Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
INAUGURACIÓN
Conferencia magistral I:
Pobreza y corrupción
Germán Cardona
Ex alcalde de Manizales y ex director del Programa Anticorrupción - Colombia
Presentación:
III Encuesta Nacional sobre Corrupción
Pepi Patrón
Transparencia
Alfredo Torres
Apoyo
Panel:
Cecilia Valenzuela
Periodista
Rosa María Palacios
Periodista
Augusto Álvarez Rodrich
Periodista
Alfredo Torres
Moderador:
José Ugaz
Conferencia:
La capacidad investigadora del Congreso desde la perspectiva de los congresistas
Ernesto Herrera
Congresista
Moderador:
Álvaro Rey de Castro
Conferencia:
La capacidad investigadora del Congreso desde la perspectiva de la prensa
Gustavo Gorriti
Periodista
Conferencia:
Pobreza y corrupción en el Perú
Pedro Francke
Economista
Panel:
Gianfranco Castagnola
Economista
Humberto Campodónico
Economista
Fritz Du Bois
Economista
Presentación:
Diagnóstico del estado de la lucha contra la corrupción: 2000-2004
José Ugaz
Presidente de Proética
Panel:
Santiago Pedraglio
Periodista
Anel Townsend
Congresista
Julio Cotler
Sociólogo
Presentación:
Descentralización y lucha anticorrupción en el Perú: problemas encontrados y
posibilidades
Salvador Peña
Gerente de Desarrollo Social de la Región Junín
Yehude Simon
Presidente Regional de Lambayeque
Leoluca Orlando
Ex alcalde de Palermo – Italia
CLAUSURA
INAUGURACIÓN
Ántero Flores-Aráoz
Presidente del Congreso de la República del Perú
Presentación:
III Encuesta Nacional sobre Corrupción
Pepi Patrón
Transparencia
Alfredo Torres
Apoyo
Pepi Patrón
Cecilia Valenzuela
“Yo leía las cifras –dijo la periodista acerca de la encuesta- y veía con
escalofríos los resultados porque la percepción que la gente tiene del problema de
la corrupción alarma por el desconocimiento del mismo.” Luego aludió a una
infortunada anécdota sobre el presidente Alejandro Toledo, quien casi fue
descabalgado cuando quiso imitar al presidente colombiano en una demostración
ecuestre, durante la última reunión de la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE).
El divertido incidente sugería que la silla del caballo le quedaba grande al
mandatario, algo similar a lo que le ocurre en relación con el sillón presidencial,
según la comentarista.
“Quien nos gobierna –señaló- no cumple un programa, un plan, un proyecto,
ni en su quehacer cotidiano ni en su periodo de gobernante. En los últimos meses
hemos escuchado al procurador anticorrupción, Luis Vargas Valdivia, denunciar en
todos los tonos que en el país no hay quien lidere la lucha contra la corrupción. Y
no hay quien lo haga porque, desde que cayó la banda de Fujimori y Montesinos,
los líderes que supuestamente nos salvaron de su maldad están ocupadísimos
tratando de ocultar la corrupción en sus entornos familiares, partidarios y
políticos.”
La periodista comentó que la lucha contra la corrupción ha quedado reducida
a la Procuraduría, que batalla con dignidad pero con recursos cada vez más
escasos, a los jueces y fiscales que persisten a pesar de que el sistema adopta
una actitud deliberada en contra de ellos, y a la prensa que investiga pero que
tiene como principal detractor al gobierno. Un gobierno representado por Carlos
Ferrero, que sostiene que el desprestigio de los medios, de la democracia, de la
política y de las instituciones del país se debe a los errores y exageraciones del
periodismo de investigación de hoy.
Acto seguido, la comentarista hizo un recuento de los casos de corrupción que
involucran al entorno del presidente Toledo y que fueron descubiertos por la
prensa. Así, se refirió al ex abogado y asesor del presidente, César Almeyda,
implicado en el caso de Panamericana y en el supuesto soborno de la empresa
Bavaria, tal como lo denunciara el diario El Comercio. También aludió al caso
Almeyda-Villanueva, que surgió gracias a las pesquisas del diario Correo y a las
declaraciones concedidas a El Comercio por Liliana Yllief, quien fuera mujer del
finado “cajero” de Montesinos.
Por otra parte, la periodista mencionó a Eliane Karp, la esposa del presidente
Toledo, quien está comprometida en la investigación sobre la malversación de los
fondos del préstamo del Banco Mundial para la CONAPA. “Es cierto –admitió
Valenzuela- que la Contraloría ha encontrado la manera de exonerar a la Primera
Dama de toda responsabilidad y de utilizar como chivo expiatorio a su
representante en la organización. El asunto de la off shore panameña Blue Bay se
encuentra en el Segundo Juzgado Anticorrupción y forma parte del expediente
Almeyda. Ambos casos fueron descubiertos por el programa televisivo La Ventana
Indiscreta.”
