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Facultad de Ingeniería

Escuela de Ingeniería Agroindustrial

SESION 5: RESIDUOS AGRICOLAS Y RESIDUOS AGROINDUSTRIALES DE ORIGEN


AGRICOLA
INTRODUCCION
Un plan de gestión de residuos agrícolas en las empresas agroindustriales debe tener como objetivo
convertir los residuos en recursos. Para ello se deben realizar acciones en tres ámbitos: a) Reducción del
residuo en origen; b) Aplicación de tratamientos con el fin de conseguir un nivel de calidad acorde con el
destino final; y c) Planificación y control del destino y uso del producto.
Estos planes de gestión residuos agrícolas deben establecerse, siempre que sea posible, con la finalidad
de obtener un producto de calidad que pueda ser aplicado al suelo como enmienda o abono orgánico o
que sea adecuado para la formulación de sustratos de cultivo (valorización agronómica). Cuando esta valorización
no sea posible se planificará la viabilidad de su valorización energética (combustión/gasificación). Si
ninguna de las anteriores resulta viable se procederá a programar su aislamiento final en vertederos controlados.
En el caso de los residuos agrícolas, la valorización agronómica debe ser el objetivo prioritario, siempre y
cuando se realicen los tratamientos necesarios para garantizar la calidad del producto y se programen y
controlen los planes de aplicación a suelos y cultivos.
El destino anteriormente priorizado para los residuos agrícolas responde a criterios ecológicos evidentes.
En los ecosistemas naturales los residuos procedentes de la vegetación herbácea, arbustiva, trepadora y
arbórea, así como los generados por la fauna, se depositan sobre el suelo iniciándose el ciclo de
descomposición-humificación-mineralización del humus característico de la evolución de la materia
orgánica del suelo. El ciclo de la materia en los ecosistemas maduros tiende a ser cerrado y la tasa de
actividad y metabolismo del suelo se establece en función de numerosos factores, entre los cuales
destacan la pluviometría, la temperatura, el contenido en oxígeno, la composición mineralógica del suelo
y la naturaleza del humus formado.
En los sistemas agrícolas el ciclo de la materia se ve fuertemente alterado por las exportaciones
realizadas por la biomasa de la cosecha, por lo que es necesario restituir al suelo los nutrientes minerales
mediante técnicas de fertilización orgánica y/o mineral. Con el fin de minimizar la pérdida de fertilidad del
suelo, la biomasa vegetal restante (residuos) debe ser devuelta directa o indirectamente al suelo
mediante la aplicación de aquellos tratamientos que faciliten su integración a la dinámica edáfica. De esta
forma la materia orgánica se pone a disposición de la microfauna del suelo y de la microflora de descomposición y
de humificación que llevarán a cabo los procesos de mineralización primaria y formación de humus estable.

1. RESIDUOS AGRÍCOLAS.
En el contexto de la producción vegetal el concepto estricto de residuo agrícola se aplica, bajo
denominación de residuos de cosecha, a la fracción o fracciones de un cultivo que no constituyen la
cosecha propiamente dicha y a aquella parte de la cosecha que no cumple con los requisitos de calidad
mínima para ser comercializada como tal. De forma similar, los restos de poda de los cultivos leñosos
deben ser considerados asimismo residuos agrícolas estrictos.
Estos materiales presentan un contenido hídrico muy variable (según el desarrollo ontogénico del cultivo en la
época de recolección), elevado contenido en materia orgánica, fracción mineral variable en concentración
total y equilibrio (según el órgano o fracción de que se trate) y relación C/N generalmente alta, aunque con notables
diferencias según la naturaleza y composición del residuo. La biodegradabilidad de estos materiales es función del
contenido relativo en biomoléculas fácilmente degradables (azúcares solubles y de bajo peso molecular,
hemicelulosa y celulosa) y en componentes de lenta degradación (ceras, ligninas y otros polifenoles).
Los residuos de cosecha pueden presentar un mal estado fitosanitario como resultado de la incidencia de
plagas y enfermedades en el cultivo de procedencia (insectos, ácaros, nematodos, hongos, bacterias,
virus, etc.), que deben ser tenidos en cuenta en el momento de considerar su posible tratamiento y
gestión ulterior. Asimismo, debe señalarse que los residuos de cosecha pueden presentar contenidos
variables de las materias activas utilizadas en los tratamientos fitosanitarios del cultivo. Estos residuos
pueden llegar a ser altamente problemáticos, especialmente en los cultivos sometidos a tratamientos
intensivos, cuando han aplicado materias activas de lenta degradación y alta permanencia en las
condiciones edáfoclimáticas existentes.
En un contexto más amplio pueden considerarse también como residuos agrícolas los subproductos de
origen vegetal generados por las industrias de transformación agrícolas y algunos residuos agrícolas
específicos (como por ejemplo el compost del cultivo del champiñón una vez utilizado). Por extrapolación
en el contexto anterior también podrían ser considerados en este apartado los materiales de desecho en
los cultivos protegidos (sustratos ya utilizados, plásticos de cubierta y acolchados, tuberías de riego,
etc.), aunque por sus peculiares características no van a ser tratados.

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1.1. Procedencia y Potencialidad de los Residuos Agrícolas.


El sector agropecuario es la actividad de mayor contribución al VAB regional (19,5%) y la región se
caracteriza por su aporte de 10,7% al sector a nivel nacional, ocupando el segundo lugar, después
de Lima (20,5%). Su estructura se viene diversificando en los últimos años a favor de los productos
agroindustriales. En la costa, destacan los cultivos de caña de azúcar, arroz, maíz amarillo duro,
espárragos, alcachofas, etc. cuyo destino es la agroindustria para el mercado interno y externo; en
cambio, en la sierra se continúa con la siembra de cultivos que se orientan básicamente al
autoconsumo (trigo, cebada, etc.) a excepción de la papa, cuya producción va al mercado nacional.
La Libertad cuenta con 454 mil hectáreas para uso agrícola, de los cuales, sólo el 51,4% se
encuentran cultivadas. La agricultura moderna se desarrolla en la costa en un área total de uso
agrícola de 173,3 mil hectáreas, principalmente en los valles de Jequetepeque, Chicama, Moche y
Virú. La vocación agrícola de la región se sustenta en las características climáticas de régimen
térmico regular y estable, la disponibilidad de suelos aptos para la agricultura y sobre todo, la
existencia de riego regulado en cuatro de los cinco valles costeros. Vale indicar que el desarrollo de
la agricultura está condicionada básicamente a la disponibilidad de agua, que por su estacionalidad
(enero-abril) reduce las posibilidades de expansión del sector, además que la torna excesivamente
vulnerable por la presencia de sequías e inundaciones. Esta vulnerabilidad ha sido enfrentada con la
ejecución de los proyectos de irrigación de Jequetepeque-Zaña y Chavimochic.
Jequetepeque en su primera etapa tiene un reservorio (Gallito Ciego) con una capacidad de almacenamiento
de 400 millones de m3. Chavimochic permite captar del río Santa un caudal de 105 m3/s que en sus
tres etapas expandirá la superficie agrícola en 73,2 mil hectáreas nuevas y mejorará el riego de 108,4 mil
hectáreas. A la fecha se encuentra culminada la primera (Chao-Virú) y segunda etapa (Virú-Moche)
y se han transferido al sector privado, a través de subastas públicas, alrededor de 50 mil hectáreas.
1.1.1. Producción de los Principales Agrícolas.
Los principales cultivos de la Región La Libertad son caña de azúcar, arroz, maíz amarillo duro
y espárrago, en la costa, mientras que en la sierra destacan papa, trigo y cebada.
Cuadro 5.1: Producción de los principales productos agrícolas (Tm).
Cultivos 2008 2009 Variación (%)
Agroexportación y agroindustria 3.0
Caña de azúcar 4 345 865 4 807 415 10.6
Espárrago 164 587 166 431 1.1
Maíz amarillo duro 253 354 211 319 -16.6
Palto 25 983 29 380 13.1
Uva 41 285 43 450 5.2
Alcachofa 16 587 13 562 -18.2
Páprika 3 081 4 880 58.4
Mercado interno 4.4
Alfalfa 161 337 178 040 10.4
Arroz 293 356 338 578 15.4
Cebada 43 195 51 554 19.4
Maíz amiláceo 20 487 20 482 0.0
Papa 329 287 328 124 -0.4
Trigo 51 916 60 589 16.7
Fuente: BCRP, sucursal Trujillo.
La Libertad destacó en el 2007 por ser el primer productor a nivel nacional de espárragos
(52,1%), caña de azúcar (45,6%), maíz amarillo duro (20,8%), trigo (24,9%), cebada (22%)
y marigold (67,5%). Asimismo, es el segundo productor de lenteja (43,2%) y arveja grano (21,6%); el
tercer productor de alcachofas (19,1%) y papa (9,9%); y el cuarto productor de arroz (11,6%).

a.- Caña de Azúcar. Es el principal soporte de la agricultura, no solamente por insumir una
porción importante de los recursos tierra y agua, sino principalmente por el hecho de
sustentar el 23,5% del VBP agrícola en 2007. El cultivo se encuentra localizado

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principalmente en los valles de Chicama y Santa. Catalina, participando en la producción


nacional en el 2007 con el 45,6% al producir 3,7 millones de TM con una superficie de
29,1 mil has. Su importancia económica es variada, pues además del azúcar, que es el
producto principal, el bagazo y la melaza son subproductos que proporcionan materia prima
a diversas industrias, como también contribuyen a la alimentación de especies pecuarias.
b.- Espárrago. El cultivo del espárrago se encuentra instalado principalmente en los valles de
Virú y Chao, habiéndose extendido en los últimos años a los valles de Santa Catalina y
Chicama, como respuesta a una creciente demanda externa y, de otro lado, por las
ventajas comparativas de la Región, reflejadas en suelo y clima apropiado, que le permite
obtener dos cosechas al año. La producción se ha incrementado significativamente al pasar de 53,5
mil Tm promedio anual (1990-97) a 147,6 mil Tm, en el 2007 cosechándose en una superficie de
11,6 mil hectáreas. Cabe señalar, que La Libertad aporta el 52% de la producción nacional.

c.- Arroz. Es otro cultivo cuya importancia se sustenta en la formación del VBP agrícola
regional (13,5%) y por ser el segundo cultivo en extensión (30 mil has), después de la
caña de azúcar. Su desarrollo se localiza, principalmente, en el valle de Jequetepeque, que
cuenta con riego regulado, desde 1988, proveniente de la represa de Gallito Ciego. En el
2007, el rendimiento promedio por hectárea (9,5 TM/ha.) fue mayor al promedio nacional
(7,2 TM/ha.), contribuyendo con más del 11,6% a la producción nacional de arroz, al
producir 285,7 mil TM en una superficie de 29,9 mil has.
c.- Papa. Se cultiva principalmente en la sierra del departamento, con rendimientos que
bordean los 14,3 TM/Ha, superando al promedio nacional (12,6 TM/Ha.) La región en 2007
fue el tercer productor de papa (9,9%) al producir 335 mil TM, en 23,4 mil has.
d.- Maíz amarillo duro. El cultivo se localiza preferentemente en los valles de Chicama,
Jequetepeque y Virú, y ha ido tomando auge desde mediados de la década de los 70, a
raíz de la expansión de la avicultura y el desarrollo de la industria de alimentos
balanceados. Cabe señalar que La Libertad participó en el 2007 con el 20,8% de la
producción nacional, produciendo 232,6 mil TM en una superficie de 29,1 mil has.
Figura 5.1: Participación en el VBP agrícola. 2009.

Fuente: BCRP, sucursal Trujillo.


1.2. Características y Usos de los Principales Residuos Agrícolas.
1.2.1. Residuos de cereales.
El principal residuo del cultivo de los cereales es la paja y los rastrojos, que presentan baja
humedad, alto contenido en celulosa y alrededor de un 10% de lignina. La relación C/N es
muy elevada, entre 80 y 100. La mayor parte de la paja producida se destina a la ganadería,
donde se utiliza para la alimentación o como lecho. Antes de establecerse las medidas
contraincendios en los ámbitos rurales, la quema de la paja junto con los rastrojos en el
campo era un procedimiento bastante frecuente en el campo. Aunque con poca frecuencia,
lamentablemente, la paja, tras su acondicionamiento físico, es incorporada al suelo con los rastrojos.
Otros posibles usos de la paja, aunque minoritarios son los siguientes: obtención de papel
paja, obtención de glucosa y furfural, componente en la fabricación de tableros, aislante y
material de relleno en materiales de construcción, cultivo del champiñón, empleo como
combustible, obtención de estiércol artificial, agente de aireación y/o fuente de carbono para
el compostaje de residuos pastosos o excesivamente ricos en nitrógeno.

