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1. Introducción
En 1939 acababa en España la Guerra Civil, iniciada tras el golpe de Estado fallido
de varios militares en 1936 que condujo a un conflicto que se prolongó por los si-
guientes tres años, conflicto saldado finalmente con la victoria militar del bando su-
blevado. El general Francisco Franco se alzó entonces con el poder del país, constitu-
yendo un Estado Nuevo bajo preceptos políticos —inicialmente— de clara natura-
leza fascista, que a lo largo de las décadas siguientes irán variando para adaptarse a los
discursos internacionales que permearán la política internacional, y con los que
Franco hubo de converger para no perder el crédito internacional lentamente adqui-
rido por el régimen una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial.
En 1954, quince años después del fin del conflicto fratricida en España, y a 9.000
kilómetros de Madrid, en la pequeña ciudad de Asunción —capital de la República
del Paraguay—, el general paraguayo Alfredo Stroessner daba un golpe de Estado
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que provocó la caída del anterior presidente, y pocos días después se celebraban unas
elecciones a las que él mismo concurría como único candidato, asumiendo la presi-
dencia a mediados de ese mismo año.
Durante treintainueve y treintaicinco años respectivamente, Franco y Stroess-
ner dirigieron con puño de hierro sus Estados (el primero entre 1939 y 1975, y entre
1954 y 1989, el segundo). En ambos casos se consolidaron regímenes no democráti-
cos, personalistas, autoritarios, con preeminencia de los sectores militares en la polí-
tica, y que se valieron de una represión continuada —con fases diferenciadas en cada
período— para manejar políticamente el país y controlar la opinión pública, entre la
cual las voces discordantes con el régimen no eran toleradas, y serían silenciadas vio-
lentamente, o por mecanismos menos evidentes y de difícil registro, como los pro-
pios de la presión social, el miedo, o la amenaza1.
Los recorridos de ambos regímenes —en todo caso con importantes coinciden-
cias en sus fases de desarrollo económico, características políticas, y ciertos aspectos
sociales— no son motivo de estudio en este trabajo2; sin embargo, lo que aquí es re-
levante y se propone explicar no pasa por la comparativa entre ambos sistemas polí-
ticos y sus desarrollos históricos, sino por el cruce de los discursos de estos dos Esta-
dos en la etapa en que sus regímenes no coincidieron políticamente, período que dis-
curre desde la muerte del caudillo en España en 1975 hasta la fecha en la que el dic-
tador paraguayo es depuesto tras un golpe militar perpetrado desde el interior del
propio régimen stronista, en 1989.
Desde 1975, España asiste a un proceso acelerado de cambio social y político
que, a pesar de hundir sus raíces en una serie de transformaciones anteriores de la
sociedad española3, en pocos años va a convertir el régimen heredado de la dictadura
en un sistema constitucional y democrático (con todas las reservas y matices que ha-
yan de hacerse a esta afirmación)4. Paraguay, en cambio, se encontraba entonces en
plena dictadura, y el régimen stronista se hallaba plenamente consolidado5, y si en los
últimos años de la dictadura en España Franco era un personaje abandonado por la
comunidad internacional —incluyendo la Iglesia—, con las democracias occidenta-
les esperando la muerte del anciano dictador6, Stroessner no viviría esa situación
hasta mediados de la década de los ochenta, y en esos años setenta su posición política
estaba fuertemente consolidada tanto en el país como en la región del Cono Sur lati-
noamericano. Entre los pocos mandatarios que a mediados de los setenta se avenían
a visitar con agrado al dictador español figuró, precisamente, Alfredo Stroessner,
quién realizó una visita oficial de cinco días en julio de 1973. El diario español ABC
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recogió así las palabras del general Stroessner a su llegada a Barajas: «Venimos para
servir la causa de esta hermandad, cada día más fuerte, para afrontar juntos el desa-
rrollo»7.
En lo que sigue, se aborda en profundidad el objetivo de este trabajo, consistente
en la realización de una exploración en torno al enfrentamiento de discursos políticos
entre un Estado paraguayo que —merced a un férreo control de la prensa nacional—
trataba de evitar la propagación de ideas de corte socialista o comunista al tiempo que
renegaba del debate democrático, y una sociedad civil y una oposición política para-
guayas que aspiraban a un mayor aperturismo y pluralidad que condujeran a la de-
mocratización del sistema político paraguayo, en sintonía con algunos de los aconte-
cimientos que estaban teniendo lugar en la España de la transición.
