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Marie-France Prévôt-Schapira
[563]
1
La expresión es de Guy Di Meo, 1995.
“Administrar la abundancia”
Polo o enclave?
2
El 10 de enero de 1979 se anunció la creación del Transporte Multinodal del Istmo, “puente
terrestre” que a la época fue presentado como una alternativa al Canal de Panamá. Véase Ma.
Antonieta Zárate (2003).
Figura 35.
El Istmo petrolero a principios de los años ochenta
Ríos Extracción de petróleo o gas
Ferrocarril
Extracción de azufre
Carretera principal
Refinería
Oleoducto/Gasoducto
Planta de absorción
Centro urbano Petroquímica
Terminal marítimo petrolero
Planta hidroeléctrica Frontera
Cd Pemex
Peñitas
Malpaso
Chicoasén
Tuxtla
Gutiérrez
Juchitán
Salina Cruz
N
W E
0 50 100 km
Fondo cartográfico: SIG Sotavento
IRD-CIESAS
Edición: Eric Léonard
fueron los lugares con las más altas tasas de crecimiento de empleos del país.
La zona recibió a miles de trabajadores calificados, pero también a campesi
nos que llegaron para edificar Pajaritos, La Cangrejera o Morelos. Muchos
llegaron desde los municipios de la sierra de Santa Marta (Velásquez, 2006), del
Istmo oaxaqueño, de Los Tuxtlas y de la zona del Papaloapan, de Tabasco y
Chiapas (Nolasco, 1979; Prévôt-Schapira, 1981: 259).
Numerosos documentos han analizado los brutales efectos de la urbani
zación caótica y desordenada de esta marcha hacia el oro negro, lo cual
ocurrió en absoluta contradicción con la actividad compulsiva de planifica
ción urbana y territorial de la entonces recién creada Secretaría de Asenta
mientos Humanos y Obras Públicas (sahop), secretaría “estandarte” del
sexenio de López Portillo, (Nolasco, 1979; Prévôt-Schapira, 1981; Legoretta,
1983). La prensa local y nacional hizo amplio eco de la miseria y del desorden
urbano que acompañaban a la riqueza petrolera:
Figura 37.
Evolución de la población urbana del Istmo veracruzano (1900-2000)
250000
200000
150000
100000
50000
0
1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 1995
En esta tónica reflexiva, el libro de David Barkin, Quiénes son los beneficiarios
del desarrollo regional (1972) –que discute las lógica “capitalista” del Estado en
las regiones de intervención–, dio en el blanco,3 al sensibilizar no sólo a los
investigadores, sino también a los tomadores de decisiones a partir de su
3
Para Barkin, la historia del desarrollo regional ha sido aquella donde se presenta una transferencia
de recursos hacia el beneficio de una minoría, abandonando a las poblaciones locales a su suerte.
4
Véanse los numerosos trabajos del credal y aquellos del equipo de El Colegio de México sobre
el polo Lázaro Cárdenas (Bizberg, 1982; Zapata, 1977).
5
Véase Elvira Vargas (1938), o bien Bruno Traven (1947), que relatan las exacciones de las compa
ñías extranjeras en La Huasteca.
6
Parte del discurso del candidato a la Presidencia de la República, J. López Portillo, pronunciado
en la nueva zona petrolera de Reforma, Chiapas, el 4 de enero de 1976.
7
El episodio más conocido es el del general Peláez, en los años 1920, que intenta formar un estado
huasteco, independiente, con el apoyo de las compañías extranjeras.
8
Véase las declaraciones de Óscar Pancardo, secretario general del stprm, en una entrevista: “Si con
el petróleo asesinamos algunos bellos nenúfares, en revancha satisfacemos las necesidades del
pueblo en materia de empleo, de alojamiento, de educación, de asistencia médica”. En Excélsior,
“Pemex contamina, pero no tanto”, 22 de junio de 1978.
nero. Así, el estudio de las reglas y prácticas sindicales ancladas en las socie
dades locales –lógica de redes, privatización de la esfera pública, diversidad
de recursos sobre la base de medios heterogéneos– brindan un esclareci
miento singular sobre las relaciones entre espacio y poder en la región del
Istmo.
9
Para mayor detalle en el uso del término, véase Jean-Baptiste Arrault (2005).
10
N del T: refiere a extensiones de tierra o agua.
11
El pacto obrero-industrial firmado en 1947 por el presidente Miguel Alemán significa la formali
zación de las grandes centrales sindicales.
