesos de ocupación; y la diversidad de los procesos
de colonización iniciados por los países Europeos en el siglo XVI y continuados por los
nuevos estados nacionales independientes surgidos en la primera mitad del siglo XIX
(PNUMA/OTCA, 2009).

1. OCUPANTES PRECOLONIALES DE LA AMAZONÍA

La Amazonía ha estado ocupada y en uso desde tiempos inmemoriales. Cabe destacar


que la ocupación originaria de la región es un tema con vacíos y que suscita aún
importantes polémicas, sobre todo en lo que se refiere a la densidad y a las formas en que
ocurrió este proceso. La investigación sobre la sociedad amazónica precolombina aún es
limitada (Heckenberger, 2005; Calandra y Salceda, 2004; Meggers, 1996), y se puede
identificar dos corrientes explicativas de la ocupación humana. Una, de la arqueología
amazónica, desarrollada a partir de la década de 1950, la cual, al considerar que el modo
de organización de los grupos indígenas amazónicos del presente sería el mismo de los
grupos indígenas anteriores a la llegada de los europeos (población poco numerosa y baja
densidad demográfica, sociedades poco jerarquizadas, etcétera), encuentra en el medio
ambiente, en especial en la pobreza de los suelos, los factores determinantes que
limitarían a las sociedades humanas locales y que impiden el desarrollo de culturas
complejas en el trópico húmedo. Un corolario de esta afirmación es que innovaciones
culturales como la alfarería y la agricultura no podrían haberse dado localmente, y que
estas arribaron a la Amazonía con diferentes grupos de inmigrantes precoloniales,
oriundos de las áreas de difusión localizadas en los Andes y en el noroeste de América
del Sur.

Otra corriente, más reciente, sostiene que el bosque tropical no sería tan sólo un receptor
de tradiciones culturales, sino un centro productor de innovaciones. Lo último se
ejemplifica con el hecho de que la Amazonía es considerada un centro de domesticación
de plantas, entre las cuales puede mencionarse a la yuca (Manihot esculenta) y el
chonaduro o pejibaye (Bactris gasipaes).

Pese a esta divergencia, no cabe duda de que los pueblos andinos y amazónicos
sostuvieron, por milenios, intensas relaciones, que ocurrían en un área de montaña entre
los 500 y 2.000 msnm, cuyos ejes de desplazamiento eran, por lo general, ríos que
conectaban la montaña con las áreas más bajas del bosque. Hay varios registros
arqueológicos referentes a la presencia de estos pueblos desde el período preinca, pero
no fue sino durante el Imperio inca que tales relaciones se estrecharon. Cabe precisar que

41
los incas no lograron ejercer dominio sobre los pueblos amazónicos, tal como lo hicieron
con otros pueblos en la región andina (Santos Granero, 1992).

En la zona peruano-ecuatoriana, entre los años 3.500 y 300 antes de nuestra era (ane),
se tuvo una vinculación cultural y comercial entre la costa del Pacífico, el altiplano andino
y la vertiente oriental de los Andes (Alta Amazonía). La cerámica de la época da testimonio
de los intercambios entre dichas regiones. Los grupos étnicos, muchas veces de origen
lejano, lideraron dicho proceso de intercambio. Esas poblaciones se caracterizaron por el
funcionamiento social complejo y jerarquizado. Los centros de intercambio concentraron
grandes ejes en torno a los ríos Napo, Marañón, Ucayali y Huallaga. Entre los productos
transados se incluyeron: sal, oro, algodón y aceite de tortuga (De Saulieu, 2007).

Puesta en tela de juicio la idea de que el medio ambiente habría sido un factor limitante,
diversos arqueólogos afirman que, especialmente en la várzea (áreas de aluvión
inundables del Amazonas y de algunos de sus afluentes) existían condiciones para el
surgimiento de grupos humanos numerosos, organizados en sociedades relativamente
complejas, que se habrían desarrollado unos 2.000 años antes de la llegada de los
europeos. Las orillas del Amazonas habrían sido continua y densamente pobladas entre
el año 1000 ane y el siglo XVI. Estudios de demografía histórica conducidos por William
Denevan en la década de 1970 afirman que la población de toda la Amazonía ascendía a
más de 5 millones de habitantes (Ribeiro, 1992: 79).

Los asentamientos humanos precolombinos mostraron contrastes significativos. Por


ejemplo, existieron comunidades grandes y sedentarias y economías de subsistencia
relativamente intensivas (Heckenberger, 2005). La heterogeneidad de la naturaleza
amazónica llevó al desarrollo de estrategias diversas para el mejor aprovechamiento de
los recursos naturales con la finalidad de asegurar la sobrevivencia en los aspectos
alimentario, tecnológico, medicinal y comercial. Ello condicionó el grado de desarrollo de
las actividades económicas: caza, extracción, pesca, agricultura, entre otras, en las
diversas áreas amazónicas (Meira, 2006).

La ocupación precolombina hacia la Amazonía llegó de diversos lugares. Una de las


corrientes migratorias llegó de los flancos orientales andinos y estuvo conformada por la
familia Arawac; esta corriente se expandió hacia el noreste, hasta las Antillas. La Tupí-
Guaraní partió de la región de El Chaco, se bifurcó en dos direcciones y llegó, una, a la
parte central de Brasil y, otra, a la costa atlántica hacia el noreste. Por último, otra corriente
migratoria provino de la familia etnolingüística de origen Caribe, que ingresó a la hoya
amazónica por un corredor de baja pluviosidad. Los caribes introdujeron cultivos como el
maní (Arachis hypogaea), el maíz (Zea mays) y el frijol (Phaseolus vulgaris) (Morey y Sotil,
2000).

Las corrientes migratorias trajeron formas de organización social y diversidad de lenguas.


Por ejemplo, los pueblos indígenas de las familias Maku, Tukano y Arawac viven hace
más de 2.000 años en la región del río Negro y el área adyacente. Los pueblos de la familia

42
Arawac viven actualmente en el territorio de la Amazonía brasileña, colombiana y
venezolana. Por ello, en las lenguas amazónicas están presentes voces andinas, guaranís
y caribeñas.

En el caso de Guyana, los indios Warrau se establecieron en el año 900 ane y las tribus
Caribe y Arawac llegaron posteriormente. Las principales actividades que realizaron los
pobladores nativos fueron agricultura de subsistencia, caza y pesca. El término guiana es
uno de los legados de los pobladores nativos y significa “tierra de muchas aguas” (Guyana:
Environmental Protection Agency 2007).

En la Amazonía peruana, se desarrolló la cultura preínca Chachapoyas, la cual, según


indican investigaciones del Instituto de Arqueología Amazónica, tiene orígenes andinos.
Dan cuenta del esplendor de esta cultura los restos arqueológicos, entre los cuales se
encuentran: las ruinas de Kuélap, los sarcófagos de Carajía, los mausoleos de Revash,
entre otros. En cuanto a la población y densidad demográfica, Joaquín García (1993)
refiere diversas investigaciones que indican que la población amazónica estaba asentada
en núcleos de alta densidad demográfica.

Asimismo, algunas poblaciones amazónicas precoloniales promovieron alteraciones en el


paisaje, mediante la construcción de labradíos drenados y elevaciones en el terreno para
agricultura, vivienda, defensa y sepultura, por ejemplo, en áreas que forman parte de
Bolivia, Brasil, Guyana y Venezuela (Beckerman, 1991: 145, Roosevelt, 1991: 120), o de
la formación, involuntaria, de las llamadas “tierras negras de indios” (terras pretas), que
son terrenos de elevada fertilidad resultantes de la descomposición de materia orgánica
en antiguos asentamientos humanos. Sin embargo, la discontinuidad de la ocupación
humana que sucedió a la llegada de los europeos permitió al bosque crecer nuevamente
en las áreas antes habitadas y ocultó las huellas de la acción humana (Costa, 2002).

2. CONFIGURACIÓN DEL TERRITORIO

La actual configuración del territorio que conocemos por Amazonía resulta, a grandes
rasgos, del proceso de ocupación de la región por los colonizadores europeos entre los
siglos XVI y XIX, lo que implicó no sólo conflictos entre éstos y los diversos pueblos
autóctonos, sino también disputas entre España, Portugal, Inglaterra, Holanda y Francia,
en el marco de las distintas guerras coloniales del período. Según el Tratado de Tordesillas
(1494), América del Sur debería ser dividida entre España y Portugal; sin embargo, tras
ocupar gran parte del litoral norte del continente a partir de fines del siglo XVI, lo que hoy
corresponde a Guyana, Guayana Francesa y Suriname, ingleses, franceses y holandeses
pusieron fin al pretendido dominio ibérico sobre la totalidad del continente.

Los registros cartográficos holandeses y franceses del siglo XVII proyectaban los dominios
virtuales de sus países sobre la totalidad de lo que en ese entonces se denominaba
Región de Guyana, mucho más extensa de la que conocemos en la actualidad y también
denominada “Reino de las Amazonas”, delimitada, al sur, por el río Amazonas; al oeste,

43
por el río Orinoco; al norte, por el mar Caribe; y al este, por el océano Atlántico (Costa,
2002).

En las cuatro primeras décadas del siglo XVII, el Amazonas fue recorrido por expediciones
inglesas y holandesas, que penetraban en el gran río por el norte de la isla de Marajó
hasta llegar a la confluencia del río Xingú, librando largas luchas con los portugueses por
el control del curso inferior del río y de su desembocadura. Pero no tuvieron buen éxito en
estas empresas, y consolidaron tan sólo su control sobre Guyana.

Los franceses, establecidos en Cayena desde fines del siglo XVI, trataron varias veces de
ocupar el actual litoral norte de Brasil, donde fundaron la ciudad de San Luis, en 1612, y
luego se desplegaron hacia el oeste hasta alcanzar el río Tocantins, como parte de un
amplio proyecto colonial denominado “Francia Equinoccial”. Fracasados sus intentos de
expansión territorial, se establecieron en Guyana (Costa 2002).

Holandeses e ingleses se concentraron particularmente en las regiones de los ríos


Esequibo, Demerara, Berbice y Suriname, y se alternaron el control de estas áreas desde
mediados del siglo XVII hasta comienzos del XIX. Las colonias de Esequibo, Demerara y
Berbice fueron fundadas y controladas por los holandeses hasta las últimas décadas del
siglo XVIII. Las diversas iniciativas privadas de los primeros años fueron sustituidas, en
1621, por el monopolio de la Compañía de las Indias Occidentales, que duró hasta la
segunda mitad del siglo XVII, cuando el control y la administración de las colonias
cambiaron de manos, a las cámaras de las ciudades holandesas de Veere, Middelburg y
Vlissengen (Farage, 1991: 88-9). Al final del siglo siguiente, en 1796, los ingleses
ocuparon ese territorio por la fuerza de las armas y, tras sucesivos conflictos y alternancia
del dominio, lo compraron a los holandeses en 1814 y unificaron las tres colonias bajo el
nombre de Guyana Inglesa en 1831.

En el río Suriname fueron los ingleses, en 1656, los primeros europeos en instalarse de
manera permanente, dedicados al cultivo de la caña de azúcar. Pero los holandeses
asumieron el control de la región cuando, en 1667, el Tratado de Breda puso fin a la guerra
anglo-holandesa y, entre otros acuerdos, se firmó el canje de Suriname por Nueva
Ámsterdam, en América del Norte. La región acogió a cultivadores de caña de azúcar
anteriormente instalados en el litoral noreste de Brasil, de donde los holandeses habían
sido expulsados en 1654.

Todavía en la primera mitad del siglo XVI, los españoles emprendieron una serie de
incursiones al este de los Andes, de las cuales la más célebre es la expedición de Gonzalo
Pizarro/Francisco de Orellana (1541-1542), que descendió el río Napo y fue la primera de
europeos que navegó hasta la desembocadura del Amazonas. Sin embargo, una serie de
otras incursiones, realizadas entre 1536 y 1560, permitieron la penetración más
sistemática y el reconocimiento de una franja de unos cien kilómetros de ancho,
constituida por el declive externo de la cordillera oriental y el sistema subandino
(hondonadas y pequeñas cordilleras paralelas al eje general de los Andes y conjuntos de

44
colinas en las bajas estribaciones) y su incorporación provisional a la economía colonial‖
(Deler, 1987: 55). Éstas resultaron en el desarrollo de actividades como la minería de oro
y el cultivo de algodón, y en la formación de diversos núcleos de población edificados
según un plan riguroso de construcción y de una estructura administrativa relativamente
compleja (Deler 1987).

Pero a fines del siglo XVI, debido a la decadencia de la explotación aurífera, al


desplazamiento de los intereses a las minas de plata descubiertas en Potosí y a las
grandes insurrecciones indígenas del período, tales como la sublevación general de la
Audiencia de Quito y la de los jíbaros en la Amazonía, la vertiente oriental entró en plena
decadencia, con el abandono o la destrucción de los establecimientos españoles (Deler,
1987).

Tras el fracaso de esas primeras iniciativas, pasarían a hacerse cargo de la colonización


española de la Amazonía, entre fines del siglo XVI y mediados del XVII, casi
exclusivamente los misioneros, puesto que, como forma de contener los excesos de los
conquistadores, la Corona española, mediante la Real Cédula de 1573, prohibió nuevas
expediciones armadas al Oriente y determinó que sólo las órdenes religiosas llevaran a
cabo acciones colonizadoras en esa región (Tibesar, 1989: 16).

El movimiento portugués sobre la Amazonía, cuyos primeros hitos fueron la conquista de


San Luis a los franceses, en 1.615, y la fundación de Belén, en 1616, tuvo como eje
orientador el cauce del río Amazonas, sobre el cual se estructuró el espacio de dominio
portugués en la Amazonía. Esta larga llanura fluvial se les presentaba a los colonizadores
portugueses como una región por explorar y ocupar, sobre todo después de que Pedro
Teixeira, haciendo el recorrido opuesto al de Orellana, arribó a Quito tras remontar el
Amazonas, desplazando mucho más allá del meridiano de Tordesillas los límites más
tarde reivindicados por Portugal, en la confluencia de los ríos Napo y Aguarico, hoy en
territorio ecuatoriano.

Si bien no se lo puede considerar un elemento determinante, el factor geográfico tuvo un


papel relevante en favor de los portugueses, al facilitar el desplazamiento aguas arriba del
Amazonas en un ambiente relativamente homogéneo en toda su extensión, si lo
comparamos con las dificultades enfrentadas por los españoles: el gran desnivel entre los
Andes y las áreas amazónicas de selva baja, lo cual significaba no sólo obstáculos a la
movilidad (relieve abrupto, ríos no navegables), sino también una rigurosa diferencia
climática que cobró la vida de miles de indígenas obligados a trasladarse de la cordillera
a la selva tropical para trabajar en régimen de servidumbre.

A lo largo de los siglos XIX y XX, las disputas fronterizas paulatinamente hallaron solución
en la región. Algunas resultaban de antiguas indefiniciones de límites; otras, de la
expansión territorial fruto del crecimiento de la explotación de productos del bosque. Las
principales divergencias en cuanto a límites entre los dominios españoles y portugueses

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en la Amazonía fueron solucionadas por los tratados de Madrid (1750) y de San Ildefonso
(1777), que trazaron los contornos políticos el territorio amazónico.

La colonización de la Amazonía no se dio en espacios vacíos. No era, en absoluto, un


territorio despoblado el que disputaban y se repartían las potencias coloniales europeas.
Por el contrario, durante el proceso de colonización se estableció una relación entre los
colonizadores y los pueblos indígenas, ocupantes originales del territorio.

46
CAPITULO 5
ORGANIZACIONES PANAMAZÓNICAS

1. EL TRATADO DE COOPERACIÓN AMAZÓNICA – TCA

El Tratado de Cooperación Amazónica (TCA), también denominado Pacto Amazónico, fue


suscrito el 3 de julio de 1978 por Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú,
Surinam y Venezuela, para realizar esfuerzos y acciones conjuntas para promover el
desarrollo armónico de sus respectivos territorios amazónicos, de manera que esas
acciones conjuntas produzcan resultados equitativos y mutuamente provechosos, así
como para la preservación del medio ambiente y la conservación y utilización racional de
los recursos naturales de esos territorios‖ (TCA, 1978). Ese objetivo básico coincide con
la concepción que ahora se denomina desarrollo sostenible.

Del texto del Tratado y de otros documentos producidos en el marco del Pacto Amazónico
desde 1.978 (reuniones de ministros, declaraciones de presidentes, etc.) se han
conformado políticas y estrategias que ahora son norma para los ocho países y que
abarcan desde aspectos globales (desarrollo sostenible, soberanías sobre los recursos,
libertad de navegación fluvial, biodiversidad, asuntos indígenas etc.), hasta aspectos
puntuales de carácter técnico. Todo esto ha constituido la base conceptual, política y
técnica sobre la que se ha estructurado un conjunto de programas y proyectos en los que
los países han trabajado en forma conjunta durante varios años.

Durante la primera etapa de vigencia del tratado (1978-1990) se produjo sustancialmente


una consolidación de la voluntad política y un proceso creciente de definiciones y de
compromisos respecto a qué hacer y cómo proceder en relación al desarrollo y
conservación de la Amazonia, considerada como una unidad de responsabilidad
compartida y de ocupación armonizada entre los ocho países.

A partir de 1990 los países amazónicos tomaron medidas para traducir a la práctica en
forma efectiva y amplía sus compromisos a través de programas y proyectos que debían
ejecutarse a nivel regional bajo la Coordinación de la Secretaría del Tratado. Finalmente
se aprobaron 52 programas y cerca de 200 proyectos, principalmente sobre medio
ambiente, ciencia y tecnología, asuntos indígenas, salud, transporte, turismo e
información, que ahora constituyen un mandato de trabajo para los años venideros.

Los programas y Proyectos deben ejecutarse a través de redes de cooperación específica


para cada caso, constituidas por instituciones públicas y privadas seleccionadas
soberanamente por cada país. La secretaría del tratado y las Secretarías Ejecutivas de
las Comisiones Especiales, coordinan y apoyan en forma general el cumplimiento de las
actividades, contribuyendo a la coordinación que para cada caso corresponde a una
institución de un país determinado. Más de cien instituciones públicas y privadas de los
ocho países amazónicos están involucradas y comprometidas en acciones específicas de
los proyectos del Tratado.

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La comunidad internacional está reaccionando en concordancia con la gran prioridad
que tiene para el mundo el manejo adecuado de la Amazonia y varias organizaciones
están prestando su apoyo técnico y financiero para diversas acciones y proyectos. Cabe
resaltar el apoyo del PNUD, el BID, el Banco Mundial, la OEA, la CEE, la WWF, la FAO,
la UICN, la OIT, la Fundación Rockefeller, la UNICEF, la CEPAL y varios gobiernos de
países desarrollados.

En 1995, las ocho naciones decidieron crear la Organización del Tratado de Cooperación
Amazónica – OTCA, para fortalecer e implementar los objetivos del tratado. La enmienda
al TCA fue aprobada en 1998 y la Secretaría Permanente fue establecida en Brasilia en
2003.

La OTCA tiene la convicción de que la Amazonia, por poseer uno de los más ricos
patrimonios naturales del Planeta, es estratégica para impulsar el futuro desarrollo de
nuestros países y de la región, un patrimonio que debe ser preservado, pero,
esencialmente, promovido, en consonancia con los principios del desarrollo sostenible.

La decisión de los Gobiernos de los Países Miembros de establecer la Organización del


Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) y su Secretaría Permanente, instalada de
forma definitiva en marzo de 2003, en Brasilia, está dirigida a fortalecer institucionalmente
la coordinación y acción conjunta frente a las demandas de la región Amazónica y,
representa una muestra inequívoca de la prioridad que otorgan nuestros países a este
mecanismo de cooperación regional, y la necesidad de forjar una visión común del
desarrollo sostenible amazónico.

Visión de la OTCA. Una organización fortalecida y reconocida internacionalmente como


foro político regional para contribuir a la integración y desarrollo sostenible de los
respectivos territorios amazónicos de los Países Miembros, que complemente los
esfuerzos nacionales de gestión, ordenamiento territorial, conservación y uso sostenible
de sus recursos naturales, respetando la soberanía de los Estados y dirigidos a generar
mutuos beneficios para las partes; así como crear mejores condiciones de vida para sus
distintas poblaciones, particularmente las amazónicas, basados en el respeto por los
derechos y aspiraciones de la sociedad en su conjunto.

48
Figura 7. Organigrama de la OTCA

FUENTE: OTCA, 2003

Misión de la OTCA. En el marco de los principios consagrados en el Tratado, y en


cumplimiento de los mandatos de sus distintas instancias, fortalecer o crear los
mecanismos e instrumentos técnicos y financieros, así como las políticas comunes o
compatibles, para hacer efectivos los procesos de integración y desarrollo sostenible
regional, fomentado la activa participación de los países y de los actores regionales y
locales en el diseño y ejecución de los distintos planes, programas y proyectos, así como
en la equitativa distribución de los beneficios generados, favoreciendo la construcción de
sinergias que potencien la capacidad de negociación del conjunto de los países en los
distintos escenarios globales de negociación, frente a los temas de interés regional.

La OTCA formuló en el año 2003, el Plan Estratégico para el período 2004-2012 con el
objeto de orientar el trabajo de la Secretaría Permanente de la Organización del Tratado
de Cooperación Amazónica (SP/OTCA) en el mediano plazo, como resultado del mandato
de los Gobiernos de los Países Parte, establecido en sus distintos niveles de decisión.

Los ejes estratégicos del Plan Estratégico son: Conservación y Uso Sostenible de los
Recursos Naturales Renovables, Gestión del Conocimiento e Intercambio Tecnológico,
Integración y Competitividad Regional y Fortalecimiento Institucional.

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2. LA ASOCIACIÓN DE UNIVERSIDADES AMAZÓNICAS- UNAMAZ

La Asociación de Universidades Amazónicas – UNAMAZ, fue fundada el 18 de septiembre


de 1987, como resultado del seminario internacional ―Cooperación Científica,
Tecnológica y Cultural entre Instituciones de Educación Superior de los Países
Amazónicos‖, realizado en Belém del Pará (Brasil).

La Asociación de Universidades Amazónicas se define como ‖una sociedad civil, no


gubernamental, sin fines lucrativos y con objetivos esencialmente educativos y culturales;
los cuales pretenden desarrollar a través de la cooperación científica, tecnológica y cultural
como medio de integración de las Universidades e instituciones para investigación de los
países Amazónicos, para profundizar la solidaridad Amazónica y como instrumento de
promoción para el desarrollo sostenible en beneficio de las poblaciones humanas y del
medio ambiente amazónico‖ (UNAMAZ, 1987).

Desde su creación la UNAMAZ se constituyó en el centro catalizador de una serie de


acciones que han permitido a las Universidades de la Región, colectiva y de forma
multidisciplinaria, analizar críticamente la realidad amazónica y ofrecer alternativas que
contribuyan a la solución de los grandes problemas que afectan el desarrollo de la
Amazonia como un todo.

La Asociación de Universidades Amazónicas representa la culminación de una serie de


intentos de cooperación en la búsqueda de acciones conjuntas y concretas que llevasen
al reconocimiento papel de las instituciones amazónicas en el proceso de desarrollo
sostenible de la región y de la producción científica regional. La función catalizadora de la
UNAMAZ tuvo efectos inmediatos recibiendo apoyo técnico de diferentes organismos
internacionales para la implementación de sus proyectos y para la obtención de recursos
indispensables para iniciar sus trabajos.

La Asociación se inspiró en seis principios fundamentales:

 El principio de la Amazoneidad, que enfatiza el carácter amazónico de la UNAMAZ,


orientando las acciones para el beneficio de las instituciones amazónicas y de la
región.
 El principio de la Continentalidad, en el sentido de que las acciones y beneficios de
la asociación cubran la región como un todo, esto es abarcando todos los países
amazónicos.
 El principio de la individualidad, que conduzca al respeto de las peculiaridades e
idiosincrasias nacionales, regionales e institucionales de los miembros.
 El principio de la igualdad, por medio de la cual los miembros recibirán tratamiento
igualitario, equitativo y proporcional a sus necesidades y potencialidades,
independientemente de la dimensión de las Amazonias Nacionales.

50
 El principio de la espontaneidad, o sea que ningún miembro se sienta compelido
adherir o a renunciar de la UNAMAZ.
 El principio de la Unicidad, mediante el cual se evitará duplicar iniciativas
innecesarias.

La Asociación de Universidades Amazónicas se ha venido fortaleciendo a nivel


internacional y desde la tercera Reunión de Cancilleres del Tratado de Cooperación
Amazónica, celebrada en Quito en marzo de 1989, se reconoce oficialmente al interior del
Tratado, la importancia de la UNAMAZ y se recomienda a los gobiernos de los países
miembros la incorporación de la Asociación a la discusión y toma de decisiones en lo
concerniente a las respectivas problemáticas amazónicas, así como la consideración y
apoyo a los programas y proyectos propuestos y adelantados por la UNAMAZ
especialmente con lo relacionado en la formación de recursos humanos y el desarrollo
científico y tecnológico (Declaración de Santiago de Quito, 1989).

El Parlamento Amazónico reunido en Cartagena de Indias (Colombia), en febrero de 1990,


emitió una declaración donde reconoce la importancia de la asociación, incentiva y apoya
la ejecución del Programa Interuniversitario de Cooperación Amazónica - PROGRAMAZ
y acoge la ―Declaración de Belém del Pará‖ aprobada en la segunda asamblea general
de la UNAMAZ.

Así mismo durante la IV Reunión Ordinaria del Consejo de Cooperación Amazónica,


Celebrada en Bogotá en mayo de 1990, se emite una resolución en el sentido de
reconocer en la UNAMAZ, un instrumento especial del Tratado para desarrollar
actividades de investigación, estudios, formación de personal, práctica y experimentación,
transferencia de conocimientos y tecnologías, para la puesta en marcha del Sistema de
Información Científica, Tecnológica y Cultural de la Amazonia (SIAMAZ).

3. CONSORCIO INICIATIVA AMAZÓNICA – IA

En sintonía con el marco político de la Organización del Tratado de Cooperación


Amazónica (OTCA) una nueva propuesta fue lanzada en octubre de 2004 para prevenir,
reducir y recuperar áreas degradadas, contribuyendo a mejorar las condiciones de vida
en la región. El Consorcio Iniciativa Amazónica para la Conservación y uso
Sostenible de los Recursos Naturales (IA) busca elaborar e implementar programas
colaborativos que identifiquen y promuevan sistemas sostenibles de uso de la tierra. Las
Instituciones Promotoras de la IA son seis institutos de investigación agrícola de los países
amazónicos, cuatro centros del Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola
Internacional (CGIAR) y la Asociación de Universidades Amazónicas (UNAMAZ).

El concepto inicial de una ―Iniciativa Amazónica‖ nació en el 2001 como una posibilidad
para un Programa Reto Global (GCP) propuesto por el Centro Internacional de Agricultura
Tropical - CIAT y la Empresa Brasilera de Investigación Agropecuaria - EMBRAPA, con la
participación del Centro Mundial Agroforestal – ICRAF y el Centro Internacional de

51
Investigación Forestal - CIFOR, al cual se unieron los Institutos Nacionales de
Investigación Agrícola de los países amazónicos, que son actualmente socios fundadores
de la Iniciativa Amazónica.

Aunque la Iniciativa Amazónica no tuvo éxito como una propuesta del Programa Reto
Global GCP, el Grupo Consultivo Internacional de Investigación Agrícola - CGIAR y el
Banco Mundial vieron a la Iniciativa Amazónica como una idea promisoria y estimularon
su continuidad. La idea de la Iniciativa Amazónica maduró durante el 2002 y el 2003.

En junio del 2003, EMBRAPA, CIAT, ICRAF y CIFOR establecieron el equipo gerencial
pro-tempore de la Iniciativa Amazónica, con sede en el centro de investigación de
EMBRAPA en Belém, Estado de Pará, Brasil (EMBRAPA Amazonia Oriental), y desde
entonces se han implementado varias actividades, tendientes al desarrollo técnico-
institucional de la Iniciativa Amazónica.

En dicha reunión, entre otras deliberaciones técnicas, institucionales y políticas, los


representantes de los centros agrícolas nacionales e internacionales, lo mismo que los de
IICA/Procitrópicos, acordaron que EMBRAPA sería la institución coordinadora de la
Iniciativa Amazónica durante su fase inicial de organización y estructuración.

CIAT e ICRAF contrataron conjuntamente en junio 2003 al agrónomo-antropólogo Roberto


Porro como científico social principal para ocupar la Secretaría Ejecutiva de la Iniciativa.
A finales de noviembre del 2003, con el apoyo de CORPOICA, se realizó la primera
reunión del (todavía interino) Comité Directivo de la Iniciativa Amazónica en Bogotá,
Colombia, como se había acordado previamente durante la Reunión Anual del CGIAR en
Nairobi, Kenia, cuando fue presentado el Consorcio

A fines del 2003, EMBRAPA nominó al investigador principal de EMBRAPA


Amazonia Oriental, Adilson Serrão como Coordinador de la Iniciativa Amazónica,
representando la entidad en la unidad coordinadora (Equipo de Gestión).
Los 11 miembros fundadores decidieron hacer oficial el Consorcio en noviembre del 2004
en la Ciudad de México, mediante la firma del Acuerdo de Cooperación Iniciativa
Amazónica durante la Reunión Anual del CGIAR de ese año.

Misión de Iniciativa Amazónica. "Promover sistemas sostenibles de uso de los recursos


naturales que revierten y previenen la degradación de los recursos naturales y sus
impactos ambientales globales, resultando en el desarrollo sostenible para mejorar las
condiciones de vida de las poblaciones amazónicas vulnerables a través de la cooperación
interinstitucional para la investigación Panamazónica".

Objetivos de Iniciativa Amazónica. Los siguientes son los objetivos:

 PREVENIR, REDUCIR y REVERTIR la degradación ambiental en la región amazónica;


 RECUPERAR áreas degradadas;

52
 PRESERVAR los recursos naturales para las próximas generaciones;
 CONTRIBUIR para mejorar las condiciones de vida de los pueblos tradicionales y de
los pequeños productores rurales en la región.

Figura 8. Agenda Científica de Iniciativa Amazónica

FUENTE: Iniciativa Amazónica, 2004


Estructura de Iniciativa Amazónica. La Iniciativa Amazónica está estructurada de la
siguiente forma:

53
Comité Directivo. El Comité Directivo está formado por representantes de cada
institución fundadora y es responsable por las definiciones de los temas y acciones
prioritarias y por el direccionamiento estratégico del Consorcio.
Comité Técnico. El Comité Técnico está compuesto por especialistas indicados por las
instituciones fundadoras y por las instituciones asociadas de cada país. El Comité
Técnico orienta las actividades técnicas promovidas por la Iniciativa Amazónica, como
proyectos de colaboración de investigación y eventos de capacitación y entrenamiento.

Equipo de Gestión (Secretaría). El Equipo de Gestión es responsable por la coordinación


ejecutiva, por la articulación técnico-institucional y contribuye para la definición de
atribuciones y responsabilidades entre las instituciones e investigadores de la Iniciativa
Amazónica. Asimismo, apoya el trabajo de colaboración entre los participantes de las
Redes de la Iniciativa Amazónica, facilita la comunicación entre los miembros del
Consorcio y promueve las actividades del mismo en el ámbito externo.

54
CAPITULO 6
LOS MITOS DE LA AMAZONIA

Este capítulo tiene como fuente básica el documento: Amazonia sin mitos del Tratado de
Cooperación Amazónica y PNUD.

Desde la llegada de los conquistadores la Amazonia ha sido el objeto de una interpretación


mitológica que se ha alimentado del desconocimiento y del miedo, de verdades a medias
y de generalizaciones o extrapolaciones falsas. Esos mitos han sido, con demasiada
frecuencia, los principales motivadores de las concepciones para la ocupación y desarrollo
de la Amazonia. Su influencia negativa en el pensamiento y la acción, especialmente en
el campo político, continúa en la actualidad.

La Amazonia nació de mitos. Su propio nombre se deriva de mujeres míticas,


consideradas los seres más fuertes y feroces que se haya conocido. Lo que estas mujeres
imaginarias ofrecían a los pueblos antiguos es lo que la Amazonia todavía parece
proporcionar a muchos; un caudal de malentendidos y sueños, un objeto de deseos y
verdades a medias. En síntesis, una seductora tierra de mitos.

Los malentendidos del hombre moderno acerca de la Amazonia son comprensibles,


porque la Amazonia encarna superlativos de resonancia mítica: el río más grande y
caudaloso del planeta, el mayor número de plantas y animales, el bosque tropical húmedo
más extenso. Quizá los mitos que aprendimos contribuyeron a engendrar las falsedades
que confrontamos como adultos: los mitos de una Amazonia singular, la Amazonia virgen
y vacía, la Amazonia rica, la Amazonia pobre y frágil, el indígena amazónico como
obstáculo para el progreso.

Para lograr un enfoque objetivo de la problemática y de las alternativas para un desarrollo


sostenible de la región amazónica es fundamental tener en cuenta las verdaderas
posibilidades que ofrece el ambiente y las severas limitaciones que impone. Ello implica
explicar, interpretar y, cuando resulte necesario, destruir los mitos existentes.

1. EL MITO DE LA HOMOGENEIDAD

Con demasiada frecuencia se cree que la Amazonia es un solo manto verde, enorme y
uniforme, interrumpido por grandes ríos sinuosos. Ninguna visión de la Amazonia es tan
irreal como esa. La Amazonia contiene una tremenda diversidad tanto natural como
política y social. Se puede afirmar, sin lugar a dudas, que dentro de la cuenca amazónica
existen muchas amazonias o muchas facetas geográficas y ecológicas de la misma. La
visión del inmenso bosque denso y húmedo, donde el explorador tenía que luchar contra
el calor, las lluvias, los indígenas, los mosquitos y las pirañas, se ha traducido en la
denominación de ―Infierno Verde". Esta concepción de la Amazonia uniforme,
homogénea, se puede considerar como la madre de todos los demás mitos.

55
Figura 9. Río y selva amazónica

FUENTE: https://www.google.com.co/search?q=rio+amazonas

La gran heterogeneidad de tipos de climas, de formaciones geológicas y de altitudes sobre


el nivel del mar, conforma una gran diversidad de paisajes, a la cual corresponde una gran
heterogeneidad de tipos de suelo, deformaciones vegetales y de biodiversidad. Esta es la
demostración más palpable que la Amazonia no es homogénea.

También es evidente la heterogeneidad política, social y económica de la región. Ocho


países tienen jurisdicción sobre la misma: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana,
Perú, Surinam y Venezuela, además del territorio de la Guayana Francesa. Cada uno tiene
su estilo de gobierno y sus propias políticas y leyes para la región, las que no siempre
toman en cuenta todos los convenios bilaterales o regionales existentes. El desarrollo
económico de cada parte de la Amazonia es diferente y sus potencialidades también lo
son, en función de los recursos naturales disponibles y de las estrategias económicas que
cada país adopta. Muy diferentes grupos humanos pueblan la región: pueblos indígenas
no contactados o contactados en diferentes grados; habitantes de villorios y de ciudades
grandes y pequeñas; sociedades del bosque de carácter extractivista, e inmigrantes de
todo origen.

El cambio del enfoque de la homogeneidad por el de la heterogeneidad es fundamental


para establecer estrategias adecuadas para cada uno de los espacios y realidades
amazónicas. Ya en el pasado la heterogeneidad de factores ecológicos ha tenido
influencia en el origen de culturas, asentamientos y tecnologías nativas. En tiempos más
recientes y ante el patético fracaso de costosos programas de desarrollo, los países de la
región y los organismos financieros internacionales han comenzado a interesarse en el

56
ordenamiento territorial con base en la diversidad de recursos y de condicionantes
ambientales.

2. EL MITO DEL "VACÍO AMAZÓNICO"

Es común referirse a la Amazonia como a una "de las últimas fronteras de la humanidad"
y a que es un Inmenso ―espacio vacío" que es necesario ocupar. Algunos llegan al punto
de creer que se trata de una ―región virgen". Estas ideas son comunes tanto en los países
extrarregionales, especialmente los del hemisferio norte, como en los de la misma región.
Los primeros centran su preocupación en conservar intacta la Amazonia como una reserva
natural para toda la humanidad, olvidando que hay gente que vive en la región y que
necesita prosperar. En cambio, algunas de las naciones bajo cuya jurisdicción se
encuentra la Amazonia, la han considerado y la consideran como una de las grandes
posibilidades de explotar riquezas naturales, extenderla frontera agrícola y
descongestionar las zonas periféricas volcando poblaciones hacia ella, ignorando
asimismo que allí ya hay habitantes y que estos, también tienen derechos.

Figura 10. Pueblos indígenas de la Amazonia

FUENTE:
https://www.google.com.co/search?tbm=isch&sa=1&ei=MYD5W7i2E6Lc5gL0i6joCw&q=pueblos+indigenas
+del+amazonas

La Amazonia ni es virgen ni es un espacio vacío, donde la naturaleza yace en estado


prístino e intacto. Tampoco constituye un inmenso laboratorio donde las fuerzas de la
naturaleza actúan sin la intervención humana. En verdad, la región tiene una larga historia
de ocupación humana, de más de 20.000 años, que, aunque poco investigada, es una
realidad. Fue objeto de migraciones internas precolombinas y los pueblos indígenas en
sus sucesivos desplazamientos, han ocupado y abandonado alternativamente gran parte
de su territorio. En la actualidad es difícil establecer a cuánto llega la población de los
pueblos indígenas, pero se cree que alcanza a aproximadamente un millón, sin incluir los
de las zonas periféricas, especialmente andinas.

57
3. LOS MITOS DE LA RIQUEZA Y DE LA POBREZA

La exuberante vegetación tropical Amazónica ha hecho creer que el suelo que la sustenta
es rico. Por otra parte, el desconocimiento de la forma de vida y de producción de los
pueblos indígenas indujo a creer que los trópicos húmedos son una suerte de paraíso
terrenal, donde el entorno provee todo lo necesario para vivir, simplemente extendiendo
la mano para cosechar. Aún hoy en día prevalece en diversos grupos de la sociedad el
mito de esa riqueza. Así, se habla de las "ubérrimas tierra‖ de la Amazonia, que
constituyen un "emporio de riqueza", cuya explotación ―llenaría la despensa" de los
países del área.

En el proceso histórico de la ocupación moderna de la Amazonia, el mito de la riqueza


alentó el descubrimiento del no Amazonas, en busca de El Dorado y de la tierra de la
canela, y también la era de la explotación del caucho. En el siglo pasado (siglo XX) no
sólo alentó los grandes proyectos de desarrollo y de construcción de vías impulsados por
los países, sino que de él también participaron los organismos que financiaron tales
proyectos.

Figura 11. Procesos extractivos en la Amazonia

FUENTE: https://www.google.com.co/search?tbm=isch&sa=extraccion+en+la+amazona

Sin embargo, la verdad es muy distinta. Después de cuatro siglos de ocupación foránea
de la Amazonia y de cinco decenas de grandes proyectos de desarrollo con base en
patrones externos, la Amazonia ya no ha demostrado ser rica como se creía y millones de
hectáreas de tierra abandonada son la prueba de esa realidad. Se han invertido miles de
millones de dólares en colonizar la Amazonia; se han talado cerca de 1.000.000 km 2 de
bosques para transformarlos en pastos y tierras de cultivo; se ha promovido el traslado
masivo de colonos y mineros a la región, y los resultados han sido poco halagadores o,
los proyectos simplemente, han fracasado.

Como reacción al mito de la riqueza amazónica se ha venido desarrollando, en ciertos


círculos, el mito de la "pobreza amazónica", es decir, la tesis de que la región carece de
riquezas y debe dejarse de lado cualquier posibilidad de desarrollo. Esta creencia es

58
propugnada por muchos proteccionistas como reacción ante los desarrollistas. Mientras
los primeros enarbolan la bandera de una riqueza amazónica, paradisíaca, los segundos
agitan el argumento de la pobreza, exagerando y presentando la verdad a medias, en
defensa de sus posiciones.

4. EL MITO DEL “PULMÓN DE LA TIERRA”

Los que buscan argumentos de gran efecto apelan inclusive a tonos apocalípticos para
defender la Amazonia, propagando datos alarmantes sobre lo que significaría la
destrucción a gran escala de los bosques amazónicos a nivel global y afirmando que se
destruiría uno de los "pulmones de la Tierra". En muchos casos se sigue esgrimiendo el
argumento de que la Amazonia produciría el 80 por ciento del oxígeno del mundo. Esto es
falso.

Figura 12. El mito de Amazonia “pulmón del mundo”

FUENTE: https://www.google.com/search?q=el+pulmon+del+mundo&tbm

Cuando se afirma que la Amazonia produce un alto porcentaje del oxígeno del planeta se
desconoce la extensión e importancia de los mares en este sentido; se parcializa la
importancia de una región tropical sobre todos los trópicos, y se olvida que el bosque
maduro tiene un balance casi perfecto entre producción de oxígeno y fijación de CO 2
(Dióxido de Carbono). Durante el día el bosque fija por fotosíntesis en promedio 2,8 kg de
carbono/ha/hora, mientras una cantidad semejante sería consumida a través de la
respiración de la biota del suelo (1,8 kg de carbono/ha/hora) y la respiración de los árboles,
estimada en cerca de 1,0 kg de carbono/ha/hora (Wofsy et al., 1988). Otros calculan que
cerca de 36x10(-3) GT (giga toneladas) de carbono orgánico son transportadas por año
por el río Amazonas (Richey et al., 1990). Este dato, normalizado para el área total de la
cuenca (640 millones de ha), indicaría una exportación de cerca de 0,15 kg de
carbono/ha/día. Si se admite que la Amazonia es un ecosistema clímax, y que las pérdidas
por el río no son debidas a una disminución natural del stock de carbono del sistema o la
acción antrópica, esta cifra representaría el potencial máximo de fijación líquida de

59
carbono por la fotosíntesis para la cuenca. Asumiendo que la Amazonia es un sumidero
de 36x10(-3) GT de carbono, y que para cada 12 gr de carbono fijados por la fotosíntesis
son producidos 32 gr de oxígeno, la producción total de este último en la cuenca sería de
aproximadamente de 96x 0(3) GT, que representa solamente 8x10(-6) por ciento de la
masa de oxígeno de la atmósfera.

En consecuencia, es improbable que la Amazonia, estando en equilibrio, sea el "pulmón


de la Tierra" o un sumidero significativo de CO2 (Victoria et al., 1991). Por otra parte los
bosques maduros mantienen cautiva una gran cantidad de carbono, que se libera en forma
de CO2 al quemarlos. Aquí existe un problema real, pues con la quema de los bosques
amazónicos se liberan cantidades importantes de CO2 a la atmósfera, contribuyendo al
efecto invernadero y al calentamiento climático global.

5. EL MITO DEL “INDÍGENA, FRENO PARA EL DESARROLLO”

El desconocimiento a nivel nacional e internacional respecto a los pueblos indígenas


amazónicos ha llevado a dos conceptos de influencia negativa: el primero referido al
indígena como obstáculo para el desarrollo, y, el segundo, el del valor casi excluyente de
los modelos indígenas para el desarrollo.

Especialmente en los países de la cuenca, los pueblos indígenas han sido y son
considerados como un obstáculo para el desarrollo, la conquista y la colonización de la
Amazonia. La razón está en las tierras que ocupan desde tiempos remotos, en su forma
de utilizar los recursos y en su cultura.

Figura 13. Indígenas cazando

FUENTE:
https://www.google.com.co/search=isch&sa=mito+del+indigena+freno+al+desarrollo+de+la+amazonia

60
Recién durante los últimos decenios del presente siglo se logró introducir en la
normatividad jurídica de los países de la cuenca algunas reglas que garantizan el derecho
a la tierra de los pueblos indígenas y esto, apenas en forma parcial. El reconocimiento de
sus territorios ancestrales y del uso de los recursos naturales con fines de
autoabastecimiento se ha logrado también sólo en parte. Entre los colonos ansiosos de
ocupar esas tierras y los que preconizan teorías desarrollistas, sigue prevaleciendo el
concepto que los pueblos indígenas tienen "demasiadas tierras" y que "no producen para
el desarrollo del país". Tampoco ha sido esclarecido, conceptual y legalmente, el derecho
de los indígenas a la tierra y a territorios más extensos para garantizar la cultura y la
organización de los pueblos indígenas y su libertad de vivir según sus patrones propios y
ancestrales.

Con el avance de las investigaciones antropológicas y de sistemas de manejo de recursos


naturales en la Amazonia, la civilización occidental ha descubierto también los modelos
nativos. Este modelo, desarrollado a través de milenios de adaptación a la heterogénea y
compleja situación ecológica de la Amazonia, ofrece contribuciones muy interesantes para
un desarrollo sostenible.

Los pueblos indígenas conocen el ambiente y los recursos del bosque y de las aguas; han
desarrollado tecnologías adecuadas para los cultivos; han domesticado plantas y
animales; conocen y saben aprovechar las propiedades de miles de plantas silvestres, y,
en fin, son capaces de contribuir realmente a mejorar los sistemas de producción para la
región.

6. EL MITO DE LA AMAZONIA COMO SOLUCIÓN DE PROBLEMAS PERIFÉRICOS

Durante el siglo XX, especialmente después de los años cincuenta, la Amazonia ha sido
objeto de un intenso proceso de colonización cuyo propósito fue expandir la frontera
agrícola y de establecer fronteras vivas u ocupar el denominado "hinterland". Esto se ha
hecho siempre con apoyo directo o indirecto de programas estatales de los países de la
cuenca. Esta colonización ha sido intensa en Brasil, Perú, Ecuador, Bolivia y Colombia, y
muy escasa o inexistente en Surinam, Guyana y Venezuela.

Los países andinos tienen problemas sociales y económicos muy agudos en las tierras
altas, mientras que Brasil los tiene principalmente en el Nordeste, semiárido y pobre, y en
el Sur, donde el éxodo de la mano de obra rural ha sido intenso debido a la ausencia de
oportunidades de empleo o de procesos de reforma agraria, entre otros problemas, y por
el progresivo proceso de modernización de la agricultura. Para solucionar estos problemas
iniciaron importantes programas de colonización de la porción amazónica de sus
territorios, inducidos por los mitos del vacío amazónico y de la feracidad de las tierras. Las
colonizaciones fueron acompañadas de programas viales, la reubicación de pobladores
de las áreas periféricas deprimidas, y la construcción de infraestructura urbana y de
abastecimiento de energía.

61
Figura 14. Colonización de la Amazonia

FUENTE:
https://www.google.com.co/search?tbm=isch&sa=1&ei=VoX5W4n2HK7r5gLiqbDIDA&q=colonizacion+de+l
a+amazonia

El balance de más 60 años de colonización es negativo, porque no se han resuelto los


problemas de las zonas periféricas deprimidas y se han generado nuevos problemas en
la región amazónica. En efecto, las regiones andinas, nordestina y del sur del Brasil,
continúan en la misma situación o han empeorado. En la Amazonia, la pobreza ha crecido
y la calidad de vida ha disminuido, y el futuro está más comprometido a consecuencia del
desperdicio masivo de recursos naturales.

7. EL MITO DE LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LA AMAZONIA

Desde su independencia, los países amazónicos han debido asumir la defensa de la


Amazonia ante agresiones de carácter económico provenientes de fuera de la región.
Durante la década de los años 60 se hablaba con frecuencia de que la Amazonia era
considerada como un refugio eventual en caso de guerra nuclear. De hecho,
organizaciones militares de algunos de esos países financiaron investigaciones científicas
en la región. Previamente, los países amazónicos debieron reaccionar enérgicamente
contra iniciativas tales como las del Hudson Institute, que propuso crear inmensos lagos
artificiales en la cuenca, lo que habría tenido incalculables impactos ambientales y
sociales negativos.

62
Figura 15. Importancia de la Amazonia

FUENTE:
https://www.google.com.co/search?tbm=isch&sa=1&ei=e4b5W5KzCYXc5gL7ipmABg&q=internacionalizaci
on+de+la+amazonia

Cuando en el decenio de los años 70 se inventó el mito de la Amazonia como "pulmón de


la Tierra" hubo, especialmente en los propios países amazónicos, quienes pensaron que
eso podría ser otro pretexto para agredir la Amazonia y es entonces que apareció el mito
de la internacionalización de la Amazonia". En verdad, la idea de que la Amazonia podría
ser internacional izada, no ha sido planteada jamás por ninguna nación en el mundo. La
idea en sí misma es absurda, pues la Amazonia por importante que sea, no es de ningún
modo la única región que tiene importancia ecológica mundial.

63
CAPITULO 7
ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS Y TERRITORIOS INDÍGENAS

En la Amazonía se viene consolidando la protección de la diversidad socioambiental a


través del reconocimiento de los derechos territoriales de los pueblos indígenas y la
consolidación de un conjunto variado de áreas protegidas. Estas estrategias de
conservación han venido incrementándose en los últimos años y hoy alcanzan una
superficie de 4.320.698 km2 (2.337.548 km2 en territorios indígenas y 1.946.886 km2 en
áreas naturales protegidas, con 336.365 km2 de superposición entre ellos),
correspondiente a 51,5% de la región.

Mapa 10. Áreas protegidas y territorios indígenas en la Amazonia

FUENTE: RAISG, 2018

Parte de las Áreas Naturales Protegidas – ANP y de los Territorios Indígenas – TI en la


Amazonía se han convertido en verdaderas islas de bosques, ante la expansión de la
economía exportadora de productos básicos de bajo valor agregado.

Las propuestas de reservas territoriales y de Territorios Indígenas en proceso de


reconocimiento suman 475.168 km2 lo que equivale al 6,1%. Los Territorios Indígenas se
clasifican respecto al grado de reconocimiento oficial y categorías operadas en cada país,
de lo que resultaron tres clases: 1) territorio de uso y ocupación tradicional reconocido
oficialmente; 2) territorio de uso y ocupación tradicional sin reconocimiento oficial, en
proceso de titulación (o sin información sobre el proceso de reconocimiento oficial); y 3)
reserva territorial o zona intangible (reservadas a pueblos indígenas en condición de
aislamiento).

64
Con respecto a las Áreas Nacionales Protegidas de la Amazonía, actualmente en varios
países de la región se encuentran en proceso de consolidación los sistemas de áreas
protegidas a nivel nacional, regional o local. Éstas áreas se clasifican de respecto al ámbito
administrativo (nacional o regional) y al tipo de uso de las áreas, que son cuatro: 1) uso
indirecto: protección de la biodiversidad, paisaje geológico y escénico (cualidad estética)
compatible con turismo, educación e investigación; 2) uso directo: protección de recursos
compatible con uso controlado según planes de utilización; 3) uso directo/indirecto: áreas
mixtas donde el uso es definido por zonificación; y 4) categorías transitorias: áreas
reservadas de bosque que pueden o no convertirse en áreas protegidas o concesiones,
de acuerdo a investigaciones (RAISG, 2012).

Sin embargo, sistema ecológico amazónico se está viendo amenazado por una creciente
presión en varios frentes y por proyectos de desarrollo, a la vez que está perdiendo su
capacidad de mantener la prestación de servicios de los ecosistemas. Las áreas naturales
protegidas (ANP) son, junto con los territorios indígenas (TI), los mecanismos de defensa
más importantes para la biodiversidad y la gestión sostenible de los ecosistemas, y
constituyen también una red de seguridad para los seres humanos (WWF, 2014).

Cuadro 5. Áreas Naturales Protegidas y Territorios Indígenas en la Amazonia (km 2)


ÁREAS NATURALES TERRITORIOS
PAÍS PROTEGIDAS INDÍGENAS
ÁREA % ÁREA %
BOLIVIA 201.848 28,3 176.809 24,7
BRASIL 1.028.082 19,6 1.156.900 22,1
COLOMBIA 132.348 27,4 262.172 54,3
ECUADOR 48.835 36,9 67.326 50,9
GUAYANA FRANCESA 61.794 73,4 7.068 8,4
GUYANA 10.357 4,9 31.671 15,0
PERÚ 202.800 21,0 308.341 31,9
SURINAM 26.047 17,8 S.I. S.I.
VENEZUELA 271.779 57,8 326.521 69,4
TOTAL 1.946.886 23,8 2.337.548 27,7
RAISG, 2012 y el autor, 2018

Las principales amenazas de las ANP y de los TI, y en general de toda la Amazonia son
las siguientes:

Hidrocarburos y minería. El 15% del bioma amazónico tiene concesiones mineras y


contratos para extraer petróleo y gas. En áreas protegidas hay más de 800 concesiones
mineras otorgadas y cerca de 6.800 solicitudes pendientes de aprobación.

Más del 37% de los territorios indígenas están en riesgo por cerca de 500 contratos
mineros para la explotación minerales e hidrocarburos. La gran mayoría se encuentra en
Brasil, pero existe la posibilidad de que se expandan a otros países (WWF, 2016).
De otra parte, la minería ilegal del oro está arrasando con la Amazonia. Un metal que era
sagrado para muchos pueblos indígenas porque representaba al sol en la tierra, ahora se

65
ha convertido en una amenaza para sus territorios y para la vida misma de la selva tropical
de Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, seis de los países amazónicos
de América del Sur (Sierra, 2019).

Un estudio realizado por organizaciones de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y


Venezuela confirma la existencia de, al menos, 2.312 puntos y 245 áreas de extracción
no autorizada de minerales como oro, diamantes y coltán. Además, se identificaron 30 ríos
donde se desarrolla la actividad minera o que sirven como ruta para la entrada de
maquinarias e insumos o la salida de los minerales (RAISG, 2018).

“La incidencia de la minería ilegal en la Amazonía, especialmente en los territorios


indígenas y áreas naturales protegidas, ha crecido exponencialmente en los últimos años,
con el alza del precio del oro" (secretario ejecutivo Beto Ricardo de la RAISG).

De todos los puntos mapeados, la mayoría se encuentra en Venezuela, seguido por Brasil,
Ecuador y Perú. En Colombia y Bolivia la unidad de análisis correspondió a los ríos, razón
por la cual la información no aparece cuantificada como puntos. Entre las 245 áreas de
extracción, tres se encuentran en Bolivia, 132 están en Brasil, principalmente en la región
del río Tapajós, y 110 en Perú, en Madre de Dios. Este departamento peruano es
considerado como el sector de la Amazonia con la mayor degradación causada por la
extracción de oro (RAISG, 2018).

Estas actividades extractivas ilegales se caracterizan por su forma antitécnica e


insostenible. Se realizan principalmente a través de balsas y de dragas, que no sólo tienen
efectos ambientales sobre el lecho de los ríos, sino también por la mala utilización del
mercurio. Esto está generando daños a la salud de las poblaciones locales, especialmente
a los pueblos indígenas (Camilo Guio de Gaia Amazonas citado por RAISG, 2018).

Cuadro 6. Minería ilegal por país amazónico


PAÌS PUNTOS ÀREAS
BOLIVIA - 3
BRASIL 321 132
ECUADOR - 68
PERÙ 24 110
VENEZUELA - 1.899
TOTAL 2.312 245
FUENTE: RAISG, 2018

66
Figura 16. Minería ilegal en el Parque Nacional Canaima –Venezuela

Foto Charles Brewer Carias citados por RAISG, 2018

Figura 17. Puntos identificados con presencia de minería ilegal en la Amazonía

FUENTE: RAISG, 2018

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Figura 18. Minería ilegal en Madre de Dios y Reserva Nacional Tambopata en Perú

Foto: CEVAN / FAP y Yvette Sierra Praeli citados por RAISG, 2018

La minería ilegal está causando efectos devastadores en la Amazonía por la presencia


de dragas, barcas y otros equipos utilizados para la extracción de oro que acaban con los
bosques, así como por el uso indiscriminado de mercurio que genera daños a la salud de
las poblaciones locales (principalmente indígenas) y afecta a ríos y peces.

Las Áreas Naturales Protegidas - ANP no están libres de las actividades ilegales, de las
649 ANP identificadas, 55 tienen puntos de minería ilegal activos o balsas dentro de sus
límites y 41 sufren daños indirectos, ya sea en áreas de amortiguamiento o en sus
fronteras (RAISG, 2018).

Presión por hidroeléctricas. Hoy existen en la Amazonia 154 represas que producen
energía hidroeléctrica y se planea la construcción de otras 277 en los próximos años. El
aumento de obras en la Amazonia amenaza el flujo natural de sus ríos, altera los ciclos
naturales y pone en grave riesgo especies como los delfines y peces migratorios.

Figura 19. Represa en la Guayana Francesa

FUENTE: WWF, 2018

68
Sumado a esto, los sitios seleccionados para las represas y los embalses a menudo se
superponen con áreas protegidas y territorios indígenas, lo que genera enormes
transformaciones para los ecosistemas y las comunidades. Se ha demostrado además
que la deforestación en varias zonas, está impulsada por la construcción de las represas.
El área que está en riesgo de sufrir el impacto de la deforestación se encuentra a una
distancia de entre 40 y 100 kilómetros de las hidroeléctricas (WWF, 2018).

Construcción de carreteras. Entre 1890 y 1920, se construyó un ferrocarril entre Manaos


y Mamoré, Brasil. Esta fue la primera obra en la amazonia y desde ese momento se estima
que se han abierto 96.500 km de caminos, la mayoría carreteras sin pavimentar, de
manera legal o ilegal.

En este momento hay más de 20 proyectos de construcción de carreteras gigantes que


podrían generar un aumento en la pérdida de bosque en la región. Un nuevo caso en
Bolivia genera gran preocupación: la carretera entre la región de Chapare de Cochabamba
con la ciudad de San Ignacio de Moxos, ubicada en el corazón del Amazonas boliviano.
Esta obra sería de 12.363 km en un territorio donde habitan 14.000 indígenas y 1.500
especies silvestres (El Espectador citado por WWF, 2018).

Las carreteras, las vías férreas y las nuevas rutas de transporte fluvial están
transformando la Amazonia. Actualmente decenas de miles de kilómetros de carreteras
atraviesan sus bosques; y la construcción de nuevas rutas seguirá aumentando, en
particular de este a oeste, en las vías vinculadas a los mercados de exportación en el
Oriente asiático. La Carretera Interoceánica que une a Perú y Brasil, por ejemplo,
atraviesa las zonas relativamente bien conservadas de Madre de Dios en Perú y Acre en
Brasil (WWF, 2018).

La longitud total de las carreteras identificadas al interior de la Áreas Naturales Protegidas


- ANP fue de 7.202 km, distribuidas entre carreteras pavimentadas (2.160 km, 30% del
total), no pavimentadas (4.416 km, 61,3%) y proyectadas (626 km, 8,7%). Las mayores
longitudes se encuentran en ANP departamentales de uso directo (3.583 km, 49,7% del
total), seguidas por las ANP nacionales de uso indirecto (1.754 km, 24%) y las ANP
nacionales de uso directo (1.280 km, 17,7%). Las ANP con otros ámbitos administrativos
y tipos de uso cuentan con longitudes de carreteras ≤ 292 km.

La densidad total de las carreteras identificadas al interior de ANP fue de 3,3 km/km 2,
distribuidas entre carreteras pavimentadas (1,0 km/km 2), no pavimentadas (2,0 km/km2)
y proyectadas (0,3 km/km2).

La densidad total de las carreteras identificadas al interior de TI fue de 4,5 km/km 2,


distribuidas entre carreteras pavimentadas (1,1 km/km 2), no pavimentadas (3,0 km/km2)
y proyectadas (0,3 km/km2. Las mayores densidades se encuentran en áreas de
ocupación tradicional sin reconocimiento (8,1 km/km2), seguidas por TI reconocidos (3,4
km/km2) y reservas territoriales o zonas intangibles (3,1 km/km2).

69
Figura 20. Carretera en la Amazonia brasilera

FUENTE. Adriano Gambarini/WWF, 2018

A nivel nacional los dos países con mayores densidades de carreteras en TI son Guyana
y Ecuador (30,5 y 25,5 km/km2, respectivamente), seguidos por Bolivia (12,6 km/km 2 en
TI sin reconocimiento oficial y 4,2 km/ km2 en TI reconocidos oficialmente). Los países
restantes tienen valores menores a 10 km/km2. Con excepción del valor de densidad en
los TI reconocidos oficialmente en Bolivia, los anteriores valores superan el valor
detectado de densidad regional (12,4 km/km2).

La densidad de carreteras pavimentadas dentro de TI es alta en Ecuador (14,4 km/ km2),


mientras que la densidad de carreteras no pavimentadas es importante en los TI
reconocidos oficialmente en Guyana (30,5 km/km 2). La densidad de carreteras
proyectadas es alta en Perú, las cuales afectarían principalmente a TI reconocidos
oficialmente (2,9 km/km2) y reservas territoriales o zonas intangibles (3,1 km/ km 2)
(RAISG, 2018).

Deforestación. Para 2030, la Amazonia puede perder el 27%, es decir 85,4 millones de
hectáreas de bosques. Brasil tiene los índices más altos de deforestación y recientemente
se han identificado seis nuevos frentes de tala de bosque en la Amazonia Andina y el
Escudo Guayanés.

Desde el año 2000 hasta 2013 la Amazonia perdió el 4,7% de sus bosques, pasando de
tener 575 millones de hectáreas a 548 millones de hectáreas. La expansión de pastos y
cultivos, cuya extensión aumentó en 22,9 millones de hectáreas en el mismo período, es
la principal causa de la deforestación en la región (WWF, 2018).

70
Figura 21. Deforestación en la Amazonia

https://www.google.com/search?q=deforestacion+en+la+amazonia&source

Expansión de la agricultura intensiva. La actividad que ha generado mayores pérdidas


de hábitat natural en la Amazonia en las últimas décadas es la agricultura. Las
exportaciones de soja o soya y carne a países como China han desatado graves
transformaciones en el uso del suelo de sus bosques.

Pese a ser relativamente nuevos, los cultivos de palma de aceite también han afectado
la Amazonia, y se prevé que su crecimiento se dé más rápido en la región que cualquier
otro producto. Los pastos y la ganadería, para la producción de carne y leche, son la
causa principal de la deforestación en muchas áreas y en algunos países, como Brasil,
donde se registra la mayor cantidad de ganado comercial del mundo.

Figura 22. Agricultura y ganadería en la Amazonia

https://www.google.com/search?q=deforestacion+en+la+amazonia&source

71
72
CAPÍTULO 1
CARACTERIZACIÓN ESPACIAL

1. DEFINICIONES DE LA AMAZONIA COLOMBIANA

En Colombia, el concepto de Amazonia, al igual que para la Amazonia Continental o


Panamazonia, depende del criterio con el que se le defina. Por tanto, existen las siguientes
definiciones: Cuenca Amazónica o Amazonia Hidrográfica, Selva Amazónica o Amazónica
Selvática, Región del Tratado de Cooperación Amazónica o Amazonia Legal y Dominio
Amazónico o Región Amazónica Colombiana.

1.1. CUENCA AMAZÓNICA O AMAZONIA HIDROGRÁFICA

La cuenca amazónica colombiana corresponde al territorio de nuestro país que hace parte
de la cuenca hidrográfica del río Amazonas. Sus límites se extienden hasta las divisorias
de agua con las cuencas adyacentes de los ríos Orinoco al norte, Magdalena al
noroccidente y la vertiente del Pacífico al suroccidente, cubriendo totalmente los
departamentos de Amazonas, Caquetá y Putumayo y parcialmente, los departamentos del
Guainía, Guaviare, Vaupés, Cauca y Nariño.

Los principales ríos tributarios del Amazonas que nacen en Colombia, son: el Putumayo
(río Içá en Brasil), el Caquetá (río Japurá en Brasil) y el Guainía (río Negro en Brasil). Su
área es de 339.505 km2 aproximadamente, según Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004.

Mapa 11. Cuenca amazónica colombiana

FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004

73
En su divisoria de aguas hay alturas superiores a los 4.000 msnm. Esta delimitación
sustenta la importancia que tienen los ríos andino-amazónicos sobre los ecosistemas del
piedemonte y la planicie amazónica, como función ecológica para su preservación.

El área hidrográfica Amazonas, comprende 9 zonas hidrográficas (de los siguientes ríos,
en orden decreciente por porcentaje de superficie: Caquetá (29,23%), Putumayo
(16,94%), Apaporis (15,65%), Vaupés (11,02%), Yarí (10,86%), Guainía (9,15 %), Caguán
(6,07 %), Amazonas (0,96%) y Napo (0,13%), y solo participa con menos del 1% agua
usada en el país. Presenta rendimientos hídricos promedio del orden de 81 l/s/km 2 en más
del 80% del área y una baja presión por demanda. Este volumen se usa principalmente
en las zonas del Putumayo (60 millones de m3), Caquetá (54,7 millones de m3) y Apaporis
(9,032 millones de m3) que en conjunto alcanzan cerca del 80% del agua usada en el área
Amazonas (IDEAM, 2018).

Mapa 12. Zonas hidrográficas del área hidrográfica Amazonas

FUENTE: Salazar y Riaño, 2015

No obstante los excedentes de oferta, destaca las altas presiones sobre la calidad del
agua de centros urbanos como Florencia, así como las alteraciones potenciales de la
calidad del agua por vertimientos a los sistemas hídricos de contaminantes químicos,
provenientes de insumos empleados para el procesamiento de coca en las zonas
hidrográficas de los ríos Putumayo, Caquetá y Vaupés (Salazar y Riaño, 2015).

74
1.2. SELVA AMAZÓNICA O AMAZONIA SELVÁTICA

La selva amazónica se refiere a los bosques tropicales húmedos del suroriente del país
que tienen su continuidad en Venezuela, Brasil y Perú. La selva sobrepasa los límites de
la cuenca amazónica en el norte cubriendo el sur de los departamentos del Vichada y el
Meta, que pertenecen a la cuenca hidrográfica del río Orinoco. En la región Andino-
Amazónica de la cordillera Oriental se extiende hasta los 950 msnm aproximadamente
(hasta esa altura se extiende el piso basal o ecuatorial con características similares a las
de la selva amazónica). Hacia el suroccidente cubre el extremo suroriental del
departamento del Cauca (la denominada Bota Caucana) y el extremo oriental del
departamento de Nariño. Su superficie aproximada en el año 2004 era 406.639 km 2
(Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004), en 2012 de 404.159,8 km 2 (Salazar, Ariel y Riaño,
2016), en 2016 de 396.602,88 km2, y en 2017 de 395.161,41 km2 (IDEAM, 2017). Se
observa una importante reducción del área selvática por efectos de la deforestación,
disminuyendo en un período de 13 años (2004-2017) una extensión de 11.477,59 km2, y
la tendencia continúa hacia el futuro si no se toma las medidas necesarias para detener
la deforestación y la ampliación de la frontera agropecuaria en la región.

Se debe tener en cuenta que no toda la región de la Cuenca Hidrográfica del río Amazonas
en Colombia al igual que en otros países amazónicos, está cubierta de selva sino que hay
otras coberturas diferentes como sabanas, praderas, estructuras rocosas y cuerpos de
agua.

Mapa 13. Selva amazónica colombiana

FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004

75
1.3 REGIÓN DEL TRATADO DE COOPERACIÓN AMAZÓNICA O AMAZONIA LEGAL

Colombia suscribió el Tratado de Cooperación Amazónica – TCA (hoy Organización del


Tratado de Cooperación Amazónica – OTCA) en el año de 1978, junto con otros siete
países amazónicos (Bolivia, Brasil, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela) y para
efectos de delimitación de la Amazonia Legal dentro del TCA se estableció un criterio
político-administrativo cubriendo el área correspondiente a seis departamentos
(Amazonas, Caquetá, Guainía, Guaviare, Putumayo y Vaupés) que asciende a 403.348
km2.

De esta manera, estos seis departamentos son los que oficialmente se les considera como
amazónicos, no obstante haya áreas de otros departamentos que pertenecen a la Cuenca
amazónica o tienen presencia de Selva amazónica.

Mapa 14. Amazonia Legal

FUENTE:
https://www.google.com.co/search?biw=1225&bih=552&tbm=isch&sa=1&ei=0FP8W7jXJoOezwLh4LfIDA&
q=departamentos+de+la+region+amazonia

1.4 REGIÓN AMAZÓNICA COLOMBIANA

Tal vez uno de los aspectos en los que se presenta mayor imprecisión sobre el territorio
amazónico nacional, o mejor donde empiezan sus conflictos y las diferencias de opinión
es en su delimitación. De esta manera, algunos se refieren a la Amazonia Hidrográfica
para hacer alusión a la Cuenca amazónica; otros toman como criterio la cobertura vegetal
para definir la Selva amazónica o Amazonia selvática y para efectos del Tratado de
Cooperación Amazónica, se ha establecido la noción de la Amazonia legal. También en
los diferentes ejercicios de regionalización del país y de zonificación y delimitación de la

76
Amazonia se han utilizado criterios de orden político y administrativo, dejando por fuera
extensiones y ecosistemas de gran importancia en la dinámica ecológica y ambiental de
la región.

Hoy en día, y para efectos del Ordenamiento Territorial de la Amazonia, resulta


indispensable concebir la Amazonia Colombiana con la totalidad de sus ecosistemas y
unidades de paisaje, bajo criterios biogeográficos y de la ecología del paisaje, sin perder
de vista su interrelación con las áreas y ecosistemas vecinos, lo que se podría denominar
el Dominio Amazónico o Bioma Amazónico, y así garantizar la adecuada gestión ambiental
de la región.

Bajo esta visión se incorporan en el concepto de “región amazónica” los conceptos de


límite hidrográfico, biogeográfico y político-administrativo, procurando una aproximación
integral (Salazar y Riaño, 2016).

De esta manera, los límites artificiales de los departamentos escapan no sólo a la dinámica
ecológica de la región y a los patrones biogeográficos, sino también a la dinámica,
territorialidad y movilidad en el espacio de los grupos indígenas amazónicos, conformando
una región que cubre todas las anteriores definiciones denominada la Región Amazónica
Colombiana.

Desde el punto de vista biogeográfico, esta delimitación se fundamenta en el impacto que


tienen los ríos andino-amazónicos sobre los ecosistemas del piedemonte y la planicie de
la región. Políticamente, cubre la parte sur del departamento del Vichada; el suroriente del
Meta; todo el territorio de los departamentos de Amazonas, Caquetá, Guainía, Guaviare,
Putumayo y Vaupés; la Bota Caucana; y las vertientes amazónicas de Nariño: parte alta
de los ríos Guamuez, Sucio, San Miguel y Aguarico (Salazar y Riaño, 2016).

Vista la Amazonia Colombiana desde esta perspectiva, la Región Amazónica Colombiana


cubre diez departamentos del país, seis departamentos completos: Amazonas, Caquetá,
Guainía, Guaviare, Putumayo y Vaupés, y cuatro parcialmente: Vichada (el sur del
municipio de Cumaribo), Meta (territorio completo de La Macarena y fracción de los
municipios de Mapiripán, Mesetas, Uribe, Puerto Concordia, Puerto Gaitán, Puerto Rico,
San Juan de Arama y Vistahermosa); Cauca (fracción del municipio de San Sebastián y
el territorio completo de Piamonte y Santa Rosa); y Nariño (fracción de los municipios de
Córdoba, Funes, Ipiales, Pasto, Potosí y Puerres). El área total de la región es de 483.164
km2 (Instituto SINCHI-SIATAC, 2018), área que corresponde al 42,3% del territorio
continental del país.

77
Cuadro 7. Departamentos de la Región Amazónica colombiana

EXTENSIÓN POBLACIÓN DENSIDAD


( km 2) % (Año 2017) (hab/km2) CAPITAL MUNICIPIOS
DEPARTAMENTOS
DEPARTAMENTOS COMPLETAMENTE AMAZÓNICOS
AMAZONAS 109.665 22,70 77.948 0,71 Leticia 2
CAQUETÁ 88.965 18,41 490.056 5,51 Florencia 16
14,95 0,59 Puerto
GUAINÍA 72.238 42.777 1
Inírida
GUAVIARE 53.460 11,06 114.207 2,14 San José 4
PUTUMAYO 24.885 5,15 354.094 14,23 Mocoa 13
VAUPÉS 54.135 11,20 44.500 0,82 Mitú 3
DEPARTAMENTOS PARCIALMENTE AMAZÓNICOS
CAUCA 4.224 0,87 11.351 2,69 - 3
META 34.913 7,23 55.663 1,74 - 9
NARIÑO 2.454 0,51 43.823 17,86 - 6
VICHADA 38.225 7,91 4.265 0,12 - 1
TOTAL 483.164 100.00 1.238.684 2,60 - 58
FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004, ajustado Rincón, 2018

Mapa 15. Región amazónica colombiana

FUENTE: Instituto SINCHI-SIATAC, 2018

78
Los departamentos con mayor participación en el área de la Región Amazónica
colombiana son en su orden: Amazonas, Caquetá, Guainía y los de menor participación:
Nariño, Cauca y Putumayo.

2. REGIONALIZACIÓN

El proceso de ocupación de la Amazonia por parte de la sociedad colombiana delineó,


hasta los años setenta, dos subregiones al nivel de la Amazonia colombiana: la Amazonia
noroccidental y la Amazonia suroriental. Su diferenciación se basaba en el grado de
integración a la sociedad nacional, su composición étnica y el grado de intervención en
los ecosistemas.

