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COMUNICADO DE LA FACULTAD DE ARTES ASAB

AL CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO Y A LA COMUNIDAD ACADÉMICA EN GENERAL


DE LA UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FRENTE AL ACUERDO No. 008 DE 28 DE NOVIEMBRE DE 2013

Los docentes y estudiantes de la Facultad de Artes ASAB de la Universidad Distrital Francisco


José de Caldas, una vez socializados en Asamblea General los comunicados realizados por los
Proyectos Curriculares de Arte Danzario, Artes Escénicas, Artes Musicales, Artes Plásticas y
Visuales y Maestría en Estudios Artísticos, así como los comunicados de los Comités de
Acreditación y Autoevaluación, Creación, Currículo e Investigaciones, productos del juicioso
ejercicio de lectura y análisis del Acuerdo No. 008 de 2013 por el cual se expide el Estatuto
Académico de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, consideran que:

1. Sorprende el contenido del Acuerdo porque irrumpe el desarrollo del proceso de


construcción de universidad que ha sido instalado desde la promulgación del Plan
Estratégico de Desarrollo 2007-2016, en el que se ofrece una metodología para
garantizar un plan de seguimiento y sostenibilidad del proyecto de universidad desde
unos ámbitos estratégicos, institucionales y con políticas de modernización de la
gestión administrativa, financiera y del talento humano, que impulsan la integración
académico-administrativa de la universidad, así como expresa “garantizar la
gobernabilidad y fortalecimiento de la participación en la toma de decisiones” (Política
5)1. Dicho proceso de construcción colectiva, que ha sido directriz de los proyectos del
Comité Institucional de Currículo y de los correspondientes comités de facultades, no
ha sido tenido en cuenta. Las facultades, que han construido sus propios proyectos
educativos (PEF) y que en común acuerdo vienen configurando un Proyecto Educativo
Institucional, no ven reflejado en el acuerdo las fortalezas que han consolidado con
gran esfuerzo y que no pueden ser borradas de un solo tajo. De hecho, el acuerdo se
para sobre un Proyecto Educativo Institucional que no existe, pues ésta ha sido una
tarea de compromiso y construcción colectiva de hace dos años, la cual el Comité de
Currículo Institucional recoge en la publicación APORTES AL PROYECTO EDUCATIVO
UD. Una construcción colectiva (2013).

Aunque la participación de la comunidad académica en los destinos de la Universidad


Distrital debe ser un camino constante e indispensable para la construcción de una
institución enfocada en el conocimiento, la investigación, la inclusión y el impacto
social, el proceso de elaboración del Acuerdo 008 de 2013 no tuvo en cuenta los
ejercicios de participación de la comunidad que han arrojado propuestas serias, fruto
de reales construcciones académicas de profesores, estudiantes y administrativos; por
otra parte, su aprobación tampoco contó con la presencia de representantes de la
comunidad universitaria. Si bien el CSU se reunió con diferentes estamentos, al final
los criterios de estas éstos no fueron tenidos en cuenta y sí se impuso una reforma que
se está aplicando con nefastas consecuencias para la facultad, los proyectos

1
Plan Estratégico de Desarrollo 2007-2016 “Saberes, Conocimientos e Investigación de Alto Impacto para el
Desarrollo Humano y Social”. Universidad Distrital Francisco José de Caldas – Vicerrectoría Académica. Aprobado
por el CSU en sesión del 18 de Octubre de 2007.
curriculares y sus procesos de registro calificado y de acreditación (cuyos planes de
mejoramiento y autoevaluación están siendo igualmente ignorados).

2. En la reforma, que dice ser académica, se expresa el privilegio de lo administrativo. Así


mismo, se infiere en la estructura presentada una verticalidad jerárquica, en contravía
de la participación y democracia que al principio se insinúa. Es así que, bajo una
redacción particularmente intencionada e incoherente -en tanto que se detectan
varios estilos de escritura y la arbitraria copia de algunos apartes de lo escrito en las
propuestas realizadas por la Consultiva y por la Comisión de Reforma a manera de
conectores- se desvirtúa el sentido de las categorías, nociones y conceptos propuestos
en los documentos originales, haciendo que deriven en una estructura tecnocrática
que centraliza el poder, ampliando la brecha entre los estamentos académicos y los
órganos de decisión y regulación. Por otra parte, no se identifica la articulación entre
los elementos de la estructura global ni se visibiliza la correspondencia entre las
estancias administrativas y las académicas. La definición y descripción de los
elementos de las micro-estructuras no son claras ni delimitadas y admiten laxas
interpretaciones.