Para ello, se ha recurrido a fuentes de prensa generalista publicada en Paraguay
entre los años 1975 y 1978 (se ha acotado hasta esta fecha el trabajo por espacio, aun-
que hubiera podido alargarse el estudio hasta 1982 para completar el ciclo de la tran-
sición española). A partir de las fuentes se infieren una serie de valoraciones y análisis
de la confrontación de discursos: el de un Estado autoritario que trataba de evitar la
penetración de ideas que pudieran amenazar el estatus quo (Paraguay), y el de un
segundo Estado (España) donde los cambios políticos evidenciaban un discurso di-
ferente, compartido —en parte— por los sectores sociales y políticos paraguayos
contrarios al régimen de Stroessner.
A tal fin, y al objeto de simplificar la tarea, se eligieron cuatro momentos de ín-
dole política de especial relevancia dentro del proceso de democratización español
que, a su vez, generaron cierto interés e impacto en los medios paraguayos; a saber, la
muerte del general Francisco Franco el 20 de noviembre de 1975, la coronación como
Rey de España de Juan Carlos I dos días después, el 22 de noviembre, la legalización
del Partido Comunista de España el 9 de abril de 1977, y el Referéndum de la Cons-
titución el 6 de diciembre de 1978 y su sanción y promulgación el 27 y el 29 del
mismo mes.
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ampliaban. El proceso que se abrió ante los españoles y españolas en aquel noviembre
de 1975 era esperanzador, pero al mismo tiempo cargado de incertidumbre, ya que
la transición se llevó a cabo con importantes trazas de improvisación y, como el pro-
pio Felipe González afirmaba, «nadie tenía un programa perfectamente acabado que
llevó a la práctica y nadie sabía lo que tenía que pasar; lo que sí había era una buena
dosis de sentido común y también una lucha, en el sentido noble del término»8.
Aquel 20 de noviembre la noticia de la muerte de Franco corrió como la pólvora,
y el diario paraguayo ABC Color abría la portada de su edición con la noticia del fa-
llecimiento del dictador español: «El Generalísimo Franco Murió Esta Madru-
gada»9, incluyendo una fotografía de Franco y los datos básicos del fallecimiento,
además del anuncio de una visita oficial del Gobierno paraguayo a España, en la que
—por cierto— no figuró Stroessner. Otro de los diarios más importantes en Para-
guay, Última Hora, publicaba en portada «Honras generales al General Franco»10.
Como recogieron las páginas de estos diarios, el Gobierno de Stroessner decretó ocho
días de «Duelo Oficial» por el fallecimiento del dictador, y obligaba a todas las ins-
tituciones paraguayas —civiles y militares, así como también los buques de la Ar-
mada— a ondear sus banderas a media asta durante ese período11. Bajo la foto de
Franco, Última Hora hacía un repaso de la vida y obra del dictador, que finalizaba
señalando que «larga será aún la controversia sobre Franco, el hombre que, según
Churchill, tuvo más relevancia en la vida española desde los tiempos de Carlos V»12.