Sin embargo, según Salazar y Riaño (2016), en las dos últimas décadas, producto de
procesos como la propagación de los cultivos ilícitos, el avance de la minería ilegal, la
descentralización político-administrativa, las nuevas condiciones institucionales de la
región, aquella división inicialmente planteada como Amazonia noroccidental y Amazonia
suroriental ha comenzado a ceder a nuevas realidades, explicada por el proceso de
expansión del anillo de poblamiento, como avance de las estructuras urbanas del país,
que penetran la selva desde la periferia hacia el centro y ahora desde los denominados
enclaves geopolíticos y económico-extractivos del borde hacia el centro de la región,
buscando conectar con el resto del país. La dinámica de dicho poblamiento, de apoyarse
en las regiones ya consolidadas y avanzar, en manchas continuas, primero cerrando el
anillo para, luego, continuar hacia el centro se mantiene, y se encuentra con los vectores
de ocupación que proceden de la periferia en busca del centro.

Esta situación de expansión desde la periferia al centro y viceversa, hasta hoy permanece
como una tendencia que probablemente llegue a su consolidación. Sin embargo, los
asentamientos urbanos de la Amazonia colombiana siguen formando parte de la periferia
del sistema urbano nacional y se inscriben en aquella polaridad contrapuesta y simultánea
de totalidad y fragmentación. Totalidad vista en el proceso de construcción social del
territorio, ordenado alrededor de la ganancia económica que somete tanto a la naturaleza
como a la sociedad a rendir mercancías y utilidades, sin consideraciones de sostenibilidad
ambiental y social. Fragmentación por los diferentes espacios que crea el proceso de
incorporación de hábitats naturales a hábitats construidos.

El sistema de asentamientos de la región amazónica colombiana se entiende como una


construcción social del espacio, en la medida que sobre cada tipo se despliegan diferentes
lógicas de apropiación y uso del territorio, de segmentación y segregación de este y sus
conglomerados humanos, explicables por el proceso histórico, político, económico, social
y cultural. Trátese de fincas, pequeños pueblos rurales, asentamientos de comunidades
indígenas, cabeceras municipales o ciudades, que sin lugar a dudas son construcciones
sociales, identificables a través de los roles o funciones que predominantemente ejercen
y que les permiten lograr identidad y funcionalidad en el territorio.

79
El resultado de lo anterior, es la fragmentación territorial producto de la diferenciación
socioeconómica, que puede expresarse en subregiones como espacios socialmente
construidos y como hegemonías de poder. Como espacio socialmente construido, hasta
hace una década eran identificables una subregión noroccidental amazónica donde
predominaba la consolidación de lo urbano, junto a las economías de mercado y, en
contraposición, una subregión suroriental donde predominaba la ocupación indígena
tradicional y los enclaves geopolíticos y económico-extractivos.

La Amazonia noroccidental correspondía al área de poblamiento continuo, organizado en


jerarquías de ciudades o pueblos, con una red de comunicaciones que integra el conjunto
y cuya economía está basada en la producción de mercancías. En la segunda subregión
denominada Amazonia oriental o suroriental, localizada a partir de la anterior subregión
en dirección sureste, vive una población dispersa, en su gran mayoría indígena, cuya
economía se basa especialmente en la subsistencia y donde el impacto ecológico de la
población es menor.

Las dinámicas económicas, políticas, sociales, culturales y ambientales hoy dan origen a
nuevos espacios que se gestan de aquellas subregiones inicialmente planteadas. Diez
años después, la consolidación del anillo de poblamiento amazónico con su red de centros
urbanos y su expansión hacia el oriente y sur de la región, una intensa movilidad
poblacional o “migración forzada” como la denomina Sánchez (2012), el avance de la
praderización con la consecuente pérdida de bosque, así como la presión que ejerce la
pretensión de explotar recursos minerales e hidrocarburos y la apertura vial hacia el
Pacífico cambian el panorama de la región. Considerando los procesos de ocupación e
intervención antrópica y no solo desde el punto de vista de sus actores, sino de las
relaciones sociales, económicas y ambientales es posible dividir la región amazónica
colombiana en cuatro subregiones, mutuamente diferenciales y contrastantes: Amazonia
occidental, Amazonia noroccidental, Amazonia oriental y Amazonia sur.

Este enfoque supera la visión que señala la gran homogeneidad regional y muestra que
la Amazonia colombiana como región no presenta una clara integración socioeconómica
y ambiental, siendo necesario, por tanto, hablar de un territorio socialmente construido,
donde hay diversos dominios que tienen diferentes singularidades.

Los límites actuales de estas subregiones, se trazan teniendo en cuenta la importancia de


las especificidades ambientales, sociales y económicas determinadas por procesos de
apropiación, ocupación y consolidación de la actividad antrópica, por la intensidad de la
intervención y transformación de los ecosistemas, por las relaciones económicas y de
intercambio con los mercados nacionales e internacionales, y por el ordenamiento legal y
jurídico del territorio: entidades territoriales como departamentos, municipios,
corregimientos departamentales, resguardos indígenas, y áreas de manejo especial. Los
límites regionales variarán a medida que los procesos de intervención se desplacen.

80
Mapa 16. Regiones de la Amazonia colombiana

FUENTE: Salazar y Riaño y, 2015

2.1. AMAZONIA OCCIDENTAL

Esta subregión forma parte de un enorme anillo de intervención o poblamiento que rodea
la periferia amazónica de todos los países de la cuenca y, en Colombia, constituye el área
más densamente poblada y con altos niveles de movilidad poblacional. El anillo de
poblamiento que sobre ella existe es el más consolidado de toda la región, presenta una
extensa red vial terrestre que vincula sus centros urbanos con otros centros de importancia
regional, como Pasto y Neiva, para finalmente conectarse con la capital del país,
accediendo a oportunidades de servicios y comercialización de productos en el mercado
nacional.

Se funda en una distribución continua para la producción y circulación de mercancías, que


ha tenido como soporte la conformación de las redes de infraestructura vial, a través de
las cuales circulan los flujos sociales y económicos. Su ocupación corresponde a la
colonización campesina antigua. Se registra pérdida de la cobertura selvática y predominio
de potreros y ganadería extensiva, y ha habido una alta incidencia de los cultivos
comerciales de coca y presencia de actores armados ilegales.

Es la subregión de menor extensión con 40.365,37 km 2, y corresponde al área de


poblamiento continuo, organizado en jerarquías de ciudades o pueblos, por medio de la

81
red de comunicaciones que integra el conjunto y cuya economía se basa en la producción
de mercancías. De acuerdo con las proyecciones del DANE a 2015, la población total en
esta subregión será de 872.344 habitantes, equivalente al 62,97% de la población total
regional. En la Amazonia occidental, el 49,5% de sus habitantes se localizará en áreas
urbanas, siendo el valor más alto de toda la región, y el 50,5%, en áreas rurales. La
densidad de población también es la más alta de la Amazonia colombiana: se calcula en
21,61 habitantes por km2.

Los centros urbanos de mayor importancia son Florencia, Mocoa y Puerto Asís y en total
la integran 34 entidades territoriales, que corresponden a los municipios del Caquetá:
Albania, Belén de los Andaquíes, Curillo, El Doncello, El Paujil, Florencia, La Montañita,
Milán, Morelia, Puerto Rico, San José del Fragua, Solita y Valparaíso), de Putumayo:
Colón, Mocoa, Orito, Puerto Asís, Puerto Caicedo, Puerto Guzmán, San Francisco, San
Miguel, Santiago, Sibundoy, Valle del Guamuez y Villagarzón, y a las laderas y escarpas
de la vertiente oriental de la cordillera de los Andes en los departamentos de Nariño:
Córdoba, Funes, Ipiales, Pasto, Potosí y Puerres, y Cauca: Piamonte, San Sebastián y
Santa Rosa. Así como las entidades territoriales que la componen se caracterizan por sus
superficies relativamente reducidas, los resguardos indígenas y las áreas protegidas son
de reducida extensión.

Fue en esta subregión donde se inició la explotación petrolera de la Amazonia colombiana.


Actualmente, 16 municipios de la subregión tienen la totalidad de su territorio bajo alguno
de los polígonos del mapa de tierras a 2018 (ANH).
Se localizan allí los principales campos de producción de la Amazonia, en los municipios
de: Puerto Asís, Orito, Puerto Caicedo, Valle del Guamuez, San Miguel, Villagarzón,
Mocoa, Piamonte e Ipiales.

Una superficie aún mayor está destinada a la exploración de nuevas áreas de extracción,
existen zonas TEA, áreas disponibles y se adjudicaron bloques en la Ronda 2018.

En cuanto a las actividades mineras, se explota oro en forma artesanal y se extraen


materiales de cantera y río para la construcción. La extracción artesanal de oro se enfrenta
a la presión de las autoridades, en virtud de la infiltración de actores foráneos que,
introduciendo maquinaria pesada y dinero procedente de actividades ilegales, están
cambiando la producción artesanal y de subsistencia hacia una de mayor rentabilidad con
serios estragos ambientales. La autoridad ambiental interviene sin éxito en el control de la
minería ilegal, detrás de la cual se encuentran actores armados también ilegales. En 2013
las solicitudes mineras en esta subregión sumaban 2.084,01 km 2, equivalentes al 5,16%
de la superficie subregional, y el área titulada era de 278 km 2, menos del 1% del total de
su superficie.

Como se aprecia, las pretensiones económicas sobre esta subregión son crecientes, pese
a que allí se localizan los nacimientos de algunos de los grandes ríos que desembocan en
el Amazonas, se conservan bosques andinos de la cordillera Oriental en su vertiente

82
oriental y a que en la zona del piedemonte todavía quedan bosques amazónicos. La
biodiversidad de esta subregión se expresa en la flora, la fauna y el conocimiento que de
estos recursos tienen las culturas ancestrales que la habitan, la cuidan y la defienden del
permanente avance de las presiones por la obtención de sus riquezas.

Es sobre esta subregión que se desarrollan algunos de los primeros proyectos de la


Iniciativa de Integración Suramericana – IIRSA (nodo Amazonia-norte), que ampliará la
conexión hacia los mercados internacionales a donde se pretenden llevar las materias
primas que se extraen y por extraerse de la subregión, y que también servirá de vía de
salida a los productos que vienen de Brasil hacia el Pacífico (Salazar y Riaño, 2016).

2.2. AMAZONIA NOROCCIDENTAL

La Amazonia noroccidental tiene una extensión de 138.893,60 km 2 y en 2015 la habitaban


305.544 personas, equivalentes al 22,06% del total regional (Salazar y Riaño, 2016).

El 42,6% de la población de esta subregión se ubicará en las cabeceras municipales y


departamentales y el 57,4% lo hará en el área denominada resto. La densidad de
población se calcula para entonces en 2,2 habitantes/km2.

Está compuesta por 17 entidades territoriales, que corresponden a los municipios


amazónicos del sur del Meta: La Macarena, Mapiripán, Mesetas, Puerto Gaitán, Puerto
Concordia, Puerto Rico, San Juan de Arama, Uribe y Vistahermosa; por los cuatro
municipios del departamento de Guaviare (Calamar, El Retorno, Miraflores y San José del
Guaviare); por los municipios de San Vicente del Caguán, Cartagena del Chairá y el sector
occidental del municipio de Solano en el Caquetá, así como el municipio de Puerto
Leguízamo en el departamento de Putumayo. Con excepción de algunos municipios del
sur del Meta, la mayoría de las entidades territoriales de esta subregión se caracterizan
por su gran extensión. Hay áreas protegidas como el Área de Manejo Especial de La
Macarena - AMEM, tres parques nacionales naturales, reservas nacionales naturales y
resguardos indígenas de gran superficie.

Su densidad demográfica es mayor que la de las subregiones nororiental y sur. El


poblamiento es continuo y forma grandes manchas o cinturones alargados, que siguen las
principales vías de comunicación.

La región constituye una expansión de las áreas vecinas de antigua incorporación al


mercado nacional y, por eso, en ellas predomina el colono con total hegemonía sobre las
poblaciones de la subregión. El anillo de poblamiento tiene una expresión espacial que ha
evolucionado de las puntas de avance de la colonización hacia la consolidación de áreas
ocupadas, no necesariamente pobladas, con una importante presencia de latifundios. Es
la región hacia donde el anillo de poblamiento, en su proceso de expansión, se irá
consolidando en las décadas por venir.

83
Se estructura mediante los procesos de colonización acaecidos en el piedemonte
putumayense y caqueteño. Estas áreas fueron el centro de la colonización campesina en
tres momentos históricos del siglo XX: el desplazamiento de masas rurales de las
cordilleras andinas por la violencia política y por la persecución a las organizaciones
armadas de autodefensa campesina (columnas en marcha y colonización armada) de los
años 50 y 60; la colonización de los años 70 y la posterior colonización coquera desde
finales de los 70 y su expansión a la selva profunda de áreas como Miraflores, Carurú,
Charras, Tomachipán y Remolino del Caguán. Predomina la ganadería extensiva sobre
pastos naturales y mejorados, y ha habido alta incidencia de los cultivos comerciales de
coca.

Ha sido escenario del conflicto armado y de ocupación campesina, coquera y armada, y


en tiempo reciente ha padecido los efectos de la guerra entre el paramilitarismo y la
organización guerrillera de las FARC y vivido el fenómeno de la ocupación sin poblamiento
(Arcila, 2010), así como una alta movilidad poblacional provocada por las migraciones
forzadas.

La subregión está vinculada con los mercados de Meta y del interior del país por vía fluvial
en los ríos Guaviare, Guayabero y Ariari y por la carretera Calamar-San José del Guaviare,
Villavicencio- Bogotá. Hacia el occidente, se conecta con Neiva por vía terrestre desde
San Vicente y por vía fluvial por los ríos Caguán, Orteguaza y Putumayo, para llegar a la
vía terrestre Puerto Asís-Mocoa, Neiva-Bogotá.
En esta subregión se explotan hidrocarburos en los municipios de La Macarena y San
Vicente del Caguán. En torno a los polígonos de producción se ubican áreas de
exploración y en la Ronda 2018 se asignaron nuevos bloques. Adicionalmente, la Agencia
Nacional de Hidrocarburos - ANH tiene áreas reservadas en el departamento de Guaviare
y en el municipio de La Macarena. Existen zonas TEA en Cumaribo y en el sur del Meta.
En cuanto a la minería, se estableció que el área de las solicitudes mineras en el año 2013
era de 1.503,71 km2, equivalentes al 1,08% de la superficie subregional, mientras que la
superficie de los títulos otorgados en esa fecha fue de 8,3 km 2 (Salazar y Riaño, 2016).

2.3. AMAZONIA NORORIENTAL

La Amazonia nororiental tiene una extensión de 161.836,20 km2, siendo la mayor de las
cuatro subregiones (Salazar y Riaño, 2016).

En 2015 estaba habitada por 109.412 personas, equivalentes al 7,9% del total regional. El
33,3% de los habitantes de la subregión se ubicarán en las cabeceras de municipios y
departamentos, mientras que el 66,7% habitaba en el área denominada resto que, para la
Amazonia colombiana, corresponde al bosque húmedo tropical. Junto con la Amazonia
sur registra los valores más bajos de densidad poblacional, menos de 1 habitante por
kilómetro cuadrado.

84
Está compuesta por 16 entidades territoriales pertenecientes a los municipios y
corregimientos departamentales de Guainía y Vaupés y al municipio de Cumaribo en el
departamento de Vichada.

Corresponde al área predominantemente del bosque húmedo tropical, donde vive una
población dispersa, en su gran mayoría indígena, y cuya economía se basa especialmente
en la subsistencia. Se localizan allí centros administrativos como Inírida y Mitú, y centros
poblados mineros como Taraira, los cuales han jugado el rol de enclaves geopolíticos y
económico-extractivos.

En esta subregión prevalece la población indígena, y las áreas de resguardos y zonas


protegidas de parques y reservas naturales componen la mayor parte de su territorio. La
minería de oro en Naquén y Taraira, al igual que la expectativa de hallazgo de los nuevos
minerales como tungsteno y coltán ha determinado desplazamientos desordenados de
población hacia el territorio, ostensibles daños ambientales y ocupación de territorios
ancestrales y resguardos.

Las organizaciones y autoridades indígenas han alcanzado un alto reconocimiento social,


político y de interlocución con los gobiernos en las instancias local, departamental y
nacional. Estos departamentos presentan la menor vinculación vial y de mercados con el
interior de Colombia y con los países fronterizos.
Los pequeños excedentes comercializables en los mercados locales, se derivan de la
producción de bienes de consumo, provenientes de las chagras o de las parcelas de
colonos, y de la extracción de recursos de la selva, como fibras y peces ornamentales.

La región tiene bajos niveles de pérdida del bosque y de colonización campesina. No


obstante, la colonización coquera es fuerte sobre los ríos Guaviare, Alto Inírida, Vaupés y
Apaporis y está asociada con la presencia de grupos armados ilegales.

Los procesos de transformación territorial que se evidencian en el anillo de poblamiento


permiten identificar una presión importante sobre el bosque, que empieza a sentirse con
fuerza en esta subregión.

En cuanto a las expectativas para la producción de hidrocarburos, en casi la totalidad del


municipio de Cumaribo se localizan zonas TEA y en el occidente del departamento de
Vaupés (municipio de Carurú y corregimiento de Pacoa), se identifican polígonos de tierras
reservadas por la ANH; las demás áreas de la subregión están libres de pretensiones con
este objetivo. En contraste, el interés por acceder a los recursos mineros es tan grande
que el gobierno declaró sobre esta subregión un área estratégica minera, exceptuando
apenas las dos áreas protegidas (la RNN Puinawai y el PNN Río Puré). Expresión del
interés por los recursos mineros en esta subregión son las solicitudes mineras que, hasta
2013, alcanzaban un área de 25.443,85 km 2, equivalentes al 15,72% de la subregión, la
máxima en toda la Amazonia colombiana. En cuanto al área titulada, se contabilizaron
793,59 km2 (Salazar y Riaño, 2016).

85
2.4. AMAZONIA SUR

Está conformada por el departamento de Amazonas y el oriente del municipio de Solano,


departamento de Caquetá. La Amazonia sur tiene una extensión de 142.056,82 km 2,
siendo la segunda de mayor superficie (Salazar y Riaño, 2016).

En el año 2015 la habitaban 97.962 personas, equivalentes al 7,07% del total regional. El
29% de ellos se ubicará en las cabeceras de municipios y departamentos, mientras que
el 71% habitaba en el área denominada resto que, para la Amazonia colombiana,
corresponde al bosque húmedo tropical. Junto con la Amazonia nororiental tiene los
valores más bajos de densidad poblacional, menos de 1 habitante por kilómetro cuadrado.
Es una subregión geopolíticamente estratégica, su jurisdicción territorial ratifica la
soberanía nacional sobre un fragmento del río Amazonas en su ribera norte y en los ríos
Caquetá y Putumayo. Históricamente, la presencia del Estado ha sido marginal y limitada
para la preservación de las culturas amazónicas.

La integración del área al mercado global se apuntala en las economías extractivas y de


enclave, ligadas a las rutas fluviales del gran Amazonas. La consolidación de Leticia como
epicentro económico y social de la región supone oportunidades como la construcción de
un espacio fronterizo determinado por el juego de arreglos, pero también conflictos entre
tres países amazónicos: Brasil, Colombia y Perú.

En la subregión sur, la organización histórica del espacio se ha dado a través de las vías
de comunicación natural constituidas por los ríos amazonenses, andinenses y sus
principales tributarios. Los actuales asentamientos, de herencia milenaria, están
conformados por grupos indígenas culturalmente diversos.

Se identifican también enclaves geopolíticos, como Leticia y Puerto Nariño (Amazonas), y


enclaves económico-extractivos que corresponden las cabeceras corregimentales de
Tarapacá, La Pedrera, El Encanto y La Chorrera (Amazonas) y la inspección de policía de
Araracuara (Solano, Caquetá). Una progresiva urbanización de la vida social incluye a las
sociedades indígenas y neoamazónicas habitantes del bosque.

Leticia, como el mayor centro urbano del área, atrae y concentra flujos de población
provenientes del interior de la región, del interior de Colombia y de los países fronterizos.
El conflicto armado y la colonización coquera se extienden a lo largo de los ríos Apaporis,
Caquetá, Igará-Paraná y Putumayo.

En los corregimientos departamentales de La Victoria y Mirití Paraná, en el departamento


de Amazonas, existe una fracción de un bloque de tierras de la ANH rotulado como área
reservada. En el resto de la subregión no se hallan más pretensiones en materia de
hidrocarburos. El interés por acceder a los recursos mineros es menor en esta subregión,
quizá, porque hasta ahora no se han identificado minerales de interés económico para el
“país”. El área en solicitudes mineras a 2013 se estimó en 45,37 km 2, equivalentes al

86
0,03% de la superficie subregional, y no se encontraron títulos mineros vigentes (Salazar
y Riaño, 2016).

3. ORDENAMIENTO DEL TERRITORIO

La Amazonia colombiana ha sido objeto de procesos de ordenamiento desde el momento


mismo en que en ella se asentaron grupos humanos, dado que se trata de una región que
no ha estado vacía en términos de poblaciones humanas, aunque la legislación
colombiana desconociese este hecho, catalogándola como parte de los baldíos nacionales
o, posteriormente, como Reserva Forestal de la Amazonia.

Puede afirmarse que en ella los procesos de ordenamiento han sido llevados a cabo tanto
por parte de su población nativa, como por parte de quienes la han intervenido bajo
diferentes visiones de su potencial y su deber ser en el contexto nacional e internacional.

De allí que no es difícil afirmar que hay tantos ordenamientos como visiones existen sobre
la región y las experiencias existentes así lo demuestran. Solo es dar una mirada a la
literatura existente sobre las reservas, las colonizaciones, las sustracciones, el
reconocimiento de los asentamientos indígenas y la creación y ampliación de resguardos
indígenas, la asignación de las divisiones político – administrativas y sus ajustes, la
creación de áreas protegidas de diferentes niveles territoriales (internacional, nacional,
regional y local), la asignación de títulos y permisos de explotación de sus diferentes
recursos, las zonificaciones para diferentes propósitos, la ocupación geopolítica y militar,
la explotación de sus recursos sin autorización legal, la introducción de modelos de
ocupación y de producción, y los planes y esquemas de ordenamiento territorial municipal,
solo por mencionar los “ordenamientos” más conocidos o renombrados (Instituto SINCHI,
2007).

En la región amazónica colombiana confluyen y se cruzan el ordenamiento tradicional del


territorio de los pueblos indígenas, con los ejercicios de planificación y ordenamiento, que
a partir de siglo pasado, buscan desde la acción pública, regular la administración local
regional, normalizar la tenencia de la tierra, proteger algunos recursos o áreas para evitar
su uso inadecuado, dedicar otras a un fin especial o moderar los flujos económicos y de
doblamiento, entre otros. Estos procesos de ordenamiento, en algunos casos, han
generado conflictos por la superposición de áreas de influencia y competencias de los
entes públicos, o no han tenido el efecto deseado.

En términos generales, el establecimiento de asentamientos en la Amazonia colombiana


ha reflejado debilidades en las políticas y la acción pública para el manejo y uso sostenible
de la biodiversidad. Estos asentamientos son en parte, resultado de la migración de
campesinos que buscando explorar ciertas zonas con relativo potencial agropecuario, han
afectado los ecosistemas terrestres y acuáticos de la región, y por tanto, a las
comunidades nativas dependientes de los mismos. Adicionalmente, el crecimiento
acelerado e inesperado de centros poblados sin un modelo de planeación previo y

87
concertado, han llevado a daños ambientales asociados a la construcción de
infraestructura económica y de servicios. Las políticas públicas son con frecuencia
contradictorias, generando conflictos: por una parte se impulsa infraestructura para hacer
más competitiva la región mientras que por el otro, se fomenta la conservación de áreas
protegidas, zonas intangibles y territorios indígenas. La ambigüedad genera choque de
visiones e intereses, sin lograr hasta el momento un punto de equilibrio o de consenso.

Actualmente no se cuenta con una estadística de las familias que se encuentran ubicadas
en áreas que están bajo alguna figura legal de tenencia y manejo. Se considera que hay
un impacto negativo que afecta fundamentalmente la zona de la cordillera Oriental donde
se pueden identificar seis zonas críticas: el área de influencia de las vías Florencia –
Suaza; San Vicente del Caguán – Balsillas – Neiva; Garzón – San Guillermo – Florencia;
Belén de los Andaquíes – Los Ángeles – Trocha Acevedo; la variante (en construcción)
de la vía Mocoa - San Francisco, que afecta la Reserva Forestal Protectora de la cuenca
del río Mocoa, y el camino trocha entre Colón y Santafé (Nariño) por Runduyaco. A éstos
se debe adicionar el frente de colonización al norte de Leticia, en la cuenca del río
Calderón.

La violencia vivida, las constantes amenazas a la población por parte de los grupos
alzados en armas, el reclutamiento forzado de menores y la fumigación de cultivos de uso
ilícito, entre otros, han contribuido al fenómeno del desplazamiento masivo a nivel
intrarregional, interregional y transfronterizo. Los nuevos habitantes ocupan (invaden)
predios urbanos y de expansión urbana generando presiones por servicios sociales, lo
cual se ha evidenciado en ciudades como Florencia, El Doncello, San Vicente del Caguán,
Puerto Asís, Mocoa, Villagarzón, San José del Guaviare, entre otros. Esta situación se
agudiza cuando los grupos de desplazados se ubican en territorios ancestrales de pueblos
indígenas y de otros grupos, dificultando procesos de saneamiento de esos territorios.

Dentro de los grupos étnicos desplazados hacia la región amazónica, provenientes de la


región andina y del pacífico, están los Embera-Catíos (Valle del Cauca), Embera (Chocó),
Pastos, Quillacingas y Awá (Nariño) y Paeces (Cauca). En este mismo sentido, el
desplazamiento afecta la calidad de vida de los asentamientos humanos por cuanto
desborda la capacidad de las administraciones públicas para proveer a la población de
infraestructura y de servicios públicos.

Desde el punto de vista del ordenamiento ambiental del territorio, la región está
configurada por resguardos y reservas indígenas, parques nacionales naturales y
reservas, reservas forestales, distritos de conservación de suelos y drenajes, reservas
campesinas, entre otros.

88
Cuadro 8. Figuras de ordenamiento del territorio
FIGURA JURÍDICA ÁREA (ha)
Resguardos indígenas 26.217.159
Reservas indígenas 122.024
Reserva Forestal de la Amazonia (Ley 2 de 1959) 36.188.136
Sustracciones a la Reserva Forestal de la Amazonia 7.771.601
Reservas Forestales (Cuenca Alta Río Mocoa y Puerto Solano) 51.573
Parques Nacionales Naturales 8.922.283
Reservas Nacionales Naturales 1.952.500
Distritos de Conservación de Suelos y Aguas (Caquetá y Valle de Sibundoy) 3.080
Reservas Campesinas (Pato-Balsillas San Vicente del Caguán: 167.908 ha) y la 637.108
del Guaviare: 469.200 ha)
Distrito de Manejo Integrado Ariari – Guayabero 2.360.010
Santuario de Flora Plantas Medicinales Orito Ingi – Ande 10.204,26
Santuario de Flora y Fauna Isla de la Corota en la laguna de La Cocha (Nariño) 16
FUENTE. PAT CORPOAMAZONIA 2007-2009 y PAT CDA 2007-2009

3.1. RESGUARDOS INDÍGENAS DE LA AMAZONIA COLOMBIANA

Un Resguardo Indígena es una Institución legal y sociopolítica de carácter especial,


conformada por una comunidad o parcialidad indígena, que con un título de propiedad
comunitaria, posee su territorio y se rige para el manejo de éste y de su vida interna, por
una organización ajustada al fuero indígena o a sus pautas y tradiciones culturales.

Mapa 17. Resguardos indígenas de la Amazonia colombiana

FUENTE: Instituto SINCHI. SIATAC, 2018

89
En la actualidad, algunos pueblos indígenas se encuentran en situación de pauperización.
Otros soportan los efectos de la tensión y violencia generada por la presencia de grupos
armados cerca o dentro de sus territorios. De todas formas, se ha avanzado en el
reconocimiento de derechos particulares.

En la Amazonia Colombiana existen 185 resguardos indígenas que ocupan una superficie
de 26.217.159 hectáreas, las cuales equivalen al 54,93% del total del territorio amazónico.
Además, 14 de los 185 resguardos ocupan 22.488.337 hectáreas (86%) del total de la
superficie de resguardos indígenas en la Amazonía (Instituto SINCHI. SIATAC, 2018).

3.2. ÁREAS DEL SISTEMA NACIONAL DE ÁRAS PROTEGIDAS DE LA AMAZONIA


COLOMBIANA – SINAP

El gobierno nacional dentro de sus estrategias para la conservación in situ de la diversidad


biológica, ha declarado desde mediados del siglo XX áreas protegidas con diversas
categorías y formas de administración, para garantizar así la preservación los recursos
naturales pero fue solo con la expedición del Decreto 2372 de 2010 (compilado en el
Decreto Reglamentario 1076 de 2015 del Sector Ambiente y Desarrollo Sostenible) que
se crea el Sistema Nacional de Áreas Protegidas – SINAP y las categorías que lo
conforman.

Este decreto define un área protegida como el “área definida geográficamente que haya
sido designada, regulada y administrada a fin de alcanzar objetivos específicos de
conservación”. En este sentido, estableció las siguientes categorías de áreas protegidas
que hacen parte del SINAP: las del Sistema de Parques Nacionales Naturales, las
Reservas Forestales Protectoras, los Parques Naturales Regionales, los Distritos de
Manejo Integrado, los Distritos de Conservación de Suelos, y las Áreas de Recreación.

Igualmente, define el SINAP como el conjunto de áreas protegidas, los actores sociales e
institucionales y las estrategias e instrumentos de gestión que las articulan, que
contribuyen como un todo al cumplimiento de los objetivos generales de conservación del
país.

En este contexto, los objetivos generales de conservación del país “son los propósitos
nacionales de conservación de la naturaleza, especialmente la diversidad biológica, que
se pueden alcanzar mediante diversas estrategias que aportan a su logro. Las acciones
que contribuyen a conseguir estos objetivos constituyen una prioridad nacional y una tarea
conjunta en la que deben concurrir, desde sus propios ámbitos de competencia o de
acción, el Estado y los particulares”.

Los objetivos generales de conservación del país son:

 Asegurar la continuidad de los procesos ecológicos y evolutivos naturales para


mantener la diversidad biológica.

90
 Garantizar la oferta de bienes y servicios ambientales esenciales para el bienestar
humano.
 Garantizar la permanencia del medio natural, o de algunos de sus componentes, como
fundamento para el mantenimiento de la diversidad cultural del país y de la valoración
social de la naturaleza.

Actualmente existen en la Amazonia colombiana diferentes categorías de áreas que hacen


parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas públicas: parques nacionales naturales,
reservas nacionales naturales, y distritos de manejo especial, cuya extensión cubre
13.351.551 de hectáreas que corresponde al 27,6% del territorio amazónico. En cuanto a
los parques nacionales naturales se encuentran 12 áreas de las 59 que conforman
actualmente el Sistema de Parques Nacionales Naturales de Colombia.

Cuadro 9. Áreas del Sistema Nacional de Áreas Protegidas en la Amazonia

PARQUES NACIONALES NATURALES - PNN


Extensión
Departamento Nombre Resolución y fecha de creación Localización
(ha)
Acuerdo No. 40 de 30-091975, aprobado Municipios de Leticia y Puerto
con Resolución Ejecutiva 0283 de octubre Nariño y el corregimiento
de 1975 declara 170.000 ha como departamental de Tarapacá.
AMACAYACU parque. 293.500
Acuerdo No. 92 de 15-12-1987 aprobado
con Resolución Ejecutiva 92 de 11-02-
1989 a su extensión actual.
Resolución Ejecutiva 190 del 19 de Corregimiento departamental La
AMAZONAS CAHUINARÍ 575.5000
octubre de 1987 Pedrera
Resolución No. 0764 del 5 de agosto de Corregimientos departamentales
RÍO PURÉ 2002 del 999.880 de La Pedrera, Tarapacá y Arica.
Ministerio de Ambiente
Amazonas: corregimientos
YAIGOJÉ Resolución 2079 del 27 de Octubre de departamentales de Mirití-
1.056.023
APAPORIS 2009 Paraná, La Victoria y La Pedrera.
Vaupés: municipio de Taraira.
Resolución No. 198 de 2002 del Ministerio Municipios de San José del
ALTO FRAGUA
de 77.336 Fragua y Belén de los Andaquíes
INDI WASI Ambiente
Acuerdo No. 045 del 2109-1989 del Caquetá: municipios de Solano,
INDERENA, aprobado con Resolución San Vicente del Caquán y
Ejecutiva 120 de 21-09-1989 de Cartagena del Chairá.
SERRANÍA DE MINAGRICULTURA. Guaviare: municipio de Calamar,
Ampliación: Resolución 1038 de 2013 y 4.268.095 San José del Guaviare y
CHIRIBIQUETE
1273 de 2014 del Ministerio de Ambiente Miraflores.
y Desarrollo Sostenible - MADS.
CAQUETÁ
Ampliación: Resolución 1256 de 2018 del
MADS.
Acuerdo No. 018 del 02-05-1977 del Meta: municipio de La Uribe
CORDILLERA
INDERENA, aprobado con Resolución Caquetá: municipio de San
DE LOS Ejecutiva 157 del 02-06-1977 de 294.319 Vicente del Caguán.
PICACHOS MINAGRICULTURA.
Huila: municipio de Acevedo con
CUEVA DE LOS 5.973,93 ha.
Decreto 2631 de 1960 1.161
GUÁCHAROS Caquetá: municipio de San José
del Fragua con 1.161 ha.

91
Acuerdo No. 015 de 25-04-
1984 del INDERENA, aprobado con
LA PAYA Resolución Ejecutiva 160 del 24—08- 422.000 Municipio de Puerto Leguízamo
1984 de
MINAGRICULTURA
Resolución 1311 del 23 de julio de 2007 Caquetá: municipio de San José
PUTUMAYO
del Ministerio de Ambiente, Vivienda y del Fragua.
SERRANÍA DE Desarrollo Territorial. Cauca: municipios de Piamonte y
LOS 97.189 Santa Rosa.
CHURUMBELOS Huila: municipios de Acevedo y
Palestina
Putumayo: municipio de Mocoa.
Decreto-Ley 1989 del 1 de septiembre de Municipios de La Macarena,
SERRANÍA DE
1989. 629.280 Mesetas, Vistahermosa, San
LA MACARENA
META Juan de Arama, y Puerto Rico.
Decreto-Ley 1989 del 1 de septiembre de Municipios de Mesetas y la
TINIGUA 208.000
1989. Macarena.
TOTAL ÁREA PNN 8.922.283

RESERVAS NACIONALES NATURALES


Extensión
Departamento Nombre Resolución y fecha de creación Localización
(ha)
Acuerdo No. 27 de septiembre de 1989 860.000 Municipio de San José del
GUAVIARE NUKAK
Guaviare
Municipio de Puerto Inírida,
GUAINIA PUINAWI Resolución 123 de septiembre de 1989 1.092.500 corregimientos de Morichal,
Pana-Pana y Puerto Colombia
TOTAL ÁREA RNN 1.952.500
PARQUE REGIONAL NATURAL
Extensión
Departamento Nombre Resolución y fecha de creación Localización
(ha)
Miraflores y Acuerdo 14 de 2018 del Consejo 106.554 Municipios de Florencia, La
Picachos Directivo de CORPOAMAZONIA Montañita, El Paujil, El Doncello,
CAQUETÁ
Puerto Rico y San Vicente del
Caquán
DISTRITO DE MANEJO ESPECIAL
Extensión
Departamento Nombre Resolución y fecha de creación Localización
(ha)
Distrito de Departamentos del Meta y del
META - Manejo Integral- Guaviare en el Área de Manejo
Decreto-Ley 1989 de septiembre de 1987. 2.360.010
GUAVIARE DMI Ariari- Especial de la Macarena - AMEM
Guayabero
SANTUARIO DE FLORA
Extensión
Departamento Nombre Resolución y fecha de creación Localización
(ha)
PUTUMAYO Plantas Putumayo: municipio de Orito
medicinales Orito Resolución 0994 del 16 Junio 2008 10.204,26 Nariño: municipios de Funes y
Ingi- Andé Pasto
TOTAL SUPERFICIE DEL SISTEMA NACIONAL DE ÁREAS PROTEGIDAS
13.351.551
DE LA AMAZONIA COLOMBIANA
FUENTE. Unidad Administrativa Especial de Parques Nacionales Naturales, 2018 y SINCHI-SIATAC, 2018

En estas áreas protegidas, las principales amenazas están relacionadas con la ocupación
de tierras dentro de ellas y la transformación de ecosistemas complejos a sistemas de
estructuras más sencillas (mono cultivos y paraderas, acompañados de la introducción de
especies foráneas). Dentro de estos monocultivos, la implantación de cultivos de uso ilícito
y su posterior erradicación por fumigación, son causas de la destrucción tanto de los
ecosistemas naturales como de la vocación de los suelos.

92
Mapa 18. Áreas protegidas de la Amazonia colombiana

FUENTE: Salazar y Riaño, 2015

3.4. RESERVA FORESTAL DE LA AMAZONIA

La Reserva Forestal de la Amazonia - RFA fue creada por la Ley 2 de 1959 para el
desarrollo de la economía forestal y la protección de los suelos, las aguas y la vida
silvestre. La superficie de la Reserva inicialmente fue de 43.959.737 hectáreas de las
cuáles se han sustraído 7.771.601 hectáreas (equivalente al 17,7% aproximadamente),
quedando actualmente una superficie de Reserva de 36.188.136 hectáreas que
corresponde al 74,9% de la región amazónica.

La RFA se localiza en los siguientes departamentos: Amazonas, Caquetá, Cauca,


Guainía, Guaviare, Putumayo, Vaupés y Huila (éste último no pertenece a la región
amazónica).

El artículo 210 del Decreto-Ley 2811 de 1974 establece que si en área de reserva forestal,
por razones de utilidad pública o interés social, es necesario realizar actividades
económicas que impliquen remoción de bosques o cambio en el uso de los suelos o

93
cualquiera otra actividad distinta del aprovechamiento racional de los bosques, la zona
afectada deberá, debidamente delimitada, ser previamente sustraída de la reserva.
También se podrán sustraer de la reserva forestal los predios cuyos propietarios
demuestren que sus suelos pueden ser utilizados en explotación diferente de la forestal,
siempre que no se perjudique la función protectora de la reserva.

Cuadro 10. Áreas de sustracción de la Reserva Forestal de la Amazonia – RFA


OBJETO DE LA SUSTRACCIÓN ÁREA (ha) LOCALIZACIÓN
Asentamiento de Colonos 53.000 Amazonas (Leticia)
Asentamiento de Colonos e indígenas 61.000 Amazonas (Leticia)
Servicio público de defensa nacional y vigilancia de Amazonas: Tarapacá (45 ha) y La
143
fronteras Pedrera (89 ha)
Colonización Militar 17.300 Caquetá (Solano)
Resguardos indígenas y asentamiento de colonos 1.500.000 Caquetá y Amazonas
Asentamiento de colonos Pato-Balsillas 64.640 Caquetá (San Vicente del Caguán)
Asentamientos de colonos 367.500 Caquetá (San Vicente del Caguán)
Colonización militar 50.000 Caquetá (San Vicente del Caguán)
Corredor vial carretera San Vicente-Neiva 81,1 Caquetá (San Vicente del Caguán)
Caquetá (San Vicente del Caguán y
Asentamientos de colonos 686.250
Puerto Rico)
Corredor vial carretera Florencia-Suaza 272,4 Caquetá (Florencia)
Asentamientos de colonos 126.405 Guainía (Barrancominas e Inírida)
Asentamientos de colonos 107.000 Guainía (Inírida)
Guaviare (Calamar, El Retorno y del
Reservas indígenas 473.566
Guaviare)
Redefinición de límites del área sustraída 454.614 Guaviare (San José del Guaviare)
Resguardo indígenas Guayaberos 13.250 Guaviare (San José del Guaviare)
Colonización Militar 121.840 Putumayo (Puerto Leguízamo)
Asentamiento de Colonos 3.645.000 Putumayo y Caquetá
Servicio público de defensa nacional y vigilancia de
240 Putumayo (Puerto Leguízamo)
fronteras
Resguardos indígenas comunidades La
10.960 Putumayo (Puerto Leguízamo)
Samaritana y Jirijirí
Áreas de suelo urbano, suelo de expansión urbana
79,55 Vaupés (Carurú)
y los terrenos de la infraestructura y equipamientos
Construcción de capillas, escuelas, internados,
casas para los trabajadores, y para actividades 13.993,2 Vaupés (Mitú)
agrícolas y ganaderas
Áreas de suelo urbano, suelo de expansión urbana
350,8 Vaupés (Mitú)
y los terrenos de la infraestructura y equipamientos
Áreas de suelo urbano, y de expansión urbana 47 Vaupés (Taraira)
Adjudicación de baldíos 4.069,1 Vaupés (Mitú)
TOTAL ÁREA SUSTRAÍDA 7.771.601
FUENTE: CORPOAMAZONIA, CDA, Instituto SINCHI-SIATAC, 2018

La Reserva Forestal de la Amazonia alberga una variedad de ecosistemas que van desde
el piso basal hasta el piso andino, con una topografía variada, desde zonas ligeramente

94
planas y disectadas hasta las formas montañosas de la vertiente oriental de las cordilleras
Centro-Oriental y Oriental. En la Reserva se encuentra una importante extensión bajo
cobertura boscosa aún sin intervenir sobre 31.028.944 hectáreas, que constituyen más
del 80% de la Reserva Forestal donde se resguarda una de las mayores muestras de la
rica biodiversidad del país.

Mapa 19. Sustracciones de la RFA

Instituto SINCHI-SIATAC, 2019

Cerca del 76% de la Reserva se encuentra el bosque basal amazónico cubriendo


28.243.639 hectáreas.

Los procesos de deforestación incontrolada vienen afectando la RFA en la mayor parte de


los departamentos, principalmente en Caquetá, Meta, Guaviare y Putumayo.

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible mediante las Resoluciones 1925 de


2013 y 1277 del 2014, adoptó la siguiente zonificación y el ordenamiento de la RFA.

Zona tipo A. Zonas que garantizan el mantenimiento de los procesos ecológicos básicos
necesarios para asegurar la oferta de servicios ecosistémicos, relacionados
principalmente con la regulación hídrica y climática; la asimilación de contaminantes del
aire y del agua; la formación y protección del suelo; la protección de paisajes singulares y
de patrimonio cultural; y el soporte a la diversidad biológica.

95
Zona Tipo B. Zonas que se caracterizan por tener coberturas favorables para un manejo
sostenible del recurso forestal mediante un enfoque de ordenación forestal integral y la
gestión integral de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos.

Zona Tipo C. Zonas que por sus características biofísicas ofrecen condiciones para el
desarrollo de actividades productivas agroforestales, silvopastoriles y otras compatibles
con los objetivos de la Reserva Forestal, que deben incorpora el componente forestal, y
que no implique la reducción de las áreas de bosque natural presentes en sus diferentes
estados sucesionales.

3.5. TERRITORIO Y TERRITORIALIDAD EN LA AMAZONIA

En geografía el territorio designa, en primera instancia, “un espacio geográfico calificado


por una pertenencia jurídica” (George, 1994 citado por Rodríguez, 2010), es decir, es un
espacio político donde se ejerce la autoridad de un Estado (como el territorio colombiano)
o de una entidad administrativa de menor escala (territorio municipal, departamental, o
indígena). La palabra posteriormente evolucionó al concepto de “espacio apropiado”, con
una conciencia implícita de apropiación (Brunet y otros, 1992 citado por Rodríguez, 2010).
De allí la territorialidad corresponde al modo de apropiación y a la relación establecida
entre el hombre, la sociedad y el espacio terrestre. En este sentido, Montañez (2001)
citado por Rodríguez (2010), afirma que el territorio es “un concepto relacional que insinúa
un conjunto de vínculos de dominio, de poder, de pertenencia o de apropiación entre una
porción o la totalidad del espacio geográfico y un determinado sujeto individual y colectivo”
Es el espacio geográfico revestido de dimensiones políticas, afectivas y de identidad, o de
su sumatoria (Rodríguez, 2010).

Montañez define que la “territorialidad es el grado de control de una determinada porción


de espacio geográfico por una persona, un grupo social, un grupo étnico, una compañía
multinacional, un estado o un bloque de estados” (Montañez, 1997 citado por Rodríguez,
2010). Este concepto se complementa con el análisis de Lobato Correa (1996) citado por
Rodríguez (2010), quien hace referencia al conjunto de prácticas y a sus expresiones
materiales y simbólicas capaces de garantizar la apropiación y permanencia de un
determinado territorio por un determinado agente social o Estado, los diferentes grupos
sociales y las empresas.

Claval (1966) citado por Rodríguez (2010), en una perspectiva de corte postmoderno,
señala que la territorialidad no es solamente una cuestión de apropiación de un espacio
por un estado o por cualquier grupo de poder, sino también de pertenencia a un territorio
a través de un proceso de identificación y de representación, bien sea colectivo o
individual, que muchas veces desconoce las fronteras políticas o administrativas clásicas.
De acuerdo con el profesor Gustavo Montañez, etimológicamente, la palabra territorio
viene del vocablo latín terra torium que significa la tierra que pertenece a alguien. Por
tanto, siempre que designamos un territorio, estamos asumiendo, aun de manera implícita,
la existencia de un espacio geográfico y de un sujeto individual o colectivo que ejerce

96
sobre él cierto dominio: una relación de poder, una calidad de poseedor o una facultad de
apropiación (Duarte y Castaño, 2017). Es decir, el territorio y la territorialidad tienen una
relación indisoluble y consustancial.

La relación de pertenencia o apropiación no se refiere solo a vínculos de propiedad, sino


también a aquellos lazos subjetivos de identidad, pertenencia y afecto existentes entre el
sujeto y su espacio vital. Entonces, la territorialidad se asocia con apropiación y ésta con
identidad y afectividad espacial, que se combinan definiendo territorios apropiados de
derecho, de hecho y afectivamente (Montañez y Delgado, 1998).

En ese orden de ideas, en la Amazonia colombiana coexisten varias lógicas o visiones del
territorio y por tanto, de la territorialidad. La lógica del Estado colombiano, la lógica de las
comunidades indígenas, la lógica de los productores campesinos, la lógica de los
ganaderos, la lógica de las bandas criminales (incluida las disidencias de las FARC), y la
lógica de los paramilitares. Estas múltiples lógicas corresponden al carácter de la
configuración histórica, multiétnica y pluricultural de la Amazonia como también a la lucha
por el poder y el control de la región. En algunos casos, las territorialidades se yuxtaponen
generando graves conflictos sociales.

Por ejemplo, la superposición de la territorialidad estatal sobre la territorialidad indígena,


así como la presencia de una territorialidad dada por los grupos al margen de la ley. La
territorialidad estatal reproduce las estructuras políticas y económicas capitalistas, que
perpetúan las desigualdades estructurales y mantienen subordinadas a las poblaciones
locales (indígenas, colonos y campesinas) mientras que la territorialidad de los grupos al
margen de la ley genera violencia, pérdida de identidad cultural, y desplazamiento forzoso.

Para el Estado, la Amazonia es parte del territorio colombiano bajo el concepto


constitucional del Estado unitario, regional y autónomo. No obstante, el Estado ha jugado
un rol coyuntural y poco significativo en su organización social, económica y política.
Solamente, la Amazonia tuvo significación para el Estado colombiano cuando se comenzó
a extraer los recursos naturales allí existentes desde finales del siglo XIX.

La relación estrecha que existió a comienzos del siglo XX entre la fundación de pueblos,
las misiones y las guarniciones militares, es un indicador que sirve para interpretar la
política gubernamental de colonización e integración social y económica de la Amazonia
al Estado (Domínguez, 1994).

Para las poblaciones indígenas el territorio es el espacio que ha dado nacimiento a sus
etnias en el cual se articulan todos los aspectos de su cultura: economía, salud, educación,
estructura social y política, es el ámbito primordial de sustentación y reproducción colectiva
de su vida material, social, política y cultural y como tal representa el principal referente
de su identidad, y la territorialidad no se limita únicamente a una ocupación y apropiación
del bosque y sus recursos, pues la trama de las relaciones sociales trasciende el nivel
empírico y lleva a que las técnicas y estrategias de manejo del ambiente no se puedan

97
entender sin los aspectos simbólicos a los que están asociadas y que se articulan con
otras dimensiones. Lo territorial gira en torno a las relaciones entre los territorios étnicos,
definidos desde el mito y el sistema de parentesco, y la maloca, que establece una
territorialidad local.

De esta manera, la territorialidad indígena engloba todos los aspectos de la vida pasada,
actual y futura y actúa como un concepto central que determina y explica los demás
componentes de su vida social, su cultura, su identidad, sus modalidades de adaptación,
así como sus relaciones sociales, con sus semejantes y con los “otros” (seres inmortales
que fundamentan la espiritualidad indígena) según se consagra en Planes Integrales de
Vida de algunos pueblos indígenas.

La defensa del territorio étnico ancestral, también es una dimensión importante de la


territorialidad indígena porque representa una defensa a su supervivencia, sus mitos y
costumbres pero principalmente a su madre tierra. Las luchas de los pueblos indígenas
en defensa de su territorio amenazado bien sea por la desterritorialización o por la
superposición de territorialidades es permanente desde la invasión española del siglo XV
hasta hoy.

Una vez creada la Constitución Política de Colombia en el año 1991, la población indígena
en Colombia comenzó a hacer valer una serie de derechos diferenciales largamente
negados por el Estado en términos territoriales. La dinámica anterior ha tenido lugar
debido a la fortaleza organizativa y a la capacidad de movilización social del movimiento
indígena en regiones específicas de la geografía nacional. Al mismo tiempo, la capacidad
de presión social del movimiento indígena ha venido significando que este sector
poblacional adquiera derechos muy específicos, en comparación a las demás
comunidades rurales de nuestro país (Duarte, 2017).

En relación con la población campesina, según se desprende de los estudios sobre el


poblamiento de la región amazónica, su presencia en ella es relativamente reciente.

Según Brücher (1974), y Cubides, Jaramillo, y Mora (1986), las primeras familias
campesinas llegaron a la región tras la fiebre de la quina y el caucho. Estas primeras
familias se dispersaron por las orillas de los ríos y algunos se ubicaron en los pequeños
asentamientos de caucheros que ya existían en la región.

Los principales pueblos creados en las dinámicas caucheras fueron las poblaciones de
Puerto Asís y Puerto Leguízamo en el Putumayo, Florencia, San Vicente del Caguán y
Belén de los Andaquies en el Caquetá, San José del Guaviare y Calamar en el Guaviare
y Mitú en el Vaupés (Delgado, 2012).

Este lento proceso de ingreso campesino a la región, se vio fortalecido durante los años
treinta, luego que el gobierno colombiano decidió intervenir directamente en la región
amazónica, a raíz de los conflictos fronterizos que durante este período se acentuaron con

98
el Perú. Se establecieron en la región centros militares de importancia, como las bases de
marina de Puerto Leguízamo y la Tagua (cerca de la frontera con el Perú) y la base de
defensa aérea de Tres Esquinas (Brücher, 1974). Con una visión estrictamente militar, se
impulsaron 158 colonias campesinas que sirvieron de apoyo a las nuevas compañías
militares (Ramírez, 1993).

Con esta lógica geoestratégica y económica, en la Amazonia colombiana se construyeron


las carreteras Pasto-Mocoa y Neiva- Altamira–Florencia (Caquetá), que al tiempo que
comunicaron a la región con el interior del país, posibilitaron que el proceso colonizador
en pequeña escala (que tenía lugar desde comienzos de siglo) adquiriera mayor
importancia (Brücher, 1974). Estos nuevos focos de colonización satisfacían las
necesidades alimenticias de las fuerzas militares que hacían presencia en el área y, poco
a poco, atrajeron a nuevas familias de campesinos que, por filiación familiar o amistad,
tuvieron noticia de los nuevos frentes de colonización en la Amazonia (Delgado, 2012).

Estos nuevos habitantes de la Amazonia colombiana, al tiempo que establecieron


economías domésticas con una pequeña producción agropecuaria excedentaria para el
abastecimiento de los mercados locales, su sumaron: a las prácticas de extracción
cauchera (que tuvo otro pequeño auge durante la segunda guerra mundial); a la extracción
de maderas, principalmente el cedro; a la caza de animales para la exportación de sus
pieles y cueros a Europa y los Estados Unidos (esta actividad se conoció en Colombia con
el nombre de tigrilleo), y a la extracción del recurso hidrobiológico para abastecer a Bogotá
y sus poblaciones vecinas (Cubides, Jaramillo, y Mora, 1986; y Ramírez, 1993).

El proceso de asentamiento campesino durante la primera mitad del siglo XX, entonces,
fue poco significativo en la Amazonia y estuvo ligado fundamentalmente a las avanzadas
misioneras, a la definición estatal de las fronteras y a la economía extractiva del caucho,
maderas, pieles y pescado seco.

Con la caída de la fiebre agroexportadora y el advenimiento posterior de la “sustitución de


importaciones”, la región amazónica fue receptora para los años cincuenta y sesenta del
siglo XX de inmensas corrientes de campesinos que fueron desalojados de sus territorios
en el área andina y obligados a emigrar hacia nuevos territorios, entre ellos los bañados
por los ríos Orinoco y Amazonas (Delgado, 2012).

En ese proceso colonizador, algunas veces impulsado por el Estado y otras por escapar
a la violencia y al desalojo del interior del país, los campesinos se sumaron a la
construcción del territorio amazónico, unas veces acaparando tierras baldías y otras
disputándole las tierras a los pueblos indígenas, con una visión del territorio para la
reproducción de sus patrones culturales, para la extracción de recursos naturales, y para
la producción de alimentos para el mercado (ganado y cultivos).

99
CAPITULO 2
CARACTERIZACIÓN SOCIOECONÓMICA

1. LA POBLACIÓN

La población total de la Amazonia colombiana asciende a 1.363.544 habitantes, de los


cuales la población indígena participa con 153.525 habitantes (11,3%), la población no
indígena alcanza los 1.182.003 habitantes (86,6%), y la afrocolombiana con unos 28.016
habitantes (2,1%) (Salazar y Riaño, 2016).

1.1. POBLACIÓN INDÍGENA

La Amazonia colombiana ha sido el territorio tradicional de numerosos pueblos indígenas,


los cuales han ocupado esta selva húmeda desde hace por lo menos 12.000 años, aunque
las artes rupestres halladas en la Serranía de la Lindosa en el Parque Nacional Natural
Serranía de Chiribiquete datan de unos 19.000 años (en forma preliminar).

Por esta razón se puede afirmar que la cultura amazónica es milenaria y multiétnica. En
su cosmovisión se encuentran desarrollados innumerables conocimientos sobre su
entorno y sistemas elaborados de uso y manejo de los recursos naturales de manera
apropiada para la subsistencia e intercambio comunitario, pero no adaptados a sistemas
económicos orientados a la acumulación de capital y generación de excedentes de
producción.

En la Amazonia el concepto de territorio es el eje fundamental para la comprensión de la


relación entre los pueblos indígenas y la naturaleza, basada en el conocimiento mítico y
tradicional indígena que no sólo implica el desarrollo de modelos cosmológicos propios,
sino que también involucra una particular sabiduría en relación con la conservación y el
manejo de la biodiversidad, y la aplicación tanto de técnicas tradicionales como de
adaptaciones y creaciones producto de la experiencia contemporánea. Este conocimiento
se torna vital para la sobrevivencia y el desarrollo de los pueblos indígenas, a través de la
aplicación de estrategias culturales adaptativas.

Desde comienzos del siglo pasado (siglo XX), los pueblos indígenas amazónicos han
vivido procesos diferenciales de conservación y reproducción cultural, así como la
violencia, desestructuración social, territorial y cultural, como producto tanto de coyunturas
económicas (por ejemplo, ciclos extractivos o bonanzas) como ideológicas (por ejemplo,
procesos de evangelización), e igualmente resultantes de diversos procesos de
articulación a intereses geopolíticos nacionales e internacionales. Ante estos procesos
que han determinado la relación de los pueblos indígenas con el resto de la nación
colombiana, la propuesta de los indígenas ha sido la construcción social y la recuperación
cultural. Este proceso se ha acentuado en los últimos años, expresándose en movimientos
de recomposición y revitalización étnica. Los pueblos indígenas han asumido también
expresiones organizativas regionales y zonales, producto de movimientos sociales

100
indígenas que han surgido para dar cuenta de sus características socioculturales y
políticas particulares.

Ante las grandes transformaciones de la humanidad fundamentalmente con relación a las


culturas y la base natural de recursos, es creciente el interés internacional por el presente
y futuro de los pueblos indígenas de la Amazonia; por conocer y reconocer su diversidad
cultural en lo relacionado con los diferentes hábitats, de manera que la humanidad, en
general, gane en perspectiva frente al uso y manejo de los recursos naturales. Ello ha
implicado el paulatino reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas a sus
territorios, a su cultura, a la autogestión de proyectos de desarrollo.

Alrededor de 62 pueblos indígenas habitan actualmente en la Amazonia, distribuidos por


toda la región (ONIC, 2011). Su presencia y su dinámica poblacional son desigual,
dependiendo de los procesos de articulación con la sociedad nacional, así como de sus
propias dinámicas culturales.

Los departamentos con mayor presencia de población indígena son: Amazonas y


Putumayo.

En total son 10 las familias lingüísticas en que se agrupan estos pueblos:

Cuadro 11. Familias lingüísticas


FAMILIA %
Arawak 15,97
Bora 3,63
Caribe 0,29
Chocó 0,67
Guahíbo 9,08
Nukak - Makú 5.83
Quechua 5,07
Witoto 10,13
Sáliba – Piaroa 1,53
Tucano 33,56
Independientes 14,24
FUENTE: Atlas Cultural de la Amazonia, 1989

En tiempos precolombinos estas poblaciones ocupaban densamente los territorios


amazónicos, y mantenían diversos intercambios y comercio entre muchas de sus
etnias. Las áreas de intercambio se extendían también hacia la región andina y las
tierras bajas de la Amazonia. Las poblaciones indígenas se vieron fraccionadas y
reducidas a “islas o archipiélagos” a partir de la conquista; persisten sin embargo,
algunas relaciones interétnicas entre los grupos supervivientes.

101
Cuadro 12. Pueblos indígenas de la Amazona colombiana

FUENTE: ONIC, 2018

Las sociedades nativas de la Amazonia continúan siendo afectadas por altos niveles de
exclusión dentro de la sociedad regional y nacional, no son reconocidas como sujetos
colectivos de derechos políticos, sociales y culturales, por limitaciones, omisiones o
incoherencia en la actuación del Estado colombiano para cumplir con sus funciones y
obligaciones constitucionales. Esta exclusión afecta todos los ámbitos de su vida individual

102
y colectiva, las ha colocado en condición de alta vulnerabilidad social y demográfica
poniendo en riesgo su supervivencia futura (Universidad Nacional de Colombia. Sede
Amazonia, 2012).

Un porcentaje cada vez más significativo de la población indígena de la Amazonia


colombiana vive en las capitales departamentales y en las cabeceras de los centros
urbanos más importantes, llegando a constituirse mayoría de la población en algunos
pocos municipios como Santiago en el valle de Sibundoy en el Putumayo o Puerto Nariño
en el Amazonas.

La mayor parte de la población indígena que habita en cercanías o dentro de estos centros
urbanos ha sufrido un prolongado proceso de desterritorialización y enfrenta las
dificultades propias del medio urbano amazónico, como el hacinamiento, la informalidad,
la ausencia total de servicios públicos, de educación y salud, así como la discriminación,
la ausencia de oportunidades y, en general, la desprotección estatal.

Los indígenas constituyen uno de los grupos más invisibles de la población de estas
ciudades y quienes viven en condiciones más precarias. Sin territorio, sin chagras para el
cultivo de sus alimentos y sin espacios para expresar y reproducir su socialidad,
constituyen una de las porciones más vulnerable dentro de la población indígena, en
términos de la fragmentación social y la pérdida de su identidad y su cultura (Universidad
Nacional de Colombia. Sede Amazonia, 2012).

1.1.1 Patrones de Asentamiento. Las poblaciones indígenas actualmente existentes en


la Amazonia Colombiana, en mayor o menor grado de contacto con la sociedad nacional,
se encuentran dispersas en el territorio amazónico, con patrones de asentamientos
propios o impuestos por la población blanca.

Los indígenas de la Amazonia, expresan varios modelos de asentamiento, característicos


de esta región.

Aunque en el pasado, durante varios milenios las bandas de recolectores y cazadores


abundaron, hoy en día sólo existe la familia Nukak-Makú que mantiene el nomadismo en
bandas, como patrón, está a punto de desaparecer al ser contactados por la cultura
occidental. Desde hace unos tres milenios, la pauta general es la habitación semi-
sedentaria, propia del ecotipo del sistema de tala y quema en las culturas de la selva
húmeda tropical, lo cual, generalmente, no permite asentamientos sedentarios
permanentes, nucleados y de más de unas 500 a 1.000 personas. Los suelos ácidos y
pobres en nutrientes de gran parte de la Amazonia Colombiana, sólo permitieron en el
pasado y permiten en el presente, un uso itinerante de siembra y rastrojo, con
asentamientos estacionarios en torno a un gran territorio que posibilita una corta utilización
de las tierras de algunas áreas, mientras que la otra parte, se deja descansar para
regenerar los nutrientes, la flora y la fauna, para ser reutilizadas tan pronto ofrezcan las
condiciones para hacerlo.

103
Los actuales asentamientos forman familias extensas y no propiamente poblaciones
porque sus formas económicas no producen para un mercado y más bien tienden a
guardar un equilibrio del medio. El influjo de colonos, campesinos y terratenientes, ha
obligado a las comunidades a desplazamientos forzosos a regiones donde el Estado les
ha asignado un territorio bajo la modalidad de Resguardo y Reservas Indígenas para
poder garantizar su supervivencia. A pesar de ello la población indígena está
disminuyendo especialmente por el proceso de aculturación.

1.1.2 Tenencia de la Tierra. En la Amazonia Colombiana existen cinco formas indígenas


de tenencia de la tierra plenamente identificadas: Los Resguardos, Las Reservas, las
Comunidades Indígenas Civiles, Territorios Comunales y Posesiones Individuales.

Los Resguardos y las Reservas son las modalidades de tenencia de la tierra más
importantes y numerosas y es donde se encuentra la mayor parte la población indígena
de la Amazonia. En la actualidad, existen 185 resguardos en la región Amazónica.

Cuadro 13. Dominio territorial indígena


POBLACIÓN SUPERFICIE PARTICIPACIÓN
PARTICIPACIÓN NÚMERO DE
DEPARTAMENTO INDÍGENA RESGUARDOS TOTAL
(%) RESGUARDOS
(2015) (ha) AMAZONIA (%)
AMAZONAS 30.878 20,11 26 9.266.686 19,42
CAQUETÁ 8.826 5,75 34 414.613 0,87
CUACA 1.710 1,11 8 6.433 0,01
GUAINÍA 17.858 11,63 29 7.146.701 14,97
GUAVIARE 11.086 7,22 23 1.587.542 3,33
META 4.127 2,69 7 1.601.746 0,05
NARIÑO 6.881 4,48 2 23.423 0,50
PUTUMAYO 29.896 17,52 46 238.574 0,50
VAUPÉS 20.470 13,33 3 4.660.245 9,76
VICHADA 21.793 14,20 8 1.271.197 2,66
TOTAL 153.525 100,00 185 26.217.159 54,93
FUENTE: ARANGO, R. y SÁNCHEZ, 1998; CORPOAMAZONIA, 2018, SALAZAR Y RIAÑO, 2016 y CDA, 2018

La superficie de los resguardos indígenas suma un área de 26.217.159 hectáreas,


equivalentes al 54,93% de la superficie total de la región amazónica. Los territorios
indígenas constituyen la mayor reserva de diversidad cultural de la Amazonia y de
conservación, hogar y sustento de vida de las comunidades que se han asentado en la
selva desde épocas anteriores a la llegada de los españoles.

104
Figura 23. Población y superficie de los resguardos por departamento

FUENTE: El autor con base en el cuadro anterior, 2018

La Constitución Política de Colombia de 1991 en Artículo 286 establece como “Entidades


Territoriales a los departamentos, distritos, municipios y territorios indígenas”; “que gozan
de autonomía para la gestión de sus intereses; y dentro de los límites de la constitución
tienen derecho a administrar los recursos y establecer los tributos necesarios para el
cumplimiento de sus funciones (Artículo 287)”.

Por su parte el Parágrafo 2, del Artículo 37 de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial


1450 de 2011, estipula que “en virtud de lo establecido en el artículo 329 de la Constitución
Política, el Gobierno Nacional presentará al Congreso de la República, dentro de los diez
(10) meses siguientes a la vigencia de la presente ley, el proyecto de ley especial que
reglamente lo relativo a la conformación de las Entidades Territoriales Indígenas,
acogiendo los principios de participación democrática, autonomía y territorio, en estricto
cumplimiento de los mecanismos especiales de consulta previa, con la participación de
los representantes de las comunidades indígenas y de las comunidades afectadas
beneficiadas en dicho proceso”. Hasta la fecha (febrero de 2019) el Congreso no ha
legislado aún sobre este tema.

No obstante, el Gobierno Nacional expidió el Decreto 1953 de 2014, por el cual se crea
un régimen especial con el fin de poner en funcionamiento los Territorios Indígenas
respecto de la administración de los sistemas propios de los pueblos indígenas hasta que
el Congreso expida la ley que trata el artículo 329 de la Constitución Política.

El Artículo 3 establece que “los Territorios Indígenas podrán ponerse en funcionamiento,


de manera transitoria, de conformidad con las disposiciones del presente Decreto,
mientras el Congreso expide la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial que crea las
entidades territoriales indígenas. Dichos territorios podrán entrar en funcionamiento en los
siguientes casos:

105
 Cuando un resguardo constituido por el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural,
INCODER, o su antecesor el Instituto Colombiano de Reforma Agraria, INCORA, tenga
sus linderos claramente identificados.
 Cuando un resguardo de origen colonial y republicano haya iniciado un proceso de
clarificación que permita determinar sus linderos.
 Cuando respecto de un área poseída de manera exclusiva, tradicional, ininterrumpida
y pacífica por los pueblos, comunidades, o parcialidades indígenas que tenga un
gobierno propio, se haya solicitado titulación como resguardo por las respectivas
autoridades.
 Cuando una o más categorías territoriales de las enunciadas en los numerales
anteriores decidan agruparse para efectos de lo previsto en el presente Decreto.

La reglamentación de las Entidades Territoriales Indígenas – ETIs, creadas en la


Constitución de 1991, constituye para los pueblos indígenas uno de sus proyectos
históricos más importantes. Para ellos, la autonomía política y administrativa que la
Constitución Política les delegó les permite redefinir sus relaciones con el Estado y
construir conjuntamente la región con propósitos comunes que garanticen el mejoramiento
de la calidad de vida de todas las poblaciones, sean indígenas o mestizas.

1.2. POBLACIÓN NO INDÍGENA

La población no indígena de la Amazonia Colombiana está representada por los


inmigrantes del interior del país que en diferentes oleadas llegaron a la región, motivados
algunos por la abundancia de recursos naturales y otros, por escapar a los problemas de
la violencia, desempleo y carencia de tierras o porque fueron desplazados por la
descomposición de la economía campesina generada en el proceso de concentración y
especulación fundiaria y en la modernización de agricultura; también está constituida por
las generaciones de población nacida en la misma región, hijos de migrantes y
colonizadores.

La gran mayoría de la población no indígena vive en asentamientos humanos nucleados


(ciudades, centros poblados, caseríos), ubicados principalmente a lo largo de la carretera
Marginal de la Selva, los cuales albergan aproximadamente la mitad de la población
amazónica.

1.2.1. La Colonización. La dinámica poblacional y de ocupación de la Amazonia


colombiana se ha caracterizado por sucesivos procesos de colonización, iniciados a partir
de la década de los treinta y específicamente en 1932, cuando el conflicto con el Perú
define la suerte de la colonización lenta y esporádica que hasta ese año se venía
presentando en la región. La construcción de las carreteras Pasto-Mocoa y Altamira-
Florencia, abrieron las puertas de la Amazonia al resto del país por su sector occidental:
la vertiente oriental de la cordillera Oriental.

106
La intensidad de la colonización fue progresiva hasta tornarse en una avalancha a partir
de 1950 debido a la violencia política del interior del país.

Desde esa década, la colonización se fomentó por parte del Estado como válvula de
escape a los conflictos sociales del interior del país (en 1959 se realizó la colonización
dirigida promovida por la Caja Agraria y en 1961 retomada por el INCORA), especialmente
hacia el Caquetá, privilegiando la explotación ganadera, con el resultado de una notable
descomposición social y un grave deterioro del sistema ecológico.

En los años sesenta el descubrimiento de campos petrolíferos en el putumayo, desplazó


una gran masa de población hacia ese sector de la Amazonia, acompañado de nuevos
asentamientos. Finalmente en los setenta en el Ariari, San José del Guaviare y Guainía y
en general en toda la Amazonia se generó un proceso de expansión a partir de la bonanza
de la coca que terminó a mediados de los años ochenta. Adicionalmente, en diversas
áreas de la región Amazónica se han presentado distintas colonizaciones de enclave,
generadas por las bonanzas transitorias de extracción incontrolada de algunos recursos
naturales.

La colonización de la Amazonia ha promovido siempre la deforestación, con el


consecuente deterioro de la diversidad biológica, propagación de plagas y enfermedades,
pérdida y empobrecimiento de los suelos, desequilibrio hidrológico, incendios forestales e
invasión y ocupación de territorios indígenas.

En la parte intervenida Amazonia opera un proceso de diferenciación espacial que


básicamente genera tres áreas bien definidas física, social, económica y políticamente: el
área de colonización consolidada, el área transicional, y los frentes de colonización.

La Colonización consolidada. La consolidación consoliada comprende las áreas de


poblamiento y ocupación más antiguas, localizadas sobre el eje de la carretera Marginal
de la Selva en los departamentos de Caquetá y Putumayo y en zonas aledañas a San
José del Guaviare y Leticia (Amazonas). Esta área se caracteriza por una casi completa
praderización, dedicándose sus tierras a la ganadería extensiva principalmente. A la vez
que es el área más antigua, presenta mayor vinculación al mercado regional y nacional,
precisamente porque está dotada, proporcionalmente, de una mayor infraestructura y
equipamiento técnico, productivo y financiero. Empero, la consolidación de la colonización
no está asociada exclusivamente con la mayor acumulación de capital y/o valorización de
las tierras, sino también a la mayor cohesión social y, sobretodo, a la mayor capacidad de
representación política respecto de las otras áreas de la colonización.

Sin embargo, la presión continuada sobre estas áreas de colonización, genera al mismo
tiempo algunos frentes dinámicos de migración y poblamiento como los de San Vicente
del Caguán hacia las zonas del Lozada y el Yarí, de Curillo hacia la Bota Caucana, El
Paujil y El Doncello hacia Unión Peneya y Rionegro, Mocoa hacia los valles de Sibundoy
y del Guamuez, San José del Guaviare hacia Calamar y El Retorno, y Leticia hacia
Tarapacá.

107
Esta área concentra los mayores asentamientos urbanos, aglutinando de igual forma, la
infraestructura vial y de servicios. Estos asentamientos se encuentran localizados en parte
de las sustracciones a la reserva forestal de la ley 2 de 1.959 en un área de 6.369.251
hectáreas, aproximadamente.

Las principales ciudades, como Florencia, San Vicente de Caguán, Puerto Rico,
Cartagena del Chairá, Mocoa, Puerto Asís, San José del Guaviare y Leticia, se
caracterizan por tener migraciones campo-ciudad que generan fenómenos de
marginalidad urbana (en Florencia se realizó en la década de los ochenta, uno de los
asentamientos informales más grandes de la historia del país localizada en el actual barrio
las Malvinas), concentración de la propiedad rural, afianzamiento de estructuras
productivas de ganadería extensiva y lenta penetración de cultivos mecanizados.

Las áreas de transición. Las áreas de transición se localizan entre la colonización


consolidada y los frentes de colonización. Predominan en estas áreas la pequeña
ganadería y algunas actividades agrícolas de algún rendimiento comercial. Dada la
relativa acumulación de capital y la consiguiente valoración de los predios, alcanzada
gracias al trabajo del colono fundador o los pobladores primarios. Estas áreas soportan la
mayor presión por parte de los demás actores del proceso de ocupación, poblamiento y
explotación del espacio amazónico. En particular, los ganaderos, bien sea individualmente
o mediante la acción de los llamados Comités de Ganaderos, estimulan en el área los
procesos de praderización en busca de pastos para su creciente ganadería extensiva. Al
cabo de algún tiempo estas áreas se incorporan al mercado de tierras, pastos y ganado,
característico de las zonas consolidadas, pero sus habitantes primarios, mayoritariamente
se han desplazado, bien a las puntas de colonización en procura de la tierra perdida por
el mecanismo de consolidación de la colonización misma o bien se han marchado a
engrosar las zonas subnormales de los principales centros urbanos de las áreas
consolidadas.