En consecuencia, como está redactado, el acto administrativo provoca confusión,


inseguridad jurídica, vacíos normativos, exabruptos académicos y sospechas en cuanto
a su aplicación, que ponen en duda si la nueva burocracia administrativa estaría en
beneficio de lo académico o profundiza el desactualizado modelo corporativista de
administración de la Universidad. La confusa estructura académica propuesta en el
Acuerdo no expresa la idea del tejido académico y de las prácticas democráticas que
pretende la Universidad.

3. Existe una preocupación por la ausencia de los estudios de factibilidad, presupuestales


y de sostenibilidad, de impacto socioeconómico, académicos y de impacto en
investigación que deberían sustentar la reforma. El principio de realidad (social,
institucional y cultural) que se pretende intervenir debería partir de un diagnóstico
elaborado y compartido con los miembros de la comunidad académica y no por la
lectura sesgada que hace de manera unilateral el proponente del documento. La
indagación, conversación y deliberación franca con la comunidad permitiría mayores
consensos en relación a lo que debe cambiar o permanecer, los logros y los déficits, de
acuerdo a un proyecto, modelo o paradigma de institución compartido –en cualquier
caso legitimado por la participación democrática y no por la imposición de visiones
particularistas, sorpresivas y arbitrarias.

4. El documento presenta una nueva organización de facultades que no guarda


correspondencia con un plan de acción vigente ni con los lineamientos académicos
globales, por los cuales el soporte para la creación de facultades deben ser los campos
estratégicos de desarrollo académico, científico y social. Para el caso de la propuesta
de la “Nueva Facultad de Artes y Comunicaciones” enunciada por el acuerdo, se
presenta una organización entre campos de conocimiento que no corresponden a un
criterio de construcción epistemológica, ya que de manera arbitraria agrupa estudios
artísticos con licenciaturas en educación básica con énfasis en lengua castellana,
inglés, humanidades y también adiciona estudios de periodismo para la conformación
de los pregrados (éstos últimos modificando la denominación de la Facultad, aun
cuando se encuentran apenas propuestos sólo en el papel). Además, sin un estudio de
factibilidad, igualmente se anexa el Instituto de Lenguas ILUD y se omite la Academia
Luis A. Calvo (ALAC), lo que significa un retroceso de la gestión adelantada por la
Facultad en cuanto al impacto e interacción con las comunidades artísticas de la
ciudad, la región y el país.

Con relación a los estudios de postgrado, el documento presenta programas


orientados a pedagogía, lenguaje, educación, lingüística, lengua extranjera y lengua
materna. Por otro lado, se excluyen de forma incomprensible e irresponsable el
programa de Maestría en Estudios Artísticos, que se encuentran en su tercera cohorte,
y los proyectos de maestría y doctorado que vienen formulándose desde hace algunos
años, como la Maestría en Arte y Tecnología, la Maestría en Voz Escénica y el
Doctorado en Artes, yendo en contravía con los procesos de desarrollo académico de
la Facultad de Artes ASAB y de todo el sector artístico y cultural de la ciudad y del país,
que cifra en estas ofertas postgraduales desarrollos determinantes de su futuro. En ese
sentido, el documento no se manifiesta como la propuesta de desarrollo académico,
cultural y artístico que cabría esperar de una reforma universitaria; al contrario, luce
desvinculado de las bases epistemológicas del campo del arte y la estética, así como
desconocedor de las dinámicas culturales sobre las que transitan las prácticas artísticas
y académicas del campo. Se hace, entonces, un llamado al reconocimiento de la
trayectoria y autonomía de los campos de conocimiento.