Conocido como El Decano de la prensa nacional paraguaya, el diario La Tribuna —
fundado en 1925 y disuelto en 1983— publicaba al día siguiente la noticia del vela-
torio de Franco con cierta emotividad, a pesar de haber sido uno de los periódicos
más críticos con el régimen: «España vela a su Caudillo»13. Sin embargo, recogía
también La Tribuna algunas de las palabras y perspectivas de los exiliados españoles
en Francia, así como de las oposiciones territoriales y políticas internas14, y las opinio-
nes de algunos miembros ilustres de la colectividad española en Paraguay, como fue-
ron los casos de Luis de los Reyes Ruiz (por entonces gerente de Iberia en Asunción),
Justo Corrales García (gerente del Banco Exterior), Manuel Peña Villamil (presi-
dente del Instituto de Cultura Hispánica), o Luis Federico Fontclara (presidente de
la Sociedad Española de Socorros Mutuos) cuyos testimonios fueron recogidos en
las páginas de este diario: «eterna gratitud», «uno de los grandes hombres de su
tiempo, o «gobernante como pocos» fueron algunas de las afirmaciones que apare-
cieron en estos testimonios, carentes por completo de alusiones directas a la represión
del régimen o al término democracia, que no aparece recogido entre las opiniones de
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En general, las primeras páginas de todos estos diarios estuvieron dedicadas entre
los días 20 y 21 de noviembre a la muerte de Franco, su figura histórica, las ceremo-
nias previstas por su defunción, la inminente coronación real, y algunos otros aspec-
tos menores de la actualidad política española. Poco o nada depararon estos diarios
generalistas —salvo contadas excepciones— en las características del régimen que
moría con el caudillo, como la falta de libertades civiles, la represión, la falta de plu-
ralidad política en el Gobierno, las transformaciones que venían dándose en la socie-
dad civil española desde antes de la muerte del dictador, o incluso los debates políti-
cos y las polémicas que desde comienzos de los años setenta se estaban dando acerca
del futuro del país y las posibilidades de transitar hacia un régimen democrático
desde la legalidad e institucionalidad impuesta por la dictadura en las décadas ante-
riores17.
Una de las pocas excepciones que sí mencionaron las posibilidades del nuevo
régimen fue ABC Color en su edición del 21 de noviembre, en la que incluye una
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noticia bajo el título «La gran interrogante que envuelve la figura de Juan Carlos de
Borbón»; en ésta aparecen recogidas inquietudes, actitudes e intereses de los grupos
de oposición al régimen franquista: «Las dos alianzas opositoras españolas rivales […]
emitieron un manifiesto conjunto solicitando al rey que convoque a un plebiscito y
que permita a los españoles elegir el gobierno que deseen»18. Y es que, como también
recogió el cable publicado por ABC Color, «el príncipe Juan Carlos designado por
Franco para sucederlo, es políticamente desconocido»19.
Durante los días siguientes, las noticias sobre el entierro de Franco en el Valle de
los Caídos se sucedieron intercaladas con las de la coronación de Juan Carlos I.
La distancia y el tiempo que separan a los países latinoamericanos del último período
histórico en que se encontraron bajo el dominio de la monarquía hispánica ha gene-
rado que la visión popular de esta institución esté a medio camino entre la realidad y
la ficción, entre lo actual y lo medieval, o entre el atractivo de la solemnidad proto-
colaria de una institución ancestral y el puro cotilleo amarillista sobre una familia fa-
mosa.
Sin embargo, y quizá precisamente por ese halo de ficción medieval arrastrada
hasta la actualidad, existió y existe en países como Paraguay un cierto interés por los
acontecimientos que rodean a la Casa Real española, percibida como algo anacró-
nico, pero, pese a ello —y quizá por ello— interesante, más por curiosidad imprevista
que por interés epistemológico real por la comprensión del sistema político español
o la forma de Estado o de Gobierno del país.
Es por esto que las noticias, sucesos o acontecimientos políticos que tienen que
ver con la Monarquía —sobre todo coronaciones, dación de títulos, ceremonias, o
influencia política— generan mucho interés y despiertan la inquietud de la pobla-
ción paraguaya, algo que igualmente se fomenta desde los medios de comunicación,
que suelen hacerse eco de lo que acontece a los miembros de la realeza española, y lo
vienen haciendo desde hace décadas.
Volviendo a lo que nos ocupa, es preciso señalar que, si la muerte del anciano
dictador despertó enormemente el interés de los medios de comunicación paragua-
yos por su inevitable e indiscutible trascendencia política para España —y también
para los países que, como Paraguay, podían verse envueltos o en el camino de la
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SI, como un mal menor para el futuro de España». Sin embargo, «nada en política
es gratuito» —continuaba el artículo— y «el reconocimiento legal al PC, un poco
tardíamente parece tener consecuencias en el alto nivel gubernamental».