Los frentes de colonización. Los denominados frentes o puntas de colonización son


zonas de penetración hacia la Amazonia Oriental localizados sobre las riberas de los
principales ríos o de sus afluentes y sobre las trochas y carreteables construidos por la
guerrilla, conformando una colonización de tipo longitudinal. Presentan un activo
movimiento poblacional y una agricultura básicamente de subsistencia. Se originan en la
estructura de la propiedad rural y los conflictos sucesivos, primero en las áreas centrales
del país (región andina) y luego en las propias áreas consolidadas de las zonas de
colonización que reproducen el patrón de estructuración espacial rural excluyente.
Socialmente estos frentes de colonización fueron activados permanentemente por la masa
de población más pobre del país o de la misma región amazónica. Actualmente, son
promovidos por grandes capitalistas y narcotraficantes en busca de tierras para la
ganadería extensiva o siembra del cultivo de coca.

Los principales frentes de colonización están localizados en los departamentos de la


Amazonia Occidental (Caquetá, Guaviare y Putumayo), así: en el Caquetá, en la zona

108
norte, sobre el río Losada y sus afluentes, con su eje poblacional constituido por San Juan
del Losada, y en el alto Caguán, en dirección hacia el Yarí y el Guayabero en el sur del
Meta; en la misma zona pero en dirección suroriental hacia los caños Los Lobo y Guayabo,
surge Puerto Betania del Caguán como eje del proceso de ocupación hacia el Yarí. En la
zona suroccidente en dirección hacia la Bota Caucana y la parte alta del río Caquetá, y en
dirección suroriente sobre los valles interfluviales del Orteguaza, Peneya y Caguán en su
parte media y baja. En el Guaviare, a lo largo de los ríos Guayabero-Guaviare (teniendo
como punto central a San José del Guaviare), Caño Grande-Inírida (como punto
estratégico El Retorno), UnillaItilla-Vaupés (como centros Calamar, Barranquilla y
Miraflores); hacia las sabanas de La Fuga y por la vía San José del Guaviare-El Retorno-
Calamar. En el Putumayo, hacia los Valles del Guamuez y Sibundoy.

La mayoría de estos asentamientos se encuentran ubicados en zonas de reserva forestal


(en algunos casos en Parque Naturales y Resguardos como en el Guaviare y Putumayo)
causando deterioro del sistema ecológico y entrando en conflicto con las poblaciones
indígenas allí ubicadas.

Estos frentes estuvieron afectados por la bonanza de la coca, que desplazó la frontera
agrícola hacia el oriente del territorio amazónico. Sin embargo, las acciones militares y los
conflictos de orden público generan grandes migraciones hacia las zonas de colonización
consolidadas.

Las poblaciones (exceptuando la colonización de la región del Guaviare) están aisladas y


la mayoría carece de dinámica migracional. Su subsistencia depende de la venta de pasta
de coca, madera y de pequeños excedentes agrícolas en los mercados locales y
fronterizos. Su frágil articulación con los mercados nacionales está basada en excedentes
de las actividades extractivas como la madera y la pesca; ésta última actúa como carga
de compensación del transporte aéreo.

Los asentamientos urbanos conservan funciones de puertos de colonización,


caracterizados por su alta dependencia de los grandes centros nacionales para su
sostenimiento, así como de las bonanzas.

1.2.2. Tenencia de la Tierra. Desde 1935 con la instalación en el Caquetá de la gran


hacienda de Larandia, se inicia en la Amazonia un proceso de concentración fundiaria con
variaciones espacio-temporales: lo cual ha promovido la continuación de la deforestación
de la selva o la expansión de los asentamientos urbanos marginales y de invasión en
muchos casos, pues la concentración es un factor de expulsión poblacional. Las dos
únicas alternativas de los colonos son: continuar abriendo las parcelas a costa de la
destrucción del bosque amazónico, o la de migrar hacia las ciudades.

En la región amazónica se reproduce el modelo nacional de latifundio-minifundio, el


latifundio predomina en los paisajes de piedemonte, lomerío, valle aluvial y planicie,
mientras que el minifundio es característico en paisajes montañosos. En algunos
departamentos este esquema de estructura agraria no es tan contradictorio dado el

109
avance permanente de la frontera agropecuaria que provee de nuevas tierras a los
colonos.

Con relación al tamaño de las propiedades, existen tres modalidades predominantes: las
pequeñas propiedades, con parcelas de menos de 50 hectáreas, con cultivos de
subsistencia y técnicas rudimentarias de explotación agrícola; las medianas propiedades,
con terrenos entre 51 y 200 hectáreas, donde combinan los cultivos agrícolas con la
ganadería; y las grandes explotaciones, que comprenden los predios de más de 200
hectáreas, con subutilización de la tierra, especialmente dedicados a la ganadería
extensiva.

2. ANILLO DE POBLAMIENTO DE LA AMAZONIA COLOMBIANA

Según Salazar y Riaño (2015), el anillo de poblamiento de la Amazonia colombiana es la


continuación del sistema urbano periférico nacional en el sur del país, fenómeno que se
explica por la construcción social del territorio y que significa la consolidación de lo urbano-
rural, mediante la red de centros poblados y ejes viales, las coberturas antrópicas (pastos
y cultivo), las áreas intervenidas (áreas transformadas) y la concentración de población en
áreas urbanas. Se fundamenta en una construcción continua para la producción y
circulación de mercancías. El anillo de poblamientos es un escenario común, tanto para
la Amazonia colombiana como para el resto de los países amazónicos.
Las estructuras urbanas, a través de la red vial, avanzan penetrando la región amazónica
desde su periferia hacia el centro, apoyadas en las regiones ya consolidadas por
jerarquías y tipologías urbanas, formando una mancha continua que cierra el anillo de
poblamiento, para luego prolongarse sobre el resto de la Amazonia colombiana.

El concepto de anillo de poblamiento además de permitir apreciar una región cada vez
más integrada regionalmente y con el país, explica con más precisión el proceso de
expansión de la economía y la sociedad nacional sobre su Amazonia, a la que los
gobiernos nacionales se han aproximado para dar respuestas a las necesidades de
mercados globales y no a las necesidades de sus ciudadanos (Riaño y Salazar, 2018).

Para calcular la extensión del anillo de poblamiento amazónico, se consideran las áreas
transformadas (cultivos, pastizales, territorios artificializados y vegetación secundaria) y el
área de influencia de las vías terrestres y fluviales, puesto que la existencia de estas redes
permite los flujos de materia, energía e información, así como el desarrollo de la vida
cultural y social de sus habitantes. La configuración del anillo de poblamiento en los años
2002 a 2016 evidencia el avance del proceso de ocupación. Para el año 2002 su extensión
se calculó en 92.608,19 kilómetros cuadrados y en 2016 fue de 108.630,49 kilómetros
cuadrados, incremento equivalente al 17,30%, lo que significa que en aquellos catorce
años, 1.144,45 kilómetros cuadrados fueron sumados anualmente a la superficie del
anillo. En 2002, la extensión del anillo correspondía al 19,17% y en 2016, al 22,48% del
área regional (Riaño y Salazar, 2018).

110
Mapa 20. Anillo de poblamiento de la Amazonia colombiana

FUENTE: Salazar y Riaño, 2015

3. EL PROCESO DE URBANIZACIÓN

La Amazonia colombiana ha venido sufriendo un cambio acelerado en la distribución de


la población en los suelos rural y urbano, lo que ha conducido a un proceso permanente
y rápido de concentración urbana en los últimos cuarenta años. Esta tendencia hacia la
urbanización amazónica se refleja en que casi la mitad (el 49,95%) de la población que
en 2008 habitaba en los espacios totalmente inmersos en la Amazonia residía en sus
cabeceras municipales. Cierto es que todavía un poco más de la mitad de los habitantes
amazónicos tiene sus asentamientos humanos en lugares diferentes a las cabeceras, pero
ese 49,95%, que se puede considerar urbano, contrasta con el 29% que, similarmente,
tenía su asentamiento humano en los cascos urbanos en el año 1973, con el 38% que
estaba en esa misma condición en 1985 y con el 34% que residía allí en 1997 (Arcila,
2010).

Esta situación ha sido más crítica en los últimos años debido a la gran cantidad de
desplazados provenientes del campo que llegan a la ciudad en busca de refugio,
seguridad, oportunidades de empleo y servicios básicos, quienes se han visto obligados
a salir de sus tierras por las amenazas de los grupos al margen de la ley, bien sea guerrilla
o paramilitares, originando una serie de asentamientos subnormales urbanos (barrios de

111
invasión) y por consiguiente, generando una gran diversidad de problemas sociales,
económicos y ambientales.

De esta manera, las ciudades amazónicas han experimentado un notable crecimiento


urbano no planificado, con una alta presión sobre el suelo y demanda de servicios públicos
que con sus escasos recursos y baja capacidad de gestión no pueden satisfacer.
El mayor problema ambiental en la Amazonia no es la deforestación, es la urbanización
masiva sin contar con la infraestructura ni la preparación técnica para encauzarla.

4. SISTEMA URBANO EN LA REGIÓN AMAZÓNICA COLOMBIANA

El sistema urbano es una estructura originada por la red de nodos y relaciones donde se
establece una serie de flujos entre los centros urbanos, cabeceras departamentales,
municipales y corregimentales (áreas no municipalizadas). En área del piedemonte
amazónico gracias a la red de transporte terrestre está más consolidado y se va
dispersando hacia el noreste y sur de la región.

El sistema urbano se estructura por una o varias redes urbanas y se determina la jerarquía
urbana de la red conforme a la naturaleza y estructura de los servicios, que dan lugar a
los diferentes escalones o niveles urbanos. La inserción de la industria en la red supone
un factor de cambio demográfico y económico, que a su vez transforma las jerarquías
terciarias. El análisis del sistema urbano puede considerarse una forma de aproximación
al estudio de la organización del territorio y sus actividades, donde las ciudades (o los
centros urbanos) son consideradas como foco de producción, distribución, consumo y
organización del sistema (Ferrer, 1992 citado por Riaño y Salazar, 2018).

Según un estudio elaborado por Riaño y Salazar (2005) del Instituto SINCHI, con
actualización al 2015, se realizó la identificación de la estructura jerárquica de los centros
urbanos de la región amazónica colombiana, según la oferta de servicios y equipamientos,
actualizada a 2015. Se observa que se presentó procesos de consolidación de los centros
urbanos de mayor jerarquía en contraste con el debilitamiento de los centros del grupo de
municipios de menor jerarquía, los cuales también aumentaron en número.

112
Mapa 21. Jerarquía urbana en la Amazonia colombiana

Centro de
primer nivel
Centro de 2°
nivel

Centro de Centro de Centro de 3°


5° nivel 4° nivel nivel

FUENTE: Riaño y Salazar, 2017

5. ANÁLISIS DEMOGRÁFICO

Como se ha señalado, el proceso de poblamiento en la Amazonia colombiana durante el


siglo XX ha estado ligado al fenómeno de la colonización, fundamentalmente en los
departamentos de Caquetá, Putumayo, Guaviare y sur del Meta. Es así como en el
período comprendido de 1938 a 1985, se observa un proceso sostenido de aumento
poblacional con una tasa promedio anual del 4,6%.

En este lapso, el período más dinámico fue de 1951-1964 con una tasa de crecimiento
anual del 5,9%, lo que se explica, por las continuas migraciones de colonos en el Caquetá,
departamento con un crecimiento del 6,5% anual y del 6% en el período de 1964 a 1973.
En el período intercensal comprendido entre 1973 y 1985, es importante destacar que el
decrecimiento de la dinámica poblacional ocurrió solamente en el campo, y que las
cabeceras municipales debieron recibir gran parte de la migración rural, pues los núcleos
urbanos crecieron a una tasa cinco veces mayor que el resto de cada municipio. Mientras
que la tasa rural anual fue de 1,3%, las cabeceras crecieron 6,7% anual.

113
La población pasó de 50.783 habitantes en 1938 a 968.255 en 2005, y a 1.238.684 en
2017. Igualmente la participación regional en la población colombiana ha pasado de 0,59%
a 2,3% en el mismo período.

En el censo de 2005, la distribución de la población por departamento indica que el


Caquetá, con una población de 420.337 habitantes, representa el 43.4% de la población
de la región amazónica, descendiendo casi 6 puntos con respecto al censo de 1993,
cuando alcanzó el 49%. Putumayo representa el 32%, manteniéndose estable con
relación a 1993. Guaviare participa con el 9.9%, teniendo un incremento del 1.9% respecto
a 1993. Amazonas representa el 7%, con un incremento del 1%, mientras el Vaupés
alcanza apenas el 4%, aumentando el 1% con relación al 93. Por último, el Guainía
muestra tan sólo el 3.6% de la población regional, incrementando su participación en 1.6%
en el período.

La distribución entre población urbana y rural ha venido presentando una importante


variación: en 1985 la población urbana era del 34,1% y la rural del 65,9%; para el año
2005, o sea 20 años después, la población urbana escalonó al 42,2% mientras que la rural
descendió al 57,8%, y para el 2015 las cifras se ubican en 46% para la población urbana
y el 54% para la rural (Salazar y Riaño, 2015).

En el período intercensal (1993-2005), el departamento de Vaupés presentó el más alto


incremento porcentual de población (53%), seguido de Amazonas (44,2%), Guaviare
(39,4%) y Guainía con un 38,2%. Los departamentos más consolidados como Caquetá y
Putumayo presentaron los porcentajes menores de incremento poblacional.

De acuerdo con el Censo de población del DANE de 2005, en el período 1993-2005, la


población de la Amazonia experimentó un incremento del 33,6%, equivalente a 325.108
habitantes. El departamento del Caquetá continúa teniendo el mayor peso poblacional con
un 43,4% de la población total de la región (casi la mitad de la población de la Amazonia
colombiana). De otra parte, el Putumayo concentra una población equivalente al 32%, lo
que indica que estos dos departamentos tenían una participación del 75,4% de toda la
población de la Amazonia colombiana. Por tanto, los otros cuatro departamentos solo
participaban con sólo un 24,6%.

La alta movilidad de la población como consecuencia del desplazamiento forzado, según


las cifras y el estudio de López (2012), señala que la región ha sufrido el desplazamiento
con una intensidad mucho mayor que el promedio nacional.

Mientras que a nivel nacional, en el período de 14 años (1997-2011), uno de cada trece
colombianos había sido desplazado (aproximadamente el 7,9 % de los habitantes
nacionales), para la región por cada tres habitantes (de los 61 municipios amazónicos con
territorio completo en la región) uno había sido desplazado, lo que equivale
aproximadamente al 36,2 % (López, 2012).

114
Según información del SIATAC del SINCHI y los ajustes realizados para este estudio por
el autor, para 1917 los seis departamentos totalmente amazónicos tenían una población
de 1.123.582 habitantes. Comparado con la población del censo de 2005, hubo un
incremento 155.327 habitantes, que corresponde a un incremento relativo del 16% para
toda la región, sin incluir las áreas de los cuatro departamentos parcialmente en la
Amazonia. Los departamentos más poblados concentran el 75,1% de la población,
presentando un leve descenso frente a los demás departamentos del 0,3%.

Cuadro 14. Evolución histórica de la población


DEPARTAMENTO 1938 1951 1964 1973 1985 1993 2005 2017
AMAZONAS 6.414 7.619 12.962 15.677 30.327 37.764 67.726 77.948
CAQUETÁ 20.914 40.950 103.718 180.297 214.473 311.464 420.337 490.056
GUAINÍA 1.725 2.036 3.602 6.637 9.214 13.491 35.230 42.777
GUAVIARE - - 2.950 14.452 35.305 57.884 95.551 114.207
PUTUMAYO 15.688 28.105 56284 67.336 119.815 204.309 310.132 354.094
VAUPÉS 7.767 9.169 10.454 8.798 18.935 18.235 39.279 44.500
SUBTOTAL 50.783 85.843 189.971 293.197 428.069 643.147 968.255 1.123.582
CAUCA 11.351
META 55.663
NARIÑO 43.823
VICHADA 4.265
SUBTOTAL 115.102
TOTAL REGIÓN POBLACIÓN REGIÓN AMAZÓNICA 2017 1.238.684
FUENTE: Atlas cultural de la Amazonia colombiana, 1998; Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004; ajustado
Rincón, 2019

Para el año 2017 se incluye la población de toda la región Amazónica definida por el
Instituto SINCHI, para un total de 1.238.684 habitantes. Las áreas de los departamentos
del Cauca, Meta, Nariño y Vichada que hacen parte de la Amazonia tienen una población
para el 2017 de 115.102 habitantes.

6. EL DESPLAZAMIENTO POBLACIONAL EN LA AMAZONIA COLOMBIANA

El fenómeno del desplazamiento ha cambiado la dinámica de la estructura demográfica


rural y urbana de la Amazonia colombiana al provocar el movimiento de más de 491.878
personas en el país entre 1997 y 2010 hacia la región, y por haber causado
transformaciones debidas al cambio de residencia.

La tendencia de crecimiento poblacional en la región es superior en las áreas urbanas,


incluso mayor a la tendencia nacional. Esta situación para la Amazonia colombiana tiene
su origen en los intensos movimientos de población o “migración forzada”, en términos de
magnitud, intensidad, y pérdida y ganancia de población por dicha causa (Salazar y Riaño,
2015).

Entre 1997 y 2010, el 13,8% (491.878 personas) de los desplazados en Colombia, se


originó en municipios de la región amazónica. El pico de mayor magnitud de
desplazamiento se dio en 2002 (con cerca de 70.000 desplazados) probablemente

115
asociado al levantamiento de la zona de distensión, dado que la mayor parte de los
desplazados en ese año provinieron de los departamentos de Caquetá, Guaviare y sur de
Meta; el accionar de los grupos paramilitares también se cuenta entre las causas, pues a
estas organizaciones se les atribuye el más elevado número de desplazados ese año
(Salazar y Riaño, 2015).

La cifras demuestran que los departamentos de Caquetá y Putumayo, así como los
municipios del sur del Meta y el departamento de Guaviare, fueron los más golpeados por
la magnitud del hecho, con promedios de casi 13.000 y más de 10.000 desplazados
anuales para los dos primeros; los departamentos con menor incidencia de
desplazamiento forzado son Amazonas, Guainía y Vaupés, todos con un promedio anual
de desplazados inferior a 300 personas (Salazar y Riaño, 2015).

La región amazónica también ha operado como receptora del desplazamiento; 286.688


personas (8,0% de la población desplazada) han reportado como municipio receptor una
de sus 78 entidades territoriales, de tal forma que la pérdida neta de población en la región
es cercana a las 200.000 personas (5,7% de la población desplazada). Un indicio de que
la mayor parte de la población expulsada de un municipio de la región “escoge” como
municipio receptor otro ubicado en la misma, es producto de la comparación del
comportamiento anual de los datos de población desplazada, expulsada y recibida. Este
hecho se confirma al menos para el período 2000-2010, en el cual el número total de
desplazados expulsados de un municipio de la región fue “recibido” por otro municipio de
ella (entre un 52% en 2005 y un 75% en 2010). Los registros de los primeros tres años del
período analizado (1997-1999), muestran que, por el contrario, la gran mayoría de la
población expulsada no fue recuperada (70,8%, 71,2% y 53,6%, respectivamente). Este
comportamiento no impide calificar de expulsora neta a la región, en la medida en que
durante todo el período analizado siempre fue mayor el número de expulsados que el
número de desplazados recibidos (Salazar y Riaño, 2015).

Son estos datos los que explican parte del crecimiento urbano en algunos de los centros
de la región, pues en mayor grado las principales cabeceras de los departamentos del
norte y occidente de la región se vieron frente a la apremiante necesidad de acoger a un
volumen de población para el cual no estaban medianamente preparados, acrecentando
en muchos casos las dificultades ya existentes de ordenamiento urbano (Salazar y Riaño,
2015).

Como consecuencia, los mercados informales han crecido, la inseguridad ha aumentado


y se han conformado asentamientos subnormales en áreas no aptas para el desarrollo
urbano, generando un crecimiento informal y no planificado de los centros urbanos, por la
entrada masiva de personas, causando que se profundice la desigualdad, la segmentación
y la segregación.

116
7. CARACTERIZACIÓN SOCIAL

La población de la Amazonia Colombiana refleja deficientes condiciones


socioambientales. De acuerdo con el índice de necesidades básicas insatisfechas para
1993 los niveles de pobreza en todas las localidades de la región son superiores al
promedio nacional (el 62% de la población de la Amazonia se encuentra con necesidades
básicas insatisfechas y el 29% están en miseria). Para la población dispersa la situación
aún es más grave, ya que el 82% está con necesidades básicas insatisfechas y el 44%
está en condiciones de miseria.

En el sector Educativo, los niveles de escolaridad se encuentran por debajo del promedio
nacional, siendo especialmente precaria la educación primaria, con una cobertura del 73%
con respecto al 85% nacional y la secundaria, cuya tasa no supera el 30%, frente al 46%
del país. A nivel de educación Universitaria la Universidad de la Amazonia con sede en
Florencia y subsedes en Mocoa, Leticia y San José del Guaviare viene preparando
profesionalmente a un buen porcentaje de sus habitantes. Así mismo, las tasas de
analfabetismo, son con excepción de cuatro localidades, mayores al promedio nacional,
superando el 20%. Adicionalmente, la calidad de la educación es muy baja en algunos
departamentos con promedios ubicados por debajo del nivel nacional, de acuerdo con las
pruebas del ICFES.

La educación indígena se ha caracterizado por la débil integración y reconocimiento de


las formas tradicionales de socialización y transmisión de saberes por parte del sistema
educativo formal. La cobertura educativa de este sector de la población es baja dadas las
condiciones de dispersión de los asentamientos.

Algunos parámetros educativos de la población indígena muestran que, la población


mayor de siete años tiene un índice de analfabetismo del 44%, los alfabetos están
discriminados en 41% en español, 6% bilingües y en lengua propia el 0.7% (este bajísimo
porcentaje podría ser explicado, en parte, debido a la importancia que tiene la tradición
oral frente a la capacidad para aprender a leer y a escribir). Un poco más de la mitad de
la población tiene algún nivel educativo, distribuyéndose en 4% con algún nivel de
primaria, 3% con estudios en secundaria y una mínima parte con educación universitaria
o la están adelantando, en buena parte debido al programa de Licenciatura en Lingüística
y Educación Indígena de la Universidad de la Amazonia en Florencia y Mocoa.

Respecto a la salud, la Amazonia presenta la mayor mortalidad infantil por desnutrición en


el país y retrasos marcados en la talla y peso de los niños. Por otra parte, se presentan
serios problemas a causa de enfermedades tropicales, especialmente la malaria, ya que
en la zona se encuentra el 18% de la población del país con riesgo de contagiarse.

Sin embargo, la principal causa de mortalidad en la región son los homicidios y las lesiones
personales, seguida en orden de importancia, las enfermedades virales, como la diarrea
aguda y los problemas respiratorios (según el Ministerio de Salud). En cuanto a
saneamiento básico los niveles de cobertura de acueductos son desiguales, presentando

117
zonas con baja existencia del servicio; además de la calidad en su prestación también es
deficiente: 30 de los 34 acueductos existentes no tiene planta de tratamiento, así mismo
no existe disposición adecuada y sanitaria de excretas, ni de desechos líquidos y sólidos.

Estas condiciones sociales adversas, se constituyen en un factor coadyuvante de la


agudización de los diversos conflictos (interétnicos, políticos, institucionales, culturales,
socioeconómicos, entre otros); algunos de los cuales se expresan en términos de violencia
armada e ilegalidad, y por no tener su causalidad en lo exclusivamente regional, exigen
ampliar su ámbito de resolución a los niveles nacional e internacional.

8. CARACTERIZACIÓN ECONÓMICA

La economía de la región está basada en actividades tan diversas como heterogénea es


su población.

8.1. ECONOMÍA DE LA POBLACIÓN INDÍGENA

La economía de la población indígena, tradicionalmente está basada en el sistema de


chagras rotacionales y uso sostenible del bosque, orientada básicamente hacia la
reproducción de las unidades familiares.

Para las comunidades indígenas altamente integradas a la economía de mercado


(Amazonias Occidental y Noroccidental), su sistema productivo tradicional poco a poco ha
sido reemplazado por actividades agrícolas y/o pecuarias orientadas hacia los mercados
locales esencialmente. La inserción de estas comunidades a la economía de mercado ha
dado como resultado un drástico descenso en su calidad de vida, representado por
pobreza, jornadas más largas de trabajo y mayor esfuerzo físico, deterioro de la salud,
desorden social, descontento, discriminación, hacinamiento, deterioro ambiental, todo ello
asociado con la destrucción de la cultura tradicional. Esta incorporación ha desconocido
que estas comunidades de la selva, adaptadas durante milenios a la convivencia con la
naturaleza, mantuvieron un nivel de vida apropiado y autosuficiente, cuando no estaban
incorporadas a la economía capitalista.

8.2. ECONOMÍA DE LA POBLACIÓN NO INDÍGENA

La economía de la población no indígena se basa tanto en actividades extractivas como


en productivas.

8.2.1. Actividades extractivas Las principales actividades extractivas son la maderera,


la petrolera y la aurífera, y en menor medida, pero no por ello menos significativa, la pesca
ornamental y de consumo, y la fauna silvestre.

8.2.1.1. Actividad maderera. La extracción de madera en forma legal se concentra en los


departamentos de Putumayo, Caquetá y Amazonas, donde se aprovecha la madera de
los bosques naturales por medio de un permiso o autorización emitido por la autoridad

118
ambiental, pero no se hace bajo un esquema silvicultural de cultivo del bosque que
favorezca la reinversión en el establecimiento y manejo de bosques, sistemas de
aprovechamiento y transformación de la madera y los derivados del bosque.

A 31 de diciembre de 2016 el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible autorizó a


Corpoamazonia, un cupo de 5.668.000 m3 de madera para aprovechamiento forestal, de
los que se han aprovechado 1.424.286,5 m3 equivalentes al 25,1%. De éstos, el 7,5%
(6.935,2 m3) fueron en el departamento de Amazonas; 43,1% (9.688,1 m3) en el
departamento de Caquetá; y el 49,4% (39.564,8 m3) en el departamento de Putumayo.

Entre las especies más aprovechadas figuran Cedrelinga cateniformis (Achapo), Pouteria
sp (Caimo), Virola sp (Sangretoro), Inga sp (Guamo), Cedrela odorata (Cedro), Couma
macrocarpa (Perillo o Popa), Nectandra sp (Amarillo), Ocotea sp (Amarillo), Parkia sp
(Guarango), Osteophloeum platyspermum (Caracolí) y Erisma uncinatum (Arenillo) que
son exportadas como trozas o bloques hacia Bogotá, Neiva, Pasto o Cali principalmente,
sin generar mayor valor agregado en la región (Corpoamazonia, 2017).

8.2.1.2. Actividad petrolera. La actividad petrolera se localiza en los departamentos de


Putumayo, Caquetá y Meta, con aproximadamente 183 pozos operando en el
departamento de Putumayo, uno en el departamento de Caquetá, y otro en el Meta.

En la Amazonia, la actividad petrolera inició en la década del setenta en el territorio del


departamento de Putumayo. Si bien los territorios concesionados para la explotación
petrolera se concentraron en la Amazonia Occidental cerca de la codillera Oriental, en los
últimos años se han empezado a entregar bloques para exploración, explotación y
producción en la Amazonia Noroccidental y en buena parte de la Amazonia Nororiental,
donde se concentran los ecosistemas mejor conservados del país y con mayor
importancia global.

De acuerdo con un estudio elaborado por la Universidad Nacional, solo en la cuenca


Vaupés - Putumayo se calculan unos recursos prospectivos por 2.340 millones de barriles
de petróleo, una cifra que la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) califica como muy
preliminar, pero que de ser acertada podría duplicar las reservas actuales del país
(Celedón, 2014).

De acuerdo con la Agencia Nacional de Hidrocarburos – ANH (2016), en el departamento


del Caquetá está previsto poner en marcha 43 bloques petroleros en 65.544 kilómetros
cuadrados, y entre las petroleras interesadas se encuentran Meta Petroleum, Pacific
Stratus, Canacol, Emerald Energy, Monterrico, Hupecol, C&C Energy, Optima Range y
Ecopetrol, y en el Putumayo por su parte tiene destinados 26 en 6.547 kilómetros
cuadrados.

119
Mapa 22. Bloques petroleros en la Amazonia colombiana

FUENTE: Agencia Nacional de Hidrocarburos – ANH, 2019

Cuadro 15. Municipios amazónicos donde se han asignado áreas petroleras


Tipo Contrato Estado Operador Área (ha) Cuenca Departamento Municipio
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Amazonas Puerto Nariño
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Amazonas Leticia
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Amazonas Tarapacá
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Amazonas El Encanto
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Amazonas Puerto Arica
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Amazonas Puerto Alegría
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Amazonas La Pedrera
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Amazonas La Chorrera
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Amazonas Santander
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Amazonas Mirití-Paraná
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Amazonas La Victoria
Hidrocarburos

120
Tipo Contrato Estado Operador Área (ha) Cuenca Departamento Municipio
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Caquetá Curillo
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Caquetá Cartagena Del Chairá
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Caquetá San José Del Fragua
Hidrocarburos
Agencia Nacional de Belén De Los
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Caquetá
Hidrocarburos Andaquíes
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Caquetá Florencia
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Caquetá El Paujil
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Caquetá El Doncello
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Caquetá Puerto Rico
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Caquetá Solano
Hidrocarburos
Agencia Nacional de San Vicente Del
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Caquetá
Hidrocarburos Caguán
Exploración y
Exploración Emerald Energy Plc. 40588,4309 Cag-Put Caquetá Puerto Rico
Producción
Exploración y San Vicente Del
Exploración Emerald Energy Plc. 40588,4309 Cag-Put Caquetá
Producción Caguán
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 46489,8337 Cag-Put Caquetá Curillo
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 46489,8337 Cag-Put Caquetá Albania
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 46489,8337 Cag-Put Caquetá Morelia
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 46489,8337 Cag-Put Caquetá San José Del Fragua
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Amerisur Exploración Belén De Los
Exploración 46489,8337 Cag-Put Caquetá
Producción Colombia Ltda. Andaquíes
Basamento Agencia Nacional de
No Aplica 10774820,5 No aplica Caquetá Morelia
cristalino Hidrocarburos
Basamento Agencia Nacional de
No Aplica Hidrocarburos 10774820,5 No aplica Caquetá San José Del Fragua
cristalino
Basamento Agencia Nacional de Belén De Los
No Aplica Hidrocarburos 10774820,5 No aplica Caquetá
cristalino Andaquíes
Basamento Agencia Nacional de
No Aplica 10774820,5 No aplica Caquetá Florencia
cristalino Hidrocarburos
Basamento Agencia Nacional de
No Aplica 10774820,5 No aplica Caquetá El Paujil
cristalino Hidrocarburos
Basamento Agencia Nacional de
No Aplica 10774820,5 No aplica Caquetá El Doncello
cristalino Hidrocarburos
Basamento Agencia Nacional de
No Aplica 10774820,5 No aplica Caquetá Puerto Rico
cristalino Hidrocarburos
Basamento Agencia Nacional de San Vicente Del
No Aplica Hidrocarburos 10774820,5 No aplica Caquetá
cristalino Caguán
Evaluación
Tea Meta Petroleum Corp. 372035,983 Cag-Put Caquetá Solita
Técnica ANH
Evaluación
Tea Meta Petroleum Corp. 372035,983 Cag-Put Caquetá Solano
Técnica ANH
Evaluación
Tea Meta Petroleum Corp. 372035,983 Cag-Put Caquetá Curillo
Técnica ANH
Evaluación
Tea Meta Petroleum Corp. 372035,983 Cag-Put Caquetá Valparaíso
Técnica ANH
Evaluación
Tea Meta Petroleum Corp. 372035,983 Cag-Put Caquetá Milán
Técnica ANH

121
Tipo Contrato Estado Operador Área (ha) Cuenca Departamento Municipio
Evaluación
Tea Meta Petroleum Corp. 372035,983 Cag-Put Caquetá Montañita
Técnica ANH
Evaluación
Tea Meta Petroleum Corp. 372035,983 Cag-Put Caquetá El Paujil
Técnica ANH
Exploración y
Exploración Meta Petroleum Corp. 48177,0039 Cag-Put Caquetá Curillo
Producción
Exploración y
Exploración Meta Petroleum Corp. 48177,0039 Cag-Put Caquetá San José Del Fragua
Producción
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Caquetá Solano
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Caquetá Cartagena Del Chairá
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Caquetá Morelia
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Caquetá San José Del Fragua
Hidrocarburos
Agencia Nacional de Belén De Los
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Caquetá
Hidrocarburos Andaquíes
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Caquetá Montañita
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Caquetá Florencia
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Caquetá El Paujil
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Caquetá El Doncello
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Caquetá Puerto Rico
Hidrocarburos
Agencia Nacional de San Vicente Del
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Caquetá
Hidrocarburos Caguán
Exploración y San Vicente Del
Exploración Emerald Energy Plc. 6406,83211 Cag-Put Caquetá
Producción Caguán
Exploración y
Exploración Emerald Energy Plc. 239414,849 Cag-Put Caquetá Valparaíso
Producción
Exploración y
Exploración Emerald Energy Plc. 239414,849 Cag-Put Caquetá Milán
Producción
Exploración y
Exploración Emerald Energy Plc. 239414,849 Cag-Put Caquetá Albania
Producción
Exploración y
Exploración Emerald Energy Plc. 239414,849 Cag-Put Caquetá Morelia
Producción
Exploración y Belén De Los
Exploración Emerald Energy Plc. 239414,849 Cag-Put Caquetá
Producción Andaquíes
Exploración y
Exploración Emerald Energy Plc. 239414,849 Cag-Put Caquetá Montañita
Producción
Exploración y
Exploración Emerald Energy Plc. 239414,849 Cag-Put Caquetá Florencia
Producción
Exploración y
Exploración Emerald Energy Plc. 239414,849 Cag-Put Caquetá El Paujil
Producción
Exploración y San Vicente Del
Exploración Hupecol Operating, Co Llc. 21355,9538 Cag-Put Caquetá
Producción Caguán
Exploración y
Exploración Mompos Oil Company Inc. 2354,30716 Cag-Put Caquetá San José Del Fragua
Producción
Exploración y
Exploración Emerald Energy Plc. 66542,8565 Vsm Caquetá Florencia
Producción
Exploración y
Exploración Emerald Energy Plc. 66542,8565 Vsm Caquetá El Paujil
Producción
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 238363,784 Cag-Put Caquetá Solita
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 238363,784 Cag-Put Caquetá Solano
Producción Colombia Ltda.
Exploración y
Exploración Ecopetrol S.A. 230816,247 Cag-Put Caquetá Solano
Producción

122
Tipo Contrato Estado Operador Área (ha) Cuenca Departamento Municipio
Exploración y
Exploración Ecopetrol S.A. 230816,247 Cag-Put Caquetá Cartagena Del Chairá
Producción
Exploración y
Exploración Ecopetrol S.A. 230816,247 Cag-Put Caquetá Montañita
Producción
Exploración y
Exploración Ecopetrol S.A. 215802,021 Cag-Put Caquetá Cartagena Del Chairá
Producción
Exploración y San Vicente Del
Exploración Ecopetrol S.A. 215802,021 Cag-Put Caquetá
Producción Caguán
Exploración y Shona Energy (Colombia) San Vicente Del
Exploración 155933,75 Cag-Put Caquetá
Producción Limited Caguán
Agencia Nacional de San Vicente Del
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Caquetá
Hidrocarburos Caguán
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Caquetá El Paujil
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Caquetá El Doncello
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Caquetá Puerto Rico
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Caquetá Cartagena Del Chairá
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Caquetá San José Del Fragua
Hidrocarburos
Agencia Nacional de Belén De Los
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Caquetá
Hidrocarburos Andaquíes
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Cauca Florencia
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Caquetá Montañita
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Caquetá Curillo
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Caquetá Albania
Hidrocarburos
Exploración y Talismán Colombia Oil &
Exploración 38514,7952 Cag-Put Caquetá Curillo
Producción Gas Ltda.
Exploración y Talismán Colombia Oil &
Exploración 38514,7952 Cag-Put Caquetá Valparaíso
Producción Gas Ltda.
Exploración y Talismán Colombia Oil &
Exploración 38514,7952 Cag-Put Caquetá Albania
Producción Gas Ltda.
Exploración y Talisman Colombia Oil &
Exploración 38514,7952 Cag-Put Caquetá San José Del Fragua
Producción Gas Ltda.
Exploración y Talismán Colombia Oil & Belén De Los
Exploración 38514,7952 Cag-Put Caquetá
Producción Gas Ltda. Andaquíes
Exploración y San Vicente Del
Exploración Emerald Energy Plc. 15815,5648 Cag-Put Caquetá
Producción Caguán
Exploración y Canacol Energy Colombia
Exploración 104682,431 Cag-Put Caquetá El Paujil
Producción Sas
Exploración y Canacol Energy Colombia
Exploración 104682,431 Cag-Put Caquetá El Doncello
Producción Sas
Exploración y Canacol Energy Colombia
Exploración 104682,431 Cag-Put Caquetá Puerto Rico
Producción Sas
Exploración y Canacol Energy Colombia San Vicente Del
Exploración 104682,431 Cag-Put Caquetá
Producción Sas Caguán
Exploración y San Vicente Del
Exploración Emerald Energy Plc. 7041,97731 Cag-Put Caquetá
Producción Caguán
Exploración y Gran Tierra Energy
Producción 20648,4305 Cag-Put Cauca Piamonte
Producción Colombia Ltda.
Exploración y
Exploración Petroamerica Colombia 39119,3534 Cag-Put Cauca Piamonte
Producción
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Cauca Santa Rosa
Hidrocarburos
Exploración y
Exploración Mompós Oil Company Inc. 2354,30716 Cag-Put Cauca Piamonte
Producción

123
Tipo Contrato Estado Operador Área (ha) Cuenca Departamento Municipio
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Cauca Piamonte
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Cauca Santa Rosa
Hidrocarburos
Exploración y
Exploración Meta Petroleum Corp. 48177,0039 Cag-Put Cauca Piamonte
Producción
Convenio De Gran Tierra Energy
Producción 575,527581 Cag-Put Cauca Piamonte
Explotación Colombia Ltda.
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Cauca Piamonte
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Cauca Piamonte
Hidrocarburos
Evaluación Talismán Colombia Oil &
Tea 2392424,33 Llanos Guainía Morichal Nuevo
Técnica ANH Gas Ltda.
Evaluación Talismán Colombia Oil &
Tea 2392424,33 Llanos Guainía Mapiripana
Técnica ANH Gas Ltda.
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Guainía Mapiripana
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Guainía Puerto Colombia
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Guainía Morichal Nuevo
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Guainía San Felipe
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Guainía La Guadalupe
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Guainía Barranco Mina
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Guainía Cacahual
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Guainía Inírida
Hidrocarburos
Evaluación Talismán Colombia Oil &
Tea 2392424,33 Llanos Guainía Barranco Mina
Técnica ANH Gas Ltda.
Evaluación Talismán Colombia Oil &
Tea 2392424,33 Llanos Guainía Inírida
Técnica ANH Gas Ltda.
Evaluación Talismán Colombia Oil & San José Del
Tea 2392424,33 Llanos Guaviare
Técnica ANH Gas Ltda. Guaviare
Agencia Nacional De San José Del
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Guaviare
Hidrocarburos Guaviare
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Guaviare Miraflores
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Guainía Paná-Paná
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Guaviare El Retorno
Hidrocarburos
Agencia Nacional de San José Del
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Guaviare
Hidrocarburos Guaviare
Agencia Nacional de San José Del
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Guaviare
Hidrocarburos Guaviare
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Meta Puerto Rico
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Meta Vistahermosa
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Meta Uribe
Hidrocarburos
Exploración y Gran Tierra Colombia Inc
Exploración 42680,6826 Cag-Put Meta Uribe
Producción Sucursal
Convenio De
Exploración Ecopetrol S.A. 3107,35324 Llanos Meta Puerto López
Explotación
Agencia Nacional De
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Meta La Macarena
Hidrocarburos

124
Tipo Contrato Estado Operador Área (ha) Cuenca Departamento Municipio
Exploración y
Exploración Hupecol Operating Co Llc. 44846,9693 Cag-Put Meta La Macarena
Producción
Exploración y
Exploración Hupecol Operating Co Llc. 44846,9693 Cag-Put Meta Uribe
Producción
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Meta La Macarena
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Meta Puerto Rico
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Meta Vistahermosa
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Meta Mapiripán
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Meta Uribe
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Meta Puerto Gaitán
Hidrocarburos
Exploración y Agencia Nacional de
Exploración 124253,177 Llanos Meta Puerto Rico
Producción Hidrocarburos
Exploración y Agencia Nacional de
Exploración 124253,177 Llanos Meta Vistahermosa
Producción Hidrocarburos
Exploración y Agencia Nacional de
Exploración 61046,6255 Llanos Meta Puerto Gaitán
Producción Hidrocarburos
Exploración y Agencia Nacional de
Exploración 12286,2293 Llanos Meta Puerto Gaitán
Producción Hidrocarburos
Exploración y Agencia Nacional de
Exploración 15190,5565 Llanos Meta Puerto Gaitán
Producción Hidrocarburos
Exploración y Agencia Nacional de
Exploración 155933,75 Cag-Put Meta La Macarena
Producción Hidrocarburos
Basamento Agencia Nacional de
No Aplica 10774820,5 No aplica Meta La Macarena
cristalino Hidrocarburos
Exploración y
Exploración Ecopetrol S.A. 377108,865 Cag-Put Meta Vistahermosa
Producción
Exploración y
Exploración Meta Petroleum Corp. 239985,977 Llanos Meta Mapiripán
Producción
Exploración y
Exploración Meta Petroleum Corp. 239985,977 Llanos Meta Puerto Gaitán
Producción
Exploración y
Exploración Tecpetrol Colombia Sas 98635,524 Llanos Meta Puerto Gaitán
Producción
Exploración y
Exploración Cepsa Colombia S.A. 209461,103 Llanos Meta Puerto Gaitán
Producción
Exploración y
Exploración Meta Petroleum Corp. 152746,065 Llanos Meta Puerto Gaitán
Producción
Exploración y
Exploración Hocol S.A. 61665,5783 Llanos Meta Vistahermosa
Producción
Exploración y
Exploración Hocol S.A. 61665,5783 Llanos Meta San Juan De Arama
Producción
Exploración y
Exploración Hocol S.A. 198073,921 Llanos Meta Puerto Concordia
Producción
Exploración y
Exploración Hocol S.A. 198073,921 Llanos Meta Puerto Rico
Producción
Exploración y
Exploración Hocol S.A. 198073,921 Llanos Meta Mapiripán
Producción
Exploración y
Exploración Hocol S.A. 198073,921 Llanos Meta Puerto Lleras
Producción
Exploración y
Exploración Tecpetrol Colombia Sas 6943,0074 Llanos Meta Puerto Gaitán
Producción
Exploración y
Exploración Ecopetrol S.A. 149759,293 Llanos Meta Puerto Gaitán
Producción
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Meta La Macarena
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Meta Puerto Rico
Hidrocarburos

125
Tipo Contrato Estado Operador Área (ha) Cuenca Departamento Municipio
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Meta Vistahermosa
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Meta Mapiripán
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Meta San Juan De Arama
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Meta Uribe
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Meta Puerto Gaitán
Hidrocarburos
Exploración y
Exploración Emerald Energy Plc. 6406,83211 Cag-Put Meta La Macarena
Producción
Exploración y
Producción Hocol S.A 14830,0869 Cag-Put Meta Puerto Gaitán
Producción
Asignación de Agencia Nacional de
No Aplica 111207,505 Llanos Meta Puerto Gaitán
áreas Hidrocarburos
Exploración y
Exploración Integra Oil & Gas S.A.S. 7649,22429 Llanos Meta Puerto Gaitán
Producción
Exploración y
Exploración Integra Oil & Gas S.A.S. 17411,8363 Llanos Meta Puerto Gaitán
Producción
Exploración y Parex Resources Colombia
Exploración 46314,9726 Llanos Meta Puerto Gaitán
Producción Ltda.
Exploración y Interoil Colombia
Exploración 44676,2134 Llanos Meta Puerto Gaitán
Producción Exploration And Production
Exploración y Frontera Energy Colombia
Exploración 14469,5259 Llanos Meta Puerto Gaitán
Producción Corp. Sucursal Colombia
Asignación de Agencia Nacional de
No Aplica 103401,831 Llanos Meta Puerto Gaitán
áreas Hidrocarburos
Asignación de Agencia Nacional de
No Aplica 54629,3113 Llanos Meta Puerto Gaitán
áreas Hidrocarburos
Exploración y
Exploración Hupecol Operating, Co Llc. 21355,9538 Cag-Put Meta La Macarena
Producción
Exploración y
Exploración Hupecol Operating Co Llc. 79016,7208 Cag-Put Meta La Macarena
Producción
Exploración y Emerald Energy Plc
Exploración 7041,97731 Cag-Put Meta La Macarena
Producción Sucursal Colombia
Exploración y Emerald Energy Plc
Exploración 15815,5648 Cag-Put Meta La Macarena
Producción Sucursal Colombia
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Nariño Potosí
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Nariño Córdoba
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Nariño Puerres
Hidrocarburos
Exploración y Agencia Nacional de
Exploración 29905,3658 Cag-Put Nariño Potosí
Producción Hidrocarburos
Exploración y Agencia Nacional de
Exploración 29905,3658 Cag-Put Nariño Córdoba
Producción Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Nariño Puerres
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Nariño Funes
Hidrocarburos
Exploración y Vetra Exploración y
Exploración 30660,4055 Cag-Put Putumayo Puerto Asís
Producción Producción Colombia S.A.S
Exploración y Vetra Exploración y
Exploración 30660,4055 Cag-Put Putumayo Puerto Caicedo
Producción Producción Colombia S.A.S
Exploración y Vetra Exploración y
Exploración 30660,4055 Cag-Put Putumayo Orito
Producción Producción Colombia S.A.S
Exploración y Vetra Exploración y
Exploración 23499,4463 Cag-Put Putumayo Puerto Asís
Producción Producción Colombia S.A.S
Exploración y Vetra Exploración y
Exploración 23499,4463 Cag-Put Putumayo Puerto Caicedo
Producción Producción Colombia S.A.S

126
Tipo Contrato Estado Operador Área (ha) Cuenca Departamento Municipio
Exploración y Vetra Exploración y
Exploración 23499,4463 Cag-Put Putumayo Puerto Guzmán
Producción Producción Colombia S.A.S
Exploración y Vetra Exploración y
Exploración 30660,4055 Cag-Put Putumayo Puerto Asís
Producción Producción Colombia S.A.S
Exploración y Vetra Exploración y
Exploración 30660,4055 Cag-Put Putumayo Puerto Caicedo
Producción Producción Colombia S.A.S
Exploración y Vetra Exploración y
Exploración 30660,4055 Cag-Put Putumayo Orito
Producción Producción Colombia S.A.S
Exploración y Vetra Exploración y
Exploración 23499,4463 Cag-Put Putumayo Puerto Asís
Producción Producción Colombia S.A.S
Exploración y Vetra Exploración y
Exploración 23499,4463 Cag-Put Putumayo Puerto Caicedo
Producción Producción Colombia S.A.S
Exploración y Vetra Exploración y
Exploración 23499,4463 Cag-Put Putumayo Puerto Guzmán
Producción Producción Colombia S.A.S
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Putumayo Puerto Leguízamo
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Putumayo Orito
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Putumayo Puerto Guzmán
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Putumayo Villagarzón
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Putumayo Santiago
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Putumayo San Francisco
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Putumayo Colón
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Putumayo Sibundoy
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Putumayo Mocoa
Hidrocarburos
Convenio De
Producción Ecopetrol S.A. 56756,4968 Cag-Put Putumayo Valle Del Guamuez
Explotación
Convenio De
Producción Ecopetrol S.A. 56756,4968 Cag-Put Putumayo Orito
Explotación
Convenio De
Producción Ecopetrol S.A. 24085,8052 Cag-Put Putumayo San Miguel
Explotación
Convenio De
Producción Ecopetrol S.A. 24085,8052 Cag-Put Putumayo Valle Del Guamuez
Explotación
Convenio De
Producción Ecopetrol S.A. 24085,8052 Cag-Put Putumayo Orito
Explotación
Basamento Agencia Nacional de
No Aplica 10774820,5 No aplica Putumayo Villagarzón
cristalino Hidrocarburos
Basamento Agencia Nacional de
No Aplica 10774820,5 No aplica Putumayo San Francisco
cristalino Hidrocarburos
Basamento Agencia Nacional de
No Aplica 10774820,5 No aplica Putumayo Colón
cristalino Hidrocarburos
Basamento Agencia Nacional de
No Aplica 10774820,5 No aplica Putumayo Sibundoy
cristalino Hidrocarburos
Basamento Agencia Nacional de
No Aplica 10774820,5 No aplica Putumayo Mocoa
cristalino Hidrocarburos
Evaluación
Tea Meta Petroleum Corp. 372035,983 Cag-Put Putumayo Puerto Guzmán
Técnica ANH
Exploración y
Exploración Meta Petroleum Corp. 48177,0039 Cag-Put Putumayo Puerto Guzmán
Producción
Exploración y Gran Tierra Energy
Producción 9766,82033 Vsm Putumayo Villagarzón
Producción Colombia Ltd
Exploración y Gran Tierra Energy
Exploración 3800,83798 Vsm Putumayo Villagarzón
Producción Colombia Ltd
Exploración y Gran Tierra Energy
Exploración 3800,83798 Vsm Putumayo Mocoa
Producción Colombia Ltd

127
Tipo Contrato Estado Operador Área (ha) Cuenca Departamento Municipio
Exploración y Amerisur Exploración San Miguel (La
Exploración 25003,3567 Cag-Put Putumayo
Producción Colombia Ltda Dorada)
Exploración y Amerisur Exploración Valle Del Guamuez
Exploración 25003,3567 Cag-Put Putumayo
Producción Colombia Ltda (La Hormiga)
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 25003,3567 Cag-Put Putumayo Orito
Producción Colombia Ltda
Agencia Nacional de San Miguel (La
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Putumayo
Hidrocarburos Dorada)
Agencia Nacional de Valle Del Guamuez
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Putumayo
Hidrocarburos (La Hormiga)
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Putumayo Puerto Asís
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Putumayo Puerto Leguízamo
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Putumayo Puerto Caicedo
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Putumayo Orito
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar Hidrocarburos 22879864,1 No aplica Putumayo Puerto Guzmán

Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Putumayo Villagarzón
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Putumayo Santiago
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Putumayo San Francisco
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Putumayo Mocoa
Hidrocarburos
Exploración y Gran Tierra Energy
Producción 20648,4305 Cag-Put Putumayo Villagarzón
Producción Colombia Ltd
Exploración y Gran Tierra Energy
Producción 20648,4305 Cag-Put Putumayo Mocoa
Producción Colombia Ltd
Exploración y Emerald Energy Plc.
Exploración 991,057458 Cag-Put Putumayo Villagarzón
Producción Sucursal Colombia
Exploración y Emerald Energy Plc.
Exploración 4545,89643 Cag-Put Putumayo Villagarzón
Producción Sucursal Colombia
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 29998,5108 Cag-Put Putumayo Puerto Caicedo
Producción Colombia Limitada
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 29998,5108 Cag-Put Putumayo Puerto Guzmán
Producción Colombia Limitada
Convenio De Gran Tierra Energy
Exploración 10597,6568 Cag-Put Putumayo Puerto Asís
Explotación Colombia Ltda.
Convenio De Gran Tierra Energy
Exploración 10597,6568 Cag-Put Putumayo Puerto Caicedo
Explotación Colombia Ltda.
Convenio De Gran Tierra Energy
Exploración 10597,6568 Cag-Put Putumayo Orito
Explotación Colombia Ltda.
Convenio De
Exploración Ecopetrol S.A. 24513,8094 Cag-Put Putumayo Puerto Asís
Explotación
Convenio De
Exploración Ecopetrol S.A. 24513,8094 Cag-Put Putumayo Puerto Caicedo
Explotación
Convenio De
Exploración Ecopetrol S.A. 17195,2319 Cag-Put Putumayo Orito
Explotación
Exploración y Amerisur Exploracion
Exploración 11119,4332 Cag-Put Putumayo Puerto Asís
Producción Colombia Limitada
Exploración y Gran Tierra Energy
Exploración 46490,4952 Cag-Put Putumayo Puerto Caicedo
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Gran Tierra Energy
Exploración 46490,4952 Cag-Put Putumayo Orito
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Gran Tierra Energy
Exploración 46490,4952 Cag-Put Putumayo Villagarzón
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Gran Tierra Energy
Exploración 46173,5384 Cag-Put Putumayo Puerto Caicedo
Producción Colombia Ltda.

128
Tipo Contrato Estado Operador Área (ha) Cuenca Departamento Municipio
Exploración y Gran Tierra Energy
Exploración 46173,5384 Cag-Put Putumayo Orito
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Gran Tierra Energy
Exploración 46173,5384 Cag-Put Putumayo Villagarzón
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 54443,9591 Cag-Put Putumayo Puerto Asís
Producción Colombia Ltda
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 54443,9591 Cag-Put Putumayo Puerto Leguízamo
Producción Colombia Ltda
Exploración y
Exploración Ecopetrol S.A. 55659,3905 Cag-Put Putumayo Puerto Asís
Producción
Exploración y
Exploración Ecopetrol S.A. 55659,3905 Cag-Put Putumayo Puerto Leguízamo
Producción
Exploración y Gulfsands Petroleum Plc
Exploración 46361,2038 Cag-Put Putumayo Puerto Leguízamo
Producción Sucursal Colombia
Exploración y
Exploración Petroamerica Colombia 39119,3534 Cag-Put Putumayo Puerto Caicedo
Producción
Exploración y
Exploración Petroamerica Colombia 39119,3534 Cag-Put Putumayo Puerto Guzmán
Producción
Exploración y
Exploración Petroamerica Colombia 39119,3534 Cag-Put Putumayo Villagarzón
Producción
Exploración y
Exploración Petroamerica Colombia 39119,3534 Cag-Put Putumayo Mocoa
Producción
Exploración y Gran Tierra Colombia Inc
Exploración 16598,1989 Cag-Put Putumayo Valle Del Guamuez
Producción Sucursal
Exploración y Gran Tierra Colombia Inc
Exploración 16598,1989 Cag-Put Putumayo Orito
Producción Sucursal
Exploración y Gran Tierra Energy
Exploración 14093,6525 Cag-Put Putumayo Puerto Asís
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Gran Tierra Energy
Exploración 14093,6525 Cag-Put Putumayo Puerto Caicedo
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Gran Tierra Energy
Exploración 51333,5312 Cag-Put Putumayo Valle Del Guamuez
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Gran Tierra Energy
Exploración 51333,5312 Cag-Put Putumayo Puerto Asís
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Gran Tierra Energy
Exploración 51333,5312 Cag-Put Putumayo Puerto Caicedo
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Gran Tierra Energy
Exploración 51333,5312 Cag-Put Putumayo Orito
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Petro Caribean Resources San Miguel (La
Exploración 16748,6585 Cag-Put Putumayo
Producción Ltda. Dorada)
Exploración y Petro Caribean Resources
Exploración 16748,6585 Cag-Put Putumayo Valle Del Guamuez
Producción Ltda.
Exploración y Gran Tierra Colombia Inc. San Miguel (La
Exploración 52684,5344 Cag-Put Putumayo
Producción Sucursal Dorada)
Exploración y Gran Tierra Colombia Inc.
Exploración 52684,5344 Cag-Put Putumayo Valle Del Guamuez
Producción Sucursal
Exploración y Gran Tierra Colombia Inc.
Exploración 52684,5344 Cag-Put Putumayo Puerto Asís
Producción Sucursal
Exploración y Vetra Exploracion Y
Exploración 41601,6219 Cag-Put Putumayo Puerto Asís
Producción Produccion Colombia S.A.S
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 49150,4975 Cag-Put Putumayo Puerto Asís
Producción Colombia Ltda
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 49150,4975 Cag-Put Putumayo Puerto Caicedo
Producción Colombia Ltda
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 49150,4975 Cag-Put Putumayo Puerto Guzmán
Producción Colombia Ltda
Exploración y Gran Tierra Energy
Exploración 31865,8878 Vsm Putumayo Villagarzón
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Gran Tierra Energy
Exploración 31865,8878 Vsm Putumayo San Francisco
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Gran Tierra Energy
Exploración 31865,8878 Vsm Putumayo Mocoa
Producción Colombia Ltda.

129
Tipo Contrato Estado Operador Área (ha) Cuenca Departamento Municipio
Exploración y Gran Tierra Energy
Exploración 29905,3658 Cag-Put Putumayo Orito
Producción Colombia Ltda.
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Putumayo Valle Del Guamuez
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Putumayo Puerto Caicedo
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Putumayo Orito
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada Hidrocarburos 11248280,9 No aplica Putumayo Puerto Guzmán

Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Putumayo Villagarzón
Hidrocarburos
Agencia Nacional de
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Putumayo Mocoa
Hidrocarburos
Exploración y
Exploración Ecopetrol S.A. 230816,247 Cag-Put Putumayo Puerto Leguízamo
Producción
Convenio De Gran Tierra Energy
Producción 575,527581 Cag-Put Putumayo Mocoa
Explotación Colombia Ltda.
Convenio De
Exploración Ecopetrol S.A. 36526,8583 Cag-Put Putumayo Puerto Asís
Explotación
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 238363,784 Cag-Put Putumayo Puerto Leguízamo
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 238363,784 Cag-Put Putumayo Puerto Guzmán
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 237399,019 Cag-Put Putumayo Puerto Asís
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 237399,019 Cag-Put Putumayo Puerto Leguízamo
Producción Colombia Ltda.
Exploración y Amerisur Exploración
Exploración 237399,019 Cag-Put Putumayo Puerto Guzmán
Producción Colombia Ltda.
Agencia Nacional De
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Vaupés Papunaua
Hidrocarburos
Agencia Nacional De
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Vaupés Mitú
Hidrocarburos
Agencia Nacional De
No Aplica Ambiental 48137033,2 No aplica Vaupés Yavaraté
Hidrocarburos
Evaluación Talisman Colombia Oil &
Tea 2392424,33 Llanos Vichada Cumaribo
Técnica ANH Gas Ltda.
Agencia Nacional De
No Aplica Reservada 11248280,9 No aplica Vichada Cumaribo
Hidrocarburos
Exploración y
Exploración Cepsa Colombia S.A. 209461,103 Llanos Vichada Cumaribo
Producción
Exploración y
Exploración Ecopetrol S.A. 149759,293 Llanos Vichada Cumaribo
Producción
Agencia Nacional De
No Aplica Sin asignar 22879864,1 No aplica Vichada Cumaribo
Hidrocarburos
Asignación de Agencia Nacional De
No Aplica 111329,144 Llanos Vichada Cumaribo
áreas Hidrocarburos
FUENTE: Agencia Nacional de Hidrocarburos – ANH, 2019

8.2.1.3. Extracción mineral (oro y coltán). La extracción de oro se localiza en los


departamentos de Amazonas, Vaupés, Guainía, Caquetá y Putumayo, y la de coltán en
Vaupés y Guainía.

La participación de los seis departamentos amazónicos (los que pertenecen en su


totalidad a la región) fue apenas de 0,72 toneladas que corresponden al 1,2% del total
nacional. De estos, Guainía, ha sido el de mayor producción, reportando 1,12 toneladas
en 2014 y menos de una tonelada (692 kilos) en 2015. Estas cifras deben leerse con

130
cautela pues recogen la producción legal pero no la ilegal, por lo tanto, se subestima la
magnitud de la actividad en el territorio (Salazar y otros, 2019).

En el año 2014 la Unidad de Planeación Minero Energética del Ministerio de Minas expidió
el Plan Nacional de Ordenamiento Minero a través de la Resolución 256 de ese año. El
Plan es un instrumento de política que establece principios, lineamientos y acciones para
lograr un aprovechamiento ordenado y responsable de los recursos mineros.

En los últimos años se han venido expidiendo instrumentos y normas para prevenir y
controlar las actividades de minería ilegal en el país, actividades que han venido en
aumento en distintas regiones, siendo una de ellas la Amazonia.

Distintas disposiciones de la legislación minera son especialmente relevantes para el


contexto de la Amazonia, como: las zonas excluibles de la minería, los títulos mineros, las
áreas de reserva estratégica minera, las zonas mineras indígenas, la regulación de la
minería de hecho y la minería tradicional, y la regulación del uso del mercurio (Rubiano,
2016).

 Zonas excluidas de minería en la Amazonia. Son aquellas en donde la prohibición


de actividades mineras es absoluta: el sistema de parques nacionales naturales, los
parques naturales regionales, las zonas de reserva forestal protectora, los ecosistemas
de páramo, y los sitios Ramsar. De esta manera, solo el 18% del territorio amazónico
queda excluido de minería. El 82% restante es el área que puede ser susceptible de
ser titulada para minería.

 Solicitudes y títulos mineros. En la Amazonia ha habido un aumento considerable


de títulos mineros entre 2008 y 2015. Los resguardos no están excluidos de actividades
mineras, por lo que cualquier tercero puede solicitar un título minero en un resguardo,
siempre y cuando respete el derecho a la consulta previa. En otras palabras, sólo el
18% del territorio amazónico está declarado como área protegida de conservación y
por ende es zona excluible de otorgamiento de títulos mineros.

Según Salazar y otros (2019), en mayo de 2018 el número de títulos mineros


reportados en la región amazónica colombiana fue de 188, con una superficie de
122.571,49 hectáreas. Una reducción de diez títulos y 5.638,61 hectáreas con relación
al reporte de mayo de 2016 que fue de 198, equivalentes a una superficie de 128.210,1
hectáreas. El decrecimiento en el número y superficie de títulos, se debe a que algunos
de estos alcanzaron su fecha de expiración pues eran de corta duración,
principalmente para materiales de construcción. El mayor número de títulos se reportó
en el departamento de Caquetá y Putumayo cada uno con 52, en Guainía fueron 33 y
en Guaviare 16. No obstante, si se considera la superficie titulada, la mayor cantidad
de hectáreas la tuvo Guainía con 72.605,99, seguida por Vaupés con 14.529,25 y
Putumayo con 13.351,24 hectáreas, manteniendo la tendencia de años anteriores.

131
En cuanto a la proporción de superficie titulada en la región a mayo de 2018, fue en el
departamento de Guainía donde se apreciaron los valores más altos (59,29%), seguido
en su orden por Vaupés (11,58%) y Putumayo (10,89%). Los demás departamentos
mantienen una proporción inferior a dos dígitos: Vichada (4,20%), Cauca (3,84%),
Meta (3,37%), Nariño (3,20%), Caquetá (2,65%), Guaviare (0,55%) y Amazonas
(0,17%).

Cuadro 16. Número de títulos mineros y superficie por departamentos en 2018


DEPARTAMENTO No. TÍTULOS ÁREA (ha)
AMAZONAS 04 212,31
CAQUETÁ 52 3.245,85
CAUCA 09 4.02,17
GUAINÍA 33 72,669,38
GUAVIARE 16 670,44
META 13 4,125,58
NARIÑO 05 3,918,85
PUTUMAYO 52 13,351,24
VAUPÉS 07 14,529,25
VICHADA 03 5,146,40
TOTAL 188 122.571,49
FUENTE: Salazar y otros, 2019

En el año 2018 el número de solicitudes mineras fueron 527 con una superficie de
846.603,42 hectáreas. En cuanto a la superficie solicitada, el departamento que más
solicitudes realizó fue Guainía con el 34,45%, le sigue Putumayo con el 15,71% y en
tercer lugar Vaupés con el 13,92%. Estos tres departamentos suman el 64,08% del
territorio solicitado y el restante 35,92% se distribuye en los demás departamentos.

En 2018 las solicitudes de legalización minera continúan decreciendo, se reportaron


22 menos que en 2016. Cada año hay un menor número de solicitudes de legalización,
lo que por una parte da cuenta de una actividad sin formalizar de mayores proporciones
y, por otra, de las dificultades de este proceso para los pequeños mineros que hacen
que pierdan el interés
por formalizar su actividad.

De cualquier manera, es importante anotar que ninguno de los títulos mineros


otorgados en la Amazonia a la fecha cuenta con licencia ambiental, es decir, ninguno
ha pasado de la fase de exploración a la de explotación todavía. Adicionalmente, en el
caso del departamento de Amazonas, todas las actividades mineras carecen de título.

 Áreas de reserva estratégica minera. El nororiente de la Amazonia colombiana es


una zona con un potencial minero estratégico, en los departamentos de Guainía,
Guaviare, Vaupés y Amazonas, donde existen cantidades importantes de oro, coltán,
mineral de uranio, mineral de hierro, y mineral de platino. Esta área cubre un superficie
de 17 millones de hectáreas aproximadamente.

132
Figura 24. Área estratégica minera

FUENTE: Salazar y Riaño, 2015

 Zonas mineras indígenas. Las Zonas Mineras Indígenas fueron consagradas en el


artículo 122 del Código de Minas. En virtud de esta figura, las comunidades indígenas
cuentan con un derecho de prelación para hacer minería en sus territorios, lo cual
quiere decir que, si un tercero está interesado en hacer minería allí, las comunidades
tienen un derecho preferente para solicitar a la autoridad minera que sean ellas quienes
exploten sus propios territorios y la forma establecida por la ley para hacerlo es
mediante una zona minera indígena. Con base en esta normatividad, en las últimas
dos décadas sólo se han declarado dos zonas mineras indígenas en la Amazonia. La
primera fue declarada en 1992 en el resguardo Remanso-Chorrobocón de las
comunidades Puinave y Curripaco, en el municipio de Puerto Inírida en el
departamento de Guainía, en una extensión de 47.769 hectáreas. La segunda fue
declarada en territorio de las comunidades de Tapurucuara, Querari y Uniq en el
municipio Mitú en el departamento del Vaupés y Tiene una extensión de 6.909
hectáreas.

133
Figura 25. Zonas mineras indígenas

FUENTE: Salazar y Riaño, 2015

 Minería sin título. Se han introducido distintas categorías para referirse a esta minería
como minería de hecho, minería ilegal, minería informal, minería tradicional, pequeña
minería y minería criminal. En la normatividad colombiana se prohíbe en todo el
territorio nacional la utilización de dragas, minidragas, retroexcavadoras y demás
equipos mecánicos en las actividades sin título minero inscrito en el Registro Minero
Nacional.

En la Amazonia las principales técnicas de extracción son las motobombas y las


dragas, ambas usadas para la explotación del oro aluvial. En algunas regiones como
el sur del Vaupés y el sur del Guainía se lleva a cabo minería de veta, pero en
Putumayo, Caquetá y Amazonas la minería se realiza principalmente en depósitos
aluviales con la maquinaria antes mencionada.

La mayor parte de la actividad minera en la Amazonia carece de títulos mineros.


También existen vínculos entre la minería sin título y los grupos armados al margen de
la ley, por lo que las actividades mineras sin título en la Amazonia en algunos casos se
acercan a lo que el Gobierno ha llamado minería criminal.

La extracción ilegal de oro y coltán de la región amazónica se desarrolla en las cuencas


de los ríos Putumayo, Caquetá, Apaporis, Guainía e Inírida, entre otros. Esta actividad
afecta áreas de territorios indígenas, parques nacionales, sitios Ramsar, reservas
forestales y zonas fronterizas (Sierra, 2019).

134
Figura 26. Minería ilegal de aluvión

FUENTE: Guio, 2018 y Rubiano, 2016

 Regulación del mercurio. Como ya se mencionó, casi todas las actividades mineras
presentes en la región amazónica carecen de título minero y muchas de ellas emplean
métodos de extracción que implican el uso de sustancias altamente contaminantes
como el cianuro o el mercurio.

La Ley 1658 de 2013 o Ley del Mercurio, que es la primera norma nacional que
reglamentó el uso, transporte y comercialización del mercurio, y que además establece
incentivos para su eliminación y reducción.

La zona más afectada por el mercurio es la cuenca del río Caquetá. Un estudio del
Instituto Nacional de Salud (2017) en el río Apaporis reveló que hasta el 80% de las
poblaciones indígenas en esta región están contaminadas por mercurio (Sierra, 2019).

El mercurio se utiliza para separar el oro de los últimos materiales finos, después de la
centrifugación y concentración, y forma una amalgama. El mercurio se volatiliza por
calentamiento y queda el oro puro. Para producir un kilogramo de oro se necesita cerca
de 1,32 kilogramos de mercurio. Esto significa que la cantidad de mercurio introducido
en las aguas amazónicas es elevada. En el proceso de separación del oro los vapores
de mercurio generan una contaminación directa a las personas, que por lo general no
toman las medidas necesarias; igualmente, las aguas se contaminan y a través de las
cadenas tróficas, la población que consume pescado.

8.2.1.4. Actividad pesquera. La Amazonia es la región más rica en peces de Colombia


con 653 especies agrupadas en 14 órdenes y 47 familias Ocampo (2006), aunque se
estima que la cifra de especies ya supera el millar, lo cual equivale a 5 veces más la
diversidad de peces existente en la cuenca Magdalena–Cauca.

Esta actividad predomina en los departamentos de Amazonas, Caquetá y Putumayo, y se


caracteriza por la falta de control sobre la extracción del recurso, debido al
desconocimiento de las dinámicas de las poblaciones ícticas y su potencial pesquero, y
para el caso particular de los peces ornamentales la sobreexplotación ha causado el
agotamiento de algunas especies.

135
La pesca de autoconsumo es una actividad rutinaria muy importante para comunidades
indígenas y campesinas en toda la región, ya que se convierte en la principal fuente de
proteína en la ingesta diaria, particularmente para poblaciones ribereñas de los
departamentos de Amazonas, Putumayo, Caquetá, Guaviare y Vaupés, en tal sentido,
varias investigaciones estiman un consumo de pescado entre 100 hasta 500 g persona
por día (Agudelo, 2015).

La pesca con fines comerciales tiene un arraigo generacional en la sociedad como una
fuente de libre acceso para generar ingresos. Es así que se ha tornado en una actividad
económica importante para los poblados ribereños, particularmente en los ríos Amazonas,
Putumayo, Guaviare y Caquetá. Por lo que de ella se benefician directa o indirectamente
gremios pesqueros, comerciantes y población colombiana que no necesariamente habita
en la región.

Las principales especies comercializadas son bagres, tales como: lechero, dorado,
baboso, simí, amarillo, bocón, guacamayo, paletón, pintadillos; indican que son
responsables por el mercado de carne de pescado hacia el interior de Colombia (Agudelo
2015).

De acuerdo con las cifras del Libro Rojo de los peces dulceacuícolas de Colombia, del
Instituto Alexander von Humboldt, ya se perdió una especie, dos están catalogadas como
en estado crítico, ocho están en peligro y 47 se consideran vulnerables.

A pesar de la importancia de la pesca para el territorio amazónico no se puede hablar de


una sostenibilidad de la actividad, toda vez que el respeto por el recurso es cada vez
menor como resultado de la creciente necesidad de las comunidades de generar dinero
para solventar necesidades (Agudelo 2015).

La degradación de la calidad ambiental a la que son sometidos los ecosistemas acuáticos


como resultado de la deforestación (en la zona andina y las riberas de las tierras bajas),
la minería, la contaminación (agrícola, pecuaria, industrial y humana), el desecamiento por
modificaciones antrópicas y la mayor frecuencia de eventos climáticos extremos
(especialmente las sequías), constituye una serias amenaza para el servicio de
aprovisionamiento que brindan los recursos acuáticos de la región, no solo para la
soberanía alimentaria sino también, en los beneficios económicos que de ellos se derivan
(Agudelo 2015).

Los peces ornamentales de la Amazonia colombiana constituyen otro importante renglón


de ingresos para las comunidades. Las especies preferidas son: cardenal, rojito fino,
cuchas, arawana (pez dragón), corredoras, y otras.

El desconocimiento de la biología y ecología de las especies ornamentales ha impedido


que se estructure un mecanismo de aprovechamiento sostenible basado en la oferta y no
en la demanda internacional como actualmente ocurre.

136
También la piscicultura ha venido ganando un espacio importante en la economía regional,
especialmente en los departamentos del Caquetá y Putumayo, en áreas cercanas a la
cordillera Oriental y piedemontes. Se cultiva gran variedad de especies como cachama
blanca, cachama negra, bocachico, tilapia roja, mojarra plateada y roja, pirarucú, arawana,
carpa roja, sábalo amazónico, bagre rayado, entre las principales.

8.2.2. Actividades productivas. En el suelo rural, las actividades productivas son las
agropecuarias, y están representadas por el sistema ganadero de tipo extensivo, la
agricultura tradicional de subsistencia, la piscicultura y el cultivo del caucho y frutales
amazónicos.