La pedagogía, la comunicación social y el periodismo, el arte y la cultura cuentan con


evidentes desarrollos que les confieren un carácter y definición propios e
independientes como campos del conocimiento. Por lo tanto, su agrupación y
vinculación, así como su traslado a instancias como centros o institutos, no deben ser
producto de decisiones arbitrarias, sino que deben estar acordes a los desarrollos
académicos de cada campo, de modo que sea a través de sus propias necesidades de
articulación inter y transdisciplinaria que procedan las decisiones académicas y
administrativas que las integran o las convierten en centros o institutos universitarios.

5. La Ciencia, el Arte y la Tecnología son campos del conocimiento, sin embargo a lo largo
del texto no aparecen de esta manera, demostrándose que la concepción del Arte
como campo y objeto de estudio no fue incluida en los planteamientos del texto,
desconociendo los esfuerzos y avances comprometidos en el desarrollo de una
facultad que se ha posicionado gracias a las intervenciones gubernamentales desde el
Distrito Capital, la intervención de connotados artistas y académicos nacionales e
internacionales, la producción artística y cultural de su comunidad académica, la
proyección y reconocimiento que han alcanzado sus egresados, los aportes en la
construcción de estrategias innovadoras en docencia, investigación, proyección social
y creación.
La reforma aprobada por el CSU niega una realidad epistémica que sitúa al Arte como
uno de los pilares de la producción de conocimientos, sentidos y realidades para la
sociedad contemporánea, no reducible a los términos que impone la enunciación de la
“Facultad de Artes y Comunicaciones” en el Acuerdo 008.

En esta misma línea, consideramos que se está ignorando de manera intencional la


identidad y tradición de la Facultad, así como los complejos y dinámicos procesos de
adscripción de la ASAB como Facultad de Artes en el reciente acontecer de la
universidad, reflejado de manera contundente en el hecho de que el documento borra
de un plumazo la discusión sobre la sigla ASAB (Academia Superior de Artes de Bogotá)
que, luego de muchas discusiones, elaboración de documentos históricos y
sustentaciones ante el Consejo Académico, la Universidad se comprometió a incluir
como reconocimiento y respeto a un proyecto patrimonial de formación de artistas
con estatus distrital, regional, nacional e internacional, que fue lo que recibió como
Facultad de Artes en diciembre del 2005.

6. Junto a la preocupación por el cambio de denominación del campo de estudios de la


Facultad, se encuentra también la proyección futura de la infraestructura física y de las
dotaciones indispensables para los procesos de formación e investigación. La
formulación de una facultad de denominación y campo diferentes a la actual tiene
hondas repercusiones en el desarrollo físico de la Universidad, así como un
replanteamiento completo de todos los estudios de sostenibilidad desarrollados para
los procesos de conformación de nuevos programas de postgrado de la Facultad. Es
evidente la actitud reiterada por parte de las directivas de la Universidad, quienes
toman decisiones arbitrarias que desconocen los procesos que se han dado de
antemano y los acuerdos a los que se llega con la comunidad académica. Recordamos
que la misma situación se presentó con el proyecto Aduanilla de Paiba como sede de la
Facultad de Artes ASAB, al que la Universidad y la Facultad destinaron dinero, tiempo y
esfuerzo, generando promesas y expectativas sobre las cuales fueron aprobados
algunos registros calificados y acreditaciones de Alta Calidad y que ahora se
encuentran en el limbo por su incumplimiento.

7. Es necesario señalar que dentro de los estándares de calidad exigidos por el CNA a los
proyectos curriculares para los procesos de acreditación, la creación debe ser
visibilizada y fortalecida en todas sus dimensiones, carencia que la Facultad ve con
preocupación en esta nueva estructura académica. La inserción de la creación dentro
de la Vicerrectoría de investigaciones instaurada actualmente, no reconoce los
lineamientos que de forma dialógica se han adelantado por la Universidad y la
Facultad para establecer formalmente la relación entre teoría y práctica derivada de
los procesos de creación y la cual nos compete a todos (lo cual se refleja en la
intermitencia con que se utiliza la palabra creación, que aparece y desaparece de la
vicerrectoría correspondiente a lo largo de todo el texto)2. El documento tampoco