Pero la legalización del Partido Comunista complicó bastante la situación polí-
tica española, en lo que constituyó «uno de los temas más espinosos de la transi-
ción»45, resultando ser una «auténtica pesadilla»46 para el Gobierno, debido a la pre-
sión que ejercieron ciertos sectores inmovilistas y conservadores, entre ellos buena
parte del Ejército; y de ello se harían también eco los diarios paraguayos. Así, el día
20, ABC Color publicaba una amplia noticia47 sobre la reducción de las tensiones que
habían surgido en esos días entre Gobierno y Fuerzas Armadas por la legalización del
PCE, tensiones que se redujeron a raíz de la carta enviada a todos los generales, ofi-
ciales y suboficiales del Ejército español por el general Félix Álvarez Arenas, en la que
afirmaba su apoyo al Gobierno y la buena voluntad de éste, así como la no determi-
nación de las Fuerzas Armadas a intervenir en la política; la noticia cerraba diciendo
que «la última carta del Ministerio del Ejército parece poner punto final a la inter-
vención de los militares en los asuntos políticos».
El día 22, La Tribuna publicaba una pequeña nota48 donde exponía la determi-
nación del Gobierno de Suárez de impedir que los militares incidentasen ni partici-
paran en la política española, después de la crisis abierta por la legalización del PCE.
En general, en estos días desaparecen las noticias sobre la cuestión de la legalización
del PCE en los diarios paraguayos tras la rebaja de la tensión en España.
La cuestión había suscitado bastante interés en Paraguay: la legalización de un
partido comunista era algo controvertido en el país, y que sucediera en un Estado
bien conocido, con múltiples vínculos políticos, culturales y económicos, lo hacía
más llamativo aún. Sin embargo, la cuestión era compleja, y la cobertura de la misma
fue de diferentes maneras, desde el silenciamiento del asunto por parte de Patria a
las coberturas un poco más plurales de Última Hora, evidenciándose también una
cierta cautela en los medios al tratar el tema, por el riesgo de señalamiento y acoso del
régimen si las noticias hubieran sido excesivamente indulgentes o benévolas en su
tratamiento del éxito del PCE por su legalización definitiva y oficial en España. A
diferencia de otras noticias sobre política española, esta no era una cuestión fácil de
encajar en el Paraguay del período.
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Algo similar ocurrió en el diario Hoy, que el día 6 de diciembre avanzó una no-
ticia sobre los asesinatos de la banda terrorista ETA en San Sebastián en las vísperas
del referéndum56, y al día siguiente publicaba una nota amplia sobre la aprobación
de la Constitución en la que señalaban que «el pueblo español aprobó por mayoría
abrumadora la nueva constitución nacional»57, lo cual consideraba un «triunfo del
presidente del gobierno, Adolfo Suárez», pese a la mancha que suponía el «elevado
índice de abstencionismo», así como que el «voto negativo y la abstención fueron
altos en las provincias vascas». Es muy significativa una afirmación a mitad de la nota
donde se sostenía que el referéndum «completa la transición formal de España de
dictadura a democracia», y lo es por dos razones: primero, porque evidencia una
cierta confianza por parte de la prensa en las posibilidades de discutir acerca de las
diferencias entre uno y otro tipo de régimen, y segundo, porque pese a esto, conside-
rar que la transición de dictadura a democracia se consumaba con la promulgación
del texto constitucional58, más allá de qué grupos políticos ostenten el poder del Eje-
cutivo, facilitaba la dialéctica con el régimen stronista, el cual, como ya fue indicado,
contaba con una constitución desde 1967.
El tratamiento que la noticia da al acontecimiento es amplio y completo: re-
cuerda que el texto de la nueva constitución había sido elaborado «por representan-
tes del gobernante partido Unión Centro Democrático, los socialistas, comunistas, y
la derechista alianza popular», texto que «reemplaza las ‘leyes fundamentales’ con
que gobernó el generalísimo Francisco Franco desde el fin de la guerra civil», de
modo que «se establece en España una monarquía parlamentaria». Pero este diario
se atrevió con un detalle más, al mencionar el titular que sacó el diario español El
Periódico, que se expresó «a lo ancho de su primera página proclamando ‘Adiós,
Franco, adiós’»; la mención directa a ese titular —que el diario Hoy paraguayo per-
fectamente podía haber evitado— es otra clara señal de que existía una cierta manga
ancha en este sentido, ya que Franco y Stroessner habían mantenido una excelente
relación, y ese titular podría haber sido entendido, en parte, como un desafío al pro-
pio Stroessner, lo que hubiera ocasionado dificultades con el régimen al periódico.
