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El sistema Quesungual
En el departamento de Lempira, una de las regiones más pobres y más aisladas de
Honduras, cerca de la frontera con El Salvador, los pequeños agricultores cultivan sus
tierras (1 a 5 hectáreas), en terrenos accidentados, ubicados entre los 200 y 900 metros
sobre el nivel del mar. Con el apoyo del proyecto colaborativo de Lempira Sur, iniciado
por la FAO, en los últimos 10 años se ha producido un cambio masivo a un nuevo
sistema de producción. Este sistema se llama «Quesungual», tomando el nombre de la
aldea donde fue desarrollado por primera vez. Es un sistema de Labranza Cero (LC), de
Agricultura de Conservación (AC), con un componente forestal que permite a los
agricultores cultivar continuamente sus laderas
empinadas, regenerándolas al mismo tiempo.
En la temporada seca se podan los árboles y los arbustos y se dejan a una altura de 1,5 a
2 m, para eliminar las ramas y el rebrote, y para dar luz a las futuras plantas. El material
de la poda es usado como mulch para cubrir el suelo. Se retiran del campo aquellas
ramas y troncos que pueden ser usados como leña o como postes. En general no se
podan los árboles madereros y frutales de alto valor. Los agricultores logran una
densidad ideal manejando la regeneración natural. Antes de sembrar el segundo cultivo
(generalmente fréjol) se limpia el campo por segunda vez, pero no siempre se podan los
árboles y los arbustos. Los fertilizantes minerales son caros y por eso sólo se usan
cuando se cultiva maíz o sorgo como primer cultivo. Se deshierba una sola vez durante
la temporada agrícola, y esto se hace ya sea manualmente o usando un herbicida. La
cosecha se lleva a cabo de la manera tradicional (FAO, 2001).
Además que hay una mejor filtración de agua de lluvia dentro del perfil del suelo a
través de la cubierta, este incremento en la humedad del suelo se puede explicar por el
mayor contenido de materia orgánica en el suelo. Se monitoreó este contenido en tres
lugares diferentes, durante cuatro años, constatándose un aumentó del 2,4% al 4,5%.
Además, la erosión del suelo ha sido detenida casi por completo, estimándose que la
pérdida de nutrientes por la erosión es 10 veces menor en el sistema Quesungual que en
el de tala y quema. Teniendo en consideración sólo a los nutrientes, esta pérdida
representa 34 dólares USA por hectárea en el sistema Quesungual, mientras que en el
sistema de tala y quema, la pérdida asciende a 396 dólares USA por hectárea.
Las mejores condiciones del suelo hacen que el sistema sea más resistente a los
fenómenos climáticos. Comparados con los agricultores que permanecieron practicando
el viejo sistema de tala y quema, los agricultores del sistema de Quesungual no
experimentaron la pérdida total de su producción de maíz durante el período de sequía
de El Niño en 1997. Aún cuando al año siguiente, el huracán Mitch pasó por
Centroamérica descargando fuertes lluvias y donde muchos agricultores perdieron sus
cosechas por segunda vez. Pero los agricultores de Quesungual produjeron
aproximadamente la misma cantidad que el año anterior.
Los agricultores están reportando incrementos de, por lo menos, el 60% en sus
rendimientos de maíz. Y aún más importante es saber que los rendimientos permanecen
estables, a niveles altos, durante más tiempo. El período más largo de producción
continua de maíz es de siete años. Estos campos, que tienen una inclinación del 35% y
suelos pobres, alcanzan
una producción promedio de 2,9 toneladas por hectárea. Antes, en los mismos campos,
el mejor rendimiento era de 1,6 toneladas por hectárea, y en esa época tenía que dejarse
la tierra en barbecho durante varios años antes de usarla para un ciclo de producción de
dos años. Además de maíz y sorgo, la parcela suministra leña y postes a los agricultores,
lo que añade un poco de valor a la producción. Adicionalmente, desde el primer año, el
agricultor puede alquilar sus campos para el pastoreo del ganado, porque hay un
incremento de producción de brotes en el campo. Generalmente eso se hace durante dos
meses. Todavía se necesitan realizar más esfuerzos para una mejor integración de la
producción pecuaria al sistema.
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