8.2.2.1. Ganadería. La ganadería es el reglón económico más importante de la Amazonia


Occidental y Noroccidental (Caquetá, Putumayo, Meta y Guaviare); ésta no ha
desarrollado una tecnología apropiada a las características ambientales de la región y ha
generado grandes impactos ambientales de todos los órdenes. Actualmente, esta
actividad se constituye en la mejor oportunidad legal para el proceso de acumulación de
capital y representa para la población un símbolo de estatus social que refuerza este
comportamiento. Esta actividad ha evolucionado hacia el doble propósito y hacia la
especialización lechera, lo cual ha incrementado la producción de leche, especialmente
en el Caquetá y Putumayo, en donde generan excedentes comerciales en mercados
extrarregionales.

Según Torrijos (2017), en el departamento del Caquetá había un hato ganadero de


1.809.702 cabezas, constituyéndose en el primer departamento de producción bovina de
la Amazonia colombiana y el quinto de Colombia, solamente precedido por Antioquia,
Córdoba, Casanare y Meta. Durante el 2017, se movilizaron 340.810 cabezas de ganado
con destino a los mercados del interior del país: Cali, Neiva, Pereira y Popayán,
principalmente. En relación con la producción de leche la cifra alcanzó los 1.546.808 de
litros diarios, los cuales son comprados de la siguiente manera: Nestlé de Colombia 180
litros/día (12%), la industria transformadora regional 580.000 litros/día (37%), la
producción artesanal de quesos 776.800 mil litros/día (50%), y leche líquida 10.000
litros/día (1%). Dentro de las industrias transformadoras locales están: Lácteos La Florida
(Puerto Rico), Lácteos del Hogar (Florencia), Lácteos La Arboleda (La Montañita), Lácteos
La Maporita y Distrialimentos de Occidente (El Paujil), Lácteos Lusitania (Puerto Rico), y
Lácteos La Caqueteña (San Vicente del Caguán).

Debido a que la ganadería de tipo extensivo que se desarrolla en la Amazonia colombiana


es responsable, en buena parte, de los altos niveles de deforestación de los bosques
nativos, se ha venido planteando un nuevo modelo de ganadería sostenible (reconversión
ganadera), la restauración ecológica de zonas degradadas, y el incremento de la
biodiversidad, la conservación de servicios ecosistémicos e incremento de la productividad
sin talar el bosque.

137
8.2.2.2. Agricultura. La agricultura no tiene mayor importancia en la economía de la
región, pero si para el autoconsumo y para la comercialización de algunos excedentes en
los mercados locales, especialmente el maíz, el plátano, la yuca y la caña panelera.

Estas especies tradicionales presentan poca competitividad y baja rentabilidad


económica, problemas causados principalmente porque las especies utilizadas no son las
más adecuadas para el medio amazónico, hecho que se manifiesta en la alta presencia
de plagas y enfermedades, en altos costos para su manejo, en bajos rendimientos y bajo
margen de rentabilidad, lo que se ve acentuado por los altos costos de producción y
transporte.

Algunos frutales como la piña, la papaya, y el arazá han venido promoviéndose pero en
poca extensión, aunque presentan buena demanda en el mercado regional.

En los últimos años se ha venido promoviendo las actividades productivas no


convencionales, como la piscicultura, el cultivo del caucho, chontaduro y la agroforestería
con énfasis en frutales amazónicos y maderables nativos, sin embargo, aún está por
determinarse el verdadero impacto de estos procesos en el desarrollo sostenible de la
región amazónica.

8.2.2.3. Turismo de naturaleza. Una vez firmado el acuerdo de paz con la guerrilla de las
FARC, la actividad turística en la modalidad de turismo de naturaleza ha venido
posicionándose en la economía regional y convirtiéndose en una alternativa sostenible de
aprovechamiento de la inmensa oferta de la diversidad biótica y abiótica que caracteriza
a la Amazonia. Esta región contiene un inmenso potencial para implementar actividades
turísticas, principalmente aquellas enmarcadas en las modalidades ecológicas, étnicas o
culturales.

El departamento de Amazonas es el que desde hace muchos años recibe una gran
cantidad de turistas que llegan atraídos por la selva, el río Amazonias, las comunidades
indígenas, el parque Amacayacu, los lagos como el de Tarapota, los platos típicos,
ciudades como Leticia y Puerto Nariño, y otras como Tabatinga y Bejamin Constant en
límite con Brasi, Caballococha y Santa Rosa en límite con Perú, y otras lugares de
importancia ecoturística.

Los departamentos del Caquetá, Meta y Putumayo por tener territorios en la zona andino-
amazónica presentan una variada oferta ecoturística teniendo al agua como su principal
atracción. Los ríos, quebradas, arroyos y caños de agua claras y las innumerables
cascadas y caídas de agua constituyen una oferta hídrica muy llamativa. Sobresalen los
ríos Putumayo, Mocoa, Mulato, Pepino, Caquetá, Orteguaza, Guayas, Caguán, Fraguita,
Pescado, Bodoquero, Hacha, Caño Cristales, y otros.

La presencia de numerosos resguardos indígenas, también constituye una fuente


inagotable para el turismo étnico en las Amazonias Occidental y Noroccidental.

138
En la Amazonia Nororiental, a pesar de no existir vías de comunicación existe un
importante flujo de turistas hacia Puerto Inírida y Mitú, especialmente. Paisajes,
biodiversidad y comunidades indígenas son los principales atractivos.

8.2.3. Economía de los centros urbanos. En los centros urbanos, las actividades del
sector terciario de la economía son las predominantes, tales como comercio y servicios
(públicos y privados), con una incipiente base del sector secundario representado por
pequeñas industrias artesanales y manufactureras. El sector cuaternario de la economía
(incluye servicios altamente intelectuales de la investigación, el desarrollo, la innovación y
la información, así como asesorías, programación, consultorías y docencia,
especialmente universitaria; pero también la investigación básica y aplicada) ha venido
posicionándose, principalmente en las capitales departamentales como Florencia, Mocoa,
Leticia y San José del Guaviare.

Según Arcila (2011), en la estructura económica de estos asentamientos humanos, tiene


un alto peso relativo las actividades terciarias, esto es, aquellas dedicadas a la compra y
venta de mercancías y a la prestación de servicios personales, sobre todo las que se
realizan en pequeña escala. Más del 40% de la infraestructura económica con que cuenta
la Amazonia colombiana se dedica a las actividades de comercio, mientras que la
prestación de servicios personales ocupa el 52% de dicha infraestructura; es decir, que
más del 92% de los establecimientos regionales corresponden al sector terciario. El resto
de esta infraestructura económica tiene como objeto la industria.

Fuera de la multinacional Nestlé y industria láctea del Caquetá y no más de cinco o seis
embotelladoras con sede en Florencia, Mocoa y Puerto Asís, la actividad manufacturera
regional en realidad tiende a limitarse a la fabricación de productos de panadería, prendas
de vestir, machihembre, muebles de madera y de metal y algunos bienes de talabartería,
destinada a los consumidores locales.

En resumen, se puede afirmar que la economía de la región amazónica se basa


fundamentalmente en el sector primario en el suelo rural y en el sector terciario en los
centros urbanos. A nivel rural se destacan las actividades productivas tradicionales de las
comunidades indígenas basadas en el sistema de agricultura itinerante de chagras y en
el uso y manejo de los recursos naturales orientados hacia la subsistencia; por su parte,
la población no indígena basa su economía en sistemas de extracción y de producción,
tales como la extracción maderera, la petrolera, la aurífera, la pesca, los cultivos ilícitos y
los sistemas agropecuarios, siendo la ganadería la que ocupa el primer renglón. En los
centros urbanos, el comercio, servicios, el sector público y pequeñas industrias son las
actividades más sobresalientes.

La escasa articulación de la economía regional con los mercados nacionales e


internacionales y su marginalización con respecto a la oferta y a la gestión de los servicios
públicos han facilitado el arraigo de la producción y comercialización de los cultivos ilícitos
y de la actividad subversiva de la guerrilla y de otros grupos armados por fuera de la ley.

139
8.2.4. Tenencia y concentración de la tierra. Arcila (2011), plantea que la presión
económica que el capital en manos de comerciantes, ganaderos, grandes hacendados y
especuladores de toda laya ejerció y ejerce sobre la población indígena y campesina de
la Amazonia colombiana para despojarla de sus propiedades agrarias en las postrimerías
del siglo xx, se sumó y se suma el afán de algunos narcotraficantes por correr las cercas
de sus haciendas, en trance de legalizar su riqueza mal habida. A esto se agrega la
presión extraeconómica que los grupos armados legales e ilegales han ejercido más
recientemente sobre esa población para arrebatarle sus predios, fundos y territorios
construidos, primigeniamente, por el trabajo de las comunidades ancestrales y por la
colonización campesina.

La dinámica del capital cuya tendencia natural es hacia la exclusión social y hacia la
concentración de la propiedad, aunada a la presión extra-económica de los actores
armados contra los pobladores rurales no solo ha conducido a su desplazamiento forzado
hacia el exterior de la región y de las cabeceras municipales y corregimentales,
despoblando relativamente dichas áreas, sino que ha traído como consecuencia la
concentración de la propiedad agraria en la Amazonia.

Municipios como Florencia, Mitú, Puerto Rico (Meta) y los del Nariño amazónico,
caracterizados por su alto nivel de urbanización, el coeficiente de Gini se halla por encima
de 0,60, lo cual quiere decir que a medida que la población tiende a asentarse en los
centros urbanos amazónicos, las zonas rurales tienden a despoblarse y la tierra a
concentrarse en pocas manos, reproduciéndose así la estructura de tenencia que
predomina en Colombia y que ha sido, quizá, el principal determinante de las
confrontaciones armadas que en el curso de la historia se han escenificado en el país: la
acumulación de tierras ya sea para la práctica de la ganadería extensiva, para legalizar
algunos capitales de oscura procedencia y/o como medio de ascenso social y de control
político.

Por su parte, el Centro Nacional de Memoria Histórica (2018) en una publicación sobre la
Tierra, asegura que la historia del poblamiento y la formación de los derechos de
propiedad no corresponden entre sí, pues los agentes que colonizan y extienden la
frontera agraria no son generalmente reconocidos como propietarios por el Estado,
mientras la formalización es aprovechada por quienes encierran con cercas los baldíos o
compran y acumulan derechos de ocupación, conocidos como mejoras, para captar su
futura valorización a medida que crece la población y la dotación de bienes públicos. Las
dificultades de todo tipo para que los colonos puedan formalizar su tenencia con
adjudicaciones contrasta con la facilidad para que los grandes propietarios la formalicen
ante los jueces con procesos de pertenencia o prescripción adquisitiva, que aprovechan
la falta de identificación, deslinde y registro de baldíos por parte del Gobierno para
apropiarlos como si fueran tierras privadas, las únicas que admiten la pertenencia. Como
un requisito de esos procesos es declarar quién figura como propietario de la tierra, la
fórmula canónica para llenarlo es declarar que se demanda “contra indeterminados”, que
los jueces civiles aceptan porque se rigen por los criterios del derecho civil y no el derecho
agrario.

140
La dinámica de colonización de la Amazonia en el anillo de poblamiento, se ha dado en
terrenos baldíos de la nación y en zonas de reserva forestal. En estas últimas, la
deforestación y la ocupación del territorio se hacen bajo la expectativa de sustracción de
la reserva que permita la titulación y posterior venta del predio. En estos procesos se ha
favorecido la concentración de la propiedad rural, cuando grandes terratenientes
presionan el aumento de la frontera agrícola y exacerban las condiciones de pobreza de
los campesinos que se adentran en el bosque en busca de nuevas zonas de colonización.
La ampliación de praderas y ganaderías extensivas también se utiliza como estrategia de
control territorial y mecanismo para el lavado de activos (Cepal y Patrimonio Natural,
2013).

Según Roberto del Cairo (2017), son muchos los predios que han pasado a manos de
terratenientes en toda la superficie intervenida. Si bien estos procesos permanecen
ocultos a la vista de las entidades encargadas del cumplimiento de la ley, por la aplicación
de diferentes modalidades en las transacciones efectuadas (testaferrato, carta de compra-
venta no registrados en Notarías, ni en las oficinas de Registro de Instrumentos Públicos),
lo que si es cierto es que las áreas rurales de nuestros campos cada vez están más
despobladas de sus habitantes originales. Esto refiriéndose al departamento del Guaviare
pero bien puede aplicarse a toda la Amazonia intervenida.

141
CAPITULO 3
CARACTERIZACIÓN BIOFÍSICA

1. GEOLOGÍA

La conformación geológica de la Amazonia es bastante compleja, allí se encuentran rocas


constituidas desde el precámbrico hasta el reciente formando un mosaico muy variado.
Para entender esta distribución litológica es necesario analizar el proceso de evolución
geológica de la región.

1.1. HISTORIA GEOLÓGICA

El río Amazonas y sus afluentes bañan grandes extensiones de tierras bajas que se
remontan a la era paleozoica. Esto es, hace cerca de 420 millones de años.

Esa megacuenca sedimentaria está limitada, al norte por el escudo o macizo de las
Guayanas, y al sur por el escudo brasilero, formados en la era Precámbrica. Hace cerca
de 600 millones de años esos escudos, representan probablemente, la corteza inicial del
planeta. Su origen se remonta a cuando la superficie terrestre, constituía un único
continente, el pangea. Este gran supercontinente se fue fraccionando a finales de la era
paleozoica, período Carbonífero, hasta dividirse en dos bloques continentales de gran
tamaño, el Gondwana (África y Suramérica unidas) y Laurasia (Norteamérica y Euroasia
unidas). Posteriormente, hace unos 100 millones de años (en el Cretáceo) África y
Suramérica comenzaron a separarse, lo cual permite suponer que durante 500 millones
de años (desde hace un poco más de 600 millones de años, hasta hace unos 100 millones
de años), los factores climáticos e hidrológicos erosionaron la superficie de los escudos
Guayanés y Brasilero, depositando los sedimentos al occidente de estas formaciones, ya
que los ríos drenaban hacia el Océano Pacífico. Este intenso proceso de sedimentación
extendió la masa continental y potenció el retiro gradual de mar (que penetraba hasta el
piedemonte de los escudos) creando así la superficie sedimentaria que actualmente
constituye gran parte de la Amazonia.

Al constituirse la cuenca sedimentaria amazónica, sobre una depresión inicial de la tierra,


los continentes suramericano y Africano aún estaban unidos y la cordillera de los Andes
no existía. El Proto - Amazonas y sus afluentes corrían en sentido contrario al actual:
desembocaban en el Océano Pacífico.

Por tres veces, por lo menos esas tierras fueron cubiertas por el mar, alcanzando, tal vez
el Perú y a Bolivia. De esta forma, se puede decir, que la actual Amazonia era un mar
conectado directamente con el Océano Pacífico y separado del Atlántico por los escudos
Guayanés y Brasilero, los cuales se encontraban unidos, formando una barrera continental
continua.

142
La era Mesozoica, que duró cerca de 150 millones de años, es documentada
geológicamente en la cuenca amazónica por la presencia de sedimentos fluviales y
lacustres, algunos de ellos, datados del periodo Cretáceo, aún pueden ser encontrados
hoy en capas profundas de la isla de Marajó (Brasil). En el final de esa era, se separa el
continente Suramericano del Africano.

En la era Cenozoica, en el inicio del periodo Terciario, hace cerca de 70 millones de años,
comienza a surgir la cordillera Andina, que orienta el drenaje de las aguas del sistema
fluvial amazónico en dirección este.

Por una actividad de drenaje y depositación en forma permanente de sedimentos se fue


convirtiendo este lago de agua dulce en tierra firme. Se forma a partir de entonces, la
cobertura sedimentaria de la Amazonia tal como es hoy conocida con sedimentos que
formaron una capa de más de 2.000 metros de profundidad en algunos sectores. En el
Pleistoceno (primera época del periodo Cuaternario, hace aproximadamente 2 millones
de años) la unión oriental entre el macizo Guayanés y el Brasilero ya estaba tan
desgastada que no pudo impedir una ruptura. El lago se abrió así paso, formando un
nuevo curso de agua: el río Amazonas y cambiando el patrón de drenaje hacia el Océano
Atlántico. En los milenios siguientes, el sistema de escurrimiento de la cuenca amazónica,
fue asumiendo gradualmente, su presente forma. Durante este proceso de configuración
de la actual Amazonia, jugó un papel importante la situación ambiental del Pleistoceno,
caracterizada por las continuas y alternadas glaciaciones (períodos fríos y secos, en
ocasiones casi desérticos) e interglaciaciones (períodos de climas húmedos, con
inundaciones).

De tal evolución geológica caracterizada por cambios drásticos y permanentes, resultó


una región extraordinariamente plana y de una inmensa diversidad biológica.

1.2. MACIZOS GUAYANÉS Y CENTRAL BRASILEÑO

El Macizo de las Guayanas y el Macizo Central Brasilero constituyen dos de las más
antiguas áreas cratónicas del mundo, remontando su origen al Precámbrico. El primero se
sitúa al norte del río Amazonas, en una amplia faja muy desigual, que se extiende hacia
el norte hasta el río Orinoco y de oriente a occidente, desde la costa atlántica (en Guyana,
Surinam y Guayana Francesa) hasta el pie de los Andes en Colombia. El macizo Brasilero
se ubica al sur del Amazonas, cubriendo la parte central y centro - oriental del Brasil, con
alturas mucho menores que las del escudo de las Guayanas.

Entre ambos Macizos se encuentra el propio valle del Amazonas, constituido por una
inmensa fosa tectónica colmada de sedimentos, especialmente del Paleozoico y del
Cenozoico. El valle tiene una forma de copa, cuya base es la profunda fosa de Marajó y
la región deltáica y la parte superior es la gran apertura norte-sur de la faja de sedimentos
cenozoicos entre los Andes y los Macizos guayanés y Brasilero. En Colombia, el valle
penetra en la región del sur del Caquetá, cubriendo los interfluvios Caquetá-Putumayo y
el trapecio amazónico para luego ampliarse hacia el norte, siguiendo el curso del Caguán

143
y el piedemonte Andino, hasta unirse con los llanos orientales al sureste de la Macarena,
en un área cuya Geología y tectónica parecen haber sufrido grandes transformaciones.

Figura 27. Macizos guayanés y central brasileño

FUENTE: https://co.pinterest.com/pin/694398836268390063/

1.3. GEOLOGÍA ACTUAL DE LA AMAZONIA COLOMBIANA

La Amazonia colombiana está compuesta por rocas complejas de origen ígneo


metamórfico que pertenecen al zócalo cristalino, de edad precámbrica y composición
variada y rocas sedimentarias que van desde el paleozoico y mesozoico hasta los
depósitos recientes del cuaternario (IGAC, 1979 y 1999).

Según el Instituto SINCHI-SIATAC, 2018, las unidades geológicas que constituyen la


Amazonia colombiana son las siguientes:

144
1.3.1. Unidades del Precámbrico. Las siguientes son las unidades geológicas del
Precámbrico:

 Complejo Migmatitico de Mitú (PPta). Este complejo está constituido por rocas
cristalinas de origen ígneo y metamórfico que conforman el Escudo de Guayana en
territorio colombiano.

Aflora al sur del río Guaviare, en los departamentos del Guainía, Vaupés, Caquetá y
Amazonas. Compuestas por metasedimentos arenáceos y pelíticos, metagranito,
metaconglomerado, basalto, gabro, metaígneos básicos y cuarzofeldespáticos,
blastomilonita y granitos migmatíticos. El área es de 43.708 km2 equivalente a 9,15%.

Mapa 23. Geología de la Amazonia colombina

FUENTE: INSTITUTO SINCHI-SIATAC, 2018

 Granitoides (Mptis). Los afloramientos más representativos se encuentran al oriente,


en alrededores de Mitú, sobre el río Inírida, en El Remanso y Puerto Inírida y en la
Inspección de Policía La Libertad en el Vaupés; en la parte central y hacia el occidente
de la serranía de Caranacoa. Presenta fenocristales de microclima, y la composición
entre granito alcalino y monzonita, con un área de 60 km2 (<0,5%).

145
 Formación La Pedrera (MPtev). Aflora en la parte más occidental del departamento
del Vaupés y en la región nororiental del departamento del Amazonas. La litología
principal es de esquistos cuarzosos, pizarra y filitas; en los niveles inferiores consta de
un metaconglomerado oligomíctico, constituido por clastos subredondeados de
cuarcitas con una matriz silícea, con intercalaciones de gruesas capas de cuarcita
micácea y delgados niveles de shale arenoso; el ambiente de acuerdo a las
características permite ubicarla en el dominio marino somero. El área es de 4.557 km2
equivalente al 0,95 %.

 Macizo de Garzón (MPtg). Se evidencia al occidente, en el piedemonte en los


departamentos de Caquetá y Putumayo. Son rocas metamórficas, es una secuencia
bandeada de rocas con alto grado de metamorfismo (facies granulitas y anfibolitas),
presenta minerales como cuarzo-feldespática con intercalaciones máfícas,
ultramáficas, pelíticas y calcáreas. Estas rocas son intruidas por pegmatitas con
magnetita, cuarzo, feldespato y micas. Esta unidad cubre un área de 11.598 km2
(2,4%).

 Serranía de La Macarena (NPty). El origen es el protolito sedimentario, del cual se


formaron algunos neises, algunas rocas parecen tener protolito ígneo. Estas rocas son
el producto de metamorfismo en fasies anfibolita y granulita de rocas tanto ígneas
como sedimentarias. Posteriormente todas las rocas fueron afectadas por plutonismo
granítico; al sur está formado principalmente por esquistos mosovíticos y de feldespato
alcalino con moscovita, en la parte central son más masivas, de feldespato alcalino
con poca mica, usualmente cloritizada; cubren una superficie de 28.502 km2 (5,96%).

 Formación Piraparaná (NPta). Aflora en la parte central del departamento del


Vaupés, sobre el río Caquetá en el departamento del Amazonas y en la parte sur-
occidental de la serranía de Chiribiquete en el departamento del Caquetá, en la
desembocadura del río Piraparaná en el río Apaporíos. Son rocas sedimentarias,
transición de origen volcánico y granítico; litológicamente están compuestas por lavas
riodacíticas, rocas piroclásticas y conglomerados parcialmente brechoides y están
compuestos por clastos de roca volcánica, cuarcita, cuarzoarenitas, granitos,
feldespato y otros. El área es de 1.423 km2 equivalente al 0,30%.

1.3.2. Unidades del Paleozoico. Las siguientes son las unidades geológicas del
Paleozoico:

 Grupo Güejar (Pziev). Aflora al nororiente cerca de la Serranía de La Macarena,


conforma tal vez el mayor registro sedimentario del Paleozoico inferior de Colombia.
Su composición es variada presenta calizas, intrusivos básicos, volcanoclásticos
básicos, areniscas y pelitas turbidíticas areniscas cuarzosas y líticas, esquistos verdes
y grafitosos. Con un área de 1.213 km2 (<0,5%).

146
 Granitoide (Pzig). Esta undiad aflora en la parte entral de la Amazonia, en cecanías
de Araracuara; son rocas ígneas intrusivas, conglomerados y areniscas; con una área
de 1.338 km2 (<0,5 %).

 Formación Araracuara (Pzim). La unidad tipo aflora en Araracuara, además presenta


dos franjas aisladas con sentido norte-sur. La franja oriental abarca parte de los
departamentos de Guaviare y Vaupés y una pequeña área al suroccidente del
departamento del Vichada; la franja occidental se presenta en la serranía del
Chiribiquete, La Chorrera y San José del Guaviare. Son rocas metamórficas, su
litología está compuesta por lutitas, cuarzoarenitas de grano fino y arenitas, con
presencia de fósiles de trilobites, braquiópodos y graptolites; el ambiente es marino
con estratificación cruzada y posibles paleo-canales. Área 15.504 km2 (3,3 %).

 Sienita Nefelínica de San José del Guaviare (Pzsm). Aflora al sur y suroccidente de
San José del Guaviare; son rocas ígneas, constituidas por sienitas biotíticas de grano
grueso y fino, sienitas nefelínicas biotítica, también presentan pegmatitas de sienita
nefelinica y aplitas cinéticas de grano fino, magnetita y filitas; presentan indicios de
metamorfismo retrógrado y han sufrido más de un período de deformación. Con un
área de 686 km2 equivalente a (<0,5%).

 Granitoide (Pzsy). Compuesta por rocas ígneas intrusivas, granitos, granodioritas,


cuarzodioritas es la unidad más pequeña con 94 km2 (<0.5%).

1.3.3. Unidades del Mesozoico. Las siguientes son las unidades geológicas del
Mesozoico:

 Granito de Garzón (Jp). Son rocas ígneas, el plutón tiene variaciones


composicionales y de tamaño de grano; de composición granítica, fanerítico de grano
grueso a medio. Está compuesto por feldespato potásico y plagioclasa, cuarzo y biotita.
Hacia el sur varía a monzodiorita – cuarzomonzodiorita; el tamaño de grano es medio
a fino y la textura hipidiomórfica inequigranular y en algunas facies de borde, subofítica.
Mineralógicamente consta de plagioclasa, feldespato potásico, cuarzo, hornblenda y
biotita; tiene un área es 1.294 km2 (<0,5%).

 Granitoide (Jy). Esta unidad esta consituida por rocas ígneas intrusivas, granodioritos,
granitos y granófidos; La roca es fanerítica de grano medio, con textura equigranular,
localmente inequigranular porfirítica, los minerales constituyentes son cuarzo,
plagioclasa, feldespato potásico, biotita y hornblenda; como accesorio están esfena,
circón, apatito, allanita y opacos. La composición mineralógica indica que la roca
dominante es un monzogranito hornbléndico; el área es 1.751 km2 (<0,5%).

 Areniscas (Kit). Rocas sedimentarias, compuestas por areniscas cuarzosas con


intercalaciones de lodositas y calizas; tiene un área de 732 km2 (<0,5%).

147
 Dunitas (Kisy). Rocas ígneas intrusivas, compuestas principalmente por dunitas,
wehrlita, lavas ultramáficas, diques diabásicos y gabros; el área es de 747 km2
(<0,5%).

 Formación Macarena (Ksm). Son rocas sedimentarias de origen marino, compuestas


por areniscas cuarzosas, lodolitas silíceas, lutitas y shales. Tiene un área de 2.135
km2 (<1 %).

1.3.4. Unidades del Cenozoico. Las siguientes son las unidades geológicas del
Cenozoico:

 Formación Pebas o Terciario Inferior (Pgt). Rocas sedimentarias, litología


compuesta por arcillas, arcillas arenosas, limolitas, arenas muy finas, lignitos, niveles
calcáreos, niveles fosilíferos, lutitas y lodolitas arenosas; el ambiente es costero de
zona intermareal a supermareal, formando llanuras de lodo y depósitos cenagosos;
rocas sedimentarias transicional. El área es de 42.628 km2 (8,9%).

 Rocas sedimentarias transicionales (PgNgt). Litológicamente están compuestas


por arcillolitas, areniscas, conglomerados, localmente se encuentran lentes de carbón
y costras ferruginosas; la superficie que cubre es de 27.139 km2 (5,68%).

 Grupo arenoso Mariñame o Terciario Superior (Ngc). Son rocas sedimentarias


compuestas por una secuencia gruesa de areniscas, arenas cuarzosas, arcillitas y
lutitas; además presenta niveles tufáceos, horizontes calcáreos, lignitos con nódulos
de pirita y costras ferruginosas; el ambiente es netamente continental, sin embargo, la
presencia de pirita en el conglomerado basal podría evidenciar que la depositación se
inició en ambiente de aguas salobres. Es la unidad con mayor área 197.978 km2
(41,43%).

 Rocas ígneas (NgQp). Originadas por derrames volcánicos compuestas por lavas con
intercalaciones ocasionales de piroclastitas; es el área más pequeña, solamente 22
km2.

 Rocas ígneas extrusivas (NgQo). Piroclástitas intercaladas localmente con flujos de


lodo y depósitos aluviales; el área es 1.881 km2 (<0,5%).

 Terrazas antiguas (Qtz). Litológicamente están formadas por materiales arcillosos y


arenas intercaladas, gravillas bien redondeadas de cuarzo y chert, presentan
diferencia en granulometría; son extensos depósitos de pie de monte proveniente de
un sistema fluvial de origen andino. El área es de 17.641 km2 (3,69 %).

 Depósitos Aluviales (Qal). la composición es variada y está conformada de acuerdo


a los ríos que los depositan, los sedimentos depositados por los ríos de orígen andinos
consisten principalmente en arenas y arcillas compuestas por cuarzo, chert y

148
materiales líticos; la sedimentación actual es originada por los sistemas fluviales de
origen andino y en menor grado por los ríos de origen amazónico. El área es de 65.728
km2 (3,76 %).

 Depósitos de abanicos (Qc). Son áreas cubiertas por depósitos sedimentarios en


paisajes de abanicos, en este caso, en Caquetá principalmente; el área asciende a
8.169 km2 (1,71 %).

1.4. GEOLOGÍA ESTRUCTURAL

Los rasgos estructurales de los eventos que produjeron el metamorfismo en el Complejo


Migmatítico de Mitú son indeterminables porque procesos posteriores a su formación
como orogénesis y tectomagmatismo los enmascararon. Solo se puede definir y ver
claramente la paleosutura que se extiende desde el río Negro hasta el río Atabapo en
dirección noroeste (Galvis, et al., 1979).

En el sector de Mitú y según el tratamiento estadístico dado a los diferentes lineamientos


identificados en las imágenes de satélite y fotografías aéreas usadas en el Proyecto
ORAM- IGAC (1999), el 35% de los datos muestra una tendencia en dirección N20°-30°E,
cerca del 43% en dirección N40°-50°W, y las demás siempre se encuentran asociadas a
las anteriores.

El rasgo más evidente es la paleosutura que se extiende desde el río Negro hasta el río
Atabapo en dirección noroeste y aunque sus desplazamientos se desconocen, el trazo de
ella es relativamente claro. Son evidenciables también esfuerzos compresionales en
dirección noroeste que originaron unas directrices de movimientos en sentido N30°W a
N50°W en la Formación La Pedrera hacia el borde sur del cratón (Galvis, et al., 1979). El
sistema difiere ya que hacia el centro, en la Formación Roraima, se presentan grandes
estructuras anticlinales y sinclinales en forma de cuchara y grandes fallamientos en
dirección norte-sur a través de los cuales se observa con frecuencia alteración hidrotermal.
Otra directriz tectónica en dirección noreste se evidencia en la Serranía de Naquén
representando pliegues como el anticlinal de Maimachi.

En el área pericratónica del sur, la Formación La Pedrera presenta pliegues apretados y


evidencias de deslizamientos sobre el piso granítico, evidenciado por grandes
cizallamientos en los contactos. Al suroeste de Mitú el plegamiento de la Formación Pirá-
Paraná presenta una dirección norte-sur a N20°E en estructuras monoclinales.

En las zonas limítrofes de las geoestructuras: sistema montañoso andino (cordillera


Oriental) y la megacuenca de sedimentación (planicie amazónica), se localiza el sistema
de fallas del borde amazónico de tipo inverso, que se extiende a lo largo de la precordillera
con una dirección SW-NE hasta conectarse con el sistema de fallas del borde llanero.

149
2. GEOMORFOLOGÍA

De acuerdo con el Sistema de Clasificación Geomorfológica propuesto por Alfred Zinck


(1988), adaptado para Colombia por la Subdirección de Agrología del IGAC (IGAC, 2007),
en la Amazonia colombiana se encuentran las tres Geoestructuras existentes en todo el
planeta Tierra. Estas son: Cordilleras, cuando se encuentran estructuras derivadas de los
levantamientos orogénicos; Megacuencas de Sedimentación, cuando corresponden a una
génesis de forma depositacional o estructural de cuencas que fueron posteriormente
rellenadas por sedimentos continentales o marinos; y Escudos o Cratones, que hacen
referencia a las grandes extensiones continentales que se consideran estables, o sea, que
no han sufrido procesos orogénicos, y conforman las áreas más antiguas de la Tierra.

La geoestructura de Cordillera corresponde a la cordillera Oriental, se caracteriza por tener


un ambiente morfodinámico asociado a la formación de la cordillera de los Andes,
considerada como una cordillera de plegamiento de gran complejidad estructural y
denudacional, controlada a nivel regional por los sistemas de fallas del borde amazónico.

Mapa 24. Sistema de fallas del borde amazónico

FUENTE: Servicio Geológico Colombiano, 2017

La geoestructura de Cuenca de Sedimentación comprende la gran cuenca del río


Amazonas, que se extiende en la mayor parte de la Amazonia colombiana. Entre los
principales ríos que la drenan se encuentran: Apaporis, Caguán, Orteguaza, Yarí, Fragua
Grande, Caquetá, Cahuinarí y Putumayo.

La geoestructura de Escudo o Cratón corresponde al Macizo Guayanés ubicado al


nororiente de la región. Dentro de esta geoestructura se levantan varias serranías y cerros
de origen tectónico, constituidos por rocas antiguas que están por encima del sistema de

150
lomerío y que a veces se comportan como verdaderas barreras que bloquean el curso de
algunos ríos.

En el marco de estas geoestructuras, en la Amazonia colombiana se presentan seis


unidades de paisaje claramente diferenciables: Montaña, Piedemonte, Lomerío, Valle
aluvial, Planicie o Llanura amazónica, y Macizo.

2.1. PAISAJE DE MONTAÑA

Corresponde a una parte del flanco oriental de la cordillera Oriental de Colombia que se
extiende por la parte noroccidental de la Amazonia colombiana en los departamentos del
Putumayo y el Caquetá.

Esta cordillera constituye el principal sistema montañoso del país. Se sabe que comenzó
su solevantamiento a fines del Cretáceo y se terminó de conformar a finales del Terciario
en el Mio-Plioceno. En este sector oriental perteneciente a la cuenca amazónica se han
encontrado neisses, asociados con rocas ígneas y los afloramientos del macizo de
Garzón.

Esta configuración estructural hace pensar que el antiguo geosinclinal que le dio origen,
fue comprimido entre dos masas rígidas, la masa continental del Escudo de las Guayanas
al Este y la cordillera Central al Oeste.

Este Paisaje de montaña se caracteriza por su relieve abrupto, escarpado y complejo. Con
vertientes angulares quebradas y de alineaciones desiguales en sus crestas o divorcios
de aguas. La pendiente varía de moderadamente empinado hasta escarpado, con
pendientes que oscilan en gradiente desde 12% hasta mayores del 75%.

Como resultado de la dinámica fluvial y la densa red de drenaje de todo el sistema


montañoso, acompañado por las formas del relieve, heredadas de la actividad tectónica,
aparecen depósitos coluvio-aluviales como los vallecitos, o fluvio-lacustres, como las
depresiones de Balsillas y Sibundoy, las cuales están rodeada por una serie de abanicos
recientes que fosilizan, en parte, los depósitos lacustres (IGAC, 2014).

Los torrentes de erosión rápida han creado cañones profundos con paredes empinadas y
espolones en las laderas de los valles de los principales ríos que tienen su origen en este
sector montañoso.

Debido a la velocidad del desgaste de las masas rocosas en estas vertientes empinadas,
la capa de alterita es muy delgada y pedregosa. La superficie de estas vertientes
montañosas es muy deleznable y sobre ellas los movimientos de masas juegan un papel
importante: la trituración del material rocoso, la frecuencia de las alteraciones de origen
climático o hidrotermal, las sacudidas sísmicas y las fisuraciones superficiales que los
acompañan (IGAC, 1993).

151
Se encuentran en este Paisaje toda clase de movimientos en masa, siendo los más
frecuentes los deslizamientos, caídas de rocas, reptaciones, propagaciones laterales y
flujos; estos movimientos se atribuyen al efecto de sobrepasar el límite de plasticidad de
los suelos favorecido por la infiltración del agua en la masa arcillosa; se han encontrado
además, esquistos alterados que suministra el material arcilloso favorable; se encuentran
principalmente en las vertientes intervenidas donde no se realiza ninguna práctica
Agroecológica.

Estos procesos masales son muy comunes en el paisaje montañoso, caracterizado por
las largas vertientes sometidas a la acción de las abundantes lluvias y particularmente
porque la relación superficie-volumen montañoso, es muy elevada, generando
permanentemente deslizamientos generalizados.

Los principales tipos de relieve que conforman este Paisaje de Montaña son: filas y vigas,
crestones, lomas y colinas, hogbacks y espinazos, vallecitos, conos y glacis, y
depresiones tectónicas.

2.1.1. Filas y vigas. Las filas y vigas se localizan entre 400 y 3.000 msnm, con una altura
relativa que varía en promedio entre 500 y 1.000 metros, con una longitud de las laderas
que puede variar entre 100 y 500 metros y pendientes entre 12% hasta mayores del 75%.
Estas laderas son complejas e irregulares, con tendencia a las formas rectilíneas cuando
la roca que aflora no está alterada. Presentan diferentes tipos de drenaje, dependiendo
de la dureza y el estado de alteración de los materiales. Sin embargo, se observa que hay
una tendencia a los tipos de drenaje paralelo y subparalelo, con una densidad alta que da
origen a un grado de disección fuerte. Se encuentran en diferentes unidades climáticas,
desde el clima cálido, templado, frío hasta muy frío (IGAC, 2014).

Figura 28. Relieve de filas y vigas

FUENTE: El Autor, 2018

152
2.1.2. Crestones. Los crestones son un tipo particular de relieves de cuesta, pero se
diferencian por la inclinación de las capas que los forman, la cual es debida a plegamientos
y corresponden, por lo general, a los restos de las capas duras del flanco del anticlinal
(Roger, 1977). Estas geoformas se localizan en distintas partes del sistema montañoso, a
alturas que varían entre 400 y 1.000 msnm, constituidas principalmente por materiales del
complejo ígneo metamórfico.

Estos paisajes están constituidos por una ladera estructural de buzamiento alargada y
pendientes entre el 7 y 25%, con relieve de ondulado a quebrado y, una ladera en la
contrapendiente de tipo erosional o escarpe, con relieve escarpado a muy escarpado y
pendientes mayores a 50%. Presentan disección fuerte con profundos cañones, tienen
piedras superficiales y afloramientos rocosos sectorizados; los fenómenos erosivos más
comunes son los escurrimientos difusos generalizados y patas de vaca.

Figura 29. Relieve de crestones

FUENTE: El Autor, 2018

2.1.3. Lomas y colinas. Corresponden a los enclaves que se encuentran en los


alrededores de los caseríos de Norcacia, El Pará y la parte alta del río Caguán (en el
departamento del Caquetá), entre 400 y 700 msnm, con altura relativa que varía con
relación a un plano de referencia entre 10 y 50 metros. Estas geoformas presentan cimas
planas o redondeadas y laderas cortas de formas convexas y longitudes menores de 30
metros, con pendientes entre 7 y 25%, constituidas por arcillolitas y lodolitas de la
Formación Pepino; presentan un patrón de drenaje de tipo dendrítico de densidad media
a alta y un grado de disección fuerte (IGAC, 2014).

153
Figura 30. Lomas y colinas

FUENTE: Google Earth, 2018

2.1.4. Hogbacks y espinazos. Son geoformas que corresponden a una secuencia de


capas duras fuertemente levantadas o, también se pueden admitir los casos, donde estas
mismas capas están levantadas casi verticalmente (Roger, 1977). En algunos sectores
alternan con los Crestones en las partes más bajas del Paisaje de Montaña, forman
serranías redondeadas con laderas cortas y pendientes entre 25 y 75%, con relieve
fuertemente quebrado a escarpado. Presentan procesos de erosión generalizada,
deslizamientos, desprendimientos y afloramientos rocosos (calveras) en algunos sectores
(IGAC, 1993).

Se localizan generalmente hacia la base del sistema montañoso formando una faja
discontinua de 5 a 10 km de ancho, constituidos principalmente por lutitas y arcillolitas que
alternan con areniscas consolidadas y pendientes que varían entre 50%-75% y mayores
(IGAC, 2014).

Figura 31. Relieve de hogbacks y espinazos

FUENTE: El Autor, 2018

154
2.1.5. Vallecitos intermontanos. Los vallecitos intermontanos se localizan a diferentes
alturas en el sistema montañoso y corresponden, generalmente, a las partes más
angostas de los ríos denominados Andinos. Presentan formas irregulares debidas a los
aportes laterales y longitudinales que forman superficies planas y ligeramente inclinadas
con un fondo, a veces, en forma de U y pendientes que varían entre 3 y 7% (IGAC, 2014).

Figura 32. Relieve de vallecitos intermontanos

FUENTE: El Autor, 2018

2.1.6. Conos y glacis. Estas superficies se localizan alrededor de las depresiones


tectónicas (Balsillas y Sibundoy), y corresponden con los depósitos que se han
desarrollado a partir de los materiales transportados por las quebradas y arroyos que
descienden del sistema montañoso. Los depósitos anteriormente descritos presentan las
siguientes características: relieve ligeramente inclinado en forma de delta, con pendientes
de 3-7%, materiales de transporte constituidos principalmente por gravillas y cantos poco
redondeados en una matriz generalmente arcillo-arenosa, patrón de drenaje de tipo
dicotómico, de densidad media a alta y fuerte disección por concentración del
escurrimiento difuso, que ha formado en algunos sectores cárcavas de profundidad y
amplitud variables (IGAC, 2014).

2.1.7. Depresiones tectónicas. Corresponde a fosas de origen tectónico rellenadas con


materiales coluvio – fluvio – lacustres, ubicada en la región de Balsillas en el Caquetá y
Sibundoy en el Putumayo formando actualmente altiplanos. En el sector coluvial dominan
los sedimentos finos que alternan con materiales gruesos y pendientes menores de 12%,
mientras que, en el sector fluvio-lacustre abundan materiales orgánicos y pendientes
menores del 3%.

155
Figura 33. Relieve de fosas tectónicas (Balsillas y Sibundoy)

FUENTE: IGAC, 2014 FUENTE: Google earth, 2017

2.2. PAISAJE DE PIEDEMONTE

Este paisaje corresponde al área que se extiende al pie de la montaña, formada por la
sedimentación de materiales transportados desde los terrenos más elevados hacia las
zonas más bajas y abiertas. Comprende superficies planas de suave inclinación con
pendientes entre el 3 y el 12% (IGAC, 2014).

Este Paisaje está formado por una franja de depósitos relativamente estrecha y
discontinua (no constituye una franja continua), que se extiende a lo largo del contacto del
flanco este de la cordillera Oriental con el sinclinal amazónico. Los depósitos de
piedemonte, en general, constituyen el registro de los eventos aluvio-torrenciales de los
sistemas fluviales al descender a la llanura amazónica, con diferentes edades de
formación y variada composición granulométrica.

Su relieve de aspecto ondulado a plano disectado es el resultado de vertientes convexas


correspondientes a conos torrenciales; los materiales subyacentes son, por lo general,
bloques, grava y clastos de mayor diámetro, heterogéneos y angulosos, embebidos en
una matriz de limos finos y arcilla en la base de los conos.

La capacidad de los conos torrenciales para absorber y almacenar agua, convierte este
paisaje en una de las formas de relieve más útiles especialmente para la agricultura y
ganadería. El agua percola en el material grueso de la vertiente radial por el ápice del cono
y se cuela a través de los aluviones hasta que queda detenida por un material fino próximo
a su base; el agua soterrada es utilizada para regar los aluviones más finos de las partes
bajas del cono aluvial, que se facilita gracias a la gravedad (IGAC, 1993).

El Paisaje de Piedemonte está conformado por los siguientes relieves: abanicos


subrecientes, abanicos antiguos, abanicos recientes glacis de acumulación y vallecitos.

156
2.2.1. Abanicos recientes y subrecientes. Son aquellos depósitos que se encuentran
ubicados en la base de la cordillera, donde las corrientes emergen de la montaña hacia la
megacuenca amazónica, en los que es posible definir un arreglo radial de pequeños
canales. Presentan relieve ligeramente inclinado, con pendientes que varían entre 3 y 7%,
y una longitud desde el ápice hasta el extremo distal entre 3 y 8 km aproximadamente,
conformados por depósitos aluviales de poco espesor (5 a 10 m), constituidos por
materiales medios a finos, lo que supone un transporte de material de tipo aluvial selectivo,
es decir, que hacia el ápice se encuentran los materiales gruesos y medios y en la parte
distal predominan los sedimentos finos. Presentan un drenaje con patrón subparalelo, de
intensidad media y grado de disección moderado (IGAC, 2014).

Figura 34. Relieve de abanico reciente

FUENTE: El Autor, 2018

Figura 35. Relieve de abanico subreciente

FUENTE: IGAC, 2014

157
2.2.2. Abanicos antiguos. Los abanicos antiguos se localizan en las partes más altas del
paisaje de piedemonte, entre 200 y 300 msnm, de relieve inclinado con pendientes 3-7-
12%, y longitudes desde el ápice hasta el extremo distal entre 3 y 5 119 km, caracterizados
por tener depósitos de más de 50 m de espesor, con presencia de bloques métricos en la
superficie y dentro del perfil, que predominan hacia el ápice, lo que hace suponer un aporte
de tipo torrencial. Presentan un patrón de drenaje dicotómico, con densidad media a alta
y grado de disección moderado a fuerte.

2.2.3. Glacis de acumulación. Los glacis corresponden a superficies ligeramente


inclinadas con pendientes longitudinales entre 3 y 7%, localizadas al pie de la montaña y
que, en algunos casos, tienen apariencia de pequeños abanicos coalescentes. Estas
superficies se extienden en forma de franjas angostas y discontinuas a lo largo del
piedemonte, constituidas por depósitos de materiales finos a medios, a veces en una
matriz gruesa formada por gravillas y cantos de tamaño medio a fino. Se caracterizan por
tener un incipiente drenaje de forma paralela y grado de disección moderado (IGAC,
2014).

Figura 36. Relieve de glacis de acumulación

FUENTE: IGAC, 2014

2.2.4. Vallecitos de piedemonte. Son formas alargadas de poca amplitud (menos de 400
m), que hacen parte de los ríos y corrientes de agua que descienden de la montaña,
atraviesan el paisaje de piedemonte y, en algunos casos, hacen parte de los valles
aluviales propiamente dichos. Estas superficies se caracterizan principalmente por su
forma en U, por recibir aportes longitudinales y laterales de materiales de variada
granulometría, los cuales han originado superficies planas e inclinadas, con pendientes
entre 1 a 3%.

158
Figura 37. Vallecito de piedemonte

FUENTE: Google Earth, 2018

2.3. PAISAJE DE LOMERÍO AMAZÓNICO (ALTIPLANICIE ONDULADA)

Este paisaje comprende las elevaciones naturales del terreno (inferiores a 300 m), cuyas
laderas presentan una inclinación que varía entre el 7 y 12%, y en algunos sectores
alcanza hasta el 50%, y divergen en dos o más direcciones a partir de una cima estrecha
o amplia, conformando así una secuencia de faldas, laderas y cimas que pueden tener
diferentes formas definidas por la litología, las estructuras, el clima y el patrón de la red
hídrica, entre otros factores (IGAC, 2014).

El sistema de lomerío se desarrolla principalmente sobre los materiales provenientes del


flanco este de la cordillera Oriental, que sepultaron en estratos relativamente delgados
parte de las formaciones Orito y Terciario Superior Amazónico y luego fueron sometidas
en el pasado reciente a una intensa disección fluvial, determinando un relieve muy
irregular, dominado por un drenaje de tipo dendrítico, el cual se fue concentrando en
vallecitos con forma de V e interfluvios convexos de cimas agudas o redondeadas como
lomas y colinas (IGAC, 1999).

Es el Gran Paisaje que ocupa la mayor extensión de la Amazonia colombiana, se extiende


desde el piedemonte hasta la planicie amazónica interrumpido por los valles aluviales de
los grandes ríos.

Está conformado por paisajes de lomas y colinas suaves y densamente onduladas, mesas
y vallecitos.

2.3.1 Lomas y colina. Aunque existen dos tipos de relieve de lomas y colinas: los
relieves formados en rocas de la Formación Orito del Terciario Inferior, y los formados en
rocas del Terciario Superior Amazónico, éstos no presentan diferencias sustanciales en
su morfología exterior, por tal razón se han considerado como un solo paisaje.

159
Figura 38. Relieve de lomas y colinas

FUENTE: IGAC, 2014

Estos relieves ocupan la mayor del lomerío amazónico, localizados entre 300 y 400 msnm,
con una altura relativa que varía en promedio entre 10 y 50 metros, de cimas planas y
redondeadas con laderas cortas y convexas cuya inclinación varía entre 7 y 50%.
Presentan un patrón de drenaje tipo dendrítico y paralelo con una densidad alta y grado
de disección moderado y fuerte (IGAC, 2014).

2.3.2 Mesas. Las mesas son geoformas planas y aisladas que se localizan
principalmente en el paisaje de lomerío del Terciario Superior Amazónico. Su origen más
probable puede estar relacionado con fenómenos tectónicos o con procesos erosivos de
antiguas superficies, que dieron como resultado un relieve plano, con escarpes o taludes
entre 5 y 10 metros de altura, en donde se pueden observar estratos horizontales
constituidos por limolitas y lodolitas, los cuales a veces han sido basculados y recortados
por las corrientes de agua.

Estas superficies cuando están a orillas de los ríos pueden confundirse con niveles altos
de terraza, tal como sucede con la mesa donde se asienta la población de Solano y otras
que se encuentran a lo largo de los ríos Orteguaza y Caguán (en el departamento del
Caquetá). Las pendientes de estas superficies varían entre 3 y 7%, con un patrón de
drenaje de tipo dendrítico y grado de disección moderado (IGAC, 2014).

160
Figura 39. Paisaje de mesas

FUENTE: IGAC, 2014

2.3.3 Lomas y mesas. Las mesas presentan relieve plano a ligeramente inclinado, con
pendientes que varían entre 3 y 7%, mientras las lomas y colinas tienen laderas cortas y
convexas con pendientes que varían entre 7 y 50%. Presentan un patrón de drenaje
dendrítico y subparalelo con una densidad ligera a moderada y grado de disección
moderado, para las áreas que se encuentran desprovistas de vegetación natural.

Este tipo de relieve se extiende al Este del río Caguán y está compuesto, por las mesas y
colinas que se encuentran cubiertas de vegetación boscosa, en jurisdicción del municipio
de Solano. Abarca dos formaciones geológicas: la primera se desprende desde la
cordillera Oriental y se desarrolla sobre las rocas sedimentarias de la formación Orito y la
segunda, se encuentra al este del departamento del Caquetá sobre las rocas del Terciario
Superior Amazónico (IGAC, 2014).

2.3.4 Vallecitos. Geoformas que corresponden al sistema secundario de drenaje natural


del paisaje de lomerío, caracterizado por tener formas alargadas y sinuosas, con
pendientes que varían entre 3 y 7%, de amplitud generalmente menor de 400 metros,
donde predominan los aportes laterales con una granulometría muy variada, debido a los
materiales geológicos que atraviesan y al aporte por el escurrimiento difuso o concentrado.
Presentan un patrón de drenaje paralelo de grado y disección moderados (IGAC, 2014).

Los vallecitos constituyen un reservorio de agua para las fincas y algunos aún conservan
su vegetación natural (palma canangucha o Mauritia flexuosa). En el Caquetá son
conocidos como cananguchales, en el Amazonas como aguajes y en otras áreas como
chuquias o chucuas.

161
Figura 40. Relieve de vallecitos

FUENTE: El Autor, 2018

2.4. PAISAJE DE VALLE ALUVIAL

Este Gran Paisaje corresponde a una porción de espacio alargada, relativamente plana y
estrecha, intercalada entre dos áreas de relieve más alto y que tiene como eje a un curso
de agua. El relieve encajante puede estar constituido por montañas, piedemontes,
lomeríos, o altiplanicies, a través de los cuales puede recortarse sucesivamente un valle
aluvial. En la Amazonia está conformado por todas las áreas dominadas por sedimentos
aluviales y está caracterizado por formas típicas de una deposición diferencial. Está
asociado a las corrientes de agua de gran caudal como ríos y quebradas grandes que
recorren la región y son originados por la actividad sedimentaria de éstos, dándoles gran
dinámica por la variedad de materiales depositados. El proceso de acumulación ha
originado un relieve plano a ligeramente ondulado, con pendientes menores de 12%,
predominando las de 03% (IGAC, 1993).

En el paisaje de valle aluvial se encuentran los siguientes tipos de relieve: plano de


inundación, terrazas medias, terrazas altas y depresiones (cananguchales).

2.4.1. Planos de inundación. Los planos de inundación son las superficies que se
encuentran hacia el centro de los valles aluviales, caracterizadas por una sedimentación
de tipo longitudinal donde predominan materiales medios y gruesos (limos y arenas). Se
localizan entre 150 y 250 msnm, con una inclinación general que varía desde 1% hasta
3%. Existen dos tipos de planos de inundación: el andino y el amazónico; el primero
corresponde a los planos de inundación formados en los valles de los ríos que nacen en
la cordillera Oriental; y los segundos comprenden los planos de inundación localizados en
los valles de los ríos que tienen origen en los lomeríos de la megacuenca de
sedimentación del Amazonas (IGAC, 2014).

162
Figura 41. Relieve de plano de inundación

FUENTE: El autor, 2018

2.4.2. Terrazas medias. Son superficies discontinuas, de formas alargadas y de poca


amplitud, localizadas a lo largo de los valles aluviales, a alturas entre 150 y 300 metros,
constituidas por depósitos de materiales heterométricos, con tendencias a los materiales
finos; los taludes tienen alturas menores de 5 metros, con relación al plano de inundación,
de relieve plano con pendientes 1-3%. Presentan un drenaje incipiente con patrón de tipo
dendrítico, con baja densidad y grado de disección ligero a moderado (IGAC, 2014).

Figura 42. Relieve de terraza media

FUENTE: Google Earth, 2016

163
2.4.3. Terrazas altas. Estas superficies discontinuas están localizadas a lo largo de los
ríos, ocupan, por lo general, las partes más altas de los valles aluviales, de formas
alargadas y de poca amplitud, con taludes que no sobrepasan los 10 metros de altura con
relación al plano de inundación, de relieve plano a ligeramente inclinado con pendientes
que varían entre 3 y 7%. Los materiales dominantes están compuestos por depósitos
aluviales finos y medios, con poca presencia de cantos redondeados. Presentan un
drenaje incipiente con patrón dendrítico y paralelo, con densidad baja y grado de disección
ligero a moderado (IGAC, 2014).

Figura 43. Relieve de terraza alta

FUENTE: IGAC, 2018

2.5. PAISAJE DE PLANICIE O LLANURA AMAZÓNICA

Este Paisaje hace referencia a la llanura aluvial abierta, localizada a considerable distancia
de la cordillera Oriental al lado derecho del río Caquetá cubriendo el interfluvio con el río
Putumayo y prologándose hacia el Perú y Brasil.

Estos ríos transcurren por la llanura, con pendientes de longitud muy suave inferior a 1%
(aproximadamente de 1:500), lo cual hace que se desarrolle un proceso intenso de
meandrificación, predominado la sedimentación en la orilla interna sobre la erosión en la
orilla externa de cada meandro.

El caudal de los ríos fluctúa ampliamente con los períodos de lluvias y secas, al punto de
inundar periódicamente la planicie por desbordamiento lateral, formando las denominadas
várzeas.

Durante los períodos de estiaje y de transición climática, cuando el nivel de las aguas
permanece a baja o mediana altura, las corrientes tienden a desarrollar el proceso de

164
meandrificación ya descrito, quedando algunos meandros abandonados formando un
sistema léntico o madres viejas.
Dos relieves importantes se encuentra en la llanura amazónica: el plano inundable y las
terrazas.

2.5.1. Plano inundable o várzeas. El plano de inundación corresponde al relieve más


joven de la Amazonia, de edad actual a subactual, sujeto a inundaciones periódicas
anuales.

Cuando la corriente rebosa sus orillas durante los períodos lluviosos o de crecidas,
láminas de agua de diferente altura abandonan el cauce y se extienden lateralmente hacia
la llanura produciendo una sedimentación diferencial de su carga en suspensión, como
resultado de la repentina reducción en su velocidad y poder de transporte. Los aluviones
más gruesos (arenas finas y muy finas) se depositan primero cerca del río originando los
albardones o diques naturales que son las partes más altas del plano inundable y la
que primero se seca pasada una inundación, se localiza al lado y lado de la corriente como
una franja estrecha y alargada, de forma convexa a plano convexa, forma que adquiere
debido a las partículas mayores que allí se han depositado, luego, los sedimentos
medianos (limos) que dan lugar a una franja transicional denominada napa o manto de
desborde o zona de transición, entre el dique natural y el basín, no siempre tan definida
como esas unidades, formada por la acumulación de sedimentos de granulometría
mediana en los que tienden a prevalecer los limos. La pendiente es recta y casi plana a
ligeramente inclinada, en ocasiones cruzada por una fina red de líneas de drenaje que se
pierden en dirección al basín, y a mayor distancia los materiales más finos (arcillas) que
se extienden y decantan sobre la porción más amplia y cóncava de la llanura, conocida
como basín o zona de estancamiento de aguas que ocupa el espacio más amplio del
plano de inundación, localizado atrás del dique natural, con extensión hacia los taludes de
las terrazas o hacia las márgenes externas de la llanura. Su topografía plano cóncava
favorece el estancamiento tanto de las aguas de desborde como de las aportadas por
pequeños tributarios intermitentes y las de las mismas lluvias, lo cual facilita a su vez la
decantación de las partículas más finas.

Figura 44. Relieve de plano de inundación

FUENTE: https://www.google.com.co/search?q=plano+de+inundado+de+la+llanura+amazon

165
2.5.2. Terrazas aluviales. Se presentan principalmente en la parte sur de la Amazonia, a
lo largo de los ríos Amazonas, Caquetá, Apaporis y algunos de sus afluentes principales.
El drenaje es muy incipiente, con corrientes principales sinuosas que originan una
disección muy pobre. Se caracterizan además por la presencia de canales que conforman
complejos orillares.

Figura 42. Relieve de terrazas

FUENTE:
https://www.google.com.co/search?tbm=isch&sa=1&ei=9hHGW5_POMOt5wLn7ITADg&q=terrazas+de+la
+llanura+amazon

2.6. PAISAJE DE MACIZO TECTÓNICO

Se define como un paisaje de macizo a las elevaciones topográficas abruptas y


escarpadas, de forma irregular y que carecen de tendencias lineales simples de
orientación; se caracterizan por presentar un fuerte dominio estructural y litológico; sus
desniveles con los paisajes circundantes son variables, ya que pueden ir desde unos
pocos metros hasta más de 300 metros. Constituyen bloques aislados e individuales, cuyo
núcleo está constituido por rocas antiguas, los cuales se pueden extender por varios
cientos de kilómetros.

El núcleo del macizo está constituido por las rocas sedimentarias de la Formación
Araracuara de edad ordovícica (Paleozoico Inferior), conformada principalmente por
cuarzoarenitas silíceas que alternan con limolitas y arcillolitas rojizas, caracterizadas por
su alta dureza y resistencia a los procesos erosivos. En el departamento de Caquetá los
ríos Apaporis y Yarí han entallado valles profundos en el macizo, en un proceso de
fracturamiento y levantamiento posiblemente asociado a la orogenia andina, que permitió
la formación de un conjunto de mesetas estructurales y mesas (IGAC, 2014).

En el paisaje de macizo se encuentran los siguientes tipos de relieve: serranías (mesetas


estructurales y mesas), montes islas y, la penillanura nororiental.

166
2.6.1. Serranías. Las serranías se encuentran localizadas en la parte central de la región
y corresponde a la secuencia sedimentaria-precámbrica de la formación Roraima. Se
caracteriza por la presencia de una topografía montañosa alargada, fuertemente disectada
y plegada conformando amplias estructuras rocosas de núcleos erodados cuyos flancos
están limitados por fallas o alineamientos fotogeológicos (que podían estar indicando
fallas) paralelos al rumbo de estas estructuras, las cuales pueden alcanzar hasta los 900
metros. Ejemplo: Serranía de Chiribiquete, en los departamentos del Caquetá y Guaviare
y La Macarena en el Meta.

Las mesetas estructurales corresponden a las partes más altas de las serranías, de
superficie dominantemente plana y con pendiente entre 3-7%, limitadas por escarpes con
pendientes superiores al 75%. En general estas superficies se sitúan a 500 msnm en
promedio, se encuentran desprovistas de cobertura vegetal y solo se presentan algunos
parches de vegetación herbácea (IGAC, 2014).

Figura 45. Relieve de serranía (mesetas estructurales)

FUENTE:
https://www.google.com.co/search?tbm=isch&sa=1&ei=bBTGW9S5MIja5gLZiaPoCw&q=chiribiquete

Las mesas se consideran como el resultado de los procesos erosivos a través del tiempo
que ha sufrido el macizo de Araracuara, bien sea por erosión eólica o por fenómenos
tectónicos que han dado como resultado superficies planas, con pendientes de 3-7%,
situadas a 200 msnm en promedio, las cuales se hallan recubiertas por mantos de arena
poco espesos; presentan un patrón de drenaje dendriforme y grado de disección
moderado y poco profundo (Galvis, 1994).

167
Figura 46. Relieve de serranía (mesas)

FUENTE: https://www.google.com.co/search?q=mesa+de+araracuara

2.6.2. Montes islas. Los montes islas tienen una distribución muy irregular, se
caracterizan por la presencia de cerros aislados, con alturas que varían de 100 a 300
metros con terminales subredondeados de aspectos apapelonados y por lo general
carentes de vegetación. Están compuestos por rocas cristalinas precámbricas de textura
granítica.

Los montes islas se clasifican en: Inselberg y monadnock, los inselbergs son los cerros
aislados remanentes de una erosión producida durante períodos secos (Pediplanización);
por lo tanto, es solamente aplicable a los cerros que resistieron a la destrucción, durante
los paleoclimas secos producidos allí durante el Pleistoceno del período Cuaternario,
como los cerros ubicados al sur de Mitú. Los monadnocks, son los cerros aislados
residuales de procesos denudativos durante prolongados períodos húmedos
(Peniplanización). Ejemplo: La Piedra del Cocuy, los montes de Mavecure.

Figura 47. Relieve de montes islas

FUENTE:
https://www.google.com.co/search?biw=1366&bih=626&tbm=isch&sa=montes+islas+de+la+amazonia

2.6.3. Penillanura nororiental. Corresponde casi en su totalidad a depósitos arenosos


terciarios y cuaternarios de origen eólico, que conforman grandes sabanas con suaves

168
ondulaciones conocidas como áreas de Caatingas bajas, debido que allí se desarrolla una
vegetación baja, compuesta por hierbas y arbustos e interrumpidas hacia las márgenes
de la red fluvial por un denso desarrollo de árboles. El resto del paisaje está constituido
por sedimentos arcillo-arenosos recientes, originando un drenaje de tipo rectangular. Se
localiza entre Guaviare, Vaupés y Guainía.

Figura 48. Relieve de caatingas bajas

FUENTE: https://www.google.com.co/search?biw=1366&bih=626&tbm=isch&sa=1&ei=rSPGW-
z5Ga2g5wLD2IL4BQ&q

3. EL CLIMA

El clima en Colombia está determinado principalmente por el hecho de hallarse la totalidad


de su territorio dentro de la franja de desplazamiento de la zona de Convergencia
Intertropical (ZCIT).

La Convergencia Intertropical es una zona de baja presión relativa en la que confluyen


dos masas de aire (masa ecuatorial del norte-MEN y masa ecuatorial atlántica MEA) con
pocas diferencias en sus propiedades que las caracterizan (temperatura y humedad) pero
de gran variabilidad en sus condiciones de estabilidad, es aproximadamente paralela al
Ecuador y está situada entre dos núcleos de alta presión ubicados en las zonas
subtropicales del planeta. La ZCIT y las masas de aire se desplazan con respecto al
Ecuador siguiendo el movimiento aparente del sol entre los trópicos (norte-sur-norte) con
un retraso de 5 a 6 semanas y una amplitud latitudinal aproximada de 10 °C.

Las diferencias de presión entre los núcleos de altas presiones subtropicales y la zona de
convergencia intertropical, dan origen a movimientos superficiales del aire (vientos) desde
los subtrópicos hacia el Ecuador, que se desvían por el movimiento de rotación de la tierra
(Efecto de Coriolis) y soplan, finalmente, desde el noreste (alisios del noreste) y del sureste
(alisios del sureste).

169
De esta manera, los regímenes pluviométricos generales del país se explican por el
desplazamiento de la ZCIT: el paso de ésta produce el tiempo ciclónico lluvioso y con
mayor nubosidad en contraposición al tiempo anticiclónico que antecede o sigue los pasos
de la ZCIT y se caracteriza por una menor pluviosidad.

En la Amazonia colombiana, dada su ubicación geográfica en la zona ecuatorial, con áreas


en los dos hemisferios (norte y sur), y la incidencia casi vertical de la radiación solar
durante todo el año, estimulan una zona de mayor calentamiento, de un alto potencial de
recepción de energía solar, que es interceptada por los sistemas convectivos locales,
asociados al régimen de precipitación, biomas, zonobiomas, orobiomas y principalmente
a los sistemas de circulación atmosférica intertropical (Alisios del NE y del SE) y regional
(Zona de Convergencia Intertropical – ZCIT en la Llanura Oriental Colombiana), dan como
resultado las características climáticas propias de esta vasta región colombiana.

Conforme a los registros de las estaciones meteorológicas del IDEAM, la Amazonia


colombiana tiene un régimen de lluvias esencialmente unimodal, con una precipitación
media multianual de 3.307 mm, presentando los valores más bajos en los meses de
diciembre-enero y los máximos en mayo-junio; analizando los datos en cada capital
departamental, se observa claramente la diferencia entre el hemisferio Sur y Norte. En
Leticia la precipitación media multianual es de 3.194 mm, con valores mínimos en los
meses de julio-agosto y máximos en enero-marzo; las demás ciudades registran unas
condiciones similares entre sí, los meses de menor precipitación son diciembre-enero y
los máximos valores entre mayo-julio; Mocoa es la que presenta mayor precipitación
media multianual con 4.376 mm, presentando las más bajas en los meses de octubre-
noviembre y las máximas mayo-junio; San José del Guaviare es la que presenta menor
precipitación media multianual con 2.499 mm, las más bajas en los meses de diciembre-
enero y las máximas en junio-julio (IDEAM, 2005).

La temperatura media en la región es de 25,3°C, con mínima promedio de 21,5ºC y


máxima promedio de 30,2ºC; las temperaturas mínimas se presentan entre los meses de
junio a agosto y los valores máximas están entre los meses de diciembre a enero. Solo
para Leticia hay cambios en las temperaturas medias de máxima y media, las cuales se
encuentran entre los meses de octubre-noviembre.

3.1. DINÁMICA DEL CLIMA EN AL AMAZONIA

El paso del sol dos veces al año por la zona intertropical conduce a la conformación de
masas de bajas presiones que se van a mover hacia el norte o hacia el sur de acuerdo
con las estaciones, expandiéndose conforme a las influencias oceánicas y la morfología
continental.

El hecho de que la línea ecuatorial corte en dos la selva amazónica colombiana, da como
resultado que ella se encuentre influenciada por las masas de aire que se mueven en

170
ambos hemisferios, conformando así períodos de lluvia y de secas muy diferentes,
especialmente para los extremos norte y sur del área.

Sobre ambos hemisferios se van a recibir en la Amazonia, especialmente, las influencias


de las masas ecuatoriales: Masa ecuatorial del norte-MEN, Masa Ecuatorial Continental-
MEC, Masa Ecuatorial Pacífica-MEP y la Masa Ecuatorial Atlántica- MEA (Domínguez,
1985).

La Masa Ecuatorial del Norte tiene su origen en el centro anticiclonal del Atlántico
Subtropical norteño y su influencia en la parte norte de la Amazonia, se hace sentir al
máximo a fines y principios de año, cuando el sol se encuentra en la posición más
meridional, o sea, hacia el trópico de Capricornio (verano del hemisferio sur). Es la acción
de los vientos alisios del Noreste que logran penetrar casi hasta el Ecuador durante este
período.

Los Alisios son vientos de carácter estable, debido a que hay inversión de temperatura en
su masa; por ello conllevan buen tiempo, excepto al llegar a la vaguada ecuatorial de baja
presión donde van a perder su estabilidad y ascender, produciendo lluvias (para esta
época la vaguada ecuatorial se ubica más o menos a 2° al sur del Ecuador).

La masa ecuatorial atlántica logra invadir el continente durante el invierno del hemisferio
sur (junio-septiembre) produciendo buen tiempo en la Amazonia Colombiana. Durante el
resto del año está confinada al Océano Atlántico y región nororiental del Brasil. Es una
masa de mayor presión de tipo anticiclonal desde la cual soplan vientos Alisios del sureste.
Durante el invierno del hemisferio sur el frente polar invade desde la Antártica dividiéndose
en varias ramas que penetran al continente. La rama central alcanza a invadir toda la
Cuenca Amazónica, penetrando por el Chaco y siguiendo hacia el norte por el corredor
ubicado entre los Andes y el planalto Brasileño hasta sobrepasar la línea ecuatorial
causando descensos de temperatura, nieblas y lluvias leves y permanentes ya sobre
territorio colombiano (es el denominado "Arú" por los indígenas del Vaupés y “a friagem”
por los brasileños). Este frente polar antártico puede hacer descender hasta 15° o 17°
centígrados la temperatura, lo cual es perjudicial para la fauna, la flora y el mismo hombre,
pues debido a la alta humedad produce fríos biológicos sumamente fuertes. El efecto
puede durar hasta cinco días. Estos se presentan en general, durante el mes de julio, en
años de inviernos drásticos en el sur del continente (en 1981 se registró en Leticia un
descenso en la temperatura hasta los 13,4 °C).

La Masa Ecuatorial Continental es un resultado de la mayor verticalidad del sol en


cualquiera de los dos hemisferios donde se concentre su paso normal. Esto produce áreas
de mayor calentamiento y por lo tanto, una depresión donde se presentan nubosidad
espesa y lluvias colectivas intensas; en otras palabras, es la época de lluvias para la zona
intertropical.

171
172
Durante el verano del hemisferio sur (diciembre-marzo), la Masa Ecuatorial Continental
cubre gran parte de la cuenca amazónica teniendo su centro hacia los 10° sur. Este
máximo desplazamiento austral conlleva un desplazamiento en el mismo sentido de la faja
ecuatorial de baja presión y con ella de la ZCIT. El desplazamiento hacia el sur de la MEC
y de la ZCIT llega, en la Amazonia colombiana, hasta aproximadamente 2° sur, siendo
época de lluvia únicamente para el departamento de Amazonas y el sur del Caquetá. El
resto de la Amazonia colombiana queda bajo los efectos de los Alisios del noreste
provenientes de la MEN; por tanto, se inicia un período de seca (buen tiempo) que coincide
con el invierno estacional del hemisferio norte (ver mapa).

Mapa 25. Masas de aire en enero (invierno del hemisferio norte)

FUENTE: Domínguez, 1985

El período seco varía en su duración de acuerdo con la ubicación latitudinal. Para el


extremo norte, especialmente los ríos Vichada, Guaviare e Inírida período seco se inicia a
principios de diciembre y dura hasta fines de marzo.

A medida que el sitio se ubica más cerca del Ecuador el período seco se va haciendo cada
vez más corto hasta que desaparece sobre la línea equinoccial, dándose solamente un
descenso notable de la lluviosidad que se presenta más espaciada.

Al sur de la línea ecuatorial, especialmente a partir de los 2° sur, el régimen climático es


influenciado por las lluvias de la MEC que se encuentra estacionada en el hemisferio sur,

173
el cual se halla en la estación de verano. Por eso, el régimen de Leticia (4°13' sur) presenta
máximo pluviométrico entre diciembre y enero.

Pasando los 2° sur hay un notable descenso de las lluvias entre junio y septiembre, sin
presentarse meses con menos de 100 mm de precipitación. Aunque las mayores lluvias
se inician a partir de septiembre, durante la segunda mitad del año son fuertes pero
espaciadas, haciéndose más continuas en la primera mitad del año.

Hacia el mes de julio (ver mapa) durante el verano estacional del hemisferio norte la MEC
y la ZCIT cubren toda la Orinoquia y la Amazonia Colombiana con excepción del Trapecio
Amazónico.

El centro de esta depresión se sitúa en la frontera colombo venezolana (ríos Orinoco,


Guaviare y Negro) donde se concentran las lluvias con máxima intensidad, especialmente
en los meses de julio y agosto. El período de lluvias inicia con toda su intensidad a partir
de abril hasta fines de noviembre, quedando el año partido en dos ciclos: diciembre hasta
marzo (período seco), y de abril a noviembre (período de lluvia), con un régimen
monomodal o tropical.