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La quema de rastrojos y de paja es una actividad poco defendible desde la óptica técnico-
científica pero ha sido bastante usual en el campo. Como aspectos favorables de la quema se
han citado los siguientes: destrucción de propágulos de malas hierbas, reducción de parásitos
y patógenos, restitución de minerales al suelo, eliminación rápida del residuo, etc.
La incorporación al suelo o enterrado de pajas comporta un aporte importante de materia
orgánica al suelo y su posterior humificación, mejorando el balance de humus tal y como se
ha comentado anteriormente, con los numerosos efectos positivos que ello conlleva, y recicla
de forma natural los nutrientes asimilados por los cultivos. Antes de su incorporación al suelo
la paja debe ser picada o troceada mecánicamente, con lo que se favorecerá su posterior
ataque microbiano y se facilitaran las labores del siguiente cultivo. La incorporación al suelo,
para su compostaje en el suelo debe ser superficial. Dada la alta relación C/N de la paja, el
enterrado conlleva inmovilización del nitrógeno del suelo, fenómeno que puede provocar
“hambre de nitrógeno” en el siguiente cultivo, como se ha comentado anteriormente. Este
efecto negativo puede evitarse fácilmente aportando nitrógeno (de 6 a 12 Kg por Tm de paja)
a la paja en el momento de enterrarla. Los purines pueden ser un material muy interesante
para esta finalidad, puesto que además de nitrógeno y otros nutrientes incorpora agua al suelo
aumentando la humedad del residuo y del suelo y facilitando la descomposición de la paja.
1.2.2. Residuos de vegetales verdes.
Se trata de residuos de cultivos que se cosechan antes de la senescencia vegetal. Por este
motivo los residuos presentan alto contenido en humedad y generalmente son fácilmente degradables.
Comprende, entre otros, los residuos de los cultivos forrajeros y raíces o tubérculos extensivos
y los que provienen de la mayoría de los cultivos hortícolas comestibles y de las producciones de
flor cortada. La mayoría de los residuos forrajeros recolectables se reciclan para la alimentación del
ganado por lo que en la práctica no constituyen un residuo propiamente dicho.
Los residuos de la horticultura comestible pueden ser incorporados en el suelo para facilitar su
posterior descomposición si existe tiempo suficiente antes de iniciar el próximo cultivo. El
elevado contenido hídrico de estos residuos y su baja relación C/N (15 a 30) promueve una
descomposición bastante rápida y, generalmente, su incorporación al suelo no conlleva el
riesgo de “hambre de nitrógeno” en el siguiente cultivo.
En las explotaciones muy intensivas, y especialmente en cultivo protegido, los residuos de la
cosecha de la horticultura comestible y también de la floricultura deben ser retirados del suelo
o de los sustratos de cultivo antes de iniciar el cultivo siguiente, al no existir tiempo suficiente
y/o para evitar los riesgos fitosanitarios. En estos casos los residuos vegetales se amontonan
al aire libre para facilitar su desecación, disminuyendo así su volumen. Posteriormente estos
residuos pueden tener cuatro destinos principales: transporte e incorporación al suelo de otras
fincas menos intensivas; quema “in situ”; deposición en vertederos; o traslado a plantas de
compostaje para la fabricación de compost. Este último destino se muestra de especial interés
puesto que permite una importante reducción del volumen (minimización del residuo) y su
valorización mediante la estabilización de su la materia orgánica y la higienización del
producto, eliminando o disminuyendo drásticamente la posible existencia de patógenos y
parásitos en el residuo inicial. El compost obtenido puede ser utilizado para su aplicación al suelo como
enmienda o abono orgánicos o como sustrato o componente de un sustrato en cultivo sin suelo.
1.2.3. Residuos de frutales y poda de viña.
Los sarmientos y la madera proveniente de la poda de la vid y de los árboles frutales
presentan un contenido medio-bajo de humedad y un alto contenido en celulosa y lignina. La
relación C/N de estos materiales es muy elevada, entre 150 y 250.
La mayor parte de estos residuos se quema en la propia explotación tras ser retirados del
campo y en mucha menor proporción se utiliza como combustible (troncos o ramas gruesas
de frutales) o para el asado de carne en barbacoas (sarmientos de vid). De forma alternativa,
y con mucho mayor interés, estos materiales pueden ser aplicados al suelo para su posterior
descomposición y humificación. Esta alternativa, que hace unos años era muy poco frecuente,
se va implantando lentamente en la arboricultura española. La aplicación al suelo exige un
tratamiento mecánico previo de troceado o picado y, si se considera necesario, de desfibrado.
Este último tratamiento es especialmente interesante en troncos y ramas de mediano y gran
calibre. Atendiendo a la elevada relación C/N de estos residuos es preciso aportar una fuente
nitrogenada, ya sea de naturaleza orgánica (estiércol, abonos orgánicos, purines, abonado en

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verde) o inorgánica (abonos amoniacales o ureicos), que aceleren su descomposición. El residuo


triturado puede dejarse sobre el suelo, a modo de acolchado orgánico de lenta descomposición, o
proceder a su incorporación superficial en el suelo, mediante la realización la labor adecuada.
1.3. Tratamientos Mecánicos para los Residuos Agrícolas.
La aplicación al suelo de las pajas y otros residuos equivalentes de los cereales requiere trituración o
picado y incorporación superficial. Estas dos operaciones se pueden realizar de forma separada o
conjunta según disponibilidad de maquinaria y características del residuo.
La rotura de la paja se realiza generalmente en el momento de la cosecha, incorporando un
dispositivo picador a la cosechadora. De esta forma la paja picada queda sobre el suelo a medida
que avanza la cosechadora. Posteriormente se debe realizar una labor de incorporación superficial
mediante pasa de grada de discos o labor de chisel. Una única labor de grada de discos (utilizando
discos escotados) permite la rotura e incorporación de la paja en una sola labor.
La aplicación de residuos tales como los procedentes del maíz, girasol, colza, etc. se realiza
generalmente utilizando gradas rotativas de eje vertical las cuales, aprovechando el movimiento
transmitido por la toma de fuerza, rompen e incorporan en una sola labor el residuo, garantizando
un buen contacto con el suelo. Este mismo tratamiento es adecuado para los residuos hortícolas.
Los restos de poda requieren siempre un tratamiento de fragmentación o rotura. Para esta labor se
suele utilizar trituradora de restos de poda, de funcionamiento similar a una desbrozadora de
martillos o mayales pesada, de reciente aparición en el mercado y muy bien adaptada para la zona
olivarera del sur de España. Acoplada al tractor, el tamaño y el diámetro medio del producto
obtenido es función de la velocidad de avance y del régimen de giro de los martillos. El producto
resultante queda en el centro de la calle y puede ser posteriormente incorporado al suelo con grada
rotativa de eje vertical o, más frecuentemente, dejado en superficie como acolchado orgánico.

2. RESIDUOS AGROINDUSTRIALES DE ORIGEN AGRICOLA.


Existen una gran cantidad de industrias de transformación agrícola que generan residuos derivados de su
proceso productivo, procedentes del producto inicial de transformación y que, en bastantes casos, incluye
productos utilizados en la transformación. Los Residuos agroindustriales orgánicos son todos aquellos
sobrantes provenientes de la industrialización de cultivos como: cogollo, bagazo, bagacillo sobrante de la
caña de azúcar; tallo o cana sobrante de la cosecha del maíz; harina de arroz sobrante de molinería;
redrojo de papa sobrante de la selección en la cosecha; hojas de alcachofa sobrante del deshoje antes de
cosechar; cascaras y semillas sobrantes del proceso de industrialización de la pulpa de las frutas.
2.1. Procedencia y Potencialidad de los Residuos Agroindustriales.
El sector manufacturero es la segunda actividad en importancia con una contribución de 19,4%, en
el 2007; sin embargo, cabe indicar que en la década del ochenta su participación fue mayor
(32,4%). La región, es la tercera en cuanto a contribución al VAB manufacturero a nivel nacional,
después de Lima (56,5%) y Arequipa (6,9%), al aportar con 5,4%. La casi totalidad de las empresas
manufactureras se ubican en la costa, por razones de infraestructura y mercado. Si bien el sector
muestra cierta diversificación, desde bienes de consumo hasta bienes de capital, destaca la
agroindustria, particularmente la fabricación de azúcar, envasado de hortalizas y la molienda de
granos. En esta última se encuentran los molinos de arroz, trigo y maíz. De las unidades industriales
registradas en el Ministerio de Industrias, el 95% son pequeñas empresas. Si a esto se adiciona la
pequeña y microempresa informal, particularmente de cuero y calzado que se ha desarrollado de
manera importante en La Libertad, la pequeña y microempresa es la predominante en el sector.
Cabe destacar, que La Libertad en el 2007 fue el primer productor a nivel nacional de azúcar
(47,6%), tercer productor de cemento (19,6%) y harina de pescado (13,8%). En el lapso anual, de
enero a diciembre de 2009, la manufactura acumuló una caída de 4,5%, por el descenso habido,
tanto en la industria no primaria (5,4%), como primaria (2,4%).
Cuadro 5.2: Producción manufacturera. Variación porcentual.
Sub-sector 2008 2009
Manufactura primaria 4.4 -2.4
Manufactura no primaria 9.1 -5.4
Total sector 7.7 -4.5

Fuente: BCRP, sucursal Trujillo.


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Durante el 2009, la industria primaria declinó 2,4%, respecto al 2008, por la menor producción de
harina y aceite de pescado (49,7%) y productos cárnicos (14,3%). Atenuó la caída, la mayor
producción de azúcar (6,8%).
Cuadro 5.3: Producción Manufactura primaria (Indice de volumen físico: 1994=100).
CIIU - Ramas de actividad 2008 2009 Variación (%)
Productos cárnicos 202.4 177.1 -14.3
Harina y aceite de pescado 262.5 175.3 -49.7
Azúcar 251.9 270.2 6.8

Fuente: Gerencia Regional de Agricultura, Ministerio de la Producción y Empresas.


Elaboración: BCRP, Sucursal Trujillo. Departamento de Estudios Económicos.
En el transcurso de enero a diciembre del 2009, el subsector no primario acumuló una caída anual
de 5,4%, ante la menor producción de carrocerías (100%), cerveza (20,7%), conservas de
hortalizas (19,8%), galletas (12,0%), hilados de algodón (12,0%), sacos de polipropileno (11,9%),
tableros aglomerados (3,5%), curtido y adobo de cueros (1,9%).
Cuadro 5.4: Producción Manufactura no primaria (Indice de volumen físico: 1994=100).
CIIU - Ramas de actividad 2008 2009 Variación (%)
Alimentos y bebidas
Conservas de hortalizas 779.2 650.3 -19.8
Harina de trigo 127.7 140.9 9.4
Alimentos para animales 513.6 528.2 2.8
Galleta 239.7 214.1 -12.0
Cerveza 231.7 191.9 -20.7
Bebidas gaseosas 446.9 500.7 10.7
Fabricación de productos textiles
Hilados de algodón 88.9 79.4 -12.0
Curtido de cueros de calzado 74.8 73.4 -1.9
Productos de madera y otros
Tableros aglomerados 296.6 286.5 -3.5
Papel y productos de papel
Papel y cartón 154 178 13.5

2.2. Agroindustria del Arroz.


El residuo básico de esta industria es la cascarilla
de arroz, que puede ser utilizada como
combustible o como sustrato de cultivo, sola o
mezclada con otros sustratos. Para este uso, y
para evitar su posible fitotoxicidad, es conveniente
que se haya sometido a un proceso previo de
descomposición o de tostación en horno.
De una tonelada de arroz cáscara se obtiene 700
kilogramos de arroz, 200 kilogramos de cáscara y
100 kilogramos de afrechillo ò polvillo. El uso del
afrechillo genera importantes volúmenes de aceite
de arroz, el que, por precio y calidad, tiene
mercados en el exterior. La cáscara de arroz tiene
muchos usos: En lechos, en criaderos de aves y de
cerdos. En la fabricación de ladrillos. Complemento
energético en la producción del clinker de cemento
pórtland. Combustible con fines industriales.

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Combustión en hornos para el secado de arroz y para la producción de vapor en el proceso del
parboilizado de arroz.
En el caso de la industria arrocera, el procesamiento industrial consiste básicamente en su secado
y posterior molinado. Los gastos energéticos para procesar una tonelada de arroz son de 34 kWh
en el molinado y 20 kWh y 14 kg de fuel oíl en el proceso de secado. A la vez se producen 0,22 t
de cáscara de arroz que son equivalentes a 73 kg de combustible equivalente. Se elaboró un
proyecto que consiste en satisfacer estas demandas energéticas utilizando como fuente de energía
la cáscara de arroz, que permita aprovechar las cenizas de su combustión. La eliminación del
consumo del fuel oíl en el secado se realiza por medio de un horno en lecho fluidizado. Este horno
es diseñado a partir de resultados obtenidos a nivel de planta piloto en el país y alcanza una
eficiencia de la combustión de un 95%. En el calentamiento del aire para el secado se asume una
eficiencia térmica del 80%. En este proceso se utilizaría el 22% de la cáscara de arroz producida.
La producción de electricidad se realiza utilizando un gasogenerador en lecho fluidizado integrado
a un motor de combustión interna. Considerando una eficiencia en la generación de electricidad del
20%, se requeriría el 13% de la cáscara de arroz producida para la producción de la electricidad
consumida en el secado y el 23% en el molinado. Las evaluaciones realizadas en el proyecto
indican que sólo es necesario el 58% de la cáscara de arroz producida para generar toda la energía
térmica y eléctrica consumida en el procesamiento industrial.
Un producto de no menos importancia que se ha evaluado es la ceniza de la cáscara de arroz, la
que se caracteriza por tener más de un 90% de óxido de sílice en su composición. Las principales
aplicaciones determinadas en el proyecto para este producto son: su uso, aprovechando sus
propiedades puzolánicas, como aditivo en la preparación de hormigones llegando a poder sustituir
hasta un 40% del cemento en determinados casos y la producción de un material aislante
resistente de bajo peso que trabaja hasta temperaturas de 900°C. La importancia de este producto
se refleja en que la evaluación económica del proyecto de la planta térmica de 2,5 MW de
Chakkaraj, Tailandia, donde el 25% de las ganancias anuales serán resultado de la venta de las
cenizas de la cáscara de arroz. La implementación del proyecto se propone en un molino con
capacidad de procesamiento de 7,5 t/h de arroz y de dos secaderos con capacidad de 11,5 t/h. La
base energética en este caso consistiría de un horno de lecho fluidizado con una potencia térmica
de 1,7 MW para el calentamiento del aire que se utiliza en el secado del arroz y tres plantas
gasogenerador-grupo electrógeno de 250 kW cada una.