La lista también incluye a los hermanos del presidente de la República.
Margarita Toledo está siendo investigada por la falsificación de firmas de su
agrupación partidaria, denuncia formulada por el diario Perú21 y por el programa
Cuarto Poder. Ella también ha debido responder por su participación en el caso
ENAPU, que aún se ventila en la Segunda Fiscalía Anticorrupción. En cuanto a
Pedro Toledo, ha sido investigado por la concesión de veinte años de telefonía fija
a la empresa Telecomunicaciones Hemisféricas, denuncia hecha por La Ventana
Indiscreta y 90 Segundos. Asimismo, figura el caso Toledo-Borobbio, denunciado
por los diarios Correo y Perú.21, y al que La Ventana Indiscreta aportó nuevas
pruebas. “De probarse judicialmente –indicó Valenzuela-, involucraría
personalmente al presidente. Sin embargo, ni bien la fiscal provincial ordenó que
se reabriera la investigación, el caso le fue arrebatado a la Procuraduría
Anticorrupción.”
Otra de las investigaciones de la prensa descubrió que Fernando y Juanita
Toledo usaban la organización no gubernamental APRODEVI para hacer
consultorías al Ministerio de Transportes y Comunicaciones, sin contar con el
personal idóneo ni la calificación requerida, pero estando muy bien retribuida. El
caso, que se halla ahora en la Sexta Fiscalía Penal de Lima, fue divulgado por La
Ventana Indiscreta. Valenzuela agregó que Juanita Toledo volvió a reincidir, pues
hace poco la sorprendieron en una pollería junto con un sujeto que suplantaba a
un congresista de su partido, el cual ofrecía –más bien, vendía- puestos de trabajo
en una USE.
La periodista arguyó que los procesos en los que está comprometido Fernando
Olivera, socio y sostén del gobierno, son igual de engorrosos. Se trata del vídeo
Schutz-Montesinos y de la fuga de Schutz, asuntos que examina la Fiscalía de la
Nación y que fueron revelados por Correo y Perú.21. Olivera también ha sido
implicado en el caso de las cartas falsas enviadas a El Vaticano, denunciado por
Correo.
El segundo abogado de Alejandro Toledo, José Marcelo Allemant, también ha
pasado a engrosar la lista de corruptos que están estrechamente ligados al
entorno presidencial. “Mientras realizaba gestiones para reforzar la defensa del
presidente en el caso de la demanda contra el congresista Rey –dijo Valenzuela-,
Allemant incurrió en los delitos de tráfico de influencias, soborno y extorsión, y
contra la administración de justicia. Todavía ningún fiscal se atreve a denunciarlo,
aunque el Colegio de Abogados de Lima estudia la posibilidad de expulsarlo.”
La periodista añadió las acusaciones por agresión a los sobrinos de Toledo,
quienes fueron denunciados por las propias víctimas, así como otros casos que,
aun cuando no comprometen a la familia del mandatario, no son menos
escandalosos: el caso Mufarech y el caso Zevallos, entre otros.
Según la encuesta, dijo la periodista, “la corrupción es considerada como
un problema muy grave por la mayor parte de la ciudadanía, lo cual ya constituye
un importante avance. Sin duda, eso se explica por la labor desarrollada por la
Procuraduría, los fiscales y los jueces anticorrupción, pero también por el trabajo
de investigación realizado por la prensa. Ahora, la pregunta es: ¿Esta percepción
es correcta? Y, en lo que se refiere a ubicar la corrupción como tercer gran
problema del país, ¿se trata de una valoración acertada? Yo creo que no, porque
pienso que la corrupción es el problema esencial, como lo fue en otros tiempos el
terrorismo de Sendero Luminoso y del MRTA. Los otros problemas que la
población identifica como gravísimos no podrán solucionarse jamás si no se
controla previamente la corrupción. No se podrá contrarrestar la falta de empleo ni
los problemas económicos, ni afianzar una estabilidad que permita atraer
inversiones, ni garantizar la independencia del Poder Judicial, si no se combate
frontalmente a la corrupción”.