2
Puntualmente, se encuentran incoherencias y formas arbitrarias de hacer referencia a la denominación “creación”,
por ejemplo, en el caso del CAPITULO 7, titulado: DE LAS FACULTADES, en el Artículo 20 y 22. donde se mencionan
las funciones específicas de las Facultades, en lo cual currículo, investigación, innovación, extensión y proyección
social son tenidas en cuenta, mientras que Creación desaparece. Igualmente, en el CAPÍTULO 9, titulado CURRÍCULO
explicita las formas como se puedan direccionar las funciones, directrices, ni las
instancias específicas dentro de las facultades, departamentos, claustros y otros, para
establecer derroteros sólidos en este campo tanto en lo académico como en lo
administrativo y que se manifiesten en un Sistema de Creación.

8. Hay en el Acuerdo 008 elementos que inhabilitan la implementación de la reforma. Por


ejemplo, las contradicciones que se evidencian desde el pilotaje a través de la puesta
en marcha de una Vicerrectoría de Investigación, Innovación, Creación, Extensión y
Proyección Social, la cual comenzó a funcionar sin un estatuto que regule su operación
académica y administrativa, ni con un sistema, ni un piso jurídico con el cual pueda
amparar y argumentar su procedimiento y mucho menos justificar su manejo
presupuestal, ya que la reglamentación propia del Centro de Investigación y Desarrollo
Científico (CIDC), que era el órgano que venía cumpliendo dichas funciones, fue
derogado por el mismo acuerdo3. El documento no explicita tampoco la constitución
del correspondiente Consejo Científico de Investigación y Creación, permitiendo que el
Vicerrector asuma las políticas, deberes y obligaciones de todo el sistema de
investigación. Esto pone una vez más en tela de juicio la viabilidad y transparencia de
la reforma y reafirma el interés politiquero en la aprobación de la misma, aún más
cuando una de las personas que vota a favor de la aprobación del acuerdo en el CSU es
quien pasó de ocupar el puesto de director del CIDC al de vicerrector de la
dependencia aquí cuestionada.

9. El acuerdo argumenta en su encabezado que la reforma se sustenta en la Ley 30 y


busca “el desarrollo de la autonomía universitaria, reconoce a las Universidades el
derecho de darse y modificar sus estatutos, adoptar sus correspondientes regímenes,
establecer, arbitrar y aplicar sus recursos”. Si nos atenemos a este principio, el texto
de reforma tiene visos de ilegitimidad, pues la Universidad somos todos. La reforma
expuesta por el Acuerdo 008 no fue formulada, debatida, revisada o aprobada por la
comunidad académica. Se habla de socialización e institucionalización de la Reforma,
para su imposición, pero en ningún caso se manifiesta el deseo de que la Comunidad
Universitaria incida en la misma, es decir, no existe la posibilidad de cambiar o
transformar sus objetivos, articulados y menos sobre su implementación, lo cual viola
abiertamente el derecho de todo ciudadano de incidir sobre la ley y reglamentación
que lo regirá en un futuro cercano.

Por lo aquí expuesto, los estudiantes y los docentes de Facultad de Artes ASAB, si bien
consideramos que es necesaria y pertinente una reforma integral de la Universidad Distrital
Francisco José de Caldas, no aceptamos la implementación del Acuerdo oo8 del 28 de
noviembre de 2013, lo rechazamos en su totalidad, exigimos su derogatoria y reclamamos la

Y PROGRAMAS ACADÉMICOS, Artículo 45: Estructura y organización, se hace referencia a la Creación como una
función de la Universidad, pero sin generar el espacio para que tenga injerencia en la organización académica.
3
Al respecto, el Consejo Académico emitió la resolución 007 del 11 de febrero del 2014 y en articulo 2 expresa:
“Mantener transitoriamente las actividades y funciones del Comité de Investigaciones del Centro de investigación y
Desarrollo Científico de la Universidad (CIDC), previstas en el Artículo 8 del acuerdo 009 del Consejo Superior
Universitario”, lo que demuestra la improvisación e inviabilidad de esta reforma.
recuperación de todos los avances logrados en la Asamblea Consultiva y el reconocimiento de
las construcciones colectivas que están en proceso, con el fin de lograr una reforma
universitaria democrática, capaz de recoger los más altos intereses de desarrollo de la
Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

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