2.3. Agroindustria de la Molinería de Cereales.


Los principales residuos generados en la agroindustria molinera son: Harinilla de maíz, Germen de
maíz, Salvado de maíz, Salvado de trigo, Salvado de soya. Estos productos se destinan
principalmente a la alimentación animal y lecho de ganadería. En algunos casos pueden volver al
suelo como componente de abonos orgánicos e
ingredientes de compost. Asimismo se puede
utilizar en la elaboración de productos alimenticios
por su alto contenido en fibra, energía, minerales y
vitaminas.
 Productos elaborados a partir de germen de
maíz: Galletas dulces, Germen confitado,
Crocantes o turrones, Germen tostado con sal
y Germen tostado con azúcar.
 Productos elaborados a partir de la harinilla de maíz: 50% de almidones de Fécula, Alimentos
Energéticos (niños), Natillas, Atoles para desayuno y Mezclas con otros cereales.
 Productos elaborados a partir de salvado de trigo, maíz y soya: Productos con todo fibra,
Galletas dulces con fibras (ahorro 10-15% materia prima y se obtiene un producto de alto
valor nutricional), Galletas de sal con fibras (ahorro 8-12% materia prima y se obtiene un
producto de alto valor nutricional), Pan integral con fibras (ahorro 20% materia prima y se
obtiene un producto de alto valor nutricional).
 Otros desarrollos: Alimentación animal, Elaboración de tortas proteicas y Laxantes.

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Figura 5.2. Subproductos de la molinería de cereales.

2.4. Agroindustria Oleíca.


Del proceso de extracción del aceite de soja y de girasol se obtiene un residuo consistente en
restos de semillas y harinas. Estos productos se usan como abono en agricultura y en la
alimentación animal o bien son depositados en vertedero. De la extracción del aceite de oliva y
según el procedimiento utilizado se genera el orujo, el alpechín, el lodo de alpechín o el alperujo.
El orujo se ha utilizado tradicionalmente como combustible o componente de pienso para la
alimentación animal. Tras su compostaje o co-compostaje puede ser aplicado al suelo o utilizado
para la formulación de sustratos de cultivo, mezclado con materiales aireantes.
Elaboración de abonos orgánicos mediante co-compostaje con otros productos que aumenten la
porosidad y la aireación, como residuos de maíz, algodón, raspajo de uva, etc.
2.5. Agroindustria de Frutas y Vegetales.
Las industrias de conservas, congelación y cuarta gama de hortalizas generan un conjunto de
residuos de alta degradabilidad y ricos en nutrientes. Estos materiales tras su compostaje pueden
ser utilizados en la fabricación de abonos orgánicos, de enmiendas orgánicas y para formular sustratos.
 Elaboración de un enturbiante en polvo: Desarrollo de tecnología para el recobrado y
procesamiento de hollejos y cortezas cítricas, a fin de elaborar, mediante un método
enzimático, un enturbiante en polvo que proporciona turbidez natural en las bebidas no
alcohólicas a base de zumos cítricos.
 Obtención de naringina: A partir de hollejos de toronja se obtiene naringina, glucósido
cristalino que constituye el sabor amargo característico de esta fruta y que es fuente de una
sustancia de alto poder edulcorante para medicinas y alimentos de regímenes especiales,
además de su valor como agente amargante y antioxidante.
 Obtención de bromelina: A partir de residuos de piña se obtiene bromelina, enzima de acción
proteolítica semejante a la papaína, con uso amplio en la industria alimenticia (coagulación de
la leche, maduración de las carnes, etc) y en la industria farmacéutica (anticancerígeno).
 Obtención de fibra en polvo: Se obtuvo un polvo, fuente de fibra dietética total de alta
calidad, a partir de diferentes residuos de frutas cítricas, piña y mango. La fibra proveniente
de los cítricos tiene una elevada proporción de fibra dietética soluble. El Índice de oxidación
encontrado ayuda a disminuir la incidencia de enfermedades crónicas como la obesidad, la
constipación, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
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 Elaboración de un producto en polvo a partir de residuos de tomate: Desarrollo de una


tecnología para la recuperación y secado de los residuos del tomate obteniéndose un producto
en polvo con un contenido de proteínas de 13% y 11% de grasas y que además presenta una
Fibra Dietética Total (FDT) de 73%.
 Elaboración de un producto en polvo a partir de las cáscaras de fríjol de soya: Desarrollo de
una tecnología que permite obtener un producto en polvo con alto contenido de FDT (70 %)
para enriquecer panes, panqués, galletas y varios tipos de productos cárnicos.
 Elaboración de mermelada para repostería: Desarrollo de una tecnología para la elaboración
de una mermelada de excelente calidad repostera a partir de las cáscaras de mango, logrando
además dar uso a un residuo sólido pobremente valorado.
 Elaboración de harina integral de plátano: Desarrollo de una tecnología para la elaboración de
harina integral del plátano, aprovechando la cáscara con vistas a aumentar los niveles de
taninos en el alimento y por consecuencia sus posibles propiedades curativas.
2.6. Agroindustria Vitivinícola.
El sector vinícola, durante las distintas fases del proceso productivo del vino, produce
determinados residuos y por ende, un impacto en el medio ambiente. A continuación, se muestran
distintos subproductos y restos derivados de la producción del vino que corresponden a diferentes
tipos de contaminación según su naturaleza.
Cuadro 5.5. Focos y caracterización de la contaminación del vino.
Vertidos líquidos Vino, partículas de orujo, lías (levaduras y bacterias), detergentes y
desinfectantes, residuos de plaguicidas.
Residuos sólidos Envases, embalajes, orujos.
Emisiones Humos de calderas.
Olores Vertidos, orujo.
Ruidos y Vibraciones Maquinaria frigorífica, calderas, compresores, vehículos.
Contaminación térmica Condensadores frigoríficos, aguas de lavado.
Los principales residuos de las bodegas son los vertidos líquidos, dado el gran volumen de agua
que se utiliza en los procesos auxiliares a la producción del vino, como la limpieza y lavado de aparatos
(tolvas de recepción, despalilladoras, prensas, filtros y centrífugas), depósitos, conductos y suelos.
Los residuos derivados del estrujado y la fermentación, los restos de orujo, se derivan a las
alcoholeras para su posterior destilación, así como los restos líquidos generados tras la decantación
(lías). Durante los procesos de clarificación, filtrado y estabilización del vino, se obtienen una serie
de subproductos y residuos que se deben gestionar. Uno de estos subproductos es un precipitado
rico en sales tartáricas, generado durante la estabilización, que se entrega a empresas productoras
de ácido tartárico para su posterior reutilización en las bodegas para corregir la acidez de los
mostos. La gestión de estos residuos líquidos contribuye a evitar los vertidos incontrolados, ya que
constituyen una fuente de ingresos.
2.7. Cerveceras.
Los lodos procedentes de las industrias cerveceras son depositados en vertedero en su mayor
parte, aunque en algunos casos se utilizan como abono orgánico y en la alimentación animal. Los
residuos de lúpulo y malta pueden ser también compostados con otros materiales orgánicos para
ser utilizados en la formulación de sustratos.
2.8. Frutos Secos.
Los restos de cáscaras rotas, trituradas o tostadas se utilizan principalmente como combustible. Estos
materiales, previa reducción de su tamaño si este es excesivo, pueden ser compostados o co-compostados
con otros materiales orgánicos con mayor contenido en nitrógeno y más degradables. El compost
obtenido puede utilizarse como abono, enmienda orgánica o en la formulación de sustratos.
2.9. Textil.
Los residuos textiles principales proceden del algodón o lino. El subproducto del algodón consiste
en fibras cortas, semillas y restos de hoja. El residuo del lino genera el polvo de telar que se
obtiene del tallo en el proceso de fabricación de las fibras. La mayor parte de estos residuos se
destinan a vertedero o son quemados en la propia industria para la obtención de energía. Si se someten a
un proceso de compostaje, estos materiales pueden ser utilizados en la formulación de sustratos de cultivo.

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BIOMASA
INTRODUCCION.
Desde tiempos antiguos la agricultura, ha sido una fuente de residuos aprovechables. En el caso del
cultivo de productos agrícolas locales, para suplir las demandas de los consumidores de una región, los
desechos producidos se incorporan fácilmente al suelo convirtiéndose a la vez en fertilizante y mejorador
edafológico. Sin embargo, en las últimas décadas, la cosecha, el procesado, empacado, preservación y,
especialmente, la elaboración de productos cada vez más sofisticados para el mercado alimenticio,
genera tal cantidad de residuos cuyo volumen y características inhiben su incorporación al suelo sin
causar efectos en el ambiente. Por otro lado, la explotación indiscriminada de los suelos produce, en
función del tiempo, un decrecimiento progresivo de su materia orgánica y por lo tanto su consecuente
deterioro. Además, los avances tecnológicos en el campo agrícola derivan en mayores rendimientos de
los cultivos por área de sembrado, lo que produce también un incremento en la generación de este tipo
de desechos. Como contraparte positiva en relación con este aspecto, se menciona que en la agricultura
moderna, de cosecha principalmente mecánica, a diferencia de la manual, los desechos son trasladados
junto con los productos a un mismo lugar. Esto facilita su uso y su eventual transporte a centros de
procesamiento (como es el caso del acopio de productos frutícolas y hortícolas en las plantas de
elaboración de productos enlatados y conservas).
En general los residuos agrícolas incluyen tallos, hojas, ramas, paja y otros. En el caso de los productos
agrícolas procesados en forma de enlatados y congelados se tienen valores de desechos sólidos que
varían entre un 15% y un 45%. Estos residuos son producidos estacionalmente y no son de fácil
eliminación por medio de compostaje convencional. Además su uso energético por combustión directa es
poco viable, ya que el alto tenor de humedad requeriría de equipos especiales.
Algunas formas de aprovechamiento de estos residuos fueron promovidas por el sector industrial:
raciones animales, uso como combustible, empleo como abono orgánico o con fines específicos en la
búsqueda de mayores retornos económicos. Un ejemplo en los últimos años lo constituye la estrecha
vinculación entre la industria, el Estado y el sector académico en países de Iberoamérica, que ha
contribuido, mediante el establecimiento de programas, redes y proyectos, a la utilización más racional
de residuos biomásicos con fines de obtener productos con mayor valor agregado.
Para la mayoría de la población mundial, las formas más familiares de energía renovable son las que
provienen del sol y del viento. Sin embargo existen otras fuentes de biomasa, como leña, carbón de leño,
cascarilla de arroz, que proveen un alto porcentaje de la energía consumida en el mundo y tienen
potencial para suplir mayores volúmenes.
Los avances tecnológicos han permitido el desarrollo de procesos más eficientes y limpios para la
conversión de biomasa en energía; transformándola, por ejemplo, en combustibles líquidos o gaseosos,
los cuáles son más convenientes y eficientes. Así aparte de la combustión directa, se pueden distinguir
otros dos tipos de procesos: el termo-químico y el bio-químico.
Las fuentes más importantes de biomasa son los campos forestales y agrícolas pues en ellos se producen
residuos (rastrojos) que normalmente son dejados en el campo al consumirse sólo un bajo porcentaje de
ellos con fines energéticos. En la agroindustria, los procesos de secado de granos generan subproductos
que son usados para generación de calor en sistemas de combustión directa; tal es el caso del bagazo de
caña de azúcar, la cascarilla de café y la de arroz. Por otro lado, los centros urbanos generan grandes
cantidades de basura compuestas en gran parte, por materia orgánica que puede ser convertida en
energía, después de procesarla adecuadamente. En economías de orientación agrícola, como las de los
países sudamericanos, el uso apropiado de la biomasa ofrece una alternativa para reducir los costos de
operación por concepto de insumos energéticos; además, es una solución para los problemas higiénico-
ambientales que, en muchos casos, presentan los desechos orgánicos.
Las denominadas “granjas energéticas” pueden suplir un porcentaje significativo de los requerimientos
energéticos mundiales y, al mismo tiempo, revitalizar las economías rurales, proveyendo energía en
forma independiente y segura y logrando importantes beneficios ambientales. Las comunidades rurales
pueden ser, entonces, energéticamente auto suficientes en un alto grado, a partir del uso racional de los
residuos y administrando inteligentemente la biomasa disponible en la localidad.
Actualmente, los procesos modernos de conversión sólo suplen 3% del consumo de energía primaria en
países industrializados. Sin embargo, la población rural en países subdesarrollados que representa cerca
del 50% de la población mundial, aún depende de la biomasa tradicional, principalmente de leña, como
fuente de energía primaria. Esta suple, aproximadamente, 35% del consumo de energía primaria en
países subdesarrollados y alcanza un 14% del total de la energía consumida en el nivel mundial.