Valenzuela aseguró que la sociedad, en el fondo, lo sabe, lo denuncia e
incluso lo utiliza para justificar sus protestas y excesos. Mencionó los sucesos
recientes en Juliaca, donde la turba saqueó e incendió diecisiete prostíbulos. Y no
lo hicieron sólo porque pensaban que estos lugares eran decadentes y nocivos
para sus jóvenes, sino sobre todo indignados porque funcionaban gracias a los
recursos de amparo de un juez al que habían pagado. Y, cuando los pobladores
de Ilave quemaron vivo al alcalde, ello se debió a que pensaban que se había
apropiado del dinero destinado a la construcción de un puente. Cuando los
cocaleros marchan de ciudad en ciudad, gritan a voz en cuello que Devida está
robando la plata otorgada para la sustitución de cultivos. Estas acusaciones no
son necesariamente ciertas, opinó la periodista, pero es indudable que la razón
que la gente encuentra para rebelarse es la sospecha de corrupción.
“Si la sospecha de corrupción es un móvil determinante para la protesta, ¿por
qué esto no se traduce en la encuesta? –cuestionó la comentarista-. Me atrevería
a decir que ello se debe a otro de los fenómenos que analiza la misma encuesta y
que agrava aún más la situación de la corrupción en el Perú: porque cerca de la
mitad de los entrevistados piensa que el país es muy corrupto y porque sólo
alrededor de la tercera parte manifiesta un ‘rechazo definido hacia la corrupción’.”
Valenzuela recordó la ilusión que se despertó en aquellos peruanos que
participaron de una u otra manera en la oposición contra el régimen abusivo y
corrupto de Fujimori y Montesinos. En su opinión, el error residía en pretender que
la ilusión de acabar con la corrupción era compartida por los políticos que sufrieron
junto con los ciudadanos los vicios y limitaciones impuestos por la dictadura. “Al
cabo de tres años y medio de recuperada la democracia –observó-, uno puede
percatarse de que en nuestro país los políticos conforman una rara especie de
gatos que aun escaldados vuelven a entrar al agua. No obstante, creo que ningún
ciudadano medianamente informado duda de que las razones que encumbraron a
Fujimori y Montesinos durante toda una década se encuentran en la mezquindad,
cobardía e incompetencia de la misma clase política que usufructuaba el poder y
que hoy continúa haciéndolo.”
La comentarista señaló que pese a haber transcurrido veinte años de guerra
fraticida, de dolor, indolencia, represión y persecución, la clase política parece no
haber aprendido nada, pues no enfrenta directa y honestamente el gran problema
de la corrupción que asola al país. Finalmente, Valenzuela advirtió que Fujimori
“encabeza la lista de preferencias electorales con 20 %. Esto se debe,
fundamentalmente, a que el presidente Toledo, autoproclamado salvador de la
democracia, se ha quedado inmovilizado en el centro del gobierno debido a la
corrupción de su familia, sus abogados y su entorno más cercano”.
Moderador:
José Ugaz
Cecilia Valenzuela
La periodista expresó que la idea de que la corrupción está arraigada
culturalmente en los peruanos le parecía una estupidez. Citó como ejemplo el
caso de los emigrantes peruanos al Japón, quienes han adoptado una formalidad
que los lleva a rechazar a aquellos compatriotas que delinquen o que muestran
una conducta contraria a las normas que imperan en esa sociedad. En su opinión,
los peruanos no han tenido un buen ejemplo en las cúpulas de los gobiernos que
se han sucedido desde la época de la guerra con Chile. Y también mencionó el
daño que hizo la intervención de la Iglesia desde los primeros tiempos de la
República.
“No somos lo suficientemente sinceros como nación para aceptar cómo somos
–observó-. Uno de los principales problemas es la falta de liderazgo. Somos un
país donde ha imperado la idea del caudillo y del patrón que hace lo que le viene
en gana y no consulta al resto. Está claro que no aprendemos de nuestros errores.
Necesitamos líderes, pero con un proyecto amplio y que sepan trabajar en
equipo.”
También cuestionó la actitud que prevalece en la clase política, cuyos
miembros “no se mueven ni pestañean demasiado porque están demasiado
pendientes de su posible reelección. Lamentablemente se mantiene la idea de que
hay que llegar al Congreso para enriquecerse”.
“Nada perjudica más a la democracia que la impunidad”, sentenció.
Moderador:
José Ugaz
El presidente de Proética propuso que el psicoanalista Jorge Bruce, quien se
encontraba entre los asistentes, diera su opinión.
Jorge Bruce
Pepi Patrón
Participante 1
Participante 2
Participante 3
Cecilia Valenzuela
La periodista aseveró que no creía que las mujeres, sólo por el hecho de serlo,
eran menos corruptas que los hombres. Para ella se trataba ante todo de una
cuestión de educación, de madres que transmiten a sus hijas una visión
distorsionada de las cosas. “Yo creo que cuando se logre que caigan los políticos
y magistrados que se encuentran en la cima, esto necesariamente va a repercutir
abajo y hacer que disminuya la corrupción”, concluyó.