Este diario volvió sobre la cuestión a finales de diciembre con motivo de la firma de
la Constitución por parte del rey Juan Carlos I, con una noticia59 en la que insistió
en el cierre de la transición, y algunos de los aspectos ya señalados en su noticia de
comienzos de mes.
El diario Última Hora —junto con el periódico Patria— fue el más discreto en
el tratamiento de la noticia de la promulgación de la nueva Constitución española:
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sin referencias en las portadas de aquellas jornadas de diciembre de 1978, el día 6 pu-
blicaba una nota en la que hacía referencia al voto inmediato del pueblo español en
el referéndum que iba a tener lugar en esa jornada, texto en el que pocas fueron las
palabras que realmente explicaron al pueblo paraguayo el trascendental momento
político que atravesaba España en las páginas de Última Hora. Este diario se limitó a
puntualizar los aspectos básicos de las votaciones que tendrían lugar, y a recoger unas
declaraciones insustanciales de Adolfo Suárez acerca de su posible sometimiento a
voto de investidura por las Cortes —«¿No les parece a ustedes lógico que, aunque
yo tengo todos los elementos de juicio y prácticamente tomada mi decisión, puesto
que la constitución establece que es de mi exclusiva responsabilidad, sin embargo no
debo hacerla pública hasta que ésta no esté aprobada?»60— y también las opiniones
un tanto escépticas respecto del proceso constitucional democrático de Manuel
Fraga: «la jornada importante realmente se iniciará mañana, la constitución pone fin
a una etapa de transición, excesivamente larga, y ahora hay que empezar a gobernar;
de la constitución en sí no espero nada como solución».
De nuevo, el día 8 de diciembre, este diario retoma la cuestión, en esta ocasión
con una noticia bastante poco halagüeña con respecto a la situación de consenso y
entente política en la España de la transición, y en la nota se podía leer: «se acabó en
España la luna de miel que reinó entre los partidos políticos para redactar la Consti-
tución»61. La propia redacción de la primera frase tiene una carga subjetiva impor-
tante por parte del autor de la noticia —Eugenio Pontón, periodista español de la
agencia EFE— que no ha de pasar desapercibida: «Apenas concluido el escrutinio
de votos emitidos en el referéndum constitucional que barrió dicen los últimos ves-
tigios del antiguo régimen» (las cursivas son nuestras), «líderes políticos de todos los
signos han empezado a presionar pidiendo elecciones generales, municipales y pro-
vinciales». Se mostraba poco esperanzadora la noticia con respecto al cambio polí-
tico en España y al desarrollo de la cultura democrática, y afirmaba que «la indife-
rencia mostrada por más del treinta por ciento de los españoles que el miércoles se
abstuvieron de ir a urnas hace temer que una nueva convocatoria electoral despierte
escasos entusiasmos», un escepticismo muy estricto que contrasta con el hecho de
que el país acababa de promulgar su primera constitución democrática en casi cin-
cuenta años. Sin embargo, este mismo diario —Última Hora— dedicaba ese mismo
día atención, dos páginas adelante, a otra noticia —a cuyo contenido dedicaba in-
cluso más espacio— llegada también desde España: «Los Calvos ya no Tienen Re-
medio»62, rezaba el titular. El contenido era aún más desesperanzador que el de la
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6. Comentarios finales
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llegadas de España, lo cual es lógico habida cuenta de que variaban en ellos las ideo-
logías de sus editoriales, así como su afinidad o distanciamiento del régimen stronista.