12
La demanda salarial que debía negociarse en 1958 fue la ocasión que utilizaron los grupos disiden
tes del sindicato petrolero del sindicato ferrocarrilero para movilizar a los trabajadores contra del
grupo dirigente impuesto diez años atrás. Véase Bizberg (2004).
Figura 37.
La organización espacial del poder sindical del stprm a finales de los años sesenta
Ciudad Camargo
de 2 a 4
de 5 a 10
de 11 a 18
W E
Ciudad Madero
Tampico
(sección 1) S
Naranjos
Cerro Azul
Zona Sur
Salina Cruz
13
En 1971 el contrato colectivo obligaba a la empresa a financiar las cajas del stprm para establecer
el proyecto quinista de creación de tiendas y granjas sindicales.
14
Es decir con trabajo gratuito en las empresas del sindicato, a la espera de un contrato.
El tropismo ejercido al final del siglo xix por la zona poco poblada de Coatza
coalcos sobre las ciudades y pueblos pobres de la región zapoteca del sur del
Istmo, gracias a la construcción del ferrocarril, está bien documentado. Se
gún Manuel Uribe (2002), llegaron en gran número policías, soldados y
peones, bajo la dirección de jefes de vieja guardia, a trabajar en el tendido de
vías y las actividades portuarias. Este flujo se reforzó después de la crisis que
provocó, en la parte sur del Istmo, la apertura del canal de Panamá (1914), la
caída del tráfico ferroviario transístmico. En los años 1920, la fuerte presen
cia istmeña se atestigua en la ciudad de Minatitlán: F. Bloom, empleado de la
compañía El Águila, ofrece, en su diario, con fecha del 12 de febrero de
1920, la primera descripción de una fiesta zapoteca (Uribe, 2002: 226). Ahí,
desde 1927 la creación de un centro cultural, y más tarde de la sociedad ju
chiteca de beneficencia San Vicente Ferrer, santo patrón de Juchitán, han
jugado un papel central en la perpetuación de tradiciones y solidaridades
(Uribe, en este volumen).
Estas corrientes se automantienen en función misma de las prácticas del
stprm y sus mecanismos de contratación que fungen como puerta de entrada a
la “gran familia petrolera”. Ellas mantienen una rama transístmica acotada desde
el siglo xix, de tal suerte que la presencia de istmeños impregna la vida sin
dical y política de las secciones del sureste mexicano. Las lealtades étnicas
15
Véase el documental La fiesta de la Candelaria (M. Portilla y M. Uribe, 2005).
16
La Opinión, 12 de julio de 1979; en Prévôt-Schapira (1981: 270).
17
Los “tampiqueños” o “los norteños” son trabajadores de Ciudad Madero o su sección vasalla
–Ébano– en declive.
18
El número de trabajadores de Pemex pasó de 81 042 en 1974 a 154 747 en 1982 para culminar en
183 179 en 1985. En 1982, más de la mitad de los trabajadores de Pemex tenían contratos eventuales.
aplicación de la cláusula 36 del contrato colectivo del stprm. Tan sólo durante
la edificación del complejo de Cangrejera se movilizaron 10 000 obreros en
1976 y 15 000 en 1978, sin contar a los trabajadores en la construcción del gaso
ducto Cactus-Reynosa y a otros en los primeros trabajos relativos al programa
de puertos industriales. La segmentación de intereses entre las secciones por
la creación masiva de empleos en el sureste mexicano avivó los conflictos y
desestabilizó los poderes establecidos por la Sección 10 de Minatitlán, debi
litada por la atribución a la Sección 11 en Nanchital de los puestos de trabajo
de los grandes complejos petroquímicos de Pajaritos, Cangrejera y Morelos.