Para Rosa María Palacios uno de los principales problemas era cuánta
discrecionalidad se le debe dar a un funcionario público en el cumplimiento de su
labor. “Si le doy poca, el sistema no funciona; si le doy mucha, se puede generar
corrupción”, arguyó. Por otra parte, señaló que el tema de los procesos de
participación ciudadana resulta esencial para delinear una estrategia contra la
corrupción: “Si insistimos en que la sociedad intervenga más en la formulación de
las normas y en el establecimiento de pesos y contrapesos en la labor que
desarrollan los funcionarios del Estado, estoy segura de que todo ello contribuirá a
hacer decrecer la corrupción.”
Alfredo Torres
Moderador:
Álvaro Rey de Castro
El moderador advirtió que se daría inicio a esta parte del seminario con la
solitaria presencia del congresista Ernesto Herrera, pese a que se había invitado
también a dos representantes más del Parlamento. “El congresista Herrera es de
la bancada de Perú Posible, aunque independiente –señaló Rey de Castro-. Ha
sido alcalde provincial de Ilo y ha integrado la Comisión de Investigación en el
Congreso, además de cumplir con otras funciones.”
Ernesto Herrera
Congresista de la República
Moderador:
Álvaro Rey de Castro
Ernesto Herrera
Moderador:
Álvaro Rey de Castro
El moderador cerró esta parte del programa destacando que Ernesto Herrera es
uno de los escasos miembros del Congreso que se dirige a la sociedad civil para
instarla a observar y fiscalizar su labor.
Conferencia:
La capacidad investigadora del Congreso desde la perspectiva de la prensa
Gustavo Gorriti
Periodista
Moderador:
Álvaro Rey de Castro
El moderador del seminario intervino para decir que era muy fácil culpar al
Congreso y que, sin embargo, no recordaba que en otras épocas hubieran malos
Senados, ni siquiera en la época del general Odría. Por otra parte, añadió que “la
propia prensa no se puede librar de una autocrítica: no haber señalado los
primeros signos de corrupción. ¿Cómo fue que nadie criticó en su momento la
estructura misma de la Comisión Nacional Anticorrupción? Es evidente que los
periódicos adoptan las posturas que quieren, pero ahora se tiene la impresión de
que criticar al Estado significa pretender tumbar la democracia”.
Gustavo Gorriti
Sobre el tema del Congreso, el periodista expresó que coincidía con quienes
señalaban que a menudo se promulgaban leyes incoherentes, las cuales
favorecían la corrupción. “Esto hace muy difícil una administración apropiada de la
justicia –observó-. Vamos de una cultura de parche a una cultura de remiendo.”
Por otro lado, retomando el asunto de las funciones del periodismo, añadió que
aparte de la fiscalización la prensa tiene un propósito meramente informativo; es
decir, debe darle a los ciudadanos la verdad de los hechos centrales y relevantes.
Asimismo, hizo hincapié en que cuando se trata de editorializar hay que hacerlo
con energía, pero no disfrazar una opinión editorial bajo el aspecto de una
información. Lo interesante, destacó, es la información que, siendo objetiva,
suscita el debate.
“Creo que hoy la prensa está lejos de cumplir con estas funciones -alegó-. La
mayoría de las noticias cubren un radio de quince cuadras: las que van del
Congreso al Poder Ejecutivo o al Poder Judicial. Sin duda, resulta más costoso
sufragar los gastos de un periodista de investigación que ponerle un micro al
presidente del Congreso para recoger su opinión.”
En cuanto al tema de quién debe fiscalizar a la prensa, Gorriti recordó que hay
muchos casos de periodistas de provincias que viven de la extorsión. “Empiezan
criticando furibundamente –dijo- y, una vez que han hecho el “arreglo”, acaban
elogiando. Son los consumidores quienes deben denunciar a esta prensa
corrupta.”
Gorriti también expresó que no creía “en la cohesión corporativa de la prensa.
Creo en la unión sólo en lo que concierne a la defensa de la libertad de expresión.
No hay ninguna razón para defender a los periodistas que hacen mal su labor.
Nosotros los periodistas tenemos un privilegio y este es el de poder llegar a las
casas de la ciudadanía y decirles qué está pasando; por ello debemos ejercer
nuestra labor con absoluta honestidad. En ese sentido, pienso que toda población
que se lo merezca debería tener una Defensoría del Lector”.