En este sentido, el diario Hoy realizó una cobertura detallada y en un tono nada des-
alentador de la victoria socialista en 1982 —que no pudo ser incluida en este tra-
bajo—, además de haberse atrevido a publicar opiniones de políticos contrarios al
régimen stronista esperanzados con la victoria de Felipe González. En el otro extremo
de la cobertura, el diario Patria cuidó en casi todas las ocasiones no despertar especial
simpatía en sus redacciones por el proceso de apertura política. Mientras, otros dia-
rios analizados, como Última Hora, ABC Color o La Tribuna, realizaron un segui-
miento constante de las noticias sobre España, con intensidad discontinua según el
acontecimiento, y también con variaciones en su aproximación a conceptos o ideo-
logías que el stronismo rechazaba. No obstante lo anterior, no debe caer en el olvido
que la mayoría de todos los diarios eran tolerados por el régimen merced a una cierta
lealtad o afinidad personal —al menos inicial— de los directores de estos periódicos
al general Stroessner, aunque la construcción histórica posterior del pasado de algu-
nos de estos diarios los haya configurado como opositores a un régimen —gracias en
gran medida al financiamiento de terceros países— al que al principio se sometieron
sin excesivo pudor67, a pesar de que en la última década del régimen se mostraran más
intransigentes con los crímenes y las injusticias de la dictadura, y comenzaran a sufrir
la censura real por parte del régimen68.
El tercer comentario que vale señalar tiene que ver con la apreciación de una
cierta progresividad en la amplitud del discurso político de los periódicos paraguayos
detrás de las noticias sobre España, y así, si en los primeros años de la transición espa-
ñola (1975-1978, el expuesto en esta comunicación) los medios paraguayos resulta-
ron ser algo más moderados a la hora de dar pábulo mediático a ideas francamente
vedadas por el régimen stronista, como el socialismo o el comunismo, sin embargo,
para 1982, las apreciaciones que no se han podido incluir estarían indicando que es-
tas reservas parecen estar más superadas, y la figura de Felipe González y el perfil po-
lítico del Partido Socialista Obrero Español son ampliamente descritos y abordados
por los diarios, que además los relacionan con la consolidación democrática y la po-
sibilidad de apertura de un nuevo ciclo político muy importante para España.
Por último, un cuarto comentario. Fueron pocas las noticias —tan sólo en algu-
nas ocasiones y en un par de diarios— que realizaron analogías o trataron de relacio-
nar la transición democrática española con el devenir de la política nacional para-
guaya. Si bien —como ya se ha indicado en párrafos anteriores— hubo una cierta
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Notas
1
RODRÍGUEZ, José Carlos y ROLÓN, Judith (Coords.): Informe Final. Tomo I. Síntesis y Carac-
terización del Régimen. Asunción: Comisión de Verdad y Justicia, 2008, p. 141.
2
El autor de esta comunicación realizó dicho estudio en el año 2016, cuyos resultados presentó en el
Primer Encuentro de Politólogos/as del Paraguay, en la mesa de Política Comparada, en julio de ese
año, celebrado en la ciudad de Asunción y organizado por la ACIPP y la Universidad Católica de
Asunción.
3
SOTO, Álvaro: Transición y cambio en España 1975-1996. Madrid: Alianza 2005, pp. 384-387.
4
TUSSELL, Javier: Historia de España en el siglo XX 4. La transición democrática y el gobierno socia-
lista. Madrid: Santillana, 2007.
5
NICKSON, Andrew: “El régimen de Stroessner (1954-1989)”, TELESCA, Ignacio (Coord.): His-
toria del Paraguay. Asunción: Taurus, 2014, pp. 280-281.
6
SOTO, Álvaro (Coord.): Historia de la España actual 1939-2000. Autoritarismo y democracia. Ma-
drid: Marcial Pons, 2001, pp. 125-129.
7
“Franco recibió al Presidente del Paraguay en el Aeropuerto de Barajas”. ABC, 17 de julio de 1973,
p. 19.
8
SOTO, Álvaro: Transición y cambio…, p. 33.
9
“El Generalísimo Franco Murió Esta Madrugada”. ABC Color, 20 de noviembre de 1975, pp. 1-3.
10
“Honras generales al General Franco”. Última Hora, 20 de noviembre de 1975, p. 1.
11
Ibid., p. 1.
12
Ibid., p. 1.
13
“España vela a su Caudillo”. La Tribuna, 21 de noviembre de 1975, p. 1.
14
“Gran euforia de los vascos”. Ibid., p. 2.
15
“Pérdida Para España”. La Tribuna, 21 de noviembre de 1975, p. 7.
16
“Ha Muerto el Generalísimo Franco”. Patria, 21 de noviembre de 1975, p. 1.
17
SOTO, Álvaro: ¿Atado y bien atado? Institucionalización y crisis del franquismo. Madrid: Biblio-
teca Nueva, 2005, pp. 135-136.