En la redefinición del mapa petrolero, la pequeña sección de Nanchital
se llevó la mejor parte. ¿Cómo entender ese trato privilegiado en la atribución
de nuevos empleos? Para entender esta situación es necesario cambiar de
perspectiva, y regresar al sistema corporativista y al apoyo de los sucesivos
presidentes de la República con que contó el líder de Ciudad Madero para
expandirse hacia las nuevas regiones petroleras del sureste. El poder del
“gran hombre” permitió a la Sección 1 infiltrarse en las secciones del sur y
monopolizar los cada vez más numerosos puestos de trabajo. Dentro de los
nuevos centros petroleros del sur, el poder “quinista” volvió a dar un empleo
a sus obreros que llegaron de zonas en declive como Tampico y Ébano (San
Luis Potosí). Nanchital, bajo la tutela de Ciudad Madero, se convirtió en
punto de avanzada del poder norteño. Aquí, las “plantas” fueron masiva
mente atribuidas a los tampiqueños. Este despliegue generó violentos con
flictos internos entre la secciones sureñas, hasta entonces dominadas por
Minatitlán, y entre la gente del norte y del sur, por la violencia y la frustración de
los primogénitos de las familias que no lograban heredar “planta” en Pemex.19
En Agua Dulce, la infiltración de tampiqueños hacia finales de los setenta
terminó siendo insoportable para los miles de transitorios que esperaban
una “planta” definitiva. Tan es así que los problemas que vivió la pequeña
19
Ver Moreno (2003) donde se analiza cómo esta situación repercutió en el aumento de la disidencia
en los años 1990, como es el caso del cacique de la Sección 22, de Agua Dulce.
20
“No hay petroleros porque pueblo y petroleros forman una unión indestructible. Es un ejemplo
que deben seguir todas las ciudades petroleras”, Discurso del gobernador Hernández Ochoa
durante su visita a Nanchital, Diario del Istmo, 25 de agosto de 1979.
21
Las condiciones de contratación explican las frustraciones surgidas en las nuevas zonas petroleras.
En el caso de Tabasco, durante la fase de fuerte expansión, menos de 30% de los 25 000 empleos
generados por Pemex fueron otorgados a tabasqueños (Vanneph, 1995).
22
Véase Zeas Salas, “Laguna del Ostión, la nueva ambición entre las secciones petroleras ¿la 10, la
11, la 31? Lo que diga La Quina.. !”. Semanario Gráfico, Coatzacoalcos, 16 de mayo de 1981.
Hasta los años 1970, la figura dominante del poder local en el sur de Veracruz
fue la de Amadeo González Caballero. Su poder se forjó en los años cuarenta
a partir de redes tejidas alrededor de la potente Unión Ganadera del Sur,
asentada en Coatzacoalcos e implicada en los negocios alemanistas.23 Casi
inmediatamente después de la nacionalización, estallaron los conflictos entre
petroleros y ganaderos y los líderes de las dos secciones más poderosas de la
región (la 10 y la 11) disputaron sus cotos de poder. En un ambiente similar
a aquel del Viejo Oeste, tuvieron lugar arreglos de cuentas tanto por el con
trol político como por el control del sector de los transportes, el gran nego
cio de la época con la apertura masiva de nuevos caminos rurales, o por
parte de la industria petrolera.
No es raro evocar el apoyo otorgado entonces por el presidente Alemán
(1948-1952, originario de Sayula, Veracruz) a los ganaderos, quienes recibie
ron certificados de inafectabilidad agraria. Igualmente es importante recordar
las relaciones de amistad que este jefe del Ejecutivo Federal mantenía con los
líderes petroleros, en particular con el de la Sección 11: Alejandro Isaías
Mendoza. Así, al interior de sus territorios los petroleros compartían con los
ganaderos el poder en la zona sur de Veracruz, ya que la introducción duran
te la presidencia de Alemán de la cláusula 36 acerca del “contratismo” resul
tó una fuente de poder y enriquecimiento considerable, y de corrupción.
Pieza clave del sistema corporativista y del sindicalismo “charro”, el stprm
obtuvo la atribución de 2% de los subcontratos de obra (“contratismo”) de
Pemex, así como aquellos relativos al transporte de los obreros.
La intervención permanente del “centro” por medio de sus voceros lo
cales en las luchas que oponían al clan amadeísta con los petroleros, y a las
secciones por la atribución de los nuevos puestos de trabajo, fue una manera
23
González Caballero era originario de Hueyapan de Ocampo, pero residía en Coatzacoalcos.
a los dominios del pri. Aquí, como en Tampico, los comerciantes –aquellos
que se denominan empresarios– formaron alianzas con los petroleros a fin
de prosperar bajo la sombra del sindicato.
Dentro de este dispositivo de control, el municipio constituyó la base
territorial sobre la cual se arraigó el poder político de las secciones y de sus
líderes, a tal punto que la actividad petrolera y el poderío de ciertas secciones
se encuentran en el origen formativo de nuevos municipios, en un país
donde la división municipal había evolucionado muy poco hasta antes de los
años ochenta. La creación de Las Choapas en 1961, segregado de Minatitlán,
de Agua Dulce y Nanchital en 1988, separados respectivamente de Coatza
coalcos e Ixhuatlán al sureste, significaron el reconocimiento de los nuevos
territorios obreros y urbanos incrustados en espacios rurales. En el caso de
Nanchital, su nacimiento tuvo lugar después de feroces conflictos entre la
ciudad petrolera, Nanchital, y la cabecera municipal, el pueblo de Ixhuatlán
del Sureste, atizados por las confrontaciones entre campesinos nahuas y
petroleros zapotecos (Moreno, en este volumen).