En cuanto a la duplicidad de investigaciones entre el Ministerio Público y la
prensa, el periodista dijo que la investigación judicial en modo alguno se
contrapone a la que pone en marcha el Congreso y a los sistemas de control de la
sociedad civil como el que despliega el periodismo. Asimismo, en relación con las
opiniones sobre que antes había un Congreso de mayor nivel, sostuvo que lo que
él rescataría de ese pasado sería el sistema bicameral, que tiende a funcionar
mejor.
Sobre la prensa y la defensa de la democracia, adujo que era legítimo el
cambio de enfoque de una revista como Caretas, motivado por la ofensiva
tendiente a declarar la vacancia de la presidencia orquestada por el congresista
Rafael Rey, que revelaba un interés por tumbar la democracia. Por otro lado,
señaló que hubo un grupo de empresas periodísticas que se prostituyeron y
acabaron siendo cortesanas de un régimen mafioso. Buena parte de aquellos
periodistas, anotó, se reciclaron y continúan en activo, pese a haber participado de
la corrupción. “Por fortuna –concluyó-, en la lucha que se planteó entre los
periodistas de investigación y los periodistas de la mafia, prevalecieron los
primeros, lo que resultó fundamental para la consolidación de la democracia.”
Conferencia:
Pobreza y corrupción en el Perú
Pedro Francke
El conferencista empezó su disertación señalando que una de las dificultades
al abordar el problema de la corrupción es que la gente no establece la conexión
entre esta y la pobreza. En ese sentido, dijo que su propósito era analizar los
mecanismos a través de los cuales la corrupción agrava y reproduce la pobreza,
los cuales son de dos clases. En primer término, “los mecanismos directos, que
son los programas y servicios sociales del Estado orientados a reducir la pobreza,
terminan desviándose hacia otros fines. En segundo término, los mecanismos a
través de los cuales la corrupción afecta el funcionamiento global del sistema
económico y político, agravan una distribución desigual e injusta de los ingresos y
frenan el crecimiento económico”.
Francke sostuvo que la corrupción en los programas sociales y servicios
básicos era un asunto “especialmente doloroso” debido a que esta vía de
enriquecimiento ilícito pone en riesgo la existencia de los usuarios. En su opinión,
la corrupción es toda desviación de los objetivos de estos programas, los cuales
pretenden combatir la pobreza y mejorar el nivel de vida de la población.
“Estos problemas se vienen arrastrando desde hace varias décadas –señaló- y
llegaron a su cenit cuando el gobierno autoritario de Fujimori convirtió la asistencia
social en una de sus principales armas de capitalización política, utilizando
prebendas y consolidando el clientelismo entre los sectores más necesitados. Es
decir, un instrumento clave de apoyo social pasó a ser, claramente, un foco de
irregularidades. Y, para lograr este fin, el gobierno fujimorista armó una amplia
organización política, sustentada desde el aparato público, que comprendió la casi
totalidad de instituciones y dependencias estatales.”
En consecuencia, la corrupción implicaba dos aspectos: uno que comprometía
a los dirigentes sociales adscritos al gobierno de turno, los cuales sacaban
provecho a esta vinculación política; otro, de mayor gravedad, que puede
describirse como el reflejo corruptor que las altas esferas proyectan sobre los
mencionados dirigentes sociales. “Al anteponerse entonces intereses ajenos al
problema de fondo de la asistencia social –precisó el ponente-, se configuró una
situación irregular que, más allá de sus implicancias legales, atenta contra la
dignidad de las personas.”
Francke dijo que podía distinguirse una gran corrupción y otra modalidad
pequeña en el ámbito de los programas sociales. En su opinión, la mecánica de la
gran corrupción se da cuando se tejen lobbies para que se compren determinados
productos o servicios que ofrece una empresa, sin tomar en cuenta si son los más
idóneos para el programa, y cuando directamente se hacen trampas en las
licitaciones.
Uno de los casos que puso como ejemplo fue el de los desayunos escolares.
Únicamente en Lima e Ica, anotó, se implementan estos programas con leche
UHT (que produce la empresa Gloria). Sin embargo, esta leche es más cara, en
un 55 %, que el enriquecido lácteo que reciben los niños en las áreas rurales. Lo
significativo es que con ese mismo presupuesto se podría dar desayuno a 110 mil
niños más. “¿Cuál es la justificación de esta medida? –se preguntó Francke-. Pues
que existe una empresa que le dice al gobierno que ha invertido su capital y que
ahora debe colocar su producto. Estamos hablando de todo un sistema de
corrupción. En el programa del Vaso de Leche se suscitan irregularidades, como
se constata con la maniobra de muchos municipios que hacen licitaciones que
favorecen a la leche evaporada, pese a que esta resulta más cara.”