18
“La gran interrogante que envuelve la figura de Juan Carlos de Borbón”. ABC Color, 21 de noviem-
bre de 1975, p. 2.
19
Ibid., p. 2.
20
“Juan Carlos Jura Hoy como Rey”. ABC Color, 22 de noviembre de 1975, p. 2.
21
La consigna Paz y Progreso era uno de los lemas predilectos del stronismo, y caló tan hondo en la
sociedad paraguaya como aquella otra máxima de que con Stroessner se podía dormir con las ventanas
abiertas. Incluso en la actualidad, estos dichos siguen teniendo fuerza y relevancia política en el país,
y de tanto en tanto surgen elementos noticiables que lo recuerdan, como el caso de mediados de sep-
tiembre de 2014, cuando apareció una pintada en un muro de la Facultad de Derecho de la UNA que
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decía “Paz y Progreso”, la cual terminó por ser cubierta —parece que por estudiantes de Filosofía
UNA— por la consigna “Dictadura Nunca Más”. A continuación se citan dos noticias sobre la cues-
tión: “Guerra de pintadas: ‘Dictadura nunca más’ reemplaza a ‘Paz y Progreso’”. Ultimahora.com, 17
de septiembre de 2014 [Consultado en línea el 15/04/2018, http://www.ultimahora.com/guerra-
pintatas-dictadura-nunca-mas-reemplaza-paz-y-progreso-n830647.html]; MERLOS, Claudia: “Ni
paz ni progreso”. Abc.com.py, 19 de septiembre de 2014 [Consultado en línea el 15/04/2018,
http://www.abc.com.py/especiales/fin-de-semana/ni-paz-ni-progreso-1287528.html]
22
NICKSON, Andrew: El régimen de…, p. 280-281.
23
“Juan Carlos I reina desde ayer en España”. ABC Color, 23 de noviembre de 1975, p. 1.
24
“Juan Carlos Prometió Reformas al Jurar Ayer como Nuevo Rey de España”. ABC Color, 23 de
noviembre de 1975, pp. 2-3.
25
“Quedó inaugurado el post-franquismo político”. ABC Color, 23 de noviembre de 1975, p. 3.
26
“Juan Carlos I, XVI Rey de España”. Última Hora, 22 de noviembre de 1975, p. 1.
27
“Juan Carlos Prometió Ejercicio Efectivo de las Libertades”. Última Hora, 22 de noviembre de
1975, p. 2.
28
“Juan Carlos asume hoy”. La Tribuna, 22 de noviembre de 1975, p. 1.
29
“Juan Carlos I, Proclamado Rey de España”. Patria, 23 de noviembre de 1975, p. 8.
30
En febrero de 1977 ya había sido legalizado el Partido Socialista Obrero Español, pero el caso del
PCE era distinto porque este partido mantuvo durante la dictadura una actividad significativa, mayor
en todo caso que la presencia del PSOE en la oposición al régimen. SOTO, Álvaro: Transición y cam-
bio…, p. 81.
31
TUSSELL, Javier: Historia de España…, p. 90.
32
Ibid., p. 93.
33
CODAS, Cosme: “Anti Marxismo y Marxismo (1er artículo) Estudio crítico”. Patria, 11 de abril
de 1977, p. 4.
34
“Legalizan al PC español”. ABC Color, 10 de abril de 1977, p. 4.
35
“España legalizó al Partido Comunista”. La Tribuna, 10 de abril de 1977, p. 1.
36
“Repudian al PC español”. Última Hora, 11 de abril de 1977, p. 5.
37
“La ‘Pasionaria’ a la cabeza”. Última Hora, 11 de abril de 1977, p. 5.
38
“España: El Ejército Parece Haber Conjurado Brote de Disidencia en las Fuerzas Armadas”. Patria,
14 de abril de 1977, p. 8.
39
“España: Empieza a divorciarse la política y el deporte”. ABC Color, 11 de abril de 1977, p. 6.
40
“Malestar en las Fuerzas Armadas españolas”. ABC Color, 13 de abril de 1977, p. 5; “España: Suárez
se esfuerza por superar la disidencia existente en la Armada”. ABC Color, 14 de abril de 1977, p. 4.