Varios han sido los modelos empleados para describir a la ciudad petrolera.
El de la company town, tal y como lo definen J. Gardner (1992) o Allen (1996),
es decir un lugar donde prevalece un aparato de producción industrial o una
empresa que posee la mayoría de las construcciones y a la vez provee los
servicios públicos. El segundo modelo, la ciudad colonial, se caracteriza por
la marcada segregación entre barrios de “extranjeros” y aquellos de pobla
ción indígena (Lavagne, 2004). Finalmente, el modelo de enclave subraya la
situación extraterritorial de un espacio industrial producto de la dominación
y del colonialismo. De hecho, durante el periodo de las compañías extranjeras
esos tres modelos estaban presentes a la vez. En las ciudades que surgieron
24
El petróleo en México. Recopilación de documentos oficiales de orden económico de la industria petrolera con una
introducción que resume sus motivos y consecuencias, Gobierno de México, 1940 (reedición de la Secreta
ría del Patrimonio Nacional, 1963).
25
Luego del fraccionamiento en las colonias urbanas de Cuauhtémoc, Obrera y Gravera en los años
1960, algunos residentes sugieren poner a los “tecos” de un lado y a la gente de Mina por otro,
pero las reventas resultaron contrarias a esa idea (Uribe, op. cit.).
26
Desde 1937 la Sección 26 interviene en la atribución de lotes dados en usufructo por la compañía
El Águila a sus trabajadores (Prévôt-Schapira, 1981: 72).
27
“Coordinan diversas obras en Minatitlán con el apoyo de la Sección 10”, La Opinión, 19 de febrero
de 1979.
28
Discurso de Francisco Balderas, en Memorias del pri 1982-1988: Miguel de la Madrid, Gira prioridades
nacionales, Desarrollo regional en zonas petroleras, 8-11 de diciembre de 1981.
29
En 1981 el líder de la Sección 11, Francisco Balderas, bautizó a Nanchital como Villa Nanchital
de Hernández Galicia. Ante las protestas tuvo que dar marcha atrás.
30
“Las secciones de la Zona Sur desgraciadamente no sabían pelear sus derechos y se dejan mango
near por Ciudad Madero, que poco a poco había incrustado varias elementos como transitorios y
de planta en varios secciones para ir dando luego caballazos y tener el control absoluto” (declara
ción de Sergio Martínez Mendoza, después de su caída, en Gráfico, 25 de julio de 1981).
una verdadera guerra que acabó por hacerlo perder todo apoyo central y lo
cal. Bajo el pretexto de haber rehusado encauzar el sam, Martínez Mendoza
fue destituido en 1981, con el apoyo del secretario de Gobernación de López
Portillo (Prévôt-Schapira, 1981).
En otras palabras, por mediación del modelo de la “revolución obrera”
en las zonas petroleras, y de manera casi ejemplar, los valores e ideologías del
“líder vitalicio” y su sindicato se convirtieron en “hechos espaciales, realiza
dos dentro y por la acción” (Lussault, 2003). La “revolución obrera” fue un
medio de legitimación no sólo para los trabajadores petroleros, sino para
toda la población urbana local. Sin embargo, a diferencia de lo pretendido
por el sam, los ayuntamientos petroleros dejaron en abandono las zonas ru
rales de sus municipios, manteniéndose replegados sobre el mundo urbano
y petrolero. Dentro del vasto municipio de Minatitlán, muchas de las congre
gaciones y rancherías siguieron conectadas con su cabecera por la sola vía
fluvial: ése era otro mundo.31 Un estudio de la sahop realizado en 1978 su
brayaba que una gran parte de las zonas rurales de Minatitlán estaban aisladas
de los centros urbanos y padecían grandes dificultades para despachar sus
producciones agrícolas, estando los campesinos a merced de los coyotes. Sin
duda, el corredor funcionó de modo insular en relación con su hinterland, no
sin conflictos con el mundo campesino.