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1. DEFINICIÓN.
Biomasa significa, por etimología: conjunto de la materia viva. El término biomasa se refiere a toda la
materia orgánica que proviene de árboles, plantas y desechos de animales que pueden ser convertidos
en energía; o las provenientes de la agricultura (residuos de maíz, café, arroz, macadamia), del
aserradero (podas, ramas, aserrín, cortezas) y de los residuos urbanos (aguas negras, basura orgánica y
otros). Esta es la fuente de energía renovable más antigua conocida por el ser humano, pues ha sido
usada desde que nuestros ancestros descubrieron el secreto del fuego.
Desde la prehistoria, la forma más común de utilizar la energía de la biomasa ha sido por medio de la
combustión directa: quemándola en hogueras a cielo abierto, en hornos y cocinas artesanales e, incluso,
en calderas; convirtiéndola en calor para suplir las necesidades de calefacción, cocción de alimentos,
producción de vapor y generación de electricidad. Desde el primer choque petróleo, en 1973, se aplica
este concepto a los productos orgánicos vegetales y animales que se utilizan con fines energéticos o
agronómicos. En suma, se trata del conjunto de la materia orgánica de origen vegetal, animal, así que
sus productos de transformación (los residuos orgánicos). La ventaja de la conversión energética de la
biomasa, con respeto a las además fuentes energéticas renovables, reside en el hecho que, además de la
producción de energía, participe activamente al tratamiento de los residuos orgánicos y contribuya así a
la reducción del impacto de nuestras actividades sobre el medio ambiente.
En general el término Biomasa se refiere a toda la materia orgánica que proviene de árboles, plantas y
desechos de animales que pueden ser convertidos en energía; o las provenientes de la agricultura
(residuos de maíz, café, arroz, etc.), del aserradero (podas, ramas, aserrín, cortezas) y de los residuos urbanos
(aguas negras, basura orgánica y otros). La Biomasa es la fuente de energía renovable más antigua conocida por
el ser humano, pues ha sido usada desde que nuestros ancestros descubrieron el secreto del fuego.
Atendiendo al origen es posible diferenciar, desde un punto de vista ecológico, biomasas de distintos órdenes:

 Biomasa primaria: es la materia orgánica formada directamente por los seres fotosintéticos
(algas, plantas verdes y demás seres autótrofos). Este grupo comprende toda la biomasa vegetal,
incluidos los residuos agrícolas (paja o restos de podas) y forestales (leñas).
 Biomasa secundaria: es la producida por los seres heterótrofos que utilizan en su nutrición la
biomasa primaria. Este tipo de biomasa implica una transformación biológica de la biomasa primaria
para formar un nuevo tipo de biomasa de naturaleza distinta a la inicial. Un ejemplo sería la carne o
las deyecciones debidas a los animales herbívoros.
 Biomasa terciaria: es la producida por los seres que se alimentan de biomasa secundaria, como
sería el caso de la carne de los animales carnívoros, que se alimentan de los herbívoros.
Figura 5.3. Toneladas de carbono por hectárea en el bosque primario.

Se considera que la biomasa es una fuente renovable de energía porque su valor proviene del Sol. A
través del proceso de fotosíntesis, la clorofila de las plantas captura su energía, y convierte el dióxido de
carbono (CO2) del aire y el agua del suelo en carbohidratos, para formar la materia orgánica. Cuando
estos carbohidratos se queman, regresan a su forma de dióxido de carbono y agua, liberando la energía

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que contienen. En la figura 5.3 se muestran los contenidos de carbono en la biomasa existente en un
bosque primario. De esta forma, la biomasa funciona como una especie de batería que almacena la
energía solar. Entonces, se produce en forma sostenida o sea - en el mismo nivel en que se consume –
esa batería durará indefinidamente.
Los recursos biomásicos incluyen cualquier fuente de materia orgánica, como desechos agrícolas y
forestales, plantas acuáticas, desechos animales y basura urbana. Su disponibilidad varía de región a
región, de acuerdo con el clima, el tipo de suelo, la geografía, la densidad de la población, las actividades
productivas, etc.; por eso, los correspondientes aspectos de infraestructura, manejo y recolección del
material deben adaptarse a las condiciones específicas del proceso en el que se deseen explotar.
Según la escala establecida por Hoogwijk y al., la producción de biomasa puede ser dividida en ocho categorías:
a. Biomasa producida por el excedente de tierras agrícolas, no utilizadas para la alimentación humana
o animal: cultivos energéticos,
b. Biomasa producida por el desmonte (cuidado de los bosques) o la limpieza de tierras agrícolas,
c. Residuos agrícolas que provienen de los cultivos de cereales, vid, huertos, olivos, frutas y verduras,
residuos agroalimentarios, etc.
d. Residuos forestales que provienen de la silvicultura y de la transformación de la madera,
e. Residuos agrícolas que provienen de la ganadería (estiércol, camas de paja, excrementos, ...),
f. Residuos orgánicos domésticos (fracciones fermentescibles de desperdicios domésticos, papeles,
cartones, residuos verdes, etc.),
g. Biomasa directamente utilizada con fines no alimenticios (madera para el papel),
h. Residuos orgánicos de los residuos industriales comunes (papeles, cartones, madera, desperdicios
putrescibles, etc.).
Según Taiganides, desecho es «un producto fuera de lugar». Con esto, quiere decir que, una misma
materia puede ser un «desecho» o un «producto útil» dependiendo de la utilidad que pudiera prestar. Si
se analiza el caso de las excretas de vacunos de lechería: desde el punto de la lechería, éstas son
«desechos» que hay que eliminar, pues atraen insectos y producen malos olores; pero si se las mira
desde el punto de vista del campo labrado, inmediato a la lechería, estas excretas, ahora con el nombre
de «guano», son un abono y acondicionador de suelos muy apreciado por el agricultor por lo que pasa a
ser un «producto útil». Sin embargo, no siempre basta con cambiar el enfoque o punto de vista para
transformar un desecho en producto útil y en particular, en un energético. Frecuentemente se requiere
de algún proceso industrial o semi-industrial para realizar esta transformación.
2. FUENTES DE BIOMASA.
Las fuentes de biomasa que pueden ser usadas para la producción de energía cubren un amplio rango de
materiales y fuentes: los residuos de la industria forestal y la agricultura, los desechos urbanos y las
plantaciones energéticas, se usan, generalmente, para procesos modernos de conversión que involucran
la generación de energía a gran escala, enfocados hacia la sustitución de combustibles fósiles.
Figura 5.4. Fuentes de Biomasa.

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Los residuos agrícolas, como la leña y el carbón vegetal, han sido usados en procesos tradicionales en los
países en vías de desarrollo y a usos primarios en pequeña escala; por ejemplo, la cocción de alimentos o
las pequeñas actividades productivas como panaderías, caleras, secado de granos, etc.
2.1. Plantaciones energéticas.
Estas son grandes plantaciones de árboles o plantas cultivadas con el fin específico de producir
energía. Para ello se seleccionan árboles o plantas de crecimiento rápido y bajo mantenimiento, las
cuales usualmente se cultivan en tierras de bajo valor productivo. Su período de cosecha varía entre
los tres y los diez años. También se utilizan arbustos que pueden ser podados varias veces durante
su crecimiento, para extender la capacidad de cosecha de la plantación.
Existen también muchos cultivos agrícolas que pueden ser utilizados para la generación de energía:
caña de azúcar, maíz, sorgo y trigo. Igualmente, se pueden usar plantas oleaginosas como palma de
aceite, girasol o soya y algunas plantas acuáticas como jacinto de agua o las algas, para producir
combustibles líquidos como el etanol y el biodiesel.
Adicionalmente, este tipo de cultivos sirve para controlar la erosión y la degradación de los suelos;
además puede proveer otros beneficios a los agricultores. Una granja típica, usualmente, sólo
genera uno o dos productos de mayor valor comercial como maíz, café, leche o carne. El ingreso
neto de ello es, a menudo, vulnerable a las fluctuaciones del mercado, al aumento del costo en los
insumos, a las variaciones climáticas y a otros factores. Dado que las plantas de generación de
energía requieren un suministro estable de combustible, los cultivos asociados a ellas pueden
proveer un ingreso permanente a los granjeros que decidan diversificar su producción.
La principal limitante para este tipo de plantaciones está en la escala, pues se requieren grandes
extensiones de tierra para lograr una producción de energía rentable. Por esta razón, son factibles
cuando se desarrollan con algún tipo de producción agrícola paralela, como por ejemplo, el maíz, la
caña de azúcar y la palma de aceite.
2.2. Residuos forestales.
Los residuos de procesos forestales son una importante fuente de biomasa que actualmente es poco
explotada en el área amazónica. Se considera que, de cada árbol extraído para la producción
maderera, sólo se aprovecha comercialmente un porcentaje cercano al 20%. Se estima que 40% es
dejado en el campo, en ramas y raíces, a pesar de que el potencial energético es mucho mayor
como se muestra en la Figura 8.3, y otro 40% en el proceso de aserrío, en forma de astillas, corteza
y aserrín. La mayoría de los desechos de aserrío son aprovechados para generación de calor, en
sistemas de combustión directa; en algunas industrias se utilizan para la generación de vapor. Los
desechos de campo, en algunos casos, son usados como fuente de energía por comunidades
aledañas, pero la mayor parte no es aprovechada por el alto costo del transporte.
Figura 5.5. Distribución energética de un árbol.

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2.3. Desechos Agrícolas y Pecuarios.


La agricultura genera cantidades considerables de desechos (rastrojos): se estima que, en cuanto a
desechos de campo, el porcentaje es más del 60%, y en desechos de proceso, entre 20% y 40%. Al
igual que en la industria forestal, muchos residuos de la agroindustria son dejados en el campo.
Aunque es necesario reciclar un porcentaje de la biomasa para proteger el suelo de la erosión y
mantener el nivel de nutrientes orgánicos, una cantidad importante puede ser recolectada para la
producción de energía. Ejemplos comunes de este tipo de residuos son el arroz, el café y la caña de
azúcar. Los campos agrícolas también son una fuente importante de leña para uso doméstico: más
del 50% del volumen total consumido. Por otro lado, las granjas producen un elevado volumen de
“residuos húmedos” en forma de estiércol de animales. La forma común de tratar estos residuos es
esparciéndolos en los campos de cultivo, con el doble interés de disponer de ellos y obtener
beneficio de su valor nutritivo. Esta práctica puede provocar una sobrefertilización del suelo y
contaminación de cuencas hidrográficas.
2.4. Desechos Industriales.
La industria alimenticia genera una gran cantidad de residuos y subproductos, que pueden ser
usados como fuentes de energía, los provenientes de todo tipo de carnes (avícola, vacuna, porcina)
y vegetales (cáscaras, pulpa) cuyo tratamiento como desechos representan un costo considerable
para la industria. Estos residuos son sólidos y líquidos con un alto contenido de azúcares y
carbohidratos, los cuales pueden ser convertidos en combustibles gaseosos.
2.5. Desechos Urbanos.
Los centros urbanos generan una gran cantidad de biomasa en muchas formas, por ejemplo:
residuos alimenticios, papel, cartón, madera y aguas negras. La mayoría de los países
sudamericanos carecen de adecuados sistemas para su procesamiento, lo cual genera grandes
problemas de contaminación de suelos y cuencas; sobre todo por la inadecuada disposición de la
basura y por sistemas de recolección y tratamiento con costos elevados de operación. Por otro lado,
la basura orgánica en descomposición produce compuestos volátiles (metano, dióxido de carbono,
entre otros) que contribuyen a aumentar el efecto invernadero. Estos compuestos tienen un
considerable valor energético que puede ser utilizado para la generación de energía “limpia”.
En el corto y mediano plazo, la planificación urbana deberá incluir sistemas de tratamiento de
desechos que disminuyan eficazmente las emanaciones nocivas de los desechos al ambiente,
dándoles un valor de retorno por medio del aprovechamiento de su contenido energético, pues
aproximadamente el 80% de toda la basura orgánica urbana puede ser convertida en energía.

3. CARACTERISTICAS DE LA BIOMASA.
Para evaluar la factibilidad técnica y económica de un proceso de conversión de biomasa en energía, es
necesario considerar ciertos parámetros y condiciones que la caracterizan. Estos que se explican a
continuación, determinan el proceso de conversión más adecuado y permiten realizar proyecciones de los
beneficios económicos y ambientales esperados.
3.1. Tipo de biomasa.
Los recursos biomásicos se presentan en diferentes estados físicos que determinan la factibilidad
técnica y económica de los procesos de conversión energética que pueden aplicarse a cada tipo en
particular. Por ejemplo, los desechos forestales indican el uso de los procesos de combustión directa o
procesos termo-químicos; los residuos animales indican el uso de procesos anaeróbicos (bioquímicos), etc.
El estado físico de la biomasa puede clasificarse según el tipo de recurso, como se indica en el Cuadro 5.6.
3.2. Composición química y física.
Las características químicas y físicas de la biomasa determinan el tipo de combustible o
subproducto energético que se puede generar; por ejemplo, los desechos animales producen altas
cantidades de metano, mientras que la madera puede producir el denominado “gas pobre”, que es
una mezcla rica en monóxido de carbono (CO). Por otro lado, las características físicas influyen en
el tratamiento previo que sea necesario aplicar. Todas las formas de biomasa consisten en una
parte orgánica, una inorgánica y agua. En la combustión se quema la parte orgánica. La inorgánica
influye en el proceso de combustión y forma la ceniza o residuo sólido que queda después de la
combustión. Los elementos químicos más importantes son carbono (C), hidrógeno (H), nitrógeno
(N), y azufre (S) y, en algunos casos, cloro (Cl). Además, contiene oxígeno (O), lo cual no se
determina directamente, sino que se calcula como diferencia entre el peso total y la suma de los
otros elementos, más la ceniza.