Mapa 26. Masas de aire en julio (verano del hemisferio norte)

FUENTE: Domínguez, 1985

174
La región propiamente ecuatorial entre las latitudes 2° norte y 2° sur no presenta un
período de seca definido, puesto que las lluviosidades nunca son inferiores, en promedio
mensual, a los 100 mm; esto se debe a que la zona nunca se ve realmente libre de la
influencia de la ZCIT. Sin embargo, se hace notar un doble período, en el cual descienden
las lluvias: un primer período hacia enero y febrero, cuando, además del volumen de lluvia,
disminuyen los días con lluvia, y un segundo período, hacia mediados de año, bien en julio
o en agosto, se presenta un corto período con descenso de lluvias, que en algunos años
queda anulado por completo con lluvias intempestivas. La existencia de estos dos
períodos menos lluviosos intercalados con dos períodos de mayores lluvias (régimen
bimodal o ecuatorial) se debe a la influencia de los alisios del Noreste y Sureste que
alcanzan a llegar muy debilitados hasta el Ecuador hacia principios del año y la mitad
alternativamente.

Pasando los 2° sur hay un notable descenso de las lluvias entre junio y septiembre, sin
presentarse meses con menos de 100 mm de precipitación. Aunque las mayores lluvias
se inician a partir de septiembre, durante la segunda mitad del año son fuertes pero
espaciadas, haciéndose más continuas en la primera mitad del año (Domínguez, 1985).

3.2. FAJA ECUATORIAL

Las máximas precipitaciones se presentan en la propia faja ecuatorial entre los 2° norte y
el 2 ° sur, especialmente al pie de la cordillera donde se encuentra un máximo de lluvias
sobre la línea equinoccial. Este hecho tiene explicación en dos factores que se refuerzan
mutuamente: primero, la convergencia de los Alisios, desestabilizados sobre esta faja, que
son empujados por el Efecto Coriolis, hacia el extremo occidental y, segundo, la influencia
de la orografía que aumenta paulatinamente la lluviosidad por efecto de ascenso del
relieve, lo cual produce enfriamiento adiabático de las masas de aire ascendentes
(Domínguez, 1985).

3.3. CLASIFICACIÓN CLIMÁTICA

En la Amazonia Colombiana se presentan tres tipos de clima de acuerdo a la clasificación


de Köeppen: Am, Af y Aw (Domínguez, 1985).

3.3.1. El clima Af (ecuatorial siempre húmedo). Este clima no presenta estación seca, se
distribuye en la mayor parte de la región amazónica. En el extremo oriental cubre desde
el 4 ° sur hasta 3.5° norte. A medida que nos acercamos a la región Andina, la faja de
selva húmeda se acerca más y más al ecuador, hasta que en los 75° de longitud occidental
se encuentra a 1° norte, de allí se encauza nuevamente al norte hasta dar con la cordillera.

La característica del clima Af es su lluviosidad constante durante todo el año, careciendo


de un período verdaderamente seco, y su alta humedad relativa que para la zona siempre
es superior al 80%. Este factor permite el desarrollo de la verdadera selva ecuatorial, con
una vegetación alta y espesa compuesta por grandes árboles con troncos de notable

175
diámetro. En estado natural este bosque carece de sub-bosque inferior espeso
(sotobosque), excepto a la orilla de los ríos y caños.

3.3.2. El clima Am (caliente y húmedo de monzones). Este clima ocupa un área


transicional entre la propia selva y los Llanos Orientales, en un ancho, promedio de 1,5°
de latitud. Prácticamente, abarca toda la región de bosques que se encuentran dentro de
la cuenca del Orinoco, al norte de la cuenca que drena al Amazonas; exceptuando a la
región noroccidental que coincide con la cuña climática que se introduce hasta las
cabeceras de varios afluentes del Caquetá (Apaporis, Yarí y Caguán).

El clima Am se caracteriza por fuerte lluviosidad, pero se ve atemperado por la existencia


de un período verdaderamente seco; lo cual relacionado con una temperatura
relativamente alta (25° a 27° centígrados) para la zona, tiene un efecto muy notorio para
la morfología vegetal. Aquí la selva es baja y de troncos delgados (20 a 30 cm en
promedio); la vegetación es más espaciada y menos frondosa, lo cual permite mayor
penetración de la luz hacia el suelo. Como resultado de la mayor iluminación, surge un
bosque inferior (sotobosque) dentro de la selva prístina, mucho más espeso que el
existente en el sombrío suelo de la selva siempre lluviosa.

El hecho de que el período de lluvias se presente durante el verano estacional del


hemisferio norte (junio a septiembre), nos permite clasificar más exactamente esta zona
transicional como Amw, o sea con secas de invierno, y lluvias de verano.

Mapa 27. Tipos de clima

FUENTE: Domínguez, 1985

176
3.3.3 El clima Aw (tropical húmedo de sabana). Tiene una temporada seca prolongada
que se desarrolla durante el verano estacional del hemisferio norte (julioseptiembre). La
mayor parte de estas sabanas se encuentran fuera del área considerada amazónica, o
sea al norte del río Vichada y al oriente y al nororiente de los ríos Guéjar y Ariari. Sin
embargo, en la región noroccidental, al sur de la serranía de la Macarena, se encuentran
las sabanas del Yarí, con una superficie aproximada de 364.000 hectáreas. Ellas están
enclavadas en medio de una selva baja de transición y tienen una morfología vegetal típica
de sabana muy diferente a la selva aledaña.

Aunque es casi seguro que el origen secundario de este paisaje se debió a la acción
humana, se debe considerar que allí existe un enclave climático de temporada seca
prolongada que, debido a la deforestación, se hará cada vez más seco por la acción cada
vez más fuerte y desecante de los vientos que ahora recorren libremente la llanura
(Domínguez, 1985).

3.4. RÍOS VOLADORES

Los ríos voladores son flujos masivos de agua en forma de vapor cruzan la atmósfera
sobre la Amazonia y causan lluvias a miles de kilómetros, en el sur de Brasil, Argentina,
Uruguay y Paraguay. Los científicos advierten que estos ríos aéreos se están acelerando
debido al calentamiento global, causando lluvias más intensas.

Los ríos voladores llevan humedad a vastas regiones de Sudamérica. Así se conoce
popularmente a los flujos aéreos masivos de agua en forma de vapor que vienen del
océano Atlántico tropical y son alimentados por la humedad que evapora de la Amazonia.
Se encuentran a una altura de hasta dos kilómetros y pueden transportar más agua que
el mismo río Amazonas.

Figura 49. Ríos voladores

FUENTE: Gerard Moss, 2017

177
Estos ríos de humedad atmosférica, que cruzan la atmósfera velozmente sobre la
Amazonia hasta encontrarse con los Andes causan lluvias a más de 3.000 kilómetros de
distancia, en el sur de Brasil, Uruguay, Paraguay y el norte de Argentina y son vitales para
la producción agrícola y la vida de millones de personas en América Latina (Moss, 2017).

Figura 50. Formación y ruta de los ríos voladores

FUENTE: Aire Libre, 2016

¿Cómo podemos entender la circulación del agua por el paisaje? El agua irriga y drena
los suelos de forma análoga a la sangre, que irriga y drena los tejidos del cuerpo. Si los
familiares ríos son análogos a las venas, que drenan el agua usada y la regresan al origen
en el océano, ¿dónde están las arterias del sistema natural? Son los ríos aéreos, que
traen el agua fresca, renovada en la evaporación del océano. Para completar el sistema
circulatorio faltaba solamente el corazón, la bomba que impulsa los flujos en las arterias
aéreas. La teoría de la bomba biótica vino a explicar que la fuerza que propulsa los vientos
canalizados en los ríos aéreos debe ser atribuida al Gran Bosque (selva amazónica), que
funciona entonces como el corazón del ciclo hidrológico (Nobre, 2014).

Existe una mayor incidencia solar en la zona ecuatorial y, por lo tanto, en ella ocurre,
debido a efectos físicos, una mayor ascensión del aire (corrientes de convección) que se
enfría y hace llover, favoreciendo a los bosques. El aire que ascendió y perdió humedad
necesita ir hacia algún lugar, desplazándose en altitud en los dos hemisferios, en la
dirección de los subtrópicos. Ese aire seco, cuando baja y se calienta, absorbe humedad
de la superficie, generando desiertos en las zonas subtropicales de la Tierra.

178
Pero existen excepciones, y la parte centro-meridional de Suramérica es una de ellas. Por
la influencia de la circulación de Hadley, esa región tendería a la aridez. Basta con ver el
desierto de Atacama, al otro lado de los Andes, o los desiertos de Namibia y Kalahari, en
África, y el desierto de Australia. Todos esos desiertos están alineados latitudinalmente
con la afortunada área verde centro-meridional de Suramérica, responsable por un 70%
del PIB del continente, en el cuadrilátero delimitado por Cuiabá al Norte, São Paulo al
Este, Buenos Aires al Sur y la cordillera de los Andes al Oeste.
Comparando las firmas químicas entre el flujo de entrada de vapor oceánico en el gran
anfiteatro amazónico y las correspondientes firmas del agua de desembalse que regresa
al océano por el río Amazonas, una parte significativa del agua que entra como vapor en
el canal aéreo no regresa por el canal terrestre. La Amazonía exporta ese vapor a otras
regiones del continente e irrigando otras cuencas hidrográficas distintas a la del
Amazonas. Las lluvias en América del Sur, fuera de la Amazonia, son alimentadas por el
transporte continental de vapor de agua procedente de la Amazonia.

El concepto de ríos atmosféricos fue introducido en 1992 por Reginald Newell y Nicholas
Newell para describir los flujos filamentosos en la baja atmósfera, capaces de transportar
grandes cantidades de agua en forma de vapor, típicamente en volúmenes superiores al
transportado por el río Amazonas (que tiene un caudal medio de 200.000 metros cúbicos
por segundo, unos 17.000 millones de toneladas al día).

Casi tres décadas después se comprobó que la circulación conecta los vientos Alisios
cargados de humedad del Atlántico ecuatorial con los vientos sobre la Amazonia hasta los
Andes, y de allá estacionalmente hacia la parte meridional de América del Sur. América
del Sur funciona un sistema de monzones similar al de Asia. Debido al efecto del bosque
(Geisers del bosque) y también de la cordillera de los Andes (una barrera de hasta 6 km
de altura), el persistente aire húmedo amazónico durante el verano, lleva cantidades
generosas de vapor de agua hacia el sur de América del Sur, contrariando su tendencia a
la aridez (Nobre, 2014).

4. VEGETACIÓN

La Amazonia Colombiana es la mayor reserva forestal del país, de un valor ecológico


incalculable. La mayor parte está cubierta por una vegetación de tipo arbóreo (selva
ecuatorial lluviosa o bosque húmedo tropical), caracterizada por su abundante y muy
heterogénea composición florística. Los bosques amazónicos constituyen el 66,6%
(39.516.141 hectáreas) del área total de bosques naturales existentes en el país (IDEAM,
2017). Tales recursos forestales tienen múltiples posibilidades de utilización:

 Como productores de biomasa. La Amazonia conforma uno de los ecosistemas más


eficientes para captar, transformar y almacenar la energía solar (en forma de biomasa);
por lo tanto, constituye el primer eslabón de las complejas cadenas tróficas animales
(incluida la abundante fauna hidrobilógica) y vegetales que existen en la región.

179
 Como protectores. En este aspecto cabe anotar el efecto regulador y restaurador de
la frágil fertilidad de los suelos de la región (reciclaje de nutrientes) y de los ríos,
considerando estos últimos en su triple función de productores de agua para consumo
o para energía, de medios naturales de transporte y de fuente de recursos
hidrobiológicos de gran diversidad y abundancia. Igualmente, los bosques amazónicos
son la base necesaria para preservar ambientes esenciales que garanticen la
supervivencia de especies animales.
 Como productores directos. Cabe destacar la diversidad de recursos vegetales y
genéticos que pueden proporcionar los bosques naturales de la región amazónica.
Tales recursos se traducen en información genética para el mejoramiento de especies,
para el consumo humano y animal, materias primas para la industria, la medicina y
maderas finas.

Los bosques están conformados por varios estratos principales que establecen doseles
espesos, lo que dificulta la radiación solar hacia niveles inferiores. En consecuencia, bajo
un régimen de alta precipitación pluvial y elevadas temperaturas como el que soporta en
general esta región, se mantiene una alta humedad, no sólo del medio ambiente
interboscoso, sino también del suelo constantemente sombreado.

Tal situación ha propiciado además, la proliferación de diferentes especies de arbustos y


trepadoras leñosas que, unidas al alto grado de epifitismo que soporta la masa forestal
principal, están favoreciendo aún más la complejidad estructural de este tipo de bosque.

Variaciones locales de clima y, sobre todo cambios topográficos y de suelo, son


responsables por el desarrollo de diferentes tipos de bosques y hasta así mismo de
vegetación no forestal que, en manchas de tamaño variado, se extienden por la región,
las cuales se pueden agrupar en las siguientes formaciones vegetales: formaciones de la
planicie terciaria; formaciones de piedemonte y montaña; formaciones del Macizo de las
Guayanas (superficie de aplanamiento); formaciones de las vegas aluviales; formaciones
de la Serranía de la Macarena, y formaciones de la región transicional del norte.

4.1. FORMACIONES DE LA PLANICIE TERCIARIA

En esta región de relieve formado por terrazas antiguas (terrazas altas) y superficies de
erosión de topografía ondulada en forma de lomeríos (tierra firme). Se desarrolla una selva
densa y exuberante (la propia selva ecuatorial lluviosa). Especialmente en los grandes
interfluvios de los ríos Amazonas, Putumayo, Caquetá y Apaporis.

La vegetación está compuesta en mayor grado por bosque en estado de climax, con gran
profusión de parásitas y epífitas; los árboles emergentes pueden superar los 40 metros de
altura y tener diámetros superiores a 50 cm. Pocas veces los individuos de una misma
especie se encuentran formando grupos homogéneos, siendo ésta una característica de
toda la selva amazónica. La composición florística del bosque la constituyen especies
como el cabo de hacha, laurel amarillo, comino real, sangretoro, guamo, carguero, siringa,

180
cedro, etc, que alternan con un número increíble de palmas y bejucos. Sin embargo el piso
es limpio y se puede transitar fácilmente entre los árboles.

Actualmente, la mayor parte de esta vegetación en las Amazonias Occidental y


Noroccidental ha dado paso a pasturas para la ganadería extensiva.

Figura 51. Vegetación de la planicie terciaria

FUENTE: https://www.google.com/search?biw=selvas+del+interfluvio+caqueta-putumayo

4.2. FORMACIONES DE PIEDEMONTE Y MONTAÑA

Sobre los abanicos, glacis y vallecitos que conforman el piedemonte andino-amazónico y


la parte baja de la cordillera Oriental (montaña baja) hasta unos 950 msnm
aproximadamente, se desarrolla una selva densa y muy alta, en estado natural,
correspondiente al piso basal de selva ecuatorial lluviosa semejante a la selva de la
planicie terciaria (actualmente sólo quedan pequeños relictos de esta selva). A medida
que aumenta la altura y disminuye la temperatura en el sector cordillerano (gran paisaje
de montaña) va apareciendo un nuevo tipo de bosque, el bosque subandino y
posteriormente el andino. Se considera que esta región piedemontana y de montaña es
una de las más diversas biológicamente de la Amazonia, por la distribución no sólo
horizontal sino vertical de la vegetación y por cuanto, se cree que perteneció a uno de los
refugios pleistocénicos más importantes de la región (el refugio de Florencia).

Los árboles muy altos y de tronco grueso, presentan un alto índice de maderas útiles,
como es el caso del cedro, el laurel, el amarillo, entre otros.

Esta vegetación se encuentra en los departamentos del Caquetá y Putumayo, con altos
niveles de intervención ya que está por fuera de la Reserva Forestal de la Amazonia.

181
Figura 52. Bosque de montaña baja y piedemonte

FUENTE: https://www.google.com/search?biw=1366&bih=657&tbm=isch&sa=1&ei=iKemXJ2-
FpGm_Qbom4ugBQ&q=bosque+lluvioso+de+montaña+baja+en+el+caqueta&oq

4.3. FORMACIONES DEL MACIZO DE LAS GUAYANAS

Las formaciones vegetales del Macizo de las Guayanas se caracterizan por ser bosques
o matorrales bajos con una vegetación leñosa, dispersa y de poco diámetro. Las ramas
de estos árboles y arbustos, tienden a ser retorcidas con pocas hojas, de características
xerofíticas-escleróticas. Esta conformación del bosque permite un excelente paso de la
luz solar que trae como consecuencia un sotobosque denso de difícil tránsito. En el cual
se encuentran muchas especies endémicas.

Sin embargo, existen marcadas diferencias en este tipo de bosques, especialmente por
las características del suelo, la altitud y la humedad.

Dependiendo del contenido de arcillas y limos que tengan los suelos arenosos, se forman
bosques, arrabales y sabanas (las llamadas caatingas altas, medias y bajas).

Figura 53. Caatingas alta, media y baja

FUENTE:
https://www.google.com/search?biw=1366&bih=657&tbm=isch&sa=1&ei=n6qmXJ_6NMP45gKDtqe4CA&q
=vegetacion+de+caatinga&oq

182
El bosque o caatinga alta se produce sobre los suelos arenosos que contienen arcilla en
buena proporción y, a veces, algo de limos, los cuales les da un poco de fertilidad.
Además, que no estén sujetos a inundaciones prolongadas o niveles freáticos altos o a
una infiltración acelerada de las aguas que produzca una rápida sequedad edáfica.

Es decir, que tanto el exceso de humedad en el suelo como su sequedad, tienen efectos
negativos sobre crecimiento de este tipo de plantas.

La estructura general de la caatinga alta está conformada por árboles rectos y delgados
que no sobrepasan los 25 cm de diámetro y en su gran mayoría y con alturas promedios
entre 15 y 20 metros. La separación entre los troncos es bastante amplia y las copas poco
frondosas, lo cual permite la penetración de bastante luz hacia el suelo.

El Arrabal o caatinga media es el tipo de formación florística predominante en Guainía,


pues cubre la mayor parte de las tierras interiores que se encuentran desde Inírida hasta
el Isana y la parte occidental de las tierras interiores entre el Guaviare y el Inírida. Allí
predominan los arbustos y pequeños árboles, con altura entre 8 y 12 metros y diámetros
entre 10 y 15 centímetros.

Los suelos de esta formación son muy arenosos, con una capa delgada de materia
orgánica que, en algunos sitios, puede alcanzar varios centímetros. Parece que la causa
de la pobreza de esta vegetación que presenta xeromorfismo y esclerosis se debe al
exceso de aguas ácidas.

Como forma extrema, presentando fuertes endemismos, se presentan las sabanas o


Caatinga baja. Son grandes parches de vegetación baja, en su mayor parte herbácea,
salpicados a grandes trechos por pequeñas plantas leñosas. Algunas de estas sabanas
alcanzan a tener cientos de kilómetros cuadrados como en la cercanía del Atabapo y en
otros casos, son pequeños enclaves de algunas hectáreas. Aunque el término de sabana
se aplica indistintamente, hay que hacer la distinción entre las sabana del tipo llanos
orientales, compuesta en su mayor parte por gramíneas, y las sabanas o Caatingas bajas
del alto río Negro, donde predominan las ciperáceas.

Este tipo de "caatinga baja" sólo se produce en las planicies cuyos suelos son arenas
totalmente lavadas, sujetas a una fuerte y prolongada inundación anual, esto exige una
drástica selección de las especies, en cuanto deben ser hidrofíticas estacionales, muy
exigentes en cuanto a nutrientes y con una alta resistencia a la acidez.

Hay que considerar como formaciones diferentes a las caatingas bajas las que se
encuentran sobre los cerros y serranías del área. Aunque estas comparten varias especies
con las caatingas bajas de planicie, sin embargo presentan sus endemismos propias de
plantas litófilas, que prácticamente se desarrollan sobre la roca pura: el caso más
interesante es el de las Vellozias que son muy antiguas y solamente se encuentran sobre
los relictos precambrianos del antiguo continente de Gondwana.

183
Las palmas, sin lugar a dudas constituyen la planta más numerosa, variada e importante
de la región en cuanto a flora silvestre y la segunda en importancia económica, después
de la yuca. El hábitat de sus numerosas especies fluctúa, desde los bajos
permanentemente inundados (palmas hidrofíticas) hasta las rocas estériles de los cerros
(palmas litofíticas), conviviendo varias especies juntas en un mismo tipo de hábitat.

4.4. FORMACIONES DE LA LLANURA AMAZÓNICA Y VALLES ALUVIALES

La vegetación de la llanura amazónica y valles aluviales periódicamente inundados (zonas


de várzeas), se diferencia de la selva de la planicie terciaria por presentar un número
menor de especies y por la menor altura de sus árboles en los estratos más elevados. No
habiendo excesiva disminución de agua en el suelo en cualquier época del año ella se
mantiene siempre verde. La várzea es anualmente abonada con los sedimentos que
descienden de los Andes y de la región pre-Andina durante las llenas de los ríos, por tanto
sus suelos son más ricos que los de la selva de tierra firme.

Raramente los árboles del estrato más elevado sobrepasan los 25 metros de altura.
Poseen troncos rectos con ramificación apenas en la parte superior, con diámetros que
casi nunca sobrepasan los 60 centímetros. No obstante, la vegetación posea en los
estratos inferiores menos especies que la de tierra firme, es a veces, casi impenetrable,
con una enorme profusión de ramas espinosas que se entrelazan.

A diferencia de las várzeas ubicadas sobre vegas inundables periódicamente de ríos de


aguas blancas, los igapós se encuentran en las márgenes de los ríos de aguas negras y
se mantienen permanentemente inundados. Se caracterizan por la baja fertilidad y gran
variedad de especies. Los árboles que crecen en el igapó resisten la inundación, como
por ejemplo la palma yavarí cuyo fruto es muy apetecido por las cachamas.

Figura 54. Vegetación de várzeas e igapós

FUENTE: https://www.google.com/search?q=varzeas+amazonia+colombiana&tbm

Grandes áreas de inundación, temporal o permanente, sólo existen en el bajo Putumayo,


donde pueden cubrirse hasta 20 kilómetros de tierra adentro en cada orilla del río. En el

184
resto, hay pequeños trechos o puntos de inundación, en el bajo Caquetá, el Guaviare, río
Negro y otros ríos de menor caudal que también presentan vegas de inundación.

4.5. FORMACIONES DE LA REGIÓN DE LA MACARENA

Debido a su conformación geológica-geomorfológica tan compleja y a su situación de


confluencia de los Andes, Llanos Orientales y Planicie Amazónica, la serranía de la
Macarena es un mosaico de regiones fitogeográficas. Son de anotar las formaciones
xerofíticas que se encuentran sobre la roca expuesta de la serranía en su extremo sur.
Allí, lo mismo que en la Guayana Colombiana, se presentan los Velloziales, con una
especie propia que es la Vellozia macareniensis. Hay grandes trechos donde esta planta
litófila aparece en forma única, homogénea y otros donde alterna con diversas clusias y
pajonales. Igualmente, hay parches de sabanas naturales al sur, compuesta de pajonales.
Estas marcan el inicio norte de una cadena de sabanas inclusas (de enclave) conocidas
genéricamente como sabanas del Yarí.

Figura 55. Vegetación de la serranía de la Macarena

Vellozia
FUENTE:https://www.google.com/search?biw=1366&bih=657&tbm=isch&sa=1&ei=qbGmXO2WC6qmQam
&q=vegetacion+de+la+macarena&oq

El bosque ecuatorial se encuentra en gran parte de la sierra llegando hasta los 1.200
msnm para dar paso luego al bosque de tipo subandino.

4.6. FORMACIONES DE SELVA TRANSICIONAL NORTE

Entre los ríos Guaviare y Vichada se encuentra una selva muy baja, excepto en las vegas
de los ríos. Esta selva contiene, entremezclados, elementos florísticos de la propia
Amazonia con formas caducifolias del Orinoco.

Gran parte de esta selva ha sido deforestada para introducir pastos para la ganadería
extensiva, o cultivos de palma africana.

185
Figura 56. Selva transicional

FUENTE: ttps://www.google.com/search?biw=1366&bih=657&tbm=isch&sa=selva+transicional&oq

Entremezclados con la selva aparecen grandes parches de sabana verdadera,


compuestos de gramíneas y con inclusión de chaparrales. Es decir, se nota cierta
penetración de los Llanos Orientales hacia el área. Sin embargo, cerca al Orinoco se
presentan algunas sabanas de ciperáceas y caatingas bajas.

5. SUELOS

5.1. GENERALIDADES

La Amazonia presenta un mosaico de suelos que van desde los mal drenados de las
várzeas y los valles aluviales de los grandes ríos y sus tributarios hasta aquellos con
drenaje excesivo de los paisajes de piedemonte, montaña, lomeríos o de las estructuras
rocosas (macizo); gran parte del área posee suelos de texturas finas y medias pero hay
sectores importantes particularmente en el sector nororiental, en donde predominan los
materiales arenosos en los perfiles de los suelos; desde el punto de vista del relieve suelos
completamente planos, plano-cóncavos, ondulados y quebrados. Los suelos bien
desarrollados en paisajes ondulados (lomeríos) por procesos de disección son los más
importantes por sus extensiones dentro de la región amazónica.

Algunas estructuras rocosas (suelos de macizo) se levantan en medio de la llanura verde


rompiendo la monotonía del paisaje, con formas variadas y complejas, unas veces
simulando mesas altas, otras colinas encadenadas de perfiles complejos o cerros aislados
de tipo inselberg. En estas estructuras hay cerros superficiales que comparten el área con
afloramientos rocosos de diferente naturaleza. La heterogeneidad en el patrón de
distribución de los suelos de la Amazonia se refleja igualmente en su grado de desarrollo
aunque dominan los suelos evolucionados y muy evolucionados, los hay también de
escaso desarrollo como sucede en los paisajes de origen aluvial, en los depósitos
arenosos de Guainía y Vaupés y en las serranías y cerros aislados.

186
A pesar de las variaciones mencionadas los suelos amazónicos presentan algunas
propiedades que los señalan como suelos diferentes en su constitución, características y
lógicamente en su capacidad de utilización o en los requerimientos de prácticas de
manejo, en comparación de las tierras de los ecosistemas andinos o de las áreas costeras.
Los estudios realizados hasta la fecha, han demostrado que los suelos amazónicos se
caracterizan por un nivel de fertilidad muy bajo en la fase mineral. Aquí es necesario
explicar que la mayoría de los suelos están constituidos por materiales minerales y
orgánicos, igualmente importantes para el sostenimiento de la vegetación. La pobreza de
la parte mineral de los suelos amazónicos la demuestra el alto grado de acidez, la
saturación de gases muy baja, la ausencia de calcio, magnesio y potasio intercambiable,
o la presencia de contenidos totalmente insuficientes para suplir las necesidades de las
plantas, la marcada pobreza en fósforo aprovechable y los altos contenidos de aluminio
de cambio.

Los análisis mineralógicos de la fracción arena demuestran que el cuarzo, que no ofrece
elementos nutrientes para las plantas, existe en porcentajes superiores al 95% en la
mayoría de los suelos que se han estudiado, mientras que los minerales fácilmente
intemperizables y ricos en nutrientes no existen o se presentan en cantidades
insignificantes: la arcilla dominante, por otra parte, es la caolinita y hay notable deficiencia
de materia orgánica en todo el perfil con excepción de los primeros 5 o 10 centímetros.
Esta situación lejos de mejorar, empeora hacia el oriente, en el departamento del Guainía
por ejemplo, en donde se presentan extensas zonas de suelos derivados de los depósitos
arenosos cuarcíticos tan pobres que sólo permiten el crecimiento de una vegetación
arbustiva raquítica denominada - caatinga.

Esta situación indica que la nutrición vegetal en la Amazonia depende principalmente de


la fase orgánica del suelo, a diferencia de lo que ocurre en la región andina, en la que las
plantas se nutren de las sustancias almacenadas en la fase orgánico-mineral.

5.2. FORMACIÓN DE LOS SUELOS AMAZÓNICOS

Según Cortez e Ibarra (1981), el suelo es el producto de la interacción de factores


formadores tales como el clima, la vegetación y los microorganismos asociados, el relieve,
el material parental derivado de la roca madre, el hombre y el tiempo. El efecto de estos
factores formadores induce procesos de formación de suelos (meteorización, lixiviación y
la actividad biológica) que paulatinamente van imprimiendo sus huellas en los perfiles de
los suelos hasta desarrollar en ellos características particulares que sirven como
elementos de diagnóstico para su clasificación y para definir su capacidad de utilización y
manejo. Estos son procesos que pueden ser ganancias o pérdidas de diferentes
sustancias y materiales, alteraciones o transformaciones y transferencias o
translocaciones de los componentes orgánicos y minerales del suelo. El estudio de los
factores y de los procesos de formación es fundamental para entender la naturaleza del
suelo. Su vocación y el papel que desempeña en los ecosistemas.

187
En el caso de los suelos de la región amazónica el material parental y el clima son, en
general, los factores que han jugado el papel más importante en su formación, y las
transformaciones y las pérdidas, los procesos que han dejado las marcas más notorias en
su perfil. Los sedimentos, a partir de los cuales han evolucionado la mayor parte de los
suelos amazónicos, sufrieron antes de su depositación final una serie de procesos de
meteorización, erosión y sedimentación a los que sólo pudieron resistir minerales como el
cuarzo y la caolinita: como consecuencia de esto, los minerales presentes en los suelos
se encuentran en un estado de intemperismo más avanzado del que realmente podría
esperarse. Por este hecho se afirma que el material parental es el factor de mayor
incidencia en la etapa de evolución en que se encuentran la mayoría de los suelos
amazónicos.

Durante el proceso pedogénico el clima solo ha complementado el proceso a través de la


acción intempérica y la lixiviación. El predominio de la precipitación sobre la
evapotranspiración y las altas temperaturas acelera la transformación de los componentes
de la fase sólida del suelo. Además la gran cantidad de agua percolante remueve el perfil
de los productos resultantes de la alteración, especialmente los solubles, dando como
resultado suelos ácidos y pobres.

Localmente otros factores de formación cobran importancia, en los suelos piedemontanos,


cordilleranos, de los valles aluviales y en aquellos de las estructuras rocosas quebradas y
escarpadas, el desarrollo está condicionado por el efecto de la topografía más que por el
clima o cualquier otro factor. La evolución progresiva de los suelos es interrumpida o
atrasada por el aporte periódico de sedimentos o por las condiciones reductoras creadas
por las inundaciones y el nivel freático alto, en los suelos de paisajes aluviales y en los de
piedemonte y estructuras rocosas, por la remoción de los materiales edáficos a causa de
severos procesos erosivos.

La vegetación desempeña un papel importante en la génesis y evolución de los suelos


amazónicos, bien sea mediante aporte de residuos orgánicos o como cobertura de
protección del suelo frente a la intensa radiación solar y los procesos erosivos. La fauna
que es muy variada y abundante desarrolla una acción gigantesca en todos sus niveles
(micro, meso y macrofauna) ayudando a la alteración y a la traslocación de los materiales
minerales y orgánicos del suelo. El hombre está ejerciendo una acción cada vez mayor en
la evolución de los suelos, pero los resultados de su actividad son casi siempre negativos
y conducen a fenómenos del deterioro del recurso edáfico.

Es difícil evaluar la acción de los suelos amazónicos principalmente en aquellos paisajes


en los cuales la naturaleza del material parental señala un grado de alteración mayor que
el que podría esperarse en igual tiempo, en otras condiciones, sin embargo, es notoria la
presencia de suelos de diferentes edades relativas reflejadas en diversos grados de
evolución de los minerales presentes en los materiales edáficos y en el desarrollo
alcanzado por los perfiles del suelo.

188
5.3. TIPOS DE SUELOS AMAZÓNICOS

Los suelos que conforman la Amazonia se dividen en seis grupos de acuerdo al Paisaje
en que se encuentran (IGAC, 2014):

• Suelos de montaña estructural-erosional


• Suelos de piedemonte aluvial
• Suelos de lomerío amazónico estructural-erosional (planicie terciaria)
• Suelos de valles aluviales
• Suelos de planicie amazónica aluvial cuaternaria
• Suelos de macizo estructural

5.3.1. Suelos del paisaje de Montaña (M) estructural-erosional. La zona montañosa


(flanco oriental de la cordillera Oriental que se extiende por los departamentos de Nariño,
Putumayo, Caquetá y Meta) tiene características especiales por su origen, procesos
geológicos, variación de climas, desde el muy frío hasta el cálido, y vegetación diversa,
aspectos que han actuado a través del tiempo para dar lugar a una gran variedad de
suelos. Los tipos de relieve que se presentan son: filas-vigas, depresiones, conos y glacis,
hogbacks y espinazos, crestones, lomas y colinas y vallecitos intermontanos. El relieve
varía desde plano hasta fuertemente escarpado con pendientes de 0 a 75% y mayores.

Los suelos se han originado de diversos materiales provenientes de rocas ígneas


(granodioritas, cuarzodioritas, cuarzomonzonitas y granito), rocas metamórficas
(ignimbritas, neis, esquistos), rocas sedimentarias (arcillolitas y lodolitas) y depósitos
coluvioaluviales.
La zona está cubierta, en los sectores más altos, con bosque natural y vegetación de
páramo y hay algunas áreas carentes de cobertura. En altitudes inferiores a los 3.000
metros la vegetación natural ha sido reemplazada en algunos sectores, para dar paso a
la explotación agropecuaria, con una gama variada de cultivos propios de cada piso
bioclimático.

Los tipos de suelo del paisaje de montaña se describen a continuación teniendo en cuenta
los tipos de clima presentes.

Cuadro 17. Suelos de montaña estructural-erosional


TIPO DE
CLIMA LITOLOÍA/SEDIMENTOS CARACTERÍSTICAS DE LOS SUELOS
RELIEVE
Bien drenados, moderadamente profundos,
Granito y neiss fuertemente
Filas y Vigas extremadamente ácidos, con alta saturación de
meteorizados
aluminio. Fertilidad baja
Frío muy Sedimentos fluviolacustres Pobre a moderadamente drenados, moderadamente
húmedo y Depresión predominantemente orgánicos, con profundos a superficiales, fuertemente ácidos,
húmedo alternancia de sedimentos minerales moderada saturación de aluminio. Fertilidad baja
Bien a mal drenados, profundos a superficiales,
Conos y Sedimentos coluvioaluviales
fuertemente ácidos, moderada saturación de
Glacis heterométrico
aluminio. Fertilidad baja

189
Templado Bien drenados, moderadamente profundos a
Materiales metamórficos (granulitas
muy húmedo y Filas y Vigas superficiales, fuertemente ácidos, alta saturación de
y pegmatitas)
húmedo aluminio. Fertilidad baja
Granito y neiss con inclusiones de Bien drenados, superficiales a profundos, fuertemente
Filas y Vigas
areniscas ácidos, alta saturación de aluminio. Fertilidad baja
Estratos fuertemente basculados de Bien a excesivamente drenados, moderadamente
Hogbacks y
Cálido muy areniscas, arcillolitas y profundos a superficiales, muy fuertemente ácidos,
Espinazos
húmedo conglomerados alta saturación de aluminio. Fertilidad baja
Bien a pobremente drenados, moderadamente
Sedimentos aluviales heterométricos
Vallecitos profundos a superficiales, muy fuertemente ácidos.
con matriz media y gruesa
Fertilidad baja
Bien drenados, moderadamente profundos a
Granitos y neiss con inclusiones de
Filas y Vigas profundos, muy fuertemente ácidos, alta saturación de
areniscas sobre arcillolitas
aluminio. Fertilidad baja
Estratos de areniscas con Bien drenados, moderadamente profundos a
Crestones alternancia de arcillolitas y superficiales, muy fuertemente ácidos, alta saturación
conglomerado de aluminio. Fertilidad baja
Cálido Estratos fuertemente basculados de Bien drenados, moderadamente profundos a
Hogbacks y
húmedo areniscas, arcillolitas y superficiales, fuertemente ácidos, alta saturación de
Espinazos
conglomerados aluminio. Fertilidad baja
Lomas y Arcillolitas y lodolitas altamente Bien drenados, profundos, muy fuertemente ácidos,
Colinas meteorizadas alta saturación de alumiio. Fertilidad baja
Bien a imperfectamente drenados, profundos y
Vallecitos Sedimentos aluviales medios moderamente profundos, muy fuertemente ácidos,
moderada saturación de aluminio. Fertilidad baja
FUENTE: IGAC, 2014

 Suelos de montaña en clima frío muy húmedo y húmedo. Los suelos de este clima
se presentan en los tipos de relieve de filas, vigas, depresión y conos y glacis; el relieve
varía de plano hasta fuertemente escarpado con pendientes de 0 hasta > al 75%, en
alturas entre 2.000 a 3.000 msnm, temperatura de 12 a 18°C y precipitaciones anuales
de 1.000 a 4.000 mm. Los suelos se han originado de rocas ígneas y metamórficas
(granitos y neis), sedimentos fluviolacustres y sedimentos coluvioaluviales
heterométricos.

Suelos de filas y vigas (MKA). La geomorfología de la unidad corresponde al paisaje


de montaña estructural erosional cuyo tipo de relieve, de filas y vigas, es escarpado a
muy escarpado con pendientes largas y rectilíneas que sobrepasan el 50% en
inclinación; se presenta erosión hídrica en grado moderado en algunos sectores,
movimientos en masa generalizados y afloramientos rocosos.

Los suelos se han derivado de granitos y neiss moderadamente meteorizados, son


bien drenados, moderadamente profundos a profundos, extremadamente ácidos y con
alta saturación de aluminio; las bases totales, el calcio, el magnesio y la saturación de
bases son bajos. La fertilidad natural es baja.

Suelos de depresión (MKB). Geomorfológicamente la unidad aparece en el paisaje


de montaña estructural, en un tipo de relieve denominado depresión (Balsillas y Valle
de Sibundoy); el relieve es ligeramente ondulado con pendientes que no superan el
12%; no se presentan procesos erosivos.

Los suelos de esta unidad se han derivado de sedimentos fluviolacustres


predominantemente orgánicos, con alternancia de sedimentos minerales. Son pobre y

190
moderadamente drenados, muy superficiales y moderadamente profundos, muy
fuertemente ácidos y con moderada saturación de aluminio; las bases totales, el calcio,
el magnesio y la saturación de bases son bajos; la fertilidad natural es baja.

Suelos de abanicos y derrubios (MKC). La unidad aparece en un tipo de relieve


conocido como abanicos y derrubios, cuya topografía es ligeramente ondulada con
pendientes 3-7%; no ocurren procesos erosivos.

Estos suelos son derivados de sedimentos coluvioaluviales heterométricos, son


generalmente bien drenados, aunque en los sitios plano cóncavos el drenaje es pobre,
son suelos profundos y moderadamente profundos, estos últimos en los sitios con
drenaje imperfecto; en cuanto a sus características químicas, son muy fuertemente
ácidos, con moderada saturación de aluminio, mientras que las bases totales, el calcio,
el magnesio y la saturación de bases son bajos; la fertilidad natural es baja.

 Suelos de montaña en clima templado muy húmedo y húmedo. Estos suelos se


presentan en el tipo de relieve filas y vigas, de topografía ligera hasta fuertemente
escarpada con pendientes de 25 a 75% y mayores, en alturas entre 1.000 a 2.000
msnm, temperaturas que varían de 18 a 24ºC y precipitaciones anuales de 1.000 a
4.000 mm. Los suelos se han originado de rocas ígneas (granodiorita, cuarzodiorita y
cuarzomonzonita) y metamórficas (neis horbléndico y esquistos).

Suelos de filas y vigas (MPA). La unidad se ubica en las filas y vigas del paisaje de
montaña cuyo relieve varía desde inclinado, con pendientes 12-25%, hasta
fuertemente escarpado con pendientes >75% y procesos erosivos en algunos
sectores.

Los suelos se han originado a partir de materiales metamórficos como granulitas y


pegmatitas; son bien drenados, moderadamente profundos a profundos, en algunos
sectores son superficiales; en cuanto a sus características químicas, son muy
fuertemente ácidos, con alta saturación de aluminio y capacidad de intercambio
catiónica, mientras las bases totales, el calcio, el magnesio, la saturación de bases y
la fertilidad natural son bajos.

 Suelos de montaña en clima cálido muy húmedo. En el clima cálido muy húmedo
los suelos se localizan en las filas y vigas del paisaje de montaña, de relieve ligera a
moderadamente escarpado con pendientes que varían entre el 25 y el 75%; las alturas
oscilan entre 300 y 1.000 msnm, temperatura mayor a 24°C y precipitaciones anuales
de 4.000 a 8.000 mm. Los suelos se han originado de rocas ígneas (granodiorita y
cuarzodiorita) y metamórficas (neis).

Suelos de filas y vigas (MUA). Geomorfológicamente la unidad corresponde al


paisaje de montaña estructural y al tipo de relieve de filas y vigas; el relieve varía desde
ligeramente ondulado con pendientes entre 12 y 25% hasta escarpado con pendientes

191
superiores a 75%; en algunos sectores se presentan procesos erosivos de grado
moderado.

Los suelos se han originado a partir de granitos y neiss con inclusiones de areniscas,
son bien drenados, superficiales y profundos, muy fuertemente ácidos y con alta
saturación de aluminio; la capacidad de intercambio catiónico, las bases totales, el
calcio, el magnesio y la saturación de bases son bajos, al igual que la fertilidad natural.

Suelos de hogbacks y espinazos (MUB). La geomorfología de la unidad corresponde


al paisaje de montaña estructural, tipo de relieve de hogbacks y espinazos, de relieve
moderadamente inclinado a fuertemente escarpado con pendientes entre 7 y > 75%,
afectado por procesos erosivos en grado moderado.

Los suelos se han originado a partir de areniscas en alternancia con arcillolitas y


conglomerados e inclusiones de materiales bituminosos; se caracterizan por ser bien
drenados, moderadamente profundos y superficiales; muy fuertemente ácidos, con alta
saturación de aluminio y baja capacidad de intercambio catiónica al igual que las bases
totales, el calcio, el magnesio y la saturación de bases, así como la fertilidad natural.

 Suelos de montaña en clima cálido húmedo. En este clima y paisaje los tipos de
relieve identificados corresponden a filas-vigas y lomas, de relieve fuertemente
quebrado hasta moderadamente escarpado con pendientes de 12 a 75%, alturas
inferiores a los 1.000 msnm, temperatura mayor a 24°C, y precipitaciones anuales de
2.000 a 4.000 mm. Los suelos se han originado de rocas metamórficas (neis y
esquistos) y rocas ígneas (cuarzodioritas, granodioritas, cuarzomonzonitas).

Suelos de Filas y vigas (MVA). Geomorfológicamente la unidad aparece en las filas


y vigas del paisaje de montaña estructural; el relieve varía de moderadamente
inclinado a moderadamente escarpado con pendientes superiores al 25%; se aprecian
procesos erosivos de consideración, especialmente en los sectores con mayor
pendiente.

Los suelos de esta unidad se han originado a partir de granitos y neiss; son bien
drenados, moderadamente profundos y profundos, muy fuertemente ácidos, con alta
saturación de aluminio y baja capacidad de intercambio catiónico; las bases totales, el
calcio, el magnesio, la saturación de bases son bajos y la fertilidad natural es muy baja.

Suelos de crestones (MVB). La geomorfología de la unidad corresponde al paisaje


de montaña estructural y tipo de relieve crestones; el relieve es fuertemente inclinado
a fuertemente escarpado con pendientes entre 25 y >75%; se presentan procesos
erosivos de grado moderado.

Los suelos se han originado a partir de estratos de areniscas con alternancia de


arcillolitas y conglomerados e inclusiones de materiales bituminosos; son bien
drenados, moderadamente profundos y superficiales, muy fuertemente ácidos, con alta

192
saturación de aluminio y baja capacidad de intercambio catiónico; contenidos bajos de
bases totales, saturación de bases, de calcio y de magnesio. La fertilidad natural es
baja.

Suelos de hogbacks y espinazos (MVC). La unidad aparece en un tipo de relieve de


hogbacks y espinazos, cuya topografía es de ligera a fuertemente escarpada con
pendientes desde 25% hasta superiores a 75%; en esta unidad se aprecian procesos
erosivos de consideración, especialmente en los sectores con mayor pendiente.

Los suelos de esta unidad se han originado a partir de estratos de areniscas, arcillolitas
y conglomerados. Son bien drenados, muy superficiales y moderadamente profundos;
extremada a fuertemente ácidos, alta saturación de aluminio y baja capacidad de
intercambio catiónico, las bases totales, el calcio, el magnesio, la saturación de bases
también son bajos; la fertilidad natural es baja.

Suelos de lomas y colinas (MVD). La unidad aparece en las lomas y colinas, de


topografía moderadamente a fuertemente inclinada con pendientes entre el 7 y el 75%.

Los suelos de esta unidad se han originado a partir de arcillolitas y lodolitas altamente
meteorizadas; son bien drenados y profundos, muy fuertemente ácidos, con alta
saturación de aluminio y baja capacidad de intercambio catiónico; las bases totales, el
calcio, el magnesio, la saturación de bases también son bajos; la fertilidad natural es
baja.

Suelos de vallecitos intermontanos (MVE). La unidad aparece en los vallecitos


intramontanos, de topografía plana a ligeramente inclinada con pendientes entre 0 y
7%.

Los suelos de esta unidad se han originado a partir de sedimentos aluviales medios y
se caracterizan por ser bien e imperfectamente drenados, moderadamente profundos
a profundos, muy fuertemente ácidos, con moderada saturación de aluminio y baja
capacidad de intercambio catiónico; las bases totales, el calcio, el magnesio, la
saturación de bases también son bajos; la fertilidad natural es baja.

5.3.2. Suelos del paisaje de Piedemonte (P) aluvial. El piedemonte aparece en forma
muy intermitente al pie de la montaña sin formar una franja continua como se cree
popularmente. Los materiales están constituidos por aportes aluviales de diferente
granulometría. Los tipos de relieve identificados son: abanicos antiguos, subrecientes y
recientes, glacis de acumulación y vallecitos. El relieve es ligeramente plano hasta
moderadamente inclinado con pendientes inferiores al 12%.

Los suelos se han formado a partir de aluviones y coluviones mixtos. El carácter básico
de los aluviones y sus texturas medias le transmiten buena fertilidad a los suelos.

Cuadro 18. Suelos de Piedemonte Aluvial

193
TIPO DE
CLIMA LITOLOÍA/SEDIMENTOS CARACTERÍSTICAS DE LOS SUELOS
RELIEVE
Sedimentos colvioaluviales Bien drenados, moderadamente profundos,
Abanicos antiguos
mixtos extremada a fuertemente ácidos. Fertilidad baja
Bien a moderadamente bien drenados, profundos
Abanicos Sedimentos coluvioaluviales
a moderadamente profundos, extremadamente
Cálido muy húmedo subrecientes finos
ácidos. Fertilidad baja
Bien a pobremente drenados, moderadamente
Abanicos
Sedimentos finos sobre medios profundos a superficiales, extremadamente
recientes
ácidos. Fertilidad baja
Moderadamente bien drenados a pobremente
Sedimentos colvioaluviales drenados, moderadamente profundos a
Abanicos antiguos
mixtos superficiales, muy fuertemente ácidos, alta
saturación de aluminio. Fertilidad baja
Bien a pobremente drenados, profundos a
Abanicos Sedimentos coluvioaluviales
superficiales, extremada a fuertemente ácidos,
subrecientes finos
alta saturación de aluminio. Fertilidad baja
Cálido húmedo
Bien a pobremente drenados, profundos a
Abanicos Sedimentos coluvioaluviales superficiales, muy fuertemente ácidos, moderada
recientes medios sobre gruesos a alta saturación de aluminio. Fertilidad moderada
a baja
Bien drenados, profundos, moderada a alta
Glacis de
Sedimentos finos saturación de aluminio, extremadamente ácidos.
acumulación
Fertilidad baja
Pobremente drenados a bien drenados,
Sedimentos aluviales
superficiales a profundos, muy fuertemente
Cálido húmedo Vallecitos heterométricos con matriz
ácidos, moderada saturación de aluminio.
media y gruesa
Fertilidad baja
FUENTE: IGAC, 2014

 Suelos del piedemonte en clima cálido muy húmedo. Se localizan en alturas


inferiores a los 500 msnm, con temperatura mayor a 24ºC y precipitación anual de
1.000 a 2.000 mm. Están afectados por erosión laminar ligera a severa, pedregosidad
superficial en algunos sectores, e inundaciones y encharcamientos. Los suelos se han
originado de depósitos coluvioaluviales moderadamente gruesos a finos con
fragmentos de roca en sectores.

Suelos de abanicos antiguos (PUA). La unidad aparece en un tipo de relieve de


abanicos antiguos, cuya topografía es plana a ligeramente inclinada con pendientes
entre 0 y 7%.

Los suelos de esta unidad se han originado a partir de sedimentos coluvioaluviales


mixtos; son bien drenados y moderadamente profundos, extremada a muy fuertemente
ácidos, con alta saturación de aluminio y baja capacidad de intercambio catiónico; las
bases totales, el calcio, el magnesio, la saturación de bases son también bajos; la
fertilidad natural es baja.

Suelos de abanicos subrecientes (PUB). La unidad aparece en un tipo de relieve de


abanicos subrecientes, con topografía plana y pendientes entre 0 y 12%.
Los suelos de esta unidad se han originado a partir de sedimentos coluvioaluviales
finos; son bien y moderadamente bien drenados, profundos y moderadamente
profundos, extremadamente ácidos, con alta saturación de aluminio y moderada a baja

194
capacidad de intercambio catiónico, las bases totales, el calcio, el magnesio, la
saturación de bases también son bajos; la fertilidad natural es baja.

Suelos de abanicos recientes (PUC). La unidad aparece en un tipo de relieve de


abanicos recientes, de topografía plana y pendientes no mayores al 3%.

Los suelos de esta unidad se han originado a partir de sedimentos finos sobre medios;
son muy pobremente y bien drenados, moderadamente profundos y superficiales,
extremadamente ácidos, con moderada a alta saturación de aluminio y moderada a
baja capacidad de intercambio catiónico; las bases totales, el calcio, el magnesio, la
saturación de bases también son bajos; la fertilidad natural es baja.

 Suelos de Piedemonte en clima cálido húmedo. Se localizan en alturas no


superiores a los 500 msnm, temperatura mayor a 24ºC y precipitación anual de 1.000
a 2.000 mm. Están afectados por erosión laminar ligera a severa, pedregosidad
superficial en algunos sectores, e inundaciones. Los suelos se han originado de
depósitos aluviales moderadamente gruesos a finos con fragmentos de roca en
algunos sectores.

Suelos de abanicos antiguos (PVA). La unidad aparece en una serie de abanicos


antiguos, de topografía plana a ligeramente inclinada, con pendientes que varían entre
0 y 12%.

Los suelos de esta unidad se han originado a partir de sedimentos coluvioaluviales


mixtos; son muy pobres y moderadamente drenados; moderadamente profundos y
superficiales, muy fuerte a fuertemente ácidos, con moderada a alta saturación de
aluminio y moderada a baja capacidad de intercambio catiónico; las bases totales, el
calcio, el magnesio y la saturación de bases también son bajos; la fertilidad natural es
baja.

Suelos de abanicos subrecientes (PVB). La unidad aparece en los abanicos


subrecientes, cuya topografía es plana a moderadamente inclinada, con pendientes
que varían entre 0 y 12%.

Los suelos de esta unidad se han originado a partir de sedimentos coluvioaluviales


finos; son bien y pobremente drenados, profundos y superficiales, extremada a
fuertemente ácidos, con alta saturación de aluminio y moderada a baja capacidad de
intercambio catiónico; las bases totales, el calcio, el magnesio, la saturación de bases
también son bajas al igual que la fertilidad natural.

Suelos de abanicos recientes (PVC). La unidad aparece en los abanicos recientes


cuya topografía es plana a moderadamente inclinada, con pendientes que varían entre
0 y 12%.

195
Los suelos de esta unidad se han originado a partir de sedimentos coluvioaluviales
medios sobre gruesos; son bien y pobremente drenados, profundos y superficiales,
muy fuerte a fuertemente ácidos, con moderada a alta saturación de aluminio y
moderada a baja capacidad de intercambio catiónico y bases totales; el calcio, el
magnesio, la saturación de bases también son bajas; la fertilidad natural es moderada
a baja.

Suelos de glacis (PVD). La unidad aparece en los glacis de acumulación, de


topografía plana a moderadamente inclinada, con pendientes que varían entre 3 y
12%.

Los suelos de esta unidad se han originado a partir de sedimentos finos; son bien
drenados y profundos, extremada a fuertemente ácidos, con moderada a alta
saturación de aluminio y moderada a baja capacidad de intercambio catiónico y de
bases totales; el calcio, el magnesio y la saturación de bases también son bajas al
igual que la fertilidad natural.

Suelos de vallecitos de piedemonte (PVE). La unidad aparece en un tipo de relieve


denominado vallecitos, dentro del paisaje de piedemonte. La topografía es plana a
ligeramente inclinada, con pendientes que varían entre 0 y 7% y susceptibles a las
inundaciones por sectores.

Estos suelos se han originado a partir de sedimentos aluviales finos; son muy
pobremente y bien drenados y superficiales y profundos; muy fuertemente ácidos, con
alta a moderada saturación de aluminio y moderada a baja capacidad de intercambio
catiónico y de bases totales; el calcio, el magnesio y la saturación de bases son bajos;
la fertilidad natural es baja.

5.3.3. Suelos del paisaje de Lomerío (L) Amazónico (planicie terciaria). El paisaje de
lomerío está caracterizado por un relieve de mesas y de colinas o lomas suaves y
densamente onduladas. El perfil de las vertientes es generalmente convexo; el movimiento
en masa del suelo, denominada reptación, es considerablemente activo, por lo menos en
las zonas intervenidas por los colonos; además, el escurrimiento asociado a la tala
indiscriminada del bosque natural ha acumulado coluviones que suavizan la parte inferior
de las vertientes, en donde, por lo general, se encuentran los vallecitos de relieve plano y
a menudo pantanoso.

El aspecto ondulado y plano alto del relieve sugiere que se trata de una antigua altiplanicie
disectada; se han encontrado cantos de costra de hierro, cuarzo, neis que confirmarían
los pisos que coronaban ese antiguo relieve.

En este paisaje de lomerío se han encontrado una serie de lomas, muy similares a las
lomas del piedemonte, diferenciándose porque las lomas del piedemonte contienen
grandes bloques de piedras en su matriz arcillosa y las lomas amazónicas carecen de
esos bloques.

196
El relieve varía desde ligeramente plano hasta ligeramente escarpado, con pendientes de
3 hasta 75%, con alturas entre 50 y 300 msnm, en clima cálido húmedo y muy húmedo.
Los tipos de relieve identificados son: lomas y colinas, mesas, lomas y mesas, depresiones
y vallecitos. Los suelos de las lomas y colinas se han originado de materiales provenientes
del flanco este de la cordillera Oriental, que sepultaron en estratos relativamente delgados
parte de las formaciones Orito y Terciario Superior Amazónico.

Los vallecitos aluviales y coluvioaluviales se encuentran distribuidos por todo el paisaje de


lomerío, en clima cálido húmedo y muy húmedo. Estos vallecitos presentan vegas
inundables con presencia de gravas y cantos rodados, cuya naturaleza depende de las
características litológicas de los lomeríos vecinos.

Cuadro 19. Suelos de Lomerío Amazónico


TIPO DE
CLIMA LITOLOÍA/SEDIMENTOS CARACTERÍSTICAS DE LOS SUELOS
RELIEVE
Bien drenados, moderadamente profundos, muy
Arcillolitas y lodolitas altamente
Lomas y Colinas fuertemente ácidos, alta saturación de aluminio,
meteorizadas
bases totales bajas. Fertilidad muy baja
Cálido muy húmedo Moderada a pobremente drenados,
Sedimentos coluviales finos
moderadamente profundos a superficiales, muy
Vallecitos a medianos con abundante
fuertemente a extremadamente ácidos. Fertilidad
cuarzo.
moderada
Arcillas abigarradas de la Bien drenados, moderadamente profundos a
Lomas y Colinas formación Orito y Terciario profundos, muy fuerte a extremadamente ácidos,
superior alta saturación de aluminio. Fertilidad muy baja
Depósitos orgánicos poco Muy pobremente drenados, muy superficiales,
Depresiones descompuestos sobre arcillas extremadamente ácidos. Fertilidad muy baja
gleizadas
Bien a pobremente drenados, profundos a muy
Arcillolitas y lodolitas altamente
Mesas superficiales, extremadamente ácidos, alta
Cálido húmedo alteradas
saturación de aluminio. Fertilidad muy baja
Arcillolitas y lodolitas que Bien drenados, profundos, muy fuertemente
alternan con arenas ácidos, alta saturación de aluminio, baja
Lomas y Mesas
ferruginosas de la formación saturación de bases. Fertilidad baja
Orito
Pobre a moderadamente bien drenados, muy
Sedimentos coluvioaluviales
Vallecitos superficiales a moderadamente profundos,
heterométricos
extremadamente ácidos. Fertilidad baja
FUENTE: IGAC, 2014

 Suelos de lomerío en clima cálido muy húmedo. En este clima y paisaje se


identificaron los tipos de relieve: lomas y colinas, y vallecitos; el relieve varía de
ligeramente plano hasta ligeramente escarpado y pendientes entre el 3 y el 50%;
alturas de entre 50 y 300 msnm, temperatura mayor de 24°C y precipitación anual entre
1.000 y 2.000 mm. Los suelos de las lomas, colinas se han desarrollado a partir de
arcillolitas y lodolitas y los de vallecitos de depósitos coluvialuviales finos a medianos
con abundante cuarzo.
Suelos de lomas y colinas (LUA). Geomorfológicamente la unidad corresponde al
paisaje de lomerío y tipo de relieve lomas y colinas, fuertemente ondulado, con
pendientes cortas y convexas entre el 7 y 50% de inclinación; la erosión se presenta

197
en grado moderado, movimientos en masa como derrumbes y patas de vaca
generalizados.

Los suelos se han derivado de arcillolitas y lodolitas altamente meteorizadas; son bien
drenados, moderadamente profundos, muy fuertemente ácidos, muy alta saturación
de aluminio; las bases totales, el calcio, el magnesio, el potasio y el sodio son muy
bajos; el fósforo asimilable es muy bajo y la fertilidad natural muy baja.
Suelos de vallecitos de lomerío (LUB). La geomorfología de la unidad corresponde
al paisaje de lomerío erosional cuyo tipo de relieve es de vallecitos, es ligeramente
plano con pendientes largas y ligeramente cóncavas que no sobrepasan el 7% de
inclinación; no presentan erosión, sin embargo, en algunos sectores pueden ocurrir
movimientos en masa localizados e inundaciones.

Los suelos se han derivado de depósitos aluviales heterométricos; son muy pobres y
moderadamente bien drenados, moderadamente profundos y muy superficiales, muy
fuerte a extremadamente ácidos, baja saturación de aluminio en los primeros
horizontes, la cual aumenta a muy alta con la profundidad; las bases totales muy bajas;
el calcio, el magnesio, el potasio, el sodio y la saturación de bases son muy bajas; el
fósforo disponible es alto y muy alto en los primeros horizontes y disminuye a niveles
medios y bajos con la profundidad. La fertilidad natural es alta en los horizontes
superiores y disminuye a niveles medios y bajos a medida que se profundiza.

 Suelos de lomerío en clima cálido húmedo. En el paisaje de lomerío del clima cálido
húmedo se identificaron los tipos de relieve lomas y colinas y vallecitos; el relieve varía
de ligeramente plano hasta moderadamente escarpado con pendientes entre el 3 y el
50%, alturas de entre 50 y 300 msnm, temperatura mayor de 24 °C y precipitación
anual entre 1.000 y 2.000 mm. Los suelos de las lomas y colinas se han desarrollado
a partir de arcillolitas y lodolitas y los de vallecitos de depósitos coluvialuviales finos a
medianos con abundante cuarzo.

Suelos de lomas y colinas (LVA). Geomorfológicamente la unidad aparece en las


cimas y laderas de las lomas y colinas del paisaje de lomerío erosional, el relieve varía
de ligeramente ondulado hasta fuertemente quebrado, con pendientes entre 3 y 50%
y erosión moderada en las áreas desprovistas de vegetación.

Los suelos se han derivado de arcillolitas y lodolitas que alternan con areniscas
ferruginosas y conglomerados. Son bien drenados, moderadamente profundos y
profundos, muy fuerte a extremadamente ácidos, alta a muy alta saturación de
aluminio, muy baja saturación de bases; el calcio, el potasio, el sodio y el magnesio
son muy bajos, el fósforo asimilable muy bajo y la fertilidad natural muy baja.

Suelos de depresión (LVB). Geomorfológicamente la unidad se encuentra en el


paisaje de lomerío erosional; tipo de relieve denominado depresión; el relieve es
ligeramente cóncavo con pendientes que no superan el 3% y susceptible a las
inundaciones.

198
Los suelos de esta unidad se han derivado de depósitos orgánicos poco
descompuestos sobre arcillas gleizadas. Son muy superficiales, muy pobremente
drenados, extremadamente ácidos, muy baja saturación de bases, muy alta saturación
de aluminio, muy bajos en contenido de fósforo aprovechable y fertilidad natural muy
baja.

Suelos de mesas (LVC). La geomorfología de la unidad corresponde al paisaje de


lomerío erosional cuyo tipo de relieve son las mesas; el relieve es ligeramente plano
con pendientes 1-3% y ligeramente ondulado con pendientes cortas y convexas de
inclinación 3-7%; erosión en grado moderado en las áreas desprovistas de vegetación.

Los suelos se han derivado de arcillolitas y lodolitas altamente alteradas, son bien y
pobremente drenados, muy superficiales y profundos, muy a extremadamente ácidos,
muy alta saturación de aluminio, muy baja saturación de bases; el calcio, el magnesio,
el potasio y el sodio son muy bajos, el contenido de fósforo asimilable es muy bajo al
igual que la fertilidad natural.

Suelos de lomas y mesas (LVD). Geomorfológicamente la unidad aparece en el


paisaje de lomerío en el tipo de relieve denominado lomas y mesas; el relieve es ligero
a ligeramente escarpado con pendientes cortas y convexas de inclinación que varía
entre el 7 y 50%; la erosión hídrica, como movimientos en masa (patas de vaca y
derrumbes) se presenta generalizada en grado moderado en los sectores donde la
vegetación ha sido talada.

Los suelos se han derivado de arcillolitas y lodolitas que alternan con areniscas
ferruginosas de la formación Orito; son bien drenados y profundos, muy fuertemente
ácidos, muy alta saturación de aluminio, muy baja saturación de bases; el calcio, el
magnesio, el potasio y el sodio son muy bajos al igual que los contenidos en fósforo.
La fertilidad natural muy baja.

Suelos de vallecitos de lomerío (LVE). Geomorfológicamente la unidad aparece en


los vallecitos del paisaje de lomerío; el relieve es plano a ligeramente inclinado con
pendientes que no superan el 7%. Los fenómenos erosivos, como derrumbes pueden
presentarse hacia las partes laterales de las corrientes de agua.

Los suelos de esta unidad se han desarrollado a partir de sedimentos coluvioaluviales


heterométricos. Son pobre e imperfectamente drenados, muy superficiales a
moderadamente profundos, muy fuerte a extremadamente ácidos, muy alta saturación
de aluminio, muy baja saturación de bases, altos contenidos de carbón orgánico en los
primeros horizontes, muy bajos contenidos de fósforo asimilable y fertilidad natural muy
baja.

5.3.4. Suelos del paisaje de Valle Aluvial (V). Conforman este paisaje los tipos de
relieve planos de inundación y dos niveles de terrazas. El valle aluvial corresponde a una

199
porción de espacio alargada, relativamente plana y estrecha, intercalada entre dos áreas
de relieve más alto y que tiene como eje a un curso de agua. Los planos de inundación en
época de invierno se presentan frecuentes inundaciones y encharcamientos. El relieve es
plano y ligeramente plano con pendientes no mayores al 7%.

Los suelos se han derivado de depósitos aluviales de diferente granulometría y se


caracterizan por ser, por lo general, pobremente drenados, superficiales y
moderadamente profundos y de baja a moderada fertilidad natural.

Cuadro 20. Suelos de Valle Aluvial.


TIPO DE
CLIMA LITOLOÍA/SEDIMENTOS CARACTERÍSTICAS DE LOS SUELOS
RELIEVE
Pobremente a bien drenados, superficiales a
Plano de Sedimentos aluviales gruesos y
moderadamente profundos, fuertemente ácidos,
Inundación medios
fertilidad baja a moderada
Bien a imperfectamente drenados, moderamente
Depósitos de materiales profundos a superficiales, extremada a muy
Terraza Media
aluviales mixtos fuertemente ácidos. Fertilidad baja
Cálido muy húmedo
Sedimentos aluviales finos y Bien a pobremente drenados, moderadamente
moderadamente finos sobre profundos a superficiales, extremadamente
Terraza Alta capas de materiales ácidos, alta saturación de aluminio. Fertilidad baja
heterométricos de gran
espesor
Pobremente a bien drenados, superficiales a
Plano de Depósitos de materiales
moderadamente profundos, muy fuertemente a
Inundación aluviales gruesos a finos
fuertemente ácidos. Fertilidad baja a moderada
Sedimentos aluviales finos y Bien a pobremente drenados, profundos a
moderadamente finos; en superficiales, extremadamente ácidos, alta
Terraza Media
Cálido húmedo sectores hay depósitos de saturación de aluminio. Fertilidad baja
arena y cascajo.
Bien a pobremente drenados, profundos a
Depósitos aluviales finos y superficiales, extremada a fuertemente ácidos,
Terraza Alta
medios moderada a baja capacidad de intercambio
catiónico. Fertilidad baja
FUENTE: IGAC, 2014

 Suelos del valle aluvial en clima cálido muy húmedo. En este clima y paisaje se
delimitaron las unidades de suelos: planos de inundación, terrazas medias y terrazas
altas, las que se describen a continuación.

Suelos del plano de inundación (VUA). La unidad aparece en el tipo de relieve plano
inundación dentro del paisaje de valle aluvial; la topografía es plana, con pendientes
que varían entre 0 y 3% y susceptible a las inundaciones.

Los suelos de esta unidad se han originado a partir de depósitos de materiales


aluviales gruesos y medios; son pobremente drenados y superficiales; son muy fuerte
a fuertemente ácidos, con baja a alta saturación de aluminio y moderada a baja
capacidad de intercambio catiónico y bases totales; el calcio, el magnesio y la
saturación de bases también son bajos; la fertilidad natural es baja a moderada.

200
La unidad aparece en un tipo de relieve de terraza media dentro del paisaje de valle
aluvial; la topografía es plana, con pendientes no mayores al 3%.

Suelos de terrazas medias (VUB). Los suelos de esta unidad se han originado a partir
de depósitos de materiales aluviales mixtos; son imperfecta y moderadamente bien
drenados y superficiales y moderadamente profundos; son extremada a muy
fuertemente ácidos, con alta saturación de aluminio y moderada a baja capacidad de
intercambio catiónico y bases totales; el calcio, el magnesio y la saturación de bases
también son bajos; la fertilidad natural es baja.

En cuanto a la cobertura vegetal, ha sido sustituida en su totalidad en los sectores


donde se ha implementado una ganadería de tipo extensivo con pastos naturales y
brachiaria; las especies que aún se conservan en la unidad son el lacre y el carbón.

Suelos de terrazas altas (VUC). La unidad aparece en las terrazas altas dentro del
paisaje de valle aluvial, la topografía es plana a moderadamente inclinada, con
pendientes que varían entre 0 y 7% y sin procesos erosivos.

Los suelos de esta unidad se han originado a partir de sedimentos aluviales finos y
moderadamente finos sobre capas de materiales heterométricos de gran espesor; son
pobres y bien drenados, y superficiales y moderadamente profundos; son
extremadamente ácidos, con muy alta saturación de aluminio, baja capacidad de
intercambio catiónico y bases totales; el calcio, el magnesio y la saturación de bases
también son bajos; la fertilidad natural es baja.

 Suelos de los valles aluviales de clima cálido húmedo. En este clima y paisaje
existen las unidades de suelos: plano de inundación, plano de inundación con
cananguchales, terrazas medias, y terrazas altas, las que se describen a continuación.

Suelos del plano de inundación (VVA). La unidad aparece en el tipo de relieve de


plano de inundación dentro del paisaje de valle aluvial; la topografía es plana, con
pendientes no mayores al 3% y susceptible a las inundaciones.

Los suelos de esta unidad se han originado a partir de depósitos de materiales


aluviales gruesos y finos; son pobre y bien drenados y superficiales y moderadamente
profundos; son muy fuerte a fuertemente ácidos, con baja a alta saturación de aluminio,
moderada a baja capacidad de intercambio catiónico y bases totales; el calcio, el
magnesio y la saturación de bases también son bajos; la fertilidad natural es baja a
moderada.

Suelos del plano de inundación con cananguchales (VVB). La unidad aparece en


un tipo de relieve de plano de inundación dentro del paisaje de valle aluvial y hace
relación específicamente con los sitios que localmente se conocen como
cananguchales; la topografía es plana a plano cóncava, con pendientes que varían
entre 0 y 3% y saturados con la mayor parte del tiempo.

201
Los suelos de esta unidad se han originado a partir de depósitos orgánicos y con
alternancia de materiales aluviales finos; son pobremente drenados y superficiales; son
extremada a muy fuertemente ácidos, con baja a alta saturación de aluminio y
moderada a baja capacidad de intercambio catiónico y bases totales; el calcio, el
magnesio y la saturación de bases también son bajos; la fertilidad natural es baja.

Suelos de terrazas medias (VVC). La unidad aparece en las terrazas de nivel medio,
dentro del paisaje de valle aluvial, con topografía plana a ligeramente inclinada y
pendientes que varían entre 0 y 7%.

Los suelos de esta unidad se han originado a partir de depósitos de materiales


aluviales finos y medios; son imperfecta y bien drenados y moderadamente profundos
y profundos; son extremadamente ácidos, con alta saturación de aluminio, moderada
a baja capacidad de intercambio catiónico y bases totales; el calcio, el magnesio y la
saturación de bases también son bajos; la fertilidad natural es baja.

Suelos de terrazas altas (VVD). La unidad aparece en las terrazas altas dentro del
paisaje de valle aluvial; la topografía es plana a ligeramente inclinada, con pendientes
que varían entre 0 y 7%.

Los suelos de esta unidad se han originado a partir de depósitos aluviales finos y
medios; son bien y pobremente drenados y profundos y superficiales; son extremada
a muy fuertemente ácidos, con baja a alta saturación de aluminio y moderada a baja
capacidad de intercambio catiónico y bases totales; el calcio, el magnesio y la
saturación de bases también son bajos; la fertilidad natural es baja.

5.3.5. Suelos del paisaje de planicie amazónica (A) de clima cálido húmedo (planicie
cuaternaria). Conforman este paisaje los tipos de relieve: plano inundable y las terrazas.
El relieve es plano con pendientes menores del 3%.

Cuadro 21. Suelos de Valle Aluvial


TIPO DE
CLIMA LITOLOÍA/SEDIMENTOS CARACTERÍSTICAS DE LOS SUELOS
RELIEVE
Plano Inundable o Sedimentos aluviales muy finos Drenaje moderado a pobre con inundaciones
Várzea y meteorizados periódicas. Fertilidad baja
Cálido húmedo Drenaje moderado a pobre, profundos a
Sedimentos aluviales finos y
Terraza Media superficiales, extremadamente ácidos. Fertilidad
moderadamente finos
baja
FUENTE: IGAC, 2014

Suelos del plano inundable o várzeas (AVA). Geomorfológicamente la unidad se


encuentra en el paisaje de planicie amazónica, tipo de relieve de plano inundable; el
relieve es plano, con pendientes que no superan el 3% de inclinación; no se presentan
procesos erosivos.

202
Los suelos son originados a partir de sedimentos muy meteorizados, con dominio de
arenas cuarzosas y arcillas caoliníticas muy ácidas; con texturas franco arenosas
a arcillosas; sufren inundaciones periódicas, el drenaje es moderado a pobre; la fertilidad
es baja.

Suelos de terrazas medias (AVB). Geomorfológicamente la unidad se encuentra en el


paisaje de planicie amazónica, tipo de relieve de plano inundable; el relieve es plano, con
pendientes que no superan el 3% de inclinación; no se presentan procesos erosivos.

Los suelos son originados a partir de sedimentos de texturas franco arcillosas a arcillosas,
francas a franco-arenosas; sufren inundaciones esporádicas, el drenaje es moderado a
pobre, y la fertilidad es baja.

Cuadro 22. Suelos de Valle Aluvial


TIPO DE
CLIMA LITOLOÍA/SEDIMENTOS CARACTERÍSTICAS DE LOS SUELOS
RELIEVE
Bien drenados, profundos, muy fuerte a
Arcillolitas que alternan con
extremadamente ácidos, muy alta saturación de
Mesas areniscas ferruginosas y
aluminio, muy baja saturación de bases y fertilidad
conglomerados
natural muy baja
Arenas provenientes de las Profundos a superficiales, bien drenados,
cuarcitas y cuarzoarenitas del extremadamente ácidos, muy alta saturación de
Cálido húmedo Mesetas
macizo o serranía de aluminio, muy baja saturación de bases y fertilidad
Chiribiquete natural muy baja
Drenaje bueno a moderado; la fertilidad es muy
Altiplanicie Rocas ígneo-metamórficas
baja.
Rocas ígneo-metamórficas y
Altiplanicie Drenaje bueno a moderado; la fertilidad es baja.
sedimentarias
FUENTE: IGAC, 2014

5.3.6. Suelos del paisaje macizo estructural de clima cálido húmedo (Z). Conforman
este paisaje los tipos de relieve, mesas, mesetas y penellanura. El relieve varía de plano
en las mesas a fuertemente escarpado en las mesetas y pendientes entre el 3 y mayores
al 75%.