No evocaremos las circunstancias del encarcelamiento de “la Quina” en
febrero de 1989 y durante las primeras semanas de la presidencia salinista,
salvo para decir que ello tuvo por efecto la decapitación de la pirámide y el
derrumbe del modelo de la “revolución obrera”, dentro de un ambiente de
“fin del reinado” (Prévôt-Schapira, 1989). En Agua Dulce esa caída puso fin
a la etapa dinástica del clan Ricardez, que reinó sin compartir el poder duran
te casi 30 años sobre los obreros y la ciudad (1961 a 1990). Las granjas
agrícolas y otras instalaciones del sindicato fueron liquidadas y vendidas para
terminar con la ideología quinista (Moreno, 2003: 160). En Nanchital, el
31
En 1997 la elección del presidente municipal en favor del prd se debió al voto de las zonas rurales.
32
Solamente en 1992 se liquida a 1 139 trabajadores en Minatitlán y Cosoleacaque.
33
Entrevista con Rafael Marquet, responsable de las relaciones exteriores durante todo el periodo
del boom. Prévôt-Schapira, febrero de 2000.
tadas para enfrentar la crisis provocada por la baja en los precios del petróleo
de 1982. El espectáculo de grandes complejos petroquímicos reducidos a
“estado de chatarra” y el despido masivo cambió brutalmente la manera de
ver el futuro de la región. Ahora los hijos de petroleros saben que muchos
de ellos deberán partir al norte para encontrar un trabajo (Duhalt, 2004). En
Agua Dulce son los jubilados de Pemex quienes hacen funcionar la economía
local. El sentimiento de amargura y abandono que se apoderó de la región
tuvo por efecto el paso de una gran parte de la población a la oposición, en
contra del pri. Retomando las categorías de A. Hirschmann (1972), los traba
jadores petroleros amenazados transitaron de la lealtad (loyalty) a la deserción
(exit) y a la palabra (voice). En las elecciones presidenciales de 1988, y a fortiori
en las de 1994, votaron en masa por el Frente Cardenista, luego convertido
en prd (1989). A la infalible lealtad de los petroleros a la memoria de Lázaro
Cárdenas, icono más representativo de los municipios petroleros, se añadió
la decepción que suscitó el pri, en un momento en que los despidos golpea
ban con toda su fuerza a los centros industriales del sur de Veracruz. Dentro
de la estela de movilizaciones poselectorales de 1991 y 1994, impulsadas por
López Obrador (Éxodo por la Democracia, 1991; Caravana por la Demo
cracia, 1994, la disidencia se organizó localmente. Ella reunió a los transito
rios, los ingenieros, los trabajadores de confianza en esos años a la vanguardia
del combate por la defensa de Pemex. En Coatzacoalcos, el 18 de marzo del
2001, los disidentes petroleros se reunieron con los indígenas de Soteapan
en una “marcha por la dignidad” y en contra de las privatizaciones.34 Esta
convergencia, totalmente inédita, de dos mundos que se mantuvieron en el
pasado ignorados y a menudo enfrentados en su visión del desarrollo, mues
tra la amplitud de los cambios que estaban teniendo lugar en la región.35
34
Entrevista con trabajadores de la “Coordinación por la Defensa de Pemex” (Zona Sur). Coatza
coalcos, 28 de agosto de 2001.
35
Señalamos toda vez que la divergencia de perspectivas entre los mundos campesino y obrero si
guen muy presentes. En una reunión de la “Coordinadora por la defensa de Pemex” a la cual se
pudo asistir en Coatzacoalcos, uno de los participantes sugirió cortar los presupuestos de Pro
campo y Progresa para refinanciar Pemex. (Coatzacoalcos, 20 de febrero de 2000).
36
Kevin Sullivan, “The Union Boss in the Only Man to See”, The Washington Post, 26 de diciembre
de 2002. Ramón Hernández Toledo, que aparece como el cacique de Nanchital, es igualmente
presidente del pri en Coatzacoalcos.
37
Entrevista con Wade González, secretario de la Sección 10. Minatitlán, 25 de abril de 2002.
La alternancia política que vive México desde los años 1980, en entidades y
municipios, permite preguntarse acerca de la influencia de los contextos lo
cales sobre la evolución del sistema político y el apoderamiento de los terri
torios (Cabrero, 2000; Modoux, 2006). En el Istmo, a diferencia de sociedades
del norte del país, el predominio del corporativismo en las ciudades petrole
ras y en el campo, la fuerza de caciquismos urbanos y rurales, la existencia de
poderosas organizaciones de ganaderos, las reivindicaciones comunitarias y
culturales de los pueblos indígenas se vuelven datos esenciales para reflexionar
acerca de esas evoluciones. En el contexto de descentralización, de afirmación
del federalismo y de alternancia política a nivel nacional, ¿cómo se recompo
nen los territorios del Istmo?