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Cuadro 5.6: Estados típicos de la Biomasa.


Recursos de
Tipo de Residuo Características Físicas
Biomasa
Restos de aserrío, aserrín, astillas. Polvo, sólido, HR > 50%
Residuos
Restos de ebanistería, aserrío, trozos, astillas. Polvo, sólido, HR 30-40%
forestales
Restos de plantaciones, ramas, corteza, raíces. Sólido, HR > 55%
Cáscara y pulpa de frutas y vegetales. Sólido, alto contenido de humedad
Cáscara y polvo de granos secos (arroz, café). Polvo, HR < 25%
Residuos
Estiércol. Sólido, alto contenido de humedad
agropecuarios
Residuos de cosechas, tallos y hojas, cáscaras, Sólido, HR > 55%
maleza, pasturas.
Pulpa y cáscara de frutas y vegetales. Sólido, humedad moderada
Residuos Residuos de procesamiento de carnes. Sólido, alto contenido de humedad
industriales Aguas de lavado y precocido de carnes y vegetales. Líquido
Grasas y aceites vegetales. Líquido, grasoso
Aguas negras. Líquido
Residuos
Desechos domésticos orgánicos (cáscaras de vegetales). Sólido, alto contenido de humedad
urbanos
Basura orgánica (madera). Sólido, alto contenido de humedad

3.3. Contenido de humedad (H.R.).


El contenido de humedad de la biomasa es la relación de la masa de agua contenida por kilogramo
de materia seca. Para la mayoría de los procesos de conversión energética es imprescindible que la
biomasa tenga un contenido de humedad inferior al 30%. Muchas veces, los residuos salen del
proceso productivo con un contenido de humedad muy superior, que obliga a implementar
operaciones de acondicionamiento, antes de ingresar al proceso de conversión de energía.
El contenido de humedad, o humedad relativa, se define como la cantidad de agua presente en la
biomasa, expresada como un porcentaje del peso. Para combustibles de biomasa, este es el factor
más crítico, pues determina la energía que se puede obtener por medio de la combustión. Cuando
se quema la biomasa, primero se necesita evaporar el agua antes de que el calor esté disponible;
por eso, cuanto más alto el contenido de humedad, menos el valor calorífico.
El contenido de humedad puede variar dependiendo del tipo de biomasa, el tiempo entre su
cosecha y su uso y la humedad atmosférica. Después de haberla cosechado, paulatinamente ésta
perderá la humedad hasta que se establezca un equilibrio con el ambiente.
3.4. Porcentaje de cenizas.
El porcentaje de cenizas indica la cantidad de materia sólida no combustible por kilogramo de
material. En los procesos que incluyen la combustión de la biomasa, es importante conocer el
porcentaje de generación de ceniza y su composición, pues, en algunos casos, ésta puede ser
utilizada; por ejemplo, la ceniza de la cascarilla de arroz es un excelente aditivo en la mezcla de
concreto o para la fabricación de filtros de carbón activado.
3.5. Poder calórico.
Todas las formas de biomasa tienen un valor calorífico, el cual se expresa como la cantidad de
energía por unidad física; por ejemplo, joule por kilogramo. Esta es la energía que se libera en
forma de calor cuando la biomasa se quema completamente. El contenido calórico por unidad de
masa es el parámetro que determina la energía disponible en la biomasa. Su poder calórico está
relacionado directamente con su contenido de humedad. Un elevado porcentaje de humedad
reduce la eficiencia de la combustión debido a que una gran parte del calor liberado se usa para
evaporar el agua y no se aprovecha en la reducción química del material.
El valor calorífico se puede anotar de dos formas diferentes: bruto y neto. El bruto se define como
la cantidad total de energía que se liberaría vía combustión, dividido por el peso. El neto es la
cantidad de energía disponible después de la evaporación del agua en la biomasa; es decir, es la
cantidad de energía realmente aprovechable, y siempre es menor que el valor calorífico bruto.
Para madera completamente seca, la cantidad de energía por unidad de peso es más o menos
igual para todas las especies, con un promedio de valor calorífico bruto de 20 MJ/kg para madera
de tronco. Los valores pueden variar ligeramente de este promedio, según el contenido de ceniza:
para ramas pequeñas, tienden a ser más bajos y más variables. Sin embargo, en la práctica, la
humedad relativa es el factor más importante que determina el valor calorífico.

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Cuadro 5.7. Poder calórico de algunas formas de biomasa.


Tipo de Biomasa Valor Calórico Bruto
(MJ/kg)
Madera
Astillas de madera 20,89
Corteza de pino 20,95
Desechos industriales de madera 19,00
Subproductos agrícolas
Paja de trigo 18,94
Caña 18,06
Bagazo 18,09
Cáscara de coco 18,60
Coronta de maíz 17,72
Paja de arroz 15,61
Cascarilla de arroz 15,58
Aserrín 19,34
Fuente: RWEDP (2002).

4. INDUSTRIALIZACIÓN DE LA BIOMASA.
Figura 5.6. Industrialización de Desechos en Energéticos.

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La industrialización de la Biomasa proporciona energías sustitutivas a los combustibles fósiles, gracias a


biocombustibles líquidos (como el biodiésel o el bioetanol), gaseosos (gas metano) o sólidos (leña), pero
todo depende de que no se emplee más biomasa que la producción neta del ecosistema explotado, de
que no se incurra en otros consumos de combustibles en los procesos de transformación, y de que la
utilidad energética sea la más oportuna frente a otros usos posibles (como abono y alimento).
Antes de que la biomasa pueda ser usada para fines energéticos, tiene que ser convertida en una forma
más conveniente para su transporte y utilización. A menudo, la biomasa es convertida en formas
derivadas tales como carbón vegetal, briquetas, gas, etanol y electricidad.
Las tecnologías de conversión incluyen desde procesos simples y tradicionales, como la producción de
carbón vegetal en hogueras bajo tierra; hasta procesos de alta eficiencia como la dendro-energía y la
cogeneración. Se presentan los procesos de conversión de biomasa más relevantes, los cuales se pueden
clasificar en tres categorías: Procesos de combustión directa, Procesos termoquímicos y Procesos
bioquímicos. En el Cuadro 5.8 se muestra una distribución de los procesos de conversión aplicables, de acuerdo con
las características y el tipo de biomasa, así como los posibles usos finales de la energía convertida:
Cuadro 5.8. Procesos de conversión de biomasa en energía
Tipo de biomasa Características Procesos de Producto Usos
físicas conversión final
aplicables
Motores de
Materiales Estiércoles Digestión Biogás
combustión
orgánicos de alto Residuos de alimentos anaeróbica y Metanol
Turbinas de gas
contenido de Efluentes industriales fermentación Etanol
Hornos y calderas
humedad Residuos urbanos alcohólica Biodiesel
Estufas domésticas
Materiales
Polvo
lignocelulósicos Estufas domésticas
Astillas Densificación Calor
(cultivos Hornos y calderas
Pellets Combustión directa Gas pobre
energéticos, Motores de
Briquetas Pirólisis Hidrógeno
residuos forestales, combustión
Leños Gasificación Biodiesel
de cosechas y Turbinas de gas
Carbón vegetal
urbanos
Actualmente, la combustión directa es el proceso más aplicado para usos energéticos de la biomasa.
Procesos más avanzados como la gasificación y la digestión anaeróbica han sido desarrollados como
alternativas más eficientes y convenientes, y para facilitar el uso de la biomasa con equipos modernos.
Sin embargo, hasta la fecha, la aplicación de estos últimos no es tan común por tener un costo más alto
y la complejidad de su aplicación.
Figura 5.7. Procesos de conversión y formas de energía.

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4.1. Procesos de Combustión Directa.


Esta es la forma más antigua y más común, hasta hoy, para extraer la energía de la biomasa. Los
sistemas de combustión directa son aplicados para generar calor, el cual puede ser utilizado
directamente, como por ejemplo, para la cocción de alimentos o para el secado de productos
agrícolas. Además, éste se puede aprovechar en la producción de vapor para procesos industriales y
electricidad. Las tecnologías de combustión directa van desde sistemas simples, como estufas,
hornos y calderas, hasta otros más avanzados como combustión de lecho fluidizado.
Los procesos tradicionales de este tipo, generalmente, son muy ineficientes porque mucha de la
energía liberada se desperdicia y pueden causar contaminación cuando no se realizan bajo
condiciones controladas. Estos resultados se podrían disminuir considerablemente con prácticas
mejoradas de operación y un diseño adecuado del equipo. Por ejemplo, secar la biomasa antes de
utilizarla reduce la cantidad de energía perdida por la evaporación del agua y para procesos
industriales, usar pequeños pedazos de leña y atender continuamente el fuego supliendo pequeñas
cantidades resulta en una combustión más completa y, en consecuencia, en mayor eficiencia.
Asimismo, equipos como los hornos se pueden mejorar con la regulación de la entrada del aire para
lograr una combustión más completa y con aislamiento para minimizar las pérdidas de calor.
Densificación.
Proceso de compactar la biomasa en “briquetas”, para facilitar su uso, almacenamiento y transporte.
Las briquetas son para usos domésticos, comerciales e industriales. La materia prima puede ser
aserrín, desechos agrícolas y partículas de carbón vegetal, el cual se compacta bajo presión alta. El
Cuadro 5.9 muestra los métodos desarrollados para la combustión directa de los residuos sólidos:
Cuadro 5.9. Uso directo de desechos sólidos.
Usos en
Producto Tecnología Características
Sudamérica
Polvos Quemadores de polvo De moderado a bajo  Costo de inversión elevado.
Astillas Hornos y calderas en  Facilita su empleo, incluyendo la
suspensión y lecho De moderado a bajo escala doméstica.
Pellets
fluidizado  Mejora la eficiencia y las
Hornos y calderas en características de la combustión.
Briquetas De moderado a bajo
parrilla
El tamaño dificulta el empleo en
Hornos y calderas,
Leñosos dispositivos de alta eficiencia,
estufas domésticas
requiere procesamiento.
Amplio
Disminuye la eficiencia energética
Carbón
Estufas domésticas total, pero su uso es más
vegetal
conveniente con menos humo.

