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Universidad Metropolitana

Departamento de Humanidades

Civilización contemporánea

Prof. Napoleón Franceschi

Alumna: María Fernanda Uzcátegui

Actividad 2

La Revolución Industrial fue un suceso histórico que se situó en un primer


momento en Inglaterra, expandiéndose por toda Europa, entre el siglo XVIII y XIX,
trayendo consigo un conjunto de transformaciones de carácter social, económicas,
tecnológicas y culturales. La economía en aquel momento se basaba netamente
en la mano de obra, que fue reemplazada por la industria manufacturera y las
maquinarias pesadas. Como indicaba anteriormente, la Revolución Industrial
generó consecuencias en varios ámbitos, pero las más notables fueron las de
carácter social. Hay que tener en cuenta que durante este periodo se van a
desarrollar por un lado, la burguesía, quienes son los propietarios y dueños de los
medios de producción, tierras, fábricas y empresas de servicios. Por otro lado se
encuentran las personas que no poseen los medios de producción, pero que
trabaja en ellos y para ellos, que son los obreros y empleados. Los conflictos entre
ambas clases sociales, es lo que da pie a la gran interrogante aquí. ¿Cómo era la
relación entre las nuevas clases sociales ligadas a la desigualdad que existía entre
ellas y cómo vivían cada una de dichas clases?

Las transformaciones económicas, sociales y políticas que experimentó


Europa (y países de otros continentes con influencia europea) en el siglo
XIX estuvieron acompañadas de profundas mutaciones de carácter cultural.
El modo de entender el mundo circundante, las formas de la vida cotidiana,
los espacios de sociabilidad, las ideas literarias y artísticas o los
conocimientos científicos suponen también en el siglo XIX una ruptura clara
con la sociedad del Antiguo Régimen. Todo ello permite considerar este
periodo histórico como una etapa de cambio, de mutación desde un mundo
pequeño, aristocrático y rural a un mundo más abierto, urbano, burgués y
trabajador. (Villares y Bahamonde, 2001, p.2)

Primero hay que entender que la diferencia más importante entre la nueva
sociedad y lo que se denominó como el Antiguo Régimen fue la igualdad de todos
los hombres ante la ley, que infirió en la desaparición de los estamentos sociales
que venían desde el Medioevo. Sin embargo, y aquí se centra el problema, que la
igualdad que existía era sólo ante la ley, pues seguían existiendo desigualdades
de cultura, de género, y de oportunidad.

Las relaciones entre las personas, modificadas por la afirmación del


individualismo, debieron encontrar otros cauces para su desarrollo. En el
Antiguo Régimen, estas relaciones estaban estrictamente codificadas tanto
por el estamento a que se pertenecía como por la vigencia de las vigorosas
relaciones establecidas en las pequeñas comunidades de aldeas y
pequeñas ciudades. (Villares y Bahamonde, 2001, p.2)

En la Primera Revolución Industrial se forma una nueva clase social


denominada burguesía, y era una de las clases más altas, pues era quien guiaba
la economía basándose en los recursos que las nuevas tecnologías habían traído.
Ellos eran los dueños de empresas y tierras, es decir, los ricos. Pero una
peculiaridad de la burguesía es que esta permitía que personas de bajos recursos
o de una clase social baja, pudiesen llegar a formar parte de esta, tomando en
cuenta sus capacidades y haciendo uso de la ayuda y respeto mutuo.

Con la lenta destrucción de las comunidades rurales, el incremento de la


urbanización, así como la transformación del modelo de familia, cada vez
menos extensa y más nuclear, son precisas nuevas formas de establecer
las relaciones sociales. Todo ello se resume en una nueva sociabilidad, de
carácter burgués y urbano, que separa claramente lo público de lo privado,
que diferencia netamente el papel de la mujer y del hombre y que establece
una nueva moral social, en la que actúa como principio básico la
respetabilidad. (Villares y Bahamonde, 2001, p.2)

Por otra parte, los obreros no eran dueños de tierra, de empresas, ni


tampoco de lo que producían, porque la producción pertenecía a quienes eran
propietarios y dueños de fábricas, empresas o tierras. La calidad de vida de este
grupo social era muy baja. Los hijos de obreros no tenían educación porque los
empresarios los contrataba, ya que podían pagarles salarios bajos, aunque de
igual manera realizaban trabajos durante largas jornadas diarias. Loa obreros
trabajaban en condiciones inhumanas, ya que corrían un gran riesgo de tener
accidentes y no tenía ningún tipo de asistencia médica, y subsistían únicamente
con el salario que les pagaba el empresario, pero los salarios de estos eran
extremamente bajos, y apenas tenían lo justo para la comida, vivienda y compras
básicas.

Pero Saint-Simon insistió -llegó a ser cada vez más el leitmotiv de todos sus
escrÍtos- en que la producción industrial sería en lo sucesivo la función
principal de la sociedad. «Industria», «producción», «organización»: tales
eran las palabras claves del vocabulario saint-simonianoo. (Carr, 1970,
p.14)

Los obreros no podían hacer nada individualmente por su situación laboral


y se produjeron revueltas y destrucción de maquinaria. De esta manera, los
obreros se agruparon, declararon huelgas y exigieron que se formaran sindicatos y
legislaciones de protección, así como también, se peleó para conseguir mejores
salarios, disminución de horarios y mayor seguridad laboral.
Bibliografía

Carr, E. (1968). Estudios sobre una revolución. Madrid, España: Alianza Editorial.
Recuperado de la biblioteca virtual de Estudios Liberales:
file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Estudios%20sobre%20la%20revolucion%20-
%20Carr%20E.%20H..pdf

Franceschi, N. (2019, 9 de septiembre). La Primera Revolución Industrial.


Recuperado de: Biblioteca Edmodo

Villares,R., & Bahamonde, A. (2001). El Mundo Contemporáneo Siglos XIX y XX.


Recuperado de la biblioteca virtual de Estudios Liberales:
file:///C:/Users/Usuario/Downloads/El%20mundo%20contemporaneo,%20siglos
%20XIX%20y%20XX%20-%20Ramon%20Villares%20y%20Angel
%20Bahamonde.pdf

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