Quisiera aquí hacer hincapié en varios cambios mayores que contribuyen
a la erosión de la “geografía oficial” y una nueva gramática de los territorios.
Estamos en presencia de una doble dinámica. Por un lado, observamos po
deres locales que se afianzan sobre los territorios conquistados, sobre sus
feudos territoriales. Di Meo habla en este sentido del “culto a los territorios
delimitados”. Los recursos atribuidos al municipio (Ramo 33, entre otros)
han endurecido las fronteras y avivado viejos conflictos limítrofes (v. gr.
Cosoleacaque versus Minatitlán). Pero al mismo tiempo esos cambios han
permitido volver a sus primeras victorias a movimientos y organizaciones
originados en los años setenta hasta ahora ocultos por el poder del sistema
corporativista, . En su estudio sobre la cocei, J. Rubin (1997) llama la aten
ción acerca de la existencia de múltiples construcciones políticas regionales
que han perdurado dentro del Estado corporativista, constituyendo gracias
a su resistencia “uno de los múltiples caminos por donde ha transitado la
democracia”. Aguilar Sánchez (2005) desarrolla esta misma idea, pero en un
contexto muy diferente: el de una “región de refugio” en los bordes del co
rredor Coatzacoalcos-Minatitlán. Se trata de movimientos sociales y políticos
38
La familia Alor, caciques de Cosoleacaque, recibió el apoyo de Sebastián Guzmán, que relevó a
Sergio Martínez Mendoza como líder de la Sección 10.
39
Véase encuesta de 1978 en La Cangrejera, en Prévôt-Schapira (1981).
40
Entrevista con Darío Aburto, presidente municipal de Cosoleacaque, agosto de 2001.
41
La ucisver se creó en 1984 en Xalapa. El movimiento se extendió a partir de 1991 en las colonias
populares de Coatzacoalcos.
42
Entrevista con Gloria Razgado; Coatzacoalcos, febrero de 2000 y septiembre de 2004.
ciudad de servicios y comercios, y una Minatitlán que queda sobre todo como
un centro industrial tradicional, duramente golpeado por la crisis. “Coatza
coalcos es cosmopolita, es la modernidad, los antros, la playa, las grandes
cadenas comerciales; Minatitlán son los petroleros y las fiestas zapotecas.
Minatitlán no ha progresado, las grandes tiendas nunca llegaron aquí, ha
ciendo partir la clientela hacia Coatzacoalcos”.43 Este amargo comentario,
hecho por la responsable de la Cámara de Comercio, traduce el sentimiento
de marginación de esos centros petroleros, ahí donde la vida queda supedi
tada a la decisión de modernizar la vieja refinería Lázaro Cárdenas y a un
Plan Fénix varias veces diferido, abandonado en 2005 y hoy tal vez relanzado
con menos apoyos financieros. La actividad comercial se ve limitada al me
nudeo y a las ventas de ambulantes, dando a la ciudad un aspecto de pequeño
“lugar central” para las poblaciones ribereñas, si tal impresión no fuera des
mentida por la presencia de la refinería y los trabajadores con uniforme caqui.
Toda consideración guardada, la descripción de Lambert de Saint-Croix sobre
Minatitlán a inicios del siglo xx, a propósito de “una modernidad incrustada
sobre un paisaje de casas de adobe y techos de palma”, mezcla de exotismo
y marcas de petróleo, mantiene cierta actualidad (Saraiba Russell, 2000).
A diferencia de Minatitlán, Coatzacoalcos presenta una evolución por
completo distinta, aunque paradójica. Si bien fue duramente golpeada por la
crisis de los años 1990, la llegada de cadenas comerciales y la vida nocturna
en bares y restaurantes de su nuevo malecón, junto con la construcción de
universidades privadas, le dan mejor aspecto en lo que a su economía se re
fiere. La ciudad se ha reencontrado con el mar, el río, … y con un pasado
“inmemorial”. Ésta es, al menos, la imagen que ella quiere darse a sí misma,
tomando distancia de su historia petrolera, pues ya el sindicato no es el único
detentador de la memoria y del relato local.
43
Entrevista con la presidenta de la Canaco-Minatitlán, que además atribuye a la fuerte presencia de
zapotecos el retraso de la ciudad, abril de 2002.
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