4.2. Procesos Termoquímicos.


Existen procesos termoquímicos que mediante reacciones exotérmicas transforman parte de la
energía química de la biomasa en energía térmica. Dentro de estos métodos se encuentran la
combustión y la pirólisis. La energía térmica obtenida puede usarse para calefacción; para usos
industriales, como la generación de vapor; o para transformarla en otro tipo de energía, como la
energía eléctrica o la energía mecánica.
Estos procesos transforman la biomasa en un producto de más alto valor, con una densidad y un
valor calorífico mayor, los cuales hacen más conveniente su utilización y transporte. Cuando la
biomasa es quemada bajo condiciones controladas, sin hacerlo completamente, su estructura se
rompe en compuestos gaseosos, líquidos y sólidos que pueden ser usados como combustible para
generar calor y electricidad. Dependiendo de la tecnología, el producto final es un combustible
sólido, gaseoso, o líquido. El proceso básico se llama pirólisis o carbonización e incluye:
4.2.1. Producción de carbón vegetal.
Este proceso es la forma más común de la conversión termoquímica de temperatura mediana.
La biomasa se quema con una disponibilidad restringida de aire, lo cual impide que la
combustión sea completa. El residuo sólido se usa como carbón vegetal, el cual tiene mayor
densidad energética que la biomasa original, no produce humo y es ideal para uso doméstico.
Usualmente, este carbón es producido de la madera, pero también se usan otras fuentes
como cáscara de coco y algunos residuos agrícolas. La forma más antigua, y probablemente
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aún la más empleada para producirlo, son los hornos de tierra y los de mampostería. El
primero es una excavación en el terreno en la que se coloca la biomasa, la cual es luego
cubierta con tierra y vegetación para prevenir la combustión completa. Los segundos son
construidos de tierra, arcilla y ladrillo. Los hornos modernos son conocidos como retortas y
fabricados en acero; conllevan cierta complejidad por su diseño y operación, lo que
incrementa considerablemente los costos de inversión en comparación con los tradicionales,
pero eleva su eficiencia y capacidad de producción, así como la calidad del producto.
4.2.2. Gasificación.
Tipo de pirólisis en la que se usa una mayor proporción de oxígeno a mayores temperaturas,
con el objetivo de optimizar la producción del llamado “gas pobre”, constituido por una mezcla
de monóxido de carbono, hidrógeno y metano, con proporciones menores de dióxido de
carbono y nitrógeno. Este se puede usar para generar calor y electricidad, y se puede aplicar
en equipos convencionales, como los motores de diesel. La composición y el valor calorífico
del gas dependen de la biomasa usada, por ejemplo: madera, cascarilla de arroz, o cáscara de coco.
La gasificación tiene ciertas ventajas con respecto a la biomasa original:
 El gas producido es más versátil y se puede usar a mismos propósitos que gas natural;
 Puede quemarse para producir calor y vapor y puede alimentar motores de combustión
interna y turbinas de gas para generar electricidad;
 Produce un combustible relativamente libre de impurezas y causa menores problemas de
contaminación al quemarse.
4.3. Procesos Bioquímicos.
Estos procesos utilizan las características bioquímicas de la biomasa y la acción metabólica de
organismos microbiales para producir combustibles gaseosos y líquidos. Son más apropiados para la
conversión de biomasa húmeda que los procesos termoquímicos. Los más importantes son:
4.3.1. Digestión anaeróbica.
La digestión de biomasa humedecida por bacterias en un ambiente sin oxígeno (anaeróbico)
produce un gas combustible llamado biogás. En el proceso, se coloca la biomasa
(generalmente desechos de animales) en un contenedor cerrado (el digestor) y allí se deja
fermentar; después de unos días, dependiendo de la temperatura del ambiente, se habrá
producido un gas, que es una mezcla de metano y dióxido de carbono. La materia remanente
dentro del digestor es un buen fertilizante orgánico. Los digestores han sido promovidos fuertemente
en China e India para usos domésticos en sustitución de la leña. También se pueden utilizar
aguas negras y mieles como materia prima, lo cual sirve, además, para tratar el agua.
4.3.2. Combustibles alcohólicos.
De la biomasa se pueden producir combustibles líquidos como etanol y metanol. El primero se
produce por medio de la fermentación de azúcares y, el segundo por la destilación destructiva
de madera. Esta tecnología es usada durante siglos para producción de licores y, más recientemente,
para generar sustitutos de combustibles fósiles para transporte. Estos combustibles se pueden
utilizar en forma pura o mezclados con otros, para transporte o propulsión de máquinas.
4.3.3. Biodiesel.
A diferencia del etanol, que es un alcohol, el biodiesel se compone de ácidos grasos y ésteres
alcalinos, obtenidos de aceites vegetales, grasa animal y grasas recicladas. A partir de un
proceso de “transesterificación”, los aceites derivados se combinan con alcohol (etanol o
metanol) y se alteran químicamente para formar ésteres grasos como el etil o metilo éster.
Pueden ser mezclados con diesel o usados directo como combustibles en motores comunes.
El biodiesel es utilizado, típicamente, como aditivo del diesel en proporción del 20%, aunque
otras cantidades también sirven, dependiendo del costo del combustible base y beneficios
esperados. Su gran ventaja es reducir considerablemente las emisiones, humo negro y olor.
4.3.4. Gas de rellenos sanitarios.
Se puede producir un gas combustible de la fermentación de los desechos sólidos urbanos en
los rellenos sanitarios. Este es una mezcla de metano y dióxido de carbono. La fermentación
de los desechos y la producción de gas es un proceso natural y común en los rellenos
sanitarios; sin embargo, generalmente este gas no es aprovechado. Además de producir
energía, su exploración y utilización reduce la contaminación y el riesgo de explosiones en
estos lugares y disminuye la cantidad de gases de efecto invernadero.

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5. LOS BIOCOMBUSTIBLES.
Biocombustible es el término con el cual se denomina a
cualquier tipo de combustible que derive de la biomasa -
organismos recientemente vivos o sus desechos metabólicos,
tales como el estiércol de la vaca. Los combustibles de origen
biológico pueden sustituir parte del consumo en combustibles
fósiles tradicionales, como el petróleo o el carbón).
Los biocombustibles se han usado desde tiempos prehistóricos.
Esta categoría que conceptualmente incluye estiércol, la leña y
la yareta (planta de la familia de las apiáceas que se encuentra
en estado silvestre en las zonas rurales y es usada por las
resinas que contiene) siguen siendo combustibles importantes
en las zonas rurales del Perú. Para efectos legales, los
mencionados se consideran combustibles de biomasa.
Los Biocombustibles usan la biomasa vegetal sirviendo de
fuente de energía renovable para los motores empleados. Su
uso genera una menor contaminación ambiental y son una
alternativa viable al agotamiento ya sensible de energías fósiles,
como el gas y el petróleo, donde ya se observa incremento
sostenible en sus precios. Es importante destacar que los
Biocombustibles son una alternativa más, en vistas a buscar
fuentes de energías sustitutivas, que sirvan de transición hacia
una nueva tecnología (Por ejem.: Hidrógeno).
Los Biocombustibles derivan de un sin número de productos agropecuarios, como también de los
productos forestales. Los Biocombustibles desarrollados a partir de estos productos, pueden ser utilizados
en los motores convencionales sin cambios de consideración, ya que solamente, y debido a su poder
diluyente, solo requieren –de ser necesario- el reemplazo de las mangueras de conducción del
combustible por elementos no fabricados sobre la base de caucho o espuma de poliuretano.
Los biocombustibles más usados y desarrollados son el bioetanol y el biodiesel.
El bioetanol, también llamado etanol de biomasa, se obtiene a partir de maíz, sorgo, caña de azúcar o
remolacha. Brasil es el principal productor de bioetanol (45% de la producción mundial), Estados Unidos
representa el 44%, China el 6%, la Unión Europea el 3%, India el 1% y otros países el restante 1%.
El biodiesel, se fabrica a partir de aceites vegetales, que pueden ser ya usados o sin usar. En este
último caso se suele usar raps, canola, soja o jatrofa, los cuales son cultivados para este propósito. El
principal productor de biodiesel en el mundo es Alemania, que concentra el 63% de la producción. Le
sigue Francia con el 17%, Estados Unidos con el 10%, Italia con el 7% y Austria con el 3%.
De acuerdo a la legislación peruana (Ley de promoción del mercado de biocombustibles), se consideran
biocombustibles a los productos químicos que se obtengan de materias primas de origen agropecuario,
agroindustrial o de otra forma de biomasa y que cumplan con las normas de calidad establecidas por las
autoridades competentes. Esto excluiría a los combustibles de biomasa usados sin mayor procesamiento.
Los biocombustibles explícitamente mencionados en esta Ley son el alcohol anhidro y el biodiesel. En
cuanto a la producción de alcohol anhidro, éste puede ser generado de múltiples fuentes: caña de
azúcar, sorgo dulce e inclusive a partir de nuestro más famoso tubérculo, la papa (Solanum tuberosa).
Esto último a propuesta del legislador Santos Jaimes Sercovic. Considerando el alto consumo del diesel
en el transporte (aproximadamente 2/3 del total) y las experiencias antes mencionadas con el alcohol, el
gas licuado de petróleo y el gas natural vehicular; se considera que un campo potencial de
biocombustibles lo constituyen los biodieseles.
En los últimos años, varios programas nacionales e internacionales están alentando y apoyando la mejora
y desarrollo de formas de producción y usos de la biomasa como recurso para la generación de calor y
energía eléctrica. De hecho, están emergiendo nuevas tecnologías prometedoras además de las
tecnologías tradicionales (combustión). Las principales motivaciones de los gobiernos de los países
desarrollados son la reducción de las emisiones de los gases producidos en la combustión de las fuentes
no renovables y la reducción de los residuos (por ejemplo. residuos sólidos urbanos). En los países en
vías de desarrollo, la accesibilidad a combustibles eficientes es, a menudo, difícil y, por ello, se ven
forzados a utilizar otros combustibles tradicionales (por ejemplo la leña).
La generación de energía mediante el aprovechamiento de productos naturales o de residuos (biomasa)
es una de las industrias del futuro. Es una fuente de energía renovable y limpia que además contribuye a

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la conservación del medio ambiente gracias al reciclado de productos de desecho como los que origina la
industria oleícola. No obstante, se encuentra aún en una fase escasamente avanzada, aunque son varios
los proyectos a poner en marcha para ampliar el peso de la biomasa en el consumo energético global.
La producción de calor y/o energía eléctrica mediante métodos directos (combustión de la biomasa
residual) o mediante métodos indirectos (combustión del biogás producido en la digestión anaerobia de
los residuos biodegradables). Otra opción es la producción de biocombustibles líquidos, por ejemplo,
fermentación alcohólica o transesterificación.
Nota: Una tonelada equivalente petróleo vale 41,8 x 109 J, o sea 41,8 GJ.

4.1. Bioetanol.
El alcohol etílico o etanol es un producto químico
obtenido a partir de la fermentación de los azúcares
que se encuentran en los productos vegetales, tales
como cereales, remolacha, caña de azúcar, sorgo o
biomasa. Estos azúcares están combinados en forma
de sacarosa, almidón, hemicelulosa y celulosa. Las
plantas crecen gracias al proceso de fotosíntesis, en
el que la luz del sol, el dióxido de carbono de la
atmósfera, el agua y los nutrientes de la tierra
forman moléculas orgánicas complejas como el
azúcar, los hidratos de carbono y la celulosa, que se
concentra en la parte fibrosa la planta. El bioetanol
se produce por la fermentación de los azúcares
contenidos en la materia orgánica de las plantas. En
este proceso se obtiene el alcohol hidratado, con un
contenido aproximado del 5% de agua, que tras ser
deshidratado se puede utilizar como combustible.
El etanol puede utilizarse como combustible para automóviles por sí mismo o también puede
mezclarse con gasolina en cantidades variables para reducir el consumo de derivados del petróleo. El
combustible resultante se conoce como gasohol (en algunos países, "alconafta"). Dos mezclas
comunes son E10 y E85, que contienen el etanol al 10% y al 85%, respectivamente. El etanol
también se utiliza cada vez más como añadido para oxigenar la gasolina estándar, como reemplazo
para el metil terc-butil éter. Este último es responsable de una considerable contaminación del suelo
y del agua subterránea. Un obstáculo importante es la legislación europea sobre la volatilidad de las
gasolinas que fija la proporción de etanol en mezclas E5. Concentraciones más elevadas, autorizadas
en Suecia y Estados Unidos, implica que se debe disponer de un vehículo flexible (FFV), con un
depósito, motor y sistema de combustible único capaz de funcionar con gasolina y etanol, solos o
mezclados en cualquier proporción. La otra alternativa para su uso es en forma de aditivo de la
gasolina como etil-tercbutil éter (ETBE). Las especificaciones para la utilización de bioetanol se
compendian en la norma Europea de Gasolinas EN 228, en España se encuentra transpuesta la
Directiva 2003/17/CE relativa a la calidad de las gasolinas y gasóleo, en el Real Decreto R.D.
61/2006 de las especificaciones y uso de biocarburantes.
El etanol que proviene de los campos de cosechas (bioetanol) se perfila como un recurso energético
potencialmente sostenible que puede ofrecer ventajas medioambientales y económicas a largo plazo
en contraposición a los combustibles fósiles. Se obtiene fácilmente del azúcar o del almidón en
cosechas de maíz y caña de azúcar. Sin embargo, los actuales métodos de producción de bioetanol
usan una cantidad significativa de energía comparada al valor de energía del combustible producido.
Por esta razón, no es factible sustituir enteramente el consumo actual de combustibles fósiles por bio-etanol.
El etanol como combustible, contrariamente a lo que suele creerse, en la combustión, el etanol
produce más gases de efecto invernadero que la gasolina. Por cada gigajulio (GJ) obtenido del
etanol puro al arder, produce 71,35 kg de dióxido de carbono. Si se considera la gasolina como
octano puro, la producción sería de 67,05 kilogramos por gigajulio: a igualdad de energía producida
en la combustión, el etanol produce un 6% más de dióxido de carbono que la gasolina, lo cual
puede poner en duda la idea, de que es más ecológico.
Para buscar una ventaja ambiental en este combustible, habría que recurrir al dióxido de la
atmósfera absorbido durante el crecimiento de la planta que produce el etanol (que no se volvería a
emitir si no se quemara), así como en los procesos de transformación que sufren las materias primas