En cuanto a las influencias directas en las licitaciones, el ponente dijo que se
han podido observar malas prácticas en aquellas que se convocan para la
construcción de colegios y hospitales, adquisición de equipos médicos, medicinas,
materiales educativos o alimentos en grandes cantidades.
La pequeña corrupción, apuntó el expositor, es aquella que no reporta
beneficios en gran escala pero cuyo efecto destructor se debe a la frecuencia
diaria con que se produce y que se repite en miles de situaciones. Y, a diferencia
de la anterior, este nivel de corrupción es mucho más difícil de detectar y de
sancionar. Respecto al Vaso de Leche, insistió, se ha establecido que un 30 % de
los recursos (lo que equivale a cien millones de soles) se pierde antes de llegar a
manos de las madres encargadas de su distribución.
“En todos estos casos –expresó Francke- se tiende a caer fácilmente en una
trampa conceptual: como son pobres, entonces se disculpa que puedan caer en
estas prácticas. Como si el bajo sueldo de los policías justificara que cobren una
coima y cada persona no tuviera que responder por sus obligaciones legales o
sociales.”
También aludió a las facetas de corrupción que se perciben en los sectores de
Educación y Salud. En este último sector, gracias a una negociación entre los
trabajadores de ESSALUD y los responsables políticos, los médicos consiguieron
que se les eximiera de la obligación de marcar tarjeta en sus centros laborales. El
conferencista dijo que esto constituía un pésimo precedente, pues no contribuía en
nada a generar confianza en la ciudadanía y “es, en realidad, una forma de
legalizar el hecho de que los médicos llegan tarde, salen temprano o se ausentan
durante el trabajo para atender a sus clientes particulares”.
En lo que concierne a Educación, dijo que había un estudio que demostraba
que la inasistencia de los maestros a los colegios oscila entre un 15 y 30 %. Este
tipo de conductas, arguyó Francke, quizá no se enmarquen en una categoría
punible de acuerdo con el código penal, pero “sí se inscriben en lo que podemos
delimitar como ámbitos de corruptelas, apañados en reivindicaciones sectoriales.
Señalar estas situaciones es llamar la atención sobre prácticas en el interior del
Estado que generan pérdidas económicas que se reflejan al evaluar las horas de
trabajo efectivo de los funcionarios. Asimismo, esto motiva que los ciudadanos
tiendan a pensar que laborar para el Estado supone una posición de fuerza, lo que
otorga carta blanca para obtener prebendas reñidas con la transparencia que debe
prevalecer en el sector público”.
El conferencista sostuvo que había que ser conscientes de que el bajo nivel de
sueldos en la administración pública no era justificación para ningún tipo de
corrupción. De otro modo, no tendría sentido ninguna política estatal sobre la
corrupción. Francke reiteró que tanto esta como “cualquier otra mala práctica
social deben ser vistas desde un ángulo impermeable para poder crear una cultura
de la legalidad. Pero, al mismo tiempo, el Estado y sus representantes deben
asumir perentoriamente que será más arduo desincentivar a la corrupción
mientras los sistemas de acceso a la formalidad, la justicia o la seguridad
supongan trabas para el ciudadano corriente”.
“La corrupción es un hecho social que no sólo atraviesa al Estado peruano en
todos sus niveles –continuó-, sino que se trata de una actitud frente a la cual la
nación ha sido y es permeable. Por eso los límites entre la buena gestión pública y
la corrupción no son percibidos con nitidez por la sociedad, la cual en cierta
medida justifica algunas conductas reprobables.”
Francke arguyó que muchas maniobras dudosas son motivadas por unas
“reglas de juego administrativas poco definidas”, lo que promueve determinados
comportamientos orientados a abreviar o aligerar los trámites exigidos. Por otra
parte, apuntó que la desorganización del Estado ha hecho surgir formas paralelas
de autoorganización, las que, pese a su voluntarismo, no siempre encuentran la
manera más efectiva de utilizar los recursos asignados ni de maximizar los
beneficios que pueden conseguirse a través de los programas de apoyo social. “El
límite entre lo público y lo privado se confunde –indicó el ponente- y, junto con
este, el límite entre la corrupción y la probidad se hace difuso.”