Los suelos se han derivado de arcillolitas y arenas provenientes de cuarcitas y


cuarzoarenitas de la serranía de Chibiriquete que se caracterizan por ser bien drenados,
superficiales y moderadamente profundos y de baja a moderada fertilidad natural.

Mesas (ZVA). Geomorfológicamente la unidad se encuentra en el paisaje de macizo


estructural, tipo de relieve de mesas; el relieve es ligeramente plano, con pendientes que
no superan el 7% de inclinación; no se presentan procesos erosivos.

Los suelos se han derivado de arcillolitas que alternan con areniscas ferruginosas y
conglomerados; son bien drenados, profundos, muy fuerte a extremadamente ácidos, muy
alta saturación de aluminio, muy baja saturación de bases al igual que las bases totales,
muy bajos niveles de fósforo aprovechable y fertilidad natural muy baja.

203
Suelos de mesetas (ZVB). La geomorfología de la unidad corresponde al paisaje de
macizo cuyo tipo de relieve es de mesetas, es plano a fuertemente escarpado con
pendientes que oscilan entre el 3% y mayores al 75%. La erosión hídrica se puede
presentar cuando los suelos están desprovistos de vegetación boscosa.

Los pocos suelos se han derivado de arenas provenientes de las cuarcitas y


cuarzoarenitas del macizo o serranía de Chiribiquete; son superficiales limitados por la
roca dura y coherente, bien drenados, extremadamente ácidos, muy alta saturación de
aluminio, muy baja saturación de bases y bases totales, muy bajos contenidos de fósforo
y fertilidad natural muy baja.

Suelos de la altiplanicie oriental de origen ígneo metamórfico (SVC). La


geomorfología de esta unidad corresponde al paisaje de macizo cuyo tipo de relieve es de
altiplanicies, presentan formas onduladas a fuertemente onduladas y la pendiente oscila
entre 7-12-25% y mayores, haciéndolas muy susceptibles a la erosión.

Los suelos tienen texturas franco arenosa a arcilla, de drenaje bueno a moderado; la
fertilidad es muy baja.

Suelos de la altiplanicie oriental de origen ígneo metamórfico y sedimentario (SVD).


La geomorfología de esta unidad corresponde al paisaje de macizo cuyo tipo de relieve es
de altiplanicies, su relieve es fuertemente ondulado a quebrado, con pendientes de 12-25-
50%; son muy inestables y presentan deslizamientos, reptación y erosión en surcos
ocasionada especialmente por escurrimiento difuso; las incisiones de los caños son
profundas y amplias, el patrón de drenaje tiende a ser paralelo.

Los suelos son formados a partir de mezclas de materiales con diferentes procesos de
erosión; las texturas son franco arcillosas a arcillosas y arenosas. Tienen drenaje bueno
a moderado; la fertilidad es baja.

5.4. EVOLUCIÓN DE LOS SUELOS AMAZÓNICOS

La Amazonia colombiana no es un territorio homogéneo. La variedad de tipos de relieve,


sustratos geológicos, geoformas, vegetación y organismos, principalmente han
condicionado la existencia de un mosaico de suelos, cuyos componentes difieren en sus
características físicas, químicas y morfológicas.

Los ambientes edafogenéticos en los que se formaron las poblaciones edáficas


corresponden a la combinación de factores como a los tipos de relieve que conforman los
seis paisajes que caracterizan geomorfológicamente a la Amazonia y a las variaciones del
clima y de los materiales parentales, de tal manera que su influencia en la formación de
los suelos se analiza independientemente o en interacción de unos factores con los otros.
Esta interacción se manifiesta en los procesos de pérdidas, ganancias, transformaciones
y translocaciones en el perfil, las que dan como resultado la diferenciación de los
horizontes y, en consecuencia, el grado de evolución de los suelos.

204
Teniendo en cuenta el alcance de la acción de los factores y procesos formadores en el
desarrollo de los suelos de la Amazonia, se puede inferir que en los ambientes
edafogenéticos de filas y vigas, de valles aluviales y de la planicie cuaternaria dominan
los suelos muy poco a moderadamente evolucionados, es decir que en estos ámbitos han
tenido una mayor influencia los procesos de la morfogénesis sobre la génesis de los
suelos; mientras que en los sectores relativamente planos y estables como sucede en el
paisaje de lomas y colinas del área amazónica, en el piedemonte y en algunas terrazas
antiguas, dominan los procesos de la génesis sobre la morfogénesis, dando como
resultado suelos con mayor evolución.

5.5. TAXONOMÍA DE LOS SUELOS AMAZÓNICOS

Los estudios llevados a cabo en la Amazonia, particularmente el efectuado por


PRORADAM (1979) y el IGAC con el proyecto INPA 1 y 2 (1993), y los estudios de suelos
de departamentales (2014) indican que en esta región aparecen, de acuerdo a su
importancia los siguientes órdenes:

Inceptisoles. Este orden se caracteriza por no haber alcanzado a desarrollar caracteres


diagnósticos de otros órdenes, pero posee evidencias de desarrollo mayores que las de
los Entisoles. Por esta razón, debe interpretarse como suelos inmaduros o
moderadamente evolucionados, que tienen débil expresión morfológica comparada con
los suelos maduros. Ocurren en todos los climas, paisajes y tipos de relieves, con una
ligera tendencia en el ambiente edafogenético de las filas y vigas del paisaje montañoso.

Entisoles. En este orden están incluidos los suelos que no evidencian o tienen escaso
desarrollo de horizontes pedogenéticos. La mayoría de ellos solamente tienen un
horizonte superficial claro, de poco espesor y, generalmente, pobre en materia orgánica.
Se encuentran en todos los paisajes.

Ultisoles. Los Ultisoles son suelos intensamente meteorizados y lavados, aunque menos
que los Oxisoles. Están asociados con climas cálidos y húmedos y se localizan en
posiciones geomórficas antiguas, principalmente bajo vegetación de bosque. Sus
características principales son la presencia del horizonte argílico y la saturación de bases
menor de 35%. Están presentes en el ambiente edafogenético de lomerío y, en menor
proporción en el piedemonte

Oxisoles. Los Oxisoles se consideran como los suelos amarillos y rojizos de las regiones
tropicales y subtropicales húmedas, conocidos antes como latosoles o suelos lateríticos,
con estructura granular excelente, localizados principalmente sobre pendientes suaves
que corresponden a superficies muy antiguas. Son suelos muy evolucionados que se
caracterizan por presentar un horizonte (óxico y/o kándico) en estado muy avanzado de
alteración y lavado, con una concentración residual de sesquióxidos y una capacidad
catiónica de cambio muy baja.

205
Histosoles. Los Histosoles son suelos predominantemente orgánicos. El orden
comprende la mayor parte de los suelos llamados de pantano, ciénaga, turba, etc. La
mayoría de ellos están saturados con agua la mayor parte del año, a menos que hayan
sido drenados. Son suelos que generalmente se forman bajo condiciones de saturación
continua de agua e insuficiente circulación de oxígeno, lo cual determina una lenta
descomposición de la materia orgánica y permite su acumulación. Se localiza en las
depresiones, vallecitos e igapós.

6. AGUAS

La región Amazónica, lo mismo que el resto del país, es privilegiada desde el punto de
vista hidrográfico; cuenta con abundante cantidad de cursos de agua en forma de ríos,
quebradas y caños, la mayor parte de los cuales son tributarios de los afluentes del
Amazonas; una cantidad menor, en particular los cursos de aguas localizados en el sector
norte y nororiental de la región hacen parte de la Cuenca del Orinoco.

Por el hecho de presentar la región topográficamente un declive natural hacia el Este, esto
es, de la cordillera Oriental hacia el oriente, las numerosas corrientes fluviales que
atraviesan la región presentan cursos que en general llevan esta misma dirección.

Dentro de la cuenca Amazónica propiamente dicha, se destacan por caudal los ríos
Putumayo, Caquetá, Vaupés, Guainía-río Negro, los cuales confluyen en el Amazonas
fuera del territorio colombiano.

Durante el periodo de lluvias los sistemas hidrográficos de la Amazonia y la Orinoquia, se


intercomunican por medio del caño Casiquiare, ubicado en territorio Venezolano, corriente
fluvial que particularmente conecta el río Siapa, afluente del río Negro, con el río Orinoco.

Las corrientes fluviales de segunda importancia son numerosas; sus cauces y recorridos
forman una red hidrográfica bastante compleja, más aún, si se tiene en consideración los
sistemas lénticos formados por lagos, lagunas, ciénagas, pantanales y en general, todo
tipo de aguas estancadas muy abundantes en la región.

Según el Estudio Nacional del Agua-ENA del IDEAM (2018), la oferta hídrica por áreas
hidrográficas en Colombia es la siguiente:

206
Cuadro 23. Oferta hídrica total por áreas hidrográficas en Colombia

FUENTE: IDEAM, 2018


*Mm3: millones de metros cúbicos.

Figura 57. Distribución por área hidrográfica de la oferta total

FUENTE: IDEAM, 2018

Se observa que el área hidrográfica del río Amazonas en Colombia contiene el 36% de
la oferta total de agua superficial. Es decir, más de la tercera parte.

6.1. CLASIFICACIÓN DE LAS AGUAS

A nivel general, la Amazonia Colombiana cuenta con tres tipos principales de aguas de
acuerdo al lugar de origen y a sus características físico-químicas (Domínguez, 1985):

207
6.1.1 Aguas andinas. Las aguas de origen andino pueden ser claras, si se trata de
arroyos cordilleranos, o barrosas, si se trata de ríos de cierto caudal (generalmente se les
conoce como ríos de aguas blancas).

Los ríos de aguas blancas nacen de la región Andina y Pre-Andina donde los procesos de
erosión son intensos produciendo una carga de sedimentos que el río transporta en
suspensión. Estas regiones están constituidas en gran parte por sedimentos alcalinos,
relativamente ricos en minerales que al ser acarreados por el río contrastan la acidez, que
se refleja en la composición química del agua que es casi neutra (pH 6,5 a 7,0). Estos ríos
constituyen ecosistemas lóticos apropiados para el desarrollo de una vida orgánica
numerosa y variada, como la que se encuentra en los ríos Caquetá, Putumayo, Guaviare,
Caguán, Orteguaza, entre otros.

Figura 58. Ríos de aguas blancas o barrosas

FUENTE:
ttps://www.google.com/search?biw=1366&bih=657&tbm=isch&sa=1&ei=DMeoXLjeJazG5gKn9byYCA&q=ri
os+de+aguas+blancas+de+la+amazonia+colombiana&oq

6.1.2 Aguas de planicie. Las aguas de la planicie amazónica generalmente son de color
oscuro (ríos de aguas negras) si se generan en la propia selva amazónica, o que por
excepción son barrosas (como los cursos altos de los ríos Apaporis, Vaupés e Inírida) si
transcurren por complejos colinares arcillosos. Los ríos de aguas negras, al contrario de
los de aguas blancas, no transportan material en suspensión en grandes cantidades,
debido a que se originan en áreas selváticas donde la vegetación logra controlar los
efectos de la erosión y arrastre de sedimentos. Su coloración se debe a la presencia de
ácidos húmicos y fúlvicos, provenientes de la descomposición de materiales orgánicos
derivados de la vegetación selvática, que provocan el color oscuro del agua en grandes
cantidades. Por esta razón, los ríos de aguas negras se caracterizan por su extrema
acidez (pH 3,8 a 4,9), su pobreza en nutrientes y un alto contenido de iones inorgánicos
que los convierten prácticamente en agua destilada; consecuentemente la vida orgánica
es muy escasa. El río Negro es el prototipo de las aguas oscuras, lo mismo que al Atabapo,
el Guainía, el Isana, el Mesay, el Cahuinarí, el Mirití-Paraná, y el Apaporis en su curso
bajo.

208
Figura 59. Ríos de aguas negras

FUENTE:
https://www.google.com/search?biw=1366&bih=657&tbm=isch&sa=1&ei=LceoXIHDCuvP5gLSmp2QCQ&q
=rios+de+aguas+negras+de+la+amazonia+colombiana&oq
También existen ríos de aguas claras o cristalinas cuando se originan en la peniplanicie o
penillanura guayanense, una de las regiones más antiguas de la tierra. En esta región la
roca cristalina precambriana no da lugar al acarreo de elementos libres que puedan
enriquecer las aguas de sedimentos, además recorren terrenos fuertemente
meteorizados, que al ser lixiviados solo quedan arenas cuarcíticas, por tanto, sus aguas
son totalmente cristalinas. La mayoría de estos ríos al entrar a la planicie amazónica van
cambiando su coloración hasta convertirse en ríos de aguas negras.

Figura 60. Río de aguas cristalinas

FUENTE:
https://www.google.com/search?biw=1366&bih=657&tbm=isch&sa=1&ei=FsqoXPzJMvDn5gKJy52gDA&q=
rios+de+aguas+claras+de+la+amazonia+colombiana&oq

6.1.3 Aguas estancadas. Las aguas estancadas constituyen los ambientes lénticos muy
abundantes en la Amazonia. Aparecen en forma de lagos, lagunas, pantanos y chucuas,
formados en su mayor parte por madreviejas o paleocauces (antiguos cauces abandonas
por la dinámica hidráulica), bien sea constituidas de aguas de ríos barrosos (ríos de aguas
blancas) o de aguas oscuras (ríos de aguas negras). En general, los ecosistemas lénticos

209
(aguas estancadas) conectados a los ríos de aguas blancas originan una cadena trófica
completa desde el plancton hasta los seres acuáticos ecuatoriales de mayor tamaño; y los
ecosistemas lénticos conectados a ríos de aguas negras generan una variada fauna
camuflada de pequeño tamaño.

Figura 61. Lagos y madreviejas

FUENTE:
https://www.google.com/search?biw=1366&bih=657&tbm=isch&sa=1&ei=kcuoXP6hLurK5gLsh6yYAQ&q=l
agos+y+madreviejas+de+la+amazonia+colombiana&oq
Cada una de estas aguas posee sus propias características físicas y químicas y por lo
mismo una hidrofauna específica.

La calidad o naturaleza de las aguas está ligada fundamentalmente a su origen: material


parental, suelos, vegetación, relieve y clima y se ve afectada por el ciclo hidrológico en
forma notable.

Desde el punto de vista de penetración de la luz solar en los diversos tipos de aguas, se
plantean tres situaciones:

 En las aguas barrosas o blancas se presenta la menor penetración de la luz; empieza


a disminuir aproximadamente a los treinta centímetros de profundidad.

 En las aguas negras la penetración de la luz empieza a disminuir hacia un metro de


profundidad aproximadamente.

 En las aguas claras no hay un efecto fotosintético limitante.

6.2. EL CICLO HIDROLÓGICO

Según Domínguez (1985), los ríos de la Zona Ecuatorial (ubicada entre los 2° norte y los
2° sur del Ecuador) no presentan contrastes tan agudos entre la llena (creciente) y el
estiaje (bajante). Ríos de tanto volumen (caudal) como el Caquetá y el Putumayo, sólo
alcanzan una diferencia de nivel medio entre 7 y 8 metros. Esto se debe a la inexistencia
de un período de secas que haga descender fuertemente el caudal y a que las lluvias se
distribuyen cíclicamente a través de todo el año sin que se produzcan concentraciones

210
muy grandes en un determinado período. En otras palabras el volumen de las aguas es
grande pero relativamente constante.

Las variaciones del caudal presentan el siguiente ciclo: a partir de abril los ríos empiezan
a crecer hasta llegar a una máxima anual hacia el mes de junio o principios de julio; este
crecimiento puede ser variado por súbitos descensos o estabilizaciones del nivel, de
acuerdo a como se presenten las lluvias durante el período. En julio y en agosto hay un
descenso moderado de las aguas que, en algunos años, no alcanza a ser efectivo debido
a fuertes lluvias en las cabeceras. Entre septiembre y noviembre ocurren las grandes
crecidas que, sin embargo, coinciden con un descenso para la planicie o con un modesto
período lluvioso. En realidad, la creciente se debe al enorme aumento de las lluvias en la
cordillera, llegando los ríos ya desbordados a la planicie. Hay que hacer énfasis en que
este crecimiento no se ve influenciado por deshielos, pues ninguno de los ríos de la selva
amazónica colombiana nace en región nival. Por último, hacia fines de noviembre empieza
un descenso notable del río que se extiende hasta mediados de marzo; no obstante, aún
en lo más crudo de la época de sequía los cauces conservan un gran volumen de agua
que permite su navegación por embarcaciones pequeñas. Cabe anotar que debido al
acelerado proceso de deforestación en la zona cordillerana donde nacen los principales
ríos y afluentes de la Amazonia colombiana, se está presentando gradual y
progresivamente la sedimentación y colmatación de estos ríos, lo cual hace que se
desborden más fácilmente y la diferencia de caudal sea más notable entre la llena y el
estiaje.

Durante las crecientes, el río inunda anualmente las vegas bajas a una y otra orilla; son
los denominados bajos y rebalses; conocidos más comúnmente como várzeas. Estas
franjas tienen un ancho muy variable que fluctúa, entre unos pocos metros y 10 o 15
kilómetros, dependiendo de la altura de las tierras interiores. Cuando la orilla es alta
(terrazas), estas tierras son escogidas como sitios de vivienda y construcción de
poblaciones, denominándoseles genéricamente como puertos. Durante las crecientes
estos sitios llegan a ser verdaderas islas, puesto que, los bajos del interior se inundan
totalmente, dejando los altos aislados de las tierras firmes.

En el trapecio amazónico los ríos empiezan a subir hacia la segunda mitad de diciembre
por estar influenciado por el hemisferio climático sur. Excepto el propio río Amazonas que
se adelanta un poco por recorrer las aguas de Ucayalí y Marañón, que provienen de los
Andes peruanos a más de 14° sur, donde la temporada de lluvias se inicia en octubre. El
comienzo de la creciente alcanza a Leticia en noviembre, cuando las aguas se levantan
poco a poco. En febrero las aguas invaden los bajos (várzeas) llegando así a su máximo
crecimiento. Las inundaciones se mantienen sin mayores variaciones hasta junio o julio
cuando las aguas empiezan a bajar con inusitada rapidez, hasta alcanzar el mínimo en el
mes de septiembre, cuando ha descendido en término medio hasta unos ocho metros,
con respecto al máximo normal de las aguas. Una de las crecidas más grandes de los
últimos años del río Amazonas se registró en el mes de abril de 1992, cuando las aguas

211
subieron más de 15 metros en la propia Leticia, inundando todos los caseríos ribereños y
cultivos.

6.3. CICLO BIOLÓGICO DE LOS PECES

El ciclo biológico de los peces y en general de la hidrofauna está controlado por el ciclo
hidrológico de los principales ríos de la Amazonia.

6.3.1. Aspectos Migratorios. Simultáneamente con el descenso de las aguas durante la


tendencia seca, se realiza el movimiento de los peces desde los rebalses y zonas
inundadas hacia los cauces (más profundos) de los ríos; en particular gran número de
carácidos (y sus predadores detrás) migran río arriba (bocachicos, sardinas, arencas,
tolombas) y son los mismos que oviponen casi repentinamente con el comienzo de las
lluvias y al presentarse la primera creciente de las aguas.

Cuando estas migraciones cubren largas distancias, los peces alcanzan a llegar a
tributarios altos en los que las aguas pueden estar más frescas actuando como
estimulante.

En general el período de descenso de las aguas hace que muchas especies tengan que
realizar migraciones, que pueden ser clasificadas en tres tipos básicos:

 Migraciones motivadas por el cambio en el nivel de las aguas. Estas migraciones,


generalmente movimientos cortos en un espacio de centenares de metros a unos
pocos kilómetros, son realizados por todas las especies que colonizan las várzeas.
Ellas son ocasionadas por los cambios del nivel de las aguas que permiten o facilitan
el acceso a lugares de alimentación o protección en el período de creciente, y de salida
de estos lugares durante el descenso.

 Migraciones motivadas por fines reproductivos. Estas migraciones son realizadas


por muchos peces y ocurren, generalmente, en el inicio de la creciente. Aunque en
algunos casos las migraciones para desove ocurren solamente entre los lagos de
várzea y los ríos, en otros casos ellas pueden ser, realizadas río arriba hasta las
cabeceras o, más comúnmente, río abajo, siendo en este último caso, más
frecuentemente que las migraciones se den desde los ríos de aguas claras y negras
hacia los ríos de aguas blancas. Muchas de las principales especies capturadas para
la alimentación humana utilizan grandes trechos de un mismo río, o de ríos diferentes
para emprender estas migraciones, como el tambaquí, las sardinas, los bocachicos,
entre otros. Varias especies de bagres (Familia Pimelodidae: picalón, guacamayo,
dorado o plateado, lechero, pintadillo) también realizan migraciones para el desove,
sólo que, al contrario de los characiformes (cardenal, piraña, palometa, gamitana,
sábalo), ellos generalmente suben los ríos para desovar.

212
 Migraciones motivadas por fines tróficos. Prácticamente todas las especies que
realizan migraciones reproductivas también efectúan migraciones tróficas. En general
ellas son direccionadas río arriba, tal vez para compensar las pérdidas de los huevos,
larvas y jóvenes, ocasionadas por el movimiento río abajo. Migraciones tróficas son
realizadas por varios bagres y también por peces de escamas.

El pico de estiaje marca la muerte de un número grande de hidrofauna que por alguna
razón no migran de ciénagas y pantanos someros hacia los cauces de los ríos.

6.3.2. Aspectos tróficos. Durante el período de tendencia húmeda se manifiesta el otro


grande efecto del ciclo hidrológico en la alimentación de la fauna acuática; el nivel de las
aguas puede subir hasta doce metros por encima de los más bajos niveles de estiaje,
poniendo al alcance de los peces enormes extensiones, coincidiendo con la maduración
de los frutos de especies arbóreas silvestres. De ahí la gran importancia de conservar
intactas aquellas zonas que en el período lluvioso constituyen fuentes alimenticias para
los peces: es decir, aquellas que se comportan como base de la cadena trófica: ciénagas,
pantanos, rebalses, orillales, entre otros.

Los peces de la Amazonia obtienen su alimento de todas las fuentes disponibles, desde
invertebrados inferiores, como esponjas y briozoarios hasta peces y frutos. La selva
inundada (igapó) suministra gran parte de la alimentación de los peces y en algunos ríos,
como los de aguas negras, ella es la base de toda la cadena trófica. Muchas especies de
peces dependen totalmente de semillas y frutos de la selva inundada para su alimentación.
En algunos igapós y riachuelos de tierra firme los alimentos de origen alóctono, como
frutos y artrópodos (que caen de los árboles) son la base de la alimentación de los peces.

Entre otras fuentes alimentarias se pueden destacar los propios peces, ya que muchas
especies son piscívoras, como el tucunaré, el pirarucú y algunas pirañas. Varias especies
se alimentan de insectos tanto en la fase larva como adulta; otras consumen algas, hojas
y raíces de macrófitas acuáticas.

Gran número de especies consumen materia orgánica semi-descompuesta, que está


disponible en grandes cantidades en las várzeas.

De modo general, pocas especies presentan una especialización en la alimentación; la


mayoría aprovecha todos los alimentos disponibles en las diferentes épocas del año,
siendo por tanto consideradas omnívoras. Las únicas especies que pueden ser llamadas
especialistas son las piscívoras y así mismo, éstas no se alimentan de una única especie
de presa. La no existencia de especies con hábitos alimentarios especializados debe ser
considerada como una estrategia para sobrevivir a los cambios ambientales que ocurren
cíclicamente en el ambiente acuático amazónico, que cambian drásticamente de
alimentos.

213
Debe resaltarse también, el pequeño número de peces planctívoros existentes en la
Amazonia, al contrario de lo que ocurre en otras regiones donde el plancton es la base de
la alimentación de muchas especies. Esto, todavía, no excluye la importancia del plancton
como alimento para las formas jóvenes, ya que este es de hecho una fuente fundamental
de la alimentación en esta fase de la vida.

Además de la habilidad de cambiar de dieta, algunas especies presentan otras estrategias


para resistir la época de baja oferta de alimento (período de descenso), siendo la más
conocida la acumulación de grasa en los músculos, hígado o cavidad abdominal.

Para la mayoría de las especies la época de llena es el período de abundancia de


alimentos, ocasión en que ellas acumulan grasa: durante el descenso, una vez que con la
reducción del volumen del agua ocurre una concentración de las presas.

6.3.3. Aspectos reproductivos. La mayoría de las especies con hábitos migratorios han
desarrollado estrategias de desove total, esto es, lanzan sus productos gonadales en gran
cantidad de una sola vez, en medio del agua donde ocurre la fecundación. Una vez
fecundados, los huevos y posteriormente, las larvas, son conducidos por la corriente hacia
áreas inundadas y los lagos situados en las márgenes aguas abajo de donde se presenta
el desove. De esta manera, estos cuerpos de agua que presentan una alta productividad
biológica se constituyen en verdaderas cunas de cría de peces.

Los estudios realizados sobre los hábitos reproductivos muestran que la reproducción de
la mayoría de las especies de peces de la Amazonia sucede en el inicio de la creciente,
de noviembre a marzo. Se supone que la época de desove está posicionada en el tiempo
de tal manera que los alevinos aprovechen al máximo el periodo de creciente, que es
aquel donde la oferta de alimento es mayor.

6.4. CICLO BIOLÓGICO DE LAS TORTUGAS Y OTROS REPTILES

Con la tendencia a la baja, descenso o salida de aguas a partir de agosto, se inicia el


proceso de oviposición de las tortugas y otros reptiles, animales éstos que ocupan lugar
importante en la alimentación regional: el tiempo de oviposición está señalado de la
siguiente manera:

Octubre: La mata-mata, que pone de 9 a 18 huevos.


Noviembre: el cabezón, con 12 a 20 huevos, el cachirre, con 40 huevos.
Diciembre: el chipiro, con 8 a 12 huevos, el morrocoy con 12 a 20 huevos.
Enero: el terecay, con 15 a 36 huevos, la iguana con 40 a 60 huevos.

En el alto Caquetá, las tortugas tanto charapa como terecay, prácticamente han
desaparecido ya; algo similar podría decirse del río Putumayo y sus afluentes arriba de
Puerto Asís.

214
Los niveles del agua descienden rápidamente a partir de agosto en tal forma que se
produce la aparición de grandes playas, donde el fenómeno más importante (de octubre
a enero) es la salida de las tortugas a oviponer.

Este fenómeno de las tortugas a fines de año es de los más vitales en la selva (tanto como
el pepeo a mitad de año) porque provee de masivas cantidades de carne y grasa (la carne
de las hembras cazadas y la grasa de los huevos). Por eso las poblaciones humanas se
trasladan temporalmente en estas épocas a las playas de los ríos blancos a cazar tortugas.

7. FAUNA

En toda la región tropical lluviosa del mundo se desarrolla una abundante variedad de
especies faunísticas silvestres que, por el hecho de vivir en áreas que en muchos casos
aún están inexploradas, son poco estudiadas y por la misma razón, poco conocidas.

A pesar de que en Colombia no se han realizado estudios faunísticos sistemáticos, se


dispone de un conocimiento global de este recurso, lo que permite considerar la fauna
Colombiana como una de las más ricas del mundo, como corresponde a un país de selvas
húmedas que se desarrollan desde el nivel del mar hasta los elevados páramos de los
Andes. En Colombia se han encontrado la quinta parte de las aves del mundo, mientras
Norteamérica y Europa suman juntas 1.000 especies conocidas de aves, en Colombia se
han clasificado 1.921 (Instituto von Humboldt, 2018).

Particularmente en áreas ecuatoriales lluviosas, como la Amazonia Colombiana, es donde


por el mismo efecto climático característico, se desarrolla una vegetación exuberante
constituida en su mayor parte por bosques espesos, y por la existencia de corrientes
permanentes de agua de abundante caudal, los animales que aquí se desarrollan
encuentran un hábitat perfecto para vivir, toda vez que la Amazonia se convierte en la
región de mayor productividad biológica continental; en consecuencia se logra una alta
diversidad de especies animales silvestres. De otra parte la ubicación tan especial de la
Amazonia, como área transicional y de contacto entre una variedad de regiones
geológicas, geomorfológicas, climáticas, hidrológicas y botánicas, produce una notable
variedad en su fauna. Se ha podido comprobar que existe una superposición de géneros
y especies, tanto del área de las Guayanas, como del Amazonas y Orinoco, que se
encuentran indistintamente ubicados en el territorio en numerosos casos. No existe un
criterio definido para separar, con base en conceptos fisiográficos, la Amazonia de la
Orinoquia. Aunque en la primera región predomina la selva higrofítica y subhigrofítica y en
la segunda las sabanas abiertas. Estas áreas se mantienen parcialmente comunicadas
con bosques de galería (bosques riparios); por otra parte existen también considerables
enclaves de sabana dentro de la Amazonia Colombiana, condicionadas por factores
edáficos y climáticos locales. Igualmente ocurre en la vertiente cordillerana (ladera oriental
de la cordillera Oriental) donde se combinan una serie de asociaciones vegetales comunes
a la Amazonia y a los Andes y en donde tiene origen los ríos principales que vierten sus

215
aguas al Amazonas y que a su vez presentan hábitats apropiados para asentamientos y
proliferación de una gran variedad y cantidad de especie de fauna acuática.

Se ha calculado que la fauna de la Amazonia Colombiana representa aproximadamente


el 54% de la fauna total del país así:

Mamíferos : 70%
Aves : 60%
Reptiles : 51%
Anfibios : 40%
Peces continentales: 70%

El Programa de Flora Amazónica del Instituto SINCHI ha identificado para toda la región
amazónica 1.625 especies de plantas útiles. Además, se ha reportado la existencia de
1.158 especies de aves, 193 especies de anfibios.

Se debe destacar que la fauna amazónica se ha desarrollado y habita en dos ambientes


de vida particulares, apropiados para el desarrollo de las especies animales:

 Ambientes Acuáticos. A los que pertenecen las especies que viven en los
ecosistemas lóticos (ríos, quebradas, arroyos, caños), y en los ecosistemas lénticos
(lagunas, lagos, ciénagas, cochas, pantanos), es decir, la fauna acuática.
 Ambientes Terrestres. A los que pertenece la fauna que vive en lugares tales como
cavernas, bosques, rocas, playas, barrancos, sabanas, etc. En este ambiente se
encuentra la avifauna, la fauna arborícola, la fauna terrestre propiamente dicha (donde
sobresalen los mamíferos) y la fauna de hábitos hipógeos (subterráneos).

7.1. FAUNA ACUÁTICA

La Amazonia es fundamentalmente una región acuática; la mayor diversidad de animales


vertebrados se da en los diferentes tipos de aguas.

Por sus aguas alóctonas ricas en sedimentos, los ríos Guaviare, Caquetá, Putumayo,
Caguán, Yarí, Orteguaza y Amazonas, presentan la mayor riqueza ictiológica y de fauna
acuática en general de toda la región. Tanto el lecho de los ríos como las áreas aledañas
inundadas periódicamente, contienen alimentos suficientes como para generar complejas
cadenas alimenticias que dan sustento a una fauna increíblemente variada en especies,
pero que muestra la característica pobreza amazónica en la cantidad de individuos
pertenecientes a una misma especie. Esto parece obedecer a una necesaria
interdependencia en la alimentación que surge de patrones sumamente complejos en la
transformación y asimilación de los alimentos. Cada especie cumple un importante papel
dentro de esa cadena y es vital para todo el conjunto. Consume determinado tipo de
alimento y lo transforma para que, a su vez pueda ser asimilado por otra especie que lo
necesite y que realiza otro tipo de transformaciones necesarias para otros organismos.

216
Entre los peces de cuero de los ríos blancos se destacan por su tamaño el delfín, el
Valentón, el bagre tigre o rayado, el bagre amarillo, el cajaro, el paletón, el plateado, el
lechero, el pintadillo, el picalón, el baboso, el siete babas y el guacamayo, de la familia
Pimelodidae, el mapará de la familia Hypophthalmidae, el chancleto de la familia
Ageneiosidae y el bocón de la familia Auchenipteridae. Dentro de los peces de escamas
tienen aplastante predominancia las especies de la familia Characidae que, a su vez, son
los más numerosos en toda la Amazonia, el mayor pez de esta familia y el más importante
económicamente es la cachama o gamitana, también están las pirañas, el cardenal, la
palometa, el paco, el sábalo, el jibao, etc. El pirarucú (Arapaima gigas) de la familia
Arapaimidae y la arawana (Osteoglossum) de la familia Osteoglossidae, son los dos
únicos géneros existentes en América del Sur.

Figura 62. Peces de la Amazonia colombiana

FUENTE:https://www.google.com/search?biw=1366&bih=657&tbm=isch&sa=1&ei=NuWoXJzlGobb5gKDx
oMQ&q=peces+de+la+amazonia+colombiana&oq

La mayoría de los peces ornamentales que se pescan actualmente en los ríos del área
pertenecen también a los Characidae como por ejemplo los cardenales y de la familia
Cichlidae como el oscar, el botellito, el escalar y el disco.

Figura 63. Peces ornamentales de la Amazonia colombiana

FUENTE:ttps://www.google.com/search?biw=1366&bih=657&tbm=isch&sa=1&ei=zeWoXJCUIs7R5gKY5qi
wBA&q=peces+ornamentales+de+la+amazonia+colombiana&oq

217
En el campo de las tortugas, la más importante culturalmente es la terecay, la tortuga
gigante o Arrau de los ríos de agua blanca, el cabezudo de las aguas negras, la mata-
mata y el morrocoy son otras especies abundantes en la región.

Figura 64. Tortugas de la Amazonia colombiana

FUENTE:ttps://www.google.com/search?biw=1366&bih=657&tbm=isch&sa=1&ei=ROqoXJT8G6Ha5gKbio
KoAg&q=tortugas+de+la+amazonia+colombiana&oq

Los reptiles como el enorme y casi extinguido caimán negro, la babilla y la iguana
sobresalen, junto con los ofidios como la boa y la anaconda cazadoras de peces y
mamíferos. Mamíferos como el manatí, el capibara o chigüiro (el roedor más grande del
mundo), el delfín amazónico, las nutrias y la danta, componen el cuadro más importante
de la fauna acuática de la Amazonia.

Figura 65. Reptiles de la Amazonia colombiana

FUENTE: https://www.google.com/search?q=reptiles+de+la+amazonia+colombiana&source

7.2. AVIFAUNA

Las regiones del Napo-Putumayo-Caquetá, del alto Orinoco y del río Negro aparecen
como zonas de contacto secundario, donde ocurrieron numerosas hibridaciones durante
la expansión de las nuevas especies desarrolladas en los refugios selváticos del
pleistoceno.

Otra fuente de enriquecimiento temporal de la avifauna de la Amazonia, es el paso de


numerosas migraciones estacionales provenientes de latitudes templadas americanas,
tanto del norte como del sur, y según parece, del mismo trópico, siguiendo los ciclos de
las lluvias y secas al norte y sur del Ecuador.

Por supuesto, son las aves la clase de animales más dependientes de las copas de los
árboles. Aunque algunas tienen hábitos rastreros (como la gallineta y el tente) que se

218
alimentan de los animalitos de la hojarasca y de los frutos caídos, la mayoría habitan los
estratos superiores del bosque.

Algunos grupos de aves son particularmente sobresalientes: tucanes, colibríes, loros,


papagayos, araras y cotorras. Hay aves frugívoras, insectívoras, necrófagas, piscívoras y
rapaces, haciendo de la fauna de aves una de las más numerosa, diversa e importante de
la región.

Figura 66. Aves de la Amazonia colombiana

FUENTE: ttps://www.google.com/search? ZXgDw&q=aves+de+la+amazonia+colombiana&oq

7.3. MAMÍFEROS

A diferencia de las aves y peces, la Amazonia es muy pobre en cuanto a población de


mamíferos terrestres. Aunque existe una enorme cantidad de familias, géneros y especies,
cada especie posee una densidad de individuos por kilómetro cuadrado extremadamente
baja. Con contadas excepciones cada mamífero es un solitario que “administra” para su
alimentación una gran zona y sólo en las épocas de celo la comparte con otro miembro
de su especie. Los mamíferos sociales son muy escasos, limitándose en su mayoría a
los micos, fuera de ellos el caso más notable es de los picaríes, conocidos como cafuches,
cerrillo o zaino, los cuales andan en manadas, a veces muy grandes, siendo esto una
defensa grupal que les permite protegerse. Entre los roedores existe un tercer ejemplo
de mamífero social que es el chigüiro, el cual se reúne en manadas alrededor de lagunas
y sitios inundables, pero no en grandes manadas características de los Llanos Orientales
durante la época de sequía, sino en grupos pequeños.

La predominancia del individuo solitario sobre la manada parece tener explicación en la


escasez de alimento específico para cada especie. Debido a la gran diversidad del

219
componente vegetal de la selva que es el origen de las cadenas alimenticias, se hace
necesario que un animal recorra distancias muy grandes para obtener cantidades
suficientes de un mismo tipo de alimento, bien sea de una planta dada o de fitófagos que
viven de ella. En los pocos casos de mamíferos que conforman manadas, estos se ven
forzados a desplazarse continuamente y a convertirse en omnívoros pues no pueden
darse el lujo de seleccionar demasiado su alimento.

Los habitantes de la selva no sólo se encuentran zonificados horizontalmente sino que


también se estratifican verticalmente. Las frecuentes inundaciones o lo muy húmedo del
suelo bajo la selva condujo a que los animales se adaptasen a morar sobre los árboles en
su gran mayoría y otra considerable a adquirir hábitos anfibios, permaneciendo muy pocos
de ellos como verdaderos terrestres puros.

Sobre la copa de los árboles y sobre las ramas y troncos se desarrolla la mayor parte de
la vida silvícola y casi todos los mamíferos arborícolas neotropicales han sufrido
transformaciones adaptativas para esa vida aérea. Algunos de los monos (platirrinos)
poseen un quinto miembro que es la cola prensil (los micos americanos son los únicos en
el mundo que han desarrollado cola prensil), el cual es un formidable instrumento para
andar sobre las ramas de los árboles.

Figura 67. Mamíferos arbóreos de la Amazonia colombiana

FUENTE:https://www.google.com/searchwCQ&q=mamíferos+terrestres+de+la+amazonia+colombiana&

Compartiendo el hábitat arbóreo con los micos se encuentran mamíferos de todos los
órdenes, varios de los cuales poseen cola prensil. El perro de monte de hábito nocturno
es un extraño carnívoro de cola prensil y de aspecto muy parecido al mono. El cuzumbo
bastante conocido y domesticado también posee esta característica.

Otros animales mamíferos de la selva amazónica son: el tigre mariposo o jaguar, el tigre
gris o león, el ocelote, el gato montés, entre los félidos ocupando una posición intermedia
entre arbórea y terrestre.

220
Figura 68. Mamíferos arbóreos-terrestres de la Amazonia colombiana

FUENTE:
https://www.google.com/search?biw=1366&bih=657&tbm=isch&sa=1&ei=dVirXLGbB66s5wKnvK74DQ&q=
felidos+de+la+amazonia+colombiana&oq

En el estrato del suelo son pocos los mamíferos que viven en forma exclusiva: el venado,
el oso hormiguero y algunos raros cánidos como el perrito zorrito y el perrito venadero, los
cerrillo y cafuches, etc.

Figura 69. Mamíferos terrestres de la Amazonia colombiana

FUENTE:https://www.google.com/search?biw=1366&bih=657&tbm=isch&sa=1&ei=0lirXMPKLcnn5gKF5pk
4&q=mamíferos+terrestres+de+la+amazonia+colombiana&oq

Un tercer estrato en el que tienen su morada algunos mamíferos es el subterráneo, allí


viven pero no tienen su sustento, algunos roedores excavadores y varios géneros de
armadillos que si lo obtienen parcialmente al consumir lombrices e insectos de la tierra.
El picure o acure, la lapa o boruga, el tintín y otros roedores también comparten
ocasionalmente estas moradas.

221
Figura 70. Mamíferos con hábitos subterráneos de la Amaz onia colombiana

Figura xx.
https://www.google.com/search?biw=1366&bih=657&tbm=isch&sa=1&ei=I12rXIiQEc3V5gLY=mamíferos+c
on+habitos+subterraneos+de+la+amazonia+colombiana&oq

Un cuarto estrato de los mamíferos es el acuático. Allí se dan las más extraordinarias
adaptaciones y convivencias imaginables. El más grande mamífero de Suramérica es la
Danta o Tapir y el mayor roedor del mundo es el Chigüiro, son una transición entre el
mundo terrestre y el acuático. Una adaptación más perfecta al medio acuático es la del
perro del agua o lobón y la nutria.

Figura 71. Mamíferos terrestres-acuáticos de la Amazonia colombiana

FUENTE:
https://www.google.com/search?biw=1366&bih=657&tbm=isch&sa=1&ei=bl6rXNH9NIaW5wLltKXwCg&q=
mmiferos+terrestres+acuaticos+de+la+amazonia+colombiana&oq

7.4. INSECTOS

El mundo más variado y populoso de la selva amazónica es el de los insectos, los cuales
se constituyen en el eslabón más importante de la cadena alimenticia y son los animales
que en mayor grado dependen de la vegetación, tanto para su alimentación como para su
habitación y refugio (ellos son los principales fitófagos y descomponedores de la selva y a
la vez son la base alimenticia de los zoófagos de primer orden dentro de la organización
sociológica dentro de la selva pluvial ecuatorial). Pero esa dependencia es de doble vía
porque los insectos (junto con otros animales, en especial aves, roedores, maurciélagos
y peces) aseguran la reproducción de la mayoría de las plantas, polinizando flores, y
transportando y dispersando semillas.

Para cazar y evitar ser cazados la mayor parte de los insectos ha desarrollado estrategias
como el mimetismo, verdadero arte del camuflaje.

222
Los comejenes (termitas) y los innumerables géneros de las hormigas, especialmente la
arrieras, se cuentan por millones en cada kilómetro cuadrado y su labor descomponedora
es vital para el bosque, lo mismo que para los cientos de aves y otros animales que se
alimentan de ellos. Su beneficio es vital para la sobrevivencia de todo el ecosistema.

Existe un sinnúmero de abejas, mariposas, coleópteros, arañas, mosquitos, avispas, etc.,


aún desconocidos.

Figura 72. Insectos de la Amazonia colombiana

FUENTE: https://www.google.com/search?biw=1366&bih=657&tbm=isch&sa=1&ei=-
VGrXMOwHOKp5wLSlZaYAQ&q=insectos+de+la+amazonia+colombiana&oq

El uso de la fauna silvestre es tan antiguo como la caza y se remonta al origen del
habitante amazónico. Los pueblos originarios que habitaron la Amazonia utilizaron los
recursos silvestres como alimento y dieron valor a los animales vivos y sus productos
(plumas, huevos, pieles, picos, garras, dientes, etc.). La caza no solo tenía fines rituales
sino que servía para proveerse de productos considerados mágicos o curativos. El uso
histórico de la fauna está asociado a los procesos de colonización y modelos de uso de la
tierra adoptados, conforme al origen de la población que se instala, a partir de los

223
principales accesos, que primeramente fueron los ríos navegables y después, a través de
las primeras carreteras construidas (TCA, 1999).

Aunque existen diferentes modalidades de caza (subsistencia, de fomento, comercial y de


control) reguladas por la ley, la cacería de subsistencia legal o ilegal está siendo
practicada abiertamente, en primer caso sin reconocer las áreas de parques nacionales
como zonas restringidas para esta práctica, y en el segundo, siendo sus productos
comercializados abiertamente en regiones como la Amazonia, Orinoquia, y Choco
biogeográfico especialmente. De esta forma, en un sentido estricto la práctica de cacería
de subsistencia es muy poca y todos los demás medios de caza destructivos pueden estar
amparados bajo esta figura (Rodríguez et al. 2006).

224
225
CAPITULO 1
DINÁMICA DEL ECOSISTEMA AMAZÓNICO

Un ecosistema es el conjunto formado por los seres vivos que habitan en un determinado
lugar y las relaciones que se establecen entre sus componentes y el medio en el que viven.
En un ecosistema sus diferentes elementos están organizados y poseen una estructura
determinada en la que cada uno desarrolla una función. Los ecosistemas no son entidades
estáticas, al contrario, cambian a través del tiempo y mantienen un continuo proceso de
transferencia de materia y energía (Odum, 1985).

1. EL FLUJO DE LA ENERGÍA EN EL ECOSISTEMA AMAZÓNICO

La Amazonia es algo más que un conjunto de árboles. Para comprender cómo la selva se
mantiene, cómo ella se renueva constantemente, cómo ella se modifica bajo diversas
condiciones, se hace necesario considerarla como un ecosistema, del cual los árboles
constituyen apenas una parte al lado de muchas otras partes.

Cuando se camina en la selva de tierra firme, por ejemplo, a cada paso se pisa en
promedio cerca de 1.500 pequeños animales, pertenecientes a centenas de diferentes
especies: son minúsculos insectos, hormigas, caracoles, arañas, ácaros, crustáceos,
larvas, lombrices, protozoarios, en fin, sin que se sepa se tiene un verdadero “tratado de
zoología” bajo los pies. Esto sin considerar los innumerables hongos y bacterias que están
sobre la misma área. Estos microorganismos del suelo realizan una función esencial para
la existencia de la selva, al descomponer las hojas, las ramas y troncos muertos, los
cadáveres y excrementos de los animales mayores, reciclando así los nutrientes minerales
indispensables para el crecimiento de la vegetación.

Los factores del ambiente físico constituyen partes igualmente importante del ecosistema
amazónico.

Las características físicas y químicas de los suelos y las condiciones climáticas (fuerte
radiación solar, altas y uniformes temperaturas durante todo el año, cambios diarios
drásticos de temperatura, altas precipitaciones pluviales, alta humedad relativa, etc.)
determinan la distribución de los tipos de vegetación de la Amazonia. Estos factores
abióticos están directa o indirectamente relacionados con la fotosíntesis, que es el proceso
mediante el cual las plantas captan la energía solar esencial para mantener el
funcionamiento de todo el ecosistema (Shubart, 1985).

La Amazonia presenta, en general, condiciones óptimas para la fotosíntesis, o sea, la


producción de carbohidratos por las plantas a partir del agua y del dióxido de carbono (gas
carbónico), usando como energía la luz solar. Estos ingredientes son abundantes en la
región, donde las temperaturas también son favorables al proceso durante todo el año.
Hay por tanto un potencial elevado de producción de materia orgánica en la región, situada

226
arriba de las ocho toneladas de carbono fijado por hectárea al año (equivalente a 20
toneladas de materia seca por hectárea por año).

La biomasa de la selva, esto es, la masa de materia viva presente en un área determinada,
en un momento dado, es también muy grande, del orden de las 500 toneladas por
hectárea; expresada en peso seco, es equivalente a 200 toneladas de carbono por
hectárea. Esta biomasa está constituida casi en su totalidad por las plantas,
especialmente por los árboles y plantas leñosas. La biomasa animal representa una
fracción muy pequeña de la biomasa total, siendo del orden de algunas decenas de kg/ha
(peso fresco) para los vertebrados y de algunas centenas de kg/ha (peso fresco) para
invertebrados, sobretodo insectos.

Figura 73. Utilización de la energía solar

FUENTE: Etter, 1992

227
UTILIZACIÓN DE LA ENERGÍA SOLAR

La vida en la tierra se basa en la energía proporcionada por la radiación solar. La misma energía radiactiva
que puede quemar la piel humana o derretir un glaciar, es aprovechada por las plantas y utilizada para
producir glucosa. En una compleja reacción química conocida como fotosíntesis, la planta combina el
dióxido de carbono (CO2), extraído del aire por sus hojas, con agua (H 2O) succionada por sus raíces del
suelo. Seis átomos de carbono se unen en una cadena para formar una molécula de glucosa (C 6H12O6) y
el oxígeno sobrante se devuelve a la atmósfera. Las cadenas de carbono de este tipo son la base de la
diversidad química de la vida. A pesar de estar bajo cielo nuboso, el bosque húmedo ecuatorial (selva
amazónica) recibe una amplia radiación solar, por estar en la zona ecuatorial de la tierra. La combinación
de altas temperaturas y grandes cantidades de agua estimula el crecimiento de árboles y plantas. La
productividad de la selva amazónica es colosal. Crea alrededor de 25-30 toneladas anuales de nuevas
plantas por hectárea, dos veces más que un bosque templado de robles, y más de tres veces que el bosque
de coníferas del norte. Un árbol grande de la selva puede producir más de 1,5 kg de glucosa por día. De
ésta, el 60% se rompe de nuevo con la respiración del árbol, liberando la energía necesaria para el proceso
vital de la planta. El 40% restante se transforma en diversas sustancias, como proteínas o celulosa.

Los animales que se alimentan de las plantas (herbívoros) absorben estas moléculas, las alteran para cubrir
sus propias necesidades y las utilizan para desarrollar sus organismos. Los carnívoros utilizan el mismo
proceso con los cuerpos de los animales que consumen.

Las complejas moléculas de carbono que la planta desarrolla pasan de una etapa a otra en la cadena
alimenticia. El 10% de estas complejas moléculas son reorganizadas químicamente, pero no rotas. El resto
se descompone con la respiración del animal o de la planta para liberar la energía que contienen. Las
moléculas de carbono que permanecen en las hojas o en los árboles caídos, en los excrementos de los
animales o en sus cuerpos muertos producen alimentos para los hongos, las bacterias y otros organismos
que las descomponen. Con este último paso, la energía invertida por el Sol se disipa, y las cadenas de
carbono resultantes son desmanteladas. Gran parte del carbono retorna al aire en forma de dióxido de
carbono. Pero donde se produce la descomposición subacuática, como en las várzeas, igapós,
cananguchales y en general, los humedales de la Amazonia, tiene lugar un proceso diferente. No hay
oxígeno para formar dióxido de carbono, y en su lugar se libera metano (CH4). El mismo proceso de ruptura
ocurre en los intestinos de las termitas, que son los insectos que descomponen mayor cantidad de materia
orgánica en la Amazonia.

Estos hechos han sido motivo de especulaciones optimistas relacionadas con el potencial
agrícola de la región, o más recientemente, con relación a la utilización de los recursos
madereros y a la conversión de las inmensas reservas de biomasa en energía.

Paradójicamente, la Amazonia ha representado un verdadero desafío agrícola,


permaneciendo hasta hoy entre las regiones más atrasadas del mundo en términos de
desarrollo de la agricultura. Abstrayéndose los factores históricos, sociales y económicos
que indudablemente son relevantes para la comprensión global del problema, se puede
decir que, desde el punto de vista ecológico ya se dispone de informaciones para la
explicación científica de esta situación.

228
2. EL CICLO DE LOS NUTRIENTES

Al lado del flujo de la energía, el reciclaje de materiales, especialmente nutrientes


minerales esenciales para el crecimiento de las plantas, es una de las funciones básicas
del ecosistema. Estos ciclos biogeoquímicos como son llamados, presentan
características muy diferentes entre sí, dependiendo de los elementos o sustancias
involucradas.

Los factores que contribuyen para el elevado potencial de productividad primaria en la


Amazonia: agua, gas carbónico y energía radiante, son abundantes y de cierta forma
externos al sistema. El agua y el gas carbónico tienen ciclos biogeoquímicos de tipo
gaseoso, esto es, la atmósfera o la hidrosfera representan grandes reservorios de estas
sustancias, que circulan libremente bajo la forma gaseosa. Lo mismo sucede con el
nitrógeno, el principal elemento de la composición de las proteínas, y que constituye el
78% de la atmósfera. El nitrógeno gaseoso de la atmósfera es incorporado a la biomasa
a través de la fijación biológica realizada por diversas bacterias del suelo, algunas en
simbiosis con raíces de plantas o por algas cianofíceas y también a través de las lluvias,
en forma de amoníaco y nitrato, que es asimilable por las plantas. El nitrato puede
perderse para el sistema por lixiviación y erosión del suelo, o bajo condiciones
anaeróbicas, él puede ser reducido a nitrógeno gaseoso por diversas bacterias en el
proceso de desnitrificación.

Al contrario, la clase de elementos esenciales a la vida, que existen en cantidades


relativamente pequeñas en la composición de los seres vivos, tales como el fósforo, el
potasio, el calcio, el magnesio, entre los más importantes, tienen ciclos biogeoquímicos
de tipo sedimentario, es decir, las rocas y los sedimentos son el reservorio principal.

Estos elementos pueden ser considerados como factores internos al sistema, pues existen
en cantidades más o menos limitadas, resultantes de circunstancias muy anteriores al
estado actual del sistema, y tienden siempre a perderse para el sistema por los procesos
de erosión y lixiviación de los suelos, siendo llevados por los ríos en dirección de los
océanos.

Un elemento intermediario es el azufre, importante constituyente de algunos aminoácidos


y vitaminas. Él es absorbido por las plantas en la forma de sulfato. El sulfato tiende a
perderse del sistema por erosión y lixiviación del suelo.

El retorno de los nutrientes del ciclo sedimentario es hecho, en la escala del tiempo
histórico, en cantidades muy pequeñas, a través de cenizas volcánicas, aerosoles, polvo,
etc., que se precipitan sobre los bosques directamente o, más frecuentemente, disueltos
en el agua lluvia. Apenas en la escala del tiempo geológico, a través de los procesos
orogenéticos, ocurre el retorno de estos nutrientes en cantidades apreciables. Estas
relaciones son bien ejemplificadas en la Amazonia. Los terrenos antiguos del escudo
cristalino de las Guayanas se encuentran casi totalmente erosionados y profundamente

229
lixiviados, lo mismo acontece con los terrenos de la planicie amazónica, formados por la
sedimentación de detritos provenientes de los escudos. Lo cual da como resultado, unos
suelos químicamente pobres (en su fase mineral) en estos terrenos. Al contrario, las
várzeas fértiles son el resultados de un ciclo de erosión en los andes geológicamente
reciente y de depositación en las planicies de inundación de la depresión amazónica, lo
que constituye un proceso geológico muy activo actualmente (Salati, 1991).

Si la mayor parte de los suelos de la Amazonia son de fertilidad tan baja, ¿cómo pueden
soportar una vegetación tan exuberante? en esto radica la mayor paradoja amazónica.

Uno de los aspectos relevantes para la solución de esta paradoja es el reciclaje orgánico
de los nutrientes minerales. Anualmente caen al suelo cerca de 8 t/ha, peso seco, de hojas
muertas, ramas, flores, y frutos, que al descomponerse sus minerales son absorbidos por
las raíces de los árboles y reincorporados al ciclo de los nutrientes (la tabla siguiente
muestra las cantidades de algunos minerales que retornan al suelo por esta vía), en
comparación con las cantidades existentes en las partes aéreas de la vegetación y en el
suelo (Salati, 1991).

A diferencia de otras regiones, en la Amazonia los nutrientes no se encuentran en su


mayor parte en el suelo sino en el bosque, o sea, en la biomasa. Lo que sucede es que el
bosque tiene una alta capacidad de reabsorber los nutrientes de la materia orgánica caída
y descompuesta, y controla de esta manera la pérdida de los nutrientes.

Además de eso, hay un aporte de minerales al suelo a través, de una cantidad aún
desconocida de troncos muertos y a través del agua que lava las hojas y los tallos. El
aporte de minerales al suelo por la descomposición de los detritos orgánicos es bastante
considerable en relación con las cantidades existentes en el suelo. Por otro lado, las
cantidades de minerales almacenados en la biomasa son también muy significativos en
comparación con las reservas del suelo (Salati, 1991).

Las plantas arbóreas tienen una alta capacidad de recapturar los nutrientes provenientes
de la descomposición de la materia orgánica por las raíces superficiales y la participación
de hongos (Mycorrhiza). Este sistema es de alta eficiencia y permite la conservación de
los nutrientes en el ecosistema.

Como la biomasa da la selva no está disminuyendo con el tiempo, es de concluirse que la


selva está absorbiendo todos estos nutrientes minerales, cerrando así el ciclo. Esta
conclusión es confirmada por los análisis de aguas de la mayoría de los riachuelos e
inclusive del río negro. Son aguas muy puras químicamente, parecidas al agua destilada.
De hecho, un cálculo reveló que la cantidad de minerales que sale de cuenca del río Negro
a través de sus aguas es igual a la cantidad que llega a la misma área con las lluvias
(Salati, 1991).

230
Por esta razón, la Amazonia representa un ecosistema muy frágil, pues sus reservas de
nutrientes son mantenidos por un proceso de reciclaje extremadamente eficiente, basado
en la complejidad estructural de sus comunidades biológicas. Las pequeñas pérdidas de
nutrientes, termodinámicamente inevitables, son compensadas por las pocas cantidades
de nutrientes que entran con las lluvias y por lo que aún puede existir en el suelo. Por eso
se dice que en la Amazonia la selva no vive del suelo, pero sí sobre él. Realmente, ella
vive de sí misma.

3. ESTRUCTURA DE LA SELVA AMAZÓNICA

De todas las regiones del mundo la Amazonia, es tal vez, la que recibe en promedio más
luz solar en un año, pero sólo un 1 o 2% llega al suelo de la selva. En consecuencia, la
competitividad por la luz es la fuerza motriz detrás de la estructura de la selva amazónica.
Las plantas tienden a formar capas o estratos de follaje en diferentes niveles sobre el
suelo, cada uno de los cuales filtra la luz, reduciendo sucesivamente la cantidad de luz y
la temperatura e incrementando a la vez la humedad del nivel anterior. Por tanto, cada
uno de los niveles tiene su propio microclima.

En la selva clímax de la Amazonia se pueden encontrar cinco estratos bien diferenciados


de acuerdo con las diferentes alturas de su vegetación. Cada uno de esos estratos
contiene una enorme variedad de formas de vida,
la cual se ha adaptado para vivir en determinados
espacios del bosque sin necesidad de sobrepasar
su respectivo hábitat estratificado. Estos cinco
estratos son: emergente, dosel, subdosel,
arbustivo o sotobosque y herbáceo (ver figura).

Árboles emergentes. Son los árboles más altos


que sobrepasan el dosel (especies con más de 35
metros), éstos son muy pocos.
Herbáceo

Dosel. Es el techo del bosque. Reciben la luz solar


en forma completa. El follaje de estos árboles
puede absorber y difundir más de la mitad de la luz
solar disponible. Alcanzan hasta 35 metros y
forman una cobertura cerrada y continua.

Subdosel. Son árboles menos altos que los del


dosel, alcanzando alturas entre 10 y 25 metros.
Estos árboles prefieren disponer de cierta cantidad
de sombra.

Figura 74. Estratos del bosque


. Estratos del bosque

231
Arbustivo o sotobosque. Arbustos que reciben solamente cerca del 10% de la luz del
sol que se ha filtrado a través del dosel y del subdosel. Alcanzan hasta 10 metros.

Herbáceo. Son las hierbas, helechos y musgos, los cuales necesitan muy poca luz para
existir. Estas plantas son muy pequeñas, por lo que no sobrepasan el metro de altura.

Esta estratificación no es estática sino dinámica, pues algunas especies vegetales ocupan
transitoriamente un estrato dependiendo de la etapa sucesional en que se encuentre.

4. INTERACCIONES ECOLOGICAS

La estructura de la comunidad biológica que compone el ecosistema forestal amazónico


es extraordinariamente compleja, siendo caracterizada por una gran heterogeneidad de
flora y de fauna. Evidentemente, la fisionomía de la comunidad es determinada por los
árboles; existen además de los árboles, toda una gama de otras formas de vida vegetal
ecológicamente adaptadas, tales como lianas, bejucos, herbáceas, arbustos ascendentes,
palmeras, epífitas, sobre todo de las familias de las Bromelias y de las Orquídeas. Los
líquenes y musgos que crecen sobre las hojas y tallos de los árboles y arbustos, plantas
parásitas, saprófagas (además de los hongos descomponedores), etc.

Además de esta heterogeneidad estructural de la vegetación, se verifica también una


notable diversidad taxonómica; una hectárea de selva alta de tierra firme contiene entre
200 y 300 especies de árboles con diámetro de tallo igual o mayor a 5 cm (DAP).

No obstante los animales en general, no sean tan conspicuos en la selva, ellos existen
también en gran número de especies. Otro grupo importante de organismo en la selva son
los insectos y los microorganismos.

Tal vez existan en algunas decenas de hectáreas de la selva amazónica más especies
que en todos los bosques templados del Hemisferio Norte. Una de las consecuencias de
esa diversidad es la gran rareza de la mayoría de las especies (bajo número de individuos
por unidad de área); para encontrar un segundo árbol de determinada especie es
necesario caminar muchos metros (100 o 200) por la selva.

La simple descripción y enumeración de las diferentes especies de organismos, por


importante que sea, no conduce a la comprensión del funcionamiento del ecosistema. Por
eso, es necesario considerar, en toda su complejidad, las interrelaciones entre esos
organismos, como también entre ellos y el ambiente físico. Las plantas, animales y
microorganismos de una comunidad biológica se adaptan unos a otros en sus
necesidades a través del proceso de evolución por selección natural. Como resultado de
este proceso, la comunidad biológica que se observa hoy, no es un producto acabado,
estático, pero si, representa un equilibrio dinámico que se ajusta constantemente a las
modificaciones del ambiente.

232
Los organismos de una comunidad biológica ejercen presiones e influencias unos sobre
los otros a través de diversos procesos ecológicos, tales como interacciones
intraespecíficas (entre individuos de la misma especie) tanto armónicas (colonias,
sociedades) como desarmónicas (competencia), y relaciones interespecíficas (entre
individuos de especies diferentes) ya sea armónicas (mutualismo o simbiosis,
comensalismo) como desarmónicas (parasitismo, predatismo).

Individuos de la misma especie o de especies diferentes pueden competir por recursos


escasos del ambiente. A la luz necesaria para la fotosíntesis no siempre tienen fácil acceso
las plantas del sotobosque de la selva, sombreados por los árboles más altos. En el
transcurso del proceso evolutivo estas plantas desarrollaron adaptaciones fisiológicas o
comportamentales que les permite sobrevivir a lo largo del tiempo con poca luz, o crecer
rápidamente cuando un claro natural, resultante de la caída de árboles, permite la entrada
de luz suficiente. Muchos bejucos acumulan energía lentamente en tubérculos
subterráneos, para crecer rápidamente, usando esa energía, hasta alcanzar el dosel
soleado de la selva. El crecimiento rápido representa una estrategia para proteger los
tejidos jóvenes, muy palatables y nutritivos, del ataque de insectos herbívoros. Los tejidos
más viejos, sobre todo las hojas, acumulan sustancias químicas tóxicas, que repelen de
varios modos los herbívoros, especialmente en situaciones donde una hoja representa
una ―inversión energética elevada‖ para la planta, como es el caso de las plantas del
sotobosque, ya mencionadas, o que crecen en suelos oligotróficos (muy pobres).

Otros recursos muchas veces escasos son los nutrientes del suelo, haciendo que ocurra
una competencia a nivel de las raíces de diferentes plantas, lo mismo sucede entre las
raíces y los hongos e invertebrados descomponedores de las hojas muertas. En los casos
de suelos muy pobres, las raíces desarrollan relaciones mutualistas con ciertos hongos,
los llamados micorrizas. Los hongos extraen con gran eficiencia los nutrientes minerales
de las hojas muertas (nitratos), pasándolos en parte a las raíces con las que están
asociados y reciben de éstas sustancias ricas en carbohidratos como fuente energética,
producto de la fotosíntesis de la luz solar a la cual los hongos no tienen acceso.

Las relaciones mutualistas son caracterizadas por el hecho de que los individuos o las
poblaciones participantes, cuando están asociados, tienen más oportunidades de
sobrevivencia y reproducción que las que tendrían cada uno de ellos aisladamente.
Además de las micorrizas ya mencionadas, existen asociaciones entre raíces de ciertas
plantas (especialmente de la familia de las leguminosas) y bacterias fijadoras de nitrógeno
del aire, relaciones de plantas con hormigas que las defienden del ataque de herbívoros,
entre las plantas y diversos animales, sobre todo insectos, que efectúan la polinización de
las flores o la dispersión de semillas, para citar los ejemplos más familiares.

Sin duda alguna son las relaciones tróficas que, permeando toda la comunidad biológica,
ejercen el mayor impacto en su estructura y funcionamiento.

233
Toda la energía que mantiene el ecosistema, en funcionamiento proviene del sol; en
particular, la energía química que mantiene el metabolismo de plantas, animales y
microorganismos es continuamente generada por la actividad fotosintética de las plantas
verdes. Así, todos los animales dependen directa o indirectamente de las plantas. Por
esto, se estima que en un ecosistema forestal no más del 10% de toda la energía
almacenada por las plantas sea consumida a través de la cadena alimentaria constituida
por los animales herbívoros y sus predadores. El 90% restante sería disipados por la
cadena alimentaria de los descomponedores, formada por los invertebrados y
microorganismos del suelo.

Estos herbívoros y sus predadores tienen, no obstante, una importancia cualitativa muy
grande sobre el ecosistema, influenciando las poblaciones de plantas en su variabilidad
genética, a través de la polinización cruzada, o en sus características demográficas, a
través de la dispersión de semillas. La propia heterogeneidad de las plantas parece estar
relacionada con la interacción de los herbívoros y de los microorganismos patogénicos
con las plantas.

Del punto de vista de los herbívoros, las plantas no son apenas verdes, pues además de
la clorofila, las hojas y otros tejidos de las diferentes especies, pueden contener una
gamma de “compuestos secundarios”, bajo la forma de taninos, resinas, glicosídeos,
cianogénicos, oxalato de calcio, alcaloides diversos, como cafeína, estricnina, morfina, la
rotenona, etc., que protegen más o menos eficientemente las plantas de los ataques de
los herbívoros. Entre tanto como los herbívoros, especialmente los insectos, tienen
muchas generaciones en el tiempo de la generación de un árbol, ellos pueden desarrollar
resistencia a éstos tóxicos más rápidamente de lo que la planta produce estas defensas.
También los tejidos jóvenes, en crecimiento, son relativamente libres de estas estrategias
defensivas, siendo vulnerables al ataque de herbívoros. Resulta de esta corrida
armamentista que todas las plantas tienen un conjunto de insectos predadores y
microorganismos patogénicos más o menos específicos, que consiguen en fases críticas
del ciclo vegetativo vencer las defensas de la planta.

Cuando un árbol produce semillas, ocurre una concentración poblacional localizada de


esta especie: estas semillas serán dispersadas por diversos agentes, incluyendo desde el
viento y el agua hasta diversos animales, como aves, murciélago, micos, roedores, hasta
peces en el caso de los bosques periódica o permanentemente inundados (várzeas o
Igapós). Producto de esta dispersión es una mayor concentración de semillas y
posteriormente plántulas, en las proximidades de la planta madre y un menor número de
semillas o plántulas a distancias mayores de la matriz. Como los herbívoros se orientan
por la matriz, encuentran una gran concentración de plántulas bajo la misma, que serán
entonces completamente diezmadas. Aunque eso no suceda, las oportunidades de
sobrevivir de estas plántulas o de alcanzar el dosel de la selva son mínimas, pues
encuentran la competencia del propio árbol madre, que les roba la luz y los nutrientes.
Son aquellas pocas semillas llevadas a otros lugares lejanos por algún animal o por el
viento, las que tienen alguna oportunidad de escapar del ataque de los herbívoros o de

234
enfermedades, y germinando en algún lugar favorable cuando las condiciones de luz y del
suelo, le permitan alcanzar el dosel superior.

La competencia, la predación por los herbívoros y las enfermedades crean un vacío en


torno de un árbol, que puede entonces ser ocupado por otras especies. Cuanto más
eficientes sean los predatorios, tanto en su movilidad en el espacio como en el tiempo
entre diferentes árboles que estén produciendo semillas, en cuanto a su capacidad de
destruir las plántulas que están creciendo juntas, mayores serán las distancias esperadas
entre los individuos de una especie y mayor número de especies deberán haber en la
región.

Cualquier perturbación natural o humana, que crea un nuevo hábitat o que altere
significativamente el existente, origina una serie fija de composición de las especies, que
se llama sucesión. Por ejemplo, las primeras plantas existentes en una zona se benefician
de la escasa competencia por la luz y por los nutrientes, y quizá ésa sea la única
oportunidad de que un 75 por ciento de las especies arbóreas del bosque alcancen la
madurez. Al mismo tiempo, muchos invertebrados y vertebrados dependen de la sucesión
para sus ciclos vitales: una especie, cuando es joven, puede requerir hospedadores en la
vegetación sucesional, mientras que en estado adulto puede vivir en un bosque clímax.
Dicho de otro modo, las áreas sucesionales son indispensables para una saludable
regeneración forestal, así como para la supervivencia de numerosas especies animales.

Los datos disponibles sugieren que la interacción entre poblaciones tiene mayor
significación en la regulación de la estructura y función de las comunidades en las selvas
amazónicas que en las regiones templadas. El papel de los murciélagos, aves, insectos y
otros animales que se alimentan de semillas en los claros de los bosques son ejemplos
de este fenómeno. El árbol de la nuez del Brasil (Bertholletia excelsa) depende de ciertas
abejas de la familia de las Meliponidae para su polinización, y sus semillas deben pasar
necesariamente por el tracto digestivo de ciertos roedores para poder germinar. Cuando
ese árbol no está en flor, las abejas dependen de las flores de otros árboles pequeños,
que si son eliminados, provocarán indirectamente dificultades a la fertilización del árbol de
la nuez del Brasil.

Otro ejemplo de interdependencia es el de las hormigas cortadoras de hojas o arrieras


(Atta). Estas son afectadas por la sucesión vegetal, siendo sus nidos más numerosos en
las primeras etapas de la sucesión y mucho menos en los bosques clímax. Pero las
hormigas, a su vez, también influyen sobre la sucesión vegetal a través de su uso selectivo
de las especies vegetales y por su aporte de nutrientes depositados.

235
CAPÍTULO 2
CARACTERÍSTICAS DEL ECOSISTEMA AMAZÓNICO

1. LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA

La diversidad biológica o biodiversidad no es sólo el número de especies de un área en


particular sino más bien, la variedad total de ascendencias genéticas, de especies y
ecosistemas que existen en la naturaleza. Por razones prácticas, la biodiversidad suele
subdividirse en tres categorías jerárquicas importantes: la diversidad genética que
incorpora la información contenida en los genes y arreglos genéticos de las especies y
poblaciones; la diversidad de especies o específica, que se refiere al número y proporción
de las diferentes especies de una zona de terminada, usualmente relacionada con los
diferentes grados de adaptabilidad que presentan que presentan los organismos en
relación con los diferentes hábitats o ecosistemas existentes; y en la diversidad de
ecosistemas o ecosistémica, que incluye la variedad de hábitats comunidades biológicas
y procesos ecológicos (Andrade, 1992).

La diversidad biológica no se refiere únicamente a los árboles, aves y mamíferos, sino


también a todos los grupos de organismos. Siendo la mayoría de estos invertebrados y
microorganismos que, aunque menos visibles, pueden en algunos casos, ser esenciales
para el funcionamiento y producción de un ecosistema.

Cerca de 8,7 millones especies de organismos en la Tierra pero la mayor parte de esta
riqueza natural aún no se conoce. Sólo se han identificado 1,4 millones de especies entre
plantas, animales y microorganismos, terrestres y acuáticos, lo que significa que
aproximadamente el 86% de las especies terrestres y el 91% de las marinas aún no se
han descubierto. En números redondos, estas especies se distribuyen entre los principales
grupos taxonómicos de la siguiente forma:

Cuadro 24. Especies de la tierra


GRUPOS TAXONÓMICOS NÚMERO DE ESPECIES
Insectos y otros artrópodos 875.000
Plantas superiores 250.000
Invertebrados y no artrópodos 117.000
Plantas inferiores 74.000
Microorganismos 37.000
Peces 10.000
Aves 9.000
Reptiles y anfibios 9.000
Mamíferos 4.000
FUENTE: Andrade, 1992

236
Se estima cautelosamente que el número total de especies de la tierra se sitúa en torno
de 8,7 millones, sin embargo estudios recientes sobre la fauna de insectos de la copa de
los árboles en las selvas tropicales de América del Sur y Central han producido el
estimativo de 30 millones de especies apenas de insectos, en su mayoría tropicales.

Colombia es reconocida como país megadiverso por poseer el 10% de la biodiversidad


terrestre mundial en el 0,8% del área. Se calcula que alrededor del 50% de los seres vivos
del país están representados en la Amazonia.

La selva amazónica ostenta cerca de 30 mil especies de plantas superiores contra cerca
de 10 mil especies en toda América del Sur de clima templado.

La diversidad biológica es pues, una de las características más importantes de la


Amazonia.