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antes de ser un combustible utilizable o también demostrando que los motores que utilicen etanol tengan un
rendimiento mayor que los de gasolina (por lo dicho, bastaría que fuesen un 6% más eficientes).
Sin entrar en cifras, a menudo muy discutidas, desde un punto de vista a largo plazo no se debe
despreciar el hecho de que sea un combustible renovable, y por lo tanto inagotable, al contrario que
el petróleo. Este punto de vista resulta quizá un poco superficial, puesto que había que calcular la
cantidad de tierras que habría que labrar para conseguir suplir las inmensas cantidades de
combustible que requiere, y requerirá, la actividad humana.
4.1.1. Proceso de Fabricación Tradicional.
 Fermentación.
Desde la antigüedad se obtiene el etanol por fermentación anaeróbica de azúcares con
levadura en solución acuosa y posterior destilación. La aplicación principal tradicional ha
sido la producción de bebidas alcohólicas. Hoy en día se utilizan tres tipos de materias
primas para la producción a gran escala de etanol de origen biológico (bioetanol):
 Sustancias con alto contenido de sacarosa: Caña de azúcar, remolacha, melazas y
sorgo dulce.
 Sustancias con alto contenido de almidón: maíz, papa y yuca.
 Sustancias con alto contenido de celulosa: madera y residuos agrícolas.
El proceso a partir de almidón es más complejo que a partir de la sacarosa porque el
almidón debe ser hidrolizado previamente para convertirlos en azúcares. Para ello se
mezcla el vegetal triturado con agua y con una enzima (o en su lugar con ácido) y se
calienta la papilla obtenida a 120 - 150ºC. Luego se cuela la masa, en un proceso
llamado escarificación, y se envía a los reactores de fermentación.
A partir de celulosa es aun más complejo porque primero hay que pre-tratar la materia
vegetal para que la celulosa pueda ser luego atacada por las enzimas hidrolizantes. El
pre-tratamiento puede consistir en una combinación de trituración, pirolisis y ataque con
ácidos y otras sustancias. Es uno de factores que explican porque los rendimientos en
etanol son altos para caña de azúcar, mediocres para maíz y bajos para madera.
La fermentación de los azúcares es llevada a cabo por microorganismos (levaduras o
bacterias) y produce etanol así como grandes cantidades de CO2. Además produce otros
compuestos oxigenados indeseables como el metanol, alcoholes superiores, ácidos y
aldehídos. Típicamente la fermentación requiere unas 48 horas.
En la actualidad tres países han desarrollado programas significativos para la fabricación
de bioetanol como combustible: Estados Unidos (a partir de maíz), Brasil y Colombia
(ambos a partir de caña de azúcar).
El etanol se puede producir a partir de varios otros tipos de cultivos, como remolachas,
zahína, mijo perenne, cebada, cáñamo, kenaf, patatas, mandioca y girasol. También
puede extraerse de múltiples tipos de celulosa "no útil". Esta producción a gran escala de
alcohol agrícola para utilizarlo como combustible requiere importantes cantidades de
tierra cultivable con agua y suelos fértiles.
En cambio es menos atractiva para las regiones con alta densidad de población e
industrializadas como Europa occidental, o para las regiones que al roturar nuevas tierras
para labranza disminuyen las dedicadas a recursos naturales importantes como las selvas
lluviosas. Se pueden obtener cantidades más reducidas de alcohol combustible de los
tallos, de elementos reciclados, de la paja, de las mazorcas de maíz, y de productos
sobrantes de las granjas que ahora se utilizan para hacer piensos, fertilizantes, o que se
utilizan como combustibles de plantas de energía eléctrica. De hecho, EEUU podría
conseguir todo el etanol que necesita usando una mezcla de, por ejemplo, los tallos
(parte no aprovechada) del maíz y de la planta de maíz, sin roturar más tierras de labrantío
(sin embargo habría que cultivar más tierra para substituir las partes de la planta, usadas
por muchos granjeros como fuente barata, confiable y limpia de piensos o fertilizantes).
 Purificación:
El método más antiguo para separar el etanol del agua es la destilación simple, pero la
pureza está limitada a un 95-96% debido a la formación de un azeótropo de agua-etanol
de bajo punto de ebullición. En el transcurso de la destilación hay que desechar la
primera fracción que contiene principalmente metanol, formado en reacciones
secundarias. Aún hoy, éste es el único método admitido para obtener etanol para el

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consumo humano. Para poder utilizar el etanol como combustible mezclándolo con
gasolina, hay que eliminar el agua hasta alcanzar una pureza del 99,5 al 99,9%. El valor
exacto depende de la temperatura, que determina cuándo ocurre la separación entre las
fases agua e hidrocarburos.
Para obtener etanol libre de agua se aplica la destilación aceotrópica en una mezcla con
benceno o ciclohexano. De estas mezclas se destila a temperaturas más bajas el
azeótropo, formado por el disolvente auxiliar con el agua, mientras que el etanol se
queda retenido. Otro método de purificación muy utilizado actualmente es la adsorción
física mediante tamices moleculares.
Un esquema general de fabricación del bioetanol (Figura 5.8), muestra las siguientes
fases en el proceso:
 Dilución: Es la adición del agua para ajustar la cantidad de azúcar en la mezcla o (en
última instancia) la cantidad de alcohol en el producto. Es necesaria porque la
levadura, usada más adelante en el proceso de fermentación, puede morir debido a
una concentración demasiado grande del alcohol.
 Conversión: La conversión es el proceso de convertir el almidón/celulosa en azúcares
fermentables. Puede ser lograda por el uso de la malta, extractos de enzimas
contenidas en la malta, o por el tratamiento del almidón (o de la celulosa) con el ácido
en un proceso de hidrólisis ácida.
 Fermentación: La fermentación alcohólica es un proceso anaeróbico realizado por las
levaduras, básicamente. De la fermentación alcohólica se obtienen un gran número de
productos, entre ellos el alcohol.
 Destilación o Deshidratación: La destilación es la operación de separar, mediante
calor, los diferentes componentes líquidos de una mezcla (etanol/agua). Una forma de
destilación, conocida desde la antigüedad, es la obtención de alcohol aplicando calor a
una mezcla fermentada.
Figura 5.8. Proceso de obtención de bioetanol.

4.1.2. Otras Alternativas de Fabricación.


 Obtención de Etanol a partir de Materiales Lignocelulócicos:
Otra alternativa a las cosechas dedicadas a fines energéticos, son los materiales
lignocelulósicos son los que ofrecen un mayor potencial para la producción de bioetanol,
el uso de residuos de procesos agrícolas, forestales o industriales, con alto contenido en
biomasa. Estos residuos pueden ir desde la paja de cereal a las “limpias” forestales,
pasando por los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) o las cáscaras de cereal o de arroz. Los
residuos tienen la ventaja de su bajo coste, ya que son la parte no necesaria de otros

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productos o procesos, salvo cuando son utilizados en la alimentación del ganado. Los
RSU tienen un alto contenido en materia orgánica, como papel o madera, que los hace
una potencial fuente de materia prima, aunque debido a su diversa procedencia pueden
contener otros materiales cuyo preproceso de separación incremente mucho el precio de
la obtención del bioalcohol.
También pueden utilizarse residuos generados en algunas industrias, como la papelera, la
hortofrutícola o la fracción orgánica de residuos sólidos industriales. Muchos de estos
residuos no sólo tienen valor económico en el contexto donde se generan sino que
pueden ser causa de problemas ambientales durante su eliminación.
Los residuos de biomasa contienen mezclas complejas de carbohidratos, llamados
celulosa, hemicelulosa y lignina. Para obtener los azúcares de la biomasa, ésta es tratada
con ácidos o enzimas que facilitan su obtención. La celulosa y hemicelulosa son
hidrolizadas por enzimas o diluidas por ácidos para obtener sacarosa, que es entonces
fermentada. Los principales métodos para extraer estos azúcares son tres: la hidrólisis
con ácidos concentrados, la hidrólisis con ácidos diluidos y la hidrólisis enzimática. En la
Figura 8.4 se muestra las diferencias entre los procesos de obtención de bioetanol, según
su materia prima de origen.
Figura 5.9. Diferencias en los procesos de obtención de bioetanol.

 Obtención de Etanol a partir de Alcohol Vínicos:


Otro ejemplo de proceso de obtención de bioetanol a partir de alcohol vínico, lo lleva a
cabo la empresa Acciona-Energía en la planta de Alcázar de Juan, donde se procede a la
limpieza y deshidratación del alcohol bruto, adquirido en las licitaciones que realiza
trimestralmente el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), para elevar su pureza del
92 % al 99,9 % y comercializarlo, una vez desnaturalizado, como bioetanol. El proceso
comprende las siguientes fases:
 Desulfuración: eliminación del anhídrido sulfuroso (SO2) presente en el alcohol bruto.
 Deshidratación: reducción del contenido en agua mediante su tamizado con zeolitas,
sustancias que captan las moléculas de agua.
 Desmetilización: proceso en el que el alcohol ya deshidratado (99,9%) ve separado su
contenido de metanol. Esta sustancia resulta corrosiva para los vehículos y puede ser
comercializada como producto químico o combustible.
 Almacenamiento en depósitos: desde ellos el producto se trasporta por tuberías a la
cisterna de carga y en ese trayecto se le añade una sustancia que desnaturaliza el
bioetanol para evitar así su derivación al consumo humano.

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Figura 5.10. Obtención de bioetanol a partir de alcohol vìnico.

4.1.3. Subproductos de la obtención del bioetanol.


Los subproductos generados en la producción de bioetanol, así como el volumen de los
mismos, dependen en parte de la materia prima utilizada. En general se pueden agrupar en dos tipos:
 Materiales lignocelulósicos: tallos, bagazo, etc., correspondientes a las partes estructurales
de la planta. En general se utilizan para valorización energética en cogeneración,
especialmente para cubrir las necesidades energéticas de la fase de destilación del
bioetanol, aunque también se puede vender el excedente a la red eléctrica (con precio primado).

 Materiales alimenticios: pulpa y granos de destilería de maíz desecados con solubles


(DDGS), que son los restos energéticos de la planta después de la fermentación y
destilación del bioetanol. Tienen interés para el mercado de piensos animales por su
riqueza en proteína y valor energético.
La caña de azúcar es la planta más aprovechable por el bagazo generado para su combustión
y generación energética. La remolacha azucarera genera 0,75 ton de pulpa por tonelada de
bioetanol producido. La producción de bioetanol a partir de trigo o maíz genera en torno a 1,2
ton de DDGS por tonelada de bioetanol.
En general, existen dos filosofías alimenticias en cuanto al empleo del DDGS. Cuando el
pienso está en el 15 % o menos de la dieta, el DDGS sirve como una fuente de proteína
suplementaria. Cuando el pienso está en los niveles más altos (superior al 15 % de la dieta de
la materia seca) su papel primario es como fuente de energía. El DDGS está compuesto de
grasa –en un 10-15 %–, de fibra neutra detergente –en un 40-55 %–, de proteína de crudo
(CP) –en un 30-35 %– y de ceniza en un 5 %.
4.1.4. Mezclas combustibles con etanol.
Generalmente, cuanto mayor es el contenido de etanol en una mezcla de gasohol, más baja
es su conveniencia para los motores corrientes de automóvil. El etanol puro reacciona o se
disuelve con ciertos materiales de goma y plásticos y no debe utilizarse en motores sin
modificar. Además, el etanol puro tiene un octanaje mucho más alto que la gasolina común
requiriendo por tanto cambiar el cociente de compresión o la sincronización de la chispa para
obtener el rendimiento máximo. Cambiar un coche que utilice gasolina pura como combustible
a un coche que utilice etanol puro como combustible, necesita carburadores y caudales más
grandes. Los motores de etanol también necesitan un sistema de arranque en frío para

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asegurar la suficiente vaporización con temperaturas por debajo de 13°C. El método para
medir la cantidad de combustibles alternativos en EE.UU. es mediante “galones equivalentes
de gasolina” (GEG), en España se suelen utilizar las toneladas equivalentes de petróleo (tep).
En 2002, en EE.UU. utilizaron como combustible una cantidad de etanol igual a 137 petajulios
(PJ), la energía de 1,13 mil millones galones de EE.UU. (ó 4.280.000 m³) de gasolina, lo que
representa menos del 1% del total de combustible usado ese año. Para maximizar la
combustión y reducir al mínimo la no combustión de etanol no vaporizado. Sin embargo, una
mezcla de gasolinas con un 10 a un 30% de etanol, no necesita en general ninguna modificación del
motor. La mayoría de coches modernos pueden funcionar con estas mezclas sin ningún problema.
El gasohol E10, la variante más común, se ha introducido por toda Dinamarca, y en 1989,
Brasil produjo 12 mil millones litros de etanol para combustible a partir de la caña de azúcar,
que fue utilizado para mover 9,2 millones de coches. Las mezclas similares incluyen el E5 y el
E7. Estas concentraciones son generalmente seguras para los últimos motores de automóvil,
sin modificar, y algunas regiones asignan por mandato los límites en la cantidad de etanol en los
combustibles vendidos.
4.1.5. Balance energético de la producción de bioetanol
Para que el etanol contribuya perceptiblemente a las necesidades de combustible para el
transporte, necesitaría tener un balance energético neto positivo. Para evaluar la energía neta
del etanol hay que considerar cuatro variables: la cantidad de energía contenida en el
producto final del etanol, la cantidad de energía consumida directamente para hacer el etanol,
la calidad del etanol resultante comparado con la calidad de la gasolina refinada y la energía
consumida indirectamente para hacer la planta de proceso de etanol.
Aunque es un asunto que crea discusión, algunas investigaciones que hagan caso de la
calidad de la energía sugieren que el proceso toma tanta o más energía combustible fósil (en
las formas de gas natural, diesel y de carbón) para crear una cantidad equivalente de energía
bajo la forma de etanol. Es decir, la energía necesitada para funcionar los tractores, para
producir el fertilizante, para procesar el etanol, y la energía asociada al desgaste y al rasgón
en todo el equipo usado en el proceso (conocido como amortización del activo por los
economistas) puede ser mayor que la energía derivada del etanol al quemarse.
Se suelen citar dos defectos de esta argumentación como respuesta, en primer lugar el no dar
importancia a la calidad de la energía del bioetanol, cuyos efectos económicos son
importantes. Si se compara la calidad de la energía con los costes de descontaminación del
suelo que provocan los derrames de gasolina al ambiente y los costes "médicos" de la
contaminación atmosférica (porque no se puede descontaminar la atmósfera), resultado de la
refinación y de la gasolina quemada. Por otro lado, el desarrollo de las plantas de etanol
implica un prejuicio contra este producto basado estrictamente sobre la pre-existencia de la
capacidad de refinación de la gasolina. La decisión última se debería fundar sobre
razonamientos económicos y sociales a largo plazo.
El primer argumento, sin embargo, sigue debatiéndose. No tiene sentido producir 1 L de
etanol si requiere quemar 2 L de gasolina (o incluso de etanol) para crear ese litro. La mayor
parte de la discusión científica actual en lo que al etanol se refiere gira actualmente alrededor
de las aplicaciones en las fronteras del sistema. Esto se refiere a lo completo que pueda ser el
esquema de entradas y salidas de energía. Se discute si se deben incluir temas como la
energía requerida para alimentar a la gente que cuida y procesa el maíz, para levantar y
reparar las cercas de la granja, incluso la cantidad de energía que consume un tractor.
Además, no hay acuerdo en qué clase de valor dar para el resto del maíz, como el tallo por
ejemplo, lo que se conoce comúnmente como co-producto. Algunos estudios propugnan que
es mejor dejarlo en el campo para proteger el suelo contra la erosión y para agregar materia
orgánica. Mientras que otros queman el co-producto para accionar la planta del etanol, pero
no evitan la erosión del suelo que resulta, lo cual requeriría más energía en forma de
fertilizante. Dependiendo del estudio, la energía neta varía de 0,7 a 1,5 unidades de etanol
por unidad de energía de combustible fósil consumida. En comparación si el combustible fósil
utilizado para extraer etanol se hubiese utilizado para extraer petróleo y gas se hubiesen
llenado 15 unidades de gasolina, que es un orden de magnitud mayor. Pero, la extracción no
es igual que la producción. Cada litro de petróleo extraído es un litro de petróleo agotado.
Para comparar el balance energético de la producción de la gasolina a la producción de
etanol, debe calcularse también la energía requerida para producir el petróleo de la atmósfera