El conferencista hizo una importante distinción: si bien la corrupción frena el
crecimiento económico porque puede desviar recursos públicos con fines
delictivos, no constituye la única razón de la falta del mismo. En ese sentido, una
cuestión crucial “es el funcionamiento del Estado, pues este debe proveer bienes
públicos e infraestructura, garantizar la equidad y la vigencia de los derechos
humanos incluyendo los económicos y sociales, resolver fallas del mercado y
actuar como agente promotor del desarrollo. Un estado ineficiente será por ello un
lastre para el crecimiento económico
Francke expresó que el Estado continúa siendo visto bajo un enfoque erróneo:
se piensa que es un medio que debe cumplir con los compromisos pactados en el
periodo preelectoral en lugar de orientarse a la satisfacción del bien común.
“Existe una relación de complicidad con los diversos grupos que acceden al poder
local, regional o central –alegó-. En el país ha prevalecido el razonamiento de
‘roba pero hace obra’, lo que finalmente es la justificación de todo autoritarismo
habido y latente.”
El expositor insistió en que hay distintas versiones de la corrupción y
diferentes modos en los que los recursos públicos acaban en bolsillos privados:
licitaciones amañadas, rescates bancarios (caso Banco Wiese), compra de armas
(Montesinos), entre otros. En realidad, dijo, se usa el poder y se arregla la ley para
favorecer intereses particulares, como ocurrió en el caso Hayduk y el
nombramiento de administradores a favor del banquero Dionisio Romero, o
cuando se dio el decreto supremo sobre la doble depreciación.
Asimismo, Francke expresó que “la distribución del ingreso puede ser desigual
pero justa. Por un lado, está el criterio de que deben recibir más los que se
esforzaron más, bajo la premisa de que todos tienen las mismas oportunidades;
por otro, está la cuestión de la legitimidad de la propiedad. La gente se pregunta
por qué debe defender la propiedad privada si su origen es ilegítimo. ¿Por qué la
SUNAT me persigue a mí y no a los más grandes? Estos desequilibrios también
se observan en el Poder Judicial, el cual termina beneficiando a unos pocos y no a
todos”.
Lamentablemente, predomina la tendencia a buscar favores del Estado y a
aprovechar este río revuelto que ha generado la corrupción. Al final se crea un
clima de desconfianza en la población que también repercute en el
comportamiento de los funcionarios públicos, lo que lleva a exagerar los trámites
en las entidades del Estado. Lo cierto es que el funcionario no sabe cómo actuar
porque un error de procedimiento le podría costar el trabajo. Y, por lo general, este
debe debatirse entre dos frentes: uno compuesto por los funcionarios de mayor
jerarquía, quienes no se preocupan tanto por la eficacia de su gestión como por el
mantenimiento de su puesto, y otro conformado por los ciudadanos que requieren
de las entidades públicas pero cuyas demandas no resultan prioritarias para estas.
Y, desde luego, también existe el problema adicional de que los funcionarios no
suelen ser los más idóneos: la mayoría de ellos han sido nombrados por
conexiones partidarias o lazos de amistad.
En suma, dijo el ponente, “el Estado no es reconocido como el actor crucial
para el desarrollo del país sino que ha pasado a ser percibido como un agente
más de la actividad económica, al que debe extraerse un beneficio antes de que
los vientos políticos cambien”.
Francke también señaló que, “debido a la corrupción, aumentan los costos de
transacción, los contratos no son seguros y hay un costo adicional para hacerlos
valer: la coima. En la administración pública existe una costumbre
institucionalizada que afecta a los interesados en acceder a algún tipo de
contratación, pues a la propuesta debe añadírsele un costo: la retribución que se
destina a quienes determinan cuál es la mejor oferta, que en muchos casos no
resulta la más óptima en relación con el servicio que ha motivado el contrato”.
Así se suscita una inestabilidad jurídica que perjudica a los inversionistas,
explicó el ponente: “Esto hace que los contratos se tornen inseguros, ya que
pueden ser sometidos al escrutinio de los órganos de control interno o externo y
terminar siendo cuestionados legalmente.”
Francke advirtió sobre el peligro que corre la democracia, que se deslegitima
cuando no se contrarrestan situaciones que corrompen la relación del Estado con
el sector privado, que finalmente somos todos. “Los regímenes democráticos –
sostuvo- deben dar prioridad en sus agendas a acciones que, conjugando
fiscalización, desburocratización y celeridad, puedan combatir la
institucionalización de malas prácticas que llevan al Estado a perder lo que debe
ahorrar.”
Los actos corruptos de personajes políticos de primera línea, indicó el
conferencista, generan un efecto de reflejo y constituyen un claro incentivo a la
corrupción y al cuestionamiento de la legalidad vigente. Por tanto, cuando no se
aplican medidas ejemplificadoras en el seno de instituciones como el Congreso de
la República, también se promueve la irregularidad. “Obrar con el ejemplo es un
imperativo en el campo de las acciones públicas –afirmó-. Y, cuando se producen
actos que, a pesar de no incurrir en corrupción, pueden ser mal vistos por la
población, es preciso tratar de evitarlos aplicando la ley del costo sobre el
beneficio general.”