41
“Protesta castrense en España por legalizar el comunismo”. La Tribuna, 11 de abril de 1977, p. 2.
42
“En España Condenan a la Derecha y al Ejército”. La Tribuna, 17 de abril de 1977, p. 2.
43
“España, en el umbral de la democracia”. ABC Color, 17 de abril de 1977, p. 4.
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ESTADO, PRENSA Y DISCURSO; PARAGUAY ANTE LOS CAMBIOS POLÍTICOS…
44
“Tribulaciones del señor Suárez”. Última Hora, 15 de abril de 1977, p. 5.
45
SOTO, Álvaro: Transición y cambio…, p. 83.
46
Ibid., p. 83.
47
“España: Reafirmó el Ejército su lealtad al gobierno”. ABC Color, 20 de abril de 1977, p. 7.
48
“Vedan la política a militares españoles”. La Tribuna, 22 de abril de 1977, p. 2.
49
TUSSELL, Javier: Historia de España…, p. 125.
50
Ibid., p. 126.
51
SOTO, Álvaro: Transición y cambio…, p. 104.
52
Ibid., p. 104.
53
Ibid., p. 125.
54
“Los españoles votaron ayer por una nueva Constitución”. ABC Color, 7 de diciembre de 1978, p.
1.
55
“Votó España por una nueva Constitución”. ABC Color, 7 de diciembre de 1978, p. 5.
56
“Tres nuevos crímenes de los separatistas vascos”. Hoy, 6 de diciembre de 1978, p. 6.
57
“España aprobó por mayoría la nueva constitución”. Hoy, 7 de diciembre de 1978, p. 6.
58
Según Javier Tussell, una muy rígida interpretación de la cronología de la transición española podría
concluir que ésta finalizaba con la promulgación de la Constitución; sin embargo, «quedaban abier-
tos en este momento interrogantes decisivos» y «existía la duda de si el sistema de partidos había que-
dado configurado de una manera estable», de manera que algunas de las cuestiones que estaban abier-
tas, «podían provocar, por otro lado, una reacción involucionista; por eso se debe prolongar el pe-
ríodo acogido a la denominación ‘transición’ hasta 1982» TUSSELL, Javier: Historia de España…,
pp. 135-136. Álvaro Soto Carmona coincide en esta apreciación, y afirma que «a finales de 1982, las
tareas propias de la transición a la democracia habían concluido, y se habían despejado las principales
incertidumbres sobre el régimen político». SOTO, Álvaro: Transición y cambio…, p. 191.
59
“El Rey de España promulgó la nueva Constitución”. Hoy, 28 de diciembre de 1978, p. 6.
“En España Votan el Referéndum”. Última Hora, 6 de diciembre de 2018, p. 4.
60
361
EDUARDO TAMAYO BELDA
etapas de mayor presión política) a aquellos medios que trataban de mostrarse independientes políti-
camente del régimen. Por lo general, bastaban las detenciones periódicas de los periodistas, las visitas
de los inspectores a las sedes, o las amenazas contra impresores y anunciantes para hacer entrar en
razón a los directores de los diarios, pero a veces ni si quiera esto era suficiente, y algunos diarios llega-
ron a ser hasta clausurados, como ocurrió con La Tribuna y Última Hora en 1979, cuando el Go-
bierno respondió con una clausura temporal de ambos por haber informado sobre las inundaciones
de una manera «supuestamente ‘alarmista’» a la ciudadanía. BOUVIER, Virginia M.: El ocaso de un
sistema. Encrucijada en Paraguay. Asunción: Intercontinental/Ñanduti Vive, 2012, p. 35-39.
67
“Historias de la dictadura: la verdad, de algunos”. E’a.com.py, 3 de noviembre de 2012 [Consultado
en línea el 20/04/2018, http://ea.com.py/v2/historias-de-la-dictadura-la-verdad-de-algunos/]
68
“Censura en el régimen”. Abc.com.py, 1 de noviembre de 2012 [Consultado en línea el
19/04/2018, http://www.abc.com.py/especiales/memorias-del-stronismo/dos-periodistas-vs-cen-
sura-stronista-472375.html]
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ESTADO, PRENSA Y DISCURSO; PARAGUAY ANTE LOS CAMBIOS POLÍTICOS…
Bibliografía
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