Esta región, alberga ciertamente una gran proporción de las especies y de las variedades
genéticas de la flora, fauna y microorganismos del mundo. Para tener una mayor claridad
de la megabiodiversidad de la Amazonia, podemos decir, que una hectárea de ésta
contiene más especies que el Canadá, por ejemplo (Andrade, 1992).

Una hectárea de tierra firme próxima a Manaos (Brasil) contenía 179 especies de árboles
con más de 15 centímetros de diámetro a la altura del pecho (DAP) y 236 especies con
más de 5 centímetros DAP. Comparativamente, la misma área de un bosque en Nueva
Inglaterra (América del Norte) contiene 5 o 6 especies de árboles; lo que de inmediato,
torna aparente el enorme contraste entre la estructura y composición de bosques
templados y tropicales (Shubart, 1990).

La alta biodiversidad en un mismo lugar y la gran diferenciación de las especies entre


lugares, son los dos factores biológicos más sobresalientes de la Amazonia.

De otra parte, la diversidad biológica de la región amazónica no representa únicamente


algunos extremos esotéricos de diversificación evolutiva. La alta biodiversidad está
correlacionada con una variedad excepcional de especies útiles. Más de 2.000 de plantas
han sido ya identificadas como útiles, la mayoría de ellas conocidas por los pueblos
indígenas, por sus propiedades farmacológicas, alimenticias e industriales, y cerca de
4.000 especies son maderables.

Estas características de megabiodiversidad amazónica, llevan a preguntarnos: por qué los


procesos de diversificación de especies han sido tan intensos en la Amazonia? Cómo
surgió y cómo se mantiene esa diversidad? (Walschurger, 1992).

237
1.1. ARGUMENTOS QUE EXPLICAN LA BIODIVERSIDAD

Explicar los interrogantes anteriores ha sido uno de los mayores dilemas de los científicos.
En términos generales, las líneas de explicación que se han planteado son básicamente
las siguientes (Walschurger, 1992):

1.1.1 Los Refugios pleistocénicos. Esta teoría tiene que ver con las variaciones
climáticas (glaciaciones) que afectaron a la tierra durante el pleistoceno (último millón de
años) y que produjeron en la Amazonia, descensos importantes de temperatura, tornando
el clima más seco. Por tanto la selva tuvo que refugiarse en áreas relativamente reducidas
y aisladas que ofrecían condiciones mínimas para su supervivencia. En cada una de ellas,
las plantas, animales y microorganismos evolucionaron de manera diferente, de manera
tal que cuando la humedad se recuperó y los bolsones de selva se reunificaron las
poblaciones de organismos volvieron a encontrarse pero ya no pudieron cruzarse,
generándose así una gran especiación a partir de cada especie original.

1.1.2 La radiación solar. Este argumento establece que en la Amazonia la gran


disponibilidad de energía solar redunda en una mayor productividad biológica, lo cual
favorece una mayor diversificación y especialización de las especies dentro de la
estructura y dinámica de los ecosistemas.

1.1.3 El aislamiento geográfico. La formación de especies en condiciones de


aislamiento geográfico (especiación alopátrica) constituye el argumento más utilizado para
explicar la aparición de nuevas especies en la Amazonia.

La explicación parte de la premisa que dos especies se diferencian gradualmente si se


interrumpe el flujo genético entre las poblaciones, por la presencia o aparición de barreras
geográficas como por ejemplo, la separación de los continentes, el surgimiento de
cordilleras, los cambios en el drenaje de los ríos, (muy frecuentemente en la región), etc.
Una vez aisladas, las poblaciones siguen un patrón evolutivo distinto, de acuerdo con las
fuerzas selectivas que imperan localmente, lo cual puede desembocar finalmente en
especies diferentes.

1.1.4 La diferencia de hábitats. De acuerdo con esta teoría, la interrupción del flujo de
genes a lo largo de un gradiente de hábitats diferentes puede explicar la separación de
especies en grupos taxonómicamente diferenciables (especiación parapátrica). Por
ejemplo, la especialización edáfica de especies vegetales (especies restringidas a uno u
otro tipo de suelo) es un fenómeno bastante frecuente en la Amazonia debido a la
presencia de un complejo mosaicos en esta región.

1.1.5 La especiación en el mismo lugar. Sin discontinuidad geográfica en la distribución


de las especies (especiación simpátrica), obedece a una diferenciación a muy pequeña
escala (microgeográfica) sobre la Amazonia, que ha estado en permanente remodelación

238
desde finales del terciario hasta el tiempo presente. La complejidad paisajística de la
región favoreció la diferenciación de especies, ocupando cada una un nicho distinto.

1.1.6 La inexistencia de un factor limitante único. En la Amazonia no existen factores


limitantes únicos, como por ejemplo, el frío o la sequía, propios de otros ecosistemas. Por
lo tanto, las especies pueden desarrollar estrategias de adaptación que priorizan uno de
los múltiples factores presentes: cantidad de luz, disponibilidad de agua y de nutrientes,
etc. Según esta explicación, este hecho tendría un efecto multiplicador, puesto que la
diversidad de organismos es, a su vez, multiplicador de las posibles estrategias de
subsistencia.

Esa gran diversidad de la Amazonia ha llamado la atención mundial, dado que la


deforestación mundial está generando pérdida rápida y constante de la riqueza biológica
y que aún no se cuenta con estrategias adecuadas para conservarla y al mismo tiempo
aprovecharla sustentablemente. Por lo tanto, la biodiversidad debe convertirse en el eje
central del desarrollo sostenible de la Amazonia.

La preservación y el manejo de los recursos genéticos, las especies y los ecosistemas


amazónicos son de importancia vital, pero primero debemos saber qué son, dónde están,
cómo varían, cómo se mantienen y cómo se deben manejar y preservar sustentablemente.

1.2. IMPORTANCIA DE LA BIODIVERSIDAD

Es indudable que en la Amazonia, desde la perspectiva de la biodiversidad, tiene un gran


valor a nivel planetario. En primer lugar, se puede afirmar que en la Amazonia tiene un
valor ecológico y social inestimable, que no ha sido considerado en los análisis de costos
y beneficios tradicionales. En segundo lugar, la Amazonia tiene un valor económico
directo, como fuente de materia prima y productos, o indirecto, como fuente de
informaciones tecnológicamente importantes, aún mal apreciadas por la sociedad
(Walschurger, 1992).

1.2.1. Valor ecológico y social. La selva tiene funciones vitales para la manutención de
las condiciones ecológicas de la producción agropecuaria, de la pesca y hasta de la misma
generación de hidroelectricidad, además de constituir una fuente de subsistencia para
poblaciones humanas indígenas, campesinas y colonas.

Entre las principales funciones ecológicas deben ser consideradas:

 Preservación de recursos genéticos y fitoquímicos y de interacciones ecológicas co-


evolucionadas entre plantas y animales, garantizando la continuidad del proceso de
evolución sobre la tierra.
 Interacciones entre la selva y la química de la atmósfera (con posibles efectos globales)
 Regulación del ciclo hidrológico local y regional, garantizando una mejor distribución
de las lluvias y mayor estabilidad en el régimen de los ríos.

239
 Interacciones entre la selva y el balance energético de la atmósfera (con posibles
efectos globales).
 Protección de los suelos contra la erosión, evitando la sedimentación de ríos y pérdida
de nutrientes minerales.

1.2.2. Valor económico directo. La selva tradicionalmente, es una fuente de productos


y de materias primas para el consumo local. Para la artesanía y la industria y para la
exportación: frutas, plantas medicinales, aceites, castañas, resinas, tinturantes, pieles de
animales, maderas, taninos, etc.

1.2.3. Valor económico indirecto. Las selvas tropicales húmedas representan un


fantástico banco de informaciones genéticas, químicas y ecológicas que, con los avances
de la biotecnología, de la bioquímica, y de la ingeniería genética, constituyen la base de
lo que se puede llamar “Tecnología del Futuro”.

 Informaciones genéticas. La increíble diversidad biológica encontrada en la


Amazonia constituye una fuente de nuevas plantas útiles y de genes imprescindibles
para el mejoramiento genético de plantas cultivadas.
 Informaciones químicas. Las plantas de las selvas tropicales exhiben una enorme
diversidad de moléculas orgánicas, muchas de ellas ya con reconocido valor
farmacológico o insecticida.
 Informaciones ecológicas. Las interacciones ecológicas co-evolucionadas entre
plantas, animales y microorganismos presentan un gran potencial de aplicaciones,
como por ejemplo, en el combate biológico de plagas, polinización, fijación biológica
del nitrógeno, micorrizas, degradación bioquímica de poluentes y otros productos
refractarios, fermentaciones, hidrólisis de la madera, etc.

Como casi la mitad de las especies de organismos que se estima existen en la tierra se
encuentran en las selvas tropicales húmedas, las cuales cubren apenas el 7% de la
superficie de los continentes e islas, y como las selvas tropicales húmedas están siendo
destruidas a tasas aceleradas en todo el mundo, aniquilando los hábitats naturales de
millones de especies, se puede decir que una nueva era de extinción en masa, en escala
sin precedentes en la historia geológica del planeta, ya está en curso.

El hombre se está comportando en relación a las selvas tropicales como los bárbaros que
quemaban bibliotecas por no saber qué contenían los libros.

2. REGENERACIÓN NATURAL DE LA SELVA

Una de las características más interesantes y atrayentes del desarrollo sucesional de la


vegetación en la Amazonia, es la de la intervención en el proceso sucesional de un
conjunto de árboles pioneros o (regeneradores), que no forman parte de la vegetación
madura, presentan un crecimiento extraordinariamente rápido, alcanzan la madurez en
pocos años, producen numerosos propágulos latentes y tienen una vida muy corta en

240
comparación con otras especies arbóreas de etapas serales posteriores. Estos árboles al
establecerse generan condiciones ambientales (edáficas y microclimáticas) peculiares
que permiten el crecimiento de otras plantas características de etapas sucesionales más
tardías en zonas perturbadas (Vásquez-Yanes, 1980).

La abundancia de árboles pioneros en un área selvática depende de la frecuencia con la


que la cobertura vegetal pierde su continuidad y la luz directa del sol llega al suelo durante
períodos largos de día. En áreas inalteradas de selva primaria estos árboles se desarrollan
solamente en claros grandes producidos por la caída de árboles y pueden ser más
abundante a las orillas de los ríos y en suelos rocosos y en pendientes en los que la caída
de árboles es más frecuente debido a las crecidas o al viento. Estas clareras naturales,
evidentemente tienen una importancia muy grande en el proceso de renovación de la
selva. Ellas representan una modificación localizada, bastante drástica, en el ambiente
forestal. En primer lugar, ocurre una gran penetración de luz hasta el nivel del suelo; en
segundo lugar, la mayor insolación modifica el microclima durante el día; por último, la
disminución de la competencia de raíces de los árboles muertos y la descomposición de
los troncos y hojas de los mismos aumenta temporalmente la disponibilidad de nutrientes
minerales.

Estas condiciones propician el desarrollo rápido de una serie de plantas, tanto pioneras
como futuros árboles emergentes de la selva madura. Generalmente son plantas que
tienen sus semillas dispersadas por pájaros o murciélagos, sus plántulas son muy
dependientes de la luz y presentan un crecimiento muy rápido. Entre las plantas pioneras,
o sea, características de los primeros estadios sucesionales de regeneración de la selva,
las más conocidas son los yarumos del género Cecropia.

Los árboles de la selva madura que dependen de los claros para su regeneración son
caracterizadas por una aparente falta de regeneración en el sotobosque, sólo existen
individuos de la misma altura, emergentes, independientemente de los diámetros del
tronco, que pueden ser variables.

El tipo de especies que colonizan un determinado claro dependen de varios factores, entre
los cuales la existencia de un árbol portador de semillas a una distancia tal que permita,
al mismo tiempo, la dispersión de semillas hasta el claro y el escape de los predadores y
parásitas. El hecho de que la ocurrencia de claros sea completamente aleatoria en el
tiempo y en espacio constituye así un factor más de manutención de la heterogeneidad
de la selva, pues ninguna de las especies dependientes de claros tienen la posibilidad
de prever su ocurrencia, de tal modo que pudiesen adaptar correspondientemente su
época de frutificación en detrimento de las demás especies. De todas maneras los claros
se producen con bastante regularidad como para permitir la supervivencia de los árboles
pioneros en forma exclusivamente nómada, en la selva madura, colonizando y
reproduciéndose en los claros grandes y actuando como especies cicatrizantes de las
aperturas del dosel.

241
Es sorprendente la rapidez con la que los árboles pioneros aparecen en los claros que por
causas naturales se originan en la selva, esto se debe indudablemente a que las semillas
se encuentran latentes en el suelo y germinan respondiendo a estímulos ambientales
producidos por los cambios microclimáticos que ocurren al desaparecer la cubierta vegetal
del sitio en que se originan, ya que estas son pequeñas y presentan muy eficientes
mecanismos de dispersión. De los mecanismos que mantienen latentes las semillas en el
suelo, probablemente el más frecuente es la latencia exógena impuesta por calidades o
intensidades inadecuadas de luz; esta latencia persiste hasta que la cobertura vegetal se
abre y la luz solar directa incide sobre el suelo durante largos períodos del día.

Cuando la multitud de plantas germina simultáneamente a consecuencia de un cambio


microclimático en el suelo de la selva, la supervivencia y el tipo de árboles pioneros que
se establezcan estarán en gran medida determinados por la composición del banco de
semillas del suelo en el momento de la perturbación y por la competencia con especies
herbáceas y malezas.

El crecimiento de los árboles requiere de un suministro adecuado de agua y nutrientes,


por lo que indudablemente la época del año en la que la perturbación ocurre y la
competencia por nutrientes deben tener un impacto directo en el establecimiento. La
disponibilidad de nutrientes en el suelo puede ser de particular importancia en determinar
si el tamaño de un claro natural es lo suficientemente grande como para propiciar el
establecimiento de un árbol pionero en una selva madura. Cuando los claros son de
tamaño pequeño, con frecuencia no se establecen árboles pioneros y en su lugar se
ecelera el crecimiento de las plántulas de otros árboles de la comunidad madura que ya
se encontraban establecidos en el suelo.

En los claros pequeños, la densa trama de raíces y micorrizas superficiales de la


comunidad madura permanece cerrada y sólo las plántulas cuyas raíces están ya
integradas a dicha trama podrán crecer; en tanto que, en los claros grandes la muerte y
caída de uno o varios árboles grandes disminuye la competencia de las raíces siendo que
entonces posible que se establezcan plantas que obtienen los nutrientes
fundamentalmente en forma de iones libres.

Las selvas secundarias formadas por árboles pioneros ejercen en el medio tres diferentes
efectos que son extraordinariamente importantes para el desarrollo de la vegetación en
el proceso sucesional, estos son: transferencia de los nutrientes libres del suelo a la
comunidad biológica, reduciéndose en consecuencia su pérdida; mejoramiento de la
estructura edáfica por la producción de gran cantidad de materia orgánica en forma de
liter, y modificación del microclima que produce la fluctuación térmica y aumenta la
humedad relativa de la atmósfera. Estos cambios permiten el establecimiento de plantas
de etapas serales posteriores que después sustituirán a los árboles pioneros en la
comunidad.

242
3. RESUMEN DE LA DINÁMICA DE LOS ECOSISTEMAS AMAZÓNICOS

La dinámica de los ecosistemas amazónicos y de sus especies puede resumirse en los


siguientes aspectos (Walschurger, 1992).

3.1. ESPECIFICIDAD

Los elementos vegetales y animales han desarrollado diversidad de mecanismos


reproductivos y de formas de asociación y de competencia intra e interespecífica; cada
especie se ha adaptado a un hábitat ecológico específico (hay especies vegetales
adaptadas a suelos inundables; especies del dosel; especies del sotobosque: epifitismo;
especies colonizadoras de playas y lagos sedimentados; especies de sucesión primaria;
especies de sucesión secundaria; polinizadores específicos de una especie; dispersores
de semillas específicos de una especie; insectos fitófagos específicos de un huésped,
etc.).

3.2. ESTRATIFICACIÓN

En general los bosques amazónicos de tierra firme se organizan en cinco estratos:


emergente (especies de más de 35 m), dosel (especies que alcanzan los 35 m y forman
una cobertura continua y cerrada), subdosel (especies que alcanzan entre 15 y 25 m,
adaptadas a la poca luz que se filtra a través del dosel), arbustivo o sotobosque (especies
arbustivas que alcanzan hasta 15 m) y herbáceo (pequeñas hierbas y plantas de no más
de un metro de altura). Pero no se trata de una estratificación estática sino dinámica,
donde las diferentes especies ocupan diferentes estratos, dependiendo de la fase de
regeneración en la que se encuentran.

3.3. REGENERACIÓN

Los bosques húmedos tropicales, entre ellos las selvas amazónicas, son altamente
dinámicos. Según cálculos realizados por Hartshorn en 1978, con base en la creación de
claros naturales o chagras de viento (aperturas en la selva debido a la caída de árboles),
la tasa de renovación de la selva se encuentra entre los 60 y 120 años. Un 80% de las
especies necesitan claros naturales en alguna fase de su ciclo vital, ya sea para la
germinación o crecimiento como juvenil; por eso se les denomina especies heliófilas. Los
claros naturales son el motor de la selva.

Cualquier proceso de intervención humana retrasa el proceso de regeneración. Si los


procesos de degradación del bosque son muy intensivos, se pone en entredicho la
capacidad de regeneración del mismo (o sea la resiliencia del sistema), ya que hay pérdida
de fuentes de semillas, de polinizadores, dispersores, degradación de suelos, etc., y el
sistema no puede recomponerse.

3.4. LEJANÍA O DISTANCIA ENTRE LOS INDIVIDUOS DE LA MISMA ESPECIE

243
En la mayoría de los levantamientos florísticos realizados en la selva, no se han
encontrado más de dos a tres individuos de una misma especie en una hectárea. Esto ha
sido interpretado, en parte, como una estrategia para escapar de herbívoros, fitófagos y
depredadores de semillas.

3.5. POLINIZACIÓN

La mayoría de las especies de la selva no son polinizadas por el viento, sino


principalmente por aves, murciélagos e insectos.

3.6. DISPERSIÓN DE SEMILLAS

El viento tampoco es importante como dispersor, esta función la cumplen las aves,
murciélagos, roedores, peces y algunos primates.

3.7. RECICLAJE DE NUTRIENTES

Dada la pobreza intrínseca de los suelos amazónicos en nutrientes, el bosque ha


desarrollado sofisticados mecanismos de almacenamiento y reciclaje de nutrientes. El
material vegetal cae sobre un denso tapete de raicillas. La rica fauna del suelo y los
hongos (micorrizas) allí presentes capturan los nutrientes y los liberan directamente a las
raicillas de las plantas. Estudios realizados estiman que más del 99% de los nutrientes
nunca llegan al suelo. Este eficiente sistema explica la pobreza de las aguas que drenan
las selvas amazónicas.

3.8. CICLO HIDROLÓGICO

En promedio un 50% de la precipitación pluvial en cualquier lugar de la cuenca amazónica


está compuesta por agua que viene directamente del océano y otro 50% por agua que ha
sido devuelta a la atmósfera por la misma selva (evapotranspiración). Esta dinámica
ocurre a manera de espiral desde la costa atlántica, hacia el interior de la Amazonia, hasta
la cordillera, como un continiuum: los vientos transportan las masas de aire cargadas de
agua (humedad), ésta se precipita, los bosques la evapotranspiran devuelta a la
atmósfera, y el ciclo se repite.

3.9. ESTACIONALIDAD

La precipitación y el nivel de los ríos determinan, en gran medida, los ciclos de floración,
frutificación, reproducción y alimentación de las especies. Las múltiples estrategias de
floración y frutificación (desde varias floraciones y frutificaciones al año, a una vez cada
dos años o más, o unas que sólo florecen y frutifican una vez en su ciclo vital) determinan
una estacionalidad en la oferta ambiental. Igualmente, el nivel de los ríos cambia a lo largo
del año, creando diferentes hábitats. En su período de máxima creciente pueden penetrar

244
hasta varios kilómetros al interior de la selva, creando fuentes de alimentación para la
fauna acuática, áreas de reproducción para peces y otros vertebrados.

3.10. HETEROGENEIDAD ESPACIAL

La diversidad amazónica no sólo es cuestión de número de especies, sino también de


multiplicidad de unidades de paisaje, de ecosistemas y de hábitats. La variabilidad de los
suelos, la distribución biogeográfica y el patrón de crecimiento de las especies en baja
densidad espacial, las diferentes fases de regeneración de la selva, los diferentes
patrones de inundabilidad de las selvas y el tipo de aguas que los inundan, la dinámica
meándrica e hidrogeomorfológica de los ríos, los procesos permanentes de erosión y
sedimentación y la presencia de afloramientos rocosos, resultan de una diversidad y
mosaica de hábitats.

245
246
CAPÍTULO 1
LA AMAZONIA Y LOS PROBLEMAS AMBIENTALES GLOBALES

1. AMAZONIA Y EL CLIMA DE LA TIERRA

La Amazonia representa la mayor extensión del planeta cubierta de bosques ecuatoriales


húmedos en forma continua. No hay duda que, con su vasta extensión territorial cubierta
de selva ecuatorial húmeda, la Amazonia es una región importante en la regulación del
clima del mundo: el vapor de agua que se desprende de estos bosques controla el balance
energético y los límites de la evapotranspiración y determina en un gran porcentaje las
precipitaciones en la región y fuera de ella. Por esta razón, la Amazonia constituye uno de
los controles climáticos de la Tierra.

La radiación solar prácticamente no es absorbida cuando pasa a través de la atmósfera


terrestre. Con excepción de una parcela de cerca del 30%, que es reflejada hacia el
espacio exterior por las moléculas que componen el aire y por la cobertura de nubes, el
resto llega a la superficie, donde siendo ésta forestada, la mayor parte es absorbida. La
energía es utilizada principalmente para evaporar agua (calor latente) y calentar el aire
(calor sensible).

Estudios micrometeorológicos realizados en la Amazonia Central indican que cerca del


75% de la energía disponible en la superficie es utilizada para la evapotranspiración
(evaporación más transpiración de las plantas) y el restante para calentar el aire. Sobre
la selva de tierra firme, el flujo de agua evaporada está básicamente constituido de agua
retenida por la vegetación (cerca del 40%) y la transpiración de las plantas (60%). La
evaporación directa del suelo no contribuye significativamente para este flujo, en la media
anual, la evaporación en la Amazonia es de cerca del 50% del total de su precipitación
pluviométrica, lo que equivale a decir que, considerando el clima estable a largo plazo, el
50% de la precipitación proviene de la evapotranspiración local y el restante es traído del
océano Atlántico por los vientos Alisios (ver ríos voladodres) (Molion, 1990).

Esta contribución a la precipitación es considerada alta, pues se estima que, en latitudes


templadas, la evaporación local colabora con apenas el 10% de la precipitación local. El
aire sobre la selva, humedecido por el agua evaporada y calentado por el calor sensible,
se vuelve menos denso, más leve, adquiere fluctuabilidad y sube. Al subir, encuentra
presiones más bajas y se expande, disminuyendo su temperatura. Cuando eso ocurre el
calor latente, contenido en el vapor de agua, es liberado y calienta la atmósfera. A medida
que la nube se desarrolla verticalmente (cúmulonimbo) va convirtiendo más vapor en agua
líquida, liberando calor latente y calentando la columna atmosférica en toda su extensión.
El calentamiento a través de la liberación de calor latente es más eficiente que por calor
sensible, que, además de ser una tercera parte del latente, es liberado a la superficie y
necesita ser transportado para arriba por la turbulencia atmosférica. El aire húmedo que
sube es repuesto por el aire proveniente de los océanos en los niveles próximos a la
superficie (convergencia) y, después de perder la humedad, es transportado hacia fuera

247
de la región (divergencia) en los niveles altos de la troposfera, a cerca de 10 km de altitud,
descendiendo posteriormente sobre los océanos adyacentes.

Figura 75. Reciclaje de las lluvias en la Amazonia

Vapor de agua: 24x1011 m3 Lluvia: 12x1011 m3/año

Transpiración: 65x1012 m3/año

Descarga del río Amazonas: 55x1012 m3/año


FUENTE: adaptado de Salati, 1990

De esta forma, los procesos de evaporación y condensación, además de controlar el flujo


del agua son un sistema de regulación de la temperatura. El agua que se evapora en la
Amazonia absorbe calor (en forma de calor latente) que es devuelto a la atmósfera en el
momento de la condensación (en forma de calor sensible). Esto permite, por una parte,
refrigerar los terrenos ecuatoriales Amazónicos y, por otra, llevar calor hacia las capas
superiores de la atmósfera cuya circulación lo traslada hasta las regiones polares.

A lo largo del cinturón ecuatorial hay cuatro regiones donde se presenta ascenso del aire:
Indonesia, Norte de Australia, la cuenca del Congo y la cuenca de la Amazonia. Estas
regiones funcionan como fuentes de calor para la circulación general de la atmósfera. En
esas regiones existen movimientos ascendentes de aire, formación de una banda de
nubes y consecuentemente, liberación de calor latente hacia la atmósfera (Molion, 1990).

La Amazonia es por tanto, una de las más importantes fuentes de calor para la
manutención de la circulación atmosférica. El calor liberado por ésta y otras fuentes es
transportado hacia las regiones fuera de los trópicos que tienen déficit de energía por
recibir menos cantidad de radiación solar que las regiones tropicales. De esta forma, el

248
clima de la tierra permanece estable, no obstante presente fluctuaciones anuales
probablemente asociadas a las variaciones de potencias de las fuentes.

Una deforestación a gran escala de la Amazonia reduciría la evapotranspiración local, lo


cual ocasionaría la reducción de la precipitación en la región. El resultado sería una
cantidad menor de calor liberado hacia la troposfera Amazónica y así, menos calor
disponible para ser transportado a las regiones extratropicales con sus consiguientes
efectos sobre el clima mundial.

2. AMAZONIA Y EL EFECTO DE INVERNADERO

Se denomina efecto de invernadero al aumento de temperatura bajo la atmósfera terrestre


como consecuencia de una progresiva concentración de gases termoactivos y sustancias
residuales.

Este aumento de la temperatura en la tierra está relacionado al aumento de la


concentración de gases atmosféricos como el Dióxido de Carbono (CO 2), Metano (CH4),
Óxido Nitroso (N2O) y Clorofluorcarbonos (CFCs). Tales gases son, en mayor o menor
grado capaces de absorber radiaciones de onda larga reflejadas por la superficie terrestre,
con el consiguiente calentamiento de la atmósfera, ocasionando en llamado efecto de
invernadero.

Se estima que la tasa actual de calentamiento del planeta se sitúa entre 0,2 a 0,5°C por
década: de esta manera, el aumento de temperatura acumulado hasta el final del siglo
pasado sería de magnitud suficiente para provocar alteraciones en el clima de la tierra.
Dentro de esas alteraciones, la elevación del nivel de los mares, sin duda, causa
fundamentalmente mayor temor.

En este escenario, del total de gases de invernadero emitido hacia la atmósfera, el Dióxido
de Carbono (CO2) contribuye con cerca del 50%. Es también el que tiene las fuentes de
origen más bien definidas y estudiadas. Del total de CO2 emitido, cerca del 80% proviene
de la quema de combustibles fósiles y el 20% restante de la quema de bosques,
principalmente de los bosques tropicales de los países en desarrollo.

Aquí le cabe a la destrucción de la Amazonia parte de la responsabilidad. Pero cuánta es


la contribución real de la Amazonia al efecto de invernadero?

La deforestación produce un desequilibrio en el balance global del ciclo del carbono ya


que las plantas son fundamentalmente acumuladoras de carbono y los bosques almacena
entre 20 y 100 veces más carbono que las áreas de cultivo, lo cual tiene una directa
incidencia en lo que se conoce como efecto de invernadero. En efecto, cuando el bosque
es destruido el carbono de la materia orgánica se incorpora en la atmósfera en forma de
Dióxido de Carbono (CO2) y Metano (CH4), haciendo que ésta retenga más calor
contribuyendo de esta manera al calentamiento global de la atmósfera.

249
En realidad la destrucción del bosque tropical contribuye con cantidades equivalentes
entre una décima y tercera parte de lo que se emite por uso de combustibles fósiles (5,5
y ,07 millones de toneladas al año de CO2). Lo grabe de este proceso es que, mientras
en los países desarrollados, la generación de Dióxido de Carbono permite la obtención de
grandes beneficios en los países subdesarrollados, el beneficio es mínimo.

La emisión de CO2 debido a la quema de bosques es reciente y, en el caso específico de


la Amazonia, solamente a partir de la década de los setenta fue que comenzaron a surgir
con ímpetu las grandes quemadas. La contribución relativa de la deforestación de la
Amazonia al efecto invernadero se ha establecido de la siguiente manera: a partir de 1970
la tasa anual de deforestación ha sido alrededor de 25 millones de hectáreas al año. De
esta área talada, se estima que un 70% ha sido convertida en pastos (17,5 millones de
hectáreas). Asumiendo un valor máximo de 300 toneladas de biomasa, entonces 5,2
millones de toneladas habrían sido quemadas en el proceso. Teniendo en cuenta que
durante la quema la combustión en el bosque es del 30% y que el resto que no se quema
se descompone en un período de 10 años, y suponiendo una liberación de un 50% del
CO2 de la biomasa, se tiene que cerca de 2,6 millones de toneladas de CO2 habrían sido
liberados en la formación de pastos en la Amazonia durante el lapso considerado. Si los
pastos acumulan 10 toneladas por hectárea de biomasa al año, entonces podría haber
ocurrido una emisión neta de 2,4 mil millones de toneladas de CO2 en el proceso (Nobre,
2014).

Además, si se tiene en cuenta que en los últimos 20 años la emisión global de CO 2 ha


sido de 1 a 3 mil millones de toneladas al año, cerca de 40 mil millones (asumiendo un
promedio de 2 mil millones) han sido liberadas globalmente. Esto significaría que el 6%
de las emisiones globales se deben a la conversión de la selva en pastos. De éstas, cerca
del 1% se habría liberado con la deforestación de la Amazonia colombiana.

3. LA AMAZONIA Y LA DEFORESTACIÓN

En las últimas décadas del siglo pasado (siglo XX) aumentó considerablemente la
preocupación mundial por los efectos globales de la deforestación de la Amazonia. Se
trata de un cambio que puede afectar la seguridad ambiental del planeta, ya que la
deforestación es un proceso que transforma radicalmente el ecosistema forestal, alterando
su estructura y funcionamiento: tales como la diversidad biológica, el ciclo del agua, el
ciclo de los nutrientes y la formación del suelo, las cadenas tróficas y la productividad del
ecosistema.

De acuerdo a la interpretación satelital para el año 2000 la Amazonia colombiana contaba


con 430.863 km2 de bosques, y un 7,4% de deforestación acumulada (34.673 km 2). La
pérdida de bosque entre los años 2000-2010 alcanzó los 9.613 km2. La pérdida fue menor
de 2000 a 2005 con 3.445 km2, contra 6.167 km2 en el período subsecuente de 2005 a
2010. Esto equivale a un cambio porcentual de 0,7% para el primer período sobre el

250
bosque original (2000-2005) y de 1,3% para el periodo 2005-2010. En periodo 2010-2013,
se encontró un área deforestada de 1.684 km 2, lo que equivale a una pérdida porcentual
de 0,36% en relación al área de bosque original. En donde la deforestación acumulada
total sobre el bosque original fue de un 10% aproximadamente (RAISG, 2015).

En los últimos años, la deforestación de la Amazonia colombiana se ha incrementado


pasando de 70.074 hectáreas en 2016 a 144.147 hectáreas en 2017 (IDEAM, 2018), lo
que representó la duplicación del área deforestada con respecto al 2016.

El impacto global de la deforestación de la Amazonia, tiene que ver especialmente con el


posible cambio climático que se derivaría por el incremento del efecto de invernadero
problemas que ya se han analizado anteriormente pero también tiene que ver con la
extinción de la diversidad biológica, la cual es de importancia mundial para el futuro
alimentario y el desarrollo de la humanidad, el impacto sobre el ciclo del agua, el suelo y
el ciclo de los nutrientes, y sobre las cadenas tróficas.

Figura 76. Deforestación en la región amazónica colombiana

FUENTE: IDEAM, 2017

251
Según el IDEAM (2017), los siete municipios amazónicos que concentraron la mayor
deforestación del país son los siguientes: San Vicente del Caguán (26.632 hectáreas),
Cartagena del Chairá (22.591 hectáreas), San José del Guaviare (19.347 hectáreas), La
Macarena (14.861 hectáreas), Calamar (10.197 hectáreas), El Retorno (7.500 hectáreas),
y Solano (6.890 hectáreas).

En ese mismo sentido, las autoridades ambientales regionales que en su jurisdicción se


concentró la deforestación en la Amazonia colombiana fueron: Corpoamazonia (74.799
hectáreas), CDA (41.348 hectáreas), y Cormacarena (36.761 hectáreas).

De otra parte, las áreas del Sistema de Parques Naturales acumularon una deforestación
de 12.417 ha para el año 2017, ubicadas en los siguientes parques de la Amazonia
colombiana: Sierra de la Macarena (3.576 hectáreas), Tinigua (3.285 hectáreas),
Cordillera de los Picachos (1.064 hectáreas), La Paya (963 hectáreas), y la Reserva
Natural Nukak Makú (707 hectáreas).

También se presentó deforestación en área de resguardos indígenas como se observa a


continuación:

Figura 77. Resguardos indígenas que presentaron deforestación en 2017

FUENTE: IDEAM, 2017

252
Hay muchos factores que vienen generando la deforestación de la Amazonia colombiana,
entre otros se tienen: la expansión de la frontera agrícola (ganadería y cultivos),
acaparamiento de tierras baldías y el despojo de tierras por falta de títulos de propiedad
por parte de redes delincuenciales organizadas, la colonización, los cultivos de uso ilícito,
los incendios forestales, y la producción de madera con fines comerciales.

Para Ruiz (2019), la conversión de bosques en praderas ganaderas en la Amazonia no


trae desarrollo, solo ingresos paupérrimos y la pérdida de un capital natural.

3.1. EXTINCIÓN DE LA BIODIVERSIDAD

La extinción, así como el nacimiento de las especies, es un proceso natural. Sin embargo,
entre los años 1.600 y 1.975, las tasas de extinción de mamíferos y aves crecieron cinco
y cincuenta veces por encima del nivel prevaleciente durante los millones de años, debido
a la acción de humana. Además, durante las próximas décadas se prevé el aumento de
esta tasa en 40 y 400 veces más. La gran cantidad de especies que podrían verse
afectadas lleva a considerar la extinción como un fenómeno masivo que, además de la
pérdida de especies, conlleva la desaparición de gran parte del potencial evolutivo de la
Tierra.

De todas las especies que han habitado el planeta, 95% se ha extinguido. No solo en las
cinco extinciones masivas que se conocen, que borraron 75% de todas las especies sino
de manera continua. Monastersky calcula que la tasa de extinción es de 0,72% por año
(Velásquez, 2015).

La Tierra está experimentando en la actualidad una "extinción masiva", la primera desde


la desaparición de los dinosaurios hace unos 65 millones de años, la sexta en 500 millones
de años y la primera provocada por el hombre (IPBES, 2018). La ONU (2007) alerta de
que se extinguen 150 especies animales al día, lo que se considera la mayor ola de
pérdida biológica desde que desaparecieron los dinosaurios.

Este fenómeno es particularmente crítico en las zonas de bosque tropical, dado que en
este tipo de ecosistemas la acción humana produce un efecto mayor. La riqueza biológica
del bosque tropical húmedo se encuentra seriamente amenazada por la deforestación.
Los estimativos de la FAO sobre la deforestación muestran que de los 10 millones de km 2
de bosques tropicales que existían en el mundo en 1980, se han talado anualmente entre
75 y 90 mil km2 y 100 mil más han sido severamente perturbados. En 1985 los bosques
tropicales alcanzaban aún una extensión de 8,5 millones de km2, pero con la tasa anual
de deforestación que sobrepasa en total el 2%, en el año 2000 el 52% de los bosques de
Sudamérica ya han sido destruidos. Para el año 2017, los países tropicales perdieron
158.000 kilómetros cuadrados de cobertura forestal, un área del tamaño de Bangladesh.
Brasil y Colombia fueron los más afectados en Latinoamérica.

253
Actualmente, la pérdida y degradación del hábitat constituyen la principal amenaza para
el 85% de todas las especies descritas en la Lista Roja; el comercio ilícito y las especies
invasoras son también importantes factores de declive poblacional. Se encuentran en
serio peligro el 41 % de los anfibios, el 33 % de los corales, el 30 % de las coníferas, el
25 % de los mamíferos y el 13 % de las aves (Lapresa, 2018).

La biodiversidad de Colombia, una de las mayores del planeta, tiene ante sí un panorama
"desalentador" por los efectos de siglos de transformación e intervención humana sobre
los ecosistemas continentales del país (Instituto von Humboldt, 2017).

De acuerdo con la información consignada en los Libros Rojos de Especies Amenazadas


de Colombia, 2,22% de las especies presentes en el país se encuentran en una de las
tres categorías de amenaza de la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza (Peligro Crítico, Amenazada o Vulnerable).

De las 1.853 especies de plantas evaluadas, 665 (36%) se encuentran amenazadas de


extinción. La situación de la fauna terrestre colombiana es también preocupante: de 284
especies de animales terrestres, 41 están en Peligro Crítico, 112 Amenazadas y 131 son
Vulnerables. De avanzar estas tendencias, Colombia tendría que borrar de la lista de su
biodiversidad especies de abejas que cumplen funciones críticas de los ecosistemas, o
colibríes, paujiles, loros y monos araña, entre otros.

Por su parte, la mayor cantidad de especies animales dulceacuícolas amenazadas son


peces. Las cuencas de los ríos Magdalena, Orinoco y Amazonas presentan signos claros
de una declinación alarmante de sus pesquerías. Las capturas en la cuenca del
Magdalena disminuyeron casi 90% desde la década de 1970, los desembarcos pesqueros
en la cuenca del Orinoco declinaron 85 % entre 1997 y 2009, y en la cuenca del río
Putumayo el descenso registrado entre 1992 y 2009 fue cercano a 80%. El bocachico del
Magdalena (Prochilodus magdalenae) o el bagre tigre (Pseudoplatystoma fasciatum)
prácticamente han desaparecido de las cocinas de los colombianos (WWF, 2017).

En la Amazonia colombiana, los núcleos de deforestación señalados por el IDEAM (2018)


se concentran en la Amazonia Occidental (Caquetá, Guaviare y Meta), áreas que reúnen
alta diversidad de especies de flora y fauna.

Según el Instituto von Humboldt (2017), en estas zonas geográficas de la Amazonia, al


menos, 696 especies, de las cuales 55 son animales y 541 plantas. Aunque los datos
muestran una alta diversidad biológica en estas regiones, de acelerada y activa pérdida
de bosque, los estimativos son conservadores puesto que en gran parte de ellas no existen
datos biológicos o exploraciones suficientes por parte de biólogos y otros expertos.

Aun cuando los datos podrían subestimar la real diversidad biológica en riesgo por
deforestación, la mayor alarma se presenta al considerar la alta proporción de especies
endémicas y amenazadas que habitan estos ecosistemas

254
Cuadro 25. Número de especies de fauna y flora registrado en cada núcleo de
deforestación
Núcleo Animales Plantas Total
1. Amazonia: ríos Yarí-Caguán, Caquetá 141 46 187
2. Amazonia: noroeste de Guaviare (Marginal de la Selva) 1 269 270
3. Amazonia: Guaviare central (El Retorno-Calamar) 3 150 153
3. Amazonia: nororiente de Guaviare 10 76 86
5. Amazonia: Macarena, occidente del Meta 55 541 696
FUENTE: Instituto von Humboldt, 2017

En los núcleos de deforestación de la Amazonia occidental (Caquetá, Guaviare y


occidente del Meta) se destacan como vulnerables especies de anfibios, entre ellos, las
ranas arborícola (Boana nympha) y la venenosa (Ameerega hahneli), las cuales dependen
de cobertura boscosa.

Entre los mamíferos la situación más crítica la presentan los primates Tití del Caquetá
(Callicebus caquetensis), descritos recientemente y restringidos a una pequeña zona de
esta región, y el mono churuco colombiano (Lagothrix lugens).

Son diversos los factores que amenazan la biodiversidad en la Amazonia colombiana,


entre ellos están: la deforestación, la degradación forestal, la caza indiscriminada, la
contaminación del agua y suelo, el cambio climático, los incendios forestales, la pérdida
del hábitat y el tráfico de animales; existen varias especies de la región amazónica en
peligro de extinción, sobre todo las que tienen su hábitat en los árboles (aves, reptiles,
etc.) que debido a los factores mencionados están desapareciendo o mermando su
población. Entre las especies que están en vías de extinción se tiene: el jaguar, el delfín
rosado, la nutria gigante, y el manatí (González, 2018).

No se conoce la cantidad de especies que ya se han extinguido debido a la deforestación


y en el caso de la Amazonia tiende a subestimarse, pero en realidad debe ser muy grande
dada las características de la región, más aún cuando las especies del bosque tropical
húmedo y en particular las de la Amazonia, presentan una alta susceptibilidad a la
extinción, por los siguientes factores ya conocidos: endemismo, estrecha dependencia de
la mayoría de especies frente al hábitat, baja densidad de las poblaciones, entre otros
(W alschurger, 1992).

3.2. ALTERACIÓN DEL CICLO DEL AGUA

La distribución de los grandes tipos de vegetación en el mundo coincide con las


variaciones de las condiciones climáticas sobre la superficie de la tierra a nivel global,
regional y local. De esta manera, la alteración de la vegetación en grandes magnitudes
es un factor de cambio climático (en el tema sobre la "Amazonia y el Clima de la Tierra"
de este mismo capítulo, se analiza la incidencia de la vegetación de esta región sobre el
clima del mundo).

255
Las plantas y en particular los árboles, retienen y absorben el agua que se precipita gracias
a su sistema radicular. El agua es conducida a través de sus haces vasculares hasta las
hojas y se libera a la atmósfera en forma de vapor a través de los estomas por
evapotranspiración. Este mecanismo permite la regulación del ciclo hídrico, la liberación
de vapor de agua y el reciclaje de las lluvias (Herrera, 2012).

En la Amazonia, la vegetación recicla en promedio el 60% del agua existente en la región


a través de la evapotranspiración y la otra mitad entra al sistema transportada por los
vientos alisios del sureste procedente del océano Atlántico (ríos voladores). De no existir
el bosque, el 60% del agua se perdería por escorrentía y no se reinvertiría en la circulación
atmosférica local, lo cual implicaría de inmediato que la disponibilidad de agua en la
Amazonia decaería dramáticamente hacia el occidente, incluso impidiendo por déficit
hídrico, la existencia del bosque ecuatorial húmedo en el centro de la Amazonia.

El rompimiento del balance hídrico de la Amazonia transformaría de una manera


impredecible el escenario ecológico futuro. El resultado sería un aumento de la
estacionalidad de la lluvia, una disminución de la precipitación y el clima tendería a
parecerse al tipo monzónico.

En años recientes, las selvas tropicales de la Amazonía han experimentado sequías muy
severas. Estas sequías han sido agravadas por la deforestación.

La humedad generada por las lluvias amazónicas circula alrededor del mundo. La
humedad generada en la Amazonía puede llegar a caer como lluvia en sitios alejados
como Texas (USA), el sur del Brasil y Argentina (Butler, 2013).

Desde el punto de vista energético, la energía solar que incide sobre los más de seis
millones de km2 de la selva amazónica y que permite la fotosíntesis, equivale a la energía
liberada por 20 bombas atómicas cada segundo (15 x 10 6 kg de TNT equivalente). La
evapotranspiración, responsable del reciclado del agua y gran parte de la precipitación en
la cuenca y sus áreas de influencia, consume el 75% de esta energía. La deforestación
implicaría por lo tanto una alteración de esta dinámica energética.

Los fenómenos del calentamiento planetario también tienen consecuencias sobre la


regulación hídrica en la Amazonia. Según el Centro Climatológico Hadley del Reino Unido,
las corrientes en el Pacífico pueden cambiarse a un estado más o menos permanente del
fenómeno de El Niño, es decir, que la pérdida de la fuerza de los vientos alisios reduciría
el volumen de vapor de agua que es arrastrado desde el océano Atlántico hacia la
Amazonia. Además, el incremento de la concentración del CO2 provoca el cierre de los
estomas y por tanto una reducción de la evapotranspiración. Menos evapotranspiración
conduce al aumento de la temperatura de las hojas, lo que a su vez reduce la fotosíntesis
y la productividad primaria neta de los bosques en hasta 30% y de esta manera, altera

256
toda su dinámica energética y reduce su capacidad de producir tejido y capturar carbono
(Herrera, 2012).

Figura 78. Balance hidrológico en la Amazonia

FUENTE: Salati, 1985

En este sentido, si las posibilidades de manejo del creciente deterioro ecológico han sido
limitadas, no es concebible que la recuperación de las condiciones ecológicas regionales
sea una tarea factible en el futuro.

3.3. AFECTACIÓN DEL SUELO Y EL CICLO DE LOS NUTRIENTES

La eliminación de la cobertura forestal de la Amazonia tiene un efecto directo sobre el


suelo. No se trata solamente de los problemas físicos y de erosión que se presentan en
las cordilleras andinas, en las que el bosque juega un papel importantísimo en la
protección del suelo, sino que se refiere fundamentalmente a la disponibilidad y flujo de
los nutrientes.

En la Amazonia el concepto de suelo desde el punto de vista agronómico y forestal se


halla íntimamente ligado al fenómeno del ciclo de los nutrientes del ecosistema forestal.
De tal manera, más que un suelo en el sentido tradicional, lo que existe en esta región es
un ecosistema, que a través de las estrategias adaptativas de las especies vegetales que
lo componen se ha desarrollado en condiciones de gran pobreza en los suelos (suelos
oligotróficos). Estas estrategias se refieren a la absorción, mantenimiento y reciclaje de
los nutrientes, que se suceden en condiciones de productividad primaria y tasa de
descomposición altas, en las que la materia orgánica no se acumula en el suelo y la gran
pluviosidad y elevadas temperaturas determinan una susceptibilidad igualmente alta a la
perdida de nutrientes por lavado y volatilización. La respuesta adaptativa de las especies
que conforman el ecosistema se basa en el predominio de numerosas situaciones como:

257
alta biomasa radicular, concentración de raíces aéreas, asociaciones con micorrizas, una
comunidad de descomponedores muy grande, gran longevidad de las especies forestales
y de las hojas (perennifolias), tolerancia a suelos ácidos, alelopatía, traslocación de
nutrientes de la hoja al tallo antes de la absorción y alto nivel de epifitismo y relaciones de
mutualismo en general. Todas estas situaciones en conjunto maximizan el contenido de
nutrientes en el bosque (Briceño, 1987).

Los demás efectos sobre el suelo, tales como la compactación o la acentuación de


fenómenos erosivos, cobran especial importancia una vez que el ecosistema forestal ha
sido transformado y por lo tanto pueden calificarse como una forma avanzada de
degradación.

La implicación más importante que se desprende de las anteriores consideraciones sobre


los suelos amazónicos es que en esta región existen dos escenarios futuros
completamente diferentes, según sea la disponibilidad de nutrientes. Por un lado, la
Amazonia forestal presenta disponibilidad de nutrientes a través del uso forestal. Por otro,
la destrucción del bosque disminuye severamente la disponibilidad de nutrientes y por
tanto limita enormemente su uso.

3.4. ALTERACIÓN DE LAS CADENAS TRÓFICAS

La transformación de la Amazonia forestada por una no forestal surte un efecto


contundente sobre la mayoría de los elementos que el sistema soporta. La deforestación
significa localmente la ruptura de un flujo de energía especializado en el curso de la
evolución, a través de la fauna y la flora del bosque, y un reemplazo por una cadena
alimentaria más corta que pretende ir directamente hacia el hombre a través de unas
pocas plantas y animales.

Un aspecto muy importante dentro de las cadenas alimentarias en la Amazonia y que se


ve seriamente amenazado con la deforestación es la presencia de especies que actúan
como uniones móviles entre elementos del ecosistema, tales como polinizadores y
dispersores de semillas. Estas uniones móviles se dan entre plantas muy diversas y en
ocasiones con relaciones especializadas, conformando cadenas coadaptadas cuya
ruptura local acarrea efectos sobre la organización del ecosistema. Igualmente existen
plantas que soportan temporalmente gran parte de las uniones móviles, en épocas de
escasez generalizada de alimento en el bosque; se trata de árboles que fructifican en
épocas diferentes a las de la mayoría del bosque o de plantas que mantienen flores
cuando el bosque no se halla en floración. Estas especies denominadas piedras angulares
mutualistas, son los eslabones más frágiles de la cadena trófica y de su existencia
depende gran parte de la organización del bosque amazónico. Un aspecto muy importante
es que estas especies no se encuentran necesariamente en el bosque, sino que
frecuentemente son típicas de crecimiento secundario o de hábitats marginales, lo cual
eleva la distribución del bosque a un nivel de complejidad que se deriva del mosaico

258
creado por las condiciones físicas, los tipos de vegetación y el régimen natural de
perturbación y regeneración (Etter, 1992).

Cualquier desequilibrio en las cadenas alimenticias puede afectar a todo el ecosistema,


cualquier pérdida o alteración puede hacer que las especies se extingan o simplemente
dejen su ecosistema. La deforestación es la principal causante de las alteraciones en
las cadenas alimentarias de los ecosistemas amazónicos.

259
CAPÍTULO 2
LA AMAZONIA Y LOS PROBLEMAS AMBIENTALES REGIONALES

1. AMPLIACIÓN DE LA FRONTERA AGRÍCOLA

La frontera agrícola se define como “el límite del suelo rural que separa las áreas donde
se desarrollan las actividades agropecuarias, las áreas condicionadas y las áreas
protegidas, las de especial importancia ecológica, y las demás áreas en las que las
actividades agropecuarias están excluidas por mandato de la ley” (Resolución 261 de
2018 del MADR).

Las actividades agropecuarias comprenden los ámbitos agrícola, pecuario, forestal


(plantaciones forestales con fines comerciales), acuícola, y pesquero, así como, la
adecuación y transformación de la producción, los servicios de apoyo asociados y la
comercialización de productos primarios.

Con base en esta definición es necesario tener en cuenta que la frontera agropecuaria
puede incluir otras áreas cuya categoría de manejo, derivada de la zonificación ambiental,
permita las actividades agropecuarias, tales como la explotación forestal o reforestación
con fines comerciales asociadas a bosques naturales, así como, aquellas que deban tener
un tratamiento especial para su uso por consideraciones ambientales o de gestión del
riesgo para el desarrollo de actividades humanas (MADR/UPRA, 2018).

Al interior de la frontera agropecuaria es necesario combinar las acciones de producción


agropecuaria con acciones de conservación y restauración de la estructura ecológica
principal - EEP asociada a la regulación de los recursos hídricos y la conservación de la
biodiversidad. Restaurar la EEP es indispensable para la gestión de territorios sostenibles.
Sin agua no hay producción y la tierra no vale. El uso eficiente del suelo agropecuario
dependerá de la recuperación y conservación de los reguladores naturales de las fuentes
de agua, que están tanto en las áreas excluidas de la frontera agropecuaria como al
interior de ésta (Ruiz Soto, 2018).

Según el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural - MADR y la Unidad de Planificación


Rural Agropecuario - UPRA (2018), la frontera agropecuaria tiene los siguientes beneficios
para los municipios:

En el ordenamiento productivo:

 Orienta la identificación de zonas aptas para la producción agropecuaria.


 Permite minimizar la incertidumbre de los inversionistas para el desarrollo de
actividades agropecuarias.
 Facilita la articulación de la gestión sectorial agropecuaria para promover la agricultura
familiar y el desarrollo de actividades competitivas dentro de la frontera agropecuaria.
 Reduce conflictos por el uso inadecuado del territorio.

260
En el ordenamiento social de la propiedad rural:

 Contribuye a cerrar y estabilizar el mercado de tierras.


 Orienta los programas de acceso a tierras hacia áreas con aptitud agropecuaria.
 Permite avanzar en la identificación de otros esquemas de adjudicación y ocupación
productiva de suelos rurales.
 Reduce la ocupación de áreas que son objeto de la zonificación ambiental.

En el ordenamiento ambiental:

 Facilita el diseño de estrategias diferenciadas y de trabajo conjunto entre el sector


ambiental y el sector agropecuario, para el control y cierre de la frontera agropecuaria.
 Contribuye a estabilizar y disminuir la pérdida de ecosistemas de importancia
ambiental y a su protección, lo cual redunda en la oferta adecuada de servicios
ecosistémicos, como el agua.
 Contribuye a frenar la deforestación asociada a la expansión no controlada de la
frontera agropecuaria en las áreas o ecosistemas de importancia ambiental.

La frontera agropecuaria del país se observa en el siguiente mapa (MADR/UPRA, 2018):

Mapa 28. Frontera agropecuaria nacional

FUENTE: MADR/UPRA, 2018

261
En la Amazonia colombiana constituye la frontera agropecuaria la zona transformada por
las actividades antrópicas, que forma un espacio geográfico continuo, conectado por vía
terrestre con los mayores centros urbanos del interior del país. Las demás zonas
transformadas se denominan enclaves de transformación, por ejemplo, en los alrededores
de: Miraflores, Leticia, Mitú, Inírida, La Chorrera, Araracuara, solo por mencionar algunos.

La frontera agropecuaria se localiza en las Amazonias Occidental y Noroccidental, las


cuales incluyen parte de los departamentos de: Caquetá, Putumayo, Guaviare, y sur del
Meta, y el sureste de Nariño y Cauca. Dicha frontera se debe observar no como una línea,
sino como una franja del territorio que limita de un lado con los bosques nativos y de otro
lado con zonas de pastizales principalmente, en un área de 4.865.053 hectáreas en 2016
(Instituto SINCHI-SIATAC, 2018).

Mapa 29. Área intervenida en 2016

FUENTE: Instituto SINCHI-SIATAC, 2018

Hasta la fecha el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible-MADS, no ha realizado


la identificación y delimitación de la frontera agrícola de la Amazonia colombiana, no
obstante sea un compromiso adquirido en el marco del Pla de Acción para reducir la
deforestación como respuesta a la Sentencia 4360 de 2018 de la Corte Suprema de
Justicia.

Según la Resolución 261 de 2018 del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural-MADR,


se excluyen de la frontera agropecuaria las áreas corresponden al Sistema Nacional de
Áreas Protegidas-SINAP que en la Amazonia colombiana suman un área de 13.351.551

262
de hectáreas que corresponde al 27,6% del territorio amazónico, y las áreas de especial
importancia ecosistémica o ecosistemas estratégicos, que hacen parte de las
Determinantes Ambientales de los Planes de Ordenamiento Territorial de los municipios
amazónicos.

Aunque el límite de la frontera agrícola al noroccidente de la Amazonia colombiana es un


área estratégica en términos de biodiversidad, conectividad ecológica y endemismos,
también albergó las mayores tasas y áreas deforestadas en el país entre 2011 y 2018. Es
un territorio con historias cruzadas por la violencia armada y cultural, donde los flujos
ilícitos han estado inevitablemente involucrados en la construcción social de territorio.

Figura 79. Ampliación de la frontera agropecuaria

FUENTE: Instituto SINCHI-SIATAC, 2018

Según la Fundación Grupo Semillas (2018), en la zona de transición entre la Orinoquia y


Amazonia Colombiana, se configura de manera cada vez más nítida, un proceso de
apropiación ilegal e informal de tierras, desarrollo y planeación de infraestructura de
transporte en diferentes categorías y ampliación del área potencial de desarrollo
energético y minero. Los trazados planteados para el desarrollo de la infraestructura de
transporte, parecen reforzar los proyectos de ampliación de la frontera agropecuaria y
minero energética, y por ahora coinciden con las zonas de acaparamiento ilegal de tierras,
en casos emblemáticos (Marginal de la Selva; Transversal de la Macarena; Calamar -
Miraflores; Granada - San José del Guaviare, entre otras).

263
Diferentes poblaciones están siendo vulneradas en sus derechos territoriales, (como es el
caso de resguardos indígenas y reservas campesinas), así como áreas de alta
sensibilidad ambiental (parques nacionales, reservas forestales, distritos de manejo).
Grupos armados disidentes están realizando un proceso en otra escala, que incluye
distribución de tierras, apertura de vías locales, y promoción de la ganadería y cultivos de
coca como motor económico. La infraestructura de transporte, sea nacional o local, legal,
ilegal, está siendo el principal motor de la ampliación de la frontera agropecuaria, ligada a
la búsqueda de tierras para mercados internacionales o poblaciones locales que pueden
ser parte del mismo proceso global, en un primer momento.

En los últimos años, la región del sur del Meta, norte del Caquetá y Guaviare, han sido
escenario de una importante transformación territorial, que ha coincidido con la parte más
crítica del conflicto armado previo a la negociación de paz, y más recientemente, el inicio
de la implementación de los acuerdos de postconflicto.

Ciertamente, de lo más llamativo de este proceso, es la importancia que viene


concentrando San José del Guaviare, un pequeño asentamiento urbano de no más de 50
mil habitantes, el cual está siendo proyectado para ser un “hub” (centro de actividad)
regional de transporte intermodal, en medio de una de las zonas más sensibles ambiental
y culturalmente del país.

La región del Guaviare, recibirá, según la información consignada en el Plan Maestro de


Transporte Intermodal - PMTI (Mintransporte, 2017), los siguientes proyectos y
conexiones:

 El mejoramiento vial de la carretera Neiva - Balsillas - San Vicente del Caguán que
conecta el tramo Macarena – San José del Guaviare.
 La construcción de la carretera transversal de la Macarena, que se conectará con el
eje Granada (Meta)- San José del Guaviare.
 La proyección de la carretera Marginal de la Selva, en su trayecto Macarena - San
José del Guaviare, que recibirá el flujo desde Puerto Asís (Putumayo) hasta la
Macarena y los flujos de Villavicencio – Granada - Puerto Concordia.
 La consolidación del eje Granada – San José del Guaviare.
 La construcción de la vía San José del Guaviare a Puerto Gaitán (Meta).
 La construcción de la hidrovía por el río Guaviare entre San José del Guaviare y Puerto
Inírida (Guainía).
 El mejoramiento vial entre San José del Guaviare y Calamar y su conexión con la
hidrovía del río Vaupés entre Calamar y Mitú.

Son, al menos estos siete proyectos que van a incrementar de manera significativa el
tránsito de pasajeros, la demanda de servicios, la inversión económica, la valorización de
la tierra y por ende una atracción poblacional que incrementará el tamaño de los actuales
asentamientos urbanos con énfasis en San José del Guaviare.

264
Figura 80. Tramo vía Calamar – Miraflores (Guaviare)

FUENTE: Botero, 2018

Estos proyectos, claramente están respondiendo a unas perspectivas de incremento en la


movilidad regional de materia y energía con suficiente valor agregado para que se
justifique esta inversión en infraestructura y se pueda llegar de manera rápida a su punto
de equilibrio para compensar la inversión. Este es el caso de la agricultura industrial, en
particular la palmicultura, que se expande rápidamente en estas zonas, pero no siendo el
único sistema con potencial agroindustrial.

265
Figura 81. Cultivo de palma africana en el Guaviare

FUENTE: Semana Sostenible, 2018

Este escenario, es compatible con los procesos regionales que se empiezan a observar
cada vez con mayor impacto en la matriz del paisaje socioambiental:

 De una parte, la ampliación del área de siembra de palma africana, que se ha venido
consolidando en la cuenca del río Ariari y zonas de sabana hacia Mapiripán y Puerto
Concordia. Condiciones agroecológicas similares se encuentran en las sabanas de la
Fuga, cuenca del Guayabero-Guaviare y Sabanas del Yarí.
 Ampliación de la ganadería en las áreas de deforestación del Guaviare, que coinciden
con la ampliación de la red departamental, las proyecciones del Plan Maestro de la
Orinoquia, el contrato Plan de Meta, Guaviare y Caquetá, entre otros planes de
gobierno nacional o regional.
 La propuesta de frontera agropecuaria de la gobernación del Guaviare, que a
diferencia de la UPRA (que se estima en la línea de deforestación de 2010), está
proyectada en la deforestación de 2016.
 El estudio y solicitud de sustracción de la Reserva Forestal de la Amazonia (Ley 2 de
1959) en el Guaviare, que incluye el interfluvio Itilla - Unilla y zonas adyacentes a la
Reserva Nacional Natural Nukak.
 Concentración de la posesión de tierras de manera alarmante en los municipios de
San José del Guaviare, Retorno y Calamar, con énfasis en las veredas ubicadas en la
zona solicitada para sustracción de la Reserva Forestal.
 Concentración de grandes latifundios en la Zona de Reserva Campesina del Guaviare
y desplazamiento de población campesina hacia las zonas de frontera agropecuaria.
 Invasión de los resguardos indígenas Nukak y Yaguará II, no solamente por procesos
de colonización, instalación de cultivos de coca, sino desarrollo vial e instalación de
latifundios ganaderos y de agricultura intensiva.
 Ampliación de la frontera vial, más allá de la zona de sustracción de reserva forestal,
en el tramo Calamar - Miraflores.

266
Todo lo anterior, va configurando un escenario en el que el mercado de tierras, la
especulación de precios por actuales y futuras inversiones de infraestructura vial, pero en
particular, la posibilidad de que se dé un proceso de adquisición y cultivo de tierras que
están cada vez más en una condición de mejora en su competitividad por las siguientes
razones:

 Precio bajo en el mercado nacional (cuando se da legalmente e inexistente cuando se


da por apropiación de bosques en baldíos) y aún más bajo en el internacional.
 Tierras con mejora en la conectividad vial y acceso a mercados regionales e
internacionales con llegada a puertos.
 Tierras mecanizables (planas, sin limitaciones serias desde el punto de vista físico).
 Zonas agroecológicas aptas para producción de cultivos de alta demanda internacional
para alimentos concentrados (maíz, sorgo, soya), aceites y biocombustibles.
 Seguridad jurídica para implementar modelos como Zonas de Interés de Desarrollo
Rural Económico y Social - ZIDRES (se creó la primera ZIDRES en Colombia en Puerto
López (Meta), o arrendamientos de baldíos.
 Posibilidad de asociación con grandes tenedores latifundistas en áreas adjudicables.

Lo anterior, posibilita la aproximación de diferentes tipos de inversionistas a la región, la


cual se vislumbra como una de las áreas de mayor potencial de transformación en los
próximos años en vista de la potencialidad económica que representa el conjunto de
inversiones y condiciones de disponibilidad de tierras para grandes capitales
agroindustriales.

La aparición de las primeras zonas de siembra de palma africana en las sabanas de la


Fuga (Guaviare), ejemplifican esta búsqueda de tierras para cultivos que requieren de
gran inversión de capital y de bajo costo en su adquisición. Inversionistas chinos, entre
otros, han aparecido en zonas como las Sabanas del Yarí (Caquetá), las sabanas de
Puerto Gaitán (Meta), así como aparentemente, también aparecen intermediarios
regionales, en los municipios de Calamar y Miraflores.

Es interesante revisar cómo van a operar a futuro las inversiones de capitales


internacionales en infraestructura de transporte, asociadas a grandes proyectos de
agroindustria, minería y petróleo, que parece ser el horizonte de largo plazo que plantea
el Departamento Nacional de Planeación - DNP en su zonificación del país, en la cual
incluye las áreas de Guaviare, Guainía y Vaupés dentro de la Orinoquía. Así las cosas,
tiene lógica la relación entre el Plan Maestro Intermodal de Transporte, el Plan Maestro
de la Orinoquia, y la expansión de la frontera agropecuaria y minero energética en el
mediano plazo, a pesar de lo planteado con instrumentos tales como la propuesta de
UPRA para delimitar la frontera agropecuaria.

Las expectativas de desarrollo de hidrocarburos (cuencas Caguán - Llanos), son


significativas, en especial alrededor del área de manejo especial de la Macarena hasta las
sabanas del Yarí, son fuente de atracción poblacional para la prestación de servicios, lo
cual incluye un elemento adicional de complejidad territorial, pues son precisamente los

267
impactos indirectos de esta industria, los que generan realmente un efecto difícil de mitigar
operativa y financieramente.

Condición aún más compleja, la que se puede generar en el caso de futuros desarrollos
de extracción en gran escala de Coltán en el Guainía, (lo cual se puede viabilizar con el
proyecto de hidrovía por el río Guaviare); vale la pena recordar como ejemplo, los
controvertidos enclaves de extracción de Coltán en el Congo desarrollados por empresas
Chinas. Los impactos directos e indirectos de minería de gran escala en la Amazonia, en
zonas del escudo guayanés, son aún desconocidos para el cúmulo de conocimiento que
tiene el país, más allá de lo sucedido con la minería ilegal de oro aluvial, extraído en
mediana y pequeña escala.

En síntesis, la Amazonía colombiana, puede estar al borde de presenciar una expansión


de la frontera agropecuaria motivada por la presión internacional sobre tierras de bajo
costo que puedan servir para ofertar alimentos y biocombustibles en el mercado
internacional y regional. Las proyecciones internacionales de demanda energética y
minera para los próximos años (petróleo, gas, coltán), se suman a esta presión sobre la
región de transición Orinoquía - Amazonía, y hacen viable económicamente la
construcción de grandes proyectos de transporte intermodal que van a conectar esta
región con los mercados internacionales y centros de demanda regional y nacional. Estos
proyectos de transporte intermodal pueden tener capitales potenciales de inversionistas
que estén involucrados de la misma manera en los proyectos agroindustriales, como
parece ser el caso chino y brasilero, así como de inversionistas nacionales, como es el
caso del grupo Sarmiento Angulo (concesiones viales e inversiones agrícolas en
altillanura) y otros.

Lo que parece inexorable es que el impacto ambiental de esta expansión se verá reflejada
en una mayor deforestación, en zonas que son de interés para los acaparadores de tierras
que ven una oportunidad de negocio de gran escala, dada la debilidad del Estado para
controlar el acceso y mercado legal de tierras, así como la garantía de derechos a
poblaciones rurales marginadas y vulnerables, como son los pueblos indígenas y las
comunidades campesinas de la región, que han ido replegándose en la frontera de
colonización, supeditados a los actores ilegales de turno, y a las economías de la coca y
venta de tierras baldías, como forma de supervivencia, bajo el control de grupos armados
disidentes.

También se está dando la apropiación de los resguardos indígenas, zonas de reserva


campesina, parques nacionales, y reservas forestales, por parte de grandes latifundios,
sin que haya una real capacidad y voluntad del Estado para recuperar estas áreas. Lo que
viene sucediendo en este momento en esta región, donde infortunadamente han persistido
las bandas criminales herederas del paramilitarismo, con influencia territorial y política, así
como se ha dado la aparición de una de las disidencias de las FARC más notorias en el
país, y éstas asociadas a la disputa por la administración de territorio, es la distribución de
tierras dentro de grupos poblacionales que quedan inmersos en sus intereses
económicos, políticos y militares.

268
La gravedad del asunto no se ha dimensionado de manera correcta, pero lo cierto es que
hoy en día, hay un proceso “paralelo” de apropiación de tierras, desarrollo de
infraestructura vial local, promoción de la ganadería y de la coca como medio de desarrollo
económico, y consolidado por la distribución y asignación de tierras en por lo menos los
tres departamentos de la transición Orinoquía – Amazonía (Meta, Guaviare y Caquetá).

Semejante fenómeno, no debería pasar desapercibido, y mucho menos quedar sin una
respuesta equivalente, en el sentido de privilegiar con proceso de formalización de la
propiedad, inversión de infraestructura vial local, y promoción de la economía campesina,
como mecanismo para consolidar la gobernanza en el proceso de implementación de los
acuerdos de paz, en especial lo referente a la definición de la frontera agropecuaria, y la
protección de las reservas ambientales del país, en el marco de una reforma rural integral.

Sin embargo, esto parece estar cada vez más lejos, y el avance de la ampliación de la
frontera agrícola por estas grandes expectativas de apropiación de tierras y desarrollo
agroindustrial (y futuro minero energético) viabilizadas en la infraestructura de transporte,
posiblemente financiado en algunos casos por los países y empresas privadas vinculadas
a mercados internacionales, parece inexorable (Botero, 2018).

2. PROBLEMAS DE LA EXTRACCIÓN FORESTAL

El extractivismo forestal ha sido una de las constantes en el aprovechamiento de este


inmenso pero no inagotable recurso de la selva Amazónica. Primero fueron la quina y el
caucho y ahora las maderas finas, sin contar con la extracción de otros productos que a
menor escala suministra el bosque: aceites, frutas, semillas.

La explotación de la madera ha sido, pasado el llamado "boom" del caucho, la actividad


que mayor y más rápido crecimiento ha tenido como producto comercial de la Amazonia.
La actividad maderera acompañó y aún acompaña al proceso de colonización de una
manera desordenada e incontrolada, haciéndose más intensa con la apertura de las vías
de comunicación.

La explotación de las maderas con fines comerciales se reduce a unas pocas especies:
las llamadas maderas finas (entre las más valiosas se cuentan: el cedro rosado, el laurel,
el roble, amarillo, granadillo, pino y barbasco), las cuales cada día son más escasas por
su extracción irracional e imprevista. Pero las maderas nobles no son las únicas
perjudicadas con la extracción; toda la vegetación en torno al árbol derribado también es
destruida. Las técnicas utilizadas en el corte del árbol y la aserrada no tienen en cuenta ni
el más mínimo cuidado con el ambiente y el desperdicio de madera es enorme, toda vez
que la motosierra ocupa un espacio aproximadamente de una pulgada entre bloque y
bloque.

En general, la extracción de madera es parte del proceso colonizador que se orienta a


destruir la selva para plantar cultivos de uso ilícito o establecer potreros para la ganadería

269
extensiva. Este proceso da lugar a una tala indiscriminada, de la cual tan sólo se
aprovechan, las maderas finas antes mencionadas, que constituye alrededor del 5% del
bosque. La masa forestal: restante se destruye mediante el fuego.

La mayoría de los aprovechamientos los hacen los colonos de una manera rudimentaria:
el corte de los árboles y la preparación de las piezas se hace con motosierra, perdiéndose
alrededor del 50% de la biomasa. Debido a que no existen winches para la extracción y
transporte de las piezas, parte de éstas se pierden y se deterioran antes de llegar a los
aserríos.

Cuando la extracción es selectiva se presentan problemas por la perturbación de la


estabilidad biológica y ecosistémica del bosque. En un bosque natural, la luz del sol
normalmente llega al suelo en un porcentaje de 10 al 20 por ciento. En un bosque
perturbado por la extracción de madera, la luz llega hasta en un 60%, lo cual hace que la
vegetación sea invadida por especies heliófilas (amantes de la luz), de crecimiento rápido
y sin ningún valor comercial: son las ortigas, las trepadoras y bejucos, quedando la
composición florística de la vegetación perturbada por varios decenios mientras que el
proceso sucesional de regeneración renueve el claro producido, sin garantizar que
individuos de las mismas especies extraídas lo vuelvan a repoblar. De esta manera, la
extracción selectiva de árboles de madera noble va descapitalizando el bosque.

El tráfico de madera es un negocio multimillonario. Su fuerza devastadora se concentra


en las mayores joyas de la diversidad, en las especies de árboles más valiosas y escasas.

La tala selectiva arrasa ecosistemas específicos y acaba con tipos concretos de flora. La
tala ilegal en Colombia ocasiona el 10% de la deforestación, según los cálculos del
Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales -IDEAM.

La licencia de aprovechamiento forestal otorgada por las autoridades ambientales da el


aval para talar árboles maderables y especifica en qué zona del bosque puede ser cortado.
Se trata de una autorización que certifica que esa actividad no destruye el ecosistema.
Pero hay una trampa: muchas veces la tala no se realiza en el lugar autorizado sino en un
espacio prohibido del bosque, más conveniente para el maderero.

Lo más usual es que los comerciantes no esperen el permiso de aprovechamiento forestal.


En vez de eso, eligen otra ruta: contactan a productores que ya cuentan con papeles
aprobados para transportar cierto volumen de madera. Luego, usan esos documentos
como una especie de cheque en blanco para sustentar cualquier cantidad de madera
extraída de bosques prohibidos.

270
Figura 82. Extracción ilegal de madera

FUENTE: Flórez y Calle, 2019

También existe la alteración de las “guías de transporte” de madera; existen sitios que se
dedican a vender estos permisos, y cuando llegan a los puestos de control la madera ya
está legalizada. Puede que el salvoconducto diga “20 bloques de achapo” y que en
realidad lleven 50 de cedro, y como no hay báscula para pesar el camión, pues pasa
(Flórez y Calle, 2019).

3. PROBLEMAS DE LA EXTRACCIÓN MINERA

Se puede afirmar que, en general, la minería ilegal tuvo un origen externo a las
comunidades y grupos humanos de la Amazonia que habitaban las zonas donde empezó
a desarrollarse, aunque en algunas zonas (especialmente el Alto Caquetá y los
departamentos de Caquetá y Putumayo), la minería artesanal e informal tienen una larga
tradición y desde el siglo XVI ya se mencionan formas de trabajo semi-esclavo de
indígenas bajo el mando y explotación de españoles (Domínguez, 1990).