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y para meterlo nuevamente dentro de la tierra, un proceso que haría que la eficiencia de la
producción de la gasolina fuese fraccionaria comparada a la del etanol. Se calcula que se
necesita un balance energético de 200 %, o 2 unidades de etanol por unidad de combustible
fósil invertida, antes que la producción en masa de etanol llegue a ser económicamente factible.

4.2. Biodiesel.
El Biodiesel es un combustible renovable que se obtiene a partir de aceites vegetales o grasas
animales, como la soja, la palmera, colza, etc. se obtiene mediante un proceso que es la
transesterificación de triglicéridos (aceite). El termino “bio” se refiere a su naturaleza renovable y
“diesel” se refiere a su uso de motores de este tipo. El biodiesel posee las mismas propiedades del
combustible diesel que son empleados por automóviles, camiones, ómnibus, etc. Y puede ser usado
en cualquier motor diesel de forma pura o mezclado con el diesel, no es necesario efectuar ninguna
modificación en los motores para poder emplear este combustible. Este producto nos es necesario
porque no es nocivo para la salud humana, para la vegetación, los animales vivos y no daña los
monumentos o edificios. Permite transportar de forma segura y fácil porque es biodegradable Este
combustible posee un punto de inflamación de 150 °C a comparación del diesel que es de 64 °C.
4.2.1. Características del Biodiesel.
 Es un combustible ecológico de origen renovable y respetuoso con el medio ambiente.
 Es seguro, fácil para transportarlo y almacenarlo.
 Es biodegradable como el azúcar, es diez veces menos tóxico que la sal de cocina y tiene
un punto de inflación aproximad. de 150 °C, comparado al diesel su punto de inflación es 50 °C.
 El uso del biodiesel reduce aproximadamente en 80% las emisiones del anhídrido
carbónico y un 100% las de dióxido de azufre. También la combustión del biodiesel
disminuye en 90% la cantidad de hidrocarburos totales no quemados y entre el 75%-
90% en los hidrocarburos aromáticos. Contiene 11% de oxígeno en peso y o contiene azufre.
 El uso de biodiesel puede extender la vida de los motores por que posee mejor calidad
lubricante que el diesel.
 Los derrames de este combustible en las aguas de ríos y mares son menos
contaminantes que otros combustibles.
 Los olores de la combustión del biodiesel son aromas de palomitas de maíz o papas fritas.
 Diversos estudios realizados demostraron que el biodiesel reduce en un 90% el riesgo de
contraer cáncer.
4.2.2. Materias primas en el Perú.
Las materias primas que por lo general son los grasa animales y grasas vegetales. Algunas
materias primas de mayor interés son:
 Palma aceitera. Nombre científico (elaeis guineensis). Se produce principalmente en
la región amazónica, y tendría un gran potencial de crecimiento. Tiene un amplio
potencial de crecimiento, en nuestro país asciende en 21500 hectáreas instaladas con
plantaciones de palma aceitera. La productividad de estas plantaciones tiene una gran
variación según nivel de tecnología que se emplee. Se estima que hay alrededor de 32
mil productores d palma ubicados en Ucayali, Loreto, San Martín, Huanuco y empresas
de palma aceitera (CONAPAL). Se requerirá ampliar las áreas de cultivo de palma hasta
unas 70 mil hectáreas con el fin de satisfacer la demanda de estas plantas.
 Piñón. Nombre científico (jaropha curcas). La producción del piñón en nuestro país ha
generado gran interés para la elaboración del biodiesel. Tiene un nivel de vida de 30 a
50 años, crece desde el nivel del mar hasta los mil metros sobre el nivel del mar, su
crecimiento se da en suelos pobres, arenosos y/o alcalinos en Picota y Leoncio Prado
(San Martín), Motupe (Lambayeque) y Ocucaje (Ica) se están sembrando este
producto. Con el apoyo de Naciones Unidas y el Servicio Alemán de Cooperación Social
Técnica (DED), se lanzó un proyecto para producir aceite con lo que se busca sustituir
el uso del diesel en el trasporte público urbano. Para su cultivo se utiliza poco agua y
todas las otras plantas se aprovechan.
 Colza ò canola. Nombre científico (brassica napus). Es la tercera fuente de aceite
vegetal más importante del mundo, ya viene siendo promovida por los programas

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Sierra Exportadora como unos de sus principales programas productivos cuyo cultivo
sea de 20 mil y 200 mil hectáreas de colza canola en la sierra del Perú.
El IIPROFRUTH (2007) organizó en marzo del 2007 una mesa redonda sobre la canola y
su posible impacto ambiental y socioeconómico en las zonas alto andina del Perú, se
dieron las siguientes conclusiones y recomendaciones no se cuenta con el insumo
semilla canola, la canola aún esta en su fase experimental; es necesario desarrollar
mayor investigación antes de iniciar la producción intensiva y extensiva de canola.
 Aceite de pescado. Somos el primer productor mundial del aceite de pescado donde
la principal especie es la anchoveta, su índice de Omega tres se convierte en un
producto esencial para el consumo humano. En el año 2005 se fabricó un total de 290
mil toneladas de aceite de pescado crudo. Notamos que sigue existiendo poca
experiencia en el mundo en producción de biodiesel a partir de este aceite entonces se
requiere investigación científica el sobre proceso de producción y la calidad del
combustible que reobtendría. Se puede notar que los precios del aceite están muy
altos: la tonelada de aceite crudo de pescado cuesta $ 640 mientras que el crudo de
soya costó un promedio de $ 534 y el crudo de palma cuesta solamente $ 511.
 Otras oleaginosas tropicales.
Cuadro 5.10. Principales oleaginosas tropicales.

Rendimiento Contenido
estimado de de aceite
Nombre Parte
Nombre común aceite en del fruto o
científico oleaginosa plantaciones semilla
(Kg/ha/año) (%)
Aguaje Mauritia flexuosa Pulpa 2400 21,1
Almendro Caryocar villosum Pulpa y semilla 270
Almendro Caryocar glabrumm Semilla 37
colorado
Babasu Orbignia phalerata Semilla 90 - 150 72
Castaña Bertholletia excelsa Semilla 1575 69,3
Coco Cocos nucifera Endocarpio 610 - 732 66
Copoasù Theobroma Semilla 482 - 808
grandiflorum
Hamaca huayo Couepia dolicopoda Semilla 70 – 80
Huasaì Euterpe precatoria Pulpa y
semilla
Inchi Caryodendrum 41 – 59
orinocense
Marañón Anacardium Nuez 46,3
occidentale
Pijuayo Bactris gasipaes Pulpa y 2000 23
semilla
Poloponta Elaeis oleifera Pulpa y semilla 1800 16,2
Sacha inchi Plukinetia volubilis Almendra 51,4
Sacha mangua Grias neuberthii Pulpa 165
Pulpa y 12 – 15 60
Totai Acrocomia totai
semilla (pulpa) (almendra)
Tucuma Astrocaryum Pulpa y 43,7
vulgare semilla
Umari Poraqueiba sericea Pulpa 530 21,2
19
(mesocarpo)
Ungurahui Oenocarpus bataua Pulpa 240 - 525
14,5
(epicarpo)
Uxi Dickesia verrucosa Pulpa 20,2

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4.2.3. Procesos industriales de elaboración de Biodiesel.


En la actualidad existen diversos procesos industriales mediante los cuales se pueden
obtener biodiesel. Los mas importantes son los siguientes:
 Proceso base-base, mediante el cual se utiliza como catalizador un hidróxido el cual
puede ser de sodio o potasio.
 Proceso acido-base: Consiste en hacer primero una esterificación ácida y luego seguir el
proceso normal (base-base), se usa generalmente para aceites con alto índice de acidez.
 Procesos supercríticos, en este proceso ya no es necesario la presencia de catalizador,
simplemente se hacen a presiones elevadas en las que el aceite y el alcohol reaccionan
sin necesidad de que un agente externo como el hidróxido actué en la reacción.
 Procesos enzimáticos: se están investigando algunas enzimas que puedan servir como
aceleradores de la reacción aceite-alcohol. Este proceso no se usa en la actualidad debido
a su alto costo el cual impide que se produzca biodiesel en grandes cantidades.
4.2.4. Proceso de trans-esterificación.
Se elabora mediante la trans-esterificación de grasas y aceites con alcohol metílico y deja
como residuo la glicerina que puede ser aprovechada por la industria cosmética entre otras.
Por ejemplo, para producir una tonelada de biodiesel es necesario 1 tonelada de aceite
vegetales y/o grasas animales, 0,1 de toneladas de alcohol metílico y otros productos
necesarios en menor medida son productos químicos de fácil obtención en el mercado.
Esta producción nos genera bajos costo de inversión, debido a esto tenemos la posibilidad
de construir localmente condiciones de calidad y competitividad para poder fabricar.
Figura 5.11. Diagrama de flujo del proceso de obtención de Biodiesel.

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6. LOS BIOMATERIALES.
Los biomateriales ó bioproductos, son el resultado de la aplicación de la biotecnología dentro del ámbito
industrial (biotecnología blanca o industrial), dónde, mediante procesos Biológicos, Bioquímicos, Físicos,
Térmicos de: Fermentación, Esterificación, Transesterificación, Digestión, Hidrólisis; con la incorporación
de enzimas, microorganismos, bacterias, etc., se transforma la biomasa (cultivos de no alimentación,
masa forestal, residuos vegetales, etc.) en bioproductos como: los bioplásticos, las biopinturas, los
biolubricantes, los biomateriales de la construcción, la bioenergía, los biocombustibles, etc. Otro gran
sector emerge desde una decena de años, el de los biomateriales, en particular de los materiales
plásticos (embalaje, construcción, transporte, etc.).
Animados por la preservación del medioambiente y la necesidad de encontrar soluciones alternativas para
los productos derivados del petróleo, varias empresas y laboratorios universitarios trabajan en la
elaboración de estos nuevos materiales, pero las salidas parecen todavía mínimas, sin duda a causa del
coste elevado de fabricación (3 a 4 veces más caro que para el plástico común).
Los biomateriales se fabrican a partir de productos y subproductos de los cereales (almidón, gluten, etc.),
los oleaginosos y proteaginosos así que plantas fibrosas (celulosa, etc.).
Muchos de los bioplásticos se fabrican actualmente. Esas materias difieren relativamente poco de los
plásticos actuales (a no ser resultados menores) y son 100% biodegradables. Sólo falta que se creen
sectores de recuperación de este tipo de residuos.
El sistema consiste en extraer de los azucares, el almidón o los aceites, moléculas que se polimerizan
luego en largas cadenas. Al asociar las fibras vegetales con los polímeros (plástico para automóvil a base
de almidón reforzado con fibras de cáñamo o lino, etc.) o al desarrollar nuevos productos para la
construcción (piedra sillar de cáñamo, revestimiento de las calles), se pueden crear materiales
compuestos válidos.
Las biomoléculas sustituirían los productos procedentes de la química orgánica de síntesis por moléculas
respetuosas del medioambiente (tensio-activos « verdes » a partir de colza, etc.).
Los aceites vegetales se transforman en lubrificantes, pinturas, tintas o detergentes biodegradables y no
tóxicos.
Las posibilidades de la química vegetal parecen numerosas y prometedoras.
Para producir bioproductos o bioenergía, se debe transformar la biomasa.
Figura 5.12. Diagrama de flujo del proceso de obtención de Biomateriales.

Existen tres grandes formas de transformación:


 La termoquímica
 La conversión biológica
 La conversión química.

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