“La corrupción -concluyó Francke- frena el desarrollo económico e impide
soluciones sostenibles frente al problema de la pobreza. Por ello, una política de
lucha contra la pobreza debe involucrar también el tema de la lucha
anticorrupción.”
Panel:
Gianfranco Castagnola
Economista
Humberto Campodónico
Economista
Fritz Du Bois
Economista
Gianfranco Castagnola
Humberto Campodónico
Fritz Du Bois
El comentarista añadió que existe otro tipo de corrupción, que es el que tiene
que ver con el diseño e implementación de las propias norma legales. “Es el caso
del D. S. 12094 –resaltó-, el cual no ha sido discutido ni analizado por la SUNAT.
Este decreto permitió una doble depreciación, lo que llevó a que el Estado
peruano perdiera más de mil quinientos millones de dólares.” Asimismo, sostuvo
que ahora que el Estado ha sido privatizado, ya no hay que pasar por él para
obtener una prebenda. “Porque el Estado da normas legales que pueden
favorecer la corrupción”, acotó.
Pedro Francke
Panel
Santiago Pedraglio
Periodista
Anel Townsend
Congresista
Julio Cotler
Sociólogo
Santiago Pedraglio
El comentarista dijo que le hubiera gustado ver con mayor claridad el indicador
de avance en la lucha anticorrupción. Reconoció que el informe era importante en
tanto representaba un esfuerzo por propiciar la objetividad, pero que, en su
opinión, hubiera sido conveniente una explicación más amplia de los criterios que
se han empleado para elaborar dicho índice.
“La percepción de la sociedad otorga una credibilidad muy baja a la lucha
contra la mafia fujimontesinista y el papel del Estado en la misma –expresó
Pedraglio-. La percepción de la población no es, pues, de 5.9, como en la
evaluación mostrada. Aquí hay una disparidad que es preciso comentar. Uno
puede constatar que ha habido iniciativas legislativas en la lucha contra la
organización criminal. Además, la dimensión del proceso es muy grande y hay un
gran número de acusados. Sin embargo, la objeción principal que yo haría se
refiere a la ausencia de propuestas integrales para combatir la corrupción. La
población percibe que falta una voluntad política en el Estado y que hay una
ausencia de liderazgo para enfrentar el problema.”
Pedraglio insistió en este punto, por cuanto las iniciativas que ha tomado el
gobierno hasta el momento no están basadas en la coherencia y resultan
endebles por la carencia de una decisión que provenga del Estado. Asimismo,
reiteró que la sociedad civil se ha percatado de que tampoco hay un líder que
contribuya a aglutinar a la población y esté dispuesto a asumir la dirección de la
lucha contra la corrupción.
En lo que concierne a los partidos políticos, el comentarista opinó que en tanto
actores de esta lucha no han promovido propuestas y estrategias integrales. Por
otra parte, recordó que incluso en el último paro convocado por la CGTP no se
había contemplado como uno de los puntos básicos la lucha anticorrupción.
“Según este informe –observó Pedraglio-, no sólo no existe voluntad política de
parte del Estado sino que tampoco se nota una preocupación por consolidar la
institucionalidad. No se perciben nuevas conductas en los funcionarios públicos,
de manera que puedan aportar sustantivamente a contrarrestar la corrupción.”
Sobre el rol que han cumplido los medios de comunicación, advirtió que estos
muchas veces han caído en el pecado de sensacionalismo. No ha habido el
seguimiento adecuado e imprescindible de las denuncias. Pedraglio señaló que,
en ese sentido, había que analizar la autorregulación y el manejo de transparencia
en el interior de los medios. Y, finalmente, expresó que el informe revela que entre
las instituciones que menos logros han conseguido en la lucha anticorrupción se
encuentran seis instancias de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Esto,
en su criterio, corrobora la falta de voluntad política del Estado, la debilidad de las
instituciones y la percepción de la población de que muy poco se ha avanzado en
el combate contra la corrupción.
“No deja de ser preocupante el balance global del informe”, concluyó el
presidente del Instituto Prensa y Sociedad.
Anel Townsend
Salvador Peña
Gerente de Desarrollo Social de la Región Junín
Yehude Simon
Presidente Regional de Lambayeque
Salvador Peña
Yehude Simon
Presentador:
Jorge Bruce
Leoluca Orlando