Sunteți pe pagina 1din 4

Definiendo Bíblicamente la Palabra “Pecado”

“Principio o fuente de la acción, o un elemento interno productor de las acciones"


(W.E.Vine). Biblicamente "pecado" es "errar en el blanco". Se refiere a un "acto"
deliberado. Miremos como armoniza con el resto de la Biblia:

a) Violación de una ley (Rom. 5:14).


b) Quebrantar una ley o continuar en ella (1 Juan 3:4).
c) Injusticia (1 Juan 5:17).
d) No hacer lo correcto (Sant. 4:17).
e) Dudar (Rom. 14:23).
f) Desobedecer o no aceptar ser persuadido (Juan 3:36).

Preguntas de análisis:

1. ¿Puede un niño violar una ley? En el caso específico, la ley de Dios.


2. ¿Puede un niño quebrantar una ley o continuar en un delito?
3. ¿Puede un niño indefenso obrar injusticia?
4. ¿Puede un niño en la matriz de su madre no hacer lo correcto?, ¿cómo?
5. ¿Podrá un niño en la matriz de su madre dudar o no tener fe?
6. ¿Podrá un niño recién nacido rehusar a ser persuadido o no obedecer a la
verdad de Dios?
7. ¿Puede un bebé cometer una acción que sea llamado pecado, en el sentido de
ofender a Dios?

Evidentemente que NO.

Lo que enseña la Biblia respecto a un niño o bebé recién nacido:

1. No saben nada en su estado de niñez (Deut. 1:39).


2. Hay una etapa en que los niños no saben ni lo bueno ni lo malo (Isa. 7:16).
3. De los niños es el reino de los cielos (Mat. 18:1-5).
4. Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los
tales es el reino de los cielos (Mateo 19:13-15).

Es incorrecto afirmar que nacemos pecadores. El pecado es un acto


consciente de rebelión contra las leyes del Padre. No debe ser confundido
con la herencia de la imperfección (corrupción).
Tanto el pecado, el arrepentimiento y el bautismo son actos conscientes de la
personas.

El pecado no puede transmitirse de generación en generación. Es la


imperfección (corrupción) la que se hereda, la debilidad.

Ezequiel 18:4 “[…]; el alma que pecare, esa morirá.”

Ezequiel 18:20 “El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del
padre, ni el padre llevará el pecado del hijo, […]”.

Marcos 16:16 “El que creyere y fuere bautizado será; mas el que no creyere, será
condenado.

”Romanos 2:5-6 “Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, […] 6 el cual
pagará a cada uno conforme a sus obras […]”

El Padre Celestial no cometería la injusticia de condenar a una persona por el


pecado de otro

Otra definición bíblica de pecado es la siguiente:


“al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.” Santiago 4:17

Un bebe recién nacido no tiene conocimiento del bien ni del mal, ni siquiera tiene
conocimiento de su propia existencia ¿Cómo pues podría escoger hacer una cosa o la otra?
¿Cómo podría reconocer a un Salvador? Su naturaleza pecaminosa lo hará pecar, sí, pero
aun así todavía tendría que hacer una decisión cuando tenga conocimiento. La biblia dice:
“Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra de los
dos reyes que tú temes será abandonada.” Isaías 7:16
Hay un periodo en nuestra existencia en el cual no tenemos conciencia de lo que es pecado.
Todos hemos pasado por ahí pero no lo recordamos. Si decimos que nacemos pecadores,
Dios ya nos ha condenado desde el nacimiento y por ende se ha separado de nosotros desde
la misma concepción. Jesús cuando cargó nuestro pecado sintió la separación de Dios y
exclamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Mateo 27:46. Pero la
biblia no presenta que suceda así durante la concepción ni gestación, por lo menos no en
ciertos bebés. El rey David dijo:
“Pero tú eres el que me sacó del vientre; El que me hizo estar confiado desde que estaba
a los pechos de mi madre. Sobre ti fui echado desde antes de nacer; Desde el vientre de mi
madre, tú eres mi Dios.” Salmo 22:9, 10
“En ti he sido sustentado desde el vientre; De las entrañas de mi madre tú fuiste el que
me sacó; De ti será siempre mi alabanza.” Salmo 71:6
“Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré;
porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy
bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo
más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas
aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.” Salmo 139:13-16
Al profeta Jeremías cuando Dios lo llamó le dijo:
“Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di
por profeta a las naciones.” Jeremías 1:5

Mucho antes de nacer Jeremías Dios ya lo conocía y lo había apartado para un uso santo, lo había
santificado. ¿Cómo podría ser esto, si primero Jeremías debía ser librado del pecado original que
cargaba?

Ezequiel 18:20Reina-Valera 1960 (RVR1960)


20 El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre,
ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y
la impiedad del impío será sobre él.
Deuteronomio 24:16Reina-Valera 1960 (RVR1960)
“Ni éste pecó, ni sus padres; sino que
está ciego para que las obras de Dios
se manifiesten en él. (Jn. 9:3).
Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada
16

uno morirá por su pecado.

"Y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no


entraréis en el reino de los cielos." Mateo 18:3
¿Cómo puede un hijo de Dios seguir bajo la maldición de Dios (Romanos 8:1)?

Tú y yo que ya estamos crecidos tenemos la oportunidad de hacer el bien, de luchar contra


el pecado en nuestras vidas, lo cual no es tarea fácil según el testimonio del apóstol Pablo
en Romanos 7 y 8, sin embargo, Cristo nos libró del pecado con su muerte (si lo hemos
aceptado) y nos garantiza la victoria sobre él si morimos al pecado, es decir si no seguimos
nuestra naturaleza caída pecaminosa, y dejamos que El nos haga participes de Su naturaleza
Divina. Pedro escribió:
“Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor
Jesús. Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por
su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y
excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para
que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la
corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.” 2 Pedro 2-4

S-ar putea să vă placă și