La minería ilegal en la Amazonia se inscribe en un patrón histórico y continuado en la


región de economías de enclave que repiten ciclos de auge y decadencia, con toda la
seguidilla de efectos negativos que acarrea en lo ambiental, lo económico, lo social y lo
político. De esta manera, se debe entender la actividad minera en el marco de un patrón
histórico de desarrollo económico, ocupación social del espacio y presencia institucional
que sigue una lógica extractivista y que ha condenado a los pobladores a difíciles
condiciones de vida y gran inequidad (Salazar y otros, 2019).

271
Mapa 30. Minería ilegal y títulos mineros

FUENTE: Salazar y otros, 2019

A nivel de política y normatividad se aprecian varias tensiones, vacíos y puntos de choque


que amenazan la protección de los derechos territoriales de las comunidades de la
Amazonia, según plantea (Rubiano, 2016).

En primer lugar, la legislación minera no está acorde de manera integral con la garantía
del derecho a la consulta previa. La interpretación dominante ha establecido que la
expedición de un título minero no debe ser consultada; sólo hasta cuando el proyecto
pretenda solicitar una licencia ambiental se debe hacer un proceso de consulta previa.
Esto es bastante problemático, pues la sola fase de exploración puede producir graves
impactos sociales y ambientales que pueden afectar los derechos territoriales de las
comunidades.

En segundo lugar, la Constitución y la ley minera establecen una separación entre la


propiedad del suelo y la propiedad del subsuelo que es bastante problemática para efectos
de controlar y regular la minería en la Amazonia, sobre todo desde el punto de vista de la
autonomía territorial. Los resguardos indígenas son considerados inembargables,

272
imprescriptibles e inajenables, pero esa calificación sólo se predica del suelo y no del
subsuelo, pues este último es de propiedad la Nación.

Además, con frecuencia los intereses de la política minera nacional no tienen


consideración por la autonomía de las entidades territoriales en relación con la decisión
de permitir o no actividades mineras en sus territorios. No existe tampoco ninguna
restricción para que cualquier tercero pueda solicitar títulos mineros en territorios
indígenas. Esto se debe a que la legislación minera no considera que los territorios
indígenas puedan ser zonas excluibles de la minería, o al menos de minería restringida.
Lo anterior limita el alcance de la autonomía territorial de estos pueblos, ya que se ven
obligados a aceptar que la autoridad minera pueda conceder contratos mineros para que
se haga exploración minera en sus territorios.

En tercer lugar, las normas mineras y ambientales no han reglamentado el reconocimiento


de las autoridades indígenas como autoridades ambientales, particularmente en el caso
de la minería. En virtud de sus derechos a la participación, autonomía, libre determinación
y desarrollo propio, las comunidades indígenas tienen el derecho de fungir como
autoridades ambientales en sus territorios.

En cuarto lugar, la legislación minera impide que no explotar minerales sea una posibilidad
real y efectiva para aquellas comunidades que no desean participar de esta actividad
económica. La normatividad minera está diseñada de forma tal que las comunidades
deben ajustarse a las formas y a los tiempos de explotación que ha fijado el sector minero,
al punto de que si en tres años no han cumplido con los requisitos técnicos para hacer la
exploración, el Estado puede concesionar el área minera indígena a un tercero.

En quinto lugar, la normatividad sobre minería de hecho o minería sin título es


especialmente difícil de implementar en la Amazonia, debido a que no hay suficiente
información sobre el tipo de actividades ni sobre las poblaciones involucradas en la
extracción. Se sabe que grupos armados ilegales están involucrados en la extracción en
zonas de los departamentos de Caquetá, Guainía, Amazonas y Putumayo, pero en estas
regiones hay también presencia importante de comunidades indígenas con visiones
encontradas sobre la minería, y en zonas como Putumayo y Vaupés hay también
presencia de colonos dedicados a la minería desde hace varias décadas.

En todo caso, la presencia y presión de los grupos armados vicia la posibilidad de que las
comunidades indígenas decidan de manera autónoma sobre si quieren o no involucrarse
en la minería y en qué condiciones.

En suma, las anteriores tensiones y vacíos normativos aumentan la vulnerabilidad de las


comunidades indígenas y locales de la Amazonia a ver afectados sus derechos
territoriales, sobre todo los de aquellas que no tienen interés en participar de la minería o
de las que lo han hecho y buscan distanciarse de esta. En general, parece haber una falta

273
de sintonía entre la política minera, por un lado, y la política de protección de la diversidad
cultural y biológica amazónica y los derechos humanos, por el otro.

En la región amazónica colombiana se realiza la explotación legal e ilegal de varios


minerales, no obstante, la minería del oro ha sido la más estudiada desde el punto de los
impactos en la salud. La contaminación por mercurio y los efectos de la remoción de tierras
y lechos que disminuyen la calidad del agua han sido las principales fuentes de impacto
sobre la salud, principalmente por la aparición de nuevas enfermedades que no se tenía
referencia en la región (Salazar y otros, 2019).

De otro lado, la minería ha acentuado las transformaciones en la pesca comercial, pues


los mineros compran grandes cantidades de pescado para alimentarse durante las largas
jornadas de trabajo pero al mismo tiempo existen muchas especies de peces afectados
por la minería, principalmente el manatí, el pirarucú, el delfín, los bagres, gamitana, sábalo,
bocachico, curbinata, y otros (Salazar y otros, 2019).

La extracción minera de tipo aluvial genera también contaminación por aceites de las
máquinas empleadas (tractores de oruga, motores, dragas, motobombas y otros equipos)
es también importante. El aceite tiene efectos sobre el ciclo de los nutrientes en las aguas.
Otras formas de contaminación originadas por lavadores de oro se desprenden del empleo
de químicos (cianuro de sodio, detergentes, etc.) y de los desechos inorgánicos arrojados
directamente a los ríos.
La destrucción de los cauces y la pérdida de suelos es otro efecto. En ciertas zonas la
destrucción de los cursos de agua es total por el empleo de tractores con los que se excava
no sólo el lecho del río sino también los sedimentos de las orillas. La destrucción de toda
la vegetación en las orillas de los ríos tiene un impacto directo sobre la reproducción y
alimentación de los peces y otras especies acuáticas, como el Manatí por ejemplo, que se
alimenta del gramalote que solamente se da en las orillas de los ríos.

4. PROBLEMAS DE LA EXTRACCIÓN DE HIDROCARBUROS

La explotación de hidrocarburos es una actividad cada vez más importante en la región y


cuyo impacto ambiental puede aumentar considerablemente. Si bien el sector petrolero es
uno de los más activos en la economía del país, puesto que sus explotaciones originan un
importante ingreso económico su actividad genera una serie de necesidades que se
traducen en la apertura de nuevas vías, en aumento del consumo de agua, en
deforestación, en construcción de infraestructura, etc.

La Amazonia colombiana enfrenta un incremento en la actividad petrolera que afecta


considerablemente los biomas presentes en estos territorios. Resulta importante
reconocer que la presencia de estas actividades, con grandes flujos de capital, no mejoran
las condiciones socioeconómicas de las áreas de influencia de los proyectos petroleros,
pero sí afecta los ecosistemas naturales del pulmón de la Tierra, lo cual plantea un reto
en términos de desarrollo sostenible (Trujillo, Lozada y Rodríguez, 2017).

274
Dentro de los efectos ambientales más importantes se cuentan los siguientes:
contaminación superficial de los suelos y salinización, contaminación de especies
vegetales valiosas, deforestación y aumento de la presión sobre el bosque, contaminación
del agua y efectos ambientales serios sobre los ambientes lóticos y lénticos, alejamiento
y/o pérdida de especies valiosas de animales, desaparición de especies ícticas,
desplazamiento de las zonas de caza y pesca tradicionales de los indígenas, migración
permanente de colonos a lo largo de las vías petroleras, formación de asentamientos
humanos carentes de los mínimos servicios, etc.

De manera general, las afectaciones a la biodiversidad de los ecosistemas amazónicos


se presentan debido al incremento de la contaminación y de la deforestación. Los
contaminantes pueden ser de distinta naturaleza: i) químicos, incluidos el petróleo y sus
componentes, que ingresan al ambiente a través de las distintas prácticas operacionales,
y los usados para facilitar la extracción petrolera; ii) sonoros, por las detonaciones que
tienen lugar en la prospección sísmica y por el funcionamiento de la maquinaria petrolera;
y iii) lumínicos, generada en la quema de gas y la utilización de energía para las
operaciones de la planta y campamentos. Cada uno de estos contaminantes produce
distintos tipos de impactos en la biodiversidad y en el ambiente (Trujillo, Lozada y
Rodríguez, 2017).

Asimismo, la actividad petrolera genera deforestación en zonas densamente boscosas


para instalar la infraestructura, construir los campamentos y para abrir y empalizar las
carreteras, que a su vez constituyen una puerta abierta a la colonización y, a la postre, a
una mayor deforestación. En este sentido, además de los espacios estrictamente
deforestados, hay un efecto de borde que hace que la extensión alterada sea mucho
mayor, lo cual provoca serios impactos en la fauna de los ecosistemas cercanos, sobre
todo en animales mayores y en las aves, que huyen del lugar y, en consecuencia, afectan
la alimentación y la salud de los pobladores, en su mayoría indígenas que viven de la
caza.

Igualmente, las actividades de extracción petrolera impactan negativamente en las


estructuras comunitarias de quienes habitan la Amazonia. Se ha logrado demostrar que
generan procesos migratorios que modifican la estructura social y cultural de comunidades
nativas, no generan mayores coberturas de servicios públicos y no mejoran los
indicadores de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) de las poblaciones que habitan
el área de influencia de los proyectos petroleros (Trujillo, Lozada y Rodríguez, 2017).

Avellaneda (2009) describe los impactos ambientales de la actividad petrolera en los


parques nacionales naturales en Colombia que se encuentran cercanos a su área de
influencia. Argumenta que la actividad extractiva, en sus diferentes etapas, ocasiona
contaminación y cambios en el uso del suelo, remoción de materiales para la construcción
de vías e instalaciones y pozos, contaminación de aguas superficiales y subterráneas, y
modificaciones bióticas sobre hábitats naturales. Específicamente para la Amazonia y la
Orinoquia, señala que los impactos de la entrada de empresas de hidrocarburos

275
ocasionaron remoción de cobertura vegetal y construcción de trochas de penetración,
entre las que se pueden contar varios parques nacionales naturales y zonas de reserva
forestal. Asimismo, señala que uno de los factores que en la década del setenta facilitaron
la penetración de los colonos a la Reserva de La Macarena fue precisamente la trocha
abierta durante las labores de prospección sísmica de hidrocarburos. En algunos
proyectos, tales como el Oleoducto Caño Limón-Coveñas, el Oleoducto El Porvenir-
Velásquez y el Gasoducto Villavicencio-Bogotá, se intervinieron zonas de reserva forestal
en la cordillera Oriental, con graves consecuencias sobre la estabilidad de las cuencas y
la oferta ambiental de agua, además de que se puede considerar nula la recuperación de
la cobertura vegetal removida, que suma varios cientos de hectáreas.

En los últimos años, el Gobierno Nacional a través de la Autoridad Nacional de Licencias


Ambientales (ANLA) otorgó la licencia a la empresa petrolera estadounidense Hupecol
para la explotación en un área del municipio La Macarena, en una región donde se
encuentran los ecosistemas andino, amazónico y orinocense. En esa región se encuentra
Caño Cristales, también conocido como el “río de los siete colores”, actividad que podría
poner en riesgo esa importante fuente hídrica. En el departamento de Caquetá las
petroleras Monterrico y Emerald Energy iniciaron la perforación de pozos en los municipios
de Paujil, Doncello y Valparaíso, lo que podría provocar graves daños ambientales en la
Amazonia colombiana y sus fuentes de agua (RT, 2016).

Según la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), en el departamento del Caquetá está


previsto poner en marcha 43 bloques petroleros, y entre las petroleras interesadas se
encuentran Meta Petroleum, Pacific Stratus, Canacol, Emerald Energy, Monterrico,
Hupecol, C&C Energy, Optima Range y Ecopetrol, lo cual abre las puertas de la Amazonia
para la extracción masiva de este recurso.

De otra parte, Colombia se apresta para usar el fracking (fracturación hidráulica) en los
procesos de extracción de petrolero. Este método ha sido objeto de amplias críticas por
los posibles riesgos ecológicos que acarrea al ambiente. Es una técnica que consiste en
liberar hidrocarburos inyectando agua y químicos a alta presión para fracturar las rocas
impenetrables de los yacimientos de petróleo no convencionales y economizar la
extracción de los convencionales.

Esta técnica podría, según algunos expertos, generar serias consecuencias ambientales:

 Fuentes hídricas. Las fuentes hídricas podrían contaminarse de gas metano, y otras
sustancias químicas que son usadas para fracturar la tierra y obtener petróleo. De otra
parte, el fracturamiento hidráulico requiere de entre 9 y 26 millones de litros de agua
por pozo y año, pero solo puede reutilizar un 15% de esa agua.
 Ecosistemas. El fluido inyectado, el fluido residual (que puede ser radioactivo), el
petróleo y los gases pueden escaparse por las fracturas hacia fallas geológicas
naturales a kilómetros de distancia, lo que puede causar daños irreparables a la
población y a los ecosistemas.

276
 Actividad sísmica. Según el Servicio Geológico de Kansas (Estados Unidos de
América), el fracking está directamente relacionado con el aumento en la actividad
sísmica de ese Estado. La entidad, vincula los terremotos ocurridos en la zona con la
inyección de aguas residuales del fracking. Se denuncia que el Estado registró más de
120 terremotos durante 2014 frente a ninguno en el 2012. También se reportó un
dramático aumento de sismicidad ocurrido en Oklahoma desde 2009.
 Impacto sobre el paisaje. Según el Informe solicitado por el Parlamento Europeo y
el Informe del Tyndall Centre de la Universidad de Manchester, esta forma de explotar
crudo requiere aplanar una superficie de más o menos una hectárea, allí habría
espacio para 6 a 8 pozos, balsas de almacenamiento de líquidos de desecho y lodos,
tanques y cisternas de almacenamiento del agua y de los productos químicos, equipo
de perforación, camiones, entre otros; todo ello afecta el paisaje de la zona.
 Contaminación del aire. De acuerdo con los científicos, el proceso de fracking para
extraer gas implica inevitablemente fugas de gas natural, que es 20 veces más potente
que el dióxido de carbono como gas de efecto invernadero.
 Salud pública. Además de los problemas de contaminación del agua y daños
ecosistémicos, existe una gran problemática de salud pública asociada al fracking, ya
que los pozos liberan compuestos en el aire, tales como benceno, etilbenceno, tolueno
y n-hexano; la exposición a largo plazo a éstos se ha relacionado con defectos de
nacimiento, problemas neurológicos, trastornos de la sangre y cáncer.

5. PROBLEMAS DE LA GANADERIZACIÓN

La ganadería extensiva ha puesto en peligro la supervivencia de los bosques húmedos


tropicales de la Amazonia (anillo de poblamiento), sustituyendo la vegetación selvática por
pastos, como consecuencia de la llegada masiva de colonos resultante de las presiones
socioeconómicas y políticas del interior del país. La deforestación de vastas zonas
boscosas ha gozado de ventajosas exenciones de impuestos, adjudicación de terrenos
baldíos, sustracción de la reserva forestal de la Amazonia, concesiones de créditos de
fomento, apertura de vías, y construcción de escuelas, concedidos por los diferentes
gobiernos.

La ganadería representa, generalmente la tercera y última fase de la degradación forestal,


de la tala y de los intentos de los colonos sin tierras de implantar un cultivo transitorio.
Pero incluso la ganadería que inicialmente parecía la solución a los problemas
económicos de la región, también presenta problemas de productividad y los pastos se
degradan rápidamente.

La baja capacidad de carga de menos de un animal por hectárea hace que se utilicen
grandes extensiones para que la ganadería sea medianamente rentable. Con la tecnología
tradicional usada por los productores, los pastos pueden realmente tornarse una amenaza
para el ecosistema, principalmente debido a la baja longevidad productiva (la estabilidad
productiva de un agrosistema suelo-pasto-animal depende, en gran medida, de la cantidad
de nutrientes y de la eficiencia en el reciclaje de los mismos) y la alta inestabilidad

277
biológica, lo cual hace que se degraden rápidamente en las condiciones de alta acidez,
baja fertilidad típica de los suelos amazónicos y de las altas presiones bióticas (plagas,
enfermedades, malezas, etc) predominantes en la región. Como consecuencia, a fin de
mantener el proceso productivo, nuevos segmentos de la selva son tumbados para la
formación de nuevos pastos.

En el proceso tradicional, con la tumba y quema de biomasa del bosque para la formación
de pastos, se presenta un aumento en el suelo de los principales nutrientes (Potasio,
Calcio, Magnesio, Fósforo) y del pH, así como una reducción del aluminio intercambiable.
Esta condición favorece temporalmente la implantación de pastos, pero después de
algunos años debido a las altas precipitaciones y elevadas temperaturas, son lavados
gradualmente dada la incapacidad del suelo para retener los nutrientes, produciéndose la
degradación paulatina de los pastos. Los ganaderos más pudientes abonan los pastos
con fertilizantes, pero el resultado final es el mismo: la fertilidad del suelo decrece y los
pastos son invadidos por malezas (plantas invasoras). Bajo las huellas de las pisadas de
los animales, la tierra se compacta y es fuertemente erosionada. Los pastos sembrados
en muchas zonas de la región amazónica pierden su fertilidad después de cinco años de
actividad ganadera, ya que la cantidad de fósforo de la tierra, importante nutriente para
mantener los pastos sanos, disminuye rápidamente con la erosión.

Figura 83. Sustitución de la selva amazónica por pasturas

FUENTE: Ospitia, 2017

De otra parte, el desarrollo de la ganadería extensiva ni tiene en el hombre el centro de


sus consideraciones, pues no se puede decir que su objeto es emplear mano de obra,
porque es una ocupación con baja demanda de trabajo humano. No se puede decir que
busca la ocupación de áreas que no tienen capacidad agrícola, porque las grandes
haciendas están en las mejores tierras de la región, especialmente en los piedemontes y
las llanuras aluviales de mayor fertilidad y con alguna vocación agrícola.

Colombia ha perdido más del 12% de selva Amazónica en los últimos 20 años, según un
informe de Parques Nacionales y el Instituto SINCHI (2017). Existen muchos casos, como

278
los vistos en el departamento del Guaviare, donde los pastizales con ganado no son una
inversión con miras a vender la carne sino para obtener crédito pecuario y eventualmente
tener forma de legalizar la tenencia de la tierra (Ospitia, 2017).

La ganadería representa una de las actividades más importantes en la Amazonia,


colombiana, principalmente en departamentos como el Caquetá, Putumayo, Guaviare y
sur del Meta, no solo por sus aportes directos en la alimentación, sino por todas aquellas
actividades derivadas a partir de la transformación de sus productos. La actividad
ganadera contribuye a la economía local generando empleo y utilidades al sector rural,
además de su papel indirecto en la producción industrial y en el comercio (producción de
leche y todos sus derivados y carne y sus derivados).

Sin embargo, el establecimiento de la ganadería en el territorio amazónico tiene un alto


costo ambiental. Pérdida de hábitats naturales, fragmentación de ecosistemas y
disminución en la productividad de los suelos se cuentan dentro de las consecuencias del
modelo ganadero extensivo que actualmente prospera en la región.

Según el IDEAM (2017), la deforestación de la Amazonia colombiana representa el 65,5%


de toda la deforestación del país, y principalmente se hace para favorecer la ganadería.

Figura 84. Deforestación de la selva para ganadería extensiva

FUENTE: Semana Sostenible, 2019

6. PROBLEMAS DE LOS CULTIVOS ILÍCITOS

Los cultivos ilícitos en Colombia se han convertido en los últimos treinta años en una de
las expresiones más dramáticas de la crisis que vive la sociedad, particularmente el sector
rural.

La dinámica acelerada y creciente que ha adquirido este tipo de actividad está explicada
por la estructura del modelo de desarrollo rural que ha seguido el país en las últimas
décadas y en la estructura del modelo de desarrollo económico y social en general.

279
Las zonas afectadas por estos cultivos se han constituido en el resultado de graves y
viejos problemas que inciden en toda la sociedad, y que por diversas razones de orden
económico, social, político y ambiental se expresan en aquellas áreas más vulnerables o
de mayor riesgo para su descomposición, como es el caso de la región amazónica.

El primer impacto que se causa en el ambiente es precisamente la llegada de colonos a


estas zonas, que por lo general son de reserva forestal y parques nacionales (en el 2015
según la UNODC, el 58% del área con coca sembrada en los parques nacionales, se
concentraba en tan solo dos parques: Sierra de la Macarena y Nukak). Estas migraciones
no son solamente de los campesinos, sino de los compradores de terrenos, de los
cultivadores y por último de los raspachines (recolectores de la hoja). Estos procesos, en
vez de convertirse en factores de desarrollo para estas regiones, se han convertido en
efectos perniciosos para el deterioro de los ecosistemas (El Tiempo, 21 de mayo de 2001).

El último informe elaborado por el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos


(SIMCI) de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) reporta
un incremento del 17%, al pasar de 146.000 hectáreas en 2016 a 171.000 en 2017 en
Colombia. En los departamentos amazónicos la situación es la siguiente: en el Putumayo
el cultivo aumentó, en Guaviare disminuyó, y en el Caquetá se mantuvo estable con un
pequeño incremento.

Cuadro 26. Área sembrada en cultivos de coca y bosque talado por departamento en 2017
BOSQUE TALADO (ha)
DEPARTAMENTO ÁREA (ha)
PRIMARIO SECUNDARIO
Caquetá 11.939,95 358 187
Guaviare 4.922,67 844 292
Putumayo 15.960,31 880 619
TOTAL 32.822,93 2.082 1.098
FUENTE: SIMCI, 2018

La importancia que por más de veinte años tuvo el cultivo de la coca en la Amazonia
colombiana la estigmatizó como la región cocalera por excelencia del país. Aunque dicha
mácula se justificó plenamente en las postrimerías del siglo xx y en el primer lustro del
siglo XXI, la verdad es que en la actualidad es mayor la superficie que se dedica a este
cultivo en departamentos no amazónicos como Nariño en el municipio de Tumaco
principalmente (Arcila, 2011).

280
Mapa 31. Densidad del cultivo de coca (ha/km2)

FUENTE: SIMCI, 2018

El cultivo ocasiona graves consecuencias en el medio ambiente. Para entender la


situación real, debemos diferenciar los efectos ambientales del cultivo y de la producción
de la droga, y los efectos de la lucha anti-drogas realizada por las autoridades estatales.

La siembra de coca y la producción de cocaína, tiene unos efectos desastrosos en


términos ambientales. Primero que todo, se tala y quema muchísima selva primaria. Se
estima que para sembrar una hectárea de coca hay que tumbar tres o cuatro hectáreas
de bosque.

Igual de preocupante es la contaminación generada por las sustancias (precursores)


químicos, utilizados para producir la pasta de coca, y por el uso masivo de fertilizantes y
plaguicidas en los cultivos.

Pero el problema no se limita a la siembra de los cultivos ilícitos. En el ámbito nacional


abarca toda una cadena de actividades que incluye, además de la tala indiscriminada de
bosques, la destrucción de ecosistemas, el uso de cerca de 28 diferentes precursores
químicos de la más alta toxicidad para el procesamiento de la cocaína, que terminan en
ríos y quebradas; la aplicación de agroquímicos para una mayor producción y el control
de plagas de los cultivos de coca, así como la construcción de infraestructura sin criterios

281
de sostenibilidad, destinada a la producción y transporte de narcóticos. Y al final de la
cadena, aparecen los impactos causados por las actividades de erradicación mediante la
fumigación con glifosato.

El daño causado por las fumigaciones es otro aspecto a tener en cuenta, por ejemplo, el
Glifosato o Roundup, que es un herbicida no selectivo que ataca indistintamente a
cualquier vegetal y contaminan las aguas, atentando contra la biodiversidad de la región
y contra la salud de las poblaciones.

En 2018 el Tribunal Superior de San Francisco y la Corte Suprema de California


condenaron al fabricante del glifosato como causante de un cáncer terminal en el jardinero
DeWayne Johnson, y en 2019 un fallo contra Monsanto (empresa adquirida por Bayer en
2018) en el norte de California, obliga a indemnizar con una millonaria suma de dinero a
una pareja que sufrió cáncer por manipular el herbicida Roundup (producto elaborado con
Glifosato). No obstante, el Gobierno colombiano (Iván Duque) plantea la posibilidad de
retomar las aspersiones con esa sustancia que fueron suspendidas por la Corte
Constitucional por los posibles daños sobre las poblaciones humanas y el ambiente.

7. PROBLEMAS DE LA URBANIZACIÓN

La Amazonia colombiana viene presenciando, desde las últimas tres décadas, un proceso
acelerado y desordenado de urbanización producida por movimientos demográficos
generados al interior del mismo territorio amazónico (migraciones intrarregionales por
desplazamientos masivos), inducidos por varios factores de expulsión, tales como la
concentración de la tierra, los problemas de orden público que forzaron el desplazamiento
de gran parte de población campesina, la descomposición del campesinado y el bajo nivel
de prestación de servicios públicos en las áreas rurales, y en menor proporción, las
migraciones provenientes de departamentos ubicados en el interior del país, fenómeno
que caracterizó el poblamiento rural de la Amazonia en los años cincuenta y sesenta.

Quienes han sido objeto de desplazamiento forzado e impulsados por la necesidad han
decidido asentarse en determinadas cabeceras municipales como Florencia, Mocoa,
Puerto Asís, San José del Guaviare, Vistahermosa, Villagarzón y demás centros
nucleados del anillo de poblamiento, y lo han hecho en condiciones de precariedad
extrema. Son personas y familias carentes de techo, de empleo e ingresos económicos
que, en tal condición, se constituyen en habitantes de los barrios subnormales surgidos
de esta necesidad, en oferentes de su fuerza de trabajo campesina en contextos urbanos
y en comerciantes y prestadores de servicios personales espurios. Dichos inmigrantes,
muchos de ellos bajo la tutela de mujeres cabezas de familia, por lo general tienen como
denominador común el ser demandantes de los auxilios siempre insuficientes del gobierno
central (Arcila, 2011).

Las ciudades y centros poblados de la Amazonia no estaban preparados para recibir una
población tan numerosa en tan poco tiempo. Los problemas de vivienda y de servicios

282
públicos, fueron los primeros en manifestarse. Dada la carencia de terrenos públicos de
propiedad de los municipios que garantizaran la expansión urbana y la falta de
planificación de su desarrollo, motivó la proliferación de invasiones, muchas de ellas en
áreas de alto riesgo, ya que los arriendos subieron exageradamente, los precios del suelo
se dispararon y el déficit de vivienda se acrecentó.

Este proceso de densificación acelerado y desordenado de las ciudades y centros


poblados, ha venido generando y agravando permanentemente, la situación ambiental, lo
cual está sobrepasando el límite de sostenibilidad de los frágiles ecosistemas amazónicos,
aspecto que se manifiesta en problemas de la salud y bienestar originados por diversos
tipos de contaminación y saneamiento ambiental en amplias capas de la población más
humilde (debido al hacinamiento, carencia y baja calidad de agua potable, de
alcantarillado, de recolección de basuras, convivencia con animales domésticos,
afectación por roedores y otras plagas), deterioro e invasión del espacio público,
deficiencia en el servicio del transporte y congestión vehicular, especialmente en las horas
pico, degradación del entorno, ubicación de asentamientos en zonas de riesgo y
marginalidad.

Uno de los aspectos que desempeña un papel importante en la calidad ambiental y por
tanto, en la calidad de vida de los asentamientos es el espacio público urbano.
Prácticamente no existen espacios públicos bien definidos y conservados, especialmente,
los que tienen que ver con espacios recreativos y deportivos y con espacios abiertos de
circulación peatonal y vehicular y de convivencia ciudadana. Esto debido a que
históricamente el espacio público no se ha considerado como un factor prioritario de
desarrollo urbano y de mejoramiento de la calidad de la vida urbana.

Los asentamientos urbanos de la Amazonia presentan impactos que afectan no sólo la


base de recursos naturales de su medio ecosistémico sino que atentan contra la salud y
el bienestar de la población, tanto en su espacio territorial urbano como en el de su área
de influencia.

En conclusión, la problemática ambiental urbana de la Amazonia colombiana se manifiesta


en los siguientes eventos:

 Contaminación de fuentes hídricas por vertimientos de aguas servidas y residuos


sólidos, tanto residenciales, hospitalarios como industriales, muchos de ellos de alta
peligrosidad, lo cual está disminuyendo la calidad de las aguas con graves
consecuencias para la salud de la población, sobre la calidad del entorno y en la
destrucción de la vida acuática. El 90% de los asentamientos urbanos de la Amazonia
no realizan tratamiento de aguas residuales.
 Uso inadecuado (conflictivo) del suelo, problema percibido especialmente en la
proliferación de asentamientos en zonas de medio y alto riesgo, lo cual pone en peligro
a los habitantes de estos sectores, que por lo general son gente muy pobre.

283
 Disgregación urbana e invasión de viviendas en áreas que por su naturaleza deben
ser de preservación y protección ambiental, tales como rondas, pendientes mayores
del 45°, zonas inundables, etc.
 Aumento de la marginalidad y la pobreza urbana, debido a la inmigración de sectores
campesinos desplazados por la violencia, el narcotráfico, y la falta de políticas de
desarrollo rural.
 Deficiencia en el abastecimiento de agua potable para la mayor parte de la población,
por la creciente demanda y por la rápida reducción de caudales debido a la
deforestación incontrolada de las cuencas hidrográficas abastecedoras de agua para
la ciudad.
 Manejo inadecuado de los residuos sólidos y semisólidos y de los desechos peligrosos
de origen hospitalario e industrial. Se presentan botaderos de basuras a cielo abierto
en diferentes partes de la ciudad y no existen suficientes recolectores en las calles
para depositar residuos, lo cual origina malos olores, proliferación de vectores y
roedores y mal aspecto de la ciudad. Existe deficiencia en la recolección, transporte y
disposición final de los residuos sólidos.
 Invasión y deterioro del espacio público y del paisaje urbano, lo cual disminuye la
calidad de vida de la población por la perturbación del tránsito peatonal, deterioro de
áreas verdes y contaminación visual (avisos, vallas, edificaciones, muros de
cerramiento, propaganda comercial y política, etc.).
 Congestión y caos vehicular, y altos niveles de contaminación auditiva. Mal estado de
las calles y vías de acceso, falta de delimitación de áreas de parqueo y zonas de
cargue y descargue.
 Procesos erosivos por deforestación de bosque protectores y por urbanización en
zonas de altas pendientes sin planes de mitigación y manejo ambiental.

Igualmente, la problemática ambiental está relacionada con el nivel cultural y educativo y


con el comportamiento sicosocial de la población, sin cuyo mejoramiento se hace difícil
pensar en el cumplimiento de lo estipulado en los Planes de Ordenamiento Territorial que
permita la ordenación del espacio urbano. También se relaciona con el nivel de
participación de la sociedad civil y otros grupos de interés, con el sector privado y con la
actitud que asuman las autoridades y entidades competentes en los diversos niveles
administrativos y políticos de las ciudades.

En términos generales, se puede afirmar que la crisis ambiental urbana de la Amazonia


colombiana tiene como base una crisis cultural, producto de una precaria relación del
hombre y su proyecto social, con el medio natural.

284
285
CAPÍTULO 1
DESTRUCCIÓN O SOSTENIBILIDAD
1. ESCENARIOS POSIBLES DE FUTURO

La Amazonia colombiana puede verse inmersa en diferentes escenarios que definirán su


futuro de acuerdo con lo que el gobierno central y sus políticas han pensado o están
pensando frente a temas cruciales para la región.

Según Ernesto Guhl Nannetti (2019), la Amazonia colombiana ocupa casi la mitad del
territorio continental del país. Sin embargo, la relación del país con ella ha estado mediada
históricamente por el desconocimiento y el temor. Desde los distantes y miopes
despachos oficiales se la ha visto como un territorio remoto, peligroso, marginal y poco
atractivo desde el punto de vista económico; es decir, como una región tan lejana y extraña
como si casi fuera otro planeta.

Es notoria la carencia de una visión de estado para integrar efectivamente al progreso del
país su región más extensa y muy posiblemente la más valiosa, investigándola,
entendiéndola y respetando sus características culturales y ecológicas, lo que ha causado
a lo largo del tiempo la pérdida paulatina de grandes extensiones de cuenca amazónica a
manos de los países limítrofes, que han entendido mejor su valor estratégico y su
potencial.

Las dificultades de comunicación y las difíciles condiciones climáticas y ambientales


actuaron durante mucho tiempo como escudo protector de la integridad de nuestra
Amazonia, que se consideraba hasta hace poco como una de las partes menos
intervenidas de la gran cuenca multinacional. Los espasmódicos períodos de desarrollo
económico de la región, originados en coyunturas con altos precios en el mercado
internacional de varios de sus productos como el caucho y la madera, trajeron bonanzas
monetarias pasajeras, así como impactos graves y perversos sobre la población indígena
y la biodiversidad.

Hoy en día, la región presenta una problemática muy compleja, desordenada y confusa
que el estado no ha sabido cómo afrontar. En ella se confrontan visiones opuestas sobre
el futuro de la Amazonia e intervienen multitud de actores tanto públicos, privados, legales
e ilegales con pluralidad de intereses, que abarcan desde ambiciosos planes viales
nacionales e internacionales, la expansión sobre el bosque de los cultivos de palma
africana, la exploración y explotación de hidrocarburos, hasta la minería ilegal y los cultivos
ilícitos.

Todos ellos plantean procesos de desarrollo que van en contra de la visión de la


conservación y aprovechamiento sostenible de la excepcional biodiversidad de la
Amazonia. Otra de las causas fundamentales de ésta situación ha sido la falta de
capacidad para estabilizar la frontera agrícola, pues el problema de fondo radica en la

286
expansión incontrolada del latifundio y que los migrantes en busca de un mejor futuro, no
reciben la debida atención del estado, por lo cual tienen que derivar su sustento de la
deforestación y los narcocultivos.

La situación implica además, una profunda incoherencia en el ordenamiento territorial,


pues una tendencia favorece la explotación de recursos naturales no renovables y la
implantación de formas insostenibles de desarrollo derivados de la construcción de vías y
la destrucción del bosque, mientras que la otra busca favorecer su conservación y la de
sus servicios ecosistémicos. La Amazonia no debe ser espacio para el extractivismo, ni
para grandes infraestructuras y proyectos transformadores; si se llevan a cabo
desaparecerá irremediablemente. Debe ser, eso sí, el espacio que ofrece todavía la
invaluable y excepcional oportunidad de materializar un nuevo concepto de desarrollo,
basado en la integración armónica de la sociedad con la naturaleza, el respeto a la vida,
al buen vivir y al ambiente y el aprovechamiento sostenible y equitativo de su excepcional
riqueza natural.

La principal orientación del estado para tratar de conjurar la crisis descrita ha sido por una
parte la aplicación de normas penales y la generación de nuevos instrumentos legales, y
por otra la gestión de recursos de cooperación internacional para financiar programas de
control de la deforestación. Sin embargo, estas estrategias han probado ser incompletas
y poco efectivas para lograr aminorar la deforestación e inadecuadas, considerando que
en la práctica la región Amazónica ha estado por fuera del alcance de la ley y que carece
de una institucionalidad que permita una gobernanza adecuada del territorio.

En conclusión, no se debe seguir tratando de manejar la Amazonia como se ha venido


haciendo. Es indispensable entender las causas de fondo de los problemas y diseñar y
aplicar una nueva política disruptiva, basada en el conocimiento socionatural de la región
y el diálogo que supere la visión de los intereses económicos del corto plazo. Solamente
una concepción diferente y nueva de la importancia de la Amazonia para el país permitirá
su incorporación exitosa y pacífica al devenir nacional.

Existen según Guhl, dos tendencias de lo que puede pasar en la región dependiendo de
cómo se entienda, se planifique y se gestione. La primera e infortunadamente la más
probable de acuerdo con lo que está ocurriendo, es la del extractivismo, la minería ilegal,
la apropiación de tierras por la fuerza, los narcocultivos y los proyectos transformadores
que acarrean la destrucción de la biodiversidad y amenazan a los líderes sociales y a los
defensores del ambiente.

La segunda, es la de la sostenibilidad, en la cual la conservación de las culturas, de la


naturaleza y la oferta de servicios ecosistémicos, conduce a que la Amazonia se consolide
como un espacio para aprovechar la biodiversidad mediante la integración del
conocimiento tradicional con el conocimiento innovativo y moderno, que se gestione
mediante formas de gobernanza incluyentes, participativas y articuladoras que beneficie
a la región, a Colombia y al planeta. En ella la Amazonia se plantea como la tierra del
futuro.

287
Si el estado no ejerce rápidamente una presencia inteligente, firme y respetuosa en la
Amazonia basada en el conocimiento cercano de su realidad cultural y natural y no
comprende su complejidad y su potencial como espacio para la sostenibilidad y la
armonía, los factores actuales de riesgo se intensificarán, perdiendo así
irremediablemente los ecosistemas más biodiversos del planeta, no a manos de terceros
países sino de las propias.

Por su parte, Salazar y otros (2019), manifiesta que en el contexto de un problema global
y colectivo, la Amazonia cobra un papel aún más relevante en la historia del hombre.
Estamos hablando “ni más ni menos” de la mayor selva tropical húmeda del planeta,
situada al norte de Suramérica. Se trata de una amalgama de regiones que conforman
una gran región con diversas características biológicas, económicas, sociales y políticas;
una zona que en la medida en que la preocupación por el cambio climático global ha
crecido, ha venido ganando protagonismo como uno de los salvavidas del planeta.

Este protagonismo se explica por tres factores fundamentales: i) Porque la Amazonia


ayuda a regular el ciclo del carbono y, por ende, define en gran medida el clima global.
Alrededor del mundo, la vegetación tropical atrapa cerca de 200 mil millones de toneladas
de carbono, de las cuales 70 mil son procesadas por los bosques amazónicos. ii)
Actualmente la Amazonia, luego del Ártico, es el ecosistema más vulnerable del planeta
debido a los riesgos de deforestación y desertificación. La región presta diversos servicios
ecosistémicos”: regulación hídrica, bosques y biodiversidad; por su ubicación en la franja
ecuatorial, brillo y energía solar, provisión de alimentos y recursos hidrobiológicos,
diversidad cultural. No obstante, es necesario insistir en su importancia para el balance
hidroclimático a escala planetaria, la supervivencia de las comunidades indígenas y las
demás comunidades recién llegadas. Es por esto que la conservación de esta región es
tan importante, pues de no hacerlo se marcaría un punto de inflexión que puede llevar a
un círculo vicioso de deforestación, aumento de emisiones de CO2, aumento de
temperaturas globales, y aumento de desertificación de la Amazonia, con consecuencias
nefastas para todo el globo.
De acuerdo con las estimaciones del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático,
Seymour y Busch (2016) sugiere que los ecosistemas de bosque tropical tienen el
potencial para contribuir entre el 25 y el 33% de la solución al cambio climático. Así, la
meta de mantener en dos grados centígrados el límite del calentamiento global, registrado
en el Acuerdo de Paris, no será posible si no se detiene y revierte el proceso de
deforestación de la Amazonia. La deforestación y la degradación de bosques y suelos da
cuenta del 15% de la emisión total de gases de efecto invernadero. Esto es más de lo que
aportan todos los carros, trenes, aviones, barcos, y camiones sobre la tierra.

288
CAPÍTULO 2
EJE MULTIMODAL AMAZONIA NORTE

Desde 1963 los países denominados Andino-Amazónicos suscribieron un Acuerdo de


Integración en el cual se comprometían a impulsar y realizar la Carretera “Marginal de la
Selva”. Este megaproyecto buscaba unir las regiones amazónicas de Colombia, Brasil,
Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y
Venezuela, estableciendo a la vez nexos con las respectivas capitales nacionales.
Actualmente aparece incluido dentro de la Iniciativa para la Integración de la
Infraestructura Regional de Sur América - IIRSA.

La IIRSA es una propuesta estratégica planteada por el Estado brasileño desde el año
2000 en la Cumbre Presidencial Suramericana. En esta Reunión Presidencial participaron
los gobiernos de Colombia, Brasil, Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay,
Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela. Se propone modernizar la infraestructura regional
y promover la integración y el desarrollo económico y social basados en principios de
competitividad y sustentabilidad. Es decir, se trata de un plan regional para adecuarse a
la primacía de la globalización del mercado (García, 2013).

Los presidentes coincidieron en que el desarrollo de la infraestructura es un elemento


clave en el desarrollo económico y social de los países, y por ello acordaron “realizar
acciones conjuntas para impulsar el proceso de integración política, social y económica
Suramericana, incluyendo la modernización de la infraestructura regional”. Para Colombia
lo anterior significó la planeación y ejecución de 41 proyectos IIRSA, de los cuales 35
hacen parte del Eje Andino, y 6 del Eje Amazonas.

En el caso colombiano, para dar cumplimiento a los criterios establecidos para el


desarrollo de la iniciativa de infraestructura regional, el Gobierno Nacional ha expedido
varios documentos que regulan los temas relacionados con infraestructura. El programa
“Visión Colombia II Centenario-2019”, concebido como una “Visión de Estado” presenta al
país en una perspectiva proyectada a 2019 desde el 2002, y uno de los puntos básicos es
“incluir la Infraestructura de Transporte: consolidación del transporte intermodal, enfrentar
los problemas de coordinación y logística, aprovechar el transporte fluvial. En los planes
de desarrollo subsiguientes los gobiernos correspondientes establecieron los mecanismos
para cumplir con los mandatos de la IIRSA.

El Eje del Amazonas es un buffer de un par de cientos de kilómetros a lo largo del sistema
multimodal de transporte que interconecta determinados puertos del Pacífico, tales como
Tumaco en Colombia, Esmeraldas en Ecuador y Paita en Perú, con los puertos brasileños
de Manaos, Belén y Macapá. Busca la unión bioceánica a través de los ríos Huallaga,
Marañón, Ucayali y Amazonas en Perú, Putumayo y Napo en Ecuador, Putumayo en
Colombia e Içá, Solimões y Amazonas en Brasil, con sus más de 6.000 km de vías
navegables, y los puertos fluviales de El Carmen, en la frontera entre Ecuador y Colombia,

289
Guepí en Colombia y Sarameriza y Yurimaguas en Perú. De tal forma su área de influencia
por jurisdicción abarca una superficie estimada de 4.499.152 km (Corporación Grupo
Semillas, 2007). En 2013 el Eje Amazonas fue ampliado hacia otros Estados brasileños.

Mapa 32. Proyectos del Eje Amazonas

FUENTE: Valdés Castro Y Parimbelli, 2013

Mapa 33. Área de influencia del Eje Amazonas en Colombia

FUENTE: Valdés Castro Y Parimbelli, 2013

290
El Eje Multimodal Amazonia Norte de la IIRSA en Colombia, incluye la carretera Marginal
de la Selva que une al departamento del Putumayo (San Miguel-Santa Ana-Villagarzón)
con el Caquetá y sur del Cauca (Piamonte-San José del Fragua-Florencia-San Vicente del
Caquán) y con el departamento del Guaviare y Meta (Las Palmeras-San José del-Fuente
de Oro). Este corredor vial permite la comunicación con los vecinos países de Ecuador en
el Sur y Venezuela en el Norte.

De otra parte, incluye el corredor Multimodal Tumaco-Puerto Asís (Colombia)-Belém do


Pará (Brasil), dentro del cual está contemplado la construcción de la Variante San
Francisco-Mocoa, y mejoramiento y mantenimiento del Corredor Tumaco-Pasto-Mocoa.

La variante San Francisco-Mocoa atraviesa territorios de alta sensibilidad ambiental y


social. En su área de influencia viven numerosas comunidades indígenas y campesinas,
y en cercanías a Mocoa la carretera pasa por la Reserva Forestal Protectora de la cuenca
alta del río Mocoa (Corporación Grupo Semillas, 2007).

Mapa 34. Eje multimodal Amazonas norte

FUENTE: Corporación Grupo Semillas, 2007

Este corredor multimodal busca comunicar el océano Pacífico con el Atlántico, pasando
por Tumaco, Pasto, Mocoa y Puerto Asís, y luego recorriendo los ríos Putumayo y
Amazonas hasta llegar a Belem do Pará en Brasil.

Según García (2013), los efectos sociales y ambientales de las obras de infraestructura
vial han sido analizados en diversas oportunidades; investigadores de la Universidad

291
Nacional (1987) mostraron que en la medida que el eje vial San José del Fragua-San
Vicente del Caguán había cambiado de carreteable intermunicipal a carretera arteria,
también se había ido consolidando un proceso de concentración la propiedad de la tierra.

Este proceso es evidente a lo largo del todo el corredor vial de la Marginal de la Selva
donde se han conformado varias haciendas, algunas de ellas fueron de propiedad de
narcotraficantes, y ahora pertenecen a ganaderos y terratenientes.
.
En el actual proceso de construcción de infraestructura vial en la región amazónica
colombiana, las obras en el Putumayo han afectado directamente diversas comunidades
y territorios indígenas, con las cuales no se realizó la consulta previa; incluso, la
segmentación de las obras evitó la respuesta unificada de las comunidades afectadas.

La construcción de infraestructura vial en la Amazonia constituye una forma de presión


antrópica que pone en peligro los ecosistemas locales, en la medida que se consolidan
las carreteras se incrementan los flujos de población y colonización, lo cual hace inevitable
la deforestación y demás impactos ambientales asociados.

292
CAPÍTULO 3
AMAZONIA COMO SUJETO DE DERECHOS
La Corte Suprema de Justicia en sentencia STC4360-2018 del 5 de abril se pronuncia a
raíz de una demanda de tutela interpuesta por un grupo de 25 niños y jóvenes entre los 7
y 25 años que viven en las ciudades de mayor riesgo por los efectos de cambio climático,
tales como Arauca, Bogotá, Cali, Cartagena, Cubarral, Envigado, Florencia, Floridablanca,
Buenaventura, Leticia, Manizales, entre otras, piden el amparo de sus derechos
fundamentales a la vida, la salud, la alimentación y el medio ambiente sano.

Los demandantes buscan frenar la degradación del ambiente, a causa de la deforestación


de la selva amazónica colombiana que les imposibilita gozar de un ambiente sano, alegan
además ser la generación futura que enfrentará los efectos del cambio climático.

La Corte Suprema decidió resolver la demanda, ya que a pesar de que la tutela por regla
general no procede para el amparo de derechos e intereses colectivos, la protección del
medio ambiente garantiza intrínsecamente derechos fundamentales, que están
determinados por el entorno y el ecosistema. Al respecto afirma la Corte “sin ambiente
sano no se puede sobrevivir ni garantizar la existencia de la familia, la sociedad o del
propio Estado”, de manera que este adquiere por conexidad la calidad de fundamental.

Con el objetivo de proteger el ecosistema vital para el devenir global, la Corte reconoce a
la Amazonía Colombiana como entidad “sujeto de derechos”, titular de protección, de
conservación, mantenimiento y restauración a cargo del Estado. Tras advertir el alarmante
incremento de la deforestación en la región, la Corte Suprema de Justicia encontró que el
gobierno nacional y las autoridades locales y regionales no están cumpliendo
adecuadamente con los compromisos adquiridos para resguardar la Amazonía, por eso
resolvió ordenar la formulación y adopción de un plan con medidas encaminadas a reducir
a cero la deforestación y las emisiones de gases efecto invernadero, el cual deberá contar
con estrategias de ejecución nacional, regional y local, de tipo preventivo, obligatorio,
correctivo, y pedagógico, dirigidas a la adaptación del cambio climático.

Con antelación a esta Sentencia el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible –MADS


(2018) ha venido implementando una serie de acciones con cooperación internacional que
buscan frenar las altas tasas de deforestación y hacer frente a los efectos del cambio
climático. Entre otras, las acciones que viene adelantando el Ministerio son:

 Estrategia Nacional para la Reducción de las Emisiones por Deforestación y


Degradación (ENREDD+). Es programa cuenta con el apoyo de las Naciones Unidas, con
la participación de las comunidades indígenas, campesinos y otras comunidades que
dependen de los bosques.

El objetivo de este programa es combatir las emisiones de gases efecto invernadero


mediante el desarrollo de actividades de gestión sostenible de los bosques, poniendo

293
en valor, además de los recursos madereros, los otros bienes y servicios que pueden
aportar los bosques a las regiones donde se encuentran y a sus países, centrándose
en las comunidades y en los usuarios de los bosques.

Con este Programa se han fortalecido las instituciones y organizaciones sociales, se ha


propiciado un diálogo con grupos de interés en torno a los bosques y el cambio climático, se
han identificado participativamente las principales causas y agentes de la deforestación y
degradación, así como las medidas que se pueden tomar para contrarrestar estos procesos,
sus riesgos y beneficios; también se ha identificado las capacidades que requieren ser
fortalecidas para contar con una participación activa en el proceso; y se han fortalecido las
instancias propias de las organizaciones comunitarias para el diálogo y la participación.

 Programa Visión Amazonia. Visión Amazonia procura dar cumplimiento a las metas
establecidas ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático - CMNUCC de reducir la deforestación neta a cero (0) en la Amazonía para
el 2020. El programa tiene una duración de 5 años y está estructurado en 5 pilares: i)
fortalecimiento de la gobernanza forestal; ii) sostenibilidad de las actividades
productivas sectoriales; iii) esquemas agroambientales sostenibles, iv) gobernanza
ambiental con pueblos indígenas; y v) actividades habilitantes.

Visión Amazonía es una iniciativa de pago por resultados, liderada por el MADS
conjuntamente con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural - MADR, Parques
Nacionales Naturales - PNN, el Instituto SINCHI y el IDEAM, para apoyar a Colombia
a cumplir con la meta del país señalada ante la CMNUCC de reducir la deforestación
a cero en la Amazonía para el año 2020.

El programa también ha apoyado el control efectivo de focos de incendios y alertas de


deforestación en la Caquetá, Guaviare y Meta, para lo cual, ha suministrado
información técnica detallada para la implementación de puestos de mando unificados
en Guaviare y Caquetá para atender y minimizar el impacto de focos de incendios y
deforestación en la región.

 Iniciativa GEF 6: Corazón de la Amazonia. El Proyecto de Conservación de Bosques


y Sostenibilidad en el Corazón de la Amazonía Colombiana “Corazón de la Amazonía”
que financia el Global Environment Facility - GEF, con el objeto de reducir la
deforestación y la consecuente pérdida de biodiversidad en la Amazonia colombiana,
promover alternativas económicas y fortalecer la institucionalidad a cargo de su manejo
ambiental.

Geográficamente el Proyecto se desarrolla en un mosaico de áreas protegidas, sitios


Ramsar, resguardos indígenas, áreas de reserva forestal y áreas con baja y media
transformación. Contempla cuatro componentes: i) Manejo de áreas protegidas y
sostenibilidad financiera, ii) Gobernanza, manejo y monitoreo de los bosques, iii)
programas sectoriales para el manejo integrado del paisaje, y iv) coordinación,
administración y seguimiento del proyecto.

294
 Iniciativa GEF 6: Amazonia Sostenible para la Paz. Este proyecto hace parte del
programa conectividad y conservación en la amazonia financiado con recursos del
Global Environment Facility - GEF) y en el cual la agencia implementadora Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo - PNUD desarrollará acciones en los
corredores de ecológicos de Putumayo, Caquetá y Guaviare en donde se presentan
focos de deforestación, estableciendo sistemas productivos bajos en carbono, impulso
a desarrollo de estrategias de negocios verdes y fortalecimiento de capacidades en la
construcción de paz con área estimada de impacto de 80 mil hectáreas en donde se
deben establecer 40 mil hectáreas de núcleos forestales y 1.660 hectáreas en sistemas
productivos en predios de familias campesinas e indígenas de los tres departamentos
de la amazonia.

Para dar cumplimiento a las órdenes de la Sentencia 4360/18, y atendiendo al


cumplimiento de Colombia en los compromisos internacionales asumidos en el marco de
la CMNUCC el gobierno enmarcó su ruta de trabajo en la Estrategia Integral de Control
de la Deforestación y Gestión de los Bosques – Bosques Territorio de Vida al reconocer
que corresponde a un documento de Estado.

En este sentido, se estructuró un documento dirigido a la articulación institucional y a


entender las causas de la deforestación involucran la gestión (planeación,
implementación, seguimiento y evaluación) de diversos ministerios, entre ellos, el de
Defensa, Agricultura, Transporte, Minas y Energía, y Vivienda, entre otros. Fue así como
se estructuró una Directiva Presidencial que permitirá dinamizar la implementación de
acciones que contribuyan a la reducción de la deforestación en la Amazonía, ante el reto
que estableció la Sentencia STC4360 de 2018, orientando el qué hacer de las diferentes
entidades en torno a la formulación del plan de acción y el pacto intergeneracional,
incluyendo las distintas jurisdicciones de las CAR y otras entidades no mencionadas en la
Sentencia, que son de vital importancia para lograr el objetivo de reducción de la
deforestación.

El Plan de Acción de corto, mediano y largo plazo para contrarrestar la tasa de


deforestación en la Amazonia, y enfrentar los efectos del cambio climático tiene los
siguientes objetivos:

 Consolidar la gobernanza territorial de los grupos étnicos, comunidades campesinas y


rurales, y fortalecer la conciencia ciudadana, a través de la gestión de información y
conocimiento para consolidar una cultura de corresponsabilidad para el cuidado y
aprovechamiento sostenible de los bosques.
 Fomentar una economía forestal basada en los bienes y servicios ecosistémicos de
los boques para el desarrollo rural integral y el cierre de la frontera agropecuaria.
 Articular la planificación y la gestión sectorial y territorial para el desarrollo de acciones
orientadas a reducir la deforestación y degradación de bosques en la Amazonia
colombiana.

295
 Generar en el marco del Sistema de Nacional de Monitoreo de Bosques, información
sobre la oferta, estado, presión y dinámica de los bosques amazónicos, como soporte
a procesos de toma de decisiones a nivel nacional, regional y local, así como para
realizar seguimiento a la aplicación de salvaguardas sociales y ambientales.
 Fortalecer la articulación interinstitucional y comunitaria para la conservación del bioma
amazónico.

Para el logro de estos objetivos, se consideran 5 líneas de acción, acorde al contexto de


la Amazonía, que permite consolidar las recomendaciones resultantes de los talleres, para
dar mayor claridad y comprensión a distintos públicos.

Línea 1. Gestión sociocultural de los bosques y conciencia pública. Esta línea busca
reconocer que en Colombia los significados, usos y manejos del bosque comparten
elementos fundamentales pero también difieren en algunos aspectos de acuerdo a la
relación que cada región biogeográfica, grupo poblacional y sector tiene con el territorio
según sus realidades, particularidades e intereses, para que las acciones que se acuerden
en aras del uso sostenible, la reducción de la deforestación, conservación y valoración del
bosque, respondan a dicha diversidad de enfoques. Este mismo planteamiento es
importante en el contexto de la Amazonía, donde confluyen diferentes actores.

Esta línea contempla acciones que permitan el empoderamiento, participación


democrática, gobernanza forestal y apropiación social del conocimiento en torno uso,
conservación y a la protección de los bosques, mediante la articulación de los
conocimientos tradicionales, el fortalecimiento de las estructuras organizativas
comunitarias, la cohesión social y el dialogo comunidad-instituciones, en el marco de la
gestión sostenible de los bosques.

Línea 2. Desarrollo de una economía forestal y cierre de la frontera agropecuaria.


Esta línea busca la coordinación intersectorial para la contención simultánea de la frontera
agrícola y la deforestación como una estrategia concurrente, tanto para la estabilización y
la ruralización de la población, como para el control y prevención de la deforestación sobre
las grandes áreas forestales de reserva de la Ley 2 de 1959, las áreas protegidas, los
ecosistemas estratégicos forestales y núcleos de tierras baldías que contienen bosque.
Como objetivo principal está fomentar una economía forestal basada en los bienes y
servicios de los boques para el desarrollo rural integral y el cierre de la frontera
agropecuaria en la Amazonía.

Línea 3. Articulación y gestión transectorial y territorial para reducir la deforestación


y degradación de bosques en la Amazonia colombiana. Esta línea busca gestionarlos
instrumentos de planeación y ordenamiento territorial y ambiental, relacionados con
bosques constitutivos del bienestar social, la productividad y competitividad de los
sectores de la economía, bajo un enfoque de manejo diferencial de paisajes, resiliencia al
cambio climático, gestión del riesgo y de servicio al desarrollo rural sostenible y a la
reconciliación en territorios atendidos en posconflicto. El objetivo general es por tanto,

296
disminuir la degradación y deforestación a través de la gestión transectorial de la política
y normativa para el ordenamiento ambiental y territorial.

Línea 4. Monitoreo y control permanente. Esta línea busca generar información


confiable, consistente, oportuna y de calidad sobre la oferta, estado, presión y dinámica
del recurso forestal como soporte a procesos de toma de decisión a nivel nacional, regional
y local, e implementar acciones de control y seguimiento que permitan una eficiente
administración del recurso forestal del país.

Línea 5. Generación y fortalecimiento de capacidades legales, institucionales y


financieras. Esta línea busca resaltar la necesidad de realizar los ajustes institucionales,
normativos y financieros que doten a la administración de los instrumentos necesarios
para la efectiva reducción de la deforestación en Colombia, estimulando la acción de las
comunidades locales y la sociedad civil, y reconociendo la importancia de los bosques en
la competitividad y productividad del país a la dinámica económica y de desarrollo
sostenible nacional. Como objetivo general se tiene realizar los ajustes institucionales,
normativos y financieros que doten al Estado de los instrumentos necesarios para la
gestión de los bosques y la efectiva reducción y control de la deforestación en Colombia,
y en este caso, de manera particular para la Amazonía.

En relación al Plan de Acción que deben realizar las Corporaciones de Desarrollo


Sostenible con jurisdicción en la Amazonia (CORPOAMAZONIA, CDA y
CORMACARENA), éstas elaboraron y presentaron los documentos pero por falta de
recursos económicos son muy pocas las actividades programadas que se han podido
ejecutar.

Los municipios amazónicos por su parte, hasta la fecha ninguno ha cumplido con el
mandato de la Sentencia, en el sentido de revisar los Planes de Ordenamiento Territorial
para incorporar el Plan de Acción Cero Deforestación como una estrategia para cerrar la
frontera agropecuaria, contrarrestar la deforestación y hacer frente a los efectos del
cambio climático en la Amazonia colombiana.

Al completar un año de proferirse la Sentencia de la Corte Suprema de Justicia, la


deforestación sigue avanzando en la Amazonia, en 2017 se alcanzó un área de 144.147
hectáreas y para 2018, aunque todavía no se ha publicado el reporte consolidado del
IDEAM, se considera que se va a superar la cifra del 2017, y el Plan Nacional de Desarrollo
2018-2022 fijó la meta anual de deforestación en 179.597 hectáreas (la deforestación
entre 2016 y 2017), por lo que al final del mandato del presidente Duque tendríamos unas
800 mil hectáreas más deforestadas en la Amazonia.

297
CAPÍTULO 4
PAGOS POR SERVICIOS AMBIENTALES-PSA EN LA
AMAZONIA COLOMBIANA
Los pagos por servicios ambientales - PSA son modelos de incentivos cuya finalidad es
promover la conservación de los recursos naturales que proveen beneficios directos o
indirectos a determinada población. Nacen de la necesidad de recuperar y disminuir el
deterioro de los ecosistemas y los servicios que estos generan (Díaz y Aguilar, 2018).

Los servicios ecosistémicos se clasifican en cuatro tipos: los servicios de provisión (bienes
tangibles que provienen del ecosistema, el agua, la madera, los alimentos); los servicios
de regulación que aportan a los procesos naturales (como sumideros de carbono,
regulación del ciclo hídrico); los servicios culturales (bienes intangibles relacionados a los
valores humanos como los espacios de recreación), y los servicios de base o soporte
(necesarios para la provisión de otros servicios, como el clico de nutrientes, la producción
primaria y el ciclo hídrico). Las actividades más comunes que se compensan son el
secuestro y almacenamiento de carbono, la conservación de la biodiversidad, los servicios
de regulación hidrológicos y los de belleza escénica y recreación (FAO, 2009).

Los Pagos por Servicios Ambientales - PSA, consisten en un acuerdo condicionado a


resultados con propietarios, poseedores y ocupantes de áreas estratégicas que generan
servicios ambientales, mediante el cual reciben un incentivo económico, en dinero o en
especie, que reconoce acciones de preservación y restauración de ecosistemas en sus
predios (Documento CONPES 3886, 2017). En pocas palabras, es una compensación
económica por no cortar, no talar, no quemar, no tumbar, no hacer ganadería, no plantar
cultivos, entre otros. Todo enfocado hacia la conservación de un ecosistema estratégico
para evitar su deterioro.

Según el Decreto-Ley 870 de 2017 (artículo 4), los Pagos por Servicios Ambientales son
los incentivos económicos en dinero o en especie que reconocen los interesados de los
servicios ambientales a los propietarios, poseedores u ocupantes de buena fe exenta de
culpa por las acciones de preservación y restauración en áreas y ecosistemas
estratégicos, mediante la celebración de acuerdos voluntarios entre los interesados y
beneficiarios de los servicios ambientales.

La Política de Pago por Servicios Ambientales - PSA, desarrollada por el Ministerio de


Ambiente y el Departamento Nacional de Planeación - DNP, cuyos lineamientos han sido
desarrollados en el Documento CONPES 3886 de 2017, se comenzó a implementar con
la expedición del Decreto-Ley 870 de 2017 “por el cual se establece el Pago por Servicios
Ambientales y otros incentivos a la conservación”. Con esta nueva política y el
establecimiento del Programa Nacional de Pago por Servicios Ambientales para la
Construcción de Paz se espera para el año 2030 haber “aportado a la disminución de la
deforestación y mitigación del cambio climático un millón de hectáreas conservadas y

298
restauradas vinculando a las familias en la conservación de nuestros bosques, nuestros
ríos y nuestros ecosistemas estratégicos, mejorando sus ingresos y contribuyendo a la
construcción de paz” (Cote, 2017).

El Decreto-Ley establece que el PSA se aplicará priorizando los propietarios de predios


pequeños y medianos basándose en el nivel de vulnerabilidad definido por el SISBEN, el
Censo Nacional Agropecuario y dando especial prelación a los pueblos indígenas y demás
grupos étnicos. Para determinar el valor del incentivo a reconocer, se estimará el costo de
oportunidad de las actividades productivas que se adelanten en las áreas estratégicas.

La región de la Amazonía jugará un papel fundamental en la implementación de los PSA.


Inicialmente se tendrán en cuenta entre otros: los territorios donde se ejecutarán los
Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial - PDET, cinco proyectos piloto y la
estrategia Visión Amazonia en su totalidad.

En el territorio Amazónico se identifican once Áreas Protegidas del Sistema Nacional de


Parques Nacionales Naturales en traslape con territorios indígenas. De estas once áreas
protegidas únicamente dos cuentan con Regímenes Especiales de Manejo - REM, el
Parque Nacional Natural Yagojé Apaporis y el Parque Nacional Natural Cahuinari (Aguilar
Herrera, 2018).

Mapa 35. Amazonia colombiana en traslape

FUENTE: Aguilar Herrera, 2018


El traslape puede ser beneficioso para la comunidad, por un lado, porque las áreas
protegidas también son un medio para guardar la cultura de las personas que viven

299
cerca o allí mismo porque son áreas muy restrictivas que en la mayoría de los casos no
permiten la entrada de nuevos habitantes, de concesiones mineras o de infraestructura.

Según el Decreto 1007 de 2018, los proyectos de pago por servicios ambientales se
focalizarán en las áreas y ecosistemas estratégicos identificados en el Registro Único de
Ecosistemas y Áreas Ambientales - REAA o en el Registro Único Nacional de Áreas
Protegidas - RUNAP, sin perjuicio de poder implementar el incentivo en cualquier parte
del territorio nacional. En estas áreas y ecosistemas estratégicos, para efectos de la
aplicación del incentivo se atenderán de manera predominante aquellas que cumplan una
de las siguientes condiciones: a) Áreas o ecosistemas estratégicos con riesgo de
degradación de la cobertura natural especialmente por expansión de la frontera
agropecuaria, con énfasis en aquellas que se localicen en municipios priorizados para el
posconflicto, y b) Áreas o ecosistemas estratégicos degradados y en conflicto del uso del
suelo, con énfasis en aquellas q\Je se localicen en municipios priorizados para el
posconflicto.

Dada la alta deforestación que viene padeciendo la Amazonia colombiana, los PSA
constituyen una estrategia fundamental para su reducción y hacer frente a los retos del
cambio climático.

300
CAPÍTULO 5
EL CORREDOR AAA (TRIPLE A): EL SALVAVIDAS DE LA
AMAZONIA
Según la Fundación Ecociencia (2018), el Corredor Andes-Amazonia-Atlántico – AAA
(triple A) es una iniciativa macro-regional que busca ser una respuesta concreta de los
países de la cuenca amazónica frente al cambio climático. La iniciativa contribuye a
reestablecer y mantener la conectividad ecosistémica de la región al norte del río
Amazonas, salvaguardar la diversidad cultural y biológica e incentivar modelos sostenibles
de desarrollo, con el fin de garantizar los servicios ecosistémicos de la Amazonia, los
cuales son indispensables para el bienestar de las comunidades locales, regionales, así
como para la resiliencia del planeta.

Mapa 36. Propuesta de corredor AAA

FUENTE: Fundación Ecociencia, 2018

El Corredor AAA o triple propone consolidar el trabajo continuo de tres décadas en la


región, llevado a cabo por gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y pueblos
indígenas, quienes han diseñado e implementado proyectos, políticas y modelos de
conservación para velar por la integridad de esta región, como la declaración de áreas
protegidas y territorios indígenas. Hoy es posible articular estos procesos para consolidar

301
una visión hacia el futuro que dé respuestas tanto a las necesidades locales, como a la
urgencia planetaria de buscar alternativas ante el cambio climático.

El área propuesta para el Corredor Andes-Amazonia-Atlántico está ubicada en la región


al norte del río Amazonas, incluyendo partes de las amazonias de Colombia, Brasil,
Ecuador, Perú, Guyana Francesa, Guyana, Surinam y Venezuela con una extensión
aproximada de 265 millones de hectáreas de las cuales el 80% (180 millones de
hectáreas) conforma un continuo de conservación de diversidad biológica y salvaguarda
de la diversidad cultural compuesto por un total de 222 Áreas Naturales Protegidas de uso
directo e indirecto y 2.003 Territorios indígenas que conectan la Amazonia con los
ecosistemas de los Andes y el Océano Atlántico. Además de las Áreas Naturales
Protegidas y Territorios indígenas, el Corredor AAA también incluye áreas sin categorías
de protección específica y alrededor de 440 centros rurales y urbanos (ver mapa).

Esta iniciativa ofrece un marco para contribuir al cumplimento de los Objetivos de


Desarrollo Sostenible (ODS)/Agenda 2030, el Convenio Marco de ONU sobre Cambio
Climático, el Convenio sobre Diversidad Biológica y las metas Aichi, y los compromisos
derivados del Acuerdo de Paris por el Clima.

Objetivo general del proyecto: contribuir a una conectividad socio-ambiental Andes-


Amazonas-Atlántico que brinda servicios ecosistémicos y salvaguarda la diversidad
cultural y biológica a través de la articulación entre actores gubernamentales y de la
sociedad civil que lidera nuevos modelos de bienestar para la región Amazónica y el
mundo.

Objetivos específicos. Lo que se pretende específicamente es:

 Promover estrategias para valorar y asegurar los servicios ecosistémicos.


 Fortalecer la gobernanza y gestión territorial sostenible, incluyendo áreas urbanas, y
el bienestar social a partir de las características culturales y ambientales de la región.
 Incentivar y visibilizar iniciativas innovadoras para enfrentar el Cambio Climático y
aportar a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que incluyen la revitalización
de conocimientos ancestrales.
 Generar cooperación entre los gobiernos locales, regionales y nacionales, pueblos
indígenas y comunidades locales, sector privado, sociedad civil y organizaciones de
base.

La iniciativa, impulsada por 400 pueblos indígenas de ocho países que integran la
Amazonía (Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam, Guyana Francesa, Brasil, Ecuador y
Perú, además del apoyo de comunidades indígenas de Bolivia), busca proteger 265
millones de kilómetros cuadrados de selva amazónica. Un territorio de gran importancia,
pues en este lugar se “procesa” el agua del continente, gracias a los 200 billones de
toneladas que viajan desde el Océano Atlántico y son absorbidas por la flora amazónica.

302
Este “motor” de vida está en constante amenaza por las trasnacionales, prueba de ellos
son las 73 hidroeléctricas construidas en territorios indígenas y 62 en áreas protegidas de
la Amazonía. Por si fuera poco, 35 millones de hectáreas en territorios indignas fueron
concedidas para la minería, de las cuales 20 están en protección, de acuerdo con la Red
Amazónica de Información Ambiental.

303
CAPÍTULO 6
REGIÓN ADMINISTRATIVA Y DE PLANIFICACIÓN – RAP
AMAZONIA
Las Regiones Administrativas y de Planificación – RAP, son un esquema asociativo entre
dos o más departamentos que está orientado al desarrollo regional, la inversión y la
competitividad. De acuerdo con la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial (Ley 1454 de
2011), tienen personería jurídica, autonomía financiera y patrimonio propio.

Según el Artículo 30 de la Ley 1454 de 2011 y de conformidad con lo previsto en la


constitución, las RAP son creadas a partir de la autorización de las asambleas
departamentales y de la Comisión de Ordenamiento Territorial del Senado, “previa
autorización de sus respectivas asambleas, y previo concepto de la Comisión de
Ordenamiento Territorial de Senado, los gobernadores de dos o más departamentos
podrán constituir mediante convenio la región administrativa y de planificación que
consideren necesaria para promover el desarrollo económico de sus territorios y el
mejoramiento social de sus habitantes”, señala la norma.

Un elemento clave es que entre los departamentos que conformen las regiones debe
haber continuidad geográfica.

Actualmente, existen en Colombia cuatro RAP constituidas y una está en camino de


hacerlo: RAPE Central (creada en 2014 y conformada por Bogotá, Boyacá,
Cundinamarca, Meta y Tolima), RAP Pacífico (conformada en 2016 por los departamentos
de Cauca, Chocó, Nariño, Valle del Cauca), RAP Región Caribe (creada en 2017 por los
departamentos de Atlántico, Bolívar, Córdoba, Magdalena, Cesar y Sucre) y RAP Eje
Cafetero (conformada en 2018 por los departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío).

Los departamentos de la Amazonia colombiana están articulando esfuerzos para la


creación de una Región Administrativa y de Planificación – RAP, capaz de potenciar su
desarrollo económico y social. Amazonas, Caquetá, Guaviare, Guainía, Putumayo y
Vaupés, más el departamento del Huila, quieren emular los esfuerzos que recientemente
les permitieron a las entidades territoriales del Caribe y del Eje Cafetero sacar adelante
proyectos similares.

La unión de la Amazonia dará lugar al surgimiento de un nuevo poder regional con


vigorosa interlocución ante el gobierno nacional. Permitirá también que la Amazonia
colombiana tenga también mayor proyección internacional, de manera similar a como lo
han conseguido Brasil y Perú, sus socios naturales en la región.

Con la aprobación de la “Ley de Regiones” por el Congreso de la República que busca


concretar la autonomía territorial para la planeación y ejecución de proyectos

304
interterritoriales (hasta la fecha solo falta la sanción presidencial), se fortalecen las RAP y
los mecanismos para su creación.

La ley también establece las condiciones para que las RAP se conviertan en Regiones de
Entidad Territorial - RET, entidades que ayudarían a reducir la brecha del desarrollo social
con el interior del país, con el fin de alcanzar índices de equidad fomentando el proceso
de competitividad desde las regiones.

La conformación de la RAP Amazonia permitirá generar recursos propios mayores a los


que se perciben en la actualidad y que de esta manera dejen de depender de los recursos
de la Nación, se tendrá mayor autonomía, y se fortalecerá el ordenamiento territorial
regional.

Según el Acuerdo de Voluntades firmado por los gobernadores de los departamentos


amazónicos, el objetivo de la RAP Amazonia es la “construcción del modelo de desarrollo
sostenible, competitivo y en paz para la región amazónica”.

La RAP Amazonia tendrá las siguientes líneas estratégicas de planificación y gestión de


impacto regional:

 Inclusión social, cultural, patrimonial y educativa para la paz.


 Sostenibilidad ambiental y oferta de servicios ecosistémicos.
 Ordenamiento territorial y competitividad de la región amazónica.
 Infraestructura y servicios para la productividad urbana y rural de la región.
 Gobernanza y buen gobierno.

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